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II
III
A Lilia,
esa gran mujer que es mi madre.
A Rosario,
compañera y amor de mi vida.
A Federico,
nuestro hijo, con la alegría de
compartir la vida viéndolo
crecer pródigo en afectos
y solidaridad.
IV
Néstor Da Costa
V
Presentación general
La tesis consta de tres grandes partes. Una primera en la cual aparece el marco
teórico y metodológico junto a un amplio relevamiento de estudios y ensayos sobre la
problemática religiosa Una segunda que “desmenuza” las creencias, itinerarios,
socializaciones y prácticas religiosas en la actualidad de la ciudad de Montevideo a
partir de una encuesta inédita diseñada y realizada por el propio investigador. La
relación con otras encuestas efectuadas en otros años, permite realizar una importante
comparación sobre las transformaciones de algunas de esas creencias. La tercera parte
desarrolla las conclusiones derivadas del marco teórico y metodológico y puestas en
discusión con los aportes de la encuesta.
Es importante destacar que la tesis nos recuerda los varios estudios sobre esta
problemática, algunos apologéticos desde las propias instituciones religiosas o
antirreligiosos desde otro tipo de actores políticos o institucionales; otros periodísticos,
otros simplemente descriptivos y -los menos- investigaciones producidas en ámbitos
académicos.
La tesis busca así ahondar tanto en una perspectiva histórica como sociológica
del fenómeno religioso en el Uruguay. Dejando de lado visiones reduccionistas y
simplistas que en muchos autores uruguayos supuso ignorar o simplemente suponerlo
un fenómeno del pasado, el doctorando logra reconstruir la actual presencia religiosa,
especialmente en la ciudad de Montevideo con sus múltiples matices y facetas.
Esto supuso para el autor una discusión académica con las “antiguas” tesis
dominantes de la secularización que hablaban de la desaparición de lo religioso en la
modernidad o simple resabio “de ruralidad mágica”, como con aquellas que suponen un
“laicismo” arreligioso, antirreligioso o poco religioso en la “esencia del ser uruguayo”.
La tesis discute con estas y otras perspectivas y logra proponer miradas sociálógicas más
abarcativas y profundas del hecho religioso.
experiencias, con una presencia pública variada y con nuevos intentos de resignificación
y legitimidad según “el aire de la época”. El Uruguay “laicista” entendido como “no
religioso” deja paso en la tesis a una sociedad creyente con particularidades específicas
a su desarrollo histórico y social.
La tesis nos permite también realizar un estudio comparativo de irgo plazo sobre
concepciones y creencias concretas de los montevideanos. El autor realiza para ello una
encuesta a partir de premisas surgidas de sus paradigmas teóricos metodológicos. Cinco
capítulos nos brindan una información profunda, exhaustiva y trabajada
minuciosamente sobre diversos aspectos de las creencias de los montevideanos que
permiten “salir” de cierto sentido común e imaginario dominante para comenzar a
producir nuevos conocimientos. Además, la posibilidad de compararlas con otras
realizadas años anteriores nos permite visualizar continuidades y rupturas, no vistas
desde un modelo acumulativo positivista (que supone un ayer “religioso” frente aun
“presente no religioso” o ‘campesinos creyentes” frente a “citadinos ateos o no
creyentes o indiferentes”) donde la pregunta no es si son más o menos religiosos que
hace cien años, sino cual es la actual religiosidad como fruto de reestructuraciones y
búsquedas de sentido. Los individuos y grupos no son pasivos sino activos constructores
de identidades, adhesiones y pertenencias en continua transformación que supone
“conversiones” en su misma concepción religiosas como el paso a otras “disidencias”.
En síntesis, contamos con una tesis que aporta nuevos y valiosos conocimientos a
la comprensión de la realidad social del Uruguay en un área de estudio poco
investigada, como es el campo religioso. Además la utilización de metodologías
apropiadas y un marco teórico enriquecido por aportes nacionales e internacionales
hacen de esta tesis un aporte significativo a los estudios académicos sobre el fenómeno
religioso.
INDICE
Pág.
Agradecimientos V
Parte I 1
Capítulo 1 - Introducción 2
Parte II 112
Bibliografía 233
Agradecimientos
A Jessica Kerber por recibirme y hacer mi llegada al País Vasco más cercana y
uruguaya.
En el País Vasco, a ese entrañable ser humano que es Paul Ortega, quien hizo
que nos sintiéramos en nuestra propia casa y se brindó siempre generoso en la amistad,
que nos encontró, y espero nos siga encontrando, en proyectos de futuro y sueños
compartidos.
A la que fuera la empresa Vox y sus integrantes, por apoyarme al cursar estudios
fuera del país.
XI
A la que fuera mi segunda casa por un buen tiempo, OBSUR, y a todos sus
integrantes, que apoyaron con entusiasmo este proyecto y contribuyeron también
financieramente, especialmente a Silvano Berlanda.
Néstor Da Costa
Montevideo, octubre de 2002
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 1
Parte I
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 2
Capítulo 1
Introducción
En el fondo de esta situación puede haber variadas causas, pero una no menor es
el lugar que lo religioso, en general, y la Iglesia Católica en particular, ocupan en el
conjunto de la vida social del Uruguay Esto es un lugar más vinculado al ámbito de lo
privado e íntimo que al de lo público, fruto de un peculiar proceso social de muy larga
duración, cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, llegando hasta
nuestros días en forma de matriz que impregna nuestra cultura -aún hoy- con cierta
intensidad, luego de una dura puja por la ocupación del espacio público, ganada por el
Estado hacia la segunda década del siglo XX.
El presente trabajo está organizado en tres partes con sus respectivos capítulos.
La primera parte está compuesta por la introducción general a modo de primer capítulo,
el segundo capítulo donde se establece el marco teórico utilizado, el tercero en que se da
cuenta de las opciones metodológicas tomadas, el cuarto donde se repasan brevemente
las investigaciones sobre el tema religioso en Uruguay y el quinto en que se desarrolla
un itinerario histórico de la ubicación de lo religioso en la sociedad uruguaya.
Capítulo 2
Marco Teórico
El abordaje sociológico de la religión no es, ciertamente, nuevo. Los clásicos de
la sociología, se han dedicado a esta temática. Así lo hicieron Comte, Marx, Durkheim,
Weber con distintos énfasis y perspectivas.
1
PACE, E.; “Tendencias y corrientes de la sociología de las religiones”, Revista Sociedad y Religión
NÚM13, Buenos Aires, Marzo de 1995.
2
PACE, E.; o.c.
3
PACE, E.; o.c.
4
ESTRUCH, J.; “El mito de la secularización” en Formas modernas de religión DIAZ SALAZAR, R.,
GINER, S., y VELASCO, F. (eds), Alianza, Madrid, 1994.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 5
Los aportes de Pierre Bourdieu acerca de los orígenes y estructura del campo
religioso6, nos aproximan a la consideración de los cambios que en los últimos treinta
años han comenzado a producirse en el mismo. El autor considera el campo religioso
como el lugar de pugna por el monopolio de la gestión de los bienes de salvación y el
ejercicio legítimo del poder religioso. Asimismo caracteriza -a modo de tipos ideales
weberianos- tres categorías resultantes de la pugna en el propio campo, esto es la
categoría “Iglesia”, que en la pugna por sostener su monopolio religioso tiende a
perpetuarse y a no permitir que otros actores ingresen en el campo; y las categorías
denominadas “el profeta” (y su secta) y “el hechicero” que son presentadas como
figuras que contestan el monopolio, una con pretensión de sustitución legítima del modo
Iglesia y otra como contestación puntual. (explicitar más las tres categorías)
En esta lógica afirma que cada secta que triunfe tiene tendencia a devenir en
Iglesia, con su ortodoxia, jerarquías y dogmas, y destinada a suscitar nuevas reformas.
5
GUIZZARDI, G. y STELLA, R.; “Teorías da secularizaçao” en Sociologia da Religiao FERRAROTI,
F., et al, Ed. Paulinas, Sao Paulo, 1990.
6
BOURDIEU, P.; “Génesis y estructura del campo religioso”, Revue Française deSocilogie, Vol XII,
1971, Traducido en FLACSO, Buenos Aires.
7
LAMBERT, Y.; Dieu change en Bretagne, Cerf, Paris, 1985.
8
BOURDIEU, P.; El Sentido práctico Taurus, Madrid, 1991.
9
TROELTSCH, E.; The Social Teaching of Christian Churches, Allen & Unwin Ltd, Londres, 1956.
10
POULAT, E.; Eglise Contre Bourgeoisie, Casterman, Paris 1977.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 6
El habitus funciona por debajo del nivel de la conciencia y el lenguaje y más allá
del alcance del escrutinio introspectivo y del control de la voluntad.15
11
MALLIMACI, F.; “Diversidad Católica en una sociedad globalizada y excluyente: Una mirada al fin
del milenio desde Argentina”, Revista Sociedad y Religión NÚM 14/15, Buenos Aires, 1996.
12
BOURDIEU, P.; El Sentido práctico Taurus, Madrid, 1991.
13
Yves Lambert afirma que el concepto de habitus ha sido tomado de Tomás de Aquino. Cfr. Dieu
Change en Bretagne Editions du Cerf, París, 1985.
14
No vamos a detenernos aquí en la crítica expresada por Yves Lambert en el texto citado anteriormente
al concepto de “habitus” y al de “sentido práctico” de Bourdieu, apuntando la existencia de un referencial
y un sentido teórico al lado del práctico, donde afirma que “Si el sentido práctico se define por esa matriz
práctica asegurada por el habitus, el sentido teórico corresponde a la matríz simbólica que permite el
referencial: es un sentido de las referencias y de su uso, una forma de pensar, de decir y de jugar....El
sentido práctico y el sentido teórico son como los dos términos de una unidad dialéctica, como la praxis
y la teoría”
15
BOURDIEU, P.; La distinción: Criterio y bases sociales del gusto. Taurus, Madrid, 1991.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 7
Afirma que el campo religioso es el escenario de lucha por las definiciones, por
la imposición de las definiciones y, por tanto, por la delimitación de las competencias,
en momentos en que el propio campo está en proceso de transformación y la frontera de
su separación con otros, como por ejemplo el de la salud, la medicina, etc., aparece
borrosa.17
También nos habla de la figura del hechicero, que se diferencia del profeta por
responder a demandas parciales e inmediatas, aunque también contesta de alguna forma
el monopolio de la Iglesia.
16
BOURDIEU, P.; “Genèse et structure du champ religieux”, en Revue Française de Sociologie. Vol.
XII, 1971.
17
BOURDIEU, P.; Cosas Dichas, Gedisa, Buenos Aires, 1988.
18
BOURDIEU, P., id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 8
Afirma también que las instituciones de tipo Iglesia asumen formas que pueden
parecer muy alejadas del contenido del mensaje fundacional, como resultante de la
estructura de las relaciones de producción, reproducción y circulación de lo religioso y
de la misma historia de esa estructura, asignándole por tanto una fuerte importancia al
itinerario histórico particular y a la conformación que a través del mismo van
asumiendo las estructuras.
19
BOURDIEU, P.; Id.
20
BOURDIEU, P.; Id.
21
Entre otros véase, HERVIEU-LEGER, D.; Vers un nouveau christianisme?. Ed. Du Cerf, París, 1987.
MARDONES, J.M.; ¿A dónde va la religión? Cristianismo y religiosidad en nuestro tiempo, Sal Terrae,
Santander 1996. ORO, A.P., “Consideraçoes sobre a modernidade religiosa” en Revista Sociedad y
Religión NÚM 14/15, Buenos Aires, Noviembre, 1996; BERIAIN, J., La lucha de los dioses en la
modernidad. Del monoteísmo religioso al politeísmo cultural. Anthropos. Barcelona 2000.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 9
Sin duda, estamos frente a una época que ofrece una ruptura en varios planos
con la época anterior. (producción, tecnología, informacionalismo, conocimiento,
política, cultura, ciudadanía), y ante la que también cuesta situar con precisión el
momento de su comienzo.
22
ARON, R.; citado por Emile POULAT en Eglise contre bourgeoisie, Casterman, París, 1977.
23
MARDONES, J.M.; Análisis de la sociedad y fe cristiana, Ed. PPC, Madrid, 1995.
24
MARDONES, J.M.; Ibid.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 10
Una modernidad que por todo lo dicho anteriormente desplaza la religión hacia
los márgenes de la sociedad, y en la que ve sólo un estadio de la vida humana que más
temprano que tarde desaparecerá.
2.3 La secularización
A esto debe sumarse la confusión dada entre práctica y creencias, por lo que el
descenso de algunas prácticas religiosas era visto como el aumento de la increencia, al
lado de un enfoque cuantitativista de lo religioso y reduccionista del hecho religioso a la
práctica cultual.
Pero la realidad se impuso, una vez más, a los esquemas y teorías interpretativas
elaboradas por los especialistas. Los hechos de hoy en día nos hablan de que las teorías
de la secularización han dejado de tener capacidad explicativa de lo que sucede con la
religión en la sociedad contemporánea.
25
ESTRUCH, J.; “El mito de la secularización” en Formas modernas de religión, DIAZ SALAZAR, R.
et al., Alianza Editorial, Madrid, 1994.
26
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 12
27
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 13
Una de las características más visibles del campo religioso actual tiene que ver
con la aparición de múltiples productores de lo religioso, tanto institucionales como
unipersonales. Hemos asistido y asistimos a la aparición de diversas propuestas
religiosas no necesariamente ligadas a tradiciones religiosas con mayor o menor grado
de reconocimiento y aceptación social, que en medio de la pugna por el dominio del
campo religioso son rápidamente etiquetadas genéricamente como sectas. La
pluralización del campo religioso y su grado de legitimidad en el mismo están en
aumento, y por tanto se encuentra en fuerte cuestión el monopolio ejercido durante
mucho tiempo por las Iglesias tradicionales.
28
HERVIEU-LEGER, D.; Vers un nouveau christianisme?. Ed. Du Cerf, París, 1987.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 14
29
CIPRIANI, R.; La religione diffusa. Teoria e prassi, Ed. Borla, Roma, 1988.
30
GINER, S.; “La religión civil” en Formas modernas de religión DIAZ SALAZAR,R., GINER, S., y
VELASCO, F. (eds), Alianza, madrid, 1994.
31
MALLIMACI, F.; “A situaçao religiosa na Argentina urbana do fim do milênio” en Globalizaçao e
Religiao, ORO, A.P., y STEIL, C. (Orgs); Ed. Vozes, Petrópolis, 1997.
32
GINER, S.; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 15
La sociedad actual admite cada vez más la presencia de lo religioso, pero ese
aumento de presencia no se realiza acorde a los modelos tradicionales, ni de la forma en
que los líderes de las iglesias lo esperan sino que se da de formas diferentes a las
conocidas y aceptadas como las únicas válidas hasta hace poco tiempo.
35
HERVIEU-LEGER, D.; “Catolicismo: El desafío de la memoria”, en Revista Sociedad y Religión
NÚM 14/15, Buenos Aires, 1996.
36
HERVIEU-LEGER, D.; La Religion pour Memoire, Ed. Du Cerf, París, 1993.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 17
esta recreación de memoria se opone muchas veces a los creyentes cuyo primer “énfasis
está puesto en la verdad subjetiva de su propia trayectoria creyente.”37
Para el caso concreto del catolicismo, al que dedica gran parte de su reflexión, la
autora pone énfasis en que su dilema es que su modo de producción de memoria se hace
a través de un “dispositivo estable y explícito de referencias cerradas”38, y que ésta
propuesta de memoria se encuentra situada en un universo donde prevalecen
masivamente los derechos de la subjetividad individual, lo que no la hace socialmente
creíble. La clave está en la posibilidad de que el catolicismo pueda seguir haciendo
“tradición en la sociedad moderna”.39
Otra de las transformaciones que nos trae nuestra época es la del cambio de
modelo creyente que aparece como hegemónico en el imaginario colectivo. En esa
perspectiva la propia Daniele Hervieu-Leger propone repasar el itinerario del concepto
37
HERVIEU-LEGER, D.; “Catolicismo: El desafío de la memoria”, en Revista Sociedad y Religión
NÚM 14/15, Buenos Aires, 1996.
38
HERVIEU-LEGER, D.; Id.
39
HERVIEU-LEGER, D.; Id.
40
HERVIEU-LEGER, D.; Id.
41
HERVIEU-LEGER, D.; Id.
42
HERVIEU-LEGER, D.; Le Pèlerin et le Converti. La religion en mouvement Flammarion, France,
1999.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 18
43
Id.
44
BECK, U.; “Vivir nuestra propia vida en un mundo desbocado: individuación, globalización y
política”, en GIDDENS, A. y HUTTON, W.(eds) En el Límite. La Vida en el Capitalismo Global.
Tusquets Editores, Barcelona, 2001.
45
HERVIEU-LEGER, D.; Le Pèlerin et le Converti. La religion en mouvement Flammarion, France,
1999.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 19
Si bien la figura del “peregrino” no es nueva, sino más bien antiquísima, muy
anterior a la aparición del modelo del “practicante”, y está presente en prácticamente
todas las tradiciones religiosas, se propone tenerla en cuenta en este momento histórico
como caracterizadora de la movilidad existente en el escenario social y religioso, y en
función de una doble significación: por un lado, apelando a las tradiciones históricas del
peregrinaje, renovadas en los últimos tiempos; y por otro, haciendo referencia
metafórica a los itinerarios individuales, a la construcción biográfica, realizada por los
individuos.
En esta perspectiva cabe citar nuevamente a la autora, que plantea una hipótesis
de trabajo:
46
HERVIEU-LEGER,D; id.
47
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 20
Continuando con esta línea de pensamiento cabe esperar que en las tradiciones
religiosas institucionalizadas aparezcan espacios de vinculación y de arreglos
institucionales que permitan dar acogida a las demandas de religiosidad expresadas en
la figura del peregrino.
Finalmente, la autora propone una tercera figura: la figura del “converso”, que
según su propia óptica es que la permite dar mejor cuenta de los procesos de formación
de identidades religiosas en el contexto actual.
Dentro de esta nueva figura engloba la autora tres modalidades principales: por
un lado el individuo que cambia de religión, es decir, quien proviniendo de una
identidad religiosa heredada y asumida la rechaza para abrazar una nueva.
48
Id.
49
BECK, U.; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 21
Y todo esto en un mundo que está fuera del control personal y que se le escapa
cada vez más a los individuos.
50
Id.
51
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 22
“[...] los sistemas de valores y las reservas de sentido han dejado de ser
patrimonio común de todos los miembros de la sociedad. El individuo
crece en un mundo en el que no existen valores comunes que determinen
la acción en las distintas esferas de la vida, y en el que tampoco existe una
realidad única idéntica para todos.”52
52
BERGER, P. y LUCKMANN, T.; Modernidad, Pluralismo y Crisis de Sentido. La orientación del
hombre moderno. Paidós, Barcelona, 1997.
53
Id.
54
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 23
Los autores afirman que esta pérdida del conocimiento dado por supuesto,
con todas sus implicaciones sociales y sicológicas, se presenta con claro énfasis en
es el espacio de las religiones.
Luego se pregunta:
“Pero ¿por qué deberíamos juzgar como « normal » un modelo que junta
niveles de creencia relativamente altos y los grados de prácticas más
elevados. (en lugar de cualquier otra combinación) ? ”56
Expresa que el futuro cercano deparará una relación diferente entre práctica y
creencia a la existente en el pasado.
55
DAVIE, G.; Croire sans appartenir: le cas britannique, en Identités religieuses en Europe, Dirigido por
Grace Davie y Daniele Hervieu-Leger, La Découverte, París, 1996.
56
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 24
Los valores del mensaje religioso pueden ser apropiados sin implicar
necesariamente una pertenencia a una comunidad de fieles claramente identificada. Se
puede así reconocer en los evangelios la expresión más alta de una ética de amor a la
que se adhiere sin reivindicar, e incluso rehusando, la pertenencia a una iglesia cristiana
determinada.
57
HERVIEU-LEGER, D.; Le Pèlerin et le Converti. La religion en mouvement Flammarion, France,
1999.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 25
Las tensiones emergen de las relaciones entre las cuatro dimensiones, y algunas
de ellas ponen en cuestión la regulación institucional. La primera tensión se establece
entre la dimensión comunitaria y la ética, y se sitúa en la dialéctica entre la
universalidad y la singularidad. La pretensión de universalidad de las grandes religiones
supone que el contenido ético concierne, de alguna forma, a toda la humanidad y a cada
hombre en particular. Del otro lado, los fieles que participan en las comunidades en que
se hace presente el mensaje, que son quienes ejercen la posesión de este en el presente
con su signo y características particulares, en síntesis la dimensión escatológica del
mensaje y la afirmación terrestre de la comunidad creyente.
Afirma asimismo:
Del lado emocional, queda la posibilidad de que se exprese una creencia sin
tradición, vacía en la inmediatez de la fusión comunitaria; del lado cultural, la memoria
colectiva pierde su carácter activo y se constituye como un patrimonio de recuerdos que
no moviliza más una creencia común: no es más que una tradición sin creencia. En los
dos casos se ha “salido de la religión”, afirma la autora. Esto es representado por ella en
el diagrama siguiente:
58
HERVIEU-LEGER, D; Le Pèlerin et le Converti. La religion en mouvement Flammarion, France,
1999.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 26
LO COMUNITARIO
(señas de lo particular, lo local, lo singular)
N
LO EMOCIONAL LO CULTURAL
(conciencia afectiva de un O E (memoria de grupo, saberes y
nosotros) saber hacer)
S
LO ÉTICO
(valores universales, conciencia individual)
A partir de estas dimensiones y tensiones la autora propone la hipótesis de que
las categorías descriptas, en la medida que se autonomizan y cobran vida propia, se
convierten por si mismas en el eje de una posible construcción o reconstrucción de la
identidad religiosa, aunque las instituciones religiosas se presenten como reguladoras de
las tensiones y articuladoras de las dimensiones, legitimando de forma diversa las
distintas formas identitarias.
“
“ Pero ¿que sucede cuando la capacidad reguladora de las instituciones
es puesta en cuestión por la capacidad autónoma de los individuos
que rechazan las identidades “llaves en mano” para construir ellos
mismos, a partir de la diversidad de sus experiencias, su propio camino
de identificación? La primera observación que se impone es la de la
facilitad con la que ha devenido posible hoy en día “salir de la religión”.
La religión que se define más por las formas de vínculo social y de la
organización política de las sociedades laicizadas, prescribe vada vez
menos a loa individuos de identidades sociales inalienables. Aquellos
que abandonan con coraje la identidad religiosa que le ha sido dada en
herencia, sea para adoptar otra que ellos mismos elijen, sea para
reunirse a la población creciente de quienes se definen como “sin
religión”.”59
59
HERVIEU-LEGER, D.; Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 27
2.11 El catolicismo
Este autor, que ha dedicado buena parte de su obra al estudio del catolicismo,
aporta a esta temática una serie de perspectivas que van desde recomendaciones
referidas a la investigación de este campo específico, como a una propuesta de
caracterización del mismo, enfocando la temática desde una perspectiva sociológica e
histórica.
60
POULAT, E.; Eglise contre bourgeoisie, Casterman, París, 1977.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 28
El enfoque propuesto por Poulat, que amplía horizontes y complejiza los análisis
nos lleva a preguntarnos -como sociedad- cómo han sido interpretadas las
transformaciones correspondientes en el Uruguay. ¿Cuáles son y cómo han sido
interpretadas estas transformaciones y contradicciones en el campo católico? Para
avanzar en las respuestas a estas preguntas es necesario comenzar a superar una visión
que ha primado en determinados sectores de las ciencias sociales que continúan viendo
lo religioso en términos de oscurantismo, ignorancia, magia y superstición, actitud
propia de una asimilación sin cortapisas de los mitos de la modernidad, enraizados en el
particular itinerario de lo religioso en la historia de este país. Este es un camino a
explorar y profundizar en la perspectiva de las Ciencias Sociales en Uruguay.
Aquí aparecen dos claves de lectura para el estudio del catolicismo, detectar por
un lado los grupos y sus ideas sobre lo que hay que hacer en cada momento histórico, y
por otro detectar los desacuerdos con las respuestas y propuestas actuales y los
reposicionamientos que estos generan.
63
Id.
64
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 30
65
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 31
Estos modelos de catolicismo nos proponen a su vez dos tipos de Dios, el Dios
intransigente y el Dios liberal. Para este último:
66
Id.
67
Id.
68
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 32
cada opción dentro del catolicismo busca su propia lectura e interpretación del texto
evangélico:
Así es como abre las puertas al análisis de las continuidades y rupturas a lo largo
del tiempo en función de la capacidad de sus propias fuerzas y de las estrategias de sus
adversarios.
69
MALLIMACI, F.; Comentario del libro de Poulat Eglise contre bougeoisie en la Revista Sociedad y
Religión NÚM 1 Buenos Aires, 1985.
70
TROELTSCH, E.; The social teaching of the christian churches, George Allen & Unwin Ltd, Londres,
1956, Mimeo traducido por Laura Pizzi para la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
(FLACSO)-Programa Buenos Aires.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 33
La principal característica del tipo “Iglesia” es la de ser una institución, que “es
capaz de recibir a las masas y ajustarse ella misma al mundo”71, siendo la depositaria de
la gracia y la salvación.
Troeltsch afirma que estos tres tipos existen desde el inicio del cristianismo y
han existido a través de los tiempos, estando presentes allí donde la religión lo esté.
La existencia de estas tres formas nos habla de las diferentes maneras por las que
los creyentes se vinculan y relacionan con la religión. Estas formas construyen sus
respectivos y diferentes tipos de Dios. Así el Cristo del tipo Iglesia trajo la redención de
una vez y para siempre, haciéndose presente por medio de los ministros, la Palabra y los
sacramentos; es el “Redentor”. El Cristo del tipo secta es el “Señor”, quien completará
la tara de redención cuando regrese, acercándose al milenarismo. En tanto que el Cristo
del tipo misticismo es el de la preeminencia del espíritu de Dios, de donde el Reino de
Dios sólo se encuentra en el interior de las personas.
este mundo es algo que no puede hacerse sin transigir con el mundo en que se vive con
lo que “la iglesia en particular, como institución popular está forzada a transigir”73, y
por tanto su historia es la búsqueda de esos compromisos y la oposición renovada a ese
espíritu de compromiso.
Las sectas se sitúan en las antípodas de este espíritu, desarrollando una clara
oposición con el mundo, en dónde las concesiones son mínimas en virtud de la
convicción de la realización del contenido evangélico en su forma más pura.
73
TROELTSCH, E.; Id.
74
TROELTSCH, E.; Id.
75
MALLIMACI, F.; “Diversidad Católica en una sociedad globalizada y excluyente: Una mirada al fin
del milenio desde Argentina”, Sociedad y Religión NÚM 14/15, Buenos Aires, 1996.
76
Id.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 35
“Busca reafirmar una identidad católica bajo la atenta mirada del cuerpo
eclesiástico, que haga frente al proceso secularizante y autónomo de la
sociedad moderna, buscando ofrecerse como una certeza más en un mundo
de incertidumbre no sólo para los opulentos sino para todos los grupos
sociales.”77
Este tipo de catolicismo es descalificador del mundo al ofrecer una alternativa católica
al espíritu de la época, persiguiendo integrar, en el largo plazo, lo social, lo político, lo
cultural con lo religioso. Según el autor, una frase del Papa León XIII lo define bien:
77
Id.
78
POULAT, E.; Eglise contre bourgeoisie, Casterman, París, 1977, citado en el texto de MALLIMACI
referido.
79
POULAT, E.; Le catholicisme sous observation, Le Centuriom Paris, 1993, citado por MALLIMACI
en el texto referido.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 36
2.14 Recapitulando
Para comenzar a dar cuenta de lo que está sucediendo hemos tomado diferentes
autores que plantean interesantes pistas para el estudio del fenómeno religioso,
Bourdieu nos aporta el concepto de campo religioso, con toda su caracterización, y nos
presenta la pluralidad de actores, productores y consumidores de bienes simbólicos de
salvación, así como la lucha por el monopolio del campo.
80
MALLIMACI, F.; “Diversidad Católica en una sociedad globalizada y excluyente: Una mirada al fin
del milenio desde Argentina”, Revista Sociedad y Religión NÚM 14/15, Buenos Aires, 1996.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 37
Capítulo 3
Marco Metodológico
3.1 Introducción
3.3 La encuesta
“Al igual que otras formas de investigación, la vinculada con las encuestas
entraña técnicas adecuadas de observación o medición de fenómenos, la
detección de los elementos regulares o uniformes de esos fenómenos, la
formulación de hipótesis y cuerpos de teoría más amplios, y la
acumulación, por una parte, de conocimientos confiables sobre los
fenómenos y, por otra, de evidencias relacionadas con las hipótesis.”81
81
HYMAN, H.; Diseño y Análisis de las Encuestas Sociales. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1977.
82
RUIZ OLABUENAGA, J.I.; Metodología de la investigación cualitativa, Universidad de Deusto,
Bilbao, 1996.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 40
De hecho, los primeros años de la red académica en que se han convertido las
Jornadas sobre Alternativas Religiosas en Latinoamérica, que se celebran desde 1991,
fueron signados por una clara mayoría de estudios de corte cualitativo, señalando algún
investigador la escasez de estudios cuantitativos:
3.5 La encuesta
83
SONEIRA, A.J.; “Ciencias Sociales y Religión en el Cono Sur (1991-1995)”, en Revista “Sociedad y
Religión” NÚM 14/15, Buenos Aires, Noviembre, 1996.
84
SONEIRA, A.J.; “Ciencias Sociales y Religión en el Cono Sur de América Latina: Diez años depués
(1991-2000)” en Revista Ciencias Sociales y Religión, NÚM 3, Porto Alegre, 2001.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 41
Capítulo 4
Los años sesenta, aportan algunas producciones sobre esta temática. Las
distintas publicaciones de esos años, la mayoría de ellas de corte ensayístico, ponían
sobre la mesa la consideración del tema religioso en la sociedad de la época desde
distintas perspectivas. Se puede citar a modo de ejemplo el texto de Arturo Ardao85
sobre Racionalismo y Liberalismo en el Uruguay, así como a Patricio Rodé y Juan Luis
Segundo86. Éstos últimos, desde una perspectiva católica, proponen una relectura del
proceso de secularización uruguayo, analizando el lugar social ocupado por la Iglesia
Católica y sus estrategias de presencia en la sociedad y proponiendo un análisis crítico
de ese proceso sosteniendo, a la vez, la necesidad de revisar las propias estrategias
eclesiales a la luz de lo acontecido en el mencionado proceso.
También debe citarse a Carlos Rama, que en su texto del año 1964 retomaba las
tesis positivistas sobre la modernización al ver la inexorable marcha de la religión hacia
su desaparición, como debía corresponder a una nación moderna, educada y
civilizada.87
85
ARDAO, A.; Racionalismo y liberalismo en el Uruguay, Universidad de la República, Montevideo,
1962.
86
RODE, P.; Promoción del laicado, Montevideo 1963. (Edición de apuntos del curso de
Complementación Cristiana de 1963) Asimismo cabe citar su texto compartido con SEGUNDO, J.L.
Presencia de la Iglesia Ed. Reunidos y Arca, Montevideo 1969 (NÚM 37 de la colección Enciclopedia
Uruguaya).
87
RAMA, C.M.; La Religión en el Uruguay. Ed. Nuestro Tiempo, Montevideo, 1964.
88
AUTORES VARIOS; Aspectos religiosos de la sociedad uruguaya. Centro de Estudios Cristianos,
Montevideo, 1965.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 43
Debemos citar a Enrique Sobrado90, que plantea revisar el dilema que enfrentaba
a su entender –embebido por el espíritu de ese tiempo- la Iglesia uruguaya en la segunda
mitad de la década del 60 de situarse y optar entre el “pueblo y la oligarquía”.
En los años setenta se debe mencionar una publicación del Instituto Teológico
del Uruguay titulada La Iglesia en el Uruguay91, que fue obra de varios autores,
elaborada en perspectiva histórica y en el marco de conmemorarse el primer centenario
de la erección del Obispado de Montevideo en el que se incluye una cronología, así
como diversos artículos con distintos enfoques, desde historias parroquiales hasta
visiones de orden más global.
89
SEGUNDO, J.L.; Función de la Iglesia en la Realidad Rioplatense. Barreiro y Ramos, Montevideo,
1962.
90
SOBRADO, E.; La iglesia uruguaya: entre pueblo y oligarquí,. Ed. Alfa, Montevideo, 1969.
91
AUTORES VARIOS; La Iglesia en el Uruguay, Cuadernos del ITU NÚM 4, ITU, Montevideo, 1978.
92
Cabría mencionar el trabajo producido en 1956 por los Equipos del Bien Común, que culminara en el
texto La población de Montevideo a través de una encuesta, y que se basa en una encuesta de población
de la capital del país y el análisis de las pertenencias religiosas.
Tampoco ha sido citado explícitamente el texto de MARTINEZ ARONA, G.R.; Función de la Iglesia en
la Cultura Nacional.Enseñanza Católica ¿para qué?, edición no datada, pero situada inequívocamente en
los años sesenta y no citada debido a que su temática sitúa el debate en torno a educación laica-educación
católica.
93
ZUBILLAGA, C., CAYOTA, M.; Cristianos y cambio social en el Uruguay de la modernización
(1896-1919). CLAEH-Banda Oriental, Montevideo, 1988.
94
BARRAN, J.P.; Iglesia Católica y burguesía en el Uruguay de la Modernización, FHC, Montevideo
1988, Historia de la sensibilidad en Uruguay Tomo I La cultura bárbara (1800-1860), Banda Oriental,
Montevideo, 1989 e Historia de la sensibilidad en Uruguay. Tomo II El disciplinamiento (1860-1920,.
Banda Oriental, Montevideo, 1988.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 44
En esta década aparece otra obra del jesuita Villegas titulada Historia de la
Iglesia en el Uruguay en cifras95, en la que aporta cifras sobre diversos aspectos de la
vida de la Iglesia Católica uruguaya, también en perspectiva histórica.
Asimismo hay que citar el trabajo dirigido por Caetano titulado Los uruguayos
del centenario. Nación, ciudadanía, religión y educación (1910-1930)101 en el que se
realizan aportes sobre el tema de la constitución identitaria de la nación y el rol de la
religión en ese proceso.
95
VILLEGAS, J. Histgoria de la Iglesia en el Uruguay en cifras” Universidad Católica del Uruguay
“Dámaso A. Larrañaga”, Montevideo 1987. Este jesuita es autor de varios trabajos de investigación,
alfunos de los cuáles fueron incluidos en la publicación ya citada, La Iglesia en el Uruguay.
96
CETRULO, R. “¿Son religiosos los uruguayos? Hacia una formulación sociológica del problema”. En
Carpeta Uruguay 2. Los itinerarios religiosos. OBSUR, Montevideo 1999, tomado de artículo publicado
en el semanario montevideano Jaque del 26 de marzo de 1986.
97
BAZZANO, D., VENER, C., MARTÍNEZ, A. y CARRERE, H. Breve visión de la Historia de la
Iglesia en el Uruguay. OBSUR, Montevideo 1993.
98
SANCHEZ, A., GEYMONAT, R., La búsqueda de lo maravilloso. Cal y Canto, Montevideo 1996.
99
DA COSTA, N., KERBER, G., MIERES, P.: Creencias y Religiones: La religiosidad de los
montevideanos al fin del milenio. Trilce, Montevideo 1996.
100
CAETANO, G., GEYMONAT, R.: La secularización Uruguaya (1859-1919). Catolicismo y
privatización de lo religioso. Taurus, Montevideo 1997.
101
CAETANO, G. (coord.); Los uruguayos del centenario. Nación, ciudadanía, religión y educación
(1910-1930), Taurus, Montevideo, 2000.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 45
102
No se han citado estudios sobre la religiosidad afrobrasileña, como por ejemplo PALLAVICINO, M.I.
Ritos afrobrasileños en Montevideo, 1985, PORZECANSKI, T.:Rituales Luis A. Reta Ed., Montevideo
1991, PI HUGARTE, R.: Los cultos de posesión en Uruguay. Banda Oriental, Montevideo 1998, entre
otros.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 46
Capítulo 5
Pradera: por la utilización como espacio para el desarrollo del ganado bovino
introducido a la Banda Oriental por el Gobernador de Asunción (Paraguay), conocido
como Hernandarias. En principio estas tierras fueron consideradas poco provechosas
para las riquezas más estimadas del capitalismo mercantil, que había privilegiado las
zonas ricas en metales preciosos. La Banda Oriental estaba habitada por comunidades
indígenas con escaso desarrollo cultural y también escaso número de integrantes.
Frontera: en virtud de estar en medio de una zona de conflicto entre los dominios
de España y Portugal, en virtud de los límites acordados en el tratado de Tordesillas en
1494. Al decir de Gerardo Caetano y José Rilla “Fue dicha condición de frontera
interimperial, móvil y acechada por indios, exploradores y aventureros, la que
finalmente ubicó a la Banda Oriental en los umbrales de la historia moderna”105.
103
CAETANO, G., y RILLA, J.; Historia Contemporánea del Uruguay, de la colonia al MERCOSUR,
CLAEH-Editorial Fin de Siglo, Montevideo, 1994, y REAL DE AZUA, C., Uruguay, ¿Una sociedad
amortiguadora?, CIESU-Banda Oriental, Montevideo, 1984.
104
REYES ABADIE, W., BRUSCHERA, O., y MELOGNO, T., La Banda Oriental, Pradera-frontera-
puerto. Montevideo, Ed. Banda Oriental, 1966.
105
CAETANO, G., y RILLA, J., o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 47
Para describir este proceso, con énfasis en el rol de la Iglesia Católica, se pueden
definir tres grandes etapas. La primera, que se refiere el proceso secularizador
propiamente dicho, caracterizada por la pugna entre Iglesia y Estado y que se suele
ubicar entre 1860 y 1919. La segunda etapa caracterizada como la etapa del “gueto
católico”, en la que la Iglesia Católica se repliega sobre sí misma, período que podemos
situar entre 1920 y 1960. La tercera etapa implica un cambio en la ubicación social de la
Iglesia y se da en conjunción con fenómenos de índole nacional y otros de carácter
universal, al menos en Occidente, como la década del sesenta, el Concilio Vaticano II,
entre otros. Esta etapa sigue aún abierta, aunque como se verá se pueden marcar
diferentes períodos y acentuaciones.
106
REAL DE AZUA, C.; Uruguay, ¿una sociedad amortiguadora?, Ed. De la Banda Oriental,
Montevideo, 1984.
107
CAETANO, G. y GEYMONAT R, o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 48
"[...] se notó dentro de la Iglesia una tensión que llevó al conflicto entre
una línea fuertemente ortodoxa y ultamontana, y una línea liberal que no
se preocupaba demasiado de armonizar su cristianismo con las búsquedas
racionalistas y liberales en expansión."109
108
ARDAO, A.; Racionalimso y liberalismo en el Uruguay, Universidad de la República, , Montevideo,
1962.
109
RODÉ, P.; Promoción del laicado, Apuntes tomados en los Cursos de Complementación Cristiana,
Montevideo, 1963.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 49
Esto cambió el nivel del conflicto, ya que las autoridades eclesiásticas entendían
que el poder civil se había entrometido en cuestiones propias de la Iglesia. En ese
momento Vera pidió la exhumación del cadáver.
Esto propició una dura resistencia por parte de la Iglesia, aunque rápidamente se
llegó a un acuerdo entre autoridades eclesiásticas y civiles reglamentándose la presencia
de los capellanes de los cementerios.
Este asunto siguió vigente hasta 1885 con otro decreto del gobierno, dado que
las autoridades eclesiásticas interpretaron que el acuerdo era válido sólo para la capital y
se continuaron generando situaciones de enfrentamiento en el resto del país.
110
La primera expulsión de la Compañía de Jesús en Uruguay data de 1767.
111
CAETANO , G. y GEYMONAT, R., o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 50
Este hecho generó una enérgica protesta, de la que Vera se defendió, en tanto
que el párroco se negó a entregar las llaves argumentando que había sido nombrado en
un acuerdo con el gobierno y debía ser destituido de la misma forma.
Vera pretendía delimitar el alcance del Patronato pugnando por recuperar los
espacios perdidos por la Iglesia en tanto que para el gobierno la cuestión estaba situada
en no dejarse presionar por ningún grupo social, en ningún terreno. La situación se
estancó sin que el gobierno se atreviera a retirar a Vera.
"[...] una gran parte de los fieles se definió como anticlerical y poco a poco
abandonó la Iglesia, al mismo tiempo que a consecuencia de este hecho, la
misma empezó a perder influencia sobre los diferentes sectores sociales
del país."112
Ardao cataloga esta situación como una importante "crisis de fe"113; en tanto que
Fernández Cabrelli afirma que estos enfrentamientos "dieron a grandes sectores de la
población motivos para entibiar fervores religiosos"114.
Entre 1863 y 1876 la situación entre Iglesia y Estado estuvo caracterizada por la
intención de mantener relaciones cordiales. En esta etapa Vera fue designado obispo,
aunque no existía todavía una diócesis en el Uruguay. En este período las relaciones con
112
DE SANTA ANA, J.; "El proceso de secularización en el Uruguay: sus causas y resultantes", en
Aspectos religiosos de la sociedad uruguaya, Centro de Estudios Cristianos, Montevideo, 1965.
113
ARDAO, A.; Racionalimso ... o.c.
114
FERNANDEZ CABRELLI, Iglesia ultramontana y Masonería en la transformación de la sociedad
oriental, Ed. América una, Montevideo, 1989.
115
CAETANO, G. y GEYMONAT, R.; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 51
Hasta 1873 no hay ningún proyecto de ley que tienda a limitar la acción y poder
eclesiástico, e incluso se aprecia la existencia de varias disposiciones promoviendo la
construcción de templos.
Durante este tiempo apareció una nueva generación de sacerdotes que habían
sido formados en Roma, entre los que se encontraban quien sería Arzobispo de
Montevideo, Mariano Soler, junto a Ricardo Isasa y Norberto Bentancur, así como las
figuras del laicado, Juan Zorrilla de San Martín y Francisco Bauzá. Para algunos
autores, este grupo le dio a la Iglesia Católica un formidable aparato intelectual.
116
ARDAO, A.; o.c.
117
El proyecto de Mons. Mariano Soler de constituir una Universidad Católica no pudo cristalizarse. En
Uruguay se fundó una Universidad Católica hace pocos años, en 1984.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 52
El tema de la educación laica es, a partir de este momento y hasta nuestros días
una cuestión delicada en la relación entre la Iglesia y el Estado.119
118
Existe en Uruguay educación privada confesional y no confesional. Todos los centros educativos
privados son exonerados del pago de impuestos inmobiliarios y de los aportes patronales al sistema de
previsión social, no recibendo otro tipo de financiamiento de parte del Estado.
119
El análisis de diversos procesos históricos muestra que este tema que parece laudado reaparece con
cierta fuerza cada tanto tiempo en la preocupación de sectores de la Iglesia Católica por la exclusión del
tema religioso de las aulas públicas así como por la ausencia de financiamiento del Estado a la educación
católica, vinculándose esto con la libertad de culto establecida en la Constitución de la República. Cada
vez que el tema reaparece en el escenario público, y dependiendo de los actores involucrados, se generan
escaramuzas y enfrentamientos entre distintos sectores sociales, religiosos, anticlericales, etc.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 53
En la década de 1890 se produce lo que Ardao llamó “la era del imperio
oficial”120, en donde el positivismo se instala de lleno en el espacio de la confrontación
ideológica. Esta corriente de pensamiento que encontraba su figura más destacada en la
persona del nuevo Rector de la Universidad de la República, Alfredo Vázquez Acevedo,
buscaba eliminar la influencia del “clericalismo como fenómeno social”121,
fundamentalmente en el terreno de lo político.122
120
ARDAO, A.; o.c.
121
ARDAO, A.; Las ideologías en la iniciación de Zorrilla de San Martín”, Universidad de la República,
Montevideo, 1961.
122
Actores religiosos en distintas épocas han sostenido el importante rol de la Universidad de la
República en la reproducción de una cultura anticlerical y anti-religiosa.
123
CAETANO, G., y GEYMONAT, R.; o.c.
124
Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes, T.70, pp. 321-325.
125
Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes, T.71, pp 6-7
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 54
126
Diario de Sesiones de la Cámara de Representantes, T 71, p10
127
YEREGUI, I, Mons., “Exposición del Obispo diocesano a la Honorable Asamblea Legislativa”,
24/3/1885, Imprenta del Bien Público.
128
Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores T. 37 p.403
129
Carta de Mons. Yéregui al Cardenal Jacobini
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 55
El fin de siglo trajo otro presidente proveniente del liberalismo jacobino y las
relaciones volvían a tensarse, aunque no hubo conflictos exacerbados, a excepción de
un Decreto del Poder Ejecutivo de abril de 1901 por el que se prohibió la entrada al país
de sacerdotes emigrados de Europa, evocando la ley de Conventos de 1885. Esta
medida fue calificada como una declaración de guerra religiosa, atentatoria de la
130
BAZZANO, D., VENER,C., MARTÍNEZ, A. y CARRERE, H. o.c.
131
Discurso del Dr. Francisco Bauzá sobre La Unión Católica, El Telégrafo Marítimo, 1889, p.15
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 56
libertad por Mons. Mariano Soler132. Junto a este Decreto la no designación de obispos
para las diócesis sufragáneas fueron los dos temas en cuestión entre Iglesia y Estado en
los años de administración del presidente Cuestas.
Con la llegada a la presidencia de José Batlle y Ordóñez dio comienzo una gran
ofensiva secularizadora tendiente a que el Estado ocupara definitivamente todos los
vericuetos del espacio público y trasladara al espacio de lo privado lo religioso.
La segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez estuvo cargada por una amplia
ofensiva anticlerical del oficialismo, que fue la más profunda de todo el proceso.
132
Cfr. “Exhortación Pastoral” de Mons. Mariano Soler del 10 de mayo de 1901
133
SOLER, M., “El apostolado seglar”, con un apéndice sobre el anti-clericalismo, diiscurso-
conferencia., Imp. Uruguaya de M.Martínez, Montevideo, 1901.
134
Cfr.Carta de Mons. M.Soler al Vicario General el 27 de agosto de 1905. Cfr. Archivo Mons. Soler.
135
Cfr. Tomo Especial de la Cámara de Representantes, pps.119-128.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 57
Los últimos tiempos de Mons. Mariano Soler mostraron haber desarrollado una
cierta comprensión de la inevitabilidad de cambios en el relacionamiento entre Iglesia y
Estado, en tanto que se diera en el marco de ciertas condiciones para la Iglesia. Pero no
le resultaba fácil hacer comprender su posición a determinados sectores de la feligresía
nada proclives a aceptar estos cambios, con el agravante de la aparición en 1906 de una
encíclica del Papa Pío X en la que condenaba de forma expresa cualquier separación y
desautorizaba cualquier camino de mediación o acercamiento para hacerla posible.139
Ese esfuerzo y hasta obsesión por integrar y homogeneizar, fue resumido por
Germán Rama en la expresión “una sociedad hipertintegradora”144, preocupada por
limar aristas y hacer desaparecer lo diferente. Si bien otros autores relativizan esta
caracterización por entender que solo implicaba a las clases y sectores sociales con
cierto capital social, la misma contribuye a dar cuenta de una situación peculiar y de un
esfuerzo colectivo.
141
Cfr. Registro Nacional de Leyes y Decretos, 1919 pps. 433-434.
142
GEYMONAT, R. Y SANCHEZ, A.; “Iglesia, Estado y Sociedad en el Uruguay del Siglo XX” Inédito
143
GONZALEZ, C.; La construcción de la identidad uruguaya., Santillana-Universidad Católica del
Uruguay, Montevideo, 2001.
144
RAMA, G.W.; La Democracia en el Uruguay Arca, Montevideo, 1995.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 59
5.5 La Iglesia-gueto
Una relectura de este proceso hecha en la década del sesenta por Patricio Rodé
planteaba:
145
ANDACHT, F.; Signos reales del Uruguay imaginario, Trilce, Montevideo, 1992.
146
RODÉ, P.; Promoción del laicado...o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 60
El mismo Rodé junto a Juan Luis Segundo planteaban una actitud de la Iglesia
que desarrollaba:
Los años sesenta marcaron el ingreso a una nueva etapa en el itinerario histórico
de la Iglesia Católica en el Uruguay. Etapa que se relaciona con la crisis económica y
social, que culminó siendo también política, vinculada al agotamiento de un modelo de
país que conllevó al replanteamiento del ser nacional, en donde todos los temas volvían
a ser cuestionados, y donde la ubicación de los distintos actores sociales y políticos, tan
claramente definida hasta el momento, comenzó también a ser problematizada y a
cambiar de lugar.
Uno de los primeros signos del cambio, respecto a los temas de preocupación
para la Iglesia, lo reflejó la aparición de la Carta Pastoral sobre los Problemas del Agro,
152
BAZZANO, D.; et al o.c.
153
VILLEGAS, J.; “Historia de la Iglesia en el Uruguay en Cifras” Universidad Católica del Uruguay
“Dámaso A. Larrañaga”, Montevideo, 1987.
154
Datos estimativos ya que desde 1908 hasta 1963 no se realizó el Censo Nacional.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 63
que promulgara en 1961 un novel obispo de una diócesis del interior, que orientaba a
establecer una reflexión sobre las condiciones de vida inhumanas de las personas que
habitaban en el espacio rural del país.
Por primera vez en mucho tiempo los temas de preocupación de las cartas
pastorales o documentos oficiales de las autoridades eclesiásticas del país se centraban
en una problemática netamente social, abandonando la preocupación intimista por las
costumbres y las prácticas individuales.
El propio Mons. Parteli daba cuenta de esa situación, varios años después, en
entrevistas reservadas, y que esa Carta tuvo mucha resonancia “porque nunca se
hablaba de eso”,155 refiriéndose a la preocupación y la importancia de lo social. Esa
Carta Pastoral tuvo una repercusión impensada y hasta el Parlamento Nacional llegó a
incorporarla como texto de trabajo en las actas de la Comisión de Reforma Agraria
teniendo una amplia trascendencia a través de los medios de comunicación social.
En 1967 se funda el Instituto Teológico del Uruguay con la misión de contar con
un ámbito propio para la formación de los nuevos sacerdotes. También en ese año es
fundada la Conferencia de Religiosos del Uruguay (que luego se llamaría Federación de
Religiosos del Uruguay), como instancia de coordinación de la vida religiosa.
155
Entrevista realizada en el año 1995 de forma personal a Mons. Carlos Parteli.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 64
“Ver con objetividad y espíritu de escucha a la voz del Señor; ver con la
mirada de aquellos que son los predilectos del Reino: los pobres. Juzgar
con juicio equilibrado y evangélico haciendo discernimiento comunitario y
confrontando permanentemente la vida con la palabra de Dios, leída
eclesialmente. Actuar con disposición de la conversión, para transformar -
con ayuda del Espíritu- nuestras propias conductas y a través de ellas,
influir en el medio en que vivimos.”158
156
VILLEGAS, J.; “Modelos históricos de la Evangelización en el Uruguay”, en Soleriana, Revista del
Instituto Teológico del Uruguay, Mons. Mariano Soler, Año XIX, NÚM 1-2, Montevideo, 1995.
157
Id.
158
PARTELI, C.; Homilía con motivo del lanzamiento del Plan Pastoral de Montevideo para 1984-1985.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 65
Todos estos cambios posicionaron en otro lugar social a la Iglesia Católica, con
lo que ello implicó en el propio seno de la comunidad católica así como en la sociedad.
Aparecieron posturas en pro de los cambios y otras resistentes a los mismos, así como
las radicalizaciones de ambas, en un tiempo en que la sociedad uruguaya atravesaba un
proceso social similar. La mirada histórica nos permite explicar que era esperable que si
el conjunto de la sociedad se dividía y polarizaba, esas mismas divisiones y
polarizaciones se debían expresar en el cuerpo católico, quizá bajo formas y expresiones
propias a su lógica.
Una de las figuras más resistentes al cambio fue la del obispo Mons. Antonio
Corso, quien fuera Auxiliar de Montevideo desde 1958. Hombre de posiciones
tradicionalistas que entendía que los cambios que se estaban procesando debilitaban a la
Iglesia frente a sus “enemigos” haciéndole perder poder e influencia. M. Corso se aplicó
a la tarea de impedir la instrumentación de las reformas conciliares y contó con el apoyo
de algunos sectores de la Iglesia Católica y también del Nuncio Apostólico de la
época.161
La Carta Pastoral de la CEU de Cuaresma de 1967 sobre los problemas del país
refleja las posturas eclesiales de la época, manifestando la:
161
Un incidente protagonizado precisamente por este obispo y el Nuncio Mons Forni, es tomado como el
punto máximo del enfrentamiento entre las posiciones renovadoras y las resistentes a los cambios. Lo
que se llamó la Asonada del Solís, haciendo referencia al teatro más importante del país, donde el 29 de
junio de 1965, en ocasión de la fiesta del Papa, la multitud congregada impidió que el Nuncio hiciera uso
de la palabra aplaudiendo sin cesar, golpeteando en el piso y gritando consignas como ¡Viva el Papa,
fuera Forni!. Los testigos de la época dan cuenta de la ira que esta situación generó en Mons. Corso y en
el Nuncio.
Unos meses más tarde una misiva firmada por la mayoría del clero diocesano, enviada al Papa Pablo VI,
daba cuenta de las posturas de Forni y Corso pidiendo una solución al respecto. La carta estuvo
contrafirmada por el Cardenal Barbieri, titular de Montevideo, aunque no ejercía como titular de la
Arquidiócesis en función de una larga enfermedad que lo había apartado del cargo, y atestiguaba de
alguna forma la solicitud del clero de Montevideo, según versiones de testigos directos.
La disputa se zanjó con la intervención del Vaticano en el asunto a favor de los renovadores, creando una
nueva diócesis y enviando allí como titular al propio Mons. Corso, trayendo a Montevideo a Mons.
Parteli, quien fuera obispo emblemático de la renovación conciliar, y retirando al Nuncio Mons. Forni..Lo
que es visto como un aval a la renovación y como un hecho muy significativo en la historia eclesial, sobre
todo en lo referente a la remoción de un obispo. Soplaban vientos de renovación.
162
Cfr. “Documento acerca de la situación social, del 7 de octubre de 1968, en Vida Pastoral No.9
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 67
163
En la visita Ad Limina de 1976 el Papa Pablo VI basándose en los informes diplomáticos recibidos
tiene una severa actitud de reprimenda hacia Mons. Parteli. A las pocas horas de la reunión el Papa fue
advertido de la situación y envió una misiva personal manuscrita a Mons. Parteli, enmendando lo hecho y
le regaló una rosa de plata, que la diócesis de México enviaba año a año al Papa.
164
En referencia al Movimiento de Liberación Nacional, Tupamaros.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 68
como los movimientos específicos de acción católica como los de estudiantes fueron
objeto de estas prácticas. Son elocuentes las actas del Consejo de Estado, órgano
sustituto de las Cámaras democráticas, en donde se afirmaba:
Se produjo en 1987 un episodio singular, al que daré más espacio que a otros en
virtud de su capacidad de reflejar con inusual claridad un conjunto de elementos que
centran la atención en la vida nacional y su relación con lo religioso.
En ese año se produjo la primera visita de un Papa, Juan Pablo II, al Uruguay en
el marco de la firma del tratado de Argentina y Chile por una disputa de límites
territoriales entre ambos países que se solucionó con la intervención del Vaticano. Se
165
Cfr. Diario de Sesiones del Consejo de Estado, Sesión del 11 de noviembre de 1975.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 69
ofició una misa campal en un lugar céntrico de la capital y se instaló una gigantesca
cruz de hierro de 30 metros de altura que estuvo presidiendo el altar en el que se ofició
la misa. La misa se convirtió en una de las manifestaciones públicas más multitudinarias
de la historia del país.
166
Diario La Mañana, Montevideo, 2 de abril de 1987.
167
Id.
168
Los diarios de la época dan profusa información al respecto, divulgan las opiniones, establecen
opiniones, reciben cartas de los lectores a favor y en contra. Un repositorio documental de esta discusión
se encuentra en el Centro de Documentación OBSUR de la ciudad de Montevideo.
169
Cfr. editorial del diario “El Día” del 4 de abril de 1987, titulado “El tema de la Cruz. Las cosas en su
lugar”. En el mismo se expresaba la sorpresa que había significado la multitud que se congregó en torno
a la visita papal, en un país de larga tradición laica, afirmándose que el “lugar natural” de lo religioso
radicaba en el espacio de “lo privado”, apelando luego a ciertos “valores esenciales” de la “identidad
nacional”, y sugiriendo como solución lo relatado en el texto, la ubicación de la Cruz en territorio
eclesiástico y no público.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 70
Tampoco era el mismo el clima religioso y la estructura del campo religioso, que
se había vuelto, aunque sin que la mayoría se diera cuenta de forma explícita, y menos
aún las elites intelectuales, en un campo plural en medio de una sociedad que se
comenzaba a mostrar propensa a la aceptación de las expresiones religiosas y no a su
negación y enfrentamiento, y donde el prejuicio moderno de su desaparición y/o
identificación con el oscurantismo y la ignorancia no tenían ya prédica en la masa,
aunque sí lo tenían y lo tienen en ciertas elites intelectuales.
170
Edición del 5 de mayo de 1987 de “El Diario” de Montevideo y edición de el diario “La Mañana” del
6 de mayo de 1987.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 71
171
Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, Tomo 305.
172
Alocución del Senador A. Traversoni del Partido Colorado, Diario de Sesiones de la Cámara de
Senadores, Tomo 305.
173
Alocución del Senador C. Cigliutti del Partido Colorado, Diario de Sesiones de la Cámara de
Senadores, tomo 305.
174
Alocución del Senador Rodríguez Camusso del Frente Amplio, Diario de Sesiones de la Cámara de
Senadores, tomo 305.
175
Cabe citar fragmentos de la alocución del Senador Jorge Batlle por su significación fáctica y
conceptual: ese“nuevo sentimiento de laicidad que prevalece en al vida nacional se ha transformado en
una actitud que[...] no creo que haga bien a [...] una sociedad, [...] Han transformado a la laicidad en un
profundo escepticismo y por ello [...] se ha vuelto un instrumento de carácter negador de la fuerza
espiritual, de la razón o de la raíz espiritual de cada uno de nosotros, [...] Estimo que la laicidad tiene
que tener, en ese sentido, un significado de respeto pero no de negación, una actitud con la que y desde
la que se exprese la manera de pensar [...] para mi la presencia de ese símbolo de carácter espiritual que
tanto representa en la vida de nuestra civilización, de nuestro país y de todos los de cuya historia
formamos parte contribuye a que el país [...] sienta las cosas del espíritu como algo que tienen que
volver a tener importancia primera en la vida de los seres humanos”
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 72
Parece claro, por el tono y contenido de los discursos, opiniones, artículos, etc.,
que este tema tocaba una parte profunda del imaginario uruguayo, del viejo imaginario
de principios de siglo XX que tanto impactó a nuestra sociedad. Un viejo imaginario
que había perdido su capacidad de agrupar en un “nosotros” uruguayo y de ahí impulsar
al futuro. Un imaginario que pese a mostrar su resquebrajamiento no encuentra frente a
sí a un sustituto debidamente acabado, quizá, por un lado, porque la memoria colectiva
mira al pasado en forma idealizada y rescata de él imágenes, memorias, que siempre son
reconstruidas del tiempo del Uruguay feliz, de la Suiza de América179, del Uruguay que
176
Alocución del Diputado Rocha Imaz del Partido Nacional
177
Alocución del Diputado Yamandú Fau, en aquel entonces del Frente Amplio y posteriormente en el
Partido Colorado y quien ocupara luego el Ministerio de Educación y Cultura del que se puede citar
cuestionando al presidente de la República (el mismo de quien luego fue Ministro) “un Jefe de Estado
uruguayo no puede promover medidas que impliquen una lesión al principio de laicidad” y remitiendo a
la condición de masón de Manuel Oribe fundador del Partido Nacional decía “no tenía la cruz como
símbolo, sino un compás, una escuadra, una cuchara, un nivel, una plomada”, concluyendo: “setenta años
de convivencia pacífica y tolerante desembocan ahora en un punto de discordia en la sociedad uruguaya”.
178
Afirmaba el Diputado Asiaín: “La historia de esta y de otras cruces es muy poco santa, [...] Lisa y
llanamente, el dogma de la cruz y este pretendido homenaje como símbolo hoy son un contrasentido.
Insistir en su mantenimiento es pretender cerrar o agraviar los ojos de quienes han logrado sobrepasar el
oscurantismo espiritual en el que una gran parte de la humanidad aún está sumida. Esta actitud es también
un acto de prepotencia (pues queda claro) que esta cruz fue concebida y emplazada para quedarse.”
179
Calificativo con que se apelaba a Uruguay en la primera parte del siglo XX en que su modelo de
desarrollo mostraba indicadores claros de éxito, que diferenciaron en algo a este país del resto de América
Latina.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 73
Precisamente escudriñar qué énfasis están en juego, qué modelos -si es que los
hay- están presentes, que tipo de catolicismos se van conformando en la respuesta a los
cambios introducidos por la sociedad en el seno eclesial, son parte de las preguntas que
se deberán contestar en el futuro próximo.
180
En la investigación sintetizada en el libro Creencias y Religiones, la religiosidad de los
montevideanos al fin del milenio, de DA COSTA, N., KERBER, G., y MIERES, P., ya citado, se
encuentra un significativo 81% de los habitantes de Montevideo que afirman creer en Dios. Asimismo se
percibe en los sectores jóvenes una mayor proclividad a la expresión pública de sus creencias religiosas a
la percibida una o dos décadas atrás.
181
En diciembre de 1998 asumió un nuevo Arzobispo en virtud de la renuncia por alcanzar los 75 años,
edad de presentación obligatoria de renuncia al cargo del anterior obispo. Según consignan los propios
medios de comunicación en los primeros cinco meses del año el nuevo Arzobispo ya había tenido más
aparición en la prensa que su antecesor en 13 años de arzobispado. Como se señala en entrevista radial,
consignada en internet, el periodista afirma “Sin duda que es así (el hecho de una mayor presencia de
Mons. Cotugno en los medios superando en pocos meses las apariciones de su antecesor) [...] las
posiciones de la iglesia hasta la llegada de Cotugno [...] se conocían básicamente a través de
comunicados, resoluciones de la Conferencia Episcopal, y este tipo de señalamientos, cuando aparecían,
lo hacían de manera atenuada, discreta. Pero básicamente aparecían por escrito, y no es lo mismo
escuchar a alguien enfatizando, acentuando, incluso polemizando públicamente, que limitarse a leer un
documento.” Cfr. Página Web de Radio El Espectador de Montevideo -www.espectador.com-, viernes
14.05.99: “El arzobispo Cotugno, un nuevo estilo de comunicación de la Iglesia Católica que descoloca a
los actores políticos”
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 75
Cada templo tiene vida propia sin depender de ningún otro, pero inscribiéndose
en tradiciones propias que han sido trasmitidas por otros paes o maes que funcionan
como padrinos de fundación y establecimiento de un nuevo terreiro.
182
PI HUGARTE, R.; Los cultos de posesión en el Uruguay. Antropología e historia. Ediciones de la
Banda Oriental, Montevideo, 1998.
Referirse también al texto del mismo autor “Los estudios sobre religión en Uruguay” , publicado en
FRIGERIO, A.; y otros; Ciencias Sociales y Religión en el Cono Sur, Centro Editor de América Latina,
Buenos Aires, 1993.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 76
5.10 Neopentecostalismo
Por las características propias de estas experiencias son catalogadas por algunos
autores como neopentecostalismo o pentecostalismo autónomo en cuanto
organizaciones religiosas autónomas y autosuficientes, disidentes del pentecostalismo
tradicional. 183
183
Cfr., número monográfico sobre Neopentecostalismo de CADERNOS DE ANTROPOLOGÍA Núm. 9
– 1992, Programa de Pós-Graduaçao em Antropologia Social de la Universidade Federal do Rio Grande
do Sul, Porto Alegre 1992, especialmente los artículos de Ari Pedro Oro y Renzo Pi Hugarte.
184
FRIGERIO, A.; “Estudios Recientes sobre el Pentecostalismo en el Cono Sur: Problemas y
perspectivas”, en FRIGERIO (compilador) El Pentecostalismo en la Argentina, Centro Editor de América
Latina, Buenos Aires, 1994
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 77
• Pentecostales
Asambleas de Dios
Iglesia de Dios
Iglesia de Dios Pentecostal
Ondas de Amor y Paz
Alrededor de 40 denominaciones menores
Dios es amor
Iglesia de Dios de la Profecía
Iglesia Pentecostal Unida Internacional
Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús
Iglesia Pentecostal de los Milagros Primitivos
• Otras
Ciencia Cristiana
Testigos de Jehová
186
GUERRA, P.; “Relevamiento de organizaciones religiosas en Montevideo”, Mimeo, Montevideo,
1993.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 79
• De origen oriental
Iglesia Mesiánica Mundial Sekai Kyusei Kyo (origen japonés)
Fe Bahá’i (de origen persa)
Iglesia de la Unificación (secta moon)
Seicho No Ie
Hinduismo
Asociación Internacional para la Conciencia del Krishna
Templo Hindú
Budismo
Asociación Budista Sokka Gakai
• De origen judío
Nueva Congregación Israelita
Comunidad Israelita del Uruguay
Congreso Israelita Sefaradí
Sociedad Israelita Húngara del Uruguay
• Origen científico-filosófico
Sociedad Teosófica del Uruguay
Federación Espiritista del Uruguay
Escuela Científica Basilio (espiritista)
Fraternidad Rosacruz Max Heindel
La Antigua y Mística Orden de la Rosacruz (AMORC)
Sin pretender un análisis exhaustivo, sino más bien caracterizar las tendencias
con ciertas dinámicas y peso interno, en Uruguay, se puede hablar de tres tipos de
187
POULAT, E.; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 80
Parte II
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 82
Capítulo 6
188
Ver capítulo correspondiente a la evolución de las creencias.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 83
90 81
80
70
60
50
40
30
20 12,5
10
5,8
0,7
0
Cree en Duda o no No cree No
Dios sabe en Dios contesta
50 47,3
45
40
34,5
35
30
25
20
15 11,5
10 6,7
5
0
Religiosa Indiferente Atea No contesta
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 84
189
A los efectos de esta investigación se ha construido un índice de Nivel Socio Económico (NSE) sobre
la base de nivel de instrucción formal, uno de los indicadores más fuertes al respecto, así como del nivel
de la vivienda habitada.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 85
Las razones para creer o no en Dios son muy variadas y distribuidas siendo la
más mencionada la tradición familiar con afirmaciones tales como “vengo de una
familia creyente” u otras similares, presentándose en segundo lugar la necesidad de
creer “porque en algo hay que creer”, posición sostenida por casi el 14% y en tercer
lugar la valoración de la ayuda que brinda la fe ante los grandes problemas de la vida
(11%).
190
Cfr. Capítulo 7
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 86
No fue fácil para los encuestados poder encontrar hechos que los llevaron a creer
o no creer en la existencia de Dios. De hecho la mayoría no entendió que hubieran
hechos especiales que incidieran en ello, pero casi un 12% expresó que problemas de
enfermedad, propias o de seres queridos, fueron acontecimientos significativos al
respecto.
optar los entrevistados por aquella que se aproximaba más a su propia creencia
personal.
191
ESQUIVEL, J. et al.; Creencias y Religiones en el Gran Buenos Aires. El caso de Quilmes.
Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, 2001.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 88
192
HERVIEU LEGER, D.; Le pelerin et le convertí... .o.c.
193
DAVIE, G.; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 89
Resulta significativo que aquellos que se definen como más religiosos son
quienes se identifican como creyentes en la religiosidad afrobrasileña.
El grupo de quienes se definen como ateos muestra una fuerte increencia, del
80%, un 10% de quienes pese a definirse como ateos creen en la existencia de Dios y
otro 10% que duda.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 90
Para el análisis no se han tomado en cuenta las opciones religiosas con muy bajo
nivel de presencia estadística.
Los grados de práctica de otras opciones creyentes son claramente más altos que
las del espacio católico.
194
ORIZO, F. y ELZO, J. (directores) y otros.; España 2000, entre el localismo y la globalidad. La
Encuesta Europea de Valores en su tercera aplicación, 1981-1999, Ediciones SM y Universidad de
Deusto, Madrid, 2000.
195
Ibid. Cfr. capítulo 7, “Religión: valores, ritos y creencias”, a cargo de Juan González Anleo y Pedro
González Blasco.
196
HERVIEU-LEGER, D. Le pelerin et el converti ...o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 91
Los grupos cristianos evangélicos tienen mayor presencia en los sectores bajos
de la sociedad, en tanto que la Iglesia Católica tiene un porcentaje mayor en los sectores
medios.
6.7 Contenidos de fe
Las creencias en las afirmaciones anteriores varían para cada una. La creencia en
la existencia del alma es la más compartida por la población, aun así algo más de una
cuarta parte no comparte esa creencia, en tanto que la menos compartida es la
infalibilidad papal.
El 47% de los creyentes en Dios cree en el Paraíso en tanto que un 40% no cree
en él. Dentro de quienes no creen en Dios un 90% no cree en el paraíso, en tanto que un
6% si cree.
Aparece claramente marcado que entre aquellos que afirman creer en Dios y
aquellos que se definen como católicos las diferencias de apreciación de los diferentes
temas son muy escasas.
Por el contrario, el nivel de práctica religiosa parece tener una clara incidencia
en la valoración de los diferentes temas estudiados, aunque esa incidencia no sea lineal
como presumiblemente se hubiera esperado, dado que en algunos casos quienes tienen
mayor grado de práctica se aproximan más a los contenidos dogmáticos del catolicismo
y en otros se alejan.
De todas formas salvo en el caso del alma y del Paraíso, donde quienes son
practicantes o muy practicantes se aproximan con dicha graduación al 100% de
opiniones de creencia, en ninguna de las demás variables medidas se supera el 50% de
creencia y en algunos de ellos, como la infalibilidad papal, el infierno o el diablo el
nivel de creencia no llega al 20% de los muy practicantes.
Diablo (cree) 32 27 36 17
Diablo (no cree) 60 63 60 67
Infierno (cree) 27 24 36 17
Infierno (no cree) 64 64 52 67
Paraíso (cree) 47 48 64 83
Paraíso (no cree) 40 37 24 0
Pecado (cree) 62 64 68 50
Pecado (no cree) 29 25 20 33
Reencarnación (cree) 28 28 40 33
Reencarnación (no cree) 55 53 40 50
misma forma por los creyentes, actualmente se aprecia que sólo un 8,8% afirma que no
se puede ser buen religioso sin ir a la Iglesia todas las semanas en tanto que un
abrumador 86% cree que se puede ser buen religioso independientemente de esa
asiduidad de asistencia a las instituciones religiosas.
¿Se puede ser buen religioso sin ir a la iglesia todas las semanas?
según grados de definición y vinculación religiosa (en %)
Otro aspecto a tener en cuenta ante estos datos es que tienen que ver con la
presencia de sacerdotes, la cantidad de sacerdotes. No tenemos en Uruguay ni hemos
vivido lo que en Europa se ha llamado la sociedad parroquial, en la que la parroquia
estaba extendida en todo el territorio y había un gran número de sacerdotes que les daba
una capacidad de presencia muy vasta. En estas tierras se ha vivido una situación de
relativa escasez, lo que debe haber contribuido a dotar a la presencia sacerdotal de
características distintas. e incidiendo en la importancia de la intermediación sacerdotal.
Es interesante apreciar que la opción más rechazada por los ateos es la que
afirma que la religión es cosa de seres ignorantes. Aun así, un 22% de los ateos valora
positivamente esa visión de la religión.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 97
Llama la atención que aquellos que se definen como católicos, con diversos
grados de práctica coincidan con la afirmación marxista de que la religión es el opio de
los pueblos o que es un consuelo que se inventa la gente.
Capítulo 7
Una limitación de los datos provenientes de este estudio está relacionada con la
forma de recogerlos. La metodología utilizada implicó que los datos de todos los
integrantes del núcleo familiar fueran proporcionados por un integrante de la familia, ya
que la unidad en estudio eran familias y no personas u hogares.
197
Cfr. La familia en Montevideo. VII Semana Social de la Iglesia, Publicación de la Unión Nacional
Católica de Acción Social (UNCAS), Montevideo, 1956.
198
Cfr. Aspectos Religiosos de la Sociedad Uruguaya, Publicado por el Centro de Estudios Cristianos de
la Federación de Iglesias Evangélicas en Uruguay, Montevideo, 1965.
199
Cfr. Da Costa, N, Kerber, G. y Mieres, P.; Creencias y Religiones, la religiosidad de los
montevideanos al fin del milenio, Ed. Trilce, Montevideo, 1996.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 99
Esto conllevó que los datos recogidos involucrasen a toda la población sin
diferencia de edades, lo que no permite la comparación con las encuestas actuales que
son tomadas, según el caso, sobre poblaciones de 15 o 18 años en adelante.
Los protestantes sumaban un 2,3% y los israelitas 3,4%, en tanto que un 27% de
la población manifestaba no pertenecer a ninguna religión. Este último grupo esta
compuesto por un 14% de hombres y un 13% de mujeres.
Remarca un dato que sorprendió a los autores como era la escasa diferencia que
hay entre ambos sexos en materia de religión. Para el caso de quienes se definían como
católicos mostraba un 63.3% de hombres y un 69.4% de mujeres, en tanto que aquellos
que no tenían religión eran un 30.6% hombres y un 23% mujeres. Los ateos eran
hombres en un 11% y mujeres en un 8%. Esta diferencia hace que los autores
prevengan a los lectores acerca del hecho de que las entrevistas fueran realizadas
mayoritariamente a mujeres en nombre de los demás integrantes de la familia lo que
puede haber introducido un sesgo.
Según el nivel educativo alcanzado se apreciaba que entre los hombres que
cursaron primaria –sin diferencia entre completa o incompleta- se encontraron menores
porcentajes de católicos y mayores de personas sin religión, 62,8% y 32,2%
respectivamente. Entre aquellos que tenían estudios secundarios se produce un aumento
de católicos y una disminución de personas que se decían sin religión, 66,.% y 22,8%
respectivamente.
Este estudio publicado en el año 1965, también producido desde dentro del
espacio de las instituciones religiosas, esta vez de las instituciones protestantes, incluye
una encuesta de población sobre la situación religiosa de la sociedad uruguaya, y tres
artículos, uno de los cuales “El proceso de secularización en el Uruguay: sus causas y
resultantes”, escrito por otro pionero como Julio de Santa Ana, quien también prologa el
libro, ha sido un importante y temprano aporte para la reflexión sobre la secularización
en el Uruguay.
Los datos del trabajo muestran que el 87% de los habitantes de Montevideo
afirmaban creer en Dios, que un 9% afirmaba no creer y que un 3% manifestaba dudas
al respecto.
Este tercer estudio realizado en el año 1994 y publicado en 1996 fue llevado
adelante a través de una iniciativa interinstitucional en la que participaron la
Universidad Católica del Uruguay, El Centro Latinoamericano de Economía Humana
(CLAEH) y el Observatorio del Sur (OBSUR).
informantes calificados de varias religiones con una pauta semiestructurada. Esta última
parte de la investigación fue publicada en forma separada.200
200
Cfr. KERBER, G. (ed.); Los hombres y una mujer de lo sagrado. Entrevistas a 19 líderes religiosos
de Montevideo, Utopía, Montevideo, 1996.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 103
90
87 87
81 81
80
70
60
50
40
30
20 14 12
9 9 9
10 5 4 6
Los datos comparables entre el trabajo del año 1964 y 2001 (2ª y 4ª columna de
datos) para población de 15 años en adelante muestran variaciones interesantes en esos
37 años. Se aprecia un descenso de la creencia en Dios del 6%, un aumento de quienes
no creen en la existencia de Dios de 3,5% y un descenso de quienes dudan de 3,2%.
Asimismo, los datos comparables entre los estudios de 1994 y el actual (3ª y 5ª
columna de datos), éste último calculado sólo para la población de 18 años en adelante
para permitir la comparación, muestran prácticamente el mismo valor de personas que
afirman creer en Dios (la diferencia en más en la encuesta actual es tan pequeña que
puede caer en el margen de error).
Otro aspecto que parece interesante comparar o mejor mirar con una perspectiva
histórica es el de las definiciones religiosas de la población, esto es las opciones
confesionales.
72
70 67
60
54
50
47,9
40
30
20
12,6 11,1
10
2,3 5
0
La ampliación de las categorías que intentan dar cuenta de este espacio sugieren
un cambio en la percepción del propio fenómeno. En tanto que en 1954 la categoría
usada es única y tradicional, en 1964 se amplia algo más, en 1994 se vuelve más amplia
y a la vez más genérica, en 2001 se amplía y especifica a la vez.
Entre 1964 y 1994 este espacio crece más del 100% pasando de 5% a 12,6%,
descendiendo hacia 2001 al 11,4%.
El trabajo del año 1964 puede ser comparado con el actual en virtud de los
límites etarios y de ciertas preguntas en común, lo que pasaremos a indagar a
continuación.
1964 2001
% %
Bautismo 94 85,8
Confirmación 63 33,8
Casamiento religioso 74 30,5
Otro aspecto indagado en las dos investigaciones, con opciones diversas, aunque
algunas de ellas equiparables, es el referido a la asistencia al culto.
Si bien no todas las categorías son comparables podemos tomar las extremas,
esto es, quienes asisten casi diariamente y quienes no asisten. En dichas categorías los
resultados son significativos. Por una parte se triplicó el porcentaje de asistentes “casi
todos los días” al culto pasando de 1% a 3,1% y por otro pasó a más del doble el
porcentaje de quienes no asisten a culto, pasando de 25% a casi un 60% de los
creyentes.
7.5.3 La oración
La misma prevención sobre las categorías usadas que se hizo anteriormente debe
reiterarse. También las categorías extremas son elocuentes. El rezo diario o casi diario
ha descendido menos de 3 puntos porcentuales, en tanto que se ha multiplicado
sustancialmente el porcentaje de quienes no rezan nunca de 4% a 39%.
Tomando en cuenta de forma agrupada las respuestas que en cada trabajo daban
cuenta de creencias en que algo sucede después de la muerte encontramos un aumento
de éstas. En la encuesta de 1964 el 40% de la población afirmaba creer que algo sucedía
después de la muerte, en 1994 afirma lo mismo un 42,1% de la población, en tanto que
en el presente trabajo lo afirma el 46,8%
201
Cfr. ESQUIVEL, J. et. al.; .o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 110
Definición religiosa
Quilmes Montevideo
%
Católico 77,5 54
Carismática 0,3 -------
Cristiano no católico (sin especificar) 5
Evangélica 10,2 -------
Evangélica (sin especificar) 3,8
Evangélica Pentecostal 1,5
Evangélica Bautista 0,3
Protestante 0,5
Adventista 0,3
Creyente en Dios pero en ninguna confesión 9
Umbanda / Cultos afrobrasileños 0,6 2
Mormón 1
Testigo de Jehová 0,8
Judío 0,3
Budista 0,3
Armenio ortodoxo 0,3
Metafísico 0,3
Creyente solar 0,3
Espiritista 0,7
Ninguna 10,2* 0,3
Agnóstico 3
Ateo 12,8
Sin dato 0,5 4,8
Total 100 100
* Esta categoría incluye ateos y agnósticos
7.6 Conclusiones
Capítulo 8
Itinerarios y socialización religiosa
Resulta interesante apreciar qué sucede con los cambios que han sucedido a lo
largo de la vida en términos de la propia definición religiosa de la población Ahí
encontramos que cambió la definición religiosa de un 23% de quienes se definen
católicos, menos de una cuarta parte de ese universo. No sucede lo mismo para el
conjunto de los cristianos evangélicos. Ha cambiado a lo largo de su vida la definición
religiosa del 56% de quienes se definen cristianos evangélicos. Esto es que el mundo
evangélico atrae hacia sí, a través de procesos de conversión a más del doble que el
mundo católico.
Esto indica, pese a las limitación que siempre impone una pregunta que recurre
al ejercicio de la memoria, que las edades jóvenes son las esenciales en los procesos de
definición religiosa y que el mito de que la gente se convierte a medida que avanza la
edad y se acerca la muerte parece no coincidir con los itinerarios declarados por
quienes afirman haber modificado su definición religiosa a lo largo de su vida (que son
el 31% de la población)
Del total de personas que afirman que su vivencia religiosa aumentó, el 71% está
compuesto por mujeres y el 29% por hombres.
También son más las mujeres que los hombres en el total de quienes afirman que
su religiosidad ha disminuido, pero con valores más bajos que en el caso anterior,
siendo un 57.5% de mujeres y un 42,5% de hombres.
El grupo de los más jóvenes coincide, en términos erarios, con la etapa de la vida
en que la población afirma que se procesan las definiciones religiosas más profundas.
Sobre el grupo de 40 a 49 años no tenemos evidencias que nos permitan afirmar si su
comportamiento tiene que ver con una época específica en su socialización religiosa
como generación -estamos refiriéndonos a quienes nacieron entre 1951 y 1960- o si hay
otros factores en juego no percibidos en esta investigación..
En otras instancias habría que explorar la hipótesis del papel jugado en esta
generación en el momento de la vida en que la gran mayoría de la población afirma que
se producen los cambios religiosos más fuertes, esto es entre los 13 y los 20 años. Esta
generación tenía esas edades entre 1964 y 1971, los años sesenta, con el fuerte impacto
de esos años en nuestro país a nivel social, simbólico y religioso con el Concilio
Vaticano II y la Conferencia de Obispos Latinoamericanos en Medellín (1968) que
generaron una fuerte visibilidad de la Iglesia y los cambios que estaban produciéndose.
No surgen elementos de esta investigación que permitan concluir en el sentido indicado,
ya que no estaba entre los fines de la presente investigación sondear ese aspecto.
Las cosas cambian cuando se trata de la creencia del padre, donde se aprecia una
disminución de los grados de creencia. Los padres de quienes creen en Dios son
católicos en un 60%, 18 puntos porcentuales menos que las madres.
Dada la relación ya apreciada entre sexo y creencias era esperable que los padres
tuvieran una menor definición creyente que las madres lo que se confirma al comparar
también el porcentaje de padres ateos.
Los datos no suman 100 por detallarse sólo las principales opciones religiosas (suma vertical)
Solo una minoría (5%) proviene de familias con una clara actitud no religiosa y
anticlerical.
Por otra parte, el 16% proviene de familias en las que la actitud de indiferencia
hacia lo religioso era la que primaba, en tanto que un 5% proviene de hogares con una
actitud no religiosa y anticlerical.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 118
La actitud familiar parece tener, como era esperable, una cierta influencia en la
creencia o increencia en Dios.
Del total de quienes provienen de familias poco creyentes, pero optaron por
educar a sus hijos cristianamente un 46% se define a sí mismo como una persona
religiosa, en tanto que un 43% se definen como indiferentes
El cuadro que aparece a continuación evidencia que las categorías “no muy
practicante” y “no practicante” están integradas por personas provenientes de todos los
tipos de hogares en cuanto a actitud religiosa para con sus hijos se refiere, mientras que
las categorías de hogares más alejados de lo religioso son los que proveen menos
católicos “muy practicantes” o “practicantes”.
Casi dos tercios de quienes no creen en Dios no han formado parte en ningún
otro momento de su vida de alguna organización religiosa.
Por otra parte sólo un 2.2% de los creyentes provienen de hogares de familias no
religiosas y con una actitud anticlerical, porcentaje que aumenta un 18% entre quienes
no creen en Dios.
Provenir de una familia muy religiosa aumenta las posibilidades de ser creyente
en Dios pero no las determina, como lo muestran claramente los datos. Lo mismo
sucede en relación a quienes provienen de familias no muy religiosas pero dieron a sus
hijos educación religiosa o de aquellos hogares donde las madres insistían en una
educación religiosa para sus hijos.
Resulta interesante apreciar que en la única etapa de la vida en que asisten por
igual hombres y mujeres a una parroquia es en la niñez. En la juventud o en la
actualidad las mujeres asisten en una relación de casi dos a uno con los hombres.
Asistencia a parroquias
por sexo en %
Masculino Femenino Total
Si, de niño 50,3 49,7 100
Si, de joven 38,6 61,4 100
Acudo actualmente 36,1 63,9 100
No 50 50 100
De adulto 100 100
No contesta 50 50 100
El 95% de quienes se definen como católicos han pasado por alguna parroquia
en algún momento de su vida, en tanto que en el momento de realizarse la encuesta, un
45% de los católicos asiste a ellas.
Asimismo el hecho de participar en una parroquia implica para los católicos una
mayor práctica cultual y de la oración en comparación con quienes no asisten
actualmente.
Por otra parte, cabe consignar que si bien el hecho de participar en parroquias
refleja un aumento de las prácticas cultuales y de periodicidad de la oración, esto no
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 122
debe ser entendido por una homogeneización de dichas pautas, en tanto que la
diversidad de intensidad es también muy variable dentro de este grupo.
Asisten No asisten
Misa asidua y rezo diario 11 2
Misa ocasional y rezo aperiódico 20 6
Misa asidua y rezo aperiódico 3 2
Misa ocasional y rezo diario 19 3
No misa y rezo diario 10 18
No misa y rezo aperiódico 16 20
Misa ocasional y no rezan 14 1
Ni misa ni rezo 6 46
Misa asidua y no reza 0 2
Sin dato 1 1
Totales 100 100
8.5 Sacramentos
Sacramentos recibidos
Si No Sin dato
% % %
Bautismo 85,8 14 0,2
Comunión 59,3 40,5 0,2
Confesión 36,8 63,2
Confirmación 33,8 65,8 0,4
Matrimonio 30,5 69,5
Unción de enfermos 3 97
Por otra parte, la actitud hacia lo religioso de la familia natal también marca de
alguna forma el comportamiento frente a los sacramentos, analizaremos cuatro de ellos:
el bautismo, la comunión, la confirmación y la confesión.
Como se verá, quienes provienen de familias poco creyentes pero que optaron
por brindarle educación religiosa a sus hijos son quienes muestran un índice mayor de
personas que recibieron los sacramentos, lo que sugiere que a este respecto
(sacramental) ha tenido un peso mayor la educación religiosa percibida que la alta
religiosidad familiar, fundamentalmente en la comunión, aunque no mucho mayor en el
caso del bautismo, la confirmación y la confesión.
Entre quienes son ateos si bien las cifras son claramente diferentes, apreciamos
que un 60,8% fue bautizado, un 27% tomó la comunión, un 13,7% se confesó y un 9,6%
participó en el sacramento de la confirmación.
La confirmación ha sido recibida por el 48,7% del estrato medio alto en tanto
que ha sido recibida por el 19,4% del estrato más bajo.
Entre los católicos y los cristianos evangélicos se aprecia que los segundos
escuchan o miran programas radiales y televisivos religiosos en mayor medida que los
primeros. Si desagregamos la misa por TV que se emite todos los domingos de mañana.
Se aprecia que casi un 80% de los católicos no escuchan o miran programas religiosos,
un 6% solamente mira la misa por TV y el otro 14% escucha programas radiales y/o
mira la misa a la vez.
202
En la segunda mitad de 2003 se ha confirmado, a través de la prensa, la adquisición de un medio radial
por parte del Arzobispado de Montevideo.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 127
En tanto que entre los cristianos evangélicos casi el 28% escucha programas
radiales y/o mira programas televisivos religiosos excluyendo la misa católica.
Por otra parte entre quienes realizaron toda su educación, primaria y secundaria,
en centros católicos el 75% afirman ser católicos.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 128
Este último guarismo que puede llamar la atención por lo elevado en relación a
los demás, coincide con lo que ya hemos mencionado al comienzo de este capítulo
respecto a los momentos de la vida en que se producen los cambios fundamentales en la
definición religiosa de la población, esto es entre los 13 y los 20 años.
Las cifras indican que cuando la educación religiosa es una novedad y esta
novedad se sitúa en las edades jóvenes se torna un elemento de socialización relgiosa
relevante.
Capítulo 9
Frecuencia de la oración
Sobre total de Sobre el total
la población de creyentes
en Dios
% %
No reza habitualmente 31,5 39
Reza casi todos los días 23,8 29,4
Reza una vez por semana 3,3 4
Reza cada tanto 15,8 19,5
Reza sólo en momentos difíciles 4,3 5,3
Reza sólo en el culto 0,5 0,6
Sin dato 1,8 2,2
No reza (no creyentes) 19,3 ----
Total 100 100
Casi un tercio de los creyentes ni reza ni asiste a culto y un 10% de los creyentes
son a la vez asiduos practicantes de la oración y de la participación en el culto. La
construcción de la creencia y de la pertenencia en una definición religiosa confesional
no necesariamente van juntas.
9.2 El culto
Asistencia a culto
Sobre total Sobre el total
de la de creyentes
población en Dios
% %
No asiste 48 59,6
Alta participación:
Si, casi todos los días 2,5 3,1
Si, una vez por semana 8,8 10,9
Participación intermedia:
Si, menos de una vez por mes 5 6,2
Participación baja:
Si, cada tanto 12,5 15,5
Si, en grandes acontecimientos 1,8 2,2
La asistencia a culto también está influida por la variable sexo. En todas las
categorías de asistencia a culto las mujeres son ampliamente más numerosas que los
hombres con excepción de quienes asisten solo en los grandes acontecimientos, donde
los hombres superan a las mujeres.
De todas formas las dos palabras que componen este polisémico concepto han
merecido análisis por separado poniendo especial énfasis en tratar de definir lo popular,
o el sujeto mismo, el pueblo. Las dificultades de las definiciones conceptuales de la
palabra pueblo han sido también trabajadas en relación a los llamados populismos en
América Latina y, al igual que en el caso de la religiosidad popular se encuentran serias
dificultades para conceptualizarlo al punto que hay quienes afirman que la palabra
pueblo no hace referencia a ninguna realidad concreta205, aunque hay varias corrientes:
aquellos para quienes “pueblo” refiere a los sectores pobres de una sociedad y otros
para quienes significa algo más general, como el conjunto de la ciudadanía, otros que
203
GEYMONAT, R y SÁNCHEZ, A.; La Búsqueda de lo Maravilloso, Ed. Cal y Canto y OBSUR,
Montevideo, 1996.
204
ALVAREZ SANTALO, C., BUXO, M.J. y RODRÍGUEZ BECERRA, S. (Coords); La Religiosidad
Popular I. Antropología e Historia. ,La Religiosidad Popular II. Vida y muerte: La Imaginación
Religiosa; y La Religiosidad Popular III. Hermandades, Romerías y Santuarios Ed. Anthropos,
Barcelona, 1989.
205
MALDONADO, L.,; “Religiosità popolare: dimensioni, piani, tipi”. Revista Concilium, Año XXII, 4.
Ed. Queriniana, Brescia, 1986.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 134
206
GEYMONAT, R y SÁNCHEZ,; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 135
Este comportamiento del 83% de los católicos que podría llamar la atención en
función del supuesto de que a mayor práctica correspondería una cierta participación no
menor en las distintas expresiones de religiosidad, sugiere considerar la hipótesis de que
este conjunto de personas es el resultado de un catolicismo que podríamos llamar
ilustrado, post Concilio Vaticano II, poco propenso a expresiones de fe del tipo que nos
ocupa.
Entre estos grupos señalados en los dos últimos párrafos, es decir, cristianos
evangélicos y participantes en la religiosidad afrobrasileña, se da un fenómeno
particular, fundamentalmente desde los primeros hacia los segundos, que consiste en
una actitud beligerante, de “guerra espiritual” en que los identifican casi como
enemigos. Esto se aprecia de muchas formas pero también en la experiencia concreta de
lo vivido durante la celebración de Iemanjá en las playas montevideanas, donde grupos
pentecostales se sitúan en el límite de la arena y el cemento de la calle y entonan
cánticos de competencia, como por ejemplo “sólo Cristo es la salvación”.
Asimismo, se puede afirmar que los ateos no son un todo uniforme, como
tampoco lo son los otros grupos de creyentes, en cuanto que aún definiéndose como
ateos evidencian porcentajes relevantes de personas que se permiten asistir a
expresiones de religiosidad popular católica y no católica.
%
Comencé este año 4
En los últimos dos años 15,3
En los últimos 5 años 20,5
De 6 a 10 años 17
Más de 10 años 31,8
Ahora no asisto 5,1
No contesta 6,3
Total 100
Los grupos etarios que menos participan se sitúan por encima de los 50 años y
los que más han participado son quienes tienen entre 40 y 49 años.
Las razones de asistencia expresadas por la población las podemos situar en tres
categorías según el involucramiento que expresan. Por un lado, se pueden agrupar en
una categoría a aquellos que expresan asistir por curiosidad o invitación, respuesta que
refleja un grado de involucramiento bajo; por otra parte aquellos que expresan asistir
porque creen o les gusta, donde el grado de involucramiento es diferente; y finalmente
encontramos a aquellos que centran sus razones de asistencia en la resolución de
problemas de todo tipo, incluidos los de salud o enfermedad y la búsqueda de ayuda.
El análisis por sexo vuelve a presentar una mayor participación femenina que
masculina, ahora en experiencias pentecostales.
Las diferencias de participación por grupo etario son relativamente bajas pese a
lo cual se puede afirmar que el grupo de mayor participación se ubica entre los 50 y 60
años de edad.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 143
Capítulo 10
Aspectos varios
Como se aprecia las valoraciones son más positivas que negativas y aunque las
neutras van desde un 28% hasta un 40%, en ningún caso se producen saldos de
valoración negativa.
En los grupos etarios extremos, es decir, los más jóvenes (15 a 18 años) y los
más mayores (de 65 años en adelante) es donde hay mayores valoraciones positivas
relativas. Salvo entre quienes tienen de 40 a 49 años (que además es el grupo de mayor
valoración negativa), en todos los grupos etarios la valoración positiva supera la media.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 145
Definición confesional
Católicos 68,5 25,9 5,1
Cristianos evangélicos 40,0 55,0 0,0
Agnósticos 33,3 58,3 8,3
Ateos 7,8 47,1 43,1
NSE
Alto 41,2 41,2 17,6
Medio alto 50,0 38,5 10,3
Medio 44,6 41,4 13,4
Medio bajo 50,0 32,4 15,7
Bajo 55,6 38,9 5,6
Sexo
Masculino 44,9 38,6 14,8
Femenino 50,9 37,5 11,2
Edad
15 a 18 años 60,9 34,8 4,3
19 a 29 años 47,7 37,5 12,5
30 a 39 años 41,1 47,9 11,0
40 a 49 años 34,4 45,9 18,0
50 a 64 años 47,4 36,8 15,8
65 en adelante 63,3 25,3 10,1
Los datos deben leerse de forma horizontal. La diferencia con el 100%
que pudiera haber se debe a quienes no brindan información
Reciben más valoraciones positivas que negativas en los estratos más altos de la
sociedad en tanto que de los estratos medio hacia abajo reciben valoraciones cada vez
más negativas.
Son valorados negativamente por igual entre hombres y mujeres, y éstas últimas
desarrollan valoraciones algo más positivas que los hombres.
No hay grupo etario que tenga más valoraciones positivas que negativas, y son
valoradas de forma negativa con mayor énfasis entre quienes tienen de 50 a 64 años.
Definición confesional
Católicos 20,4 27,8 40,7
Cristianos evangélicos 20 55 20
Agnósticos -- 50 16,7
Ateos 3,9 45,1 35,3
NSE
Alto 29,4 47,1 11,8
Medio alto 28,2 34,6 25,6
Medio 13,4 37,6 34,4
Medio bajo 14,8 30,6 40,7
Bajo 16,7 22,2 50
Sexo
Masculino 15,3 36,4 35,2
Femenino 19,6 31,7 35,3
Edad
15 a 18 años 21,7 39,1 30,4
19 a 29 años 13,6 43,2 31,8
30 a 39 años 21,9 34,2 31,5
40 a 49 años 23 32,8 34,4
50 a 64 años 13,2 25 47,4
65 en adelante 17,7 30,4 32,9
Los datos deben leerse en forma horizontal. La diferencia con el
100% que pudiera haber se debe a quienes no brindan información
Quienes se definen como religiosos, así como los creyentes en Dios y los
católicos expresan valoraciones claramente negativas sobre las Iglesias pentecostales.
Las valoraciones positivas por sexo son parejas en tanto que las negativas son
sustentadas más por las mujeres que por los hombres.
En todos los grupos etarios predominan las valoraciones negativas mientras que
entre los más jóvenes, esto es, de 15 a 18 años y también entre quienes tienen de 30 a 39
años aparecen las valoraciones positivas más altas.
Definición confesional
Católicos 6.9 24.1 54.2
Cristianos evangélicos 25.0 25.0 45.0
Agnósticos -- 41.7 16.7
Ateos -- 37.3 49.0
NSE
Alto -- 35.3 35.3
Medio alto 12.8 29.5 44.9
Medio 7.0 31.2 48.4
Medio bajo 11.1 27.8 44.4
Bajo 11.1 5.6 69.4
Sexo
Masculino 9.7 30.7 45.5
Femenino 8.9 25.0 50.9
Edad
15 a 18 años 13.0 26.1 52.2
19 a 29 años 6.8 36.4 43.2
30 a 39 años 12.3 26.0 45.2
40 a 49 años 9.8 29.5 52.5
50 a 64 años 9.2 18.4 56.6
65 en adelante 7.6 26.6 45.6
Total 100 100 100
Los datos deben leerse de forma horizontal. La diferencia con el
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 149
Las valoraciones sobre las expresiones de religiosidad afrobrasileña son las más
negativas del panorama religioso montevideano. Son valoradas negativamente de forma
muy fuerte por quienes se definen como religiosos, quienes se dicen creyentes en Dios y
por los católicos y cristianos evangélicos.
Las mujeres hacen valoraciones más positivas y a la vez más negativas que los
hombres.
En todos los grupos etarios hay clara mayoría de valoraciones negativas. Entre
los más jóvenes (15 a 18 años) es donde aparecen las valoraciones más positivas, con
valores que triplican la media, y a la vez menos valores negativos. El grupo de quienes
tiene entre 40 y 49 años es el segundo grupo en valoración positiva, superando
claramente la media con valores que son la mitad de los de los jóvenes.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 150
Definición confesional
Católicos 5,6 27,8 56,9
Cristianos evangélicos 15 45 35
Agnósticos -- 41,7 41,7
Ateos 7,8 39,2 47,1
NSE
Alto -- 41,2 35,3
Medio alto 5,1 38,5 50
Medio 12,7 28,7 49
Medio bajo 5,6 28,7 61,1
Bajo 13,9 11,1 66,7
Sexo
Masculino 7,4 32,4 51,7
Femenino 9,8 26,8 55,8
Edad
15 a 18 años 26,1 39,1 30,4
19 a 29 años 8 39,8 47,7
30 a 39 años 9,6 38,4 45,2
40 a 49 años 13,1 26,2 59
50 a 64 años 5,3 19,7 61,8
65 en adelante 3,8 17,7 64,6
Los datos deben leerse de forma horizontal. La diferencia con el
100% que pudiera haber se debe a quienes no brindan información
10.5 La muerte
religiosas, más aún cuando uno de los aspectos que caracterizan la transformación de lo
religioso es el relativo a lo que se ha dado en llamar “flexibilidad doctrinal”, como ya
fuera mencionado en el marco teórico.
Así encontramos que un 14% de quienes se definen como religiosos afirma que
después de la muerte no hay nada. Sucede lo mismo con el 15% de quienes afirman
creer en Dios, el 15% de los católicos y el 13% de los cristianos evangélicos.
Las mujeres, una vez más aparecen con valoraciones más altas que los hombres
en lo relacionado, esta vez, a la existencia en algo más allá de la muerte.
Definición confesional
Católicos 52,4 29,6 15,3
Cristianos evangélicos 15,0 45,0 35,0
Agnósticos 8,3 50,0 25,0
Ateos 11,8 35,3 47,1
NSE
Alto 52,9 29,4 17,6
Medio alto 44,9 33,3 19,2
Medio 45,2 35,0 15,9
Medio bajo 50,9 25,0 19,4
Bajo 44,5 16,7 30,6
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 153
Sexo
Masculino 37,5 35,8 22,2
Femenino 54,1 25,4 17,0
Edad
15 a 18 años 47,8 26,1 26,1
19 a 29 años 39,8 40,9 17,0
30 a 39 años 53,4 26,0 19,2
40 a 49 años 59,0 29,5 9,8
50 a 64 años 47,4 22,4 21,1
65 en adelante 38,0 30,0 25,3
En relación a qué sucede después de la muerte, para aquellos que afirman que
algo sucede se aprecia que las opciones que tienen que ver con las concepciones más
clásicas, y que forman el cuerpo de creencias centrales de las instituciones religiosas
vinculadas al cristianismo, son las dominantes.
Lo anterior sugiere que esta creencia sobre el más allá de la que no se daba
cuenta en investigaciones de los cincuenta y de los sesenta del siglo pasado ha
aparecido para instalarse en el seno de las convicciones de los uruguayos.
Definición confesional
Católicos 15,3 25,5 11,6 52,4
Cristianos evangélicos 28,9 33,3 8,9 15
Agnósticos -- -- 8,3 8,3
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 154
NSE
Alto 29,4 17,6 5,9 52,9
Medio alto 16,7 19,2 9,0 44,9
Medio 11,5 19,7 14,0 45,2
Medio bajo 14,8 20,4 15,7 50,9
Bajo 44,5 16,7 16,7 44,5
Sexo
Masculino 8,5 13,1 15,9 37,5
Femenino 19,2 23,7 11,2 54,1
Edad
15 a 18 años 8,7 21,7 17,4 47,8
19 a 29 años 18,2 9,1 12,5 39,8
30 a 39 años 13,7 17,8 21,9 53,4
40 a 49 años 18 26,2 14,8 59
50 a 64 años 17,1 17,1 13,2 47,4
65 en adelante 7,6 26,6 3,8 38
El año 2001 presenció un debate público sobre la temática, que se cerró como la
mayoría de los debates en Uruguay en estos últimos tiempos, con estigmatizaciones y
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 155
Los resultados han sido relativamente dispersos pero, aun así, sirven de
indicador de percepciones. Lo más claro de los resultados de la investigación es que este
es un debate de elites. Casi el 50% de la población montevideana afirma no saber qué es
eso de la laicidad, en tanto que la mitad restante ensaya respuestas diversas que
involucran aspectos como la separación Iglesia–Estado, la percepción de que la religión
debe estar fuera del Estado, la libertad de opinión, la neutralidad antes temas religiosos
y políticos, la libertad de cultos, la gratuidad de la educación pública entre otros.
Es interesante apreciar que la mayoría de la población afirma estar satisfecha con la vida
que lleva, en diversos grados, en tanto que un 17% afirma no estar satisfecho.
El clima de época que se vive, la instalación del riesgo207 como variable social,
así como de un cierto temor de futuro junto a una crisis de sentido208 vinculada a la
207
GIDDENS, A.; Un mundo desbocado, los efectos de la globalización en nuestras vidas, Taurus,
Madrid, 2000. Especialmente lo referido a instalación del riesgo y el peligro como elemento
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 157
puesta en tela de juicio de todas las certezas y la variación de las identidades; invita
conjurar las incertezas que devienen cotidianamente.
Un entorno del 10% de la población afirma creer sin dudas en diversos métodos
anticipatorios del futuro, aunque la mayoría absoluta afirma que ninguno de los métodos
expuestos tiene algo de verdadero y un franja que va del 11 al 27% cree que pueden
tener algo de verdadero pero no lo afirman tajantemente.
característico del tiempo actual, así como la inadecuación de las instituciones sociales que cumplieron en
otro momento el rol de dar amparo, manteniendo el mismo nombre pero habiendo cambiado
interiormente,
208
BERGER, P. y LUCKMAN, T.; Modernidad, pluralismo y crisis de sentido, la orientación del
hombre moderno. Paidós Ibérica SA, Barcelona, 1997.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 158
Las cartas y el tarot juntos suman más de la mitad de la población que consultó
métodos anticipatorios del futuro, luego aparecen los videntes y las maes y paes de
santo.
Como se observa, hay una mayor aceptación de aquellas conductas que, según la
apreciación popular, conllevan buena suerte, que de aquellas que, supuestamente,
generan mala suerte.
Por otro lado la legitimidad viene dada también por la extendida presencia
social209 a través de la cual presta servicios a sectores necesitados y -a la vez- se hace
acreedora de legitimidad social.
Por otra parte, las instituciones religiosas han ganado en credibilidad por
posicionarse por encima de muchas divisiones sociales. Otro ejemplo de esto es lo
sucedido con ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados)
que al momento de abrir oficina en el país recurrió a la Iglesia católica en primer lugar y
luego a otra organización religiosa ecuménica.
209
BERON.B. y CENTURIÓN, F.; Servicios Sociales de la Iglesia Católica en el Uruguay, OBSUR -
Cuadernos Vianney N° 7, Montevideo, 2000. En este estudio se hace un relevamiento muestral de la
extensa red de presencia en lo social de la Iglesia católica, que abarca servicios de alimentación, de
cobertura sanitaria, de vestimenta, de atención a la infancia y la tercera edad, de educación, de vivienda,
emprendimientos laborales, apoyo comunitario, etc. en los sectores necesitados de todo el país.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 162
Parte III
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 163
Capítulo 11
Conclusiones
210
CASTELLS, M.; La Era de la Información. Economía, sociedad y cultura. Vol. I, La Sociedad Red,
Alianza Editorial, Madrid, 1997.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 164
Hay que decir también que existe un núcleo de la población que se define como
ateo y que constituye el 12% de la población de la capital. Ese porcentaje no es tampoco
homogéneo, dado que de este grupo asisten a experiencias de religiosidad popular o
afrobrasileñas.
Pasando a otros aspectos se debe afirmar que la religión es cosa de mujeres más
que de hombres, dado que ellas tienen una presencia significativamente más fuerte en
todas las expresiones y vivencias de lo religioso. Los motivos por los que las mujeres
son más numerosas que los hombres en relación con lo religioso es otro de los aspectos
que merecerá realizar estudios más detallados y específicos, aunque su capacidad para
lo interior, lo simbólico y hasta lo corporal podrían encontrarse en la base de esta
diferenciación.
Pese a esto, las valoraciones sociales de los sacerdotes de estos cultos (paes y
maes) siguen siendo globalmente bastante negativas para el conjunto de los
montevideanos
• Católicos
• Cristianos evangélicos
Rezan con frecuencia, lo hacen más que los católicos, y leen la Biblia y otros
libros religiosos. Las mujeres representan la mayoría de los fieles. Provienen, en mayor
medida que los católicos de los estratos socioeconómicos bajo y medio bajo. Son
mayoritariamente votantes del Partido Colorado.
• Afrobrasileños
• Ateos
cuenta de que estaba fundada más en concepciones filosóficas o ideológicas y por una
limitada y reduccionista forma de ver lo religioso ligada solamente a las prácticas
sacramentales o cultuales. La religión no se encuentra en un escenario de desaparición,
sino en una época de profunda transformación.
Sin embargo, ese debate muestra la aparición de varias posturas que se pueden
organizar con fines analíticos en tres categorías: la laicidad integralista, la laicidad
plural y la no laicidad. Esta categorización hace referencia al tipo de posturas que
aparecen en el debate y no pretende cuantificar ni valorar el peso de cada una de ellas.
La laicidad integralista puede ser definida como la posición más radical, casi
negadora de lo religioso, que engloba un claro prejuicio antirreligioso y más
fuertemente anticlerical, librando batallas para no admitir concesiones de ninguna
especie a propuestas que tengan que ver con el mundo religioso, esbozando un cierto
menosprecio por ese espacio social, utilizando muchas veces discursos y posturas que se
dieron cien años atrás en otro Uruguay.
Aunque en las décadas de los años cincuenta y sesenta del siglo XX aparecían
casi exclusivamente en el campo de la investigación y en el de la autopercepción
solamente la Iglesia Católica, las Iglesias Protestantes que podríamos llamar históricas y
el judaísmo, ese campo se amplió fuertemente. Esa ampliación aparece vinculada a la
vitalidad y presencia en lo público de Iglesias Pentecostales y de cultos afrobrasileños,
aunque no se restringe sólo a ellas. También están presentes en el escenario religioso
experiencias vinculadas a otras tradiciones como Mormones, Testigos de Jehová,
budismo, y otras experiencias que aunque están presentes estadísticamente no recogen
grandes adhesiones, y que están incluidas en lo que se ha dado en llamar los Nuevos
Movimientos Religiosos.
Otro aspecto de esta diversidad del campo religioso es el que tiene que ver con la
diversidad hacia adentro del campo católico. El catolicismo es la primera religión de los
montevideanos y por su significación numérica y estadística admite otros niveles de
análisis que no es posible realizar en este trabajo para otros espacios institucionales.
pesaba en el imaginario creyente institucional, esto es, el modelo del practicante regular
cuya conducta está regida por la institución, se refiere a un bajo porcentaje de la
población que se sitúa en el orden del 3,3%, en tanto que más del 50% de la población
se define como católico
Lo novedoso de este aspecto, que por demás siempre ha existido, aunque quizá
en menor grado de libertad hacia la institución, radica en que no es incompatible, desde
la perspectiva y la praxis de los actores, de los creyentes, definirse dentro de una
tradición creyente, (en este caso específico definirse como católicos) y mantener
distancias con lo que la institución postula ya sea dentro del cuerpo doctrinal como en la
conducta social personal.
211
Cfr. Los hombres y una mujer de lo sagrado....
212
Recuérdese a modo de ejemplo el texto de Carlos Rama ya citado titulado “La Religión en el
Uruguay”, del año 1964.
213
Al respecto es ilustrativa la cita de Rodney Stark y Willim S. Braimbridge mencionada en el texto ya
referido, Creencias y Religiones en el Gran Buenos Aires que expresa:
“Desde el siglo de las Luces, la mayoría de los intelectuales han anticipado la muerte de la
religión, impacientes como el antiguo Israel esperaba al mesías...Los cientistas sociales han
particularmente sobresalido en predecir el cercano triunfo de la razón sobre la “superstición”.
Las figuras más representativas de la sociología, antropología y psicología han expresado
unánimemente su confianza en que sus hijos o seguramente sus nietos, vivirían para ver el
nacimiento de una nueva era en la cual, parafraseando a Freud, la ilusión infantil de la religión
habría ya pasado. Pero como una generación sigue a otra, la religión ha persistido. Un tercio de
los estadounidenses afirman “haber nacido nuevamente” y el 90 por ciento reza regularmente.”
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 170
También sería oportuno considerar esta desde otra perspectiva e incorporar más
intensamente el punto de vista de los actores, devolviéndoles voz y sentido, y no sólo
atribuyéndosela desde los analistas.
Otro aspecto del que el análisis social ha dado cuenta en los últimos tiempos es
el de la creciente individuación de la vida social, y por ende también de las creencias.
Como ya mencionara Beck214 esa necesidad del hombre y la mujer moderna de vivir su
propia vida, siendo autor de sus propias decisiones, donde “los individuos se
transforman en actores, constructores, malabaristas, directores de sus propias biografías
e identidades, pero también de sus vínculos y redes sociales” 215
En principio, hay que recordar que la Iglesia Católica es una organización social
que no se vincula a la población sólo en relación al culto y la oración, sino que se
vincula a la sociedad en un amplio abanico de áreas, desde educativas hasta sociales, de
solidaridad con sectores desfavorecidos. Recientemente, una investigación sobre los
servicios sociales de la Iglesia Católica en Uruguay217 ha puesto de manifiesto la vasta
extensión y significación de dichos servicios en todos los rincones del país, lo que
acerca la Iglesia Católica a muchos sectores populares en aspectos esenciales de sus
vidas. Asimismo los sacerdotes siguen siendo figuras de consulta ante dilemas de la
vida cotidiana y de apoyo espiritual, moral y hasta económico en algunos casos.
Finalmente hay en la sociedad uruguaya una demanda de acción social en el escenario
público, con capacidad de apartarse de los intereses de lo fragmentario, de lo político
partidario, que apele a valores más de fondo y que ponga en juego acciones concretas
para la mejora de la calidad de vida, sobre todo de los menos privilegiados. El sistema
de representación, el ejercicio político que se regula por las reglas de juego internas y
no por demandas sociales ha perdido la otrora “sacrosanta” capacidad de ser el escudo
de los pobres que en algún momento proclamó ser.
11.8 Concluyendo
217
BERON.B. y CENTURION, F.; o.c.
218
POULAT, E.; o.c.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 172
Esto último, así como la existencia de muchas personas que se definen como
católicos o evangélicos en una iglesia determinada, pero con lejanía institucional, indica
un cambio en la influencia social de las instituciones religiosas en sus creyentes, cambio
que no debe confundirse, como en otros tiempos, con pérdida de significación social.
Estas instituciones desempeñan un importante rol en la sociedad civil, así como
evidencian capacidad de adaptación a nuevos tiempos y formas creyentes, como por
ejemplo la capacidad desarrollada de acoger la “religiosidad peregrina” ya referida,
desarrollando espacios para ser una forma válida de creencia, antes combatida en aras
del “modelo practicante”. Como señala Hervieu-Leger, no es casual que Juan Pablo II
sea un Papa “peregrino” y que haya un fuerte énfasis en las grandes congregaciones de
masas que se organizan para encontrarlo en la parte del mundo que visite, y no tanto en
la asistencia periódica y sistemática al culto.
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 173
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Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 174
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Anexo
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 183
FORMULARIO DE ENCUESTA
1. En relación a las instituciones que le voy a mencionar, me gustaría que me dijera que grado
de confianza le genera a ud. cada una de ellas
Escala: 1. Mucha. 2 Algo. 3 Indiferente. 4.Poca. 5 Ninguna
El parlamento
La policía
Los sindicatos
Los empresarios
La Iglesia Católica
Los partidos políticos
Las Iglesias Protestantes más tradicionales
Las Iglesias pentecostales
Los afrobrasileños
El poder judicial
2. De las siguientes afirmaciones que le voy a leer, ¿cuáles cree ud. que son verdaderas y en qué
medida las comparte?
Cree Duda No cree
1 2 3
Pasar por debajo de una escalera trae mala suerte
Los martes 13 son días de mala suerte
Es mala suerte que se cruce un gato negro por delante
Los 29 hay que comer ñoquis porque trae suerte
Un trébol de 4 hojas trae buena suerte
3. Es sabido que mucha gente posee sus propias cábalas, ¿tiene ud. alguna cábala en particular?
- No
- Sí (en qué consiste?)_________________________
- No contesta
4. ¿Ha ido ud. alguna vez a consultar a alguien para que le diga qué va a pasar en su futuro?
- No, nunca
- Sí, una vez
- Sí, algunas veces
- Sí, con cierta frecuencia
- No contesta
5. En caso afirmativo: ¿A quién consultó?
- Un vidente
- Buzios
- Tarot
- Gitana
- Mae/pae de santo
- Astrólogo
- Tirar las cartas
- Otro (especificar)
- No contesta
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 184
- No corresponde
11. ¿Hay algún hecho importante que lo llevó a creer o no creer en Dios?
________________________________________
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 185
12. Hablando de Dios, ¿cuál de las siguientes afirmaciones se acerca más a su creencia
personal? MOSTRAR TARJETA
- Hay un Ser Superior de quien depende todo el mundo.
- No se pude afirmar ni negar nada de Dios
- Dios es un invento de los seres humanos, de las religiones y las Iglesias.
- Dios es un Padre que nos ama y se preocupa por nosotros
- Dios es un ser superior, todopoderoso, creador del mundo y juez de los hombres.
- Ninguna
- Agnóstico
- Ateo Pasa a pregunta 16
- Ns.Nc.
15. Si se define como vinculado a alguna religión distinta a la católica ¿Ud. diría que es...?
- Muy practicante
- Practicante
- No muy practicante
- No practicante
- No contesta
- No corresponde
16. Si no pertenece a ninguna definición religiosa, ¿perteneció en algún momento?
- No
- Católico
- Cristiano no católico (especificar)__________
- Judío
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 186
- Testigo de Jehová
- Ig. De Jesucristo de los santos de los...
- Umbanda
- Creo en Dios pero en ninguna confesión
- Otro (especificar) _______________________
- Agnóstico
- Ateo
- Ns.Nc.
20. Para los creyentes: ¿Dedica ud. tiempo de lectura de la Biblia u otros libros religiosos?
- No
- Sí, a la Biblia
- Sí, a otros libros religiosos
- Sí, a la Biblia y a otros libros religiosos
- No contesta
- No corresponde
21. ¿Ud. participa en misas o actividades de culto? ¿Con qué frecuencia?
- No
- Sí, casi todos los días
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 187
24. ¿Cuál de estas frases describe mejor la situación de su familia natal en torno a lo religioso?
MOSTRAR TARJETA
- Mi familia es o era muy religiosa y asiste o asistía a grupos y organizaciones religiosas
con asiduidad, incluido el culto.
- Mi familia es/era poco creyente pero me educaron cristianamente y me hicieron tomar
la comunión
- Mi madre insistía en una educación religiosa y mi padre no.
- Vengo de una familia indiferente hacia lo religioso
- Vengo de una familia no religiosa y anticlerical y fui educado en esos valores.
- No contesta
28. En cuanto al desarrollo de su relación con lo religioso: ¿Siempre tuvo esta definición
religiosa o se ha modificado a lo largo de su vida? ¿en ese caso a qué edad se dieron los
mayores cambios?
- Siempre la misma
- Se ha modificado en el entorno de los_____años
- No contesta
35. Le voy a leer algunas afirmaciones y le pediré que me diga si está de acuerdo o en
desacuerdo LEER
1. De acuerdo. 2. En desacuerdo. 3. Ni acuerdo ni desacuerdo
Se puede ser buen religioso sin ir a la Iglesia todas las semanas
No hay necesidad de sacerdotes o pastores en tanto que cada
individuo puede encontrarse con Dios directamente.
A los curas se les debería permitir formar una familia.
Se debería permitir el sacerdocio a las mujeres
El aborto debería estar legalmente permitido
Las relaciones sexuales antes del matrimonio son una experiencia
positiva tanto para el hombre como para la mujer
La homosexualidad es una enfermedad
36. ¿Cuál debería ser, a su juicio, el cometido MÁS IMPORTANTE de la Iglesia católica?
(mostrar tarjeta)
- Ayudar a los pobres y necesitados
- Combatir la injusticia defendiendo los derechos de las personas.
- Dedicarse sólo a asuntos espirituales
- Orientar la vida moral de la gente
- Orientar las opciones políticas de sus fieles
- Otra (especificar) ________________________________
- No contesta
37. ¿Ud. participa o participó alguna vez de un culto de umbanda?
- No
- Sí, participo con cierta frecuencia
- Sí, participo cada tanto
- Sí, sólo voy a Iemanjá
- Participé hace mucho tiempo
- No contesta
41. En nuestro país se han desarrollado nuevas propuestas religiosas que se definen como
“pentecostales”, como Dios es Amor, Ondas de Amor y Paz, Misión de Fe y Vida ¿Ha
participado alguna vez de estas experiencias?
- No, nunca
- Sí, frecuentemente
- Sí, alguna vez
- No las conoce
- No contesta
42. Las manifestaciones de religiosidad popular han aumentado en los últimos tiempos,
¿Ud.asiste o ha asistido a:
- No
- San Pancracio
- San Cono
- San Cayetano
- Virgen del Verdún
- Gruta de Lourdes
- Iemanjá
- La Virgen que llora en Rosario
- Otro (especificar)_________________________
- No contesta
45. Una de las cuestiones más cruciales en la vida humana es el tema de la muerte. Frente a ella
hay y ha habido distintas posiciones. ¿cuál de las siguientes afirmaciones se acerca más a su
idea sobre lo que sucede después de la muerte?
MOSTRAR TARJETA
- Se resucita para la vida eterna
- Se produce el encuentro con Dios
- El alma se reencarna en otra vida
- No sé si hay algo después
- Después de la muerte no hay nada
- Otra (especificar)________________________
- No contesta
50. Le voy a leer una serie de afirmaciones para que ud me diga que opina de ellas. LEER
Escala: 1. De acuerdo. 2. En desacuerdo. 3. Ni acuerdo ni desacuerdo
La religión es el opio de los pueblos
La religión es la búsqueda de Dios
Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del S. XXI. Un estudio de la religiosidad en Montevideo 192
54. ¿Ud ha nacido y vivido toda la vida en Montevideo? Si no es así, cuál es su origen?
- Si
- No, (origen) ___________
55. Si es originario del interior del país: ¿A qué edad vino a Montevideo?
__ __
57. Sexo
- Masculino
- Femenino
- Empresario, gerente
- Profesional
- Patrón con personal
- Trabajador cuenta propia
- Docente
- Empleado público
- Empleado privado
- Jubilado, rentista
- Estudiante
- Ama de casa
- Desocupado
- Otro
60. Cuando se piensa en tendencias políticas se usan normalmente palabras como derecha e
izquierda ¿Podría situar en dónde se ubica ud de acuerdo a sus tendencias políticas en la
siguiente ficha
(1=extrema izquierda, 4 =centro y 7= extrema derecha)
0 Ns. Nc
1 2 3 4 5 6 7
61. ¿Podría decirnos a qué partido político votó en la primera vuela de las últimas elecciones
nacionales?
- Partido Colorado
- Partido Nacional
- Encuentro Progresista
- Nuevo Espacio
- Otros
- En blanco
- No votó
- No habilitado
- No contesta
62. Además del voto, ¿ud. tiene militancia o vinculación más permanente con algún partido
político? ¿con cuál?
- No
- Si, Encuentro Progresista
- Si, Partido Colorado
- Si, Partido Nacional
- Si, Nuevo Espacio
- No contesta