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Después del nacimiento del bebé, la siguiente consulta debe ser entre 2 y 3 días

después de llevar el bebé a casa (para niños que están siendo amamantados) o
cuando el bebé tiene 2 a 4 días (para todos aquellos bebés que han sido dados de
alta del hospital antes de los 2 días de haber nacido). Algunos proveedores demoran
la consulta del bebé hasta que cumple 1 a 2 semanas en el caso de padres que ya
han tenido hijos anteriormente.
De ahí en adelante, se recomienda que las consultas se den en las siguientes
edades (su proveedor puede pedirle que agregue u omita consultas dependiendo
de la salud del niño o de la experiencia de los padres):
1 mes, 2 meses, 4 meses, 6 meses, 9 meses, 12 meses, 15 meses, 18 meses, 2
años, 2 1/2 años, 3 años, cada año de ahí en adelante hasta cumplir los 21 años.
En estas consultas se toman en cuenta la adecuada nutrición, crecimiento y
desarrollo psicomotor del niño, se le invita a los padres a realizar todas las
inmunizaciones, se recomiendan ciertos hábitos como la actividad física, se les
habla a los padres acerca de la prevención de accidentes y se les explica los
factores de riesgo, se le da vigilancia y seguimiento al crecimiento del niño.
Consejos de nutrición:
La buena nutrición es una condición fundamental para el crecimiento y el desarrollo
normal. La dieta y sus contenidos influyen en todas las esferas del desarrollo
psicomotor desde las etapas más tempranas, situación justificada por el importante
crecimiento cerebral en los dos primeros años de la vida y el progreso de la
mielinización.
Entre los 2 y 5 años de edad la alimentación del niño se caracteriza por la
participación activa del medio que los rodea; debido a su capacidad que adquiere
en el lenguaje y la socialización por su edad.
-Dieta apropiada para la edad (dieta equilibrada)
-Lactancia materna
-Dieta y desarrollo intelectual
-Fluoruro en la dieta
-Fórmulas para lactantes
-Obesidad en los niños
El monitoreo del desarrollo infantil en términos físicos, cognitivos y
socioemocionales representa una oportunidad en la detección de riesgos y
problemas para ofrecer una atención oportuna, que tendrá un impacto positivo a un
costo más bajo.
El desarrollo psicomotor es un proceso continuo y se da de forma ordenada. Cada
etapa representa un nivel de madurez con características muy singulares en cada
área: sensorial, motora, comunicativa y cognitiva.
Los signos de alarma neurológicos que se pueden presentar a cualquier edad, son:
 Macrocefalia.  Microcefalia.  Movimientos oculares anormales.  Hipotonia. 
Arreflexia osteotendinosa generalizada.
El desarrollo neurológico en el menor de 5 años en las áreas motriz gruesa, motriz
fina, lenguaje y socialización se evalúa por medio de la Prueba de Denver Revisada.
La probabilidad de retraso psicomotor en el menor de cinco años es alta cuando dos
áreas se encuentran afectadas.
El sistema nervioso central de el/la niño/a es un órgano dotado de enorme
plasticidad, su desarrollo está condicionado por todo un conjunto de influencias
externas, interacciones con los padres, estímulos sensoriales ambientales,
alimentación y enfermedades.
Es importante detectar el retraso en cualquiera de sus esferas en el primer año de
edad, ya que es el momento ideal de lograr mayor grado de rehabilitación del menor
de cinco años. Esto se debe por la plasticidad cerebral, la cual disminuye a partir
del segundo año.
Los controles recomendados son: • A los 28 días y 6 meses, valorar el
comportamiento visual y descartar anomalías oculares. • De 6 meses a 2 años,
realizar pruebas de oclusión para detectar estrabismo o ambliopía. • Mayores de 2
años, medir la agudeza visual con los optotipos infantiles.
Inmunizaciones
El cuadro básico de vacunación ha sufrido grandes cambios en beneficio de la
población, con inclusión de nuevas vacunas, entre las que destacan la Vacuna
Conjugada contra 13 serotipos de Streptococcus pneumoniae, la vacuna contra
Papilomavirus humano, la vacuna contra Poliovirus parenteral, la vacuna contra
Hepatitis B al nacimiento y la actualización anual contra los diferentes serotipos de
Influenza A. Además, se debe de tener en cuenta por parte de todo el personal de
salud que atiende niñas/niños que existen las Semanas Nacionales de Salud, que
tienen como objetivo mantener el control y la eliminación de Enfermedades
Prevenibles por Vacunación y que debido al corto periodo en el que se establecen
tienen un impacto epidemiológico importante.

Respecto a la mortalidad en niños menores de 5 años, se dice que la distribución


de las defunciones infantiles por sexo ha permanecido estable. Se observa un
notorio predominio del sexo masculino, cuyo comportamiento es de carácter
universal: 56% de muertes en hombres vs 44% en mujeres. En cuanto a la
distribución según la edad del menor en el momento de la muerte —mortalidad
neonatal y postneonatal— la brecha continúa abriéndose en forma clara: como
mortalidad neonatal (menores de 28 días) se observan 18,151 muertes, lo que
representa 63% del total, mientras que el 37% corresponde a la mortalidad
postneonatal (entre 29 días y un año de edad), con 10,696 muertes.
Los accidentes infantiles que más ingresos ocasionan son los traumatismos y las
quemaduras.
Los traumatismos producen el 90% de las lesiones por accidente, las intoxicaciones
entre el 2- 4% y las quemaduras el 2%.
La edad más frecuente de consulta hospitalaria por accidente es de 2 a 3 años, y
hay dos picos de frecuencia importantes entre 1 y 3 años y entre 11 y 14 años.
Existen grandes variaciones según la edad, sexo y el nivel socio-económico.
Las principales causas de muertes infantiles en España son las mismas que en el
resto de la Unión Europea: accidentes de tráfico, ahogamientos, homicidios, caídas,
quemaduras y suicidios.
La mortalidad por accidentes infantiles ha descendido de una manera notable en los
últimos años, aunque existen grandes diferencias entre comunidades autónomas.
 Accidentes de tráfico (48%). La tasa de mortalidad infantil por esta causa es
de 3,23 por 100.000 habitantes.
 Lesiones no intencionadas (21%). Atragantamiento, asfixia y
estrangulamiento que, aunque son menos frecuentes, suelen tener
mas gravedad.
 Ahogamientos (13%). Los varones de 1 a 4 años son la población más
vulnerable. Entre los niños que sufren accidentes por inmersión la tasa de
mortalidad puede llegar al 50%.
 Caídas (6%). Aunque son el principal motivo de consulta en los servicios de
urgencias.
 Fuego (3%). Fundamentalmente por incendios en los hogares. Aunque, son
muy frecuentes las escaldaduras y quemaduras por contacto producidas al
derramarse líquidos calientes o con el agua del grifo, al tocar objetos
calientes (planchas o radiadores) o al manipular cerillas y mecheros
abandonados por los adultos.
 Envenenamientos o intoxicaciones (2%). Hay que tener en cuenta que
muchos de los productos de limpieza, así como, alcohol, pesticidas,
medicinas y cosméticos que habitualmente se utilizan en los hogares pueden
intoxicar a los niños. Los niños de menos de 5 años son el grupo más
expuesto al envenenamiento (ingestión involuntaria de productos tóxicos);
entre 9 y 24 meses son especialmente vulnerables.
Más del 90% de las intoxicaciones suceden en el hogar.

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