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SOBRE LA LEY GENERAL DEL SISTEMA CONCURSAL ¿ERA NECESARIA

UNA NUEVA LEY?

Para el INDECOPI sí era necesaria una nueva ley. Como sabemos, el


INDECOPI elaboró el proyecto de Ley General del Sistema Concursal y el
mismo ha sido aprobado —aunque con pequeñas modificaciones— por el
pleno del Congreso. Hay que destacar la constante preocupación del
INDECOPI por revisar y proponer mejoras sobre las leyes que regulan los
temas y procedimientos a su cargo. Dicha actitud de constante búsqueda y
propuesta de mejores leyes, es un ejemplo que otras entidades públicas
deberían repetir.

Sin embargo, veamos qué ha propuesto el INDECOPI y aprobado el Congreso


y, a partir de ello, determinemos si era necesaria una nueva ley.

¿Qué aspectos no modifica la Ley General del Sistema Concursal? Lo principal


y lo más saludable de la nueva ley, es que se mantiene la filosofía del régimen
vigente. En efecto, en el Título Preliminar de lo que será la nueva ley se ratifica
que el fin del procedimiento concursal es proteger el crédito y que la decisión
sobre reestructurar o liquidar es exclusiva decisión de acreedores (no del
INDECOPI ni del deudor).

¿Cuáles son las modificaciones principales que introducirá la Ley General del
Sistema Concursal? Básicamente las siguientes: (i) se elimina el Procedimiento
Simplificado y quedarán el Procedimiento Concursal Ordinario y el
Procedimiento Concursal Preventivo), (ii) se conceden mayores atribuciones al
INDECOPI para fiscalizar a las liquidadoras, (se exigirá carta fianza a quienes
quieran ser liquidadores y se exigirá el respeto ciertos procedimientos para
liquidar, etc.); (iii) si los acreedores se demoran en tomar decisión, el
INDECOPI decide la liquidación en forma irreversible; (iv) los acreedores que
inicien un proceso judicial de ejecución frente al deudor, y no sean pagados,
podrán hacer valer el apercibimiento de liquidación del deudor que prevé el
nuevo artículo 703 del Código Procesal Civil; (v) se eliminan los créditos tardíos
(el que llega tarde perderá su voto); y, (vi) se establece que el INDECOPI sólo
participará en las juntas de acreedores donde se decida el destino del deudor y
se apruebe forma de pago de los créditos.

En nuestra opinión una nueva ley concursal no era necesaria. Si la filosofía del
sistema es la misma y si las reformas que se introducen son reformas muy
puntuales, hubiera bastado modificar la Ley de Reestructuración Patrimonial
vigente y seguir adelante. Obsérvese además que la mayoría de artículos que
contiene la que será la nueva ley, son los mismos que ya contiene la ley
vigente, ¿para qué una reforma integral entonces? Creemos que una reforma
integral no sólo era innecesaria, sino que es inconveniente. Reformas legales
de la ley concursal cada dos años (sin un motivo que realmente las justifique)
generan retrocesos indudables en certidumbre, seguridad jurídica y “cultura
concursal”. Fuera de que tienen un impacto negativo en los ya deprimidos
niveles de inversión, pues quién estará dispuesto a prestar en un país dónde
cada dos años se cambian las reglas de cobro de créditos. Pues nadie
señores.

Creemos que no sólo era innecesaria una nueva ley, sino que el contenido de
dicha nueva ley ha dejado de prever lo que en un momento el mismo el
INDECOPI identificó como una necesidad impostergable: permitir que los
privados pacten las reglas de cobro de créditos que crean mejores y permitir
que acuerden someter el conflicto concursal a Tribunales Arbitrales. La nueva
ley no permite esta posibilidad. La nueva ley no crea “válvulas de escape”. Se
reserva al Congreso la determinación de las reglas de cobro (dentro de muy
poco seguramente el Congreso discutirá una nueva ley) y además el
INDECOPI reserva para sí, exclusivamente, la competencia para tramitar
procedimientos concursales, a pesar de que es consciente que ya no se
abastece para atender los procesos con celeridad y, a pesar de que es
consciente también de la necesidad de contar con mayores recursos para
fiscalizar en forma más efectiva a las entidades administradoras y liquidadoras.
Ojalá y nos equivoquemos, pero es muy probable que en muy poco tiempo
tengamos que comentar la ley que deroga la Ley General del Sistema
Concursal. Si ello ocurre, seguramente diremos nuevamente que no es
necesaria una reforma integral, sino que bastaría con permitir que los privados
recuperemos nuestra libertad de contratar: contratar sobre las reglas de pago
de nuestros créditos y contratar para someter la controversia concursal a
Tribunales Arbitrales. Estaremos atentos para cuando llegue ese momento, y
ojalá esa vez seamos escuchados.

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