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Evangelización
La evangelización de América es una epopeya misionera que no se puede
olvidar. No es justo que algunos quieran formular una leyenda negra. Si bien hubo
sombras, no se puede olvidar la extraordinaria obra de evangelización llevada a cabo
por innumerables santos misioneros que en su gran mayoría lo dejaron todo para servir a
los indígenas.
Luego del descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492, en
acuerdo con los reyes de España y Portugal, pequeños equipos de franciscanos, de
jesuitas y dominicos acompañan a las primeras expediciones y comparten las
condiciones de vida de los países a que llegan. Buscan, en primer lugar, sacar a las
poblaciones autóctonas de las creencias animistas, fetichistas y heliocentristas muy
antiguas, vivas, complejas y variadas; llevan a cabo con sentido práctico una catequesis
elemental e introducen con éxito el sentido de las bienaventuranzas, en medio de unas
concepciones religiosas cargadas de trascendencia divina, que, no obstante, están
mezcladas con un pesimismo y un fatalismo existencial acentuados; la
sacramentalización llega en cuanto se nota en el alma de los catecúmenos un mínimo de
adhesión personal para que los Sacramentos de la iniciación cristiana -el bautismo, la
confirmación y la Eucaristía- puedan constituir el punto de arranque indispensable para
la vida sobrenatural y el crecimiento de la fe inicial.
Conforme a una práctica ya habitual alrededor del Mediterráneo, los reyes de
España piden a la Santa Sede un patronazgo regio efectivo sobre las iglesias del Nuevo
Mundo, incluyen el derecho de nombramiento de los clérigos y la regulación de los
asuntos eclesiásticos; en compensación de esas ventajas, facilitan material y administran
el trabajo apostólico de los misioneros, y el conjunto de verdades naturales y
sobrenaturales que el cristianismo transmite de generaciones en generaciones se
extiende una vez más por nuevos territorios: desde Canadá, por ejemplo, se envían
misiones hasta California; aparecen rápidamente Catecismos impresos en lenguas
indígenas; varias personalidades se de3dican a mejorar las condiciones de
evangelización y de vida de las poblaciones, entre las cuales destacan el dominico
Bartolomé de las Casas (1474-1566), obispo de México, y el también dominico Antonio
de Montesinos en las Antillas.
La actuación y desarrollo de cada uno de los virreinatos, audiencias y
capitanías generales podía compararse, en su evolución civil y religiosa, a la de las
naciones europeas. Se multiplican las diócesis, se organiza su administración, se
celebran concilios, que determinan las prácticas y ritos del pueblo atendiendo más a los
privilegios de la Corona y a la mentalidad regalista que a las decisiones pontificias.
Las congregaciones religiosas se extendieron con celeridad, pero no faltó el
clero secular. La expulsión de los jesuitas, en 1767, tuvo consecuencias irreparables en
la mayoría de los territorios.
Se fundaron numerosas reducciones -veintiuna había en 1686- en el Marañón
español, donde se dieron algunos casos de martirio.
Después de las misiones del Paraguay, las misiones del norte de Méjico fueron
las más conocidas. Son igualmente importantes las misiones de Sonora y California,
que, a causa de numerosas dificultades, constituyeron una de las misiones más duras;
pero donde, no obstante, obtuvieron numerosas conversiones. Al ser expulsados los
jesuitas de las reducciones de California, fueron confiadas a los franciscanos del
Colegio de Méjico. Estos franciscanos estaban a las órdenes de un prefecto apostólico:
Fr. Junípero Serra (1713-1784), antiguo misionero de Nuevo Méjico, que concibió la
idea de establecer una cadena continua de misiones con la protección de soldados
españoles. Estos puestos partían de San Diego y remontaban la costa del Pacífico hasta
llegar más allá de San Francisco. A finales del siglo XVIII, los franciscanos, a quienes
los historiadores consideran como los verdaderos fundadores de la alta California,
contaban con más de 30.000 cristianos. Los dominicos, utilizando un sistema semejante
al de los jesuitas, fundaron algunas reducciones más, como Santo Rosario, en 1774;
Santo Domingo, en 1775; San Vicente Ferrer, en 1780; San Miguel, en 1787, y otras.
Los franciscanos pusieron especial empeño también en la evangelización de Nuevo
Méjico, Tejas y Florida.
La estructura eclesiástica de la América hispana era imponente: cuatro
arzobispados y cuarenta y un obispados. Franciscanos, dominicos, agustinos,
mercedarios y jesuitas llevaban el peso principal de la evangelización de los indígenas y
cuidado espiritual de los españoles y criollos. Excepto las Universidades de Méjico y
Lima, casi toda la educación que se impartía en estos territorios estaba en manos de los
regulares, especialmente de los jesuitas.
Desde Filipinas se misionaron Mindanao, las Marianas y Carolinas. La
evangelización de Mindanao la comenzaron los jesuitas en 1607, pero la misión se
estableció en 1637. La misión de las Marianas y Carolinas fue ideada po el P. San
Vitores cuando, en 1662, iba camino de Filipinas.
B. Historia de la lengua castellana fuera de España.
ESPAÑOL AMERICANO
c) Fonética:
- en el español de Bolivia y Perú, la caída de las vocales átonas junto a la –s.
El remarcar las s conlleva la síncopa de la vocal
- otros adjudican a un estrato náhuatl en México q se pronuncie como
oclusiva consonantes intervocálicas q en español son fricativas: caballo,
deuda. Pero también puedo entenderse como arcaico, xq en el español
medieval tbn se pronunciaba así
- En Puerto Rico, la r como francesa, algunos lo adjudican a una influencia
de las lenguas antillanas. Pero es un proceso q existe en la dinámica de las
lenguas romances
- Otro rasgo fonético del sustrato quechua es en Bolivia y Perú: en quechua
hay tres vocales: a, e/i (no se definen como vocales diferentes), o/u;
aplican este sistema económico al español y confunden i con e, y o con u:
dolzora por dulzura.
CLASIFICACIÓN
Hay una división clásica de las distintas modalidades interiores al español
americano, hecha por Pedro Enríquez Ureña, muy criticada, pero a la vez no
reemplazada por otra superadora, si bien las razones de la crítica son atendibles. Divide
el español americano en 5 zonas (de norte a sur):
1) sur de los EEUU, México y América Central
2) Caribe y costa norte de América del Sur ( costa atlántica colombiana, y costa
venezolana)
3) Zona andina: desde el sur de Venezuela, parte central y sur de Colombia (con
costa del Pacífico), Ecuador, Perú, Bolivia, norte chileno y noroeste argentino
4) Parte central y sur de Chile
5) Zona del Plata: casi toda la Argentina, Uruguay y Paraguay.
Cuando Enríquez Ureña dice por qué define estas cinco zonas, menciona tres
elementos:
- vecindad geográfica (pero en verdad no tiene nada q ver: el norte
argentino forma una zona con Venezuela y dos con Chile ?
- lazos políticos, culturales, históricos (pero la misma objeción: ¿qué lazos
tiene Santiago del Estero con Venezuela? En cambio, tiene más con Chile)
- los sustratos indígenas comunes: la verdadera causa y la más discutible:
cada zona se define por tener un mismo sustrato indígena: 1. náhuatl y un
poco menos el quechua, 2. arahuaco y caribe, 3. quechua, 4. araucano, 5.
guaraní. En verdad, es ridículo: Enríquez Ureña se fijó cuál es la lengua
indígena de la zona, pero no significa q haya operado como sustrato en
toda la zona, sino, por ejemplo, un habitante de Ushuaia hablaría con un
sustrato guaraní.
En verdad, NO hay cortes abruptos, sino gradaciones, transiciones.
CARACTERÍSTICAS
El español americano es coincidente con el español meridional de la Península
o con el español andaluz.
Rasgos fonéticos (coincidentes con el andaluz)
- el seseo: rasgo principal. Toda América es seseante.
- Aspiración de la s final o implosiva: no en toda América: en la 1 y 3 NO.
En el resto, se aspira de modo diferentes: total en el Caribe: tbn se aspira la
s final de palabra; a diferencia del porteño: sólo las finales de sílaba. Varía
si la sílaba q sigue empieza con consonante o con vocal: los ojos, xj, al
comenzar la siguiente palabra en vocal, un porteño no la aspira; en cambio
un cordobés sí.
- Neutralización u omisión de la l/r implosiva: mujel por mujer, calbón
por carbón. A veces se vocaliza la r: poique, taide, pero es un fenómeno
acotado al español caribeño, q es el más andalucista
- Aspiración más suave de la j/g: fenómeno acotado al español caribeño
- Yeísmo: hay cuatro tipos:
a) [y]: q puede haber en España y en la zona andina y mexicana. Pronuncia la
ll como yod cerrada: calie
b) [i]: la yod se abre y se transforma en vocal. Se da en ek Caribe: caie
c) [z]: yeísmo rehilad fricativo (no ya como africada = yod) sonoro; igual a la
ll italiana, a la j inglesa (aunque ésta es más africada)
d) [s]: ll fricativa rehilada sorda
Estas dos últimas conviven en el habla rioplatense. Están connotados
socioculturalmente, pero además responde a una causa más profunda: de la
Edad Media a la Modernidad, todos los fonemas sonoros se hicieron sordos.
Hay una tendencia del castellano al ensordecimiento; pero en este caso quedó
detenido. Es el rasgo más característico del área rioplatense.
Rasgos morfo-sintácticos q caracterizan al español americano
- mayor flexibilidad para marcar el género: para feminizar cargos
masculinos: jueza, ministra; ídola, la federala. También se generan
masculinos para nombres q no son masculinos: modisto, bombisto
- universalización del diminutivo –ito, en desmedro de otros q se usan en la
Península (-ete, -illo, –in, -iño). –illo lo usamos en palabras q perdieron el
valor diminutivo.
- Uso del adjetivos con valor de adverbios: lindo x bien, caminaban lento
(por lentamente), esto se hace fácil (por fácilmente)
- Se usa el pronombre yo como término en lugar de mí: xj. Esto es para yo
- Se generalizó una construcción q consiste en interponer el pronombre
sujeto entre el interrogativo y el verbo: ¿qué tú dices? (por ¿qué dices tú?).
Nosotros tbn lo usamos: ¿por qué usted dice eso? Son arcaísmos.
- En general, NO hay leísmo ni laísmo, se practica el loísmo conforme a la
norma andaluza. Con una característica particular: uso del “le” siempre en
singular cuando luego se repite el dativo plural: xj. Le di de comer a los
chicos. Es un rasgo económico: se ve como superfluo, redundante.
- Se los dije: cuando uno dice una sola cosa a muchos y no muchas cosas a
uno: “Dije eso a ellos” = el dije pasa el final, eso pasa a lo y ellos a les,
pero como para la concurrencia de lo y le, reemplazamos el le con el se q
es invariable, pasamos la s del dativo al acusativo, pero NO corresponde.
- Pronombres enclíticos q toman la n del verbo: arremánguense, cállensen
- Confundir el posesivo con el personal: delante mío en lugar de delante de
mí; encima nuestro en lugar de encima de nosotros
- Poner el posesivo delante del sustantivo en el vocativo: ¿Cómo le va, mi
amigo? en lugar de ¿Cómo le va amigo mío?
- Convertir en personales y someterlos al número a los impersonales haber y
hacer: xj. Hubieron muchas personas; De esto harán seis años
- Uso del imperfecto subjuntivo en lugar del pluscuamperfecto MI o
perfecto MI: la empresa q fundara mi bisabuelo: está mal: lo correcto es
“fundó” o “había fundado”
- Uso casi universal del presente MS en correlación con tiempos pretéritos:
cuando hay un verbo principal pretérito, el MS tbn debe ser pretérito: Fui
a verla para q me preste un libro es incorrecto: la forma correcta es
prestara o prestase
- Universalización del futuro perifrástico: voy a decirle en lugar de le diré
- Uso de recién como adverbio modificador del verbo con sentido de “hace
un momento”: Recién lo vi: es incorrecto (como apócope de
“recientemente”)
Léxico:
- Abundancia de arcaísmos (América es área lateral): lindo, liviano (x
ligero), pollera (x falda), vidriera (x escaparate), prolijo, retar (x regañar),
cuero (x piel), candela (x fuego), frazada (x manta), masa (x pastel), sobrar
(x burlarse), de arriba (x gratis)
- Leonesismos: carozo, lamber, fierro.
- Galleguismos: bosta, cardumen, laja.
- Derivación: Lapesa dice que el vocabulario que llevaron los españoles a
América se fue empobreciendo, pero hay intensa formación de palabras
nuevas.
- -IAR: cueriar, carniar
- -ADA muchachada
- Neologismos: sesionar ‘celebrar sesión’, vivar ‘vitorear’
- Cambio sdo: estancia ‘habitación’ (España) ‘campo’ (Argentina)
- Italianismos (Río de la Plata): capuchino, chau
- Galicismos : orientación francesa domina cultura americana XIX masacre,
usina, rol