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Universidad Nacional del Nordeste

Facultad de Humanidades

Departamento de Letras

Seminario de Literatura Iberoamericana II

Yanina Hordadyn

Valeria Agustina Noguera

Trabajo práctico n° 4

La producción literaria y antropológica de Arguedas permite observar el fenómeno


de transculturación en el Perú, es decir, ese encuentro conflictivo entre culturas -europea y
andina- que ofrecen resistencia pero cuyos elementos terminan convergiendo de alguna
manera en nuevas formas de expresión cultural. Además, su producción, nos aporta una
crítica al poder colonial imperante en su contexto y al mismo tiempo toma una postura
subversiva a través del lenguaje construido y evidencia aspectos de la herida de la
colonialidad. Podríamos postular que Arguedas posee un pie en la modernidad y otro pie
en un paradigma Otro. Es un moderno consciente del lado oscuro que posee la
modernidad, puede hacer un análisis crítico de ella, y enfrentarla a través de su producción.

El escritor no solo escribió narrativa y lírica, sino también vertió su análisis


antropológico en algunos ensayos nucleados en Formación de una cultura nacional
indoamericana. Uno de ellos es titulado “Razón de ser del indigenismo en Perú”; en él
construye primeramente una especie de genealogía de los estudios indigenistas peruanos
por parte de referentes “hispanistas” que reivindicaban la grandeza del Imperio incaico, y
también reconocían el mestizaje como producto social forzado por el colonialismo pero no
consideraban al indio vivo, sino lo disociaban de ese Imperio (Arguedas, 1981: 190).
Atienden a las prácticas culturales de los pueblos indígenas (folclore) pero hacen hincapié
aún más el componente hispano, producto de la transculturación. Para ellos la obra de
Felipe Guamán Poma de Ayala – descendiente de una noble familia Yarowilca - es la
mejor descripción de estos pueblos. Del lado contrario, Arguedas se identifica con el
“indigenismo antihispanista” y su principal exponente el antropólogo peruano José
Mariátegui fundador del partido comunista en Perú y propulsor del interés
intelectual/artístico en las culturas indígenas y los paisajes andinos a partir de la creación de
la revista Amauta (1926). Sus Siete ensayos de la realidad peruana contienen algunas
interpretaciones y categorías epistemológicas que funcionan como inspiración en la
escritura de Arguedas, sobre todo en su postura de reivindicación de las comunidades
andinas, su cultura y en la denuncia contra la violencia y el sometimiento que ellas sufren
por parte de los colonizadores, lo cual es un gesto político.

La categoría “gamonalismo” propuesta por Mariátegui remite a un sistema de poder


abusivo que comprende hacendados mestizos que expropian tierras a los indígenas a costa
de violencia y esclavitud. El gamonalismo invalida toda protección del indígena contra la
autoridad establecida. Ésta categoría encuentra una realización -aún más extrema que el
feudalismo europeo- en los cuentos de Arguedas, como en “El sueño del pongo/ Pongoq
Mosqoynin”, en el que el señor de la hacienda (“misti”) reduce a su siervo al nivel de un
animal, sin voz y sometido a humillaciones. Esta “animalidad” de los indígenas lleva a
pensar en las descripciones Jinés de Sepúlveda que retoma Arguedas en su ensayo y que
concluyen en que los indios no tienen alma. La servidumbre se les es impuesta como
destino y hasta “privilegio” porque ni para ello son considerados útiles por parte de los
explotadores. Frente a esto, toda la producción intelectual indigenista contribuye a
reivindicar la condición humana de estos habitantes del suelo peruano y comprometerse así
con la lucha de los pueblos oprimidos.

Para Arguedas, los indios son cómodamente explotados por los colonizadores y
viven en haciendas con patrones a los cuales les besan los pies. Así mismo, la Iglesia es
quien aporta los argumentos de carácter sagrado que sostienen la supremacía divina de los
señores y conservan así la mansedumbre basada en el dolor y el sufrimiento de los siervos.
La destrucción física impune amparada por la Iglesia es una realización extrema del
concepto de gamonalismo que se observa en la figura del pongo – sirviente indio que
trabaja y come callado -, realidad que la literatura de Arguedas permite visibilizar. Sin
embargo, en el cuento esta jerarquización se revierte cuando es el patrón el que debe lamer
el excremento del cuerpo del pongo como un gesto de empatía. Todas estas imágenes
poéticas permiten contribuir un apoyo político a los campesinos que luchan por una
transformación socioeconómica, los cuales toman voz en el sorpresivo activismo del pongo.

Aunque encontradas en un proceso de transculturación ambas culturas, criolla y


andina, para Arguedas, crecen simultáneamente por ejemplo, en la creación de mitos
posincaicos basados en la cosmogonía católica. Las danzas guerreras y los trajes incaicos
estilizados con elementos hispánicos son resultado de la transculturación. Hay choque de
culturas, pero no hay aculturación, pues el quechua resiste, y está vivo. La cultura andina
persiste y la vasta producción arguediana contribuye a demostrarlo.

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