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ORIENTACIONES DEL PROGRAMA DE RELIGIÓN CATÓLICA 2019

(Documento de trabajo que incorpora los aportes del Equipo Base


en la Primera Jornada Nacional del 10.11.18)

INDICE

I. ORIENTACIONES CURRICULARES

1. Objetivos generales para la formación integral en la Educación Parvularia, Básica y Media

2. Bases Curriculares: objetivo y enfoque del aprendizaje


a) Opciones del actual marco curricular
b) Las nuevas Bases curriculares y Objetivos de Aprendizaje (OA)
c) El Programa de Religión Católica (PRC) en el actual marco curricular
d) La integración de la asignatura de Religión católica con las otras asignaturas

3. La asignatura de Religión Católica y los Objetivos de Aprendizaje Transversales (OAT)


a) Los Objetivos de Aprendizaje Transversales en las nuevas Bases Curriculares
b) El aporte específico de la asignatura de Religión en los OAT

4. Énfasis disciplinar de la Asignatura de Religión Católica en la integración de conocimientos,


habilidades y actitudes.

5. Identidad curricular de la Asignatura de Religión católica.

6. Marco legal de la Asignatura de Religión católica (a desarrollar)

II. ORIENTACIONES TEOLÓGICO – PASTORALES

1. La Iglesia al servicio de la educación


a) El actual contexto socio cultural y eclesial
b) El aporte de la Iglesia en la educación
c) El anuncio evangelizador en el contexto escolar
d) Distinción entre la asignatura de Religión y la Catequesis

2. Enfoque de la Educación Religiosa Escolar


a) El enfoque antropológico cristiano
b) Énfasis en la formación integral, tanto individual como social
c) La dimensión espiritual del ser humano: trascendencia y búsqueda del sentido de la
vida
d) Formar en habilidades de crecimiento personal, teniendo como modelo a Jesucristo
e) La asignatura de Religión en la formación ético-valórica

1
3. Los agentes educativos en la Educación Religiosa Escolar
a) La formación valórica, religiosa y espiritual adquirida en la familia (sugerencia)
b) El papel mediador del profesor de Religión (sugerencia)
c) El ambiente formativo en la cultura de la comunidad escolar (sugerencia)

III. ORIENTACIONES CURRICULARES

1. Objetivos generales para la formación integral en la Educación Parvularia, Básica y Media

La Ley General de Educación Nº 20.370, aprobada el año 2009, busca, entre otros objetivos,
salvaguardar los derechos y deberes de los integrantes de la comunidad educativa, y normar los
requisitos mínimos que deberán exigirse en cada uno de los niveles de Educación Parvularia, Básica
y Media. El art. 2 de esta ley nos señala que la educación:

Es el proceso de aprendizaje permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las
personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo,
intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos
y destrezas. Se enmarca en el respeto y valoración de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales, de la diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad
nacional, capacitando a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y
participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la
comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país. 1

Por lo tanto, es fundamental formar de manera integral y con una concepción holística del proceso
enseñanza – aprendizaje a todos los estudiantes, teniendo como fin pedagógico alcanzar el
desarrollo personal en un contexto de respeto a los derechos humanos, de diversidad individual y
social, y de búsqueda de un sentido de vida. Es así, como se fomentará la educación formativa
(valores, principios) y la cognitiva (asignaturas escolares), sin dejar de lado los procesos que deben
vivir los estudiantes según su edad.

El presente Programa de Religión Católica se adecúa a estos objetivos educacionales y asume los
siguientes principios educativos en su identidad curricular:

a) Universalidad y educación permanente: La educación debe estar al alcance de todas las


personas a lo largo de toda la vida.
b) Calidad de la educación: Todos los estudiantes, independientemente de sus condiciones
y circunstancias, deben alcanzar los objetivos generales y los estándares de aprendizaje
que se definan en la forma que establezca la ley.

c) Equidad: Todos los estudiantes deben tener las mismas oportunidades de recibir una
educación de calidad.

1 Ley General de Educación. Ley 20370. Art.2. 12 de septiembre de 2009. De ahora en adelante LGE

2
d) Autonomía: El sistema se basa en el respeto y fomento de la autonomía de los
establecimientos educativos.

e) Diversidad: Promover y respetar la diversidad de procesos y proyectos educativos


institucionales, así como la diversidad cultural, religiosa y social de los educandos.

f) Responsabilidad: Todos los actores del proceso educativo deben cumplir sus deberes y
rendir cuenta pública cuando corresponda.

g) Flexibilidad: El sistema debe permitir la adecuación del proceso a la diversidad de


realidades y proyectos educativos institucionales.

h) Inclusión: Se propone la incorporación de alumnos de diversas condiciones sociales,


étnicas, religiosas, económicas y culturales.

i) Sustentabilidad: Fomento al respeto al medio ambiente y el uso racional de los recursos


naturales.

j) Interculturalidad: El sistema debe reconocer y valorar al individuo en su especificidad


cultural y de origen, considerando su lengua, cosmovisión e historia.

Cada uno de estos principios dan una visión de cómo plantear la educación el día de hoy y de cómo
se debe repensar el currículum. Esta es la tarea que también asume la Educación Religiosa Escolar
Católica en nuestro país.

2. Bases Curriculares: objetivo y enfoque del aprendizaje

a) Opciones del actual marco curricular

Las Bases Curriculares son el documento que describe los aprendizajes del Currículum Nacional y
se han desarrollado en el marco de la LGE, fijando los Objetivos Generales de la Educación, guías
indispensables para este Programa de Religión Católica.

Las Bases Curriculares presentan una serie de propósitos de aprendizaje que se deben alcanzar
para una formación de calidad. Los Objetivos de Aprendizaje (OA) de estas Bases se organizan por
asignatura y curso, y se estructuran tridimensionalmente en los conocimientos, habilidades y
actitudes que se espera que las y los estudiantes logren, con el fin de promover en ellas y ellos un
desarrollo armónico e integral, a la vez que les permiten fortalecer las herramientas necesarias
para participar de manera activa y responsable en la sociedad. Estos también son los propósitos de
la Educación Religiosa Escolar Católica.
La mencionada estructura tridimensional se compone de:

 Conocimientos: Corresponden a conceptos, redes de conceptos e información sobre hechos,


procesos, procedimientos y operaciones.

3
 Habilidades: Son las capacidades necesarias para realizar tareas y para solucionar problemas
con precisión y adaptabilidad. Pueden desarrollarse en los ámbitos intelectual, psicomotriz
y/o psicosocial.

 Actitudes: Son disposiciones aprendidas para responder, en términos de posturas personales


frente a objetos, ideas o personas, y que propician determinados tipos de comportamientos o
acciones.

En la práctica, esta prescripción de objetivos entrega espacios de flexibilidad curricular que este
Programa de Religión Católica considera en las formulaciones de los objetivos de aprendizaje, de
tal manera que el docente deba contextualizar y adaptar su organización e implementación de
acuerdo con la realidad de su establecimiento educativo.

b) Las nuevas Bases curriculares y Objetivos de Aprendizaje (OA)

Producto del proceso de renovación en el nuevo Currículum Nacional, las Bases Curriculares
actuales fueron asumiendo las nuevas definiciones y términos de la LGE, trayendo consigo cambios
terminológicos que contribuyen a la renovación del proceso, encontrándose las siguientes
terminologías, en comparación con el Marco Curricular y Ajuste Curricular:

i. Lo que el Marco y/o Ajuste Curricular denominaron Sectores y Subsectores de Aprendizajes,


las Bases Curriculares los cambian a Asignatura; es así como la clase de Religión desde esta
lógica se renombra como Asignatura de Religión.

ii. Lo que el Marco y/o Ajuste Curricular denominaron Objetivos Fundamentales (OF),
Contenidos Mínimos Obligatorios (CMO) y Aprendizajes Esperados, las Bases Curriculares los
simplifica en Objetivos de Aprendizaje (OA); por lo tanto, este Programa de Religión Católica
se adhiere a este cambio de terminología curricular para tener una relación más estrecha
con las distintas asignaturas del Currículum Nacional.

iii. Lo que el Marco y/o Ajuste Curricular denominaron Objetivos Fundamentales Transversales
(OFT), las Bases Curriculares lo renombran como Objetivos de Aprendizaje Transversales
(OAT); los cuales están asumidos en este Programa de Religión Católica, tal como lo hacen
los otros programas de estudio o asignatura.

De esta manera, el presente Programa de estudio, contempla y asume estos cambios del
Currículum Nacional que, a través del proceso reflexivo de estos años, se han consensuado para la
formación de cada uno de las y los estudiantes.

c) El Programa de Religión Católica (PRC) en el actual marco curricular

Es necesario dejar en claro que el presente Programa es un instrumento curricular de la Asignatura


de Religión Católica y cumple con los criterios que establece el Consejo Nacional de Educación para
la evaluación de planes y programas de estudio. 2

2 Cf. Consejo Nacional de Educación. Resolución exenta Nº 163. 8 de junio de 2016

4
Los Programas de asignatura o de estudio son propuestas pedagógicas para el logro de los
propósitos formativos establecidos en las Bases Curriculares. Estos programas son de carácter
opcional en el caso que los establecimientos educacionales que tengan programas propios,
cuidando el logro (cobertura) de los Objetivos de Aprendizaje (OA) que proponen las Bases
Curriculares para dicho curso y asignatura.

La función de los programas de estudio es ofrecer una organización temporal de los Objetivos de
Aprendizaje (OA) en unidades de aprendizaje, enmarcados en la visión global del año,
orientaciones didácticas, sugerencias de indicadores de evaluación, sugerencias de actividades de
aprendizaje y de evaluación, para cada uno de los objetivos. Esta es también la función de este
Programa de Religión Católica.

d) La integración de la asignatura de Religión con las otras asignaturas

También, la asignatura de Religión está llamada a colaborar con las otras asignaturas, sea
promoviendo o secundando proyectos conjuntos en donde las y los estudiantes transfieren los
aprendizajes en diversas disciplinas, y aplicando las competencias en la resolución de diversas
problemáticas que plantea la realidad. Por eso, este Programa adscribe lo que se plantea para esta
integración:

La organización en asignaturas se considera un recurso para favorecer la organización


escolar, pero no implica un límite para integrar diversas áreas con fines pedagógicos. La
integración interdisciplinaria favorece la comprensión profunda y la aplicación de los
conocimientos. Se define asignatura como el conjunto de saberes, experiencias y
habilidades relacionados con una o varias disciplinas determinadas o con un aspecto
del desarrollo del niño, que han sido agrupados y secuenciados en el contexto del
currículum escolar con el fin de organizar y promover los aprendizajes
correspondientes.3

3. La asignatura de Religión Católica y los Objetivos de Aprendizaje Transversales (OAT)

a) Los Objetivos de Aprendizaje Transversales en las nuevas Bases Curriculares

Los Objetivos de Aprendizaje Transversales son aquellos que derivan de los Objetivos Generales de
la LGE y se refieren al desarrollo personal y a la conducta moral y social de las y los estudiantes. Por
ello, tienen un carácter más amplio y general; se considera que atañen a toda la trayectoria
educativa y que su logro depende de la totalidad de los elementos que conforman la experiencia
escolar, tanto en el aula como fuera de ella, sin que estén asociados de manera específica a una
asignatura en particular.
Históricamente, los Objetivos Transversales que han formado parte del Currículum Nacional han
respondido a la necesidad de favorecer una identidad formativa que promueve valores e ideales
nacionalmente compartidos.

3 Bases Curriculares Educación Básica. DECRETO Nº439/2012. 2013

5
Los OAT se refieren a las siguientes dimensiones: física, afectiva, cognitiva, sociocultural, moral,
espiritual, proactividad y trabajo, y finalmente, a las tecnologías de información y comunicación.

b) El aporte específico de la asignatura de Religión en los OAT

Tres grandes factores son los que contribuyen, desde esta perspectiva, desde la asignatura de
Religión a los OAT:

i. Especial atención a la dimensión espiritual: Formar en habilidades espirituales, religiosas y


trascendentes para responder a los cuestionamientos existenciales, a los desafíos ético-
valóricos y a la educación de la afectividad y de lo emocional.

En las asignaturas, las habilidades se encuentran integradas en los Objetivos de


Aprendizaje referidos específicamente a habilidades, o bien se encuentran integradas a los
Objetivos de Aprendizaje de los Ejes de asignatura. Por lo tanto, los Objetivos de
Aprendizaje en Religión considerarán las habilidades espirituales, religiosas y
trascendentes, de tal manera que orienten constantemente a las y los estudiantes en las
preguntas existenciales y dimensiones ético-valóricas, afectivas y emocionales.

ii. Asegurar el buen trato y un clima de convivencia sana, que elimine todo tipo de abusos.

iii. Contribución a la formación de una ciudadanía (colaboración, compromiso, participación y


sentido ecológico).

4. Énfasis disciplinar de la asignatura de Religión Católica en la integración de los


conocimientos, habilidades y actitudes

Como ya se ha mencionado, más arriba, el curriculum nacional, basado en el aprendizaje, plantea


lo que los estudiantes deben aprender en términos de habilidades, actitudes y conocimientos. Por
tanto, las Bases curriculares de cada asignatura presentan esta triada en forma integrada
destacando y secuenciando de manera explícita las habilidades que le son propias, y las actitudes y
los valores relacionados con los Objetivos de Aprendizajes Transversales del ciclo correspondiente.
Esto es lo que también debe desarrollar la Asignatura de Religión. Vale decir,

Plantear un curriculum centrado en el aprendizaje significa que los Objetivos de Aprendizaje deben
relacionar en forma más explícita la integración de habilidades, conocimientos y actitudes.
Además, deben evidenciar en forma clara y precisa cuál es el aprendizaje que el estudiante debe
lograr. Por tanto, el quehacer educativo de la asignatura de Religión debería explicitarse en los
Objetivos de Aprendizaje que proponga.

De este modo, una de las novedades que planteara el presente PRC es que el aprendizaje ya no
estará en función únicamente de los conocimientos disciplinares que deben adquirir los
estudiantes, sino en qué medida estos se integran con las habilidades específicas de la asignatura
de Religión. Sin se está planteando una educación que apunte a desarrollar las capacidades
necesarias para que los estudiantes se desenvuelvan en una sociedad cambiante y pluricultural,
entonces la formación religioso-cristiana y espiritual debe proveer herramientas a los estudiantes

6
para resolver tareas y responder a cuestionamientos que, día a día, le solicitan desde el ámbito de
lo religioso, lo espiritual, la finitud humana, la trascendencia y lo sagrado.

La asignatura de Religión Católica debe lograr que las y los estudiantes adquieran las herramientas
para aprender a aprender a lo largo de toda la vida, como una manera eficiente de vivir en un
mundo cambiante y saturado de información. Por ejemplo, los estudiantes deberían aprender
competencias para:

a) realizar una interpretación religiosa y cristiana para comprender el mundo, reflexionar y


discernir en forma crítica sobre los diversos acontecimientos y actuar de manera eficaz
ante los problemas.

b) participar con el grupo religioso al que pertenece, o con otros grupos religiosos, en
proyectos comunes de promoción humana, o de mejora de las condiciones de vida, o en
cualquier actividad constructiva para la sociedad de la que forme parte.

c) aplicar los principios de una ética religiosa cristiana en la orientación de sus propias
acciones, en la valoración de las conductas personales y de los hechos sociales,
económicos, culturales y políticos que se producen en su entorno.

5. Identidad curricular de la asignatura de Religión

Cuando se define el carácter curricular de la Asignatura de Religión católica es preciso que ésta se
distinga de otras formas en que se comunica el mensaje cristiano. Se puede decir que dichas
formas, tales como la catequesis, los programas misioneros, la educación religiosa en la familia,
etc. carecen de un carácter curricular como en los procesos de aprendizaje en la escuela. Este
rango curricular de la asignatura de Religión católica la enmarca en los propósitos formativos que
el Mineduc prescribe para todas las asignaturas escolares. De este modo la asignatura de Religión
católica debe organizar el mensaje cristiano en contenidos disciplinares específicos (traduciéndolos
e integrándolos en conocimientos, habilidades y actitudes) de acuerdo con un proceso de
aprendizaje enseñanza dentro de una estructura curricular. De este modo la asignatura de Religión
católica comparte las mismas exigencias y roles como cualquier otra asignatura del plan de
estudios chileno.

Otro aspecto de esta identidad curricular para la Asignatura de Religión católica es el enfoque de
aprendizaje que camina hacia un curriculum de competencias, es decir los aprendizajes no están
en función de un contenido a memorizar, sino de la adquisición de habilidades y capacidades para
resolver situaciones o enfrentarse a dilemas, usando los recursos cognitivos, procedimentales y
actitudinales. En otras palabras, la Asignatura de Religión católica debe preparar a los estudiantes
para que usen sus conocimientos, apliquen procedimientos de información y generación de
opiniones, en coherencia con los principios, actitudes y valores morales asumidos. Se trata, en el
fondo, de que los aprendizajes adquiridos no tengan la limitación del saber por saber, sino que
descubran la participación humana en la pedagogía salvífica de Dios, adquiriendo orientaciones
para la acción y, sobre todo, para el crecimiento personal espiritual que apunta al desarrollo del
ser. Esta perspectiva educativa hace mirar los contenidos como medios, y no como un fin en sí
mismos. Así, los Objetivos de Aprendizajes, de esta asignatura, deben ir más allá de los datos,

7
hechos y conceptualizaciones, proveyendo a los estudiantes de unos criterios cristianos, un
discernimiento de la realidad personal y social a la luz de la trascendencia, un sentido de
fraternidad universal, una mirada crítica desde los valores del reinado de Dios.

La asignatura de Religión católica entrega una mirada humanista cristiana de una de las
experiencias particulares que ha vivido y vive el ser humano en los distintos escenarios sociales y
culturales, como lo es la vivencia de lo religioso. Esta vivencia, en su proceso de reflexión histórica,
se manifiesta en las creencias y confesiones religiosas, en donde éstas tienen un valor inestimable
porque dan cuenta de una manera de integrar y comprender las opciones y decisiones humanas en
todas sus dimensiones, sean estas cognitivas, afectivas, éticas y espirituales. 4

La Educación Religiosa Escolar también contribuye al desarrollo de las y los estudiantes por medio
de la complementariedad que se establece entre los objetivos de esta asignatura con aquellos de
las restantes asignaturas del Currículum. Por ejemplo, tanto Religión como Historia, Geografía y
Ciencias Sociales incorporan Objetivos de Aprendizaje relacionados con las expresiones religiosas
regionales y la religión de los pueblos precolombinos. Así también, los propósitos relativos a la
afectividad y la sexualidad, a la prevención del abuso, a la sana convivencia y el buen trato, desde
las perspectivas propias de cada disciplina.

En continuidad con el Programa de Religión Católica de 2005, “se reconoce a la Educación Religiosa
Escolar católica (EREC) como una forma original del ministerio de la Palabra, cuyo fin es hacer
presente el Evangelio, como fermento dinamizador, en el proceso personal de asimilar la cultura de
modo sistemático y crítico, proceso que se lleva a cabo en el ámbito escolar.” 5

En cuanto a la naturaleza de esta asignatura, se reafirma que es “educación religiosa”, es decir, una
acción que pretende formar la religiosidad de los niños y jóvenes, varones y mujeres, que asisten a
los centros educativos de nuestro país”, 6 desde una perspectiva cristiana y en comunión con la
Iglesia Católica.

6. Marco legal de la Asignatura de Religión

Decreto 924 y aclaraciones posteriores (a desarrollar)

4 Cf. Carta de Monseñor Héctor Vargas a la ministra del Piano en mayo del 2016 respecto a la normativa
legal, principios, significados y graves preocupaciones acerca de las clases de religión en los establecimientos
educacionales.
5 Conferencia Episcopal de Chile. Área Educación. Programa de Educación Religiosa Católica. Sector de
Aprendizaje Religión. 2005. Pág. 12
6 Ibid. Pág. 16

8
II. ORIENTACIONES TEOLÓGICO - PASTORALES

1. La Iglesia al servicio de la educación

a) El actual contexto socio cultural y eclesial

El Chile actual se constituye sobre la base de una sociedad multicultural, diversa e imbuida con la
influencia económica, política y tecnológica de los países más desarrollados, configurándose como
una de las economías latinoamericanas de mayor crecimiento, permitiendo reducir de manera
importante la pobreza durante los últimos 20 años. Aun cuando esta evidente pujanza económica
es valorada a nivel internacional desde los macro-indicadores, las brechas sociales son amplias,
situando al país entre aquellos con mayor desigualdad a nivel mundial; esta desigualdad se ve
plasmada concretamente en los ámbitos más fundamentales de la sociedad, como son la
educación, la salud, la protección social y el bienestar subjetivo.

Este cambio epocal intenso y desbordante ha tocado con intensidad a la Iglesia Católica chilena. La
realidad social, cultural y eclesial actual ha propiciado la germinación de la violencia “en el corazón
humano, herido por el pecado, [que] también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que
advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más
abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra”. 7

Así mismo, la Iglesia Católica chilena vive tiempos de crisis. El Papa Francisco lo señala con claridad
en el documento para la reflexión entregado a los obispos chilenos en Roma el 15 de mayo de
2018:

Las dolorosas situaciones acontecidas son indicadores de que algo en el cuerpo eclesial está
mal. Debemos abordar los casos concretos y a su vez, con la misma intensidad, ir más hondo
para descubrir las dinámicas que hicieron posible que tales actitudes y males pudiesen
ocurrir.8

Para ser esa Iglesia profética a la invita el Papa Francisco, es que el Pueblo de Dios en su conjunto
debe centrar su acción en lo importante: “el servicio a su Señor en el hambriento, en el preso, en el
migrante, en el abusado.9

b) El aporte de la Iglesia en la educación

7 Papa Francisco. Carta Encíclica Laudato Si’. 24 de mayo de 2015. N°2


8 Documento entregado por el Papa Francisco a los obispos chilenos en Roma. 15 de mayo de 2018
9 Carta del Papa Francisco a los obispos de Chile al final de los encuentros celebrados en el Vaticano. 17 de
mayo de 2018

9
Uno de los mensajes centrales de la enseñanza del Papa Francisco es comprender la Iglesia como
una comunidad en salida, cuya identidad es profundamente misionera y evangelizadora, donde
cada una de sus mediaciones asume este rasgo y lo expresa integral y fecundamente. Así, la
Educación Escolar Católica surge como un lugar privilegiado para pensar y desarrollar el
compromiso de la evangelización de la cultura, 10 y la tarea educativa del anuncio explícito del
evangelio se desarrolla “en diálogo con otras ciencias y experiencias humanas, [teniendo una] gran
importancia para pensar cómo hacer llegar la propuesta del Evangelio a la diversidad de contextos
culturales y de destinatarios.”11

Desde esta perspectiva, Francisco propone 3 claves fundamentales para pensar y desarrollar la
labor de la Iglesia en la educación religiosa católica. Primeramente, frente al individualismo insta
en la necesidad de humanizar la educación, para ofrecer horizontes abiertos a la trascendencia y al
servicio de un humanismo integral.12 En un segundo lugar, ante la realidad de un mundo
globalizado donde se viven múltiples y diversos procesos de interacción entre las personas desde
las tecnologías de la información, también surge una cultura del descarte que favorece nuevas
formas de pobreza, sufrimiento, discriminación, marginación y restricción de las libertades
fundamentales; ante esta realidad, el Papa Francisco señala que “las instituciones educativas
católicas están llamadas a situarse a la vanguardia para practicar la gramática del diálogo que
forma el encuentro y la revalorización de la diversidad cultural y religiosa”. 13

Y, en tercer lugar, en nuestra sociedad existe una gran necesidad de esperanza. Fuentes de esa
esperanza son las niñas, niños y jóvenes y la promoción de su desarrollo integral, para lo cual es
urgente reconfigurar estructuras que lo permitan, como son la escucha de los jóvenes, saber de sus
pensamientos, emociones, sueños, fe y discernimiento vocacional para así, acompañar la
construcción de sus proyectos vitales, los cuales se forman durante toda la vida. El Papa señala: “La
educación es generadora de esperanza. De hecho, la educación es un dar a luz, es un hacer crecer,
si se sitúa en la dinámica del dar la vida. Y la vida que nace es la fuente más fecunda de la que
brota la esperanza, una vida siempre en búsqueda de la belleza, de la bondad, de la verdad y de la
comunión con los demás para un crecimiento común”. 14

Humanizar la educación, cultivar la cultura del diálogo y sembrar la esperanza son las claves que el
Santo Padre sitúa como núcleos del quehacer educativo, y por, sobre todo, de una educación
promocional y transformadora.

c) El anuncio evangelizador en el contexto escolar

“La educación humaniza y personaliza al ser humano cuando logra que éste desarrolle
plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolo fructificar en hábitos de comprensión y
en iniciativas de comunión con la totalidad del orden real. De esta manera, el ser humano
humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia”.

10 Cf. Papa Francisco. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium. 26 de noviembre de 2013. N°134
11 Ibid. N°133
12 Cf. Audiencia a los participantes de la plenaria de la Congregación para la Educación Católica, del 9 de
febrero de 2017
13 Ibid.
14 Ibid.

10
DA 330

Según la Congregación para la Educación Católica, “el corazón de la educación católica es siempre
la persona de Jesucristo”, de “Dios [que] se hizo hombre en la historia de los hombres, en nuestra
historia”15. Y para que los niños, niñas y jóvenes descubran esta experiencia de encuentro en un
mundo diverso y multirreligioso, la educación religiosa católica debe asumir al ser humano en toda
su multidimensionalidad: en sus relaciones y en su modo de existir. Por ello, “la educación no es
sólo conocimiento, es también experiencia”, que acoge lo afectivo y emocional, como también lo
ético: “saber hacer y saber lo que queremos hacer, osar transformar la sociedad y el mundo, y
servir la comunidad. La educación está basada en la participación, [...] el diálogo, el don de sí
mismo, el ejemplo, la cooperación, la reciprocidad”. 16

El anuncio evangelizador en la escuela asume un carácter curricular que le obliga a este tipo de
anuncio o contenido seguir un proceso de enseñanza – aprendizaje en consonancia con las
normativas ministeriales.

d) Distinción entre la asignatura de Religión y la Catequesis

La relación entre Educación Religiosa Escolar y la Catequesis es de diferenciación y de


complementariedad: "Hay un nexo indisoluble y una clara distinción entre enseñanza de la religión
y Catequesis ".17 Las principales diferenciaciones entre la asignatura de Religión y la Catequesis
radican principalmente en tres ámbitos: los objetivos que les impulsan, los métodos que le son
propios, y el contexto en el cual se desarrollan ambos procesos. Recordamos que este contexto es
el escolar y no el comunitario eclesial.

Ya señalaba san Juan Pablo II respecto de la Educación Católica:

Tal enseñanza deberá dar a conocer de manera documentada y con espíritu abierto al
diálogo el patrimonio objetivo del cristianismo, según la interpretación auténtica e integral
que la Iglesia católica da de él, de forma que se garantice tanto el carácter científico del
proceso didáctico propio de la escuela, como el respeto de las conciencias de los alumnos,
que tienen el derecho de aprender con verdad y certeza la religión a la que pertenecen. 18

Así, lo propio de la Enseñanza Religiosa Escolar es la integración crítica de lo religioso en la


formación humana integral, en la cultura, a través del diálogo interdisciplinar; en síntesis, es el
diálogo del Evangelio con la cultura19 que “ha de presentar el mensaje y acontecimiento cristiano
con la misma seriedad y profundidad con que las demás disciplinas presentan sus saberes”. 20 En

15 Congregación para la Educación Católica. Instrumentum laboris “Educar hoy y mañana. Una pasión que se
renueva”. 2014
16 Ibid.
17 Congregación para la Educación Católica. Dimensión religiosa de la educación en la Escuela católica. 1988.
N°68
18 San Juan Pablo II. Simposio sobre educación religiosa en la escuela pública.1971. N°5
19“El contenido central de la educación religiosa es el mensaje y acontecimiento cristiano en diálogo
interdisciplinario” (Congregación para el Clero, 1997)
20 Directorio General de la Catequesis. N°73

11
cambio, la catequesis es la tarea evangelizadora de toda la Iglesia y supone la vivencia y el
fortalecimiento de la fe, a través de procesos de iniciación y maduración en la comunidad eclesial.

A la enseñanza de la religión en el ámbito escolar le implican métodos propios de la educación


religiosa y sus didácticas,21 siendo parte de un currículum escolar específico y de lineamientos
teórico-prácticos asumidos desde las normativas nacionales de educación; mientras que la
catequesis desarrolla métodos propios de la transmisión de la fe y el proceso evangelizador,
kerigmático y catecumenal.

En cuanto al contexto en el que se desarrolla la Educación Religiosa Escolar es el ambiente


educativo, inserto en el Currículum Nacional, como una asignatura que posee un programa propio
para cada nivel de aprendizaje. “La enseñanza religiosa escolar, mediante [el] diálogo
interdisciplinar, funda, potencia, desarrolla y completa la acción educadora de la escuela”. 22 Por
otro lado, la catequesis se desarrolla explícitamente en la comunidad ya que “es una acción
esencialmente eclesial”23 con el objetivo de insertar al cristiano o cristiana en la vida de la
comunidad de fe; esta acción se expresa ya sea en el ámbito parroquial como ambiental
(educativo, laboral, movimientos, etc.), asumiendo las características propias de la misión que le
implica.

2. Enfoque de la Educación Religiosa Escolar

a) El enfoque antropológico es más que un método didáctico

La Educación Religiosa desde su esencia está llamada a favorecer el desarrollo integral del ser
humano y su propósito principal es promover la dimensión espiritual y religiosa de cada hombre y
mujer en relación con la cultura, la sociedad y la religión. 24

Este Programa de Religión Católica tiene un enfoque antropológico en relación a la importancia del
fenómeno religioso presente en los seres humanos, pues desde la antropología cristiana
sustentada en la revelación y en la fe, se establecen relaciones dialogantes con otros y se fomenta
un pensamiento analítico y reflexivo sobre lo que acontece en la realidad de las y los estudiantes.

A través de los métodos apropiados que otorga la pedagogía, se da una mirada ontológica e
histórica que invita a los y las estudiantes, desde la educación religiosa, a vivenciar espacios
ampliamente liberadores configurados en el aprender, en el compartir y en la vivencia de
Jesucristo, quien es modelo y síntesis del hombre nuevo.

21 La Educación Religiosa Escolar es la enseñanza “de la racionalidad que distingue y motiva la elección
cristiana del creyente y antes aún la experiencia religiosa del ser humano en cuanto tal” (Congregación para
la educación católica, 1988).
22 Directorio General de la Catequesis N°73
23 Ibid. N°78
24 Meza, José. Suarez, Gabriel. Educación Religiosa escolar en perspectiva liberadora. 2015. Pág. 247-248

12
b) Énfasis en la formación integral, tanto individual como social

La antropología cristiana pone el fundamento del hombre y de la mujer, y de su capacidad de hacer


cultura, en el hecho de estar creados a imagen y semejanza de Dios. Este hecho se ve reflejado a lo
largo de la historia de salvación en donde Dios, mediante su pedagogía, invita al ser humano a
formarse constantemente, no solo en el ámbito personal, sino que también en el ámbito social,
presentando una formación vivida con espíritu evangélico, frente a la valoración del prójimo y
permitiendo la colaboración fraterna ante el compromiso de contribuir a una sana convivencia
social. Y es precisamente este punto el que se tiene en cuenta cuando se habla de formación
integral en la escuela.

Por lo tanto, la asignatura de Religión juega un rol fundamental en la formación integral, ya que es
un lugar privilegiado para hacer dialogar lo religioso con la vida y la cultura, pues, a través de la
persona de Jesucristo, las y los estudiantes pueden crecer en su autonomía, en su sentido de
trascender y en su apertura a los otros.

c) La dimensión espiritual del ser humano: trascendencia y búsqueda del sentido de la vida

Existen diversas definiciones de espiritualidad. Por ejemplo, la Real Academia Española señala que
la espiritualidad es la naturaleza y condición del espíritu. Para los filósofos del posmodernismo y
modernismo, la espiritualidad representa un rasgo por el cual el hombre como existente busca con
sus posibilidades y sus límites, definir procesos del ámbito interno presentando una dualidad que
separa lo humano de lo espiritual, realizando una reflexión estéril. Pero para los cristianos, la
espiritualidad va íntimamente ligada a Dios”, 25 pues es a través de ella que se busca trascender
hacia el Creador y también, que el Creador trascienda a la vida humana entera.

Por lo tanto, la dimensión espiritual está estrechamente ligada al proceso formativo integral de las
y los estudiantes, pues al ser considerada característica inherente al ser humano, reconoce la
búsqueda de la trascendencia que adquiere todo hombre, en consonancia al diálogo que se
presenta entre fe y razón. La espiritualidad pone a la asignatura de Religión en un punto
privilegiado, pues es un espacio concreto para el desarrollo creciente de las interrogantes las y los
estudiantes sobre el origen y fin de su existencia humana.

d) Formar en habilidades de crecimiento personal, teniendo como modelo a Jesucristo

25 Palacios, Carlos. La Espiritualidad como medio de desarrollo humano. Volumen 42, N°98. 2015. Pág.465

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A través de los Evangelios, se reconoce que Jesús tenía un método formativo sencillo y
esperanzador, en donde hacía arder el corazón y entregaba paz a quienes buscaban su ayuda. Se
ve como Jesús realza a la mujer samaritana, animando y educando a sus discípulos a una nueva
forma de mirar y valorar a la persona humana. Y, además, reconociendo las realidades de las
personas que se acercaban a él, Jesucristo los invitó a experienciar espacios donde el desarrollo de
la persona se debía practicar en ambientes de confianza, de igualdad y de libertad.

En este Programa, la pedagogía de Jesucristo, tomada como modelo de formación en relación con
el desarrollo humano, será relevante a la hora de formar a las y los estudiantes en habilidades
personales como: saber escuchar, saber respetar y ser asertivo; como también en las habilidades
sociales que fomentan el trabajo en equipo, el diálogo y los liderazgos participativos. Pues
entonces, se reconoce que mediante espacios formativos abiertos y en atención a los signos de los
tiempos, las y los estudiantes podrán comprender y vivenciar conceptos que le permitirán
configurar su experiencia personal y comunitaria con la persona de Jesús.

e) La asignatura de Religión en la formación ético-valórica

Es en las aulas donde se producen los aprendizajes interactivos y significativos que van
contribuyendo a la formación personal y social de las y los estudiantes y además, de la familia. Es
este el lugar donde los valores se manifiestan de manera concreta y práctica.

Lo ético - valórico en la asignatura de Religión ayuda concretamente a promover la objetivación


del valor en la formación de todos los estudiantes, pues gracias a la visión plena de hombre que se
desarrolla en la asignatura, los valores motivan a la acción concreta de la caridad, dando
significación a los comportamientos realizados que sirven como guía y orientación en las diferentes
etapas de la vida, aportando a la educabilidad de los sentimientos y abriendo al encuentro
armonioso con el otro.

3. Los agentes educativos en la Educación Religiosa Escolar

San Óscar Romero, en uno de sus discursos sobre la educación, señala: “maestros, ustedes son
objeto de la liberación”. Esta expresión sugiere que, en el proceso educativo, son los profesores
quienes ayudan a las y los estudiantes a situarse en y desde el mundo, como un mediador, que
posibilita la acción integradora de la vida social y cultural de forma responsable, autónoma y libre.

Considerando lo anterior, la profesora y el profesor de Religión debe garantizar con su saber que
las y los estudiantes puedan alcanzar el sentido profundo de su existencia desde el contacto íntimo
con Jesucristo y en comunión dialogante con todo lo que lo rodea. Este objetivo de encuentro con
el hecho revelado se realiza a través de procesos de enseñanza – aprendizaje claros e integradores,
siendo un desafío constante para los docentes, pues desde un enfoque profesional la enseñanza
religiosa debe presentar objetivos y contenidos de manera coherente, considerando la propuesta
de este nuevo Programa de Religión Católica y las particularidades de sus estudiantes. Dicho en
palabras sencillas, la profesora y el profesor de Religión Católica debe presentar a Jesucristo
respetando las creencias y opciones de sus estudiantes, pero a la vez, debe crear condiciones que

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faciliten la transmisión del mensaje salvífico y de misericordia mediante métodos y objetivos
propios de su experticia en relación con el proceso evangelizador de la Iglesia.

Otro agente educativo es la familia, de quien en el Documento de Aparecida señala que:

La familia es patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más importantes


de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de
valores humanos y cívicos, hogar en que la vida humana nace y se acoge generosa y
responsablemente... La familia es insustituible para la serenidad personal y para la
educación de sus hijos.26

Y es en el seno de una familia donde la persona descubre los motivos y el camino para pertenecer
a la familia de Dios, ya que es en ella donde se recibe la vida, la primera experiencia del amor y de
la fe.

Mirando el contexto actual, las familias han ido perdiendo el rol formativo respecto a la
religiosidad. Por ejemplo, el Papa Francisco señala en la encíclica Evangelium Gaudium que:

Es cierto que en algunos lugares se ha producido una «desertificación» espiritual, fruto del
proyecto de sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus raíces
cristianas... También la propia familia o el propio lugar de trabajo puede ser ese ambiente
árido donde hay que conservar la fe y tratar de irradiarla. Pero precisamente a partir de la
experiencia de este desierto, de este vacío, es como podemos descubrir nuevamente la
alegría de creer, su importancia vital para nosotros, hombres y mujeres. 27

Por lo mismo, los padres están llamados a ser fuentes de agua que tomen una nueva conciencia de
su gozosa e irrenunciable responsabilidad en la formación integral de sus hijos.

4. Caracterización de los estudiantes: Desarrollo psicoevolutivo de los niños, niñas y


jóvenes en edad escolar

El desarrollo multidimensional de los niños, niñas y jóvenes en edad escolar plantea la asunción de
una realidad diversa y en permanente cambio. La realidad sociocultural actual ha integrado una
serie de factores que han influido en el desarrollo infantil y juvenil, planteando factores inéditos a
considerar en la educación.

La primera edad escolar (4 a 5 años) considera un paulatino fortalecimiento de la autonomía tanto


en lo físico (mayor control en sus movimientos, en su equilibrio) como en la práctica de hábitos y
tareas (maneja el cepillo de dientes y se baña solo). El juego es un elemento central en el
aprendizaje, y comienza a desarrollar habilidades personales y sociales como la empatía, la
colaboración y el cuidado del otro. Al inicio de la Enseñanza Básica (6 a 8 años), los estudiantes

26 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Documento Conclusivo. 2007. N°114
27 Papa Francisco. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium. 26 de noviembre de 2013. N°86

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fortalecen sus relaciones sociales y sus habilidades emocionales. A su vez, van progresivamente
pasando del pensamiento egocéntrico al analítico.

De los 8 a los 10 años ya está con condiciones de tomar conciencia de su propio cuerpo; asume
mayor protagonismo y liderazgo en los ambientes en que se desenvuelve desarrollando el sentido
de competitividad y necesidad de aceptación social. Al acercarse la Enseñanza Media, los
estudiantes (de 11 a 13 años) viven una serie de cambios físicos que favorecen el paso de la
infancia a la juventud. El desarrollo de características sexuales primarias y secundarias se evidencia
de manera diferenciada entre niños y niñas. Se inicia un camino de búsqueda identitaria, del paso
de una moral heterónoma a la futura autonomía valórica. Es el comienzo de una etapa ardua en
cambios y configuraciones vitales.

En plena Enseñanza Media (14 a 17 años) los estudiantes van alcanzando su madurez sexual
alcanzando las características físicas que tendrán en edad adulta, manifestándose claramente la
diferenciación entre ambos sexos. La expresión de sus emociones y pensamientos a través del
lenguaje mejora ampliamente asumiendo, además, lenguajes propios fruto de la interacción con
sus amistades, contextos y redes sociales, aunque el gran manejo de las Tics puede empobrecer su
lenguaje. Transitan entre el pensamiento concreto y abstracto, reflexionan y pueden discernir
entre distintas opciones, son creativo, críticos y cuestionadores; buscan su propia identidad aun
cuando la aceptación social es fundamental en la consolidación personal.

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