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Una cosmovisión cristiana del gozo

Introducción

Para el mundo, el gozo o la felicidad son sentimientos que experimentamos y significan

prosperidad, energía positiva y salud. El gozo se obtiene a través de diversas fuentes, sobre

todo de la fuente que más te satisfaga y te agrade, porque al final el gozo depende de que

tus metas y anhelos estén cumplidos. Es decir, el gozo y la felicidad son sinónimos y son

relativos para cada persona. Cada persona es responsable de su gozo y de su felicidad, estos

son al parecer, los bienes y los sentimientos más preciados. En cambio, muchos creyentes

hoy día, asumen la felicidad también como sinónimo de gozo.

Hay una creencia fuerte dentro de las iglesias evangélicas, que el creyente cristiano, no

puede estar triste, y mucho menos deprimido. Se piensa que el creyente debe estar

prosperado, y parte de esa prosperidad es el bienestar de la riqueza y la felicidad. Sin

embargo, resulta que, aunque muchos han aceptado a Cristo Jesús como Salvador y Señor

sus nuestras vidas, generalmente cuando las cosas no van bien, surge la enfermedad,

aparecen las dificultades laborales, matrimoniales, económicas, o se presenta una pérdida

de un familiar, una situación de incertidumbre, llegamos a perder la felicidad o gozo, la

alegría, el entusiasmo y en ocasiones la fe.

I. ¿Gozo o felicidad?

Ante esto, surge la pregunta ¿Es el gozo lo mismo que la felicidad? Aún más, aparecen

otras cuestionantes si estos fueran distintos, ¿cuáles son sus diferencias?, ¿De qué depende

el gozo de una persona?, ¿Cuál es la relación del gozo con la felicidad?, ¿Cómo puede una
persona obtener gozo o felicidad?, ¿Cuándo se pierde el gozo o la felicidad?, ¿Es posible

encontrar la felicidad en el placer? Por lo que, en estas líneas, trataremos de dar respuesta a

algunas de estas cuestiones desde el punto de vista bíblico y exponer a la vez las posiciones

del mundo.

A. Gozo, felicidad y placer según el mundo y sus investigaciones

De acuerdo con el mundo, el gozo es un sentimiento de placer, satisfacción, alegría,

regocijo, por el disfrute de una cosa, acto o acción que conlleva por lo poseído o el placer

por haber realizado con buen fin una meta. Esto hace que se produzca una emoción, la cual

se siente al completar algo que gusta en demasía. Consiste en manifestar la fe de obtener

algo deseado, anhelado, y que produce alegría intensa y placentera que experimenta una

persona al sentirse satisfecha. En resumen, el gozo es un sentimiento de complacencia en la

posesión, recuerdo o esperanza de bienes o cosas apetecibles.

En ese mismo sentido, la definición de felicidad que ofrece el Diccionario de la Real

Academia Española de la Lengua es que esta es un estado del ánimo que se complace en la

posesión de un bien, implica satisfacción, gusto, placer contento, suerte feliz. Sin embargo,

la RAE en su definición más reciente la define como un estado de grata satisfacción

espiritual y física. Implica que la felicidad la tiene una persona, situación, objeto o conjunto

de ellos que contribuyen a hacer feliz, además de que carece de inconvenientes o tropiezos.

En conclusión, la felicidad es sinónimo de gozo y esta tiene una concepción material,

basada en la posesión de un bien, o también vista como un concepto mixto, formado por

una satisfacción espiritual y física.


El mundo también, tiene consejos relacionados a la felicidad y a la obtención del gozo. De

acuerdo con George Eliot, debemos ser fuerte y optimistas. El autor establece que para ser

felices es importante, que no nos dejemos llevar por las circunstancias. Debemos evitar a

toda costa que la tristeza entre y arruinen nuestra vida. Si la tristeza es inevitable, el autor

nos recomienda mantener nuestra cabeza en alto y aconsejarnos a nosotros mismos y

decirnos que la está llena de esperanza, retos y de giros inesperados y sorpresas. Eliot,

afirma que para ser felices debemos buscar el lado positivo de las cosas, ya que a menudo

sucede algo en nuestras vidas que interpretamos como algo negativo, pero, que al final

cuando lo vemos bien, notamos que no hay mal que por bien no venga.

De acuerdo con la ciencia, para ser feliz y gozosos debemos hacer un esfuerzo mayor por

reírnos mucho diariamente. Es recomendable que para ser felices las personas sigan sus

instintos y que no piensen demasiado en sus decisiones. Esto se debe a que los científicos

afirman que, si sigues tus instintos, eres menos propenso a cuestionarte cómo saldrían las

cosas con las otras opciones. También, algo que contribuye a la felicidad en un individuo y

al gozo de acuerdo con los científicos es el ser generoso y compasivo. Aunque la creencia

general es que las grandes cantidades de riqueza nos dan alegría y felicidad, se ha

comprobado que el dinero aumenta la felicidad hasta cierto nivel, en donde las necesidades

básicas se cumplen. En cambio, después de eso, el dinero no hace más feliz a las personas,

sino que lo que "hace" feliz es la compasión, de acuerdo con las investigaciones. Varios

estudios, han encontrado que las personas que ven a otras personas dar dinero

caritativamente las hace tan felices como haber recibido ellas el dinero. Eso significa que

debemos de encontrar la manera de ser tan compasivos como podamos. Dar dinero, ser
voluntario en el banco de comida local, ayudar a un equipo con sus tareas, y otras

actividades de generosidad para ser muy felices. Finalmente, las investigaciones también

demuestran que para ser felices y tener gozo las personas necesitan mantenerse muy

ocupados. Las investigaciones han demostrado que las personas que se mantienen ocupadas

son más felices que las personas que están de ociosas. Los estudios demuestran que el

tiempo libre es deprimente y roba el gozo, además de que contraproducente por el ocio. Se

sugiere que para ser feliz y tener gozo, las personas puedan ser muy activas y piensen en el

poco tiempo con el que cuentan en la vida.

A través de las investigaciones, se ha determinado que el gozo y la felicidad se obtienen a

través del perdón. Es importante según los investigadores que aprendamos a perdonar a los

demás. Ya que el perdonar es un acto de dejar el pasado atrás. Para ser feliz es necesario

que las personas puedan encontrar la manera de perdonar a las demás personas de corazón,

incluso las que no lo merecen o no están dispuestas a perdonar, al hacer esto, los estudios

dicen que seremos personas más felices. El hecho de perdonar a otras personas hace que en

el cuerpo se reduzca la presión sanguínea, bajan los niveles de estrés general y disminuya el

ritmo cardíaco.

En otro orden, los motivadores y líderes de mercadeo y emprendedurismo han influido al

mundo y establecen que para ser feliz y tener gozo es clave escuchar mensajes positivos e

inspiracionales. Estos, deben de provenir de libros, o simplemente en frases del internet o

asistir a charlas interesantes. En resumen, para los motivadores y constructores de equipos

el mundo está lleno de mensajes inspiracionales, solo necesitamos aprender a buscar para
poder ser más felices. Entre las frases que mejor se recomiendan para salir al encuentro de

“uno mismo”, reflexionar y poder encontrar lo que “nos hace” felices y gozosos están:

“Los retos hacen que la vida sea interesante y superarlos es lo que hace que la vida tenga

sentido”, “La mejor venganza es el éxito rotundo”, “Nadie nunca escribió un plan

para sentirte deprimido o ser gordo, flojo o estúpido. Esas cosas suceden cuando no

tienes un plan” y "Nunca es muy tarde para ser lo que pudiste haber sido” (Marine,

Sinatra, Windget, Eliot, s.f.).

Finalmente, podemos encontrar la felicidad en otras personas reuniéndonos con ellas,

valorándolas, aceptándolas tal y como son, aceptándonos a nosotros mismos y teniendo

conversaciones profundas con las personas. Un estudio ha encontrado que las personas que

tienen conversaciones profundas experimentan más felicidad y gozo que la personas que

sólo tienen conversaciones cortas y hablan de cosas triviales.

II. Gozo en la Palabra de Dios

A. Concepto bíblico del gozo

En cambio, los cristianos debemos hacer un esfuerzo por distinguir entre felicidad y gozo.

En la Escritura, gozo es sinónimo de regocijo y existen aproximadamente unas 150

referencias de estos términos entre el griego y el hebreo. Además, se distingue claramente

en la terminología de la Biblia, que gozo y placer no son acepciones, ni tienen significados

similares. La Biblia en todo tiempo habla de gozo, como uno de los frutos del Espíritu

(Gálatas 5:22), nunca se usa la palabra felicidad y establece claramente que este es

producto de una relación correcta, personal y de cerca con Dios. El gozo es para los
creyentes un estado de deleite y bienestar que resulta de conocer y servir a Dios. El gozo no

es algo que podamos producir por nosotros mismos, o crear por nuestro propio esfuerzo.

En cambio, el placer, usa un término en la Biblia similar a lo que conocemos como

hedonismo y se refiere a este como una característica de los falsos maestros y de los

hombres amadores de sí mismos, de sus placeres, sueños y metas, pero no amadores de

Dios (2 Tim 3:4). Aunque el mundo no distingue entre placer, gozo y felicidad, la Escritura

es clara en esto y nos advierte de la búsqueda del placer autoindulgente no conduce ni a

felicidad ni a satisfacción. Vemos como en Eclesiastés 2:11, se presenta el testimonio de

alguien que buscó reconstruir su vida en base al placer, al trabajo, al esfuerzo y la búsqueda

de esto le dejó vacío, afligido, sin provecho alguno y desilusionado. Vivir en búsqueda de

los deleites, la felicidad, el placer o el gozo, hace que el hombre caiga en un círculo

viciosos y en una fuerte adicción, que lo conduce a una muerte en vida (Tito 3:3 y Tim 5:6).

La Escritura nos recuerda que nuestras circunstancias pueden cambiar, y de hecho ya Cristo

nos ha advertido que en el mundo tendremos aflicción en el mundo a pesar de nuestros

esfuerzos (Juan 16:33). Si contamos con Cristo como nuestro Salvador, nuestra relación

con Él nunca se verá afectada; lo cual nos permite tener gozo en cualquier situación, tal y

como afirma Proverbios 14:13 al plantear que “Aun en la risa tendrá dolor el corazón”; Y,

al decir, gozo, hacemos la distinción de la felicidad y el placer, ya que estos son

sentimientos diferentes y efímeros que dependen de las situaciones, de nosotros y de la

realización de las metas egocéntricas del hombre.

B. Las circunstancias y el gozo


Vemos que cuando el apóstol Pablo escribió la carta a los Filipenses estaba en una prisión,

encadenado a un soldado romano. Pablo no estaba seguro de lo que podría sucederle,

sabíamos que estaba sufriendo y en estas condiciones podríamos pensar que no tenía gozo,

pero sorprendentemente, a pesar de sus circunstancias, en toda la carta se expresaba el gozo

cumplido. Finalizando la carta, el apóstol nos indica que debemos, como mandato o consejo

“Regocijarnos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!” (​Fil 4.4​). Pablo, tenía

muchas razones por las cuales debía sentirse abatido y desolado, pero no puso su mirada en

la cárcel, el soldado o las cadenas, sino en su relación personal con el Señor. En medio de

las dificultades, Pablo tenía un gozo incomprensible que sobrepasó su circunstancia y este

solo viene por medio del denuedo del Espíritu Santo.

La felicidad depende de las realidades, pero el gozo depende de nuestra relación con

Jesucristo. Aunque muchas personas desean y buscan una vida feliz, solo los cristianos

tenemos el privilegio de permanecer gozosos en todo momento, gracias a la relación

personal que tenemos con Jesucristo, quien nos sostiene. La felicidad puede ser definida

como una alegría pasajera, como un sentimiento de este mundo; pero el gozo solo proviene

de Dios. Dios se regocija en sus obras creadoras y en la redención de su pueblo (Salmos

104:31 e Isaías 65:18). Pablo, tenía el gozo de Dios. Al ser salvos, el Espíritu Santo nos

sella como hijos de Dios (Gálatas 5:22) y nos ayuda a enfrentar dificultades y avanzar por

las situaciones oscuras con confianza y contentamiento (Santiago 1:2).

La Escritura nos advierte de poner nuestra mirada firmemente en Cristo y en los asuntos de

su reino (Colosenses 3:2 y Hebreos 12:2). Si ponemos nuestra mirada en las dificultades y

en el dolor y no en Cristo, quedaremos atrapados por nuestras realidades. Por esa razón
algunos se rinden ante problemas pequeños, mientras que otros permanecen firmes ante

dificultades mayores. La diferencia radica en un cimiento inconmovible de gozo en Cristo,

como el que tenía Pablo. Observemos que Pablo, nunca mencionó sentirse triste por su

encierro, ni se quejó de la situación, ni protestó por el hecho de que Dios no lo había sacado

de la cárcel, pues su enfoque estaba en proclamar a Cristo. Cada vez que había un cambio

de guardia, Pablo aprovechaba esa oportunidad para compartir el evangelio.

Tristemente, la realidad de Pablo no le daba muchos motivos para el regocijarse, estando

como prisionero en una celda, y sin la libertad para viajar alrededor del Imperio romano

con el propósito de predicar el evangelio y fundar nuevas iglesias. Sumado a esto, otros

líderes de la iglesia añadían a su sufrimiento haciendo falsas acusaciones contra él. El

apóstol estaba en una situación de incertidumbre y posiblemente a punto de muerte. Sin

embargo, en medio de todo eso, se mantuvo gozoso en el Señor, con la seguridad de que,

aunque muriera, sería llevado ante la presencia del Dios vivo (Fil 1:21).

C. La verdadera fuente de gozo

Al igual que Pablo tenemos el mismo privilegio pues el Espíritu de Dios mora en nosotros.

Podemos ver las dificultades como un beneficio, pues durante esos tiempos es cuando más

crecemos. Así que podemos regocijarnos aun cuando Dios no nos libre de los problemas y,

nunca debemos pensar que es nuestra responsabilidad asegurarnos de que todo salga tal

como deseamos, pues nada depende de nosotros, nuestra vida está en el control del Señor.

Solo debemos confiar en que el Señor proveerá para nuestras necesidades de acuerdo a su
voluntad y solo así entonces podremos regocijarnos en Él, al permitir que nuestra vida esté

cimentada en el inconmovible fundamento de su gozo (Romanos 8:28, Santiago 1:2 al 4).

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre, templanza” (Gálatas 5.22, 23). Al estar llenos del Espíritu Santo podemos

tener gozo sin importar la situación que enfrentemos. Su presencia en nosotros no depende

de lo que sintamos, así que nunca debemos pensar que nos abandonará o estaremos

separados (Romanos 8:35 al 39). Que enfrentemos dificultades y sufrimientos no significa

que Dios se haya alejado de nosotros, nuestra tarea es gozarnos a pesar de la condición del

contexto (Habacuc 3:18). Las condiciones cambian cada día, pero nuestra relación con

Cristo es inmutable y eterna. La relación que Pablo tenía con Cristo estaba por encima de

su propia situación; y lo mismo ocurre en nuestro caso. El gozo también puede ser una

realidad en nuestra vida, es la persona de Cristo mismo en nosotros, es un asunto de fe, no

es solo un sentimiento, sino una maravillosa seguridad y confianza que llena nuestro

corazón, gracias a lo que tenemos en Cristo y a quienes hemos venido a ser en El (1er

Pedro 1:8).

Realmente, creo que el mundo tiene algunas ideas acertadas acerca del gozo. Como en

muchos asuntos, el mundo carece de la fuente de verdad y se encarga de tratar de descubrir

estas a través de la investigación y la experiencia de la vida. Estos consejos y perspectivas

presentados al inicio del ensayo son en mayoría consejos de la búsqueda errada del gozo

que consideran las tradiciones de los hombres y rudimentos del mundo (Colosenses 1:

16-17). Por ejemplo, aunque las investigaciones afirman que el gozo no está en el dinero,

si no en compartirlo, tienen como ajena la verdad de Dios en este asunto y asumen este
descubrimiento como propio de la humanidad y de la comunidad científica. El mundo sabe

que el gozo trae cambios al cuerpo, aún el perdón genera una sensación liberado, pero ya el

Señor estableció las consecuencias físicas de la falta de perdón hace miles de años atrás

cuando citó el Salmo 32:3 y en Proverbios 17:22.

Es importante que ninguna de nuestras obras nos dará gozo, tal y como se afirma en

Eclesiastés 2:11. Esto es porque solamente en Cristo está toda la ​plenitud de la Deidad,​ es

decir, Cristo es suficiente, mucho más que suficiente y es la única fuente de gozo. Tal y

como lo expresa el verso, nosotros los humanos solo podemos ​estar completos cuando

estemos en Él, nada de lo que encontremos en este mundo puede darnos verdadero gozo

duradero, únicamente Su presencia (​Hechos 2:28​). Cristo es la cabeza de todo y todo ha

sido creado por Él y para Él (Colosenses 1: 16-17, 2:8 al 10), solo esta verdad puede darnos

satisfacción plena. Cristo mismo nos habló del único método que nos ayudaría a que el

gozo de El este en nosotros y este es obedecer Su Palabra (Juan 15:11). Solo obedecer Su

Palabra y conocerlo más nos hará realmente gozosos a pesar de nosotros, de nuestras obras

y de nuestro esfuerzo. Finalmente, si hemos perdido el gozo, esto se debe a causa del

pecado y aun los ángeles del cielo se regocijan si nos arrepentimos ​(Lucas 15:10)​. Dios

Padre está disponible para darnos esperanza y restaurar el mismo en nuestra vida ​(Romanos

15:13)​.
Referencias

1. Brand, Chad. ​Diccionario Bíblico Ilustrado Holman Revisado y Aumentado. B&H Publishing Group,

2014

2. Unger, Merrill. ​Nuevo Manual Biblico de Unger​. Editorial Portavoz, 1987

3. Halley, Henry. ​Manual Bíblico de Halley con la Nueva Versión Internacional.​ Vida, 2011.

4. ​ harisma Media, 2013


Warren, Kelley. ​Escoja el Gozo: Cuando la Felicidad No Es Suficiente. C

5. Preston a Taylor. 66 mensajes bíblicos.Editorial Mundo Hispano, 1997

6. Meyer, Joyce. Las Siete Cosas Que Te Roban el Gozo: Superando los Obstáculos Hacia Tu Alegría.

Hachette UK, 2011

Sitios Web visitados

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