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PRESENTACIÓN
INTRODUCCIÓN
1ª Parte: DANZANDO
La danza del vientre, orígenes y actualidad.
Tipos de danza, la música árabe y vestuario.
Aprendiendo danza del vientre, movimientos.
La energía sexual y danzar a la vida.
Conexión con lo Superior. (Breve referencia a la danza derviche.)
2ª Parte: LA DIOSA
Comentario sobre las diosas.
Tipos de diosas.
Soy cazadora, entusiasta. ARTEMISA o DIANA.
Soy organizadora racional. ATENEA.
Soy anciana sabia. HESTIA.
Soy nutridora. DEMETER.
Soy compañera comprometida. HERA.
Soy una hija inocente. PERSEFONE.
Soy amante y apasionada. AFRODITA o VENUS.
Este poema fue escrito por H. Rasal, cuando me vio danzando por
primera vez.
A NAIMA
INTRODUCCIÓN
ki, tal como relata los textos sagrados indios. La energía divina es la energía
más sutil y elevada, siendo la danza creadora dando formas, es decir, la mani-
festación de la vida. Gracias al poder del baile aparece la polaridad femeni-
na, de yin. Y con ambas, yin y yang forman la unidad, el todo. La vida danza,
la energía danza, y danzando podemos encontrar nuestro lado divino y
potenciar nuestra feminidad dormida.
Sí, en este momento muchas mujeres estamos despertando en el
planeta tierra. Necesitamos enriquecernos y sentirnos valiosas. Aunque la
riqueza que buscamos es ser nosotras mismas realmente libres. Que lle-
guemos a ser fluidas como el agua, que podamos ondular como el viento,
sentir nuestro poder interior como el de las montañas, y tener la pasión del
fuego en nuestras vidas. Siendo conscientes y reconociendo que somos
diosas.
Descubre todo esto y más danzando con una danza milenaria creada
y bailada por y para las mujeres.
Mi camino empezó en la adolescencia con la Astrología, el Tarot, la
Magia y el ocultismo. Distintas simbologías, distintos idiomas para interpre-
tar la realidad, con ello intentaba ayudar a los demás y conocerme a mí
misma. Decidí, más tarde, formarme en la creación de ropa y vender moda:
lo cual hacía feliz a otras mujeres mejorando su apariencia externa. Al poco
tiempo, empecé y acabé como psicóloga y oriento a otras mujeres en grupos
socialmente desfavorecidos. También a todas las personas en general.
Incluso viajé y sigo viajando múltiples veces a Oriente, India, Nepal,
China y Sudamérica para aprender Indiología y técnicas corporales orienta-
les, tales como yoga, meditación, Tai-Chi, Chi-kung, Chamanismo, etc. Así
ayudaba a que las mujeres se relajaran y despertaran su lado espiritual.
Entonces apareció la danza oriental árabe. Me llenó tanto que
viajé muchas veces a Egipto, Extremo Oriente y Nueva York, donde sigo
aprendiendo.
Con la danza oriental árabe consigo que las mujeres se diviertan,
despierten, se enriquezcan y se sientan diosas que celebran su existencia.
Sí, la vida es una celebración. Por ello, ¡dancemos alegres!
Durante las clases he podido comprobar que las personas aprenden
a superarse. Cuando aprenden un movimiento, o cuando aceptan su cuerpo,
11 Introducción
Especial Agradecimiento a:
El primero: DANZANDO
Donde puedes informarte sobre la danza del vientre, origen y actua-
lidad. Mis múltiples viajes a Egipto intentarán mostrarte una visión comple-
ta de allí, y de mi experiencia con mi trabajo de difusión entre cientos de
mujeres.
desde el corazón de las mujeres, pues todas somos diosas y podemos dis-
frutar siendo más poderosas en el fluir de nuestras vidas, mejorando nues-
tras cualidades femeninas y relaciones personales.
Aquí comento mi trabajo con mujeres de manera vivencial, donde
combino la danza del vientre con técnicas psicológicas multidisciplinares y
técnicas de desarrollo espiritual.
Por todo ello, con la bella intención de despertar, iniciar y ayudar.
* En árabe egipcio significa: “Aquella que descubre o conecta con la felicidad y la distri-
buye a los demás.”)
Danzando con la Diosa 14
1ª PARTE
DANZANDO
Danzando con la Diosa 16
17 DANZANDO - Parte I
era la diosa cruel que mataba niños por venganza. Así vemos cómo la
mujer fue desde hace miles de años controlada, y censurada. Sólo el acto
sexual era bien visto para reproducir, y no se buscaba el placer para la
mujer.
Volviendo a esas etapas doradas donde ser mujer era un orgullo, éstas
ejercían su poder femenino para el bienestar de la comunidad. Dos o más
mujeres se hermanaban para ayudarse y criar a su descendencia. Tal vez uti-
lizarían más las áreas de la lógica, razonamiento o lenguaje. Al estar en los
poblados o asentamientos paleolíticos crearon normas higiénicas o de con-
vivencia más pacífica.
Se cree que, al principio, los hombres no conocían el secreto de la
fecundación. El sexo era algo aparte, y no se relacionaba con la fecundidad.
Además también se cree que los ciclos femeninos estaban ajustados, y las
mujeres ovulaban con luna llena para acoplamientos colectivos.
La luna es el símbolo de la mujer. ¡Tan conectada a nuestra fisono-
mía redonda, a nuestro ciclo menstrual! También nos ofrece cuatro ciclos,
cuatro tipos de energía o estados de ánimo que las brujas, hechiceras o sacer-
dotisas tal vez conocían.
Así alterarían sus ciclos menstruales para no concebir, y tener tiem-
po para dedicarse a aumentar su conocimiento en hierbas, remedios, o a ayu-
dar a su comunidad. Incluso conocerse más así mismas, y saber el tipo de
energía que les dominaba en ese momento.
Es interesante conocer que la mujer fluctúa como la luna en sus hor-
monas, emociones y deseos.
Os relato brevemente sus características:
Después de la menstruación, los primeros 7 días eres como una
Doncella, preparada para iniciarte en cosas nuevas con ilusión y fuerza.
Luego, los 7 siguientes, llega la ovulación, denominada Madre, como
una energía que te envuelve, maternal y receptiva.
La siguiente fase es como una Hechicera, contra la corriente del
mundo exterior.
Y, por último, con la menstruación puedes tener una energía llamada
de “Bruja” o vuelta hacia sí misma, como una anciana, preparada para la
renovación del ciclo.
Danzando con la Diosa 20
La danza, junto a
la música y los incien-
sos, era parte princi-
pal de los ritos religio-
sos o mágicos. Así,
la danza era un com-
ponente de conexión
religiosa, de éxtasis
espiritual y una mane-
ra de conectar con las
divinidades. Incluso,
el pueblo creía que
las sacerdotisas en
Egipto, mientras reti-
raban sus velos al
conocimiento, desnu-
das eran fecundadas
por los rayos del sol
que enviaba su dios
RA, sin imaginar que
los sacerdotes disfru-
taban.
Bailarinas de Nakhte
21 DANZANDO - Parte I
Eso sí, también en otros lugares, las Hetarias griegas, por ejemplo,
para ser sacerdotisas, y entrar en los templos sagrados, debían sujetar un lin-
gan (pene en sánscrito) de arcilla y demostrar el poder de sus músculos vagi-
nales. Sobre todo ocurría en la India, con las “gopis”, o pastoras, pues su
fuerza de ordeñar no venía de sus manos sino de sus músculos vaginales.
Más tarde, lo veremos con más detalle en el apartado de energía sexual.
En la etapa de los faraones, las bailarinas danzaban solas, a pares o
en grupo. En los grabados y dibujos del antiguo Egipto, se ven movimien-
tos de estas bailarinas.
Por ejemplo, algo extraño era que, básicamente, los bailes se basaban
en acrobacias y creaban movimientos geométricos, tal vez en forma de estre-
lla o círculos, y se supone que podrían imitar los ciclos de los planetas o de
las estaciones.
Seguramente haya asociación al famoso baile de círculos de los “Der-
viches”. Al que más tarde lo explicaremos y es de hecho, la portada del libro.
Se cree, por lo que se aprecia y se repite en distintos dibujos, que las
danzas no eran improvisadas. Al parecer una bailarina iniciaba un movi-
miento y las otras la seguían.
Un movimiento característico era el puente hacia atrás, postura del
“Hatha Yoga”, “Halasana” y la postura de la rana, ésta última, símbolo de
protección y fecundidad, que era del gusto de los faraones. También se des-
cubren giros, movimientos de pelvis y elevaciones de pierna.
Las bailarinas que se encuentran en estos relieves o imágenes están,
casi siempre, rodeadas de músicos con sus instrumentos. La mayoría están
presentes todavía en el mundo árabe y, a veces, se les ve acompañadas de
otras mujeres que realizan chasquidos con los dedos, o palmas que marcan
el ritmo, supuestamente, contra sus muslos.
Como hemos visto, el baile acompañó primero a los ritos religiosos
y pasó, también, a ser parte de rituales para la agricultura. Las bailarinas que
precedían, primeramente, cortejos religiosos, o las que acompañaban a los
ritos funerarios fueron perdiendo su importancia, para llegar sólo a presidir
celebraciones; en un principio para el placer de los faraones, luego descen-
diendo a las más cotidianas, siendo, al final, sólo disfrute de la plebe.
Danzando con la Diosa 22
Samia Gamal
& Tahia Carioca
En la segunda mitad del siglo XX, las bailarinas Suhair Saki, Nagua
Fuad y Fifí Abdud (estas dos ultimas famosas bailarinas que tengo la suerte
de conocer), añadieron ciertos toques occidentales, que con sus estilos con-
ferían una elegancia especial. Ambas son mujeres muy poderosas, tienen una
gran y poderosa energía femenina. Les dije que eran sex-symbols, y lo son a
sus años. Siguen teniendo ese poder, tanto como mujeres como en el esce-
nario, son increíbles, aunque ya rara vez actúan.
25 DANZANDO - Parte I
Nagua Fuad
Fifí Abdou
danza en los países de origen árabe. Valoro a las personas que han manteni-
do la danza para que millones de mujeres la podamos disfrutar.
Danzando con la Diosa 30
y las cosas difíciles. Tiene también un estilo único al incorporar el velo en sus
actuaciones. Y otros bailarines, por supuesto, en España.
También hay hombres coreógrafos, aunque ellos también han sido,
por supuesto, bailarines, y la enseñan a las mujeres para que, bailándola, des-
cubran su poder femenino, como es M. Reda en Egipto, Dr. Mo Geddawi en
USA. Y mi apreciado maestro, mi favorito, con el que he estado en El Cairo
y en su escuela de Nueva York y en España, Yousry Sharif.
Sin embargo, como mujeres occidentales necesitamos una forma-
ción reglada. En España, una titulación homologada no existe. Además, la
metodología o pedagogía de la enseñanza es más fácil que te la transmita
un occidental. Nuestra manera de entender la educación o la metodología,
a no ser que sea un buen maestro o maestra, es distinta a la Oriental. Ale-
mania es un país que, tal vez por su cultura y su educación europea, tiene
buenos profesores. Especial-
mente nombro a mi querida
maestra Jazmín, que se ha
esforzado mucho por la técni-
ca, y te transmite sus conoci-
mientos para que puedas
enseñar a otras mujeres.
Por supuesto, en
España hay también buenas
profesoras y bailarinas. Desde
aquí mi afectuoso saludo a
todas ellas. Nombro a Maribel
Cobo, mi primera profesora,
que me inspiró para aprender
y fusionar mis conocimientos,
empezando a buscar y reco-
rrer medio mundo hasta llegar
aquí.
Por supuesto, se puede
aprender danza árabe en Espa-
JAZMÍN ña, pero el acento y el sabor de
Danzando con la Diosa 32
esta danza se aprecia mucho más al conocer algunos países árabes, contactar
con personas, con su cultura y costumbres puede enriquecer. Pienso que es
condición importante si estás enseñando esta danza.
Acabo con un comentario personal sobre contradicciones en el
mundo de la danza y en sus lugares de orígenes. En mis viajes observo cómo
la mayoría de las mujeres van tapadas por mandato de su religión y luego ves
a las bailarinas con menos ropa en un espectáculo o boda.
Observé en un espectáculo de danza oriental árabe a una familia.
Recuerdo que el marido iba vestido de occidental, la niña pequeña vestida de
occidental, como una muñeca. Hasta que le llegue la hora de cubrirse la cabe-
za, y además seguramente de que le realicen la “ablación” del clítoris que, por
desgracia, es una práctica habitual cotidiana. La esposa iba totalmente tapa-
da, pues eran extremistas. Sólo los ojos, ni siquiera las manos pueden ser vis-
tas. Llevaba guantes. Ellos disfrutaban viendo a la bailarina.
Qué contrastes, ¿no creéis?
Ser bailarina no es fácil en un país donde la mayoría de los espectado-
res son hombres. Y menos mal que cada vez somos más los occidentales que
asistimos en estos países a sus espectáculos. Exceptuando las bodas, donde se
puede ver a las mujeres bailando juntas, especialmente a las madres, porque
sólo en esas ocasiones tienen el derecho y la libertad de expresar su alegría.
Hace poco tuve la oportunidad de bailar y ver a más de cien bailari-
nas de todo el mundo en una convención en El Cairo. Cada una con su esti-
lo, su cuerpo, su energía: era algo muy especial.
Una buena amiga, Meera y yo, bailarina de Las Vegas, nos encontra-
mos allí.
Mientras veíamos danzar todas las noches, no nos centrábamos en
valorar la técnica, ni nos importaban sus cuerpos, ni sus estilos realmente, de
las que bailábamos en la convención. Buscábamos de verdad ver si nos tras-
mitían sentimientos. Ambas buscábamos el sentir...Que es lo que nos hace
bailar a ambas, y supongo que a la mayoría....
He tenido la suerte de conocer la danza del vientre en Estados Uni-
dos. Y allí también bailé con mi amiga americana en California. Pero nor-
33 DANZANDO - Parte I
TIPOS DE DANZAS
lar, contando hasta con doce velas, situado sobre la cabeza de la danzarina. Sus
movimientos son muy arcaicos, con piernas abiertas, y circulares o lineales en
sus direcciones. Estas danzas de luz se utilizaban, a modo de una comitiva, en
nacimientos y bodas, rememorando las procesiones faraónicas, donde las
luces iban al principio de éstas. Aparecen en grabados interiores de las tum-
bas de los faraones.
“El baile con Melaya” también es característico de Egipto. Es una
especie de chal negro o capa rectangular. Las mujeres lo usaban para tapar-
se con él en las frías noches del desierto o para no ensuciarse mientras cami-
naban. Tiene un procedimiento especial para colocárselo con el brazo, y se
puede danzar con él creando bellas coreografías.
“El baile con cántaros de
agua” ya ha desaparecido en Egip-
to, pero se mantiene en algunas
zonas de África así como “el del
plato o bandeja”. Estos últimos
están todavía arraigados en Túnez.
Otra, como la del bastón
“Assaya”, suele aparecer en las
manos de faraones como símbolo
de poder. Se redujo después con
el tiempo, al uso de pastores y
pueden danzar con él hombres y
mujeres en los bailes del folklore
egipcio. Además, existe algo pare-
cido al bastón, pero sin mango
redondo, hecho de caña o vara,
llamada tahtiyb o “anasa” en
Egipto.
Existe también la posibili-
dad de “danzar con espada”, y
como con el bastón, emular movi-
mientos antiguos o hacer equili-
brios sobre la cabeza, hombro,
cintura, etc. ESPADA
37 DANZANDO - Parte I
LA MÚSICA ÁRABE
Cada escala de la música árabe tiene una cierta posición fija en tonos
y medios tonos, pero, entre ellas y las notas, aparecen otras notas que no
tiene un lugar fijo y caen en distintas posiciones.
En Occidente existe una simple octava (ocho notas). Aquí puede
aparecer cualquier nota, entre 8-22 notas, con intervalos finos como una
novena nota.
Al hablar de música, podemos también referirnos a los estilos. Por
ejemplo el “baladí”, en el que existe un predominio de movimientos ondu-
lantes, grandes o pequeños, con los que la bailarina, los músicos y el publico
se conectan.
“El saidi” es un ritmo imprescindible para los tipos de baile de fol-
klore. Hay movimientos como saltos y algunos les llamo “las jotas egipcias”
por su parecido al nuestro. Es utilizado, sobre todo, para la danza del bastón.
El folklore se basa en movimientos más campesinos. Incluye también, el de
los pueblos nómadas, como el estilo beduino, con movimientos más vitales
y tribales, recordando su vida en los desiertos, en los oasis.
En el estilo clásico, con una interpretación similar al ballet clásico.
Hay grandes desplazamientos; la bailarina está más centrada en la música que
en el público. Pero es muy bello e inspirador.
La “tabla” o percusión con tambores, y la reina de los tambores. Es
la famosa “darbuka”. Es un estilo muy rápido y poderoso. Frecuentemente,
a aquellos que lo observan lo que más les atrae es lo alegre que es, y que los
movimientos son vibrantes y con poder.
Es en la música sentimental moderna donde la bailarina se centra en
la emoción de aquello que se canta, como si representara. Hay una fuerte
presencia de gestos y posturas. Es como ver una actuación teatral.
Existen canciones con mezcla de estos estilos, y también suites que
pueden durar hasta veinte minutos. Normalmente suelen existir canciones de
presentación y de cierre en un espectáculo.
Por otra parte, en Occidente están apareciendo fusiones de melodí-
as árabes, indias o étnicas, que se mezclan con ritmos y músicas de otras cul-
turas. Por ello se añaden movimientos nuevos.
39 DANZANDO - Parte I
EL VESTUARIO
MOVIMIENTOS
EN CLASE
EL CUERPO
Yo aprendo con cada alumna, en cada clase. Doy gracias por esta
oportunidad de aprender y compartir con grupos de mujeres.
En Egipto, algunos movimientos tienen nombre de animales o con
referencia a la Naturaleza. Algunos son nombrados como distintos tipos de
círculos, saltos. También existen los movimientos o combinaciones de
movimientos creados y bailados por famosas bailarinas.
Estando en clase con la famosa bailarina Dina, nos enseñó un “ara-
besco”, que es un paso de baile. Éste llevaba un toque especial al final del
movimiento. Ella lo llamaba “arabesco DINA”, pero aun siendo muy buena
bailarina, le era difícil explicarlo. Es complicado ser una buena maestra para
enseñar a otros.
Realmente, es difícil enseñar, bailar es más fácil. Personalmente, llevo
años, enseñando y con una gran cantidad de clases de experiencia. Intento ser
una buena profesora. No es fácil explicar un movimiento y moverte al mismo
tiempo. Detallar minuciosamente el paso o movimiento. Saber ponerte en el
lugar de la alumna, permitir que lo aprenda y se sienta segura. Apoyarla, afir-
marla en su esfuerzo, como si fuera tu hija, que está dando sus primeros pasos.
No es lo mismo ser bailarina que maestra. Puedes ser una gran baila-
rina pero no tener aptitudes de maestra. O puedes ser muy buena maestra
pero no ser una gran bailarina. Aunque todo se concrete en lo mismo: bailar.
En referencia al cuerpo como tal, la mayoría de las mujeres vienen
con tensiones y rigideces. Se quejan de sus molestias, aunque poco a poco se
les alivia y fortalecen sus cuerpos, perdiendo esas tensiones.
Las podríamos situar: primero en los hombros y cuello, recordando
nuestra tendencia a sobrecargar nuestra existencia con numerosas obligacio-
nes de cualquier índole, o a las malas posturas aprendidas, como por ejem-
plo: trabajar con el ordenador durante largas horas.
Segundo, la poca flexibilidad que tenemos a la hora de mover nues-
tras cinturas y caderas. Lo que puede llevar a desarrollar rigideces y bloqueos
físicos e incluso emocionales.
Cuando aprendemos un movimiento, primero se realiza de manera
mecánica, sin vida, luego lo vamos adquiriendo con color y continuidad
mientras lo ejecutamos, hasta que finalmente se despierta en él toda la ener-
gía que provoca el movimiento en nuestro cuerpo, al ser parte de él y él de
51 DANZANDO - Parte I
TÉCNICA BÁSICA
1. Balancín, Balanza
Posición inicial.
Aquí las caderas suben y bajan mientras las rodillas ayudan en
semiflexion, al movimiento del balanceo. Si doblas la rodilla
derecha, bajará ese lado de tu cadera; mientras estiras un poco la
otra rodilla, subirá el desnivel.
Imagina que hay un eje entre tus dos caderas, que suben y bajan
como si fueras un balancín. Tus dos caderas son los dos extre-
mos de un balancín, mientras tu tronco, tu eje central y todo tu
cuerpo está sin moverse y alineado. Mantén el peso del cuerpo
en ambas piernas.
Se puede hacer lento o más rápido. Con el tiempo podrás ir
andando con él, y cambiarás el peso del cuerpo mientras te des-
plazas. Cuando consigues esto, ya no es balanza, tiene otro nom-
bre, tres cuartos.
2. Twist
Posición inicial.
Descubrimos que girando la cadera hacia delante y detrás, con-
seguimos un giro, mientras el torso superior no se mueve. Aquí
la mayoría se lanza a realizar giros rápidos, haciendo que todo el
cuerpo se mueva: entra flato y hay tensión muscular.
Para aprender, imagina que tus caderas giran muy despacio,
como cuando aprendes a conducir; pones segunda cuando
veas que estás relajada en el movimiento, tercera, cuarta y
cuando aumentas tu velocidad manteniendo el resto del cuer-
po en calma, sin mover los brazos, ¡suéltate a correr por la
autopista!
Lo mejor son giros cortos y rápidos, pero sin fuerza,.Con la
práctica, podrás andar en distintas direcciones y mover otras
partes de tu cuerpo a la vez.
53 DANZANDO - Parte I
3. Volquete o Pala
Posición inicial.
En este movimiento pon más atención de tener las lumbares
protegidas. Con él se despierta la libido, activando la energía
sexual de una manera poderosa.
Se consigue moviendo la pelvis de arriba a abajo, como si qui-
siéramos conseguir levantar la pelvis hacia arriba (volquete supe-
rior), repitiendo el movimiento con intención hacia abajo (vol-
quete inferior).
Se puede hacer dos tipos de volquetes, unos más grandes y len-
tos, otros mas pequeños en su recorrido, pero más rápidos.
Una variante es bajar con el cuerpo mientras realizas los volque-
tes inferiores. Otra es ir subiendo con los volquetes superiores.
Con el tiempo puedes ir realizando volquetes mientras caminas,
también puedes hacerlos de puntillas.
Otra variante sería hacer tres volquetes, o asomes, en todo el
recorrido frontal.
El primer volquete hacia la derecha, el segundo central y el ter-
cero izquierda.
Realiza estos movimientos sin girar el tronco, de una manera
suave, y sin brusquedad.
Posición inicial.
En general se intenta ondular imitando a los pájaros, serpientes,
o a las ondas del mar. Sentir que el movimiento nace en la axila,
en referencia a los brazos, que nace en la muñeca cuando se trata
de manos y dedos.
En referencia a las manos y los dedos, existe un movimiento que
consiste en mover el índice con el pulgar como pinza, rozándo-
se entre ellos mientras se mueven.
Danzando con la Diosa 54
5. OCHOS
Posición inicial.
Símbolo del infinito, los ochos se pueden hacer por todo el
cuerpo inferior con caderas. Los ochos superiores con el tron-
co, pareciendo que son tus pechos, los que lo realizan. Siendo
estos movimientos en vertical o en horizontal su trayecto.
También con todo el cuerpo lateral o frontal... incluso con el
cuello.
Veamos las caderas para empezar. Situándonos con pies parale-
los, distancia de tus hombros, hay dos movimientos: uno, girar
un cuarto de cadera y otro, pasar el peso del cuerpo en diagonal
a la otra pierna.
6. OCHO DELANTERO
Posición inicial.
Girar un cuarto de cadera hacia delante y hacia dentro de tu
pierna derecha. Entonces, envías el peso en diagonal hacia atrás
para llegar a tu pierna izquierda.
Volvemos a repetirlo, desde tu pierna izquierda, cuarto de giro
55 DANZANDO - Parte I
7. OCHO TRASERO
Posición inicial.
Éste, igual pero con la intención opuesta.
Cuarto de giro hacia atrás de tu pierna derecha, y pasas el peso
desde atrás en diagonal hacia delante, hacia tu pierna izquierda.
Vuelves ahora a girar hacia atrás tu cadera izquierda, y envías en
diagonal el peso hacia la pierna derecha.
Cierra los ojos, imagina que puedes dibujar el símbolo del infini-
to con tus caderas, dos círculos unidos en el medio de tu cuerpo.
En los grandes círculos de cadera, siente que el peso vaya cam-
biando de pierna en pierna.
Aquí marco un par de consejos a la hora de bailar. Primero:
Donde esté tu peso está tu fuerza.
Y el segundo: Descubre que cuanto menos muevas el cuerpo
con tensión, más atención y energía tendrás cuando localices un
movimiento en una sola zona de tu cuerpo.
8. EL CAMELLO
Posición inicial.
Es un movimiento ondulante. Lo denominamos “inferior” o
“superior” si lo realizas con la pelvis o con el tórax. El tercero
se le puede llamar “total”, si utilizas ambas partes del cuerpo.
Explico brevemente el inferior: el movimiento se divide en tres
acciones, estando con los pies en paralelo, lumbares protegidas.
Posición Inicial (ver al principio de los movimientos su expli-
cación).
Danzando con la Diosa 56
feminidad, sino también para enseñarlo a todas las mujeres que quieran dis-
frutar sintiéndolo...”. Y así tengo un montón de mujeres que todos los días
me enseñan cuánta feminidad se oculta en nuestro cuerpo de mujer.
Las mujeres occidentales somos muy inteligentes, estudiamos carre-
ras, queremos la igualdad en nuestras profesiones, trabajamos muy duro. La
mayoría intenta tener un hogar propio, y muchas tienen un montón de roles
que cumplir ante la sociedad, la familia y el personal de metas externas.
Pero la parte tan femenina y sensual de nuestro ser, la parte diverti-
da de disfrute con nuestro cuerpo, está infravalorada. Andamos corriendo de
un lado para otro, rígidas. Con tensión en cuello y hombros, queriendo lle-
var a cabo todo. Perdemos la belleza de sentir, el andar seguro y firme, ondu-
lante y sensual de, por ejemplo, la raza negra: El sentir ligeras tus caderas. Y
esto se consigue con la danza que te facilita una sensación de poder y sen-
sualidad que nos pertenece como mujeres.
En un cumpleaños al que fui a bailar, lo que me gustó no fue sólo
bailar ante gente, sino mucho más: a invitar al público femenino, algunas
alumnas mías, a ver cómo disfrutaban con felicidad, y yo también al verlas y
bailar con ellas.
Estando en una comida con cincuenta personas más, una alumna
que llevaba poco tiempo bailando, entusiasmada al escuchar a un músico que
asistía a la comida, llevaba una darbuka y empezó a tocar. Salió a bailar, mien-
tras la gente no se inmutaba. No se atrevían a disfrutar moviéndose, pero sí
a contemplar cómo disfrutaba mi alumna.
Veo que mi propósito se va cumpliendo, gracias a mis alumnas, que
disfrutan bailando de la manera más femenina, como hace miles de años las
mujeres se reunían para celebrar que eran féminas, y conectar con su propia
divinidad.
Desde aquí, un abrazo muy amoroso a todas las que se han dejado
iniciar por mí y por el reconocimiento de su feminidad; y para todas aque-
llas profesionales y alumnas que lo celebran, también. También para ti, que
estás leyendo, danzarina o no todavía, porque estás buscando y espero que
encuentres en ti lo que necesitas. Todo está en cada una de nosotras: son
caminos o velos, trozos de tu amado ser (como los buscó Isis, diosa egipcia),
que vamos destapando, encontrando, abriendo al conocimiento profundo de
cada una, descubriendo que somos mujeres, diosas por despertar…
Danzando con la Diosa 58
si se come chocolate. ¡Pero éste engorda!, así que hay que elegir de los tres
primeros...
Psicológicamente, los sentimientos negativos generados por nuestros
cuerpos afectan a nuestra actividad sexual. Si nos sonreímos a nosotras mis-
mas, disfrutamos con nuestros cuerpos, descubrimos nuestra sexualidad y
erótica de una manera liberadora además de placentera. Esto nos ayudara a
tener una mayor autoestima.
Ahora narraré un caso de una menor con diagnóstico de anorexia.
Enseñándole el movimiento del camello, ésta no tenía abdomen, y
medio en broma, yo la apoyaba: si comes y tienes barriga te saldrá el came-
llo. Ella quería aprenderlo, enseñarlo a sus amigos de clases. Desde su moti-
vación conseguimos que comiera y enseñara lo bien que hacía el camello con
un par de kilos más...
Por el contrario, muchas mujeres me preguntan: “Y si bailo, ¿me
quedaré como tú?”. Es una pena, pero ésa es su preocupación en ese
momento. Si aceptan su cuerpo y luego acuden, y realizan dieta, a lo mejor
adelgazan. Sólo cuando te aceptas, entonces, es más fácil decidir y conseguir
lo que una quiere, descubriendo que no solamente se puede sudar, adelgazar,
estirarte y estilizar tu figura, sino disfrutar en grupo, y especialmente conti-
go misma.
Muchas no se sienten a gusto con su cuerpo, enseñar la barriga les
cohíbe, pero, poco a poco, se liberan de prejuicios, de tapaduras. ¡Con lo
bello que es aceptarse y disfrutar danzando!
Se nos ha negado tanto a las mujeres, que ahora existe, como digo,
una revolución interior. Mucho mas poderosa, porque es personal.
No podemos esperar que la sociedad cambie. Si cambiamos noso-
tras para mejor este cambio y su vibración ayudará a que, poco a poco,
vayamos cambiando la sociedad desde nuestro trabajo personal de disfru-
tar y mejorar nuestra visión como mujeres. Podremos desde nuestra actitud
cambiar el mundo exterior. Por ello digo que es una revolución para tu evo-
lución personal.
63 DANZANDO - Parte I
2ª PARTE
LA DIOSA
Danzando con la Diosa 68
69 LA DIOSA - Parte II
TIPOS DE DIOSAS
DE RELACIÓN
• Hera, Demeter y Persefone. Serían “las orientadas a la
relación”, en vez de hacia sí mismas. Todas tienen un
momento de energía feliz, crisis y vuelta a empezar. Cícli-
co. Según su ciclo serían:
• Hera, enamorada, luego, podría ser celosa y llena de ira
hasta que vuelve a empezar su ciclo, su dependencia. Su
frase sería: “sin el otro no soy yo.”
• Demeter, madre amorosa, sufriría la pérdida del ser queri-
do, y depresión, o miedo de ser abandonada, dependencia.
Su frase sería: “no soy útil al otro”.
• Persefone, inocente doncella, con posibilidad de depre-
sión o gran dependencia de cualquier tipo: fue violada,
hundida en su propio infierno. Su transformación sería
resurgir sabia, y con el poder de ayudar a otros que tam-
bién hayan sufrido como ella. En su dependencia, su frase
sería: “no sé qué hacer, dependo de alguien o algo para
sentirme bien”.
vo parecemos las víctimas. Sin embargo, en relación con otros, ambas partes
pueden tener esa necesidad inconsciente de vivir esa experiencia comparti-
da, cada uno en su papel, ya activo o pasivo.
Muchas tenemos que vivir situaciones dolorosas para aprender, y
proyectamos esto hacia los otros, y aunque ellos tomen la acción, puede ser
la única manera útil de que aprendamos a ser mejores, a descubrir que, des-
pués de la crisis, somos diosas.
En una clasificación de personalidad, Hera sería también extrover-
tida, como Demeter, y Persefone, en su fase primera, la inocente, sería
introvertida.
A estas ultimas diosas las hemos denominado “orientadas a la rela-
ción”, pues tienden a una dependencia emocional.
Al ser sentimentales y sensibles, tienen una conciencia emocional.
Además, sería difusa por los sentimientos, ya que más que proyectar como
las tres primeras, lo hacen al exterior. En definitiva, buscan dar y recibir.
Recordar que si las vivimos, podemos intentar sentirlas en un estado
muy centrado y positivo sin caer en sus crisis. Y si ocurriera, recordar que
después del invierno llega la primavera…Todo es cíclico y temporal.
Por último, hablaremos de Afrodita, más detalladamente al final.
Esta diosa está orientada hacía la búsqueda del placer en el momento pre-
sente, como hacia a sí misma.
Afrodita tiene la alquimia de las seis diosas anteriores. Es sensible,
creativa, libre e independiente, evitando el dolor en su estado de vibración
mas alto. Una combinación entre la mente y las emociones, viviendo en la
consciencia del presente inmediato.
Representa una conciencia presente y del placer, que proyecta y reci-
be. Tendría una visión holista o integral del ser y lo que le rodea.
Por ello es la diosa que más se realza cuando las mujeres estamos
danzando .Y la que nos puede ayudar en el proceso de alquimia para alcan-
zar un estado mas elevado, una visión de la vida más alegre y más conscien-
te del eterno presente en el que vivimos.
Danzando con la Diosa 74
* En esta nueva clasificación, recordad que tanto Hera como Demeter activarían las extre-
midades superiores; en el caso de Artemisa y Atenea, las extremidades inferiores.
AUTOBIOGRAFÍA
Soy hija de Zeus y Latona, y hermana de Apolo.
A los tres años mi padre me prometió concederme lo que quisiera.
Yo le pedí un arco y flechas para cazar, la compañía de ninfas, la soberanía
de la naturaleza salvaje y el privilegio de elegir por mí misma.
Soy feliz porque hago lo que deseo. Me encanta correr libremente
con corta falda, cantando a la luna, sintiendo ser completa en mí misma, y
en comunión con la naturaleza salvaje.
Con mi arco apunto, me concentro y consigo lo que quiero. Soy
cazadora y con gran voluntad obtengo mis metas.
También lucho contra las injusticias, auxilio a los que piden mi ayuda
y, sobre todo, me enfrento en contra de los que quieren someter a otros.
Sí, ayudé a mi madre en su parto, para que naciera mi hermano. He
sido invocada como diosa que alivia el dolor de mujeres que daban a luz.
También salvé a Latona y a Aretusa de ser violadas.
Soy implacable con quien me ofende, como fue Acteón, que en vez
de manifestar su amor hacia mí, se atrevió a violar mi intimidad para verme
desnuda cuando me bañaba. Y ofendida lo convertí en ciervo, y mis perros
lo alcanzaron.
Danzando con la Diosa 84
ALUMNA ARTEMISA
Tenemos su energía cuando queremos estar en primera fila, o cuan-
do nos ponemos nerviosas porque no nos sale un movimiento; pero cuan-
do nos concentramos en él para conseguirlo entonces Artemisa aparece para
ayudarnos. También cuando competimos en clase para ser mejores, o que
destaquemos en el grupo. Además, si no nos gusta algo en el funcionamien-
to de la clase se lo decimos claramente a la profesora. E incluso queremos
competir con la profesora.
BAILARINA ARTEMISA
Cuando sales a bailar sin coreografía, e improvisas, cuando te acele-
ras, y vas más de prisa de lo que deberías ir bailando, también está presente
esta energía o diosa. Cuando realizas percusión o muchos pasos en tu baile,
despiertas su energía. Incluso cuando realizas saltos o giros rápidos, es decir
cuando bailas a un ritmo muy rápido. Cuando te mueves y andas por el lugar,
o sala, y demuestras tu agilidad danzando.
PROFESORA ARTEMISA
Le gusta realizar distintas actividades en clase, practica el calentamien-
to fuerte, y también le gusta mucho la percusión y enseñar pasos rápidos. Pasa
de un movimiento a otro, porque prefiere enseñar de una manera variada, es
decir, hacer una clase entretenida, buscando utilizar bastantes canciones.
Sudas mucho en sus clases, es energética, divertida. Realmente haces
ejercicio en sus clases; te trata como una igual, y disfruta danzando con sus
alumnas.
Con energía alterada, puede exigir mucha rapidez y no considerar a
las lentas o sensibles alumnas de sus clases. Sólo prefiere a las que compiten
o se esfuerzan mucho.
Danzando con la Diosa 86
AUTOBIOGRAFÍA
Nací de la cabeza de mi padre Zeus, totalmente desarrollada. Mi ves-
tuario es una coraza de oro, una lanza en la mano, y mi casco reluciente.
Soy diosa de la guerra y gran estratega. A mí vienen y acuden los
héroes a solicitarme consejo. En tiempo de paz me invocan los artesanos.
Soy la mano derecha de mi padre y no reconozco a mi madre, Metis, la cual,
embarazada de mí, fue tragada por mi padre Zeus. Así salí, de mi padre,
desde su cabeza.
Perseo me pidió ayuda una vez y consiguió, por mi consejo, derrotar
a Medusa, mujer monstruosa que tenía serpientes por cabellos, y convertía,
con su mirada, al hombre en piedra. También ayudé al héroe Jasón y a los
argonautas a construir su nave. E incluso al gran Hércules, que acudió a
pedir mi ayuda. Protegí a Aquiles en la guerra de Troya, y a Ulises en su vuel-
ta al hogar.
Estoy a favor del patriarcado, el mundo de los hombres; vivo feliz en
la ciudad, en la sociedad, y sitúo los valores masculinos como éxito seguro.
Convertí a la tejedora Aracne en araña, por haberse atrevido a hacer
público, mediante sus hilados de seducciones y violaciones, que mi padre el
gran Zeus, había realizado.
Danzando con la Diosa 88
ALUMNA ATENEA
Somos Atenea cuando preguntamos y queremos entender lógica-
mente los movimientos, cuando seguimos la técnica a pie de letra. También
cuando, deseando tanto bailar, formamos un grupo de mujeres para que,
conseguido el grupo, aparezca la profesora que deseamos y con el propósi-
to de bailar. O cuando tenemos el valor de salir al escenario junto a Artemi-
sa la cazadora.
También, cuando aprendemos más oyendo la explicación que sin-
tiendo el movimiento.
BAILARINA ATENEA
Cuando bailas con una coreografía bien aprendida, y lo que prefieres
es una buena demostración de la técnica antes que un transmitir, que un sen-
tir, valorando más tu mente que tu sentimiento. También cuando lo realizas
bien, y sabes estar ajustada al ritmo de la música.
Además, si sacas hombres a bailar contigo, no porque lo sientas,
sino porque crees que es comercial, que puedes conseguir algo material, o
sabes que es eso lo que le gusta a los hombres, más que buscar el sentir y
transmitir.
PROFESORA ATENEA
Prefiere la técnica a realizar coreografías. Explica minuciosamente el
movimiento. Habla mucho en sus clases; tiene un vasto conocimiento de la
danza y su cultura.
Sin embargo, puede crear y explicar una buena coreografía llena de
técnica.
Es exigente en sus clases. Prefiere a las que lo entienden a la prime-
ra, y se siente triunfadora cuando sus alumnas entienden sus explicaciones.
Le gusta estar en primera fila, porque guía y enseña a sus alumnas.
Puede que se separe bastante del grupo y le cueste hablar sobre su
intimidad. Cuando se acaba la clase, y cuando empieza, no se abre a sus
alumnas. Se distingue y se siente superior. Puede tener bastante ego y creer
que es superior por su conocimiento.
Danzando con la Diosa 90
HESTIA
91 LA DIOSA - Parte II
MI SABIDURÍA INTERIOR
AUTOBIOGRAFÍA
Me disgusta bastante hablar de mí misma. Y la verdad es que tengo
poco que contaros. Me atrae la sencillez, y cubrirme con un velo, pues pre-
fiero pasar desapercibida y dedicarme a mis asuntos: cuidar de mi hogar y
de todos los mortales.
Antiguamente en Grecia, cuando se realizaba un matrimonio, la
madre de la novia llevaba fuego de su hogar a la nueva casa de su hija, para
invitarme a entrar en ella. Y así, la armonía reinaría en el nuevo hogar.
En Roma me llamaba “Vesta” y tenía “vírgenes vestales” que cuida-
ban del fuego en los templos creados para mí, con la intención de que cui-
dara a la ciudad.
Yo soy la que mantengo vivo el fuego del espíritu que anima y da
calor al alma de todos los seres vivos. Soy una mujer serena, tranquila, y, por
eso mismo no me gusta figurar en las recepciones del Olimpo, ni participar
en las guerras o líos amorosos. Por ello, elegí la castidad eterna, aunque
Apolo y Poseidón intentaran cortejarme.
Vivo en mi templo y permanezco virgen, consagrada a las obras del
espíritu. Pero estoy presente en cada casa, en el corazón de cada una de voso-
tras, en medio del profundo silencio, cuando sentís que todas y todos los
seres estamos unidos por un vínculo espiritual común.
Danzando con la Diosa 92
ALUMNA HESTIA
Cuando bailamos en silencio, cuando nos dejamos llevar con un
movimiento y desconectamos del resto de la clase, de nuestras preocupacio-
nes cotidianas y nos lanzamos a un vacío lleno de bienestar. También, cuan-
do no preguntamos ante nuestras dudas, o no nos interesa conocer más per-
sonas o mujeres en clase. Y cuando nos acercamos a la danza sin propósito
definido, o por lo contrario, danzamos con fin de desarrollo espiritual.
BAILARINA HESTIA
Si bailas sola, o con los ojos cerrados. Si utilizas la danza como esta-
do meditativo, o cuando bailas con velas en las manos, o en la cabeza, y tu
intención es llevar la energía del baile a otra dimensión más elevada que el
disfrute o la diversión.
PROFESORA HESTIA
Una profesora es Hestia, cuando intuye lo que necesitan sus alum-
nas, y trasmite un estado de paz y bienestar, aunque no diga mucho. Le gusta
acabar o iniciar sus clases con respiraciones, o durante su trabajo como ins-
tructora, muestra mucha importancia a la respiración. Así, le gusta introdu-
cir alguna técnica oriental o espiritual en sus clases con el propósito de des-
pertar la espiritualidad en sus alumnas. También está atenta y valora la
importancia de la posición de la columna vertebral.
Prefiere mantener un grupo armonioso, y no se considera alguien
superior sino como un instrumento para sus alumnas. Con una energía
densa, una profesora Hestia no hablaría apenas en sus clases, y, a veces, pare-
cería que está sola. No presta atención a sus alumnas, sólo a sí misma, a su
desarrollo personal.
Danzando con la Diosa 94
SOY FÉRTIL
AUTOBIOGRAFÍA
Cuidar de la naturaleza era la tarea para la cual yo, hija de Cronos y
Rea, estaba dotada. Ésa era la labor que me encomendó Zeus. Semilla que
tomo en mis manos se convierte en fruto. Yo fui la que inventó el trigo para
que la humanidad no muriera de hambre.
Zeus se enamoró de mí, pues decía que era tan apetitosa y sensual
como los frutos que creaba. Tuvimos una hija, la dulce y bella Persefone y, a
partir de entonces, me convertí en madre por encima de todo.
Cuando mi hija fue raptada por Hades, dios de los submundos, para
hacerla su mujer, mi dolor fue tan hondo que dejé abandonada la naturale-
za. Vagué por el mundo entero sin comer y sin dormir, para buscarla.
La Tierra se convirtió en un lugar seco, estéril, y Zeus, preocupado
por ello, me rogó que volviera a mi tarea. Contesté que no lo haría hasta que
me devolvieran a mi hija. Zeus, entonces, habló con Hades, quien aceptó
dejarla libre de su reino del submundo. Sin embargo, para mi desgracia, mi
hija había comido algunos granos de granada en el submundo y, por ello,
como marcaba la ley, debería estar, al menos, seis meses con él, y seis meses
libre, junto a mí en la Tierra.
Danzando con la Diosa 96
La mujer Demeter
Cualidades dificultosas
• El excesivo apego, su dependencia hacia quienes le rodean.
• Posible síntoma de “nido vacío” cuando los hijos salen del hogar y
no se siente útil.
• La obsesión por alimentar, por estar pendiente de los suyos.
• Es una madre extrema, y lo manifiesta cuando sólo se preocupa por
los suyos y no se permite momentos de soledad, o placer, por sí
97 LA DIOSA - Parte II
sola y para sí misma. Su placer reside en ver a sus hijos felices. Aun-
que para ello tenga que ser una sombra, sin reconocer sus necesi-
dades, o se sienta obligada a dejar sus metas por sus hijos.
ALUMNA DEMETER
BAILARINA DEMETER
Aparece su energía cuando deseas ser vista por seres queridos, o bai-
lar ante personas que conoces y aprecias, cuando ofrece a los espectadores
lo que desean, cuando se entrega a ellos con amor y dulzura. Y realmente
baila para el público.
También le gusta bailar en grupo con más bailarinas, y ser una más.
Incluso puede dejar que otras brillen más que ella, por sentimiento protec-
tor y no querer destacar.
PROFESORA DEMETER
Es una madre para sus alumnas. Tiene seguidoras allí a donde va. Se
preocupa por todas. Incluso, es capaz de abandonar un rato su grupo, mien-
tras intenta ayudar a una alumna que no se coja al ritmo del resto de la clase.
Es muy feliz cuando ve el progreso de sus alumnas, y las llama “sus
chicas” o “sus niñas”.
También puede ser demasiado protectora y no dejar que avancen en
su aprendizaje para que sigan con ella.
Sufre demasiado cuando se rompe algún grupo e intenta siempre
mantenerlo unido.
Danzando con la Diosa 98
AUTOBIOGRAFÍA
Cronos y Rea son mis padres. Por lo tanto yo soy, a la vez, hermana
y esposa del gran Zeus. Las musas me enseñaron sus saberes en las artes
como la ciencia, historia, poesía... En las Estaciones, enseño cuando sembrar
y cuando recoger; de hecho los mortales celebraban tres ritos: uno en pri-
mavera cuando era doncella, otro en verano, celebrando la plenitud de mi
boda, y el último rito, en otoño, cuando estaba sola, sin Zeus.
También otorgaba protección a las esposas virtuosas.
Mi tía Memoria, me dio el valor de los recuerdos, y mi tía Prudencia,
el sentido de la oportunidad.
A Zeus le gusté desde el primer momento. Me sedujo, convertido en
pajarito. Vino a mí mostrándose muerto de frió. Le di mi amor en mi pecho,
con mis manos, para que encontrara calor y amor. Entonces se convirtió en
su apariencia real. Intento forzarme, pero le dije que primero, si me deseaba,
nos casaríamos.
Tuvimos maravillosas vivencias hasta después de la luna de miel, que
dicen que duró más de trescientos años humanos. Sin embargo, cuando
acabó, teníamos grandes disputas por sus numerosas infidelidades.
Me sentía humillada y me vengué de todas sus amantes. Mi cólera
contra Engina, a la que solté un gran dragón, el que destruyó a parte de la
Danzando con la Diosa 100
La mujer Hera
Su principal aspiración es casarse. Se siente incompleta sin una pare-
ja. Incluso, a veces, teniendo pareja, anhela el prestigio, el respeto social que
puede conllevar el matrimonio y su reconocimiento.
El sentido del deber está por encima del placer, y es intransigente
con quienes rompen los compromisos, ya sean verbales o sentimentales,
sobre todo estos últimos.
Como esposa es una compañera fiel que exige la misma lealtad.
Como madre, cariñosa pero exigente.
Cualidades Potenciales
• Voluntad
• Capacidad para el compromiso
• Es leal y fiel, y sabe atravesar las dificultades de la pareja
• Su marido es lo primero
• De niña puede jugar mucho a papá y mamá, o soñar con su boda,
al envejecer son las peores viudas, su ilusión es llegar juntos a las
bodas de oro.
Cualidades por desarrollar
• Erotismo
• Capacidad de transformación en vez de seguir todo al pie de la letra
• Aunque el matrimonio puede aportar mucho a una mujer y es enri-
quecedor, a nivel personal, le facilitará su desarrollo el tener otras
inspiraciones o metas personales.
Cualidades dificultosas o dolorosas
• Vengativa y celosa
• La rabia y el dolor de una mujer con la energía de Hera cuando des-
cubre infidelidades
101 LA DIOSA - Parte II
ALUMNA HERA
Cuando nos encanta bailar en pares, es decir en pareja, cuando nos
gusta compartir con alguna compañera nuestras experiencias, cuando nos
miramos despertando complicidad, más allá del grupo y la profesora. Tam-
bién cuando disfrutamos de bailar ante nuestro compañero/a.
Cuando nos apuntamos a una clase con una amiga.
BAILARINA HERA
Hera aparece cuando o te gusta bailar con alguna compañera en
público y disfrutas en la sincronización de movimientos a pares cuando
danzas.
O también cuando, actuando, sacas a alguna mujer a bailar contigo,
cuando compartes con el público y te relacionas con él. Pero desde una
visión de compartir, no de interés.
PROFESORA HERA
La profesora Hera saca el tema de los hombres en clase, valora los
compromisos sentimentales. También ve la danza como una herramienta
para mantener una relación de pareja. O, incluso, ella conversa sobre su rela-
ción personal de pareja. Son temas de conversación para ella.
A nivel de enseñanza, le atrae, trabajar mucho en pares, es decir en
pareja. Sobre todo lo que más le atrae es su gusto por los movimientos sin-
cronizados. También disfruta bailando con alguna alumna, mientras enseña
movimientos o pasos, si no hay pares en el grupo de clase.
Sin embargo, cuando se enfada, saca su ira, y, con energía densa y
oscura, puede hablar mal de mujeres que podrían competir con ella en algu-
na materia.
Danzando con la Diosa 102
PERSEFONE o Proserpina
103 LA DIOSA - Parte II
AUTOBIOGRAFÍA
De pequeña me llamaban Kore, “la joven doncella”. Fui el centro de
los misterios eleusinos, la religión de los griegos, que existió mucho antes del
Cristianismo. En estos rituales se experimentaba la renovación de la vida tras
la muerte en secretos ritos.
Mi madre, Demeter, me cuidaba, me protegía, me amaba, sobre
todas las cosas. A mi padre Zeus le preocupaba mi infantilismo y mi ino-
cencia. Me pasaba el día soñando y recogiendo flores, hasta que Hades me
vio, se enamoró de mí y me raptó, llevándome al infierno, para hacerme su
esposa.
Este matrimonio forzado me despertó del sueño inocente en que
estaba sumida.
Aprendí mucho en los infiernos, al verme raptada. Y una vez supe-
rada mi situación, me convertí en sabia. Así pude ayudar a Ulises, como guía
en el mundo subterráneo, cuando lo visitó. También ayudé a Psique cuando
descendió en su misión de recuperar a su amado. E incluso al gran Heracles
(Hércules) en su último doceavo trabajo.
Danzando con la Diosa 104
Luché con Afrodita por el amor del bello Adonis, al que ambas amá-
bamos, y Zeus permitió esta decisión: 1/3 del año lo pasaría conmigo, otro
tercio con Afrodita, y el último tercio a su libre albedrío.
Como ya sabéis, conseguí volver a la Tierra para pasar parte del año
ayudando a mi madre, llenando de vida la tierra en primavera, y de expan-
sión y fruto en verano. Cuando regresé a los brazos de mi adorada madre, ya
era una mujer sabia. Me había convertido de inocente adolescente en sabia
diosa. Ocurrió gracias a que Zeus mandó a Hermes por mí, pero mi error
consistió en comer granos de granada, actuación que me obligó a estar sola-
mente medio año en el mundo exterior.
Mujer Persefone
Cualidades potenciales
• Su entrega
• Su inocencia; sin embargo, puede ser demasiado maleable y arras-
trarse hacia el submundo
• Situaciones de dependencia
Desarrollar
• Su valentía
• Hacer cosas por sí misma y romper los vínculos que la empobrecen
ALUMNA PERSEFONE
BAILARINA PERSEFONE
PROFESORA PERSEFONE
DISFRUTO MI SEXUALIDAD
AUTOBIOGRAFÍA
Hay dos versiones de mi nacimiento; una de Zeus y de la ninfa del
mar Dione, aunque prefiero decir que nací entre las espumas de las olas en
el mediterráneo del esperma derramado por mi padre, Urano, el cual habita
en el universo, tras su castración por Cronos.
Cuando los dioses me vieron aparecer, habiendo nacido adulta como
Atenea, todos me proclamaron “la más bella”.
De día vivo en el Olimpo rodeada de lujos, de noche salgo para sedu-
cir y enamorar. Me gusta enseñar mis artes amorosas a los mortales, como
hice con la deportista Atalanta o La bella Galatea.
También para inspirar amor, deseo y pasión.
Fui inmortalizada en el retrato que Boticcelli, el cual me dibujó apa-
reciendo en una concha, flotando en el mar y dirigiéndome hacia la costa,
hacia el mundo.
Aunque me casé con el feo Hefestos por razones de estado, no le fui
fiel.
109 LA DIOSA - Parte II
La mujer Afrodita
Afrodita
ALUMNA AFRODITA
Cuando bailas en estilo libre en la clase y dejas expresar toda tu
energía danzando, cuando disfrutas danzando y te sientes feliz en clase,
cuando despiertas la energía sexual en clase y la sientes, Afrodita está apa-
reciendo en ti.
BAILARINA AFRODITA
PROFESORA AFRODITA
Recuerda, puedes trabajar una diosa por día, por semana, por mes.
Esto sería lo más poderoso, teniéndola en cuenta cada día de un ciclo lunar,
sólo una, si la necesitas en ese momento. Aunque lo mejor es conocerlas a
todas y luego conectar con la que más necesites en un momento determina-
do, o transformar una de ellas en su vibración más alta...
Si te apetece hacerlo en grupo, realizo varios al año: mi dirección está
al final del libro, o si tienes alguna duda, también. Me encantaría saber cuán-
tas diosas se están despertando…
Algún ejercicio es bastante poderoso, pues puede removernos como
un cóctel.
Confía en que si nos mantenemos fluidas y abiertas, podemos per-
mitir que cualquier cosa, experiencia, sea buena o mala, según nuestra visión.
Saber recibirla y saber no sólo asimilarla, sino aprender que somos canales
por donde pasa energía, lo mejor es fluir, estar abiertas para que pase todo,
sea la experiencia del tipo que sea. Evitemos oprimirnos o bloquearnos, tan
solo fluir. Fluye como una danzarina con la música, a veces te gusta más una
canción que otra, sigue danzando con alegría.
Recuerda que todo es temporal, que todo lo que sube, luego baja,
que la energía es cíclica o en espiral, lo más importante es no perder nuestro
centro, nuestro centramiento, nuestro eje, nuestro mástil. Así podemos ele-
varnos y contemplar la isla buscada, el tesoro de nuestro ser…
Permite reconocerte cuando estés en la cresta de la ola en plena ale-
gría, cuando estés en la baja ola, en emociones densas; recuerda encontrar tu
punto medio y tu centro.
Para mantener el centramiento usando el cuerpo puedes realizar ejer-
cicios del primer apartado en búsqueda de tu conexión.
Con tal objetivo puedes realizar una postura de enraizamiento a la tie-
rra, con tu eje o columna vertebral centrada y tus pies en la tierra, separados
a la altura de tus hombros. Imagina como si pudieran salir raíces de tus pies.
Conecta tu parte inferior, el perineo, a la madre tierra, y tu coronilla
al cielo, y permanece en el centro en silencio, respirando. Si te apetece, pue-
des mover brazos y pelvis suavemente, acompañada de música suave. Danza
con el cielo y la tierra, busca tu centro entre los dos puntos conectados, y
siente que eres una diosa.
119 Danzando con la diosa - Parte
Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 122
2. MARCARSE OBJETIVOS
Como la diosa Artemisa, enfocada hacia su presa y la consigue, nece-
sitamos tener claro nuestros objetivos, aunque vayan cambiando con
el tiempo.
Así que diseña tu futuro hasta que te mueras, o hasta una tardía edad,
separándolos en apartados como salud / relaciones / trabajo / finan-
zas / espiritualidad / y otros.
Elige cinco objetivos, o al menos tres, para este año. Aclárate y limíta-
los explicando el porqué, en cuánto tiempo, sus efectos positivos, etc.…
Estás cercando tus objetivos, para poder cazarlos de verdad; por ello,
anótalos también, cuéntaselos a personas de tu círculo de amistades. Y
recuerda: actúa Artemisa...
3. TOMAR RIESGOS.
Es crecer y liberarse de ideas que no funcionan. La recompensa es que
no solo fomentas tu autoestima, sino que, por ello, puedes atraer a
123 Danzando con la diosa - Parte
personas que les interese lo mismo, por lo tanto, puedes también com-
partir tus deseos con otros grupos de personas. Esto añade conoci-
miento, al poner los riesgos en una perspectiva.
Sabemos que el cambio es inevitable, el crecimiento opcional. Ser
capaz de asumir riesgos razonables es reconocer tu valor, el valor de
seguir aprendiendo durante toda tu vida y comprometerte con el des-
cubrimiento continuo de quienes somos verdaderamente. Recorrien-
do el mundo como una Artemisa segura, pero con respeto hacia lo
que te rodea.
4. EL ARCO FÍSICO.
Es una visualización y movimiento corporal. Imagina que eres una ama-
zona, una Artemisa con su arco, apuntando hacia lo que más deseas en
estos momentos, visualizando lo mejor posible la acción. Lanza la fle-
cha con el movimiento del cuerpo, la mente y el corazón, y visualiza que
lo consigues, que das en el blanco... Ten cuidado con lo que pides,
puede cumplirse. Puedes realizarlo con un arco de verdad y en un lugar
seguro, para no dar en otro blanco… También con dardos y una diana.
Existe otro ejercicio que realicé en una comuna de chamanes en la
selva de Bolivia, como una “prueba chamánica”. Íbamos descalzos,
con los ojos cerrados. Necesitarás una guía para realizarlo. Si te inte-
resa realizarlo y sois varias, una hará de guía.
En mi experiencia, nuestra guía era una mujer embarazada. Cuando
corres sin visión todo tu ser se despierta, lo más bonito es confiar;
seguro que alguien te está esperando con los brazos abiertos…
AUTOAFIRMACIONES POSITIVAS.
INVOCAR SU AYUDA
DIARIO DE MI ARTEMISA
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127 Danzando con la diosa - Parte
Hermelinda Rasal
129 Danzando con la diosa - Parte
1. RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Como buena estratega, llevando nuestro casco en nuestra cabeza,
puede aislarse de las influencias de otros, que pueden proyectar sus
deseos, y no realmente nuestra decisión clara y propia. Como buenas
Ateneas, el uso del pensamiento racional, a veces, puede ayudarnos en
la toma de decisiones.
Existen procedimientos para metas específicas individuales o colecti-
vas. Veamos este método psicológico, que se divide en varios pasos:
A. Identificar el problema.
Ver los antecedentes y realizar una descripción detallada de la situación
o problema.
E. Toma de decisión.
Elige una entre las más aceptadas.
F. Verificación.
Comprobar que es la mejor.
Danzando con la Diosa 130
G. Preparación.
Prepara los pasos en acción para llegar a conseguirlo.
H. Acción.
Realízalo y comprueba su resultado.
2. EJERCICIO DE PARES
Como ya dije, también estos ejercicios pueden hacerse en voz alta o
por escrito.
Recordad: no razonar o reflexionar, sólo emitir lo primero que salga.
Durante un par de minutos decimos delante de nuestra compañera:
Sí, sí, sí... y luego, al cabo de unos minutos decimos: No, no,no...
Cambiamos el turno. Ahora, simplemente, escucha y observa a tu
compañera repitiendo el ejercicio.
Al acabar, reflexiona si pensabas en algo cuando repetías continua-
mente “sí” y cuando decías “no”. Intenta escribirlo.
Descubre lo que realmente quieres para tomar las decisiones más
correctas. Aunque ya sabes lo que libremente elijas por ti, será lo más correc-
to para ti. Si lo has elegido realmente tú misma, de una manera libre y cons-
ciente, será lo mejor.
También existe un ejercicio muy divertido que ofrece mucho cono-
cimiento para cada una de las participantes: es el de DEPENDENCIA /
INDEPENDENCIA.
Se forman dos grupos. El primero será el grupo dependiente. Éste
se sitúa en el suelo. Estamos unidas, tapadas por mantas y almohadones,
decimos nuestras dependencias en voz alta. Somos pasivas y sumisas.
Muy a menudo, pedimos un hombre, o a nuestra madre, pero tam-
bién cualquier otra necesidad o dependencia.
El otro grupo que, por el contrario, es independiente, por unos
minutos salta, corre y exalta su liberación, su autosuficiencia. Luego, se vive
a la inversa cambiando de situación.
En mi experiencia como psicóloga, he podido observar que puede
existir algo de enfrentamiento y, más bien, se despierta en algunas mujeres
131 Danzando con la diosa - Parte
3. ASERTIVIDAD Y COMUNICACIÓN
4. VISUALIZACIÓN
INVOCAR SU AYUDA
AFIRMACIONES POSITIVAS.
DIARIO DE MI ATENEA
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Danzando con la Diosa 136
Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 138
Despertando a Hestia
1. LIMPIAR LA CASA
Es un ejercicio sobre nuestras obligaciones cotidianas.
Hacer una lista de nuestros deberes diarios en las distintas áreas como
trabajo / casa / cuidado personal / deporte / y otros.
Luego, marcar con D aquellas que sintamos como deber ineludible.
Después, marcar con A aquellas con las que podamos sentir alegría.
En los que no estén incluidos en estas dos selecciones anteriores:
- Ver si es un hábito “residual”
- Si es un falso sentido de responsabilidad
- Ver si puedes delegar en otra persona o dejar de hacerlo
Revisar las D para posible delegación (renegociarla o contratar).
Piensa qué puedes hacer para reducir la cantidad de obligaciones coti-
dianas.
Anótalo en tu agenda y comprométete en realizar los cambios.
Busca qué actividades cotidianas se podrían realizar y marcarlas con la
letra A. Es decir alegría.
2. INVÍTALA
Cuando realices tareas domésticas, invita a Hestia para calmar tu
mente haciéndolo como una oportunidad de meditación.
139 Danzando con la diosa - Parte
3. IMAGINA
Como símbolo de mujer anciana. Reflexiona: ¿cómo te gustaría estar,
o ser, cuando seas una anciana?
4. VALORA
Reflexiona en tus decisiones pasadas e importantes de tu vida. Pode-
mos aprender mucho para despertar esa sabiduría, si recordamos y
valoramos nuestras decisiones pasadas.
5. COMUNÍCATE
Conecta o date la oportunidad de hablar con mujeres que consideres
Hestia.
El descubrir en otras mujeres las cualidades deseadas, nos ayuda a
aprender más para enriquecernos con las vivencias de otras personas.
6. TU CASA TU CUERPO
Tu cuerpo es también tu casa, el vestido que llevas de una manera tem-
poral. Reflexiona sobre su cuidado, a nivel de higiene, e intenta no
dejar entrar ideas, pensamientos o/y acciones que lo pudieran dañar…
En momentos caóticos, ir hacia dentro puede ayudarnos a encontrar
paz y sentido a las situaciones o experiencias.
7. DESCUBRE
Técnicas de relajación, yoga, Tai Chi, o tipos de meditación, incluso
retiros de silencio, pueden facilitar entrar en un estado de Hestia, nece-
sario cuando todo el día eres Artemisa o Atenea, e incluso el resto de
diosas.
8. ESCRIBE
Escribir en soledad, o descubrir la poesía, es una buena actividad para
fomentar a Hestia.
9. ENCIENDE
Hacer fuego en una chimenea, observando su desarrollo, es también
una conexión con Hera si te mantienes en silencio.
Danzando con la Diosa 140
INVOCAR SU AYUDA
AUTOAFIRMACIONES
DIARIO DE MI HESTIA
MI SABIDURÍA INTERIOR
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Danzando con la Diosa 142
Con Hestia solemos danzar en silencio o con los ojos cerrados, cen-
trándonos en nuestro interior. También realizamos centramiento con el
cuerpo y la mente, la atención en el movimiento mientras escuchamos a
nuestro cuerpo (nuestro templo, nuestra casa).
Dibujamos “mándalas” (símbolo circular) desde un punto centra-
do, disponemos de colores, para que sea nuestro espejo de ese momento
personal.
También se puede elegir una carta del tarot, una “runa” o el
“ICHING” (libro de conocimiento chino). Herramientas para reflejar nues-
tro inconsciente.
No casualmente, cuando interpretamos los mándalas coinciden en
una gran mayoría con el significado de sus dibujos propios.
Hay una explicación personal y grupal de lo manifestado por los
símbolos o herramientas utilizadas con sus resultados.
Además, ir bailando con equilibrios y buscando el centramiento de la
columna y la armonía con el resto del cuerpo.
Cuando trabajamos con esta diosa, realizamos rituales de purificación.
Usamos el elemento fuego en los rituales.
También utilizamos ritmos musicales, sobre todo el “zar”, el cual
ayuda a despertar un estado hipnótico, como de trance, y que era utilizado
para ahuyentar a los demonios en países árabes. De hecho, todavía en sitios
rurales de África se sigue usando como ritual de limpieza y renovación para
las personas que lo practican.
Y, sobre todo, existen momentos de silencio, practicamos distintos
métodos de meditación.
Aquí recordamos que podemos trabajar con la columna vertebral,
como “camino” en ese despertar de la importancia de ella para nuestro des-
pertar de ser diosa, de sentir nuestra energía.
143 Danzando con la diosa - Parte
OXUM
En relación a su característica afín a Hestia, que representa la capa-
cidad intuitiva de la mujer y su capacidad de intuición y adivinación. Comen-
to cualidades de esta Orrisa que se venera en Brasil y su origen es africano.
Oxum, que simboliza el sol, el poder y la manifestación poderosa de
la energía femenina.
A Oxum se le invoca para que nuestros proyectos e ideas puedan ser
realizados.
Las hijas de Oxum son mujeres que consiguen todo lo que se pro-
ponen, puede cambiar de rumbo para desviarse de dificultades que amena-
zan, pero continúan firmes hasta perseguirlo, muy hermanada con Atenea.
Su color, el amarillo, naranja también, ya que cuida por la fecundidad
de las mujeres como Artemisa.
Además es en ella donde reside la intuición de la adivinación, en rela-
ción a técnicas de adivinación mediante símbolos e intuición femenina acer-
cándose muchísimo a las características de Hestia.
Danzando con la Diosa 144
Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 146
SOY FÉRTIL
(Revisa su autobiografía.)
Despertando a Demeter
“Soy fértil” significa no sólo tener la posibilidad de ser madre, sino
poseer la capacidad de crear vida, ideas y proyectos. Somos fecundas en la
materialización de aquello que deseemos, añadiendo las virtudes de ser una
buena madre hacia otros y hacia nosotras mismas, de cuidar y mimar nues-
tros deseos, proyectos e ilusiones.
INVOCAR SU AYUDA
Para que un deseo se haga realidad, toma cualquier semilla entre las
manos e invoca a Demeter diciéndole: madre divina, tú que todo lo nutres,
todo lo das y lo realizas, haz que esto que siembro (se dice en voz alta el
deseo poniendo toda la atención en la semilla) germine y pueda dar su fruto.
Después se hace un hoyo en la tierra, se siembra y se riega. También
puedes plantarlo en una maceta, si no puedes en la misma tierra. Cuida de la
planta, por lo menos hasta que se cumpla el deseo.
AFIRMACIONES POSITIVAS.
DIARIO DE MI DEMETER
SOY FÉRTIL
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151 Danzando con la diosa - Parte
La madre es un tema tan profundo que a todas nos toca la fibra sen-
sible. Pero el conocimiento de nuestra visión hacia nuestra madre, por ejem-
plo puede ser, incluso, opuesto entre dos mismas hermanas. Cada una tiene
una manera de sentir y experimentar a la misma persona, es enriquecedor ver
cómo poder perdonar si nos han herido; y reconocer nuestra distinta mane-
ra de sentir y de valorar nuestras experiencias con relación a nuestras inter-
acciones con ella.
Además, el cuestionarnos ser madre es un tema muy personal, es
maduro, ser conscientes en nuestra toma de decisiones a la hora de la mater-
nidad. A veces llega sin quererlo; otras, lo retrasamos y puede que el instin-
to maternal se despierte cuando no estamos preparadas o no deseamos serlo
porque queremos potenciar otras áreas de nuestra vida, o para cuidar otros
niños (de nuestra familia, por ejemplo) también nos llene.
El problema de aquellas mujeres que desean y no pueden de manera
biológica es un tema especial. Existen numerosos casos en que después de
una adopción, aparece un bebé deseado desde hace tiempo, y aunque se creía
que la causa era biológica, era tal vez psicológica o emocional.
Toda mujer tiene el derecho de decidir libremente, su derecho de ser
o no madre y respetar como mujeres amorosas este derecho. También, debe-
ríamos apoyar a aquellas que sufren ante su pérdida en un embarazo, desea-
do o no, o un aborto y recordar nuestro periodo de duelo como ante toda
pérdida tan significante como es un ser.
Tanto la madre como los hijos no se eligen. Se aceptan, se aman, se
perdonan y se entienden con compasión y empatía. Es el poder del amor
maternal.
Una profesora, o mujer que cuida a otros en otras profesiones, puede
hacer de madre. De hecho, yo no soy madre biológica, pero mis alumnas de
todas las edades, son mis chicas, mis niñas...
Una de mis más bonitas experiencias fue verlas en el primer festival
de fin de curso que realizamos, en el que para muchas, veintidós mujeres, fue
Danzando con la Diosa 152
Piel
Me cuidaba la piel por él…
Pretendía que me dijera que soy de nácar
¡Qué absurdo!
¡Así me quedé muy sola!
¡Ya mía!
Temblor de mi piel cansada su tacto beso...
¡Es blanca como la luna, chorrea sangre!
Aromas
Cuando él regresaba a casa,
Los cacharros de la cocina tenían orden
Y un aroma de buen puchero riendo a gusto.
Yo también me reía bella y maravillada,
Ahogada en secreto llanto comía todo…
Y él…
¡Él huía redondo y suave por ser las doce!
Hermelinda Rasal
155 Danzando con la diosa - Parte
Despierto a Hera
2. ARGUMENTO DE LA RELACIÓN
Toda relación se desarrolla muy rápidamente. Existen creencias y nor-
mas de convivencia que se obvian entre una pareja. Cuando iniciamos
relaciones, cada uno de los integrantes de las mismas aportan modos
de comportamientos o patrones de conductas aprendidas de sus pro-
pias familias de origen.
Además, existen nuestras creencias y condicionamientos que nos pue-
den limitar a la hora de tener una visión clara de la otra persona. Y, por
supuesto, de nuestro propio rol en el momento de ser compañera.
Puedes crear frases con este inicio: “A fin de ser una buena novia,
amante, esposa, compañera (lo que tú elijas), yo debería...”
Y se valoran las creencias de los “deberías” ante ese rol elegido. Sólo
muy pocas se dan cuenta del “trick” del ejercicio, que, a veces, es
revelador ...
Danzando con la Diosa 156
3. BUSCAR Y ESCRIBIR
4. REFLEXIONES
1. Comprométete en hacer algo para ti, o con alguien, (puedes escribir y mar-
carte un propósito para...)
Comprometerte con conciencia en algunos de estos apartados siguientes:
a- Algo para ti y en ti misma. Un compromiso personal.
b- Con alguien, con un propósito definido, ya sea de amistad, de fami-
lia, de amor...
2. Ser fiel y leal a alguien o algo. Por ejemplo: cumple una meta para ti.
3. Si alguna vez has sentido ira o venganza en una relación, reflexiona sobre
cómo las emociones o sentimientos destructivos nos pueden hacer más
daño a nosotras que al otro o a la otra.
manera, quiere decir que aceptas su problema, que desde esa actitud, enton-
ces, tú también tienes un problema.
Es decir, si un insulto te llena de ira, tú ya has perdido; sin embargo,
si no entras en su juego, te mantienes centrada, el problema será de él y no
tuyo, ya que lo ignoras. No entras en su juego destructivo y te mantienes en
tu centro.
Cuando nos enfurecemos, cuando entramos en ese estado, nos con-
fundimos, nos descentramos, perdemos el eje. Y todas las emociones pue-
den hacer daño a nuestro ser, a nuestro cuerpo físico, a nuestro estado aní-
mico, y por ello nos hacemos daño a nosotras mismas.
Debemos descubrir que podemos canalizar estas emociones negati-
vas, que hemos podido sentir siendo artesanas, por ejemplo con la creativi-
dad. Es una manera de transformarlas y liberarnos de ellas. Ello provocará
que podamos volver a vivir en nuestro centro. En referencia a la artesanía,
cualquier actividad creativa facilita la transformación de emociones, y pode-
mos sentirnos más independientes de las que son negativas.
La crisis de pareja puede provocar grandes dolores; sin embargo,
todo es un crecimiento, y todo tiene su enseñanza: hasta las negras nubes tie-
nen contorno de plata, según dice la cultura oriental. En cualquier detalle
existe una oportunidad de crecer y valorar la crisis, para volver a renacer,
aprender a ser mejores y amar más...
4. Evaluación de:
- Relaciones anteriores (hacer una lista con dos apartados; lo que te
gustó, lo que te hizo progresar, y la otra, lo que te dolió, lo que no
te gustó).
- De tu relación actual, si tienes.
Recuerda que lo que a veces nos disgusta, o no nos gusta del otro,
también habita en nuestro interior, que los espejos están en cada ser con el
que compartimos...
Intenta analizar tu comportamiento: si ves actitudes no constructi-
vas, intenta transformar tus acciones. Venimos a aprender de cada relación
para apreciar lo bello que es amar.
5. Observa comportamientos de mujeres casadas, mira si hay diferencias o
similitudes...
159 Danzando con la diosa - Parte
DIARIO DE MI HERA
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161 Danzando con la diosa - Parte
PROPÓSITO: ME COMPROMETO
Como hemos visto, los aspectos positivos que despierta esta diosa
son la vinculación, el ser fiel, y soportar las dificultades de la convivencia.
Que si existe el amor, incluyendo el respeto, te llena y ayuda para sentir, ade-
más de transmitir amor hacia al otro, a los demás, a tu descendencia.
Lo más difícil es reconocer la ira vengativa, o rabia, hacia otras muje-
res, que puede despertarse, como sabemos, cuando creemos que la otra per-
sona con la que tenemos un compromiso es nuestra.
Con esta diosa, cuando bailamos, activamos las extremidades supe-
riores, los brazos y las manos, para desarrollar la sensibilidad y la armonía
que más allá podemos sentir y captar, incluso, las energías sutiles, no sólo
nuestras sino de la otra persona cuando realizamos ejercicios en pareja.
Como puedes ir viendo, existen varios ejercicios en todas las dio-
sas, que trabajamos en pares. Son realmente enriquecedores. Nos permiten
descubrir nuestras habilidades o dificultades a la hora de comunicarnos
con los otros.
En los talleres danzamos en pareja, realizando movimiento, primero
de brazos y luego combinándolos con pasos sencillos hasta intentar crear
movimientos sincronizados, no sólo con las parejas sino con todo el grupo.
Así, también fomentamos la conexión grupal, toda la energía se
mueve a la vez, y es muy bello observar a mujeres bailando en sincronía de
parejas. Podemos descubrir la belleza del compartir la alegría de danzar, de
danzar a la vida.
Danzando podemos darnos cuenta del placer de compartir con otro,
pues todos los seres vamos en busca, y deseamos lo mismo que tú. Necesi-
tamos desesperadamente el amor y la aprobación...
Poco a poco se va descubriendo lo difícil, pero agradable y divertido
que es encontrar la coordinación. El saber compartir primero el esfuerzo y
luego el placer de encontrar un ritmo sincronizado. En el darse a otro ser en
un mismo o varios movimientos de danza. Normalmente te ríes si no salen
los ejercicios, el baile es una diversión.
Danzando con la Diosa 162
INVOCANDO SU AYUDA
AFIRMACIONES POSITIVAS
Persefone me alimenta
Granada roja
…Ah yo quería ser un narciso frondoso y bello
y él vibraba con mis caricias apasionadas
Tomándome la cintura de dulce arrullo.
No, no lo pude integrar en mí, yo no era
Narciso blanco ni más mentira y el suelo
Se abría tumba cogiendo al cuerpo…
¡Surgió Plutón!
¡La prueba de las verdades y los demonios,
Viví lo oscuro, ay!
¡La sangre enfermo vergüenza,
semilla pudrí la tierra y así en desgarro,
los bichos reprofanaban dolor y lucha,
ah pude ver lo fertilizante de la batalla,
siendo así con el sufrimiento de negaciones,
dolor de mi resistencia
Pavor de sueño!
Ah en ello sin esperanza me vi raíz.
Me vi con un largo tallo danzar sincera,
Y supe que de la muerte crecía rosa.
No, no me llames Kore la virgen,
No me evoques la pura Blanca,
Soy la reina de los submundos y verdes prados
Y sé que con la tierra y cielo mi dios revive.
Soy la luna en las estaciones,
Muero y vivo con cada ciclo, me doy entera…
165 Danzando con la diosa - Parte
Mutación
Como un gusano voy disolviendo los hilos duros
De la existencia, los credos fijos, la expectativa,
Mi voz sin gracia de lo caduco.
Como un gusano ni sé quién soy,
Igual que larva quede sin ley, sin nanas
Y sin lamento, sin flautas y desencanto…
¡Oh sueño de luz hermana que amor murmure!
¿Ya sabes, oh mariposa, que eres bella y azul?
Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 166
Nos enseñan muy poco a saber vivir en plenitud interna, pero muchí-
simo menos a conocer la muerte y, sobre todo, a saber morir…
A todas las mujeres que han asistido les ha encantado, pienso que
enriquece muchísimo. Sobre todo el final, que conmueve, que nos da una
oportunidad de volver a ser conscientes de que estamos vivas... Te la acon-
sejo. Es muy amorosa.
Persefone tiene dos caras: la inocente, sumisa de una doncella, y la
reina de las almas muertas, siendo la guía para otros en esta dimensión o
estado. En el simbolismo de la soñadora e inocente doncella, se nos habla de
un duro despertar.
El despertar de nuestros sueños significa estar conscientes de la rea-
lidad, del presente, no dejarnos en el ensueño de cómo sería la vida, o cómo
no gustaría que fuera en realidad. Es salir al mundo. Si no sales por ti misma,
el mundo te sacará de él pero tal vez a la fuerza, con sufrimiento, como le
hicieron a Persefone.
El dios Hades, o la vida, la forzaron a salir de sus sueños, para vivir
una situación oscura y dolorosa, para despertar de sus fantasías y estar cons-
ciente. Es muy bello soñar pero, recuerda, la vida es para vivirla en toda su
manifestación, y no solamente con la mente.
Si no cambiamos por nosotras mismas, la vida nos hará cambiar de
una manera no muy cómoda.
Y si no hemos utilizado esa energía de cambio, la acción desbordada
puede hacernos ser utilizadas para recuperar el equilibrio; de no hacerlo por
nosotras mismas, la vida lo hará por nosotras, tal vez por la acción o com-
portamiento de otro ser, o de circunstancias externas. A veces solo se apren-
de con el dolor, por la separación, la dependencia, la soledad, la depresión…
Tal vez hemos permanecido en un estado de tanto letargo que nos
despiertan con fuertes tambores. De repente, nos hacen perder todo lo que
teníamos como estable en nuestro creado mundo personal. Nos lo destru-
yen y hacen desaparecen nuestros sueños, para volver a empezar luego con
una nueva conciencia del presente, de la realidad, para comenzar sabiendo
las lecciones.
Venimos a aprender a conocernos, si no lo hacemos la vida es sabia
y lo hará por nosotros, aunque sea por medio del dolor…
169 Danzando con la diosa - Parte
AUTOAFIRMACIONES
- ¡Persefone, ayúdame a permanecer abierta y receptiva!
- ¡Persefone, enséñame cómo desarrollar esta capacidad dormida!
- ¡Persefone, sé mi guía de o en ...!
- ¡Persefone, ayúdame a ser tan bella e inocente en ...!
- ¡Persefone, muéstrame cómo salir de ...!
Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 172
DESPERTANDO A AFRODITA
Así, por ello podremos tener una visión más clara del tema de la
sexualidad. Y si realizamos esto en grupo compartiendo el tema, nos ayuda-
rá a tener unas creencias más libres además de flexibles en esta área tan vital
y humana como es.
Nuestra sexualidad
A. Decir qué debería o no haber en mi sexualidad. Observar los “deberías”...
B. Potencia tus órganos sensoriales, durante y después del acto sexual, por
ejemplo; hazlo mientras ves algo bello, o en la naturaleza, con agradables
olores, y saborea con el gusto. Puedes mirar por ejemplo los árboles, y te
digo que personalmente, si no lo has hecho y has disfrutado de la visión
de árboles, que se ven más verdes, más vivos, y por ello también os sen-
tiréis más vivas,....
Nuestra erótica
Fantasías sexuales Contarlas o escribirlas. Las fantasías sexuales no
tienen por qué realizarse. Algunas son más fantasía mental que de acción.
Por ello pueden ayudar en nuestro deseo de mayor placer. Y, por otro lado,
otras son más poderosas realizándolas, mientras la persona lo desee y sea
consciente, todo está bien.
Recordad experiencias sexuales con otras personas, dónde y cómo te
has relacionado en la intimidad con otros.
175 Danzando con la diosa - Parte
Otros deberes
- Realiza actividades creativas.
- Intenta descubrir la belleza en todo momento.
- Da gracias, o sé consciente de todo y disfruta, en lo cotidiano
la belleza de estar viva, de su color, sólo el momento.
- Despierta la felicidad de estar viva danzando; y si lo sientes,
transmítelo a tus compañeras con la danza, a la vida a quienes
te miren.
DIARIO DE MI AFRODITA
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Danzando con la Diosa 178
INVOCAR SU AYUDA
AUTOAFIRMACIONES POSITIVAS
VALORACIÓN FINAL
DIOSAS CUALIDAD
ARTEMISA Impulso
ATENEA Estratega
HESTIA Sabia
DEMETER Nutrir o fértil
HERA Compromiso
PERSEFONE Sueño o realidad
AFRODITA Sexual y placer
A veces no estás viviendo una sola diosa, también puedes tener varias
activadas.
Y lo más enriquecedor sería saber que podemos aplicarlas cuando las
necesitemos.
Nosotras, cuando estamos en grupo y ya las hemos clasificado,
vamos explicando; primero qué diosas vemos en la participante elegida, y
luego, ella misma nombra las diosas con las que se siente más identificada.
Recordar las diosas de las que carecemos y podamos necesitar.
Estar muy atentas al recordar que una diosa es una cualidad o cara
de la gran diosa, y que tiene sus extremos: refinada y evolucionada, o des-
centrada y densa, y a eso hay que estar atentas…
Danzando con la Diosa 182
183 Danzando con la diosa - Parte
Gracias.
Naima Naim.
Ha sido un placer transmitir... Espero que el libro (o cuaderno de
conocimiento) no se quede sólo en palabras escritas o información, sino en
emociones y en sentimientos, que sea una real iniciación hacia tu propio des-
cubrimiento de que eres una diosa.
Que estamos aquí todas de regreso a nuestros orígenes, a nuestro
poder; que somos energía, una energía divina; que si permitimos que nuestro
cuerpo fluya, que todo nuestro ser fluya mientras encontramos nuestro cen-
tro, seremos estrellas luminosas, para iluminarnos e iluminar a todos aquellos
que estén en nuestro camino de vuelta a casa, a nuestra unidad con la DIOSA.
Que todos los seres sean felices,
pues es nuestro verdadero estado.
Que así sea.