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Se hace referencia a la numeración del material aportado por la catedra, la numeración
puede no coincidir con la del texto original.
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Opcit, p.1
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En consecuencia la hegemonía no es un concepto jurídico, sino más bien
prescinde de una reglamentación jurídica. A este respecto menciona el concepto
giobertiano de la hegemonía, según el cual la misma representa una primacía
ética y cultural fundada en la tradición histórica más que el poder de las armas. De
algún modo estas conceptualizaciones podrían explicar, por ejemplo, la
supremacía de una minoría como la de la tribu Tutsi en los países de Burundi y
Ruanda, que detentaron el poder gubernamental otorgado por los colonizadores
alemanes en base a sus rasgos físicos de piel más pálida y altura prominente, a
diferencia de la piel oscura y estatura menor de los integrantes de la tribu Hutu.
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dominante tiene el poder de decisión sobre las metas de la vida social y política de
un país (Bobbio, 2005:2). Un ejemplo claro que podemos tomar dentro de este
caso es la presencia espontánea y pasiva de los ciudadanos hutu a las
comisarias, luego de una previa notificación, aun sabiendo el destino que les
aguardaba. Esto denota el grado de creencia en el gobierno y el grado de
legitimidad y consenso que el mismo posee dentro de la población.
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guerra contrasubversiva y la destrucción de las relaciones sociales de la
población. Estas acciones llevadas a cabo contra la guerrilla se deben “superponer
con una cirugía capaz de extirpar el mal de la sociedad”, teniendo como objetivo la
creación de una “republica nueva” en la cual se vislumbre la reorganización social
que el régimen político desea (Feierstein, 2008:226). En consecuencia es
necesaria la eliminación de una porción de la población argentina para poder
lograr el objetivo de la reorganización social, y lograr el consenso de la mayoría
restante de la población por medio del terror, la adhesión o la pasividad y de esta
forma legitimar sus acciones.
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esclavitud y otros actos cometidos contra cualquier población civil, antes o durante
la guerra; y en segunda instancia como persecución por motivos políticos,
religiosos, raciales o cualquier crimen que este bajo la jurisdicción del tribunal,
independientemente de que constituya una violación del derecho interno del país
donde se hubieren perpetrado.3
Del mismo modo aluce que el término fue acuñado por primera vez por
Raphael Lemkin en 1944 y entiende por genocidio a “la destrucción de una nación
o grupo étnico por medio de dos fases: una, la de destrucción de la identidad
nacional del grupo oprimido; la otra la imposición de la identidad nacional del
opresor”.4 El termino genocidio termina de diferenciarse y separarse del de
crímenes contra la humanidad luego de excluir a los asesinatos políticos y ser
incluidos en este último, lo que será utilizado, por ejemplo, en algunas
justificaciones en las cortes sobre el genocidio en Argentina.
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Estatuto del tribunal internacional de Núremberg- 6 de octubre de 1945-
4
Lemkin, R. Axis rule in ocupied Europe, Carnegie endowment for international peace,
Washington D.C, 1944, en Feierstein, D. “La argentina:¿genocidio y/o crimen contra la
humanidad? Sobre el rol del derecho en la construcción de la memoria colectiva”, en
nueva doctrina penal 2008/A, Buenos Aires, Del puerto, 2008.
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Las matanzas de Burundi en 1972 tienen como antecedente los conflictos
según los cuales unos veinticinco mil hutu, al mando de ex rebeldes congoleños,
atacaron cuatro puntos de Burundi con el objetivo de ejecutar un genocidio sobre
la población tutsi. Esta versión de los hechos es la explicación que el gobierno del
presidente Micombero dio de los hechos que ocurrían después en un documento
que llamaron “el libro blanco”. La realidad es que desde la independencia del país,
los hutu habían tratado de tomar el control del gobierno por medio de golpes de
estado, pero fue el propio Michael Micombero quien derroco al rey tutsi junto con
oficiales del ejército tutsi (Chalk y Jonassohn, 2010:3)
Todos los intentos de los hutu fueron duramente reprimidos, pero el último, el
de 1972, fue el más duro de todos. Ambas tribus llevaban intercambiando
hostilidades por casi una década, pero lo que diferencia a estos hechos de los
anteriores fue la frialdad y la sistematización del aniquilamiento de los hutu.
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hacían en la noche no era posible enterarse de nada, pese a que muchos
trabajaban en las oficinas gubernamentales, donde en un día podían desaparecer
casi diez personas.
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exterior de medio millón de dólares fue la ex potencia colonial de Bélgica, a lo que
presidente Micombero respondió que los problemas acontecidos eran su culpa en
primer lugar (Chalk y Jonassohn, 2010:7).
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nuevo gobierno democrático, pero además de redactar los documentos que den
explicaciones sobre los hechos acontecidos durante el proceso. Daniel Feierstein
(Feierstein, 2011:264) lo llama “los modos de del negacionismo” y hace referencia
a dos documentos fundamentales emitidos por el gobierno de Bignone, el
documento final de la junta militar y la 22.924 de autoamnistia, que encarnaran las
miradas sobre la dictadura en los años posteriores, visiones apoyadas por los
organismos de derechos humanos. En el primer documento se hace un análisis
institucional de las acciones de las fuerzas armadas, y en el segundo se resalta el
carácter de una guerra antisubversiva legitimada a través del carácter de acto de
servicio bajo el mandato del gobierno nacional.
Ambos documentos refieren a los hechos como errores y excesos por parte
de las fuerzas armadas en el cumplimiento de la misión asignada, lo cual se ve
reflejado en la “teoría de los dos demonios “, visión que intenta equiparar, como
resalta el autor, a víctimas y victimarios, donde el terror sufrido por la sociedad
argentina fue producido tanto por el gobierno militar, como por la extrema
izquierda. Otro ejemplo de intento de legitimación de los crímenes en Argentina
proviene de la idea de la “persecución política”, según la cual los crímenes habrían
sido ejecutados contra grupos políticos disidentes a la ideología política del
gobierno militar.
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de un grupo perfectamente delimitado, sin el cual sería posible instaurar el nuevo
orden político.
Consideraciones finales
A lo largo de este ensayo se trató poner en relieve el papel como factor del
silencio, la pasividad, la colaboración, etc. En la construcción de la legitimidad de
los crímenes de genocidio en ambos casos analizados. Pese a no tratarse de un
tema no discutido con anterioridad y cuyos argumentos no comprenden sino más
que el análisis del material disponible, se ha podido responder a ciertos
interrogantes planteados a lo largo de la cursada previa a la confección del
ensayo.
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Al respecto ver, protocolo de Ginebra de 1925 (Protocolo relativo a la prohibición del
empleo en la guerra de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos)
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Ver, Convención de Naciones Unidas sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el
almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción.
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En cuanto a los aspectos que no se pudieron abordar en el ensayo, hubiese
sido interesante analizar los grupos intelectuales que elaboraron las ideas que
legitimaran estos crímenes, muchas de las ideas que hoy parecen recobrar
fuerzas en la población argentina.
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