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Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias
ISBN-978-607-425-161-6
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SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA,
DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACIÓN
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ÍNDICE
V.- Conclusión…………………………………………………………………………26
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SEMBLANZA DE EDUARDO PABLO CORREA GIRÓN, M.V.Z., M.A.
Formación académica
Ejercicio profesional
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A partir de febrero de 1964, se integró como investigador en el departamento de
Microbiología Experimental, del Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP),
ahora conocido como el INIFAP, con el propósito de realizar proyectos de investigación
sobre enfermedades virales de las aves y el virus de la rabia paralítica bovina. En este
instituto prestó sus servicios como investigador durante 44 años.
b) Docencia:
Su vocación docente no termina en las aulas sino que incluye su participación como
instructor y conferencista en diversos foros. Su labor implica el haber participado en
108 cursos y numerosas conferencias en eventos nacionales, incluyendo los
organizados por AMVEC, así como en distintos foros en el extranjero.
Entre los muchos cursos que impartió sobresale el primer curso para la “Aprobación
de Médicos Veterinarios Zootecnistas en fiebre porcina clásica (FPC) y enfermedad
de Aujeszky (EA) (1989). Este material se grabó en videos que fueron distribuidos en
toda la República Mexicana. Quienes tuvieron la oportunidad de tomar este curso
recuerdan siempre la famosa recomendación de Pablo Correa...”Para controlar la
FPC debemos vacunar, vacunar y vacunar”. Esta recomendación fue aprendida,
comprendida y aplicada por los colegas aprobados y ya conocemos los excelentes
resultados.
Distinciones
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• El ”Premio Científico Luís Elizondo-1985”, que otorga el Instituto Tecnológico de
Monterrey.
• Reconocimiento como “Investigador Nacional”, dentro del Sistema Nacional de
Investigadores. En dos ocasiones fue merecedor de esta distinción como
investigador nivel II, de 1985 a 1988 y de 1988 a 1991; después en el nivel III de
1991 a 2009.
• El “Premio John A. Pino-1986" del INIFAP, SAGAR (PAIEPEME).
• En 1987, año en que por primera vez se otorgó el “Premio CANIFARMA-Sección
Veterinaria, Dr. Alfredo Téllez Girón Rode”, Pablo Correa lo recibió en
reconocimiento a su trabajo sobre la vacuna PAV 250.
• Es importante señalar que entre las distinciones recibidas por Pablo una de las
más significativas fue el “Jabalí Dorado de la AMVEC, Mérida, Yuc., 1991”.
• Es Miembro De La Academia Veterinaria Mexicana, A. C. desde 1991.
• La UNAM le otorgó en dos ocasiones la “Medalla al Mérito”: Cuando cumplió 25
y 30 años de docencia en la UNAM. Esto ocurrió en 1998 y en el 2003.
• La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, (SAGAR) lo distinguió
entregándole el "Premio Nacional de Sanidad Animal” 1998".
• La Fundación Mexicana para la Investigación Forestal, Agrícola y Pecuaria le hizo
entrega de un reconocimiento por su trayectoria científica en 1998.
• En el año 2004, el INIFAP le hizo un reconocimiento por sus 40 años de
aportaciones al desarrollo de la ciencia y la tecnología a favor del campo
mexicano, y en el mismo año , otro reconocimiento por haber participado en la
Primera Reunión Anual en 1962 del ahora INIFAP.
La carrera del M. A. Pablo Correa Girón de más de cuatro décadas es toda una vida de
entrega y dedicación a la investigación, logrando enormes aportaciones en beneficio de la
salud animal en México. Evidentemente resulta complicado el resumir su fecunda labor
sin embargo se destacan a continuación algunas de las aportaciones de mayor
relevancia:
Sus estudios sobre Rabia Paralítica Bovina demostraron que las vacunas existentes en
esos años para prevenir la enfermedad no inducían una protección satisfactoria. Estos
trabajos sentaron las bases para que el entonces INIP (ahora INIFAP) fuera sede del un
programa internacional financiado por la FAO, conocido como el “Plan Derriengue” que
dio como resultado la vacuna Acatlán, para prevenir esta enfermedad y el desarrollo de
productos vampiricidas de gran eficacia.
La labor más importante de la vida científica del M. A. Pablo Correa quedó reflejada en
sus logros relacionados con la Fiebre Porcina Clásica. Entre las aportaciones más
importantes sobre este padecimiento destacan:
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• El desarrollo de conjugados fluorescentes que permitieron que en laboratorios de
la entonces Red Nacional de Laboratorios de Diagnóstico Veterinario se contara
con la técnica más adecuada para la identificación de animales enfermos.
• La evaluación y posterior eliminación del mercado de vacunas comerciales, que
en muchos casos ocasionaban más daño que la misma enfermedad.
• Participó activamente junto con investigadores de la Universidad de Cornell en el
desarrollo de la vacuna viva atenuada, cepa PAV 250 para la prevención de la
Fiebre Porcina Clásica. Sus estudios sobre esta vacuna permitieron conocer
datos relevantes como son: edad mínima de vacunación, título de la dosis
vacunal, vías más adecuadas para la vacunación, duración de la inmunidad,
impacto de la inmunidad materna en lechones, el efecto de la vacuna para
detener brotes, estabilidad del virus vacunal en condiciones de liofilización,
congelación, medio ambiente.
La vacuna PAV 250 resultó ser una excelente herramienta para la prevención de la
Fiebre Porcina Clásica, de manera que aunada a la aplicación eficiente de las técnicas de
diagnóstico y la importante labor de los Médicos Veterinarios especialistas en la clínica de
cerdos, quienes aplicaron sus conocimientos y experiencia para poner en marcha el uso
de medidas de bioseguridad en granjas, el pasado 30 de enero, el Secretario de la
SAGARPA emitió la declaratoria de México como país libre de esa terrible enfermedad.
Escrito por
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II. Introducción sobre la Fiebre Porcina Clásica (FPC)
Pero por diversas fallas, la campaña no tuvo el éxito esperado y fue hasta 1973 cuando
los productores sufrieron los estragos que la enfermedad causaba, y fue así como dio
comienzo la estructuración de un Programa Nacional para el Control y Erradicación del
Cólera Porcino, cuya característica fue: efectuar el programa por etapas y regiones de
acuerdo con los diferentes sistemas de explotación porcina del país. Sin embargo, la
ausencia de sistemas adecuados para el control de la movilización de los cerdos, de
prácticas de bioseguridad en las explotaciones pecuarias y aplicación de biológicos o
vacunas seguras, favorecieron la difusión del padecimiento en amplias zonas del país,
especialmente los del centro; y dado lo anterior, se establece el 1º de junio de 1978 en
forma oficial el inicio de la Campaña de Erradicación en el Norte de Sonora; así mismo un
programa intensivo de control al sur del mismo estado y en el estado de Sinaloa. Dado
los avances obtenidos, en 1980 se establece en el Territorio Nacional con carácter de
obligatorio y permanente la Campaña para el Control y la Erradicación de la Fiebre
Porcina Clásica y se aprueba el programa respectivo, que se publica en el Diario Oficial
de la Federación el lunes 24 de marzo de 1980.
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En 1996 se publica la norma NOM 037-ZOO-1995, sobre la Campaña Nacional Contra la
Fiebre Porcina Clásica y se presenta a consideración de los productores, el nuevo
programa de acciones de la Campaña de Control y Erradicación de la Fiebre Porcina
Clásica y sometido el mismo año a la opinión de la Asociación de Médicos Veterinarios
Especialistas en Cerdos (AMVEC), grupos de industriales y otras organizaciones
involucradas con la porcicultura, esta consulta da como resultado el planteamiento de
reorganizar la campaña bajo las bases de concertación y participación directa de los
productores, campaña que a lo largo de su aplicación tuvo adecuaciones de acuerdo al
avance obtenido en cada etapa, hasta lograr la erradicación de la enfermedad en el 2009.
Sobre la enfermedad.
Etiología. La FPC es una infección del cerdo causada por un virus miembro de la
Familia Flaviviridae, Género Pestivirus. Los pestivirus son patógenos importantes en
medicina veterinaria; los 3 miembros del Género Pestivirus son: a) virus de la Fiebre
Porcina Clásica (VFPC), b) virus de la Diarrea Viral Bovina (VDVB) y c) virus de la
Enfermedad de la Frontera (BD) de los borregos; éstos últimos por su antigenicidad y su
estructura están estrechamente relacionados con el VFPC. Los pestivirus de rumiantes
se han encontrado como infección natural en un gran número de rumiantes domésticos y
silvestres. El VDVB afecta a varios rumiantes y al cerdo; el virus de BD (VBD) en
condiciones naturales afecta a los borregos y a los cerdos jóvenes. El VFPC se presenta
en condiciones naturales sólo en los cerdos domésticos y en los jabalíes;
experimentalmente se puede replicar también en los bovinos, borregos, cabras, conejos,
venados y pecarís; no se replicó en los conejos cola de algodón, palomas, mapaches,
ratas, gorriones ni en ratones silvestres.
El genoma tiene un solo marco de lectura abierto (ORF) que codifica a una poliproteína,
la cual se extiende sobre la cadena de ARN viral, de sentido positivo (+) y codifica una
secuencia de aminoácidos de 3, 898 residuos, con un PM calculado de - 438, 300 pb. La
densidad bouyante, dependiendo del material usado para el gradiente y de las células
usadas para propagar el virus, es de 1.12 y 1.17 g/ml, el coeficiente de sedimentación es
de S20w =140-180 S. El ARN del VFPC sedimenta a 40-45 S en gradiente de sucrosa (10-
30 %); y tiene un PM de 4 x 106 D.
El ARN del virus, es de cadena sencilla y polaridad (+), es infectante y tiene cerca de 12-
12.5 kb de largo. Los virus de FPC y DVB tienen un alto grado de homología en su
secuencia del genoma, la proporción de nucleótidos idénticos entre ambos virus es
aproximadamente del 70 %; al estudiar la secuencia del genoma de dos cepas de FPC
(Brescia y Alfort), se encontró que fue del 93 %, de identidad por lo cual se demostró un
alto grado de homología entre las secuencias del genoma de ambos virus.
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El virión del VFPC está compuesto de 4 proteínas estructurales, 3 de ellas son
glicosiladas (la gp55, gp44/48 y gp 33) y forman parte de la envoltura viral; la cuarta es
una proteína identificada recientemente de 14,000 d (p14) que se asume es una proteína
de la nucleocápside. Se han descrito varias proteínas no estructurales del virus, entre las
cuales se incluyen la p120, p75 y p23; esta última considerada hasta hace poco como
una proteína estructural de la nucleocápside del virus. De las proteínas estructurales, la
gp55 y más recientemente la gp44/48 están implicadas en la inducción de anticuerpos
neutralizantes, la gp33 representa posiblemente una proteína de transmembrana y con
menor inmunogenicidad que la gp55. La secuencia de los genes, en el genoma viral,
tiene el siguiente orden: 5´-gp44/48–gp33–gp55– 3´, codificadas por los nucleótidos
comprendidos entre 1,100 y 3,600.
Con el establecimiento de las líneas celulares, hoy en día, el VFPC se puede replicar en
una gran variedad de células, como son las de origen porcino, bovino, caprino, primate y
cobayo; sin embargo el virus se multiplica principalmente en la línea celular de riñón de
cerdo PK-15 o en células de testículo de cerdo.
Para todos los serotipos de pestivirus, se distinguen dos biotipos en cultivos celulares, la
forma no citopatogénica (no cp), que se replica sin producir daños obvios en la célula
hospedadora, y una variante cp que produce la lisis de las células infectadas. El análisis
molecular reveló que los virus cp representan formas mutantes de los no cp.
La mayoría de las cepas aisladas del VFPC son del biotipo no cp, con excepción de un
número reducido de cepas cp. En estudios recientes se tienen conocimientos de las
propiedades moleculares de las cepas cp de FPC, se han detectado 3 cepas y con dichos
estudios se demostró, que englobaban virus defectivos además del VFPC estándar.
Transmisión. La forma de transmisión más común del VFPC es por contacto directo
entre animales infectados y animales susceptibles. La diseminación del virus puede
comenzar a partir del segundo día postinfección. Las vías de diseminación son
fundamentalmente la saliva, secreciones oculares y nasales; después de unos días
también por la orina y las heces. Los cerdos que mueren por la infección diseminan virus
hasta el momento de su muerte y en los cerdos que se recuperan, se ha demostrado
diseminación de virus hasta 30 días después del inicio de la infección. En la transmisión
son importantes las diferentes formas de la infecció: a) Infección crónica, cuando los
animales son infectados con “cepas” de baja virulencia; b) Infección persistente, debida a
tolerancia inmunológica a la infección, sin producción de anticuerpos neutralizantes, y
diseminación del virus, sin la presentación de signos clínicos; c) Infección atípica, que se
presenta con signos clínicos y lesiones anatomopatológicas diferentes de las propias de
la FPC, confundiéndose con otras enfermedades. En las manifestaciones anteriores, se
supone la presencia de un reservorio del VFPC y causante en muchas ocasiones de
nuevos brotes sin explicación aparente.
Patogenia. Bajo condiciones naturales el virus penetra al hospedador por las vías oral y
por mucosas. Las infecciones naturales por cepas altamente virulentas se caracterizan
por una fase linfática, una virémica y una fase visceral. Después de la replicación inicial,
en las células epiteliales, que cubren las criptas de las tonsilas, el virus invade el tejido
linforeticular subyacente, de donde es drenado a los ganglios linfáticos regionales. Aquí
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se multiplica y da lugar a una viremia inicial. Se producen grandes cantidades de virus en
los tejidos que funcionan como blanco secundario, tales como: nódulos linfáticos
viscerales, médula ósea y tracto digestivo. Esto da como resultado altos títulos de virus
(viremia) y la invasión de los órganos parenquimatosos, el tracto respiratorio y el sistema
nervioso central.
La infección de los órganos aparentemente es mediada, vía fagocitosis, por las células
retículoendoteliales y por la multiplicación viral a través del endotelio vascular. La
replicación viral en los leucocitos y en el sistema retículoendotelial acelera la
presentación de la leucopenia y predispone al animal a infecciones bacterianas
secundarias. Las cepas altamente virulentas se difunden a través del animal en un
período de 5 a 6 días. Las infecciones producidas por las cepas virales moderadamente
virulentas muestran el mismo patrón que el presentado por las cepas altamente
virulentas, pero siguen un curso más lento y las concentraciones virales en la sangre y
en los órganos tienden a ser más bajas; y están principalmente confinadas a la fase
linfática y la fase virémica es breve. Los virus virulentos infectan completamente a las
células epiteliales y reticulares y a los macrófagos en las tonsilas; los virus de más baja
virulencia se multiplican principalmente en las células epiteliales de las criptas de las
tonsilas. Algunas de las cepas atenuadas por pasajes seriados en conejos como la cepa
China o en cultivos celulares (cepa GPE y cepa Thiverval), parecen replicarse
principalmente en las tonsilas y en los nódulos linfáticos.
En la forma clínica aguda, la morbilidad es alta y la muerte ocurre entre los 10 y 20 días
después de la infección, con un curso relativamente lento; los primeros signos aparecen
después de un período de incubación de 2 a 6 días y la intensidad de los signos clínicos
varía, dependiendo de la virulencia de la cepa y del estado inmune de la población. Se
caracteriza por fiebre, apatía o baja actividad, disminución del apetito y decaimiento, con
temperatura de 42 °C o más, la fiebre persiste hasta poco antes de la muerte de los
animales. Los animales que se hacinan, manifiestan temblores, conjuntivitis con marcada
descarga ocular y en algunos casos descarga nasal puede haber afección del tracto
digestivo (estreñimiento, diarrea y vómito), en la fase terminal los cerdos adelgazan,
tienen una marcha ondulante por debilidad del tercio posterior, seguido por afectación del
sistema nervioso central, por parálisis del tercio posterior, que luego se generaliza y el
cerdo permanece postrado en decúbito lateral y moviendo continuamente las
extremidades. Se observa también hiperemia cutánea (en las primeras fases de la
enfermedad), sobre todo en orejas, hocico, abdomen y zona medial de las extremidades,
con progreso a cianosis; así como hemorragias petequiales en las mismas áreas.
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En la forma clínica subaguda, la muerte se produce entre 20 y 30 días después de la
infección, las manifestaciones clínicas son similares a las de la forma aguda, pero con
menor severidad, el período de incubación más prolongado y la tasa de mortalidad es
menor del 30 %.
En la forma clínica crónica, es una enfermedad letal, en la que los cerdos sobreviven más
de 30 días después de la infección, su curso es muy lento y puede haber afectación
predominante de algún sistema u órgano (pulmón, tracto gastrointestinal, sistema
nervioso central o piel) y las infecciones bacterianas secundarias son muy frecuentes, por
lo que el cuadro clínico puede ser confuso; se caracteriza por períodos prolongados e
intermitentes de fiebre y viremia; puede haber debilidad, retraso del crecimiento, apetito
caprichoso y grados variables de tos, diarrea y emaciación. Los diferentes cuadros
clínicos pueden ser atribuidos a cepas del VFPC de diferente virulencia.
La presentación atípica es producida por las llamadas cepas de baja virulencia, éstas son
cepas que se han modificado naturalmente en el campo, o son cepas de virus de FPC de
origen vacunal, dentro de este último grupo se encuentran diversos cuadros clínicos, más
o menos bien definidos: 1) Tremor congénito; 2) FPC agudo en recién nacidos (por
contagio materno); 3) FPC agudo en recién nacidos (por contacto con animales
vacunados) y 4) FPC postvacunal de baja patogenicidad, lo anterior es importante debido
a que no es fácil hacer el diagnóstico clínico diferencial.
Mientras los virus virulentos infectan completamente las células epiteliales, células
reticulares y los macrófagos de las tonsilas, los virus de baja virulencia se multiplican
principalmente en forma restringida en las células epiteliales de las criptas de las tonsilas.
Por lo tanto la virulencia podría ser determinada parcialmente por la interacción del virus
y de las células fagocitarías en estos órganos linfoides periféricos.
La replicación del VFPC se observa primero en los folículos B y células epiteliales de las
tonsilas y en los folículos B de los nódulos linfáticos regionales y en las Placas de Peyer,
y la diseminación a otros tejidos linfoides, así como la infección de las células
endoteliales y de otras células epiteliales ocurrirá más tarde, esta replicación del VFPC
en folículos B es un evento temprano y específico en la FPC y antecede la infección
generalizada.
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significativo en la proporción de los granulocitos y al menos con una pérdida casi
completa de linfocitos B, mientras que la reducción de linfocitos T es menos
impresionante, en términos absolutos, el número de granulocitos también disminuye. Sin
embargo el aumento de los neutrófilos en banda sobre los neutrófilos segmentados indica
un índice de aumento de la producción de granulocitos en respuesta a la infección por el
VFPC, en el estado terminal de la enfermedad, y no se ven afectados en el inicio de la
infección.
Ante la infección por el VFPC los cambios observados son una leucopenia, que aparece
con la elevación de la temperatura o antes y una trombocitopenia. La leucopenia severa
que empieza tempranamente después de la infección, puede causar una disminución del
número de linfocitos T inmunocompetentes. Por lo tanto, el VFPC se espera que no
únicamente dañará la respuesta inmune humoral, sino que también impedirá el que los
animales infectados desarrollen una respuesta inmune celular efectiva para combatir esta
infección viral. En consecuencia, la respuesta inmune afectada de los animales
infectados con virus, conducirá a las manifestaciones de FPC y a un aumento de la
susceptibilidad a las infecciones secundarias.
Inactivación viral. La inactivación por tratamientos físicos depende, en parte, del medio
en que esté contenido el virus; cuando está suspendido en cultivos celulares, la
infectividad se pierde después de 10 minutos a 60°C, y mientras que en sangre
desfibrinada es inactivado después de 30 minutos a 68°C. El VFPC es estable a pH 5-10,
pero arriba o debajo de este pH, su infectividad es rápidamente destruida, es estable a
temperaturas de –20oC y –70°C y liofilizado, donde puede mantenerse por años y puede
durar semanas a temperatura de refrigeración en recipientes de cristal hermético, sin una
disminución marcada de la infectividad. Los solventes lipídicos como el éter, cloroformo y
deoxicolato, inactivan rápidamente al virus. También es sensible a la acción de
radiaciones ultravioleta.
Homología entre los Pestivirus. Entre los distintos Pestivirus hay una gran semejanza
en las propiedades físico-químicas, en cuanto a su densidad en gradientes y coeficientes
de sedimentación; así mismo, hay equivalencia entre las distintas proteínas estructurales,
de modo que las proteínas gp55, gp44/48, gp33, p23 y p14 del VFPC, son semejantes a
las proteínas gp53, gp48, gp25, p20 y p14 del VDVB. Se ha observado una alta
homología, tanto a nivel de nucleótidos como de aminoácidos; en los nucleótidos la
homología es de 66-74 %; y es hasta de un 85 % con respecto a los aminoácidos.
Los Pestivirus pueden ser neutralizados por anticuerpos dirigidos contra una de las 2 gp
(E0, E2); pero la E2 parece ser la proteína contra la que más reaccionan los anticuerpos
virus neutralizantes, esta gp es altamente variable en su porción N-terminal y la
comparación de las identidades de aminoácidos dentro de la gp E2 es particularmente útil
para demostrar variaciones entre Pestivirus. Este análisis de nucleótidos y de las
secuencias de aminoácidos ha servido para determinar: i) la similitud entre las cepas del
VDVB y de los VFPC; ii) la homología de regiones determinadas; y iii) las relaciones
entre las proteínas individuales, lo cual ha servido para diferenciar a los pestivirus.
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III. LAS VACUNAS UTILIZADAS EN MÉXICO PARA CONTROLAR
LA FPC
En la década de 1950, hubo un gran interés en los EUA, en cuanto a desarrollar vacunas
vivas atenuadas contra la FPC que fueran inocuas, efectivas y suficientemente
atenuadas, sin embargo este interés se perdió porque después de 1961, en los EUA se
enfatizó que las vacunas de virus vivo modificado que se usaban entonces (y que
correspondían a vacunas muy poco atenuadas), eran una posible fuente de diseminación
del virus de FPC de baja virulencia. Para este entonces, como ya se utilizaba la prueba
de anticuerpos fluorescentes para el diagnóstico, se encontró que había interferencia con
los animales recientemente vacunados, o sea que, con la presencia de virus vacunal en
los tejidos de los cerdos se enmascaraban los casos de FPC. También se observó que
en ocasiones hubo casos clínicos de FPC, al emplear aquellas vacunas poco atenuadas,
sin utilizar suero hiperinmune o al utilizar lotes de suero que no tenían una potencia
satisfactoria; así mismo también se notó que con estas vacunas poco atenuadas, se
infectaban los cerdos susceptibles que estaban en contacto con los vacunados.
Por lo anterior fue necesario que se desarrollaran pruebas para evaluar, la potencia, a la
inocuidad y así eliminar del mercado a las vacunas peligrosas que producían signos
clínicos y mortalidad, pruebas que permitieron detectar si se diseminaba el virus de los
cerdos vacunados a los no vacunados puestos en contacto y pruebas para determinar si
las vacunas tenían una fuerte tendencia a persistir en los tejidos de los cerdos
vacunados. Con base en las pruebas desarrolladas, todas las vacunas que se usaron en
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ese tiempo, fueron consideradas como insatisfactorias, por lo que finalmente las vacunas
utilizadas contra la FPC fueron legalmente prohibidas en 1971 en los EUA.
Por otra parte, muchos otros países continuaron tratando de mejorar sus vacunas,
incluyendo a México, en donde a partir de 1981 se estableció la Campaña Nacional de
Erradicación, de la FPC, basándose en la vacunación intensiva en una primera etapa
(fase de control) y cuando en la región vacunada ya no se presentaran brotes de FPC
durante un año, se pasaría a la segunda etapa (fase de erradicación) en la que ya no se
aplicaría la vacuna, sin la presencia de brotes de FPC durante un año; para que así al
completarse dos años sin brotes, la región pasara a la siguiente etapa (fase libre de
FPC), en la cual tampoco se vacunaría contra la FPC y sí se mantendría una vigilancia
epizootiológica estricta, basada en un diagnóstico rápido, estudios seroepizootiológicos,
etc.
Cepa China; aparentemente hay varias cepas conocidas como Chinas, apatógenas, sin
reacciones postvacunales en cerdas gestantes en cualquier etapa y en cerdos de
cualquier edad; la inmunidad es duradera, aparece a los 4 ó 5 días postvacunaciòn, el
92% de los vacunados desarrollan anticuerpos, la aplicación simultánea de suero
aparentemente no interfiere con la vacuna, las pérdidas por otras enfermedades no
aumentan. No se disemina, no revierte a la virulencia, ni hay leucopenia.
La cepa Rovac-Laboratorios Lapisa, derivada del virus aislado por Koprowski (1946), el
cual fue atenuado mediante 410 pases en conejos, y produce elevación de la
temperatura, es parecida a la cepa China, se aplica sin suero y confiere alto grado de
protección.
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riñón de cerdo y para elaborar la vacuna, el virus se replica en CC primarios de médula
ósea de cerdos, llegando a producir títulos de hasta 105 TCID 50 %. Confiere buena
inmunidad, no hay transmisión horizontal de los vacunados a los susceptibles puestos en
contacto. Es totalmente inocua y no debe aplicarse simultáneamente con suero
hiperinmune de FPC. No produce inmunosupresión en los animales vacunados, ni
leucopenia y los niveles de linfocitos no bajan de sus límites inferiores. Puede producir
ligera elevación de temperatura (0.5 a 1 C), durante el 3º, y 4º, día postvacunación, en el
20 % de los animales que son vacunados al estar clínicamente sanos, y después se
estabiliza.
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IV.- LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS SOBRE LA VACUNA PAV-250, Y SU
IMPORTANCIA EN EL CONTROL Y ERRADICACIÓN DE LA FPC EN MÉXICO.
Los estudios que se realizaron con respecto a la FPC de 1973 a 1991, permitieron
descubrir que en México, en los años sesentas, se contaba con algunas vacunas
comerciales altamente efectivas contra esta enfermedad, sin embargo existían vacunas y
sueros comerciales, que no ofrecían ninguna protección o que sus porcentajes de
protección eran inadecuados y otras que al ser aplicadas, producían la enfermedad y
mortalidad en los cerdos.
En 1975, los esfuerzos realizados por el INIP (ahora INIFAP), en coordinación con los
científicos de la Universidad de Cornell, U.S.A., dieron como resultado el que la entonces
SARH (después SAGARPA) de México, contara con una excelente vacuna mejorada, la
PAV-250. También se demostró que esta vacuna tenía características superiores a las
vacunas comerciales existentes. Posteriormente (1986), en el proyecto de FPC dirigido
por el M. A. Pablo Correa Girón, se desarrollaron técnicas para la producción industrial de
la vacuna PAV-250, mediante las cuales se produjeron lotes de semilla PAV-250 con
títulos muy altos (106.0 TCID50%).
Así mismo se logró desarrollar un sistema mediante el cual se pudo replicar la semilla
PAV-250 en cultivos celulares libres de contaminación por el virus de Diarrea Viral Bovina
(DVB), con lo cual se obtuvo una vacuna con mayor título y libre de contaminantes que
confiere alta protección. Lo anterior se logró al descubrir que las células PK-15, utilizadas,
estaban contaminadas con el virus de DVB, y esto era la causa de obtener lotes de
semilla y vacuna con bajos títulos, por lo que se procedió a irradiar el suero comercial
(utilizado en la preparación del medio de cultivo), con rayos Gamma, inactivarlo a 56 C y
ultrafiltrarlo, de esta manera, las células PK-15 se encontraban libres de contaminación
con el virus de DVB, y al ser utilizados en la producción de la vacuna, además de usar
un estabilizador adecuado, se lograron producir lotes de vacuna con altos títulos.
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Posteriormente, en 1986, se volvió a elaborar un suero hiperinmune de FPC, logrando un
título muy alto de anticuerpos (1:16304), con el cual se realizó un nuevo conjugado.
A continuación y de forma más extensa, se describen los trabajos desarrollados sobre las
características de la vacuna PAV-250.
Cuando ya se le habían dado los 250 pases, desafortunadamente ya había sido prohibida
en los EUA, la utilización de cualquier tipo de vacuna contra la FPC. Por esta razón la
semilla de esta vacuna fue mantenida en el congelador durante 4 años; y después en
refrigeración (liofilizada), durante 3 años; teniendo entonces un título de --103.5 TCID 50%
/ml. Fue donada a México al entonces INIP, y fue estudiada a partir de 1974. Los
trabajos fueron encaminados a estudiar todas las características de dicha vacuna.
INOCUIDAD
Se observó que después de aplicar una dosis de la vacuna PAV-250, en los cerdos
vacunados no hubo hipertermia, leucopenia, ni se presentaron signos clínicos a causa de
la vacunación. Por lo que se consideró que la vacuna fue inocua y no alteraba los
parámetros productivos ni los reproductivos al ser aplicada en las cerdas en celo, y/o en
cualquier etapa de la gestación.
En pruebas preliminares se observó que en los cerdos vacunados con la cepa PAV-250,
al sacrificarlos en diferentes periodos, el antígeno del virus vacunal se detectó en varios
tejidos en los días 5 y 7, mientras que a los 10, 30 y 40 días, dicho antígeno no estuvo
presente.
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vacunados y uno no vacunado los días 4, 6, 15, 21, 28 y 35, a los animales sacrificados
se les extirparon las tonsilas para trabajarlas por las técnicas descritas arriba. Los
resultados mostraron que el virus vacunal, se logró detectar por aislamiento viral e
identificación por inmunofluorescencia directa (IFD) los días 4, 6, 15, 21 y 28
postvacunación (PV), en cortes de tejidos por IFD los días 4, 6, y 15 PV; por la técnica de
RT-PCRn, los días 4, 6, 15 y 28 PV, y en los cerdos controles no se logró detectar al
virus. Por lo que se concluye que la cepa PAV-250 estuvo presente en las tonsilas del día
4-28 PV.
Por otra parte, la detección de la cepa PAV-250 en sangre, fue solamente determinada
por la técnica de RT-PCRn, en otro trabajo en donde se utilizaron 10 cerdos, 5 vacunados
con la cepa PAV-250 con 2 ml/IM, y otros 5 animales que fueron controles a los que no
se les vacunó; a todos se les tomó muestras de sangre con EDTA los días 0, 7,14, 21,
28, 35 y 42. Los resultados mostraron que el virus vacunal sólo fue detectado el día 7 PV
en 3 de los cinco cerdos vacunados y no se detectó en los controles negativos; por lo que
se concluye que el virus se encontró en sangre en un periodo muy corto (7 días PV) en
comparación con su detección en tonsilas (28 días PV).
PROTECCIÓN CONFERIDA
De modo que cada lote certificado por la SAGAR, de las distintas vacunas mencionadas,
que se utilizó en la piara nacional, tenía la garantía de haber sido probado y de que pasó
satisfactoriamente las pruebas de inocuidad, potencia y de no diseminación. Tomando en
cuenta lo anterior; en caso de que se descubriera que en el campo llegara a fallar algún
lote de vacuna, de cualquier marca, se debería sospechar primeramente de alguna falla
en la cadena fría, porque todos los lotes aprobados oficialmente habían sido ya probados
en cuanto a su inocuidad, potencia y no diseminación.
Desde que se realizaron los primeros estudios, el virus de la vacuna PAV-250, demostró
que no se diseminaba de los cerdos vacunados a los susceptibles puestos en contacto.
En condiciones controladas, a los cerdos se les aplicaron dos dosis y hasta cinco dosis y
se observó que no se diseminaba el virus de la vacuna PAV-250, además de seguir
siendo inocua. Esto se demostró no solo en condiciones controladas, sino también
20
dejando que convivieran los cerdos vacunados con los controles no vacunados, en
condiciones de campo, por períodos de 51, 116, y 206 días, en Huimanguillo, Tabasco,
localizado en un clima tropical, en donde abundan los mosquitos y demás posibles
vectores.
En cambio las vacunas preparadas con la cepa China y con la cepa GPE, dado que sí se
diseminan, al sufrir pases seriados en los animales susceptibles, siempre correrán el
riesgo de revertir a la virulencia.
La vacuna producida con la cepa China no corre este riesgo cuando se elabora en
conejos SPF, por ser éstos de una especie diferente, lo mismo cuando es elaborada en
líneas celulares limpias de virus contaminantes. La cepa Minnesota también fue
elaborada en líneas celulares.
Por otra parte, la cepa PAV-1, que fue preparada en cultivos celulares primarios, a partir
de médula ósea de cerdos comerciales aparentemente sanos (considerando que en
21
México desafortunadamente fue difícil encontrar cerdos libres de determinados gérmenes
patógenos conocidos). Al realizar las pruebas de inocuidad, se confiaba que al inocular
cerdos no vacunados contra la FPC, si no se enfermaban, se daba por bueno el lote de
vacuna. Sin embargo, por no utilizar cerdos SPF, no se pudo confirmar, que no hubiera
agentes patógenos contaminantes en algún lote de las vacunas elaboradas en cultivos
primarios, desafortunadamente éste fue un punto débil de la referida vacuna.
Respecto a la vacuna GPE, que fue elaborada en cultivos celulares primarios de riñón de
cobayo, investigadores japoneses, encontraron Herpervirus contaminante en los cultivos
primarios hechos a partir de riñones de cuyes mexicanos, del cual se desconoce su
significado para la salud de los cerdos. Siendo ésta una de las razones por lo cual, para
su fabricación, se tuvieron que utilizar cobayos SPF, lo que dificultó su producción.
Otro contaminante patógeno que puede estar presente en el suero fetal bovino, es el
virus VDVB, dicho suero es utilizado en forma rutinaria en la preparación del medio de
cultivo para producir CC y con frecuencia se pueden contaminar con el VDVB.
Con la vacuna PAV-250 se logró el control de la FPC en el Sur de Sonora (en 1984,
cundo se inicia la CNEFPC). Posteriormente la PAV-250 se aplicó en La Piedad,
Michoacán y áreas aledañas con un éxito total (en donde la FPC se presentaba con muy
alta frecuencia y con alta patogenicidad). En esta región, el mal manejo de los cerdos, las
deficientes condiciones sanitarias y el alto microbismo ambiental dificultaron el que otras
vacunas fueran igualmente eficientes.
Desgraciadamente la cepa GPE no dio el mismo resultado en las áreas con alto
microbismo ambiental, de modo que los porcicultores y los laboratorios que la producían
aparentemente se desalentaron y finalmente dejaron de producirla.
De modo que cuando la vacuna PAV-250 se aplicaba en una piara en donde ya estaba
establecido un brote de FPC, a los pocos días después ya no aparecían casos nuevos de
FPC; esta experiencia se confirmó en México por muchos médicos veterinarios.
22
Algunos investigadores reportan que la cepa China producía inmunidad en 5 días, con
producción de interferón a los 3 o 4 días postvacunaciòn y la cepa GPE también confería
protección cuando era aplicada entre los 3 a los 5 días antes de la aplicación del virus
patógeno.
La vacuna GPE fue probada en cerdas gestantes que tenían memoria inmunológica
(previamente vacunadas con una vacuna inactivada), y se encontró que en estas
condiciones no se alteraron los parámetros reproductivos.
La cepa China no produce efectos dañinos en hembras gestantes. Por otra parte, de
acuerdo con las recomendaciones del laboratorio productor: a) la vacuna PAV-1 no se
recomendaba para ser aplicada en cerdas gestantes; y b) la cepa Minnesota se
consideraba que era patógena para las cerdas que estaban preñadas. Este punto fue
muy importante en la campaña contra la FPC, durante las vacunaciones en producción
de cerdos de traspatio y en granjas tecnificadas, porque al ser posible la vacunación de
las cerdas gestantes, no quedarían focos de animales susceptibles, no vacunados.
La vacuna PAV-250 puede ser aplicada en animales de uno a 21 días de edad, a dosis
doble (4 ml), sin que sea patógena para ellos. Las pruebas de vacunación con esta
vacuna, realizadas en Huimanguillo, Tab., con el subsecuente desafío en las unidades de
aislamiento del CENID-Microbiología, en Palo Alto, D.F., demostraron que esta vacuna
confirió 100% de protección a los lechones vacunados a diferentes días (1, 7, 14 y 21
días de edad), mientras que sus hermanos de camada, que no fueron vacunados, y que
permanecieron en contacto con ellos, por 51, 116 y 206 días, fueron completamente
susceptibles, ya que, al ser expuestos mostraron 100% de mortalidad. Esto también fue
muy importante porque durante la campaña, al vacunar a los lechones de traspatio y de
las granjas, con la vacuna PAV-250, sin que se queden animales sin vacunar, no se
dejarán focos de animales susceptibles, que posteriormente se podrían infectar. Si no se
toma en cuenta este factor, para poder hacer la vacunación de la población porcina
completa, sería más difícil terminar con los brotes y sería más laboriosa la erradicación
de la FPC de una región.
23
La vacuna GPE, de acuerdo con las publicaciones de autores japoneses, cuando es
aplicada en animales menores de 30 días, no confiere protección, porque hay
interferencia por parte de los anticuerpos maternos; ya que si se aplica a los 30 días de
edad, sólo quedarán protegidos el 50% de los lechones; y si se aplica en lechones
mayores de 30 días de edad, sí conferirá la protección esperada, porque en estos últimos
los niveles de anticuerpos maternos ya son sumamente bajos, por lo cual ya no
interferirán con la vacunación. Por lo que al utilizar estas últimas vacunas, se correría el
riesgo de no poder vacunar a los lechones jóvenes o de que fueran vacunados y que no
quedaran inmunes, lo cual podía interferir en forma importante con el desarrollo de la
campaña contra FPC, porque quedarían focos de animales susceptibles, que en un futuro
podrían infectarse con el virus de la FPC patógeno (virus de campo).
Con anterioridad, en otros países, como los EUA y en varios de los países europeos, la
erradicación de FPC se logró mediante el sacrificio de las piaras afectadas, lo cual
conlleva a gastos enormes por concepto del sacrificio e indemnización a los dueños de
los animales. Por otra parte, con la vacuna PAV-250, desde que se usó por primera vez
en el control de un brote de FPC, en Santiago Cuautlalpan, Municipio de Texcoco,
Estado de México, se observó que hay evidencias epizootiológicas de que las cepas
patógenas podían ser erradicadas de una granja si esta vacuna era utilizada en forma
constante y permanente, por periodos de un año o más, lo cual permitió reducir al mínimo
los gastos de erradicación de la FPC.
El control de la FPC en el sur de Sonora (en los brotes ocurridos en 1984) fue logrado
con la vacuna PAV-250, después de este éxito esta vacuna, poco a poco fue utilizada en
todo el país notándose su superioridad en áreas de alto microbismo ambiental, como en
La Piedad, Michoacán y alrededores, en donde la frecuencia de la FPC era alta, así como
el grado de patogenicidad de las cepas de campo que allí existían.
24
éxito también en varios países de Centro América (Honduras, Guatemala, y República del
Salvador), lo que representa divisas para el país.
La vacuna PAV-250 se utilizó desde 1979, y sus beneficios para la porcicultura nacional,
hasta el momento radican en que los 400 a 800 brotes de esta enfermedad que se
reportaban anualmente (de 1960 a 1980), se redujeron aproximadamente en un 99%; ya
que en los años 2000 y 2001 hubieron 12 brotes reportados en cada año; en el 2002 y
2003 hubieron 6 brotes respectivamente; en 2004 3 brotes y hasta el 10 de mayo del
2005 se reportó un brote; por lo anterior se puede decir que el país ha dejado de perder
por lo menos 26,000 millones de pesos, en los últimos 26 años, así mismo el INIFAP-
CENID- Microbiología ha participado con la vacuna y con su asesoramiento técnico a la
Campaña de Control y Erradicación de la Fiebre Porcina Clásica.
25
V.- CONCLUSIÓN
26
VI.- LITERATURA CONSULTADA
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