Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
2
Moderadora: Mona
Traductoras Correctoras
Alixci Clau
Cjuli2516zc Karens
Clau Maye
Gerald Pochita
Gilsha Cruz Sttefanye
JandraNda
Kath
Lauu LR
Maria_clio88
Nayari
Nelly Vanessa 3
Rosaluce
Recopilación y Revisión
Sttefanye
Diseño
Dabria Rose
De la autora éxito en ventas del New York Times, Penelope Ward, llega una
nueva y sexy novela independiente.
Nos conocimos en el lugar menos probable. Comenzó de forma muy inocente.
Yo era “ScreenGod” y ella era “Montana” pero, por supuesto, esos no eran nuestros
nombres reales, solo las capas virtuales que escondimos detrás.
Iniciar sesión por la noche y hablar con ella era mi escape, mi santuario.
Su verdadero nombre era Eden, pronto lo averiguaría.
Desde la primera vez que nos conectamos en línea, me encontré cautivado.
Ella era una adicción.
Al principio, no sabíamos nada sobre nuestras verdaderas identidades... y ella
insistió en que mantuviéramos las cosas de esa manera. Sin embargo, el anonimato
no tuvo ningún efecto en nuestra química imparable. Si acaso, nos permitió abrirnos
aún más en formas que de otro modo no podríamos tener. 4
Eden era graciosa, inteligente, preciosa, todo lo que siempre había deseado en
una mujer.
Pero realmente no podía tenerla.
Había aceptado que las cosas tendrían que quedar como estaban, hasta el día
en que encontré una pista que me condujo directo hacia ella.
Así que me arriesgué.
Y fue entonces cuando nuestra historia de amor comenzó realmente.
Ryder
Sí. Asiente. Sonríe. Repite.
Era el maestro en pretender que me importaba algo más que una mierda
durante las conversaciones con personas falsas.
Esta rubia había estado haciendo un muy buen trabajo aparentando que estaba
interesada en mí, y luego tuvo que ir y contar una historia sobre su reciente audición
en el lote de Warner Brothers. Fue entonces cuando comencé a desconectarla.
En lo único que podía pensar era en lo bien que se sentiría tocar las sábanas
más tarde y desmayarme solo en mi cama, no con esa rubia. No con nadie en esta
sala.
Ella batió sus pestañas.
—Así que, de todos modos, cuando quieras ver mi demo, me encantaría tener 5
tu opinión...
Allí estaba. Estas conversaciones siempre terminaban de la misma manera, con
una solicitud de un favor.
—Claro, sí. Solo mándaselo a mi asistente, Alexa.
No tenía asistente.
Usaba el nombre Alexa para burlarme, porque me recordaba a la aplicación
parlante.
—¿Me disculpas? —le dije, pasando junto a ella.
Una forma infalible de asegurar que nunca mirara tu mierda, era pedírmelo
directamente en medio de una conversación que se suponía que era sobre otra cosa.
La gente era tan valiente.
Por fuera, probablemente todos pensaban que tenía la vida perfecta, el mundo
al alcance de la mano: un tipo guapo con más dinero del que podía gastar, quien
hacía las mejores fiestas en Beverly Hills, las mujeres cayendo a mis pies por donde
quiera que pasara.
Soy hijo de uno de los productores de películas más importantes de Hollywood,
así que todos los aspirantes en esta ciudad me ven como una línea directa a Sterling
McNamara.
Debe haber parecido que lo tengo todo, dado que vivo solo en esta casa de diez
millones de dólares, con paredes de vidrio que muestran una panorámica de las
colinas. Pero lo que las personas no notan, es cuán terrible es que nunca te vean por
lo que realmente eres, sino por las cosas que posees o las conexiones que tienes. Es
realmente agotador. Y, sinceramente, últimamente, me he aburrido, realmente
aburrido de la vida. Cuando tienes todo en bandeja de plata, no hay nada
emocionante por lo que luchar, nada que esperar.
No es que no aprecie todo lo que me han dado. Tengo un gran trabajo en el
estudio de mi padre. Amo a mi papá y respeto lo duro que ha trabajado para llegar a
donde está. Pero a veces, se siente como una maldición, una sombra de la que no
puedo salir. Y a menudo me pregunto si hubiera sido mejor no haber aprovechado
las oportunidades que se me habían dado, si debería haberme mudado y empezado
de cero. Pero no podría hacerle eso a mi papá. Siempre ha asumido que seguiría sus
pasos y asumiría su papel algún día. Para eso siempre ha trabajado. Sus decisiones
comerciales se basan en ese escenario: asegurarme un lugar, prepararme para
cuando finalmente deje el cargo. Soy su único hijo.
También era duro para mí pensar en renunciar a esa posibilidad, así que seguí
la corriente.
Mi casa apestaba a alcohol y colonia. Miré alrededor a las cincuenta y tantas
personas congregadas en mi sala de estar, la mayoría de las cuales eran mujeres
semidesnudas y hombres tratando de acostarse con ellas.
¿Quiénes son estas personas?
6
Probablemente podría llamar por su nombre a unos tres en toda la habitación.
Todos los demás estaban aquí principalmente por la bebida gratis, y para el final de
la noche, la mitad de ellos estarán borrachos hasta el culo en mi piscina o
desmayados en mi sala hasta que mi ama de llaves, Lorena, los saque a patadas con
su —entiende esto— cencerro.
No hay nada más divertido que escuchar desde la comodidad de la cama a ella
sacudiendo esa cosa y gritándoles en español que saquen sus culos de aquí…
¡Lárguense de mi casa!
Lorena es divertida como el infierno y no le importa una mierda voladora lo
que la gente opine de ella. Es pequeña, pero con una fuerza que hay que tener en
cuenta. Su posición puede ser de ama de llaves, pero realmente es el ama de la casa.
Se toma su papel muy en serio. Y estaba agradecido por lo protectora que es.
Dejé a la multitud en mi sala, intentando conseguirme una cerveza Saporo, las
cuales mantengo en el refrigerador y no en el bar, pero en su lugar, sigo de largo la
cocina, aventurándome a mi habitación.
Cuando la puerta se cierra, dejo salir un suspiro de alivio. Los sonidos de mi
fiesta están ahora enmudecidos, prácticamente inaudibles.
Paz y quietud.
Esto.
Esto es lo que necesitaba.
De ninguna manera volveré a salir allí esta noche.
Había llegado al punto en que descansar en mi cama y masturbarme era más
excitante que tener sexo con una mujer de verdad. Porque mi mano no me utilizaba,
no esperaba nada de mí. Y luego simplemente podía desmayarme. Podría tener a
cualquier mujer en la casa esta noche, y esa es exactamente la razón por la que no
tenía interés en ninguna de ellas.
Esta noche, lo único que quería era correrme de tal manera que cayera
dormido. Últimamente había tenido problemas para dormir. Pensamientos sobre
Mallory se escabullían en mi cerebro una y otra vez evitando que pudiera relajarme.
No podía dejarme caer en ese círculo de culpa esta noche.
Así que, sabía que necesitaría algo de ayuda.
Sin importarme la fiesta que se desarrollaba allí afuera, bloqueé la puerta y
tomé mi laptop.
Mi espalda se enderezó en mi almohada mientras me registraba en mi página
de porno de confianza y revisaba las opciones del menú. Un anuncio emergente
apareció en la pantalla, con penes gigantes flotando por todas partes.
¿Para qué estoy de humor esta noche?
Madres follables.
Rubias.
Asiáticas. 7
Oral.
Anal.
Nada me apetecía.
En la parte inferior de la pantalla estaba una selección de chicas en cámara.
Siempre pasaba por alto esa opción completamente. La idea de competir con otros
hombres para interactuar en vivo con una chica nunca me había interesado. Prefería
no tener que lidiar con mi porno contestándome. No había manera más eficiente de
enfriar mis balas.
Realmente no había nada que una chica en cámara pudiera hacer que no
pudiera conseguir en un video sin tener que despilfarrar dinero para ver, como
mucho, un fragmento de su pezón. Sin embargo, estoy seguro que algunos tipos
solitarios eran presa fácil para caer en algo como eso, porque necesitaban atención
incluso si fuera de la falsa.
No, gracias.
Estaba a punto de pasar esa sección tal como hacía normalmente hasta que una
de las imágenes de las chicas en cámara llamó mi atención. La presentación previa
era una foto de ella tocando un violín.
Un violín.
Me reí.
¿Qué diablos?
¿Me había encontrado con la Yo-Yo Ma femenina del mundo del porno?
Montana Lane. Ese era su nombre.
Un violín. Justo cuando creí que lo había visto todo. Si quisiera escuchar
música, iría a un concierto de la sinfónica, no a un sitio web porno. Sin mencionar,
que prefería el sexo “sin ataduras”.
Esto era malo, pero no pude evitarlo.
Sin embargo, todo esto me hacía sentir curiosidad. Así que hice lo que cualquier
tipo aburrido evitando una casa llena de personas haría. Hice clic.
Famosas últimas palabras.
Allí estaba ella, en vivo y en carne y hueso en tiempo real. A diferencia de la
previa, no había ningún violín en escena.
Me reí. ¡Publicidad engañosa!
En su lugar, ella estaba completamente vestida y… cantando. Bueno,
completamente vestida era un término relativo en este caso, dado que sus pechos
estaban desparramándose por su camiseta tipo tanque rosa pálido, sus pezones eran
como balas de perdigón a través de la tela. Pero estaba cubierta.
Cerré mis ojos y escuché su ejecución en acústico por un momento.
Su voz.
Su voz era para morirse; jadeante y completamente afinada. Hipnótica. La 8
canción me resultaba conocida, y cuando la reconocí, mi cuerpo se congeló.
Estaba cantando “Blue Skies” de Willie Nelson.
De ninguna manera en el mundo.
Mi corazón tronó contra mi pecho. Era la canción que mi madre solía cantarme
cuando era niño. Mamá murió hace unos años, de un extraño tipo de cáncer.
También me la había cantado poco antes de morir. No esperaba conectar con mi
madre en un sitio de chicas en cámara. No obstante, estaba pasando. De ninguna
manera podría darme la vuelta ahora.
Montana estaba realmente metida en ello, cerrando sus ojos para concentrarse
en alcanzar las notas correctas. Y era perfecta.
Pasaron varios minutos mientras escuchaba su suave, cálida voz. Me calmó
como muy pocas cosas podían hacerlo últimamente. De una manera extraña, sentí
como si mi madre estuviera allí conmigo. (Aunque, honestamente, esperaba que
mamá se fuera antes de que empezara a masturbarme).
Montana Lane era una belleza natural de una forma en la que no podían serlo
la mayoría de las personas aquí en L.A. No estaba usando una gota de maquillaje, y,
aun así, su piel era radiante en cámara. Tampoco se notaba que sus pechos fueran
falsos. Caían y rebotaban de una manera natural cuando se movía. Y su cabello era
de un tono de marrón que no viene en botes de tinte, un color cenizo, como arena,
realmente largo (hasta su cintura) y sedoso, casi recordándome a una hippy de los
60s.
Parecía que fuera de otra era o algo. Sus brazos delgados estaban tonificados.
Ella era casi demasiado delgada, más allá de su voluptuoso pecho. Sin embargo, esos
ojos. Sus ojos eran del más claro tono de verde, y brillaban a través de la pantalla. Es
como si pudiera ver a través de ellos, estaba seguro como el infierno de que estaba
tratando de hacerlo. Maldición. Ese violín en la foto previa definitivamente no le
hacía justicia. Esta chica era un knockout.
Cuando finalmente dejó de cantar, los comentarios llenaron la pantalla, uno
tras otro.
LordByron114: ¡Asombroso!
SpyGuy86: Tu voz es tan hermosa como tú.
FranTheMan10: Eres una jodida diosa, Montana.
La mayoría de ellos eran respetuosos. Por supuesto, algunos no lo eran.
Rocky99: Bravo. Ahora muéstranos tus tetas.
¿Muéstranos tus tetas?
Le hablé a la pantalla.
—¡Que te jodan, imbécil!
Esta chica acababa de cantar con su alma y corazón, y ¿este tipo le estaba
pidiendo que mostrara las tetas? De seguro, era por eso que muchos de estos tipos
9
estaban aquí, tal vez incluso yo, pero qué maldito irrespetuoso era, en este punto del
tiempo.
Todo en este sitio estaba basado en las propinas. Los usuarios le pagaban a
Montana con fichas para pedirle diferentes actos. Había un menú desplazable en la
parte inferior de la pantalla que resumía los precios: cincuenta fichas y canta una
canción. Cien fichas y se quita la camiseta. Doscientas y se quita las bragas.
Trescientas y se masturba en cámara.
Joder.
Pensar en eso hizo que mi polla se sacudiera.
Quinientas fichas por un “chat” en privado. Claro. Apuesto que habría mucha
“charla” en ese escenario.
Realmente quería preguntarle por qué había escogido esa vieja canción. Me
inquietaba.
Mientras era libre de mirarla, si quería interactuar con ella, tenía que
registrarme en la página.
Después de ingresar mi correo para ingresar, escogí el nombre de usuario
ScreenGod90, en alusión a mis raíces en el mundo cinematográfico y mi año de
nacimiento. Luego comencé a escribir.
ScreenGod90: ¿Qué te hizo escoger “Blue Skies”?
Montana estaba respondiendo una pregunta de alguien más, dándole a un tipo
consejos sobre cómo complacer a su mujer. No estaba seguro si incluso había notado
mi pregunta. Me estaba aburriendo, perdido entre un puñado de oraciones de varias
personas.
Pensé que me notaría si le escribía. Dah. El dinero habla, Ryder. Me tomó algún
tiempo entender cómo funcionaba todo esto. Cada vez que alguien le daba una ficha,
sonaba cha-ching, y una notificación iluminaba la pantalla.
Me aventuré al banco de fichas y compré cien fichas. ¿Qué demonios? Yo no
apostaba, así que esta era como mi versión de apuesta.
Le di una propina de veinte fichas para comenzar y escribí mi pregunta de
nuevo.
ScreenGod90: ¿Qué te hizo escoger “Blue Skies”?
Ella echó un vistazo y pareció estar leyendo los comentarios antes de mirar
directamente a la cámara. A mí.
—Hola, ScreenGod.
Eso hizo que mi cuerpo se estremeciera. Tragué y sentí que mi rostro se
calentaba. Bueno, esto era jodidamente raro. Verla mirando directo hacia mí,
hablándome a través de la pantalla, fue como tomar un pase de droga.
Inmediatamente quise más, y esta era solo mi primera probada. Lo único que ella
había hecho era decirme hola. En ese momento, basado en mi reacción, una parte de
mí supo que era muy posible que me volviera adicto a esta sensación… adicto a ella.
10
—Esa es una muy buena pregunta. ¿Por qué escogí esa canción? —Cerró los ojos
como si realmente necesitara concentrarse para contestar, luego dijo—: Esa canción
siempre me da escalofríos. Emite un aire de eterno optimismo. Las letras… son tan
simples, y aun así demuestran cuán grandiosa puede ser la vida cuando la gente está
enamorada. Todo se vuelve tan soleado y radiante, incluso cuando estás en el mismo
mundo que pudo haber parecido gris antes de que encontraras a ese ser único con
quien estabas destinado a estar. La vida es cuestión de perspectiva. Yo he
experimentado tanto los cielos azules como los grises. Pero esta canción me da
esperanza, supongo que los cielos azules volverán a llegar.
Jodidamente amé esa respuesta.
Mucho después de que se moviera a la pregunta de alguien más, todavía estaba
mirando intensamente sus labios.
Y de esa noche en adelante, estuve completamente enganchado.
Ryder
Había atrapado una mesa exterior en The Ivy. Como de costumbre, los
paparazzi acampaban al otro lado de la calle.
A pesar de que este lugar siempre estaba lleno de gente que conocía o quería
evadir, me recordaba mi niñez. Mis padres solían traerme aquí cuando era niño.
Preferían la sección interior que el patio. Las antigüedades y muebles coloridos
dentro siempre me hacían pensar en mi mamá de una forma extraña, porque ella
tenía gustos similares. Mi madre siempre ordenaba la sopa de maíz aquí, así que yo
hacía lo mismo cada vez que venía a The Ivy. El espíritu de mamá parecía estar
mucho alrededor últimamente.
Hoy me senté en el patio exterior, rodeado por la típica cerca blanca mientras
esperaba a mi amigo, Benjamin, mejor conocido como Benny. Él y yo habíamos
crecido juntos, y nuestros padres alguna vez fueron socios de negocios. El papá de 11
Benny ya estaba retirado, pero todavía esperaba que su hijo asumiera una posición
en el estudio. Benny no quería tener nada que ver con hacer películas. En su lugar,
era dueño de un dispensario de marihuana en la Playa de Venice. Como a Benny le
gustaba ponerlo, estaba más a favor de “fumarse la mierda” y disfrutar la vida. A
veces deseaba tener sus bolas, solo para decir: “A la mierda todo”.
Benny finalmente apareció. Se rascó su larga barba mientras se sentaba frente
a mí y decía:
—Te ves como la mierda.
—No he estado durmiendo muy bien.
Abrió el menú.
—¿Algo en tu mente?
—No es nada.
—Amigo, sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? Solo porque pueda
repetírtelo no significa que no esté escuchando.
Benny tenía un extraño hábito, algo que hacía desde que era niño. Algunas
veces tenía que repetir en voz baja la última parte de lo que fuera que la persona con
quien estaba hablando había dicho antes de responder. Ya sabes, ¿como cuando
estás viendo a un mal actor, puedes verlo modulando en silencio los diálogos de su
co-estrella? Eso siempre me recordaba a Benny.
Decidí ser claro.
—He estado pensando mucho en Mallory últimamente.
Benny moduló lo que acababa de decirle: “He estado pensando mucho en
Mallory últimamente”.
—Lo sé —dijo—. Lo he escuchado
¿Escuchado? Entrecerré los ojos
—¿Qué has escuchado?
—Se va a casar. De eso estás hablando, ¿verdad?
Sentí como si esas palabras atravesaran mi pecho. Estaba tan confundido. Él
dijo casar, ¿verdad?
—¿Casar?
—Sí. Pensé que eso era lo que te estaba molestando. Lo vi en su página de
Facebook. Subió una foto de su mano con el anillo y el…. —Pareció darse cuenta por
mi rostro que estas nuevas noticias me tenían conmocionado—. Oh, mierda. No lo
sabías.
Mi apetito desapareció de repente.
—No. —Miré hacia el espacio—. No lo sabía.
Mi ex, Mallory, y yo estuvimos juntos por cuatro años. A pesar de que nuestra
12
ruptura había sido hace casi dos años, realmente no había sido capaz de superarla.
Ella me había bloqueado hace algún tiempo de ver cualquiera de sus publicaciones
en las redes sociales. Bloquearme fue el colmo en la destrucción de nuestra
tumultuosa pero apasionada relación.
Sabía que estaba viendo a alguien. No me había dado cuenta de lo serio que era.
Benny me estaba mirando.
—¿Estás bien, hombre?
Me dije que había aceptado la separación. Pero este fue el primer momento en
que realmente me di cuenta de que debía haber estado esperando que algún día
volviéramos a estar juntos. Fue la primera vez que realmente entendí que no iba a
suceder. En cierta forma, me pareció una muerte, tal vez una que necesitaba
experimentar para superarla por completo.
Mi pecho se sentía crudo.
—Sí. Estoy bien. —Cuando el camarero volvió, dije—: ¿Puedo tener otro
Macallan?
Él asintió y fue a buscar mi bebida.
Benny rompió un pedazo de pan y se lo metió en la boca.
—Espero que no te importe, invité a esa chica, Shera, a la que estoy viendo y a
su amiga a que nos acompañen a almorzar.
Mi ceja se levantó.
—¿Su amiga? —Eso solo podía significar una cosa.
—Sí. Ella quería conocerte. No es actriz. No creo que quiera ningún favor como
ese. Creo que solo quiere follarte, para ser sincero, para poder decirle a la gente que
se acostó con Ryder McNamara.
—Estupendo.
Cuando me quedé mirando, estampó la mano sobre la mesa, causando que
algunos de los cubiertos salieran volando.
Jesús.
—¿Sigues deprimido por lo de Mallory? Hombre, ¡a la mierda! Olvídala. Ella te
dejó. Han pasado dos años. Ahora está con algún... don nadie. Supera esa mierda.
No podría culpar a Benny por intentar racionalizar conmigo. Él nunca había
sabido la historia completa de lo que pasó entre Mal y yo, por qué había tomado la
culpa de lo que pasó entre nosotros, a pesar de que fue ella la que lo terminó. Nunca
había compartido la historia completa con nadie. Podría haberse sentido diferente si
supiera la verdad.
El camarero me trajo mi whisky y lo bebí.
Dos chicas se acercaron a nuestra mesa.
Una pelirroja alta saludó. 13
—Hola. Lamento que llegáramos tarde.
Benny puso su mano alrededor de la cintura de la pelirroja.
—Ryder, esta es Shera. Y esta es su amiga, ¿cuál es tu nombre otra vez?
Ella le respondió, pero me miró directamente.
—Ainsley.
Ainsley.
Cuando el tercer Macallan me golpeó, de repente me sentí muy autodestructivo.
Ainsley, creo que hoy vas a tener suerte.
***
Llegué a casa esa noche sintiendo que necesitaba una ducha.
Terminé yendo al apartamento de Ainsley y follando rabioso con ella mientras
imaginaba que era Mallory. Tenía el mismo cabello negro, por lo que era fácil de
visualizar. Fui una mierda enferma. Lo lamentaba, pero no podía recuperarlo.
Sin embargo, no pareció importarle ni un minuto. Los dos nos vinimos duro, y
ella tenía una gran sonrisa en su rostro. Entonces, como siempre, inmediatamente
quise irme a casa. Follar y correr nunca se había sentido bien para mí, pero el sexo
solo se sentía genial en el momento. Cuando todo terminaba, la necesidad inmediata
de huir siempre me alcanzaba.
Afortunadamente, esta chica no tenía expectativas, así que ni siquiera tuve que
fingir. Fácil entrada, fácil salida. Aun así, cuanto más viejo me hacía, más de mierda
se sentía ese escenario. A los veintiocho años, comencé a querer algo más que una
simple follada. Simplemente no pensaba que encontraría aquí a la persona adecuada.
De todos modos, mi ducha era un vestidor. Era más como una habitación
húmeda con elaborado azulejo de vidrio que cambiaba de color dependiendo del
nivel de calor. Era mi parte favorita de la casa.
Mientras el agua caía sobre mí, comencé a pensar de nuevo en la bomba que
Benny me había arrojado hoy. Mi relación con Mallory brilló ante mis ojos como una
película en avance rápido. Entonces una lágrima cayó de mi ojo.
Mierda.
Durante toda la separación, y todo lo que había sucedido antes, nunca había
llorado, ni una vez, hasta ahora. De hecho, no podía recordar la última vez que lloré,
probablemente fue en el funeral de mi madre. Por supuesto, esto era solo una
lágrima, pero era una maldita lágrima de más.
Me froté el rostro y juré dejar que esto sucediera, que este fuera el final de mi
culpa y el final de mi obsesión con lo que sucedió con Mallory. Necesitaba terminar.
Necesitaba seguir adelante tanto como ella necesitaba su nuevo comienzo. Se
merecía eso. Tenía que superarlo.
Apagando el agua, exhalé un largo suspiro antes de secarme. 14
Hola, Montana.
Soy ScreenGod90, el tipo nerd de la música. Espero no estar sobrepasando
mis límites al escribirte así. Me debatí si hacerlo o no. Solo quería asegurarme que
estabas bien. Sabes que dejaste por accidente la cámara encendida esta noche
después de tu espectáculo. Te vi llorar, y lucías realmente alterada. Así que has
estado en mi mente. El propósito de este mensaje solo es asegurarme de que estás
bien.
Atentamente,
ScreenGod90
Hola ScreenGod,
Realmente agradezco que me contactaras. Sí, fue desafortunado. No me di
cuenta que todavía estaba encendida. Fue un momento. Y ya pasó. Solo me había
sentido realmente mal durante todo el día, y así, me derrumbé. No tuvo nada que
ver con el chat. No quiero que pienses eso. De cualquier manera, obviamente no
quise que la gente me viera llorar. Lamento haberte preocupado. Me siento mucho
mejor hoy.
P.D. Realmente me encantan tus solicitudes musicales. Gracias por querer
escucharme cantar.
Xoxo
Montana
18
Querida Montana,
Realmente me alegra escuchar que te sientes mejor.
Y mientras sigas cantando, seguiré haciéndote solicitudes. Tu voz es tan
hermosa como tú.
Saludos,
ScreenGod
Inmediatamente pensé en mis palabras. ¿En serio? ¿Tu voz es tan hermosa
como tú? Con todos esos hombres lanzándosele a diario, ¿realmente creí que esto
era original? A pesar de que eso era lo que sentía, tal vez debí mantenerlo para mí.
Solo sé un buen acosador silencioso, Ryder.
Me reí. Esta era una mierda loca, lo lejos que había llegado por una distracción.
De pronto me llegó olor a detergente de ropa. Lorena, mi ama de llaves, entró
a la cocina con un montón de ropa en una cesta. Debe haber notado mi expresión.
—¿Qué es tan gracioso?
Negué.
—Ni siquiera quieres saberlo.
Ella mantuvo los ojos entrecerrados y mirándome mientras doblaba la ropa.
Decidí decirle la verdad sobre mi obsesión con la chica de la cámara. Lorena podía
manejar casi cualquier cosa, a pesar de que era bastante conservadora. Me encantaba
impresionarla.
Después de pasar unos cinco minutos contándole toda la historia, dijo:
—Entonces ¿es como una modelo nudista?
Me reí.
—Sí. Una modelo nudista. Se quita la ropa de vez en cuando. Aunque no me
creas, no es por eso que la miro.
—¿Por qué te molestas con eso?
Me froté los ojos y me reí entre dientes.
—No tengo idea. ¿Aburrimiento, supongo?
Lorena me señaló.
—Ese es el problema. Tienes todas estas putas arrojándose sobre ti todo el
tiempo. Ya nada te interesa. Ahora te moverás al porno y a las prostitutas.
Levanté mi dedo índice.
19
—Oye, te haré saber que nunca he ido a ver a una prostituta. Tampoco planeo
hacerlo. No es que haya nada de malo en eso. Pero no tengo que pagar por eso, si
sabes a qué me refiero.
—Estás pagando con esta chica de la cámara, ¿no?
Buen punto.
—Sí, pero esto es diferente... supongo. Es solo diversión inocente. Y solo le pago
para que me cante. —Me reí, dándome cuenta de lo loco que sonaba, pagarle a una
chica para que cantara para mí.
—¿Ella canta?
—Entre otros talentos especiales, sí. La primera noche que la conocí, estaba
cantando “Blue Skies”. Mamá solía cantar esa canción. Así que me asusté. Fue así
como captó mi atención al principio.
—Eso y sus grandes tetas.
Casi escupí mi café.
—Sí. Esas también son agradables. Realmente agradables. —Me aclaré la
garganta—. De todos modos, era como si el destino quisiera que escuchara esa
canción o algo. Y en ese proceso... descubrí que me gusta mirarla.
Ella dejó de doblar por un momento.
—Mijo, tienes que ir en dirección opuesta a lo que estás haciendo. Deja de ir
con las zorras y esta pornografía y encuentra a alguien que sea una buena persona,
con quien puedas establecerte. Alguien que te cuide, como una de mis sobrinas.
Oh, chico. Aquí vamos.
Me encogí de hombros.
—Sin ánimo de ofender, pero estoy bastante seguro de que la última sobrina
con la que quisiste cuadrarme tenía más vello facial que yo. Buena chica, pero de
verdad tenía rastrojo.
Lorena se estaba riendo porque sabía de esa mierda cuando me tendió la
trampa.
—Está bien, tal vez no Adriana —dijo—, pero tengo muchas más. Veinte
sobrinas. Hay mucho para elegir. Sé que te gustan las bonitas.
—Bueno, ayuda si no tengo la necesidad de detenerme en nuestra cita y
comprar una afeitadora BiC para que se afeite el rostro, sí.
Ella rió, incluso a costa de su sobrina, porque sabía que era verdad. La chica
tenía bigotes.
—¿Qué pasa con mi otra sobrina, Larisa? Ella siempre está preguntando por ti
desde que te traje a la iglesia esa vez. Tiene un rostro tan bonito.
Larisa había tratado de chuparme la polla en un armario de la iglesia a los
treinta minutos de conocerme. Odiaba arruinar la imagen perfecta que tenía Lorena
sobre su sobrina, así que nunca había divulgado esa información. Disfrutaba de
20
mujeres agresivas, pero no tan agresivas.
—Definitivamente tiene buen rostro —bromeé, sin saber si lo entendería.
Ella me arrojó un paño de cocina que estaba doblando.
—Sabes, le dije a tu madre antes de morir que cuidaría de ti.
Vaya.
—Nunca lo supe, Lorena. ¿Te pidió que hicieras eso?
—Bueno, no, pero le dije que lo haría, y eso la hizo muy feliz. Entonces, siento
la responsabilidad. ¿Sabes? —Parecía que estaba llorando.
Lorena había sido el ama de llaves de mis padres. Siempre fue como parte de la
familia. Cuando me mudé por mi cuenta a los dieciocho años, mi madre la envió a
venir a trabajar para mí, sabiendo que Lorena me mantendría a raya. Al principio no
me gustó; no quería estar bajo la atenta mirada de nadie. Pero a medida que fui
haciéndome mayor, llegué a apreciar tener a alguien alrededor que me respaldara,
especialmente después de que mi madre murió.
Al mismo tiempo, Lorena sabía que yo también la respaldaba. Nunca me pedía
ayuda ni dinero extra, pero no había nada que no quisiera hacer por ella. Realmente
la consideraba una segunda madre y estaba agradecido de que cuidara de mí y se
preocupara por mi bienestar. Mi padre, que tenía buenas intenciones, siempre había
sido ajeno a lo que estaba sucediendo en mi vida, y lo fue aún más después de la
muerte de mi madre. Terminó metiéndose más en el trabajo que nunca. No podría
decir que lo culpaba.
Entonces, mientras mi padre estaba ciego, Lorena lo había visto todo. Y no me
juzgaba. Estuvo allí cuando yo era un desastre después de la ruptura con Mallory.
Desde entonces, había visto innumerables mujeres salir de mi habitación
avergonzadas. A pesar de sus sentimientos sobre mis acciones, siempre se aseguraba
de que mis sábanas sucias se limpiaran. Nunca me dio una mierda a menos que le
pidiera su opinión.
Y si lo hacía, chico, me la daría.
21
Ryder
Me dije que no volvería a la página de Montana Lane de nuevo, pero era algo
más fácil de decir, que de hacer. Me encontraba solo en la noche e inevitablemente
hice clic, “solo para ver qué estaba haciendo”. Pasar tiempo virtual con ella se
convirtió en una experiencia familiar y confortable. Le pedía que cantara para mí una
o dos veces, pero mayormente la veía como un tranquilo espectador.
Nunca hizo más que mostrar sus pechos en cámara durante los chats públicos.
Pero desaparecía por ratos, y siempre me preguntaba qué estaría pasando durante
esos espectáculos privados.
Había visitado su página cinco noches seguidas. Pero esta noche era diferente.
Por primera vez, decidí tomar la oportunidad con algo.
Ni siquiera sabía qué estaba buscando, solo quería tenerla para mí por un ratito.
22
Lancé suficientes fichas y solicité un chat privado. Sudor permeaba mi frente.
Estás siendo estúpido, pensé, incapaz de creer que estaba en verdad nervioso por
interactuar con ella de uno a uno.
Se despidió de la audiencia y desapareció unos segundos. Luego recibí el acceso
a la sala privada de chat antes de que ella apareciera de nuevo en pantalla.
Montana saludó con la mano.
—Hola, ScreenGod, ¿Cómo estás? Pensé que nunca lo pedirías.
Escribí.
ScreenGod90: Hola. ¿Cómo funciona esto exactamente?
—Bueno, sabes que puedes hablar conmigo en esta sala, incluso activar tu
cámara si quieres que te vea. Pero ciertamente no tienes que mostrar tu rostro. Solo
enciende tu micrófono para que pueda escucharte. De esa manera podemos hablar,
y no tienes que escribir nada más. Ese es uno de los beneficios del chat privado. Si
prefieres no hablar, puedes escribir también. Esto está bien.
No me había dado cuenta de que en realidad podría hablar con ella, y que tenía
la opción de mostrarle cómo me veía. Joder. Eso definitivamente no iba a pasar.
Necesitaba mantenerme controlado. Mostrarle mi rostro era riesgoso. Podría
descubrir quién era. La razón por la que me sentía atraído a este escenario era
justamente mi anonimato.
Pero dejarla escuchar mi voz era inofensivo. Encontré el botón para activar mi
micrófono y le di clic.
—¿Puedes escucharme? —dije.
Sonrió.
—Sí. Oh, Dios, sí. Hola. —Montana parecía un poco asombrada.
—Hola. —Sonreí—. Bueno, genial. Obviamente nunca antes había hecho esto.
—Tu voz es mucho más profunda de lo que imaginé, ScreenGod. No es lo que
esperaba.
Espera.
¿Qué carajos?
—¿Qué esperabas? —pregunté, bajando mi voz todavía más.
—Por alguna razón, pensé que serías este hombre tímido, que habla bajito. Tu
voz es agradable y profunda. Tienes una voz realmente agradable.
Genial. Pensaba que sonaría como una chica. Buen trabajo, Ryder.
—Gracias. Tú también. Quiero decir, no profunda. Pero una voz muy agradable.
—Sé lo que querías decir.
—Especialmente cuando cantas. Obviamente ya sabes que me encanta tu voz —
dije.
Ajustó sus piernas para sentarse con ellas cruzadas en posición de indio, sobre
la cama. 23
—Lo siento. —Los dos nos quedamos mirando nuestras pantallas, uniéndonos
en nuestra pérdida común por un minuto, antes de que ella preguntara— ¿Qué edad
tienes?
—Veintiocho
—Y tenías, ¿qué? ¿Veinticinco cuando murió? Eso es demasiado joven para
perder a tu madre, como yo. Puedo entenderlo.
—¿Qué edad tienes tú? —pregunté.
—Veinticuatro.
No la había invitado a esta sala de chat para hablar de cosas pesadas. No estaba
seguro de que pudiera manejarlo justo ahora. Un cambio de tema era
definitivamente necesario.
—Entonces, ¿qué son todos los accesorios detrás de ti? Es como un circo allí.
No te he visto usar ni la mitad de esas cosas
—Es como una mezcla entre un circo y el programa de los Acaparadores,
¿verdad? —Se rió—. Es loco. Hay cosas que la gente pide de vez en cuando. Nunca
sabes lo que alguien podría necesitar. Sin embargo, las únicas cosas que uso sobre
base regular son los consoladores.
—Bueno, sí, nunca sabes cuándo vas a necesitar una boa falsa o unos anteojos
gigantes de manera sorpresiva.
—¿Verdad? —Se detuvo—. Supongo que debería deshacerme de algunas cosas.
He acumulado muchas.
—¿Por cuánto tiempo has hecho este asunto de las cámaras?
—Como por año y medio.
Me senté en la cama, sintiéndome más a gusto a cada segundo.
—¿Recuerdas tu primera noche?
Sopló un aliento y se rió.
—Oh, Dios. Sí. Estaba tan nerviosa. Seguía revisando las luces, cambiando mi
ropa… pensando que todas esas cosas importaban. Pero una vez que salí al aire, me
di cuenta bastante rápido que a nadie le importaba una mierda esos pequeños
detalles.
—¿Así que, despegaste y volaste?
Sonrió.
—Bueno, tomé un trago primero. Uno fuerte.
—Puedo imaginarlo.
—Recuerdo ver el conteo de visitantes en la sala, esperando que subiera. Fue
bastante lento al principio. Había muy pocos espectadores. Casi renuncio antes de
empezar. Quiero decir, hay mucha competencia allí afuera. No estaba segura si
alguien siquiera aparecería. Una vez que las cosas comenzaron a arrancar, me
rompieron muy rápido. Había escuchado y visto todo a ese punto. 26
30
Ryder
Su verdadero nombre era Eden.
Siempre había sospechado que el nombre de Montana Lane era tan falso como
ScreenGod.
Durante tres semanas estuvimos charlando en una habitación privada durante
al menos una hora todas las noches. Nunca le pedí que hiciera nada más que hablar
conmigo.
Todavía no había encendido la cámara, así que Eden seguía sin tener idea de
cómo era. Prefería mantener las cosas así por el momento. ¿Alguna vez iba a
mostrarle mi rostro? No estaba seguro. Estuve tentado de hacerlo, para que supiera
que no era un bicho raro. Pero eso llevaría las cosas a un nivel diferente para mí, para
el que no estaba seguro de estar preparado.
31
La habría reservado toda la noche todas las noches si me hubiera dejado. De
hecho, lo intenté. Pero no creía que fuera una buena idea desaparecer por completo
de su audiencia pública. Perdería clientes de esa manera, y lo entendía; no podría
culparla. Pero maldición si no esperaba con ansias nuestro tiempo juntos después de
un largo día.
A pesar de que nos abrimos sobre nuestras vidas y nuestros días, había un
límite para lo que compartíamos. Todavía no sabía dónde vivía ni detalles personales
como su apellido. Acordamos mantenerlo así por el momento.
Ella sabía que mi nombre era Ryder. Sabía que mi comida favorita era la pizza
y mi banda favorita era Pink Floyd. Sabía muchas cosas sobre mí, pero no sabía cómo
me veía, dónde trabajaba, ni mi apellido. Sin embargo, al mismo tiempo, no parecía
que la falta de información importara. Estaba empezando a sentir que nos
conocíamos íntimamente. Y eso me hizo pensar en que quiénes somos en este mundo
no tiene nada que ver con nuestros nombres, nuestros trabajos, nuestro estatus
social o todas las etiquetas que nos ponemos el uno al otro. Era posible conocer a
alguien sin ninguna de esas cosas.
Probablemente nunca lo hubiera pensado antes de conocer a Eden. Pero ella
me había demostrado que las verdaderas relaciones pueden basarse en cómo se
conectan dos personas, sus ideales y gustos compartidos, su química general. Y la
mía con Eden estaba fuera de los mapas.
***
No había duda que trabajar en un estudio de cine podría ser estimulante. Los
empleados y los miembros del equipo se mezclaban con famosos que iban y venían.
Era una avalancha constante de energía. Pero ya estaba tan acostumbrado a estar
cerca de gente famosa que ya no me molestaba.
Había tenido muchos roles diferentes en la compañía de mi padre, McNamara
Studios. Papá me hizo comenzar desde abajo y escalar de posición. En la escuela
secundaria, trabajé en la puerta, dando acceso a los talentos y ejecutivos al lote y
rechazando a otras personas. También manejaba un carrito de golf y buscaba comida
para el elenco y el equipo.
Con el tiempo, después de graduarme de la universidad, pasé al lado de la
producción, ayudando a asegurar que los guiones estuvieran finalizados,
coordinando el proceso de realización de la película y manteniendo las cosas dentro
del presupuesto. Terminé obteniendo mi maestría en negocios de UCLA. Mi
especialización fue producción de películas como estudiante universitario, pero mi
padre quería que obtuviera el conocimiento comercial que sería necesario para
dirigir la empresa algún día.
Últimamente, había pasado más tiempo fuera del lote, siguiendo a papá en su
oficina en el centro de la ciudad. En este día en particular, estaba ansioso por irme
cuando me hizo sentar durante un descanso laboral.
Subió sus pies sobre su escritorio.
—Hay un gran cambio sucediendo, hijo. Nos exige estar más enfocados en el
mundo. Y vas a jugar un gran papel en esto.
32
Tomé una de las mentas en el tarro de su escritorio y le quité la envoltura.
—Está bien. Explícame.
—Bueno, antes si producías una buena película en Hollywood, la pasaban en
Nueva York o en Los Ángeles, y eso era suficiente. Todo era muy unidimensional. Ya
no es así. Todo se ha vuelto digital. Ya lo sabes. No necesito decírtelo. Tenemos el
mundo al alcance de la mano ahora. Y eso significa ser conocedor del mercado global
y de todas las diferentes plataformas que tenemos. El streaming está asumiendo un
papel más importante en la forma en que las personas ven las películas, pero al
mismo tiempo nos permite el potencial para un público mucho más grande.
—Está bien… esto no es realmente noticia. Explica mi gran papel en todo esto.
—Quiero que viajes más, que seas nuestro líder en el mercado internacional. La
persona que dirija esta empresa hacia el futuro necesitará ese tipo de experiencia.
Mi frente se frunció.
—¿Me estás enviando lejos?
—Solo por pequeños períodos de tiempo. Va a ser imperativo que tengas
experiencia internacional si vas a dirigir este lugar.
—¿Dónde es mi primera parada?
—Estoy pensando en India.
—¿India? —Ese era probablemente el último lugar que esperaba.
—Sí. Las ventas de boletos de Bollywood son astronómicas. Tenemos que
prestarle atención a esto. Me gustaría establecer una sucursal en Mumbai, y me
gustaría que la encabeces. Eso va a significar que viajes ahí. Tenemos el potencial y
el presupuesto para ser mejores que Bollywood y cosechar los beneficios de ese
mercado caliente.
—¿Ya está decidido?
—Ya he organizado algunas reuniones para ti. Te vas en dos semanas. —Debió
haberse dado cuenta de mi cara cuando agregó—: Te ves como si estuviera meando
en tus Cheerios.
—Es solo que… no esperaba esto.
—Esperaba que estuvieras más emocionado.
—Tal vez si no fuera al otro lado del mundo.
¿Por qué no estoy emocionado?
Odiaba admitirlo, pero sabía que el horario de la India estaba algo así como
doce horas adelantado. Estaba disfrutando la rutina nocturna en la que me había
metido últimamente y no quería interrumpirla. Pero no podía decirle a mi padre que
no iba a ayudarlo a superar a Bollywood porque echaría de menos mis citas con una
chica en línea.
Así que, me aguantaría e iría.
*** 33
retirarme esta noche antes de hacer el tonto. Necesitaba echarme un poco de agua
fría en la cara. En realidad, tomar una ducha helada.
—Tienes razón. Será mejor que me vaya —dije.
Levantó su ceja.
—¿A la misma hora mañana?
—Sí. Misma hora.
Ninguno de los dos estaba dispuesto a ser el primero en irse. Nos sentamos allí
mirándonos el uno al otro. Verdaderamente adicta, realmente no quería dejarlo ir.
Su respiración se hizo más pesada, y parecía que quería preguntarme algo.
Finalmente, lanzó la pregunta que había estado conteniendo.
—¿Estás con alguien, Eden? No hemos hablado de eso. Siempre he supuesto
que estás soltera. Quizás no es de mi incumbencia, pero realmente quería hacerte
esa pregunta.
Le dije la verdad.
—No estoy con nadie.
Sonrió, aparentemente complacido por mi respuesta, y fue doloroso para mí,
porque sentí que le había dado falsas esperanzas. No había forma que pudiéramos
funcionar alguna vez, y estaba empezando a pensar que Ryder podría estar
apuntando a eso.
Sin embargo, conocer mis limitaciones no me impedía desearlo. Y eso
ciertamente no detuvo mis sentimientos de celos. Las ruedas en mi mente habían
estado moviéndose desde la historia que me contó esta noche.
—¿Quién es la chica que rompió tu corazón?
Ryder no estaba preparado para mi pregunta. Luego dejó escapar un largo
suspiro.
—Su nombre es Mallory.
—Debe ser hermosa.
—No tan hermosa como tú —susurró.
Tragué. No tenía idea de cuánto necesitaba escuchar eso en este momento,
aunque era tonto de mi parte.
—¿Qué pasó? —pregunté.
Bajó la mirada por un momento y luego dijo:
—Estuvimos juntos durante cuatro años. Y arruiné las cosas bastante mal. Es
una larga historia.
Necesitaba saber.
—¿La engañaste?
—No. No fue nada de eso.
Un suspiro de alivio escapó de mí. Realmente había esperado que no fuera 45
infiel.
—¿Quieres hablar acerca de ello?
—Honestamente, no ahora. Pero te diré lo que sucedió algún día. ¿Sí?
—Bien.
Esbozó una leve sonrisa, y allí estábamos, mirándonos de nuevo, ambos
parecíamos haber olvidado que se suponía que debíamos decirnos las buenas
noches.
—Dime algo sobre ti que no sepa, Eden. —Cuando me quedé en silencio, me
dijo—: Sé que quieres mantener ciertas cosas en privado. Lo entiendo. Pero me estoy
muriendo aquí. Necesito saber más sobre ti.
Había tanto que no sabía que podría haberle contado. ¿Pero entonces, qué? Su
pequeña fantasía habría terminado. Eso es lo que era para él, ¿no? Y la fantasía
siempre es mejor que la realidad.
Decidí compartir algo de todos modos.
—Una vez tuve sueños de mudarme a Nueva York. Quería trabajar en
Broadway. Siempre estuve en musicales en la escuela secundaria, y eso es lo que
aspiraba a hacer. Pero cuando mi madre murió, perdí el rumbo. Nunca sucedió.
Se veía triste al escucharme decir eso.
—Nunca es demasiado tarde para perseguir tus sueños. Y todavía eres joven. Si
hay algo que realmente quieres, debes ir tras eso.
—No estoy segura de lo que quiero ahora. Mucho ha cambiado desde entonces.
Pero parte de por qué me encanta cantar cuando estoy en la cámara es que de alguna
manera satisface ese deseo de actuar frente a una audiencia. Lo cual es ridículo, lo
sé, porque claramente el tipo de actuación que hago la mayor parte del tiempo no es
como Broadway. Y nadie está realmente allí para escucharme cantar. —Me reí entre
dientes—. Bueno, excepto tú.
Su tono era serio.
—No es ridículo. Eso tiene mucho sentido, en realidad. Gracias por decírmelo.
—Hizo una pausa—. ¿Por qué haces lo de las cámaras? ¿Es solo dinero? ¿O te gusta?
—Es principalmente el dinero. Sería difícil renunciar a eso. Es más de lo que
puedo hacer; haciendo prácticamente cualquier otra cosa sin un título.
Le había dicho la verdad antes, que trabajaba en un restaurante durante el día
y hacía lo de la cámara por la noche. Ser una chica webcam era realmente agotador,
mental y físicamente. Si bien tenía la opción de hacerlo a tiempo completo, no podía
imaginar más de unas pocas horas por la noche. Entonces, sacrificaba dinero por la
cordura.
Había una cosa que siempre había querido confesarle. Este parecía ser el
momento adecuado para hacerlo.
—Tenías razón, Ryder.
46
—¿Acerca de qué?
—La noche en que accidentalmente me viste llorar frente a la cámara, cuando
me olvidé de apagarla después de mi espectáculo, algo molesto sucedió en la
conversación privada justo antes de eso.
Dejó escapar un largo suspiro.
—Mierda. Lo sabía.
Asentí.
—El hombre que pagó me pidió que me masturbara para él. Todo fue normal al
principio, y hacia la mitad, de la nada, comenzó a escupirme cosas, llamándome
“puta sucia” y “puta desagradable”. No era la primera vez que algo así me sucedía a
mí, pero la forma en que lo hizo, tan fuerte como repentinamente, como Jekyll y
Hyde, realmente me asustó. Terminé la conversación, pero realmente me inquietó.
—Mierda. Lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso.
—Tengo que asumir que me encontraré con una cierta cantidad de imbéciles.
Su rostro estaba rojo.
—No hace que esté bien.
—De todos modos, tu correo electrónico llegó esa noche, realmente me hizo
llorar, pero no de mala manera. Me hizo darme cuenta que hay tipos buenos que no
me rechazarán por lo que hago para ganarme la vida. Tú restauraste mi fe en la
humanidad, aunque ni siquiera te diste cuenta. Realmente necesitaba ese mensaje.
Ryder parecía que no sabía si estar feliz o triste por lo que acababa de admitir.
—Bueno, me alegro de poder hacer eso por ti. Estaba genuinamente
preocupado, pero ni siquiera te conocía entonces. No sabía que te convertirías en una
parte importante de mis días. No puedo pagarte por haberme sacado del estado de
ánimo en el que estaba.
Sentí que debería ser yo quien le agradeciera.
—No hice nada.
—Eres una buena persona. Te entregas para hacer felices a los demás, ya sea
que te des cuenta o no. Sé que estás haciendo esto por el dinero. Pero pones tu
corazón y alma en ello. Escuchas las preocupaciones de la gente. Le das consejos
reales que vienen de adentro, y cantas con todo tu corazón. Sonríes cuando no te
sientes bien porque eres una profesional consumada. —Ryder se quedó mirando—.
Estoy seguro que si le contara a alguno de mis amigos sobre ti, no lo entenderían. Me
dirían que estoy loco. Pero si esto es una locura, no quiero ser normal, porque no
puedo recordar un momento en que haya sido más feliz.
Sentí que su alma estaba hablando con la mía en ese momento, porque yo
también era más feliz de lo que había sido en mucho tiempo. Mi vida había estado
oscura durante un par de años, y conectarme con Ryder me había dado algo que
esperar cada día, algo solo para mí y para nadie más. Él era realmente mi placer
culpable. 47
Sabía que esto iba a terminar mal. Era solo cuestión de tiempo antes que se
cansara de las limitaciones que había establecido. Su vida real interferiría, y las
conversaciones conmigo en línea pasarían a segundo plano frente a todo lo demás.
Lo que teníamos se desvanecería. Pero incluso sabiendo eso, no iba a ser la primera
en dejarlo ir.
Ryder
Lo llaman el Nueva York de la India. Mumbai no solo era el hogar del cine indio,
sino también una meca de compras y de comercio. Ahora que estaba aquí, no podía
creer que hubiera temido este viaje.
—Estoy tan feliz de que hayas tenido tiempo para llamarme —dijo Eden.
En los días pasados, mi agenda no me permitió chatear con mi chica favorita.
Pero finalmente encontré un momento para llamarla por video.
—Te extrañé. Tenía que hacer tiempo. —Fue tan bueno ver su rostro. Era aún
más hermosa porque no la había visto por un tiempo, así que era casi como verla por
primera vez una vez más.
—Ha sido extraño no hablar contigo. Cuéntame sobre India.
—India es un torbellino, pero me lo estoy pasando genial. Este viaje 48
definitivamente ha excedido mis expectativas hasta ahora. Estoy en Mumbai, que es
la capital del entretenimiento. Está caliente como el infierno aquí. Tengo un guía
turístico, Rupert. El primer día, vino a buscarme en una motocicleta. Así que así es
como me he estado moviendo, en la parte posterior de la moto de ese pequeño
escuálido.
—Vaya. Ten cuidado.
—Sí, quedamos atrapados en un monzón el otro día. Eso no fue realmente tan
divertido. El flujo de tráfico es loco aquí. Nunca he visto algo así. Será un maldito
milagro si llego a casa vivo.
Ella se encogió.
—Oh Dios mío. ¡No digas eso!
—Estoy bromeando, más o menos.
—¿Pero lo estás pasando bien?
—Más de lo que pensé que haría, sí. Sin embargo, ha estado ocupado durante
el día, y es por eso que no me pude escapar durante los días pasados para chatear.
Ha sido reunión tras reunión. Y por la noche, Rupert me ha estado mostrando todo,
llevándome a todos los puntos calientes. Ayer me llevó a caminar por el Mar Arábigo.
Fue bastante increíble. Pensé mucho en ti en ese paseo.
—¿Lo hiciste?
—Sí, pensé en cómo me recuerdas al océano, un gran misterio.
Eden estaba sonriendo, pero no parecía genuina. Algo definitivamente la estaba
molestando.
—¿Todo bien? —le pregunté.
—Sí. Todo está bien. —Vaciló, luego comenzó a quitarse la sudadera con
capucha—. Cálmate. Solo me quitaré esto. Tengo calor. —Nunca se quejaba de tener
calor. Por lo general era todo lo contrario; siempre tenía frío.
Vi cómo la levantaba sobre su cabeza. Debajo había una camiseta que vi en un
abrir y cerrar de ojos antes de que se la quitara, mostrando la parte superior de su
top debajo. Pero había visto la camiseta el tiempo suficiente para ver lo que estaba
en el frente: Ellerby's Grille desde 1985.
Se la había quitado rápidamente, casi como si no quisiera que la viera, pero ya
era demasiado tarde. Lo había hecho. Y ese nombre quedaría grabado en mi
memoria.
—¿Cuándo vendrás a casa otra vez? —preguntó.
—El 29.
—Está bien. —Su expresión todavía emitía una vibra hosca.
—Pareces un poco deprimida. ¿Estás segura de que estás bien? —pregunté.
—Sí. Solo... Ha sido estresante los días pasados. Nada específico. Y no poder
hablar contigo cada noche ha sido un fastidio. 49
También extrañé hablar con ella.
—Lo sé. Lo siento.
—No lo hagas. No es tu culpa. —Ajustó su posición en la cama y dijo—:
Cuéntame más sobre India.
Aunque sospechaba que estaba fingiendo estar interesada en cambiar de tema,
me entretuve en su pregunta.
—Bueno, ¿has oído hablar del Taj Mahal?
—Sí, ¿ese gran palacio?
—Síp. Está aquí, también. Pero está algo lejos de donde estoy. Aunque estaba
pensando en ir a verlo antes de irme. Si lo hago, tomaré algunas fotos y te las enviaré
por correo electrónico.
—Me encantaría eso. —Sonrió.
—Mañana Rupert me llevará a la boda de su primo. No estoy seguro de querer
ir, pero insistió. Dice que pasaré un buen momento.
—Las chicas indias estarán encima del atractivo tipo americano. Cuidado.
Probablemente no era el momento adecuado para admitir que varias actrices
de Bollywood me habían hecho propuestas varias veces.
—¿Eso te pone celosa?
Ella vaciló antes de responder.
—Sí.
—¿Está mal que eso me haga feliz?
—No te enamores de nadie mientras estés allí. —No parecía estar bromeando.
Era la primera vez que Eden había sido tan vulnerable conmigo. Estaba como
investigando. Era un cambio agradable de ser yo el imbécil celoso debido a su
cámara.
—¿Estás realmente preocupada por eso? —le pregunté.
—Sé que estoy actuando ridículamente —murmuró—. Nada de esto tiene
sentido.
—Enamorarse de alguien a medio mundo de distancia en la India tiene más o
menos el mismo sentido que enamorarse de una chica en cámara que nunca se me
permite conocer.
A pesar del tono tenso de nuestra conversación, logré sacarle una sonrisa
genuina antes de colgar.
***
Esa boda fue como nada que hubiera visto en mi vida.
El novio llegó en un maldito carro con dos caballos tirando de él. Los invitados
bailaron frente a él mientras lo conducían a la novia.
Los autos tocaban los cláxones y la gente cantaba. 50
En la recepción, bebí demasiado y decidí decirle a Rupert todo sobre Eden. Para
mi sorpresa, no pareció sorprendido en lo más mínimo. Lo había tomado
erróneamente por ser un poco más conservador. Pero estaba totalmente cavando en
la historia de cómo nos conocimos.
—Hay un viejo proverbio indio que mi abuela solía decir —dijo—, no sé
exactamente cómo se traduce a español, pero la esencia es: si el amor no es loco, no
es amor.
Amor. Maldita sea. No, esto no podría ser amor.
—No estamos en el punto del amor. No es así. —Me reí entre dientes—. Ni
siquiera nos hemos conocido.
¿Correcto? ¿No era amor? Joder si sé lo que realmente estoy sintiendo.
—¿Estás seguro de eso? Acabas de hablar de ella durante media hora seguida,
y tus ojos se iluminaron más de lo que he visto desde que llegaste aquí.
Eso fue un poco inquietante de escuchar.
—¿De verdad?
—Sí.
—Bien, lo pondría en la categoría de obsesión antes de llamarlo amor.
—Como sea que lo llames, mi punto es que el amor se supone que debe sentirse
así: absurdo, arriesgado, incluso si la persona tiene el menor sentido lógico. Fue una
forma loca de conocerla, pero ¿a quién le importa? Si debe ser, ella vendrá.
Probablemente está asustada. Si la conexión que dices que tienes es real, no habrá
nada que puedas hacer para detenerla.
—Eso crees, ¿eh?
—Lo sé —dijo—, pero por si acaso no crees que funcione, mi prima Saanvi
quiere conocerte. —Señaló la esquina de la habitación—. Está por ahí.
Cuando miré en esa dirección, una hermosa chica morena con los ojos
marrones más grandes me miró directamente. ¿Había estado viéndome allí todo el
tiempo? Ni siquiera me había dado cuenta.
Usando un sari de color aguamarina brillante adornado en dorado, era
probablemente la chica más bonita aquí y definitivamente se destacaba entre la
multitud. Pero a pesar de eso, no tenía ganas de hablar con ella, ni siquiera deseaba
una aventura rápida mientras estaba en la India. Sentía que de alguna manera estaría
engañando a Eden. Eso apestaba porque no la tenía en un verdadero sentido.
En cualquier otro momento de mi vida, podría haber pensado que Saanvi era
la chica más bella del mundo. Pero ahora ese título estaba reservado para una
misteriosa chica todo el camino de vuelta en No-sé-dónde, EE. UU.
51
Eden
Estuve contando los días hasta que Ryder regresó. Su regreso de la India no
pudo llegar suficientemente pronto. Esta noche era la primera noche en que las cosas
volverían a ser “normales”, si podías llamar así a nuestra relación.
Odiaba cuán emocional había estado todo el tiempo que estuvo lejos. Era un
recordatorio de cuán dependiente de su compañía me volví y cuán duro sería cuando
las cosas inevitablemente terminaran.
Cada noche me preguntaba si estaría hablando con alguien o si se estaba dando
cuenta de que había mucho más en la vida que estar en casa todas las noches y hablar
conmigo en línea. No tenía la libertad de viajar por el mundo y vivir de la manera en
que él lo hacía. No me di cuenta que hablar con él era lo más destacado de mis días.
El hecho de que estuviera tan apegada a él era preocupante. Se suponía que mi
trabajo era un medio de supervivencia. Pero dejé que las cosas se descontrolaran con 52
Mi voz se quebró.
—Eres el único hombre en el mundo que quiero que me desee.
—Te deseo... tanto —Pasó los dedos por su cabello, y luego se frustró—. Pero no
quiero verte tener sexo con un consolador, ¿entiendes? Siempre he temido que
pensaras que eso es lo que quería. Estás tan condicionada a creer que eso es lo que
los hombres quieren de ti: este espectáculo unilateral. Te deseo a ti, a toda tú, en
carne. Pero te prometí hace mucho tiempo que no te presionaría a menos que
voluntariamente decidieras decirme quién eres y dónde vives. —Se rió airado—.
¿Crees que no te deseo? ¿Por qué crees que solo te dejo verme de la cintura para
arriba?
Respondí con lo primero que se me vino a la mente.
—Supuse que era porque tenías un pene pequeño.
Él estalló en carcajadas.
—Listilla.
—Bromeaba. Espero que lo sepas.
—Siempre estoy duro por ti, Eden. Siempre.
—¿De verdad?
—Sí. Y me estoy convirtiendo en un idiota celoso, también.
—¿Celoso? Pensé que yo era la celosa.
—En serio. ¿Tienes alguna idea de lo difícil que es saber que vas a esas salas de
chat privadas todas las noches? Es tu trabajo, y lo respeto, pero sinceramente ya no
puedo pensar en eso. Hubo momentos en los que consideré enviarte tanto dinero
que nunca tuvieras que volver a trabajar, pero sé que no lo tomarías, porque ese es
el tipo de persona que eres. No puedo decirte qué hacer.
Me dolió saber que mi trabajo lo ponía tan incómodo.
—Nunca me di cuenta de que la cámara te molestaba así.
—Joder, sí, me molesta. No puedo soportar que abras las piernas, mostrándoles
a otros hombres tu vagina de cerca mientras se masturban. Me da ganas de vomitar.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, no solo por el impacto de oírlo admitirlo,
sino por el hecho de que saber que mi trabajo lo ponía celoso era estimulante.
Anhelaba sus celos, saber que le importaba de una manera posesiva.
—¿Por qué no dijiste algo? —le pregunté.
—¿Cambiaría algo? Deberías poder hacer lo que quieras con tu vida. Eso no
significa que deba gustarme. Pero soy lo suficientemente hombre como para
aceptarlo.
—Pero tus sentimientos me importan. Si algo te molesta, quiero saberlo.
—Está bien... me molesta no poder verte en persona. ¿Qué hay sobre eso?
Dejé escapar un suspiro de frustración. 55
—Bien.
Ambos nos quedamos en silencio. Esto era probablemente lo más cercano a una
discusión.
Después de un rato, hizo un gesto con su dedo índice.
—Ven acá.
—¿A dónde?
—Acércate más —susurró—. Presiona tus labios contra la pantalla.
Hice lo que dijo y observé mientras movía su propio rostro contra la cámara.
Gruñó cuando me besó suavemente, o fingió hacerlo.
Ryder sonrió.
—He estado queriendo hacer eso por un tiempo.
No era real, pero me pareció importante.
—¿Acabamos de tener nuestro primer beso?
—Tengo las marcas de manchas en la pantalla para probarlo.
Me lamí los labios como si fuera real.
—No es suficiente.
—Nunca se sentirá suficiente, Eden.
—Entonces hagamos más esta noche —dije.
—Quise decir todo lo virtual. Esto nunca será suficiente.
—Lo sé. Pero quiero hacer más contigo esta noche. Eres el primer hombre en
mucho tiempo con el que he querido hacer cosas, no solo por ti, sino por mí.
Me miró tan intensamente.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto.
—Cuando estás... actuando, ¿te mojas? Quiero decir, ¿te emocionas realmente
cuando sabes que alguien se está viniendo por tu cuerpo, o lo finges?
—Es gracioso que preguntes eso; de hecho, he estado estudiando eso mismo.
—¿Estudiarlo? ¿Todavía hay espacio en la clase? Porque me gustaría
registrarme.
Eso me hizo reír.
—Lo que quiero decir es: está bien, hay una diferencia entre la verdadera
excitación “el disfrute”, versus la excitación. Concordancia no-sexual es el término.
Es cuando tu cuerpo responde a una señal sexual, incluso si realmente no te está
gustando. Es una reacción fisiológica que no se basa en el disfrute sino en la idea de
que algo sexual está sucediendo. Es una forma muy desapegada de excitarse.
—Entonces estás diciendo que, porque estás pensando en sexo, desde el mero 56
hecho de, digamos, masturbarte, incluso si no te gusta, tu cuerpo aún puede
reaccionar. Pero no hay un deseo real.
—Exactamente. Es solo una reacción primitiva, casi automática. Entonces, hay
una diferencia entre eso y lo que siento cuando te miro, que es la verdadera atracción,
la verdadera excitación.
—¿Qué sientes cuando me miras? —preguntó.
¿Cómo puedo describirlo?
—Todas mis terminaciones nerviosas están en alerta. Soy tan increíblemente
consciente de cada movimiento que haces, de cada expresión. Es una mezcla de
emoción y consuelo, porque confío en ti.
Él se recostó en su cama.
—Dime más.
—Mis pezones siempre están duros cuando hablamos, y a veces me mojo solo
estando en tu presencia, incluso cuando solo estamos hablando.
—Más —dijo él.
—Siento que los músculos entre mis piernas se contraen al sonido de tu voz.
Incluso antes de saber qué aspecto tenías, tu voz solía humedecerme.
Él inclinó su cabeza hacia atrás y dejó escapar un tembloroso suspiro.
—Me estás matando. ¿Lo sabes?
—¿Me deseas? —le pregunté.
Levantó la cabeza y me miró directamente a los ojos.
—Eden, desde la primera noche que te vi, no he hecho nada más que desearte.
Y lo hago hasta el punto en que no puedo estar con nadie más en carne porque
prefiero conectarme y mirarte, hablar contigo, pensar en ti. Y eso está
completamente jodido.
—Así es como me siento también. Por más que parezca que soy liberal acerca
del sexo por lo que hago para ganarme la vida, cuando se trata de dejar entrar a
alguien (juego de palabras a propósito), no es fácil para mí. Nunca podría hacer esto
si esos hombres realmente estuvieran tocándome.
—Ese es el único consuelo para mí —dijo él—. Que no pueden tocarte.
Mis palmas comenzaron a sudar.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Por supuesto —dijo él.
—Dijiste que no querías estar con nadie en persona... pero, ¿lo has hecho? ¿Has
tenido sexo con alguien desde que hablamos?
Él dudó.
—No desde que hemos estado conectándonos, no. Es el tiempo más largo que
he pasado sin sexo real. 57
El alivio se derramó sobre mí, y luego simplemente me perdí.
—Te deseo en este momento —jadeé.
La mirada en sus ojos me dijo que estaba perdiendo el control que había
trabajado tan duro por mantener.
Se recostó.
—Muéstrame cuánto.
Lentamente levanté mi camisa sobre mi cabeza. Mis pechos se sintieron
pesados al liberarse de la tela. Mi cuerpo vibró de expectación ante la perspectiva de
poder ver más de él.
—Tus pezones están muy duros. ¿Es por mí?
—Sí. —Respiré—. Quiero ver más de ti, Ryder.
Él apretó los dientes.
—¿Quieres ver cuánto te deseo? ¿Es eso lo que has querido todo este tiempo?
Mi respiración era pesada.
—Sí.
—Todo lo que tenías que hacer era pedirlo, cariño. —Se bajó la cremallera de
los jeans y reposicionó su cuerpo para que pudiera ver su gran pene gloriosamente
duro que brillaba con pre-semen en la punta. Bombeó lentamente hacia arriba y
hacia abajo mientras apretaba los dientes y decía—: No hay un momento en que no
esté duro por ti. Simplemente no puedes verlo normalmente.
Mis ojos estaban pegados a su mano, moviéndose arriba y abajo de su sedoso y
duro eje.
—Ahora puedo hacerlo.
Él comenzó a sacudirse más fuerte.
—¿Qué piensas?
Ryder estaba más dotado que la mayoría de los hombres que había visto
desnudos.
—Esa es el pene más bello que he visto en mi vida, y juro por Dios que no estoy
mintiendo esta vez. —Me reí.
—A pesar de que te estás riendo, elegiré creerte.
—Sabes que es verdad. Sabes que eres un hombre hermoso. —Bajé las manos
hasta mi cintura—. ¿Quieres que me quite las bragas?
—Sí. Quiero ver qué tan mojada estás.
Me quité los pantalones cortos y la lencería de encaje, acercándola a la cámara
para que pudiera ver el punto húmedo.
—Joder —gimió.
58
—Esa es una verdadera excitación.
Dejó escapar un sonido gutural.
—Me estás matando en este momento. Ojalá pudiera oler la tela, desearía poder
probarte.
Deslicé mi mano hacia mi clítoris y lo froté mientras seguía mirándolo
masturbándose.
—Abre tus piernas para mí, Eden.
Hice lo que dijo.
—¿Qué más quieres?
—Quiero que hagas lo que quieras. Solo quiero mirar.
—¿Pretenderás que tu mano está en mi vagina?
—Ya estoy allí.
Cuando dejamos de hablar y disfrutamos el acto de darnos placer juntos, pensé
en lo diferente que era esto. Me sentía mucho más vulnerable que cuando trabajaba,
porque, clara y llanamente, cada parte de esto era real, no mecánica.
Él rápidamente perdió el control. No había nada más sexy que el sonido de su
aliento acelerado, ver como su cuerpo temblaba al llegar al clímax. Me encantó verlo
venirse y dejarme ir en el momento exacto en que lo hizo.
Ryder se desplomó contra su cabecera.
—Tú ganas.
Mi pecho estaba subiendo y bajando.
—¿Qué gano?
—Finalmente me convertiste en un pervertido John de cámara cuyo principal
objetivo es mi siguiente orgasmo, porque estoy totalmente dispuesto a volver a hacer
eso.
—No hay nada de malo en eso.
Era el primer orgasmo genuino que tenía en cámara, porque no parecía estar
en la cámara. Era una experiencia sexual real.
59
Ryder
Tenía que pasar, supongo.
Viviendo en la misma ciudad, no había forma de que no me encontrara con
Mallory y su nuevo hombre en algún momento. Finalmente sucedió cuando menos
lo esperaba.
Estaba en medio de The Grove, paseando casualmente con un helado en la
mano. Había sido un día bastante relajante. Mi padre no estaba en la oficina y me
había ido temprano a comprar algunas cosas después del trabajo. El sol se estaba
poniendo. Era una de las raras veces en que me estaba relajando solo.
Figúrate.
Se me cayó el corazón. Allí estaba ella, tomada de la mano con él mientras
miraban por la ventana de la tienda en Barney's. 60
Mi primera inclinación fue correr en la dirección opuesta, pero una parte de mí
sabía que aprovechar la oportunidad que el destino había puesto frente a mí era la
mejor opción. Esto no iba a ser más fácil tres meses después. Necesitaba terminar de
una vez para que lo desconocido ya no importara. Este era el último paso para seguir
adelante, en lo que a mí respecta.
Mallory se veía bien. Tenía su largo cabello negro atado en una coleta y vestía
pantalón capri blanco y una camiseta sin mangas ajustada. Mis ojos se posaron en la
mano del chico en su culo. Me hizo sentir incómodo, pero no me molestó de la
manera que pensé.
Había visto una foto de este tipo, Aaron, antes porque mi amigo Benny, el
siempre útil portador de buenas noticias, había tomado una captura de pantalla de
Facebook. Estaba secretamente complacido de ver que, aunque era un tipo guapo,
era mucho más bajo que yo en persona.
Me obligué a caminar hasta ellos y les dije:
—Hola. —Salió casi demasiado entusiasmado.
Mallory se estremeció, dándose cuenta de que era yo quien estaba frente a ella.
—Hola. —Tragó saliva, luciendo extremadamente incómoda.
Inmediatamente me volteé hacia el tipo.
—Debes ser Aaron.
Asintió.
—Sí.
Extendí mi mano.
—Yo soy…
—Sé quién eres —dijo mientras tomaba mi mano.
Por supuesto. En el mundo de Mallory, era infame; en el libro de su vida,
probablemente el mayor antagonista. Estaba seguro de que ella le había contado
todos los detalles de nuestro fin, un gran ejemplo de todas las cosas que no se deben
hacer. Aun así, la amaba. Quería que tuviera un cierre, y este era yo, dándoselo.
Me tragué mi orgullo.
—Oye, escuché que las felicitaciones están en orden.
Ella aclaró su garganta.
—Sí. Nosotros... nos comprometimos. —En lugar de extender su mano como la
mayoría de las mujeres para mostrar un anillo de compromiso, movió su mano
detrás de ella como para ocultármelo.
Interesante. No estoy seguro si significaba algo, pero lo noté.
Fue raro. Siempre había imaginado este momento como peor de lo que
realmente era. Por muy incómodo que haya sido conversar con Mallory y su
prometido, quería que ella fuera feliz. Mis problemas con la forma en que terminó
nuestra relación tenían más que ver con mi propia culpa que con cualquier otra cosa. 61
—Quiero que sepas que te deseo lo mejor. Estoy muy contento de haberme
encontrado contigo hoy, porque probablemente no me habría molestado en decírtelo
de otro modo.
Una parte de mí todavía la amaba. Siempre lo haría.
Sus ojos se clavaron en los míos.
—Gracias, Ryder. Eso significa mucho para mí.
Fruncí mis labios y asentí varias veces antes de decir:
—Bueno, los dejaré ir.
La mirada de Mallory se detuvo en mí, sus ojos enmascarando tantas palabras
no dichas. Sabía que, si Aaron no estuviera parado allí, ella podría haber soltado
algunas de ellas.
Me preguntaba si así era como las cosas serían siempre con nosotros —solo una
mancha de emociones extrañas y tensiones— o si algún día podríamos caminar uno
al lado del otro y saludar. Tal vez algún día el pasado estaría en el pasado, pero la
expresión en su rostro me dio la impresión de que en este momento el pasado todavía
estaba en el presente.
Levanté mi mano.
—Adiós.
—Adiós —dijo ella. Aaron simplemente asintió.
Mientras me alejaba, sentí una sensación de paz. Enfrentarla había sido el
último paso para librarme de la energía negativa que había estado cargando. Puede
que las cosas no se hayan envuelto perfectamente en un lazo con nosotros, pero al
menos la enfrenté.
Sabía, sin embargo, que una buena parte de mi paz realmente provenía de
Eden, por muy jodido que fuera. Ella había venido en un momento en que realmente
necesitaba una distracción. Y lo que ella me había dado era más que eso. Creí que
estaba muerto por dentro hasta que ella ayudó a despertar las cosas otra vez. Puede
que no quisiera revelarse completamente a mí, pero estaba seguro de que le
importaba. Y esa sensación de que realmente importaba era algo que solo unas pocas
personas en mi vida me habían dado.
Sin embargo, a medida que pasaban los días, comencé a preguntarme más y
más sobre quién era Eden en realidad y qué era lo que me estaba ocultando. No pensé
que pudiera durar mucho más así.
La situación lentamente me estaba rompiendo.
***
Esa noche, estaba más decidido que nunca a convencer a Eden de llevar nuestra
relación al siguiente nivel. La conversación que planeaba tener con ella seguía
reproduciéndose en mi cabeza. Le daría todo el tiempo que necesitara, siempre y
cuando ella aceptara que algún día podríamos vernos. Tal vez necesitaba darle un 62
ultimátum, decirle que no podría ser célibe para siempre, que necesitaba liberarme
con una mujer de carne y hueso. Eso no era exactamente una mentira. Me quedaba
un poco de paciencia en esa área, pero ¿y si le hacía creer que no? Si se sintiera
amenazada, ¿sería más probable que accediera a reunirse conmigo?
Cuando era casi la hora de nuestro chat privado de medianoche, todavía no
estaba seguro de cómo iba a abordar las cosas. Estaba acelerado, así que
improvisaría.
Al conectarme a Skype, noté que Eden estaba desconectada.
Mmm.
Eso era extraño. Normalmente se conectaba un poco antes, incluso antes de
que su espectáculo terminara.
Por mucho que traté de permanecer fuera del sitio de chicas webcam, fui allí
para ver si todavía estaba en medio de un espectáculo. Cuando llamé a su página,
indicó que Montana Lane estaba desconectada. Se suponía que debía haber estado
trabajando.
Una sensación de temor se desarrolló en la boca de mi estómago. No era propio
de ella estar desconectada y no decirme nada.
Sudor perlaba mi frente. Con cada segundo que pasaba, me asustaba más. Esto
no se sentía bien.
Le marqué una y otra vez en Skype sin respuesta.
Después de eso, envié un mensaje a su cuenta de correo electrónico.
Pasó una hora sin respuesta.
Entonces me di cuenta de que algo andaba mal.
Una cosa era si ella me hubiera dejado. Eso, probablemente podría superarlo…
con el tiempo. Lo que no podía superar era la idea de que algo le había sucedido. Esa
idea literalmente me enfermaba.
Las ruedas en mi cabeza giraban. ¿Y si uno de esos enfermos la encuentra y la
lastima? ¿Y si un auto la atropelló y estaba muerta? No tendría forma de saberlo.
Cuando pasaron dos horas y todavía no había respuesta, mi miedo se convirtió
en un pánico total.
No había forma de que fuera a dormir esta noche.
Piensa. Piensa. Piensa.
De repente, vino a mí: el restaurante en su camiseta.
Cuando yo estaba en la India, ella había revelado algo de su “vida real”. Nunca
la confronté por eso, pero seguro de que había tomado nota del nombre.
Ellerby's Grille desde 1985.
Sabía que trabajaba en un restaurante durante el día; esa era una de las pocas
informaciones que me había dado, así que la lógica me dijo que existía una buena
posibilidad de que fuera en Ellerby’s. 63
Ryder,
Lo siento muchísimo por no responder a tus mensajes y por no haber estado
en los últimos días. Tuve una emergencia familiar y no pude estar en línea. Mi
cabeza no estaba bien. Acabo de ver tu correo electrónico y me asusté un poco
porque estabas preocupado por mí. Estoy bien. No me puedo disculpar lo suficiente
por no haberlo hecho. No hay excusas. Perdí el camino por un tiempo. ¿Estarás en
línea esta noche? Realmente te extraño.
Eden
77
Ryder
Eden me dio instrucciones para llegar al supermercado más cercano. Se sintió
completamente surrealista estar aquí, eligiendo los ingredientes para hacerle lo
único que podía cocinar. Mi mente ni siquiera se enfocaba en lo que necesitaba
comprar; estaba demasiado ocupada tratando de absorber todo.
Miré a través de las puertas corredizas de vidrio del mercado hacia las
montañas en la distancia. Estaba en el maldito Ohio, a punto de cocinar para Eden y
su hermano. Estoy aquí con Eden. Qué diferencia hace un día.
Mis sentimientos podrían describirse mejor como una mezcla de ansiedad y
alivio. Alivio de que no hubiera ninguna razón siniestra por la que ella estaba
ocultándome su vida. Y ansiedad porque, en cierto sentido, tenía razón respecto a
todo. Eden tenía un montón de responsabilidad; demasiada para una chica de
veinticuatro años. Y eso era algo que tenía que considerar. No había espacio para 78
juegos. Tenía que ir despacio.
Empujé el carrito con aturdimiento. Esta era la primera vez en mucho tiempo
que no tenía idea de lo que me depararían las próximas horas. Pero no estaba listo
para volver a un avión a California. Mi padre iba a cortarme la cabeza por tomarme
un tiempo libre del trabajo cuando las cosas estaban complicadas. Pero simplemente
no me importaba.
Saqué mi teléfono del bolsillo y marqué el número de mi papá.
Atendió después de algunos sonidos.
—Hijo, ¿dónde has estado? Me dijeron que te tomarías un par de días libres,
pero nadie parece saber dónde diablos estás.
Me alegré de ver que Lorena había guardado mi secreto. No es que hubiera
dudado de que lo hiciera. No quería que nadie supiera lo que estaba haciendo. Decidí
decirle a mi padre una versión de la verdad.
Apoyándome en mi carrito, lo moví lentamente mientras hablaba.
—Sí. Lo sé. No se lo dije a nadie exactamente.
—Entonces, ¿dónde estás? Te necesito aquí.
—Uh... iré probablemente dentro de más o menos una semana.
—¿Una semana? ¿Estás en algún tipo de problema?
—No, no, nada de eso. Estoy en Utah, en realidad.
—¿Utah? ¿Qué diablos haces en Utah?
—Estoy en St. George visitando a una amiga.
—¿Amiga?
—Sí.
—¿Quién?
Dudé.
—Su nombre es Eden.
Mi padre resopló en el teléfono.
—Con la manera tan reservada en que has estado actuando, pensé que ibas a
decirme que era un hombre y que su nombre era Ed.
No pude evitar reírme.
—No. Todavía soy heterosexual, hasta donde sé; no es que haya nada de malo
en lo opuesto. Pero me gustan las mujeres... mucho.
Especialmente esta mujer.
—¿Dónde conociste a esta persona si estás en Utah?
¿Cómo exactamente le explico?
—Por internet —dije.
79
Bueno, eso es técnicamente cierto.
—No necesito decirte que tengas cuidado. Eres un hombre inteligente. Estoy
seguro de que sabes que hay muchas personas oportunistas que adorarían un pedazo
de...
—Papá, lo sé. Ella ni siquiera sabía lo que hacía para ganarme la vida cuando
nos conocimos. No se trata de eso, ¿de acuerdo? Cuando le dije tu nombre una vez,
nunca había oído hablar de ti. Solo estoy disfrutando de su compañía ahora mismo.
Te avisaré cuando regrese.
—Mejor que no sea más de una semana. Te necesito aquí.
No podía comprometerme con nada porque no tenía idea de cómo me iba a
sentir de un momento a otro.
—Te mantendré informado.
—Hijo... solo cuídate.
—Gracias por tu preocupación. Volveré pronto —dije antes de colgar.
***
Flanqueada por dos árboles de cactus, la casa de Eden era de un solo nivel y
pequeña. Por dentro era acogedora y cálida, todo lo contrario a las enormes
mansiones a las que estaba acostumbrado en Los Ángeles. Este era el tipo de casa
que te hacía sentir como si estuvieras en casa desde el momento en que entrabas.
Bueno, tal vez era las personas en ella, no la casa. Estaba acostumbrado a entrar en
un eco de silencio.
Cuando entré por la puerta, Ollie estaba sentado en la cocina con su hermana.
—Ryder ha vuelto —dijo.
Puse la bolsa de papel sobre el mostrador.
—¿Me hueles otra vez o algo así?
—No, tus pies son pesados. Pude oírlo. Apuesto a que tienes pies gigantes.
Eso me hizo reír.
—Ah... ¿entonces dices que soy como Pie Grande?
—Sí. —Soltó una risita.
Eden nos sonrió mientras descargaba el lavavajillas. Ella bajó la mirada.
—Ahora que lo pienso, Ryder sí tiene pies grandes. Eres muy perspicaz, Ollie.
—Me guiñó un ojo y definitivamente lo sentí debajo del cinturón.
Mierda.
—Sabes lo que eso significa —dijo Ollie.
Eden y yo nos congelamos y nos volteamos hacia él al mismo tiempo.
Su ceja se levantó.
—¿Qué se supone que significa eso exactamente, Ollie? 80
—Significa que también tiene realmente mal olor.
Los dos suspiramos colectivamente.
—Así que... hasta ahora, tengo los pies grandes y apesto —bromeo—. Vaya
forma de seguir haciendo una buena primera impresión.
—Mi hermana me dijo que volverías para cenar, así que de alguna forma te
esperaba. No fueron solo tus grandes pies.
—Ah, está bien. —Me senté frente a él en la mesa y me tomé un tiempo para
observarlo. Ollie mantuvo sus ojos cerrados en su mayoría. Tenía tantas preguntas,
que no eran exactamente apropiadas para preguntar. Como, ¿podría él verme en
absoluto, o estaba totalmente ciego?
Eden limpió un plato.
—Ollie, Ryder trabaja en Hollywood con todas las estrellas de cine.
Maldición, eso llamó su atención. El niño giró su cabeza en mi dirección.
—¿Conoces a Gilbert Gottfried?
—No, en realidad no.
—Era la voz del loro en Aladdin y el pato en el comercial de AFLAC. —Ollie
imitó al pato—. ¡Aflac!
—Me parece que es bastante bueno imitando a las aves.
—Él es mucho más que un ave. Es realmente divertido.
Eden me miró.
—Ollie se metió en problemas por escuchar uno de sus actos de standup en el
iPad que no era muy apropiado para su edad.
—Oh-oh. —Me reí.
—Sí. Aunque es muy gracioso. Valió la pena meterse en problemas.
Este chico definitivamente tenía un lado travieso. Me recordaba mucho a mí
cuando era más joven, siempre tratando de meterme en cosas que se suponía que no
debía hacer.
Eden explicó:
—Debido a que Ollie no puede ver, se siente atraído por voces realmente
fuertes, y creo que Gilbert cumple con los requisitos.
—Pensé que yo conocía a todas las personas geniales. Pero aparentemente no
—dije.
Ollie se encogió de hombros.
—Supongo que no.
Mi mirada se dirigió hacia Eden, que ahora estaba apoyada en el mostrador,
cruzando los brazos. Nuestros ojos se encontraron, y me di cuenta de que
probablemente era algo bueno que Ollie no pudiera verme, porque era inevitable que 81
esta noche tuviese problemas con su hermana en algún momento.
Podría ponerme duro solo mirándola. No recuerdo haber tenido esta clase de
necesidad física con nadie antes. Las últimas semanas habían sido como un largo
episodio de juegos previos. Ahora que estaba cerca de ella, no pude evitar estar tan
excitado físicamente, a pesar de que no estaba haciendo nada específico para incitar
a eso. Ella no tenía que hacer nada excepto existir.
Mi cerebro le decía a mi polla que redujera la velocidad, que teníamos que
retroceder varios kilómetros ahora que sabíamos lo que realmente estaba
sucediendo aquí. Pero él no entendía el mensaje.
Me salí de mi embobamiento.
—Bien. ¿Están listos para que tome posesión de la cocina? El pastel de pollo es
un asunto serio. Deben alejarse, porque necesitaré todo este espacio en el mostrador.
Eden sonrió.
—Bueno, no todos los días tenemos a alguien cocinando para nosotros, así que
con mucho gusto nos mantendremos alejados. ¿Verdad, Ollie?
—Sí, nadie cocina para nosotros desde Ethan.
¿Ethan?
¿Quién diablos es Ethan?
—Oh, ¿sí? —Mirando a Eden, crucé los brazos sobre mi pecho—. ¿Quién es
Ethan?
Ollie se rió.
—Apuesto a que pensaste que dije “Eden” al principio, ¿verdad? Ethan suena
como Eden.
—Sí... claro que sí —le dije, todavía sentía curiosidad por saber quién diablos
era Ethan.
—Ethan dejó de aparecer hace mucho tiempo —dijo.
—Ethan es mi ex novio —admitió Eden.
—Ya veo. —Como no quería preguntar delante de Ollie, no me preocupé por lo
que le había sucedido a Ethan. Si ella quisiera decirme, lo haría. Pero ahora, donde
sea que estuviera Ethan, me alegré de que se hubiera ido.
Tomé una botella de vino blanco mientras estaba fuera. Recordé que una vez
me había dicho que amaba el Pinot Grigio. Le serví a Eden un vaso para que pudiera
relajarse mientras cocinaba.
Eden y Ollie se sentaron en la mesa mientras yo preparaba los ingredientes.
Incluso hice la corteza desde cero, porque así es como mi madre me enseñó a hacerlo.
Me llevaba un poco de tiempo, pero siempre pensé que valía la pena.
Hicimos una pequeña charla mientras cocinaba. Eden y yo nos miramos
furtivamente cuando Ollie nos contaba historias de la escuela.
82
Unas dos horas más tarde, finalmente nos sentamos a cenar, y cuando digo que
Ollie devoró la mitad del pastel entero, no es una exageración.
—A alguien le gustó el pastel —bromeó Eden.
—No es el tipo de pastel al que estoy acostumbrado, pero está realmente bueno
—dijo.
—Bueno, estoy muy contento de que te haya gustado —le dije.
Eden se lamió los labios.
—Estaba realmente delicioso, Ryder.
Esos labios se ven deliciosos.
—Bueno, es algo bueno que te guste, porque como dije, es todo lo que sé hacer.
Ollie robó mi atención de los labios de Eden cuando dijo:
—¿Quieres pasar el rato en mi habitación?
Hice una pausa, sorprendido por la solicitud. Pero solo había una respuesta.
—Oh sí, claro.
—No hay mucho que ver, pero puedo mostrarte mi iPad.
—Sí. Eso suena genial.
Eden intentó intervenir.
—Ollie, Ryder probablemente está cansado de su viaje.
—No. Estoy bien. —Sonreí. De ninguna manera iba a decepcionar a este niño.
Ella me devolvió la sonrisa y murmuró:
—Gracias.
Le guiñé un ojo.
Ollie se levantó de su silla y me llevó a su habitación. Decir que me sentía como
un pez fuera del agua era una subestimación. No solo no tenía una experiencia real
con niños, sino que estaba aterrorizado de que dijera algo estúpido sin pensar, como
cuando había usado el término ciego con Eden antes.
Exhalando, me senté en su colchón, que estaba en el piso. Él se sentó en el otro
lado del mismo.
—Pareces nervioso —dijo finalmente.
—¿Eso crees? ¿Cómo puedes saberlo?
—Tu respiración.
Eso me recordó cómo Eden solía ser capaz de sentir lo mismo cuando solo podía
escuchar mi voz. Me reí entre dientes porque probablemente había pensado en su
hermano cuando lo dijo.
Las características de Ollie eran definitivamente más oscuras que las de Eden.
Su piel estaba bronceada, y su cabello era casi negro. Tenía grandes ojos marrones
en comparación con los verdes de ella. Pero tenían padres diferentes, así que eso 83
tenía sentido.
Buscó su dispositivo y presionó el ícono de YouTube, que en realidad sonaba la
palabra YouTube en la voz de una mujer robótica mientras la presionaba. Debe haber
sido una aplicación especial que le permitía escuchar lo que estaba seleccionando.
—¿Qué te gusta escuchar? —le pregunté.
—Shows de comedia, en su mayoría. Algunos podcasts.
—Bien.
Él giró su cuerpo hacia mí.
—Entonces, ¿quién eres?
Su pregunta me divirtió. Se había sentado durante toda una cena conmigo, y
ahora solo estaba preguntando esto. Pero la verdad era que nadie le había explicado
una mierda, aparte de decir que yo era amigo de Edén.
—¿Quién soy? Esa es una buena pregunta.
—Como, ¿de dónde vienes? ¿Cómo conoces a mi hermana?
Le di la misma frase que le di a mi papá.
—Nos conocimos en internet.
—Eso es un poco espeluznante.
Touché.
—Sí. Internet es solo para adultos, e incluso entonces, a veces hay que tener
cuidado. Pero si tienes suerte, puedes conocer gente maravillosa que de una manera
nunca habrías conocido.
—¿Has venido hasta aquí solo para verla?
—Sí. Sí, lo hice.
—¿Por qué?
A su edad, supongo que no tiene sentido.
—Creo que ella es muy... amable. Quería conocerla en persona.
Parecía casi preocupado cuando dijo:
—No te la vas a llevar, ¿o sí?
Mierda.
—Por supuesto que no.
—Porque si ella se fuera, no tendría a nadie que me cuide.
Maldita sea. Solo podía imaginar lo aterrador que era para él imaginar eso. Ella
era todo lo que tenía.
—No te conozco desde hace mucho, Ollie, pero puedo decirte con un ciento por
ciento de certeza que tu hermana no irá a ningún lado.
—¿Cómo lo sabes? Mi madre murió. ¿Cómo sabes que nada malo le sucederá a
Eden? 84
Mierda.
¿Cómo se supone que debo responder a esto?
—Está bien, nada está garantizado en la vida. Lo sé. Pero ella nunca te dejaría
voluntariamente. Te lo prometo.
Pensé que estaba mal cuando perdí a mi madre. Debe haber sido atemorizante
haber perdido a tu madre a una edad tan joven y luego no poder ver nada más.
Mientras miraba en mi dirección general, pero no hacia mí, tenía mucha curiosidad
sobre si él podría verme incluso un poco.
Esperaba no ofenderlo cuando le pregunté:
—¿Puedes ver algo?
—Puedo ver con mis ojos como ves con tu trasero.
Una vez que procesé su respuesta, me reí.
—Creo que lo entiendo. Buena analogía.
—¿Qué es eso?
—Significa... buen ejemplo.
—No puedo ver nada.
—Entiendo. —Pasó un silencio incómodo hasta que me froté las manos y
pregunté—: Entonces, ¿cómo están los niños en la escuela? ¿Te tratan bien?
Él sonrió.
—Los niños en la escuela son muy amables. También están ciegos, así que no
es que puedan burlarse de mí ni de nada.
La sola idea de que alguien se metiera con él me enojaba.
—¿Por qué dices eso? ¿Se burlan de ti otros niños?
—Realmente no.
—Bien.
―Lo único de lo que la gente realmente se burla de mí es mi apellido.
—¿Tu apellido? ¿Por qué? ¿Cuál es?
Él lanzó una sonrisa maliciosa.
—Adivina.
—Um... voy a necesitar al menos una pequeña pista.
—¿Puedo tocarte? —preguntó.
Su pregunta me hizo detener.
—Sí.
Luego me buscó y comenzó a sentir alrededor de mi cara y mi camisa. 85
—Lo estás usando. Mi apellido.
—¿En serio?
Ollie rió disimuladamente.
—Sí.
Arruiné mi cerebro. Colon... como la colonia, ¿tal vez? Pensé que era una buena
suposición ya que su padre era de Costa Rica.
—¿Colon?
—No.
Entonces recordé que el padre ni siquiera estaba en la foto, entonces ¿por qué
Ollie tendría su apellido? Duh.
—Me harás adivinar por completo, ¿verdad?
—Síp. —Soltó una risita.
Lo estoy usando.
—¿Pantalones?
—No.
—¿Camisa?
—No.
—¿Reloj?
Negó.
—Uh-uh.
¿Bóxer?
Chasqueé mis dedos.
—¿Bóxer?
Él rió.
—No.
Realmente no había mucho más que llevaba puesto. Jesús. ¿Qué podría ser?
—Te daré una pista…
—Bien…
—Estabas cerca cuando dijiste “Camisa”.
Camisa. Camisa. Camisa.
—No sé, Ollie.
—Es el tipo de camisa que llevas puesta.
—El tipo de camisa... ¡oh... negro! Tu apellido es Black.
Su risa creció más fuerte.
—¿Cómo sabría de qué color es tu camisa si no puedo ver? 86
87
Ryder
Miré a mi alrededor, notando que Eden había limpiado todos los platos
mientras estaba con Ollie. El vago ruido del iPad de Ollie en el fondo fue el único
sonido que se registró cuando me encontré a solas con ella por primera vez en mucho
tiempo.
Nuestros cuerpos estaban cerca mientras estábamos uno frente al otro en su
cocina. Cada centímetro de mi piel era consciente de ella.
Mis labios ansiaban besar los de ella. Aunque quería eso más que nada, me
contuve, inseguro de cómo se sentiría. ¿No había tenido suficiente con ella hoy? Sí,
ella exhibió cierto nivel de comodidad conmigo en línea, pero este fue el verdadero
negocio. No podía simplemente asumir que todo sería igual; ella no había elegido
este escenario. Ella no me había invitado aquí. Hasta que pudiera confirmar sus
sentimientos, no iba a asumir que estaba bien besarla o tocarla. Y a partir de ahora, 88
todavía parecía un poco nerviosa a mi alrededor.
—Entonces, señora Shortsleeve, no puedo creer que haya estado ocultando su
apellido.
—Sí. Esa soy yo. Muchas gracias, Ollie. —Sonrió y solo me miró un rato antes
de negar—. Todavía no puedo creer que estés aquí, que me encontraste.
—¿Estás contenta de que esté aquí?
Eden asintió.
—Sí. Por favor, no lo dudes.
La relevación me atravesó. Tomé su mano, y ella enlazó sus dedos con los míos.
Incluso ese simple toque causó que mi polla se pusiera rígida. Si así fuera, esta sería
una de las semanas más largas de mi vida, o por mucho tiempo que me quedara.
—Realmente no quiero... pero tengo que trabajar esta noche —dijo.
La decepción me llenó.
—¿No puedes tomar la noche libre?
—He estado fuera las últimas dos noches, ¿recuerdas? No puedo permitirme el
lujo de desaparecer. Me está poniendo nerviosa. Perderé a mis clientes.
Nunca había entendido su necesidad de mantener ese trabajo como lo hice esta
noche. Ahora que veía cuánta responsabilidad tenía, estaba claro por qué necesitaba
ese ingreso constante. Seguro que era mucho más dinero de lo que ganaba como
camarera.
—Lo entiendo totalmente, Eden. Lamento no haberlo entendido de inmediato.
Ella parecía dolida.
—Créeme, es lo último que quiero hacer esta noche.
Me dolió que se sintiera forzada a hacerlo de alguna manera.
—¿Qué tal esto? ¿Por qué no voy al hotel y te dejo trabajar? Entonces, mañana
por la noche, a primera hora de la noche, volveré y los llevaré a cenar a Ollie y a ti
antes de que tengas que empezar a jugar con la cámara.
Su expresión se iluminó.
—Sería increíble.
—¿Hay algún lugar en particular al que le guste ir? No conozco el área.
—Sí. Hay este restaurante especializado en carnes. Puedes elegir lo que quieres
de un conjunto de opciones. A él le gusta poder oler las diferentes opciones antes de
tomar una decisión, ya que no puede ver cómo son. Lo ama. Se llama York's.
—Sin mucho que pensar entonces. Ahí es donde iremos.
Un largo momento de silencio pasó cuando nos miramos a los ojos. Estar aquí
todavía se sentía tan surrealista. Parecía que quería decirme algo.
—Sé que Ollie mencionó a Ethan —dijo finalmente—. Se mudó a Nueva York.
89
—Ya veo. Nunca lo mencionaste.
—Lo sé. —Hizo una pausa—. Es una de las razones por las que soy muy reacia a
apegarme a alguien. Él consiguió un trabajo allí y quería que me mudara. Le dije que
no estaba dispuesta a desarraigar a Ollie. Mi hermano ama su escuela, y realmente
es lo que más le conviene. Ethan tuvo que decidir si tomar el trabajo o quedarse en
Utah con nosotros, y eligió el trabajo. Eso es todo lo que hay en esa historia.
Asentí. No es de extrañar que dudara tanto acerca de llevar las cosas más lejos
conmigo.
—¿Estuviste con él por cuánto tiempo?
—Un par de años. Entró en Ellerby un día. Así es cómo lo conocí.
—¿Has salido con alguien desde entonces?
—No. Ni una sola persona en los dos años desde que nos separamos.
—Entonces, ¿no has estado con nadie?
—No, no he estado con nadie.
—Eso es mucho tiempo. —Examiné su rostro y pude ver las cicatrices escritas
sobre ello—. Realmente te lastimó, ¿no es así?
Ella respiró hondo.
—La ruptura con Ethan fue mi primer verdadero corazón roto. Estuvimos
juntos por un año y medio. Me hizo sentir protegida, aunque nunca esperé que él
quisiera asumir todo lo que vino conmigo. ¿Ya sabes? Simplemente apesta cuando
te importan y no te eligen. Al mismo tiempo, entiendo totalmente por qué se fue.
Sentí un estrechamiento en mi pecho y no pude entender si eran celos o enojo
con él por lastimarla y hacerla pensar que había tomado la decisión correcta al irse.
—Entonces, ¿no estabas haciendo lo de la cámara en ese momento, cuando
estabas con él?
—No. Todavía no. —Ella se rió—. No tiene idea de en qué me he metido. No he
hablado con él en mucho tiempo. A veces me río, pensando en que accidentalmente
me encontró.
—Eso le serviría bien al hijo de puta.
Ella rió y miró el reloj.
—Mierda. Necesito llevar a Ollie a la cama y empezar a prepararme. Lo siento.
No quería dejarla, pero necesitaba permitirle trabajar.
—No te preocupes por mí. Voy a ponerme al día con algunos correos
electrónicos de trabajo y dormir un poco. No he dormido una mierda en los últimos
días.
—Porque estabas preocupado por mí. Es culpa mía.
—No lo es, ¿y sabes qué? No cambiaría nada acerca de lo que fue necesario para
que yo esté aquí para verte. 90
—De nuevo, hay muchas maneras en que puedo responder esa pregunta.
***
Recogimos a Ollie después de la escuela, y mientras conducíamos, Ryder se
negó a decirnos a dónde íbamos. Me hizo preguntarme qué tenía bajo la manga,
especialmente porque no conocía el área.
Cuando llegamos al trampolín, no entendí, porque específicamente le había
dicho a Ollie delante de Ryder que no podíamos venir aquí.
Me susurró al oído:
—Antes de que te enojes conmigo, hice los arreglos para que él tenga su propio
espacio para que no se lastime.
Entrecerrando los ojos en confusión, dije:
—¿Su propio espacio?
—Técnicamente, alquilé todo el lugar para nosotros.
Mis ojos se agrandaron.
—¿Qué? ¿Cómo lo lograste?
—No te preocupes por eso.
Ryder debe haber gastado una fortuna en esto. Sabía que era rico, pero no
quería que gastara ese dinero en nosotros.
—¿Dónde estamos? —preguntó finalmente Ollie.
Solté un suspiro y decidí conceder. Ollie iba a enloquecer.
—Bounce —dije.
Él chilló.
—¡No es cierto!
Ryder se dio vuelta.
—Dijiste que querías venir aquí, ¿verdad?
—Sí, pero pensé que Eden dijo que no.
—Bueno, alquilé el lugar, por lo que no tendrás que preocuparte de que alguien
se tropiece contigo.
—¿Cómo? —preguntó.
Ollie no tenía idea de cómo era tener dinero. Siempre tuvimos que ahorrar para
cosas buenas.
—Tiré de algunas cuerdas.
Cuando entramos, al menos cinco personas que vestían las mismas camisas de
neón naranja estaban alineadas en fila, como si nos estuvieran esperando.
—Hola, señor McNamara —dijo uno de ellos.
Ryder asintió. 99
—Hola.
—La sala de fiestas está preparada para usted. Y tendrá acceso a cualquiera de
los trampolines en cualquier nivel. Todo el lugar es suyo. Solo necesitamos que un
adulto firme una exención para él. También tenemos estos calcetines antideslizantes
para todos.
Ryder me entregó el formulario para completar.
—¿Eden?
Ollie estaba comprensiblemente confundido.
—¿Sala de fiesta? No es mi cumpleaños.
—La única forma de alquilar este lugar es para las fiestas de cumpleaños —
explicó Ryder—. Entonces, les pedí que nos dieran todas las cosas de la fiesta
también. Tenemos pizza y pastel para veinte personas. Me hubiera gustado que
invitaras a tus amigos, pero quería sorprenderte, y también recordé que es más
seguro para ti si no hay nadie más cerca, para que nadie pueda tocarte. ¿Cuándo es
tu cumpleaños de todos modos?
—Fue hace unos meses.
—¿Ves? Me lo perdí. Entonces, feliz cumpleaños.
Fue agradable ver la sonrisa en el rostro de mi hermano.
Firmé la exención, luego comencé a quitar los calcetines de Ollie para ponerle
los que tenía que usar.
Ollie miró a Ryder.
—Saltarás conmigo, ¿verdad?
—Diablos, sí. Tu hermana también va a saltar. —Ryder me lanzó una sonrisa
que mostraba un atisbo de su niño interior.
—¿Podemos saltar primero, Ryder? ¿Y luego comemos? —preguntó Ollie.
—Lo que quieras.
Le entregué a Ryder un par de calcetines especiales.
—Todos tenemos que usar estos.
Él los examinó.
—¿Qué sabes, Ollie? Aquí hacen calcetines para pies del tamaño de Pie Grande.
Ollie se rió.
Subimos las escaleras hasta la sala más grande de la junta. Era solo una serie
de trampolines conectados, planos y rectangulares. El espacio era prácticamente del
tamaño de una cancha de baloncesto.
Ryder mantuvo una estrecha vigilancia sobre Ollie, así que no tuve que hacer
mucho más que seguir detrás de ellos mientras admiraba la vista. La forma en que
los jeans de Ryder lo abrazaban era absolutamente divino. Me pregunté si él y yo
100
tendríamos tiempo a solas más tarde, porque realmente quería saborear sus labios
otra vez. Era todo lo que podía pensar.
Mientras lo veía saltar con mi hermano, me di cuenta de que Ryder
definitivamente era un niño de corazón. Contaron tres para coordinar el aterrizaje
en sus traseros al mismo tiempo.
Decidí alejarme un momento de ellos, dándome mi propio espacio en uno de
los trampolines en la otra esquina de la habitación. Salté tan alto como quería,
sintiéndome más feliz y más libre de lo que lo había hecho en mucho tiempo. Pero
sabía que probablemente tenía poco que ver con volar libremente en el aire y todo
con el hombre que saltaba sobre su trasero como un tonto en la otra esquina.
Cuando finalmente regresé con ellos, el rostro de Ryder se iluminó cuando me
vio.
Se dio una palmada en el estómago cuando se volvió hacia Ollie.
—No sé ustedes, pero me muero de hambre. ¿Quieres ir a comer?
Ollie redujo la velocidad de sus saltos y se detuvo.
—Sí. Yo también tengo hambre.
Nos aventuramos escaleras abajo a la sala de fiestas. La mesa estaba preparada
con un par de cajas de pizza, una jarra de ponche de frutas, platos de papel y tazas.
Sobre una mesa en la esquina había un pastel de media hoja que se suponía que era
un trampolín. Tenía figuras de personas pequeñas en la parte superior.
Después de abrir el apetito, devoramos una pizza entera y rompimos la
segunda. Ollie estaba concentrado en su rebanada de pastel cuando llevé a Ryder a
un lado.
—No puedo agradecerte lo suficiente por esta tarde. Nadie ha hecho algo como
esto por él. Pero por favor no sientas que necesitas hacer este tipo de cosas para
hacerlo feliz. Él estaría igual de feliz con una fiesta de pizza en casa.
—Quería. Quería hacer algo divertido para él que normalmente no tiene. Me
hace aún más feliz de lo que lo hace a él. Lo prometo, no voy a sacar esta mierda
exagerada todo el tiempo.
—En serio debe haber costado una fortuna.
—¿De qué sirve tener dinero si no puedes usarlo para hacer felices a las
personas? ¿Sabes cuánto dinero he gastado a lo largo de los años organizando fiestas
para personas que ni siquiera conozco? Este día me trajo más alegría de la que tuve
en mucho tiempo.
Agarré el material de su camisa.
—¿Cómo puedo agradecerte?
—De nuevo... hay muchas maneras en que puedo responder eso. —Me guiñó un
ojo.
—Sé cómo voy a hacerlo.
Se inclinó y me besó en la mejilla. 101
—¿Oh sí? Dime.
—Me voy a tomar esta noche.
Él deslizó su mano hacia mi trasero.
—No tienes que hacer eso.
—Quiero. Una noche más de trabajo perdido no va a matarme. No quiero
trabajar cuando podría pasar este precioso tiempo contigo.
—No voy a quejarme por eso, Eden.
Ryder acercó mi rostro al suyo y plantó un largo beso en mi boca. Mordió mi
labio inferior. Mis bragas se estaban mojando. Este no era el lugar apropiado para
perder el control. Pude haberlo besado sin parar, pero me alejé al oír la voz de mi
hermano.
—Ew... besándose —dijo Ollie.
No me había dado cuenta de que podría escucharlo, ya que habíamos estado en
la otra esquina de la habitación.
—¿Hay algo que no escuches? —le dije.
Caminamos hacia Ollie, tomados de la mano.
—Me disculpo —dijo Ryder—, pero realmente me gusta besar a tu hermana.
Mi hermano arrugó la nariz.
—¿Eso crees?
Ryder se rió, poniendo su mano sobre mi rodilla y apretándola. Ese simple acto
debilitó todo mi cuerpo.
Se volvió hacia Ollie.
—¿Después de terminar tu pastel, quieres dar otra vuelta en los trampolines?
—¿Podemos?
Ryder me apretó la pierna otra vez.
—Síp. Tenemos todo el lugar hasta las seis.
Ollie dejó su tenedor de plástico.
—Entonces, sí, ¡vamos!
Esta vez, Ryder y yo nos tomamos de la mano cuando saltamos con Ollie,
dándole un poco de espacio.
Mientras rebotaba de la mano con este hermoso hombre a mi lado, me sentía
en la cima del mundo.
***
Después de que acosté a Ollie esa noche, invité a Ryder a mi habitación. Era la
primera vez que había estado en el lugar donde trabajaba.
Miró a su alrededor.
—Así que este es el infame set de Montana Lane. 102
en mí hasta que tuviera que volver a California. Aunque no quería que su trabajo
sufriera, eso significaba mucho.
Pasamos todo el sábado, mi último día completo, con Ollie, llevándolo a la
exhibición de sonido en el Museo de Ciencias y viendo, o mejor dicho escuchando,
una película. Después Eden hizo la mejor lasaña del mundo, y ella, Ollie y yo nos
sentamos en la mesa un rato después de la cena.
El estado de ánimo definitivamente había sido sombrío mientras comíamos. El
plan era que los tres pasáramos el día en la casa y pasáramos un domingo tranquilo
antes de tener que tomar mi vuelo de regreso a California. La idea de irme hizo que
me doliera el pecho.
Eden y yo acabábamos de acostar a Ollie y nos instalamos en su habitación para
pasar la noche. Me serví dos copas de vino y ella puso un poco de música suave. Pudo
haber sido romántico, aparte del hecho de que todo en lo que podía pensar era en
meter la cabeza entre sus piernas y darle el mejor orgasmo de su vida. Era todo lo
que quería hacer. Había sido mi mejor comportamiento en todo este viaje, pero, en
la undécima hora, cuando sabía que me iría mañana, todo lo que podía pensar era
enterrar mi cara en su coño. Realmente no quería ser bueno nunca más.
Ella sintió algo mientras estábamos acostados en la cama.
—¿Qué estás pensando?
—No sé si debería decírtelo. Podrías echarme de aquí.
—Dime.
—¿Estás segura?
—Sí.
Apoyé mi cabeza en el hueco de su cuello y dije:
—Está bien, entonces. Quiero comer tu coño más de lo que quiero mi próximo
aliento. —Levanté la vista para medir su reacción.
Todo su rostro se sonrojó, pero sentí que era de una buena forma cuando se
mordió el labio inferior y dijo:
—Está bien.
—Está bien, como, ¿estás decepcionada?
—Sí. —Ella pasó sus dedos a lo largo de mi pecho—. Con una condición.
—¿Cuál es?
—Yo también te atacaré a ti, mientras lo haces.
El rostro de Eden se puso rojo. Sabía que no era ajena a la charla sucia por su
trabajo, pero, amigo, me encantaba verla sonrojarse.
—Estoy bastante seguro de que casi mojé mi pantalón, Eden. No puedes
hablarme así.
—No te vengas. No lo desperdicies de esa manera. Quiero que te vengas en mi 107
boca. —Su rostro se puso aún más rojo.
—Bien, esta vez realmente casi lo pierdo. No puedes decirme cosas así.
La atraje hacia mí y dejó escapar un suspiro de exasperación en su boca.
Joder.
Necesitaba esto.
Los dos necesitamos esto.
Ella comenzó a bajar su pantalón corto mientras nos besábamos. No creo que
alguna vez me haya desabrochado el pantalón tan rápido en mi vida. Mis inhibiciones
estaban muriendo con cada segundo.
Nuestro beso se profundizó mientras buscaba mis jeans para sacarlos. Mis
bolas dolieron. Estaba tan listo para esto.
—¡Eden! —Escuché desde afuera de la puerta.
Ella se levantó de un salto.
—¿Ollie? —Agarró su pantalón corto y se lo puso antes de correr hacia la puerta.
Mierda.
Rápidamente me subí el pantalón y abroché mi cinturón. A pesar de la
interrupción, mi polla estaba dolorosamente dura.
Ella abrió la puerta, y Ollie estaba allí, sujetándose el estómago.
—No me siento muy bien.
Eden se arrodilló y lo rodeó con los brazos.
—¿Qué pasa?
—Mi barriga.
—¿Sientes que vas a vomitar?
—Sí.
—Mierda. De acuerdo. —Entró directamente en acción—. Vamos al baño.
Eden lo llevó al baño, y poco después pude escuchar los sonidos de él
vomitando.
Pobre chico.
Caminé hacia el baño.
—¿Necesitan algo?
—No. Él estará bien.
Su cabeza estaba a medio camino en la taza del retrete cuando murmuró:
—Hola, Ryder.
—Hola, amigo. Lamento que estés enfermo.
Lentamente se levantó, y Eden lo condujo al fregadero para lavarse las manos. 108
—Normalmente duermo en su habitación cuando está enfermo —dijo.
—Por supuesto. Haz lo que necesites hacer.
—Lo siento —susurró.
—No seas tonta, Eden.
—¿Ryder se quedará a pasar la noche? —preguntó Ollie.
—Sí. No tenía ganas de volver al hotel.
—¿Puedes dormir en mi habitación conmigo en lugar de Eden?
Trató de intervenir.
—No queremos que Ryder se enferme.
—No estoy preocupado por eso —le aseguré—. No he vomitado desde que era
un niño. Realmente creo que soy inmune. Me encantaría acostarme con Ollie, para
vigilarlo esta noche.
—No es necesario —insistió Eden.
Haciendo todo lo posible por mantener contacto visual con ella en la oscuridad,
le dije:
—Quiero.
Ella siguió mirándome, como si esperara que cambiara de opinión.
—¿Estás seguro?
—Positivo.
Le robé un último beso antes de tomar la mano de Ollie y lo seguí a su
habitación. A pesar de no poder ver, conocía muy bien el camino de la casa. Eden
había mencionado que esa era una de las razones por las que no podía mudarse,
porque le resultaría muy difícil ajustarse a un nuevo diseño.
Eden nos siguió a su habitación con un gran tazón.
—Mantén esto junto a la cama por si vuelve a vomitar.
—Entendido —le dije mientras Ollie y yo nos tumbábamos en su colchón.
Tomé la mano de Eden antes de que se fuera y la apreté. Se inclinó hacia donde
estábamos acostados y me besó. Preferiría haber estado haciendo lo que empezamos
en su habitación, pero sabía que allí me necesitaban más.
Las cosas estuvieron en silencio por un largo tiempo antes de escuchar la voz
de Ollie.
—No puedo dormir.
Me giré hacia él.
—Probablemente sea porque estás pensando demasiado en eso. Cada vez que
me centro en que no puedo dormir, nunca lo logro. —Apoyé mi barbilla en mi mano—
. ¿Cómo te sientes? 109
—Todavía estoy un poco enfermo, pero mejor después de vomitar.
—Bien.
Ollie soltó algunas respiraciones pesadas. Me preguntaba si había algo más que
lo molestaba además del insomnio.
—¿Qué pasa, Ollie?
Después de varios segundos, finalmente me respondió.
—¿Realmente vas a regresar?
Me tomó un momento responder.
—Sí. Eso puedo prometerlo, siempre y cuando tu hermana quiera que lo haga.
—Te voy a echar de menos.
—Yo también te voy a extrañar.
—Ethan dijo que volvería a verme, pero nunca regresó. Temo que nunca te
vuelva a ver.
Mierda. ¿Cómo podría discutir con él cuando su experiencia personal respaldó
la teoría de que nunca regresaría?
Dejé escapar un largo suspiro y pensé en cómo explicarlo mejor.
—Las relaciones adultas son complicadas, Ollie. Estoy seguro de que Ethan no
quiso romper su promesa contigo. Pero tal vez fue difícil para él verte sin tener que
ver a tu hermana. Cuando los adultos se separan, las cosas pueden ser raras entre
ellos. A veces, puede entristecerte ver a la otra persona de nuevo, así que, aunque
probablemente quiera verte, es demasiado difícil tener que ver a Eden también.
A pesar de mis palabras, no creía que este tipo Ethan tuviera ninguna excusa
para dejar a Ollie a un lado. Podría haber vuelto para ver a Ollie si quisiera. Él podría
haberse puesto las bolas y ser un hombre por el bien del pobre niño. Pudo haber
encontrado otra forma de mantenerse en contacto.
—¿Vas a romper con Eden?
Quería asegurarle que eso no sucedería, pero Eden y yo ni siquiera estábamos
técnicamente juntos, y las cosas definitivamente eran complicadas, estábamos
completamente en el aire en este momento. La honestidad iba a ser la mejor política.
—No sé lo que depara el futuro para tu hermana y para mí. Todo sigue siendo
algo nuevo. Pero puedo decirte que realmente me preocupo por ella, mucho. Y sé que
solo te conozco desde hace unos días, pero también me preocupo por ti.
Después de que las palabras salieron de mi boca, me pregunté si debería
haberlas dicho. Pero eran la verdad.
—Yo también me preocupo por ti, Ryder.
Sonreí.
—Gracias, amigo. No puedo predecir qué va a pasar. Pero puedo elegir ser
honesto contigo siempre. Prometo nunca mentirte o decirte una cosa y hacer otra. Y
110
puedo prometerte esto: tú y yo siempre podemos ser amigos, pase lo que pase. Te
daré mi correo electrónico y mi número de teléfono. Llámame o escríbeme cuando
quieras, ¿de acuerdo?
—¿En serio?
Ten cuidado, Ryder.
—Sí. Por supuesto. No hay razón por la que no podamos mantenernos en
contacto.
—Genial.
Estuvimos en silencio por un tiempo, pero todavía estaba inquieto. Empecé a
mover mis labios, haciendo mi famoso sonido de grillo.
Crick.
Crick.
Crick.
Ollie saltó.
—¿Qué es eso?
Tratando de no reírme, me detuve el tiempo suficiente para decir:
—No sé. —Y seguí adelante.
Se sentó.
—Parece que hay un grillo en mi habitación.
—Lo hay.
—Sin embargo, se detiene cada vez que hablas.
—No le debe gustar mi voz.
Crick.
Crick.
Crick.
—¿Cómo estás haciendo eso, Ryder?
Parecía que no podía engañarlo. Eden había podido ver mis labios cuando lo
intenté con ella, y aún tardó más en descubrirlo que en Ollie.
—¿Quién dice que lo estoy haciendo?
—Dah. Es obvio. Pero es realmente bueno.
Me reí.
—Gracias, amigo.
—Deberías probarlo en Eden. Apuesto a que ella lo va a creer.
—Ya la hizo, amigo.
Él soltó una risita.
—Bien. 111
Nos quedamos en silencio por un momento. Entonces Ollie colocó su mano
sobre mi pecho, sobre mi corazón. Pudo haber sido un pequeño gesto, pero se sintió
significativo. Él estaba poniendo su confianza en mí.
Esperaba que me lo mereciera.
Ryder
Utah parecía un sueño ahora.
Había saltado al último vuelo posible de regreso a L.A. el domingo por la noche
para poder pasar todo el tiempo posible con ellos.
Decirle adiós a Eden fue duro como el infierno, pero no dejaba de repetirme
que regresaría a St. George la próxima vez que tuviera la oportunidad.
Ese domingo por la noche, me sentí extraño de estar de vuelta en mi gran casa
vacía, en mi gran cama vacía.
La deseaba aún más ahora que había estado en su presencia. Eden y yo nunca
tuvimos la oportunidad de explorar algo sexualmente, y una parte de mí sabía que
era mejor que hubiéramos esperado, pero me estaba muriendo por dentro, sintiendo
que teníamos asuntos pendientes a los que no podía esperar para llegar. 112
Pero entonces esa voz dentro de mi cabeza me dijo que sostuviera mis caballos,
recordándome que Eden había dejado claras sus preocupaciones. No quería
involucrarse con alguien que la abandonaría más tarde. Todavía tenía muchas cosas
que pensar, así que, en cierto modo, fue bueno que volviera a L.A. por un tiempo
para aclarar mi mente.
Aun así, los seis días que había pasado con ellos me habían cambiado. Cada vez
que miraba algo interesante, pensaba en el hecho de que Ollie no podía verlo. Lo que
antes parecía una necesidad, la vista, era en realidad un lujo. Todas las cosas
superficiales que juzgamos al mirarlas eran nulas en el mundo de Ollie. Me encontré
cerrando los ojos solo para escuchar los sonidos a mi alrededor, apreciándolos
mucho más.
***
El lunes por la mañana temprano, me preparé para enfrentar a Lorena. Le envié
un mensaje de texto desde Utah para hacerle saber que todo estaba bien, que había
encontrado a Eden sana y salva. Como ella era la única persona que conocía la
verdadera naturaleza de mi viaje, sentí que al menos se lo debía. Aunque no le había
dado ningún detalle. Era demasiado para hablar, así que decidí contárselo en
persona cuando volviera.
¿Pero cómo iba a comenzar a explicarle todo? Estaba seguro de que tenía todo
tipo de ideas locas flotando en su cabeza acerca de cómo había ido mi viaje.
Probablemente me había imaginado balanceándome del techo, teniendo sexo salaz
toda la maldita semana con mi “modelo nudista”.
Poco sabía ella lo lejos que estaba de la verdad.
Lorena acababa de preparar café cuando entré en la cocina.
—Mijo, me moría por verte. Esto es mucho mejor que las telenovelas que veo.
¿Qué pasó con la chica?
Respiré profundamente.
Sus ojos se movieron de un lado a otro sobre mi rostro.
—Vaya.
—¿Qué?
—Estás, como, resplandeciendo o algo así.
—¿Resplandeciendo? No soy una jodida mujer embarazada. ¿Qué quieres decir
con resplandeciendo?
—Quiero decir, resplandeciendo. No sé cómo más describirlo. Parece que tu
rostro está iluminado, como si fuera de un color diferente del que he visto antes.
¿Qué te hizo ella?
Pasé mi mano por mi rostro en un intento de borrar este presunto resplandor.
—Saca tu cabeza de la cuneta. Ella no hizo nada. Esa es la cosa. No hicimos
nada.
—¿Ningún chanchullo después de todo eso?
113
—No. Ninguno. Solo nos besamos.
—Es una pena. ¿Qué pasó?
Pasando mis dedos por mi cabello, no pude evitar reír cuando respondí su
pregunta.
—Recibí mi culo alimentado por la vida. Eso fue lo que paso.
—¿Qué?
Lorena escuchó atentamente mientras le contaba toda la historia de mi viaje,
desde Ethan hasta Ollie.
Ella negó.
—Esto es lo último que esperaba que me estuvieras diciendo. Vaya... un niño
pequeño.
—Es un gran chico, pero teme seriamente que lo abandonen. Es por eso que
debo tener cuidado. No puedes jugar con esa mierda. El último novio de Eden se
quedó por dos años y luego tomó un trabajo en Nueva York. Nunca regresó. Ollie se
había apegado a él. Creo que él se toma como algo personal que el imbécil ya no se
ponga en contacto con él. Eso realmente apesta.
Ella me echó una mirada de advertencia.
—No quieres que eso vuelva a pasar.
—No, no quiero.
—Parece que Eden tiene su plato lleno.
—Sí. No hay mucho espacio para nada más.
—Apuesto a que ella te haría sitio —dijo Lorena con una risita.
—Ella no cree que pueda funcionar, y no estoy seguro de estar completamente
en desacuerdo.
—Ella no cree que tú quieras que funcione. Si hay voluntad hay una manera.
Dejé que eso se hundiera un poco.
—Mira, sé cómo me hace sentir, pero eso es todo lo que tiene sentido en este
escenario. Mi trabajo está aquí. Su vida está allá. Y luego está Ollie. —Hice una pausa
para reflexionar sobre la semana pasada—. Es... tan inteligente. Le dije que podíamos
mantenernos en contacto sin importar lo que pase.
—Suena como si ya lo estuvieras preparando para lo peor, como si ya te
hubieras decidido.
—No sé qué hacer. Todo lo que sé es que no estoy listo para dejarla ir.
—¿Así que has tomado la decisión de divertirte un poco con ella y dejarla ir
después?
La forma en que lo dijo sonaba tan mal. Pero, ¿tenía razón? ¿Estaba buscando
tener sexo con Eden, divertirme, y luego ir suavemente por caminos diferentes
cuando por fin me pasara por mi grueso cráneo que no podíamos durar? 114
—Mi trabajo requiere que esté aquí. Ella ya ha dejado una relación porque no
podía mudarse. ¿Cómo podría funcionar esto?
—Bueno, ciertamente no va a funcionar si crees que no lo hará.
—Cuando estoy aquí, es como si pudiera ver las cosas un poco más claro, lo
difícil que sería. Pero cuando estoy con ella, no me puedo imaginar estar en otro lado.
—¿Ella no estaría dispuesta a mudarse?
—No lo creo. Ollie realmente ama su escuela en St. George. Es una escuela para
ciegos.
Lorena me tiró un trapo.
—¿Sabes lo que pienso?
—¿Qué?
—Creo que es muy temprano para que te preocupes. Dijiste que fuiste honesto
con el chico. Eso es todo lo que puedes hacer. No le debes a nadie una decisión. El
tiempo dirá cómo te sientes realmente. Simplemente no le hagas a nadie promesas
que no puedas cumplir y estarás bien.
Dejé escapar un suspiro de frustración.
—Sí.
—Si esta chica es tan increíble como dices, el chico correcto vendrá por ella y
por ese pequeñín. Ella todavía es muy joven.
Sus palabras me golpearon en el estómago, me pusieron tan celoso. Me
preguntaba si eso fue intencional de su parte. No quería que viniera nadie más. No
podía imaginarme cómo hacer que esto funcionara logísticamente, pero no estaba ni
cerca de dejar que la idea de ella se fuera.
De repente, puse mi mano en mi estómago. Sentí que mi interior se retorcía. Al
principio, pensé que quizás era el estrés de pensar sobre la situación con Eden. Pero
a medida que el torrente de náuseas me atravesó, rápidamente se hizo evidente que
estaba a punto de vomitar.
Corrí al baño de la cocina lo más rápido que pude y me tiré al inodoro.
Lorena me siguió.
—¿Estás bien?
Con mis manos a cada lado del inodoro, la miré, aturdido y confundido.
—¿Es estrés? —preguntó ella.
Mientras me inclinaba sobre el cuenco, no pude evitar reírme. Todos estos
años, pensé que era inmune a vomitar. Simplemente no había conocido al niño de
once años correcto con el virus estomacal correcto.
Pude haber regresado a L.A., pero Ollie definitivamente todavía estaba
conmigo.
*** 115
Querido Ryder,
Probando. Soy yo, Ollie.
Hola, Ollie
¿Adivina qué? He estado pensando mucho en ti. No solo porque los extraño,
sino también porque me contagié de tu virus estomacal. Está bien si piensas que es
gracioso. Ahora que no estoy encorvado sobre un inodoro, me estoy riendo
también.
¿Qué estás haciendo esta mañana?
Ryder
Hola Ryder,
Estoy escuchando algunos videos y enviándote un correo electrónico. Eden
está preparando el desayuno.
Me alegra que me dijeras que está bien reír, porque es bastante divertido que
hayas vomitado. Ahora estoy mucho mejor. Espero que pronto te sientas mejor.
PD: Estoy hablando desde mi aplicación de voz a texto para escribir esto. Es
por eso que no hay errores de ortografía.
P.P.D. Yo también te extraño. Lo mismo hace Eden.
Cerré los ojos e imaginé a Eden en su cocina, inclinada sobre la estufa con sus
pequeños leggings ajustados. Imaginando el olor de su cabello, respiré, una vez más
consciente del hecho de que estaba cerrando los ojos para experimentar
sentimientos y sensaciones, algo que estaba haciendo mucho más últimamente.
Después de que la reunión concluyó, el consultor salió de la sala, dejándome
solo con mi padre.
—Parecías distraído —dijo.
—¿Se suponía que debía prestar atención a esa basura? Estaba lleno de nada
más que palabrería. Tampoco parecías impresionado con él.
Él cambió el tema.
—¿Cómo estuvo tu viaje?
—Fue realmente bueno.
—Espero que hayas sacado lo que sea de tu sistema.
Lejos de eso.
—Su nombre es Eden. Y no la saqué de mi sistema. Regresaré en algún
momento.
Negó como para ignorar por completo lo que acababa de decir.
—Realmente necesito que te concentres. No puedes tomarte semanas cada vez
para visitar mujeres en otros estados.
No esperaba que lo entendiera.
—¿De qué sirve el tiempo de vacaciones si no puedo usarlo? Nunca me tomé
tiempo libre hasta la semana pasada. Me he roto el culo. ¿No he acumulado ya un
montón de tiempo de vacaciones?
—Los McNamara no se toman tiempo libre. Cuando tenía tu edad, no estaba
tomando vacaciones. Dediqué todo mi tiempo a construir mi carrera. Y eso es
exactamente lo que deberías estar haciendo. Puedes relajarte cuando tengas mi edad.
117
—Eso es ridículo porque no has bajado la velocidad ni un poco.
—Sí, bueno, ahora es diferente... sin tu madre. Las cosas podrían ser diferentes
si estuviera cerca para viajar conmigo. Pero el trabajo ha sido bueno para mí. No veo
que eso cambie pronto. Algún día, cuando estés realmente listo para tomar mi lugar,
podré retroceder. Es por eso que te estoy haciendo trabajar tan duro en este
momento. —Levantó su dedo—. Hablando de eso, necesito hablar contigo sobre la
próxima etapa de la Operación Apoderarse del Mercado Global.
Me preparé.
—¿Cuál es el próximo paso?
—China.
—¿China?
—China, sí. Suenas casi tan emocionado como cuando te dije que ibas a la India.
—Bueno, una vez más, me tomaste con la guardia baja. ¿Qué pasa con China?
—Hay algunas compañías tecnológicas chinas que buscan invertir en nuestro
estudio. Están buscando contenido ahora mismo. Ya han colaborado con algunos
grandes nombres. Necesitamos entrar en esto. Te tengo reuniéndote con dos
compañías diferentes cuando vayas de visita el mes que viene.
Sabía que no tenía sentido intentar discutir mi salida de este viaje, a pesar de
mi reciente desdén por los viajes internacionales. Mi padre parecía más decidido que
nunca a expandir mi papel aquí. Necesitaba aguantarlo e ir con eso. Encontraría una
forma de hacer funcionar este viaje a China con mis planes de regresar a St. George.
***
Por mucho que traté de no echar un vistazo al espectáculo de Eden, fue difícil
resistirme cuando estaba solo en mi cama y no tenía nada mejor que hacer que
esperar a nuestro chat de Skype a medianoche.
Unas noches después de regresar de St. George, cedí al impulso de comprobar
lo que estaba pasando.
Cuando me conecté, allí estaba ella, sentada con las piernas cruzadas y
chateando con algunos de sus seguidores. Inmediatamente me sentí aliviado de no
haberla atrapado sin camisa o algo así.
Ella no pareció darse cuenta de que me había unido. Prefería que no supiera
que estaba mirando. Eden admitió que mi presencia allí la ponía nerviosa ahora que
sabía cuánto me molestaba el camming.
Rápidamente me cautivó, sumergiéndome en su mundo tan fácilmente como al
principio.
Ella estaba respondiendo preguntas. Un tipo le preguntaba qué debería usar en
una primera cita.
—Debes ponerte lo que sea que te resulte cómodo —dijo—. Lo que te haga sentir
seguro. Si eres un tipo de jeans y camisetas, entonces lleva ese estilo, sabiendo que
le estás demostrando tu auténtico yo. Es muy importante ser tú mismo. 118
No sabía cómo sacaba todas estas cosas de su culo en un abrir y cerrar de ojos,
pero definitivamente era un verdadero talento, porque casi ni siquiera tenía que
parar a pensar.
Los sonidos de fichas se volvieron locos de repente. Los espectadores habían
lanzado colectivamente lo suficiente para que ella se quitara la parte de arriba.
Tragué saliva con anticipación, sabiendo que normalmente no tardaba mucho
en darles lo que querían.
Efectivamente, Eden puso sus manos en la parte inferior de su camisa y levantó
el material sobre su cabeza. Se desabrochó el sujetador de la espalda y dejó que sus
voluptuosos senos se liberaran.
Mierda.
La extrañaba tanto. Odiaba esto. Odiaba esto muchísimo.
Una curiosidad morbosa llevó mis ojos a la sección de comentarios.
AdamAnton555: Tienes las tetas más hermosas que he visto en mi vida.
LouisGator1: Ojalá pudiera chuparlas.
ElliotMichael33: Me encantaría deslizar mi polla entre esos en este momento
y venirme por toda tu piel cremosa.
Hablé con la pantalla.
—Me encantaría perforar tus malditas luces.
Aunque sabía que esto era parte del territorio, escuchar todas las cosas que
estos hijos de puta querían hacerle a ella me volvió loco.
Después de terminar su pequeño espectáculo y volver a ponerse la camisa,
impulsivamente compré dos mil fichas y las dejé caer todas a la vez. Cuando bajó la
mirada y vio mi nombre, se volvió de cincuenta tonos de rojo.
Sin embargo, se recompuso, fingiendo que yo era solo uno de los chicos.
—¡ScreenGod! Ha pasado un tiempo.
Decidí ser un sabelotodo.
ScreenGod90: ¿Es suficiente dinero para un chat privado?
Sabía muy bien que era más que suficiente y algo más.
Eden actuó como si nada y se despidió de sus espectadores, prometiendo
regresar al final de nuestro tiempo privado.
Me preparé pensando que ella se enojaría conmigo por interferir.
La recepción que obtuve fue todo lo contrario.
—¿Cómo sabías que necesitaba verte?
—No lo hice. Me puse celoso y lo perdí, pero si querías escapar, entonces es un
ganar-ganar.
—¿Dos mil monedas, Ryder? ¿Estás loco? Me hubiera detenido gratis si me lo 119
hubieras pedido.
—Un chat privado vale mucho más que eso para mí.
—Ni siquiera te vi entrar. ¿Cuánto tiempo estuviste observándome?
—Lo suficiente como para enojarme. Fui sigiloso, sin embargo. Me colé cuando
le estabas diciendo a ese perdedor cómo vestirse.
Ella colocó su mano sobre su frente.
—Oh Dios mío. Lo sé.
—Si alguna vez tengo que preguntarte cómo vestirme, hazte un favor y
abandona mi trasero.
Ella rió, pero luego cambió su tono.
—¿Dejarte? ¿Incluso te tengo?
De repente, el ambiente se puso tenso. Su pregunta era seria.
—Me tienes. Me has tenido desde el primer momento en que me miraste a los
ojos y dijiste mi nombre. Es una locura lo mucho que me tienes.
Su rostro se contorsionó.
—Te extraño.
—Es doloroso estar lejos de ti otra vez.
—Lo sé —dijo ella.
—No tengo ganas de compartirte esta noche, o cualquier noche, realmente.
Nunca me he sentido tan posesivo con nadie en toda mi vida. No sé lo que me está
pasando. Me siento tan fuera de control de mis emociones.
—Lo que hago para ganarme la vida no es exactamente una situación normal
con la que alguien deba lidiar. Creo que estás reaccionando normalmente. Te estoy
poniendo en una situación difícil.
—Estás haciendo lo que tienes que hacer, y te admiro por eso. Más de lo que
crees.
—No voy a volver a trabajar esta noche. Solo me quedaré y hablaré contigo. Me
pagaste lo suficiente para una semana.
—Haz lo que tú quieras, ¿de acuerdo? No lo que crees que yo quiero.
Se quitó la camisa antes de quitarse los pantalones cortos y la ropa interior.
—¿Qué estás haciendo, Eden?
—Dijiste que hiciera lo que quisiera.
Ella estaba jadeando y tenía los ojos vidriosos. Se veía caliente como el infierno.
Mi polla estaba dura como el acero mientras la veía separar sus piernas, su coño
reluciente burlándose de mí.
—Quiero que me muestres cuánto me quieres. Y quiero oírte gemir y verte
venir, Ryder.
Bueno, joder. Pensé que ya estaba duro, pero mi polla se puso aún más rígida. 120
—Recuéstate —dije.
Eden se posicionó para poder frotar su clítoris mientras me miraba
masturbarme. Aunque ya habíamos hecho esto antes, había algo tan desesperado en
esta ocasión. Creo que los dos estábamos al final de nuestras cuerdas después de que
nos interrumpieran antes de que yo la dejara.
Cuando tiraba de mi polla, dije:
—Eres tan sexy, bebé. Nunca he querido follar a nadie como quiero follarte a ti.
Te quiero tan mal ahora mismo. Apenas puedo pensar con claridad.
No había nada más excitante que el sonido de sus gemidos mientras se tocaba
al verme masturbándome.
Me lamí la mano para mojarla así pude imaginar que era su coño empapado.
Cerré los ojos e imaginé cómo olían sus feromonas. Los dos estábamos totalmente
perdidos en el momento.
Cuando abrí los ojos, ella estaba apretando su teta con una mano mientras
masajeaba su clítoris con la otra.
Mierda, eso es caliente.
Sus piernas comenzaron a temblar antes de que gimiera de placer. Me
encantaba que le importara un carajo si yo estaba o no listo. Ella solo se dejaba ir.
—Eden... Eden... Eden... —Dejé escapar el aliento más largo, que ni siquiera me
había dado cuenta de que estaba conteniendo, mientras mi semen salía a cántaros.
Ella miró cada segundo de eso. Seguí ordeñándome para exprimir las últimas
gotas.
Me desplomé contra la cabecera, momentáneamente saciado, pero sabiendo
que la sensación de satisfacción duraría poco.
Nos quedamos allí un rato en silencio. Finalmente, ella se levantó y se volvió a
poner la camisa.
—Así que, Ollie me dijo que se han estado enviando correos electrónicos —dijo
finalmente.
—Sí. Es tan lindo. —Me preguntaba si ella estaba enojada por eso—. Espero que
te parezca bien. Le dije que podríamos mantenernos en contacto.
—Sé lo que le dijiste, que estarías ahí para él pase lo que pase.
Mi tono fue insistente.
—No estoy tratando de sobrepasar mis límites. Simplemente no veo una razón
por la que él y yo no podamos mantenernos en contacto, incluso si...
—Incluso si las cosas no funcionan con nosotros —dijo a la defensiva.
Hice una pausa.
—Sí.
—Sabes que Ethan le dijo lo mismo, ¿verdad?
121
Maldito Ethan.
—Sí. Pero yo no soy Ethan. No soy un imbécil. Nunca haría nada para
lastimarlo.
—No intencionalmente. Pero la vida sucede. Mierda sucede. Él y yo, no estamos
acostumbrados a que la gente se quede. Tristemente, eso es lo normal para nosotros.
Ethan, mi padre, el padre de Ollie, ningún hombre en nuestras vidas se queda. Mi
hermano y yo solo nos tenemos el uno al otro, por lo que no estamos exactamente
condicionados a creer en la gente cuando dicen que van a estar allí.
Eso duele al oírlo.
—Lo sé. Lo entiendo. —Inclinándome, dije—: Nunca antes habías mencionado
a tu padre, solo que nunca estuvo cerca.
—Sí, bueno, no hay mucho que mencionar. Mi madre realmente sabía cómo
elegirlos. Los dos hombres que la embarazaron estaban de paso por la ciudad en ese
momento.
—¿Está vivo?
—Mi padre es un trotamundos. Nunca se quedó en un lugar más de un año o
dos. Lo último que escuché fue que estaba en algún lugar de Dakota del Norte.
—¿Naciste en Utah?
—No. Nací en Montana. Mi madre era de allí. Ella era una estudiante con
problemas cuando lo conoció. Eran más o menos de la misma edad. Él se fue después
de descubrir que estaba embarazada. Apareció una vez cuando yo tenía cinco años.
Pero en ese momento, no sabía que era él. Mi madre lo presentó como su amigo Lane.
Ella solo me dijo años más tarde quién era en realidad.
Montana.
Lane.
Montana Lane.
Mierda.
—Vaya —dije.
A pesar de que Eden estaba restándole importancia a sus sentimientos, el hecho
de que hubiera elegido el nombre de su padre para su nombre de usuario decía
mucho. Estaba herida por el abandono de su padre mucho más de lo que aparentaba.
Otra razón por la que necesitaba andar con mucho cuidado.
***
Una semana después, era viernes por la tarde cuando el itinerario de China
aterrizó en mi bandeja de entrada. Mi padre había programado dos semanas
completas de reuniones allí para mí. Me iría en un mes.
Aún no había reservado un boleto de regreso a St. George. Aunque tenía
muchas ganas de ver a Eden, el trabajo había estado muy ocupado. Quizás ella tenía
razón. Tal vez esto no podría funcionar, no importa cuánto lo quisiera.
122
Mientras miraba mi bandeja de entrada, llegó un nuevo mensaje. Era de Ollie.
Un mensaje de Ollie Shortsleeve usando VoiceText300:
Ryder,
Anoche escuché grillos afuera. Pensé que quizás habías vuelto. Pero cuando
fui a la ventana, llamé tu nombre y tú no estabas allí. Solo eran grillos.
Ollie
PD: ¿Vas a volver?
139
Ryder
A la mañana siguiente, Ollie tardó mucho tiempo en despertarse.
Eden y yo seguimos esperando que escuchara mi voz y entrara a la cocina,
sorprendido de encontrarme. Ella dijo que casi nunca se quedaba dormido, así que
pensó que lo haría la mañana que yo estaba aquí y quería sorprenderlo. También
habíamos estado esperando para hacer panqueques. Eden tenía la mezcla con chips
de chocolate y lista para hacerla.
Decirle a Eden lo que había sucedido con Mallory era un gran peso sobre mis
hombros. No estaba seguro de cómo se sentiría al respecto. Aquí estaba haciendo lo
mejor que podía para criar a un niño que no había previsto. Y admití que no me había
sentido capaz de hacer lo mismo.
Pero sus palabras me habían consolado, y estaba agradecido por eso.
140
Acaricié los hombros de Eden mientras sorbía su café.
—¿Debería ir a despertarlo?
—Deberíamos. A este ritmo, estaremos esperando todo el día.
Eden se quedó cerca de mí cuando me aventuré a la habitación de Ollie y abrí
la puerta. Sus piernas y brazos estaban extendidos sobre el colchón. Él estaba
totalmente dormido.
Puse mi dedo índice contra mi boca para que Eden supiera que no quería que
dijera nada. En cambio, curvé mis labios, desatando mi infame sonido de cricket.
Ollie se movió, luego saltó. Eden intentó con todas sus fuerzas contener la risa
mientras lo miramos mover su cabeza en confusión antes de gritar:
—¿Ryder?
Dejé de hacer el sonido.
—Sí, amigo. Soy yo.
—¡Regresaste!
Abrazándolo, le dije:
—Te dije que lo haría.
—No me escribiste ayer. Pensé que tal vez... —Sus palabras se desvanecieron.
—No. Lo que sea que estabas pensando estaba mal. Estaba en un avión para
venir a verte.
El sol entraba por la ventana de Ollie. Él estaba feliz de verme. Este era un buen
día.
—¿Por qué no les dejo pasar el rato mientras hacemos panqueques para todos
nosotros? —sugirió Eden—. Los llamaré cuando estén listos.
Después de retirarse a la cocina, Ollie se volvió hacia mí.
—Es extraño que estés aquí. Soñé contigo anoche.
—¿De verdad? ¿Qué estaba haciendo en tu sueño?
—Nada en realidad. Tú estabas allí.
—Bueno, supongo que tu sueño era más bien una premonición entonces.
—¿Una qué?
—Una premonición es un pensamiento que termina volviéndose realidad.
Porque estoy aquí ahora.
—Oh sí. Eso es raro.
—Lo sé. Oye… ¿qué ves en tu mente cuando sueñas?
―No veo nada. Escucho cosas y las siento, igual que cuando estoy despierto.
—Vaya. Eso es fascinante.
Creo que fue una tontería pensar que podía ver cosas en sus sueños si nunca las
hubiera visto en la vida real. Nunca había pensado en los sueños de personas que 141
Mi mente sucia escuchó palo y Eden y vagó hasta la última noche sintiéndola
con mi palo. Anoche fue increíble.
Negué para regresar al presente.
—Entonces, no necesitas un perro.
Estaba listo para ir a comprarle uno.
—Eden dice que algún día podría necesitar uno cuando sea un poco mayor y
recorrer más lugares sin ella.
—Bien. Solo me preguntaba si había una razón por la que no tuviste uno.
Ollie mostró una sonrisa traviesa.
—¿Quieres ver cómo te imagino que eres?
—Uh... claro.
—Te dibujé.
—¿Lo hiciste?
—Sí. Déjame conseguirlo. —Se dirigió a su escritorio y trajo un pedazo de papel
de construcción. El dibujo no fue identificable. En realidad, se parecía a una gran
polla con pelo y ojos.
—¿Así es cómo me imaginas? —Me reí entre dientes.
—Sí. No sé por qué. Realmente no sé cómo te ves, pero tengo esta idea. Es raro.
No creo que pueda siquiera explicarlo.
Yo sí: Me veo como una maldita polla para ti.
—¿Cómo se ve mi dibujo? —preguntó.
—Um... creo que, si entrecierro los ojos lo suficiente, puedo verme a mí mismo
en él. Pero es como un... cilindro con ojos y cabello. Una gran suposición. —Le
devolví el papel—. Es fascinante ver lo que se le ocurre a tu imaginación.
—Entiendo las formas, pero no sé los colores. No sé la diferencia entre blanco
o negro, azul o rojo, o cualquier otra cosa. Todos son solo nombres para mí.
Me di cuenta de que en el mundo de Ollie, no había nada que juzgara a alguien
por el color de su piel. Si todos pudieran vivir así sin perder la vista.
—Haces películas, ¿verdad? —preguntó.
Su pregunta me divirtió.
—Lo intento. Sí.
—Las películas de acción son geniales para las personas que pueden ver y todo,
pero, ¿alguien como yo? Necesito escuchar cosas, escuchar a la gente hablar. Si una
película es principalmente cosas que se supone que debes estar mirando y sin
escuchar, no puedo disfrutarlo. Deberías hacer más películas que pueda escuchar.
Profundizando eso, tuve un momento de entendimiento.
—No creo que sea algo que consideremos suficiente. Tienes razón. 143
—¿Qué?
—Me perdí algunas llamadas de Lorena mientras estábamos durmiendo. Mi
timbre estaba apagado. Y ahora me acaba de enviar un mensaje para que la llame.
—Lorena es tu ama de llaves, ¿verdad?
—Sí. —Parecía preocupado—. Espera. Solo voy a ver si todo está bien.
Vi mientras él le marcaba.
—Lorena, hola. Acabo de recibir tu mensaje. —Después de una pausa, dijo—:
¿Por qué quieres que me siente?
Mi corazón latió más rápido cuando Ryder se hundió lentamente en una de las
sillas de la cocina.
Los siguientes minutos fueron borrosos. Su respiración se hizo trabajosa
mientras escuchaba la llamada.
La voz de Ryder era temblorosa.
—¿Qué? ¿Cómo es… cómo es posible? —De repente, su labio tembló—. No —
susurró, luego cerró los ojos con fuerza.
Oh Dios mío.
¿Qué está pasando?
En pánico, corrí hacia él y coloqué mis manos sobre sus hombros. No sabía lo
que estaba pasando, pero sabía que necesitaba mi apoyo.
—¿Estás segura? —le preguntó.
Pasaron varios minutos mientras él escuchaba en silencio. Luego colgó el
teléfono y lo arrojó a un lado. Puso ambas manos alrededor de su cabeza y me miró.
Parecía que las palabras tardaban una eternidad en salir. Y cuando lo hicieron, fue
como un puñetazo.
—Mi padre murió.
Puse mi mano en mi corazón.
Oh no.
No.
Lágrimas llenaron mis ojos. Sin saber qué más hacer, lo abracé.
—Oh, Ryder.
Él me miró aturdido, como si no pudiera creer que estaba diciendo las palabras.
—Ataque al corazón. Su ama de llaves lo encontró esta mañana. Llamó a Lorena
para ponerse en contacto conmigo. Sucedió mientras dormía.
—Oh, Dios mío —susurré—. Lo siento mucho.
Las palabras correctas se me escaparon por completo. Sabía mejor que nadie
que la vida podía cambiar en un instante. Sabía lo devastador que era perder a
147
alguien tan de repente. Ryder era hijo único. Su madre había fallecido. Su padre era
todo su mundo. Ni siquiera podía imaginarme el dolor que sentía.
Él se aferró a mí por su vida.
—No sé qué diablos voy a hacer, Eden.
Ojalá supiera cómo responder. Su dolor era palpable tanto que mi propio
cuerpo dolía físicamente.
—Tengo que subirme al próximo avión —murmuró.
Se levantó y se aventuró a mi habitación.
Sintiéndome totalmente impotente, le pregunté:
—¿Estás bien para conducir al aeropuerto? Despertaré a Ollie, y podemos
llevarte allí en tu auto de alquiler.
—No. No hagas eso. No quiero molestarlo. Estaré bien.
—¿Estás seguro?
Él exhaló.
—Físicamente, de todos modos. Sí.
El dolor en mi pecho era casi demasiado para soportar.
—Haría cualquier cosa para que esto desapareciera ahora mismo. Por favor,
dime qué puedo hacer por ti.
Ryder no había traído nada con él, ya que su viaje aquí fue impulsivo. Había ido
a la tienda ayer para comprar algunas prendas de vestir para el resto del fin de
semana, junto con una pequeña bolsa de lona.
Lo seguí por la habitación como un cachorro perdido mientras agarraba sus
cosas.
Caminamos juntos hacia la puerta en silencio. Sabía que nunca olvidaría este
momento. Fue absolutamente desgarrador.
No queriendo dejarlo ir, lo besé más fuerte que nunca. Las palabras Te amo
estaban en la punta de mi lengua. Tenía tantas ganas de decirlas, pero tenía miedo
de hacer este momento sobre mí o cualquier otra cosa. Tampoco quería que se
asociara la primera vez que lo dije con la muerte de su padre. Este no era ni el
momento ni el lugar para lanzar esas palabras.
Abrió la puerta de entrada, luego se detuvo en el umbral mientras apoyaba su
frente en la mía.
—Por favor, mantente en contacto conmigo —dije—. Llámame o envíame un
mensaje si no tienes ganas de hablar. Solo déjame saber que estás bien.
Lágrimas cayeron por mis mejillas y sobre las suyas. Él los limpió con su pulgar
antes de besarme por última vez. Sentí como si un tornado de tristeza girara dentro
de mí.
Y luego se fue.
148
***
Estaba mirando la taza llena de café ahora fría de Ryder todavía ubicada en mi
mesa cuando Ollie finalmente se despertó y entró en la cocina.
—No escucho a Ryder —dijo.
Una parte de mí quería guardar lo que le había pasado, porque temía que
golpeara demasiado cerca de casa. Sin embargo, realmente no había forma de que
pudiera hacer eso. Necesitaba decírselo.
—Ven aquí, Ollie.
—¿Qué pasó? ¿Peleaste con él?
—No. Ven aquí. Siéntate en mi regazo. Tengo que decirte algo.
Podía decir por el tono de mi voz que algo andaba mal.
—¿Qué pasó?
Solo lo dije.
—El papá de Ryder murió.
Su aliento se detuvo.
—¿Qué? Oh no.
—Lo sé. Fue repentino. Solo sucedió anoche.
—¿Cómo?
—Tuvo un ataque al corazón.
Se tomó unos minutos para procesar antes de preguntar:
—¿Ryder está triste?
—Sí. Creo que todavía está conmocionado.
—¿Estaba llorando? —preguntó.
—No —susurré.
Ollie abrió los ojos. Los mantenía cerrados mucho, pero a veces cuando estaba
estresado, los abría.
—¿Qué podemos hacer, Eden?
—Solo tenemos que hacerle saber que nos importa y que estaremos aquí para
él si nos necesita.
Hizo una pausa antes de limpiarse el ojo rápidamente. No quería que notara
que estaba llorando.
—Está bien llorar —dije—. Sé cuánto te importa Ryder.
Frotándole la espalda, le dejé procesar sus pensamientos.
Finalmente se volvió para enfrentarme.
—Él no tiene a nadie. Perdimos a mamá, pero te tengo a ti, y tú me tienes a mí.
Ryder no tiene a nadie. 149
—Por muchas razones. Ollie nunca ha estado en un avión. Tiene miedo de volar.
E incluso si condujera, no puedo arrastrarlo por una ciudad extraña, no puedo
llevarlo a un funeral.
—Tiene que haber una manera. —Frunció los labios y pareció estar pensando—
. ¿Qué tal si me quedo en tu casa por un par de días y cuido a Ollie por ti?
—No puedo pedirte que hagas eso.
—Sí puedes. ¿Olvidas que una vez ya lo cuidé? Sobrevivió, ¿no?
De hecho, lo había olvidado. Ethan me había sorprendido con un viaje de una
noche a Arizona durante el primer año que estuvimos saliendo. Él había hablado con
Camille sobre la mejor manera de sorprenderme, y ella se había ofrecido a cuidar a
Ollie por la noche. Había sido la primera vez que había dejado a mi hermano con
alguien, y recuerdo estar súper nerviosa al respecto. Sin embargo, todo había
funcionado al final. Regresamos a casa, y Ollie todavía estaba en una sola pieza.
—Sí, recuerdo que lo cuidaste esa noche... Pero probablemente tendría que
ausentarme por un par de días si fuera hasta allí. No me gustaría aparecer, y luego
irme corriendo de él.
—Mira, tengo un tiempo de vacaciones. Estoy segura de que Bobby me dejará
tomarlo con poca antelación si le explicamos la situación. —Me miró fijamente—.
Eden, ¿cuándo fue la última vez que hiciste algo por ti misma? En serio. Sé que estás
haciendo esto para apoyar a Ryder, pero es claro para mí que necesitas estar con él
ahora mismo.
Mi voz tembló.
—Quiero estar tanto con él.
Me agarró de los hombros.
—Entonces ve. Te tengo. Cuidaré a tu niño durante unos días para que puedas
cuidar de tu hombre.
Mi hombre.
Ryder y yo ni siquiera éramos oficialmente exclusivos, pero no importaba. En
este momento, aparte de Ollie, él era la persona más importante en mi vida. Y me
necesitaba.
Sabía lo que quería.
—¿Estás segura?
—Seguro. Déjame hacer esto por ti.
—Está bien. —Seguí asintiendo, preguntándome si había alguna razón por la
que debería reconsiderarlo—. Está bien. Muchísimas gracias. Te debo una grande.
Aparentemente, tengo un vuelo que reservar.
151
Ryder
Solo habían pasado un par de días, pero se sentía como una eternidad. Las
personas habían entrado y salido de mi casa. Todo era un enorme borrón de “Lo
lamento” y “Por favor hazme saber si hay algo que pueda hacer”.
No había nada que nadie pudiera hacer. Mi padre se había ido, mi vida se había
puesto de cabeza.
Había bandejas de comida por todos lados, junto con una explosión de flores.
Y yo estaba en una niebla.
Lorena se sentó frente a mí en la mesa de la cocina. Con una migraña, había
permanecido aquí con mi cabeza entre las manos y sin motivación para moverme.
—Mijo, ¿ya comiste?
Negué. 152
—Estoy seguro como el infierno que tampoco estoy listo para que te vayas. —Se
inclinó más cerca—. Necesito hacerte el amor antes de que te vayas.
—Entonces debemos regresar al dormitorio después del desayuno. —Miré mi
reflejo en sus ojos—. Siento si anoche estuvo un poco tenso. No era mi intención
añadir presión en ti.
—Dijiste lo que necesitaba ser dicho. No lo sientas por eso. —Se movió detrás
de mí y me atrajo contra su pecho mientras me acunaba—. Déjame abrazarte —dijo
antes de encerrarme con sus piernas—. ¿Tienes que trabajar esta noche?
—Sí.
—¿Podemos hablar a la hora de siempre? ¿A medianoche?
—Por supuesto, si estás dispuesto a eso.
—Estaré esperando ansiosamente ese momento más que siempre. Lo necesito
antes de tener que enfrentarme mañana al trabajo.
—¿No te vas a tomar algo de tiempo libre antes de regresar a la oficina?
Suspiró.
—No puedo. Necesito empezar a resolver las cosas. Mi padre hubiera esperado
que me pusiera en acción, así que es lo que necesito hacer. Así que, de vuelta a los
negocios en la mañana. Aunque sí cancelé el viaje a China.
Froté mis manos por sus brazos envueltos a mi alrededor.
—Estoy tan orgullosa de ti. He tenido la intención de decirte eso.
Me abrazó más fuerte.
—Repentinamente quiero saltarme el desayuno. Lo único que quiero comer en
este momento es a ti.
Lorena asomó su cabeza por la puerta y gritó:
—¡Espero que tengan hambre!
Me giró, luego habló sobre mis labios.
—Estoy malditamente hambriento.
***
Más tarde esa mañana, Ryder insistió en pagar el estacionamiento de LAX para
acompañarme dentro. Cuando me llevó tan lejos como le era permitido ir, nos
detuvimos y nos miramos el uno al otro.
—¿Sabes lo que desearía? —preguntó.
—¿Qué?
—Desearía que pudiéramos volar a la Isla Catalina en este momento y huir de
todo, tener unos cuantos días tranquilos. Quiero eso más que cualquier otra cosa.
—Eso suena como un sueño.
Tenía estrellas en sus ojos. 181
—Algún día iremos ahí. Encontraremos una manera, incluso si tengo que
pagarle a Camille un montón de dinero para que cuide de Ollie. —Tomó mi rostro y
trajo mis labios a los suyos—. Mierda. No quiero dejarte ir. —Me llevó más cerca y
me abrazó. Nos mecimos de un lado al otro por un rato.
Tan optimista como hacía que sonaran esas cosas con las fantasías de viajes a
Catalina, todavía estaba aterrorizada de las semanas por venir.
¿Qué si esta es la última vez que me sostiene de esta manera?
Era técnicamente posible. Lo abracé más fuerte, apreciando su olor y el calor
de su cuerpo.
—Adiós, Ryder.
—Adiós, nena. Ten buen viaje.
Mi corazón se hundió un poco, deseando que hubiera dicho las dos palabras
que anhelaba escuchar. Pero no lo hizo.
Mientras intentaba alejarme, seguía sosteniendo mi mano y no la dejaba ir.
Repentinamente me jaló hacia él de nuevo y plantó en mi boca el beso más duro. Mi
mochila cayó al suelo mientras pasaba mis dedos por su cabello y aceptaba todo lo
que me daba con cada centímetro de mi alma.
Intenté separarme de él, limpiando las lágrimas de mis ojos mientras me
alejaba, esperando que pudiera experimentar ese tipo de beso con él de nuevo.
Ryder
Una semana después del funeral de mi padre, todavía no estaba cerca de
determinar el futuro de la compañía.
Solo había dos cosas que me hacían seguir adelante: las charlas nocturnas con
Eden y los correos electrónicos diarios con Ollie. No podía imaginar cuán solitario
me sentiría sin ellos en mi vida.
Y como que hice... algo.
Sabía que Eden no estaría cómoda si supiera que estaba observándola durante
su programa. Así que creé un perfil falso así podría ingresar y “pasar más tiempo”
con ella sin ponerla nerviosa. Mi nuevo nombre de pantalla era AssLover433.
No solo la observaría mientras ingresaba con ese nombre, sino que cuando
quería divertirme, interactuaría con ella y le haría preguntas realmente estúpidas. 182
Lo mejor era cuando se quejaba conmigo durante nuestra charla de media noche
sobre cuán molesto era AssLover. En esos momentos se necesitaba todo de mí para
no reírme a carcajadas. Le diría con el tiempo y estaba seguro de que nos reiríamos
mucho al respecto. Mientras tanto, me estaba divirtiendo demasiado.
Mientras estaba sentado en la mitad de otra junta de consejo, esta vez en
sábado, para discutir el destino del estudio, decidí revisar mi correo electrónico.
Un mensaje de Ollie Shortsleeve utilizando VoiceText300:
Querido Ryder,
¿Puedes llamarme? Necesito tu ayuda. Es importante, pero no suenes extraño
si Eden responde. Por favor, llama pronto.
Ollie
Eso era extraño. Nunca me pedía que le llamara. Mi corazón empezó a latir
fuertemente.
Disculpándome de la junta, caminé por el pasillo y salí hacia la parte trasera del
edificio. El sol era implacable mientras marcaba el número de la casa de Eden.
Después de un par de timbres, respondió.
—¿Ryder?
—Hola —dije.
—¿Qué pasa? No estaba esperando que me llamaras.
—Bueno, técnicamente, no te estoy llamado. Ollie pidió que le llamara.
—¿En serio? Está bien. Justo está en su habitación. Espera.
Después de una pausa, la escuché decir:
—¿Ollie? Ryder está en el teléfono para ti.
—¿Puedes regresar a la cocina? —le pidió.
—¿Por qué? ¿Qué no quieres que escuche?
—Solo... ¿por favor? —rogó.
Eden suspiró y entonces lo escuché venir al otro lado de la línea.
Susurró:
—¿Ryder?
—Hola, amigo. ¿Está todo bien?
—No.
—¿Qué pasa?
—Algo está mal conmigo.
—¿A qué te refieres? 183
188
Eden
Apenas había logrado que Ollie fuera a dormir cuando recibí una llamada de
Ryder que iluminó mi teléfono.
Respondí.
—¿Cómo sabias que pensaba en ti?
—Hola, hermosa —dijo.
—Esto es más temprano de lo que sueles llamarme.
—Lo sé. Solo que te extrañaba. No podía esperar a media noche. —Su voz era
baja y suave, sonaba como sexo.
Desde que dejé California, había apreciado cada conversación con Ryder más
que la última. Esta noche mi corazón se estaba sintiendo particularmente lleno, y no
189
podía poner mi dedo en el porqué. Era bueno escuchar su voz.
—¿Dónde estás? —pregunté.
—Casa. Haciendo nada. Pero hoy más temprano fui a correr. El cañón Runyon,
y no dejaba de pensar en lo mucho que desearía que estuvieras conmigo.
—Hubiera deseado haber ido contigo.
—Benjamin me dijo que me tomara la tarde libre. Hemos estado trabajando
tiempo extra últimamente en la reorganización. Él pensó que necesitaba un
descanso. ¿Puedes creerlo? Esa es una enorme diferencia entre él y mi padre. Papá
nunca se tomaba descansos. Benjamin les da la bienvenida.
—Apuesto a que tu papá le divierte que trabajes junto a su viejo amigo. ¿Cómo
va todo con eso?
—Ha sido una bendición. De verdad, Benjamin es tan inteligente. Ha estado
fuera de la industria por unos años, pero saltó justo al caballo. Nunca pensarías que
estuvo fuera.
—Me alegra tanto que aceptara regresar.
Las cosas estuvieron en silencio por un momento, antes de que Ryder gruñera.
—Estoy tan excitado. Daría todo para follarte en este momento.
—No me digas esas cosas. No puedo soportarlo. Extraño tanto tu cuerpo —dije.
—Es realmente difícil estar lejos de ti. Pero planeo regresar en un par de
semanas. Así que no pasará mucho tiempo.
Mi cuerpo zumbó a la idea de volverlo a ver pronto.
—Entonces, contaré los días.
—Mi mano se está cansando de que la use —gruñó—. Nunca me había
masturbado tanto en mi vida.
—Bueno, tu mano debería de conocer a la mía. Pueden lamentarse juntas.
Ryder rió antes de que escuchara un timbre en la parte de atrás.
—Mierda —dijo.
—¿Qué sucede?
—Alguien está en la puerta. Pero no siento las ganas de hablar con nadie esta
noche.
—¿Quieres que te deje? —pregunté.
—No. No. Espera. Déjame ver quién es.
Unos segundos más tarde, pude escucharlo hablar con una mujer.
Luego Ryder le dijo a ella.
—Discúlpame un minuto.
Una sensación de intranquilidad se apoderó de mí.
—¿Quién es?
190
—Es, umm, Mallory.
Mi corazón se detuvo en mi pecho.
—¿Mallory?
Susurró.
—Sí. No estoy seguro de qué es lo que quiere.
—¿Es la primera vez que viene a verte?
—Sí, no la había visto desde el funeral.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
Esto es todo.
—Ya veo.
Después de dejar escapar una larga y pánica respiración en el teléfono,
preguntó.
—¿Estás bien?
Estaba demasiada ansiosa para seguir pretendiendo.
—No, no realmente.
—¿Quieres que le diga que se vaya?
Sentí mi garganta cerrarse.
—¿Cómo vas a hacer eso?
—Puedo inventar cualquier excusa si el que ella esté aquí te molesta.
Mi respiración se aceleró.
—No. Habla con ella. Termina con eso.
—¿Termine con qué?
No respondí su pregunta.
—De todos modos, ya voy tarde para mi espectáculo.
Dejó escapar un largo suspiro en el teléfono.
—Está bien… ¿misma hora esta noche? ¿Medianoche?
—Sí. Misma hora —dije, jalando mi cabello mientras caminaba.
Apenas pude recuperar la respiración mientras colgaba el teléfono.
La habitación se sentía como si estuviera girando. Esto era todo. Este era el
momento que había estado temiendo. Mallory iba a decirle que lo amaba. Él se
encontraría con la guardia baja y confundido. Viejos sentimientos regresarían.
Podría escucharlo en su voz más tarde, y con ello el lento fallecimiento de nuestra
relación. Eso, por supuesto, era mi peor miedo en dos oraciones.
Por favor sé honesto conmigo, Ryder. 191
192
Ryder
Mallory tomó asiento en mi sofá. Se veía extremadamente nerviosa mientras
tragaba lo último de su té verde helado hasta que se había ido.
—¿Qué te trae por aquí, Mallory?
—¿Estabas en medio de una llamada importante?
—Estaba hablando con Eden.
Parecía que le dolía preguntar:
—¿Cómo está?
Ella se estaba preparando para algo.
—¿Qué pasa, Mal?
—Mucho. —Palmeó el asiento a su lado—. ¿Quieres sentarte a mi lado para que 193
podamos hablar?
Me senté en el sofá, específicamente manteniendo mi distancia.
Pasó la mano por la microfibra del sofá.
—He echado de menos estar en esta casa. Este fue mi hogar por tanto tiempo.
Y todavía se siente como casa para mí. —Ella miró a su alrededor como si estuviera
recordando algo. En un momento, cerró los ojos.
Se acercó, su pierna casi rozando la mía. Mi cuerpo se puso rígido. Su cercanía
era inquietante, y no podía entender si era por una conciencia física instintiva o
miedo.
Ella dejó escapar un suspiro tembloroso.
—Tengo tanto que decir. No sé por dónde empezar.
—Simplemente comienza por donde sea, entonces.
Frotando sus palmas sobre sus rodillas, asintió.
—La noche en que me encontré contigo en The Grove fue muy reveladora. Allí
estaba yo con el hombre con el que se suponía que me iba a casar, y en el momento
en que te despediste y te alejaste de mí, me encontré sufriendo por ti. Verte después
de tanto tiempo trajo a casa el hecho de que no te había superado, ni siquiera un
poco. Me he dado cuenta de que mi salto a otra relación fue un intento de olvidar
todo el dolor que causé. La verdad es que nunca te he superado en absoluto.
Mi estómago se sentía incómodo. Ahora sabía exactamente a dónde iba esto.
—Esa noche, Aaron siguió interrogándome. Quería saber por qué estaba
actuando tan extraño, tan preocupada. Admití que verte me había afectado. Todos
los días después de eso era peor que el siguiente. Finalmente admití que no lo amaba
de la forma en que necesitaba. —Se detuvo para mirarme—. Aaron y yo rompimos
porque todavía estoy enamorada de ti.
Hubo un tiempo en que anhelaba escuchar esas palabras. Esto era
definitivamente agridulce, pero demasiado tarde.
No pude evitar sentirme un poco a la defensiva también.
—Lo siento... estoy realmente perplejo. Seguramente puedes comprender mi
confusión, dadas algunas de las cosas que dijiste antes de mudarte.
—Sé lo que dije: culparte por cosas que nunca fueron tu culpa, por lo que
sucedió con nuestro hijo. Necesité mucha terapia y equilibrar mis hormonas fuera
de control para volver a ver claramente.
El hecho de que ella había estado en terapia fue algo nuevo para mí.
Ciertamente no había recibido ayuda cuando estábamos juntos, a pesar de que la
insté a hacerlo.
—Me alegra saber que finalmente fuiste a ver a alguien.
—Mi terapeuta me hizo dar cuenta de que mis sentimientos negativos estaban
mal dirigidos hacia ti. Siento mucho haberte culpado. Y lo siento por las palabras que
194
usé como armas. No podría seguir viviendo mi vida sin que al menos supieras cuánto
lo siento.
—¿Es por eso que viniste aquí? ¿Para pedir disculpas?
Mallory se arrodilló frente a mí; una visión incómoda y desesperada que
rompió mi corazón un poco. Porque tanto como ella me había lastimado, sabía que
ella también estaba sufriendo. Y creía que ella era sincera. Creía que todavía me
amaba y lamentaba haberme alejado.
—Vine a pedirte que me des una segunda oportunidad... que nos des una
segunda oportunidad antes de que sea demasiado tarde. Todavía te amo mucho. No
puedo imaginar pasar mi vida con nadie más.
Esto era increíblemente surrealista. Nunca imaginé que Mallory regresaría,
rogando por otra oportunidad. Y ciertamente nunca hubiera imaginado que me
sentiría tan... insensible hacia ella. Pero lo que más me sorprendió fue el hecho de
que todo en lo que podía pensar en este momento era Eden; cuánto amaba a Eden y
lo herida que estaría si la dejara.
Escuchar a Mallory decir estas cosas me obligaron a enfrentar mis verdaderos
sentimientos. Nunca podría funcionar con Mallory ni con nadie más, mientras amara
a Eden.
Amo a Eden.
Mierda.
Realmente amo a Eden.
Nunca fue más claro para mí que en este momento. Qué irónico que Mallory
volviera para hacerme comprender exactamente dónde estaba mi corazón. Tal vez
así es como funciona a veces. Fue solo cuando me dieron lo que había pensado que
quería durante tanto tiempo que me di cuenta de lo que realmente había llegado a
querer, tan puro y orgánico en los últimos meses. Mi amor por Eden había estado
hirviendo a fuego lento durante mucho tiempo, pero en este momento parecía como
si estuviera explotando fuera de mí.
Pensé mucho antes de dirigirme a Mallory. Pero no había nada que hacer más
que ser honesto.
—Lo siento mucho por lo que perdimos, especialmente por tu pérdida como
madre. Por supuesto, sé que no estabas en tu sano juicio justo después del aborto. Y
no hay necesidad de disculparse por nada de lo que me dijiste. No te culpo por nada
de eso. —Levantándola del suelo, dije—: Por favor, siéntate. Necesito que oigas esto.
Esperé a que volviera a su asiento en el sofá antes de decir:
—Esperé a que volvieras durante un largo tiempo; dos años. Hubo muchas
noches en que recé a Dios para que dijeras las palabras exactas que acababan de salir
de tu boca. —Tomando su mano en la mía, dije—: Lloré por haberte perdido y
lamenté la pérdida de nuestro bebé y nuestra relación, preguntando por qué una y
otra vez y sin obtener nunca una respuesta. Perderte fue, sin duda, el mayor dolor de
mi vida, y una parte de mí siempre te amará.
195
Aquí viene la parte difícil.
—Pero la cosa es... ahora sé por qué las cosas tuvieron que terminar entre
nosotros. No estábamos destinados a estar juntos, Mal. Las personas que están
destinadas a estar juntas no se rompen tan fácilmente como nosotros. Pero más que
eso, he encontrado a la persona con la que debería estar y no eres tú. Lo siento.
Simplemente no había una manera fácil de decirlo. Y sentí una mezcla de
emociones; tristeza por Mallory y paz al saber que mi corazón ahora realmente
entendía lo que quería.
Una lágrima cayó de su ojo.
—¿Realmente amas a esta chica... Eden? —Ella lo limpió.
No tuve que pensar en mi respuesta.
—Sí. Mucho.
—Ella me dijo que también se preocupa por ti. Simplemente no pensé que las
cosas fueran realmente así…
—¿Qué? —¿Mallory habló con Eden?—. ¿Ella te lo dijo? ¿Cómo?
—Hablé con ella en el baño en el velatorio de tu padre. Le dije que planeaba
recuperarte y que aún te amaba. Le pedí que no te contara acerca de nuestra
conversación.
—¿Sabía que esto iba a pasar?
—Sí.
Ahora tenía sentido, el extraño estado de ánimo de Eden la última noche que
estuvo en California.
Y su comentario en el teléfono esta noche: Terminemos con esto.
Mierda.
Pensó que me iba a perder por Mallory.
Tenía tanto que explicar, tanto que necesitaba decirle a Eden. Y no podía
esperar más.
—Realmente lo siento, Mallory. Como dije, no puedo decirte que ya no te
quiero, porque eso no sería cierto. Una parte de mí siempre te amará y mantendrá el
tiempo que tuvimos juntos cerca de mi corazón. Pero sé que la persona adecuada
está ahí para ti en algún lado.
Mallory tardó varios minutos en recomponerse. Finalmente se puso de pie y
dijo:
—Será mejor que esta chica te trate bien. Ella no tiene idea de lo afortunada que
es. Ni idea.
Después de otro momento, se movió de su lugar.
—Cuídate —le dije.
La acompañé hasta la puerta y la observé mientras subía a su auto y se alejaba.
196
***
En el momento en que pasaron un par de horas, mi corazón rebosaba de la
necesidad de hablar con Eden, de decirle que la amaba. Hacía tiempo que debía
haber hecho eso.
Mallory me había obligado a buscar dentro de mí. Había estado tan consumido
por las consecuencias de la muerte de mi padre que no había podido prestar atención
a lo que sentía.
Mierda, tenía que decírselo. Ahora. Pero ella estaba justo en medio de su
espectáculo, por lo que no podía hablar con ella.
La necesidad de verla, sin embargo, era insoportable, especialmente cuando
ella podía pensar que estaba a punto de perderme. Necesitaba asegurarme de que
ella estaba bien. Así que decidí abrir su espectáculo y mirar por un rato.
Cuando llamé a su página, Eden estaba sentada con las piernas cruzadas, solo
hablando y respondiendo preguntas. Se veía bien, no triste ni nada, así que eso me
tranquilizó un poco. Y mi pulso disminuyó definitivamente cada vez que entraba y la
encontraba no desnuda. Gracias a Dios su ropa estaba puesta.
Una de las preguntas que alguien escribió para ella me llamó la atención.
Luke893: ¿Alguna vez has estado enamorada, Montana? ¿Y cómo
puedes saber si realmente estás enamorado de alguien?
Todavía estaba en medio de responder una pregunta diferente, por lo que no
estaba seguro de si había visto esa. Pero esperé ansiosamente su respuesta.
Después de aproximadamente un minuto, ella dijo:
—Si alguna vez he estado enamorada, Luke quiere saber.
Mi corazón latía con fuerza cuando Eden inhaló y cerró los ojos.
Di que sí.
—Definitivamente he estado enamorada, Luke. Todo lo que puedo decir es...
que tú solo sabes cuándo amas a alguien. Pero el signo más revelador es si la idea de
perderlos te asusta más que nada. Pasas años bien por tu cuenta y luego boom.
Alguien viene, y te das cuenta de que ya no puedes respirar sin ellos. Es... aterrador.
Y si tenía alguna duda de que ella se estaba refiriendo a mí, agregó:
—Digamos que tu pregunta es muy oportuna esta noche.
No podía dejar que siguiera pensando que estaba a punto de perderme.
Necesitaba que supiera cuánto la amaba, cuánto me tenía.
Escribí frenéticamente.
Eden, es Ryder. Por favor, no me odies, pero creé esta cuenta para
poder verte sin que te pongas nerviosa. Soy yo; he sido yo todo el tiempo,
jodiendo contigo desde esta cuenta. (Te lo iba a contar con el tiempo para
que pudiéramos reírnos. Nunca llegué a hacerlo. ¡Ups!). Me adelanté un
poco y olvidé que no estaba conectado como ScreenGod hace un
momento. Me estoy volviendo loco porque necesitaba decirte cuánto te
amo antes de que pasaras otro segundo pensando que estábamos en
problemas. Sé por qué estabas preocupada. Y estabas equivocada, Eden.
No es ella. Eres tú. Siempre has sido tú. Te amo. Quise decir cada palabra
que acabo de decir. Te amo tanto. Tan jodidamente tanto, bebé. No tienes
ni idea.
Inmediatamente compré mil monedas y las arrojé al bote para solicitar un chat
privado.
Las manos de Eden temblaban mientras cubría su boca.
Su voz tembló.
—Enseguida vuelvo, chicos.
198
Eden
¿Qué de qué?
No pude pasar a la sala de chat privado lo suficientemente rápido. Me estaba
temblando todo el cuerpo.
Cuando el hermoso rostro de Ryder iluminó mi pantalla, la mirada en su rostro
igualó los hermosos sentimientos que acababa de teclear.
No pude esperar a decir las palabras.
—Yo también te amo. Oh Dios mío, Ryder. Te amo tanto.
—Te amo —dijo de nuevo—. Te amo. Te amo. Te amo. Nunca seré capaz de
decirlo lo suficiente.
—Repítelo.
199
Sus ojos brillaban.
—Te amo, Eden Shortsleeve.
Me sequé las lágrimas de los ojos.
—Realmente me sorprendiste esta noche.
—Mallory me contó lo que te dijo en el velatorio, y ahora me doy cuenta de qué
es lo que te ha estado molestando. Has estado conteniendo la respiración, esperando
que sucediese algo malo. Ahora también me doy cuenta de que nunca te di una sólida
razón para confiar en mí, porque nunca te di una razón sólida para creer en mis
sentimientos por ti.
Tenía que saberlo.
—¿Qué sucedió con ella esta noche?
—Se pasó por aquí y me dijo que me quería de vuelta, que me amaba… todo lo
que estabas esperando. Casi no sentí nada mientras ella me estaba exponiendo su
alma. Estaba entumecido, y eso es porque cada centímetro de mi corazón está lleno
contigo. Ha estado llenándose lentamente desde el momento en que puse los ojos en
ti.
Comencé a llorar con fuerza.
—¿Está bien?
Sorbí por la nariz.
—Sí. Solo estoy muy feliz.
—Sé que tu mente probablemente va a mil por hora, todavía preguntándote
cómo vamos a hacer funcionar esto. Pero haremos que esto funcione. Cuando algo
merece la pena luchar por ello, no esperas para averiguar cómo solucionarlo. Dices
que sí, aceptas el regalo que se te ha dado y resuelves el resto después, porque la vida
es muy corta para ser infeliz.
—¿Qué estás diciendo?
—Estoy diciendo que se joda el trabajo, a la mierda todo lo demás… quiero estar
contigo. Esa es mi prioridad. Y también quiero ser parte de la vida de Ollie. No solo
desde la distancia, sino todos los días. Y no solo como un amigo, sino como familia.
Porque eso es lo que siento por ti… por ambos. Son mi familia, la única familia que
tengo.
Me limpié los ojos de nuevo, sobrepasada por la emoción. Luego comencé a
reírme cuando la realidad de lo que está diciendo se asienta.
—¿Qué? ¿Vas a mudarte a mi pequeña casa?
—Sí, tal vez. A la mierda. Eso es algo que averiguaremos los tres. No sucederá
de repente. Pero con el tiempo, iré de visita más a menudo, y el objetivo será decidir
dónde nos asentaremos, sea Los Ángeles o St. George. Tal vez ambos. Sé que no
quieres que Ollie deje su escuela. Lo resolveremos, incluso si tengo que viajar cada
fin de semana por un tiempo o indefinidamente… eso merecerá la pena. No hay nada
que importe más que tú, Eden. Nada. 200
Sentí como si finalmente pudiese suspirar. Levantando la mirada al techo, dije
una plegaria silenciosa por mi madre, agradeciéndole en caso de que tuviese algo que
ver con esto.
Gracias.
—No puedo creer que fueses AssLover todo el tiempo. Ni siquiera puedo estar
enfadada contigo por eso.
—Tuve mucha diversión con eso.
—Oh, lo sé. ¡Estaba allí!
***
Habíamos decidido que no íbamos a decirle nada a Ollie sobre la inminente
visita de Ryder. Esta iba a ser particularmente épica porque Ryder y yo planeábamos
hablarle a Ollie sobre nuestro compromiso con el otro.
Ollie y yo íbamos a quedarnos en casa después de la cena. Sabía que Ryder iba
a aterrizar en cualquier momento, así que me estaba sintiendo muy ansiosa.
En un momento, noté a Ollie llevando un montón de toallas a la lavandería.
¿Ha estado acumulando toallas? Eso era extraño. Él nunca se ocupaba de su propia
colada. Aunque sorprendente, me hacía feliz pensar que estaba tomando alguna
iniciativa alrededor de la casa.
Mi corazón se sobresaltó de felicidad cuando Ryder me envió un mensaje de
que estaba fuera.
Ollie había vuelto a su habitación, así que silenciosamente abrí la puerta de
entrada y caí en los brazos de Ryan.
Su beso se sintió más cálido, más intenso que nunca, y supe que era porque por
primera vez estaba saboreando al hombre que realmente me pertenecía.
—¿Cómo fue tu vuelo? —susurré.
—Demasiado largo. No podía esperar a llegar aquí. —Miró por encima de mi
hombro—. ¿Dónde está Ollie?
—En su habitación.
Cuando llegó a la puerta de la habitación de Ollie, Ryan comenzó a hacer su
sonido de grillo.
Ollie saltó.
—¡De ninguna manera!
—Hola, amigo. —Ryder lo abrazó.
—¡No me dijiste que ibas a venir!
—Ese era toda la intención… para sorprenderte.
Me calentó el corazón ver la mirada en el rostro de Ollie mientras se abrazaban.
Estaba tan en paz cuando Ryder estaba alrededor.
—¿Cuánto vas a quedarte? 201
206
Ryder
Esperaba que ella no pensase que estaba loco. Me había estado devanando el
cerebro durante los pasados meses, intentando cómo mudar a Eden y a Ollie a Los
Ángeles sin perturbar mucho la vida de Ollie.
Había resuelto el componente educativo. Había una prestigiosa escuela para
ciegos, The Larchmont School, a unos veinte minutos al sur de donde yo vivía. Había
hablado con la directora, le hablé un poco de Ollie y ella creía que la escuela sería
una buena opción. Ofrecerían servicios comparables a lo que él estaba acostumbrado
en St. George, también como otros programas a los que él puede que nunca hubiese
tenido acceso en Utah. Por supuesto, había una lista de espera para entrar, pero si
alguna vez había un momento para usar el apellido McNamara, era este. Ella parecía
dispuesta a modificar las normas y permitirle un puesto si queríamos.
De todos modos, todavía estaba el problema de la situación diaria de Ollie en 207
casa. Le había llevado toda su vida conocer esta casa lo suficiente para ser bastante
independiente. No quería que tuviese que empezar de cero en mi enorme casa.
Solo había una solución que tenía sentido para mí, y decidí exponerla durante
la cena un fin de semana en St. George. Ollie estaba en su habitación. No quería sacar
el tema frente a él y que tuviese esperanzas si Eden terminaba negándose a ella.
Dejando mi plato a un lado, me aclaré la garganta.
—Entonces, estaba pensando… ¿y si físicamente movemos esta casa a Los
Ángeles?
Eden, que había estado bebiendo agua, se detuvo a mitad de trago.
—¿Qué? ¿Mover esta casa?
—Me escuchaste correctamente.
Los ojos prácticamente se le estaban saliendo de las órbitas.
—¿Puedes hacerlo?
—Sí. La gente lo hace todo el tiempo. Es lo suficientemente pequeña para
moverla realmente. La medí e hice unas llamadas. Ya poseo un terreno vacío que
sería perfecto. Originalmente estaba pensando en ponerlo en mi propiedad
principal, pero es demasiado montañoso y los de la mudanza no serían capaces de
llevar la casa allí.
Eden se quedó boquiabierta.
—No sé qué decir. No había pensado que esto era incluso posible. Eso tiene que
costar una fortuna.
—No te preocupes por eso. La paz mental merecerá la pena. No puedo poner un
precio a conseguir tenerlos conmigo, no teniendo que viajar de un lado a otro.
—¿Eso es realmente posible?
—Sí. He estado hablando con un montón de gente esta semana sobre ello. Si
accedes, voy a hacer que la compañía de mudanzas venga en unos días para tomar
sus propias medidas y confirmarlo antes de que se lo mencionemos a Ollie. Pero
primero necesito tu permiso. Realmente tendrías que querer mudarte. Hablar de ello
es una cosa, pero hacerlo es otra.
—¿Estás seguro de que Ollie tendría garantizado un lugar en The Larchmont
School?
—Sí. La directora me dio su palabra en eso. Pero necesitarás hablar también
con ella… asegurarte de que lo apruebas antes de que confirmemos.
Se tomó un momento para considerarlo, luego sonrió.
—Esto suena un poco tonto, pero me encanta la idea de mover la casa. Es lo
último manteniéndonos aquí.
Mi cuerpo se llenó de entusiasmo ante la perspectiva de tener todo lo que
necesitaba y quería en un único lugar.
208
—Estaba esperando que dijeses eso.
Eden se rió.
—Dijiste que moverías montañas por mí. Supongo que esto lo demuestra.
***
Seis meses después, nuestro sueño se volvió realidad. Terminamos esperando
a que terminase el año escolar en St. George antes de que mordiésemos el polvo y
moviésemos nuestra casa hasta California.
Fue todo un viaje y llevó varios días porque el camión llevando la estructura
tenía que arrastrarse por la autopista.
Aparentemente habíamos sido la comidilla del vecindario mientras los
espectadores se alineaban para observar mientras los trabajadores asentaban la
estructura en sus nuevos cimientos.
Después de eso, había llevado un poco de tiempo antes de que realmente
pudiésemos mudarnos.
Ahora, que estábamos dentro, Ollie seguía señalando cómo algunas veces se
olvidaría que nos habíamos mudado, porque todo estaba igual, aparte de su escuela.
Afortunadamente, le estaban encantando sus nuevos profesores y lentamente
haciendo amigos. Eden y Ollie mudándose a Los Ángeles era la mejor decisión que
podíamos haber hecho para nosotros no solo porque Ollie se estaba adaptando bien,
sino porque Eden finalmente estaba siguiendo adelante con su vida, habiéndose
matriculado en el programa de música en Cal State. Había decidido lo que quería
hacer, que era seguir los pasos de su madre y convertirse en profesora de música. Y
aunque yo la estaba ayudando con su matrícula, ella insistió en contribuir, aceptando
un trabajo de camarera en un restaurante de lujo. Estaba orgullosa de que lo hubiese
obtenido por ella misma, sin mis conexiones.
Yo todavía manejaba el estudio junto a Benjamin, y no habíamos hecho planes
de cambiar nada pronto. Él me había dado el compromiso de al menos otro año.
Todavía estaba decidiendo si quería vender mis acciones o eventualmente hacerme
cargo de la compañía. Estaba muy agradecido de que Benjamin me hubiese dado
tiempo para tomar la decisión.
Tal vez la mayor diferencia desde la mudanza de Eden era el cambio de papel
de Lorena en mi vida diaria. Habíamos determinado que no había mejor persona
para ayudarnos con Ollie mientras trabajábamos, o en caso de que Eden fuese a clase.
Enfrentémoslo, de todos modos, no había muchas tareas domésticas que hacer en
nuestra pequeña casa, así que Lorena se convirtió en un par de ojo de confianza que
necesitábamos desesperadamente. Ella y Ollie se llevaban bien. Él apreciaba el
humor de ella, como siempre había hecho yo, y ella incluso le estaba enseñando
español.
Teniendo la ayuda de Lorena también hacía posible que Eden y yo tuviésemos
algo parecido a una relación normal; una que implicaba tener sexo en privado y salir
en citas reales. Todavía mantenía mi casa más grande, aunque el plan a largo plazo
era venderla y construir otra casa basada en un diseño con la que Ollie estuviese 209
familiarizado, excepto más grande. Entonces nos tomaríamos nuestro tiempo,
permitiéndole que se acostumbrase a ella antes de que nos mudásemos.
Aunque mantener la casa grande sería útil, porque Eden y yo nos
escabulliríamos allí por la noche mientras Lorena se quedaba con Ollie mientras él
dormía. Retozaríamos en la piscina, tendríamos sexo en la ducha tan ruidoso como
quisiésemos, y haríamos lo que quisiésemos. Después, nos iríamos a casa para estar
allí cuando Ollie se despertase por la mañana.
***
Poco después de la mudanza, una de nuestras formas favoritas de pasar un fin
de semana soleado se convirtió en viajar al este a Malibú con una nevera pequeña
llena de comida y bebida.
Eden y yo estábamos solos en nuestra habitación, preparándonos para pasar el
día en la playa con Ollie en una de tantas tardes cuando saqué el tema de algo que
me había estado pesando en la mente.
—¿Has pensado más en lo que dijo el médico? —pregunté.
Eden bajó la toalla de playa que había estado doblando y se mordió el labio
inferior.
—Podemos sacar el tema hoy si quieres. Sabes cómo me siento sobre esto.
Siempre he pensado que algo como eso debería ser su elección, sin presiones.
—Tienes razón. No hay sentido siquiera en pensar más en ello si no hemos
hablado de ello con él.
Me rodeó el cuello con los brazos.
—Te amo por querer investigarlo.
—Haría cualquier cosa por ti y por él. Lo sabes. No quiero que alguna vez él
piense que no hice lo suficiente cuando podría haberle ayudado.
Cuando llegamos a Malibú, se estaba perfilando a ser el perfecto día de playa ni
una nube en el cielo y solo el montón correcto de concurrencia. El océano se había
vuelto el lugar favorito de Ollie; los sonidos relajantes de las olas, la sensación del
agua y la textura de la arena. Era una sobrecarga sensorial. Por lo tanto, era un lugar
irónico donde sacar el tema que estábamos a punto de afrontar.
Ollie y yo acabábamos de volver de la costa para comer. Mientras nos
sentábamos en la toalla de playa, miré hacia Eden antes de dirigirme a él:
—¿Puedo hablar contigo de algo?
—Normalmente no pides permiso.
—Tienes razón. Pero esto es importante.
Se encogió de hombros.
—De acuerdo.
Eden se acercó para sentarse junto a él y puso la mano en la pierna de él. Inhalé
un poco del aire salado antes de comenzar a hablar. 210
—A veces me siento culpable de que no puedas ver las cosas que nosotros
podemos, aunque sé que no te sientes como si te estuvieses perdiendo algo porque
no ver es todo lo que conoces. A veces tengo que detenerme y entender que tus
experiencias, aunque no son las mismas que las nuestras, no son necesariamente
menos. Simplemente son diferentes. Pero porque nos preocupamos tanto por ti,
quiero asegurarme de que hago todo en mi poder para ayudarte a vivir una mejor
vida. Siento que esa es mi responsabilidad, mi llamada.
Eden desenvolvió un sándwich y se lo entregó. Él dio un mordisco y comió en
silencio mientras yo continuaba:
—Así que, fui a hablar con un médico, un renombrado especialista ocular, uno
que mi madre solía ver, en realidad. Eden vino conmigo y llevamos todos tus
registros médicos. Nos hizo saber que ahora había algunas cirugías experimentales
disponibles que no había cuando eras más joven. Dijo que podía ser capaz de indagar
en algunas si estabas interesado. No habría nada garantizado, pero podrían ayudarte
a ver, incluso un poco…
La brisa movió el largo cabello de Ollie. Él dejó de masticar y abrió los ojos.
Sospeché que estaba estresado.
—No tenemos que hablar de ello ahora si no quieres, Ollie —aseguré.
—No. Estoy escuchando —afirmó.
—Nunca quiero que malinterpretes por qué indagamos en esto. No hay nada
absolutamente mal con la forma que eres. Quiero dejar eso claro. No estoy buscando
arreglarte de ningún modo. Solo quiero que sepas que no hay nada que no haría y
ningún montón de dinero que no pagaría para intentar a ayudarte a ver si decidieses
que quieres tomar esa oportunidad.
Después de un silencio, él preguntó:
—¿Qué dijo el médico?
—Comentó que no creía que hubiese la posibilidad de que vieses por completo,
pero que una de esas cirugías experimentales puede permitirte una visión limitada;
como ver sombras y movimientos, cosas así. Dijo que no podíamos esperar un
milagro, y también que había la posibilidad de que incluso si eras aceptado para la
cirugía y pasabas por una o más, puede que no funcionasen en absoluto. Así que
habría mucho que considerar. En absoluto tienes que tomar una decisión ahora
mismo. Solo te lo estoy haciendo saber.
—De acuerdo —contestó.
—No voy a decir nada más, porque este día se supone que sea sobre relajarse y
disfrutar la playa. Siempre te estaré cuidando de cualquier modo que pueda.
Él asintió.
—Porque eres mi herpa.
¿Herpa? 211
—¿Tu qué?
—Como mi hermano y mi papá. Hermano-papá, Herpa.
Mi boca se curvó en una sonrisa.
—Nunca te he escuchado decir eso. ¿Es lo que me llamas?
—Lo es ahora… si quieres.
Podía sentir mis ojos comenzando a humedecerse.
—Por supuesto que quiero ser tu herpa. Me encanta. Creo que es el nombre
perfecto.
Tomó otro mordisco, luego habló con la boca llena.
—Yo también.
Eden
Ryder parecía realmente ansioso esta noche, y no podía imaginarme por qué.
Había conseguido una poco común noche libre en el trabajo de camarera y él me
había llevado a uno de sus restaurantes favoritos en el centro de Los Ángeles, pero
estuvo realmente molesto cuando la mesa que había reservado no estaba preparada
cuando llegamos.
—¿Para qué demonios llama uno antes si tiene que esperar?
—Está bien, cariño —aseguré, frotándole la espalda.
Nada lo calmaba.
—No, no lo está.
Habíamos estado particularmente ocupados últimamente y había pasado un
tiempo desde que habíamos salido a comer solos. Con mi ocupado horario de escuela 212
y trabajo, la mayoría de nuestro tiempo libre era pasar el rato con Ollie.
Tan frustrado como estaba, no pude evitar pensar lo guapo que se veía en su
entallado jersey azul marino y el jean oscuro que abrazaba su trasero. Olía
particularmente delicioso, y la verdad de la cuestión era que habría preferido pasar
este tiempo a solas en la casa grande, follando hasta que le explotase el cerebro. Pero
había insistido en que saliésemos.
Si pensaba que el humor de Ryder no podía empeorar, me equivocaba.
Un hombre y una mujer se acercaron a nosotros.
—Hola, Ryder.
—Phil… es bueno verte.
Se estrecharon las manos y la mujer del tipo permaneció solo detrás, sonriendo.
El hombre la señaló.
—Esta es mi mujer, Helena.
Ella asintió una vez y miró hacia mí.
—Encantada de conocerte.
Ryder me acercó a él.
—Esta es mi novia, Eden.
Phil entrecerró los ojos y ladeó la cabeza mientras me observaba.
—¿Eres actriz?
—No, no lo soy.
—¿De verdad? Pareces extrañamente familiar.
—No, nunca he sido actriz. —Mi pulso comenzó a acelerarse mientras me volvía
un poco paranoica.
Phil fue insistente.
—¿Estás segura? Podía jurar que te he visto en cámara.
Ryder dirigió la mirada hacia él y la sostuvo con una mirada mortal.
Mierda.
No.
¿Él pudo reconocerme?
Cualquier cosa era posible. Había trabajado dos años como chica de cámara a
través de una página popular de internet que obtenía millones de visitas. Este tipo
habiendo visto uno de mis espectáculos no era una posibilidad extraña.
—Tengan una buena noche —dijo Ryder repentinamente, apresurándome a
alejarme de ellos.
—¿Qué estás haciendo? —pregunté mientras salíamos por la puerta.
—Vamos a irnos inmediatamente de aquí. 213