Вы находитесь на странице: 1из 7

La ciudad que deseamos

Publicado el octubre 28, 2013

por navegandolaarquitectura

Gustavo López Padilla


En los últimos veinte años la ciudad de México ha sido motivo de estudio, de manera
constante y desde una pluralidad de puntos de vista. Congresos, seminarios, encuentros de
especialistas nacionales y extranjeros, se han avocado al tema y lo han reflexionado a
profundidad, quedando buena parte de la información resultante documentada en libros,
revistas y en diferentes medios de comunicación. La mayoría de los diagnósticos
concuerdan en las problemáticas que aquejan a la ciudad y existen también afinidades en
relación a los planteamientos de las alternativas de posibles soluciones que debieran
instrumentarse. Vale la pena hacer un recuento sobre el conjunto de estas reflexiones.

Evitar el crecimiento horizontal periférico a la ciudad depredatorio de la naturaleza

Se ha llegado de inicio, al acuerdo en la necesidad de consolidar los programas de


planificación familiar, de tal manera de hacer congruente el crecimiento poblacional de la
ciudad y sus zonas conurbadas, con el propio desarrollo urbano territorial, de tal suerte de
acercarse en la medida de lo posible al equilibrio razonable entre el número de pobladores
y lo que ofrece la ciudad en términos de espacios habitables, privados y públicos, servicios
y trabajo, con la intensión de lograr de esta manera elevar la calidad de vida, acercándonos
a los estándares de las ciudades de los países desarrollados que lo han logrado. Lo anterior
está directamente relacionado con la urgente necesidad de controlar y reducir el
crecimiento horizontal indiscriminado de la ciudad hacia las zonas periféricas, evitando e
incluso restaurando la depredación de las áreas naturales que se ubican precisamente en
aquellas áreas limítrofes. Se propone y en este sentido existe un acuerdo generalizado entre
todos los expertos y conocedores, la idea de intensificar la densidad construida de la
ciudad, hacia el interior del territorio ya edificado. En una ciudad existe de manera natural
la convivencia de densidades bajas, medias y altas; se trata de promover una mayor
aplicación de densidades medias, a la manera de las mejores ciudades europeas y
aplicando el uso de densidades altas en zonas o corredores puntuales, que cuenten con la
infraestructura instalada necesaria, que precisamente hace viable la implementación de
estas densidades. En términos generales, la propuesta es aprovechar en todo el territorio
de la ciudad, las capacidades existentes de infraestructura, en lo que tiene que ver con las
redes de agua potable, drenaje, suministro de energía eléctrica, así como los tejidos de
vialidades y sistemas de transporte. El modelo deseable es pues el de una ciudad
concentrada, que resulta mas viable desde el punto de vista de su funcionamiento y la
economía asociada al mismo. Las propuestas e imágenes implementadas por el Barón
Haussman a mediados del siglo XIX para la ciudad de París, siguen siendo atractivas como
un modelo para impulsar la creación de nuevas zonas de vivienda colectiva. Pero para que
funcionen los planteamientos de densificación razonable, en base a un acuerdo social
llevado a planes de desarrollo, estos últimos deben ser respetados por la población en
general, pensando en el bien común y en el adecuado funcionamiento de la ciudad. Para
lograr lo anterior es necesario desterrar las actitudes de corrupción que están ancladas en
la propia sociedad mexicana y en los funcionarios gubernamentales, como practica
cotidiana hoy en día, que se han traducido en el indeseable crecimiento horizontal
periférico, depredatorio de la naturaleza, por una lado, y en el abuso de densidades altas,
en algunos sectores de la ciudad, creando igualmente importantes desequilibrios urbanos
construidos, que castigan la sana convivencia social, llegando incluso a provocar conductas
negativas. La ciudad necesita orden en todos los sentidos, que termine reflejándose en la
imágenes, perfiles y calidades de lo construido en sus entrañas.

Avenida Carnot, París, Francia


La densificación tiene que ir acompañada con la creación de nuevos y diversos espacios
públicos, llámense plazas y jardines, que permitan la convivencia social y se vuelvan
extensiones naturales de los espacios propiamente arquitectónicos, entendiendo que la
gran casa de todos es la ciudad. Se espera como horizonte, acercarse a la disponibilidad de
entre 12 y 15 m2 de espacio abierto por habitante. Para lograr lo anterior es necesario
reconstruir gran parte del tejido de la ciudad, tratando de lograr equilibrios entre lo
construido y los espacios públicos, e incluso en relación a la disponibilidad de servicios de
salud, educación, recreación y trabajo, asumiendo la idea de que las ciudades se hacen y
rehacen en el tiempo. Las grandes áreas territoriales, sobre todo al norte y oriente de la
ciudad, representan una gran reserva urbana, en la cual se pueden aplicar los criterios de
densificación y creación de nuevos e importantes espacios verdes. Se trata entonces de
destruir partes de la ciudad, para reconstruirlas con una nueva visión urbana, mas humana
y eficiente. Se ha planteado también, desde el año de 1965 del pasado siglo, con las
propuestas de Nabor Carrillo y Gerardo Cruickshank, la restitución lacustre de la ciudad,
aprovechando los terrenos aún disponibles de lo que fuera el Lago de Texcoco;
planteamiento que fue retomado por Alberto Kalach, Teodoro González de León y Gabriel
Quadri, al final de los años noventa, con su propuesta de Vuelta a la ciudad lacustre. El
proyecto en cuestión es absolutamente viable, dada la cantidad de agua potable que se
consume en la ciudad, misma que se convierte en aguas residuales, a las que se suman las
importantes cantidades de agua de lluvia que caen en la ciudad, mismas que en conjunto
una vez tratadas, pueden suministrar el agua necesaria para restituir buena parte del
otrora Lago de Texcoco. Es inconcebible que este proyecto largamente estudiado, iniciado
por Nabor Carrillo y Cruickshank no haya tenido hasta hoy la continuidad deseada. Todos
los elementos necesarios para llevarlo a cabo están a la mano. Está faltando voluntad
política para instrumentar políticas de desarrollo de largo alcance, pensando en el
bienestar colectivo, en la renovación ambiental y en propiciar mejores condiciones de
habitabilidad para el conjunto de la ciudad y sus habitantes.
Lago Nabor Carrillo

Adicionalmente a este proyecto indispensable, es importante tomar en cuenta la


experiencia de Mario Schjentan y José Luís Pérez Maldonado, al diseñar el llamado
Parque Tezozómoc, ubicado en la Delegación Atzcapotzalco, de aproximadamente 30
hectáreas, interesante y amable espacio verde que contiene en su corazón territorial un
importante cuerpo de agua tratada. Estos arquitectos han realizado, con este mismo
criterio, otros proyectos semejantes en la propia ciudad de México, de manera exitosa.
Contar con 10 o 12 nuevos parques similares, a todo lo largo y ancho del tejido de la ciudad,
a manera de una gran acupuntura urbana, debería ser otro proyecto prioritario. Para lograr
lo anterior habría que derribar edificaciones preexitentes, en barrios que disponen de uno
o dos niveles como promedio construido y aumentar la densidad edificable en los
alrededores a esas mismas zonas, con densidades medias, que llevarían a construcciones
de hasta 5 niveles como promedio. Se ha planteado también la realización de otros
proyectos, como la restitución de algunos ríos como el de la Piedad y el Churubusco. A
primera vista parecen propuestas demasiado utópicas, sin embargo otras ciudades en el
mundo han realizado proyectos exitosos semejantes, que bien pueden servir como modelo,
haciendo las reinterpretaciones necesarias a nuestra propia circunstancia; tal es el caso del
Proyecto Madrid Río, en la ciudad de Madrid, España o el del Río Cheonggyecheon, en
Seúl, Corea del Sur. Conciliar un desarrollo equilibrado de la ciudad, con la creación de
nuevos espacios verdes, con cuerpos de agua importantes, debe impulsarse como una
renovada cultura urbana. El cambio de mentalidad en relación con la basura, debe
terminar de consolidarse, en la ciudad y en el país, en el sentido de entender que es un bien
y no un desperdicio, fomentando su reciclaje, rompiendo viejos esquemas en relación a su
manejo y en lo relativo a los intereses de los distintos grupos implicados en el tema.
Basura que puede generar energía y que adecuadamente tratada, se puede convertir en un
sinnúmero de objetos y materiales con múltiples aplicaciones, incluso dentro de la
industria de la construcción y que hoy en día puede generar muchos empleos, bien
remunerados, dentro de la floreciente industria del reciclaje.

Parque Tezozomoc

En términos de transporte, el acuerdo generalizado es impulsar aún más el de carácter


colectivo, como el metro y los metrobuses, con rutas mas eficientes, unidades nuevas,
cómodas, no contaminantes e impulsando una distinta actitud colectiva, que restrinja en la
medida de lo posible el uso del automóvil particular. Se suma a lo anterior la necesidad de
crear estacionamientos periféricos, estratégicamente dispuestos, de tal manera que en ellos
se dejen los autos y en el corazón de la ciudad se utilice preferentemente el transporte
colectivo, sumando a lo anterior un mayor uso de la bicicleta, como sucede en las
principales y mas conscientes ciudades europeas, en las cuales los ejecutivos, amas de casa,
gente mayor, jóvenes y adolescentes utilizan este medio de movilidad. Se requiere
instrumentar para ello, mas estaciones de bicicletas y rutas seguras. Se ha avanzado un
buen trecho en esta materia; hay que aprovechar el impulso conseguido y complementar
los programas necesarios. Se ha planteado también, aumentar la instrumentación de calles
peatonales, en los distintos barrios de la ciudad, no solo en el centro de la misma, de tal
manera de propiciar la convivencia colectiva y disfrutar aún más el patrimonio construido
disponible.

Otro rubro destacado, es el relativo al uso razonable del agua potable. No se puede seguir
disponiendo de manera inconsciente el vital líquido. Se debe llegar lo mas pronto posible, a
la implementación de ciclos cerrados, en los que una vez que se utilice el agua potable, -que
se trae desde lejos y de los pozos profundos de la ciudad- una buena parte de ella se trate
hasta el punto de volverla nuevamente potable, usándola así muchas veces y solo
reponiendo la que se evapore o pierda en fugas, siendo además necesario reparar y
restituir las viejas redes de distribución, tanto de agua potable, como de drenaje. Otro
tanto de las aguas residuales debe servir para crear los cuerpos de agua mencionados y
todavía otra parte, se puede destinar para usos diversos como riego de áreas verdes,
actividades industriales e incluso agrícolas. La cantidad de agua que se consume en la
ciudad de México, bien distribuida, puede abastecer razonablemente los rubros antes
mencionados. En estos mismos términos de criterios ambientales, se debe impulsar la
transformación de las zonas industriales, no su eliminación, pues sus empleos son
absolutamente necesarios, mejorando los procesos, para hacerlos mas amables con la
naturaleza. Se requieren los puestos de trabajo, incluso la creación de nuevos de ellos, la
construcción de nuevas zonas industriales, pero pensando en que la operación de las
mismas, respondan a las normas mas avanzadas en materia de sustentabilidad.

Planta de tratamiento Atotonilco

La experiencia de muchos años en materia de desarrollo urbano, tanto nacional como


extranjera, nos ha revelado con precisión que hemos hecho mal y que otras cosas bien.
Conocemos con claridad los diagnósticos y las políticas de lo que debemos hacer.
Disponemos del conocimiento y la tecnología necesaria para llevarlas a cabo. Se trata
entonces de contar con voluntad política y social, empujando todos para el mismo lado,
sin estar atados a limitaciones e intereses partidistas en términos políticos. No se trata
necesariamente de un problema o una limitación económica; para lograr lo anterior es
necesario planear una ruta razonable en el tiempo, conseguir poco a poco lo que deseamos
y ser constantes en su instrumentación, mas allá de los perversos ciclos sexenales. La
ciudad de México es una gran ciudad, para decirlo mejor son muchas ciudades al mismo
tiempo, con historia, con importantes y diversas expresiones culturales, disponiendo de un
admirable patrimonio construido, que se remonta hasta la época prehispánica, pasando
por la colonial e incluyendo los tiempos modernos. Tiene un enorme potencial económico
y sus perspectivas de futuro son significativas. Todos somos corresponsables de desarrollar
y reconstruir de mejor manera nuestra ciudad, en nuestras manos están su pasado, su
presente y sus perspectivas de futuro.

Вам также может понравиться