La autoestima deficiente como obstáculo en el proceso de recuperación.

Como lo menciona el médico psiquiatra francés Christophe André en su libro “Prácticas de la

Autoestima” , el autoestima es, “la mezcla de opiniones juicios y sentimientos que realizo respecto
a mí mismo, por que ninguna mirada es neutra, especialmente la que dirigimos hacia nuestro ser.”
O en otras palabras es la opinión que se tiene de uno mismo y, a partir de eso, la actitud hacia las
situaciones comunes de la vida, por tanto si se tiene una opinión negativa de uno mismo,
entonces la actitud será contaminada por esas opiniones y entonces se obtendrán resultados
negativos como la misma opinión de origen.

Muchos problemas en la vida de un hombre o mujer con personalidad adictiva se ocasionan por
que dichas personas no se ven dotadas de ciertas cualidades, virtudes o capacidades importantes
en el vivir diario. Problemas como la mentira, la mitomanía, el ocultamiento y/o la vergüenza son
parte de un sentimiento profundo de inferioridad que se ocasiona por una autoestima deficiente.
La inferioridad se puede instalar en la mente de la persona adicta y establecer una actitud, -frente
a las distintas situaciones comunes de su vida- poco favorable para los proyectos que emprenda o
para las personas con las que conviva.

Dicho esto, se presenta un problema, y es que en el tratamiento de una persona adicta es

indispensable un dialogo constante con su terapeuta, círculo de recuperación o padrino de grupo
de autoayuda, dicho diálogo se acompaña de una cualidad importante, la honestidad, en donde la
persona se ve expuesta en situaciones en las que no se siente capaz de resolver o desprovisto de
cualidades necesarias para dichas actividades y que el sentimiento de vergüenza es tal que puede
ocasionar que la persona evite dichos momentos de honestidad o confesiones para evadir o eludir
la falta de honestidad. En otras palabras la persona puede fingir acerca de su estado actual por
temor a situarse el mismo frente a su terapeuta o padrino como incapaz, impotente o inferior.

Sabemos que un sentimiento de inferioridad puede ocasionar distintas reacciones para que no
afecte, -aunque sea sólo de manera aparente- las relaciones sociales, sentimentales o laborales
que sostenga el individuo, dichas reacciones las menciona Christophe André como: (1)ponerse en
el menor riesgo o al margen para evitar la exposición a la vergüenza, (2) ponerse al mayor riesgo
o fingir, se busca la mayor exposición posible, (3) “Brillar para no dudar” o defenderse hacia
adelante para no levantar sospechas de la ignorancia o posible situación vergonzosa.

Como se muestra, la inferioridad -signo de una autoestima deficiente- obstaculiza el proceso de

recuperación de una persona con rasgos adictivos, que quiere llevar un proceso de recuperación
de su adicción. Lo lleva a mentir, ocultar, sobre-exponerse, defenderse o huir y por tanto es
indispensable el trabajo activo, de la persona, con su propia autoestima y así favorecer la
honestidad, por muy dolorosa que ésta sea. Ya que definitivamente el problema no son los errores
que se ocultan si no el temor a un rechazo irremediable o que dichos errores sean insuperables.

La ruta de trabajo con la adicción en Agua Viva se plantea con cuatro puntos básicos que
estimulan la confortación entre la verdad (tal vez de ignorar un tema o de cometer un error) y
afirmar dicha verdad con alguien más. Dichos cuatro puntos son los siguientes: Ser apadrinado,
apadrinar u orejear, compartimiento (juntas, hacienda o tribunas) e inventarios (diarios o después
de un tiempo). Los puntos anteriores requieren de un compromiso serio con la honestidad y que la
persona con alguna adicción se enfrente, por ejemplo, con su ignorancia en vez de ocultarla, o
con su error en vez de eludirlo, así se puede asegurar que, de manera paulatina, se vaya
abandonando la reacción de ocultamiento, evasión, fingimiento o defensa de la verdad que tanto
avergüenza a la persona con adicción y que también tanto atormenta su mente, cuerpo y espíritu.