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Aññ o 2012
Comisioó ñ praó ctica ñuó mero 1
Geñaro J.F. Gatti
DNI: 36296533
Espacios para el amor y la tragedia
Esta cuestión del espacio ha sido muy bien trabajada por Rina Walthaus1 con
respecto a Grimalte y Gradissa, señalando cómo la alienación se traduce por un
alejamiento y una transgresión espaciales. Para Cárcel de Amor, Leonardo Funes2 ha
indicado el modo en el que funcionan estos espacios en relación a un mundo real,
simbólico, alegórico y ficcional. Si bien estos trabajos encaran propuestas muy
diferentes, serán un aporte para lo que queremos demostrar. A su vez, nos referiremos a
Canet Vallés3, quien distingue que en los relatos sentimentales es irrelevante la
definición espacial, idea que veremos confrontada en numerosas situaciones.
Así, parece evidente que las historias de ambos relatos se ven provistas
directamente por desplazamientos espaciales de algunos de sus personajes en favor del
desarrollo de estas desde sus comienzos. Estos desplazamientos tienen entonces una
característica particular: un contenido dramático que raspa con lo épico. A su vez,
también en sus comienzos los relatos ponen en evidencia a las situaciones espaciales
como obstáculos físicos en las relaciones amorosas: Fiometa sufre de amor pues su
amado ya no es parte de su espacio. A su vez, Leriano se ve aprisionado en los campos,
lejos de la corte donde está su amada.
Y dexaste tu noble marido y tal senyoria y casa qual ninguna ygual de ticonozco.
Pues ¿Cómo será posible que personas de tal estado pueda con stranyo hombre
en agenas tierras bevir sin que tus parientes y amigos no hayan de proveber sobre
ti? (21)
Esto significa que las tierras tienen implicancias que trascienden el espacio en
tanto entidad física, y un claro ejemplo de ello son las familias de los amantes: un
obstáculo esencial en la historia. Las familias, el lugar al que pertenecen, las costumbres
y las restricciones que estos espacios generan son centrales. La referencia a estas tierras
será recurrente, Pamphilo reitera este concepto: “Pues tu por mas stimada, mucho mas
que otra ninguna, ¿Cómo será posible que en agenas tierras (…) puedas quedar en
olvido?” (34), entonces vemos esta recurrencia a las “agenas” y “stranyas” tierras,
donde los personajes observarán las diferencias con las tierras de donde son naturales y
que a su vez son importantísimas para la relación amorosa, pero que no hay explícita
relación alguna con los factores que estas implican, sino que justamente se evocan
implícitamente. La discusión continúa y Pamphilo extiende esta idea: “Y a mi, sclavo
de tus desseos, de hir en stranya tierra no debrias pedir” (41), sigue acentuándose a
cada momento la relevancia de estos espacios en la trama amorosa. Hay unas palabras
que exacerban como este espacio configura fuertemente el contenido trágico, son las de
Grimalte a Fiometa tratando de consolarla “Y no vos sea vergyença de hir a la vuestra
tierra sin complimiento de vuestros deseos” (49), esto es importante porque Fiometa se
ve expuesta a una situación sumamente trágica, ella se separa de su familia propagando
sus penas en busca de Pamphilo, y cuando es rechazada se le cae el mundo abajo hasta
el deseo de morir. Además su situación familiar no ayuda: sus tierras no son garantía de
consuelo. Entonces, en estos espacios estarían las gotas finales para rebalsar el balde de
razones para la muerte de Fiometa. Esto se ve reforzado porque Grimalte continúa con
el consuelo:
Pues ell alguna tiene de contentar, y pareçeme a mi ser razón que antes ell
deve complacer aquella nueva amiga que tiene en su tierra, y contentarla, que no
por otra ya conocida hir en aienas tierras (50)
Entonces, hay una idea presente aproximada a que lo que deseen sientan y
piensen los amantes está por debajo del poder de las tierra, como si cada uno solo
pudiera amar a quien comparte su espacio. Fiometa se refiere al contenido trágico en
correspondencia a estos espacios: “¡O Pamphilo! ¿Por qué en las aienas tierras has
dado fin a mis días? (52), así Fiometa inserta la muerte en relación a estas tierras donde
ahora se encuentra. Esta cuestión del espacio en tanto obstáculo es bien observada por
Walthaus, dice al respecto:
Vemos que acá las palabras de Pamphilo hacen foco en las tierras nativas de
cada uno en relación al amor, en relación a la voluntad y dominio que ejercen y se les
puede ejercer. Las tierra influyen entonces en la situación amorosa, pero acá el acento
no está marcado en el espacio en tanto obstáculo físico sino más bien con una suerte de
carácter más cercano a lo metafísico. El amor cobraría una suerte de fuerza
indeterminada por sobre el amado de Fiometa en tierra de ella. Esta idea, en función de
estas situaciones, se contrapone claramente con la idea de Canet Vallés, quien entiende
que en la ficción sentimental son insignificantes las definiciones espaciales, dice al
respecto:
Esta fuerza indeterminada y ambigua de la que hablamos, nada tiene que ver con
la verosimilitud como dice Vallés, aparece en realidad fuertemente marcada también
más adelante:
Inserta así Fiometa una extraña paradoja, los espacios aparecen con un carácter
indeterminado, con un carácter negativo y oscuro, que se inserta fuertemente en la
situación sentimental de los amantes. Acá es claro que no se responde a necesidades de
verosimilitud, los espacios aparecen enérgicamente presentes e infundados. En cuanto a
la irrelevancia de la que habla Vallés, hemos visto (y seguiremos viendo) a lo largo del
trabajo una serie de situaciones que no son menores en cuando al rol que cumplen en la
configuración de la trama y el sentido.
Entonces, vemos que Leriano está en una torre atrapado pero en los campos,
mientras su amor se encuentra en la ciudad junto al rey. Si atendemos esta perspectiva
podemos ver cómo hay entonces otro gran obstáculo para la consumación del amor en
los amantes: la corte.
Pues tornado a Leriano, como ya ell alboroto llegó a oídos del rey, pidió las armas
y tocadas las trompetas y atabales armóse toda la gente cortesana y de la cibdad; y
como el tiempo le ponía la necesidad para que Leriano saliese al canpo, començólo
a hazer (144).
El rey desata entonces una batalla contra Leriano y contra quienes combaten por la
libertad de Laureola. Parecería ser entonces que el verdadero obstáculo no es la torre en
los campos, sino la corte misma. Esto se figura tanto en esas situaciones centrales, como
en situaciones de menor relevancia que aparecen en la historia:
“A Leriano mandóle el rey que no entrase por entonces en la corte hasta que
pacificase a él y a los parientes de Persio, a lo que recibió con graveza porque no
podría ver a Laureola” (148)
El peligro que decía intuir al principio de la historia era genuino. Son sus palabras
finales para el relato:
“Por cierto con mejor voluntad caminara para la otra vida que para esta tierra; con
sospiros caminé, con lágrimas partí, con gemidos hablé, y con pasatiempos llegué
aquí a Peñafiel, donde quedo besando las manos de vuestra merced” 176
A modo de conclusión, hemos visto que los espacios juegan un papel importante en
ambos relatos. La configuración trágica del amor está determinada por muchos factores,
sin dudas los espacios hacen un gran aporte en esta. La corte es fundamental, hemos
visto estos cómo Pamphilo y Gradissa se dejan atar por ella. Leriano es liberado de la
torre pero Laureola nunca es liberada de la corte: nunca llega a ser libre en esta historia,
Leriano fracasa en su propósito. A Grimalte le pasa lo mismo, fracasa en su búsqueda
del amor, puesto que tanto Fiometa como Gradissa pierden las esperanzas, parecería ser
que nadie puede amar en este mundo de “stranyas tierras”. En el relato de San Pedro, la
“cárcel de amor” no es la torre donde es encerrado Leriano, sino que la verdadera
“cárcel de amor” es la corte misma. Son entonces estos espacios los que hacen del amor
una mismísima tragedia.
Obras citadas: