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INTRODUCCION .................................................................................................... 2
DEFINICIÓN............................................................................................................ 5
Características ................................................................................................... 14
FORMALIDAD DE LA RENUNCIA..................................................................... 19
CONCLUSIONES:................................................................................................. 21
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 22
ANEXO: ................................................................................................................. 23
INTRODUCCION
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ACEPTACIÓN Y RENUNCIA DE LA HERENCIA
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Para aclarar conceptos sobre el proceso de Sucesiones FERRERO, (2005),
manifiesta los siguientes puntos:
Apertura de la sucesión
Vocación hereditaria
Delación de la herencia
Aceptación o Renuncia (Sucesión - Apartamiento)
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GENERALIDADES DE LA ACEPTACIÓN DE LA HERENCIA
Por lo cual aceptar consiste en coger en la herencia que es ofrecida por la delación.
Aceptar es el acto de voluntad consistente en tomar para sí la calidad de heredero,
y como consecuencia de lo cual se produce la admisión de la herencia y por ello del
contenido de la misma. Mediante esta aceptación el aceptante sucede al causante
desde el instante de su muerte y por el efecto retroactivo de la aceptación desde
ese instante se entiende tomada la calidad de heredero y trasmitida la herencia en
favor del aceptante, con los bienes, derechos y obligaciones que la constituyen.
Mientras no se produzca la aceptación hay un sucesible, pero no un sucesor;
mientras no haya aceptación hay transmisión, pero se desconoce el titular.
DEFINICIÓN
El término “aceptación” figura “acción y efecto de aceptar”. El diccionario de la Real
Academia Española define el verbo “aceptar” como “recibir voluntariamente o sin
oposición lo que se da, ofrece o encarga. Aprobar, dar por bueno, acceder a algo.”
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En razón de ello, siendo que el Causante transmite la masa hereditaria al momento
de su muerte a los Causahabientes, la aceptación de la herencia es el acto expreso
o tácito por el cual el heredero o legatario asume dicha calidad, recibiendo los
bienes, derechos y cargas de la herencia, es decir, tomando la masa hereditaria
materia de transmisión del causante sin oposición alguna. Igualmente, la aceptación
constituye la manifestación expresa o tácita que hace el heredero, de tomar para sí
la herencia de su causante, con todas las consecuencias jurídicas
correspondientes.
El artículo. 03 del Código Civil, expresa que toda persona tiene capacidad de goce
de los derechos civiles, salvo las excepciones establecidas por Ley.
Fernández (2015) señala que dicho artículo “es lógica derivación del hecho de
reconocerse normativamente a la persona humana como sujeto de derecho bajo la
especifica designación de persona natural ya que tal calidad supone la plena
capacidad de goce de todos los derechos civiles que el ordenamiento jurídico
concede a la persona”. El precepto consagra formalmente el que por el simple hecho
de ser persona se es capaz de gozar de derechos civiles, salvo las excepciones
expresamente establecida por la Ley.
Es por la capacidad de goce de los derechos civiles que toda persona puede optar
por aceptar la herencia, siempre y cuando no haya un impedimento de Ley, como
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por el ejemplo la desheredación por indignidad. Esta capacidad de goce no es
limitativa en cuanto a los incapaces refiere, puesto que ellos pueden hacer
prevalecer sus derechos civiles a través de sus representantes, razón por la cual,
también son capaces de heredar a través de la representación.
En interpretación del Código Civil español, cuyo artículo 999° consigna la misma
fórmula, Castán (1967) considera que queda rechazada la aceptación en forma
verbal.
De todas formas, más precisa resultaba la fórmula del artículo 2027, inciso 1 del
Código Civil de Portugal derogado, la cual circunscribía la aceptación expresa al
acto público o privado. En efecto, la voz acto resulta mucho más amplia que el
término documento, pues se refiere también a la manifestación verbal de voluntad.
El artículo bajo comentario indica que hay aceptación tácita si el heredero entra en
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posesión de la herencia o practica otros actos que demuestren de manera
indubitable su voluntad de aceptar. Como dice Baudry Lacanteire y Wahl, la
aceptación tácita es el resultado de una voluntad sobreentendida. Cuando el
heredero se comporta como tal sin expresar su voluntad de aceptar la herencia. Se
da el caso de aceptación tácita. Para ello, debe actuar como propietario, realizar
actos que importen la disposición de la herencia.
Sin embargo, nuestro ordenamiento Civil nos permite obtener una aceptación
expresa del modo verbal, puesto que el artículo 144º del Código Civil expone que
cuando la ley acusa una forma y no sanciona con nulidad su inobservancia,
constituye solo un medio de prueba de la existencia del acto. Esto debido a la
denominada Forma ad probationem del acto, que tiene como finalidad probar
únicamente la existencia del acto jurídico pero sin ser consustancial a él, siendo así
que el acto y el documento, cuando la forma es ad probationem, son dos entidades
jurídicas distintas, separables, y que el acto puede existir independientemente
del documento, pues si el documento se deteriora y se pierde la prueba de la
existencia del acto puede hacerse utilizando cualquier otro medio probatorio.
De otro lado, cabe mencionar que la forma ad solemnitatem, también tiene por única
finalidad el comprobar la existencia del acto, sin embargo, a diferencia de la forma
ad probationem, esta si es consustancial al acto, por lo que ambos forman una sola
entidad jurídica, inseparable, pues el acto no puede existir sin el documento y si este
se deteriora y se pierde, el acto jurídico se extingue y no puede ser probada su
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existencia por otro medio probatorio. La prueba exclusiva de la existencia del acto
jurídico está determinada únicamente por el documento prescrito por la ley como
arma ad solemnitatem.
Por ende, la aceptación tácita se da cuando el heredero se comporta como tal sin
expresar su voluntad de aceptar la herencia, para ello realiza actos inherentes a su
derecho como entrar en posesión material de los bienes, percibir sus frutos, etc.
José León Barandiarán consideró a la posesión misma de los bienes hereditarios
como "dado enérgico revelador de la voluntad aceptativa", estimando, además, que
otros actos que de manera indubitable revelen esa voluntad, representarán una
manifestación tácita de aceptación de la herencia.
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algunos hechos de que se deduzca necesariamente la intención de aceptar, o
aquellos que no podría ejecutar sino con su calidad de heredero”, por lo que es de
ver en amplios rasgos, la igualdad de fondo que tiene la aceptación de la herencia
en las diversas legislaciones. Sin embargo, prescriben ciertas diferencias puesto
que en el derecho mexicano la aceptación expresa de la herencia obligatoriamente
debe prevalecer por escrito y no verbal como el caso nuestro.
Vistas estas dos formas de aceptar la herencia, el artículo 673º del Código Civil nos
presente una tercera, denominada Aceptación Legal o Presunta “C.C. Artículo
673º.- La herencia se presume aceptada cuando ha transcurrido el plazo de tres
meses, si el heredero está en el territorio de la Republica, o de seis, si se encuentra
en el extranjero, y no hubiera renunciado a ella. Estos plazos no se interrumpen por
ninguna causa.”
Por la aceptación legal o presunta, nos encontramos ante el caso del silencio como
manifestación de la voluntad cuando la Ley le atribuye ese significado, tal como lo
señala el artículo 142º del Código Civil: “El silencio importa manifestación de
voluntad cuando la ley o el convenio le atribuyen ese significado”.
Respecto a este carácter del silencio, el jurista Vidal (2007) manifiesta: “El artículo
142, por lo que queda expuesto, es sólo aplicable a una relación jurídica ya
originada por un acto jurídico, pero en la que una de las partes deviene en silente.
En tal supuesto, el silencio tiene el significado que le atribuya la norma legal
pertinente, salvo que en el acto jurídico ya celebrado se haya previsto la posibilidad
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de que una de las partes se convierta en un silente y que en relación a ese silencio
se haya convenido en darle un significado.”
De otra parte, Ferrero. (2005) nos diferencia una cuarta forma de aceptar la
herencia, la cual es la denominada aceptación forzosa: “Cuando se presenta el caso
contemplado en el artículo 662, estamos frente a una aceptación forzosa. En efecto,
quien oculta dolosamente bienes hereditarios, simula deuda o dispone de los bienes
dejados por el causante en perjuicio de los derechos de los acreedores de la
sucesión, está obligado a aceptar la herencia ultra vires hereditatis. La doctrina
francesa la denomina aceptación forzada”.
Barbero (1967), nos menciona que la herencia puede ser aceptada pura y simple,
o con el beneficio de inventario.
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A. La aceptación “pura y simple” consiste en recoger la vocación, tal como está
dispuesta, sin reserva de ninguna clase y puede hacérsela de dos modos:
expresa o tácitamente.
B. La aceptación con el “beneficio de inventario” contiene, en cambio, una
reserva, por efecto de la cual se limita la responsabilidad en cuanto a las
deudas hereditarias intra vives hereditatis y no puede efectuársela más que
tácticamente.
ARTÍCULO 674°
Pueden renunciar herencias y legados quienes tienen la libre disposición de sus
bienes.
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mediante autorización judicial, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 448,
inciso 4; 532 y 668, trátese de patria potestad, tutela o curatela respectivamente.
Existe una limitación dispuesta en el libro de familia, en el artículo 304°, que estatuye
que ninguno de los cónyuges puede renunciar a una herencia o legado o dejar de
aceptar una donación sin el consentimiento del otro. El fundamento de esta norma
lo encontramos en que si bien los bienes hereditarios que adquiere cada cónyuge
tienen la condición de bienes propios (artículo 302, inciso 3), sus frutos y productos
son comunes (artículo 310°).
“Artículo 677º.
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turno también repudia, la herencia o el legado son ofrecidos sucesivamente a todos
los siguientes en orden de prelación hasta que alguien acepte, y por efecto de tal
aceptación tal sujeto será heredero o legatario desde el momento de la muerte,
como si nunca hubiera habido otros llamados a la sucesión.
Características
b. Son retroactivos
Con la aceptación no se adquiere la herencia o legado, pues ello ocurre con
la apertura de la sucesión. La aceptación significa la ratificación, la
confirmación de la calidad e heredero o legatario Por ello producida la
aceptación también se efectúa la confusión del patrimonio del difunto con el
del heredero, si bien con efecto retroactivo al momento de apertura de la
sucesión
Con la renuncia, no se devuelve lo adquirido. El renunciante queda como si
jamás hubiera sido heredero. Resulta un extraño a la herencia alienus ab
haereditate, reputándose que nunca tuvo derecho alguno sobre la sucesión.
El artículo 1239 del Código Civil de Chile declaró expresamente este
principio: "Los efectos de la aceptación o repudiación de una herencia se
retrotraen al momento en que esta haya sido deferida". Igualmente, nuestro
Código, a diferencia del anterior que silenciaba el concepto, dice en su
artículo 677 que los efectos se retrotraen al momento de la apertura de la
sucesión.
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facultados a que se declare la ineficacia de la renuncia para que se cubra su
crédito, mediante la acción paulina.
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norma se refiere únicamente a la herencia (artículo 677) y la otra solamente
a los legados (artículo 773),
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En Argentina en el Código derogado, la renuncia era revocable mientras no
se hubiera hecho partición entre los herederos (artículo 3806), enunciado que
provocó la crítica de la doctrina., Borda (1996) manifiesta que mis claro y
jurídica hubiera sido establecer en cualquier hipótesis el principio de la
irrevocabilidad de la renuncia. Por otro lado, no debe confundirse la rescisión
de la renuncia por error con la revocación de la misma. La primera no es
contraria al carácter definitivo de la renuncia por que lo actos jurídicos son
irrevocables y definitivos, todos son rescindibles cuando el conocimiento es
vicioso.
La irrevocabilidad de la aceptación es el corolario de la perpetuidad de la
institución de heredero, desde el derecho romano se consideró heredero a
quien realiza el fenómeno sucesorio, y que una vez terminado este, conserva
el nombre para siempre. Del mismo modo que asesino de alguien es quien
lo mató, y seguirá siéndolo siempre, porque ya no puede desmatar a que
mató, ni nadie más puede matar al que ya murió, así también el heredero de
una persona, es decir, aquel en quien se operó el fenómeno sucesorio, ya no
puede dejar nunca de ser heredero, porque no puede devolver al causante
los derechos y obligaciones que de él hubo, ni nadie más puede recibirlos
directamente del mismo de cuius.
h. Son delegables, no tienen que realizarse personalmente; vale decir, se
puede otorgar poder para ello.
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Es decir, tiene que haber certeza de la delación. Lo contrario sería consagrar
la sucesión, contractual, que está prohibida en nuestro ordenamiento.
Concuerdan con esta norma, el artículo 1405, que señala que es nulo todo
contrato sobre el derecho de suceder en los bienes de una persona que no
ha muerto o cuya muerte se ignora; Y el artículo 1532, que destaca que
pueden venderse los bienes existentes o qua puedan existir, siempre que
sean determinados o susceptibles de determinación y cuya enajenación no
esté prohibida por la ley, y que tiene corno antecedente el artículo 1396 del
Código derogado, que señalaba que no podía venderse la herencia de una
persona que vivía, aunque esta prestara su consentimiento. El trasfondo de
estas limitaciones tiene carácter moral y refleja el votum mortis.
FORMALIDAD DE LA RENUNCIA.
Artículo 675º.
“La renuncia debe ser hecha en escritura pública o en acta otorgada ante el juez al
que corresponda conocer de la sucesión, bajo sanción de nulidad. El acta será
obligatoriamente protocolizada”.
El citado artículo nos presenta la forma ad solemnitatem por la que se debe celebrar
la renuncia de la herencia. Es de observarse que la renuncia debe revestir
obligatoriamente en documento público que lo ampare, estableciendo dos
modalidades: o por escritura pública, ante notario o quien haga sus veces, o por
acta ante el juez competente para conocer la sucesión, siendo la inobservancia de
este requisito, sancionable con la nulidad del acto. Hay que tener presente que la
aceptación y renuncia de la herencia son, conceptualmente, actos jurídicos, por
tratarse de manifestación de voluntades destinadas a crear y extinguir relaciones
jurídicas. Así vemos que se distinguen dos tipos de invalidez del acto jurídico: la
nulidad y la anulabilidad.
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De acuerdo al artículo 674, pueden renunciar a herencias y legados quienes tengan
la libre disposición de sus bienes.
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que impide a la jurisprudencia resolver adecuadamente los casos que puedan
presentarse al respecto. La Comisión Revisora no fue del mismo parecer, por lo que
agregó el párrafo que existía en el Código de 1936 y que incluyó el Código, en el
sentido de que los plazos no se interrumpen. Es interesante anotar que el Código
derogado refería el plazo solo a la renuncia, mientras el actual lo legisla también en
función de la aceptación, expresando en su artículo 673 que esta se presume
cuando ha trascurrido el plazo para renunciar.
EFECTOS DE LA RENUNCIA
Son sus efectos:
CONCLUSIONES:
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Si el heredero repudia la herencia y con ello se causa un perjuicio a sus
acreedores, éstos podrán solicitar al juez que les autorice para aceptarla en
su nombre. A los acreedores se les atribuirá la cantidad correspondiente
hasta el límite del importe de sus créditos y si sobrase alguna cantidad de la
porción hereditaria del que rechazó la herencia, ésta se repartirá entre el
resto de los herederos.
BIBLIOGRAFÍA
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22
FERNANDEZ C, (2015), “Derecho y persona”, Buenos Aires, Editorial Astrea
FERRERO, A. (2005). “Tratado de derecho de sucesiones”. Lima, Editorial
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Zanichelli.
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Editorial Rubinzal Culzoni
VIDAL F, (2007), “El Acto Jurídico”, Lima, Gaceta Jurídica
Zannoni E. (1999)” Manual de Derecho de las Sucesiones”, Buenos Aires,
Editorial Astrea
ANEXO
ACEPTACIÓN DE HERENCIA
D./Dña (1)……………………….……………………….………..…con
N.I.F.(2)…..…………..……...y domicilio en (3)………………………….…
……..………..……….……………………………………………………..……, Tf:
……….……..…. en nombre de (4)………………..…………...……..…
EXPONE:
23
Que D./Dña. (6)…………….……………………….………….…, con
falleció el día…………………………en…………….…………………………
…………………………………………………………………………….……….
……………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………..
Que los bienes que integran su herencia son los siguientes: (12)
Acciones …………………………..………………...
……………….
Vehículos ……………………………………………..
……………….
Urbanas ……………………………………………..
……………….
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Rústicas ……………………………………………..
………………. Haber
líquido
domicilio……………………………………………………………………………………..
domicilio……………………………………………………………………………………..
domicilio……………………………………………………………………………………..
Pamplona,………………………………………….
Firma
ACEPTACIÓN DE HERENCIA
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(8) Lugar de su última residencia habitual a los efectos de lo establecido en el
art.31.1.a) de la Ley 28/1990, de 15 de diciembre, modificada por la ley
25/2003, de 15 dejulio, por la que se aprueba el Convenio Económico entre el
Estado y la Comunidad Foral.
(9) Fecha exacta o aproximada desde la que tiene la citada residencia habitual.
(10) Lista con los nombres, N.I.F., dirección y parentesco.
(11) Testamento, Auto Judicial de declaración de herederos o Actas de notoriedad,
según proceda (por ejemplo: si es documento notarial, indicar el nombre del
notario, la fecha de otorgamiento y el número de protocolo; si es judicial, indicar
el órgano jurisdiccional, fecha y número de autos).
(12) En caso de bienes muebles, especificar banco o caja, nº de cuenta y titular o
titulares de la misma y saldo a fecha de fallecimiento. Se deberá aportar
certificación bancaria.
En caso de inmuebles:
DOCUMENTACIÓN A APORTAR:
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