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FACULTAD DE INGENIERÍA
ESCUELA ACADÉMICA PROFESIONAL DE ARQUITECTURA
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
SOSTENIBILIDAD MEDIOAMBIENTAL:
SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA:
SOSTENIBILIDAD SOCIAL:
El diseño de las ciudades debe minimizar las distancias de traslado entre vivienda,
trabajo y equipamientos y, a su vez, promover el desplazamiento en transporte
colectivo, a pie o en bicicleta.
La participación de los usuarios es imprescindible para un buen diseño,
planificación, ejecución y la posterior gestión.
ARTICULOS RELACIONADOS
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Los sistemas energéticos que fomenten el ahorro
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La movilidad
CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE
CONCEPTOS BÁSICOS
Estos criterios deberán ser puestos en marcha mediante parámetros que definirán
una actuación constructiva sostenible. La consecución de los mismos se debe
llevar a cabo mediante acciones concretas que influirán en uno o varios de los
puntos que se enumeran a continuación:
ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA
PANORAMA ACTUAL
Esta situación también marca, indica Carlos García, el fin del modelo urbanístico
inspirado en el Plan General de Ordenación Urbana, figura legal encargada de
trasladar a la realidad las teorías urbanas del movimiento moderno, “columna
vertebral” del urbanismo durante la mayor parte del siglo XX: las ciudades se
inundaron de pobreza y obsolescencia funcional, el poder político, abrumado por
agudas problemáticas sociales, comenzó a apoyar todo lo que significara la
creación de puestos de trabajo, el crecimiento urbano, uno de los factores que
podía dinamizar la economía, dejó de ser algo a controlar para pasar a ser algo que
había que fomentar a toda costa. De esta manera aparecieron los primeros
reclamos a favor de que la planificación se adaptase a la nueva realidad urbana,
una realidad cambiante y conflictiva que no se podía abordar desde los objetivos a
largo plazo de los planes generales tradicionales, era necesario redefinir, por lo
tanto, los instrumentos urbanísticos heredados del movimiento moderno. Sin
embargo, indica García, no se definió un cuerpo teórico eficaz, por lo que, al
reactivarse el crecimiento económico en la década de 1980, los técnicos
arrinconaron los planes generales y las normas urbanísticas para lanzarse a los
brazos de los inversionistas privados. A partir de entonces la ciudad comenzó a
proyectarse de manera parcial y a corto plazo, la desregulación tardo-capitalista
había llegado al urbanismo: se desmantelaba el sistema de planificación para dar
paso a la “ciudad de los promotores”.
El carbón primero que hizo posible el ferrocarril y sustentó la avanzada del maquinismo, la electricidad
después y, finalmente, el petróleo, han determinado el surgimiento de la ‘energépolis’, la ciudad
concentrada y dispersa a la vez, construida desafiantemente por obra de un ingenio civilizatorio,
supuestamente respaldada por un flujo incesante y ampliable sin límites, de energía barata.
Un modelo urbano pospetróleo debe contar con una red accesible y consolidada de
transporte público eléctrico, con zonas peatonales y ciclovías; esta red debe ubicar
nodos y puntos de enlace en núcleos urbanos específicos, las políticas de
transporte y de uso del suelo deben estar integradas. Las diferentes zonas de la
ciudad deben mezclar funciones (uso mixto) ofreciendo servicios comerciales,
gubernamentales, educativos, de recreación, etc., favoreciendo el crecimiento en
altura (cuatro niveles a lo mucho) en vez de su extensión, pero evitando que la
densidad sea demasiado alta para no generar problemas sociales o ambientales.
Debe fomentarse una concentración descentralizada.
El modelo esbozado pretende servir de guía para adaptar los sistemas urbanos a
las nuevas condiciones energéticas, es indudablemente perfectible, esa adaptación
debe hacerse a través de políticas concretas, con instrumentos legales, con
esquemas de financiamiento y fiscalización (marco institucional). El ingenio
humano, la búsqueda de soluciones para problemas comunes, la organización
comunitaria y empresarial, la intuición de los comerciantes para detectar
oportunidades de negocio, la desesperación, la inercia que ha condicionado el
crecimiento urbano, las fortalezas y debilidades del sistema político local, entre
otros factores, se conjugarán para dar forma y vida a las ciudades que surgirán
durante y después de la transición energética.
Ahora bien, este modelo señala aspectos tecnológicos que van más allá de los
alcances de este análisis y del urbanismo en general, son temas relacionados con
la ingeniería, como el desarrollo de paneles solares, aerogeneradores, materiales,
equipos, etc. Lo que interesa destacar en este artículo es la dimensión territorial del
modelo urbano pospetróleo, que se expresa específicamente en la planeación
urbana y uso del suelo, el aprovechamiento de fuentes renovables de energía y el
metabolismo urbano.
La idea central de la planeación urbana y uso del suelo bajo una lógica pospetróleo
es promover la concentración descentralizada y el uso mixto del suelo, teniendo en
cuenta el clima y la insolación de la región. Se recomienda:
a) BIOCLIMATISMO:
b) DENSIDAD URBANA:
METABOLISMO URBANO
La crisis ambiental hace que desde finales de la década de 1980 se vuelva a poner
especial atención a los estudios sobre el metabolismo urbano, tanto por los
recursos demandados como por los residuos generados, destacando el concepto
de “huella ecológica” formulado por William Rees. Describir los flujos de agua,
materiales y energía de una ciudad moderna es un problema que el mismo Wolman,
pionero en el estudio de este tema, ya reconocía como imposible por la cantidad de
datos que deben recopilarse. Sin embargo, es necesario hacer estudios que
permitan aproximarse a la dinámica económica-energética-ecológica que sostiene
a los sistemas urbanos.
A) AGUA:
B) MATERIALES:
C) RESIDUOS:
D) ALIMENTOS:
GESTIÓN URBANO-ENERGÉTICA
Conclusión
La cuestión energética debe plantearse más allá del discurso del desarrollo
sostenible, no analizarse como un problema ambiental, sino como un problema en
sí mismo que tiene consecuencias en el desarrollo y la sostenibilidad social y en el
medio ambiente. Indudablemente el consumo energético tiene un impacto
ambiental —precisamente por esto se le trata como una variable de este tipo—,
pero también es un fenómeno económico y los patrones energéticos se reflejan en
la dinámica territorial y los requerimientos espaciales. La transición ordenada a un
mundo pospetróleo plantea desafíos de planificación que van más allá del deterioro
ecológico: la energía posibilita lo urbano, el petróleo barato conformó las ciudades
y áreas metropolitanas durante el siglo XX. Una de las características de ese siglo
fue la energía barata; la primera mitad del siglo XXI, al menos, no será así. Esto no
lo discute Agenda 21.
BIBLIOGRAFÍA
https://www.construmatica.com/construpedia/Urbanismo_Sostenible
https://www.construmatica.com/construpedia/Categor%C3%ADa:Eficiencia
_Energ%C3%A9tica
http://habitat.aq.upm.es/suyte/c-03.pdf
file:///C:/Users/Usuario.DESKTOP-
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ANISMO.pdf