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Introducción.

La búsqueda constante del hombre por satisfacer cada vez mejor su


necesidad de comunicación ha sido el impulso que ha logrado la
instauración en el mundo de instrumentos cada día más poderosos y
veloces en el proceso comunicativo. Sólo basta una retrospectiva para
definir cómo el ser humano ha logrado evolucionar sus formas de
comunicación: Desde rudimentarios métodos como
la escritura jeroglífica, pasando por la invención del alfabeto y del
papel, dando un leve salto hasta la llegada de la imprenta, y apenas
uno más para la aparición del teléfono, el cine, la radio y la televisión.
Todos estos instrumentos han sido ciertamente un avance en las
formas de comunicación del hombre y, prácticamente todos, han sido
posibles gracias a latecnología, que a su vez ha sido el instrumento
cuya evolución ha determinado el avance de la humanidad.
Hoy en día, la prensa, radio, televisión, teléfono e internet constituyen
una herramienta persuasiva que nos permiten mantenernos en
continua comunicación con los distintos sucesos sociales, políticos y
económicos tanto a escala nacional como internacional.

Hechos importantes en la historia de los medios de comunicación

La historia de los medios de comunicación está intrínsecamente ligada


a la humanidad, los eventos más relevantes con respecto a ellos son
los siguientes:

Origen

Los primeros medios de comunicación se remontan a los comienzos


de la humanidad cuando nuestros antecesores necesitaban expresar
algún pensamiento a sus semejantes, para ello podían utilizar varios
medios como la oralidad, los gestos y las imágenes que hoy en día se
conocen como el arte prehistórico.

Aparición de la escritura

Con este evento se produjo una revolución en los medios de


comunicación ya que permitían una mejor conservación de la
información.
En las épocas antiguas de la humanidad los medios de comunicación
eran los anuncios públicos y la publicación de noticias en tablones de
madera que pudieran leer las personas.

Creación de la imprenta

En el siglo xv, específicamente en el año de 1450, el alemán Johannes


Gutenberg inventó la imprenta de tipo móvil, lo que cambiaría para
siempre el mundo de los medios de comunicación ya que permitía la
reproducción de textos y facilitaba la difusión de datos.

A partir de este invento se realizaron otros mecanismos para mejorar


la comunicación y estos evolucionaron hasta los que se tienen hoy en
día.

La radio y la televisión

Sin duda fueron dos medios bastante usados en el siglo XX, que
también ayudaron a globalizar el mundo.

La era tecnológico

El invento de la computadora permitió abrir un nuevo mundo de


posibilidades para permitir que la información se pudiera compartir en
cuestión de segundos desde cualquier parte del mundo.

Los medios de comunicación que se tienen en la actualidad no son


más que el producto de la evolución de mecanismos que se utilizaron
en la antigüedad con el fin de que pudieran realizar una eficiente
comunicación
1- Medios de comunicación masiva

Son aquellos medios tecnológicos, que sirven para enviar mensajes,


que van dirigidos a una gran cantidad de público, y que, pueden
atravesar grandes distancias en un mínimo de tiempo. Con este tipo
de medios, el receptor pierde su carácter de receptor “individual”
pasando a llamarse “receptor colectivo”.

2- Características

Las características de estos medios contribuyen a la elaboración y


entrega de los mensajes.

A- Estos medios de comunicación social son “medios”, por lo tanto,


existen emisores y receptores que pueden ser individuales y
colectivos.

B- Son abiertos, esto significa que cualquier persona puede acceder a


ellos.

C- Se relacionan con distintas disciplinas, lo que involucra el empleo


de distintos lenguajes, además de especificaciones técnicas.

D- Los contenidos están destinados a un público heterogéneo y a una


gama de receptores, como así también a un público más reducido, que
maneja ciertos códigos e información necesaria para decodificar el
mensaje.

3- Tipos de medios de comunicación de masas

Los tipos de medios de comunicación pueden ser los siguientes:

3.1- Libros
Corresponden a un medio escrito. Gracias a adelantos tecnológicos se
ha posibilitado su reproducción en serie y en consecuencia, pueden
llegar a varios receptores a la vez.

3.2- Prensa escrita


Medio de comunicación impreso. Son los periódicos o revistas de
publicación diaria o regular, que contienen temas de distintas materias;
además se caracterizan por la forma cómo entregan la información.

3.3- La televisión
Es un sistema de transmisión de imágenes en movimiento. Al mezclar
el sonido con la imagen, los mensajes entregados por la TV impactan
y persuaden a los receptores de manera más rápida y certera.

3.4- La radio
Sistema de transmisión de mensajes orales. Sus mensajes son
transmitidos por medio de ondas hertzianas y puede recorrer varias
distancias en un lapso de tiempo breve. Su modo de transmisión de
mensajes es simultáneo.

3.5- Internet
Es una red de redes, en la cual la información está estructurada y
organizada de acuerdo a temas y áreas. Así los "buscadores" facilitan
el trabajo en la entrega e interpretación de la información.

3.6- Cine
Surge en 1895 con la primera película de los hermanos Lumiere:" La
salida de los obreros de la fábrica". El cine al ser limitado en su tiempo
real, comprime la narración por medio del empleo de medios técnicos
y estructurales, como por ejemplo, el guión cinematográfico, escenas,
plano, secuencia, etc.
4- Funciones de los medios de comunicación masivas

Los medios de comunicación influyen sobre la sociedad de manera


considerable, ayudando a satisfacer las necesidades de la población.
Las funciones de ellas son:

4.1- Informar
Recogen y entregan información de manera veraz y oportuna sobre
los diversos acontecimientos mundiales y de distintos temas de
interés. Esta información busca ser lo más objetiva posible.

4.2- Educar
Transmiten la cultura de las distintas comunidades; su pasado,
presente y proyecciones futuras. Los avances tecnológicos han
posibilitado la transmisión de programas educativos de manera más
atractiva para la comunidad.

4.3- Entretener
La sociedad demanda de los medios la entretención y el
esparcimiento. Así estos contribuyen a llenar espacios de tiempo para
descansar y divertirse. Esta es una de las funciones más desarrolla
por los programas televisivos, aunque también está presente en otros
medios de comunicación.

4.4- Formar opinión


Los distintos mensajes entregados por los medios de comunicación,
contienen la ideología de quienes elaboran la información
promoviendo la formación de opinión entre los receptores. Los medios
sociales ordenan e interpretan la la información facilitando la
comprensión de ésta entre los receptores.

4.5- Publicidad y propaganda


Esta función es propia de las sociedades modernas, debido a la
trascendencia económica que ella tiene, así persiguen la finalidad de
ofertar y conseguir consumidores para los distintos productos que se
ofrecen. De esta manera la publicidad y propaganda financian los
distintos tipos de programas presentados por los medios. Así también
persuaden para adoptar actitudes, conductas u otros.

Recuerda que la diferencia entre publicidad y propaganda es que la


primera busca vender productos o servicios. La segunda previene
ciertas conductas o situaciones y además busca adeptos.

5- La influencia de los medios de comunicación en el lenguaje

En el ámbito del lenguaje los medios ejercen una gran influencia. Ellos
son los responsables, por ejemplo, de la difusión de numerosos
extranjerismos. Por ejemplo en cualquier retransmisión deportiva
podemos escuchar play off por eliminatoria, break por rotura de
servicio, tie break por desempate, pressing por presión...; y sin los
medios de comunicación no cabría pensar que en español se hubieran
aclimatado términos como fútbol, penalti, córner, pívot, surf... Del
mismo modo, a ellos se debe la difusión de muchas palabras o
expresiones que se apartan de la norma: reportar en lugar de informar,
recepcionar en lugar de recibir, entreno en lugar de entrenamiento,
ganar de siete puntos en lugar de ganar por siete puntos, en orden a
en lugar de para.

Pero, a la vez, su capacidad para llegar a todos los rincones y a todas


las capas sociales contribuye a homogeneizar el lenguaje y, por tanto,
son un factor que evita la fragmentación del idioma.
ÉTICA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Cada vez que la moral o la ética son tema de debate, la influencia que
los medios masivos de comunicación ejercen en esos ámbitos aparece
a menudo en tela de juicio. La notable preponderancia que los mass
media, en especial la TV, tienen en las sociedades modernas, ha
valido como motivo suficiente para que incluso desde los sectores más
dispares se coincidiera en señalar a los medios como el principal
causante del problema en cuestión.

Pero ¿hasta qué punto los medios faltan a la moral pública y a la


ética?, ¿y cuáles serían las soluciones en esas situaciones?

Estas cuestiones no se pueden responder de manera simple, sino que


requieren un análisis y una explicación más amplios. Los medios de
comunicación masiva son, antes que nada, empresas y, como tales,
tienen en la información su principal producto de comercialización. Por
lo tanto, sus características, con pecados y virtudes incluidos, no
pueden entenderse fuera de la lógica empresarial de mercado.

El principal objetivo de los media (aunque no el único de importancia)


es vender y generar ganancias; y cuanta más, mejor. Pero es esta
intención, totalmente natural y legítima, la causante también de
grandes desviaciones conceptuales, morales y éticas.

En una época en la que hacer dinero de forma rápida y fácil parece ser
la máxima que obsesiona a la mayoría (no por nada es en esta época
cuando la especulación y el poder financiero han alcanzado mayor
auge y legitimidad), los medios no escapan a esta realidad. El caso
más paradigmático es, claro, el de la televisión, un medio que alguna
vez supo tener como funciones el informar, formar y entretener; a
nadie escapa que en los últimos años la de entretener (se podría decir
que a toda costa) ha relegado a las otras dos.
Esto se advierte con claridad en los informativos televisivos, cada vez
más orientados a la crónica rosa, las noticias curiosas, la publicidad
encubierta y la manipulación en la información de verdad relevante
para la vida de los ciudadanos.

Como explica Enrique Bustamante, catedrático de Comunicación de la


Universidad Autónoma de Madrid, «nuestros telediarios se han
convertido en efecto en programas contenedores en donde todo cabe
(...), desde reportajes sobre la alta cocina española hasta noticias
sobre los nuevos hoteles de lujo para cerdos»1. También sostiene que
la acumulación de noticias policiales junto a la más frecuente aparición
de historias referidas a los personajes del corazón «enlazan al
Telediario con los géneros dominantes en la programación televisiva
actual, en un punto de fusión entre la crónica negra, la rosa y
los reality».

A esto hay que sumarle el agravante de que este imperio


del entertainment, al extenderse en mayor o menor grado sobre todas
las prácticas televisivas, lo hace también sobre la radio y la prensa,
medios que hace años decidieron entregarse a los dictados de la TV.
Claro que hay excepciones, tanto en la TV como en radios y diarios,
pero la tendencia parece irrefrenable.

La TV es hoy más que nunca un pastiche donde lo estelar (por


espacio dedicado y por audiencias) está encarnado por reality
shows, talk shows, programas dedicados a la crónica rosa y a la
policial, y los deportes. Entre medio, algunos espacios quedan para los
programas cuya tarea es la de informar. Eso sí, siempre y cuando lo
hagan sin perder el espíritu del entertainment. Si bien todavía no se da
en igual medida, tanto la prensa como la radio se van
metamorfoseando según este modelo.

A los medios, además, se los acusa de mentir, manipular, terjgiversar


y ejercer la condena pública, y todo sin el menor reproche de
conciencia; es decir, sin respetar criterios éticos de la profesión. Estas
faltas de ética afectan a la credibilidad de los medios y de los
periodistas y generan rechazos, tal como quedó demostrado en
España, donde el grito de «¡Televisión, dimisión!» era entonado
durante las protestas contra la guerra en Irak, al pasar los
manifestantes delante de las cámaras de los telediarios.
EL CUARTO PODER

El periodismo, los medios en general, han alcanzado tal dimensión


que nadie duda de la influencia que tienen en la sociedad. De hecho
hasta se lo conoce como el cuarto poder. Y es en este incremento del
poder de los medios donde surgen los reclamos éticos. «Cuando el
poder se incrementa, el interrogante sobre los justos límites de ese
poder se vuelve inevitable», explica el intelectual francés Gilles
Lipovetsky2, para quien «las razones de la recuperación ética no hay
que buscarlas tanto en una así llamada degradación de la calidad de
la información como en el aumento del poder de los media como
nueva fuerza organizadora de la realidad social».

Este aumento del poder de los medios, exacerbado en las últimas dos
décadas, no puede entenderse si no se lo lee dentro de la lógica del
neoliberalismo imperante. Desde las caídas de la Unión Soviética y del
muro de Berlín, y con ello de cualquier tipo de contrapeso, el
neoliberalismo se extendió de manera imparable. Con el falaz pretexto
de el Fin de la historia, los promotores -y a la postre grandes
beneficiarios- del neoliberalismo a ultranza no encontraron mayores
impedimentos para que sus recetas se fueran aplicando a lo largo y
ancho del mundo.

MULTIMEDIOS Y PLURALIDAD

Así, en tan solo una década, el mapa de los medios ha ido cambiando
notablemente a medida que los países creían ciegamente en lo que
el pensamiento único proponía y se entregaban sin más al
neoliberalismo puro y duro. La creación de gigantescos multimedios,
mediante la fusión entre medios y la absorción de otros menores,
provocó una concentración nunca antes vista en todos los sectores de
la comunicación. Esta corriente de concentraciones llevó en poco
tiempo al surgimiento de oligopolios manejados por unas pocas firmas,
a menudo pertenecientes a megaempresas con fuertes intereses en
sectores económicos, financieros y políticos.

Lógicamente, esta situación provocó un considerable estrechamiento


de la pluralidad mediática, a la vez que las alternativas a
los pulpos mediáticos y a los numerosos medios que les pertenecen
se vieron más reducidas y acorraladas en su intención de hacerse oír.
Tomemos si no el caso de Estados Unidos, donde desde la década de
los 80 la concentración de los medios ha aumentado de forma
vertiginosa, tanto que en 2003 diez grandes empresas dominan el
sector3. «La mayoría de las grandes emisoras de radio, canales de
televisión, diarios y revistas ya están en manos de un puñado de
empresas», explica Eric Klinenberg, profesor de la Universidad de
Nueva York, al tiempo que se pregunta «¿Por qué asombrarse
entonces ante el parecido de las radios estadounidenses, los mismos
programas, los mismos formatos?». Y señala cómo el proceso de
concentración llevó a crear «un paisaje mediático donde los temas
consagrados al mundo de los negocios, el entretenimiento y los
artículos superficiales van en detrimento de investigaciones y
productos serios».

Klinenberg advierte que «la actual ola de concentraciones, al mismo


tiempo que empobrece la vida cultural de la nación, amenaza con
cubrir la variedad de opiniones e ideas que se observan en la
sociedad, con la voz reaccionaria de los conglomerados».

Similares situaciones se repiten en numerosos países donde los


grandes multimedios no hacen más que expandirse y con ello
incrementan su poder. Y es justamente el crecimiento de ese poder,
tal como indica Lipovetsky, lo que lleva a poner en duda la ética de los
medios. Así, los cuestionamientos éticos están a la orden del día:
desde los que ven con malos ojos la capacidad de los media de
modificar la vida económica, política, moral y cultural, hasta las quejas
por el recorte en la multiplicidad de voces y la tendencia a la
uniformidad del discurso, pasando por las críticas específicas a la
manera de hacer periodismo y a las condiciones laborales de los
trabajadores.

Todos estos aspectos cuestionan los valores éticos que rigen hoy a los
medios. Y no puede decirse que todos estos señalamientos hayan
caído en saco roto. Muy por el contrario, el malestar generado en
diversos ámbitos ha provocado una variedad de reacciones: se han
dedicado libros, ensayos y artículos analizando la realidad de los
medios y reclamando una vuelta a la ética.

Los libros de estilo, los manuales de ética y otros códigos del cómo
proceder y ejercer en los medios son signos de una saludable
actividad deontológica, pero tan solo con ello no alcanza. Como bien
indica Klinenberg, «la mayoría de los medios de comunicación están
dirigidos actualmente por empresarios formados en las business
schools (...). Cuando la información se convierte en mercancía, la
distinción entre las diferentes producciones periodísticas (información,
entretenimiento, info-entretenimiento) pierde sentido y con ella la
especificidad del trabajo de investigación». Por eso, si la lógica
empresarial con la que se maneja buena parte de los medios masivos
continúa ejerciéndose de manera estricta y sin dejar lugar para
atender a criterios éticos y periodísticos, difícilmente puedan esperarse
cambios sustanciales.

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