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EL SILENCIO DEL TEXTO

Autor: Joan-Carles Mélich


¿ Qué significa humanidad?
Es la preocupación por el otro, la respuesta al otro, la compasión por el otro ( Octavio Paz).

El humanismo, es la responsabilidad de la acción de responder por el otro, tomando en


cuenta que han sido excluidos de la condición humana, por los que sólo puede expresarse
desde su silencio, desde su sufrimiento.
Los verdaderos maestros son los que consiguieron transmitirnos algo del sufrimiento y
dificultades humanas ( epopeya ), pero no en el sentido mecánico y memorístico de
aprender una fecha y nombres, sino en el de vivir en una aventura abierta, vital.

Los maestros no dan el texto interpretado, sino el texto a interpretar. Desde este punto de
vista, una formación humanista no trata sólo del contenido, ni delos textos que se enseñan,
que se transmiten, sino de una manera de leer, de entrar en relación con los textos. Por eso
mismo, una formación humanista no puede consistir sólo en una ampliación de horas y de
currículo de humanidades. Lo que hace en buena medida que una formación sea humanista
(o no) es la relación interpretativa que el maestro y estudiante establecen con los textos que
leen.

Un auténtico maestro sabe transmitir una manera de leer siempre inacabada y convierte la
lectura en una especie de diálogo del lector consigo mismo y en escuchar el testimonio de
otros. Todo esto es la base para una crítica del presente, de la realidad ya dada.
Una formación humanista es la que sabe transmitir aquel lenguaje que hace de la vida
humana. Si estamos de acuerdo en considerar que en toda formación humanista se da uno u
otro tipo de relación con un texto (libros, cuadro, sinfonía) este tipo de relación formal al
lector, lo deforma o lo transforma. Pero lo que resulta de gran importancia es que esta
formación, deformación o transformación no puede ser nunca definitiva. La vida humana
en su totalidad desde el nacimiento hasta la muerte, es un proceso interpretativo.
La constante interpretación nos recuerda que sin la renovación- sin el tiempo – la educación
se convierte en adoctrinamiento. Por eso es fenomenológicamente imposible imaginarse la
educación sin el otro, sin el tiempo, por que educar es conservar, pero también
ineludiblemente cambiar y conservar. En la medida en que el tiempo es esencial a la
educación podemos afirmar rotundamente que la transmisión dela cultura debe ser, en una
formación humanista.

Resumen lectura “El silencio del texto” de Joan-Carles Mélich


El autor del texto comienza su análisis con la cuestión de la humanidad, afirmando que la
definición de humanidad y humanismo tiene su propia problemática, ya que el esta misma
se debe definir observando la historia, revisando los hecho históricos que han marcado lo
humano. En este sentido afirma que lo sucedido en Auschwitz ha tocado fondo en lo que es
el humanismo, recordando que quienes aplicaban las torturas y otros vejámenes eran
sujetos que habían recibido una formación humanista.
En lo sucesivo define el humanismo como la preocupación por el otro, la respuesta por el
otro y la compasión por el otro, es una manea de preocuparse por el otro de su sufrimiento
y de su dolor. Esto lleva a seguir que la educación, la ética y el humanismo tienen un eje
central que es la responsabilidad, entendiéndose ésta como la respuesta por el otro.
Expresa, el autor, que el humanismo es capaz de objetivarse a través de textos en el que
está intrínseco el uso del lenguaje. Los textos son además de escritos, imágenes, objetos
culturales que no solamente son significados, sino que también pueden ser objeto de
interpretación, ya que todo ser humano está en una historia con su pasado, presente y
futuro. De ahí que la práctica docente, el quehacer docente no debe ser la de cerrarse en el
adoctrinamiento, al contrario debe motivar en los estudiantes la capacidad de la
interpretación del texto. A la vez, argumenta que el texto no debe enmarcarse en lo que
dice, el significado, sino también debe llevar al lector a recodar y lo que le provoca durante
la lectura del texto. Para llegar a este planteamiento se afirma que el texto no tiene
respuestas sino la respuesta está en el silencio del texto, lo que evoca al lector a sus
experiencias y reacciones que le produce.

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