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Julio Caro Baroja
Caracterizaciones
del labrador
1. EI labrador en su valoracién maxima y minima.
Il, La concepcién del Mundo del labrador.
IIL. La religién y el trabajo.
IV. La fiesta campesina.
V. Problemas histérico-culturales
VI. Comparaciones y dependencias a distancia.
VII. ;Estructuras? { Funciones?
I
Es un t6pico antiguo el colocar a los labradores en la
base del «cuerpo social» como si fueran los pies de éste (1).
En el caso, como en tantos otros, la caracterizacién nos
puede servir de punto de arranque: pero nada mas. Luego,
al punto, tendremos que contar con matices, contradiccio-
nes y estimaciones distintas
Ahora hay que precisar ante qué tipo de labradores
estamos y en qué época de un desenvolvimiento general de
(1) Se da aqui un capitulo de mi obra Lar formas complejas de la vida religiosa1
Hee
la conciencia religiosa campesina. porque claro es que s6lo
de modo muy secundario hemos de tener en cuenta lo que
en términos «sociolégicos» han dicho algunos autores res-
pecto a la «religion de los campesinos», utilizando lo mis-
mo testimonios sobre los mayas que sobre pueblos de la
‘Antigiedad 0 la Edad Media europea, 0 Babilonia, etc. (2).
Habra que indicar también ahora, antes de proseguir,
que a la palabra «labrador» se le da un contenido, no
siempre exacto, en relacion con el lugar que ocupa y en que
reside. Este texto de Covarrubias lo expresa: «Se dize no
s6lo el que actualmente labra la tierra, pero el que vive en
la aldea; porque las aldeas se hizieron para que en ellas se
recogiessen con sus bueyes, mulas y hato los que labravan
las tierras vezinas, y concurriendo muchos en un puesto
hizieron los lugares y aldeas; y comanmente los que viven
en ellas se ocupan poco o mucho en cultivar la tierra y
labrar los campos» (3)
Bs decir, que hay una’ caracterizacién segin la cual la
forma de vivir en espacios determinados, con animales y
tierras, esta prefijada, establecida. Esta forma dara también
una primera caracterizacién cultural, como veremos. Pero
una cosa es Ia caracterizacién cultural y otra la reflexién
politica. El labrador espafiol de los siglos XVI y XVII es un
hombre sobre el que pesan muchos siglos de tradicién en su
trabajo; muchos topicos, viejos también, en su conside-
racién,
Un texto que viene a condensar muchos pensamientos
tépicos de éstos acerca de la significacién del labrador en el
estado 0 repiblica se halla en el «Tratado del Principe
cristiano», del Padre Rivadeneira, en el capitulo que se
titula «Que el principe debe procurar que su reino sea rico
y abundante, y que los labradores y mercaderes sean favo-
recidos» (4). Alli se puede ver la esencia de la concepcién
antigua, medieval también; el labrador esforzado sera mas
propio también para la milicia, en caso de guerra, que el
@ J, Wach, Sociologia de la Religion, pig. 385-393.
@) Tesoro, pag. 746.
(@) Libro is capitulo XI: Obras excogidas... B. A.B, LX, pg. 837 wb,139
mercader: menos apegado éste a la tierra, con bienes port
tiles y mudables, segin la conveniencia. Platén, Cicerén,
Virgilio, etc., serdn las autoridades antiguas de Rivadenei-
ra, Las «Partidas», como texto medieval, y el portugués
Jerénimo Osorio, como autor mas moderno del que el jesui-
ta hacia gran caso.
El labrador —otro tépico— es mas puro de costumbres
¢ inocente. Unido a éste se halla el de que en los pueblos
grandes, villas y ciudades, hay mucha corrupeién, especial-
mente sexual; en las aldeas no se conoce tanta malicia. Se
indicara esto al final de «El Crotalén», con referencia a
Valladolid, al parecer (5). La idealizacin del amor campe-
sino en las comedias posteriores a este texto es algo cono-
cidfsimo, El «beatus ille» tiene también muchas formas de
expresin. Oigamos a Fray Antonio de Guevara cantar la
vida de aldea: «...e1 dia de las fiesta repica mucho el
n, riega el dia antes la iglesia, empina quando tafe las
campanas, canta a su hora la missa, viste sobrepelliz el
sacristén, hincha y alimpia la impara, dan pan bendito el
domingo. echan las fiestas de entresemana. declara el cura
el Evangelio, descomulgan a los que no han diezmado,
hazen después de missa concejo, matan para los enfermos
carnero, vistense los sayos de fiesta. offrescen aquel dia
todos, juegan a la tarde al hurén, tocan en la plaza el
tamborino, bailan las mogas so el alamo, luchan los mogos
en el prado, andan los muchachos con cayados. visitanse
los desposados; y aun si es la vocacién del pueblo, no es
mucho que corran un toro» (6).
La religiosidad, unida a la sencillez y a la comodidad.
Hablariamos. también, de primigeneidad. Lo mas antiguo
es lo mejor con arreglo a pensamientos de moralistas muy
viejos. La nuestra es la Edad de Hierro, lo mismo en el
poema de Hesiodo (7) que en el discurso de Don Quijote (8);
(SP Origenes deta novela Il N-B. A. E.. VIL. pg. 299 b (canto vigésimo y dkimo).
{61 Menosprecio de corte, ed. de M. Maine de Burgos (Madrid. 1915), pags.
128-130 (capitulo VID,
(@). Las paginas que dedica Werner Jaeger. Paideia. Los ideates de la Cultura grea
1 (México, 1967), pags. 67-83, son de mucha importancia para entender ideas posterior
mente elaboradas.
(8) Vease la.