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El Proyecto afecta a una cabecera de cuenca que abastece a 5 microcuencas poniendo en

peligro todo el sistema hídrico, afectando definitivamente a la agricultura y al consumo de agua


humano. Es decir que Yanacocha ha ofrecido reemplazar las lagunas que va a destruir por
reservorios artificiales que brindarán más agua de la existente. Lo que no dice es de dónde va a
sacar el agua para llenar los reservorios.

Las lagunas se llenan con lluvias generadas por un sistema ecológico que supone una compleja
cadena de interacciones: la humedad – superficial y subterránea- permite el crecimiento de
plantas que alimentan animales, cuyos detritus a su vez abonan los campos y permiten el
crecimiento de plantas mayores, que fijan la humedad y cuya evapotranspiración alimenta las
nubes, que devuelven el agua en forma de lluvia, etc. Desaparecida la cadena de la vida no hay
lluvias y todo desaparece, como nos lo recuerda el caso de Piura.

Debido a que Conga está ubicado en la cabecera de cinco cuencas y que los sistemas del agua
subterránea y superficial están interconectados, el proyecto tiene un alto potencial de impactar
de manera negativa, tanto la cantidad, como la calidad del agua en estas cuencas. El EIA no ha
logrado demostrar de manera fehaciente que tales impactos no ocurrirán a largo plazo.

El EIA evita discutir el impacto que tendría el bombeo de agua en los tajos sobre el caudal de
los manantiales y arroyos, pero la experiencia de muchas otras minas metálicas muestra que las
actividades de bombeo generan impactos sobre los caudales de los manantiales y sobre las
aguas superficiales. El EIA no presenta datos preliminares sobre el caudal de los manantiales o
sobre la calidad de sus aguas, por tanto, no habría forma de demostrar si es que han ocurrido
cambios luego de la intervención.

Numerosos factores contribuyen a crear vías para el flujo de contaminantes en el sistema hídrico
de la zona del Proyecto Conga: la permeabilidad natural de la roca debido a fracturas y fallas;
las explosiones del minado; los pozos y voladuras abiertos; la degradación a largo plazo de los
relaves; y la actividad sísmica.

El agua bombeada de los tajos será contaminada debido a la interacción con la roca
mineralizada.

El EIA de Conga no presenta datos contundentes que aseguren que la roca ubicada debajo de
los depósitos de desechos propuestos ( desmontes y relaves ) sea impermeable.

Prácticamente todos los depósitos de relaves en minas semejantes alrededor del mundo filtran
contaminantes hacia el acuífero a largo plazo.

Las aguas contaminantes provenientes del bombeo del tajo y de los desmontes y relaves serán
recolectadas y tratadas en la Planta de Tratamiento de Aguas Acidas. Esta planta podrá tratar
850 000 litros por hora. El Proyecto Conga tendrá que bombear de los tajos 1,4 millones de litros
por hora, lo cual excede ampliamente la capacidad de la planta de tratamiento propuesta.

Por otro lado, el EIA sostiene que el agua tratada en la planta cumplirá tan sólo con los
estándares nacionales de calidad ambiental (ECA) para agua de riego y de crianza de ganado.
Por tanto, las aguas tratadas probablemente no sean adecuadas para el consumo humano ni
cumplan con los criterios para la vida acuática.
Lamentablemente, el EIA no detalla la composición química que tendrían sus aguas tratadas y,
dado que la mayor parte de las aguas existentes en la zona del Proyecto Conga son bastante
puras en su composición química, esto implicaría que la mina estaría degradando la calidad
actual del agua.

Las actividades de minado y procesamiento del Proyecto Conga emitirán sustancias tóxicas. Es
obvio que todas las minas metálicas semejantes a esta descargan numerosas sustancias
químicas al medio ambiente en el largo plazo.

Las operaciones movilizan sustancias contaminantes de la roca natural, que incluyen: un ph


excesivamente alto o bajo, aluminio, antimonio, arsénico, bario, cadmio, cobre, cromo, cobalto,
hierro, plomo, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, selenio, plata, talio, vanadio, zinc,
sulfato, nitrato, amoníaco, boro, flúor, cloruro, y componentes radiactivos naturales ( uranio, torio,
potasio-40, actividad alfa y beta total, etc. ). Muchos de los componentes aquí mencionados no
aparecen en los datos de línea de base del EIA de Conga.

Además las aguas de mina regularmente son contaminadas por: cianuro y compuestos
relacionados de degradación ( complejos cianuro-metálicos, cianato, tiocianato ); carbono
orgánico, aceites, grasas y muchos otros compuestos orgánicos, explosivos, productos químicos
industriales, combustibles, anticongelantes, aguas servidas, herbicidas y pesticidas.

El EIA no aborda en forma detallada y verídica el hecho que la planta de procesamiento utilizará
cantidades masivas de agentes químicos industriales. En proyectos mineros semejantes, éstos
son descargados al medio ambiente, principalmente como filtraciones de los relaves o derrames
de los tubos de conducción de relaves. Se menciona que se utilizara estas sustancias químicas,
pero:

a. Insinúan que todos estos agentes químicos son ambientalmente inocuos.


b. Por lo general, dan únicamente los nombres comerciales más no los nombres químicos de
estos productos.
c. No presentan datos sobre las cantidades totales de los productos que se utilizarán durante
la vida de la mina.
d. No integran la información química de las distintas secciones del EIA.

Los volúmenes de desechos que se generaran, se presentan cifras inconsistentes entre sí. En el
caso de los relaves totales generados presenta lo que parecería ser un máximo de 650 millones
de toneladas.
Se calcula que los desmontes totales de ambos tajos serán alrededor de 581 millones de
toneladas.
Estos volúmenes enormes de residuos llenos de contaminantes permanecerán en la zona para
siempre y estarán sujetos a reacciones corrosivas soltando contaminantes al medio ambiente de
manera permanente.
Las leyes en el Perú no garantizan que el titular minero se haga cargo de los pasivos ambientales
a largo plazo, por ejemplo los costos de la gestión y tratamiento de aguas post-cierre. La ley de
cierre de minas solo contempla la responsabilidad del titular minero durante los 5años después
del cierre, luego el obligado es el Estado.

El tratamiento de aguas ácidas se realizará dentro de los estándares apropiados para agua de
riego y ganadería. Por tanto, las aguas tratadas ptobablemente no sean adecuadas para el
consumo humano ni cumplan con los criterios para la vida acuática. El EIA afirma que el agua
en los ríoa, lagunas y manantiales existente en la zona ya está contaminada. La mayor parte de
estas aguas tiene concentraciones muy bajas de sólidos disueltos, siendo actualmente utilizadas
por un número importante de pobladores para diferentes usos, incluyendo el consumo humano.

Los depósitos de desechos, o sea de los desmontes y relaves, permanecerán en el área durante
generaciones. Las descargas de contaminantes de los desmontes y relaves de Conga tendrán
que ser recolectadas y tratadas permanentemente. Por tanto, el área requerirá un mantenimiento
activo de las instalaciones que queden, así como la operación de plantas de tratamiento de
aguas, no simplemente por el periodo que exige la normativa de cierre de minas, sino para
siempre.

“Sobre las Lagunas Perol y Mala que se convertirán en tajos abiertos, el Sacerdote Marco Arana
manifiesta que afectará el curso de las aguas subterráneas.” “El tajo Perol tendrá 2km de
diámetro por 1km de profundidad. Esto alterará el curso natural de las aguas subterráneas y al
exponer el suelo mineralizado al oxígeno y a las aguas de lluvias se producirá un proceso de
oxidación y acidificación de aguas que filtrarán a la parte inferior del tajo contaminado, los
acuíferos subterráneos” anotó el activista medioambiental.

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