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Causas de la ocupación haitiana de 1822

Entre las causas principales que permitieron que Haití


ocupara por tercera vez la parte oriental de la isla La
Española están:

1) La tesis de la indivisibilidad de la isla, proclamada por


Toussaint Louverture;

2) el desinterés de las autoridades españolas por su


colonia, debido a la guerra que libraba España en Europa;

3) el descontento de las poblaciones esclava y mulata que


vieron que la nueva Acta de Constitución, de 1821, de
José Núñez de Cáceres, no establecía la abolición de la
esclavitud.

4) la conspiración de los grupos pro-Haití que


propugnaban por la unión de la isla, mayormente de los
blancos propietarios que eran pro-españoles;

5) y el apoyo que recibió Boyer de los productores de


tabaco y de los comerciantes del Cibao para llevar a cabo
el propósito de la unificación de la isla.

La tesis de la indivisibilidad de la isla


La tesis de Toussaint Louverture cuando en 1801
proclamó: “La isla es una e indivisible” ya para el año de
1816 tenía rango constitucional, establecida en los
artículos 40 y 41 de la Constitución Haitiana, como
citamos a continuación:
Art. 40.- La isla de Haití (antes llamada Santo
Domingo) con las islas adyacentes que de ella
dependen, forma la República de Haití.

Art. 41.- La República de Haití es una e indivisible,


su territorio se organiza en los siguientes
departamentos: Sur, Oeste, Artibonito y Norte; cuyos
límites fueron establecidos por la ley de la Asamblea
Central de Santo Domingo con fecha 10 de julio de
1801. Los demás Departamentos serán designados
por una ley que fijará sus límites.

La reconquista y la España Boba


Mientras en Haití se gestaban los planes de invasión y
unificación de la isla, en Santo Domingo Español se
levanta el movimiento de la reconquista en 1808, liderado
por Ciriaco Ramírez y Juan Sánchez Ramírez, quienes
alentados por las autoridades españolas de Puerto Rico y
con el apoyo de una escuadra inglesa que bloqueaba la
ciudad de Santo Domingo, derrotaron a los franceses
comandados por Jean Lois Ferrand, en la memorable
batalla de Palo Hincado, cerca de El Seibo, el 7 de
noviembre de 1808.
Pero España no tenía interés en esta colonia de ultramar ya
que estaba librando guerras en Europa. Y así se mantuvo
la colonia, completamente desatendida por la Madre Patria
desde 1809 hasta 1821, período el cual se conoce en la
historia como “La España Boba”

La independencia efímera
Este desinterés fue aprovechado por los criollos y se
organizó en Santo Domingo el primer movimiento
independentista, acaudillado por José Núñez de Cáceres y
el 30 de noviembre de 1821 se produce un golpe de Estado
contra las autoridades españolas, terminándose así el
segundo régimen colonial español.
El 1 diciembre de 1821 Núñez de Cáceres proclama el
“Estado Independiente de Haití Español” poniendo el
nuevo estado bajo la protección de la Gran Colombia.
Luego de proclamada la independencia, se dispuso un
Reglamento Provisional a manera de pre constitución, en
la que se establecieron la igualdad de los ciudadanos ante
la ley, el derecho de propiedad, y la inviolabilidad de
domicilio, entre otras libertades.
Pero había grupos conspiradores que no estaban de
acuerdo con las nuevas disposiciones y eran pro-haitianos.
Muchos historiadores señalan que el error más grave del
Acta Constitutiva fue que no abolió la esclavitud, lo que
motivó el descontento entre la gente de color y la
población esclava, que propugnaba por una unión con
Haití. Los movimientos pro-haitianos que se estaban
gestando en varias localidades del país favorecieron los
planes de Boyer de unificar la isla, de conformidad con la
Constitución haitiana de 1816.
Las nuevas autoridades del Haití Español, trataron de
concertar un Tratado de Amistad, Comercio y Alianza con
Haití, pero era muy tarde, pues el plan de Boyer había
comenzado, y con el apoyo de los movimientos pro-
haitianos invadió con sus tropas la parte oriental de la isla,
terminándose así el intento de independencia de José
Núñez de Cáceres.

Ocupación Haitiana
El 9 de febrero de 1822, Jean Pierre Boyer al frente de un
imponente ejército de 12,000 hombres toma posesión
formal de la parte oriental de la isla.
Esta invasión no contó con resistencia militar alguna,
debido a la superioridad del ejército haitiano y al hecho de
que Núñez de Cáceres no contaba con el apoyo de los
blancos propietarios que eran pro-españoles, ni con las
descontentas poblaciones esclava y mulata que vieron que
la nueva Constitución no establecía la abolición de la
esclavitud; además, Boyer había logrado el apoyo de los
productores de tabaco y de los comerciantes del Cibao.
En realidad, Boyer fue recibido con todos los honores de
un presidente y hasta le entregaron las llaves de la ciudad,
como nos relata Frank Moya Pons, en su Manual de
Historia Dominicana donde nos dice:
“A las siete de la mañana del día 9 (Febrero) los
miembros del ayuntamiento esperaban en la Puerta del
Conde al Presidente Boyer (haitiano) para acompañarlo a
la Sala Municipal donde se le rindieron honores como
Presidente y “el ciudadano José Núñez de Cáceres le
entregó las llaves de la ciudad”. Después del acto, en que
se aclamó vivamente la Independencia, la República y al
Presidente, todos pasaron “para presenciar un Te
Deum.”. Así terminó la dominación colonial española en
Santo Domingo y comenzó la ocupación haitiana de la
parte oriental de la isla que duró 22 años”.
Desde que llegó a Santo Domingo, Boyer tomó medidas
para adecuar la parte oriental de la isla a las condiciones
políticas, sociales y económicas que existían en Haití.
Pero la verdad es que todas las disposiciones de Boyer,
tendentes a armonizar a ambos pueblos, no lograron que
los dominicanos se asimilaran a la nación haitiana.
Desde los primeros días de la ocupación haitiana, los
dominicanos comenzaron a manifestar su descontento,
produciéndose con frecuencia choques sangrientos con los
soldados haitianos, tal como ocurrió en el camino de
Puerto Plata, el pueblo de Bayaguana, y en otros lugares,
alcanzando proporciones de verdadera revolución la
conspiración organizada en Los Alcarrizos, a diecisiete
kilómetros de la capital, y la cual tenía como fin el
restablecimiento del dominio español en la parte oriental
de la isla
Víctor Manuel Caamaño nos manifiesta en su trabajo
sobre la Independencia de la República Dominicana que:
“esta ocupación, que pretendía anexar el territorio
oriental a Haití, produjo inmediatamente un gran
malestar y repulsa en los habitantes españoles dado sus
irreconciliables diferencias de idioma, cultura, religión y
su organización política, pero sobre todo por su
concepción diferente del derecho de propiedad de la
tierra”.
“La ocupación generó resistencia, desobediencia civil e
incluso algunas conspiraciones que fueron develadas y
hechos prisioneros o condenados a muerte sus miembros
en un régimen que representaba cada día más el oprobio
natural de una dominación extranjera

La independencia dominicana
El 16 de julio de 1838, un grupo de jóvenes, con ideales
puros, presididos por Juan Pablo Duarte, inician un grupo
conspirativo secreto que llaman La Trinitaria, cuyo
objetivo era la separación definitiva de los haitianos y
fundar una nación libre y soberana que llamarían
República Dominicana.
Los nueve fundadores de la trinitaria fueron los jóvenes
patriotas: Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez Pedro
Alejandro Pina, Félix María Ruiz, José María Serra,
Felipe Alfa, Juan Nepomuceno Ravelo, Benito
González y Jacinto de la Concha.
El grupo de los trinitarios se adelantaron a los grupos de
los conservadores y de los anexionistas y el 16 de enero
de 1844 emitieron la célebreManifestación de los
pueblos de la parte Este antes Española o Santo
Domingo, sobre la causa de su separación de la
República Haitiana.
El grupo de los afrancesados, para lograr su propósito de
ampararse bajo la protección de Francia, estaba
gestionando a través del cónsul francés Levasseur, la
anexión a Francia, a cambio de la entrega de la península
de Samaná.
Al enterarse los trinitarios de estas gestiones, las cuales
ponían en peligro sus planes para la proclamación de una
nación libre, soberana e independiente, decidieron
apresurar su proyecto de emancipación.
La noche del 27 de febrero de 1844 un grupo de
patriota se dirigió a la Plaza de la Misericordia, y en
ese lugar, Ramón Matías Mella dispara al aire su
Trabuco, el cual repercutió por todos los ámbitos de
la ciudad amurallada, en señal de que el día de la
independencia había llegado, tal como lo habían
manifestado los trinitarios en el manifiesto del 16 de
enero.
Desde la Puerta de la Misericordia, los trinitarios se
dirigieron a tomar el Baluarte de El Conde, el cual fue
entregado por su comandante a los patriotas. Una vez allí,
los patriotas procedieron a retirar la bandera haitiana,
enarbolando en su lugar la enseña tricolor bordada por
Concepción Bona, diciendo a los cuatro vientos que nacía
la República Dominicana.
En esa memorable noche fue proclamada la República
Dominicana, en la Puerta de El Conde, en ausencia de
Juan Pablo Duarte. Estaban presentes Francisco del
Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella, Manuel Jiménez,
José Joaquín Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan
Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la
Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte, y
otros independentistas.

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