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3 patatas medianas
1 cebolla grande
3 ajos
1 pimiento verde
1 pimiento rojo
3 hojas de laurel
1. En una cazuela grande, sofreímos la cebolla, los ajos, el pimiento rojo y el pimiento verde con 4-5
cucharadas de aceite de oliva. Los dejamos que se pochen bien. Suelo cortar los pimientos en trozos más
grandes, me gusta que luego se vean.
2. Añadimos las costillas en trozos y las hojas de laurel. Las dejamos con el sofrito unos 10 min a fuego
medio.
3. Añadimos los tomates rallados y seguimos cocinando otros 5 min a fuego medio.
4. Añadimos el vino blanco y 1 vaso de agua. Incorporamos las patatas cascadas, el tomillo, la nuez
moscada, el colorante y la sal.
5. Cocinamos a fuego bajo durante 30-45 min, hasta que las costillas estén tiernas. Tienes que ir viendo si
el guiso se queda sin líquido! El proceso se puede acortar mucho si lo haces en olla exprés.
6. Una vez que las costillas estén tiernas, aparta del fuego, deja enfriar y a la nevera. Come al día siguiente
(la caldereta o guiso de costillas estará más rico).
Nota: puedes incorporar algunas verduras, como zanahorias o guisantes al guiso y quedará muy bueno. Si
ves que no te ha espesado el guiso, machaca un par de trozos de patata e incorpóralos.