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Universidad Nacional de Rosario

Facultad de Humanidades y Artes


Carrera de Letras

Lingüística General II
Profesora:
Patricia Rogieri

Evaluación n.° 2
Rosario, 23 de julio de 2018

Bohnhoff, Leandro (B-3719/2)


1) Dentro de las postulaciones de Voloshinov, podemos identificar como objeto de estudio
el lenguaje, en tanto sus unidades (las palabras) conforman el objeto fundamental de las
ideologías y comparten las mismas propiedades: carácter semiótico, neutralidad, participación
en la conducta comunicativa, capacidad para volverse palabra interna y presencia obligatoria
en todo acto de consciencia (Cfr. Voloshinov, 1976: 27). Sobre la base del trabajo de Guba y
Lincoln (1994), podemos relevar los tres aspectos básicos que analizan —ontología,
epistemología y metodología— dentro de la teoría de Voloshinov.

El signo ideológico es un segmento material de la realidad que refleja y refracta.


Ontológicamente, podríamos enmarcar la teoría dentro de un “realismo ingenuo” (según
términos de Guba y Lincoln), ya que supone una realidad externa objetiva sobre la que pueden
converger las investigaciones. En palabras de Voloshinov, “la realidad del signo es totalmente
objetiva y se presta a un método de estudio objetivo, monístico, unitario. Un signo es un
fenómeno del mundo exterior” (Voloshinov, 1976: 21). Esto permitiría identificar una
epistemología basada en una suposición dualista y objetivista, en la que el investigador puede
determinar cómo es y cómo funciona realmente su objeto de estudio. Metodológicamente, es
necesario estudiar la realidad ideológica como superestructura inmediata de las bases
económicas. “La realidad de los fenómenos ideológicos es la realidad objetiva de los signos
sociales. Las leyes de esta realidad son las leyes de la comunicación semiótica y están
directamente determinadas por el conjunto total de las leyes económicas y sociales”
(Voloshinov, 1976: 24). En tanto teoría enmarcada en el marxismo, entendemos que su
metodología sería la dialógica/dialéctica.

2) Para poder adentrarnos en la polémica entre Chomsky y Foucault sobre la naturaleza


humana, en primera instancia, es importante hacer explícitos los puntos de vista desde donde
parten las teorizaciones de ambos intelectuales. Comencemos con la postura chomskiana. Su
interés se enfoca en el desarrollo de una “teoría matemática de la mente” (Chomsky et al., 1986:
17): una formulación abstracta que se pueda articular con datos empíricos y que, a su vez, tenga
la rigurosidad y la precisión de la ciencia matemática. El fundamento de nuestras capacidades
mentales tendría base biológica e inmutable (Cfr. Chomsky et al., 1986: 11). El conocimiento
y la creatividad que yace en su producción presuponen una limitación inicial: en un nivel bajo
de creatividad, estaría el lenguaje humano en el niño, un conjunto de restricciones cuya
combinatoria supone un número limitado de posibilidades y que le permiten, a partir de la
exposición a cierta lengua, convertirse en un sujeto hablante; en un nivel más alto de creatividad
y funcionando de manera análoga, estarían, , por ejemplo, los descubrimientos científicos y las

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creaciones artísticas (Cfr. Chomsky et al., 1986: 28). Por su parte, la postura foucaultiana se
enfoca en la historización del conocimiento que incluye dos direcciones de análisis: en primera
instancia, identificar cómo, en qué condiciones y por qué motivos se transforman las estructuras
de conocimiento (sin apelar al sujeto) y, por otro lado, comprender las reglas de producción de
conocimiento en un momento dado para identificar cómo producen en un individuo un
conocimiento nuevo e inédito (Cfr. Chomsky et al., 1986: 22). La diferencia entre el enfoque
de Chomsky y el suyo propio, dice Foucault, radica en que el primero debe introducir el dilema
del sujeto en el campo del análisis gramatical mientras que su proceder es el opuesto:
“introducir el punto de vista de la comprensión, de sus reglas, de sus sistemas, de sus
transformaciones de totalidades en el juego del conocimiento individual” (Chomsky et al.,
1986: 23).

A la luz de estos puntos de vista, podemos avanzar sobre las definiciones de naturaleza
humana. A partir del denominado “problema de platón” (esto es, que el niño, exponiéndose a
un número muy limitado y deficiente de informaciones lingüísticas, sea capaz de desarrollar
un conocimiento complejo y altamente organizado como es la lengua —es decir, volverse un
sujeto hablante—), Chomsky presupone un conocimiento instintivo en el ser humano, un
esquema que permite obtener un conocimiento complejo a partir de información fragmentaria,
al cual llama “naturaleza humana” (Cfr. Chomsky et al., 1986: 9). Incluso, agrega:

“si al menos fuéramos capaces (…) de especificar en términos de redes neuronales las propiedades de la
estructura cognitiva humana que le permiten a un niño adquirir estos sistemas complejos, no dudaría en
describir estas propiedades como elementos constitutivos de la naturaleza humana” (Chomsky et al., 1986:
11).

Foucault, por su parte, advierte sobre la necesidad de desconfiar de la noción de naturaleza


humana, en tanto las conceptualizaciones científicas no tienen el mismo grado de elaboración.
De manera homóloga al concepto de “vida”, la noción de naturaleza humana sirvió como
indicador epistemológico para designar discursos relacionados u opuestos a, por ejemplo, la
teología, la biología o la historia. En la historia del conocimiento, ocupa un lugar periférico en
el desarrollo conceptual científico y del cual se sirve para autodesignarse y diferenciarse de
otras prácticas discursivas (Cfr. Chomsky et al., 1986: 10-11). El interés, en todo caso, estaría
centrado en las transformaciones de la comprensión que dieron lugar a las diferentes
concepciones de naturaleza humana.

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Bibliografía

CHOMSKU, N., FOUCAULT, M. y ELDERS, F.. Naturaleza humana: justicia vs poder. Un debate.
Parte I: Acerca de la naturaleza humana. Buenos Aires: Katz. 2007.
GUBA, E. & LINCOLN, Y.. Competing paradigms in qualitative research en N. Denzin & Y.
Lincoln (eds.). Handbook of qualitative research. London: Sage. 1994 (hay traducción al
español).
VOLOSHINOV, V. El signo ideológico y la filosofía del lenguaje. Bs. As.: Nueva Visión. 1976.
Primera Parte, cap. 1. El estudio de las ideologías y de la filosofía del lenguaje.

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