Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
En el orden de la Creación.
La Sagrada Escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el
otro: "No es bueno que el hombre esté solo". La mujer, "carne de su carne", es decir su
otra mitad, su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como
un "auxilio".
"Por eso deja el hombre a su padre y a su madre, y se une a su mujer, de manera que ya
no son dos, sino una sola carne" (Gén.2,18-25). Eso significa una unión indefectible de
sus dos vidas; el Señor mismo lo muestra recordando cual fue "en el principio" el plan del
Creador.
El sacramento
El matrimonio no es, en ningún caso, una institución puramente humana, sino que
obedece al plan creador de Dios: “El mismo Dios es el autor del matrimonio”, enseña
el Concilio Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et spes, 48. Dios ha creado al
hombre y a la mujer, y los ha llamado al amor; (Catecismo de la Iglesia Católica, 1604).
“La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio
de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la
generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de
sacramento entre bautizados”
Validez:
Licitud:
Para recibir lícitamente y con fruto el sacramento del matrimonio se requieren dos
condiciones:
Impedimentos.
Puede el matrimonio tener defectos que lo hagan ilícito o NULO. La Iglesia Católica tiene
leyes contenidas en el código del Derecho Canónico, en el cual se analizan las causas que
pueden ser consideradas como impedimentos para la celebración de un matrimonio, como
pueden ser por ejemplo, que alguno de los contrayentes haya sido casado por la Iglesia
con anterioridad; la edad, rapto, violencia, línea recta de consanguinidad, falta de libertad,
etc.
Nulidad.
La Iglesia no puede anular un matrimonio válido; tan solo puede declarar, después de un
juicio muy serio y cuidadoso, que aquella ceremonia fue nula. Es pues un error decir que
la Iglesia "anuló" un matrimonio; si el sacramento fue válido, ni el Santo Padre puede
separar a los contrayentes.
El matrimonio cristiano, tal cual N.S. Jesucristo lo instituyó, tiene tres características
esenciales:
UNIDAD INDISOLUBLE
FIDELIDAD
FECUNDIDAD