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LA REGION METROPOLITANA EN RED COMO FORMA URBANA DE LA ERA DE LA INFORMACION: DE LA DESCRIPCION ALA EXPLICACION' Manuel Castells: ia Era de la Informacién, la sociedad de redes es una estructura social al que se manifiesta en diferentes contextos culturales e institucio- 's, al igual que la sociedad industrial fue la estructura social de la Era \dustrial. La transformacién espacial es una dimensién decisiva de esta nueva estructura social. E! proceso global de urbanizacién que estamos experimentando en los inicios del siglo xx! se caracteriza por la formacion una nueva arquitectura espacial en nuestro planeta, constituida por redes lobales que conectan tanto las regiones metropolitanas mas importantes como sus zonas de influencia. Dado que la forma de interconexién de las distribuciones territoriales también se extiende hacia la estructura intra- metropolitana, nuestra comprensién de la urbanizacion contemporanea debe comenzar con el estudio de tales dinamicas de interconexion tanto en los territorios abarcados por dichas redes como en las localidades excluidas de la logica dominante de integracién espacial global. Enel presente capitulo resumiré los principales rasgos y las causas sub- yacentes de la dinamica espacial de la sociedad de redes mundiales sobre base de andlisis previos y evidencia seleccionada (Castells, 1989, 1999, 2000, 2004; Castells et al, 2006; Hall y Pain, 2006; Dear, 2005, 200 Graham, 2005; Sassen, 2006; Lim, 1998; Broudehoux, 2004; Kwok, 2005; Lu, 2006; Hackworth, 2005; Wolch, 2004; Halle, 2003; Graham y Marvin, 2001; Abu-Lughod, 1999; Scott, 1998; Borja y Castells, 1997; Cordera, Ramirez Kuri, Ziccardi, 2008) Antes que nada, una corriente de investigacién conducida en las dos decadas pasadas en todo el mundo—en su mayor parte realizada a partir de la antigua tradicién de la ecologia humana y siguiendo la ruta seftalada por el trabajo pionero de Harold Innis ha mostrado la estrecha interaccién que priva entre la transformacion tecnolégica de la sociedad y la evolucion de sus formas espaciales (Scott, 2001; Sanyal, 2003; Graham, 2005; Mattos et a 2004; Hawley, 1950, 1956; Innis, 1950, 1951). Sabemos que la tecnologia no constituyeeel factor determinante de tal evolucién; sin embargo, la informacion y las tecnologias de la comunicacién que se basan en la microelectrénica han ‘mostrado que facilitan el establecimiento de redes digitales que apoyan la usin de la nueva estructura social, al igual que el tendido de distribucién de energia eléctrica y la maquina electrénica sostuvieron la expansién de 'a sociedad industrial (Mitchell, 2000; Hughes, 1983). Asimismo, sabemos que en la era de la informacién y de las tecnologias de la comunicacién —en marcado contraste con las predicciones de los futurdlogos— no estamos presenciando la desaparicién de las ciudades o la terminacin de la distancia. Envez de ello, nos encantramos en medio dela ola de urbanizacién mas grande que ha presenciado la historia del ser humano. Hay una concentracién cada vez més acentuads de poblacién y actividades en las zonas urbanas, asi como en las areas metropolitanas de mayor importancia. En 2011, hemos superado el umbral de 50% en la poblacién urbana del planeta: 3 600 millones de perso- nas, segin el calculo de 2010 del Fondo de Poblacién de las Naciones Unidas (FPN), con mas de 1000 millones que viven en asentamientos ilegales, sobre todo en las regiones metropolitanas (Neuwirth, 2004). Las proyecciones del FPNu calculan que en 2030 la cantidad de residentes urbanos alcanzara los 5 000 millones, de los cuales se espera que 81% viva en paises en vias de desarrollo; y una tercera parte de ellos lo hard en tugurios. Para ese aio, de la poblacién de todos los continentes (incluidos Asia y Africa) zonas urbanas, América del Sures ya 80% urbana; Europa y América 1¢ estan a punto de alcanzar ese porcentaje. ‘8 oyectamos la vista al futuro —mediante una simple extrapolacion \s tendencias actuales en el crecimiento poblacional de las zonas ur- s, para mediados de siglo es probable que alrededor de tres cuartas +s de los habitantes del planeta vivan en zonas urbanas. No obstante, icteristica mas importante de tan acelerado proceso de urbanizacion ‘es que estamos presenciando el surgimiento de una nueva forma es- alacual se atribuyen diferentes denominaciones, segin las diversas sspectivas de analisis. Yo la llamo region metropolitana. Con e es metropolitana, pero no que se trata de una zona metropolitana, pues lo regular varias zonas metropolitanas se incluyen en dicha unidad es ial. Peter Hall y Kathy Pain (2006) las llaman “regiones de megaldpolis éntricas”; y se basan en el estudio empirico que realizaron sobre la etropolitanizacion reciente de Europa occidental. La metrépoli policéntrica idn metropolitana) surge a partir de dos procesos intervinculados: scentralizacién extendida de las grandes ciudades a las zonas adyacen- tes, e interconexian de pueblos preexistentes cuyos territorios llegan a integrarse mediante las nuevas capacidades de comunicacién. Tal modelo de urbanizacién es al mismo tiempo antiguo y nuevo. En sus palabras: Se trata de una forma nueva [que incluye| entre 10 y 15 civ- dades y pueblos, fisicamente separados pero funcionalmente interconectados, agrupados alrededor de una o mas ciudades grandes, espacialmente distantes, que atraen enorme poder econémico de una nueva divisién funcional de la fuerza de trabajo. Dichos lugares existen como entidades separadas en las cuales la mayoria de los residentes trabajan en la localidad y la mayoria de quienes trabajan son residentes de ese lugar [..] y como regién funcional que se encuentra conectada por redes de transporte y comunicacién por las que fluyen personas, bienes, servicios e informacién (Hall y Pain, 2006:3), as infraestructuras de transporte y comunicacién digital (incluidos los sistemas de comunicacién inalémbrica] constituyen el sistema nervioso de la metrépoli policéntrica (Rutherford, 2004). Agregaria también que en la mayor parte de los casos —salvo algunas excepciones, por ejemplo Toronto y Yakarta— no hay unidad institucional en tales regiones metropolitanas; ello trae consigo falta de rendicién de cuentas en lo politico, asi como una planeacién cabtica para estos mega-asentamientos humanos. La regién metropolitana no es sélo una forma espacial de dimensién sin precedente en lo que se refiere a la concentracién de la poblacién y las actividades. Se trata de una forma nueva porque —en una misma unidad espacial— incluye areas urbanizadas y tierra agricola, espacio abierto y zonas residenciales muy densas: multiples ciudades en una ruralidad dis- continua. Es una metrépoli con muchos centros que no corresponde a la separacién tradicional entre ciudades centrales y suburbios. Hay nécleas de diferentes dimensiones e importancia funcional distribuidos a lo largo de una vasta extensién de territorio que siguen las lineas de transporte. En ‘ocasiones (como acurre en las zonas europeas metropolitanas, pero también en California o Nueva York/Nueva Jersey), dichos centros son ciudades pre- existentes incorporadas en la regidn metropolitana mediante veloces vias, de transporte ferroviario y carretero, suplementadas con avanzadas redes de telecomunicacién y computacién. Aveces, la ciudad central sigue siendo el corazén urbano, como sucede en Londres, Paris y Barcelona; sin embargo, a menudo, no constituyen centros urbanos claramente dominantes. Por ejemplo, la ciudad mas grande de la zona de la bahia de San Francisco no es San Francisco, sino San José; sin embargo, aquélla sigue siendo la ubicacién clave para los servicios avanzados, mientras la principal base econdmica de la regidn, Silicon Valley, no es ni San Francisco ni San José sino la zona intermedia. En otros ejemplos como en Atlanta y en Shanghai, el répido crecimiento de la regién metropolitana impulsa a los nuevos centros (North Atlanta, Pudong) a albergar negocios, servicios y poblacién que gravitan hacia el dinamismo de tales centros metropolitanos. En todos los casos mencionados, la region metropolitana integrada por una estructura multicéntrica —con jerarquias centros-, una descentralizacién de actividades, residencia 1 usos de tierra mezclados, asi como una frontera indefinida de 4 que extiende el territorio de esta ciudad sin nombre hacia que se desplieguen sus redes. del siglo xx, las regiones metropolitanas constituyen una for- niversal, En 2005 en Estados Unidos, el Urban Land Institute 10 zonas de megal6polis que dan cabida a 68% de la poblacion snidense (citado por Hall y Pain, 2006). No obstante, las zonas me- 5 mas grandes del mundo se localizan en Asia. La mas grande es una regién poco conectada que se extiende desde Hong Kong hhou, y que incorpora a las villas manufactureras del delta del earl, la boyante ciudad de Shenzhen (en la frontera de Hong Kong), asi 1s zonas adyacentes de Zhuhai y Macao; cada una deellas cuenta con ‘omia y politica particular, del todo interdependiente de los otros mnentes de dicha region metropolitana del sur de China, y cuenta con iacion de alrededor de 50 millones de personas. ‘terior prefigura el futuro de las megalépolis que espera China. inte las conversaciones que sostuve en Pekin en noviembre de 2005 ncionarios de planeacién del Consejo Estatal, me informaron de sus para organizar el crecimiento metropolitano de China para 2020 fen 10 regiones metropolitanas mayores, cada una con 50 millones de Jentes, De hecho, la region meridional de China ha alcanzado ya esa ‘on; en 2007, el gran Shanghai albergaba ya a mas de 30 millones de personas, Tales regiones metropolitanas van a constituir el corazén dela /a China, cada vez mas globalizada: el centro manufacturera del mundo | siglo xx1. Dichas “ciudades’ ya no son ciudades, no s6lo conceptual- mente sino también en el sentido institucional o cultural. En realidad, ni siquiera ostentan un nombre. En Los Angeles, los tnicos que la denominan ‘asi son los visitantes 0 la minoria de las personas que habitan la ciudad de Los Angeles (aproximadamente tres y medio m nes), en contraste con tl resto de los habitantes de una California que es metropoli meridional

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