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BIOGRAFIA DE LEONARDO DA VINCI

Pintor, escultor, arquitecto, ingeniero, escritor y científico italiano nacido en Vinci,


cerca de Florencia, el 15 de abril de 1452, y muerto en el castillo de Cloux, en
Amboise, el 2 de mayo de 1519.

Hijo del notario italiano Piero da Vinci, fue educado en la casa de su abuelo paterno
hasta 1469, fecha en que viajó a Florencia junto con su padre y comenzó a
frecuentar el taller de Andrea del Verrocchio. En 1472 aparece inscrito en la
Compagnia di San Luca, de pintores florentinos. Con su maestro, Verrocchio, adquiere el conocimiento
de las diferentes técnicas artísticas; junto a él se sabe que trabajó en la ejecución del Bautismo de
Cristo, actualmente conservado en la Galería de los Uffizi de Florencia. A este primer decenio
corresponden obras que se enmarcan dentro del ámbito figurativo en el que se mueve Leonardo, con
influencias de Verrocchio, Lorenzo di Credi, Pollaiolo, o el joven Botticelli. De este momento, además
de numerosos dibujos, se conserva La Anunciación, en la Galería de los Uffizi; el Retrato de Ginebra
Benci, en la National Gallery de Washington; la Virgen de Benois, en el Ermitage de Leningrado; La
Virgen del clavel, de Munich; el San Jerónimo, en la Pinacoteca Vaticana de Roma; y la Adoración de
los Magos, en la Galería de los Uffizi de Florencia, encargada en 1481 por los monjes de San Donato
en Scopeto y que quedó sin terminar debido a su viaje a Milán.Ginebra de Benci.

Leonardo da Vinci probablemente en el verano de 1482, Leonardo llega a Milán, donde permanece al
servicio de Ludovico el Moro por espacio de casi veinte años, realizando todo tipo de obras, desde
pintura a trabajos de ingeniero, obras hidráulicas de saneamiento y desagües, proyectos
arquitectónicos y urbanos, complicados mecanismos para fiestas, torneos y espectáculos de corte, y
la decoración de varias salas del Castello Sforzesco.

Como pintor, a su llegada a Milán realiza la primera versión de La Virgen de las Rocas, conservada en
el Louvre de París, pintada por encargo de la Cofradía della Concezione de Milán, donde destaca la
extremada delicadeza de los efectos atmosféricos. Para un monumento dedicado a Federico Sforza
realizará un gran modelo de caballo, que fue destruido en 1499. En la misma ciudad, para el convento
de Santa María delle Grazie, entre 1495 y 1498, pinta la conocida Última Cena, una de las obras
capitales de todo el Renacimiento.

Pintor, escultor, arquitecto, ingeniero, escritor y científico italiano nacido en Vinci, cerca de Florencia,
el 15 de abril de 1452, y muerto en el castillo de Cloux, en Amboise, el 2 de mayo de 1519.

La Gioconda es, sin duda, el cuadro más famoso del mundo. Como obra independiente ha tenido su
propia historia, sin parangón con ninguna otra obra de arte; desde la insistencia en pintarla desnuda,
basándose en unos supuestos bocetos sobre el cuadro realizados por Leonardo, hasta la explicación
de la supuesta afección asmática del personaje, provocadora de su comentada sonrisa, pasando por
la duda sobre el sexo del personaje representado. Un robo sufrido en 1911, consagra su ya altísima
fama, al interesar a novelistas, compositores de cuplés, humoristas, etc. En 1918 es utilizada como
imagen de propaganda política, en la tarjeta de La Gioconda Kaiser, a la que seguirán otras muchas,
como la Gioconda-Stalin. También se ha incluido el tema leonardesco en el lenguaje popular, sirviendo
de reclamo publicitario para todo tipo de objetos, sufriendo para ello descomposiciones y
recomposiciones e, incluso, deformaciones. Los artistas contemporáneos han utilizado su imagen en
innumerables ocasiones, al incluirla en sus propias obras. Todo ello es testimonio de la admiración
que esta obra ha suscitado a lo largo de todos los tiempos.
BIOGRAFIA DE MIGUEL ANGEL

(Miguel Ángel Buonarroti, en italiano Michelangelo; Caprese, actual Italia, 1475


- Roma, 1564) Escultor, pintor y arquitecto italiano. Habitualmente se reconoce
a Miguel Ángel como la gran figura del Renacimiento italiano, un hombre cuya
excepcional personalidad artística dominó el panorama creativo del siglo XVI y
cuya figura está en la base de la concepción del artista como un ser excepcional,
que rebasa ampliamente las convenciones ordinarias.

Miguel Ángel Buonarroti Durante los cerca de setenta años que duró su carrera,
Miguel Ángel cultivó por igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con
resultados extraordinarios en cada una de estas facetas artísticas. Sus coetáneos veían en las
realizaciones de Miguel Ángel una cualidad, denominada terribilità, a la que puede atribuirse la
grandeza de su genio; dicho término se refiere a aspectos como el vigor físico, la intensidad emocional
y el entusiasmo creativo, verdaderas constantes en las obras de este creador que les confieren su
grandeza y su personalidad inimitables.

La vida de Miguel Ángel transcurrió entre Florencia y Roma, ciudades en las que dejó sus obras
maestras. Aprendió pintura en el taller de Ghirlandaio y escultura en el jardín de los Médicis, que
habían reunido una excepcional colección de estatuas antiguas. Dio sus primeros pasos haciendo
copias de frescos de Giotto o de Masaccio que le sirvieron para definir su estilo.

En 1496 se trasladó a Roma, donde realizó dos esculturas que lo proyectaron a la fama: el Baco y la
Piedad de San Pedro. Esta última, su obra maestra de los años de juventud, es una escultura de gran
belleza y de un acabado impecable que refleja su maestría técnica. Al cabo de cinco años regresó a
Florencia, donde recibió diversos encargos, entre ellos el David, el joven desnudo de cuatro metros
de altura que representa la belleza perfecta y sintetiza los valores del humanismo renacentista.

En 1505, cuando trabajaba en el cartón preparatorio de la Batalla de Cascina (inconclusa) para el


Palazzo Vecchio, el papa Julio II lo llamó a Roma para que esculpiera su tumba; Miguel Ángel trabajó
en esta obra hasta 1545 y sólo terminó tres estatuas, el Moisés y dos Esclavos; dejó a medias varias
estatuas de esclavos que se cuentan en la actualidad entre sus realizaciones más admiradas, ya que
permiten apreciar cómo extraía literalmente de los bloques de mármol unas figuras que parecían estar
ya contenidas en ellos.

En 1516 regresó a Florencia para ocuparse de la fachada de San Lorenzo, obra que le dio muchos
quebraderos de cabeza y que por último no se realizó; pero el artista proyectó para San Lorenzo dos
obras magistrales: la Biblioteca Laurenciana y la capilla Medicea o Sacristía Nueva. Ambas
realizaciones son en el aspecto arquitectónico herederas de la obra de Brunelleschi, aunque la singular
escalera de acceso a la biblioteca, capaz de crear un particular efecto de monumentalidad en el escaso
espacio existente, sólo puede ser obra del genio de Miguel Ángel. La capilla Medicea alberga dos
sepulturas que incluyen la estatua del difunto y las figuras magistrales del Día, la Noche, la Aurora y el
Crepúsculo.

En 1534, Miguel Ángel se estableció definitivamente en Roma, donde realizó el fresco del Juicio Final
en la capilla Sixtina y supervisó las obras de la basílica de San Pedro, en la que modificó
sustancialmente los planos y diseñó la cúpula, que es obra suya. Su otra gran realización arquitectónica
fue la finalización del Palacio Farnesio, comenzado por Sangallo el Joven.
BIOGRAFIA DE RAFAEL TICIANO

(Pieve di Cadore, actual Italia, h. 1490-Venecia, 1576) Pintor italiano. Aunque


Tiziano alimentó durante los últimos años de su vida la idea de que había
nacido en 1475, para hacer creer que era un anciano venerable e inspirar
respeto y compasión, la crítica moderna ha establecido casi con total
seguridad que nació en 1490 y que murió a una edad más que respetable,
con ochenta y seis años. Recibió su primera formación en el taller de
Giovanni Bellini, del que salió a los dieciocho años para integrarse en la
escuela de Giorgione.

Detalle de un autorretrato de Tiziano la concepción poética de la pintura de


éste dejó una profunda huella en Tiziano, como resulta evidente en todas
sus obras de juventud, y muy especialmente en la enigmática alegoría Amor sagrado y amor profano,
lienzo con el que se consagra ya como un maestro del desnudo femenino, además de manifestar un
talento natural en la plasmación del paisaje. Con anterioridad había colaborado con Giorgione en la
realización de los frescos de la fachada del Fondaco dei Tedeschi y había realizado en Padua los
Milagros de san Antonio para la Scuola del Santo. No tardó en convertirse en el artista más importante
de Venecia y fue nombrado, en consecuencia, pintor oficial de la República.

Aunque sus obras más conocidas y admiradas en el presente son las de tema alegórico y mitológico,
el artista comenzó la parte más brillante de su carrera con una serie de retablos de colores fuertes y
contrastados y figuras poderosas, como La Asunción o el Retablo Pesaro para Santa Maria dei Frari.
Son obras de composición enérgica que muestran una gran vitalidad. Los mismos esquemas dinámicos
se repiten en las obras mitológicas de este período, como La bacanal o Baco y Ariadna. Por entonces,
Tiziano se reveló también como un gran retratista, con obras como el llamado Ariosto, en las que
establece un esquema nuevo: el protagonista aparece reproducido de medio cuerpo, con las manos
visibles y unos rasgos reales pero idealizados, captados en ocasiones por medio de un golpe de
intuición.

Hacia 1530, perdió a su esposa, y seguramente como consecuencia del impacto emocional que ello le
causó, su estilo pictórico evolucionó hacia composiciones menos dinámicas, más pausadas, y hacia
colores mucho más claros y complementarios en lugar de contrastados. Por entonces, la fama del
pintor llegaba a todas las cortes europeas, lo que le permitió recibir encargos de Carlos I de España y
Francisco I de Francia, monarcas a los que retrató en obras magistrales. Después del primer retrato
de Carlos I, el emperador quedó tan entusiasmado con el arte de Tiziano que lo nombró pintor de la
corte. También los príncipes italianos solicitaron sus servicios, y así para el duque de Urbino pintó la
famosa Venus de Urbino, de una sensualidad nueva en el arte del Renacimiento.

En 1545-1546, Tiziano, que sólo había abandonado Venecia en 1511 para trabajar en Padua, realizó
un viaje a Roma, que supuso el punto de partida hacia un nuevo tratamiento del color a base de
pinceladas largas y atrevidas, y de manchas y toques que deshacen las formas y dan una apariencia
ligera y agradable a las pinturas, lo cual esconde el gran trabajo subyacente. Entre 1548 y 1562 fue
reclamado por Carlos I y luego por su hijo Felipe II, para quien, además de retratos, realizó una serie
de cuadros de tema mitológico denominados por el propio pintor «poesías» por su carácter idílico y
distante.

Su última obra documentada es la Piedad de Venecia, que presenta ciertas afinidades con el
manierismo. La grandeza de Tiziano como pintor, su fama de artista inimitable y la gran influencia que
ejerció sobre sus coetáneos y sucesores contrastan con su carácter de hombre avaricioso, que siempre
se quejaba de ser pobre pese a las grandes riquezas que había acumulado, y que se servía en ocasiones
del engaño para obtener ventajas.

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