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© Naima Naim, 2005

© Mandala ediciones, 2005


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Danzando
con la diosa
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DANZANDO CON LA DIOSA

PRESENTACIÓN
INTRODUCCIÓN

1ª Parte: DANZANDO
La danza del vientre, orígenes y actualidad.
Tipos de danza, la música árabe y vestuario.
Aprendiendo danza del vientre, movimientos.
La energía sexual y danzar a la vida.
Conexión con lo Superior. (Breve referencia a la danza derviche.)

2ª Parte: LA DIOSA
Comentario sobre las diosas.
Tipos de diosas.
Soy cazadora, entusiasta. ARTEMISA o DIANA.
Soy organizadora racional. ATENEA.
Soy anciana sabia. HESTIA.
Soy nutridora. DEMETER.
Soy compañera comprometida. HERA.
Soy una hija inocente. PERSEFONE.
Soy amante y apasionada. AFRODITA o VENUS.

3ª Parte: DANZANDO CON LA DIOSA


Reflexión sobre los talleres.
Consigo mis metas.
Danzando con la Diosa 6

Tomo decisiones y triunfo.


Mi sabiduría interior.
Soy fértil.
Me comprometo en una relación.
Soy intuitiva y soñadora.
Mi sexualidad y erótica.
Valoración personal.
Reflexión final.
7

Este poema fue escrito por H. Rasal, cuando me vio danzando por
primera vez.

A NAIMA

Envuelta en preciosa tela de pedrería


Seda-brillo fosforescente
Su giro es de viento y agua
Cadera en fuego
Seda y vida relampaguear
A pie de baile.

De pronto los vuelos caen sin proponerlo


Las cuentas vuelan
La falda cae
Su cuerpo se vuelve hoguera
Y así desnudo
Dios mismo se vuelca en risa.
Licor del aire.

Y ella es fértil la creadora


Parece duende
Y en Naima sigue danzando
Lo femenino.

Revuela en su cinturón de moneda suelta


Y es alma por un Acuario
De sueño libre…

¡De soles y de barrancos


su estrella roja!

Para ti hermana que bailas como yo siento.


Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 8
9

INTRODUCCIÓN

¡Hola Diosas!, sí somos diosas, las mujeres, y necesitamos un autore-


conocimiento de nuestro poder femenino.
Hace 30 ó 40 años las mujeres salían a las calles en busca de sus dere-
chos de igualdad ante la sociedad. Ahora, aunque no logrado por completo,
ya no es una manifestación exterior directa, agresiva, sino una revolución
interior en la mujer, que busca, con su ser, despertar su poder femenino.
Cuando ser mujer era una celebración, significaba ser una diosa, era en la
época del matriarcado, hace miles de años. Sí, una búsqueda interna donde
consiga cambios profundos y crecimiento personal humano.
Si la mujer siente un cambio interno podrá, con su presencia, trans-
mitir, y no sólo emanará por ello cambios de madurez y conciencia en su
exterior, sino que facilitará el cambio de lo que le rodea para el bien de todos.
Vivimos en una sociedad donde la energía masculina tiene un gran
poder. Y no es compitiendo con los hombres, realmente, cómo conseguir
nuestro objetivo o actuando como ellos, sino siendo plenamente mujer cons-
ciente, potenciando nuestra feminidad y estando orgullosa de serlo, de nues-
tros valores y decisiones. Es ahí donde reside nuestro poder.
La danza del vientre, y el efecto que produce en las mujeres, puede
ayudar a redescubrirnos, puede despertar esa revolución y potenciarla con
mas herramientas de crecimiento personal femenino.
Personalmente, llevo veinte años buscando conocimiento personal y
doce años ayudando e iniciando a mujeres a conocerse. Cuando descubrí la
danza oriental árabe, me di cuenta que tenía un gran potencial para ayudar a
las mujeres: si además la combinamos con técnicas psicológicas y la envol-
vemos con la simbología para la finalidad de un crecimiento espiritual, sería
una creación muy completa, integral y holística, como se veía la vida hace
miles de años para las mujeres, y también en otras milenarias culturas como
la oriental, en especial la indiología.
En relación a la mitología hindú, en la danza sagrada del dios Shiva,
iba creando el universo, mientras danzaba con su consorte la danzarina Shar-
Danzando con la Diosa 10

ki, tal como relata los textos sagrados indios. La energía divina es la energía
más sutil y elevada, siendo la danza creadora dando formas, es decir, la mani-
festación de la vida. Gracias al poder del baile aparece la polaridad femeni-
na, de yin. Y con ambas, yin y yang forman la unidad, el todo. La vida danza,
la energía danza, y danzando podemos encontrar nuestro lado divino y
potenciar nuestra feminidad dormida.
Sí, en este momento muchas mujeres estamos despertando en el
planeta tierra. Necesitamos enriquecernos y sentirnos valiosas. Aunque la
riqueza que buscamos es ser nosotras mismas realmente libres. Que lle-
guemos a ser fluidas como el agua, que podamos ondular como el viento,
sentir nuestro poder interior como el de las montañas, y tener la pasión del
fuego en nuestras vidas. Siendo conscientes y reconociendo que somos
diosas.
Descubre todo esto y más danzando con una danza milenaria creada
y bailada por y para las mujeres.
Mi camino empezó en la adolescencia con la Astrología, el Tarot, la
Magia y el ocultismo. Distintas simbologías, distintos idiomas para interpre-
tar la realidad, con ello intentaba ayudar a los demás y conocerme a mí
misma. Decidí, más tarde, formarme en la creación de ropa y vender moda:
lo cual hacía feliz a otras mujeres mejorando su apariencia externa. Al poco
tiempo, empecé y acabé como psicóloga y oriento a otras mujeres en grupos
socialmente desfavorecidos. También a todas las personas en general.
Incluso viajé y sigo viajando múltiples veces a Oriente, India, Nepal,
China y Sudamérica para aprender Indiología y técnicas corporales orienta-
les, tales como yoga, meditación, Tai-Chi, Chi-kung, Chamanismo, etc. Así
ayudaba a que las mujeres se relajaran y despertaran su lado espiritual.
Entonces apareció la danza oriental árabe. Me llenó tanto que
viajé muchas veces a Egipto, Extremo Oriente y Nueva York, donde sigo
aprendiendo.
Con la danza oriental árabe consigo que las mujeres se diviertan,
despierten, se enriquezcan y se sientan diosas que celebran su existencia.
Sí, la vida es una celebración. Por ello, ¡dancemos alegres!
Durante las clases he podido comprobar que las personas aprenden
a superarse. Cuando aprenden un movimiento, o cuando aceptan su cuerpo,
11 Introducción

sube su autoestima. Despiertan en su condición de mujeres conscientes de


manera positiva. También se emana una feminidad que palpita. Y, si buscan,
hayan el camino hacia la evolución de su propia espiritualidad.
Al usar mi creación de Danzando con la Diosa todo esto se acrecienta.
Porque somos más conscientes de nosotras mismas, trabajando en grupo y
en contacto con la naturaleza, como hace milenios experimentaban en colec-
tivo, otras mujeres danzando para encontrarse con sus diosas, con la Diosa,
facilitando, por ello, un buen estado fisiológico, emocional y espiritual. Una
conciencia y conexión con el todo.
Danzando, facilitamos este encuentro con nuestro poder dormido,
olvidado o censurado, por una sociedad patriarcal.
Ahora siento que es mi camino, mi trabajo, y agradezco a la Diosa, a
mi Ser superior y al universo, publicarlo y que tú lo leas.

Especial Agradecimiento a:

Mi familia, mi querido hermano y mis padres, seres excepcionales que me


han apoyado incondicionalmente en todos los momentos de mi existen-
cia para poder realizar aquello que me hacía feliz.
Boro, con el que compartí seis intensos años de mi vida, pero especial-
mente lo considero mi mejor amigo, el cual ha estado ahí cuando lo he
necesitado, los dieciocho años que nos conocemos. A nuestro amigo
común Vincent por su ayuda en la revisión del libro.
Amparo, mi mejor amiga, que aunque ocupada con sus dos hijos se pre-
ocupa cada vez que viajo sola por el mundo.
Y a todos los seres con los que me he relacionado a nivel profesional, en
formación, amistad o a nivel sentimental, o incluso en momentos breves,
porque de todos he aprendido. Gracias.
Danzando con la Diosa 12

Este libro contiene tres apartados:

El primero: DANZANDO
Donde puedes informarte sobre la danza del vientre, origen y actua-
lidad. Mis múltiples viajes a Egipto intentarán mostrarte una visión comple-
ta de allí, y de mi experiencia con mi trabajo de difusión entre cientos de
mujeres.

En el segundo apartado: LA DIOSA


Donde hay una explicación breve sobre las diosas, agradeciendo,
desde aquí, a la Doctora Bolen y a la editorial Kairos por su inspiración y
como principal recurso para recopilar información completísima sobre las
diosas.
Las diosas son símbolos, patrones de comportamiento, e incluso ras-
gos de personalidad, procedentes de nuestra cultura occidental, y roles que
unas mujeres pueden vivir a lo largo de su ciclo vital.
En un momento pensé en diosas egipcias, pero este trabajo tiene un
propósito de conocimiento positivo incondicional. He preferido utilizar las
famosas 7 diosas greco-romanas, que pueden representar mejor el papel de
la mujer occidental y facilitar su crecimiento personal.
Como introducción, en cada diosa y en la contraportada se presen-
tan los dibujos de la maravillosa pintora Ángeles Chacón, licenciada en
Bellas Artes que tengo el gusto de haber conocido en el primer taller, sien-
do una de las primeras mujeres que realizó Danzando con la Diosa, taller que
le influyó positivamente en el posterior desarrollo de su obra. Aquí tenéis su
pagina Web para disfrutar más de su dulce y femenina obra artística
w.w.w.AngelesChacon.com

Y el tercer apartado: DANZANDO CON LA DIOSA


Creado con amor, con la finalidad de ayudar a las mujeres, donde no
sólo se danzará, sino que se potenciará la conciencia de la mujer, de nuestros
múltiples roles, de nuestra manera de ser y sentir la vida, desde la visión,
13 Introducción

desde el corazón de las mujeres, pues todas somos diosas y podemos dis-
frutar siendo más poderosas en el fluir de nuestras vidas, mejorando nues-
tras cualidades femeninas y relaciones personales.
Aquí comento mi trabajo con mujeres de manera vivencial, donde
combino la danza del vientre con técnicas psicológicas multidisciplinares y
técnicas de desarrollo espiritual.
Por todo ello, con la bella intención de despertar, iniciar y ayudar.

En la presentación de cada diosa, presento poemas de mi hermana,


amiga y maestra la poetisa Hermelinda Rasal, con dos publicaciones, y la
segunda de ellas es el primer tomo de una serie de siete libros sobre el dia-
rio de Jenny Navaja, un personaje arquetípico femenino. Creadora del Chi-
kung Kundawei de las Esencias y del Kundawei del Fluir, prácticas que com-
pagina como analista de Diseño Humano. Con su encanto y amor nos
envuelve en su poesía, conectando con los distintos tipos de energía, emo-
ción o cualidad de cada diosa.

Somos Diosas las mujeres.


Celebra que eres una mujer danzando.
Descubre que eres una Diosa.
Que todas las mujeres sean felices...
Que todos los seres sean felices…
Doy gracias todos los días por ser mujer
occidental y libre. Además, pido por los millones de
mujeres que no son libres para que lo sean pronto.
Que así sea.
NAIMA*

* En árabe egipcio significa: “Aquella que descubre o conecta con la felicidad y la distri-
buye a los demás.”)
Danzando con la Diosa 14
1ª PARTE

DANZANDO
Danzando con la Diosa 16
17 DANZANDO - Parte I

LA DANZA DEL VIENTRE:


Orígenes y actualidad

Raqs el Sharqui, danza oriental en árabe, conocida occidentalmente


como “Danza del vientre”. El nombre fue dado, por los soldados napoleó-
nicos a su llegada a Egipto al contemplar a las mujeres bailando, y “Belly
dance” de manera internacional en la actualidad. La danza, nació en tiempos
inmemorables en las riberas del Indo y se extendió hasta los templos babi-
lónicos, fenicios y faraónicos de la antigüedad.
En el principio de los tiempos era una danza sagrada para las muje-
res, era símbolo de fecundidad y maternidad. Un homenaje a la Diosa madre
que con los nombres de Isis para los egipcios, Istar o Astarte, adoraban en
la antigua Mesopotania, seguramente después de ponerle nombre a la Diosa.
Cuando ser mujer era un privilegio, una celebración.
Sí, amigas, antes de pasar a la danza en tiempos faraónicos, se supo-
ne que existía un matriarcado, en zonas de Oriente Medio, cerca de la míti-
ca ciudad de Ur, en Mesopotamia, actualmente Irak.
Hoy en día solamente quedan algunos residuos de matriarcado. A
continuación, comento el que existe en la frontera del Tíbet con la Republi-
ca de China.
Las mujeres viven en las casas de sus madres y sus hijos criados por
ellas, pertenecen a la madre y a la comunidad. Los hombres sólo se ocupan de
tareas pesadas, y el poder recae en las mujeres ancianas. Todas las noches se
reúnen hombres y mujeres para bailar. Las mujeres se acercan a un hombre
como elegido por ellas y le dan tres apretones en una mano, señal que el hom-
bre interpreta que cuando acabe la reunión de la comunidad, se acercara hasta
la casa donde resida la mujer y pasara un tiempo en alguna habitación con ella.
Por supuesto, la mayoría de las mujeres repite los encuentros amo-
rosos con el mismo hombre durante años, pero no es, en absoluto, una obli-
gación o compromiso. No pertenecen a ningún hombre.
Aproximadamente, el matriarcado milenario al que deseo acercarte
tuvo lugar cuando los seres humanos adoraban a la Diosa, a la Luna, a la
Naturaleza y por ello, a la Madre Tierra. Las mujeres bailaban desnudas.
Danzando con la Diosa 18

Con movimientos pélvicos y abdominales, que servían para prevenir enfer-


medades femeninas. Era un arte y una expresión de la vida en movimien-
to. Esta danza potenciaría su poder femenino, y su capacidad de crear y
reproducir.
Seguramente realizaban ceremonias con rituales femeninos de ferti-
lidad para ellas y sus tierras. Aparecía la agricultura, y, en un principio, tal vez
ellas sólo pudieran sembrar como portadoras de la vida. Además de celebrar
su fertilidad, también tenían responsabilidad en el mantenimiento y armonía
de la comunidad, trajeron la artesanía, etc.
Su filosofía, o manera de entender la existencia sería la adoración de
la vida y la muerte como ciclo continuo, como círculo en movimiento, mejor
como onda o espiral. El rostro de la divinidad era femenino.
Se pensaba que la fertilidad humana estaba directamente relacionada
con la Tierra. Con la Madre Tierra, manifestación material de la Gran Diosa.
A las mujeres, que eran las que creaban nuevas vidas, se les atribuían pode-
res mágicos. E incluso había rituales sólo para mujeres.
No se sabe bien si, a causa de cambios climáticos, el hombre, por su
fuerza, volvió a ser cazador, aumentando su poder de violencia o, tal vez, por
venganza y odio hacia las mujeres. Descubrió que el poder de la vida no era
sólo de las mujeres, y que su fuerza física y ambición era más poderoso que
el poder de fecundidad de las mujeres. Tal vez deseaban más, conquistar,
esclavizar... cambiando el destino de todas nosotras.
Según los textos sagrados judíos, a esta diosa femenina le apareció un
consorte masculino y, luego, se eliminó a la consorte femenina, quedando él
solo. Se supone que Zohar fue uno de los primeros dioses masculinos, y des-
pués sería, como dicen sus textos sagrados, Yahvé.
Desde entonces, la civilización humana siguió con la creencia de que
lo divino ya no era femenino. Incluso se borró de nuestra cultura. Y cuando
alguien piensa en Dios, le viene la imagen cristiana, hebrea e islámica de que
es un hombre o una energía masculina.
Siguiendo con los textos judíos, la primera mujer de Adán no fue
Eva, como dice la Biblia, sino Lilith, la desterrada. Esta mujer no quería ser
sometida por Adán pues éste y el Dios masculino deseaban que sus aco-
plamientos con ella fueran en postura sumisa. Ella deseaba estar encima de
él mientras realizaban el acto sexual. Por ello, fue desterrada al desierto y
19 DANZANDO - Parte I

era la diosa cruel que mataba niños por venganza. Así vemos cómo la
mujer fue desde hace miles de años controlada, y censurada. Sólo el acto
sexual era bien visto para reproducir, y no se buscaba el placer para la
mujer.
Volviendo a esas etapas doradas donde ser mujer era un orgullo, éstas
ejercían su poder femenino para el bienestar de la comunidad. Dos o más
mujeres se hermanaban para ayudarse y criar a su descendencia. Tal vez uti-
lizarían más las áreas de la lógica, razonamiento o lenguaje. Al estar en los
poblados o asentamientos paleolíticos crearon normas higiénicas o de con-
vivencia más pacífica.
Se cree que, al principio, los hombres no conocían el secreto de la
fecundación. El sexo era algo aparte, y no se relacionaba con la fecundidad.
Además también se cree que los ciclos femeninos estaban ajustados, y las
mujeres ovulaban con luna llena para acoplamientos colectivos.
La luna es el símbolo de la mujer. ¡Tan conectada a nuestra fisono-
mía redonda, a nuestro ciclo menstrual! También nos ofrece cuatro ciclos,
cuatro tipos de energía o estados de ánimo que las brujas, hechiceras o sacer-
dotisas tal vez conocían.
Así alterarían sus ciclos menstruales para no concebir, y tener tiem-
po para dedicarse a aumentar su conocimiento en hierbas, remedios, o a ayu-
dar a su comunidad. Incluso conocerse más así mismas, y saber el tipo de
energía que les dominaba en ese momento.
Es interesante conocer que la mujer fluctúa como la luna en sus hor-
monas, emociones y deseos.
Os relato brevemente sus características:
Después de la menstruación, los primeros 7 días eres como una
Doncella, preparada para iniciarte en cosas nuevas con ilusión y fuerza.
Luego, los 7 siguientes, llega la ovulación, denominada Madre, como
una energía que te envuelve, maternal y receptiva.
La siguiente fase es como una Hechicera, contra la corriente del
mundo exterior.
Y, por último, con la menstruación puedes tener una energía llamada
de “Bruja” o vuelta hacia sí misma, como una anciana, preparada para la
renovación del ciclo.
Danzando con la Diosa 20

De hecho, en algunas culturas o religiones, teniendo la menstruación,


las mujeres no salen de su casa, o no pueden entrar a los templos. Por otro
lado existe una manera más constructiva y positiva para la mujer, en refe-
rencia a este tema. Lo descubrí en una comunidad chamánica de Sudaméri-
ca: ellas van a la tierra, crean su circulo mágico y ofrecen su sangre a la Madre
Tierra, para acudir allí cuando necesitan poder o sabiduría .
Volviendo a los orígenes, después de haber perdido el poder del
matriarcado. En los tiempos faraónicos, las danzarinas eran normalmente
sacerdotisas de algún dios masculino, y éstas bailaban en rituales, en ofren-
das o en momentos especiales para celebrar la cosecha.

La danza, junto a
la música y los incien-
sos, era parte princi-
pal de los ritos religio-
sos o mágicos. Así,
la danza era un com-
ponente de conexión
religiosa, de éxtasis
espiritual y una mane-
ra de conectar con las
divinidades. Incluso,
el pueblo creía que
las sacerdotisas en
Egipto, mientras reti-
raban sus velos al
conocimiento, desnu-
das eran fecundadas
por los rayos del sol
que enviaba su dios
RA, sin imaginar que
los sacerdotes disfru-
taban.

Bailarinas de Nakhte
21 DANZANDO - Parte I

Eso sí, también en otros lugares, las Hetarias griegas, por ejemplo,
para ser sacerdotisas, y entrar en los templos sagrados, debían sujetar un lin-
gan (pene en sánscrito) de arcilla y demostrar el poder de sus músculos vagi-
nales. Sobre todo ocurría en la India, con las “gopis”, o pastoras, pues su
fuerza de ordeñar no venía de sus manos sino de sus músculos vaginales.
Más tarde, lo veremos con más detalle en el apartado de energía sexual.
En la etapa de los faraones, las bailarinas danzaban solas, a pares o
en grupo. En los grabados y dibujos del antiguo Egipto, se ven movimien-
tos de estas bailarinas.
Por ejemplo, algo extraño era que, básicamente, los bailes se basaban
en acrobacias y creaban movimientos geométricos, tal vez en forma de estre-
lla o círculos, y se supone que podrían imitar los ciclos de los planetas o de
las estaciones.
Seguramente haya asociación al famoso baile de círculos de los “Der-
viches”. Al que más tarde lo explicaremos y es de hecho, la portada del libro.
Se cree, por lo que se aprecia y se repite en distintos dibujos, que las
danzas no eran improvisadas. Al parecer una bailarina iniciaba un movi-
miento y las otras la seguían.
Un movimiento característico era el puente hacia atrás, postura del
“Hatha Yoga”, “Halasana” y la postura de la rana, ésta última, símbolo de
protección y fecundidad, que era del gusto de los faraones. También se des-
cubren giros, movimientos de pelvis y elevaciones de pierna.
Las bailarinas que se encuentran en estos relieves o imágenes están,
casi siempre, rodeadas de músicos con sus instrumentos. La mayoría están
presentes todavía en el mundo árabe y, a veces, se les ve acompañadas de
otras mujeres que realizan chasquidos con los dedos, o palmas que marcan
el ritmo, supuestamente, contra sus muslos.
Como hemos visto, el baile acompañó primero a los ritos religiosos
y pasó, también, a ser parte de rituales para la agricultura. Las bailarinas que
precedían, primeramente, cortejos religiosos, o las que acompañaban a los
ritos funerarios fueron perdiendo su importancia, para llegar sólo a presidir
celebraciones; en un principio para el placer de los faraones, luego descen-
diendo a las más cotidianas, siendo, al final, sólo disfrute de la plebe.
Danzando con la Diosa 22

¡Qué transformación! De ser una acción sagrada para las mujeres,


creada por y para ellas, en su matriarcado, danzando y reconociendo su valía
como mujeres, se convirtió en placer para el que miraba... Pero todavía llegó
a ser peor.
La danza, que en la etapa faraónica se danzaba parcial o totalmente
desnuda (con la llegada de las religiones más patriarcales: judía, cristiana y
árabe), fue restringida, primero, por parte de los hebreos que se alejaron de
Egipto y la fueron perdiendo.
En la etapa copta, sí aparecen vestigios de continuidad de danzas de
mujeres ya vestidas, e incluso con córtalos en sus dedos.
Posteriormente, durante la era musulmana, hay un decoro más estric-
to. Se utiliza el baile para dar alegría en reuniones, evitando muy a menudo
la desnudez. Y como ya sabemos, eran sólo las esclavas, pertenecientes a sul-
tanes o grandes señores, las que fueron transformando la danza original, de
disfrute para las que danzaban, en un placer erótico visual para ellos en sus
harenes.
Se supone que en estos colectivos de mujeres sometidas se elegía a
jóvenes doncellas llamadas “odaliscas”, que se diferenciaban del resto por su
capacidad de transmitir en sus bailes paz y armonía a los que las observaban
bailando.
Después hay lapsus de documentación sobre su evolución como
danza oriental, con la excepción de algún libro árabe. Volvió a aparecer en
dibujos en los siglos XVIII y XIX, realizados por extranjeros occidentales
que visitaron Egipto. Por desgracia, se fue degradando en algo no muy
correcto. Hasta ahora, no está bien visto ser bailarina en Egipto, a no ser que
seas muy famosa. Además, están al acecho de tu moralidad.
Después de la Edad Media, aparecerían las “Gahwazi”,especie de
gitanas, que eran bailarinas. Apenas quedan que mantenga sus movimientos
puros sin ningún tipo de toque occidental. Hablo de ellas en el apartado de
tipos de baile, por su importancia como último vestigio de la danza sin
influencias como espectáculo, como la bailaban por las calles hace cientos de
años.
23 DANZANDO - Parte I

Desde el siglo XX, y especialmente en los últimos 50 años la danza


resurgió en su esplendor en Oriente. Desde hace unas décadas se expandió
en Occidente y, desde entonces, es bailada en todo el mundo.
Centrándonos al principio del siglo XX, con el resurgir de la alta
esfera egipcia, el colonialismo e influencias occidentales, algunas bailarinas,
como Badia Malsam, tenían su propio casino; o la famosa Tahia Carioca, que
cuando se retiró llego a tener su propio Teatro.
Samia Ghamal, pionera por sus movimientos de improvisación, fue
la primera en utilizar el velo, tal y como lo conocemos ahora. Se sentía más
bailarina que maestra, y realizó una gran cantidad de películas, con su dulce
y creativo modo de bailar.
Danzando con la Diosa 24

Así, estas famosas madres de la danza oriental árabe egipcia impul-


saron la danza más o menos como la conocemos actualmente, creando
grandes espectáculos, haciendo películas, y fomentándola en pro de su reco-
nocimiento y valor.

Samia Gamal
& Tahia Carioca

En la segunda mitad del siglo XX, las bailarinas Suhair Saki, Nagua
Fuad y Fifí Abdud (estas dos ultimas famosas bailarinas que tengo la suerte
de conocer), añadieron ciertos toques occidentales, que con sus estilos con-
ferían una elegancia especial. Ambas son mujeres muy poderosas, tienen una
gran y poderosa energía femenina. Les dije que eran sex-symbols, y lo son a
sus años. Siguen teniendo ese poder, tanto como mujeres como en el esce-
nario, son increíbles, aunque ya rara vez actúan.
25 DANZANDO - Parte I

Nagua Fuad

Quisiera comentar el momento en el que conocí a Fifí. Esta mujer


actuaba en el escenario con cuarenta músicos y más de doce cantantes. En
esa actuación, les gritaba a los focos: “quiero más, quiero quemarme estos kilos de
más.”. Y en otro espectáculo, mientras bailaba, les decía a un par de sus músi-
cos: “más fuerte, más fuerte”. Exigía a los instrumentos mayor fuerza y era ella
Danzando con la Diosa 26

Fifí Abdou

quien mandaba a la música. Mi


experiencia fue muy especial pues
sólo éramos cinco europeas y
unos cien árabes de la alta esfera
egipcia en su espectáculo. Y yo de
pie, como se lo merecía. Dando
palmas y observando a una mujer
que tenía el poder de la diosa en
ese momento.
Luego aparecieron dos
occidentales a ver el espectáculo
de Fifí; habían ido a El Cairo sólo
por verla actuar, pues hacia años
que no actuaba.
Eran Beata y Horacio Fuentes. Seguramente algunas los conocéis.
Son, de momento, la mejor pareja de bailarines de Europa. Él, latino y ella,
alemana. Realizan bellas coreografías en pareja o solos. También son pareja
fuera del escenario.
Para acabar de hablar sobre Fifí Abdou, millonaria que monta un
comedor para pobres en el Ramadan. Decir que intenta crear una asociación
de bailarinas, aunque el gobierno egipcio no lo desee ya que en El Cairo no
existe el reconocimiento a su profesión. Sin embargo, en todas las bodas o
celebraciones están ellas dando alegría con su presencia.
También, como hombre, menciono a M. Reda. Como bailarín y core-
ógrafo era y es de los mejores. Todavía continúa formando con su estilo
inconfundible.
Fue el director del grupo artístico de danzas de Egipto, llamado Reda
Trouppe. Realizó tres famosas películas y un par de libros sobre este arte.
Era conocido por sus maravillosos saltos y estilo personal. Además de su
búsqueda en el antiguo folklore egipcio, para su reconocimiento.
27 DANZANDO - Parte I

Solía visitar su casa


cuando viajaba a El Cairo por
formación, si no estaba por el
mundo ofreciendo sus talleres.
Sus discípulas, las que
más suerte he tenido de cono-
cer, son Aída Nur, muy diver-
tida y con una gran fuerza físi-
ca, la cual refleja en su estilo
que es una fiel alumna de M.
Reda; además, Rakia Hassan,
muy dulce y femenina en su
estilo y coreografías, ha sido, y
es, la maestra de las mejores RAKIA HASSAN
bailarinas que ha habido en El
Cairo y en el mundo.
Ambas fueron componentes del grupo Reda trouppe. Son excelen-
tes profesoras, están promoviendo muchísimo la enseñanza para las occi-
dentales, y han sido muy influyentes en mi formación.
Tuvimos la suerte de haberlas tenido en Valencia a Rakia Hassam y
Aida Nour. Fue maravilloso el poder bailar con ellas en España. A pesar de
dificultades y tensiones
externas, las caras de feli-
cidad de las asistentes por
haber recibido enseñanza
por unas de las más
representativas de la
danza egipcia, fue lo que
más me llenó al invitarlas
a mi ciudad.
Sin embargo, una
de las desventajas de ir a
El Cairo como alumna
occidental es que todas
AÍDA NOUR
Danzando con la Diosa 28

las profesoras reconocidas suelen cobrar unos precios bastante elevados y


aunque acostumbradas a relacionarse con occidentales son, por supuesto,
muy egipcias.
Me gustaría comentaros una anécdota con Aída Nur, mi profesora
árabe. En su casa, cuando hay rezo, no se puede bailar ni oír música, por res-
peto a su religión. Así que paramos de bailar. Luego, me invitó a comer con
sus ayudantes: pusieron papel de periódico como mantel y trajeron comida.
Después de haber comido en la India y Sudamérica, incluso, me pareció muy
acertado. Cuando acabamos, todos me miraban, y yo no hacia mas que decir
que estaba muy bueno; pero parecía no ser suficiente. Entonces me trajeron
una bebida con gas y, entonces, entendí. Después fue cuando todos se levan-
taron y después seguimos bailando.
Aída Nur y Rakia Hassan son muy representativas para las bailarinas
y profesoras occidentales. Personalmente, yo las aprecio mucho.
En los años ochenta, una famosa bailarina llamada Dina, formada
por Rakia, también creó movimientos con su nombre. Y de eso tratan las
bailarinas famosas, de crear un estilo distinto entre ellas, ya realzando alguna
de sus partes físicas, ya creando movimientos nuevos, o incorporando algu-
nos movimientos procedentes de otros tipos de baile.
Como actualmente la joven Soraya de origen brasileño. Es la núme-
ro uno en la ciudad de El Cairo, bailando en los mejores lugares de la ciu-
dad. Y ella, también formada por Madan Rakia, está incorporando en sus
bailes pasos de Samba, claro que a veces, como cuenta, no puede bailarlos
con libertad por la censura egipcia. Ya os hablaré de ella...
He bailado y he conocido a más bailarinas y profesoras. Me gustaría
resaltar a la primera que conocí, la retirada Md Bossy. Me sorprendió cuan-
do, dándome una clase, me enseñaba sin música, cantándome el ritmo de la
“darkbuka”: “dum dum tac”. Cómo aprendió ella desde pequeña. Fue la
única que me comentó que las occidentales buscamos algo distinto en el
baile que las egipcias.
La mayoría de mujeres occidentales pueden buscar en la danza un
disfrute personal. En cambio, la mujer o bailarina Oriental lo enfoca como
un trabajo. Y la verdad es que libertad de expresión y disfrute personal, en
su país, las mujeres, no tienen mucho.
29

En estos momentos, en Egipto, se puede distinguir dos corrientes de


bailarinas. Una de origen egipcio y otra de occidentales, especialmente rusas
y francesas.
Los espectáculos importantes se enriquecen con los músicos. Inclu-
so están apareciendo hombres acompañando a la bailarina, acercándose a lo
occidental, y bailan muchas veces con altos tacones, aunque os extrañe.
Personalmente los mejores maestros egipcios, tanto los que viven
allí, como los que viven en Europa, y en los Estados Unidos, como Dr Mo
Geddawi más o menos de la misma generación de M.Reda, y co-fundador
del Trouppe Reda. Ambos bailaron juntos en su épocas de esplendor como
bailarines. Y mi querido maestro Yousry Sharif. Es genial. Me enamoré de su
estilo cuando lo conocí por primera vez en El Cairo, tenía que aprender más
de él. Me fui a su academia
de baile egipcio en Nueva
York para seguir ese estilo
tan característico de él.
“High” como yo lo llamo, y
que tanto me llena bailarlo.
Pues en su estilo combina
movimientos corporales que
realzan la danza, con una
chispa flamenca y tienen ese
toque para sentir que la
danza puede ayudarte a ele-
varte, para sentir una sensa-
ción distinta, que realmente
es un arte. Su estilo es único
y permite elevar a aquellos
que contemplen el baile si
saben entenderlo.
Me encanta ver el
YOUSRY SHARIF
color y sentir el sabor de la

danza en los países de origen árabe. Valoro a las personas que han manteni-
do la danza para que millones de mujeres la podamos disfrutar.
Danzando con la Diosa 30

Como he explicado he intentado ofreceros una visión breve de la


danza en Egipto, que es el país que más conozco y el que más me fascina.
De momento, lo he visitado doce veces. Donde más se ha investigado y esti-
lizado este baile es en Egipto. Luego, de una manera diferente, en el Líbano,
Turquía o Marruecos. Cada país tiene una manera diferente a los otros de
expresar la Danza Oriental árabe.
Como la danza del vientre tiene una difusión mundial, los profeso-
res o los master profesores que de alguna manera son influyentes en las
danza de hoy en día, están incorporando pasos y movimientos de otras dan-
zas del mundo.
Al principio, se la incorporó algunas semejanzas con el ballet para
producir un estilo mas refinado y elegante. Desde hace poco aparecen
movimientos fusionados del flamenco e, incluso, como actualmente se
encuentra Soraya, como una de las mejores bailarinas de El Cairo, de origen
brasileño. Ésta ha incorporado movimientos de la samba en sus coreografí-
as. Incluso la propia Rakia Hassan también ha introducido algún movimien-
to enriquecido con este estilo de baile.
Tuve la oportunidad de visitar
ese país hace poco y aprendí algo de
samba y ver la energía de sus gentes.
Me recordó la similitud de sus cone-
xiones con África, en referencia a los
movimientos árabes. Por ello, en el
apartado de diosas comentaré algo de
sus creencias y bailes.
Deseo centrarme en una pre-
gunta que, a veces, me hacen mis alum-
nas sobre si hay hombres que bailan la
danza del vientre. Contesto desde aquí
que sí. Hay hombres sensibles que bai-
lan, ya desde su estilo rayando la femi-
nidad, ya como hombres donde hay un
punto masculino. Entre los europeos,
estarían Horacio, y un querido maestro
mío, Said-el-Amir, que es muy humano Said-el-Amir
y divertido aunque le gusta el esfuerzo
31 DANZANDO - Parte I

y las cosas difíciles. Tiene también un estilo único al incorporar el velo en sus
actuaciones. Y otros bailarines, por supuesto, en España.
También hay hombres coreógrafos, aunque ellos también han sido,
por supuesto, bailarines, y la enseñan a las mujeres para que, bailándola, des-
cubran su poder femenino, como es M. Reda en Egipto, Dr. Mo Geddawi en
USA. Y mi apreciado maestro, mi favorito, con el que he estado en El Cairo
y en su escuela de Nueva York y en España, Yousry Sharif.
Sin embargo, como mujeres occidentales necesitamos una forma-
ción reglada. En España, una titulación homologada no existe. Además, la
metodología o pedagogía de la enseñanza es más fácil que te la transmita
un occidental. Nuestra manera de entender la educación o la metodología,
a no ser que sea un buen maestro o maestra, es distinta a la Oriental. Ale-
mania es un país que, tal vez por su cultura y su educación europea, tiene
buenos profesores. Especial-
mente nombro a mi querida
maestra Jazmín, que se ha
esforzado mucho por la técni-
ca, y te transmite sus conoci-
mientos para que puedas
enseñar a otras mujeres.
Por supuesto, en
España hay también buenas
profesoras y bailarinas. Desde
aquí mi afectuoso saludo a
todas ellas. Nombro a Maribel
Cobo, mi primera profesora,
que me inspiró para aprender
y fusionar mis conocimientos,
empezando a buscar y reco-
rrer medio mundo hasta llegar
aquí.
Por supuesto, se puede
aprender danza árabe en Espa-
JAZMÍN ña, pero el acento y el sabor de
Danzando con la Diosa 32

esta danza se aprecia mucho más al conocer algunos países árabes, contactar
con personas, con su cultura y costumbres puede enriquecer. Pienso que es
condición importante si estás enseñando esta danza.
Acabo con un comentario personal sobre contradicciones en el
mundo de la danza y en sus lugares de orígenes. En mis viajes observo cómo
la mayoría de las mujeres van tapadas por mandato de su religión y luego ves
a las bailarinas con menos ropa en un espectáculo o boda.
Observé en un espectáculo de danza oriental árabe a una familia.
Recuerdo que el marido iba vestido de occidental, la niña pequeña vestida de
occidental, como una muñeca. Hasta que le llegue la hora de cubrirse la cabe-
za, y además seguramente de que le realicen la “ablación” del clítoris que, por
desgracia, es una práctica habitual cotidiana. La esposa iba totalmente tapa-
da, pues eran extremistas. Sólo los ojos, ni siquiera las manos pueden ser vis-
tas. Llevaba guantes. Ellos disfrutaban viendo a la bailarina.
Qué contrastes, ¿no creéis?
Ser bailarina no es fácil en un país donde la mayoría de los espectado-
res son hombres. Y menos mal que cada vez somos más los occidentales que
asistimos en estos países a sus espectáculos. Exceptuando las bodas, donde se
puede ver a las mujeres bailando juntas, especialmente a las madres, porque
sólo en esas ocasiones tienen el derecho y la libertad de expresar su alegría.
Hace poco tuve la oportunidad de bailar y ver a más de cien bailari-
nas de todo el mundo en una convención en El Cairo. Cada una con su esti-
lo, su cuerpo, su energía: era algo muy especial.
Una buena amiga, Meera y yo, bailarina de Las Vegas, nos encontra-
mos allí.
Mientras veíamos danzar todas las noches, no nos centrábamos en
valorar la técnica, ni nos importaban sus cuerpos, ni sus estilos realmente, de
las que bailábamos en la convención. Buscábamos de verdad ver si nos tras-
mitían sentimientos. Ambas buscábamos el sentir...Que es lo que nos hace
bailar a ambas, y supongo que a la mayoría....
He tenido la suerte de conocer la danza del vientre en Estados Uni-
dos. Y allí también bailé con mi amiga americana en California. Pero nor-
33 DANZANDO - Parte I

malmente el estilo de las bailarinas americanas es una mezcla de danza árabe,


flamenco e influencias indias o tribales. Tenemos la suerte de vivir en el
Mediterráneo y puedes, si lo deseas, conocer a profesionales que tengan un
estilo puro de danza egipcia, libanesa, turca, etc.
Un estilo tribal y arcaico, como el de un famoso grupo de mujeres de
San Francisco es muy interesante. Este grupo se llama Tribal Fet Dance. En
el que su manera de bailar es siguiendo el ritmo marcado por una de ellas,
mientras el resto se va acoplando. Un estilo creído y usado por los egipcios.
Sus vestuarios son arcaicos y tribales.
Muchas bailarinas que actúan en restaurantes, muy numeroso en
Estados Unidos incitan a los “tips”, o propinas, es decir, de billetes coloca-
dos por el espectador en su cuerpo. Si es una costumbre bastante común en
Turquía y otros países, pero yo que veo la danza como un arte, una manera
de reencuentro con la feminidad. Lo respeto, aunque yo preferí bailar por
placer que buscar propina cuando he bailado en USA.…
Sin embargo, existe esa dimensión de danzarina que alegra y ameni-
za la velada. Aunque nuestro propósito es elevar este arte y esta manera de
despertar nuestra feminidad disfrutando y bailando siendo conscientes de su
poderoso poder de transformación para las mujeres.
Creo que la danza del vientre está dentro de cada mujer. Como lo
estuvo hace miles de años. Sin aprender, sin viajar, podemos descubrirla en
nuestros cuerpos. Sólo con la música y ondulando con nuestro ser.
Si sólo deseas disfrutar, para ti, esta danza no hace falta nada más que
ondular...
Danzando con la Diosa 34
35 DANZANDO - Parte I

TIPOS DE DANZAS

En este tipo de baile, recordando su origen espiritual, podemos des-


cubrir diferentes tipos de danzas, el folklore, sus variantes y los accesorios
que los acompañan o exaltan su contenido.
Imágenes descubiertas en el Antiguo Egipto nos muestran a bellas
sacerdotisas bailando desnudas con ofrendas en sus manos, en sus cabezas,
y llevando velas, frutas, etc...
En otras, podemos apreciar bailarinas con largos vestidos, bailando
de una manera que parece que tapan o descubren partes de sus cuerpos.
Donde luego aparecería la danza del velo, o los velos.
Una aclaración sobre el uso del velo:
en Egipto las bailarinas suelen salir, a veces,
con él y al poco tiempo lo lanzan al suelo. En
Occidente, en ocasiones, se baila toda una
canción con él. También se puede realizar
bellas figuras hechas con dos velos. Por
ejemplo, en Estados Unidos las bailarinas
salen con varios velos, rememorando a Salo-
mé y sus siete velos, se los van quitando
como si la estuviesen imitando.
El “velo” puede ser de forma rec-
tangular o más circular. Se puede usar como
una capa, para hacer dibujos en el aire o con
doble velo, como ya he comentado. Pueden
salir preciosas figuras: una flor, el molinillo
doble, etc.
Antiguamente, algunas bailarinas
bailaban con su cuerpo envuelto en telas con
el objeto de que sirvieran de soporte para
llevar velas encendidas. Después, en la época
islámica, aparecería “la danza de chamadan” CHAMADAN
(candelabro árabe). Éste es de forma circu- O CHAMADE
Danzando con la Diosa 36

lar, contando hasta con doce velas, situado sobre la cabeza de la danzarina. Sus
movimientos son muy arcaicos, con piernas abiertas, y circulares o lineales en
sus direcciones. Estas danzas de luz se utilizaban, a modo de una comitiva, en
nacimientos y bodas, rememorando las procesiones faraónicas, donde las
luces iban al principio de éstas. Aparecen en grabados interiores de las tum-
bas de los faraones.
“El baile con Melaya” también es característico de Egipto. Es una
especie de chal negro o capa rectangular. Las mujeres lo usaban para tapar-
se con él en las frías noches del desierto o para no ensuciarse mientras cami-
naban. Tiene un procedimiento especial para colocárselo con el brazo, y se
puede danzar con él creando bellas coreografías.
“El baile con cántaros de
agua” ya ha desaparecido en Egip-
to, pero se mantiene en algunas
zonas de África así como “el del
plato o bandeja”. Estos últimos
están todavía arraigados en Túnez.
Otra, como la del bastón
“Assaya”, suele aparecer en las
manos de faraones como símbolo
de poder. Se redujo después con
el tiempo, al uso de pastores y
pueden danzar con él hombres y
mujeres en los bailes del folklore
egipcio. Además, existe algo pare-
cido al bastón, pero sin mango
redondo, hecho de caña o vara,
llamada tahtiyb o “anasa” en
Egipto.
Existe también la posibili-
dad de “danzar con espada”, y
como con el bastón, emular movi-
mientos antiguos o hacer equili-
brios sobre la cabeza, hombro,
cintura, etc. ESPADA
37 DANZANDO - Parte I

Finalmente, en referencia a los instrumentos musicales, tendríamos la


pandereta y los famosos crótalos, o “saggats”, en árabe. Son castañuelas metá-
licas. Antes de su aparición, las mujeres chasqueaban con las manos. También
se utilizaban cucharas de madera o metal para bailar con ellas. Casi no quedan
restos de este tipo de “danza con cucharas” aunque también existe.
Los crótalos son dos discos metálicos que acompañan el compás de
la música. Éstos se colocan en los dedos pulgar y corazón de la bailarina, o
los utiliza un músico acompañante.

LA MÚSICA ÁRABE

Hablando sobre la música, ¿quién no se ha trasladado a un estado


especial escuchando música? La música árabe es un vehículo para la bailari-
na, siendo ésta la responsable de su dirección e intensidad cuando se actúa
en directo. Aprender a expresar la emoción de la música, bailando y sobre
todo durante las improvisaciones de, por ejemplo, un solo instrumento y
despertar la cualidad esencial de éste.
Cuando actúa con músicos, la bailarina puede enfocarse hacia uno o
dos de ellos, y entablar una preciosa comunicación entre su cuerpo y la músi-
ca. Puede llegar a dirigirlos o crear mensajes comunicativos de belleza, para
la diversión y asombro de los que la observan.
Las bailarinas dibujan e iluminan con colores la música.
Algunas bailarinas hablan con su cuerpo, hacia la “darbuka”, o con
los “crótalos” tocados por un músico. Hay un lenguaje corporal y musical
extraordinario. La bailarina expresa emociones tanto alegres como tristes.
Pero la alegría y el sentimiento están por encima de la técnica.
En los términos árabes las notas, ritmos e instrumentos, y sus can-
ciones, cambian, si los comparamos con la música puramente occidental. Se
mantienen muchas similitudes con su origen pasado, basado en una fuerte
improvisación.
Una diferencia importante es la armonía, que en Occidente está basa-
da en un sistema tonal fijo (no existen variaciones en los espacios entre notas).
Danzando con la Diosa 38

Cada escala de la música árabe tiene una cierta posición fija en tonos
y medios tonos, pero, entre ellas y las notas, aparecen otras notas que no
tiene un lugar fijo y caen en distintas posiciones.
En Occidente existe una simple octava (ocho notas). Aquí puede
aparecer cualquier nota, entre 8-22 notas, con intervalos finos como una
novena nota.
Al hablar de música, podemos también referirnos a los estilos. Por
ejemplo el “baladí”, en el que existe un predominio de movimientos ondu-
lantes, grandes o pequeños, con los que la bailarina, los músicos y el publico
se conectan.
“El saidi” es un ritmo imprescindible para los tipos de baile de fol-
klore. Hay movimientos como saltos y algunos les llamo “las jotas egipcias”
por su parecido al nuestro. Es utilizado, sobre todo, para la danza del bastón.
El folklore se basa en movimientos más campesinos. Incluye también, el de
los pueblos nómadas, como el estilo beduino, con movimientos más vitales
y tribales, recordando su vida en los desiertos, en los oasis.
En el estilo clásico, con una interpretación similar al ballet clásico.
Hay grandes desplazamientos; la bailarina está más centrada en la música que
en el público. Pero es muy bello e inspirador.
La “tabla” o percusión con tambores, y la reina de los tambores. Es
la famosa “darbuka”. Es un estilo muy rápido y poderoso. Frecuentemente,
a aquellos que lo observan lo que más les atrae es lo alegre que es, y que los
movimientos son vibrantes y con poder.
Es en la música sentimental moderna donde la bailarina se centra en
la emoción de aquello que se canta, como si representara. Hay una fuerte
presencia de gestos y posturas. Es como ver una actuación teatral.
Existen canciones con mezcla de estos estilos, y también suites que
pueden durar hasta veinte minutos. Normalmente suelen existir canciones de
presentación y de cierre en un espectáculo.
Por otra parte, en Occidente están apareciendo fusiones de melodí-
as árabes, indias o étnicas, que se mezclan con ritmos y músicas de otras cul-
turas. Por ello se añaden movimientos nuevos.
39 DANZANDO - Parte I

A veces la música no responde a nuestro acostumbrado “oído euro-


peo” y sólo algunas composiciones musicales mantienen la melodía fija,
como por ejemplo en grabaciones actuales de orquesta o creaciones moder-
nas de 4/4.
Los orígenes más cercanos a la música actual árabe se remontan, en
España, a Ziryab (822) d.c., que introdujo formas de música persa, que com-
binadas con música mora, han sobrevivido en Andalucía, manteniéndose
incluso en el flamenco.
Un proverbio árabe dice: “la música es para algunos alimento y para
otros medicina”.
Las bailarinas más famosas tienen sus propias canciones, que son
creadas por reconocidos músicos. Y llevan el nombre de ellas como título.
Hay una frase de una famosa bailarina tunecina que afirma: “si no
bailo un día, ese día no lo he vivido”.
La danza es una expresión de la vida. Bailando expresamos nuestra
existencia.

EL VESTUARIO

Nos introducimos en el tema del vestuario. Como sabéis, todas las


que bailamos la danza oriental árabe, en las clases llevamos mallas o faldas,
con nuestras caderas adornadas con pañuelos, la mayoría con moneditas. Se
dice que, para la iniciación es fundamental un pañuelo ruidoso y a medida
que sabes más, prescindes del ruido, aunque hay profesores que no soportan
el ruido de las monedas en los pañuelos.
Estas monedas, cosidas a un pañuelo, rememoran a las esclavas que
podían escaparse de los harenes, bailaban por las calles de los pueblos y la
gente les tiraba monedas. Algunas de ellas las cosían en sus vestidos. A veces
he pensado que cuando compras un pañuelo de monedas estás adquiriendo
tu libertad, porque era un símbolo de autosuficiencia femenina.
Danzando con la Diosa 40

A lo largo de la historia de este baile han surgido controversias a la


hora de definir el vestuario. En un principio se bailaba desnuda, con ador-
nos de joyas o amuletos si eras sacerdotisa, o con velos transparentes.
En los tiempos faraónicos, muchas bailarinas se tatuaban el cuerpo.
Incluso se ha descubierto un dios llamado Bes, tatuado en sus piernas. Este
dios, de extraña apariencia, simbolizaba la alegría, la danza y la guerra. Se
ponían henna en el cuerpo y antimonio en los ojos.
Mucho más tarde, establecidas entre Alejandría y la capital, existían
las “Gawazi”, nombradas en el anterior capítulo. Eran gitanas, para las que
lo más importante eran sus joyas y adornos. Especialmente, unos collares
grandes y azules que se remiten al azul de las pinturas faraónicas.
Desde mediados del siglo XVI hasta hace poco quedaban poquísi-
mas Gawazi. Bailaban al populacho en las calles o contratadas en casas.
Cuentan que eran muy sabias: leían la taza, las conchas e, incluso, algunas
sabían recitar poemas y tocar instrumentos.
Lo más interesante era que ya no eran esclavas en harenes las que
continuaban transmitiendo la danza y permanecían bastante fieles a su étnia,
teniendo hijos con hombres de su raza. Así, eran bastante libres. Las con-
trataban en fiestas, pero no pertenecían a nadie. Luego, cuando se retiraban,
tenían progenie.
Tuve la suerte de conocer a una de las más famosas Gawazi que que-
dan. Su baile con crótalos y mucho movimiento de cadera, andaba mientras
bailaba, me recordaba que solían andar por los pueblos y eran libres.
El traje más famoso es el llamado “bikini” de dos piezas, realzado
con bellos adornos, con o sin vuelo de la falda. Pueden confeccionarse con
uno o dos cortes laterales. Éste es el que tenemos en mente la mayoría de
occidentales, por su uso en películas antiguas o porque lo vemos en actua-
ciones en Europa o Estados Unidos.
En Egipto este traje “bikini” sólo está permitido para bailar ante
extranjeros o en grandes hoteles. También está censurada su emisión en tele-
visión. En otros países, como el Líbano, no existe esta censura.
La mayoría de bailarinas egipcias usan vestidos de una sola pieza,
largos hasta los tobillos y con un corte. El abdomen se cubre con una
especie de redecilla o malla transparente, y suelen bailar con tacones,
41 DANZANDO - Parte I

intentando acercarse al mundo


occidental.
Existe un decreto, de 1964
sobre el comportamiento de las bai-
larinas, que no pueden, por ejemplo,
tumbarse en el suelo al bailar. En
Turquía sí pueden realizar movi-
mientos en el suelo y las bailarinas
libanesas suelen acabar su coreogra-
fía en el suelo.
La censura y la religión con-
trolan a las bailarinas, pudiéndolas
llevar a la cárcel. A partir de los 21
años es cuando pueden ser bailari-
nas y actuar ante público. Sobre
unas treinta mil mujeres bailan NAIMA CON TRAJE
todos los días en la capital. No se DE UNA PIEZA
baila en el Ramadán, por supuesto.
Este moderno traje de baile,
que a mí me encanta para actuar con
una canción clásica o profundamen-
te elegante y elevada, no es tan atrac-
tivo para los occidentales como el
famoso “Traje bikini”, donde el vien-
tre es libre de ser mostrado, realzan-
do las habilidades de nuestro abdo-
men, de nuestro poder, que sí me
atrae personalmente para bailar, per-
cusión o música divertida y alegre.
Existe en el folklore la “túni-
ca de saidi”, que usaban los pastores.
También, si bailas música morisca
puedes utilizar tops bordados con
adornos, llevando media manga y NAIMA
bombachos. CON TRAJE DE BIKINI
Danzando con la Diosa 42
43 DANZANDO - Parte I

APRENDER DANZA DEL VIENTRE

Como comentaba en el anterior capítulo, si no deseas una gran for-


mación profesional pero te gusta bailar, actualmente existen muchos lugares
donde acudir. De hecho existe un gran boom.
Yo, como alumna, he probado muchos profesores. Todo depende de
lo que busque uno y de sus posibilidades: comodidad por estar cerca, precio,
profesionalidad, trato personal, horarios, etc.
De momento, he tenido la oportunidad de iniciar en esta danza a casi
dos mil mujeres en la Comunidad Valenciana, despertándoles el poder feme-
nino. No sólo intento enseñar pasos o movimientos, como buscadora de la
Diosa, también intento transmitir el sentir.
Una vez, una alumna (mi querida Sandrita) que lleva tiempo en mis
clases y ha despertado el poder de su diosa, le preguntó a una amiga suya que
también va a clases de danza: “¿pero tu profesora es la de 1, 2, 3 ó te trans-
mite algo más?”.
La otra chica, sorprendida le dijo: “¡No! Sólo 1, 2, 3.”
Yo sonreí cuando lo contaba y le expliqué: “Hay mujeres que buscan
solamente y de manera consciente eso, la técnica; o parece que sólo enseñen
eso. Si son conscientes, aman la danza y la sienten también de manera
inconsciente descubrirán los cambios que se producen en una misma, los
despertares de la danza del vientre en una mujer y podrán transmitir.”
La mayoría de las mujeres vienen porque les atrae, y a lo mejor no
han visto a nadie bailarla; otras, por hacer algo de ejercicio divertido o por
problemas de salud. Muy a menudo vienen a mis clases, madres con sus hijas,
hermanas o tías, y eso es algo muy bonito.
Una minoría viene por conectar en grupo y realizar una actividad
femenina. Algunas de ellas descubren que es una terapia corporal que des-
pierta, y puede hacer cambiar creencias y actitudes hacia la existencia y el
mundo, pudiendo incluso ser un crecimiento personal y espiritual.
Danzando con la Diosa 44

Aquí me remito a una experiencia de otra alumna que asistió a un


curso:
Venía tarde y tensa al principio. “No me sale nada”, decía en voz alta.
“Me duele el cuello y los hombros”. Por desgracia lo más habitual en la
mayoría.
Vestía de color oscuro y parecía más mayor de lo que era. No pare-
cía una mujer exuberante. Sin embargo, continuó viniendo a clase, y a los
pocos meses era la primera en llegar. Vestía más luminosa, más ligera. Lle-
vaba pendientes y sonreía mucho más.
Hace poco le dije: “Te veo más bella”. Y ella me respondió: “Pues la
verdad es que ahora los obreros me dicen piropos.”
En el festival de fin de curso, por ser de las más mayores, no se deci-
dió a salir, pero nos decía: “porque no me salen muy bien, pero el año que
viene salgo”. En el festival estaba radiante y sentada en primera fila.
Ella es la misma, pero ha permitido que la magia de la danza del vien-
tre la adornara, y se sienta mejor consigo misma.

FESTIVAL FIN DE CURSO 2003


45 DANZANDO - Parte I

Aquí hago un paréntesis para la reflexión. Al ver la progresión en el


tiempo, de esta danza tan femenina, que hemos seguido en sus orígenes
hasta su actualidad: desde la divinidad como femenino, sacro por los sacer-
dotes, después para la élite y finalmente diversión y cultura.
Muchas mujeres aprenden danza, luego bailan en publico, y, luego, la
mayoría enseñan a otras. Algunas, progresan en su camino espiritual o no...
Personalmente yo estaba en mi camino espiritual. Aprendí durante
años y comencé muchas iniciaciones solamente para mujeres, en “Danzando
con la diosa”. Después empecé a bailar en público, mientras seguía con todo
lo anterior. Estaba acostumbrada a danzar para mí, y con mujeres. Por ello
lo que más me gusta es dar clase, compartir en grupo, y trabajar con “la
diosa”, por supuesto. Luego descubrí que transmitir al publico alegría y sen-
timientos tenía su encanto especial, aunque en la competitividad y envidias
entre las bailarinas no entro. Sin embargo, prefiero sentirme una buena
maestra, que una famosa bailarina. Así puedo despertar y transmitir el poder
que se emana con esta danza y con la terapia de las Diosas, a las mujeres,
como una más. Pudiendo por ello, despertar a la diosa que llevamos dentro.
Cuando empiezas a asistir a clase de danza, pueden aparecer sín-
tomas.
Si todas suelen empezar con tensiones y dolores físicos, que ya traen
de su vida cotidiana, con la práctica te vuelves ligera y mejoras o reduces tus
tensiones corporales. Despiertas tu condición de mujer, disfrutando contigo
misma y conectando con un grupo de mujeres con la misma intención: ser
más tú misma.
En referencia a mi persona, yo lo he notado mucho cuando ando,
sobre todo, con tacones; cuando hablo, mi sensibilidad se ha agudizado y la
música me puede.
La gente me ve muy femenina, incluso en mis gestos. Y yo no soy
consciente. No obstante, en una entrevista en la televisión, cuando me
observé, después asombrada dije: “¡Si soy yo!...”.
¡Sí, la danza te transforma! Y más si te dejas fluir en ella. Seguro que
las que lo leéis y bailáis durante un tiempo, lo sabéis. Cuando la gente comen-
ta mi energía, yo digo: “No es por mí solamente, es por la danza”. Pero no
lo entienden si no lo han experimentado.
Danzando con la Diosa 46

LAS DIOSAS DE LOS MIÉRCOLES

Para mí, la danza del vientre es la terapia corporal de la mujer del


siglo XXI. Creyendo que el cuerpo, mente y espíritu están intrínsicamente
conectados, los beneficios de lo que parece sólo corporal aparecen en la tota-
lidad de la mujer.
Finalmente, y buscando mayor consciencia y potencialidad de esta
danza femenina, utilizando la psicología y la búsqueda de la espiritualidad
femenina, nació Danzando con la Diosa, que descubriréis más adelante.
47 DANZANDO - Parte I

MOVIMIENTOS

EN CLASE

Como ya sabéis, quizás los movimientos están inspirados en la Natu-


raleza y la vida de las mujeres de otros tiempos. La base es la ondulación, los
círculos y sus derivaciones, semicírculos, ochos, etc.
Está claro que lo complicado no es un movimiento concreto, aunque
sí que tienes que permitir un tiempo para que tu cuerpo y tu mente lo asi-
milen. Lo difícil es enlazar y llevar todo el cuerpo con armonía. Para la mayo-
ría de las personas es más fácil memorizar una coreografía que improvisar.
Todo necesita un tiempo: primero, la técnica para descubrir los
movimientos; después, esta técnica madura como un fruto y llegas a disfru-
tar. Ahí es cuando puedes improvisar y crear tus propias coreografías. Tam-
bién se disfruta con un solo movimiento si dejas que tu ser fluya en él, como
en un estado meditativo o practica de chikung.
Para aprender movimientos básicos, intentaremos estar relajadas,
desconectadas del exterior. “Estar en el momento y disfrutar”, es el lema. Al
ser consciente de lo que sientes y haces puedes dejar, entonces, tu atención
focalizada, pues intentamos mover sólo una parte concreta del cuerpo y el
resto se relaja.
Con la práctica podemos llegar a realizar distintos movimientos del
cuerpo a la vez. Cuando tu cuerpo danza con la música, puedes conseguir
que cada parte de tu cuerpo exprese un instrumento o ritmo concreto. La
música y el cuerpo están conectados expresando sentimientos.
Muchas nos aceleramos o nos movemos más en ese deseo de apren-
der, o no respiramos,y nos entra el famoso flato de las que empiezan, tan
atentas de aprender que nos olvidamos de nuestra respiración.
Así, podríamos dividir el contenido de las clases en estiramientos y
trabajo con extremidades, y la correcta postura del cuerpo; después en la téc-
nica, y en aprender no sólo a bailar sino a expresar sentimientos y despertar la
improvisación. Aprender una o varias coreografías y acabar con recogimien-
to, relajación o diversión dependiendo del ánimo del grupo. Aunque, en oca-
siones, si la sala no está en condiciones de temperatura agradable, para comen-
zar un bailecito energético con el fin de entrar en calor no está nada mal!
Danzando con la Diosa 48

EL CUERPO

Todas las mujeres somos bellas por el hecho de ser mujeres.


Seamos como las flores, que se abren y dejan su aroma para toda la
creación, fluyendo en su existencia. Podemos ser como las flores, llegando a
fluir. Y al bailar, dejar que nuestro aroma sea disfrutado por nosotras y por
todo aquello que nos rodea. Esto se puede conseguir si nos liberamos de jui-
cios y comparaciones.
Los cuerpos de las bailarinas egipcias, por lo general, son más cor-
pulentos que la esbeltez buscada por occidente.
Este baile ofrece la posibilidad de disfrutar a todas aquellas mujeres
que no están dentro de los cánones de belleza impuestos. Al contrario de lo
que algunas lleguen a pensar, este baile es más fácil de aprender para muje-
res con grandes caderas, llegando a disfrutar de una parte de su ser que antes
no aceptaban. Este baile se realza cuanto más caderas tengas.
Yo, a veces y de manera inconsciente, a mis chicas de grandes pro-
porciones les digo que me encantaría que me dejaran un rato sus caderas
para bailar, y descubrir que es un placer tenerlas.
En Oriente prefieren a las bailarinas más redondas, por su condición
natural de mujeres. Aquí para espectáculos, lo opuesto. Sin embargo, cada
vez existen más europeas bailando en Oriente, e imponiendo el canon de
belleza occidental.
Danzando se tiene la oportunidad de disfrutar del cuerpo con una
actitud distinta a la habitual. Saber dejar a un lado las tensiones mentales de
comparación.
Las comparaciones son más fáciles de percibir al principio, cuando
se trabaja con espejo, y no en círculo. Cuando confías y asumes tu Ser dis-
frutando, poco a poco te centras en aceptarte, y consigues una mayor auto
confianza personal. Con esta danza realzamos las redondeces femeninas. Lo
más bello es aceptarte tal y como eres. A partir de ese momento sentirás más
placer en tu Ser.
Cuando están en una clase, sobre todo al principio, a las mujeres les
cuesta estar relajadas, mantener las lumbares protegidas, algo fundamental
para su protección, y así prevenir dolores.
49 DANZANDO - Parte I

En clase, a veces les pido que sonrían a un público imaginario, que


es el espejo. Sí, la sonrisa es poderosa; y si estamos a gusto, sonreímos. Yo
no concibo la danza sin sonrisa, sin alegría. Cuando bailo, disfruto y mi
manera de expresar que estoy contenta es sonreír. Porque estoy viva, danzo
a la vida. Me llena tanto bailar, y compartirlo con otras mujeres, que sonrío
sin forzar.
También el sonreír es un aprendizaje, y lo vamos olvidando. Vivimos
casi sin sonrisa. ¡Existen millones de seres que no tienen apenas nada mate-
rial, incluso alimento, y sus sonrisas son tan profundas…!
La sonrisa rompe barreras. Cuando viajo a Egipto, o estoy en otros
países lejanos, voy sola por la calle, veo a las mujeres que van tapadas, que te
miran como a una intrusa y extraña occidental. Yo las miro con respeto y
amor por ser mujeres, y les devuelvo una sonrisa, y algo dulce en árabe. Ellas
sonríen, surgen risas, y parece que te acepten. Sí la sonrisa es aceptación, es
rendirse de manera armoniosa.
Hace poco que visité Siria, esta vez acompañada por mi madre,
entramos en un baño turco el día que podían entrar mujeres. Como extran-
jeras nos miraban, pero entró una mujer árabe con una darbuka y yo empe-
cé a bailar y a sacar mujeres árabes a bailar. Incluso una quería que le ense-
ñara. Estaban asombradas de mi alegría. Mi mami y yo éramos las únicas
extranjeras pero creo que todas disfrutamos con la danza y la música inde-
pendientemente de nuestro distinto origen...
Por todo. ¡Sí a la vida, al amor y a la alegría!
En clase, las risas y las sonrisas ayudan a que haya armonía entre
todas las participantes.
No es bonita la competitividad entre profesoras y bailarinas. Yo digo
¡no a la lucha! Mejor dicho, ¡sí a la hermandad!, puesto que estamos inten-
tando que las alumnas disfruten, aprendan y se enriquezcan como mujeres.
Bailando con otras profesoras y bailarinas hemos podido sentir lo bello que
es compartir. Sin comparaciones ni competitividad. Mantengo una bonita
amistad con profesoras de Valencia y España, creo que es importante estar
conectadas y apoyarnos entre todas.
Desde aquí, un deseo de hermanad para todas las profesionales de
esta danza, para poder transmitir a nuestras mujeres bellas acciones y senti-
mientos amorosos.
Danzando con la Diosa 50

Yo aprendo con cada alumna, en cada clase. Doy gracias por esta
oportunidad de aprender y compartir con grupos de mujeres.
En Egipto, algunos movimientos tienen nombre de animales o con
referencia a la Naturaleza. Algunos son nombrados como distintos tipos de
círculos, saltos. También existen los movimientos o combinaciones de
movimientos creados y bailados por famosas bailarinas.
Estando en clase con la famosa bailarina Dina, nos enseñó un “ara-
besco”, que es un paso de baile. Éste llevaba un toque especial al final del
movimiento. Ella lo llamaba “arabesco DINA”, pero aun siendo muy buena
bailarina, le era difícil explicarlo. Es complicado ser una buena maestra para
enseñar a otros.
Realmente, es difícil enseñar, bailar es más fácil. Personalmente, llevo
años, enseñando y con una gran cantidad de clases de experiencia. Intento ser
una buena profesora. No es fácil explicar un movimiento y moverte al mismo
tiempo. Detallar minuciosamente el paso o movimiento. Saber ponerte en el
lugar de la alumna, permitir que lo aprenda y se sienta segura. Apoyarla, afir-
marla en su esfuerzo, como si fuera tu hija, que está dando sus primeros pasos.
No es lo mismo ser bailarina que maestra. Puedes ser una gran baila-
rina pero no tener aptitudes de maestra. O puedes ser muy buena maestra
pero no ser una gran bailarina. Aunque todo se concrete en lo mismo: bailar.
En referencia al cuerpo como tal, la mayoría de las mujeres vienen
con tensiones y rigideces. Se quejan de sus molestias, aunque poco a poco se
les alivia y fortalecen sus cuerpos, perdiendo esas tensiones.
Las podríamos situar: primero en los hombros y cuello, recordando
nuestra tendencia a sobrecargar nuestra existencia con numerosas obligacio-
nes de cualquier índole, o a las malas posturas aprendidas, como por ejem-
plo: trabajar con el ordenador durante largas horas.
Segundo, la poca flexibilidad que tenemos a la hora de mover nues-
tras cinturas y caderas. Lo que puede llevar a desarrollar rigideces y bloqueos
físicos e incluso emocionales.
Cuando aprendemos un movimiento, primero se realiza de manera
mecánica, sin vida, luego lo vamos adquiriendo con color y continuidad
mientras lo ejecutamos, hasta que finalmente se despierta en él toda la ener-
gía que provoca el movimiento en nuestro cuerpo, al ser parte de él y él de
51 DANZANDO - Parte I

nosotras. Sería cuando el movimiento y nosotras somos la misma bella cosa,


la vida, la energía femenina en nosotras con conciencia de su existencia.
Mientras se despierta en nosotras su poder, su capacidad de trans-
mitir la belleza de ser mujer y sentir la danza como expresión de nuestra
energía fluida, flexible y ondulante que es la vida y nosotras mismas.
Si la danza nos puede ayudar a equilibrarnos emocionalmente y nos
proporciona confianza, incluso puede suavizar nuestros rasgos faciales, al
estar bailando con placer, diversión y por ello nos ayuda a despreocuparnos
de malestares cotidianos.

TÉCNICA BÁSICA

Explicación de la postura inicial:


Estate alineada. Imagina un hilo que atraviesa tu cuerpo, desde arri-
ba de la cabeza, pasando por la columna vertebral y saliendo por el perineo.
Relajada: significa que estás alineada, y no existe tensión en el cuer-
po. Si notas algún punto de tensión, focaliza la respiración hacia esa zona.
Rodillas en un punto de flexión, y relajadas, como si llevaras algodo-
nes en las mismas.
Lumbares protegidas, una vez estás alineada, relajada y con las rodi-
llas semiflexionadas.
Bascula tu pelvis hacia delante hasta el punto que sientas que tu
columna esta alineada.
Tu cóccix no sobresale. Reduciendo la cobertura de tus lumbares.
El peso se distribuye en toda la planta de los pies.
Ésta es la posición inicial para todos los movimientos del libro:
• Alineada
• Relajada
• Rodillas en un punto de flexión.
• Con lumbares protegidas.
• Dejando el peso en los pies.
• Ten tus pies paralelos, separados a la altura de tus hom-
bros, respira y sonríe.
Danzando con la Diosa 52

1. Balancín, Balanza

Posición inicial.
Aquí las caderas suben y bajan mientras las rodillas ayudan en
semiflexion, al movimiento del balanceo. Si doblas la rodilla
derecha, bajará ese lado de tu cadera; mientras estiras un poco la
otra rodilla, subirá el desnivel.
Imagina que hay un eje entre tus dos caderas, que suben y bajan
como si fueras un balancín. Tus dos caderas son los dos extre-
mos de un balancín, mientras tu tronco, tu eje central y todo tu
cuerpo está sin moverse y alineado. Mantén el peso del cuerpo
en ambas piernas.
Se puede hacer lento o más rápido. Con el tiempo podrás ir
andando con él, y cambiarás el peso del cuerpo mientras te des-
plazas. Cuando consigues esto, ya no es balanza, tiene otro nom-
bre, tres cuartos.

2. Twist

Posición inicial.
Descubrimos que girando la cadera hacia delante y detrás, con-
seguimos un giro, mientras el torso superior no se mueve. Aquí
la mayoría se lanza a realizar giros rápidos, haciendo que todo el
cuerpo se mueva: entra flato y hay tensión muscular.
Para aprender, imagina que tus caderas giran muy despacio,
como cuando aprendes a conducir; pones segunda cuando
veas que estás relajada en el movimiento, tercera, cuarta y
cuando aumentas tu velocidad manteniendo el resto del cuer-
po en calma, sin mover los brazos, ¡suéltate a correr por la
autopista!
Lo mejor son giros cortos y rápidos, pero sin fuerza,.Con la
práctica, podrás andar en distintas direcciones y mover otras
partes de tu cuerpo a la vez.
53 DANZANDO - Parte I

3. Volquete o Pala

Posición inicial.
En este movimiento pon más atención de tener las lumbares
protegidas. Con él se despierta la libido, activando la energía
sexual de una manera poderosa.
Se consigue moviendo la pelvis de arriba a abajo, como si qui-
siéramos conseguir levantar la pelvis hacia arriba (volquete supe-
rior), repitiendo el movimiento con intención hacia abajo (vol-
quete inferior).
Se puede hacer dos tipos de volquetes, unos más grandes y len-
tos, otros mas pequeños en su recorrido, pero más rápidos.
Una variante es bajar con el cuerpo mientras realizas los volque-
tes inferiores. Otra es ir subiendo con los volquetes superiores.
Con el tiempo puedes ir realizando volquetes mientras caminas,
también puedes hacerlos de puntillas.
Otra variante sería hacer tres volquetes, o asomes, en todo el
recorrido frontal.
El primer volquete hacia la derecha, el segundo central y el ter-
cero izquierda.
Realiza estos movimientos sin girar el tronco, de una manera
suave, y sin brusquedad.

4. Brazos, manos y dedos.

Posición inicial.
En general se intenta ondular imitando a los pájaros, serpientes,
o a las ondas del mar. Sentir que el movimiento nace en la axila,
en referencia a los brazos, que nace en la muñeca cuando se trata
de manos y dedos.
En referencia a las manos y los dedos, existe un movimiento que
consiste en mover el índice con el pulgar como pinza, rozándo-
se entre ellos mientras se mueven.
Danzando con la Diosa 54

Otro es mover el dedo central intentando que se acerque a la


palma, o el movimiento del dedo central e índice doblando los
nudillos, como si quisieras apartar algo. Se puede realizar tam-
bién, en otra versión, sin doblar los nudillos.
Recuerda: ¡el movimiento nace en la muñeca!
Los brazos, y sobre todo las manos, suele ser difíciles de mover
armoniosamente al principio. Hemos perdido sensibilidad en las
extremidades superiores.
Las manos pueden ser antenas para atraer la energía sutil. O para
expresar tu propia energía. Algo muy bello es su relación con el
cuerpo, acercándose al rostro, a la nariz, a la frente.

5. OCHOS

Posición inicial.
Símbolo del infinito, los ochos se pueden hacer por todo el
cuerpo inferior con caderas. Los ochos superiores con el tron-
co, pareciendo que son tus pechos, los que lo realizan. Siendo
estos movimientos en vertical o en horizontal su trayecto.
También con todo el cuerpo lateral o frontal... incluso con el
cuello.
Veamos las caderas para empezar. Situándonos con pies parale-
los, distancia de tus hombros, hay dos movimientos: uno, girar
un cuarto de cadera y otro, pasar el peso del cuerpo en diagonal
a la otra pierna.

6. OCHO DELANTERO

Posición inicial.
Girar un cuarto de cadera hacia delante y hacia dentro de tu
pierna derecha. Entonces, envías el peso en diagonal hacia atrás
para llegar a tu pierna izquierda.
Volvemos a repetirlo, desde tu pierna izquierda, cuarto de giro
55 DANZANDO - Parte I

hacia delante y adentro, y peso del cuerpo en diagonal hacia


atrás a la pierna derecha.
Como ves son dos acciones: giro de cuarto de cadera y paso dia-
gonal atrás del peso hacia la otra pierna.

7. OCHO TRASERO

Posición inicial.
Éste, igual pero con la intención opuesta.
Cuarto de giro hacia atrás de tu pierna derecha, y pasas el peso
desde atrás en diagonal hacia delante, hacia tu pierna izquierda.
Vuelves ahora a girar hacia atrás tu cadera izquierda, y envías en
diagonal el peso hacia la pierna derecha.
Cierra los ojos, imagina que puedes dibujar el símbolo del infini-
to con tus caderas, dos círculos unidos en el medio de tu cuerpo.
En los grandes círculos de cadera, siente que el peso vaya cam-
biando de pierna en pierna.
Aquí marco un par de consejos a la hora de bailar. Primero:
Donde esté tu peso está tu fuerza.
Y el segundo: Descubre que cuanto menos muevas el cuerpo
con tensión, más atención y energía tendrás cuando localices un
movimiento en una sola zona de tu cuerpo.

8. EL CAMELLO

Posición inicial.
Es un movimiento ondulante. Lo denominamos “inferior” o
“superior” si lo realizas con la pelvis o con el tórax. El tercero
se le puede llamar “total”, si utilizas ambas partes del cuerpo.
Explico brevemente el inferior: el movimiento se divide en tres
acciones, estando con los pies en paralelo, lumbares protegidas.
Posición Inicial (ver al principio de los movimientos su expli-
cación).
Danzando con la Diosa 56

1. Sacar el abdomen al exterior. Peso en las puntas de los pies.


2. Encoger el abdomen, como si te clavaran algo. Puedes con-
traerlo, e incluso apretar al principio los glúteos para conse-
guirlo. Es como si te sentaras en una silla, pero sin sacar los
glúteos hacia fuera. Piernas flexionadas un poco. Peso en los
talones.
Recuerda mantenerte alineada en la postura.
3. Vuelve hacia delante el abdomen junto a la pelvis, y te man-
tienes alineada con las lumbares muy protegidas. Rodillas casi
estiradas, peso distribuido en los pies.
Estos tres movimientos componen el camello, con el que luego
puedes desplazarte en diversas direcciones.
En Estados Unidos lo suelen enseñar con un pie en punta y des-
plazado hacia delante del resto del cuerpo, para facilitar el movi-
miento ondulante de la pelvis, que es lo único que se mueve.
En este baile, se baila bastante de puntillas también.
Lo que atrae a las mujeres es saber mover los pechos, aparte de
las caderas. Además existen los famosos “chimis”: rápidos
movimientos, por el cuerpo, y la vibración de piernas, tronco...

Existen muchos pasos, y por supuesto, la danza ha ido enriquecién-


dose, y recibiendo influencias de ballet, andalusí, flamenco, etc.
Sin embargo, también es importante conocer lo más puro, y qué
movimientos de otras danzas se utilizan a la hora de enseñar, de bailar esti-
los, etc..
Por ello, desde aquí recomiendo conectar con una profesora que os
facilite el proceso de enseñanza.
Con estos movimientos milenarios potenciamos la belleza y la auto-
estima, descubrimos el equilibrio y la coordinación.
Acabo esta sección con la respuesta que argumenté un día al respec-
to del porqué estoy dando clases de danza oriental árabe.
Recuerdo que la primera vez que lo probé, me dije: “Lo que me hace
sentir este baile, me impulsa a aprenderlo, y no sólo para disfrutar de mi
57 DANZANDO - Parte I

feminidad, sino también para enseñarlo a todas las mujeres que quieran dis-
frutar sintiéndolo...”. Y así tengo un montón de mujeres que todos los días
me enseñan cuánta feminidad se oculta en nuestro cuerpo de mujer.
Las mujeres occidentales somos muy inteligentes, estudiamos carre-
ras, queremos la igualdad en nuestras profesiones, trabajamos muy duro. La
mayoría intenta tener un hogar propio, y muchas tienen un montón de roles
que cumplir ante la sociedad, la familia y el personal de metas externas.
Pero la parte tan femenina y sensual de nuestro ser, la parte diverti-
da de disfrute con nuestro cuerpo, está infravalorada. Andamos corriendo de
un lado para otro, rígidas. Con tensión en cuello y hombros, queriendo lle-
var a cabo todo. Perdemos la belleza de sentir, el andar seguro y firme, ondu-
lante y sensual de, por ejemplo, la raza negra: El sentir ligeras tus caderas. Y
esto se consigue con la danza que te facilita una sensación de poder y sen-
sualidad que nos pertenece como mujeres.
En un cumpleaños al que fui a bailar, lo que me gustó no fue sólo
bailar ante gente, sino mucho más: a invitar al público femenino, algunas
alumnas mías, a ver cómo disfrutaban con felicidad, y yo también al verlas y
bailar con ellas.
Estando en una comida con cincuenta personas más, una alumna
que llevaba poco tiempo bailando, entusiasmada al escuchar a un músico que
asistía a la comida, llevaba una darbuka y empezó a tocar. Salió a bailar, mien-
tras la gente no se inmutaba. No se atrevían a disfrutar moviéndose, pero sí
a contemplar cómo disfrutaba mi alumna.
Veo que mi propósito se va cumpliendo, gracias a mis alumnas, que
disfrutan bailando de la manera más femenina, como hace miles de años las
mujeres se reunían para celebrar que eran féminas, y conectar con su propia
divinidad.
Desde aquí, un abrazo muy amoroso a todas las que se han dejado
iniciar por mí y por el reconocimiento de su feminidad; y para todas aque-
llas profesionales y alumnas que lo celebran, también. También para ti, que
estás leyendo, danzarina o no todavía, porque estás buscando y espero que
encuentres en ti lo que necesitas. Todo está en cada una de nosotras: son
caminos o velos, trozos de tu amado ser (como los buscó Isis, diosa egipcia),
que vamos destapando, encontrando, abriendo al conocimiento profundo de
cada una, descubriendo que somos mujeres, diosas por despertar…
Danzando con la Diosa 58

LA ENERGÍA SEXUAL Y DANZAR A LA VIDA

La danza del vientre, más que una forma de exhibicionismo, está


potenciada por la cultura árabe, tiene, en sus raíces mas profundas, una
dimensión realmente terapéutica y originalmente espiritual.
En Occidente, su uso nos facilita el desbloqueo de las tensiones,
emociones y sentimientos reprimidos, que pueden instalarse en nuestra
estructura corporal.
De hecho, cada vez las mujeres, sobre todo las jóvenes, se encuen-
tran atrapadas por entre los condicionamientos de la moda, delgadísimas y
esforzándose por seguir sus patrones de delgadez y obtener, así, el recono-
cimiento de los hombres. Lo cual deriva a que muchas mujeres tengan sus
cuerpos, o sus columnas verticales desviadas y no conozcan el placer de
andar con sus caderas, símbolo de la feminidad.
La mujer que lo practica se aproxima a su propia identidad, liberan-
do su cuerpo, su mente y, sobre todo, sintiendo su sensualidad, que está pre-
sente en su ser, y la cuál es potenciada. Puede descubrir todo su poder.
La danza femenina beneficia a los órganos internos de la mujer, prin-
cipalmente el sistema digestivo y sexual, aumenta la circulación de la sangre,
y por lo tanto da energía en estas zonas. Puede ayudar a disminuir el dolor
en menstruaciones, y reducir la cantidad de sangre emitida. Además puede,
o aplazar la llegada de la menopausia, o aminorar sus trastornos fisiológicos
y psicológicos.
También produce una mayor flexibilidad del útero y suelo pelviano,
lo que facilita tanto el proceso del parto como su recuperación.
En algunas zonas del desierto, las mujeres se reúnen para celebrar la
llegada de la nueva vida, danzando durante horas, mientras acompañan a la
que está a punto de dar a luz. Ésta, cuando siente el momento, se sitúa deba-
jo de una cavidad hecha en la tierra y recibe al nuevo ser que desciende a la
tierra... Luego, dejan la placenta y los restos en el agujero, lo tapan y dan gra-
cias, siguiendo la celebración con tés y dulces.
59 DANZANDO - Parte I

¡Qué bello!, ¿no creéis? !Danzar a la Vida!


Hace miles de años las mujeres celebraban, danzando, que eran
mujeres, que eran elegidas por la Naturaleza para ser mujeres, y era un privi-
legio: Con sus movimientos ayudaban a reducir los dolores del parto, siendo
una medicina preventiva para sus órganos sexuales internos, además de lim-
piar emociones, o transformarlas: Era, y es, un arte y una conexión espiritual
con el universo.
Desde el perineo, parte más baja de nuestro cuerpo, conectamos con
la Madre Tierra y sentimos que estamos vivas, que podemos vivir el presen-
te en plenitud y disfrutar de nuestros cuerpos.
Algunas bailarinas se permiten el gozo de bailar hasta muy entrada
su gestación, y confirman que esto les facilitó su parto y recuperación.
Sí, el tema de dar a luz danzando suena muy lindo, pero desde hace
miles de años las mujeres, sobre todo, en países pobres, dan a luz en postu-
ras activas, como de cuclillas, agarradas a un árbol, sentadas...
La mujer era, y es, la parte activa, y no pasiva, como la mayoría lo ve
en Occidente, donde se da a luz en los hospitales como si fuera una enfer-
medad. Menos mal que, cada vez más, hay lugares alternativos. Además, algu-
nos movimientos de esta danza se utilizan para ejercicio de pre y post parto.
Y cada vez más existen mujeres que optan por tenerlos en sus casas,
como en Holanda donde existe un gran porcentaje de ellas.
Desde aquí, un respeto a la medicina. Mi visión sería más bonita (y
no temerosa) si, al menos, los hospitales fueran, en esta sección de materni-
dad, más agradables, más hogareños…Y no me refiero al personal sanitario,
que los admiro por su labor, sino al lugar y la actitud de ver el nacimiento
como una enfermedad.
Remontándonos al pasado, las sacerdotisas egipcias, devadasis hin-
dúes y Hetarias griegas, ya utilizaban ejercicios para fortalecer sus músculos
pelvianos, sobre todo el “yoni” (la vagina), que les hacía ser diosas por el
poder de producir un gran placer sexual y sentirlo.
Sí amigas, los sacerdotes elegían a mujeres especiales y preparadas
para el placer…
Danzando con la Diosa 60

Algunos ejercicios, que he indagado, los suelo enseñar en mis clases,


como cuento. Hace miles de años no existía el “aeróbic”, ni “body pump”,
pero las bailarinas realizaban ejercicios para potenciar pecho, glúteos y sobre
todo la vagina. Llegaban incluso a colocarse unos discos de arcilla entre los
glúteos mientras realizaban estos ejercicios.
También en el mundo taoísta se colocaban huevos en la vagina, rea-
lizando ejercicios energéticos, pero recomiendo instrucción adecuada para
llevarlos a cabo.
Como vemos, la danza oriental despierta la libido. Muchas sienten
unas sensaciones, como calor, energía, en movimientos sencillos, pero los
más poderosos son, especialmente, los pélvicos, como el volquete por ejem-
plo, que despierta la energía sexual.
Esto se puede potenciar, si utilizamos una técnica como el “tantra”
con respiración y lo que recomiendo, dentro y fuera de clase, es soltar y apre-
tar los músculos vaginales, aprendiendo a separarlos del ano, de la vagina y
del meato urinario, al menos, estos dos últimos.
En clase, a veces, nos decimos piropos, mientras realizamos movi-
mientos de apertura, y enseñamos nuestro cuerpo con orgullo y aceptación,
rompiendo con lo cotidiano y convirtiéndonos en una sola mujer que dis-
fruta de serlo y reconocerlo. Provocando alegría, o incluso vergüenza al prin-
cipio, pero todas aprendemos a valorarnos. En las siguientes clases ya no hay
silencio o vergüenza, sino afirmación y diversión cuando nos sentimos bellas
y hermosas.
Pienso que por ser mujer ya somos bellas, como las flores, sin juicios
ni comparaciones; que somos diosas las mujeres: lo fuimos en el lejano pasa-
do, y seguimos siéndolo, aunque no nos lo digan.
Esta energía sexual es cierta. Varias mujeres me lo han confesado:
disfrutan mucho más con sus parejas, además con la respiración tántrica se
potencia y se estimula el deseo.
Si deseas practicarla, aquí la tienes.
Es así: inspiro por la nariz y expulso por la boca; en la inspiración,
contrae tus músculos vaginales y en la segunda parte, es decir, cuando expul-
sas el aire, suelta los músculos.
61 DANZANDO - Parte I

Puedes practicarla estando sola o en la penetración, incluso puedes


realizarlo a la vez con tu compañero, si lo deseáis.
De hecho, dos hombres me dijeron que estaban muy contentos de
que sus mujeres vinieran a clase, supongo que ya sabéis porqué… Sus chicas
se estaban convirtiendo en sacerdotisas....
Esto, y mucho más, puede ayudarnos a sentirnos mas confiadas con
relación al sexo, y con una mayor posibilidad de disfrute por nuestra inmen-
sa capacidad de energía sexual femenina.
Sí, en el acto sexual, el hombre necesita un tiempo entre erección,
expulsión y, así, otra vez.
Pero nosotras podemos tener orgasmos muy largos, intensos y con-
tinuados. La danza lo facilita de una manera muy especial.
Hablando con algunas amigas profesoras, al acabar las clases o una
actuación comentamos: “¡Ufff, estamos llenas de energía!”. Nos reímos por-
que si en ese momento no tienes pareja; y la risa es por llegar a casa con tal
energía sexual; así que cuando sientas mucha energía, si no la intercambias
con alguien o contigo misma, puedes, o hacer actividades creativas o artísti-
cas, o meditación, o simplemente, dejar tus manos en la tierra y devolvérse-
la. Puedes crear una gran energía en tu ser bailando.
Tal vez por ello, yo relaciono como uno de los motivos por los que
la religión árabe obliga a cortar los clítoris. Sí la mayoría de las mujeres ára-
bes no lo tienen y por ello supongo que pueden tener varias esposas sumi-
sas, sino...
Desde el punto científico, liberamos hormonas, especialmente las
suprarrenales que, por desgracia, activamos mediante excitantes o estimu-
lantes ajenos a nuestro cuerpo, para sentirnos bien y, de manera inocua, dan-
zando estas hormonas circulan por la sangre provocando euforia y pudien-
do aminorar estados depresivos.
A mis alumnas les digo que las endorfinas u hormonas de la felici-
dad, se segregan en nuestro cuerpo, y son las que nos producen estados pla-
centeros. Se pueden percibir, y sería excelente si todos los días pudieras sen-
tirlas, por ejemplo, al bailar, si te hacen un masaje, si tienes actividad sexual,
Danzando con la Diosa 62

si se come chocolate. ¡Pero éste engorda!, así que hay que elegir de los tres
primeros...
Psicológicamente, los sentimientos negativos generados por nuestros
cuerpos afectan a nuestra actividad sexual. Si nos sonreímos a nosotras mis-
mas, disfrutamos con nuestros cuerpos, descubrimos nuestra sexualidad y
erótica de una manera liberadora además de placentera. Esto nos ayudara a
tener una mayor autoestima.
Ahora narraré un caso de una menor con diagnóstico de anorexia.
Enseñándole el movimiento del camello, ésta no tenía abdomen, y
medio en broma, yo la apoyaba: si comes y tienes barriga te saldrá el came-
llo. Ella quería aprenderlo, enseñarlo a sus amigos de clases. Desde su moti-
vación conseguimos que comiera y enseñara lo bien que hacía el camello con
un par de kilos más...
Por el contrario, muchas mujeres me preguntan: “Y si bailo, ¿me
quedaré como tú?”. Es una pena, pero ésa es su preocupación en ese
momento. Si aceptan su cuerpo y luego acuden, y realizan dieta, a lo mejor
adelgazan. Sólo cuando te aceptas, entonces, es más fácil decidir y conseguir
lo que una quiere, descubriendo que no solamente se puede sudar, adelgazar,
estirarte y estilizar tu figura, sino disfrutar en grupo, y especialmente conti-
go misma.
Muchas no se sienten a gusto con su cuerpo, enseñar la barriga les
cohíbe, pero, poco a poco, se liberan de prejuicios, de tapaduras. ¡Con lo
bello que es aceptarse y disfrutar danzando!
Se nos ha negado tanto a las mujeres, que ahora existe, como digo,
una revolución interior. Mucho mas poderosa, porque es personal.
No podemos esperar que la sociedad cambie. Si cambiamos noso-
tras para mejor este cambio y su vibración ayudará a que, poco a poco,
vayamos cambiando la sociedad desde nuestro trabajo personal de disfru-
tar y mejorar nuestra visión como mujeres. Podremos desde nuestra actitud
cambiar el mundo exterior. Por ello digo que es una revolución para tu evo-
lución personal.
63 DANZANDO - Parte I

CONEXIÓN CON LO SUPERIOR

Cuando danzamos, descubrimos el movimiento, activamos nuestro


centro vital. El movimiento es la manifestación de la vida y su principal
característica es el círculo, símbolo de la feminidad.
El círculo y sus variantes: cuartos, espirales, etc. Especialmente los
“ochos” (símbolos de lo sin límite, del universo), nos emparejan, nos asocian
con las olas del mar, con los ciclos lunares, la energía del universo (que así se
desplaza) e incluso nuestro ADN, cuya estructura es una espiral ascendente.
Recordamos que esta danza, y mucho más que otra, enlaza los hemis-
ferios cerebrales, ya que debemos combinar adecuadamente los movimien-
tos rítmicos de las secuencias melódicas con las caderas, con los brazos y las
manos.
Afirmando que actúa no sólo en el ámbito físico y emocional, sino
también añade el misticismo, y genera cambios en nuestros campos vitales al
actuar sobre nuestros “chakras”.
Así pues cuando bailamos danza oriental árabe, las mujeres entramos
en una frecuencia armoniosa con el universo, al mover nuestra energía tal y
como allí se mueve, de manera no rígida o lineal, sino de forma circular
ondulante.
Un ejercicio para armonizarse, podría ser utilizar los dedos y las manos
elevadas hacia arriba, y descender por el cuerpo sin tocarse físicamente, mien-
tras efectuamos algún movimiento ondulante suave con las caderas.
Imagina que con tus dedos atraes lo mas elevado del universo y lo
desciendes para ti, como si quisieras peinar la energía de tu cuerpo.
Visualiza, como hace miles de años, a las mujeres desnudas en pleno
bosque o en la llanura, en el río o en el mar, con la luna como compañera
luminosa iluminando sus redondeces, sintiendo sus pies desnudos en con-
tacto con la Madre Tierra, afirmándose como mujeres de poder, disfrutando
al danzar, comprometiéndose con su grupo, apoyándose entre ellas, y des-
pertando su sensualidad, su energía de creación y su fecundidad.
Es una experiencia, única y profunda, que la Diosa te acompañe.
Danzando con la Diosa 64

Otro ejercicio sería:

Con los ojos cerrados, dejamos las rodillas dobladas, y permitimos


que la pelvis se balancee como un columpio, de derecha a izquierda, para
sentir los pies pegados a la Madre Tierra, y con el balanceo conectar el peri-
neo a ella, de una manera mental. Estando presentes en el momento, y cons-
cientes, disfrutando de tu cuerpo, del presente, de tener el poder de tu exis-
tencia libremente en ti; sentir el balanceo en recuerdo de la luna, del mar, de
los ciclos estacionales, el movimiento de los planetas...
Los brazos abiertos al cielo, recibiendo lo más elevado y superior de
universo, de la Diosa, y trayéndolo a tu corazón; lo transformas en bello
amor y luego lo entregas al exterior, a los demás: ¡cuanto más damos, más
recibimos...!
¡Disfruta de ello! Y abrázate, siente tu amor hacia ti misma, danza
libremente contigo misma.
Acabad, si estáis en grupo, con un círculo amoroso, o un gran abra-
zo grupal.
¡Somos diosas! Celebra que eres mujer danzando con la danza más
femenina que existe.
Para finalizar este apartado comentar que aprendí en el centro de
Osho en la India, un tipo de danza, de la tradición sufí. Se trata de ir dando
vueltas y vueltas sin marearte y puedes entrar en un estado de meditación.
Es utilizado por los derviches, ya lo he nombrado anteriormente al explicar
los orígenes de la danza.
Para mí, que al probarlo por primera vez estuve cuarenta y cinco
minutos sin parar de girar, fue una experiencia casi mística.
Sentí mi centro, mi punto Hara, al ver cómo todo lo que me rodea-
ba estaba borroso. Todo cambia, nada permanece: las personas, las circuns-
tancias, los lugares, pero tu verdadera consciencia, tu ser permanece en el
centro inmóvil poderoso como un pilar de energía conectado con el cielo, la
tierra y lleno de sabiduría. Dejar de ir contracorriente y permitir que todo lle-
gue a ti en armonía. Lagrimas caían de felicidad al ser consciente de mi ser
interno mientras danzaba girando...
65 DANZANDO - Parte I

Este Maestro llamado Osho, creador de múltiples formas de medita-


ción, ha utilizado la danza como medio. Definió para mí uno de los propó-
sitos de la danza en general.
Utilizó la palabra en femenino para su traducción en español:
La danzarina desaparece y sólo la danza se mantiene. Entonces, la
danzarina es la danza, no hay danzarina separada de la danza, no danza sepa-
rada de la danzarina. Esto es la unión mística.
Al danzar no sólo podemos comunicar sentimientos o mensajes de
los dioses como en la antigüedad pero sí podemos mostrar y acariciar con
nuestra alma la parte divina que hay en todas nosotras.
Danzando con la Diosa 66
67 DANZANDO - Parte I

2ª PARTE

LA DIOSA
Danzando con la Diosa 68
69 LA DIOSA - Parte II

COMENTARIOS SOBRE LAS DIOSAS

El término “La Diosa” es un complejo de actitudes, creencias, patro-


nes de comportamientos y, sobre todo es el valor potencial de ser una mujer
libre, consciente de todo su poder, del amor hacia una misma y hacia todo
lo existente, y la capacidad de disfrute de su ser y conexión con lo más ele-
vado, con el universo.
En la área social y humana tiene múltiples caras, roles, que una mujer
puede vivir a lo largo de su ciclo vital. Y, en general, nos agrupa a todas las
mujeres, igualándonos con el poder de lo receptivo y lo fecundo. La energía
cíclica de la naturaleza, de la vida, es la manifestación de la fuerza femenina
en todo su esplendor.
¡La Diosa eres tú y todas las mujeres cuando somos capaces de hacer
lo que deseamos! Ser, libremente, sentir que no estás sola, sino conectada
con el poder de ayudar a los demás, y con el poder de la diosa (es decir, de
cada una de nosotras) podemos crecer y vivir en plenitud, además de vivir
igualmente todas nuestras relaciones humanas.
Con la diosa se abre un abanico de 7 diosas grecorromanas. No sólo
por su inspiración, sino por el simbolismo que este número mágico posee
desde hace milenios: el número de nuestros “chakras”, y cuerpos sutiles,
siete, colores, siete tipos de energía, de caminos, roles, dimensiones o mane-
ras de ver o sentir la vida. Intentando unificar y fusionar simbologías. Tam-
bién nos muestra las vivencias arquetípicas, las que habitan en nuestro
inconsciente femenino.
Por ello, vamos a conocerlas, su autobiografía, cómo potenciarlas, y
algunos ejercicios psicológicos (multidisciplinares), para reconocer y profun-
dizar en cada una de nosotras. Es un descubrimiento de nuestra manera de
ver el mundo y relacionarnos con él. En ese recorrido personal podemos
limpiar, recuperar creencias y valores constructivos.
Además con Danzando con la Diosa, se propone una sección llamada:
“Deberes de casa”, para descubrir por una misma (en situaciones cotidianas),
sensaciones, sentimientos y, sobre todo, una autoconciencia que nos permi-
ta recuperar esa bella cara de la diosa, tal y como se manifiestan las 7 que
además la forman.
Danzando con la Diosa 70

Su mensaje incide en la búsqueda de feminidad, y la ayuda que supo-


ne practicar la danza más femenina que existe. Sentí que lo mental, lo emo-
cional, junto al plano de la acción del cuerpo en movimiento, y la búsqueda
espiritual, pueden combinarse en un solo trabajo personal y/o grupal.
Así nació Danzando con la Diosa.
Voy a presentarlas en este apartado. Vais a conocerlas, aunque ya
residan en nosotras.
Como vamos a ir descubriendo, al conocerlas, podemos descubrir
que, una niña con apenas dos o tres años, ya puede manifestar su personali-
dad y representar a una diosa en particular. Tal vez cuando las vayas cono-
ciendo, te identifiques más con una que con otra.
Hay momentos en la vida, cambios externos o internos, que facilitan
la activación o el despertar de una diosa en concreto. Por ejemplo. Adoles-
cencia con Artemisa o Afrodita. Por los cambios hormonales, mentales o
ambientales que nos acompañan.
Pero todas las mujeres pueden combinar, consciente o inconsciente-
mente, alguna en particular. Normalmente interiorizamos de tres a cinco
Diosas, dependiendo del momento en que transcurre nuestra vida, su fuer-
za y presencia.
En la tercera parte de Danzando con la Diosa, aprenderemos a poten-
ciarlas, o a reducir su fuerza si no están vibrando en una energía elevada o
positiva para nosotras, o en nuestra relación con los demás.
Cuando estudiamos o nos formamos, nos promocionamos en el
ámbito profesional. En este caso entraría Atenea en juego, en acción.
Todas podemos vivir alguna diosa. Las más dolorosas son las tres
más sensibles, o dependientes, proyectándose cuando nos relacionamos
emocionalmente y sufrimos.
También en la búsqueda de la más alquímica, Afrodita, podemos
descubrir que su energía es difícil de controlar. Pero vibra en lo más elevado
o positivo de su fuerza, en su manera de sentir el momento presente. Es la
que se despierta con “la danza del vientre”, debemos intentar refinarla para
que nos enseñe la plenitud de ser mujeres, de disfrutar nuestros cuerpos
dormidos, nuestra sensibilidad de encontrar lo bello de cada instante. Sin
olvidar el centramiento necesario de Hestia, para que seamos sabias dentro
de nuestro cuerpo de mujer.
71 LA DIOSA - Parte II

TIPOS DE DIOSAS

Las tres primeras diosas, Artemisa, Atenea y Hestia, son diosas


orientadas hacia sí mismas. Las agruparíamos como “Mentales”: proyectan
sus motivaciones al éxito exterior, exceptuando a Hestia, que busca en el
interior, hacia y para ella, pero con su intención puesta en el exterior, sin
afectar éste.
Sus conciencias son materiales. Son castas en su naturaleza. No nece-
sitan a los hombres, no los persiguen, no centran su vida en las relaciones para
sentirse plenas. Son autosuficientes e independientes. Sus diferencias serían:
• Artemisa se separa de los hombres o compite con ellos.
• Atenea se alía a ellos para ser iguales.
• Hestia se aleja para evitar el sufrimiento emocional.
Es difícil ser una diosa pura. Tampoco es necesario si no lo sientes.
El celibato es opcional, y no tiene porqué ocurrir, pero sí su manera o nece-
sidad de relación.
Estas diosas pueden reflejar, si coinciden con personalidades o com-
portamientos, modos de enfocar la vida personal. En diferentes mujeres o
momentos de sus vidas, pueden ser rasgos de personalidad que les acompa-
ñen siempre, o sólo durante un tiempo, o en una área de tu vida. Nada es
fijo. Todo fluye. Puedes sentir una u otra o, incluso, varias a la vez.
Conocerlas es conocernos mejor a nosotras mismas. Todas están en
nuestro interior, y podemos ser cualquiera de ellas en un momento determi-
nado de nuestra vida, e incluso saber qué diosa necesitamos reproducir en
cada situación, a nivel profesional, o en nuestras relaciones personales... Cons-
cientes de su única cara disfrutemos de todas ellas. En una sola, LA DIOSA.
INTELECTO O MENTALES
Las llamo orientadas a sí mismas.
Tienen una conciencia material y personal. Proyectan hacia fuera.
Extrovertidas y orientadas a la acción, excepto Hestia, que sería una
introvertida orientada a la “no-acción”, con el fin de evitar el sufri-
miento, aunque centrada en sí misma.
Danzando con la Diosa 72

DE RELACIÓN
• Hera, Demeter y Persefone. Serían “las orientadas a la
relación”, en vez de hacia sí mismas. Todas tienen un
momento de energía feliz, crisis y vuelta a empezar. Cícli-
co. Según su ciclo serían:
• Hera, enamorada, luego, podría ser celosa y llena de ira
hasta que vuelve a empezar su ciclo, su dependencia. Su
frase sería: “sin el otro no soy yo.”
• Demeter, madre amorosa, sufriría la pérdida del ser queri-
do, y depresión, o miedo de ser abandonada, dependencia.
Su frase sería: “no soy útil al otro”.
• Persefone, inocente doncella, con posibilidad de depre-
sión o gran dependencia de cualquier tipo: fue violada,
hundida en su propio infierno. Su transformación sería
resurgir sabia, y con el poder de ayudar a otros que tam-
bién hayan sufrido como ella. En su dependencia, su frase
sería: “no sé qué hacer, dependo de alguien o algo para
sentirme bien”.

Estas diosas sensibles tienen, como he dicho, etapas de conocimien-


to y evolución, felicidad crisis y transformación.
¡Como los ciclos!: descubrimos que, si vivimos parte de alguno de
ellos, todo es cíclico, y que después del invierno (o la crisis) viene la prima-
vera; aprendemos a estar centradas para equilibrar los desniveles que se pro-
ducen cuando nos enfocamos hacia otro u otras personas.
No poseemos ni tenemos poder sobre nadie. El aceptar a los demás
y mantener unos objetivos sólo personales, facilitará que no nos engañen
como a Hera, no nos reduzcan a no sentir valor o, incluso, no nos violen o
humillen como a Persefone.
Aunque aquí se refiere al hecho de dejar de manera inconsciente que
el sufrimiento por otros (o de nosotras mismas) lo vivamos en las experien-
cias de interrelaciones con otros seres humanos. Es decir, por el hecho de
que otros nos hagan daño, al asumir éstos el papel activo y nosotras el pasi-
73 LA DIOSA - Parte II

vo parecemos las víctimas. Sin embargo, en relación con otros, ambas partes
pueden tener esa necesidad inconsciente de vivir esa experiencia comparti-
da, cada uno en su papel, ya activo o pasivo.
Muchas tenemos que vivir situaciones dolorosas para aprender, y
proyectamos esto hacia los otros, y aunque ellos tomen la acción, puede ser
la única manera útil de que aprendamos a ser mejores, a descubrir que, des-
pués de la crisis, somos diosas.
En una clasificación de personalidad, Hera sería también extrover-
tida, como Demeter, y Persefone, en su fase primera, la inocente, sería
introvertida.
A estas ultimas diosas las hemos denominado “orientadas a la rela-
ción”, pues tienden a una dependencia emocional.
Al ser sentimentales y sensibles, tienen una conciencia emocional.
Además, sería difusa por los sentimientos, ya que más que proyectar como
las tres primeras, lo hacen al exterior. En definitiva, buscan dar y recibir.
Recordar que si las vivimos, podemos intentar sentirlas en un estado
muy centrado y positivo sin caer en sus crisis. Y si ocurriera, recordar que
después del invierno llega la primavera…Todo es cíclico y temporal.
Por último, hablaremos de Afrodita, más detalladamente al final.
Esta diosa está orientada hacía la búsqueda del placer en el momento pre-
sente, como hacia a sí misma.
Afrodita tiene la alquimia de las seis diosas anteriores. Es sensible,
creativa, libre e independiente, evitando el dolor en su estado de vibración
mas alto. Una combinación entre la mente y las emociones, viviendo en la
consciencia del presente inmediato.
Representa una conciencia presente y del placer, que proyecta y reci-
be. Tendría una visión holista o integral del ser y lo que le rodea.
Por ello es la diosa que más se realza cuando las mujeres estamos
danzando .Y la que nos puede ayudar en el proceso de alquimia para alcan-
zar un estado mas elevado, una visión de la vida más alegre y más conscien-
te del eterno presente en el que vivimos.
Danzando con la Diosa 74

ESQUEMA DE LAS DIOSAS SEGÚN EL ENEAGRAMA

Algunas diosas tienen la posibilidad de ser más un número que otro,


si las clasificamos según el Eneagrama. Tenemos a las independientes Arte-
misa o Atenea, a la confusa o transformada en guía de otros. Persefone
(según su momento o estado energético) y la tranquila y pacífica Hestia.
Así, podemos descubrir alguna cualidad de cada diosa cuando está
descentrada o no evolucionada o densa en su energía y, por el contrario
cuando está centrada, disfruta de su naturaleza, de su evolución.
Todas las caras de la gran diosa, en estas siete diosas, contienen la
manifestación de cómo son algunas personalidades humanas, o como son
los comportamientos y actitudes que mostramos en nuestra existencia como
mujeres.
Todas podemos alcanzar la energía más elevada, más sublime, cuan-
do estamos centradas, para así conectar con la diosa que llevamos dentro.

DIOSA NUMERO DESCENTRADA EVOLUCIONADA

HERA 1 IRA/ ENFADO SERENIDAD


Huye del enfado
DEMETER 2 DEPENDIENTE VERDAD
DE LOS DEMÁS LIBERTAD
Huye de sus necesidades
PERSEFONE 6/4 TEMOR / MELANCOLÍA SEGURIDAD
Huye de la duda ECUANIMIDAD
ATENEA 3/7 PLANIFICADORA AUTENTICIDAD
Huye del fracaso
ARTEMISA 7/3 EFICAZ SOBRIEDAD
Huye del dolor
HESTIA 5/8 AHORRO/ REPRESALIA DESAPEGO
Huye del vacío y la ternura SANA VERDAD
AFRODITA 9 INDOLENCIA FLUIDEZ
Huye del esfuerzo o conflicto AMOROSA
75 LA DIOSA - Parte II

He creado esta clasificación para poder ver, de una manera objetiva y


rápida, los rasgos fundamentales de cada una, recordando que podemos
manifestar a veces, dependiendo de nuestro centramiento o descentramiento,
un número o cualidad distinta al de cada diosa, dependiendo del momento.
El tipo de ego o manifestación de energía es como la cualidad,
dependiendo del grado en que ésta se puede manifestar, tanto denso y des-
centrado, como sutil, centrado y armonioso.
A nivel físico y energético con relación a los chakras o centros de
energía:

DIOSA CHAKRA CUERPO ENERGÍA

AFRODITA 1 TODO PERINEO SEXUAL


Y ALQUÍMICA
ARTEMISA 3 EXTREMIDADES INFERIORES* INICIO
PLEXO SOLAR IMPULSO
ATENEA 5 CUELLO, CABEZA RACIONAL
HESTIA 7 COLUMNA, CORONILLA CENTRADA
SABIA
HERA 2 PELVIS Y ÓRGANOS SEXUALES APERTURA
EXTREMIDADES SUPERIORES* COMPARTIDA
DEMETER 4 PECHOS, CORAZÓN NUTRIDORA
AMOROSA
PERSEFONE 6 GLÁNDULAS SUPERIORES INTUITIVA
CADERAS PODEROSA

* En esta nueva clasificación, recordad que tanto Hera como Demeter activarían las extre-
midades superiores; en el caso de Artemisa y Atenea, las extremidades inferiores.

Además, la base física de Afrodita sería el perineo, pero su experien-


cia más sublime, en sentirla en todo nuestro ser, y a nivel sexual como un
orgasmo sentido en todo el cuerpo, de manera total.
Con relación a Hestia, su base física se situaría en la coronilla. Parti-
ría del perineo, recorriendo nuestra columna, hasta llegar a nuestra coronilla.
Al llegar ahí, seríamos más conscientes de nuestro poder femenino, de nues-
tra energía, al llegar ahí seria haber conseguido sublimar la energía desde el
perineo hasta la coronilla.
Danzando con la Diosa 76

La energía de Afrodita, llegaría hasta su estado más alto. Ése es su


propósito, según los orientales, la iluminación, se conseguiría con ejercicios
taoístas y de tantra. A nivel mental sería una conciencia superior y ampliada;
a nivel emocional podría ser un estado anímico equilibrado ante las dualida-
des del exterior.
Sí, una diosa, una Afrodita feliz en su existencia, y disfrutando de cada
instante, viviendo el presente y sintiendo la conexión con todo lo existente.
En referencia a nuestra condición de mujer, disfrutad de serlo, y
potenciad vuestras cualidades femeninas, nuestra feminidad, sentid la ener-
gía sexual femenina, que tanto poder tiene, si sois conscientes y os relacio-
náis amorosamente con todo lo que os rodea.
Si nos centramos en nuestro interior, podemos existir desde nues-
tro Ser, donde dicen que reside el espíritu, entonces libres y conscientes,
actuaremos en armonía con nuestro espíritu… Elevemos la energía de las
diosas para potenciar sus virtudes y para sentir que somos realmente Dio-
sas en este mundo.

En este dibujo, que recuerda a un mándala, vemos el triangulo supe-


rior, que es el externo a las mentales e individualistas.
77 LA DIOSA - Parte II

También podemos poner a Hestia en el ángulo superior, como la ele-


vación del ser cuando se retira de la acción externa, en búsqueda de sabidu-
ría interna.
En el triangulo inferior e interno, apuntando hacia la tierra, están las
diosas emocionales, proyectando su energía no hacia lo material sino a los
sentimientos, a las relaciones humanas. Sin embargo, veremos que no es fácil
equilibrar esta energía que manifiestan, pues se basa en las relaciones con los
otros…
Afrodita, símbolo de la energía sexual, como “kundalini”, despierta,
la pasión y la sensibilidad de una mujer, como alquimia. Es la diosa que más
se despierta, se manifiesta con la danza del vientre, y es el punto medio entre
lo emocional y lo mental. Puede transmutar su energía hasta ser desde una
energía densa, con la etiqueta de prostituta, hasta elevarse por encima y con-
vertirse en una danzarina sacerdotisa, una mujer que vive por el amor y para
el amor en cada momento del presente.

Ésta es una segunda visión personal, desde el punto vista físico y


energético, de las diosas.
Danzando con la Diosa 78

Recordamos que la energía de Afrodita se despierta en el perineo,


siendo la sexual y vital. Activando esta zona se despierta su energía, que
puede ir subiendo hasta la fontanela, despertando nuestra conexión con lo
más elevado.
Esta manera de clasificar las diosas, en una visión del cuerpo de la
mujer, es la que utilizo para los movimientos de cada diosa en el último apar-
tado, danzando con la diosa.
Como se muestra, las diosas emocionales tienen muy activadas las
zonas más femeninas de las mujeres. Los pechos, como Dementer, los ova-
rios, en Hera, y con Persefone (con dos zonas), activamos las caderas. Todo
ello estimula a la vez, nuestras glándulas superiores que, inversamente, acti-
van nuestras hormonas. Tanto a la hora de tener leche en nuestros pechos,
como para el funcionamiento de nuestro sistema hormonal femenino.
Como creo en la conexión, “cuerpo, mente y espíritu”, y su relación
entre emociones, sentimientos, ideas y el estado completo de calma y paz del
ser, siento que hay una relación entre todo ello.
Además, están clasificadas por “chakras”: según la visión oriental
vemos que los chakras 2, 4 y 6, de alguna manera, están conectados. Son
números pares, y son los más emocionales y sensibles para una mujer en el
ámbito físico. Estas partes del cuerpo lo son también, y son las que demues-
tran nuestra sexualidad.
El odio, la rabia y el miedo, la dependencia patológica, son emocio-
nes que pueden residir no sólo en nuestro ser sino también en nuestro cuer-
po, sobre todo si alguien nos ha engañado, violado, humillado. Si no hemos
sido conscientes de nuestras emociones negativas y no hemos intentado
transformarlas, puede quedar una energía densa y dolorosa, que no nos per-
mita avanzar, crecer y ser mujeres plenas, alegres y amorosas.
En el segundo triángulo, el de lo mental, los números de los chackras
son: 3, 5, y 7; el séptimo, se refiere más al eje, a la columna, como camino.
Aunque su dirección sea la coronilla, preferimos usar el sentido del camino
de la columna.
Así, el impulso vital de Artemisa, lo mental y la expresión verbal de
Atenea, y el recorrido de Hestia, hacia la parte más superior del cuerpo, la
conexión espiritual.
79 LA DIOSA - Parte II

Es ahí cuando la energía vital, Afrodita, puede sublimar hasta llegar


a la fontanela, o séptimo chakra, y así como todos los buscadores espiritua-
les llaman a la iluminación, “el nirvana”, para mí sería un recorrido con Hes-
tia, símbolo de la soledad, mejor dicho del silencio, donde es mas fácil llegar
a estados elevados.
Siendo una Afrodita con energía refinada, una sacerdotisa del amor
elevado.
Creo que venimos a vivir estas siete diosas, de una manera u otra. La
energía divina de la diosa es Afrodita, elevada en un estado de alquimia. Y
todas las demás van en este recorrido. Podemos apreciar que la transforma-
ción de una energía densa y sexual puede llegar a ser sublime y espiritual,
viviendo en un estado amoroso, centrado en ti misma y abierta hacia los
demás.
Bailando y siendo desde nuestro Ser.
La energía vital, divina, que recorre nuestro cuerpo, dependiendo en
qué parte de nuestro ser se manifieste, puede hacer que la expresemos
viviéndola en alguna área de nuestra existencia. Y, por ello, que se manifies-
te en nuestras experiencias personales y, a la vez, relacionales con el exterior
y los demás.
En ese recorrido de despertar a la diosa, de llegar a lo más refinado
de nuestro ser, será más fácil si reconocemos que somos mujeres, sintiendo
nuestra sensibilidad femenina, estando centradas y abiertas, dejando que la
energía fluya, con conciencia, amándonos, y amando el instante, viviendo en
plenitud. No importa el matiz de nuestra existencia, sino aceptar que todo
fluye, que sólo un recorrido por todas las diosas puede permitir un recono-
cimiento de nuestro poder, de nuestra feminidad, de nuestra divinidad…

ANEXO ORISSAS DESDE BRASIL:

Como ya he comentado, se está fusionando movimientos de Brasil


en la danza del vientre, y por ello me sumergí en su cultura, descubriendo las
Orissas. Éstas son representaciones y conexiones entre los dioses y los seres
humanos. En su origen africano, existen dos Orissas muy especiales con
energía femenina: una es Oxum y la otra es Yemanja.
Danzando con la Diosa 80

Éstas pueden manifestarse cuando las sacerdotisas o fieles danzan en


círculo con tambores y entrando en un estado de trance pueden introducir-
se en sus cuerpos. Estas sesiones se llaman Candomble.
Puede asistir a una celebración donde la música en directo, la calor,
el baile y comprobar sus fuerzas entre la magia de la danza y la creencia de
los participantes y seguidores.
Conocí a varios sacerdotes que me introdujeron en la adivinación
por conchas de mar, símbolo tan femenino, llamados allí, “Buxios”. Por ello
voy a hablar de las dos más famosas, ya que en toda mujer se manifiesta una
o, a veces, las dos en ella misma. Además, veremos que cuando se baila, tam-
bién puedes manifestar una de ellas en tus movimientos, en tu personalidad
en tu manera de reaccionar en la vida.
OXUM rige los ríos y manantiales, su símbolo es el poder, la acción.
Sería una manifestación yang de la energía femenina. Es simbolizada como
una reina vestida de color amarillo, aunque es la protectora de las mujeres en
relación a su fecundidad y creatividad.
En relación a las diosas grecorromanas, su enlace sería las indepen-
dientes: Artemisa, Atenea y Hestia.
YEMANJA, reina de los mares, es dulce y generosa pero celosa y
posesiva a veces. Se simboliza con ropa de color azul y es la más venerada
en Brasil.
En relación a nuestras diosas occidentales: con Demeter, Hera y Per-
sefone.
Su presencia armoniosa en nosotras, una Afrodita refinada y vibran-
te en energía propia.
En conexión con la danza oriental árabe, que también tiene su ori-
gen en África, sabemos que podemos clasificarla:
• En movimientos solares: aquellos que son muy marcados,
como acentos, vibraciones y shimmy variados. Que se acer-
carían a la energía de Oxum, regida por el sol y su color es el
amarillo, símbolo de poder; y
• En movimientos lunares: serían los ondulantes y redondos,
los más suaves y femeninos. Que podríamos asignar a
81 LA DIOSA - Parte II

Yemanja, diosa del mar, y regida por la Luna. Su color es el


azul del mar.
En un pequeño pueblo, al que fui a dar una conferencia para muje-
res, leí este poema expuesto en un tablón. No citaba el nombre del autor/a,
pero a mí me encantó.

SOMOS DIOSAS LAS MUJERES

Somos fuego las mujeres


y queremos dar toda nuestra pasión al mundo exterior.
Somos agua las mujeres
y podemos llorar y humedecernos.
Somos tierra las mujeres
y queremos ser tocadas y acariciadas.
Somos aire las mujeres
inspiradoras de sueños y deseamos realizar
nuestros sueños.
Somos diosas las mujeres.
Danzando con la Diosa 82

ARTEMISA (Diana para los romanos)


Soy cazadora, entusiasta
83 LA DIOSA - Parte II

CONSIGO MIS METAS


Características Fiel a sí misma, consigue sus metas
Energía El impulso la concentración, la voluntad, indepen-
dencia, libertad
Relación Separación de los hombres, competir con ellos
Signos Aries, Sagitario, Acuario
Planeta Marte
Animales El Ciervo, sobre todo la Osa
Chakra El tercero, llamado: Manipura
Diosa De la caza y la luna
Rol La hermana mayor
Cuerpo Pies, pantorrillas, plexo solar
Eneagrama 7, a veces un 3

AUTOBIOGRAFÍA
Soy hija de Zeus y Latona, y hermana de Apolo.
A los tres años mi padre me prometió concederme lo que quisiera.
Yo le pedí un arco y flechas para cazar, la compañía de ninfas, la soberanía
de la naturaleza salvaje y el privilegio de elegir por mí misma.
Soy feliz porque hago lo que deseo. Me encanta correr libremente
con corta falda, cantando a la luna, sintiendo ser completa en mí misma, y
en comunión con la naturaleza salvaje.
Con mi arco apunto, me concentro y consigo lo que quiero. Soy
cazadora y con gran voluntad obtengo mis metas.
También lucho contra las injusticias, auxilio a los que piden mi ayuda
y, sobre todo, me enfrento en contra de los que quieren someter a otros.
Sí, ayudé a mi madre en su parto, para que naciera mi hermano. He
sido invocada como diosa que alivia el dolor de mujeres que daban a luz.
También salvé a Latona y a Aretusa de ser violadas.
Soy implacable con quien me ofende, como fue Acteón, que en vez
de manifestar su amor hacia mí, se atrevió a violar mi intimidad para verme
desnuda cuando me bañaba. Y ofendida lo convertí en ciervo, y mis perros
lo alcanzaron.
Danzando con la Diosa 84

El único hombre al que amé, fue víctima de mi competitividad: mi


hermano Apolo, celoso de mi amor hacia Orión, me retó y, sin querer apun-
té hacia Orión; muerto éste lo llevé junto a las estrellas, y le di uno de mis
canes,Sirio, para que le acompañara en los cielos.
Me encanta estar rodeada de ninfas-compañeras. Mantengo intacta
mi pureza como mujer, separada de ellos y de la civilización. Soy una ama-
zona libre, y eso significa que soy fiel a mí misma.

DESCUBRIENDO A LA MUJER ARTEMISA, CON LA ENERGÍA


MÁS ELEVADA
Libre e independiente. Honesta. Defensora. Apoya los derechos de la
mujer. Ayuda a otras mujeres necesitadas. Le encanta viajar, descubrir cosas
nuevas, desconocidas. Valora muchísimo la amistad, sobre todo la femenina.
Sabe cuidarse a sí misma. Sabe concentrarse intensamente en sus
propósitos personales, sociales y profesionales.
Su energía representa la eterna adolescencia, la rebeldía y búsqueda
de la autosuficiencia femenina.
La mujer Artemisa, en vibración densa, no está desarrollada plena-
mente. Y pudiendo provocar dificultades de cualquier índole, psicológicas,
emocionales y personales, en su manifestación ante el mundo y hacia sí
misma.
Es dura y radical. No siente el sufrimiento de los demás. Fría. No
demuestra sentimientos afectuosos con nadie. Desprecia a los seres que la
aman. Cuando los ve débiles ya ha perdido el interés en ellos, por ejemplo
en sus relaciones sentimentales.
Centrarse sólo en sí misma puede provocar que no se cuide ni valo-
re el tener una familia o una relación emocional duradera, pues sus metas son
lo más importante.
Se enfada, o despliega ira destructiva cuando la atacan o no valoran
sus deseos, sus creencias u objetivos.
Es fría y oscura como la luna. No demuestra afecto. Y suele “apare-
cer y desaparecer”, como un animal en el bosque, cuando ya no le interesa
algo o alguien.
Juzga a las personas por sus acciones.
85 LA DIOSA - Parte II

Para pulir esta energía, y convertirla en más elevada y brillante,


puede:
• Ser más humana, despertar más humildad
• Saber perdonar a otros
• Despertar la suavidad y la sensibilidad
• Despertar el dulce juego de la seducción

ALUMNA ARTEMISA
Tenemos su energía cuando queremos estar en primera fila, o cuan-
do nos ponemos nerviosas porque no nos sale un movimiento; pero cuan-
do nos concentramos en él para conseguirlo entonces Artemisa aparece para
ayudarnos. También cuando competimos en clase para ser mejores, o que
destaquemos en el grupo. Además, si no nos gusta algo en el funcionamien-
to de la clase se lo decimos claramente a la profesora. E incluso queremos
competir con la profesora.

BAILARINA ARTEMISA
Cuando sales a bailar sin coreografía, e improvisas, cuando te acele-
ras, y vas más de prisa de lo que deberías ir bailando, también está presente
esta energía o diosa. Cuando realizas percusión o muchos pasos en tu baile,
despiertas su energía. Incluso cuando realizas saltos o giros rápidos, es decir
cuando bailas a un ritmo muy rápido. Cuando te mueves y andas por el lugar,
o sala, y demuestras tu agilidad danzando.

PROFESORA ARTEMISA
Le gusta realizar distintas actividades en clase, practica el calentamien-
to fuerte, y también le gusta mucho la percusión y enseñar pasos rápidos. Pasa
de un movimiento a otro, porque prefiere enseñar de una manera variada, es
decir, hacer una clase entretenida, buscando utilizar bastantes canciones.
Sudas mucho en sus clases, es energética, divertida. Realmente haces
ejercicio en sus clases; te trata como una igual, y disfruta danzando con sus
alumnas.
Con energía alterada, puede exigir mucha rapidez y no considerar a
las lentas o sensibles alumnas de sus clases. Sólo prefiere a las que compiten
o se esfuerzan mucho.
Danzando con la Diosa 86

ATENEA (Minerva para los romanos)


87 LA DIOSA - Parte II

TOMO DECISIONES Y TRIUNFO


Características Toma de decisión y triunfo
Energía La decisión, la sabiduría lógica, el intelecto sobre el
instinto, pensamiento racional
Relación Disfruta de estar con los hombres, de sentirse una
más entre ellos, como colega
Signos Virgo o Géminis, a veces Acuario
Planeta Mercurio
Animales El caballo domesticado, el búho
Chakra 5 Vishuda
Diosa De la guerra, sabiduría y de la artesanía
Rol La hija del padre, la colega en el trabajo
Cuerpo El cuello, la cabeza, el rostro
Eneagrama 3ó7

AUTOBIOGRAFÍA
Nací de la cabeza de mi padre Zeus, totalmente desarrollada. Mi ves-
tuario es una coraza de oro, una lanza en la mano, y mi casco reluciente.
Soy diosa de la guerra y gran estratega. A mí vienen y acuden los
héroes a solicitarme consejo. En tiempo de paz me invocan los artesanos.
Soy la mano derecha de mi padre y no reconozco a mi madre, Metis, la cual,
embarazada de mí, fue tragada por mi padre Zeus. Así salí, de mi padre,
desde su cabeza.
Perseo me pidió ayuda una vez y consiguió, por mi consejo, derrotar
a Medusa, mujer monstruosa que tenía serpientes por cabellos, y convertía,
con su mirada, al hombre en piedra. También ayudé al héroe Jasón y a los
argonautas a construir su nave. E incluso al gran Hércules, que acudió a
pedir mi ayuda. Protegí a Aquiles en la guerra de Troya, y a Ulises en su vuel-
ta al hogar.
Estoy a favor del patriarcado, el mundo de los hombres; vivo feliz en
la ciudad, en la sociedad, y sitúo los valores masculinos como éxito seguro.
Convertí a la tejedora Aracne en araña, por haberse atrevido a hacer
público, mediante sus hilados de seducciones y violaciones, que mi padre el
gran Zeus, había realizado.
Danzando con la Diosa 88

LA MUJER ATENEA, DESARROLLADA PLENAMENTE


Disfruta de estar entre hombres. Exitosa en lo profesional, o de rela-
ciones con hombres exitosos. Le encanta estudiar, promocionarse en la
sociedad, y triunfa en sus fructíferas decisiones.
Es lógica y racional cuando lo necesita. Le gusta estar en la sociedad,
ser ejecutiva, tener altos cargos, ayudar como secretaria u orientadora a
hombres influyentes.
Sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. La educación es lo más
importante. Se considera objetiva, impersonal y capacitada. Es práctica,
puede ser una buena maestra. Suele dar la impresión de ser una supermujer,
haciéndose cargo de la casa y de su profesión con eficacia.
Para ella, el matrimonio es un beneficio común. Busca el éxito y el
reconocimiento social.
Adora a su padre y, seguramente, lo admira. Sin embargo, a veces,
hace de madre con su madre, si ésta es débil o está confusa, aunque muchas
Ateneas no aceptan que su madre sea débil o no tengan su formación o nivel
educativo, tan importante para ella. Dirige a sus hijos hacia el éxito. Desea
que sean brillantes y reconocidos socialmente.
La mujer Atenea sin evolucionar puede tener estos rasgos :
1. Ser demasiado invulnerable; al llevar una coraza, no le afecta nada,
y, por ello, se aparta de lo emocional. Vive sólo en su cabeza, sin
corazón, y puede intimidar suprimiendo la espontaneidad o creati-
vidad de los demás.
2. Es muy crítica y puede parecer ante los demás insensible.
3. Astuta; puede usar tácticas oscuras para conseguir sus propósitos.
Muy materialista. A veces, sus acciones son más deliberadas que
impulsivas, como Artemisa.
Necesita desarrollar:
• Dejar un poco el lado externo materialista del mundo.
• Ser más espontánea, despertar el sentir.
• Descubrir la madre y valorarla; ser madre ayudando a otros, y
conocer las cualidades del matriarcado.
• Buscar soledad y/o realizar actividades manuales.
89 LA DIOSA - Parte II

ALUMNA ATENEA
Somos Atenea cuando preguntamos y queremos entender lógica-
mente los movimientos, cuando seguimos la técnica a pie de letra. También
cuando, deseando tanto bailar, formamos un grupo de mujeres para que,
conseguido el grupo, aparezca la profesora que deseamos y con el propósi-
to de bailar. O cuando tenemos el valor de salir al escenario junto a Artemi-
sa la cazadora.
También, cuando aprendemos más oyendo la explicación que sin-
tiendo el movimiento.

BAILARINA ATENEA
Cuando bailas con una coreografía bien aprendida, y lo que prefieres
es una buena demostración de la técnica antes que un transmitir, que un sen-
tir, valorando más tu mente que tu sentimiento. También cuando lo realizas
bien, y sabes estar ajustada al ritmo de la música.
Además, si sacas hombres a bailar contigo, no porque lo sientas,
sino porque crees que es comercial, que puedes conseguir algo material, o
sabes que es eso lo que le gusta a los hombres, más que buscar el sentir y
transmitir.

PROFESORA ATENEA
Prefiere la técnica a realizar coreografías. Explica minuciosamente el
movimiento. Habla mucho en sus clases; tiene un vasto conocimiento de la
danza y su cultura.
Sin embargo, puede crear y explicar una buena coreografía llena de
técnica.
Es exigente en sus clases. Prefiere a las que lo entienden a la prime-
ra, y se siente triunfadora cuando sus alumnas entienden sus explicaciones.
Le gusta estar en primera fila, porque guía y enseña a sus alumnas.
Puede que se separe bastante del grupo y le cueste hablar sobre su
intimidad. Cuando se acaba la clase, y cuando empieza, no se abre a sus
alumnas. Se distingue y se siente superior. Puede tener bastante ego y creer
que es superior por su conocimiento.
Danzando con la Diosa 90

HESTIA
91 LA DIOSA - Parte II

MI SABIDURÍA INTERIOR

Características Estar centrada en una misma


Energía Integridad, paciencia, el conocimiento profundo
Relación Aislada de hombres, se aparta de las relaciones
Signos Capricornio o Virgo
Planeta Saturno
Animales No tiene. Su símbolo: el fuego del hogar.
Los testamentos
Chakra El primero, el de los mil pétalos. Sahasrana
Diosa Del hogar
Rol La anciana, la tía soltera
Cuerpo El eje, la columna vertebral. Fontanela, como dirección
Eneagrama 8ó5

AUTOBIOGRAFÍA
Me disgusta bastante hablar de mí misma. Y la verdad es que tengo
poco que contaros. Me atrae la sencillez, y cubrirme con un velo, pues pre-
fiero pasar desapercibida y dedicarme a mis asuntos: cuidar de mi hogar y
de todos los mortales.
Antiguamente en Grecia, cuando se realizaba un matrimonio, la
madre de la novia llevaba fuego de su hogar a la nueva casa de su hija, para
invitarme a entrar en ella. Y así, la armonía reinaría en el nuevo hogar.
En Roma me llamaba “Vesta” y tenía “vírgenes vestales” que cuida-
ban del fuego en los templos creados para mí, con la intención de que cui-
dara a la ciudad.
Yo soy la que mantengo vivo el fuego del espíritu que anima y da
calor al alma de todos los seres vivos. Soy una mujer serena, tranquila, y, por
eso mismo no me gusta figurar en las recepciones del Olimpo, ni participar
en las guerras o líos amorosos. Por ello, elegí la castidad eterna, aunque
Apolo y Poseidón intentaran cortejarme.
Vivo en mi templo y permanezco virgen, consagrada a las obras del
espíritu. Pero estoy presente en cada casa, en el corazón de cada una de voso-
tras, en medio del profundo silencio, cuando sentís que todas y todos los
seres estamos unidos por un vínculo espiritual común.
Danzando con la Diosa 92

Cuando estás centrada en ti misma, mi energía aparece en ti. Si en el


silencio de la noche me invocas, te inspiraré sabios consejos. Es tu parte más
profunda, tu sabiduría interior, tu lucero interno que, sólo en silencio (cuan-
do estás relajada), ilumina tu ser......

LA MUJER HESTIA DESARROLLADA


Es tranquila y de carácter fácil. Crea, con su presencia, una atmósfe-
ra de calor y de paz.
Es sencilla en sus gustos y aspiraciones y valora la vida espiritual.
Puede ser una mujer retirada en un convento o asrham. Pero también una
mujer que ha elegido la soledad. Es culta, introspectiva y sabe escuchar, por
lo que resulta buena consejera.
Su casa es su santuario, un lugar lleno de paz que cuida como un
tesoro. Una ama de casa para la que lo más importante es la limpieza, el
orden, el estar a gusto en un tranquillo lugar.
Si es esposa puede parecer dependiente porque vive a gusto el papel
tradicional, pero es autónoma en su interior. No necesita un hombre para
sentirse emocionalmente realizada.
Como madre, si lo es, atiende a sus hijos con amor y tolerancia, pero
obediente a las normas. No tiene grandes ambiciones para ellos, como haría
una Atenea, por lo que les permite ser ellos mismos.
Sus cualidades son:
El mantenimiento de su propio centro, más allá del caos cotidiano.
• El sentir la conexión con el vacío para enriquecerte, el desapego de
la búsqueda del exterior, dejar a un lado el impulso o la estrategia,
el alejamiento de los hombres, dando más sentido a sus quehaceres
cotidianos o a la práctica de la meditación.
• Una hestia no desarrollada podría tener esta visión de ella y el
mundo. Puede correr el peligro de aislarse del mundo y querer ser
autosuficiente en soledad. Ausencia de sociabilidad.
Necesidades a desarrollar:
• Salir de su mundo interno.
• Buscar retos.
• Aprender a relacionarse con los demás.
93 LA DIOSA - Parte II

Sin embargo, todas necesitamos momentos Hestia: meditación, ora-


ción, el silencio o la soledad elegida o aceptada, que también podemos cul-
tivar cuando realizamos quehaceres domésticos.
También cuando estamos confusas podemos buscar, en silencio,
nuestro conocimiento o ante mareas emocionales, volver a encontrar nues-
tro centro, nuestra unidad. Hestia puede ayudarnos a liberarnos de la acción
y del sufrimiento.

ALUMNA HESTIA
Cuando bailamos en silencio, cuando nos dejamos llevar con un
movimiento y desconectamos del resto de la clase, de nuestras preocupacio-
nes cotidianas y nos lanzamos a un vacío lleno de bienestar. También, cuan-
do no preguntamos ante nuestras dudas, o no nos interesa conocer más per-
sonas o mujeres en clase. Y cuando nos acercamos a la danza sin propósito
definido, o por lo contrario, danzamos con fin de desarrollo espiritual.

BAILARINA HESTIA
Si bailas sola, o con los ojos cerrados. Si utilizas la danza como esta-
do meditativo, o cuando bailas con velas en las manos, o en la cabeza, y tu
intención es llevar la energía del baile a otra dimensión más elevada que el
disfrute o la diversión.

PROFESORA HESTIA
Una profesora es Hestia, cuando intuye lo que necesitan sus alum-
nas, y trasmite un estado de paz y bienestar, aunque no diga mucho. Le gusta
acabar o iniciar sus clases con respiraciones, o durante su trabajo como ins-
tructora, muestra mucha importancia a la respiración. Así, le gusta introdu-
cir alguna técnica oriental o espiritual en sus clases con el propósito de des-
pertar la espiritualidad en sus alumnas. También está atenta y valora la
importancia de la posición de la columna vertebral.
Prefiere mantener un grupo armonioso, y no se considera alguien
superior sino como un instrumento para sus alumnas. Con una energía
densa, una profesora Hestia no hablaría apenas en sus clases, y, a veces, pare-
cería que está sola. No presta atención a sus alumnas, sólo a sí misma, a su
desarrollo personal.
Danzando con la Diosa 94

DEMETER (llamada también CERES)


95 LA DIOSA - Parte II

SOY FÉRTIL

Características Receptiva, la madre que todo lo da


Energía Nutridora, fértil
Relación La madre, la que se preocupa por todos
Signos Cáncer, Leo
Planeta La Luna
Animales La vaca. Como planta sería el cereal. El trigo maduro
Chakra El 4. Anahata
Diosa De las cosechas
Rol La madre
Cuerpo Los pechos, el corazón y, por ser madre, el útero
Eneagrama 2, a veces el 4

AUTOBIOGRAFÍA
Cuidar de la naturaleza era la tarea para la cual yo, hija de Cronos y
Rea, estaba dotada. Ésa era la labor que me encomendó Zeus. Semilla que
tomo en mis manos se convierte en fruto. Yo fui la que inventó el trigo para
que la humanidad no muriera de hambre.
Zeus se enamoró de mí, pues decía que era tan apetitosa y sensual
como los frutos que creaba. Tuvimos una hija, la dulce y bella Persefone y, a
partir de entonces, me convertí en madre por encima de todo.
Cuando mi hija fue raptada por Hades, dios de los submundos, para
hacerla su mujer, mi dolor fue tan hondo que dejé abandonada la naturale-
za. Vagué por el mundo entero sin comer y sin dormir, para buscarla.
La Tierra se convirtió en un lugar seco, estéril, y Zeus, preocupado
por ello, me rogó que volviera a mi tarea. Contesté que no lo haría hasta que
me devolvieran a mi hija. Zeus, entonces, habló con Hades, quien aceptó
dejarla libre de su reino del submundo. Sin embargo, para mi desgracia, mi
hija había comido algunos granos de granada en el submundo y, por ello,
como marcaba la ley, debería estar, al menos, seis meses con él, y seis meses
libre, junto a mí en la Tierra.
Danzando con la Diosa 96

Cuando llega la primavera mi hija vuelve, y mi alegría es tan gran-


de que todo germina y madura. En otoño, cuando regresa con Hades, mi
pena es tal, que el viento gime y arranca las hojas de los árboles, que mue-
ren por mis lágrimas de tristeza, al volver a sentirme sola y sin mi hija, por
la cual vivo.

La mujer Demeter

Anhela ser madre. Tiene un gran instinto maternal, ya sea mediante


el embarazo a nivel físico o con el suministro de alimento a los demás. De
manera física y emocional, y dando apoyo psicológica a otros.
Ella encuentra satisfacción en dar y cuidar. Es cálida, generosa,
altruista, receptiva y femenina.
Como esposa: atrae a los hombres que sienten afinidad por mujeres
maternales.
Su amor responde a la necesidad que tienen algunos hombres de ella,
al representar las cualidades de una madre-esposa.
Como madre: lo es por definición. Les cuida y alimenta, les protege,
a veces en exceso, y le cuesta separarse de sus hijos cuando crecen.

Cualidades positivas o elevadas de Demeter


• El don de darse; y hacer que las cosas crezcan y se desarrollen.
• La entrega al otro como manera de definir su existencia.
• El apoyo incondicional a otro ser.
• Pensar primero en las necesidades de los demás más que en las
suyas propias.

Cualidades dificultosas
• El excesivo apego, su dependencia hacia quienes le rodean.
• Posible síntoma de “nido vacío” cuando los hijos salen del hogar y
no se siente útil.
• La obsesión por alimentar, por estar pendiente de los suyos.
• Es una madre extrema, y lo manifiesta cuando sólo se preocupa por
los suyos y no se permite momentos de soledad, o placer, por sí
97 LA DIOSA - Parte II

sola y para sí misma. Su placer reside en ver a sus hijos felices. Aun-
que para ello tenga que ser una sombra, sin reconocer sus necesi-
dades, o se sienta obligada a dejar sus metas por sus hijos.

ALUMNA DEMETER

Cuando bailamos en grupo, en círculo o media luna, cuando nos pre-


ocupamos por una compañera y utilizamos nuestro tiempo para ayudarla,
explicándole el movimiento que toda la clase parece ya saber…
O cuando hablamos de nuestros hijos. Minoritariamente, van a clase
con sus hijas o con sus sobrinas…

BAILARINA DEMETER

Aparece su energía cuando deseas ser vista por seres queridos, o bai-
lar ante personas que conoces y aprecias, cuando ofrece a los espectadores
lo que desean, cuando se entrega a ellos con amor y dulzura. Y realmente
baila para el público.
También le gusta bailar en grupo con más bailarinas, y ser una más.
Incluso puede dejar que otras brillen más que ella, por sentimiento protec-
tor y no querer destacar.

PROFESORA DEMETER

Es una madre para sus alumnas. Tiene seguidoras allí a donde va. Se
preocupa por todas. Incluso, es capaz de abandonar un rato su grupo, mien-
tras intenta ayudar a una alumna que no se coja al ritmo del resto de la clase.
Es muy feliz cuando ve el progreso de sus alumnas, y las llama “sus
chicas” o “sus niñas”.
También puede ser demasiado protectora y no dejar que avancen en
su aprendizaje para que sigan con ella.
Sufre demasiado cuando se rompe algún grupo e intenta siempre
mantenerlo unido.
Danzando con la Diosa 98

HERA (“Juno” para los romanos)


99 LA DIOSA - Parte II

ME COMPROMETO EN UNA RELACIÓN


Características Leal a su compromiso sentimental
Energía Voluntad para el compromiso
Relación La compañera en una relación sentimental
Signos Capricornio, Virgo, Libra, Leo
Planeta Luna, Saturno. En astrología, la Casa 7. El sol
en esta casa
Animales Pavo real. Como flor, serian el lirio.
Chakra El 2. Swadhishatana
Diosa Del matrimonio
Rol Esposa, compañera emocional
Cuerpo El abdomen. Ovarios
Eneagrama 1ó2

AUTOBIOGRAFÍA
Cronos y Rea son mis padres. Por lo tanto yo soy, a la vez, hermana
y esposa del gran Zeus. Las musas me enseñaron sus saberes en las artes
como la ciencia, historia, poesía... En las Estaciones, enseño cuando sembrar
y cuando recoger; de hecho los mortales celebraban tres ritos: uno en pri-
mavera cuando era doncella, otro en verano, celebrando la plenitud de mi
boda, y el último rito, en otoño, cuando estaba sola, sin Zeus.
También otorgaba protección a las esposas virtuosas.
Mi tía Memoria, me dio el valor de los recuerdos, y mi tía Prudencia,
el sentido de la oportunidad.
A Zeus le gusté desde el primer momento. Me sedujo, convertido en
pajarito. Vino a mí mostrándose muerto de frió. Le di mi amor en mi pecho,
con mis manos, para que encontrara calor y amor. Entonces se convirtió en
su apariencia real. Intento forzarme, pero le dije que primero, si me deseaba,
nos casaríamos.
Tuvimos maravillosas vivencias hasta después de la luna de miel, que
dicen que duró más de trescientos años humanos. Sin embargo, cuando
acabó, teníamos grandes disputas por sus numerosas infidelidades.
Me sentía humillada y me vengué de todas sus amantes. Mi cólera
contra Engina, a la que solté un gran dragón, el que destruyó a parte de la
Danzando con la Diosa 100

población de la isla donde ella residía. También convertí a una humana en


una osa, por su romance con mi esposo. Grecia me dio el título de diosa del
matrimonio, por mi defensa del vínculo que une al hombre con la mujer ante
dioses y hombres.

La mujer Hera
Su principal aspiración es casarse. Se siente incompleta sin una pare-
ja. Incluso, a veces, teniendo pareja, anhela el prestigio, el respeto social que
puede conllevar el matrimonio y su reconocimiento.
El sentido del deber está por encima del placer, y es intransigente
con quienes rompen los compromisos, ya sean verbales o sentimentales,
sobre todo estos últimos.
Como esposa es una compañera fiel que exige la misma lealtad.
Como madre, cariñosa pero exigente.

Cualidades Potenciales
• Voluntad
• Capacidad para el compromiso
• Es leal y fiel, y sabe atravesar las dificultades de la pareja
• Su marido es lo primero
• De niña puede jugar mucho a papá y mamá, o soñar con su boda,
al envejecer son las peores viudas, su ilusión es llegar juntos a las
bodas de oro.
Cualidades por desarrollar
• Erotismo
• Capacidad de transformación en vez de seguir todo al pie de la letra
• Aunque el matrimonio puede aportar mucho a una mujer y es enri-
quecedor, a nivel personal, le facilitará su desarrollo el tener otras
inspiraciones o metas personales.
Cualidades dificultosas o dolorosas
• Vengativa y celosa
• La rabia y el dolor de una mujer con la energía de Hera cuando des-
cubre infidelidades
101 LA DIOSA - Parte II

• Su deseo de combatir con las mujeres en vez de aclararlo con su


esposo o compañero
• Puede criticar a las mujeres que eligen ser libres o están sin pareja
• Representa a aquellas mujeres que siguen esperando a que sus pare-
jas vuelvan cuando las han dejado, y no son capaces de ver la reali-
dad cuando la relación ha acabado.

ALUMNA HERA
Cuando nos encanta bailar en pares, es decir en pareja, cuando nos
gusta compartir con alguna compañera nuestras experiencias, cuando nos
miramos despertando complicidad, más allá del grupo y la profesora. Tam-
bién cuando disfrutamos de bailar ante nuestro compañero/a.
Cuando nos apuntamos a una clase con una amiga.

BAILARINA HERA
Hera aparece cuando o te gusta bailar con alguna compañera en
público y disfrutas en la sincronización de movimientos a pares cuando
danzas.
O también cuando, actuando, sacas a alguna mujer a bailar contigo,
cuando compartes con el público y te relacionas con él. Pero desde una
visión de compartir, no de interés.

PROFESORA HERA
La profesora Hera saca el tema de los hombres en clase, valora los
compromisos sentimentales. También ve la danza como una herramienta
para mantener una relación de pareja. O, incluso, ella conversa sobre su rela-
ción personal de pareja. Son temas de conversación para ella.
A nivel de enseñanza, le atrae, trabajar mucho en pares, es decir en
pareja. Sobre todo lo que más le atrae es su gusto por los movimientos sin-
cronizados. También disfruta bailando con alguna alumna, mientras enseña
movimientos o pasos, si no hay pares en el grupo de clase.
Sin embargo, cuando se enfada, saca su ira, y, con energía densa y
oscura, puede hablar mal de mujeres que podrían competir con ella en algu-
na materia.
Danzando con la Diosa 102

PERSEFONE o Proserpina
103 LA DIOSA - Parte II

SOY INTUITIVA Y SOÑADORA

Características La receptiva. Se deja llevar por los demás


Energía Introversión, intuición
Relación La eterna adolescente
Signos Piscis
Planeta Neptuno, Plutón. Su sol en la casa Ocho
de su carta astral
Animales Más que animal. Se le asocia con la granada,
el maíz y el narciso
Chakra 6. Ajna
Diosa De los misterios y del submundo
Rol La hija de la madre, la adolescencia confusa
y la dependencia
Cuerpo La pelvis y las glándulas pineal e hiposifis
Eneagrama 6

AUTOBIOGRAFÍA
De pequeña me llamaban Kore, “la joven doncella”. Fui el centro de
los misterios eleusinos, la religión de los griegos, que existió mucho antes del
Cristianismo. En estos rituales se experimentaba la renovación de la vida tras
la muerte en secretos ritos.
Mi madre, Demeter, me cuidaba, me protegía, me amaba, sobre
todas las cosas. A mi padre Zeus le preocupaba mi infantilismo y mi ino-
cencia. Me pasaba el día soñando y recogiendo flores, hasta que Hades me
vio, se enamoró de mí y me raptó, llevándome al infierno, para hacerme su
esposa.
Este matrimonio forzado me despertó del sueño inocente en que
estaba sumida.
Aprendí mucho en los infiernos, al verme raptada. Y una vez supe-
rada mi situación, me convertí en sabia. Así pude ayudar a Ulises, como guía
en el mundo subterráneo, cuando lo visitó. También ayudé a Psique cuando
descendió en su misión de recuperar a su amado. E incluso al gran Heracles
(Hércules) en su último doceavo trabajo.
Danzando con la Diosa 104

Luché con Afrodita por el amor del bello Adonis, al que ambas amá-
bamos, y Zeus permitió esta decisión: 1/3 del año lo pasaría conmigo, otro
tercio con Afrodita, y el último tercio a su libre albedrío.
Como ya sabéis, conseguí volver a la Tierra para pasar parte del año
ayudando a mi madre, llenando de vida la tierra en primavera, y de expan-
sión y fruto en verano. Cuando regresé a los brazos de mi adorada madre, ya
era una mujer sabia. Me había convertido de inocente adolescente en sabia
diosa. Ocurrió gracias a que Zeus mandó a Hermes por mí, pero mi error
consistió en comer granos de granada, actuación que me obligó a estar sola-
mente medio año en el mundo exterior.

Mujer Persefone

Tiene dos aspectos: uno como “doncella” y otro como “sabia”.


La primera es soñadora, sensible e influyente. Busca ser protegida o
rescatada, pues vive en un mundo de sueños de romanticismo, como una
adolescente que no sabe, que no se decide, y que sueña con un príncipe azul
que la rescate de sus indecisiones o de su mundo.
Es muy sumisa y dependiente de su madre. Cuando se hace adulta,
tal vez viva situaciones depresivas, de dependencia, o incluso psicóticas. El
viajar al submundo puede simbolizar el caer en el pozo de una depresión,
una dependencia destructiva. Es el ejemplo de las drogas. Puede ser símbo-
lo de la bajada al submundo.
En el segundo aspecto, cuando ya has superado una crisis, cuando ya
te has levantado, sería la que guía a otras personas. Ya habiendo salido a la
superficie a la tierra, puede a lo mejor desear el colaborar para apoyar a otros
que estén todavía en el pozo, en el submundo.
Es capaz, desde las profundidades de su alma, ofrecer la habilidad de
compartir toda su sabiduría, despertando la empatía para comprender y ayu-
dar a los demás.
En el amor puede encontrarlo en jóvenes como ella, o en hombres
con fuerte carácter. Y ella, dice “hagamos lo que quieras”. O en hombres
maduros, y ella seguirá representando el papel que más le gusta: el de una
niña inocente.
105 LA DIOSA - Parte II

Como madre, puede que siga asumiendo el papel de inocente, y, aun-


que dependiente, valorará a sus hijos para que no sean como ella. Tal vez les
impulse a la creatividad y a la búsqueda interior.

Cualidades potenciales
• Su entrega
• Su inocencia; sin embargo, puede ser demasiado maleable y arras-
trarse hacia el submundo
• Situaciones de dependencia

Desarrollar
• Su valentía
• Hacer cosas por sí misma y romper los vínculos que la empobrecen

ALUMNA PERSEFONE

Cuando nos hemos perdido en seguir el hilo durante una clase en


nuestros sueños primaverales o enamoradizos. También asumimos su
energía cuando alguna compañera se apiada de nosotras, y dejamos que ella
nos enseñe.
Aparece, asimismo, en algún momento de aprendizaje de algún paso
difícil, cuando no nos sale el movimiento y negándome a mí misma, y digo:
“Es imposible, no me saldrá nunca...” Aunque si seguimos adelante, lo
aprendemos, y seremos capaces de enseñarlo luego a otras, con amor y com-
pasión, siendo una Persefone renacida.

BAILARINA PERSEFONE

Cuando tienes miedo ante el escenario y no miras al público. Tam-


bién puede aparecer cuando, bailando, se te cae o desabrocha alguna parte
de tu vestuario. Además, cuando te bloqueas y no reaccionas, o cuando no
recuerdas la coreografía que querías bailar. Cuando en una actuación se equi-
vocan de canción y no sabes decidir sobre qué hacer ante una situación lími-
te, etc. Pero si sigues hacia delante en pruebas tan duras, como que puedas
Danzando con la Diosa 106

sentir vergüenza o que no sean las cosas como tú deseabas en un espectácu-


lo, puedes triunfar y te puedes llevar una buena experiencia ante las situacio-
nes imprevisibles de los escenarios que, de alguna manera, también suceden
cosas igualmente imprevisibles en la vida cotidiana…

PROFESORA PERSEFONE

A ella le cuesta mucho aprender, así que valora mucho el progreso en


el esfuerzo, y siente el dolor o impotencia cuando a sus alumnas no apren-
den como lo desea. Sufre por la impotencia de sus alumnas.
No le gusta la técnica, prefiere improvisar sus clases y darles un
toque artístico e innovador, dependiendo el contenido de su metodología de
su estado de ánimo.
Tal vez se inició en la danza por algún conflicto, abandono o pro-
blema personal, y ahora enseña desde su corazón sanado.
Recuerda lo que le cuesta aprender a bailar, y se pone en el lugar de
sus alumnas.
Es una sabia por sus experiencias personales, y sabe apoyar a sus
alumnas cuando la necesitan como un ejemplo a imitar.
Sin embargo, si está en una vibración densa, puede tener dependen-
cias, o no cumplir en su trabajo; se le olvidan las cosas, las clases, no está en
el momento presente, no se le ve feliz bailando o en clase.
107 LA DIOSA - Parte II

AFRODITA (Venus para los romanos)


Danzando con la Diosa 108

DISFRUTO MI SEXUALIDAD

Características Saber vivir el presente, aprovechar como nadie lo


mejor de cada momento. Sabe ser sensual y creativa
Energía Amor, pasión
Relación La amante. La mujer que no se compromete
en un futuro
Signos Tauro, Libra
Planeta Venus
Animales Palomas, los cisnes. Como símbolo la miel y la rosa
como flor
Chakra El 1. Muladara
Diosa Del amor, del placer y la belleza
Rol La amante, la prima liberal, la doncella deseosa
Cuerpo Todo él. Despertando armonía y erótica, seducción
Eneagrama 9

AUTOBIOGRAFÍA
Hay dos versiones de mi nacimiento; una de Zeus y de la ninfa del
mar Dione, aunque prefiero decir que nací entre las espumas de las olas en
el mediterráneo del esperma derramado por mi padre, Urano, el cual habita
en el universo, tras su castración por Cronos.
Cuando los dioses me vieron aparecer, habiendo nacido adulta como
Atenea, todos me proclamaron “la más bella”.
De día vivo en el Olimpo rodeada de lujos, de noche salgo para sedu-
cir y enamorar. Me gusta enseñar mis artes amorosas a los mortales, como
hice con la deportista Atalanta o La bella Galatea.
También para inspirar amor, deseo y pasión.
Fui inmortalizada en el retrato que Boticcelli, el cual me dibujó apa-
reciendo en una concha, flotando en el mar y dirigiéndome hacia la costa,
hacia el mundo.
Aunque me casé con el feo Hefestos por razones de estado, no le fui
fiel.
109 LA DIOSA - Parte II

Tuve múltiples y numerosas aventuras además de varios hijos por


ellas:
Con Ares, dios de la guerra y con Hermes, el mensajero de los dio-
ses. Con el primero nacieron mis hijos Harmonía, Deimos y Fobos. Con el
segundo nació mi hijo Hermafrodito.
También tuve a mi hijo Eros, llamado el dios del amor o más cono-
cido por los mortales por Cupido que lanza flechas enamorándolos en la
tierra.
Protejo a los amantes porque defiendo las razones del corazón.
Pero también inspiro pasiones prohibidas y amores que acaban en
tragedia.
No admito rivales, soy única porque yo soy todas.
Y quien ponga esto en duda que se atenga a las consecuencias. Pues
valorarme y compararme con otras para decidir cuál es la más bella, cuando
yo lo soy. Y por ello fue lo que ocurrió en el juicio de Paris y por lo cual se
desencadenó la guerra de Troya.

La mujer Afrodita

De niña desea sentirse bella. Se maquilla pronto, y le apetece mucho


vestirse de mujer, disfruta de la sensación de poder y atracción que ejerce en
los hombres maduros con sus comportamientos tan seductores.
No planifica el éxito en su trabajo sino la diversión del momento y
la creatividad.
Sus relaciones con los hombres son complicadas, porque no busca
una relación con un proyecto de tiempo, de permanencia, sino de vivir inten-
samente la relación.
Es atractiva, seductora y encantadora. Goza siendo el centro de aten-
ción. Tiene algo de actriz, pues representa bien todos los papeles.
Vive para el amor, porque no se siente completa si no está con otro
ser, o se enamora a cada instante, no sólo de hombres, sino de proyectos, de
una puesta de sol, de un objeto nuevo...
Todo lo que haga será porque le fascine o se lo dicte el corazón.
Danzando con la Diosa 110

La estética, el arte, la música, la danza forman parte de su vida.


Es creativa, odia la monotonía.
Si lo desea, no tiene rival en el amor ni en los negocios.
Es una buena amante: sabe cómo proporcionar placer mutuo.
Le entusiasma el “ travieso” juego de conquistar y ser conquistada.
Quiere compartirlo todo con su pareja, si tiene una.
Y como madre se deja querer. Sabe desarrollar las capacidades de sus
hijos y los hace sentir “especiales”.

Cualidades potenciales de esta diosa del amor

Vivir en el presente y ver la belleza en cada momento.

Necesita desarrollar para elevar la energía de Afrodita


• Los ideales, más allá del placer inmediato.
• Guardar una distancia emocional para ver las cosas como son, la
realidad sin guiarse por atracciones irracionales.

Afrodita

Esta diosa es el símbolo de la sexualidad, de cómo ser sensual y des-


pertar nuestra erótica: La danza del vientre es una manera de despertar y
potenciar esta energía sexual. Con esta diosa se desarrolla la alquimia de
nuestras emociones.
Cuando dos personas se enamoran aparece la magia de Afrodita.
Cuando nos lanzamos a proyectos creativos también está ella presente en
nuestro deseo de crear y disfrutar con nuestras ideas.
Seamos conscientes de todo su poder sin dejarnos arrastrar a rela-
ciones en serie, a la promiscuidad, si con este comportamiento sentimos o
tenemos dificultades personales. Es decir, Afrodita nos pone un velo para
considerar las consecuencias secundarias del impulso amoroso. Éste nos
puede afectar en nuestro desarrollo y crecimiento personal de vivir plena y
conscientemente como Afroditas sabias.
111 LA DIOSA - Parte II

ALUMNA AFRODITA
Cuando bailas en estilo libre en la clase y dejas expresar toda tu
energía danzando, cuando disfrutas danzando y te sientes feliz en clase,
cuando despiertas la energía sexual en clase y la sientes, Afrodita está apa-
reciendo en ti.

BAILARINA AFRODITA

Cuando haces a otros sentir y transmitir, cuando exaltas la erótica y


la seducción en tus movimientos, sin perder la inocencia, pues si la traspasas
puedes llegar a ser demasiado sexual y provocadora, dejando el impulso
denso de su presencia.

PROFESORA AFRODITA

Va vestida muy sexy y suele ir pintada a clase, como si fuera a actuar.


Cambia de vestuario muy a menudo. Le gusta hablar bastante de su
apariencia física, y es un modelo de seducción y feminidad.
Es capaz de despertar mucha sensualidad y despertarla a sus alumnas.
Se ríe mucho. Y también puede que se mire demasiado en el espejo.
En su lado positivo, seduce a sus alumnas para que descubran su
divinidad femenina y consigue grandes cambios en ellas.
Le gusta bailar sola y que la admiren sus alumnas.
Sin embargo, si no controla la energía, puede no resultar una buena
profesora siendo sólo bailarina. Se centra en su propio placer.
No enseña mucho por miedo a que la ganen, y no le gusta que sus
alumnas sean más jóvenes o más bellas que ella.
Puede ser un poco pasota y bailar sólo lo que le gusta.
Puede querer iniciar muchos proyectos, no acabando nada.
Con la energía más elevada, consigue que sus alumnas se sientan dio-
sas, se sientan mujeres plenas, y disfruten tanto en sus clases, que estén espe-
rando a que llegue la próxima clase para disfrutar juntas.
Emana amor y felicidad para sus alumnas.
Danzando con la Diosa 112
3ª PARTE

DANZANDO CON LA DIOSA


Danzando con la diosa 114
115 Danzando con la diosa - Parte

REFLEXIÓN SOBRE LOS TALLERES

DANZANDO CON LA DIOSA es una manera de potenciar y des-


cubrir a la Diosa que habita en nosotras, con la ayuda de las diosas desde la
mitología greco-romana, con sus distintas caras, sus distintos caminos, aña-
diendo la ayuda de ejercicios multidisciplinares psicológicos. He elegido ejer-
cicios psicológicos cognitivos, humanistas, e incluso alguno conductista,
pero con un toque de todas las ciencias alternativas, que han ayudado a la
humanidad. Desde el uso del Tarot, los Mándalas, las Runas, la Astrología,
los Chakras, rituales de distintas culturas, etc... Que, además, han sido utili-
zados (y lo son todavía) por miles de mujeres en busca de conocimiento.
Sabiendo que el cuerpo es la expresión de nuestro Ser, y la danza un
arte, el más sublime sería la danza del vientre, como danza femenina por
excelencia. Descubrimos que podemos exaltar movimientos específicos para
cada cara de la diosa, hasta llegar a su expresión libre y total, como un éxta-
sis a la llegada de Afrodita, la diosa del placer y del amor.
Sí, del amor hacia nosotras y todo lo que nos rodea, celebrando que
estamos vivas, que sentimos la alegría que se desprende de nuestro movi-
miento para nuestro disfrute y para aquellos que puedan contemplar a una
Afrodita refinada en conexión con el Universo.
Nuestro cuerpo es muy sabio: expresa o manifiesta nuestro Ser,
habla por sí solo. Cuando hay tensión o dificultad en moverlo o expresarlo,
puede haber un conflicto o nudo emocional, una creencia limitadora o un
pensamiento rígido, o una creencia dañina. Por ello en los talleres, con cada
Diosa vamos liberando, a través del cuerpo, la mente y el espíritu. Existe una
gran belleza y amor en cada participante, y es maravilloso ver un grupo de
mujeres bellas, amorosas y libres, siendo conscientes de su búsqueda y de su
despertar hacia su propio poder.
Con cada diosa vamos liberándonos de un velo de ignorancia o de
no darnos cuenta, vamos destapando siete velos, hasta ver realmente a nues-
tro Ser en alegría total con la existencia.
Como los siete velos, algunas danzarinas, se liberaban de sus limita-
ciones o capas energéticas, para que el Dios Ra las fecundase, o llegar al éxta-
sis. Como los siete velos de la famosa Salomé. Pues como si fuera el arte de
Danzando con la diosa 116

la alquimia, convertir el plomo hasta el oro reluciente, sí, el de nuestra ver-


dadera realidad como mujeres.
Que todos somos seres maravillosos, que venimos para aprender a
sentir y a compartir con todos los seres vivos.
En cada zona del cuerpo existe una energía y, a la vez, cada parte físi-
ca representa (como hemos visto) una cara distinta de la Diosa.
Con las caderas movilizamos y aumentamos la energía, además de
darle una dirección.
Utilizando la percusión conectamos con la energía de la Tierra, des-
pertando seguridad y fortaleza.
Con la pelvis y el perineo en movimiento consciente podemos des-
bloquearnos, aumentando nuestras posibilidades creativas.
Podríamos recordar que en nuestro vientre está la posibilidad de des-
pertar y elevar nuestra energía vital. Sería una manera consciente y liberado-
ra de usar nuestro cuerpo danzando.
También en nuestro tórax se abre la liberación mediante la respira-
ción y con el corazón nos abrimos hacia los sentimientos.
Finalmente, en ejercicios de vibración conscientes podemos hacer un
trabajo energético para elevar la energía del primer chakra (o muladhara)
hacia los demás centros energéticos, el despertar y elevar la “kundalini” que
es como la denominan en Oriente al hablar de nuestra energía más vital.
El recorrido por esos siete velos, de esas siete diosas, lo podríamos
definir también como un despertar consciente de nuestros siete centros vita-
les. Sería un reconocimiento de nuestra poderosa energía femenina y, ante el
mundo, ser una verdadera mujer, con todas nuestras potencialidades feme-
ninas conscientes, recordando lo bello que es ser mujer y sentir la feminidad
en cada instante de nuestra existencia.
Pues cuanto más nos conocemos, más podemos despertar nuestra
sensibilidad hacia nosotras y hacia la vida. Podremos vivir en el Olimpo, o
en el cielo, o en la Tierra.
La sociedad, la cultura, las religiones, los condicionamientos apren-
didos por nuestras familias, han evitado, tapado (reduciendo o incluso pro-
hibiendo) ese despertar y auto-reconocimiento de que somos diosas.
117 Danzando con la diosa - Parte

Necesitamos nuestra feminidad exaltada más refinada, nuestro poder


en el cuerpo, en nuestra mente y en nuestro espíritu. Sentir nuestro centra-
miento y nuestra energía circular, cíclica, o de espiral. Ésta es la misma que
existe en la Naturaleza, en la madre Tierra y, por supuesto, en el Universo,
del cual somos parte, esto es una experiencia divina.
Intentamos vivir esta experiencia en los talleres que hacemos, en
grupo, en comunidad, en plena naturaleza, con los elementos, como hace
miles de años vivían las mujeres sabias, despiertas: ¡es único! Además, bioló-
gicamente, estamos adaptadas a vivir en comunidad.
Este despertar en grupo es mucho más rico y profundo, si crecemos
en grupo y creamos amistades, vínculos...
El grupo es el apoyo y la potencialidad de cada una, teniendo nues-
tro grupo como referencia. Por ello, el fruto es más rico si lo realizamos de
manera grupal, aunque exista momentos de silencio o soledad para enrique-
cernos también.
Aquí desarrollo algunos ejercicios para cada diosa, aunque no son los
únicos, cada grupo es distinto, pero es una base para poder trabajar.
Puedes también hacerlo sola, como un cuaderno de autoconoci-
miento. De hecho hay muchos ejercicios o deberes para casa que son indivi-
duales. Mi intención es que ya somos sabias, que nuestro cuerpo ya conoce
la danza. Todo esto es sólo un despertar, una iniciación para que tú, por ti
misma, recuerdes quien ya eres, una verdadera diosa.
Al final de cada diosa hay un apartado en blanco para tu “diario de
diosa” donde puedes escribir tus experiencias en los ejercicios y en tus debe-
res de casa, de cada diosa en cuestión. Esto te ayudará, tal vez en algún
momento cuando lo necesites, recordando tus reflexiones personales, de
hecho lo bonito es tu reflexión personal. Como digo, mi propósito es iniciar,
despertar todo tu poder, aunque sólo tú eres tu propia sabia, tu propio cami-
no, tu liberación. Sólo tú puedes sentirte diosa de verdad, si haces tus debe-
res y los valoras para tu propia reflexión personal.
En los talleres nos encanta contarnos nuestras experiencias con la
diosa ya trabajada. Si te decidieras a realizarlo sola, eres bienvenida para
enviarme tus resultados, y si quieres compartir con otras, ya sabes, ven al
encuentro de la diosa con nosotras, que los realizamos en fines de semana
en la naturaleza.
Danzando con la diosa 118

Recuerda, puedes trabajar una diosa por día, por semana, por mes.
Esto sería lo más poderoso, teniéndola en cuenta cada día de un ciclo lunar,
sólo una, si la necesitas en ese momento. Aunque lo mejor es conocerlas a
todas y luego conectar con la que más necesites en un momento determina-
do, o transformar una de ellas en su vibración más alta...
Si te apetece hacerlo en grupo, realizo varios al año: mi dirección está
al final del libro, o si tienes alguna duda, también. Me encantaría saber cuán-
tas diosas se están despertando…
Algún ejercicio es bastante poderoso, pues puede removernos como
un cóctel.
Confía en que si nos mantenemos fluidas y abiertas, podemos per-
mitir que cualquier cosa, experiencia, sea buena o mala, según nuestra visión.
Saber recibirla y saber no sólo asimilarla, sino aprender que somos canales
por donde pasa energía, lo mejor es fluir, estar abiertas para que pase todo,
sea la experiencia del tipo que sea. Evitemos oprimirnos o bloquearnos, tan
solo fluir. Fluye como una danzarina con la música, a veces te gusta más una
canción que otra, sigue danzando con alegría.
Recuerda que todo es temporal, que todo lo que sube, luego baja,
que la energía es cíclica o en espiral, lo más importante es no perder nuestro
centro, nuestro centramiento, nuestro eje, nuestro mástil. Así podemos ele-
varnos y contemplar la isla buscada, el tesoro de nuestro ser…
Permite reconocerte cuando estés en la cresta de la ola en plena ale-
gría, cuando estés en la baja ola, en emociones densas; recuerda encontrar tu
punto medio y tu centro.
Para mantener el centramiento usando el cuerpo puedes realizar ejer-
cicios del primer apartado en búsqueda de tu conexión.
Con tal objetivo puedes realizar una postura de enraizamiento a la tie-
rra, con tu eje o columna vertebral centrada y tus pies en la tierra, separados
a la altura de tus hombros. Imagina como si pudieran salir raíces de tus pies.
Conecta tu parte inferior, el perineo, a la madre tierra, y tu coronilla
al cielo, y permanece en el centro en silencio, respirando. Si te apetece, pue-
des mover brazos y pelvis suavemente, acompañada de música suave. Danza
con el cielo y la tierra, busca tu centro entre los dos puntos conectados, y
siente que eres una diosa.
119 Danzando con la diosa - Parte

En momentos turbulentos, busca un poco de soledad, de estado


meditativo, es decir, sin dejar que los pensamientos te disturben. Vuelve a tu
punto medio en estado meditativo para no perder tu poder, tu centro de
diosa.

TALLER DANZANDO CON LA DIOSA VERANO 2003

Mi propósito es ayudar a las mujeres. Nadie nos enseña cómo ser


mujeres, y tampoco ésa es mi intención. Tú, con tu sabiduría de diosa, des-
cubres poco a poco cómo eres, pero si tienes técnicas para conocerte mejor,
de mejorar o potenciar aquello que deseas o para transformar algo que hay
en ti, será más fácil. Espero que mi trabajo te ayude.
Deseo que disfrutes de tu existencia, ya que no nos enseñan a dis-
frutarla, y cada vez reímos menos, somos menos ligeras, más pesadas y car-
gadas. Dejemos atrás todo el peso innecesario y dancemos libres por el
mundo. Estando ligeras, como hacían las Gawazi, gitanas libres, danzando a
la vida, por las calles y para los demás, como las flores se abren con natura-
lidad, hacia los demás...........
Danzando con la diosa 120

¡SOMOS DIOSAS LAS MUJERES!


CELEBRO QUE SOY MUJER DANZANDO.
DANZANDO CELEBRO QUE ESTOY VIVA.
¡QUE LA GRAN DIOSA TE ACOMPAÑE EN TU VIAJE PARA
RECORDAR LO QUE YA ERES.
BUENA SUERTE COMPAÑERA!
En los talleres se realizan unos sencillos cuestionarios, para valorar tu
estado inicial y luego observar tu posible cambio, tu despertar hacia la diosa.

VALORACIÓN PRE TEST

Puedes realizarlo este recorrido sola, por ti misma, si te decides y/o


si deseas ser más conscientes de los cambios posibles.
Valoración (del 1 al 5. Su frecuencia sería Muy Bajo, Bajo, Medio, Alto
y Muy Alto)
• Tu estado físico
• Tu estado mental (facultades como razonar, etcétera)
• Tu estado de ánimo
• Tus relaciones con los demás
• Tu espiritualidad

Reflexiona y escribe si tienes algún problema o conflicto, si tienes


alguna meta o necesidad en estos momentos.
Para luego volver atrás en tu camino de búsqueda, viendo y enten-
diendo mejor tu vida, o analizar tus experiencias desde otra visión, desde
otro punto de referencia, seguro que algo ha cambiado.
Recuerda, todo sirve para crecer, reconocer verdaderamente quiénes
somos y no lo que otros, la sociedad, nuestras propias limitaciones o creen-
cias, digan. La mente no lo es todo, es muy necesaria, pero puede ser nues-
tra amiga además de nuestra peor enemiga. Trabajando con el cuerpo pode-
mos, realmente, descubrir lo que necesita nuestro verdadero Ser, nuestra
esencia de Diosa…
121 Danzando con la diosa - Parte

Poemas con relación a la energía de ARTEMISA


Cazadoras del Sol

Me embebía en su abrazo largo y me recordaba:


“Has vivido tu cielo rojo, tu aroma y tierra”
Por eso mi dulce amiga, si ya no vuelve
No te ensucies por maldecir al amado esquivo,
Recuerda, “eran tuyos el arco vivo y el bosque verde,
Dale gracias si con su flecha cazaste Sol”.
_________________________
En cunas y cementerios soy Diana
…Ayudo a parir la tierra bebés y madres
soy partera de vida y caza…
¡El bosque es mi realidad!
¿Han visto a mis canes fieros
amar la vida
siguiendo a mi rauda flecha
cazar presente y así el corazón preciso
En que ahora ser?
Y soy Diana la Comadrona
Cazada en mi…
Por eso, por mi pureza, me adora el perro
Y en cunas y cementerios despierto el alba.

Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 122

CONSIGO MIS METAS

(Recuerda leer la autobiografía y las cualidades de cada diosa antes de empezar.)


Conexión con la energía de la diosa Artemisa.

1. EJERCICIO NECESITO-QUIERO (en parejas preferentemente)


Primero, estando en parejas y en voz alta, realizas los dos siguientes
apartados. O si lo haces sola, igual o escrito, pero sin reflexión, lo pri-
mero que te venga, lo dices sin pensarlo.
En un primer apartado empieza cada frase con “Necesito... y luego, en
el segundo con “Quiero...
Cambias pasándole el turno a tu compañera y sólo escuchas.
Éste es sólo un ejercicio para ver si lo que necesitas es de verdad, o por
el contrario son deseos de otros. Sirve de alguna manera, para aclarar
tus verdaderas metas. Es limpiar un poco tu camino por el bosque,
como lo haría Artemisa, la diosa de los territorios salvajes.

2. MARCARSE OBJETIVOS
Como la diosa Artemisa, enfocada hacia su presa y la consigue, nece-
sitamos tener claro nuestros objetivos, aunque vayan cambiando con
el tiempo.
Así que diseña tu futuro hasta que te mueras, o hasta una tardía edad,
separándolos en apartados como salud / relaciones / trabajo / finan-
zas / espiritualidad / y otros.
Elige cinco objetivos, o al menos tres, para este año. Aclárate y limíta-
los explicando el porqué, en cuánto tiempo, sus efectos positivos, etc.…
Estás cercando tus objetivos, para poder cazarlos de verdad; por ello,
anótalos también, cuéntaselos a personas de tu círculo de amistades. Y
recuerda: actúa Artemisa...

3. TOMAR RIESGOS.
Es crecer y liberarse de ideas que no funcionan. La recompensa es que
no solo fomentas tu autoestima, sino que, por ello, puedes atraer a
123 Danzando con la diosa - Parte

personas que les interese lo mismo, por lo tanto, puedes también com-
partir tus deseos con otros grupos de personas. Esto añade conoci-
miento, al poner los riesgos en una perspectiva.
Sabemos que el cambio es inevitable, el crecimiento opcional. Ser
capaz de asumir riesgos razonables es reconocer tu valor, el valor de
seguir aprendiendo durante toda tu vida y comprometerte con el des-
cubrimiento continuo de quienes somos verdaderamente. Recorrien-
do el mundo como una Artemisa segura, pero con respeto hacia lo
que te rodea.

4. EL ARCO FÍSICO.
Es una visualización y movimiento corporal. Imagina que eres una ama-
zona, una Artemisa con su arco, apuntando hacia lo que más deseas en
estos momentos, visualizando lo mejor posible la acción. Lanza la fle-
cha con el movimiento del cuerpo, la mente y el corazón, y visualiza que
lo consigues, que das en el blanco... Ten cuidado con lo que pides,
puede cumplirse. Puedes realizarlo con un arco de verdad y en un lugar
seguro, para no dar en otro blanco… También con dardos y una diana.
Existe otro ejercicio que realicé en una comuna de chamanes en la
selva de Bolivia, como una “prueba chamánica”. Íbamos descalzos,
con los ojos cerrados. Necesitarás una guía para realizarlo. Si te inte-
resa realizarlo y sois varias, una hará de guía.
En mi experiencia, nuestra guía era una mujer embarazada. Cuando
corres sin visión todo tu ser se despierta, lo más bonito es confiar;
seguro que alguien te está esperando con los brazos abiertos…

5. DEBERES PARA CASA


Cómo desarrollar la energía de Artemisa en la vida cotidiana.
Puedes, como ya he mencionado anteriormente, realizar los deberes
en un ciclo lunar entero, y ver sus resultados, o en un momento pun-
tual si lo necesitas.
A. Ir a la Naturaleza.
Sola, si es posible de noche, o en grupo. Perderte sola en la naturale-
za, una o dos horas, es también una opción. Conecta con la
Danzando con la Diosa 124

naturaleza, con algún árbol en especial, escucha el silencio de la


montaña, observa las estrellas; tal vez veas a Orión, el amado de
Artemisa.
B. Ve a sitios sola.
Tal vez no has ido sola al cine, o donde desees. El ir sola, como Arte-
misa, puede abrirte a nuevas sensaciones porque tu percepción
se amplíe.
Puedes viajar sola al extranjero, campamentos, etc. Recuerdo que las
que ya sean “muy Artemisas”, todo esto ya les será conocido, y
tal vez necesiten potenciar a otras diosas, aunque se disfruta más
si lo haces siendo una Artemisa madura y consciente.
C. Dibujarla (esto es para todas las diosas si deseas hacerlo).
Busca sus imágenes en libros de arte o historia, e intenta dibujarla, cre-
ando imágenes de ella.
D. No dejarte convencer.
En alguna ocasión, durante el recorrido de esta diosa, de esta energía,
puedes no dejarte convencer en la búsqueda de autoafirmación,
de saber tomar decisiones por ti misma.
Sé libre en tus elecciones, y eligiendo lo que deseas; concéntrate en
ello, y apunta con eficacia para conseguir tus metas.
Descubre decir “No”. Un ejercicio que, a veces, necesitamos.
Algo parecido al anterior ejercicio, si de verdad lo sientes.
F. Hacer lo mejor que sepas.
Y que todos lo sepan, ya sea un plato de cocina, cantar, etc., como
reconocimiento a tu auto-valía personal.
G. Actividades energéticas.
Baile, sexo, deporte, “compite” por algo en cualquier situación coti-
diana. No hace falta un maratón. Puedes atreverte a conducir
una moto o un caballo.
H. Caza algo.
En una ocasión, una mujer en un taller nos contaba sus deberes, y nos
dijo que cazó a un hombre, y ¡bueno que si lo conquistó!
125 Danzando con la diosa - Parte

También puede cazar cualquier cosa; un objetivo, o ideal a conseguir.


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Buena suerte en tu cacería!!!!!!!!!!!!

AUTOAFIRMACIONES POSITIVAS.

Son muy poderosas. Debéis escribirlas realizando copias, durante al


menos, siete días, para enviar de manera consciente a tu inconsciente, la
energía de esta cualidad de la gran diosa. Despertar aquello que necesites en
ti. Puedes usar los ejemplos, o crear tus propias autoafirmaciones, siendo
sencillas y claras.
Necesitan ser escritas en positivo.
Ejemplo: Artemisa, ¡ayúdame a mantenerme centrada y enfocada
hacia este objetivo...!
Otras, utilizando a Artemisa, serían:
“Tengo voluntad y concentración para conseguir...”
“Soy completa en mí misma”
“Consigo mis metas, en especial...”

INVOCAR SU AYUDA

Te invoco, espíritu independiente, tú que posees un corazón limpio


y lleno de entusiasmo por la vida, para que me ayudes a ser yo misma.
¡Erradica mis miedos y dame confianza para tomar las decisiones
correctas!
Puedes potenciar estas frases con la acción, haciendo el arco, o utili-
zar los dardos, como en el ejercicio explicado anteriormente.
Danzando con la Diosa 126

DIARIO DE MI ARTEMISA

CONSIGO MIS METAS

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127 Danzando con la diosa - Parte

EN LOS TALLERES CON ARTEMISA

PROPÓSITO: CONSIGO MIS METAS


Combinamos la autobiografía de esta energía, de esta manifestación
o cara de la diosa, con los ejercicios anteriores y con el baile. Podríamos
empezar así, dependiendo del grupo. Realizaremos rituales de iniciación ade-
más de una conexión grupal, luego calentamiento o meditación dinámica.
Empezaríamos a potenciar las partes del cuerpo que conectan con
Artemisa, mediante la danza del vientre, utilizando movimientos y pasos que
la despierten. Un ejemplo sería los pasos de folklore egipcio en donde exis-
ten los saltos.
(Recuerda las partes del cuerpo que despiertan especialmente la ener-
gía de cada diosa.)
Podemos hacer un par de pruebas chamánicas, suaves pero podero-
sas, para despertar cualidades de esta diosa en cuestión.
O trabajar con su tótem animal, muy divertido, tremendamente ener-
gético y descubridor. Sacando las cualidades de su tótem, mediante el movi-
miento del cuerpo, la disposición mental y el propósito de la diosa.
Comentamos la historia de las mujeres artemisas, y cómo se ve cada
una en relación a ella, así el grupo también se enriquece de las vivencias per-
sonales de las participantes.

Experiencias personales de asistentes en relación a la Diosa Artemisa

Sandra buscaba ser Artemisa, ser independiente y conseguir sus


metas. Después de hacer un taller de Artemisa, viajó sola a Barcelona. A los
pocos meses de realizar el taller completo de Danzando con la diosa, se fue a
Inglaterra por un par de meses, finalmente volvió para una larga temporada
a ese país, siendo consciente de que su diosa Artemisa estaba ya despierta,
ella se sentía feliz de vivirlo y compartirlo conmigo. Gracias.
Danzando con la Diosa 128

Poemas con relación a la energía de ATENEA

La autoridad de mi ley vital


Por las curvas de mi cabeza retozas tú, transcurre
El Edén perdido, se burla él; ellos dicen que no que sí…
Los gatos se van de Luna, el futuro arde…
La bruma se agrega tensa y en un poblado,
Hay un rito donde salvarme si miro fotos. ¡No dudes...
Todo un saco de álbumes viejos aguarda en ansia!
Con la niebla desesperante de mi cabeza
Voy despacio al hogar del vientre y allí respiro,
Mi fuerza brota, dragón bosteza, doy el grito de samurai
Donde abrir el suelo…y entonces ¡entonces la vida llama,
Propone cosas, me sigue y vive!
¡Ah, la mente lo va anotando, pregúntale!
Que yo callaré con calma si bien la admiro
¡En las curvas ennoblecidas de mi cadera!

Hermelinda Rasal
129 Danzando con la diosa - Parte

TOMO DECISIONES Y TRIUNFO


(Recuerda revisar la autobiografía de esta diosa.)
Conexión con la energía de Atenea

1. RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Como buena estratega, llevando nuestro casco en nuestra cabeza,
puede aislarse de las influencias de otros, que pueden proyectar sus
deseos, y no realmente nuestra decisión clara y propia. Como buenas
Ateneas, el uso del pensamiento racional, a veces, puede ayudarnos en
la toma de decisiones.
Existen procedimientos para metas específicas individuales o colecti-
vas. Veamos este método psicológico, que se divide en varios pasos:

A. Identificar el problema.
Ver los antecedentes y realizar una descripción detallada de la situación
o problema.

B. Formulación del objetivo.


Cómo sabrías que se ha resuelto el problema, es decir, aclarar el pro-
pósito, definir claramente lo que deseas alcanzar.

C. Generar alternativas (braimstorming).


Producir distintas alternativas sin censuras, dejando que cualquier
posibilidad salga de tu mente, para luego:

D. Evaluar las alternativas.


Ver los pros y contras de cada alternativa, las más aceptables por su
posibilidad de ejecución, y los resultados más favorables al pro-
pósito en cuestión.

E. Toma de decisión.
Elige una entre las más aceptadas.

F. Verificación.
Comprobar que es la mejor.
Danzando con la Diosa 130

G. Preparación.
Prepara los pasos en acción para llegar a conseguirlo.

H. Acción.
Realízalo y comprueba su resultado.

2. EJERCICIO DE PARES
Como ya dije, también estos ejercicios pueden hacerse en voz alta o
por escrito.
Recordad: no razonar o reflexionar, sólo emitir lo primero que salga.
Durante un par de minutos decimos delante de nuestra compañera:
Sí, sí, sí... y luego, al cabo de unos minutos decimos: No, no,no...
Cambiamos el turno. Ahora, simplemente, escucha y observa a tu
compañera repitiendo el ejercicio.
Al acabar, reflexiona si pensabas en algo cuando repetías continua-
mente “sí” y cuando decías “no”. Intenta escribirlo.
Descubre lo que realmente quieres para tomar las decisiones más
correctas. Aunque ya sabes lo que libremente elijas por ti, será lo más correc-
to para ti. Si lo has elegido realmente tú misma, de una manera libre y cons-
ciente, será lo mejor.
También existe un ejercicio muy divertido que ofrece mucho cono-
cimiento para cada una de las participantes: es el de DEPENDENCIA /
INDEPENDENCIA.
Se forman dos grupos. El primero será el grupo dependiente. Éste
se sitúa en el suelo. Estamos unidas, tapadas por mantas y almohadones,
decimos nuestras dependencias en voz alta. Somos pasivas y sumisas.
Muy a menudo, pedimos un hombre, o a nuestra madre, pero tam-
bién cualquier otra necesidad o dependencia.
El otro grupo que, por el contrario, es independiente, por unos
minutos salta, corre y exalta su liberación, su autosuficiencia. Luego, se vive
a la inversa cambiando de situación.
En mi experiencia como psicóloga, he podido observar que puede
existir algo de enfrentamiento y, más bien, se despierta en algunas mujeres
131 Danzando con la diosa - Parte

muy artemisas o ateneas. El malestar por ver a la gente sumisa, dependiente


y necesitada se puede despertar si conectan con estas diosas sin tener la ener-
gía refinada.
Lo ideal es que, si se realizan actividades grupales, hay una o dos
mediadoras que sean terapeutas o psicólogas, que se sitúen como neutras y
cuiden apoyando en todo momento.
Todos los ejercicios son valiosos en conocimiento, pero hay que
saber cómo dirigir el grupo para que nadie sufra y todas aprendan.
Realmente, es enriquecedor trabajar en grupo, pero mi intención es el
apoyo incondicional positivo, en la confianza de autoconocimiento personal y
rueda final para poder expresarse y darse cuenta una misma. Lo cual se plan-
tea en todos los ejercicios de grupo que se realizan en Danzando con la Diosa.

3. ASERTIVIDAD Y COMUNICACIÓN

Como Atenea, triunfando entre hombres o en situaciones sociales, la


asertividad es una forma fundamental de ser y relacionarse con los demás.
Se trataría de la habilidad de manifestar las propias necesidades y rea-
lizarlas sin hacerlo a expensas de otras personas, tanto en peticiones como
en defender tus intereses.
Sus extremos son la agresividad, en una Artemisa alocada, o pasivi-
dad en una Persefone que no dice nada y se contenta con la elección del otro,
aunque no crea que sea justa o haya podido expresar su opinión.
Vamos a descubrir algunas técnicas de asertividad:
- Disco rallado
Aquí repito lo que quiero, sin enfado o culpabilidad. Es usada, en
general, con desconocidos o de manera impersonal. No abusar de
ella.
- Desarme
Encontrar algo, un punto de acuerdo, con el que tenemos enfren-
te, si te está atacando o está enfadado, para reducir su negatividad.
Buscar alguna idea o puntos en común, para compartir la misma
opinión dentro del conflicto y por lo tanto desarmar su malestar
pues el otro comunicador está actuando desde un extremo.
Danzando con la Diosa 132

Consistiría en mitigar la agresividad del otro, si te ataca verbal-


mente.
- Mensajes en “Yo”
Favorece la comunicación y la compresión en el enfrentamiento.
- Usar la palabra “siento”
Hablar desde el sentimiento profundo también es valioso, muchísi-
mo más que ordenar o exigir al otro.
- Escucha activa.
Escuchamos al interlocutor, repitiendo suavemente su mensaje,
para mostrar nuestra comprensión y empatía; ponernos en el lugar
del otro.
- Lenguaje no verbal
Aprender a descifrar el lenguaje del cuerpo, que expresa mucho
más que las palabras, y observar el nuestro.
A veces alguien dice sí, cuando su cuerpo dice no. P. ej.: cuando su
cuerpo está en postura cerrada, cruzando los brazos, aunque diga
sí, no está realmente muy convencido de ello.
O alguien está girado hacia la izquierda y tú estas a la derecha, tal
vez su cara esté hacia ti, pero su cuerpo se quiere ir hacia otro lado...
Hay mucho escrito sobre asertividad y técnicas de comunicación,
puedes buscar si te interesa...

4. VISUALIZACIÓN

La visualización es muy poderosa: cuando creamos imágenes menta-


les, nuestro cuerpo, una parte de nuestro cerebro, el área de la visión, cree
que lo estamos viviendo. Por ejemplo: visualiza tu postre favorito, y verás
como tus glándulas salivares se ponen en marcha...
Así que visualizamos algo en lo que queremos tener dominio o com-
petencia a nivel personal.
Intentaremos vernos a nostras mismas ejecutando la acción, con
todos los detalles posibles: el lugar, las personas involucradas y sobre todo,
disfrutando de nuestro éxito.
133 Danzando con la diosa - Parte

Abriremos los sentidos para una mejor visualización: olfato, oído,


tacto, etc., descubriendo sensaciones, que mejor produzcan una visualización
con recuerdos de nuestros sentidos.
Y nos sentiremos confiadas, controlando esa situación específica.
Para seguir repitiéndola con frecuencia. Todo ello nos ayudará acer-
carnos mejor a esa experiencia deseada.

5. DEBERES PARA CASA

Para potenciar la energía que representa Atenea, debemos recordar


lo más importante: su energía, la cual rige la educación, la cultura y conoci-
miento. Todo esto nos da la libertad de elección propia. Esta diosa libre-
mente segura, consejera de héroes y hombres, nos enseña que cuanto más
sabemos mejor podemos decidir libremente nuestras vidas.
Así que para ponerla en marcha:
• Inicia estudios, cursos, etc.
• Visita bibliotecas, lee más libros.
• También es muy interesante buscar biografías de mujeres célebres,
importantes para la humanidad.
• Otros más creativos serían: -Usar el barro, moldear
• -Tejer algo práctico
• -Hacerte un vestido o prenda
Recuerda que, en tiempos de paz, era invocada por artesanos, e
incluso, por sastres.
• Como actitud, intentar desarrollar de alguna manera:
• Pensar claramente, en positivo, y no por ello en masculino...
• Reflexionar con la cabeza en situaciones importantes.
• Poner en marcha una estrategia, para conseguir un plan o una meta,
te puede ayudar en el primer ejercicio.
• Aconsejar a alguien que te lo pida o, por qué no, mejor aconséjate
a ti misma.
• Expándete en tu profesión, en tu actividad laboral, o en tus estudios.
Danzando con la Diosa 134

• Conecta disfrutando de tus compañeros y colegas masculinos, sién-


tete una más, igual que ellos. Aunque al principio te cueste recuer-
da que puedes ser “atenea” si lo deseas.
• Aprende a planificar algunos aspectos de tu vida.
• Construye algo, crea algo. Una mujer hizo por primera vez bricola-
je y ahora es su pasión. También le ha servido para valorar algunas
situaciones, descubriendo como construir lo que desea en la vida.
• Además, puedes dibujarla o buscar sus imágenes clásicas.

INVOCAR SU AYUDA

Sube a la cima de una montaña, si ves mejor el mar. Si no, lo puedes


hacer visualizando el lugar.
¡Atenea, lléname de valor y claridad para tomar decisiones sabia-
mente, para recordar lo importante que es la educación, para que las emo-
ciones no me nublen el camino, para que en mis decisiones, si son tomadas
libremente, triunfe como tú...
Puedes invocarla como un búho. Por ejemplo, en exámenes, como le
dije a una mujer que realmente la sentía y lo hizo con muy buenos resulta-
dos. Puede que te ayude a realizar pruebas o ejercicios como símbolo de la
sabiduría.
También puedes quemar romero, como hacían los griegos, para
recordar lo que estaban estudiando...

AFIRMACIONES POSITIVAS.

- ¡Atenea, protégeme de mis mareas emocionales!


- ¡Atenea, ayúdame a pensar claramente para decidir sabiamente...!
- ¡Atenea, dame valor y decisión en lo que puedo cambiar...!
- ¡Atenea, que mis pies estén en la tierra y sepa a dónde dirigirme...!
- ¡Atenea, ayúdame a construir una vida fructífera...!

Y todas las que tú desees, construyéndolas en positivo, con su energía.


135 Danzando con la diosa - Parte

DIARIO DE MI ATENEA

TOMO DECISIONES Y TRIUNFO

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Danzando con la Diosa 136

EN LOS TALLERES CON ATENEA

PROPÓSITO: TOMO DECISIONES Y TRIUNFO


Con esta diosa, se nos recuerda que negarnos o huir a la naturaleza
salvaje, alejándonos de la sociedad, como hace Artemisa, no siempre es lo
más adecuado.
Trabajando las buenas cualidades de Atenea, la descubrimos para que
pueda servirnos su energía más elevada. Por ejemplo: para tomar decisiones,
hacer exámenes, en los estudios, o en nuestra profesión.
También danzamos con Atenea, y encontramos el equilibrio, cuando
bailamos, se alcanza una armonía con el cuerpo. Además, si deseamos dan-
zar con instrumentos como con el bastón o la espada en la cabeza, sentire-
mos el poder, sobre todo, de nuestra cabeza, cuello, hombros, etc.,
Sabremos desarrollar bellos movimientos con estas partes del cuer-
po. Incluso si existen problemas de salud en la garganta se puede cantar en
la clase.
También sería la diosa para la parte técnica de la danza, del método,
y de la decisión a la hora de bailar, incluso en público.
Como vemos, esta diosa beneficia si te falta decisión, se suaviza
cuando es difícil dejar a Atenea en la oficina, y disfrutar de otras diosas más
divertidas en otros ambientes más relajados.
La coraza de Atenea, es también una técnica de protección, de no
querer sentir, de que no te hagan daño... Sin embargo, descubrimos el placer
de anularla, sobre todo, cuando bailamos o estamos compartiendo. En algún
momento, en el que estés sola y en tiempos de guerra quizás...
Experiencia personal de la diosa Atenea
Aquí, con esta diosa, muchas mujeres ven cómo necesitan bajar las
armas de Atenea, que se mantienen en alerta en demasiados momentos de
su vida. En este caso concreto, Pilar, una ejecutiva con éxito, fue consciente
de su excesiva energía de Atenea en el ámbito laboral y que sin querer tam-
bién utilizaba en su vida emocional. Dedicó más tiempo a su relación senti-
mental, bajando las armas de la diosa. Ello le ayudo a sentir mayor satisfac-
ción a nivel personal, además de mejorar la relación con otras mujeres en su
lugar de trabajo.
137 Danzando con la diosa - Parte

Poemas con relación a la energía de HESTIA

La brasa activa de mis fogones


Es Hestia
...Sustento la brasa activa de mis fogones,
suavemente como si nada,
forjando espacio;
permito que en el hogar casa uno sea
Y aprecio que si me nutro la llama guié.
“ya sabes de tu camino” pregunto
y dejo la luz andando,
hay hijos que me sonríen por ir descalza
Y en ellos y sus zapatos la vida crece.
Comprendieron al fin lo bueno de equivocarse,
Adquirieron la gran belleza de comprender,
Dejaron las resistencias mutaron miedos
Y amaron su gran amor de afligida entraña.
Ah no hay error si activamos fuego
Le digo madre,
Buscando por las cenizas su luz de luces,
Cual Hestia que nutre amado dorar de sombra.

Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 138

NUESTRA SABIDURÍA INTERIOR


(Revisa su autobiografía.)

Despertando a Hestia

Como sabemos, Hestia rige la calma y el fuego del hogar. Como


mujeres, nuestra casa también puede ser nuestro templo. Podríamos recono-
cer su energía de orden y armonía para luego transportarla a nuestros esta-
dos emocionales, descubriendo una actitud de calma en nuestro ser.

DEBERES PARA CASA

1. LIMPIAR LA CASA
Es un ejercicio sobre nuestras obligaciones cotidianas.
Hacer una lista de nuestros deberes diarios en las distintas áreas como
trabajo / casa / cuidado personal / deporte / y otros.
Luego, marcar con D aquellas que sintamos como deber ineludible.
Después, marcar con A aquellas con las que podamos sentir alegría.
En los que no estén incluidos en estas dos selecciones anteriores:
- Ver si es un hábito “residual”
- Si es un falso sentido de responsabilidad
- Ver si puedes delegar en otra persona o dejar de hacerlo
Revisar las D para posible delegación (renegociarla o contratar).
Piensa qué puedes hacer para reducir la cantidad de obligaciones coti-
dianas.
Anótalo en tu agenda y comprométete en realizar los cambios.
Busca qué actividades cotidianas se podrían realizar y marcarlas con la
letra A. Es decir alegría.

2. INVÍTALA
Cuando realices tareas domésticas, invita a Hestia para calmar tu
mente haciéndolo como una oportunidad de meditación.
139 Danzando con la diosa - Parte

3. IMAGINA
Como símbolo de mujer anciana. Reflexiona: ¿cómo te gustaría estar,
o ser, cuando seas una anciana?

4. VALORA
Reflexiona en tus decisiones pasadas e importantes de tu vida. Pode-
mos aprender mucho para despertar esa sabiduría, si recordamos y
valoramos nuestras decisiones pasadas.

5. COMUNÍCATE
Conecta o date la oportunidad de hablar con mujeres que consideres
Hestia.
El descubrir en otras mujeres las cualidades deseadas, nos ayuda a
aprender más para enriquecernos con las vivencias de otras personas.

6. TU CASA TU CUERPO
Tu cuerpo es también tu casa, el vestido que llevas de una manera tem-
poral. Reflexiona sobre su cuidado, a nivel de higiene, e intenta no
dejar entrar ideas, pensamientos o/y acciones que lo pudieran dañar…
En momentos caóticos, ir hacia dentro puede ayudarnos a encontrar
paz y sentido a las situaciones o experiencias.

7. DESCUBRE
Técnicas de relajación, yoga, Tai Chi, o tipos de meditación, incluso
retiros de silencio, pueden facilitar entrar en un estado de Hestia, nece-
sario cuando todo el día eres Artemisa o Atenea, e incluso el resto de
diosas.

8. ESCRIBE
Escribir en soledad, o descubrir la poesía, es una buena actividad para
fomentar a Hestia.

9. ENCIENDE
Hacer fuego en una chimenea, observando su desarrollo, es también
una conexión con Hera si te mantienes en silencio.
Danzando con la Diosa 140

INVOCAR SU AYUDA

Cuando busques una respuesta, puedes utilizar este ritual o ejercicio:


Ve al recinto o lugar más especial o sagrado de tu casa, o de habita-
ción. Con la luz apagada enciende una barrita de incienso, siéntate con la
espalda recta y bien relajada, e invócala:
“¡Te invoco Hestia, para que me concedas inspiración e intuición!
¡Haz que el silencio traiga hacía mí tus sabios consejos!”
Enciende ahora una vela y contémplala hasta que tu mente se quede
serena, más o menos en blanco, aproximadamente 20 minutos.

AUTOAFIRMACIONES

- ¡Hestia, dame calma y serenidad!


- ¡Hestia, que mi sabiduría fluya en mi vida!
- ¡Hestia, concédeme el centramiento!
- ¡Hestia, que la paciencia se desarrolle en mí!
- ¡Hestia, que en el silencio encuentre mi paz y mi fuerza interior!
Y las que tú desees crear...
141 Danzando con la diosa - Parte

DIARIO DE MI HESTIA

MI SABIDURÍA INTERIOR

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Danzando con la Diosa 142

EN LOS TALLERES CON HESTIA

PROPÓSITO: TRABAJANDO CON LA SABIDURÍA INTERIOR

Con Hestia solemos danzar en silencio o con los ojos cerrados, cen-
trándonos en nuestro interior. También realizamos centramiento con el
cuerpo y la mente, la atención en el movimiento mientras escuchamos a
nuestro cuerpo (nuestro templo, nuestra casa).
Dibujamos “mándalas” (símbolo circular) desde un punto centra-
do, disponemos de colores, para que sea nuestro espejo de ese momento
personal.
También se puede elegir una carta del tarot, una “runa” o el
“ICHING” (libro de conocimiento chino). Herramientas para reflejar nues-
tro inconsciente.
No casualmente, cuando interpretamos los mándalas coinciden en
una gran mayoría con el significado de sus dibujos propios.
Hay una explicación personal y grupal de lo manifestado por los
símbolos o herramientas utilizadas con sus resultados.
Además, ir bailando con equilibrios y buscando el centramiento de la
columna y la armonía con el resto del cuerpo.
Cuando trabajamos con esta diosa, realizamos rituales de purificación.
Usamos el elemento fuego en los rituales.
También utilizamos ritmos musicales, sobre todo el “zar”, el cual
ayuda a despertar un estado hipnótico, como de trance, y que era utilizado
para ahuyentar a los demonios en países árabes. De hecho, todavía en sitios
rurales de África se sigue usando como ritual de limpieza y renovación para
las personas que lo practican.
Y, sobre todo, existen momentos de silencio, practicamos distintos
métodos de meditación.
Aquí recordamos que podemos trabajar con la columna vertebral,
como “camino” en ese despertar de la importancia de ella para nuestro des-
pertar de ser diosa, de sentir nuestra energía.
143 Danzando con la diosa - Parte

Todo tiene su valor cuando trabajamos a las diosas, las caras de la


gran diosa, desde la risa, las lágrimas, el baile frenético, y el silencio enri-
quecedor.

Experiencia personal con la diosa Hestia.

Aquí acentuaría mi propia experiencia de conexión interna que


comento en el punto de Conexión con lo Superior del primer apartado.
Realizando danza sufí para ello, recomiendo la práctica de la medita-
ción No dimensiones del maestro Osho, pues también la enseño en relación
a Hestia por su capacidad para centrar nuestra energía.
Todas las mujeres pueden vivir experiencias mas elevadas que las
cotidianas para poder valorar también la belleza de los momentos cotidianos
cuando somos conscientes de vivir el momento presente realizando cual-
quier actividad humana.

ANEXO de las diosas del Brasil.

OXUM
En relación a su característica afín a Hestia, que representa la capa-
cidad intuitiva de la mujer y su capacidad de intuición y adivinación. Comen-
to cualidades de esta Orrisa que se venera en Brasil y su origen es africano.
Oxum, que simboliza el sol, el poder y la manifestación poderosa de
la energía femenina.
A Oxum se le invoca para que nuestros proyectos e ideas puedan ser
realizados.
Las hijas de Oxum son mujeres que consiguen todo lo que se pro-
ponen, puede cambiar de rumbo para desviarse de dificultades que amena-
zan, pero continúan firmes hasta perseguirlo, muy hermanada con Atenea.
Su color, el amarillo, naranja también, ya que cuida por la fecundidad
de las mujeres como Artemisa.
Además es en ella donde reside la intuición de la adivinación, en rela-
ción a técnicas de adivinación mediante símbolos e intuición femenina acer-
cándose muchísimo a las características de Hestia.
Danzando con la Diosa 144

A esta intermediaria entre la Diosa y las mujeres se le ofrece comi-


das y rituales, en preferencia cerca de ríos o manantiales, donde reside su
fuerza.
Realizar un baño con flores de color amarillo y naranja, mezcladas
con agua de río o manantial y algo de perfume, para luego visualizarla y sen-
tir su fuerza en ti (que en realidad ya está en ti, es sólo reconocerla como
parte de tu ser, por supuesto).
Vestirse con colores amarillos, o llevar prendas de este color, rodear-
se de alimentos y objetos que te rodean con este color, pueden ayudarte a
tener más fuerza y voluntad.
Si deseas reforzar tu sexualidad y fecundidad, opta por los tonos ana-
ranjados.
Que Oxum te acompañe, y te guíe, como guerrera, estratega o inte-
riorizada en busca de tu fuerza interior.
145 Danzando con la diosa - Parte

Poemas con relación a la energía de DEMETER

Un hijo regresa a casa


…el hijo mío no es mío, el hijo mío jamás se dio
nació confundido en agua dolor y fuego
Y abrasa por encontrar lo que siempre fue.
¡Ah no diré lo que me remueve, su luz
se explique!
Un hijo es como una estrella sagrada y alta
Un hijo al igual que un monte florece bajo,
Un hijo regresa a casa y la madre ofrenda…
¡Ya sola como un regazo, suspiro nanas!

Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 146

SOY FÉRTIL
(Revisa su autobiografía.)
Despertando a Demeter
“Soy fértil” significa no sólo tener la posibilidad de ser madre, sino
poseer la capacidad de crear vida, ideas y proyectos. Somos fecundas en la
materialización de aquello que deseemos, añadiendo las virtudes de ser una
buena madre hacia otros y hacia nosotras mismas, de cuidar y mimar nues-
tros deseos, proyectos e ilusiones.

1. ESTAR CON NIÑOS.


A. En pareja, una se convierte en una niña (decide su edad y lo que
quiere hacer).
Observa lo que sientes, haces o quieres decir.
B. La que hace de adulto y la cuida, puede:
- simplemente aceptar la acción o comportamiento por la que
hace de niña,
- y luego intenta modificarlo.
Luego vemos las reacciones... cuando se acaba el intercambio. Ver
cómo de niña me he sentido, y ver cómo de adulto cuidador me he
sentido...Recuerdo que una vez, siendo impares, lo realicé con una
mujer, y siendo niña, elegí algo que me gustaba mucho en mi infancia.
Iba sola con mi bicicleta, recorriendo caminos por descubrir, en mis
veranos de niña, con mi radio atada en ella. Luego, siendo adulta, he
disfrutado de conducir grandes motocicletas; la música está presente
en todos mis días y he viajado por todos los continentes buscando
conocimiento. Yo era feliz así, y lo sigo realizando.
Puedes darte cuenta de lo que eres, recordando lo que eras cuando
fuiste niña, aquello que te gustaba.

2. TÚ MISMA COMO TU MADRE.


Elige a un amigo, familiar, o jefe que sea muy convencional o conser-
vador, e intenta visualizarlo. Piensa que diría de ti como mujer, prime-
ro si tuvieras o tienes hijos, y en qué fallarías o fallas.
147 Danzando con la diosa - Parte

Puedes representarlo como si fuera un papel en una obra de teatro. Aquí


podemos valorar los mitos o creencias condicionadas de ser una madre.

3. HABLAR CON LA ALMOHADA


Como si fuera tu propia madre, esté viva o ya no esté contigo.
Relájate y háblale, en frente de ti: tal vez rías, llores, grites, o cualquier
reacción puede ser manifestada y permitida.
Este momento es tan intenso, clave y sentimental, que el 90 % de las
situaciones o lloras u otras lloran por ti, porque les remueve algo que
les resuena en su existencia además de la relación maternal.
Creo que es una experiencia necesaria, pudiendo ayudar a aclarar
nudos, o a ser más conscientes de nuestra madre y nuestro vínculo tan
poderoso, porque a veces, no somos realmente conscientes.

4. SÉ TU PADRE Y LUEGO TU MADRE


Imagínate que estás viendo una reunión de padres, tal vez una asocia-
ción escolar. Intenta imaginar primero uno y luego el otro.
También puedes buscar otro lugar de reunión, como tu madre con sus
amigas, tu padre en su trabajo, etc...
A Anda como ellos, reproduce gestos o palabras claves que
recuerdas de cada uno de ellos.
Imagina que hablan sobre ti.
B Haz primero de padre y luego de tu madre.
En caso de que no tengas, puedes pensar que habrían dicho
de ti en el pasado, y si no aquella persona que te crió o fue tu
cuidador o cuidadora.
Reflexión según el psicólogo Jung:
- “TODA MADRE CONTIENE A SU HIJA EN SÍ MISMA Y
CADA HIJA A SU MADRE.”
- También “debemos estar dispuestas a sufrir a nuestras madres
dentro de nosotras mismas, a ver las raíces de sus comporta-
mientos en nuestro interior, y a transformarlas y perdonarlas en
nosotras mismas”.
Danzando con la Diosa 148

- “Encontrar dentro de nuestra Madre Universal Interior las res-


puestas de la falta de poder, potenciales desviados y perversio-
nes del espíritu.”

De alguna manera, en nuestros genes no sólo adquirimos rasgos físi-


cos, también actitudes y comportamientos, e incluso los sueños y ansiedades
de nuestras madres, los que van aflorando a medida que cumplimos años, e
incluso a veces aquellos que no nos atraían de ellas, que desearíamos que no
estuvieran en nosotras.
Es como si, psicológicamente, lleváramos a nuestras madres dentro
de nosotras, al igual que ellas nos llevaron un día físicamente.
Recuerdo que hace sólo un par de años mi madre me contó lo que
sufrió después de realizar sus estudios en un oficio, y cómo su profesora no
quería darle su titulo merecido, ya que trabajaba para ella.
Yo, hasta hace poco, he invertido mucho tiempo con gran afán en
hacer cursos, estudios, seminarios. Tengo toda una gran pared llena de
diplomas de distintas disciplinas. Cuando reconocí su ansiedad y necesidad,
creo que también descansé, dándome cuenta que ella es feliz al ver que su
hija hizo lo que ella deseaba tener, y que me había proyectado su necesidad,
siendo consciente, yo me liberaba también de su necesidad, al entender ese
impulso que yo tenía heredado.
Pero, a veces, no son tan estimulantes, constructivos. También pode-
mos adquirir dificultades psicológicas que realmente no nos pertenecen, y
que, a la vez que nos transmiten su amor además de sus genes, también lo
hacemos con sus ansiedades y dificultades.

DEBERES PARA CASA

Transfórmate y renace. Se madre con alguna amistad o, tal vez, con


una amiga. A veces, cuando hemos tenido dificultades con nuestra madre,
otra mujer (tía, abuela, o incluso una mujer que hace terapia) puede transmi-
tir esas carencias que pudiéramos haber tenido con nuestras madres.
Así que piensa, si tienes, o has tenido, alguna otra mujer que haya
hecho de madre, aunque fuera sólo en una ocasión para ti, y piensa si pue-
des también demostrarlo hacia otra mujer necesitada...
149 Danzando con la diosa - Parte

1 Pintar o escribir sobre tu madre, si deseas trabajar y sanar tu visión


de ella, o si lo necesitas sobre tu propia visión de la maternidad.
2 Fomentar el servicio para despertar en ti la cualidad (o gran virtud)
del servicio a los demás.
3 También cuando cocinas y ofreces una gran comida aparece
Demeter. Incluso al cocer el pan o envasar las frutas en casa,
Demeter te acompaña.
4 Si fueras madre, es interesante el escuchar a otras que no lo son. Y
aquellas que son madres, también es constructivo observar hacer
una exploración de cómo actúas siendo madre, y cómo actuaba tu
madre contigo, haciendo una valoración profunda y constructiva,
para sentir tu rol de madre hacia tus hijos. Es una experiencia de
lo más valioso y enriquecedor.

INVOCAR SU AYUDA

Para que un deseo se haga realidad, toma cualquier semilla entre las
manos e invoca a Demeter diciéndole: madre divina, tú que todo lo nutres,
todo lo das y lo realizas, haz que esto que siembro (se dice en voz alta el
deseo poniendo toda la atención en la semilla) germine y pueda dar su fruto.
Después se hace un hoyo en la tierra, se siembra y se riega. También
puedes plantarlo en una maceta, si no puedes en la misma tierra. Cuida de la
planta, por lo menos hasta que se cumpla el deseo.

AFIRMACIONES POSITIVAS.

- Demeter, ayúdame a nutrirme...


- Demeter, ayúdame a ser una buena madre...
- Demeter, muéstrame como crecer y madurar en...
- Demeter, enséñame a ser una buena madre para mi...
Danzando con la Diosa 150

DIARIO DE MI DEMETER

SOY FÉRTIL

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151 Danzando con la diosa - Parte

EN LOS TALLERES CON DEMETER

TRABAJANDO NUESTRA FERTILIDAD

La madre es un tema tan profundo que a todas nos toca la fibra sen-
sible. Pero el conocimiento de nuestra visión hacia nuestra madre, por ejem-
plo puede ser, incluso, opuesto entre dos mismas hermanas. Cada una tiene
una manera de sentir y experimentar a la misma persona, es enriquecedor ver
cómo poder perdonar si nos han herido; y reconocer nuestra distinta mane-
ra de sentir y de valorar nuestras experiencias con relación a nuestras inter-
acciones con ella.
Además, el cuestionarnos ser madre es un tema muy personal, es
maduro, ser conscientes en nuestra toma de decisiones a la hora de la mater-
nidad. A veces llega sin quererlo; otras, lo retrasamos y puede que el instin-
to maternal se despierte cuando no estamos preparadas o no deseamos serlo
porque queremos potenciar otras áreas de nuestra vida, o para cuidar otros
niños (de nuestra familia, por ejemplo) también nos llene.
El problema de aquellas mujeres que desean y no pueden de manera
biológica es un tema especial. Existen numerosos casos en que después de
una adopción, aparece un bebé deseado desde hace tiempo, y aunque se creía
que la causa era biológica, era tal vez psicológica o emocional.
Toda mujer tiene el derecho de decidir libremente, su derecho de ser
o no madre y respetar como mujeres amorosas este derecho. También, debe-
ríamos apoyar a aquellas que sufren ante su pérdida en un embarazo, desea-
do o no, o un aborto y recordar nuestro periodo de duelo como ante toda
pérdida tan significante como es un ser.
Tanto la madre como los hijos no se eligen. Se aceptan, se aman, se
perdonan y se entienden con compasión y empatía. Es el poder del amor
maternal.
Una profesora, o mujer que cuida a otros en otras profesiones, puede
hacer de madre. De hecho, yo no soy madre biológica, pero mis alumnas de
todas las edades, son mis chicas, mis niñas...
Una de mis más bonitas experiencias fue verlas en el primer festival
de fin de curso que realizamos, en el que para muchas, veintidós mujeres, fue
Danzando con la Diosa 152

su bautizo de bailar en público, su iniciación a bailar para despertar la alegría


y los bellos sentimientos hacia los otros, hacia el público.
Y pienso que debe ser precioso para una madre ver a sus hijos valién-
dose de manera autónoma en la vida, como yo sentí al verlas bailar...
Los niños son como plantas, que no puedes forzarlos a que sean de
otra forma, la que más te gustaría a ti, pero sí a amarlos, cuidarlos, regarlos
de alguna manera con dulzura. Darles luz y atenderlos para que florezcan,
para que puedan dar sus frutos como bellos seres.
En los talleres, mientras trabajamos el cuerpo danzando, aprende-
mos a liberar y expresar con el pectoral, con los senos.
El movimiento de los pechos trae a la mujer un reencuentro con su
parte externa más femenina.
Aquellas que, tal vez, sufren por su exceso de volumen pueden
encontrar diversión ante su facilidad de movimiento y, por el contrario, otras,
por su tamaño más reducido, entran en un estado de frustración al no saber
moverlos en las primeras veces.
Yo he aprendido varias formas o trucos para poder moverlos: cam-
biando la posición del cuerpo, utilizando o no sujetador, empezando el
movimiento mayor a menor número de músculos del tronco y los hombros.
Aquí nos encontramos en una prueba y la dificultad que ante ella se
intenta superar. Yo apoyo a las que les es más difícil y, casualidad o no, muy
a menudo estas mujeres tienen algún conflicto con sus madres o con su
deseo de maternidad...
Además, puede existir una relación con el amor hacia una misma;
todas necesitamos querernos más.
También descubrimos el útero, que en griego significa Delfos (orá-
culo). Útero y ovarios también necesitan su reconocimiento y contacto, pues
al bailar se estimulan e incluso podemos sentir su pulso distinto al corazón.
Realizamos visualizaciones en relación al útero, centro recipiente de
vida y emociones.
Hay técnicas taoístas para trabajar nuestras hormonas incluyendo los
óvulos, para aumentar nuestra energía...
153 Danzando con la diosa - Parte

Abrazarse y abrir el corazón también nos ayuda a potenciar a


Demeter. Es en el tórax femenino, con los pechos y el corazón, donde
podemos trabajar el centro más difícil de abrir y sentir el amor incondi-
cional, la compasión hacia todos los seres humanos, poder canalizar y
ascender la energía de los centros inferiores hacia los superiores con con-
ciencia, con plenitud, entregarnos y ofrecernos a los demás en nuestra vida
e incluso cuando bailamos, conectar con el resto del grupo y con los posi-
bles espectadores.

Experiencias de mujeres con la Diosa Demeter

Varias mujeres con problemas de concepción he podido conocer y


apoyarlas, pero hay un caso especial: una chica muy joven tenía mucha presión
familiar a la hora de tener un bebé. Ella venía todas las semanas a clase con
ilusión. Un día me comentó su dificultad, le recomendé varios ejercicios de
visualización además de seguir bailando, pues aumenta la fertilidad. A los dos
meses ya no regresó al grupo, pregunté por ella y sus amigas me contestaron
muy contentas que estaba embarazada. Ese año nos visito con su bebe.
Danzando con la Diosa 154

Poemas con relación a la energía de HERA

Piel
Me cuidaba la piel por él…
Pretendía que me dijera que soy de nácar
¡Qué absurdo!
¡Así me quedé muy sola!
¡Ya mía!
Temblor de mi piel cansada su tacto beso...
¡Es blanca como la luna, chorrea sangre!

Aromas
Cuando él regresaba a casa,
Los cacharros de la cocina tenían orden
Y un aroma de buen puchero riendo a gusto.
Yo también me reía bella y maravillada,
Ahogada en secreto llanto comía todo…
Y él…
¡Él huía redondo y suave por ser las doce!

Hermelinda Rasal
155 Danzando con la diosa - Parte

ME COMPROMETO EN UNA RELACIÓN


(Valoramos su autobiografía para un mejor entendimiento.)

Despierto a Hera

Hera, en su aspecto más refinado, es la bella actitud de tener un res-


peto y compromiso hacia alguien con el que te comprometes y compartes tu
vida. Normalmente es sentimental. Podemos comprometernos en cumplir
obligaciones hacia otros o, lo más difícil, hacia una misma, con promesas de
fidelidad hacia el desarrollo y amor propio.

1. INVERTIR LOS ROLES


En voz alta o escribiéndolo, ponte en el lugar de tu compañero o
esposo, o compañera, dependiendo de tu orientación sexual, e intenta
expresar sus sentimientos acerca de vuestra relación, de ti...
Es decir, como si tú representaras su papel hablando sobre vuestra
relación o sobre ti.
Si no tuvieras ahora una relación estable y deseas realizar esta prueba,
puedes intentar buscar un compañero/a más reciente.

2. ARGUMENTO DE LA RELACIÓN
Toda relación se desarrolla muy rápidamente. Existen creencias y nor-
mas de convivencia que se obvian entre una pareja. Cuando iniciamos
relaciones, cada uno de los integrantes de las mismas aportan modos
de comportamientos o patrones de conductas aprendidas de sus pro-
pias familias de origen.
Además, existen nuestras creencias y condicionamientos que nos pue-
den limitar a la hora de tener una visión clara de la otra persona. Y, por
supuesto, de nuestro propio rol en el momento de ser compañera.
Puedes crear frases con este inicio: “A fin de ser una buena novia,
amante, esposa, compañera (lo que tú elijas), yo debería...”
Y se valoran las creencias de los “deberías” ante ese rol elegido. Sólo
muy pocas se dan cuenta del “trick” del ejercicio, que, a veces, es
revelador ...
Danzando con la Diosa 156

3. BUSCAR Y ESCRIBIR

Durante unos minutos pienso y apunto en un papel o diario la con-


testación a la frase siguiente:
“Lo que yo necesito en una relación es................................”.
“A veces lo que creo que necesito y quiero en una relación pueden
ser las carencias de una misma...”

4. REFLEXIONES

Puedo buscar en la otra persona, aquellas cualidades, o característi-


cas de vivir la realidad que tal vez necesite desarrollar en mí como ser huma-
no, ver en un espejo que me refleja la otra persona, lo que deseo de manera
consciente o inconsciente. Y que al principio me atraía pero que si no lo des-
arrollo por mí misma, tal vez luego lo censure....
Buscamos en el otro lo que no tenemos, y al descubrirlo en el otro
se despierta en nosotras y se conecta con él o ella.
En la otra persona vemos reflejadas nuestras carencias o nuestros
deseos de ser o de sentir de una manera distinta, que nos falta algo que pueda
tener esta persona con la que compartimos una relación.
En referencia a los condicionamientos familiares, los patrones de
comportamiento con nuestro padre, que fue nuestra primera relación mas-
culina, están muy enraizados en nosotras.
Esto puede manifestarse en una de estas dos ideas. Una, que tus
parejas se puedan parecer a tu padre, o dos, que tú te parezcas a tu padre y
encuentras en tus parejas prototipos opuestos, pero con alguna característi-
ca en común con tu padre.

5. ¿QUÉ ES PARA TI EL COMPROMISO?

Es una reflexión personal para valorar nuestra idea o creencia ante el


compromiso.
Puede haber varias opiniones, distintas maneras de ver el compro-
miso en una relación. Por ello, os dejo dos versiones que se reflejan en estas
dos poesías de distintos enfoques, para que las puedas leer.
157 Danzando con la diosa - Parte

La primera es del fundador de “la gestal”:


yo hago lo mío y tú haces lo tuyo
no estoy aquí para llenar tus expectativas
ni yo para llenar las tuyas.
Tú eres tú y yo soy yo
y si por casualidad nos encontramos es hermoso
Y sino no hay nada que hacer.

Y la segunda, más oriental y profunda:


Querer es el total respeto de las reglas de crecer
para que a partir de ese lazo de amor
ambos podamos crecer.
Amar es difícil,
pues amar exige conciencia.
Para un amor que libere,
un amor que dé sentido,
un amor que responsabiliza,
que te reconforte, que te haga renacer...

DEBERES PARA CASA

1. Comprométete en hacer algo para ti, o con alguien, (puedes escribir y mar-
carte un propósito para...)
Comprometerte con conciencia en algunos de estos apartados siguientes:
a- Algo para ti y en ti misma. Un compromiso personal.
b- Con alguien, con un propósito definido, ya sea de amistad, de fami-
lia, de amor...
2. Ser fiel y leal a alguien o algo. Por ejemplo: cumple una meta para ti.
3. Si alguna vez has sentido ira o venganza en una relación, reflexiona sobre
cómo las emociones o sentimientos destructivos nos pueden hacer más
daño a nosotras que al otro o a la otra.

Según la filosofía budista, cuando alguien nos hace daño y reaccio-


namos con sentimientos negativos (como la ira), significa que el primero
tiene un problema, que si tú entras en su juego y reaccionas de la misma
Danzando con la Diosa 158

manera, quiere decir que aceptas su problema, que desde esa actitud, enton-
ces, tú también tienes un problema.
Es decir, si un insulto te llena de ira, tú ya has perdido; sin embargo,
si no entras en su juego, te mantienes centrada, el problema será de él y no
tuyo, ya que lo ignoras. No entras en su juego destructivo y te mantienes en
tu centro.
Cuando nos enfurecemos, cuando entramos en ese estado, nos con-
fundimos, nos descentramos, perdemos el eje. Y todas las emociones pue-
den hacer daño a nuestro ser, a nuestro cuerpo físico, a nuestro estado aní-
mico, y por ello nos hacemos daño a nosotras mismas.
Debemos descubrir que podemos canalizar estas emociones negati-
vas, que hemos podido sentir siendo artesanas, por ejemplo con la creativi-
dad. Es una manera de transformarlas y liberarnos de ellas. Ello provocará
que podamos volver a vivir en nuestro centro. En referencia a la artesanía,
cualquier actividad creativa facilita la transformación de emociones, y pode-
mos sentirnos más independientes de las que son negativas.
La crisis de pareja puede provocar grandes dolores; sin embargo,
todo es un crecimiento, y todo tiene su enseñanza: hasta las negras nubes tie-
nen contorno de plata, según dice la cultura oriental. En cualquier detalle
existe una oportunidad de crecer y valorar la crisis, para volver a renacer,
aprender a ser mejores y amar más...
4. Evaluación de:
- Relaciones anteriores (hacer una lista con dos apartados; lo que te
gustó, lo que te hizo progresar, y la otra, lo que te dolió, lo que no
te gustó).
- De tu relación actual, si tienes.
Recuerda que lo que a veces nos disgusta, o no nos gusta del otro,
también habita en nuestro interior, que los espejos están en cada ser con el
que compartimos...
Intenta analizar tu comportamiento: si ves actitudes no constructi-
vas, intenta transformar tus acciones. Venimos a aprender de cada relación
para apreciar lo bello que es amar.
5. Observa comportamientos de mujeres casadas, mira si hay diferencias o
similitudes...
159 Danzando con la diosa - Parte

Cuando entramos en el juego de las relaciones, creemos que el otro


es nuestro y por ello nos pertenece. Es como si fuera una propiedad pero,
por supuesto es algo en lo que nos equivocamos.
De hecho, utilizamos verbalmente: “mi esposo, mi compañera, etc.”,
potenciando el sentimiento de propiedad, favoreciendo la aparición de los
celos y sus comportamientos consecuentes.
Cuando eres Afrodita, en situaciones donde hay parejas, algunas
mujeres –seguramente son madres– ven cómo sus maridos hablan con muje-
res solteras que se cuidan o tienen un aspecto que parece más atractivo, se
pueden convertirse en ocasiones en Heras potenciales, a las que se les desata
la parte celosa o dependiente de sus parejas. Es bueno para las Afroditas ser
conscientes de esto. Y para las Heras a las que se les despiertan los celos,
aprender a valorar su persona y no manifestar o transformar esa energía de
Hera no desarrollada para su bienestar en todos los sentidos posibles.
A veces las mujeres odian a la otra, es decir, a aquella mujer con la
que su compañero pueda haber tenido encuentros, que pueda haber estado
entre una relación de dos. Es mejor recordar que lo mas adecuado para ellas
mismas es replantearse su situación y su relación. La soluciones de una pare-
ja se analizan entre los dos, en vez de culpar a otra persona.
Hay una influencia sociocultural de los celos, la ira o el ataque entre
mujeres, cuando lo más bello es estar en armonía y apoyarnos, recordando
que un tercero puede ser la chispa de ruptura, y que hay seguramente un pro-
ceso previo de conflicto anterior en la relación.
Todas las mujeres, independientemente de su estado de compromi-
so o no, buscamos amor y aprobación.
A una mujer se le puede seducir...Pero cuando una persona realiza
una infidelidad dentro de una relación, existe un conflicto entre esas dos per-
sonas, y la tercera, realmente, no es la protagonista. Los protagonistas son
las dos personas de la relación: uno que actúa y otro que es el pasivo/a. Y
son las dos las que pueden o no solucionarlo, curarlo, y seguir o disolver la
relación, pues en una relación los dos son responsables...
Danzando con la Diosa 160

DIARIO DE MI HERA

ME COMPROMETO EN UNA RELACIÓN

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161 Danzando con la diosa - Parte

EN LOS TALLERES CON HERA

PROPÓSITO: ME COMPROMETO

Como hemos visto, los aspectos positivos que despierta esta diosa
son la vinculación, el ser fiel, y soportar las dificultades de la convivencia.
Que si existe el amor, incluyendo el respeto, te llena y ayuda para sentir, ade-
más de transmitir amor hacia al otro, a los demás, a tu descendencia.
Lo más difícil es reconocer la ira vengativa, o rabia, hacia otras muje-
res, que puede despertarse, como sabemos, cuando creemos que la otra per-
sona con la que tenemos un compromiso es nuestra.
Con esta diosa, cuando bailamos, activamos las extremidades supe-
riores, los brazos y las manos, para desarrollar la sensibilidad y la armonía
que más allá podemos sentir y captar, incluso, las energías sutiles, no sólo
nuestras sino de la otra persona cuando realizamos ejercicios en pareja.
Como puedes ir viendo, existen varios ejercicios en todas las dio-
sas, que trabajamos en pares. Son realmente enriquecedores. Nos permiten
descubrir nuestras habilidades o dificultades a la hora de comunicarnos
con los otros.
En los talleres danzamos en pareja, realizando movimiento, primero
de brazos y luego combinándolos con pasos sencillos hasta intentar crear
movimientos sincronizados, no sólo con las parejas sino con todo el grupo.
Así, también fomentamos la conexión grupal, toda la energía se
mueve a la vez, y es muy bello observar a mujeres bailando en sincronía de
parejas. Podemos descubrir la belleza del compartir la alegría de danzar, de
danzar a la vida.
Danzando podemos darnos cuenta del placer de compartir con otro,
pues todos los seres vamos en busca, y deseamos lo mismo que tú. Necesi-
tamos desesperadamente el amor y la aprobación...
Poco a poco se va descubriendo lo difícil, pero agradable y divertido
que es encontrar la coordinación. El saber compartir primero el esfuerzo y
luego el placer de encontrar un ritmo sincronizado. En el darse a otro ser en
un mismo o varios movimientos de danza. Normalmente te ríes si no salen
los ejercicios, el baile es una diversión.
Danzando con la Diosa 162

La vida también es una diversión. Es una alegría estar vivo. Cuan-


do hay roces o no salen las cosas bien entre dos, también podemos reír e
intentarlo de nuevo. La vida es un juego. Y no podemos enfadarnos con
el otro si no le sale a la primera; tampoco vivirlo tan seriamente como nos
tomamos la vida. Si nos equivocamos nosotras y nos tratamos de manera
dura, rígida e intransigente, no debemos trasladar al otro nuestra propia
exigencia.
Compartir con el otro el aprendizaje de la vida y reconocer en todos,
y sobre todo con la persona que intimamos, a verdaderos maestros de nues-
tra existencia. Al compartir aprendemos mutuamente a realizarnos y a des-
cubrir que mutuamente podemos enriquecernos con cada instante que com-
partimos con las personas que intimamos.
La sociedad va cambiando, como los seres humanos. Cada vez hay
menos Heras tradicionales pero sí –por referencia de las familias tradiciona-
les, de las religiones y status– nos educan todavía para sentir una necesidad
del matrimonio, aunque cada vez existan más uniones sin este compromiso
religioso.
Es cierto que muchas mujeres sueñan con su boda, aunque va pare-
ciendo más un montaje de consumo que algo libre, sencillo, alegre. Real-
mente es una celebración amorosa, sobre todo, sagrada.
Va mas allá de las religiones humanas, amar a otro ser y decidir
conscientemente el compartir tus momentos cotidianos con alguien que
pueda, con su amor (el amor de los dos), convertir lo cotidiano en amor,
en sagrado...

Experiencias personales con la diosa Hera

Recuerdo un caso de una alumna que se llama Mª Ángeles, una dulce


y sensible peluquera que cuando la conocí tenía la gran preocupación de no
encontrar un hombre para ella. En clase le enseñé técnicas de seducción, rea-
lizó el taller completo de danzando con la diosa.
Mª Ángeles durante ese periodo mejoró su autoestima, al cabo de
unos meses, la llamé para que viniera a verme a una actuación, pues aunque
ya no acudía a clase de manera semanal, me pedía que la avisara cuando rea-
163 Danzando con la diosa - Parte

lizara algún espectáculo. Cuando acabo de actuar me gusta salir rápidamen-


te para agradecer la presencia de mis alumnas y amistades y esa vez, cuando
la observé, me presentó a su nueva y deseada pareja.

INVOCANDO SU AYUDA

Para hacer cumplir un compromiso: se hace un altar, con una vela,


incienso, una bandeja con dos anillos, y un hilo de color plata o de color oro.
“Te invoco señora del vínculo sagrado. Haz que esta relación (se
nombra) o este compromiso (se dice) se siga realizando, y no se rompa a no
ser que sea por el bien de los dos. O por el bien de mi ser si se refiere a un
compromiso propio.
Se unen los dos anillos con el hilo. Se colocan en la bandeja y se deja
consumir la vela. Luego se guardan los anillos en una bolsita.

AFIRMACIONES POSITIVAS

- ¡Hera, ayúdame a ser fiel en mis compromisos!


- ¡Hera, enséñame a saber comprometerme!
- ¡Hera, muéstrame como crecer en esta relación!
- ¡Hera, ayúdame a que esta unión sea fructífera!
Danzando con la Diosa 164

Poemas con relación a la energía de PERSEFONE

Persefone me alimenta
Granada roja
…Ah yo quería ser un narciso frondoso y bello
y él vibraba con mis caricias apasionadas
Tomándome la cintura de dulce arrullo.
No, no lo pude integrar en mí, yo no era
Narciso blanco ni más mentira y el suelo
Se abría tumba cogiendo al cuerpo…
¡Surgió Plutón!
¡La prueba de las verdades y los demonios,
Viví lo oscuro, ay!
¡La sangre enfermo vergüenza,
semilla pudrí la tierra y así en desgarro,
los bichos reprofanaban dolor y lucha,
ah pude ver lo fertilizante de la batalla,
siendo así con el sufrimiento de negaciones,
dolor de mi resistencia
Pavor de sueño!
Ah en ello sin esperanza me vi raíz.
Me vi con un largo tallo danzar sincera,
Y supe que de la muerte crecía rosa.
No, no me llames Kore la virgen,
No me evoques la pura Blanca,
Soy la reina de los submundos y verdes prados
Y sé que con la tierra y cielo mi dios revive.
Soy la luna en las estaciones,
Muero y vivo con cada ciclo, me doy entera…
165 Danzando con la diosa - Parte

Ya balcón donde contemplar mi descubrimiento,


Me rió con cada imagen y a veces lloro
Me llaman Io,
Persefone me alimenta granada roja
Y en flautas y amargos cantos libero Ser
¡He ganado la paz profunda de ser quien soy

Mutación
Como un gusano voy disolviendo los hilos duros
De la existencia, los credos fijos, la expectativa,
Mi voz sin gracia de lo caduco.
Como un gusano ni sé quién soy,
Igual que larva quede sin ley, sin nanas
Y sin lamento, sin flautas y desencanto…
¡Oh sueño de luz hermana que amor murmure!
¿Ya sabes, oh mariposa, que eres bella y azul?

Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 166

DESCUBRIENDO NUESTRA INTUICIÓN

Despertando de nuestros sueños con Persefone


Penúltima diosa, con su aspecto inocente y soñador, pero dolorosa
experiencia de ser llevada a los submundos. Sin embargo, su salida es alta-
mente evolutiva. Ésta es la visión de la gran diosa que nos enseña a apren-
der de nuestras acciones dolorosas y desgarradoras que podemos vivir en
nuestra existencia. Nos recuerda que la salida será triunfante con nuestra
voluntad y decisión de seguir hacia adelante después de una crisis.
En referencia al cuerpo, cuando estamos danzando con ella, pone-
mos más atención en nuestras caderas para poder activar su propia energía.
Trabajamos la pelvis también, utilizamos como ritmo musical la tabla
y la percusión para liberar emociones con movimientos rítmicos, mientras
bailamos en un laberinto en espiral entrando y saliendo, simbolizando los
dos extremos de nuestras polaridades, el día y la noche, de lo luminoso a lo
oscuro, con el fin de comprobar que todo es necesario para valorar lo que
necesitamos.
Luego, bailar en la noche que, después de haber bailado durante día,
tiene algo distinto. También bailaremos en la oscuridad, cuando estemos a
solas, para darnos cuenta de las diferencias y distintas sensaciones.
Luego, cuando volvemos a danzar en grupo, podremos mezclar
varias diosas en nuestro baile, en el bosque, en la noche, para poder poten-
ciarlas, reconocerlas y disfrutarlas a la vez, recordando que el mundo subte-
rráneo es un simbolismo, un recuerdo de nuestro inconsciente, de nuestras
imágenes, de nuestros sentimientos, de nuestros miedos más profundos…
Como un deber de tipo personal, intentaremos llevar, al menos
durante siete días, un diario de nuestros sueños.
Los diarios de sueños son muy reveladores. Cada mañana, cuando te
despiertes, permítete cinco minutos para recordar tus posibles sueños. Anó-
talos, más tarde, en una libreta.
Un maestro indio me aconsejó que cuando tuviera un problema, me
acostara pensando que mi inconsciente solucionaría este problema, a través
de los sueños, y que en una semana toda tu producción onírica, puede reve-
larte símbolos de ayuda personal ante situaciones problemáticas.
167 Danzando con la diosa - Parte

Aunque, recuerda: en la existencia de la diosa, todo es perfecto. Sólo


nuestra mente condicionada es la causante de nuestros problemas. Es nues-
tra mente, junto a nuestros miedos, la causante de nuestros problemas, mas
allá de la situación del exterior en la que vivimos.
En el taller vivencial, esa noche también se investiga y se intenta recor-
dar el sueño, que para algunas es revelador. Además, quien lo desee puede rea-
lizar una técnica para despertar algún posible recuerdo de reencarnaciones...
Recuerda leer la autobiografía de Persefone antes de iniciar los ejercicios.
1. Reflexión en nuestras posibles dependencias.
Despertar un profundo deseo de fomentar el éxito para poder salir de
alguna de estas dependencias.
Es muy interesante conocer cómo salieron otras mujeres de ellas. Nor-
malmente en un grupo, o en nuestro círculo personal, existen perso-
nas que también estaban como nosotras y lo consiguieron. Todas
podemos. Somos diosas si lo queremos.
Con la fuerza más la sabiduría de esta diosa podemos alcanzar nuestra
liberación. Es decir, permitir que la niña inocente, que cayó al sub-
mundo, se convierta en mujer madura y sabia, pudiendo, entonces con
esta metamorfosis personal, ayudar a otros que se encuentren en el
mismo nivel inferior al que estábamos antes.
2- Recordar en qué momentos de nuestra vida hemos sido Persefone, cuál
ha sido nuestra mayor crisis personal y como hemos salido. Todo ello
nos puede permitir recordar nuestro poder y por supuesto poder ayu-
dar a otras mujeres.
3- Un ejercicio, que creé especialmente para esta diosa en particular, tiene
una mezcla de conocimientos budistas, orientales, sobre la vida y la
muerte. Le añado técnicas de relajación y visualización, le incluyo
datos basados en el conocimiento espiritual de otras culturas, lo cul-
mino con una creación propia de cómo usar el cuerpo para sentir una
acción corporal muy amorosa y de renacimiento profundo.
Revivimos de una manera (la mas positiva y amorosa) los ritos eleu-
sinos, de nacimiento y muerte, pero desde mi visión personal de amor y
apoyo incondicional a todas las mujeres. Esto facilita el encuentro con la
muerte más el retorno a la nueva vida consciente.
Danzando con la Diosa 168

Nos enseñan muy poco a saber vivir en plenitud interna, pero muchí-
simo menos a conocer la muerte y, sobre todo, a saber morir…
A todas las mujeres que han asistido les ha encantado, pienso que
enriquece muchísimo. Sobre todo el final, que conmueve, que nos da una
oportunidad de volver a ser conscientes de que estamos vivas... Te la acon-
sejo. Es muy amorosa.
Persefone tiene dos caras: la inocente, sumisa de una doncella, y la
reina de las almas muertas, siendo la guía para otros en esta dimensión o
estado. En el simbolismo de la soñadora e inocente doncella, se nos habla de
un duro despertar.
El despertar de nuestros sueños significa estar conscientes de la rea-
lidad, del presente, no dejarnos en el ensueño de cómo sería la vida, o cómo
no gustaría que fuera en realidad. Es salir al mundo. Si no sales por ti misma,
el mundo te sacará de él pero tal vez a la fuerza, con sufrimiento, como le
hicieron a Persefone.
El dios Hades, o la vida, la forzaron a salir de sus sueños, para vivir
una situación oscura y dolorosa, para despertar de sus fantasías y estar cons-
ciente. Es muy bello soñar pero, recuerda, la vida es para vivirla en toda su
manifestación, y no solamente con la mente.
Si no cambiamos por nosotras mismas, la vida nos hará cambiar de
una manera no muy cómoda.
Y si no hemos utilizado esa energía de cambio, la acción desbordada
puede hacernos ser utilizadas para recuperar el equilibrio; de no hacerlo por
nosotras mismas, la vida lo hará por nosotras, tal vez por la acción o com-
portamiento de otro ser, o de circunstancias externas. A veces solo se apren-
de con el dolor, por la separación, la dependencia, la soledad, la depresión…
Tal vez hemos permanecido en un estado de tanto letargo que nos
despiertan con fuertes tambores. De repente, nos hacen perder todo lo que
teníamos como estable en nuestro creado mundo personal. Nos lo destru-
yen y hacen desaparecen nuestros sueños, para volver a empezar luego con
una nueva conciencia del presente, de la realidad, para comenzar sabiendo
las lecciones.
Venimos a aprender a conocernos, si no lo hacemos la vida es sabia
y lo hará por nosotros, aunque sea por medio del dolor…
169 Danzando con la diosa - Parte

La idea de una mujer Persefone silenciosa en la sombra encarnan


algunos aspectos de esta diosa, que retrata muy bien algunas personalidades
o conductas que muchas mujeres aceptan representar y vivir en su existen-
cia. Tales como la famosa imagen de la adolescente que no sabe qué camino
tomar, qué hacer, llena de dudas, y se deja llevar, espera a su príncipe azul,
que no llega, sino como un rey del submundo que te atrapa y te viola.
En relación al vínculo que Persefone tiene, tan poderoso, con su
madre, o viceversa, podemos distinguir:
– Un patrón de conducta en relación con la madre, en relación con
una hija dependiente de su madre, que no manifiesta su propia individuali-
dad, se deja llevar por lo que la madre desea, aun siendo, tal vez, una mujer
adulta.
– En algunos casos existe esta vinculación tan poderosa, que puede
provocar un retraso o lentitud en la formación autónoma e independiente,
que, como mujer, toda Persefone necesita INVOCAR SU AYUDA.
Para desarrollar una capacidad dormida, tomar un cuarzo rosa e imagi-
nar en él un don para rescatar dentro de ti. Duerme con él. Ponlo junto a tu
pecho e invoca a Persefone: “Tú que conoces la profundidad de mi ser, pues
vives en lo más profundo, haz que desarrolle el don (decirlo en voz alta) que
necesito ahora, y que lo saque hacia la luz, como cuando tú regresas a la tierra”.
Puedes dormir con él debajo de tu almohada, y repetir durante un
tiempo. Lo ideal es un ciclo lunar.

Experiencias personales de la diosa Persefone


Rosa venía a clase, aunque era una mujer con gran entusiasmo, esta-
ba viviendo la menopausia con gran dificultad. Recuerdo que asistía con su
hija. Para Rosa la clase era dura en esa etapa de su vida, incluyendo los cam-
bios de humor, que estaban presentes. Incluso, al principio lo veía muy difí-
cil, se desanimaba por aprender a bailar, sin embargo supo salir del infierno
mental que algunas mujeres por la sociedad y condicionamientos viven en
este periodo otoñal de la mujer. Resurgió como una figura de apoyo a aque-
llas que en clase empezaban. Ella repitió el nivel de principiantes y sus fra-
ses con positivismo y alegría la convertían en una maestra siendo ejemplo
para sus compañeras de clase.
Danzando con la Diosa 170

AUTOAFIRMACIONES
- ¡Persefone, ayúdame a permanecer abierta y receptiva!
- ¡Persefone, enséñame cómo desarrollar esta capacidad dormida!
- ¡Persefone, sé mi guía de o en ...!
- ¡Persefone, ayúdame a ser tan bella e inocente en ...!
- ¡Persefone, muéstrame cómo salir de ...!

ANEXO - Orrisa de Brasil.


Incluyo a esta Orrisa junto a Persefone por su conexión; la más cer-
cana a Persefone, ya por su función de guía, ya por su similitud de residen-
cia. Su habitáculo: las profundidades emocionales.
YEMANJA, Orrisa de los mares, su origen es de Nigeria, pero es la
mas reconocida en Brasil.
Ella esta considerada la madre de todos los ORISSAS, por lo que la
asemejaríamos a nuestra Demeter.
Sus hijas serian generosas pero a veces posesivas, con lo que esta
característica la acercaríamos a Hera.
Yemanja, puede ser guía para pescadores y seres que viven o se mue-
ven por el mar. Su fuerza como guía se asemeja a Persefone; en vez de las
profundidades del mar, ésta habitaba en las profundidades de la tierra. Por
su mismo rol o función en guiar y ayudar a otras personas, sería Persefone
la diosa que más conecta con Yemanja.
Incluso hay manifestaciones de esta Diosa como una sirena, simbo-
lizando la feminidad dentro del mar. Por ello la acercamos a las diosas:
Demeter, Hera y Persefone.
Para poder conectar con ella los colores azules que te rodeen; puede
ser mezclado con el color blanco para potenciarlo. Sus ofrendas en comida,
para conseguir sus cualidades positivas. Podrías realizar una comida con hari-
na de maíz más leche de coco con azúcar y un poco de sal. Se lo ofreces, si
puedes enfrente del mar, y le pides claridad y equilibrio psicológico.
Seguro que si te agrada esta Orrisa u Oxum, puedes buscar más
información sobre este fascinante mundo.
171 Danzando con la diosa - Parte

Poemas con relación a la energía de AFRODITA

Mi Venus bella, esa parte de mí


…¡Ale! Sentadita en su vaca negra
preciosa ella, mi Venus canta,”ale ale”
y va como primavera anhelando toro,
“ale-Ala…”
¿no desea mi dulce dama collar de flores,
No presume con su donaire trotar en mí?
-A veces por impotencia no digo nada,
y es ella mi sangre triste mordiendo
adentro.
Mi amor
Lo vi. de nuevo,
El amor es amor y basta,
Lo llevo dentro de mí.
Él tan solo me lo sacude
Y así conmueve…
¡Hay hombres igual que tea,
me activan llama!

Hermelinda Rasal
Danzando con la Diosa 172

DESPERTANDO A AFRODITA

Soy sexual y alquimica


Afrodita es una diosa especial. No solamente está centrada en la acción
externa, como las tres primeras diosas; por el contrario, no se deja llevar por
la necesidad de recibir, como las últimas tres diosas, sino por encima de ellas,
fluye con la existencia; simplemente está y es. Valora todo lo que aparece ante
ella, y descubre la belleza y el placer en cualquier aspecto, idea u objeto.
Además de ser mental, está orientada a las relaciones, como síntesis
de las seis últimas diosas. Y sin llegar a ser dependiente, ni extremada en el
mundo emocional. Ella simboliza la acción en el disfrute del momento que
se puede compartir con el otro, sin ataduras emocionales, sin el deseo de
“para siempre”, a no ser Afrodita no refinada no controle la energía y persi-
ga a los hombres, y disfrute de sus encuentros sin pensar en sus posibles
efectos negativos.
Estando en un nivel de evolución, sabe de alguna manera que todo
es temporal y fluye en el instante, sabiendo que el futuro sólo está en la
mente, disfrutando del momento presente como único momento real, el
aquí y el ahora.
Es el saber fascinante, de una niña que ve todo como si fuera nuevo,
único, especial. Es saber convertir lo cotidiano o vulgar en maravilloso y
diferente. Si sabemos cultivarla apropiadamente, ser Afrodita es un placer
alquímico.
Afrodita es la diosa del amor, de la erótica, de la sexualidad, desper-
tando nuestra energía sexual. Vamos a enfocar su cualidad, para poder tra-
bajar a fondo todo aquello que conecta con esta diosa y que nos ayude a ver
en profundidad uno de los aspectos más importantes y que normalmente
menos se profundiza. Es decir, nuestra sexualidad desde tres visiones distin-
tas y en tres apartados:
- Soy un ser sexual (desde el momento que me desarrollo como ser
humano).
- La sexualidad (mi capacidad de expresar y relacionarme siendo un
ser sexual).
- La erótica (mi manera personal o en relación a mi sexo de como
puedo disfrutar y hacer disfrutar mi sexualidad).
173 Danzando con la diosa - Parte

Así, por ello podremos tener una visión más clara del tema de la
sexualidad. Y si realizamos esto en grupo compartiendo el tema, nos ayuda-
rá a tener unas creencias más libres además de flexibles en esta área tan vital
y humana como es.

1. SOY UN SER SEXUAL


A.Contar o escribir la historia de tu vagina.
Significa que narres en primera persona, imaginando que eres tu vagina,
todas tus experiencias conscientes.
Por ejemplo: desde el decir : “yo soy mi vagina” (narrar su despertar, hasta lle-
gar al momento presente). Ejemplo: “Yo soy la vagina de Ana, y a mí
no me gustó la primera vez que sentí un tampax dentro de mí... etc...”
De esta manera de hablar, de sentirnos, y expresar que somos nuestra vagina,
podemos ver nuestras experiencias con aquello que entra en contac-
to con nuestro cuerpo, con nuestra puerta, con nuestra vagina.

B. Despertar nuestra vagina


En las técnicas de tantra y taoístas se valora el poder de nuestros órganos
sexuales desde hace miles de años. Podemos ejercitar nuestros
músculos vaginales para mantenerlos en forma, al igual que desea-
mos mantener los músculos del resto de nuestro cuerpo.
Aprender a soltar y apretar los músculos vaginales. Lo ideal sería practicar
todos los días, empezar diez veces hasta cien diarias.
Ya vimos, en el apartado de la energía sexual lo poderoso que es controlar
estos músculos, y que además pueden facilitar un aumento de pla-
cer y prevención de la incontinencia urinaria.
Nacemos y nos ponen pañales. Más tarde, con las menstruaciones, volvemos
a utilizarlos y los usamos de nuevo. Y luego, finalmente en la
mediana edad, cuando llega la menopausia y estamos libres de
embarazos, anuncian en la televisión que podemos seguir usando
pañales para ser felices.
Por ello podemos prevenir su uso fortaleciendo esta zona, para evitar la
incontinencia. ¡Amigas no cuesta nada realizarlo, y es muy podero-
so para el disfrute sexual en penetraciones y relaciones sexuales!
Danzando con la Diosa 174

Recuerda que en el apartado inicial de energía sexual tienes la explicación de


la respiración tántrica, que sirve para potenciar la sensibilidad y dis-
frute en el juego sexual.
Añadiendo que si estás con un hombre, él también puede disfrutarla e, inclu-
so, normalmente, se les alarga el tiempo de su erección.

C. Despertar los sentidos


Jugar con el olfato y el resto de los sentidos perceptivos cada día. Se puede
elegir uno determinado, o varios, para mejorar nuestra capacidad
sensorial. Para tal fin, seamos conscientes de todos los olores que
vayamos oliendo durante cualquier día elegido.

D. Explorar tus órganos


Podemos con un espejo grande, observar los órganos sexuales, si se
puede, con un especulo, conseguir ver nuestra vagina por dentro, ya que es
muy rosada y bella.

Nuestra sexualidad
A. Decir qué debería o no haber en mi sexualidad. Observar los “deberías”...
B. Potencia tus órganos sensoriales, durante y después del acto sexual, por
ejemplo; hazlo mientras ves algo bello, o en la naturaleza, con agradables
olores, y saborea con el gusto. Puedes mirar por ejemplo los árboles, y te
digo que personalmente, si no lo has hecho y has disfrutado de la visión
de árboles, que se ven más verdes, más vivos, y por ello también os sen-
tiréis más vivas,....

Nuestra erótica
Fantasías sexuales Contarlas o escribirlas. Las fantasías sexuales no
tienen por qué realizarse. Algunas son más fantasía mental que de acción.
Por ello pueden ayudar en nuestro deseo de mayor placer. Y, por otro lado,
otras son más poderosas realizándolas, mientras la persona lo desee y sea
consciente, todo está bien.
Recordad experiencias sexuales con otras personas, dónde y cómo te
has relacionado en la intimidad con otros.
175 Danzando con la diosa - Parte

C. Pensar en lo que te excita o excita a tu pareja, y comentarlo, para descubrir


qué les excita a hombres y mujeres. Cada ser es especial y, aunque algunas
son experiencias comunes, las motivaciones varían según las personas.

En otro apartado estaría este ejercicio:


Te tumbas relajada. Recuerda que la mejor respiración para relajarte
sería: inspirar por la nariz, hinchando el vientre, y expulsar el aire otra vez
por la nariz, hundiendo el vientre en esta ocasión.
Así que, una vez relajada, te centras primero en tu zona sexual. Pue-
des sentirla con tus manos apoyadas, para escucharla, para saber de ella, pre-
guntándole a tu ser sobre estos tres apartados.
- Las necesidades de tu cuerpo.
- Las necesidades de tu sexualidad.
- Las necesidades en el ámbito físico o material como casa, dine-
ro, alimentos...
Después puedes anotarlos y volver a relajarte. Ahora te centras en el
estómago, hígado y sobre todo el bazo, pudiendo, otra vez si lo deseas, situar
tus manos sobre ellos. Y así ves tus necesidades emocionales, preguntándote:
- Qué puedes hacer para llenar ese espacio, si lo sientes vacío.
- Qué pueden hacer otros por ti para sentirte bien en ese lugar
de tu cuerpo.
- Observa si tienes algún conflicto emocional; pregúntale a tu
cuerpo.

DEBERES PARA CASA

En general, podrías realizar una reflexión sobre tu vida sexual. En


referencia a tu pasado, a cómo vives tu presente, y cómo te gustaría que fuera
tu futuro en esta área de tu vida.
Si nos centramos en la época dorada de conocimiento de la cultura
griega, puedes recordar que Delfos era un oráculo, una construcción redon-
da y por ello, regentada por mujeres muy especiales. Además significa
“útero” en su traducción del griego y es algo muy privilegiado tener la posi-
bilidad de poseerlo por ser mujer.
Danzando con la Diosa 176

Nuestras emociones pueden quedarse en nuestros órganos sexuales.


Si visualizas u observas imágenes de úteros, éstos son redondos como copas,
como recipientes. Por ello son muy fáciles de llenar y pueden, por su condi-
ción física, acumular energía densa estancada.
Las emociones negativas son densas. Además tendemos a apretar y
tensar nuestro cuerpo, o partes de él, cuando no nos sentimos bien. También
podemos cerrar o bloquear distintas zonas que pueden traer, con la conden-
sación de las emociones, distintos problemas o, incluso, enfermedades.
Con la danza del vientre, tenemos la propia oportunidad de actuar en
las emociones para sanarnos a nosotras mismas.

Otros deberes
- Realiza actividades creativas.
- Intenta descubrir la belleza en todo momento.
- Da gracias, o sé consciente de todo y disfruta, en lo cotidiano
la belleza de estar viva, de su color, sólo el momento.
- Despierta la felicidad de estar viva danzando; y si lo sientes,
transmítelo a tus compañeras con la danza, a la vida a quienes
te miren.

Siéntete dichosa de esta oportunidad de estar viva y danzar cele-


brando que eres mujer.
177 Danzando con la diosa - Parte

DIARIO DE MI AFRODITA

SOY SEXUAL Y ALQUIMICA

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Danzando con la Diosa 178

DANZANDO CON AFRODITA EN LOS TALLERES

Aquí, con la última diosa, ya hemos descubierto todo el cuerpo. Por


ello, podemos danzar ya con una intención global y más consciente, desper-
tando la seducción, la erótica, con distintos movimientos, gestos, miradas y
actitudes que la danza despierta y que manifestamos mientras danzamos
como diosas.
Recordemos cómo los hombres se estimulan sexualmente con la
visión, es decir con la contemplación de bailarinas, y cómo durante los siglos
la danza oriental era el disfrute mayoritario de varones.
Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar bailando y expresándo-
nos por y para cada una de nosotras, en búsqueda de nuestro propio disfru-
te como mujeres.
Bailamos con Afrodita, con sus cualidades y usando este templo
sagrado que es nuestro cuerpo, en comunión con la existencia, con la ener-
gía tan poderosa que se despierta en nosotras las mujeres, capaces de traer
vida, de sentir, de amar, de compartir...
Trabajamos gestos, miradas, posturas, sensaciones y sentimientos
que despiertan en el baile a Afrodita.
Solemos disfrutar utilizando técnicas de seducción con el lenguaje
corporal.
Hay mucha alegría y diversión en el grupo: solemos hacer un círcu-
lo, o media luna, y cada vez sale una mujer al centro, entonces, la realzamos;
ella es, en ese momento, Afrodita, y crea un movimiento, el que más le
guste; y siguiéndola, aceptamos a esta Afrodita y a la Afrodita de cada una
de nosotras.
Eliminar los condicionamientos y creencias de que aquella que es ale-
gre o disfruta es pecadora, o, como ha hecho mucho la sociedad o la religión,
no eliminen o censuren esta bella parte de Afrodita, en las mujeres.
Y por esto, se nos ha relegado a ser o madre sufridora o esposa sumi-
sa, y poniendo etiquetas de ligera, golfa o prostituta a esa energía de disfru-
te, de nuestro derecho del placer de sentirse una misma:
“Mujer plena y total para ser una verdadera diosa”.
179 Danzando con la diosa - Parte

Me encanta ver cómo se divierten en mis clases mujeres de mediana


edad con roles sociales muy marcados. Es maravilloso vivir momentos de
“descontrol” con la danza (casi de “trance”), y verlas tan libres y llenas al
sentir esa liberación, sencillamente danzando.
Como si fueran otra vez niñas, es precioso ver mujeres en la etapa
dorada de su existencia y ver sus sonrisas de “niñitas”.
Todas tenemos ese derecho de disfrute. La danza lo proporciona.
Por ello es tan poderosa. Y las mujeres tenemos mucho poder, la danza lo
puede potenciar dejando a un lado la mente, las creencias, entregándonos al
sentir, sin ser juzgadas, sin ser comparadas.
Disfrutar, con nuestro ser y de una manera consciente, es un privile-
gio de mujer...

Experiencias personales con la diosa Afrodita

Todas las mujeres que lo prueban aumentan su capacidad de sentir y


dar placer sexual.
Tengo varios casos de parejas que apoyaban a sus mujeres a conti-
nuar las clases pues habían mejorado sus relaciones sexuales.
Pero prefiero comentar el caso de una mujer que nació con cuerpo
de hombre y en su proceso de identificación femenina venía a clase para
potenciar su feminidad. Todas en clase veíamos su vello en el pecho pero
su intenso deseo de demostrar que era una mujer mas allá de sus caracte-
rísticas masculinas, intentaba bailar lo mejor posible. Tenía ya su nuevo
DNI con nombre femenino y yo la apoyaba y repetía su nombre de mujer
para apoyarla.
Ella me llevó a realizar un taller para una asociación de ayuda para el
SIDA para otras mujeres. Gracias Cristina.

INVOCAR SU AYUDA

Para atraer su amor, podemos realizar este sencillo ritual: recubre un


altar o mesa con seda o lino; pon flores e incienso; toma un espejo y haz que
se refleje en una rosa roja.
Danzando con la Diosa 180

¡Te invoco AFRODITA, tú que eres gracia, armonía y belleza, tú que


haces que los seres se atraigan! Trae el amor hacia mí.

AUTOAFIRMACIONES POSITIVAS

- Afrodita, ¡ayúdame a disfrutar y amar mi cuerpo!


- Afrodita, ¡enséñame a vivir en plenitud cada instante!
- Afrodita, ¡muéstrame lo bello de cada momento!
- Afrodita, ¡despierta en mí el amor y la creatividad!
- Afrodita, ¡despierta mi poder erótico, mi seducción!
- Afrodita, ¡despierta mi sexualidad y mi disfrute!
181 Danzando con la diosa - Parte

VALORACIÓN FINAL

Después de haber conocido y sentido a cada diosa, y haberlas des-


cubierto en ti, ahora puedes, con conocimiento propio, visualizarlas en tu
interior. Investiga cuál está más desarrollada y cuál necesitas más en este
momento.

DIOSAS CUALIDAD
ARTEMISA Impulso
ATENEA Estratega
HESTIA Sabia
DEMETER Nutrir o fértil
HERA Compromiso
PERSEFONE Sueño o realidad
AFRODITA Sexual y placer

A veces no estás viviendo una sola diosa, también puedes tener varias
activadas.
Y lo más enriquecedor sería saber que podemos aplicarlas cuando las
necesitemos.
Nosotras, cuando estamos en grupo y ya las hemos clasificado,
vamos explicando; primero qué diosas vemos en la participante elegida, y
luego, ella misma nombra las diosas con las que se siente más identificada.
Recordar las diosas de las que carecemos y podamos necesitar.
Estar muy atentas al recordar que una diosa es una cualidad o cara
de la gran diosa, y que tiene sus extremos: refinada y evolucionada, o des-
centrada y densa, y a eso hay que estar atentas…
Danzando con la Diosa 182
183 Danzando con la diosa - Parte

Valoración con el TEST POST

Aquí, en la terapia, también se valora el camino y el resultado de la


labor realizada por cada mujer-diosa; y se repite el pre test, realizado antes
de empezar Danzando con la Diosa.
El 95% de las mujeres que han realizado los talleres han mostrado,
en los test, cambios para mejor, según sus marcaciones, y en todos los nive-
les. También una liberación de sus creencias y limitaciones, que facilitará su
crecimiento como mujeres y el despertar de no sólo su feminidad sino de su
condición de diosa.
Algunas mujeres han conseguido sus metas: desde cambiar de traba-
jo, empezar una relación. No sólo era algo deseado y no realizado, sino que
al llevarlo a cabo con más conciencia supone un reconocimiento de nuestro
poder como mujeres.
Eso si se respira una gran alegría y entusiasmo en el grupo. Recuer-
do que el encargado del lugar, José Luis, me decía una vez: “¿Qué les haces
que están todas tan radiantes?”, y yo le respondí: “Son ellas que han descu-
bierto su verdadera identidad...”
A otras les gusta potenciar sólo una diosa, porque la necesitan más
que otra, pero todas sabemos que la diosa Afrodita, con su energía contro-
lada, desde el punto de vista del amor y respeto hacia una misma y los demás,
es la que nos puede facilitar el equilibrio entre las diosas del triangulo supe-
rior, las mentales, y las del triangulo inferior o emocionales, para vivir en ple-
nitud nuestro cuerpo femenino, nuestra sensibilidad femenina, nuestra alma
de mujer...
El lugar donde actualmente realizamos los talleres está situado en la
montaña rodeado de pinos cerca del mar Mediterráneo, a veinte kilómetros
de Valencia. El jardín de Osho. Sierra de la Calderona.
No es casualidad, ya hace más de veinte años era un lugar donde la
gente iba a ver ovnis, a realizar trabajos espirituales. Debajo de esta monta-
ña existe un famoso centro espiritual, un monasterio cristiano de hombres.
Cuando paseamos para ir a hacer algún ritual o ejercicio en el bosque
comento que abajo están los hombres cristianos, y que aquí arriba estamos
las brujas, mejor dicho, las hechiceras, que danzan desnudas por la montaña,
libres...
Danzando con la Diosa 184

Sin embargo, ellos a su manera buscan a su Dios masculino, lo mismo


que nosotras danzando para descubrir a la Diosa que llevamos dentro.
Diferentes caminos buscando algo parecido, nuestro verdadero ser,
con conciencia, libertad y paz.

SOMOS DIOSAS LAS MUJERES


CELEBRA QUE ERES MUJER
DANZANDO
¡Que todos los seres sean felices!
Amigas, hermanas y compañeras: ¡que todas nos iluminemos con la
luz del amor de la Diosa.
Si necesitas algo, o te apetece probar un taller de Danzando con la
Diosa,
o venir a fiestas de mujeres que practican la danza del vientre...,
o quieres compartir, será un placer conectar con una diosa más:
w.w.w.Naima-Naim.com

Gracias.
Naima Naim.
Ha sido un placer transmitir... Espero que el libro (o cuaderno de
conocimiento) no se quede sólo en palabras escritas o información, sino en
emociones y en sentimientos, que sea una real iniciación hacia tu propio des-
cubrimiento de que eres una diosa.
Que estamos aquí todas de regreso a nuestros orígenes, a nuestro
poder; que somos energía, una energía divina; que si permitimos que nuestro
cuerpo fluya, que todo nuestro ser fluya mientras encontramos nuestro cen-
tro, seremos estrellas luminosas, para iluminarnos e iluminar a todos aquellos
que estén en nuestro camino de vuelta a casa, a nuestra unidad con la DIOSA.
Que todos los seres sean felices,
pues es nuestro verdadero estado.
Que así sea.

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