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Las bacterias son microorganismos que corresponden al reino procariota de modo que
constituyen una estructura celular simple y sin membrana nuclear. Conforme al concepto
actual son integrantes del dominio bacteria. Las bacterias son consideras como organismos
de vida libre, debido a que consiguen crecer sin auxilio de otro organismo superior (Negroni
, 2009).
La fisión binaria (Figura 1) se produce a cabo a través de una serie de pasos ordenados
que inician con la obtención, por parte de la bacteria, de los requerimientos nutricionales
que se encuentran en el ambiente en que se desarrollan. Los nutrimentos conseguidos por
la célula, auxilian a la síntesis de sustancias como el ADN, el ARN, las proteínas, etc. Esto
induce que la célula aumente su masa y su tamaño (crezca). Posteriormente, se sintetizan
los componentes de la pared celular transversal y se inicia la fisión que da como resultado
dos células nuevas (Garcia, 2004; Tortora & Funke, 2007).
Los virus son parásitos intracelulares estrictos, es decir, poseen un requerimiento absoluto
de las células huésped vivas para multiplicarse. Se diferencian de otros agentes infecciosos
debido a su pequeño tamaño que los hace especiales. Ciertos virus pueden tener tamaños
similares al de pequeñas bacterias como las rickettsias. Las discrepancias fundamentales
entre los microorganismos y virus radican en que los virus demuestran una organización
muy simple, su replicación y la necesidad de una célula hospedadora para lograr replicarse.
Las características distintivas verdaderas de los virus se relacionan con su organización
simple y su mecanismo de replicación (Zaragoza Crespo et al., 2008;Tortora & Funke,
2007).
Los virus poseen en su estructura un único ácido nucleico, aunque ello no implica que
puedan algunas virus puedan convertir su genoma de ARN a ADN dentro de la célula
infectada. Por lo que carecen de actividad metabólica y carecen de ribosomas. Estas
características hacen que dependan del proceso celular eucariota (células animales o
vegetales) o procariota (células bacterianas). Es por ello que se consideran parásitos
celulares obligados, debido a que el genoma vírico dirige la síntesis de los componentes
víricos por parte de los sistemas celulares de síntesis. Una vez sintetizados todos sus
elementos se ensamblaran los viriones en la célula parasitada (Zaragoza Crespo et al.,
2008;Tortora & Funke, 2007). En resumen la replicación vírica se puede dividir en cinco
etapas (Figura 2), las cuales consisten:
Hongos
Los hongos son microorganismos eucariotas que poseen núcleo bien definido, mitocondria,
aparato de Golgi y retículo endoplásmico. Los hongos son un grupo muy diverso en cuanto
a morfología, fisiología y reproducción. Son organismos talosos que presentan una pared
celular de quitina, lo cual les confiere una gran resistencia a todo tipo de factores abióticos
y bióticos que puedan atacarlos. Los hongos no poseen clorofila, por lo tanto no pueden
hacer fotosíntesis: son heterótrofos. (Murray et al., 2009; Fontúrbel et al., 2007).
El cuerpo de casi todos los hongos es un micelio, que es una masa entretejida de filamentos
de una célula de espesor, parecidos a hilos llamados hifas. Según la especie de que se
trate, las hifas consisten en células individuales alargadas con diversos núcleos, o bien,
están subdivididas por tabiques llamados septos en muchas células, cada uno de los cuales
tiene uno o varios núcleos. Los septos tienen poros que permiten el flujo del citoplasma
entre las células para distribuir los nutrimentos. Los hongos no puede desplazarse, aunque
compensan la falta de movilidad con canutillos capaces de crecer rápidamente en cualquier
dirección en un medio idóneo (Audesirk et al.,2013).
A diferencia de las plantas y animales, los hongos no forman embriones. En cambio los
hongos se reproducen un gran número de esporas, de forma sexual o asexual. Las esporas
pueden ser transportadas por el viento o agua a grandes distancias y, si aterrizan en un
sitio húmedo en donde a haya alimento, germinan y producen nuevos micelios. En la figura
4 podemos apreciar de forma general el ciclo general de vida de los hongos (Campbell &
Reece, 2007; Audesirk et al.,2013).
- Reproducción sexual
Los núcleos de las hifas y esporas de la mayoría de las especies son haploides, a excepción
del estadio diploide transitorio que se produce durante el ciclo de vida sexual. La
reproducción sexual de muchos hongos implica la especialización de partes de las hifas en
la formación de gametangios. Los contenidos de un gametangio, como los de un
esporangio, están separados de la hifa lo que ha originado por una membrana celular y una
pared completa conocida como septum. La reproducción sexual puede ocurrir en distintas
formas: 1) por fusión de gametos liberados del gametangio 2) por fusión de gametangios o
por fusión de hifas no especializadas (Curtis, 2011; Campbell & Reece, 2007).
Por lo general, la reproducción sexual de hongos comienza cuando las hifas de dos micelios
diferentes liberan moléculas de señalización sexual, denominadas feromonas. Si los
micelios son de distintos tipos de apareamientos, las feromonas de cada uno se unen a los
receptores de la superficie del otro, y las hifas se extienden hacia donde provienen las
feromonas. Al encontrarse, las hifas se fusionan. Esta prueba de compatibilidad contribuye
a la variación genética, al evitar que se fusionen hifas del mismo micelio o de micelio
genéticamente idénticos (Campbell & Reece, 2007).
La unión del citoplasma de los dos micelios progenitores se conoce como plasmogamia. En
muchos hongos, los núcleos haploides aportados por cada progenitor no se unen de forma
directa. En muchos hongos, los núcleos haploides aportados por cada progenitor no se
unen de forma directa. En cambio, hay partes del micelio que contienen núcleos
genéticamente diferentes. Este tipo de micelio se conoce como heterocarion. En algunas
especies, los micelios heterocariontes forman mosaicos en los que los diferentes núcleos
se ubican en distintas partes de la red. En otras especies, los distintos núcleos se mezclan
e incluso pueden intercambiar cromosomas y genes en un proceso similar al
entrecruzamiento. En algunos hongos, los núcleos haploides se disponen en cada célula,
uno de cada progenitor. Este tipo de micelio es dicarionte. A medida que crece un micelio
dicarionte, los núcleos de cada célula se dividen en tándem (en serie) sin fusionarse
(Campbell & Reece, 2007).
Pueden transcurrir horas, días, o incluso siglos entre la plasmogamia y el siguiente paso
del ciclo sexual, la cariogamia. Durante la cariogamia, los núcleos haploides aportados por
ambos progenitores se fusionan y producen células diploides. Los cigotos y otras
estructuras transitorias se forman durante la cariogamia, que es el único estadio diploide en
los hongos. La meiosis restaura la condición haploide, y entonces, el micelio produce
estructuras reproductivas especializadas que producen y dispersan las esporas.
Los procesos sexuales de cariogamia y meiosis generan una variación genética extensa,
que es un requisito importante para la adaptación evolutiva. Los organismos
heterocariontes también poseen algunas ventajas de la situación diploide, ya que un
genoma haploide puede compensar las mutaciones nocivas que ocurren en el otro
(Campbell & Reece, 2007).
- Reproducción asexual
Otros hongos que se asexuados son las levaduras, las levaduras se reproducen de forma
asexual por división celular simple o por desprendimiento de pequeños brotes celulares de
una célula progenitora. Algunas especies de levaduras pueden crecer como micelios
filamentosos, según la disponibilidad de los nutrientes. Las levaduras también se pueden
reproducir de forma sexual (Campbell & Reece, 2007).
Levaduras
- Reproducción asexual
- Reproducción sexual
La realizan mediante ascosporas. Se inicia con dos células positiva y negativa que se
aproximan, dándose plasmogamia, luego la cariogamia y el resultado final son ocho
ascosporas en un asca (Figura 6).
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Referencias
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