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ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL

Trabajo de: Fundamentos de Ingeniería Civil y Arquitectura

Tema: Ingeniería Ambiental

Presentado por: Alfredo Julio Escalante Auccapure


Docente: Arq.

Abancay, 07 de octubre de 2014


INTRODUCCION
En nuestros días son comunes y casi ineludibles las conversaciones, discusiones, artículos de
prensa y revistas que de una forma u otra aluden al “Medio Ambiente”. El Medio Ambiente
que es el espacio físico donde vivimos está compuesto por factores bióticos y abióticos, y es
un derecho fundamental y máximo de los ciudadanos. La Ingeniería Ambiental es el estudio
de la adecuada interacción de los elementos para lograr el mejor medio ambiente posible,
esto es posible plasmar, mediante los profesionales llamados Ingenieros Ambientales,
quienes toman acciones destinadas a evitar, prevenir y/o controlar los efectos causados por
la contaminación resultante de distintas actividades humanas y conseguir un medio ambiente
de mejor y mayor calidad.
INDICE
Concepto general.
Una misma lengua no se emplea siempre igual. Hay circunstancias que hacen que aparezcan
rasgos especiales, siendo la misma lengua. Cuando esas peculiaridades están motivadas por el
tema del que se trata, hablamos de lenguajes especiales (lenguaje humanístico, lenguaje
técnico, etcétera). Cada área del saber exige expresiones y rasgos de estilo propios.

Una de las áreas de saber que exige utilizar el lenguaje con particularidades especiales es la
ciencia, en general, si bien cada rama científica tiene sus particularidades (biología, medicina,
tecnología, matemáticas, lingüística, etcétera). A pesar de esas diferencias particulares, hay
unas características generales de uso del lenguaje en textos científico-técnicos.

Cuando un científico o un técnico hablan o escriben sobre su área de conocimiento no usa una
lengua distinta de la que emplea cuando habla de asuntos cotidianos. La diferencia está en
que, al expresarse en el modo propio de su ciencia o su técnica, utiliza, entre otras cosas,
términos específicos de la materia de la que habla y, también, con frecuencia, términos de la
lengua ordinaria con un sentido especial cuyos significados vienen exigidos por la materia
tratada. El rasgo léxico especial de los textos científicos y técnicos, en tanto que tales, es la
terminología, es decir, las palabras de significado propio de una rama del saber.

En esta variedad de uso no tienen cabida ni los sentimientos ni la mera opinión personal, por
lo cual todo rasgo subjetivo está ausente y no hay connotación. La ciencia y la técnica
necesitan de un objetividad extrema y de un lenguaje que evite toda posible ambigüedad. De
ahí la necesidad de claridad y precisión expresivas, para evitar confusiones en la comprensión
de lo que se dice.
¿Qué entendemos por lenguaje científico?
Es la variedad del habla que resulta de adaptar la lengua ordinaria a la comunicación de
contenidos técnicos o científicos.
Principios del lenguaje científico.
 Es necesario utilizar la lengua culta: el nivel culto implica el uso de un código
elaborado.
 El respeto a la norma lingüística: la precisión al codificar contenidos y la claridad en
la exposición.
 Está obligado a utilizar palabras y expresiones propias de la materia tratada.
 Las cualidades del lenguaje científico exigen la objetividad, la universalidad y la
verificabilidad.
CARACTERISTICAS DEL LENGUAJE CIENTIFICO.
Precisión.
Tal vez sea ésta la cualidad más importante del lenguaje científico. Los científicos de
todos los campos se han esforzado, a lo largo de la historia, por acuñar una terminología
propia en la que cada término responde unívocamente a un concepto o definición con el
fin de evitar las ambigüedades del lenguaje corriente

La precisión científica exige una correspondencia biunívoca entre los elementos del
conjunto de términos científicos y los elementos del conjunto de nociones, definiciones
o conceptos. Tal monorreferencialidad no se cumple en el lenguaje común, en el que
puede darse la sinonimia (dos o más términos tienen igual significado) y la polisemia (una
misma palabra tiene múltiples significados).

Como acertadamente expone P. Ricoeur, «el lenguaje científico y el lenguaje poético


constituyen los dos polos de una misma escala: en un extremo reinan los significados
unívocos anclados en las definiciones; en el otro extremo, ningún sentido se estabiliza,
moviéndose en el juego de todas las posibilidades interpretativas».

En el lenguaje científico se tiende a una fidelidad absoluta al lenguaje literal entendido


como opuesto al lenguaje figurado. El precio a pagar por esta precisión absoluta es la
falta de brillantez literaria, ya que la necesidad de utilizar siempre el mismo término
para referirse a un concepto hace que éste se repita una y otra vez en los textos cien-
tíficos. En un texto normal, en cambio, se buscan equivalentes de cada palabra para no
caer en la repetición.

La falta de precisión, que en otros ámbitos de la comunicación puede tomarse


como una cortesía por medio de la cual se diluye la rotundidad de una opinión, resul- ta
ser un hecho negativo en un texto científico, pues la imprecisión terminológica suele
ir acompañada por el error conceptual. Es curioso comprobar, a este respec- to, cómo
los términos científicos se deforman y pierden precisión cuando pasan al uso común.
Por ejemplo, el uso cotidiano y abusivo de expresiones como «una velo- cidad de 80
km/h», ha hecho que se asocie el término velocidad con una magnitud escalar y, para
colmo, al aparato medidor de un coche lo denominamos velocímetro. Esto genera en
los jóvenes estudiantes una estrecha asociación entre aceleración, aumento de
velocidad e incremento de lo señalado en el velocímetro. De forma que en clase de
Física le resulta difícil comprender el hecho de que un automóvil, cuan- do se mueve
por una curva, mantiene fija la posición de la aguja del velocímetro, pero está sometido a
una aceleración pues está variando su velocidad, ¡por ser ésta una magnitud vectorial!

En este caso, la imprecisión se produce no por el término científico de velocidad sino


por la acepción o significado que el hombre de la calle le concede. Sin embargo, fren- te
a nuestro exclusivo y único vocablo velocidad, el idioma inglés distingue acertada-
mente entre la magnitud vectorial velocity y su módulo -magnitud escalar- speed. Y
por ello, con acertado criterio, el angloparlante denominará al aparato de medida de su
auto speedometer. Por suerte, van utilizándose cada vez más en nuestros libros de texto
escolares los términos rapidez o celeridad para referirse al módulo de la velocidad o
speed.

Y podríamos citar multitud de ejemplos en los que los conceptos del lenguaje común,
utilizados como términos científicos, conducen a error y se revelan anticientíficos. Es el
caso de expresiones como «yo peso 80 kilogramos», que induce a identificar masa con
peso, o «tengo mucho calor», que sugiere la estanqueidad del mismo, o «esta señal es de
dirección prohibida», que ignora los significados concretos que en el uso cientí- fico
damos a los elementos dirección y sentido de una magnitud vectorial.

En conclusión, es necesario recalcar la enorme importancia que tiene la


precisión del lenguaje en los procesos de enseñanza-aprendizaje de las áreas
científicas.

Neutralidad.
El lenguaje científico está libre de las acepciones, connotaciones o matices afectivos, tan
frecuentes en los mensajes del lenguaje común y literario.

Ciertamente, esta neutralidad emocional es más una tendencia u objetivo del len-
guaje científico, que una meta conseguida. Así, hay campos de la ciencia en que dicha
neutralidad está prácticamente lograda, mientras que determinados términos de
algunas áreas científicas, al pasar a ser utilizados en el lenguaje común, adquieren
matices o connotaciones afectivas. Así, frente a términos matemáticos de evidente
neutralidad como raíz cuadrada, integral, determinante, etc. se encuentran algunos tér-
minos médicos con enorme carga emocional como cáncer, sida, cirugía, tumor, etc . E
incluso en campos aparentemente neutrales como la Física, se observan términos
que van adquiriendo matices de simpatía o antipatía como radiactivo, voltaje, caloría,
energía, etc .

A lo largo de la historia, algunos términos científicos que pasan al lenguaje común, ade-
más de recibir connotaciones afectivas, han cambiado también de significado. Es el caso
del término histeria, que originariamente denotaba una enfermedad y que ha llegado a
utilizarse frecuentemente como término despectivo. Lo mismo ocurre con otros tér-
minos médicos acuñados ya por Hipócrates como humor que han perdido totalmente su
primitiva significación (cada uno de los cuatro elementos del organismo humano) y que
ahora significan simplemente estado de ánimo; por ejemplo «estar de buen humor, de mal
humor»,etc.

Pero donde más se revela la neutralidad del lenguaje científico es en la impersona-


lidad de su exposición, conseguida sobre todo por procedimientos sintácticos: ausen- cia
de formas correspondientes a la segunda persona del singular o del plural, escaso
empleo de la primera persona del singular, uso muy frecuente del plural de modestia en
la primera persona del plural, empleo, a veces abusivo, de verbos impersonales y de la
voz pasiva para eludir la presentación del sujeto de la oración, utilización de
imperativos que evitan la apelación directa a la 2ª persona (consideremos, supongamos o
definamos). Todo ello encierra el deseo latente de objetivizar cuanto se expone,
minimizando o anulando el posible error, fallo o ilusión personal. En definitiva, se pre-
tende sobre todo conseguir la mayor credibilidad y despertar la confianza por parte del
lector u oyente.

Universalidad.
El lenguaje científico es utilizado por la comunidad científica internacional. Por eso, para
acuñar un nuevo término hay que atenerse a unas normas terminológicas establecidas, lo
que obliga, en muchas ocasiones, a sustituir algunos términos excesivamente particulares
o idiosincráticos de una lengua por otros más comprensibles.
Esta universalidad tiene enormes ventajas, incluso económicas como en el caso de la
aplicación del Sistema Internacional de unidades (SI), las normas DIN, los símbolos de los
elementos químicos, la nomenclatura química IUPAC, etc.
El carácter universal de los textos científicos tiene una explicación histórica: hasta el
siglo XVI fue el latín la lengua dominante en los textos científicos y culturales de
Occidente. Gracias a esto la ciencia se difundió en los ambientes universitarios de toda
Europa. Cuando las lenguas vernáculas europeas fueron desplazando al latín, un gran
número de términos y vocablos quedaron ya acuñados en su forma grecolatina.
Posteriormente, se siguió recurriendo al latín y al griego para los neologismos que la
ciencia, en su avance, iba necesitando.
También se han creado neologismos a partir de los idiomas modernos: el francés
durante el siglo XVIII, el alemán en el siglo XIX y sobre todo el inglés desde el siglo
XX hasta la época actual.

Concisión.
Se supone que el lenguaje científico tiende a expresar las ideas con el menor número de
palabras, huyendo de la retórica o adornos literarios. De ahí la particular propen- sión a
sustituir frases enteras por una única palabra o expresión como por ejemplo raíz cuadrada,
combustión, centro de gravedad, radiografía, etc.

Esto explica también la tendencia al acortamiento de las palabras compuestas median- te


diversos recursos:
 Braquilogía o abreviación, por ejemplo: pársec por paralaje-segundo; bit por
binary digit; sial por silicio+aluminio.
 Reducción de expresiones enteras a una sola palabra, a veces nombre propio,
como nicol por prisma; jacobiano por determinante de Jacobi.
 Siglas que se convierten en sustantivos como láser, sida, ADN, etc.
Por supuesto, no podemos dejar de referirnos en este apartado a la multitud de
símbolos científicos que, aceptados y utilizados internacionalmente, favorecen la
concisión o economía. Entre otros, citamos los símbolos matemáticos, como los
números, los signos aritméticos (+, −, 𝑥, /, %) o algebraicos (=, (… ), >, <, √. , … ), los
símbolos correspondientes al Sistema Internacional de unidades (m, kg, s, Ω...), los
símbolos de los elementos químicos (H, He, Li, Be...) o las fórmulas de las moléculas
químicas (H2O, H2SO4, HCl, NaCl, etc.)

Tabla 1. Cuadro comparativo de las características del Lenguaje


Común y el Lenguaje Científico.

Lenguaje común Lenguaje científico


Los seres y cosas se designan por nombres y los Se nominalizan los procesos y los verbos
procesos por verbos. expresan relaciones no acciones.

La gramática es más sencilla


pero tiene una mayor densidad léxica porque
La gramática es más compleja e intrincada.
casi todos los términos que se usan conllevan
significados interrelacionados a una estructura
conceptual.
Significación unívoca, dificultando la
Polisemia, es decir, diversidad de significados la comunicación por la inexistencia de
comunicación permite negociar los significados. negociación (monosemia).

Usado con un nivel teórico, abstracto, requiere


Usado en la cotidianidad no requiere evidencia. el uso de evidencias para la construcción
de argumentos.

EL ENSAYO

¿Qué es?

Es un texto escrito, generalmente breve, que expone, analiza o comenta una


interpretación personal, sobre un determinado tema: histórico, filosófico, científico,
literario, etc. En él predomina lo personal y subjetivo: el punto de vista del autor del
ensayo.
¿Cuáles son sus características?

A continuación se presentan algunas características del ensayo:

1. Un ensayo es una mezcla entre el arte y la ciencia, es decir, tiene un elemento creativo
- literario- y otro lógico - de manejo de ideas-. En esa doble esencia del ensayo (algunos
hablarán por eso de un género híbrido) es donde radica su potencia y su dificultad. Por ser
un centauro mitad de una cosa y mitad de otra, el ensayo puede cobijar todas las áreas del
conocimiento, todos los temas. Sin embargo, sea el motivo que fuere, el ensayo necesita
de una "fineza" de escritura que lo haga altamente literario.

2. Un ensayo no es un comentario (la escritura propia de la opinión) sino una


reflexión, casi siempre a partir de la reflexión de otros (esos otros no necesariamente
tienen que estar explícitos, aunque, por lo general, se los menciona a pie de página o en las
notas o referencias). Por eso el ensayo se mueve más en los juicios y en el poder de los
argumentos, no son opiniones gratuitas. En el ensayo se deben sustentar las ideas, mejor
aún, la calidad de un ensayo se mide por la calidad de las ideas, por la manera como las
expone, las confronta, las pone en consideración. Si no hay argumentos de peso, si no se
han trabajado de antemano, el ensayo cae en el mero parecer, en la mera suposición.

3. Un ensayo discurre. Es discurso pleno. Los buenos ensayos se encadenan, se engarzan


de manera coherente. No es poniendo una idea tras otra, no es sumando ideas como se
compone un buen ensayo; es tejiéndolas de manera organizada; jerarquizando las ideas,
sopesándolas (recordemos que ensayo viene de “exagium”, que significa, precisamente,
pesar y medir, poner en la balanza). Si en un ensayo no hay una lógica de composición, así
como en la música, difícilmente los resultados serán aceptables. De allí también la
importancia de un plan, de un esbozo, de un mapa-guía para la elaboración del ensayo.

4. En tanto que discurso, el ensayo requiere del buen uso de los conectores (se debe
disponer de una reserva de ellos); los conectores son como las bisagras, los engarces
necesarios para que el ensayo no parezca desvertebrado. Existen conectores de relación,
de consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir o para enfatizar.
Ya la par de los conectores, es indispensable un excelente manejo de los signos de
puntuación. Gracias a la coma y al punto y coma (este es uno de los signos más
difíciles de usar), gracias al punto seguido, es como el ensayo respira, tiene un ritmo,
una transpiración. Es el conocimiento inadecuado o preciso de los signos de puntuación lo
que convierte a nuestros ensayos en monótonos o livianos, interesantes o densos, ágiles o
farragosos.

¿Cuál es su clasificación?

Ensayo poético o literario: en este lo poético predomina sobre lo conceptual. Se ve el


mundo, el paisaje y a los hombres a través de la sensibilidad del autor. Ejemplo: Otras
inquisiciones de Jorge Luis Borges.

Ensayo de exposición de ideas: es aquel cuyo propósito es comunicar al lector una serie
de ideas de carácter científico, político, filosófico, social, etc. Por ejemplo, América en
Europa de Germán Arciniegas. También puede consultarse la selección elaborada por
Jorge Eliécer Ruiz y Juan Gustavo Cobo Borda, publicada por Colcultura,
titulada Ensayistas colombianos del siglo XX.

Ensayo analítico – crítico: en este ensayo se analiza y enjuicia con profundidad una idea,
una obra o alguna actividad humana. Por tanto, no es la suma de primeras impresiones o
de opiniones sin fundamento. Son representativos en este campo los ensayos de Ortega y
Gasset, La historia de un deicidio de Vargas Llosa, La poesía inconclusa de Andrés
Holguín, entre otros.

Ensayo argumentativo: es un discurso argumentativo que presenta la opinión del autor


acerca de un tema, con el propósito de persuadir o convencer al lector. Dicha opinión
debe sustentarse por medio de argumentos relevantes, sólidos y contundentes. Para ello, se
pueden utilizar ejemplos, citas textuales, comparaciones, explicaciones, definiciones,
descripciones, entre otras formas.

Estructura del ensayo


1.Título: el título identifica el tema o macroestructura del ensayo a tratar y debe siempre
guardar relación literaria y de contenido. Sin embargo, el título puede ser metafórico y no
siempre ser descriptivo o informativo de manera literal.

2. Introducción

La introducción le indica al lector: el propósito del escritor, el acercamiento al tema y la


organización que seguirá el ensayo. Vamos a ver cómo se logra algo tan aparentemente
complejo.

El primer paso de la introducción consiste en generar ideas pero ¡cuidado!: se trata de


generar ideas sobre una pregunta concreta y no sobre un tema muy amplio. Por lo tanto,
habrá que limitar el tema y enfocarlo, es decir, organizarlo de acuerdo con una cierta
perspectiva y mediante una serie de preguntas que el escritor se hace a sí mismo.

Al enfocar el tema es posible elaborar la tesis: una frase que consiste en la respuesta a una
pregunta de enfoque. Ahora bien, para llamar la atención del lector esa tesis puede hacer uso
de las siguientes estrategias:

 Sorpresa: cuando manifiesta el hecho más notable o imprevisto del ensayo.


 Confirmación: cuando se basa en la información que el lector ya conoce a fin de que
le sea más fácil aceptar el resto de la argumentación.
 Contradicción: cuando empieza con una idea común y aceptada por una mayoría,
para seguidamente demostrar que es errónea y corregirla.
 Suspenso: cuando se presentan los datos poco a poco dejando abierta la pregunta
clave, tal vez planteándosela al lector. La introducción, que no se extenderá más de
un párrafo (a lo sumo dos),contendrá las siguientes partes:
 Primero, una breve introducción general al tema.
 Seguidamente la tesis, la cual indicará la interpretación de las implicaciones de la
pregunta así como el orden que seguirá el ensayo. A continuación, veremos una serie
de tesis correspondientes a preguntas concretas.

Pregunta 1. Describa al personaje principal del Poema de Mío Cid.


Tesis 1. El Cid, personaje principal del Poema, se distingue por su fortaleza física, propia de
guerrero, y su fortaleza interna que lo vuelve símbolo del padre y del esposo cristiano.

Esta tesis indica lo que el escritor considera fundamental en la personalidad del Cid, y a la
vez indica la organización del ensayo que consistirá en un párrafo destinado a la fortaleza
física, otro destinado a la fortaleza interna, y una conclusión. Por cierto, utiliza la estrategia
de sorpresa al aunar fortaleza física e interna.

3. Nudo o cuerpo
En el nudo/cuerpo tiene lugar el desarrollo de los aspectos que se indicaron en la
introducción. Por lo general, cada aspecto mencionado en la tesis ocupará un párrafo del
ensayo. Ahora bien, la organización del nudo/cuerpo variará algo según se escoja una u otra
estrategia de argumentación.

Es una sección muy importante del ensayo pues demuestra la capacidad de organización y
argumentación del escritor. Así pues, son cruciales en esta sección, el uso adecuado de
transiciones y el buen manejo de la lógica.

Existen diferentes estrategias de organización del nudo/cuerpo, con frecuencia, se utilizan


varias de ellas en el mismo ensayo. El ensayo académico no suele hacer uso de la
descripción ni de la narración sino de la exposición, es decir, incluye una declaración
general (tesis) y la evidencia específica para apoyarla. Ahora bien, dependiendo del
propósito, el escritor utilizará una u otra estrategia de argumentación:

 El análisis. Consiste en la descripción de partes o componentes de una entidad. Es


una técnica propia del estudio de la literatura. Así pues, el análisis de una novela
incluiría los personajes, el argumento, el punto de vista y demás elementos que
componen la novela.

 Comparación y contraste. Sirve para señalar semejanzas y diferencias entre dos o


más conjuntos o entidades.

 Definición. Aclaración de un término o concepto que el lector puede desconocer.


Los diferentes modos de definir incluyen: la situación de un concepto dentro de una
clase, la ilustración por medio de ejemplos, el uso de sinónimos y la etimología.

 Clasificación. Se parece mucho al análisis pero en vez de preguntarse por las partes
de que se compone la totalidad se pregunta por las diferentes clases de la entidad. Por
ejemplo, la novela picaresca se podría estudiar como una clases dentro de la novela
en general en tanto que es un subgrupo o género.
 La causa y el efecto. Examina un objeto o fenómeno y busca sus orígenes y
consecuencias.
¡OJO!: Otro modo de convencer al lector no por la evidencia sino por la emotividad
corresponde a las llamadas estrategias de persuasión. Se recurre al lenguaje figurado
(imágenes, metáforas y otras figuras retóricas) con el fin de llegar al lector. Si bien se
utilizan tanto en publicidad como en la escritura creativa, no son materia de este curso y no
deben utilizarse en los ensayos académicos.

4. La conclusión
La conclusión es el último párrafo del ensayo y debe recoger (o recapitular) las ideas que se
presentaron en la tesis, en la introducción.

En la conclusión se invierte la fórmula de la introducción: se empieza con un breve resumen


del ensayo y se termina con una frase bien pensada que llame la atención del lector sobre el
punto clave del artículo. Esta última frase debe reflejar bien el enfoque del ensayo y a
menudo servir para situar la idea central dentro de un contexto más amplio.

¿Qué se debe tener en cuenta para realizarlo?


Para elaborar un ensayo, entre las muchas cosas que deben tenerse en cuenta, están
las siguientes:

• Cuál es la idea base que articula el texto. En otros términos, cuáles son
los argumentos fuertes que se desean exponer o la idea que quiere debatirse o
ponerse en cuestionamiento. Esta idea (la tesis) tiene que ser suficientemente
sustentada en el desarrollo del mismo ensayo.
• Con qué fuentes o en qué autores se sustenta nuestro argumento; a partir de qué
o quiénes, con qué material de contexto se cuenta; en síntesis, cuáles son nuestros
puntos de referencia. Este es el lugar apropiado para la bibliografía, para la
citación y las diversas notas.

• Qué se va a decir en el primer párrafo, qué en el segundo, qué en el último


(recordemos que la forma del ensayo es fundamental; recordemos también que
antes del ensayo hay que elaborar un esbozo, un mapa de composición).

• Qué tipo de ilación (sin hache) es la que nos proponemos: de consecuencia, de


contraste, de relación múltiple. Es muy importante el "gancho" del primer párrafo:
cómo vamos a seducir al lector, qué nos interesa tocar en él; igual fuerza debe
tener el último párrafo: cómo queremos cerrar, cuál es la última idea o la última
frase que nos importa dejar en la memoria de nuestro posible receptor. (Aunque no
siempre el último párrafo es una conclusión, sí debe el ensayo tener un momento
de cierre - de síntesis -, desde el cual puedan abrirse nuevas ventanas, otras
escrituras. El último párrafo es una invitación a un nuevo ensayo - los ensayos se
alimentan de otros ensayos: un nuevo ensayo abre camino a otros aún no
escritos).

• Qué extensión aproximada va a tener. Recordemos que el ensayo no debe ser tan
corto que parezca una meditación, ni tan largo que se asemeje a un tratado. Hay
una zona medianera: entre tres y diez páginas (por decir alguna magnitud). Pero
sea cual sea la extensión, en cada ensayo debe haber una tesis (con sus pros y sus
contras), y la síntesis necesaria. No olvidemos que el ensayo es una pieza de
escritura completa.

• Cuando el ensayo oscila entre las dos y las tres páginas, sobran los subtítulos.
Cuando tiene un número de páginas mayor puede recurrirse a varios sistemas: uno
subtitulando; otro, separando las partes significativas del ensayo con numerales
(yo llamo a este tipo de ensayo de "cajas chinas"). No debe olvidarse que cada una
de las partes del ensayo precisa estar interrelacionada. Aunque "partamos" el
ensayo con subtítulos, frases o número, la totalidad del mismo (el conjunto) debe
permanecer compacta. Si dividimos un ensayo, las piezas que salgan de él exigen
estar en relación de interdependencia.

Las anteriores puntualizaciones no son excluyentes con otros estilos o con otras maneras
de elaboración del ensayo, ni pueden leerse como una camisa de fuerza; son tan sólo
recomendaciones. Indicaciones generales. Indicios.

No podría terminar estas diez pistas para la elaboración de ensayos, sin mencionar el
papel fundamental del género para el ejercicio y el desarrollo del pensamiento. Por medio
del ensayo es que " nos vamos ordenando la cabeza": es escribiendo ensayos como
comprobamos nuestra “lucidez” o nuestra “torpeza mental”. Cuando Theodor Adorno, en
un escrito llamado – precisamente – “El ensayo como forma", señala el papel crítico de
este tipo de escritura, lo que en verdad sugiere es la fuerza del ensayo como motor de la
reflexión, como generador de la duda y la sospecha. El ensayo siempre “pone en
cuestión”, diluye las verdades dadas, se esfuerza por mirar los grises de la vida y de la
acción humana. El ensayo saca a la ciencia de su “excesivo formalismo” y pone la lógica
al alcance del arte. Es simbiosis. Otro tanto había escrito Georg Lukács en su carta a Leo
Popper: La esencia del ensayo radica en su capacidad para juzgar. Los ensayistas de oficio
saben que las verdades son provisionales, que toda doctrina contiene también su
contrario, que todo sistema alberga una fisura. Y el ensayo, que es siempre una búsqueda,
no hace otra cosa que "hurgar" o remover en esas grietas de las estructuras. Digamos que
el ensayo - puro ejercicio del pensar- es el espejo del propio pensamiento.

Presentación

Se debe presentar siguiendo normas reconocidas y avaladas por las comunidades


académicas (ICONTEC, APA, etc.).

En lo que respecta al contenido es indispensable tener en cuenta lo siguiente:


• En el ensayo se busca dar razones en apoyo o defensa de una tesis. Lo medular de
un ensayo, entonces, consiste en tener una tesis y unos argumentos que la soporten.
• Por lo general, cada argumento se presenta en un párrafo.Los párrafos deben ser
interdependientes. Que tengan continuidad. Cuando el ensayo oscila entre las dos y
tres páginas, sobran los subtítulos.
• Cuando tiene un número de páginas mayor, puede recurrirse a varios
sistemas: uno, subtitulando; otro, separando las partes significativas del ensayo
con numerales.
• Debe incluir las referencias que sustentan los argumentos, tales como
la bibliografía.

Evaluación

• La tesis debe ser lo suficientemente limpia como para que el lector la identifique al
primer contacto.
• El título debe tener relación fuerte con la tesis y debe buscar, ante todo, cautivar la
atención del lector.
• La totalidad del mismo (el conjunto) debe permanecer compacta.
• Si dividimos un ensayo, las piezas que salgan de él exigen
estar en relación de independencia.
• La coherencia está relacionada con la unidad de las ideas,
con la coordinación entre conceptos.
• La cohesión depende de la sintaxis empleada y del tipo de
palabras que usemos.
• Uso correcto de los conectores.
• Además de los párrafos que desarrollan un concepto, hay otros,
que se pueden emplear con diferentes usos: para hacer
encuadres, transiciones, introducciones o conclusiones; hay
párrafos enumerativos, de secuencia, de comparación o
contraste.
• Cuando se quiere hacer un párrafo convincente: presentar
primero la afirmación, luego incluir la información y, finalmente,
exponer la garantía. Esto es, concluir mostrando la importancia
de las ideas de apoyo como soporte de la idea principal.
• El orden lógico de los párrafos depende de la tesis elegida y del
esbozo que hemos diseñado para desarrollarla.
• Demasiadas citas son poco convenientes.

Puntos a considerar en un ensayo

• Fijar el objetivo del ensayo.


• Recolectar información.
• Elegir la información.
• Elaborar un esbozo.
• La esencia del ensayo radica en su capacidad para juzgar. Los ensayistas de
oficio saben que las verdades son provisionales, que toda doctrina contiene
también su contrario, que todo sistema alberga una fisura.
• La defensa de la tesis depende del tipo de argumento que empleemos:

De autoridad
- Por analogía
- Con ejemplos
- De inducción
- De deducción
- Por comparación
- Por contraste
- De causa

• Escoger el vocabulario pertinente.


• Escribir borradores para que el profesor los corrija.
• Escribir versión final de acuerdo con las anotaciones del profesor.

ESTRUCTURA DEL ENSAYO ARGUMENTATIVO


Bibliografía

American Psychological Association. (2002) Manual de estilo de publicaciones


de la American Psychological Association (adaptado para el español por
Editorial El Manual Moderno) (2ª. Ed.). México D.F: Manual Moderno.
Niño, V. (2007). Competencias en la comunicación. Hacia las prácticas del discurso.
Bogotá: Ecoe.
Pérez, H. (2006). Comprensión y producción de textos. Bogotá: Cooperativa Editorial
Magisterio.
Vásquez, F. (2005). Pregúntele al ensayista. Bogotá:
Kimpres. Weston, A. (2005). Las claves de la
argumentación. Ariel.

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