Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Una de las áreas de saber que exige utilizar el lenguaje con particularidades especiales es la
ciencia, en general, si bien cada rama científica tiene sus particularidades (biología, medicina,
tecnología, matemáticas, lingüística, etcétera). A pesar de esas diferencias particulares, hay
unas características generales de uso del lenguaje en textos científico-técnicos.
Cuando un científico o un técnico hablan o escriben sobre su área de conocimiento no usa una
lengua distinta de la que emplea cuando habla de asuntos cotidianos. La diferencia está en
que, al expresarse en el modo propio de su ciencia o su técnica, utiliza, entre otras cosas,
términos específicos de la materia de la que habla y, también, con frecuencia, términos de la
lengua ordinaria con un sentido especial cuyos significados vienen exigidos por la materia
tratada. El rasgo léxico especial de los textos científicos y técnicos, en tanto que tales, es la
terminología, es decir, las palabras de significado propio de una rama del saber.
En esta variedad de uso no tienen cabida ni los sentimientos ni la mera opinión personal, por
lo cual todo rasgo subjetivo está ausente y no hay connotación. La ciencia y la técnica
necesitan de un objetividad extrema y de un lenguaje que evite toda posible ambigüedad. De
ahí la necesidad de claridad y precisión expresivas, para evitar confusiones en la comprensión
de lo que se dice.
¿Qué entendemos por lenguaje científico?
Es la variedad del habla que resulta de adaptar la lengua ordinaria a la comunicación de
contenidos técnicos o científicos.
Principios del lenguaje científico.
Es necesario utilizar la lengua culta: el nivel culto implica el uso de un código
elaborado.
El respeto a la norma lingüística: la precisión al codificar contenidos y la claridad en
la exposición.
Está obligado a utilizar palabras y expresiones propias de la materia tratada.
Las cualidades del lenguaje científico exigen la objetividad, la universalidad y la
verificabilidad.
CARACTERISTICAS DEL LENGUAJE CIENTIFICO.
Precisión.
Tal vez sea ésta la cualidad más importante del lenguaje científico. Los científicos de
todos los campos se han esforzado, a lo largo de la historia, por acuñar una terminología
propia en la que cada término responde unívocamente a un concepto o definición con el
fin de evitar las ambigüedades del lenguaje corriente
La precisión científica exige una correspondencia biunívoca entre los elementos del
conjunto de términos científicos y los elementos del conjunto de nociones, definiciones
o conceptos. Tal monorreferencialidad no se cumple en el lenguaje común, en el que
puede darse la sinonimia (dos o más términos tienen igual significado) y la polisemia (una
misma palabra tiene múltiples significados).
Y podríamos citar multitud de ejemplos en los que los conceptos del lenguaje común,
utilizados como términos científicos, conducen a error y se revelan anticientíficos. Es el
caso de expresiones como «yo peso 80 kilogramos», que induce a identificar masa con
peso, o «tengo mucho calor», que sugiere la estanqueidad del mismo, o «esta señal es de
dirección prohibida», que ignora los significados concretos que en el uso cientí- fico
damos a los elementos dirección y sentido de una magnitud vectorial.
Neutralidad.
El lenguaje científico está libre de las acepciones, connotaciones o matices afectivos, tan
frecuentes en los mensajes del lenguaje común y literario.
Ciertamente, esta neutralidad emocional es más una tendencia u objetivo del len-
guaje científico, que una meta conseguida. Así, hay campos de la ciencia en que dicha
neutralidad está prácticamente lograda, mientras que determinados términos de
algunas áreas científicas, al pasar a ser utilizados en el lenguaje común, adquieren
matices o connotaciones afectivas. Así, frente a términos matemáticos de evidente
neutralidad como raíz cuadrada, integral, determinante, etc. se encuentran algunos tér-
minos médicos con enorme carga emocional como cáncer, sida, cirugía, tumor, etc . E
incluso en campos aparentemente neutrales como la Física, se observan términos
que van adquiriendo matices de simpatía o antipatía como radiactivo, voltaje, caloría,
energía, etc .
A lo largo de la historia, algunos términos científicos que pasan al lenguaje común, ade-
más de recibir connotaciones afectivas, han cambiado también de significado. Es el caso
del término histeria, que originariamente denotaba una enfermedad y que ha llegado a
utilizarse frecuentemente como término despectivo. Lo mismo ocurre con otros tér-
minos médicos acuñados ya por Hipócrates como humor que han perdido totalmente su
primitiva significación (cada uno de los cuatro elementos del organismo humano) y que
ahora significan simplemente estado de ánimo; por ejemplo «estar de buen humor, de mal
humor»,etc.
Universalidad.
El lenguaje científico es utilizado por la comunidad científica internacional. Por eso, para
acuñar un nuevo término hay que atenerse a unas normas terminológicas establecidas, lo
que obliga, en muchas ocasiones, a sustituir algunos términos excesivamente particulares
o idiosincráticos de una lengua por otros más comprensibles.
Esta universalidad tiene enormes ventajas, incluso económicas como en el caso de la
aplicación del Sistema Internacional de unidades (SI), las normas DIN, los símbolos de los
elementos químicos, la nomenclatura química IUPAC, etc.
El carácter universal de los textos científicos tiene una explicación histórica: hasta el
siglo XVI fue el latín la lengua dominante en los textos científicos y culturales de
Occidente. Gracias a esto la ciencia se difundió en los ambientes universitarios de toda
Europa. Cuando las lenguas vernáculas europeas fueron desplazando al latín, un gran
número de términos y vocablos quedaron ya acuñados en su forma grecolatina.
Posteriormente, se siguió recurriendo al latín y al griego para los neologismos que la
ciencia, en su avance, iba necesitando.
También se han creado neologismos a partir de los idiomas modernos: el francés
durante el siglo XVIII, el alemán en el siglo XIX y sobre todo el inglés desde el siglo
XX hasta la época actual.
Concisión.
Se supone que el lenguaje científico tiende a expresar las ideas con el menor número de
palabras, huyendo de la retórica o adornos literarios. De ahí la particular propen- sión a
sustituir frases enteras por una única palabra o expresión como por ejemplo raíz cuadrada,
combustión, centro de gravedad, radiografía, etc.
EL ENSAYO
¿Qué es?
1. Un ensayo es una mezcla entre el arte y la ciencia, es decir, tiene un elemento creativo
- literario- y otro lógico - de manejo de ideas-. En esa doble esencia del ensayo (algunos
hablarán por eso de un género híbrido) es donde radica su potencia y su dificultad. Por ser
un centauro mitad de una cosa y mitad de otra, el ensayo puede cobijar todas las áreas del
conocimiento, todos los temas. Sin embargo, sea el motivo que fuere, el ensayo necesita
de una "fineza" de escritura que lo haga altamente literario.
4. En tanto que discurso, el ensayo requiere del buen uso de los conectores (se debe
disponer de una reserva de ellos); los conectores son como las bisagras, los engarces
necesarios para que el ensayo no parezca desvertebrado. Existen conectores de relación,
de consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir o para enfatizar.
Ya la par de los conectores, es indispensable un excelente manejo de los signos de
puntuación. Gracias a la coma y al punto y coma (este es uno de los signos más
difíciles de usar), gracias al punto seguido, es como el ensayo respira, tiene un ritmo,
una transpiración. Es el conocimiento inadecuado o preciso de los signos de puntuación lo
que convierte a nuestros ensayos en monótonos o livianos, interesantes o densos, ágiles o
farragosos.
¿Cuál es su clasificación?
Ensayo de exposición de ideas: es aquel cuyo propósito es comunicar al lector una serie
de ideas de carácter científico, político, filosófico, social, etc. Por ejemplo, América en
Europa de Germán Arciniegas. También puede consultarse la selección elaborada por
Jorge Eliécer Ruiz y Juan Gustavo Cobo Borda, publicada por Colcultura,
titulada Ensayistas colombianos del siglo XX.
Ensayo analítico – crítico: en este ensayo se analiza y enjuicia con profundidad una idea,
una obra o alguna actividad humana. Por tanto, no es la suma de primeras impresiones o
de opiniones sin fundamento. Son representativos en este campo los ensayos de Ortega y
Gasset, La historia de un deicidio de Vargas Llosa, La poesía inconclusa de Andrés
Holguín, entre otros.
2. Introducción
Al enfocar el tema es posible elaborar la tesis: una frase que consiste en la respuesta a una
pregunta de enfoque. Ahora bien, para llamar la atención del lector esa tesis puede hacer uso
de las siguientes estrategias:
Esta tesis indica lo que el escritor considera fundamental en la personalidad del Cid, y a la
vez indica la organización del ensayo que consistirá en un párrafo destinado a la fortaleza
física, otro destinado a la fortaleza interna, y una conclusión. Por cierto, utiliza la estrategia
de sorpresa al aunar fortaleza física e interna.
3. Nudo o cuerpo
En el nudo/cuerpo tiene lugar el desarrollo de los aspectos que se indicaron en la
introducción. Por lo general, cada aspecto mencionado en la tesis ocupará un párrafo del
ensayo. Ahora bien, la organización del nudo/cuerpo variará algo según se escoja una u otra
estrategia de argumentación.
Es una sección muy importante del ensayo pues demuestra la capacidad de organización y
argumentación del escritor. Así pues, son cruciales en esta sección, el uso adecuado de
transiciones y el buen manejo de la lógica.
Clasificación. Se parece mucho al análisis pero en vez de preguntarse por las partes
de que se compone la totalidad se pregunta por las diferentes clases de la entidad. Por
ejemplo, la novela picaresca se podría estudiar como una clases dentro de la novela
en general en tanto que es un subgrupo o género.
La causa y el efecto. Examina un objeto o fenómeno y busca sus orígenes y
consecuencias.
¡OJO!: Otro modo de convencer al lector no por la evidencia sino por la emotividad
corresponde a las llamadas estrategias de persuasión. Se recurre al lenguaje figurado
(imágenes, metáforas y otras figuras retóricas) con el fin de llegar al lector. Si bien se
utilizan tanto en publicidad como en la escritura creativa, no son materia de este curso y no
deben utilizarse en los ensayos académicos.
4. La conclusión
La conclusión es el último párrafo del ensayo y debe recoger (o recapitular) las ideas que se
presentaron en la tesis, en la introducción.
• Cuál es la idea base que articula el texto. En otros términos, cuáles son
los argumentos fuertes que se desean exponer o la idea que quiere debatirse o
ponerse en cuestionamiento. Esta idea (la tesis) tiene que ser suficientemente
sustentada en el desarrollo del mismo ensayo.
• Con qué fuentes o en qué autores se sustenta nuestro argumento; a partir de qué
o quiénes, con qué material de contexto se cuenta; en síntesis, cuáles son nuestros
puntos de referencia. Este es el lugar apropiado para la bibliografía, para la
citación y las diversas notas.
• Qué extensión aproximada va a tener. Recordemos que el ensayo no debe ser tan
corto que parezca una meditación, ni tan largo que se asemeje a un tratado. Hay
una zona medianera: entre tres y diez páginas (por decir alguna magnitud). Pero
sea cual sea la extensión, en cada ensayo debe haber una tesis (con sus pros y sus
contras), y la síntesis necesaria. No olvidemos que el ensayo es una pieza de
escritura completa.
• Cuando el ensayo oscila entre las dos y las tres páginas, sobran los subtítulos.
Cuando tiene un número de páginas mayor puede recurrirse a varios sistemas: uno
subtitulando; otro, separando las partes significativas del ensayo con numerales
(yo llamo a este tipo de ensayo de "cajas chinas"). No debe olvidarse que cada una
de las partes del ensayo precisa estar interrelacionada. Aunque "partamos" el
ensayo con subtítulos, frases o número, la totalidad del mismo (el conjunto) debe
permanecer compacta. Si dividimos un ensayo, las piezas que salgan de él exigen
estar en relación de interdependencia.
Las anteriores puntualizaciones no son excluyentes con otros estilos o con otras maneras
de elaboración del ensayo, ni pueden leerse como una camisa de fuerza; son tan sólo
recomendaciones. Indicaciones generales. Indicios.
No podría terminar estas diez pistas para la elaboración de ensayos, sin mencionar el
papel fundamental del género para el ejercicio y el desarrollo del pensamiento. Por medio
del ensayo es que " nos vamos ordenando la cabeza": es escribiendo ensayos como
comprobamos nuestra “lucidez” o nuestra “torpeza mental”. Cuando Theodor Adorno, en
un escrito llamado – precisamente – “El ensayo como forma", señala el papel crítico de
este tipo de escritura, lo que en verdad sugiere es la fuerza del ensayo como motor de la
reflexión, como generador de la duda y la sospecha. El ensayo siempre “pone en
cuestión”, diluye las verdades dadas, se esfuerza por mirar los grises de la vida y de la
acción humana. El ensayo saca a la ciencia de su “excesivo formalismo” y pone la lógica
al alcance del arte. Es simbiosis. Otro tanto había escrito Georg Lukács en su carta a Leo
Popper: La esencia del ensayo radica en su capacidad para juzgar. Los ensayistas de oficio
saben que las verdades son provisionales, que toda doctrina contiene también su
contrario, que todo sistema alberga una fisura. Y el ensayo, que es siempre una búsqueda,
no hace otra cosa que "hurgar" o remover en esas grietas de las estructuras. Digamos que
el ensayo - puro ejercicio del pensar- es el espejo del propio pensamiento.
Presentación
Evaluación
• La tesis debe ser lo suficientemente limpia como para que el lector la identifique al
primer contacto.
• El título debe tener relación fuerte con la tesis y debe buscar, ante todo, cautivar la
atención del lector.
• La totalidad del mismo (el conjunto) debe permanecer compacta.
• Si dividimos un ensayo, las piezas que salgan de él exigen
estar en relación de independencia.
• La coherencia está relacionada con la unidad de las ideas,
con la coordinación entre conceptos.
• La cohesión depende de la sintaxis empleada y del tipo de
palabras que usemos.
• Uso correcto de los conectores.
• Además de los párrafos que desarrollan un concepto, hay otros,
que se pueden emplear con diferentes usos: para hacer
encuadres, transiciones, introducciones o conclusiones; hay
párrafos enumerativos, de secuencia, de comparación o
contraste.
• Cuando se quiere hacer un párrafo convincente: presentar
primero la afirmación, luego incluir la información y, finalmente,
exponer la garantía. Esto es, concluir mostrando la importancia
de las ideas de apoyo como soporte de la idea principal.
• El orden lógico de los párrafos depende de la tesis elegida y del
esbozo que hemos diseñado para desarrollarla.
• Demasiadas citas son poco convenientes.
De autoridad
- Por analogía
- Con ejemplos
- De inducción
- De deducción
- Por comparación
- Por contraste
- De causa