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Animales en peligro de extinción

Los ecosistemas cambian a lo largo del tiempo y las especies evolucionan o no sobreviven,
aunque la mano del hombre parece acelerar algunos procesos. La expansión de algunas poblaciones
hacia territorios antes solo poblados por animales sin habla, la explotación de recursos naturales en
detrimento de las faunas autóctonas o los efectos del cambio climático acelerado y agravado por el
hombre son algunas de las causas que provocan, a mayor o menor velocidad, la desaparición de
más de una especie.

Esta es una lista de cinco especies animales, de menor a mayor riesgo de extinción, incluidas en
la lista roja de la International Unión for Conservation of Nature (IUCN), organización formada por
instituciones (IUCN), organización formada por instituciones públicas internacionales y de la
sociedad civil que cuantifica y alerta sobre la demografía animal y su evolución.

1. Jirafas

Las jirafas es el animal más alto del mundo, pero su capacidad para ver los peligros desde alturas
privilegiadas parece no ser suficiente para frenar la disminución demográfica que vive su especie.
Según datos del 2015 -los últimos disponibles- en todo el planeta hay 97.562 especímenes
cuantificados. En 1985 había constancia de cerca de 160.000 ejemplares. En solo tres generaciones,
su población se ha reducido casi un 40% y ha subido de la categoría de "baja preocupación" a
"vulnerable" en la lista roja de las especies.

Los factores responsables de esta caída de ejemplares son el descenso de la calidad de su hábitat
natural -sobre todo por la acción del hombre- o directamente su expulsión por la explotación del
terreno. No obstante, gracias a la cooperación de diferentes gobiernos africanos, algunos grupos de
población de jirafas han detenido su recesión demográfica y otros, incluso, han aumentado su
número de ejemplares. (Anexo 1)

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2. Chitas

Las chitas o Acinonyx jubatus son unos animales parecidos a los leopardos o pumas, que habitan
principalmente en el sur de África, aunque también en zonas del este y el noroeste. Su población en
el año 2015 era de 6.700 miembros, aunque debido a las dificultades para localizarlos en
determinadas zonas, esta cifra podría llegar a los 10.000. Desde 1986 está catalogada como una
especie 'vulnerable', y su población está en constante declive. En el norte de la India, Pakistán,
Afganistán, las repúblicas caucásicas y varios países de África se considera una
especie extinguida. (Anexo 2)

3. Loro gris africano

El loro gris africano o Psittacus erithacus es una ave de pelaje gris, pico negro y cola roja que se
caracteriza por su habilidad a la hora de imitar el sonido de las palabras. Por ello es muy preciado
como máscota y los números de ejemplares con los que se comercia internacionalmente no
dejan de aumentar. Se calcula que solo entre 1982 y el 2014 se comerció con unos 1,3 millones de
que en tres generaciones su población haya disminuido entre un 50 y un 79%. En el 2014, pasó en
la lista roja de "vulnerable" a "en peligro de extinción". (Anexo 3)

4. Vaquita marina

La vaquita marina o Phocoena sinus es un mamífero que habita casi exclusivamente en las costas
de México y está catalogado como en "riesgo crítico de extinción" por el IUCN. No se descubrió hasta
1958, pero, según la WWF (World Wildlife Fund), la vaquita es a día de hoy el mamífero más
amenazado del mundo y solo quedan 30 ejemplares de su especie en todo el ejemplares
salvajes. Paralelamente, las extensiones históricas de su hábitat natural han ido disminuyendo con
los años, lo que ha provocado mundo. Su población ha disminuido drásticamente en los últimos años
y es posiblemente el más firme candidato a no sobrevivir hasta el 2018 si la contaminación de las
aguas del golfo de México y la pesca furtiva de alguno de sus ejemplares no cesa. (Anexo 4)

5. Abejas

Las abejas son una especie prácticamente imprescindible, según los expertos, para la reproducción
de la vida en muchos ecosistemas, gracias a su papel en la polinización de las plantas. No
obstante, un informe de Greenpeace advierte de que las poblaciones de abejas
disminuyeron en Europa un 25% entre 1985 y el 2005, y datos más recientes apuntan a
que el 46% de las 68 especies de abejorros europeos están en declive y 24% en peligro de

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extinción. Estados Unidos ya ha incluido siete especies de abejas en la categoria de "en
riesgo de extinción". Las causas del descenso de la población de estos insectos varían
según la zona, aunque el uso masivo de pesticidas tóxicos para esta especie es uno de los
factores más comunes. (Anexo 5)

6. El oso polar u oso blanco


encontramos al oso polar u oso blanco. Este tipo de mamífero es una de las especies
más amenazadas de la Tierra, y algunos no les pronostican más de un siglo de vida. La
razón principal del peligro que corren los osos polareses el deshielo del Ártico, su hábitat
natural. Se calcula que existen solamente algo más de 20.000 ejemplares. (Anexo 6)

Seguimos esta lista de animales en peligro de extinción hablando sobre una especie
de rinoceronte. Resulta muy dramática la situación en la que se encuentra el rinoceronte
de Java, no solo porque ya quedan muy pocos ejemplares, sino por la razón principal que
los empuja a su desaparición: la caza para convertirle en adorno o la creencia, en China y
en culturas orientales, de que su cuerno tiene propiedades curativas. La caza, en general,
tiene efectos muy negativos para los animales, más aún en determinadas especies.

7.Los tigres
Esta es otra de las especies animales en mayor peligro de extinción. Se dice que
hay menos de 4.000 tigres en el mundo que viven en su hábitat natural y su
supervivencia está cada vez más amenazada, sufriendo un acelerón en los últimos años.
De nuevo la caza es el elemento principal que ha impulsado a ello, aunque también
influye la deforestación, una consecuencia indirecta de la acción del ser humano. El tigre
de Java y el de Bali ya se extinguieron y, a pesar de que su carne no se usa
habitualmente para la nutrición, los tigresse cazan para aprovechar su piel, que se paga a
altos precios en el mercado. Una de las subclases más amenazadas son los tigres de
Bengala.

8. Los canguros

El símbolo del continente oceánico, especialmente de Australia, cuya carne se come


como algo natural, podría desaparecer en unos años, según expertos. A pesar de su
caza, este marsupial sufre sobre todo los efectos del calentamiento global. Si las

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temperaturas siguiesen aumentando en los últimos años, los canguros podrían estar
condenados a desaparecer. (Anexo 7)

9. El atún rojo
Este pez migratorio que se suele encontrar en el Atlántico y el mar Mediterráneo ha dado síntomas
de debilidad en los últimos años. ¿El motivo de que esté este animal en peligro de extinción? La
utilización del atún rojo en el sushi de calidad del mercado. En estos momentos, ya existe
una prohibición temporal para dejar de consumirlo de manera tan abusiva; de lo contrario,
podría desaparecer.

10. El gorila de montaña

El gorila de montaña es otro de los animales en vía de extinción, de hecho esta especie se
encuentra en peligro grave de extinción, respecto a su caza y el deterioro que ha sufrido su
hábitat. Se calcula que existen menos de 800 individuos de gorila de montaña viviendo en su
entorno natural.

11. La tortuga laúd

Aunque ha sobrevivido en la historia cientos de millones de años, ahora se la ha declarado una


especie en peligro de extinción, existiendo solamente 2000 tortugas hembras. Viven en el
Pacífico y es la tortuga de mar más grande que existe. Aunque se reproducen con rapidez, mueren
porque los pescadores las atrapan, muchas veces de forma accidental. Varias asociaciones
trabajan para dar a conocer la ruta migratoria de las tortugas láud, evitar que sean cazadas por
accidente y desaparezcan.

12. Los osos panda

No sólo los osos polares están amenazados, también vemos a menudo en las noticias ecológicas
como los osos panda, este animal exótico tan llamativo, están gravemente amenazados. Solo
existen 2.000 osos pandas salvajes en la actualidad. La principal causa de su desaparición es la
destrucción del bambú en el planeta Tierra, que es el alimento por antonomasia de estos
mamíferos. (Anexo 8)

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13. Chimpancés

Los chimpancés viven en los bosques de África central. Son nuestros familiares vivos más
próximos, que comparten alrededor del 98% de nuestros genes. situación Los pingüinos

Aunque todavía hay bastantes ejemplares, los pingüinos también sufren las consecuencias del
deshielo y el calentamiento global. Son animales que migran y muchos están muriendo por el
camino. Por ello, algunas de sus especies ya han entrado en la lista de los animales en mayor peligro
de extinción, con mayor riesgo en zonas concretas del planeta, como el polo Norte.

14. La mariposa monarca


Los climas extremos, los devenires que sufren durante su migración y las diferencias de temperatura
hacen morir a millones de mariposas monarcas cada año. Esta especie se encuentra
principalmente en Canadá, Estados Unidos y México.
Además de estos, podemos enumerar al lince ibérico (en España), el perezoso, el hurón de pies
negros, el cóndor californiano, el orangután de Sumatra, el bactriano, la ballena azul, la rana
morada, la vaquita marina e, incluso, animales que estamos más acostumbrados a ver en los
zoológicos y en Europa: los delfines y las focas. (Anexo 9)

15. Perro salvaje africano


Los perros salvajes africanos se hallan en el África subsahariana (una parte de África al sur del
desierto del Sahara). Los perros salvajes africanos viven en manadas. Cazan al amanecer y al
atardecer, y persiguen presas como gacelas de Thomson. (Anexo 10)
Elefante Asiático
Los elefantes asiáticos son más pequeños que los elefantes africanos, y asimismo tienen más
pequeñas y redondeadas las orejas y la piel más suave. Los elefantes asiáticos están en riesgo
debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat. (Anexo 11)
Ajolote
Este anfibio de aspecto extraño tiene dos trucos muy singulares en la manga. Desgraciadamente,
una gran parte del hábitat original del ajolote ha sido destruida, y ahora está en riesgo crítico. (Anexo
12)

16. El Leopardo de Amur


Están en riesgo crítico. Este especie de leopardo se halla en Rusia y unas partes de China. Hace
algunos años había solo 20 leopardos de Amur en estado salvaje. (Anexo 13)

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17. Rinoceronte Negro
Los rinocerontes negros son animales en peligro de extincion, se hallan en África oriental y central.
Pese a su nombre, su color va del cobrizo al gris. Los rinocerontes negros pueden correr a 50 km/h.
Son cazados por sus cuernos. (Anexo 14)
Hurón de patas negras
Esta lista de animales en riesgo de extinción es no solo sobre los tigres y elefantes: otras criaturas
menos conocidas se encuentran en tantos inconvenientes Los hurones de patas negras se hallan en
América del Norte. Son integrantes de la familia de los mustélidos, que incluye comadrejas, tejones y
glotones. En un instante en la década de 1980 se consideraban extintos en la naturaleza. No
obstante, desde ese momento se han vuelto a introducir, y ahora hay en torno a mil hurones de pies
negros en estado salvaje. (Anexo 15)

18. Ballena azul


Las ballenas azules son las criaturas más grande que nunca hayan vivido sobre la Tierra. Son aun
más grande que los dinosaurios más grandes. Las ballenas azules pueden pesar hasta 200
toneladas, mas impresionantemente su dieta se compone únicamente de pequeños crustáceos
llamados krill. (Anexo 16)
Panda gigante
Otro que no pueden faltan en la lista de animales en peligro de extinción. Los pandas gigantes son
osos que viven en los bosques de China. Se nutren de bambú. Solo hay en torno a tres mil pandas
gigantes viven en estado salvaje actualmente. (Anexo 17)

19. El mono bonobo


Los bonobos son muy afines a los chimpancés, mas son normalmente más pequeñas, con las
piernas más largas y caras más oscuras. Se hallan en la República Democrática del Congo, en
África. (Anexo 18)

20. Elefante borneo de pigmeo


El elefante pigmeo de Borneo es asimismo conocido como el elefante de Borneo. Ellos viven en la
isla de Borneo. Pese a su nombre aún son animales grandes, mas no tan grandes como otros
elefantes. (Anexo 19)

21. Saola

Los saolas fueron descubiertos en 1992. Estos mamíferos poco comunes viven en el rango annamita
de montañas en Vietnam y Laos. Son animales muy tímidos, y pocas veces se ven. (Anexo 20)
22. Leopardo de nieve

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Viven en las montañas del centro de Asia. Están amoldados para vivir en la nieve, siendo de color
pálido, con piel gruesa y de patas anchas. (Anexo 21)
Mono araña
Los monos araña viven en los bosques de Centroamérica y América del Sur. Tienen brazos largos y
colas prensiles. Los monos araña son animales muy sociales. Hay 7 géneros de monos araña, y
todos están conminados. El negro con cabeza de mono araña y cobrizo mono araña son animales
en riesgo de extinción. (Anexo 22)

23. Tigre
Hay múltiples especies de tigres, y todos están en riesgo de extinción. El tigre de Bengala es la más
abundante clase de tigres, no obstante, solo hay alrededor de 2500 que viven en estado salvaje. Es
bastante difícil opinar porque que uno de los animales más identificables de la mayoría del planeta
está incluido en una lista de animales en riesgo de extinción. (Anexo 23)
Ballenas de aletas
Ballenas de aleta son grandes mamíferos marinos. Ellos son el segundo animal más grande sobre
la Tierra, solo superada por las ballenas azules. Si nos fijamos en la quijada inferior de una ballena
de aleta, se va a ver que el lado izquierdo es negro y el lado derecho igual (Anexo 24)

Pingüino de Galápagos
Los pingüinos de Galápagos viven en las islas Galápagos, y son el único pingüino encontrado al
norte del ecuador. Son el segundo más pequeño pingüino: solo el pequeño pingüino es menor.
(Anexo 25)

24. Leon marino de Galapagos


Los leones marinos de Galápagos se hallan en las islas Galápagos. Hay en entre 20 y 50 leones
marinos galapagos, que pueden parecer muchos, ya que no se hace mucha conciencia de ellos.
(Anexo 26)
Delfín del río Ganges
Estos animales son de agua dulce que se hallan en los ríos Ganges y Brahmaputra en Balngladesh,
la India y Nepal. Estos curiosos animales son casi ciegos, y nadan de lado. (Anexo 27)

25. Pez Napoleón

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El napoleón es un enorme pez que puede medir hasta 2 metros de longitud. Tiene grandes labios y
una protuberancia en la frente que se hace más grande cuando el pez se hace mayor. El napoleón
vive en torno a los arrecifes de coral en la zona del Indo-Pacífico. (Anexo 28)
Tortuga laúd
Las tortugas laúd son las mayores tortugas marinas y los únicos que no tienen una cascarilla sólida.
En cambio, las tortugas laúd están protegidos por una dura piel, grasa en la espalda. Ellas nadan
más veloces y profundas que las tortugas marinas, y migran grandes distancias. (Anexo 29)
Gorila de montaña
Como su nombre señala, los gorilas de montaña viven en las montañas y en los volcanes inactivos.
Estos grandes monos están bien amoldados a su ambiente y tienen capas gruesas, largas, que los
sostienen calientes cuando están en lo alto de las montañas. Estas criaturas pacíficas están en
riesgo crítico. (Anexo 30)
Orangután
Hay 2 géneros de orangután, el Sumatra y de Borneo. Los dos están en riesgo de extinción, con lo
que el de Sumatra críticamente. Los orangutanes viven primordialmente en los árboles, y comen
frutas y también insectos. Su nombre significa ‘hombre del bosque’ en malayo. (Anexo 31)

26. Camello bactriano


2 jorobas son en verdad mejores que uno, singularmente si busca un animal de carga, mas
indudablemente es considerablemente más extraño. Desafortunadamente, no obstante, este
conjunto de camellos tiene un número de solo de 800. Se hallan frecuentemente en Mongolia y
China, mas asimismo se puede ver en países vecinos como India, Pakistán, e inclusive Rusia debido
a sus hábitos de migración. (Anexo 32)
Lobo Mexicano
Tiene el título de ser la subespecie más extraña y más genéticamente diferentes del lobo gris, que
se halla en América del Norte. En nuestros días hay alredeor de 340 de ellos en más de 49 centros
de investigación en todo los EE.UU. y en México. La minoración se debió primordialmente a la
minoración del número de levantes y corzos, que cazan para alimentarse. (Anexo 33)

27. Oso Polar


Los osos polares del Ártico se han transformado en el símbolo de las primeras víctimas de la pérdida
de hábitat inducida por el tiempo. Designado una especie conminada de protección por la Ley de
Especies en riesgo de extinción en los EE.UU., muchas poblaciones de osos polares van a ser
frágiles a la extinción en el próximo siglo, si las tendencias de calentamiento en el Ártico siguen al
ritmo actual. (Anexo 34)

28. Tigre de Bengala

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Este pertenece al segundo animal amenazado en extinción. Este habita en ecosistemas poblados
de manglares dentro de La India, es una de las especies más grandes pero que en la actualidad ha
sido el más atacado desde distintos alrededores.
Por ser un felino muy atractivo ha sido víctima incansable de la caza furtiva generando no solo un
desbalance en la cadena trófica, sino también cambios medioambientales que se reflejan en la
fragmentación consecuente de la población y su deterioro dentro del hábitat.

29. Lobo gris


También es reconocido como el depredador clave debido a que es el subsiguiente de la especie
común de los lobos. Es la caza quien ha conseguido disminuir la cantidad de lobos de esta especie;
tornándose como un agravante dentro del ecosistema en los cuales habitan.
El ciclo de la vida lo toma como una parte relevante de su conservación, pues son de los que
consumen ciervos, mamíferos pequeños; entre otros que al no estar presentes, van alterando
igualmente la cadena alimentaria entre especies animales, poniendo fin a la vida dentro del planeta
después de cientos o miles de años.

30. Canguros
Estos seres que son realmente sorprendentes dentro del planeta por saltar y correr con muy alta
velocidad; han sido víctimas de la caza natural de las demás especies; especialmente los felinos
de su alrededor y que por tanto hoy en día viven escondidos dentro de su propio ambiente para la
protección de todo lo que les quiera hacer daño.
Aparte de la caza implicada por las especies salvajes, los canguros también han ido desapareciendo
debido a los cambios climáticos; que generan muchas alteraciones en su cuerpo haciendo que
mueran más fácilmente y que sea más difícil la conservación de su especie.

 Cómo proteger animales en peligro de extinción


Cómo salvar a animales en peligro de extinción y evitar que desaparezcan es una de las
preguntas más extendidas a raíz de las nuevas noticias de especies en riesgo y de especies que
acaban de desaparecer, como el puma norteamericano.
Lo cierto es que son muchísimas las cosas que podemos hacer evitar que animales en peligro
acaben desapareciendo. No obstante, hay que tener en cuenta que no todos estos procesos son
totalmente nuestra culpa ni todos dependen de nosotros. Sí es cierto que muchas especies están en
nuestra por nuestras actividades y que en el caso de otras lo que estamos haciendo es participar en
la aceleración de su desaparición.
Algunas de las cosas que podemos hacer para proteger a los animales que están en peligro de
extinción son las siguientes:

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 Ser ecológicos, evitando consumir ciertos productos y reducir el consumo de otros, reutilizar objetos
y reciclar los materiales que se puedan.

 Evitar usar transportes innecesarios que contaminan usando más el transporte público o transportes
limpios, como andar, la bicicleta, los patines, etcétera.

 Ayudar a las distintas asociaciones, organizaciones y gobiernos a luchar contra el tráfico ilegal de
animales y la caza furtiva.

 Denunciar cualquier caso de tráfico ilegal de animales, o de partes de ellos, y de caza furtiva que
veamos o conozcamos.

 Informarnos para concienciarnos y saber qué podemos hacer a nivel local, por ejemplo
consultándolo en el ayuntamiento, y ayudar a concienciar a los niños y jóvenes.

Es una especie de animales que se consideran bajo riesgo de extinción, lo que quiere decir que hay
tan pocos izquierda de su especie que podrían desaparecer del planeta por completo. Los animales
en riesgo están conminados por factores como la pérdida de hábitat, la caza, las enfermedades, el
cambio climático, y en general, las especies en riesgo de extinción, tienen una minoración de la
población o bien de una gama limitadísima.

En la siguiente lista de animales en riesgo de extinción ahora hemos incluido no solo los animales
muy conocidos, sino más bien asimismo animales que es posible que jamás hayas oído nombrar. El
napoleón o bien hurón de patas negro pueden no ser tan renombrado como los tigres y los elefantes,
mas su situación es tan grave.

Esta lista no es definitiva; desgraciadamente, hay considerablemente más especies en riesgo de


extincion. La información de esta página se actualizara de manera regular. Si hay cualquier animal
que piensas que habría de ser en esta lista, dejamelo saber en los comentarios.

Hemos incluido links a más información sobre muchos de los animales, y asimismo links a
organizaciones beneficiosas pertinentes. Te invito a que visites los links, para descubrir más.

 Cuantos animales en peligro de extincion hay en el mundo

El número de especies clasificadas como Prácticamente Conminado, frágiles, conminadas, en riesgo


crítico, y extinguido en la naturaleza en la Lista Roja de la UICN, desde febrero de 2016, son los
siguientes:

 Prácticamente amenazado: 5204


 Vulnerables: 11029

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 En riesgo de extinción: 7323
 Riesgo Crítico: 4898
 Extintas en la naturaleza: 69

 Animales en riesgo de extinción Actividad

La situación de las especies en riesgo de extinción, como tigres, pandas y gorilas es muy
conocido, y cada uno de ellos tiene sus organizaciones beneficiosas. Existen muchas, otras
muchas especies que no son tan conocidos, mas cuya situación es tan grave.

¿Por qué razón no aprender sobre un animal en riesgo menos famoso, y intentar acrecentar la
conciencia de su situación entre su familia y amigos? Se podría diseñar carteles y dar una
presentación sobre su animal escogido.

Existen algunos animales con peligro de extincion menos conocidos, que le agradaría estudiar: el
hirola, avutarda india (un pájaro), equidna de hocio largo de Attenborough, el perezoso pigmeo de 3
dedos, Ibis eremita (un pájaro), la marsopa, el tiburon angel, el huron elefante etc. (Anexo 35)

La tasa actual de extinción se considera que es considerablemente mayor que la tasa natural de
aguardar, y muchas de las especies se extingan antes que aun se han descubiertas.
Sorprendentemente, las estimaciones actuales sugieren que una tercera parte de los anfibios del
planeta, un cuarto de todos y cada uno de los mamíferos y una de cada 8 aves están en riesgo.

Los animales en riesgo de extincion generalmente tienen un tamaño de población pequeña o


bien decreciente o bien un rango limitado, o sea, factores como la pérdida de hábitat, la caza, la
enfermedad o bien el cambio climático podría ocasionar que desaparezcan por completo en nuestras
vidas.

El ritmo preocupante en el que las especies desaparecen es una cosa que habría de ser un motivo
de preocupación para todos. No solo agregan belleza y maravilla para el planeta natural, que
asimismo es de suma importancia económica global son. Una enorme diversidad de especies
sostiene los ecosistemas esenciales para nuestra existencia, ayudando a regular el tiempo y
proporcionando:

 Aire y agua limpios


 Comida
 Fármacos
 Materiales de construcción y de la confección
 Suelos fértiles

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Con tantas especies en riesgo de extinción, el proyecto Arkive trabaja para asistir a elevar
el perfil público de las especies conminadas del planeta, a través del poder emotivo de las
películas de la fauna y fotografías. El proyecto Arkive espera implicar a las personas con el
planeta natural. Solo vamos a tener éxito en el rescate de las especies al filo de la extinción
si la gente sabe sobre su bastante difícil situación, relevancia y valor.

 El estado de conservación

El estado de conservación de una especie señala qué grande es el peligro de que las
especies se extingan en un futuro próximo.

El sistema más global y también integral que determina el estado de conservación de cada
especie es la lista roja de especies conminadas de la UICN . Las especies se valoraron
conforme con un número de diferentes criterios, como el número de individuos que hay y si
este número está en declive. Ahora, se ponen en una escala en una de las categorías.
(anexo 36).

 Extinto
 Extinto en la naturaleza
 En riesgo crítico
 En riesgo de extinción
 Frágil
 Prácticamente conminado
 Menor preocupación
 Datos deficientes

Cualquier especie que caen en las categorías frágiles, en riesgo o bien en riesgo
crítico se consideran que son animales con peligro de extinción. De las prácticamente
60 000 especies evaluadas hasta el instante, esto equivale a la pasmosa cifra de 22
222 especies, desde el imponente tigre a la gran almeja gigante.

 ¿Por qué razón se ponen en riesgo las especies?

Los animales y las plantas se encaran a un elevado número de diferentes amenazas


muchas de ellos es un resultado directo de la actividad humana. Ciertas amenazas más
habituales incluyen:

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 La pérdida y la fragmentación del hábitat. La población humana en incesante
expansión continuamente requiere espacio auxiliar y recursos. La tierra se está
borrando a los productos de cosecha, como madera, de esta manera para dar paso
a los asentamientos humanos, agricultura y transporte.
 La caza y la caza furtiva. Una extensa pluralidad de animales han sido cazados, o
bien pescados, de los niveles sustentables y ahora se encaran a una posible
extinción. Especies, como el tigre , son de forma frecuente objeto de caza, puesto
que dan un recurso como comestible o bien piezas que se emplean en la ‘medicina’
tradicional. No obstante, ciertas especies, como el guepardo, han sido perseguidos
tras ganar una reputación negativa para nutrir al ganado o bien cultivos o bien que
representa una amenaza para la seguridad humana.
 Las especies invasoras. Los humanos han introducido especies no nativas (tanto
intencional y eventual) para una extensa pluralidad de hábitats, de manera frecuente
con consecuencias asoladoras. Las especies introducidas pueden resultar
enormemente amoldable y las especies nativas por los recursos. Los depredadores
introducidos pueden mermar especies locales que no stán adaptadas para eludir la
depredación, por poner un ejemplo habitan en el suelo aves como el kakapo .
 El cambio climático. La sequía, la acidificación del océano, la pérdida de hielo marino
y un incremento de las tormentas y los fenómenos meteorológicos extremos pueden
poner en riesgo toda la supervivencia de las especies. Las especies sedentarias
como las plantas o bien especies especialistas que habitan en las gamas pequeñas
o bien islas, o bien aquellos con requerimientos concretos de hábitat son
particularmente frágiles.
 Enfermedad. Las poblaciones pequeñas, en especial aquellos que están limitados
en concepto de diversidad genética son particularmente frágiles a la enfermedad.
Frecuentemente se puede trasmitir por animales familiares o bien accidentariamente
introducido por los humanos que viajan de una zona perjudicada a uno que no
habían sido anteriormente expuestos.
 Compilación / comercio de animales. Muchos animales y plantas, como la Venus
atrapamoscas, han sido recogidos de la naturaleza alén de niveles sustentables
para ser vendidos a través del mercado de mascotas o bien sostenerse en
compilaciones privadas hortícolas.

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 Polución. La lluvia ácida, metales pesados, pesticidas, restos plásticos y aceite
Vierta todos daña el medioambiente y poner en riesgo las especies. Los productos
químicos son particularmente perjudiciales para las especies que viven en el agua.

 ¿Como podemos ayudar a las especies en peligro de extincion?

Conservación tiene como propósito resguardar el planeta natural y sostener la biodiversidad


a través de la conservación cuidado y manejo de hábitats existentes y la restauración de
las áreas que han sido dañados o bien degradados.

conservación de las especies asimismo puede celebrarse fuera hábitat natural de la


especie. Por poner un ejemplo, el cuidado de un animal en riesgo en cautividad, tal y como
en un zoológico, o bien la preservación de las plantas en riesgo de extinción por medio de
la utilización de bancos de semillas.

En áreas donde los humanos y los animales en peligro de extincion están compitiendo por
el espacio o bien los recursos, singularmente en los países en desarrollo más pobres, es
esencial que el trabajo de conservación tiene presente las necesidades de la población local
y trabaja junto a ellos en la protección de sus especies nativas.

Acciones para su conservación

Ciertas acciones de conservación generalmente empleados son los siguientes:

1. La preservación del hábitat. La solución ideal es la de resguardar los hábitats antes


que se dañen. Esto puede conseguirse a través de la creación de parques
nacionales y áreas marinas protegidas. No obstante, es esencial tener en
consideración que muchas especies más grandes requieren extensos territorios y
áreas protegidas designadas pueden no ser suficientemente grande para apoyarlos.
2. La restauración del hábitat. En el momento en que un hábitat ya ha sido degradada
en ocasiones es posible restaurar el hábitat a través de el manejo cauteloso de la
tierra, la supresión de especies invasoras y la reintroducción de especies nativas
que se habían perdido de la zona. Ciertas especies son criados en cautividad o bien
trasladados de otras zonas para este propósito.
3. La conservación en cautiverio. Muchas especies en riesgo de extinción se crían en
cautividad para preservar sus números y en ciertos casos es posible reintroducirlos
a su hábitat natural. Ciertas especies, como el oro rana flecha venenosa , si bien
han sido eliminados de manera deliberada en el medio silvestre para resguardarlas

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de la propagación de la enfermedad y asegurar que una pequeña población se
conserva. Las especies de plantas frecuentemente se cultivan en viveros y se
preservan por medio de la utilización de los bancos de semillas.
4. Medidas contra la caza furtiva. En áreas recónditas guardas se emplean en
ocasiones para resguardar los animales en riesgo de extinción, como el gorila
de montaña, de los cazadores furtivos. Esta puede ser una forma de implicar a las
comunidades locales en la protección de su vida silvestre, al paso que asimismo da
ciertas ocasiones de empleo.
5. Corredores de vida silvestre – donde los hábitats han sido fragmentados por
divisiones, como carreteras, zonas urbanas o bien en tierras de cultivo, las
poblaciones quedan apartadas y son inútiles de moverse por medio de su área de
distribución natural para hallar recursos y compañeros suficientes. Corredores de
vida silvestre asisten a reconectar los fragmentos de hábitat y sostener la diversidad
genética.
6. Las leyes y políticas. Ciertas especies en riesgo de extinción están protegidas
por la ley o bien el comercio en ellos está limitado. CITES (Convención sobre el
comercio internacional de especies conminadas) es un pacto internacional entre
gobiernos para asegurar que el comercio de especímenes de animales y plantas
silvestres no amenace su supervivencia.

 ¿Como puedes asistir?

Como las organizaciones de conservación de apoyo, existen algunos pasos simples


que todo el planeta puede tomar para asistir a resguardar el planeta natural y las
especies en ella. Acá están ciertas ideas:

 Reciclar. Ayuda a resguardar las selvas tropicales. Reciclar una tonelada de papel
puede salvar diecisiete árboles y conservar el hábitat de un sinnúmero de especies
en riesgo de extinción.
 Usar menos energía. Una punta viejo mas bueno, puede ahorrar dinero y asistir al
medio ambiente asimismo. Por poner un ejemplo, las lámparas de ahorro de energía
emplean ochenta por ciento menos energía que una lámpara estándar, no obstante,
generan exactamente la misma cantidad de luz.

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 Seleccionar productos sustentables. Asegúrese de que todos y cada uno de los
productos que adquiere son de origen sustentable, desde comida y papel a la
madera.
 Hacer escuchar su voz. La petición de cambio! Muchas campañas para asistir a la
vida silvestre están en marcha, mas que precisan su apoyo.
 Adecentar su acto. Voluntarios para tomar partido en un pick basura o bien limpieza
de la playa.
 Implicarse. Participación en estudios de vida silvestre es una fabulosa forma de
gozar del aire libre y descubrir más sobre su vida silvestre local. A través de la
evaluación de las especies que están presentes puede asistir a los científicos a
planear la mejor forma de resguardar a ellos en el futuro.
 Corre la voz. A través del proyecto ARKive aguardamos enseñar y comprometer a
las personas con el planeta natural. Si está encantado con salvar las especies
entonces por qué razón no animar a sus amigos y familiares para conseguir más
información. Descubrir de qué manera puede implicarse.

Como vez es muy importante ayudar a los animales en peligro de extincion, ya que
también nos benefician, y no podemos hacer caso omiso ya que tenemos mucha culpa de
que su habitat este siendo afectada. Por eso te sugiero investigar mas sobre el tema.

Los animales en peligro de extinción, son las consecuencias que dejan las actividades
del hombre con todas sus actuaciones; ya que éstos son quienes han ido pagando las
consecuencias de la destrucción del ecosistema; haciendo que diversas especies vayan
muriendo y con ello vaya deteriorándose de igual modo la cadena trófica de todos los seres.
Es sumamente difícil crear una opinión ortodoxa acerca de los animales en peligro de
extinción, pero a pesar de ello; lo que sí se ha sabido es que pese a la adaptación de los
elementos de supervivencia de los animales; estos han ido reduciendo su número, como
producto de los efectos de los trabajos realizados por el hombre; de acuerdo con el ámbito
industrial.

Las diferentes especies de animales en peligro de extinción se estima que desaparecerán


del planeta progresivamente, sin ninguna oportunidad futura de volver a reaparecer;
puesto que quienes están en riesgo actual; están en constante zozobra según la pérdida
del hábitat donde se encuentren.

21
Además de las actividades industriales llevadas a cabo por el hombre; los cambios
climáticos, la caza y las enfermedades, también tienen una gran participación en ir haciendo
que las diferentes especies en peligro vayan desapareciendo de sus ecosistemas
paulatinamente.

Causas de los animales en peligro de extinción


Las causas diversas de los animales en peligro de extinción suelen identificarse según el
origen y el tipo de actividad que va generando los efectos degradantes para las especies;
sabiendo que la acción del hombre es totalmente innegable en todas las categorías de
pérdida de animales.
Causas biológicas o naturales
Dentro de los procesos naturales que han provocado la desintegración y extinción de
distintas especies animales y que ponen a muchas en peligro en la actualidad; suelen ser
el tiempo de edad de vida o envejecimiento; las enfermedades que pueden aparecer en
ellas; el parasitismo e inclusive la competencia con otras especies en diferentes tipos de
actividades.
Catástrofes de origen natural
Desde los incendios, hasta las sequías, volcanes y huracanes son catástrofes que a
pesar de ser iniciados por la naturaleza; van dejando una importante consecuencia en los
animales y es su extinción por eliminación de familias completas durante los hechos de las
catástrofes masivas.
A pesar de suelen ser eventos raros porque no ocurren todos los días; si son graves por la
inmensa cantidad de especies que elimina desde un mismo momento; quitándole toda
oportunidad para hacer la función de reproducción y combatir las extinciones.
Causas generadas por la actividad del hombre
Son las causas que abarcan la mayoría de las procedentes para conseguir animales en
peligro de extinción; siendo aquellas como la acechanza al medio ambiente por actividades
de contaminación; no reciclaje; sobreexplotación de los recursos naturales, así como la
explotación forestal.
Cada una de estas actividades; tiene repercusión en la salud del ambiente y con ello a los
seres vivos que se encuentran en medio de cada uno de los ecosistemas; teniendo
mayores consecuencias de peligro; las especies animales.

22
Con todo y ello, la caza resulta muy puntual cuando se quiere buscar un culpable en relación
con los animales en extinción; pues es la causa mayoritaria que el hombre genera de forma
directa para acabar con las especies y que resulta plenamente intencional.

Es así como se ha determinado que el máximo responsable cuando se trata de hablar sobre
los animales en peligro de extinción es el hombre; puesto que va en todo momento
alterando la integridad de los hábitats; húmedos o secos y en cualquier temporada;
trayendo como consecuencia la disminución y pérdida de muchas especies animales
importantes para la conservación de la cadena alimentaria en todos sus rangos.

 Consecuencias de los animales en peligro de extinción

Dentro de las importantes consecuencias de los animales en peligro de extinción se


consideran los cambios inminentes dados en el ecosistema en su totalidad; trayendo a
colación el desbalance de otras especies disminuyendo con ello la calidad de la cadena
trófica; que va involucrando a todos los tipos de animales que se encuentran en diferentes
hábitats.
Se sabe que una vez que una especie se extingue, todo el ecosistema se va afectando
paulatinamente haciendo que las que quedan en el ambiente; se vean afectadas en todos
sus aspectos, no solo por la alimentación que conlleva la cadena en cada especie; sino
también por los cambios que se producen a nivel de los recursos de los alrededores y de
la mantención de la vitalidad de cada uno. Dentro de las consecuencias de los animales en
peligro de extinción están:
 Pérdida de diversidad genética
Este aspecto tiene una relación auténtica en lo que se refiere al incremento de la
vulnerabilidad de las especies; así como de todos los animales y demás componentes del
hábitat cuando se trata de aspectos como la cacería; cambios en la población de manera
repentina y mucho más.

Es el incremento en la vulnerabilidad de las especies; lo que ocasiona que los diferentes


tipos de elementos que componen los ambientes se sientan plenamente sustraídos ante
los riesgos que implican la cacería; los rasgos de eliminación de especies no solo para
componentes vegetales, sino también de la fauna.

23
 Extinción completa de especies
Con el pasar del tiempo y de los daños que se ocasionan en el medio ambiente; las
especies más su extinción se van apoderando de aquellas zonas donde más se involucre
la biodiversidad entre los diferentes procesos que afectan a los entornos, desde la
cacería; hasta la tala y la quema en muchos de los casos, limitando la vitalidad de cada uno
de los seres que forman parte de la cadena trófica de la vida.
 Evolución humana
Los procesos antropogénicos hacen parte de las consecuencias generadas por los
animales en peligro de extinción; pues es uno de los medios que hace que todo ser humano
se apodere de conocer los diferentes procesos de evolución para subsistir a través de las
dificultadesalimentarias; así como el seguir adelantándose al desarrollo de toda la
humanidad sin limitarse por la precaria aparición de especies utilizadas para la alimentación
a lo largo de los años.
 Rápida destrucción del ecosistema
Independientemente de cuál ecosistema se trate; la afectación directa como producto de
los animales en peligro de extinción y su parcial o total ausencia; lo que creará es que se
formen ambientes diversos en todo el mundo pero con escasa biodiversidad; limitando las
capacidades vitales y las óptimas características que hacen que el planeta cuente con vida
dentro de él.
Es una situación que generalmente puede apreciarse en los trópicos mucho más que en
las demás regiones y a su vez que ha tenido un avance mucho mayor en un lapso de 20 a
30 años; respectivamente.

Lista de animales en peligro de extinción a nivel mundial


Hoy en día no solo son animales en peligro de extinción aquellos que tienen un pelaje o
una estructura exótica al ojo humano; sino que también se incluyen especies comunes que
han sido parte importante de la cadena trófica; entre todas las especies del planeta.

24
Proteger a los animales en peligro de extinción es una de las tareas más altruistas y
reconfortantes que podría realizar una persona humana, ya que la mayoría de las
buenas personas también son amantes de los animales.

Proteger a los animales en peligro de extinción se ha convertido casi en una


obligación en éstos últimos tiempos, ya que aunque hayamos progresado mucho
social y tecnológicamente, también hemos dado un pequeño paso hacia atrás en cuanto
a la protección del medio ambiente y de sus habitantes.

Debido al aumento de la contaminación, la deforestación, la caza furtiva, el exceso de


demanda de carne, la invasión de hábitats naturales por otras especies y el cambio
climático entre otros, hay cada vez más animales en peligro de extinción, los cuáles si
no se tiene cuidado podrían desaparecer para siempre.

El oso polar, algunos tipos de ballena, el lince ibérico…, éstos animales son los
animales más famosos en peligro de extinción pero hay muchísimos más por culpa
del ser humano. Afortunadamente cada vez hay más agencias a cargo de proteger a
éstos animales de la extinción.

También nosotros podemos aportar nuestro pequeño grano de arena, ya que con
pequeños gestos se puede contribuir indirectamente a evitar la extinción de los mismos,
veamos cuáles son.

¿Que necesitas para proteger a los animales en peligro de extinción?

 Instrucciones para proteger a los animales en peligro de extinción

Evitar la contaminación:
Una de las mayores causas de la extinción de los animales es la contaminación
del medio ambiente y la razón es bien sencilla de explicar. El medio ambiente es el
principal hábitat de los animales salvajes, los cuáles están adaptados únicamente
para vivir en un determinado lugar. Si contaminas el medio ambiente, estás
provocando la destrucción de éste ecosistema, por lo tanto estás evitando que el
animal viva en su hábitat natural y se tenga que mudar a otro,donde no tiene
tantas posibilidades de sobrevivir, lo cual acaba causando su extinción. Al
contaminar también estamos favoreciendo el calentamiento global, culpable del

25
deshielo de los polos(extinción del oso polar) y de cambiar el clima para el cual
están habituados los animales. Para evitar la contaminación asegúrate de reciclar
lo más que puedas, sobre todo productos muy contaminantes como las baterías y
el cristal. Además evita tirar basuras en lugares abiertos, utiliza el transporte
público o camina y recoge todo lo que ensucies cuando vayas al monte.

Luchar contra la caza furtiva:


Definimos como caza furtiva toda aquella caza que se realiza sin licencia y/o en
lugares o períodos donde está prohibida la misma. También se considera caza
furtiva cuando cazan más animales de lo permitido. La manera de luchar contra la
caza furtiva es denunciar a todos los cazadores furtivos que veas cazando de
manera ilegal, para ello acude al guarda forestal correspondiente y coméntale
acerca de la situación, ya que ante la duda es mejor decírselo para que se pase por
allí a comprobar si el cazador está cumpliendo la ley. Si eres cazador, respeta el coto de
caza, caza siempre con licencia y respeta las piezas límites a cazar, ya que los cotos no solo
están para sacarte el dinero, sino que también está para evitar la extinción de las especies.
(Anexo 36)

Ser voluntario
Si te interesa poner algo más que un pequeño granito de arena, puedes colaborar
con ONGs encargadas de evitar la extinción de los animales, por ejemplo WWF.
Si no te gustan demasiado las ONG, puedes colaborar de otras maneras, por
ejemplo siendo voluntario en pequeñas protectoras de animales, en refugios de
animales abandonados o trabajando en parques naturales con espacios para
especies protegidas.

1. Consejos para proteger a los animales en peligro de extinción

 intenta apagarlo completamente, ya que en las rachas de viento pueden Cuidado con
los incendios: Uno de los mayores problemas de éste país son los incendios forestales,
los cuáles pueden arrasar el hábitat natural de muchas especies en peligro de extinción

26
en cuestión de segundos. Puedes colaborar en la lucha contra incendios de diferentes
formas.
o Evitándolos: Si haces algún fuego de manera legal, siempre poner complicados los
incendios y hacer que el monte se quema. También evita arrojar cristales y otros
productos que ardan fácilmente o que creen efecto espejo con el sol.
o Avisando: Siempre que veas una quema, llama al 112 para comunicarlo. En verano
estamos los vigilantes de incendios vigilando el monte para evitar que se queme, sin
embargo en invierno no trabajamos en muchas comunidades autónomas, por lo tanto
es más difícil de detectar por los guardas de monte.
o Colaborando: Puedes trabajar en incendios forestales de manera sencilla,
únicamente busca la bolsa de trabajo de incendios en la página web de tu comunidad
autónoma,teniendo puestos de cuadrilla, vigilante, conductor,bombero… Te tendrás
que presentar a algunos exámenes pero si apruebas conseguirás tu plaza de interino,
como hice yo y toda mi familia.

El valor de las listas de especies extintas o en peligro Se ha propuesto recientemente


utilizar las llamadas “listas rojas” de especies en peligro, compiladas principalmente por la
Unión Mundial para la Naturaleza (uicn) como herramienta para calcular las tasas de
extinción (Mace 1995; Butchart et al. 2004); por varias razones, el empleo de estas listas
como indicadores del ritmo de extinción debe hacerse con cautela (Possingham et al. 2002).
Las listas pueden cambiar a medida que nuestros conocimientos sobre la distribución de
especies se hacen más precisos, especialmente con nuevas y mejores recolectas, que
incluyan sitios antes no trabajados; al respecto véase Keith y Burgman (2004). En las listas
sobre extinción de especies en México, que integramos en este capítulo, el lector
encontrará que hemos procedido con la mayor cautela, refiriéndonos exclusivamente a la
extinción de especies en el territorio nacional, e incluyendo solo los 270 Capital natural de
México • Vol. I: Conocimiento actual de la biodiversidad casos publicados o señalados por
especialistas en el grupo en cuestión. En México varias especies que se consideraban
extintas han vuelto a ser encontradas. Tal es el caso del bisonte (Bison bison), considerado
extinto en territorio nacional y del que en 1988 se descubrió una población silvestre de
aproximadamente 100 individuos en la región de JanosCasas Grandes, nordeste de
Chihuahua. Asimismo, la nutria de río, Lutra canadensis, común en Estados Unidos y
Canadá, tenía una distribución marginal en México, limitada a los ríos Colorado y San Pedro

27
en Sonora y Bravo en Tamaulipas. A principios de los años noventa se la consideró extinta
en México, pero hay registros recientes en el Río Bravo en Coahuila y también es posible
que sobreviva en los alrededores de la presa La Amistad o en la Laguna Madre en
Tamaulipas. Mustela nigripes, el hurón de patas negras, solo se conocía en México por
restos subfósiles. Recientemente fue reintroducido en la región de Janos-Casas Grandes
en Chihuahua, en donde se calcula una población menor a 50 animales. Sylvilagus insonus,
especie de conejo endémico de Omiltemi, Guerrero, y considerado extinto en varias listas
(v. gr. Eldredge 1998), ha sido recientemente encontrado después de un siglo de no tener
registros (toda la información anterior ha sido tomada de Ceballos et al. 2005). Nosotros
hemos incluido en la lista de especies desaparecidas o extintas al lobo mexicano (Canis
lupus baileyi) porque no tenemos evidencias de que en la actualidad existan poblaciones
en condiciones naturales. Sin embargo, los magros resultados en su reproducción en
semicautiverio que ha tenido el convenio binacional MéxicoEstados Unidos durante
décadas a través de la Semarnat en el Programa de Vida Silvestre, hacen de su
reintroducción a condiciones naturales un problema más social que biológico, dada la
resistencia que oponen ganaderos y campesinos. Así adecuadamente una extinción es en
muchos casos muy difícil. Las listas de especies en peligro tienen los mismos elementos
de incertidumbre que las listas de especies extintas, y otros adicionales como la estimación
vemos que diagnosticar del tamaño mínimo de la población, el área de distribución y el ritmo
de declinación, además de verdaderos problemas semánticos como el sentido exacto que
se da a la expresión “en peligro de extinción” (Possingham et al. 2002; de Grammont y
Cuarón 2006). Lo anterior es también un claro reflejo de la falta de evaluaciones de campo
que tengan como propó sito conocer el estado actual de la población o poblaciones por
estudiar. Por estas razones, nuestras listas para México incluyen solo especies para las
cuales la evidencia de extinción es convincente para los especialistas. No hemos incluido
las especies “en peligro de extinción”, más que en algún caso en que la situación bien
documentada sugiere tal riesgo. 10.4 Listas de especies de animales y plantas
desaparecidos o extintos de México Como parte de un esfuerzo nacional para registrar las
especies de animales y plantas extintas en México, este capítulo incluye las listas de
vertebrados y plantas superiores cuya extinción ha sido confirmada por expertos en cada
grupo taxonómico (cuadro 10.4 cd 2 ). La información procede de libros y listas que han
sido publicados por la uicn, la Alianza para la Extinción Cero (Alliance for Zero Extinction, ),
la Evaluación Global de Anfibios (Global Amphibian As (Global Amphibian Assessment, ),
el sistema global de información sobre peces, la Base de Especies (FishBase, ) y otras

28
fuentes bibliográficas, así como los libros sobre esta temática publicados en México (véanse
las referencias bibliográficas). En todos los casos hemos buscado la confirmación de los
especialistas en cada grupo. Nuestro propósito es presentar únicamente las especies
extintas de México hasta el momento confirmadas. Para la elaboración de las listas se han
utilizado los siguientes criterios: Especies extintas: aquellas nativas o restringidas a México
cuya desaparición se ha confirmado. Especies extirpadas: especies extintas en México pero
que sobreviven en otros países como parte de su área de distribución (Ceballos y Rodríguez
1993; ContrerasBalderas et al. 2003). Especies virtualmente extirpadas: aquellas
desaparecidas de la naturaleza pero que sobreviven en condiciones de cautiverio o cría,
sin posibilidades actuales de ser reintroducidas en su hábitat natural (Contreras-Balderas
et al. 2003). En las listas incluimos las causas posibles de extinción. Las hemos clasificado
de la siguiente manera: a] Cambios introducidos por la actividad humana:

• Sobreexplotación (so): comercial o por cacería.

• Destrucción del hábitat (dh): fragmentación del hábitat original, drenaje de humedales,
deforestación, urbanización, destrucción de arrecifes coralinos, construcción de represas.

• Introducción de especies exóticas (ie). • Contaminación (co). • Abatimiento del nivel del
agua (aa) en el caso

Tamaño de la población (tp).

• Tamaño corporal de los organismos (tc). de peces. b] Características biológicas que


pueden haber estado ligadas a la extinción:

• Distribución geográfica, con atención especial a los endemismos (dg).

• Relaciones con otras especies (re). En las listas incluimos una columna de comentarios,
donde hemos recopilado (cuando la hemos encontrado) información relativa a la extinción
de las especies, como es la fecha en que se recolectó el último ejemplar, tipo de hábitat
donde se registró por última vez, esfuerzos que se han hecho para confirmar su
persistencia, etc. Asimismo, hemos incluido una columna con la distribución de la especie
antes de su extinción. Hay que tomar en cuenta que esta lista se refiere a especies extintas
en tiempos recientes, es decir a aquellos animales o plantas que, avistados en los últimos
años del siglo xix o primeros del siglo xx, no han vuelto a ser encontrados. No se incluyen

29
las especies posiblemente extintas por la colonización europea, ni tampoco aquellas que
desaparecieron al final del Pleistoceno. Estas son tratadas en otros capítulos de este libro.
10.5 Análisis de las listas Algunas listas anteriores comprenden un mayor número de
especies extintas debido a la inclusión de sinónimos. Para evitar este problema hemos
recurrido a la ayuda de taxónomos expertos en los distintos grupos. De acuerdo con nuestra
recopilación en México se llega a un total de 127 (84 confirmadas y 43 sin confirmar)
especies extintas, extirpadas o virtualmente extirpadas. Esta relación incluye solo
vertebrados y plantas con flores, por lo que el total de especies extintas, teniendo en cuenta
otros grupos de organismos, es indudablemente mayor. Así, por ejemplo, el único caso de
un invertebrado mexicano sobre el que hemos encontrado información exacta de su
extinción es el molusco (familia Bulimelidae) Amphibulina patula que vivía en la Isla
Guadalupe (Eldredge 1998). De las distintas categorías que hemos establecido, el número
de especies extintas es el más elevado: 56, seguido de 19 extirpadas y 9 virtualmente
extirpadas. Los mayores números de especies extintas corresponden a peces (37
confirmadas y una sin confirmar) y aves (18 confirmadas y una sin confirmar; véase el
cuadro 10.1). Estos nú meros contrastan con las 19 especies de peces y 8 de aves
señaladas por Peña-Jiménez y Neyra-González (1998). Dentro de las 43 especies en
proceso de confirmación, 29 corresponden a anfibios (cuadro 10.1). Lo anterior se debe a
que los expertos no han documentado la desaparición de ninguna especie en México
(Global Amphibian As Global Amphibian Assessment 2008). La Lithobates tlaloci (Frost et
al. 2006) fue considerada extinta por Peña-Jiménez y Neyra-González (1998), pero fue
vuelta a encontrar posteriormente. El proceso de identificar las especies extintas en México
mediante las listas mencionadas ha permitido recopilar importantes registros de especies
con distribución endémica. Encontramos, por ejemplo, que los peces son el grupo con
mayor número de especies extintas (con 52.6%, cuadro 10.2), y en cuanto a especies
asociadas a islas, los mamíferos y las aves presentan los mayores porcentajes de extinción
(60 y 58% respectivamente, cuadro 10.2). Como ya mencionamos, las especies en
ambientes aislados enfrentan problemas graves cuando se relacionan con otras especies
exóticas. Algunos ejemplos para México son los casos de Oceanodroma macrodactyla
(petrel de Guadalupe), Thryomanes bewickii brevicauda (saltaparedes) y Pipilo
erythrophtalmus consobrinus (raspador moteado), que habitaban en la Isla Guadalupe.
Hace 150 años, el hombre introdujo cabras en esta y otras islas del Pacífico mexicano
causando deterioro en los lugares donde anidaban los individuos de esta especie (Lever
1985; Walter y Levin 2008). Por otro lado, en el caso de los anfibios (extinción no

30
confirmada) observamos también una alta proporción de especies con distribución
endémica, especialmente en el estado de Oaxaca, con 11 de las 18 especies de Anura
supuestamente extintas (cuadro 10.3). Dado el escaso número de ejemplos y estudios, no
contamos con una clara imagen de lo que ocurre en este grupo. El análisis de las listas nos
permite concluir que prácticamente en todos los casos, con algunas excepciones, la
extinción de especies en México está asociada a una distribución original muy restringida
(véase el capítulo 12); es decir, se trataba de especies extraordinariamente endémicas.
Esta situación ha llevado a la extinción cuando el hábitat original ha sido modificado, bien
por alteración y fragmentación, bien por la introducción de especies asociadas al hombre
muy agresivas, como ha sido frecuente en islas. Si examinamos las listas de los distintos
grupos, las causas directas de extinción son diferentes en cada clase. 10.6 Las causas
10.6.1 Peces La extinción de peces generalmente se asocia a la contaminación o
abatimiento de los niveles de agua de los cuerpos lacustres o ríos. Un factor adicional
importante que está desempeñando un papel en la pérdida de las poblaciones de peces es
la introducción de especies exó ticas (Contreras-Balderas et al. 2003). Estos fenómenos
han actuado sobre poblaciones generalmente muy pequeñas y altamente endémicas
(Contreras-Balderas et al. 2003). 10.6.2 Anfibios El caso de los anfibios merece una
especial atención. Aunque el número de especies con una gran posibilidad de estar extintas
es alto, hemos mantenido la duda ya que no figuran como tales en el Global Amphibian
Assess Global Amphibian Assessment, y su extinción ha sido supuesta pero no confirmada
por los especialistas en el grupo; hemos mencionado ya el caso de una especie extinta
“redescubierta” Lithobates tlaloci (Frost et al. 2006). Prácticamente en todos los casos se
trata de especies con áreas de distribución muy restringidas (véase el capítulo 12 de este
volumen), la gran mayoría asociadas al bosque mesófilo de montaña. Los expertos
consultados han atribuido la extinción a destrucción o alteración profunda del hábitat
original, junto con la presencia de la enfermedad quitridiomicosis (Stuart et al. 2004; Daszak
et al. 2003) y a la reducción crítica de las poblaciones (no avistamiento en los últimos 20
años o más). Sin embargo, cuando se trata de especies de las que tenemos pocos datos
(a veces solo la descripción original) y cuyo endemismo puede deberse justamente a la falta
de información, queda la posibilidad de que persistan en algún remanente del bosque
mesófilo no revisado. Los expertos consultados han insistido en la necesidad de un mayor
trabajo de exploración en los remanentes de este tipo de bosque. Estos trabajos urgentes
deberán enfrentarse a la creciente complicación en la obtención de permisos de recolecta
científica (véase el capítulo 8 de este volumen) o a la dificultad de tener acceso a

31
propiedades privadas o comunales. Es importante señalar que a pesar de las terribles
pérdidas que en su extensión e integridad han sufrido los distintos tipos de bosque
mexicanos, especialmente los tropicales, el único en el que de forma consistente se cuenta
con evidencia sobre extinciones claramente atribuibles a la alteración o destrucción, es
justamente el bosque mesó filo de montaña. 10.6.3 Reptiles No deja de ser sorprendente
que solamente exista un registro de extinción correspondiente a una especie insular
(véanse listas). En general, la pérdida de poblaciones o extinción de reptiles (con excepción
de las tortugas marinas) está menos documentada que para otros grupos de vertebrados
(Gibbons et al. 2000). En Madagascar, por ejemplo, es probable que existan extinciones de
especies microendémicas de reptiles; pero en tiempos históricos solo se ha documentado
la extinción de especies de gran tamaño (Raxworthy y Nussbaum 2000). En otras partes
del mundo las causas de las extinciones antrópicas de reptiles son la introducción de
especies exóticas, el cambio en el uso del suelo y degradación de habitats, la contaminación
y, crecientemente, el cambio climático (Gibbons et al. 2000). Estos factores están presentes
en todo el territorio nacional, por lo que es probable que la falta de extinciones
documentadas se deba a la insuficiencia en los estudios herpetofaunísticos y a la tendencia
observada en reptiles y anfibios a que las especies tengan áreas de distribución mucho
menos extendidas que las de otros vertebrados terrestres (véase el capítulo 12 de este
volumen). La necesidad de redoblar esfuerzos para los estudios detallados sobre las
distribuciones de las especies y los estados de sus poblaciones se hace evidente en el caso
de los reptiles. 10.6.4 Aves Para las aves, las causas de extinción son más diversas y en
algunos casos han influido fenómenos ocurridos fuera de México, ya que estas aves tenían
en nuestro país el lí mite sur de su distribución. En estas condiciones están Gymnogyps
californianus (cóndor de California) y Hectopistes migratorius (paloma mensajera). También
hemos documentado que la extinción en algunas especies de aves puede asociarse a un
cambio antropogénico profundo del hábitat. En estas circunstancias se encuentra
Campephilus imperialis (carpintero imperial), cuya desaparición se asocia a los cambios en
los bosques de pinos donde encontraba sitios de anidación y abundante alimento (Íñigo-
Elías y Enkerlin-Hoeflich 2003). En cuanto al zanate del Lerma (Quiscalus palustris), que
estaba circunscrito a los humedales del centro de México, su desaparición se asocia a las
alteraciones sufridas por estos humedales en los últimos 200 años por uso urbano,
industrial y agrícola (Íñigo-Elías y EnkerlinHoeflich 2003). Finalmente, ya hemos
mencionado y discutido la introducción de especies exóticas como causa de extinción,
especialmente para las especies con distribución endé mica en varias islas de México. En

32
las listas anexas se encuentran las diferentes causas de extinción supuestas para las
distintas especies. 10.6.5 Mamíferos Ceballos (1999) documenta la desaparición histórica
acumulada de 11 especies de mamíferos en todo el territorio nacional, contra un total de
525 que existen actualmente. En nuestras listas incluimos 18 especies (más una pendiente
de confirmación). La información está basada en trabajos posteriores a 1999 del propio
Ceballos y colaboradores. Hay que destacar que la mayor parte de las especies señaladas
como desaparecidas en México no están extintas. Un ejemplo es la nutria marina del
Pacífico, que cuenta con algunas poblaciones fuera del territorio nacional. Su reaparición
en el país como resultado de procesos de colonización o de programas de reintroducción
es posible en este y otros casos semejantes. Ya hemos mencionado el reciente
descubrimiento del bisonte en territorio nacional. Entre los mamíferos tenemos no los únicos
pero sí la mayor parte de los ejemplos de especies con distribución amplia, cuya extinción
puede asociarse a la cacería. Tales son los casos del lobo mexicano, la nutria (Enhydra
lutris), la foca del Caribe (Monachus tropicalis), el mapache (Procyon insularis) —aunque
para esta especie también puede haber intervenido la modificación del há bitat— y el oso
pardo (Ursus arctos). De algunas de esas especies se conservan pequeñas poblaciones en
cautiverio o existen fuera de México, por lo que su reintroducción es posible, aunque en el
caso de los depredadores grandes esto no es fácil. En el caso de los mamíferos pequeños
(todos ellos roedores) la extinción está asociada a alteraciones del hábitat y, sobre todo en
el caso de las especies insulares, a la introducción de especies parantrópicas competidoras
o depredadoras. Es interesante señalar que de las especies de roedores consideradas
como extintas, ocho vivían en islas oceánicas y las dos restantes tenían una distribución
prácticamente insular aunque en el continente. 10.6.6 Plantas Las causas de extinción de
plantas mexicanas no se encuentran tan bien documentadas como las de algunos
vertebrados, aunque se sabe que la fragmentación y pérdida de hábitat afecta a muchas
especies (Sosa y Platas 1998; Sosa et al. 1998) y que la recolecta ilegal con fines
comerciales afecta directamente a varias familias de plantas (Hernández y Bárcenas 1995;
Robbins 2003; FloresPalacios y Valencia-Díaz 2007). Esto sugiere que el tráfico puede ser
un factor de extinción particularmente serio, al menos en algunas familias como Cactaceae,
Orchidaceae y Bromeliaceae. Asimismo, la introducción de especies como cabras en
algunas islas ha causado la desaparición de especies de plantas microendémicas (León de
la Luz et al. 2003). En otras partes del mundo se ha documentado muy claramente la
expansión de los sistemas agrarios y las superficies urbanas como causas principales de
la desaparición de poblaciones (Thompson y Jones 1999). Un posible ejemplo de este

33
mecanismo podría encontrarse en las extinciones de algunas especies de plantas acuáticas
asociadas a la desaparición de ojos de agua al crecer la mancha urbana de la ciudad de
México (Lot y Novelo 2004). Finalmente, Sosa et al. (1998) han documentado la pérdida de
la capacidad de producción de semillas en Zamia inermis (Cicadáceas), probablemente
debido a la destrucción del hábitat de sus polinizadores. 10.7 Conclusiones Es indudable
que una prioridad de toda política nacional de biodiversidad es reducir al máximo los riesgos
de extinción de especies. Hacer recomendaciones al respecto es mucho más complejo de
lo que puede parecer, ya que como hemos visto las causas de extinción varían según el
grupo de organismos. Sin embargo, algunas medidas pueden recomendarse: 1] Aunque
existen varios estudios sobre causas y amenazas de extinción de algunas especies, en
general falta información. Es necesario más trabajo científico de campo con el fin de
conocer el estado de conservación de las poblaciones y sus amenazas, con monitoreos
continuos para estimar la densidad poblacional e identificar el grado de fragmentación de
su hábitat. Lo anterior es evidente en el caso de los anfibios. En muchas especies
supuestamente extintas las únicas referencias que tenemos son la descripción original y
datos parciales de que no han vuelto a ser encontradas. Una búsqueda sistemática de
anfibios en los remanentes de bosque mesófilo de montaña de Oaxaca, Chiapas y Veracruz
seguramente daría resultados interesantes. 2] En muchos casos, la posible o real extinción
o extirpación de una especie está asociada a trastornos antrópicos profundos del hábitat.
Este es un elemento general en la pérdida de especies, estén o no en peligro de extinción.
Cualquier medida para proteger las comunidades naturales remanentes será altamente
positiva. En el caso de muchas especies en peligro de extinción tenemos a nuestro favor
que sus áreas de distribución son muy pequeñas. No es imposible la adquisición (por
organizaciones ecologistas, centros de investigación u organismos de los tres niveles de
gobierno) de los lugares donde estas especies viven, para colocarlos bajo un régimen de
protección total, debidamente supervisados. Tratándose, como ocurre en muchos casos,
de extensiones pequeñas, su protección puede tener un costo económico bajo. 3] En el
caso de aquellas especies amenazadas por especies invasoras exóticas de alto impacto,
cabe la posibilidad de la erradicación, como se ha planteado en varios lugares para cabras,
gatos, perros y ratas. En algunas islas se han realizado con éxito labores de exterminio, por
ejemplo con las cabras de las Galápagos. Habrá que evitar a toda costa la de especies
amenazadas de extinción en vida silvestre debe estar totalmente prohibida, hasta que no
se tenga la seguridad de contar con poblaciones adecuadas que puedan soportar un cierto
uso humano. Este uso será siempre restringido, bien planeado y vigilado. Para todo ello es

34
indispensable hacer las correspondientes campañas de sensibilización entre las
poblaciones locales, que pueden ser los mejores vigilantes. 5] Cualquier obra o modificación
del uso del suelo que se realice en un área con especies endémicas debe demostrar ante
la autoridad ambiental nacional que ha realizado los estudios y tomado las medidas
necesarias para evitar cualquier riesgo de extinción. Lo anterior también debe aplicarse a
obras gubernamentales como carreteras, ductos o de infraestructura turística. Si se buscan,
siempre se podrán encontrar opciones que reduzcan los riesgos de extinción. Lo importante
es tomar siempre los riesgos de extinción como factor por considerar antes de otorgar
cualquier permiso de obra o cambio del uso del suelo. 6] En varias especies de mamíferos
extirpados en México es factible y deseable pensar en su reintroducción. Para ello habría
que contar con los estudios ecológicos que aseguren la viabilidad de los ejemplares
reintroducidos, así como un programa adecuado de monitoreo. Es también deseable
fomentar el cultivo comercial de especies de plantas amenazadas de extinción y que al
mismo tiempo tienen demanda comercial. Este cultivo debe involucrar a las poblaciones
locales (como se ha hecho en la reserva de la biosfera de Tehuacán); facilitar una parte de
su producción para programas de resiembra en condiciones naturales y, sobre todo, estar
monitoreado por la autoridad ambiental y organismos ecologistas con la participación de las
poblaciones locales. Este monitoreo asegurará que los programas de siembra no sirvan
para encubrir una explotación clandestina ilegal de estas mismas plantas en condiciones
naturales.

El carpincho, capincho o capibara (Hydrochoerus hydrochaeris), es una introducción de


especies invasoras en aquellos lugares con endemismos expuestos a extinción, sean islas
o “islas” continentales, como manantiales, lagos, hábitats aislados, etc. Hay que recordar
que en el pasado varias de las especies invasoras (por ejemplo tilapias o cabras) fueron
introducidas incluso con el apoyo de programas oficiales. 4] La cacería, recolección y tráfico
ilegal especie de roedor de la familia de los cávidos. Es el roedor viviente de mayor tamaño
y peso del mundo. Habita en manadas en regiones de climas tropicales y templados
siempre cerca del agua en humedales del este de Panamá y en Sudamérica, al norte y
oriente de los Andes, hasta el centro de la Argentina. Está relacionado con los agutíes, las
chinchillas, los coipos y los conejillos de indias. [2] Posee un cuerpo pesado en forma de
barril y una cabeza pequeña, con un pelaje pardo rojizo en la parte superior del cuerpo que
se vuelve pardo amarillo en la parte inferior. Pueden crecer hasta 130 cm de largo y llegar

35
a pesar 85 kg. Hydrochoerus hydrochaeris 2 Presentan pies ligeramente palmeados,
prácticamente carecen de cola y tienen 20 dientes. Sus patas posteriores son algo más
largas que las anteriores, y los hocicos son romos, con los ojos, narinas y orejas en la parte
superior de la cabeza. Las hembras son un poco más pesadas que los machos.

El cuerpo, que carece de cola,[5] es de forma maciza y redonda, con el tronco grueso y
cuatro patas cortas. Las patas anteriores, tienen cuatro dedos y las posteriores, tienen tres,
expuestos en manera radial. Los dedos gruesos y parecidos a pezuñas presentan unas
pequeñas membranas que los unen interdigitalmente. Los carpinchos consiguen una
longitud de 100 a 130 cm y una altura a la espalda de 50 a 60 cm,[6]y las hembras suelen
ser un poco más grandes que los machos. El peso medio es de 50 kg en los machos y 61
en las hembras; sin embargo, el peso real puede variar entre 27 y 65 kg.[7][8][9] El extinto
Neochoerus sulcidens era significativamente más grande. El pelaje es largo y áspero, pero
en algunas partes es tan fino que se puede apreciar la piel a través de él. Esto hace que
sean unos animales propensos a las insolaciones, y para evitarlo, se revuelcan en el barro
para protegerse la piel del sol.[10] La coloración va de un pardo rojizo al gris en la parte
superior, mientras que la parte inferior tiene un color pardo amarillo. Algunos ejemplares
tienen manchas negras en la cara, en el lado exterior de las patas y en la parte trasera, la
longitud del pelo va de 30 a 120 milímetros. Hydrochoerus hydrochaeris 3 Cabeza y dientes
Su cráneo se parece notablemente al de sus parientes cavíidos, hasta en las mismas
proporciones generales. Vista detallada de los incisivos. Tienen una cabeza notablemente
ancha y grande. En relación con los parientes más próximos a la capibara, el hocico es más
grande y redondeado, mientras que las narinas son pequeñas y están bastante separadas.
En los ejemplares machos, la punta del hocico está calva y dotada de una prominencia
correspondiente a la glándula olfativa. Las orejas son pequeñas y redondas, mientras que
los ojos se encuentran situados en los lados y también son pequeños. Como en muchos
animales que tienen un estilo de vida parcialmente acuático, los ojos, las orejas y las narinas
del carpincho se encuentran situados en la parte superior de la cabeza,[5] de manera que
cuando salen a respirar del agua o a observar lo que les rodea, casi no sobresalen de la
superficie.[11] La fórmula dental de este animal es de 1-0-1-3; lo que quiere decir que cada
mitad de mandíbula presenta un diente incisivo, un premolar y tres molares, con un total de
veinte dientes.[10] Las blancos incisivos están dotadas de un surco, como en todos los
roedores, están agrandados y transformadas en incisivos sin raíz. Detrás de los incisivos
se abre un espacio denominado diastema. Los dientes posteriores tampoco tienen raíces y

36
tienen una morfología compleja; consisten en prismas de esmalte dental en forma de
corazón o de barras, que están separadas por capas de cemento. Como en otros roedores,
los dientes incisivos y molares de las capibaras crecen constantemente para compensar el
desgaste continuo que provoca comer tanta hierba.[4] Distribución y hábitat Su geonemia
esta dividida en dos áreas disyuntas. • La de menor superficie se extiende por el este del
Panamá, al este de la cuenca del Canal de Panamá, el Darién, el norte de Colombia, y el
noroeste de Venezuela. • La de mayor superficie comprende casi toda Sudamérica al este
de los Andes en las cuencas del río Orinoco, del Amazonas y del Río de la Plata; cubriendo
desde el este de Venezuela y la Guyana hasta el Uruguay y el norte y centro de la Argentina.
[6] Cada una de las dos regiones tiene su subespecie correspondiente: Hydrochoerus
hydrochaeris isthmius que es la que vive en la parte nord-occidental. Tiene un tamaño
menor que el Hydrochoerus hydrochaeris hydrochaeris, que vive en la región más grande,
al este de los Andes. Pueden vivir en diferentes tipos de hábitat, pero muestran preferencia
por algunos en concreto. Suelen encontrarse cerca de lagos, ríos, marismas o manglares.
[6] También necesitan un suelo firme para dormir, idealmente con una vegetación espesa
que les sirve de protección. Para alimentarse no tienen problema en adentrarse por la
sabana y herbazales. La mayor densidad de población de carpinchos se encuentra en las
extensas zonas húmedas de Sudamérica, como el Pantanal, o la región de los Llanos del
norte del continente, bañada por el Orinoco. Viven mayoritariamente en las llanuras, pero
también habitan en altitudes de hasta 1300 metros por sobre el nivel del mar. En
comparación con otras especies animales de Sudamérica, las capibaras toleran bastante
bien los cambios de Hydrochoerus hydrochaeris 4 hábitat provocados por la actividad
humana, y también pueden sobrevivir en zonas transformadas en plantaciones o pastos.
Comportamiento Actividad Un ejemplar nadando en los esteros del Iberá. Los carpinchos
son animales principalmente crepusculares. Pasan el calor del día en agujeros en el barro
o dentro de las aguas. [6] Para dormir se esconden entre una vegetación espesa; no les
hace falta ninguna cueva. En cambio, en las zonas donde son molestados por las
actividades humanas, cambian y adoptan un estilo de vida nocturno. Si un carpincho
advierte peligro, avisa a los demás con un ladrido corto, y de inmediato todos corren
trotando con una velocidad equiparable a la de un caballo a fin de ponerse a salvo en el
agua. Pueden bucear y permanecer bajo el agua hasta cinco minutos, y son capaces de
nadar con todo el cuerpo sumergido excepto las orejas, los orificios nasales y los ojos. Otro
experto nadador sudamericano, perteneciente a otra familia de roedores, es el coipo
(Myocastor coypus). Aunque a veces también se esconden entre plantas vegetales

37
espesas. Charles Darwin describía así el comportamiento de esta especie: Durante el día
están tendidos entre las plantas acuáticas o van tranquilamente a pacer la hierba de la
llanura. Vistos desde cierta distancia, su paso y su color les hace parecerse a los cerdos;
pero cuando están sentados, vigilando con atención todo lo que pasa, vuelven a adquirir el
aspecto de sus congéneres los cavias y los conejos. Vida social Viven en grupos, que
pueden estar constituidos por una pareja y sus crías, o por un grupo más grande de
ejemplares adultos. La medida de los grupos varía entre seis y veinte animales. En algunos
casos raros también se puede observar ejemplares solitarios, casi siempre machos adultos.
La medida de los grupos y su estilo de vida depende de la estación del año y del hábitat.
Durante la estación lluviosa, se extienden por una gran región, de manera que disminuye
la medida del grupo. Durante esta estación, comen mucho y acumulan una reserva de
grasa. La cría de los recién nacidos también se produce principalmente durante la estación
lluviosa, Durante la estación seca, muchos ejemplares se reúnen alrededor de los ríos y
lagos más grandes, formando grupos más numerosos. Durante esta estación, la mortalidad
es notablemente más alta, ya que aumenta el hambre y las enfermedades y con la
desaparición de las plantas que les sirven de protección, las capibaras son más vulnerables
a los ataques de los predadores. Investigadores de Venezuela indican una media de los
grupos de 5,6 animales durante la estación de lluvias y de 15,9 en el mes de marzo, el más
seco. En periodos prolongados de sequedad, se pueden formar grandes grupos de hasta
cien ejemplares, que se reúnen cerca de las aguas que quedan. Aunque estos
agrupamientos son inestables y no duran mucho. Cada grupo tanto familiar como mixto está
liderado por un macho dominante,[11] que normalmente ocupa esta posición durante
muchos años. Después vienen una o diversas hembras con sus crías y a veces los machos
subordinados también forman parte del grupo. La jerarquía suele ser estable y estar bien
marcada tanto entre los machos como entre las hembras, y se establece por medio de
combates parcialmente agresivos. Hydrochoerus hydrochaeris 5 Vista frontal de un
ejemplar. Cada grupo habita en un territorio de entre 5 y 17 hectáreas. [12] Aunque, los
animales suelen permanecer dentro de una región de unas 10 hectáreas de superficie, que
defienden contra las incursiones de otros ejemplares de la misma especie. Marcan el
territorio por medio de glándulas odoríferas;[12] en los machos se encuentran situadas
sobre la nariz, y los dos sexos tienen en la región del ano (glándulas anales). Se comunican
entre ellos por medio de una variedad de vocalizaciones. Entre ellos hay un sonido parecido
al ronroneo de los gatos, que indica sumisión, un grito de alarma parecido a un ladrido de
perro, una manera de clic que expresa felicidad, silbidos estridentes y gruñidos.[13]

38
Alimentación La dieta se compone principalmente de hierba terrestre y la complementa de
vez en cuando con plantas acuáticas. A veces entran en plantaciones y se alimentan, por
ejemplo, de cañas de azúcar, sandías o maíz. La creencia extendida que los peces también
forman parte de la dieta de las capibaras es falsa. Tienen un aparato digestivo
extremadamente eficiente que los permite subsistir con una dieta el 75 % de la cual se
compone de sólo entre cuatro y seis especies de plantas,[14]y después dejan de comerla
durante un tiempo, permitiendo que las plantas de esta especie se recupere antes de volver
a comérsela.[15] Su aparato digestivo presenta diversas adaptaciones a su dieta, como un
intestino más largo y un ciego en forma de saco agrandado. De manera similar a otros
roedores, como los cobaya, o los lagomorfas, los carpinchos practican la coprofagia o
ingestión ocasional de los excrementos. Las heces cecales son una forma blanda y
adhesiva de excrementos, que están fermentados por unas bacterias especiales en el
ciego, y que son vueltos a ingerir inmediatamente después de la excreción, de esta manera,
pueden extraer el máximo de nutrientes de sus alimentos ricos en celulosa. [6]Cuando los
excrementos son expulsados definitivamente por segunda vez, son ovales y secos. Las
capibaras, como las cobayas, no pueden producir vitamina C por sí mismas, de manera que
han de obtenerla por medio de su alimentación. En algunos ejemplares en cautividad, que
habían estado evidentemente mal alimentados, se ha observado casos de escorbuto. [16]
Reproducción Crías de esta especie con su madre. El macho es quien toma la iniciativa en
la copulación, ya que es él, el que persigue la hembra, primero por tierra y después dentro
del agua. El aparejamiento tiene lugar en aguas poco profundas, después de entre seis y
ocho rápidos empujes, el acto sexual llega a su fin. El coito se puede repetir después de un
rato, hasta veinte veces o bien con la misma pareja o con parejas diferentes. El
aparejamiento puede tener lugar en cualquier época del año, pero la mayoría de
nacimientos suelen ser en la estación lluviosa (de abril a mayo en el norte de Sudamérica
y en octubre al sur del continente). Generalmente, cada hembra pare una vez por año, pero
si las condiciones climáticas son favorables pueden hacerlo dos veces. El periodo de
gestación dura unos 110 días en la subespecie septentrional y unos 150 en la meridional.
Las capibaras son multíparas, y cada parto se compone de una media de cuatro crías, pero
puede variar entres dos y ocho.[17] Las hembras tienen diez mugrones que están colocados
por parejas en el vientre. Hydrochoerus hydrochaeris 6 No construyen nidos, y pueden dar
a luz en cualquier sitio de su territorio. Las crías son marcadamente precoces, pesan
aproximadamente 1500 g al nacer, presentan un pelaje completo y con los dientes
permanentes. Poco después del nacimiento, las crías son capaces de comer hierba y pasan

39
a ser independientes después de tres o cuatro meses. Las crías forman un grupo propio
dentro del grupo principal.[5][4] Ambos sexos asumen la madurez sexual aproximadamente
a los veintidós meses de edad.[5] Su longevidad en estado natural varia entre ocho y diez
años, mientras que los ejemplares en cautividad pueden llegar a los doce años.[6]
Enemigos naturales Sus predadores naturales más importantes son sobre todo félidos
como el yaguar o el ocelote, pero también los zorros selváticos y los caimanes. A veces,
las crías son víctimas de aves de presa como las harpías, o de reptiles como la anaconda.
[6] Relación con los humanos Los pueblos indígenas sudamericanos ya las cazaban para
consumir la carne procesando la piel y utilizando los dientes incisivos con fines decorativos.
También tienen un papel en la mitología de estos pueblos. En las creencias tradicionales
de los yanomamos, cada recién nacido tiene un doble en forma de capibara o de tapir que
le da la fuerza vital: si el doble animal se muere, también morirá la persona. Caza y usos
Son cazados por su piel y su carne.[18]En muchas regiones hay cazadores profesionales
nombrados «carpincheros», que ejercen la caza con fines comerciales, también son muy
numerosas las personas que los caza para uso propio. El cuero de la capibara, de marrón
claro y con pequeñas manchas más claras, es especialmente apreciado en Argentina.
Además de guantes, cinturones y chaquetas de cuero, también se hacen sillas de montar y
bridas.[19]En la parte sur de se hace servir una aceite obtenido de la grasa subcutánea del
carpincho como remedio natural. Su carne tiene un olor fuerte, es consumida especialmente
en Venezuela, donde la secan, la ponen en escabeche y se la comen los días de
abstinencia. Es creencia extendida en Sudamérica que existiría un antiguo documento
eclesiástico oficial, que la clasificaría entre los «pescados», por motivo de su modo de vida
acuático, su olor similar al del pescado y su piel poco peluda,[10][3][20][21] aunque es una
leyenda, y existen leyendas similares en otras religiones de la Tierra sobre otros animales
acuáticos, como por ejemplo los castores. En Argentina y Uruguay, la carne sirve
principalmente para hacer salchichas. En Colombia y Venezuela, especialmente en la
región de los llanos, y a causa de los múltiples usos de este animal, ya hay intentos de criar
capibaras en granjas con fines comerciales.[22] Los propietarios de pastos también los
persiguen, especialmente durante la estación seca, ya que consideran que las capibaras
arrasan con la comida de sus animales. Existen personas que creen que es bueno cazarlas
por los supuestos daños que ocasionan en la agricultura; especialmente en las
plantaciones, pueden causar una devastación considerable, y en algunos sitios se les
considera una plaga.[22] Hydrochoerus hydrochaeris 7 Su producción en cautividad como
animal comercial En la Argentina existen criaderos comerciales de la especie en algunas

40
provincias del litoral fluvial. [23] Conservación y amenazas Muchos de los hábitat
adecuados para esta especie se encuentran en regiones muy utilizadas para el pastoreo.
Como los humanos preparan fuentes de agua para sus animales, minimizan la cantidad de
carnívoros por medio de la caza y como los bovinos mantienen la hierba corta, en muchas
zonas se ha producido un aumento de su población. Censos de los latifundios bovinos de
la región de los Llanos revelaron una densidad de Hydrochoerus hydrochaeris de entre 50
y 300 /km². En las regiones en que son cazados en cantidades comerciales, como por
ejemplo en muchas regiones de Venezuela, ya se consideran raros.[cita requerida] En otras
regiones, como en sectores de Perú, han desaparecido o su número se ha reducido
drásticamente.[cita requerida] Aunque, en general son abundantes y tienen en una amplia
distribución, de manera que no se les considera una especia amenazada. Sin embargo
muchas personas consideran que es cruel la matanza de dicho animal, ya que se hace a
garrotazos, disparos o con perros de caza. Sistemática y taxonomía Los Cavia aperea ,
pequeños roedores de Sudamérica están estrechamente relacionados con el Hydrochoerus
hydrochaeris. Hydrochoerus hydrochaeris es el único representante viviente de la familia
de Hydrochoerinae. [24] Aunque investigaciones genéticas han demostrado que los
roedores del género Kerodon están relacionados más estrechamente con Hydrochoerus
hydrochaeris que con los cobayas (Cavia porcellus), de manera que Hydrochoeridae resultó
un grupo parafilético. Los sistemáticos modernos, como Wilson & Reeder (2005), clasifican
a Hydrochoerus hydrochaeris dentro del grupo de los cávidos (Caviidae) y los agrupan con
Kerodon dentro la subfamilia Hydrochoeridae. Dentro de los roedores, pertenecen a la
superfamilia de los cavioïdeus, igual que los aguties (Dasyproctidae), las pacas
(Cuniculidae) y los pacaranas (Dinomyidae). Los antepasados fósiles de Hydrochoerus
hydrochaeris, están representados por diversos géneros a partir del Mioceno superior.[25]
Las formas más primitivas están clasificadas dentro la subfamilia de los cardiaterinos, que
aunque es parafilética, los representantes más recientes del grupo se desarrollaron a partir
de ellas. Se conoce la subfamilia de los protohidroquerinos del Plioceno, con el único género
Chapalmatherium (también conocido como Protohydrochoerus). El cráneo de estos
animales era el doble de grande que el del H. hydrochaeris actual, y sus miembros también
eran considerablemente más largos. La subfamilia de los hidroquerinos, a la cual pertenece
el H. hydrochaeris, apareció en el Plioceno superior.[25] Todas los restos fósiles de
roedores gigantes provienen del continente americano. En algunas sistemáticas, las dos
subespecies descritas más arriba, H. h. isthmius y H. h. hydrochaeris, están clasificadas
como especies distintas. En cuanto al nombre científico correcto del género, hay una larga

41
controversia entre el nombre Hydrochoerus, creado por Brisson en 1762, y el nombre
Hydrochaeris, instaurado por Brünnich en 1772. Ambos nombres provienen de las palabras
griegas hydros (agua) y choiros (puerco). El nombre dado por Brisson fue rechazado
durante mucho tiempo, ya que no se conformaba en las normas de la nomenclatura
binomial. Aunque la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica declaró válido el
nombre de Hydrochoerus con motivo de su amplio uso, Hydrochoerus hydrochaeris 8 de
manera que Hydrochoerus hydrochaeris es el nombre científico correcto. Animal de
compañía Una ejemplar de compañía con un arnés. Algunas personas tienen ejemplares
de esta especie como animal de compañía. A pesar de su gran tamaño y exoticidad, pueden
ser compañeros gentiles. Es necesario esterilizar a los machos a la edad entre 6 y 9 meses
para evitar que se vuelvan agresivos y territoriales. Como otros roedores, se les puede
domar para que aprendan a hacer ciertos trucos, como sentarse o pedir comida. Los
capibaras de compañía están considerados animales afectuosos y limpios.[26] Como
animal de compañía, es necesario poder satisfacer todas las necesidades de un animal de
este tipo, como un refugio donde cobijarse, comida adecuada, hierba y paja, así como un
espacio de agua donde pueda jugar (sin agua donde poder bañarse, los capibaras pueden
desarrollar un trastorno cutáneo que en algunos casos puede llegar a ser mortal). En el
caso de casas particulares, esta última necesidad se puede conseguir con una piscina
prefabricada grandes.

¿Se ha puesto a pensar en la razón por la que los gatos y los perros no se encuentran
en peligro de extinción? ¿Qué pasaría si el día de mañana se declara que los pollos se
encuentran en riesgo de desaparición? Hace ya algún tiempo tuvimos la oportunidad de
escribir un breve ensayo1 en el cual exponíamos que, en verdad, la razón principal por la
que el terrible fenómeno del peligro de extinción de algunos animales venía
acrecentándose, era originado por una errónea concepción que parte de la premisa de que
los animales son bienes públicos que no deben ser apropiados por las personas. En efecto
-y a diferencia de lo que podría creerse- un análisis detenido del problema nos permite
plantear que, quizás, la propiedad privada resulta ser la clave para afrontar la problemática
planteada. De la misma forma, consideramos que una propuesta que apueste por la
propiedad privada, tiene no solo un fundamento teórico sólido sino un basamento ético
innegable.

REPASANDO LA FUNCIÓN DE LOS PROPERTY RIGHTS. No es un secreto que la


Propiedad Privada tiene una importancia capital en el desarrollo económico de una

42
sociedad. En un sistema en el que no existe una propiedad claramente definida; y que se
encuentra regido por un esquema comunal de titularidad de los bienes; el caos es
perfectamente predecible. Todos pretenden maximizar sus beneficios aprovechándose de
lo que, en estricto, es de "todos y de nadie". Esta racionalidad elemental ha sido
ampliamente trabajada por el Law & Economics; y tiene una indiscutible fuerza para explicar
diversos problemas contemporáneos. El sistema de property rights pretende la asignación
a los individuos de una titularidad exclusiva sobre el bien materia de la misma. Este sistema,
se ha señalado, debe caracterizarse por tres notas esenciales: la universalidad, la
exclusividad y la transferibilidad. La primera nota determina que todos los recursos deben
ser poseídos por alguien; la segunda nota, permite garantizar la exclusión de aquellos que
no ostentan la titularidad; finalmente, la transferibilidad garantiza que los recursos puedan
pasar de los usos menos valiosos a los más eficientes, mediante intercambios voluntarios.
En general, "los property rights son la condición necesaria para la asignación eficiente de
los recursos y, desde el punto de vista individual, la que hace posible alcanzar la máxima
utilidad"2. En efecto, "es importante tener en cuenta que los derechos de propiedad
suponen el derecho a que el titular u otra persona obtengan un beneficio o resulten
perjudicados (...) así pues, los derechos de propiedad especifican en qué forma las
personas pueden obtener beneficios o pérdidas, y por tanto, quien debe pagar a quien para
que unas personas cambien su modo de actuación"3. En dicha línea, los property rights
cumplen una función delimitadora entre quienes se encuentra autorizados al
aprovechamiento del bien sobre el que recae la titularidad, y quienes se encuentra excluidos
de dicho ámbito; estando obligados a negociar con los titulares a efectos de beneficiarse
también.

Un ejemplo citado por Alfredo Bullard, resultará ilustrativo. Se nos cuenta que "en África, en
las regiones del sur del Sahara viene desarrollándose un tragedia de dimensiones
colosales. El desierto se viene expandiendo a un ritmo acelerado amenazando, en palabras
del ex-secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, "... con borrar del mapa
a cuatro o cinco países africanos", trayendo hambre y desolación. Una de las naciones
víctimas directas de este fenómeno es Libia, cuyo territorio está compuesto en un 90% por
desiertos. Pero esto no siempre fue así. Durante el Imperio Romano, Libia estaba cubierta
de árboles y el pastoreo era productivo. No existen variaciones climáticas que puedan
explicar la desertización producida desde la época romana.

43
Este cambio es atribuido por Burton a una diferente regulación jurídica del régimen de
propiedad. En la actualidad, como producto de la organización tribal, el uso de la tierra y de
los pastos es común. Todos los pastores y agricultores usan este bien como un bien de
todos. El efecto es el sobrepastoreo y la extinción de las escasas fuentes de agua
existentes. La consecuencia final es el avance imparable del desierto. Por el contrario,
durante la invasión romana existió un régimen de propiedad privada donde cada titular
podía excluir a los demás del uso de la porción de la tierra que se le asignaba. Así, cada
propietario cuidaba sus fuentes de agua y evitaba que el sobrepastoreo convirtiera su tierra
en inservible"5. Este ejemplo, permite constatar la importancia de los property rights como
instrumentos de generación de incentivos al cuidado de las titularidades. En efecto, si yo
tengo una casa de playa que empleo intermitentemente durante algunos días de verano, y
en la cual invierto considerables sumas de dinero para su adecuada conservación, pero a
la que todos pueden acceder cuando yo no me encuentro en ella de forma libre,
aprovecharse de sus comodidades, ensuciarla a discreción sin invertir un solo céntimo en
ella, mi incentivo para cuidar la casa de playa se reduce considerablemente. El valor de mi
titularidad se encuentra seriamente afectado por el comportamiento de \osfree riders6 que
no puedo excluir.

De esta forma, la asignación de property rights a favor de una persona determinada, le


confiere facultades de aprovechamiento pleno sobre la titularidad que ostenta.
Evidentemente, dichos beneficios se reducirán cuando exista una definición inadecuada de
los property rights o cuando el ordenamiento jurídico no proporciona la seguridad jurídica
de que dichos derechos serán plenamente amparados. Así, "la consecuencias económicas
y financieras de la falta de certeza legal son profundas. El agricultor no puede hipotecar su
propiedad en donde no existe una infraestructura legal que proteja su propiedad (...) y si no
puede hipotecar su propiedad, no puede solicitar préstamos para mejorar su propiedad, o
para comprar más tierras o para iniciar un nuevo negocio"7. En dicho sentido, la propiedad
tiene una sólida base ética en tanto su correcta delimitación conlleva al progreso, a la
innovación, al desarrollo humano y a la riqueza individual. Como se ha dicho
acertadamente, "la vigencia de la propiedad establece incentivos, pone de manifiesto
señales, coordina los usos alternativos de los recursos escasos, protege derechos y atiende
una función social de una notable potencia para incrementar ingresos y aliviar
necesidades"8. Como veremos en seguida, "la propiedad permite internalizar las
externalidades que se producen en el uso de los bienes. La propiedad permite crear los

44
incentivos para que el titular de un bien asuma los beneficios y los costos que se derivan
del bien"9. Ahora imaginemos, como el caso de nuestra casa de playa, que nos
encontramos en un escenario de propiedad comunal, "x" tiene la titularidad del bien pero
"y" puede apropiarse de los beneficios de esa misma titularidad sin costo alguno o a costos
sumamente inferiores a los incurridos por "x" para la conservación del bien. Como
maximizador racional de beneficios, "y" tiene incentivos para sacarle el máximo provecho
al bien de "x" a costos reducidos. Por otro lado, "x" incurre en costos de inversión del bien
compartiendo los beneficios con "y". Sin embargo, el aprovechamiento de "y" apresurarán
el deterioro del bien e impondrá externalidades negativas que deberá asumir "x". Se habrán
incurrido Esta situación representa lo que Hardin evidenció con su famoso ejemplo del
pastizal abierto a todos (es decir, una suerte de propiedad comunal)10. Un típico caso de
"la tragedia de los comunes", que elimina los incentivos para la inversión unilateral por parte
del propietario ante el estratégico aprovechamiento por parte d&free-riders en un esquema
comunal. De esta manera, se retrasa el progreso, se desperdician recursos y se genera
pobreza, condenando a los bienes sometidos a un esquema de apropiación libre a la ruina
y la extinción definitiva. Ello explica la razón por la que se ha afirmado lúcidamente que "un
sistema de propiedad privada proporciona el derecho de exclusiva a los individuos para
usar sus recursos como lo crean conveniente y transferirlos voluntariamente. Dicho sistema
prohibe el empleo de la fuerza y fomenta la cooperación. En efecto, la competencia
económica es un sistema de cooperación social. Cuanto más amplia y fuerte sea la
protección a los derechos de propiedad privada, los precios destinarán los recursos de
forma más efectiva, y cuanto más efectivamente estén destinados los recursos, mayor será
la creación de riqueza"11. En buena cuenta, una eficiente asignación de derechos de
propiedad, permite que los recursos escasos sean asignados eficientemente a un precio
también eficiente. Desde luego, toda nuestra exposición sobre la necesidad de un sistema
eficiente de property rights está sujeta a una discusión inmediatamente posterior vinculada
a los costos de creación de dicho sistema; y si éste resulta económicamente rentable a la
luz de una comparación entre los beneficios del sistema y los costos de su implantación.
Sin embargo, como hemos de exponer en las próximas líneas, la existencia de un sistema
de propiedad privada en el caso de animales se encuentra plenamente justificada; en
especial cuando se reconoce la imprescindible necesidad de contar con un sistema eficiente
de asignación de responsabilidad por vulneración de los derechos de propiedad (aunque
es claro que el sistema de property rights conlleva mayores ventajas cuando es posible una

45
conducta auto-defensiva de los derechos de propiedad por parte del titular de los mismo
son altos costos de inversión asumidos por uno para beneficio de ambos .

COMPRANDO DELFINES Y CRIANDO AVESTRUCES. Los beneficios de un sistema de


propiedad privada son perfectamente asimilables al caso de los animales en peligro de
extinción en caso existiese una asignación privada de los recursos. De la misma forma -y
encajando perfectamente en el "mundo sin propiedad" que hemos descrito con nuestro
ejemplo de la casa de playa- un sistema como el actual en el que se parte de la premisa de
que los animales son una suerte de patrimonio universal, solo fomenta la sobre-explotación
de los animales y su creciente extinción. Para ilustrar el tema, haremos alusión a cuatro
interesantes ejemplos que son parte de importantes estudios y trabajos anteriores. El primer
ejemplo hace referencia a un caso relativo a la imposición de regulaciones con respecto a
la pesca (lo cual podría ser perfectamente análogo a lo que se conoce como "periodos de
veda") en la Bahía de Bristol, y que ha sido planteado por Douglas North y Le Roy Miller en
un importante trabajo13. A continuación, citamos el ejemplo por ellos planteado a efectos
de ilustrar nuestros argumentos de forma más contundente y clara. La Bahía de Bristol, en
el centro de Alaska, es el hogar de uno de los bancos más ricos del mundo en salmón

46
sockeye. El salmón sockeye, o salmón rojo, es la más valiosa de las cinco especies de
salmón existentes. El regreso de los peces ovíparos a la Bahía de Bristol atrae cada verano
a los pescadores comerciales estadounidenses en número creciente cada año, mientras
que al mismo tiempo las flotas japonesas pescan fuera de los límites territoriales de Alaska.
En 1900 se sacaron 8.8 millones de peces de la Bahía de Bristol; hacia 1917 la pesca anual
había aumentado a 24.5 millones. Sin embargo, la cantidad de salmones disminuyó de
manera alarmante después de la Segunda Guerra Mundial. Con el fin de evitar la extinción
de esta valiosa especie se emitieron complejas reglamentaciones con respecto a las horas
de pesca, los equipos que podían emplearse e incluso los barcos. ¿Qué ocurrió en la
realidad? Los pescadores son pobres ya que deben emplear un equipo absolutamente
ineficiente y a pescar sólo durante una pequeña parte del tiempo. El consumidor, por otro
lado, debe pagar un precio mucho más elevado por el salmón rojo de lo que sería necesario
si se emplearan los métodos eficientes. Los autores señalan-y estamos absolutamente de
acuerdoque el problema estriba en el régimen de no propiedad. En efecto, el problema de
la no perpetuación del banco de salmón no entra en los intereses directos de algún
pescador en particular. Por el contrario, su interés es pescar tantos peces pueda durante el
tiempo permitido. En un escenario de propiedad privada, el propietario tendría un doble
incentivo: a) emplear toda la tecnología para pescar a un costo más bajo; y b) permitir que
suficientes peces escapen para perpetuar el banco (ya que si los peces se extinguen, su
negocio se acaba)14. Otro ejemplo ilustrativo tiene que ver con la situación de los
Galápagos del Caribe. Enrique Ghersi15 nos cuenta que esta especie era muy codiciada
tanto por su carne como por su cuero. Estas tortugas salvajes eran extremadamente
abundantes hace sólo dos siglos. Actualmente, están en vías de desaparición. Hace
algunos años, un británico instaló un cultivo marino especializado en la reproducción de
estas tortugas en una de las islas Cayman. Su salida más importante era el mercado
americano. Sin embargo, las grandes asociaciones americanas de defensa de la naturaleza
se sintieron enormemente preocupadas por el hecho de que se pueda ganar dinero
explotando animales inofensivos. Así, iniciaron una gran campaña nacional hasta que el
Presidente Carter prohibiera las importaciones. La campaña triunfó y se logró dicha
prohibición en nombre de la defensa de la naturaleza y en contra de la explotación
comercial. Como consecuencia, el mercado se abastece -ya que la demanda no
desaparece por el hecho de que se imponga una restricción o prohibición de carácter legal-
de importaciones ilegales de galápagos abatidos fraudulentamente en las playas del Caribe.
En fin, esta especie valiosa se encuentra de nuevo al borde de la desaparición; ya que estos

47
animales son una suerte de "patrimonio de la humanidad". Un tercer ejemplo interesante,
es el que involucra al bisonte americano. Este estudio fue realizado por Dean Lueck16 y,
una vez más, observamos los negativos efectos de un esquema de libre apropiación de
estos animales. La evolución histórica del régimen legal del bisonte americano puede
dividirse en tres periodos delimitados: (i) esquema de propiedad compartida; (ii) esquema
de libre apropiación y (iii) esquema de propiedad privada. En efecto, antes de la exploración
y asentamiento europeo en Norteamérica, el bisonte americano andaba libre y diseminado
debido a dos factores importantes; primero que los costos de caza de estos animales eran
demasiado altos y, en segundo lugar, muchos de estos animales se encontraban
gobernados por un esquema de propiedad conjunta de las sociedades tribales asentadas
por la zona. A partir de 1871, un incremento explosivo en el comercio produjo la generación
de un esquema de apropiación libre en el cual los costos de caza cayeron dramáticamente.
Hacia 1890 solo aquellos bisontes que se encontraban alejados y que eran pocos y
pequeños, lograron conservarse. Estas pequeñas especies (jóvenes, posiblemente crías
de aquellas especies cautivas en virtud a la caza de las mismas) fueron vendidas a agencias
públicas a inicios del siglo XX. Hoy, bajo un esquema de conservación privada, el bisonte
americano incrementa numéricamente y no se le considera un animal en peligro de
extinción. Finalmente, vale la pena señalar un ej emplo particularmente relevante en el
Perú. Es el caso de las vicuñas y que ha sido trabajado por Enrique Pasquel y Andrés Bayly
en un interesante y documentado artículo17. En efecto, dicho trabajo es un recordatorio con
respecto al valor de las vicuñas, su caza indiscriminada, la regulación estatal defectuosa y
la el limitado trabajo de la Reserva Nacional Pampa Galeras en virtud a una deficiente
conjunción entre (i) actividad estatal ineficiente y (ii) escasa colaboración de la comunidad
de Lucanas. Los autores exponen un argumento sumamente importante que permite
comprender la extinción de estos animales: la extinción se produce también por la
imposibilidad de comercializar con los animales. Así, los propios comuneros, "al tener una
limitadísima capacidad para comercializar con las vicuñas (debido a la exigente regulación),
los incentivos de las comunidades para cuidarlas con la finalidad de esquilarlas sin tener
que matarlas son muy escasos (...) de esta manera, los comuneros no tienen que atravesar
al largo y poco camino que hay que recorrer para vender legalmente la fibra de la vicuña, y
se aseguran un beneficio económico mucho mayor al que obtendrían bajo el sistema formal
(se opta entonces por venderlas fuera de la legalidad; es decir, se genera un mercado negro
de vicuñas). Esta situación se ve reforzado desde que los comuneros saben que la
capacidad de vigilancia del Estado, es casi nula, por lo que lo más probable es que no sean

48
sancionados por dichos actos ilícitos"18. (Los agregados son nuestros). El problema es
generalizado cuando se toma nota de las absurdas medidas gubernamentales que agravan
el problema y restringen la propiedad privada y, con ella, eliminan otros valores dignos de
defensa. Por ello, recordaba con acierto Richard Pipes, que "se puede tener tiranía con
propiedad, pero no se puede tener libertad y estado de derecho sin ella"19. Estos ejemplos
que hemos venido comentando -y que ciertamente son muchísimos más que esta breve
muestra-permiten ilustrar los terribles efectos de la ausencia de propiedad privada sobre
los animales, y con ello, de la ausencia de los incentivos adecuados para la conservación
de tan importantes especies. Enlos Estados Unidos existe una normativa especial que es
"LaLey de Especies enPeligro". Terry L. Anderson comentando sus orígenes y los perjuicios
de regulación incompleta expone que "cuando se aprobó esta ley, el águila de cabeza
blanca fue el símbolo para la aprobación. Aquí estaba el ave nacional a punto de extinguirse
y nadie iba a pedirle a un economista que hiciese un análisis costo-beneficio con respecto
a si valía la pena salvarla. La Ley de Especies en Peligro, al igual que la Ley de Áreas
Conservadas, navegó por el Congreso y se aprobó con la gente diciendo: "Debemos dejar
de destruir especies". La ley prohibía específicamente "llevarse" una especie. Quedaba
claro que no se podía matar deliberadamente una especie en peligro, pero lo que no
quedaba claro era si se podía eliminar su habitat. Supongamos, por ejemplo, que corto unos
árboles que podrían ser el habitat del pájaro carpintero, una especie en peligro que vive en
el sudeste de Estados Unidos. Supongamos que usted sabe que su vecino cortó algunos
pinos que tenían pájaros carpinteros viviendo allí y que el Servicio de Peces y Naturaleza
lo multó. Ahora hágase una pregunta: si los pájaros carpinteros no se han movido a su
propiedad pero están cerca, ¿cortaría usted los árboles pronto para evitar la posibilidad de
ser afectado por la regulación establecida por la Ley de Protección de Especies en Peligro
(ESA)? Los investigadores han examinado esta pregunta de forma empírica y encontraron
que, ceteris pabirus, la tala promedio en las propiedades que no tenían pájaros carpinteros
en un radio de 25 millas era aproximadamente 70 años; con 25 colonias en un radio de 25
millas, el promedio de edad cayó a menos de 40 años; y con más de 400 colonias en un
radio de 25 millas, el promedio cayó a menos de 20 años"20. Como es claro para nosotros;
las propuestas regulatorias que se han hecho sobre el problema de los animales en peligro
de extinción han servido de poco -o nada- para detener esta grave situación e incluso,
puede haber agravado la problemática al generar incentivos para la aparición de mercados
negros de animales que solo perjudican el bienestar y la de estas especies que tanto se
quieren proteger. Sin embargo, esta discusión no puede ser completa si es que no

49
comentamos brevemente, los postulados de una polémica corriente que propugna el
reconocimiento de personalidad jurídica a algunos animales, y con la cual nosotros
discrepamos abiertamente por las razones que expondremos. III. ¿PUEDE UN MONO
FIRMAR UN CONTRATO?... REFLEXIONES SOBRE EL ENFOQUE DE LOS ANIMALES
COMO SUJETOS DE DERECHO. Steven M. Wise es autor del libro Rattling the Cage:
Toward Legal Rights for Animals. En dicho libro, el autor propone que los animales -y
específicamente, los chimpancés- cuentan con personalidad jurídica lo cual los hace gozar
de una protección especial en relación a la explotación por parte de los seres humanos.
Esta polémica -y casi irrisoria- teoría viene siendo fuertemente alentada por algunos
investigadores, y su postura ya ha sido oportunamente comentada y contradicha por el
profesor Richard Epstein en un valioso trabajo21. Lo primero que debemos decir es que,
en efecto, los animales no son iguales que cualquier objeto inanimado como un vaso o una
jarra. Estos seres vivos no solo tienen una existencia evidente sino que además, como ha
sido comprendido por los estudiosos, cuentan con emociones y son susceptibles de
irritarse, agredir, respetar o violar territorios. ¿Esto los convierte en sujetos de Derecho?
Pues rotundamente no. Como acertadamente ha expuesto el profesor Epstein, "Wise y
otros promotores de la personalidad para los animales han venido destacando, sin querer,
las debilidades de su propuesta. Si se les ofrece un status más elevado a los chimpancés
y los bonobús, ¿qué haremos después con los orangutanes y los gorilas? ¿O con los
caballos, los perros y las vacas? Todos estos animales tienen una capacidad cognitiva
bastante alta (...) tampoco es particularmente convincente el argumento que señala el
hecho de que individuos con serios daños neurológicos muchas veces tienen menos
capacidad cognitiva y emocional que los chimpancés y los perros sumamente deplorable
pero debemos entrar al terreno de la justificación y del costo-beneficio. Como dice Epstein
"... si la vacuna para la viruela proviene de las vacas, y la insulina para tratar la diabetes,
de los cerdos, luego, me siento obligado a defender cualquier ley que permita el uso de los
animales para la experimentación médica"23. Uno podría creer que esta discusión no tiene
relevancia a efectos de clarificar los beneficios de un esquema de propiedad privada sobre
los animales, pero la relevancia es vasta cuando se vislumbra que lo que algunos pretenden
es, no la permanencia de un esquema de apropiación libre, sino una protección de los
animales mediante una suerte de "propiedad privada de los animales sobre su propia
existencia". No queremos ridiculizar ninguna postura, pero si los animales tienen
personalidad jurídica porque no hacen uso de su legitimación activa para interponer las
demandas que vienen interponiendo los activistas en su nombre, como señalaba también

50
el profesor Epstein. Creo que es indiscutible que un esquema de apropiación por parte de
los seres humanos puede resultar particularmente eficiente en la persecución de una
protección de los animales del peligro de desaparición que los acecha. En efecto, "debido
a que los humanos utilizan y valoran a los animales, los propietarios gastan recursos en su
protección. La medicina veterinaria puede no estar al nivel de la medicina humana, pero
solo está alrededor de una generación detrás. Cuando se trata de atención médica, es mejor
ser un gato enfermo en una casa de clase media en los Estados Unidos que un campesino
enfermo en un país tercermundista. La propiedad privada de muchas mascotas les permite
el acceso a alimento y refugio (y algunas veces a vestimenta) lo cual origina vidas largas,
tranquilas y cómodas. Incluso la muerte puede producirse en condiciones más humanas
que en la naturaleza (...) nadie argumentaría una perfecta concurrencia entre los intereses
de los humanos y de los animales; la propiedad no es equivalente a la comunidad. Pero,
por la misma razón, no existe conflicto necesario entre los propietarios y sus animales"24.
Esa misma lógica permite entender cómo bajo nuestro esquema se detiene el proceso de
extinción de los animales. Terry L. Anderson en su libro Free Market Environmentalism
cuenta el caso de los elefantes en África; el cual es recogido por Luis Pazos en un
interesante artículo25. Se nos cuenta que "en Kenia, grupos de conservacionistas y las
Naciones Unidas presionaron para que se decretara ilegal el comercio de marfil. Sin
embargo, después de la prohibición siguió reduciéndose la cantidad de elefantes debido a
la caza ilegal, difícil y costosa de controlar En Zimbabwe y Botswana, donde permiten la
matanza de elefantes para aprovechar su piel y su marfil, crece en un 5% anual el número
de elefantes. La razón es que la población considera a los elefantes como un recurso
productivo para la comunidad y son los primeros en protegerlos de la caza ilegal. Una parte
del dinero por obtener permisos para matar elefantes y un porcentaje de las ganancias del
comercio de los productos se derraman en las comunidades locales. En la década de los
80 las manadas de elefantes en Kenia bajaron de 65 mil a 19 mil, mientras que en
Zimbabwe aumentaron de 30 mil a 40 mil. Ese caso nos demuestra que excluir del mercado
la fauna, flora o los vestigios históricos que se busca proteger, no es siempre la mejor
solución. Sino ligar su conservación a un beneficio económico y a la propiedad"26. Ahora
bien, nosotros nos hemos negado a aceptar una teoría que propugne la atribución de
personalidad jurídica a los animales y hemos apostado por la existencia de un régimen de
propiedad privada sobre los animales; pero ello no quiere decir -como muchos deben estar
pensando con la intención de rebatir apresuradamente nuestra postura- que por ser
propietarios podemos hacer lo que queramos con los animales. En efecto, existen objetos

51
sobre los cuales no podemos hacer lo que queremos cuando queremos y no por ello
sugerimos que tienen una personalidad especial. En efecto, comentando la regulación
Estadounidense, se ha recordado que "incluso los objetos inanimados son protegidos
contra la dominación y el control, usted no puede quemar su casa, y si usted tiene ciertos
tipos de propiedad, usted se encuentra impedido de destruirlos. Los animales actualmente
se les considera propiedad, pero en la ley tal y como está, ellos se encuentran protegidos
contra una gran gama de daños". La idea que proponemos es la siguiente: nos queda claro
que un animal no es como un lápiz o un cuaderno. Dicha diferencia esencial se encuentra
constituida por la simple constatación de que los animales tienen emociones (o al menos
reacciones) que denotan sensibilidad. En dicha línea, un animal puede estar emocionado o
puede estar atravesando un fuerte sufrimiento. Desatender dicha realidad es perder de vista
todo sentido de profundidad en nuestro análisis. Sin embargo, cuando nos hablan de una
personalidad propia y de una titularidad personal de los animales para con ellos mismos;
ello resulta claramente contradictorio (y hasta inaudito) por algunas de las razones que
hemos comentado De esta forma, se debe apostar un sistema de propiedad privada sobre
los animales que permita alinear los intereses de los propietarios con los intereses ligados
a la preservación de la vida animal y, sobre todo, a un tratamiento que, dentro de las
naturales prerrogativas del propietario, no represente un maltrato innecesario a la vida
animal y un abuso en el ejercicio de la propiedad. De esta forma, por ejemplo, se puede
exigir el pago de un porcentaje de las ganancias derivadas del comercio de los animales
destinados a la conservación de los mismos, por ejemplo. La idea es crear el incentivo para
la inversión en la preservación de la vida animal, creando el desincentivo que permita
balancear dicha finalidad con la de evitar muertes innecesarias de las especies animales.
Pero siempre bajo un régimen de propiedad privada. Muchos objetarán los costos que
implica la propia creación del sistema para el caso de los animales; pero los beneficios
resultan claramente identificables: (i) detención del peligro de extinción, (ii) mejor calidad
de vida de los animales; (iii) facilidad para el tráfico y con ello, progreso económico para los
propietarios y (iv) efectos derivados de la asignación de valor a los recursos animales, en
general (incentivos para la conservación de la propia fuente de negocios: los animales). IV.
CONCLUSIONES: EL EUFEMISMO DEL PELIGRO DE EXCLUSIÓN. ¿Ha notado que
siempre hablamos de los animales enpeligro de extinción como si se tratara de un fenómeno
natural que -aunque lamentable- nos es lejano? En realidad los animales no se encuentran
en peligro de extinción sino que, en estricto sentido, se encuentran en grave peligro de que
los extingamos. Políticas de propiedad comunal que solo son una "pseudo-propiedad" son

52
las que ponen diariamente en peligro a numerosas especies vivas. Muchos elevan sus
voces contra el maltrato pero abogan por posturas intervencionistas y restrictivas que lejos
de permitir un comercio transparente dan lugar a la generación de mercados negros, cazas
indiscriminadas y destrucción masiva de las especies animales. Nosotros, en cambio,
apostamos por un régimen de propiedad privada de los animales que, reconociendo que no
son simples objetos inanimados e inertes, genere los incentivos para la conservación de las
especies, la inversión en su protección y genere riqueza en sus propietarios redundando en
el desarrollo general de las naciones. Un esquema de propiedad privada maximiza los
beneficios para los propietarios (quienes cuentan con el respaldo legal necesario) y para
los propios animales. Es importante precisar, sin embargo, que hablar de propiedad podría
no resultar tan sencillo como uno cree. En un interesante trabajo, Robert D. Cooter
comentaba el funcionamiento del sistema de división territorial en Papua Nueva Guinea y
cuestionaba la existencia de una No podemos negar que todo ello implica costos como por
ejemplo, los de diseñar un registro público de animales que permita dar publicidad (y con
ello, oponibilidad) de los derechos de propiedad sobre los animales. Pero el resultado -
creemos- es claramente auspicioso en términos de costo-beneficio y en cuanto a protección
de los animales en peligro de extinción nos referimos. Incluso, es cierto que "cuando se da
valor agregado a ciertos productos se genera un decrecimiento en el consumo de los
recursos naturales y, por consiguiente, se logra reducir la contaminación ambiental (...) no
debe plantearse restricciones ni regulaciones económicas (represivas) a la actividad
humana… Seguir insistiendo en un esquema en el cual los animales son "de todos y de
nadie" en nombre de una suerte de patrimonio de la humanidad, es un crimen hacia los
propios animales y un desperdicio económico para todos los humanos. Creo que el día en
que los gatos sean considerados "bienes públicos" empezaremos a hablar seriamente de
los gatos en peligro de extinción. Abogar por una postura así, es seguir buscándole tres
pies al gato sabiendo que tiene cuatro.

El mundo ya está enfrentando una crisis de extinción de la biodiversidad, la cual tenderá a


agravarse como consecuencia del cambio climático. Este documento examina los cambios
que probablemente se darán en bosques, montañas, pantanos, zonas costeras, sabanas,
praderas y estepas. Los impactos incluyen cambios en las condiciones físicas, patrones
climatológicos y funcionamiento de los ecosistemas. En consecuencia, la vida silvestre
terrestre, marina y de agua dulce se verá severamente afectada, a menos que logremos
enfrentar esos cambios del clima mediante una buena planificación y acciones decisivas.

53
El enfoque principal de este libro es la fauna silvestre tropical terrestre y sus hábitats,
aunque también se consideran otras regiones geográficas, otros ecosistemas y alguna
fauna diferente. Los impactos del cambio climático incluyen cambios permanentes en las
condiciones físicas, como los mantos de nieve, el permafrost y el nivel del mar, así como
en el aumento y en la irregularidad y severidad de los eventos climáticos extremos, como
sequías, inundaciones y tormentas que provocarán cambios en los ecosistemas y en su
funcionamiento. Los ecosistemas degradados tendrán una menor resistencia al cambio
climático en relación con aquellos que están intactos. Este trabajo explora varias de las
principales consecuencias en la fauna silvestre; entre ellas, r $BNCJPT FO MPT
FDPTJTUFNBT: variaciones geográficas y altitudinales, cambios en la estacionalidad y
tasas de disturbios, cambios en la composición de especies y rápido aumento de especies
invasoras. r *OUFSBDDJPOFT FOUSF FTQFDJFT: los impactos en las especies silvestres
incluyen cambios en la distribución, abundancia e interacciones entre especies; por
ejemplo, variación fenológica y desajustes en el calendario de la especie. r $POGMJDUPT
FOUSF MB GBVOB Z MPT TFSFT IVNBOPT: es probable que estos conflictos tiendan a
incrementarse a medida que ambos grupos compitan por los mismos recursos, cada vez
más escasos. r *ODFOEJPT FO ÃSFBT TJMWFTUSFT las sequías cada vez más severas,
el desecamiento de bosques antes húmedos y la interferencia y presiones antrópicas hacen
que aumente la frecuencia y el daño causado por incendios a los ecosistemas poco
adaptados a este tipo de eventos. r 4BMVE Z FOGFSNFEBEtanto la fauna silvestre, como
los humanos y el ganado se verán afectados por el surgimiento y dispersión de patógenos,
geográficamente y a través de los límites de las especies debido a los cambios en el clima,
el paisaje y los ecosistemas. También se consideran algunas respuestas al cambio
climático: r.BOUFOJNJFOUP EF MPT FDPTJTUFNBT FYJTUFOUFT: esto es de gran
importancia particularmente donde los ecosistemas están razonablemente intactos y, por lo
tanto, con mayores posibilidades de soportar el cambio climático. Una red fuerte y efectiva
de áreas protegidas es un elemento fundamental en esta estrategia. r.BOFKP
BEBQUBUJWP: la sola protección no será suficiente a medida que los ecosistemas
cambien a nuestro alrededor. Los biólogos de áreas silvestres están considerando nuevos
enfoques y acciones más radicales que incluyen la reubicación de áreas protegidas –
quizás, de manera temporal- para promover la mitigación en condiciones más apropiadas;
el traslado de especies que han perdido las condiciones ecológicas óptimas; lla
alimentación artificial de la fauna silvestre en tiempos de emergencia y la modificación de
los hábitats. Todos estos enfoques implican riesgos y costos, y exigen fuertes medidas de

54
protección para que tengan éxito. r 3FTUBVSBDJÓO EF FDPTJTUFNBT: la restauración
será necesaria, particularmente, en ecosistemas importantes para la resiliencia al cambio
climático pero que ya sufren de serios procesos de degradación. Entre ellos están los
manglares, las aguas continentales, los bosques, las sabanas y las praderas. r &OGPRVFT
B OJWFM EF QBJTBKF: las acciones aisladas muy probablemente fracasarán; un enfoque
integral es vital. En este trabajo ofrecemos ejemplos sobre manejo de incendios, de
especies invasoras y de pestes y enfermedades, para mostrar cómo se debe dar tal
integración en la práctica. Asegurar el manejo de la vida silvestre en medio de muchas otras
preocupaciones resultantes del cambio climático constituye un desafío mayor. El desarrollo
y difusión de la información sobre el valor que tienen las especies y los ecosistemas
silvestres para la humanidad será una estrategia importante para impulsar la conservación,
junto a las consideraciones éticas. El desarrollo, manejo y preservación de áreas protegidas
mediante un sistema eficaz es fundamental para el éxito. El concepto de “privilegiar” la
conservación de la biodiversidad debe ser aplicado de manera consistente y cuidadosa.
Finalmente, a medida que nos embarquemos en un periodo de gran incertidumbre, será
necesario contar con un mayor número de investigaciones y un monitoreo más cuidadoso
para asegurar que el manejo adaptativo y otros enfoques nuevos puedan responder de
manera exitosa a las presiones climáticas ya existentes y a las que llegarán.

El mundo está viviendo un incremento en la extinción de especies – la pérdida de


biodiversidad más rápida en la historia del planeta que probablemente se acelerará a
medida que el clima cambie. El impacto del cambio climático en la vida silvestre es evidente
a nivel local, regional y global. El impacto directo en las especies que usamos o contra las
que competimos, afecta de forma inmediata a las comunidades humanas: la pérdida de
biodiversidad es nuestra pérdida también. Se podría decir que tenemos una responsabilidad
ética en la búsqueda de soluciones contra el rápido incremento a nivel global en el índice
de extinción de las especies como consecuencia de nuestras acciones. Se supone que el
cambio climático será uno de los principales motores de la extinción en este siglo, como
resultado de los cambios en el tiempo de desarrollo de las especies y de las variaciones en
la distribución a causa de las modificaciones en los regímenes de precipitación y
temperatura. Se calcula que entre 20 y 30 por ciento de las especies de plantas y animales
enfrentarán un mayor riesgo de extinción debido al calentamiento global, y que una parte
significativa de las especies endémicas se habrán extinguido para el 2050. Algunos taxones
son más susceptibles que otros. Por ejemplo, 566 de las 799 especies de coral que

55
conforman los arrecifes de aguas cálidas van en camino de convertirse en especies en
peligro de extinción debido al cambio climático; igual sucede con el 35 por ciento de los
pájaros y el 52 por ciento de los anfibios. El impacto será aun más severo en las especies
que ya están en peligro: de 70 al80 por ciento de los pájaros, anfibios y corales incluidos en
la Lista Roja son susceptibles a los efectos del cambio climático (Vié, Hilton-Taylor y Stuart,
2008). Cuando el cambio climático afecta a los ecosistemas que ofrecen servicios globales,
las implicaciones son aun más serias. En relación con la generación de lluvias, por ejemplo,
el impacto potencial en la seguridad alimentaria es enorme porque los sistemas
climatológicos que abastecen de agua a los cultivos en las zonas templadas se alimentan
de la evapotranspiración en los tres principales bloques de bosque tropical (como se
demostró mediante simulaciones de los patrones de precipitación a lo largo de un año). El
promedio de temperatura anual ha aumentado en las últimas décadas, y se espera que el
incremento sea aun mayor en los próximos años. Esta situación es más grave en África,
donde los modelos climáticos actuales proyectan un incremento medio de 3-4 °C para fines
de siglo –aproximadamente 1,5 veces el incremento medio a nivel global (Kleine, Buck y
Eastaugh, 2010; Seppälä, Buck y Katila, 2009). Es muy probable que todos los ecosistemas
del planeta sean afectados por el cambio climático en mayor o menor medida. Los bosques
cubren aproximadamente un tercio de la superficie terrestre, y proveen servicios esenciales
para los medios de vida y el bienestar de los seres humanos; además, mantienen la mayor
parte de la biodiversidad terrestre y almacenan alrededor de la mitad del carbono que
contienen los ecosistemas terrestres, incluyendo las turberas en suelos de bosques
tropicales. En los bosques tropicales y subtropicales se encuentran centros de alta
biodiversidad IPUTQPUT . Todavía hay vacíos importantes en el conocimiento sobre los
impactos del cambio climático en los bosques, en la fauna asociada y en la gente, y sobre
cómo ajustar las medidas de adaptación a las condiciones locales. La productividad de los
bosques tropicales tenderá a aumentar en los sitios donde haya una buena disponibilidad
de agua. En las áreas más secas, sin embargo, es más probable que los bosques decaigan
(Seppälä, Buck y Katila, 2009). También se prevén impactos fuertes en otras partes;
particularmente en los ecosistemas polares, de aguas continentales, en las praderas y en
los océanos, donde la acidificación provocada por el clima es, quizás, la más seria de las
amenazas (Parry FU BM2007). Aun cambios moderados en el clima, como los proyectados
en escenarios estables e inevitables, pondrían la vida silvestre bajo un riego considerable;
en los escenarios más extremos, las pérdidas serán catastróficas. Thomas FU BM (2004)
afirma que . De acuerdo con el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático y el de

56
las plantas vasculares y animales grandes del planeta estarán en riesgo de extinción con
un incremento de 2-3 °C sobre los niveles pre-industriales. Las estimaciones para los
bosques tropicales exceden estos promedios globales. Es muy probable que incluso
pérdidas modestas de la biodiversidad provoquen cambios importantes en los servicios de
los ecosistemas (Parry FU BM2007; Seppäla, Buck y Katila, 2009). A medida que la
temperatura promedio del planeta se incrementará, los impactos en los hábitats y en las
especies dependerán de muchos factores como la topografía local, los cambios en las
corrientes de los océanos, en los patrones de vientos y lluvias y en el albedo. Además de
las variaciones en el grado y extensión del incremento de la temperatura en diferentes
latitudes, también se pueden dar cambios en la extensión y en la severidad de las
estaciones, incluyendo disminución de la temperatura en algunas áreas. Los patrones de
precipitación también se pueden ver afectados en términos de la cantidad anual total, de la
distribución estacional y de la regularidad de un año a otro. Es probable que eventos
climatológicos extremos, como sequías e inundaciones, se den con mayor frecuencia. En
particular, se espera que las sequías sean más intensas y frecuentes en los bosques
subtropicales y templados del sur, con lo que aumentará la incidencia de los incendios y la
predisposición al ataque de pestes y patógenos (Seppäla, Buck y Katila, 2009). Los
ecosistemas naturales no son únicamente amenazados por el cambio climático. La pérdida
y degradación causadas por la usurpación de tierras, la expansión de la agricultura y la
ganadería, las especies invasoras, la sobreexplotación y comercialización de recursos
naturales (incluyendo la fauna), las enfermedades epidémicas, los incendios y la
contaminación exceden los impactos actuales del cambio climático. Es ampliamente
reconocido que las medidas para limitar las presiones humanas no relacionadas con el
clima pueden ayudar a reducir la vulnerabilidad total de los ecosistemas al cambio climático.
Los recursos forestales diferentes de la madera, como leña, carbón, productos no
maderables y fauna, sustentan las formas de vida de cientos de millones de personas en
las comunidades que dependen de los bosques. La mayoría de las poblaciones rurales y
muchas de las urbanas en países en vías de desarrollo dependen de la biomasa leñosa
como su principal fuente de energía, y de las plantas medicinales silvestres para su salud.
En muchos países en desarrollo, la carne de animales silvestres es la principal fuente de
proteína, mientras que en las comunidades costeras, lacustres o ribereñas es el pescado.
En el África Central, existe un mercado grande y bien establecido de productos de la caza
que abastece la demanda de las grandes ciudades principalmente. Se calcula que en la
cuenca del Congo se consumen más de 5 millones de toneladas de carne silvestre al año

57
(Fa FU BM 2002; Kleine, Buck y Eastaugh, 2010; Seppäla, Buck y Katila, 2009); un mercado
a todas luces insostenible y con frecuencia ilegal. A pesar de su importancia para las
comunidades locales, alrededor de 13 millones de hectáreas de los bosques del mundo se
pierden cada año debido a la deforestación (FAO, 2010a) y además grandes áreas son
degradadas.

Principales cambios inducidos por el clima En diferente medida, los ecosistemas están
expuestos a los efectos del clima cambiante. Aunque los impactos del cambio climático
pueden ser difíciles de detectar, pues a menudo se combinan con los efectos de otras
actividades, como los cambios en el uso de la tierra, el reporte “La perspectiva mundial
sobre la biodiversidad biológica” más reciente (Secretaría del Convenio sobre Diversidad
Biológica 2010) identifica el cambio climático como uno de los principales factores
responsables por la pérdida actual de biodiversidad. Algunos aspectos de la pérdida de
biodiversidad debido a, por ejemplo, la deforestación y la desecación de pantanos,
potenciarán aun más el cambio climático al liberar carbono almacenado durante siglos. El
cambio climático afecta a los diferentes ecosistemas de manera también diferente,
dependiendo de la complejidad y características originales del sistema, de la ubicación
geográfica y de la presencia de factores que puedan regular la magnitud de los cambios.
Se cree que los ecosistemas degradados son menos resilientes al cambio climático que los
ecosistemas intactos y saludables. Los incrementos registrados en la temperatura media
anual ya están afectando a muchos ecosistemas; de hecho, ya se cuenta con estudios
científicos que predicen cambios futuros de mayor amplitud. Los mayores índices de
calentamiento se han presentado en latitudes altas –en la península Antártica y en el Ártico
donde se registra una reducción constante en la extensión, edad y espesor del hielo, a una
velocidad sin precedentes y que excede las predicciones científicas más recientes
(Secretaría del Convenio sobre Diversidad Biológica 2010). El incremento de la temperatura
afecta a los sistemas físicos, de forma tal que se derriten los hielos, se reducen los mantos

58
de nieve e influye en los sistemas biológicos a través de una serie de presiones directas e
indirectas. Los sistemas físicos incluyen las nieves eternas, los glaciares y el permafrost. El
aumento de la temperatura puede provocar un desbalance dramático del sistema físico que
causaría pérdidas irreversibles. El ciclo del agua y los sistemas hidrológicos también son
afectados por las temperaturas cambiantes; efectos que a menudo se evidencian en los
ríos que se secan o en las inundaciones causadas por el incremento de la escorrentía. En
áreas semidesérticas, la disponibilidad de agua cada vez menor ya está afectando a la
fauna silvestre, que empieza a competir con los animales domésticos por el recurso en
puntos cada vez más escasos (de Leew FU BM2001). La reducción en la productividad de
las plantas como consecuencia de la menor cantidad de lluvias aumenta la probabilidad de
una degradación del suelo debido al sobrepastoreo de los animales silvestres y domésticos.
Muchas especies de agua dulce están bajo seria amenaza de extinción debido al aumento
de la temperatura y a la desaparición de estanques y lagunas costeras (Willets, Guadagno
e Ikkala, 2010). La pérdida de hielos y nieves en áreas montañosas está ocurriendo a una
velocidad alarmante. Esos procesos afectan severamente los ecosistemas de montaña,
particularmente susceptibles al incremento de la temperatura. La extensión de los mantos
de nieve en el hemisferio norte ha disminuido alrededor de un 10 por ciento desde los fines
de la década de 1960 e inicios de 1970 (Parry FU BM2007) y la vegetación se ha retraído
a mayores alturas. Los sistemas biológicos también están siendo afectados por los
incrementos en las temperaturas los cual provoca cambios en las condiciones biofísicas e
influye en su desarrollo y mantenimiento. Los cambios en la disponibilidad de agua inciden
en el florecimiento y supervivencia de especies de plantas acuáticas, así como en la
abundancia de especies de fauna silvestre en las áreas afectadas. La variación en los
cambios estacionales –que ya se están registrando en la mayoría de las regiones templadas
afecta a los animales migratorios y al florecimiento de las plantas, con lo que se
desestabiliza el equilibrio de ecosistemas distantes unos de otros. Un gran impacto
ecológico potencial sucederá cuando una especie migratoria arribe en un momento en que
las plantas o animales necesarios para su alimentación todavía no están disponibles
(Vissier y Both, 2005). La elevación del nivel del mar está afectando las áreas costeras pues
causa erosión, pérdida de pantanos y modificaciones de la vegetación. Los ecosistemas
marinos y costeros también son golpeados por tormentas que dañan los corales por la
acción directa de las olas e, indirectamente, por la disminución de la luz debido a los
sedimentos en suspensión y a la abrasión por sedimentos y corales rotos. Las altas
temperaturas también provocan la expulsión de zooxanthellae (plantas unicelulares que

59
viven en las células de los pólipos de coral), lo que provoca el blanqueamiento del coral y
ya ha causado la pérdida del 16 por cientode los corales del mundo (Wilkinson, 2004). Más
de un tercio de los corales están bajo amenaza de extinción debido al cambio climático
(Carpenter FU BM2008). En una reacción en cadena, la muerte de corales causa la pérdida
de hábitat de muchas especies de peces tropicales. Muchos estudios reportan cambios en
las poblaciones, reclutamiento, interacciones tróficas y patrones migratorios de los peces
debido a los cambios ambientales regionales causados por las condiciones climáticas
cambiantes (p.ej., Edwards y Richardson, 2004; Hays, Richardson y Robinson, 2005). Las
variaciones en el clima no solo causan modificaciones en los ecosistemas. También se
relacionan con la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos que tienen un potencial
de destrucción de la infraestructura y de causar la pérdida de vidas. Los eventos climáticos
asociados con desastres naturales repentinos incluyen inundaciones extremas por ríos,
intensas tormentas tropicales y extra-tropicales, marejadas costeras y fuertes tormentas eléctricas.
El IPCC advierte RVF iMB NBZPS JOUFOTJEBE Z WBSJBCJMJEBE EF MB QSFDJQJUBDJÓO NVZ
QSPCBCMFNFOUF BVNFOUBSÃ MPT SJFTHPT EF JOVOEBDJPOFT Z TFRVÎBT FO NVDIBT QBSUFTu
(Bates FU BM2008). Según el IPCC, los futuros ciclones y huracanes tropicales serán de mayor
intensidad, con picos de vientos de mayor velocidad y mayores precipitaciones Los eventos
climáticos extremos por lo general son escasos, con periodos de retorno de 10 a 20 años. La relación
entre estos eventos y el cambio climático no es fácil de establecer, dado que solo se tienen registros
de incrementos significativos de temperaturas a partir de la década de 1970. En consecuencia, el
número de eventos todavía no es estadísticamente válido como para establecer correlaciones; no
obstante, los nexos son ya reconocidos por los especialistas (p.ej., Helmer y Hilhorst, 2006). Las
condiciones ambientales cambiantes facilitan el establecimiento de especies introducidas que se
podrían volver invasoras y dejar por fuera de competencia a las especies nativas, con lo que
completos ecosistemas serían modificados (Chown FU BM2007; McGeoch FU BM2010). Por
ejemplo, en el desierto de Mojave, Estados Unidos, se han medido especies invasoras que crecen
más rápidamente que las nativas debido al cambio de las condiciones climáticas (Smith FU BM2000).
La globalización de los mercados y el desplazamiento de la gente y mercaderías han aumentado el
movimiento de especies a escala local, regional y continental. Algunas especies han aumentado su
rango a medida que la temperatura se vuelve más cálida. A la vez, una temperatura más caliente
significa mayores oportunidades para los patógenos, vectores y huéspedes que se expanden a
nuevas regiones geográficas y, eventualmente, infectan nuevos huéspedes indefensos, generando
una mayor morbilidad y mortalidad de la fauna, de los animales domésticos y de los seres humanos.

60
Enfermedades que se mantenían con bajos niveles de infección debido a restricciones de
temperatura se han vuelto fatales y endémicas. En la siguiente sección se analizan los principales
impactos del cambio climático en los ecosistemas y en la fauna, a partir de estudios científicos. 3.1
ALTERACIONES Y EVENTOS CLIMÁTICOS EXTREMOS La frecuencia y la severidad delos eventos
climáticos extremos va en incremento, lo que dificulta la planificación para enfrentarlos. Los
registros del pasado se han usado para predecir la probabilidad de futuras sequías, inundaciones,
huracanes y marejadas; sin embargo, este enfoque es cada vez menos confiable a medida que
cambian los patrones de precipitación a escala local, regional y mundial. Además, la escasez de
tierras está forzando a las comunidades humanas a vivir en sitios menos estables, lo que aumenta
el riesgo de desastres causados por terremotos o eventos climáticos extremos. En la actualidad, la
mitad de la población humana está expuesta a riesgos que pueden convertirse en desastres (Dilley
FU BM2005). Lo impredecible de los fenómenos hace que la planificación para enfrentar el cambio
climático sea un desafío enorme. Es claro que los eventos climáticos extremos no solo impactan
directamente a la vida silvestre y a las comunidades humanas, sino que también dificultan la
capacidad de supervivencia de la gente –sin hablar de la protección a las especies y hábitats
amenazados o en peligro. A medida que se acortan los intervalos entre eventos extremos, hay
menos tiempo para la recuperación de las condiciones normales antes de que un nuevo evento
golpee. En la cuenca del Amazonas, por ejemplo, históricamente se han producido sequías severas
una o dos veces por siglo; sin embargo, en el 2010, la región experimentó una tercera sequía en tan
solo 12 años (Sundt, 2010; University College London, 2011). La sequía del 2010 abarcó un área más
grande y fue más severa que la del 2005, la cual ya había sido considerada como un evento único
en el siglo (Lewis FU BM 2011). Las áreas mayormente afectadas, como el estado brasileño de Mato
Grosso, recibieron solo el 25 por ciento de la precipitación normal entre julio y septiembre del 2010
y la mayor parte de la Amazonia sufrió una reducción significativa de lluvias. El caudal de los ríos
alcanzó niveles mínimos récord que impactaron a todos los usuarios de ellos, desde las
embarcaciones hasta los delfines rosados *OJB HFPGGSFOTJT . En agosto, el Gobierno Boliviano
declaró estado de emergencia a causa de los incendios descontrolados. Da la impresión de que el
bosque amazónico ha alcanzado, o está a punto de alcanzar, un “punto de inflexión” del cual no se
recuperará. Aunque la percepción popular identifica el cambio climático con el calentamiento
global, el fenómeno bien podría llamarse más precisamente “problemas mundiales del agua”. El
manejo del agua para las actividades humanas tiene impactos frecuentes en la fauna silvestre y en
los hábitats naturales, ya sea al inundar valles cuando se construyen represas, o al bajar el nivel del

61
río o de cuerpos de agua cuando se extrae el líquido para abastecer a las ciudades o para la
agricultura en gran escala. Los eventos climáticos extremos pueden exacerbar estos problemas y
generar otros nuevos. i$VBOEP MPT MÎEFSFT EFM NVOEP IBCMBO EFM DMJNB
JOWBSJBCMFNFOUF IBCMBO EFM BHVB mEF JOVOEBDJPOFT TFRVÎBT Z DPTFDIBT QFSEJEBT Z TF
BMBSNBO : UJFOFO SB[ÓO QPSRVF FM DBNCJP DMJNÃUJDP UJFOF RVF WFS QSJODJQBMNFOUF
DPO FM BHVBu. Este fue el mensaje del Global Water Partnership (GWP, 2010) ante la 16
Conferencia de las Partes de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático
en Cancún, México. El GWP solicitó a las 193 partes integrar el manejo sostenible de los recursos
hídricos y el manejo del riesgo de desastres a la respuesta global al cambio climático. La reducción
de la precipitación no solo pone a las plantas y a los animales bajo estrés, sino que además
incrementa el riesgo de los incendios forestales. A nivel global, más de 350 millones de
hectáreas son afectadas cada año por incendios; de ellas, entre 150 y 250 millones de
hectáreas son bosques tropicales (Appiah, 2007; UNEP, FAO y UNFF, 2009). Muchos de
estos fuegos nacen de la quema deliberada para limpiar los terrenos o mejorar los pastos,
y las condiciones de sequedad aumentan la probabilidad de que tales fuegos se salgan de
control. La FAO recomienda dos enfoques para el manejo de incendios. El primero busca
establecer políticas balanceadas para la supresión del fuego, así como la prevención,
preparación y restauración. El segundo es un enfoque participativo basado en las
comunidades, el cual considera a todos los actores incluyendo a los de nivel de campo
(FAO y FireFight South East Asia, 2002). Se piensa que estos enfoques deben formar parte
de un marco mayor de manejo de los recursos naturales y del paisaje. Las sequías
aumentan dramáticamente el grado de deterioro de los suelos áridos y de la vegetación de
desierto, con lo que aumenta la desertificación, la erosión del suelo, las tormentas de polvo
y los impactos en la fauna que vive en esos ecosistemas (Omar y Roy, 2010).

De igual modo, los eventos extremos de precipitación también afectan la fauna silvestre.
Las recientes inundaciones en Queensland, Australia no solo causaron daño a la población
humana sino que, además, cientos de murciélagos huérfanos fueron rescatados, y se
piensa que hubo grandes pérdidas de pequeños macrópodos, especialmente ualabíes,
bandicuts y ratas y ratones silvestres. 3.2 CAMBIOS EN LOS

ECOSISTEMAS Y EN EL PAISAJE Los cambios en la temperatura y la precipitación


afectarán tanto a los individuos como a las especies, los ecosistemas y las regiones enteras.
La variación individual y diferencias topográficas significan que, dentro de cualquier
especie, una planta o animal individual puede estar genéticamente predispuesto para

62
soportar el estrés de la deshidratación, vientos fuertes o inundaciones por más tiempo que
otros. Entonces, a nivel de microhábitat, cualquier lugar pequeño puede sufrir cambios en
la composición de especies, los cuales tendrán ramificaciones hacia arriba y hacia abajo de
los niveles tróficos y a través de toda la red alimentaria, lo que en última instancia cambiará
las comunidades ecológicas a nivel de paisaje. La predicción de consecuencias para los
humanos y otras especies es esencial si se quiere tomar medidas a tiempo, ya sea para
prevenir esos cambios o para adaptarse a ellos.

Costas Los pantanos costeros están entre los ecosistemas naturales más productivos (Day
FU BM1989), por ello, los impactos del cambio climático serán extremadamente
importantes en las regiones costeras y se extenderán bastante lejos. Además de los efectos
del incremento de las temperaturas y de los cambios en los patrones de la precipitación, las
plantas y animales en los hábitats costeros enfrentan otra amenaza del cambio climático:
la elevación del nivel del mar. Esta se debe a una combinación del derretimiento de los
casquetes polares, mantos de hielo y glaciares con la expansión térmica –el agua caliente
ocupa mayor volumen que el agua fría-. El IPCC asegura que en el próximo siglo, el nivel
medio del mar se elevará entre 0,18-0,59 m, en comparación con los niveles de 1980-1999
(Parry FU BM2007). Otros modelos climáticos van aun más lejos, con estimados de 0,5-1,4
m –una elevación que inundaría muchas zonas bajas. Las poblaciones humanas y la
presión del desarrollo probablemente impedirán a los hábitats costeros la posibilidad de
moverse tierras adentro, lo que causará una pérdida neta de hábitat. Tales cambios tendrán
impactos inmediatos en muchas especies silvestres (p.ej., Michener FU BM1997). Las
poblaciones de tortugas marinas se verán afectadas al inundarse sus playas de
anidamiento. Según Fischlin FU BM(2007), una elevación de 0,5 m en el nivel del mar
causará la pérdida del 32 por ciento de los sitios de anidamiento de las tortugas marinas.
Las marismas afectadas por la marea, zonas costeras bajas y áreas intermareales podrían
quedar aisladas, lo que afectaría los comederos de muchas especies de aves, como patos,
gansos, cisnes y aves zancudas. Si se reduce su capacidad de alimentarse, podría ser que
las aves migratorias no lograran almacenar las energías suficientes que les permitan su
migración anual a los sitios de anidamiento (Galbraith FU BM2002). Los bosques costeros
y pantanos sufrirán una mayor salinización a medida que las grandes marejadas y
tormentas lleven agua de mar tierras adentro, lo que causará la muerte de plantas
intolerantes al agua salobre y, en consecuencia, de los animales que dependen de ellas.
La salinización no solo afectará a la biodiversidad costera sino también los procesos
ecológicos y la productividad primaria y secundaria –con probables impactos adversos en

63
las comunidades locales que dependen de la pesca o la agricultura. Se han desarrollado
modelos de ubicación específica de las inundaciones costeras y se ha encontrado que
siguen los patrones de inundación ya conocidos. Sin embargo, la construcción de esos
modelos tenía como objetivo minimizar la pérdida de vidas humanas en las comunidades
costeras (p.ej., Dube FU BM 2000, para las costas de Andhra y Orissa en India). Hay
necesidad de una investigación más detallada de los efectos probables de las inundaciones
sobre los sistemas naturales, con el fin de tomar medidas que mitiguen los cambios
producidos . Se podría pensar que los manglares están pre adaptados a las inundaciones,
ya que se desarrollan en zonas costeras bajo el nivel de la marea, donde sus raíces
zancudas están sumergidas en agua salina de manera permanente. Sin embargo, el
mangle no resiste la inmersión permanente; si el nivel del mar se eleva, los manglares
mueren, como ya ha sucedido en varios lugares (p.ej., Ellison, 1993). La FAO estima que
en el mundo hay 15,2 millones ha de manglares, principalmente en los trópicos, aunque
también en unos pocos lugares templados (FAO, 2007). Sin embargo, los manglares han
sido seriamente afectados por actividades de desarrollo no sostenible; particularmente, por
proyectos de acuacultura. En este momento, queda menos de la mitad del área original
(Valiela, Bowen y York, 2001). Sus áreas de distribución tienden a moverse hacia zonas
templadas a medida que sube la temperatura mundial y el nivel del mar. Hay evidencia
geológica y contemporánea que demuestra que los manglares se han expandido y
contraído rápidamente en el pasado, por lo que se podrían considerar como un indicador
temprano de los efectos del cambio climático (Field, 1995). 3.2.2 Montañas Los
ecosistemas montañosos cubren cerca del 24 por ciento de la superficie de la tierra. Con
su topografía escarpada y variada en distintas zonas altitudinales, albergan una gran
variedad de especies y hábitats y un alto grado de endemismo. Las montañas también ofrecen
recursos esenciales a las comunidades humanas, tanto a nivel local como fuera de él. Sin embargo,
estos ecosistemas son particularmente sensibles a los cambios de temperatura y precipitación
debido a su naturaleza geográfica y orográfica. El cambio climático está exponiendo a las áreas
alpinas y subalpinas a mayores temperaturas, con el probable resultado de una lenta migración de
los ecosistemas hacia mayores elevaciones. Sin embargo, este no es siempre el caso: en el monte
Kilimanjaro la situación es lo contrario. Los incendios provocados por los problemas climáticos han
hecho que el límite superior de la vegetación tienda a bajar, con la consecuente reducción de
importantes hábitats de bosques nubosos (Hemp, 2009).

Las temperaturas más altas implican más lluvia que nieve, con lo que aumenta el riesgo de
inundaciones y avalanchas en los ecosistemas aguas abajo. Los cambios en permafrost e hidrología
ya han sido ampliamente registrados en Alaska (Hinzman FU BM2005), por ejemplo, la cantidad de

64
nieve en todo el oeste de Norteamérica es cada vez menor y se derrite entre 1 y 4 semanas antes
de lo que lo hacía 50 años atrás (Mote FU BM2005; Westerling FU BM2006). Las temperaturas más
altas también inciden en el espesor de la capa de nieve y de los glaciares de montaña y en la
variación de los deshielos estacionales, y afectan a grandes áreas montaña abajo que dependen de
ellos como fuente de agua (ver Recuadro 10). Las inundaciones provocadas por los lagos glaciares
pueden causar impactos dramáticos e inmediatos en los ecosistemas locales (Bajracharya, Mool y
Shrestha, 2007). Las variaciones en la estacionalidad afectarán el momento en que el hielo y la nieve
se derritan para dar paso al agua corriente, lo que a la vez afectará los procesos y actividades que
dependen del agua montaña abajo, incluyendo la agricultura. Los cambios en las corrientes y
caudales afectan a la micro fauna que vive en ecosistemas acuáticos, y provocan un impacto en las
especies de peces y aves acuáticas. en los bosques donde hay suficiente lluvia (DeLucia et al 1999).
Sin embargo, cualquier incremento potencial en el crecimiento es contrarrestado por los efectos
negativos de las temperaturas más altas, de la mayor evaporación y de la menor cantidad de lluvia,
con sequías más largas y frecuentes. En consecuencia, aumenta la mortalidad de los árboles, el
riesgo de incendios forestales, los ataques de los insectos y cambia la composición de las especies
(Eliasch, 2008). Desafortunadamente, los impactos negativos en los bosques serán probablemente
mayores que cualquier efecto positivo; la quema y descomposición de la vegetación harán que los
bosques dejen de ser sumideros de carbono para convertirse en emisores de CO2 y, como resultado,
aumentarán los niveles de gases con efecto invernadero y se exacerbarán el cambio climático y sus
efectos (p.ej., Phillips FU BM 2009). Inicialmente, esto será más evidente en los bosques más secos.
En los bosques húmedos tropicales predominan los árboles perennifolios y condiciones de
temperaturas constantes altas (promedio anual de 18 °C o más) y alta precipitación (más de 2 m al
año) (Peel, Finlayson y McMahon, 2007; WWF, 2011); sin periodos secos prolongados (Whitmore,
1990). Los bosques secos tropicales reciben menos lluvia y albergan una variedad de especies muy
diferente, incluyendo muchas especies deciduas que botan sus hojas durante la época seca. Los
dos tipos de bosques tienen distribuciones muy diferentes. Por lo tanto, una reducción en la cantidad
de lluvia no hará que un bosque tropical húmedo se convierta en un bosque tropical seco. Cambios
severos en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas forestales provocarán impactos
igualmente serios en la fauna asociada; las especies especializadas probablemente se extinguirán
a medida que desaparezcan ecosistemas particulares, o se “mudarán” a lugares geográficamente
distantes. Los efectos proyectados del cambio climático en los primates, por ejemplo, son muy
negativos. Esto, junto a otras amenazas antrópicas, han puesto al 48 por ciento de los taxones de
primates en la Lista Roja de Especies Amenazadas (UICN/CSS Primate Specialist Group, 2008). Las
especies endémicas con restricciones ecológicas estrictas serán seguramente las más afectadas. El
estudio de Lehmann, Korstjens y Dunbar (2010) sobre los impactos potenciales del cambio climático
en los simios africanos obtuvo conclusiones que concordaban con las encontradas en el caso del
gelada (Recuadro 4). Los gorilas ((PSJMMB spp.) y los chimpancés (1BO spp.) tienen patrones de
actividades temporales que incluyen tiempo para mantener la cohesión social entre grupos de un

65
tamaño dado. También necesitan tiempo para la termorregulación y evitar sobrecargas de calor
(hipertermia) y/o para el proceso de digestión. Ante los efectos de un clima cada vez más caluroso,
los hábitats boscosos apropiados para los simios serán cada vez más reducidos, fragmentados y
con mayores cambios en la composición de especies. En consecuencia, es probable que la dieta
básica de los simios cambie a una mayor cantidad de follaje, que requiere de un periodo de reposo
más largo para su procesamiento. Podría ser, entonces, que se reduzca el tiempo de socialización,
con lo que las especies se volverán más vulnerables. Los efectos probables del incremento de la
temperatura serán una reducción del tamaño de las comunidades de chimpancés hasta en un 30 por
ciento.

En los Por lo general, los chimpancés viven en comunidades fisión-fusión y podrían adaptarse a
grupos más pequeños. Los gorilas, por su parte, tendrían que cambiar hacia una dieta más frugívora
pero, dado que ya viven en grupos pequeños, podrían ser más vulnerables a la extinción local debido
a su incapacidad para crear vínculos sociales efectivos y a la disponibilidad limitada de hábitats
apropiados. A la larga, esto afectará la supervivencia de los animales a nivel individual y
comprometerá el futuro de la especie como un todo (Dunbar 1998; Lehmann, Korstjens y
Dunbar, 2010). Los herbívoros y frugívoros que ya están sufriendo la escasez de agua,
sufrirán además la reducción en la disponibilidad de plantas para comer. Los carnívoros y
carroñeros se podrían beneficiar con un corto periodo de bonanza con los animales
debilitados o muertos pero, a largo plazo, enfrentarán la disminución en las poblaciones de
sus presas. bosques nubosos montanos –uno de los ecosistemas forestales más
susceptibles aun a cambios leves en el clima, las pérdidas de biodiversidad ya se asocian
con el cambio climático (p.ej., Pounds 1997). Los impactos del cambio climático se sumarán
a otras presiones antrópicas sobre los bosques tropicales y las exacerbarán, pero la medida
del impacto variará de una región a otra. Mediante el análisis de nuevos datos de
deforestación y proyecciones de cambio climático, Asner, Loarie y Heyder (2010) llegaron
a la conclusión de que, No solo en los trópicos los bosques enfrentan cambios dramáticos.
De ser ciertas las actuales proyecciones climáticas, en los bosques del oeste de los Estados
Unidos, por ejemplo, habrán incendios forestales más severos y frecuentes, una mayor
mortalidad de árboles, una mayor infestación de insectos y árboles debilitados (Westerling
FU BM 2006). El balance es negativo: la quema y descomposición de los árboles hará que
se libere el carbono a la atmósfera, con lo que aumentarían los niveles de gases con efecto
invernadero.

66
Sabanas, praderas y estepas Las praderas cubren enormes extensiones en las zonas
tropicales y subtropicales. Debido a su alta productividad, muchas han sido convertidas a
terrenos de labranza a lo largo de los siglos o se han usado para la cría de ganado
doméstico. Muchas praderas aparentemente naturales han sido sutilmente alteradas
mediante el fuego o la caza selectiva. Las praderas están entre los ecosistemas menos
protegidos del planeta. A lo largo del tiempo han cambiado tan drásticamente que, en
muchos casos, los científicos siguen inseguros acerca de su historia ecológica. Las
sabanas y las estepas son básicamente ecosistemas de praderas en climas semiáridos.
Por lo general se trata de zonas de transición entre otros tipos de ecosistemas y, si
recibieran menos lluvia de la que actualmente reciben, se convertirían en desiertos. Si, por
el contrario, la precipitación aumentara, se convertirían en praderas de pastos altos,
matorrales o bosques. Las sabanas y las estepas son el hogar de ungulados que pastan y
ramonean y de fauna variada (mamíferos pequeños, reptiles, pájaros e insectos), y son
controladas por regímenes de incendios y pastoreo. Estos ecosistemas almacenan el
carbono en el suelo; los regímenes de rotación son relativamente largos (de 100 a 10 000
años), por lo que los cambios se dan lentamente y son de larga duración (Parton FU BM
1995). Las sabanas, praderas y estepas se caracterizan por tener variaciones estacionales
de precipitación. Las estepas presentan además, vientos fuertes y temperaturas extremas
y son más áridas que las praderas y están dominadas por pastos cortos. Las plantas y
ecosistemas de las estepas han desarrollado estrategias efectivas para sobrevivir bajo
condiciones de estrés, como por ejemplo escasez de agua, temperaturas muy calientes o
muy frías, sequías prolongadas y lluvias esporádicas. Por lo general, son resilientes a
eventos climáticos extremos y a menudo se forman microhábitats que son fuentes
esenciales de nutrientes para las especies de la fauna (FAO, 2010b).

A medida que se incrementarán las temperaturas en el mundo, los hábitats de sabanas,


praderas y estepas cambiarán su distribución en dirección a los polos: los bosques podrían
transformarse en ambientes parecidos a las praderas o a las estepas, pues los incendios
más frecuentes y calientes suprimirían el crecimiento arbóreo (Briggs, Knapp y Brock,
2002). Las praderas, por su parte, sufrirían fuertes invasiones de matorrales (van Auken,
2000). Un ecosistema se puede mantener como pradera, y no convertirse en bosque o
matorral, debido a particularidades de temperatura, lluvia, frecuencia de incendios y
pastoreo, aunque muchas de ellas se mantienen sin árboles por la intervención humana.
Algunos de los regímenes de manejo se han mantenido por tanto tiempo que las especies
silvestres ya no se logran adaptar. En consecuencia, en las praderas, los impactos del

67
cambio climático y de la intervención humana son difíciles de separar y su destino en las
próximas décadas dependerá de las presiones del desarrollo y de la agricultura. Las
características estacionales de las sabanas, praderas y estepas regulan la ocurrencia de
incendios y la presencia de rebaños de herbívoros migratorios. El fuego controla de manera
natural la producción de pastos en estepas y sabanas; los productores usan con frecuencia
el fuego como práctica de manejo para mantener la productividad de los ecosistemas. La
lluvia es un factor importante para determinar la dinámica de las especies migratorias. En
las sabanas africanas, por ejemplo, la reproducción, supervivencia y desplazamiento de los
ungulados responde a las fluctuaciones de la lluvia (Ogutu FU BM2008). Las sequías
tienen, entonces, un efecto importante en los herbívoros de la sabana: las especies
residentes en el ecosistema Mara-Serengueti se han reducido en un 58 por ciento en los
últimos 20 años debido a los efectos de la sequía en la vegetación (Ottichilo FU BM2000);
la sequía

del 2009 en el Amboseli redujo las poblaciones de ñus $POOPDIBFUFT UBVSJOVT y


cebras &RVVT RVBHHB en 70 por ciento y 95 por ciento, respectivamente ( Kenya Wildlife
Service FU BM2010).( Recuadro 24). Los grandes mamíferos que habitan en esos
ambientes se han adaptado a la estacionalidad de los recursos en la pradera, por lo que a
menudo emprenden migraciones a grandes distancias. La más famosa es la migración del
ñu en el ecosistema Mara-Serengueti. En muchos casos, en estas jornadas cruzan límites
nacionales, lo que implica que las actividades de conservación se debieran coordinar
mediante acuerdos internacionales como la Convención sobre las Especies Migratorias del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Las praderas
contienen el 10 por ciento del carbono almacenado en la biosfera, principalmente en los
suelos (Nosberger, Blum y Fuhrer, 2000). La degradación de las praderas puede provocar
la rápida liberación de ese carbono, tal como se comprobó en China recientemente (Xie FU
BM2007). De acuerdo con investigaciones en el Reino Unido, el incremento en los niveles
de CO2 podría causar un balance negativo al degradarse cada vez más los ecosistemas,
con el consecuente aumento de las emisiones (Bellamy FU BM2005). Las praderas
templadas son consideradas el ecosistema terrestre más alterado del planeta y, en la
mayoría de los continentes, se encuentran en grave peligro. Solo el 4 por ciento deellas se
encuentran bajo algún régimen de protección. De hecho, de los 14 biomas del mundo, las
praderas son el menos protegido. En la actualidad, la restauración de las praderas
templadas es uno de los principales focos de la conservación (Henwood, 2010). En muchas
praderas el balance neto de carbono depende de su estado. Una investigación en ocho

68
pastizales de Norteamérica encontró que, aunque casi todos los sitios podrían ser
sumideros o fuentes de carbono, dependiendo de los patrones climatológicos anuales,
cinco de ellos eran típicos sumideros del CO2 atmosférico. Hay factores que complican el
panorama, algunos de ellos relacionados con el cambio climático. Las sequías, por ejemplo,
tienden a limitar la captación de carbono y, en tales condiciones, aun los sitios más
productivos se pueden convertir en fuentes de carbono (Svejcar FU BM2008). Los factores
más determinantes parecen ser la duración de la luz diurna y la precipitación. El cambio
climático afecta la productividad de la vegetación y la composición de especies en las
praderas (Weddell, 1996). La sequía, en particular, provoca un cambio hacia especies
vegetales menos productivas y más tolerantes a la falta de agua (Grime FU BM 2008). Este
cambio, afecta a su vez la presencia y conducta de las especies animales que se alimentan
de dicha vegetación, generando a menudocolapsos en las poblaciones de las especies de
fauna, tal como se ha registrado en el Parque Nacional Gonarezhou, en Zimbabwe, donde
1 500 elefantes africanos -PYPEPOUB BGSJDBOB murieron debido a una severa sequía
entre 1991 y 1992 (Gandiwa y Zisadza, 2010). Los cambios registrados en los ecosistemas
de praderas incluyen temperaturas más altas y menor cantidad de lluvias en verano,
mayores tasas de evaporación, menor humedad en el suelo y aumento en la frecuencia y
severidad de las sequías. La reducción en la cantidad de lluvia también influye en los
regímenes de los incendios (es decir el patrón, frecuencia e intensidad de los incendios),
que afectan la supervivencia de semillas en el suelo y, por lo tanto, regulan la productividad
de los pastos (Gandiwa y Kativu, 2009). Las sequías también matan muchos árboles y
especies suculentas y afectan la variación en los ciclos de vida de las especies
sobrevivientes; en consecuencia, se reducen las poblaciones de pájaros y de otras especies
de la fauna que dependen de esas plantas (Gandiwa y Zisadza, 2010). Los cambios en
temperatura y/o precipitación ya han provocado cambios considerables en períodos cortos
(1-2 años) en la distribución de especies de aves en las praderas, cuyas poblaciones
tienden a reducirse como consecuencia del cambio climático. Es de esperar, entonces, que
el cambio climático va a acelerar las tendencias ya existentes de disminución en las
poblaciones de aves (North American Bird Conservation Initiative and US Committee, 2010).

CAMBIOS EN LA DISTRIBUCIÓN, COMPOSICIÓN E INTERACCIONES ENTRE LAS


ESPECIES La distribución de las especies está determinada por la temperatura, la lluvia,
las barreras geográficas y otros factores ecológicos –como las formaciones geológicas
subyacentes que no serán afectados por el cambio climático. En lugares donde la
temperatura y la precipitación son los principales factores limitantes para la distribución de

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una especie, se puede anticipar que los mapas de distribución cambiarán igualmente. A
medida que en cada estación, las isotermas del hemisferio norte se mueven más hacia el
norte y las del sur más hacia el sur, las poblaciones de plantas y animales que buscan
condiciones óptimas harán lo mismo, suponiendo que hay espacio para moverse y que la
especie está en capacidad de hacerlo . Los individuos de especies animales con capacidad
de movimiento pueden emigrar a medida que sus condiciones ecológicas óptimas cambian,
pero las plantas y animales sésiles no. La distribución de aquellos con ciclos de vida
relativamente cortos también avanzará pues la selección natural favorece a los que se
ubican en el frente de las condiciones cambiantes y reduce las tasas de supervivencia de
los que habitan en el borde sub-óptimo del hábitat en movimiento. Es evidente que, en estas
circunstancias se deberán reconsiderar los límites de las áreas protegidas, establecidos
para proteger especies o hábitats en particular (p.ej., Hannah FU BM2007 para hábitats en
México y Suráfrica). Las especies arbóreas con tiempos de maduración muy lentos y
estrechos rangos de temperatura óptima probablemente no sobrevivirán si la velocidad del
cambio climático y de los cambios ecológicos asociados es más rápida que su ciclo de vida.
Las plántulas en el borde correcto de la dirección de cambio probablemente crecerán pero
no alcanzarán la edad reproductiva antes de que el incremento en la temperatura haga que
se pierdan las condiciones óptimas. La vegetación alrededor de las montañas tenderá a
moverse montaña arriba, en respuesta al incremento en la temperatura, suponiendo que
los patrones de lluvia no cambiarán significativamente (Recuadros 4 y 5). Esto provocará la
extinción de especies endémicas adaptadas a las condiciones de cumbres aisladas que ya
no tendrán a donde ir. Tanto las barreras naturales como las construidas representan
también un problema para el movimiento de las especies debido a las condiciones
cambiantes. La mayoría de las especies terrestres en las islas no podrán emigrar –excepto
pájaros, murciélagos e insectos voladores en busca de nuevos hábitats. El incremento de
la temperatura debido al cambio climático es responsable de la expansión de varias
especies de insectos hacia mayores altitudes y hacia los polos y de cambios en la fenología
estacional, lo que causa un mayor desarrollo y mayores tasas de alimentación. Dos tercios
de las 35 especies de mariposas encontradas en Europa se han movido hacia el norte en
rangos que van desde 35 km a 240 km (Parmesan FU BM1999). En la región del
Mediterráneo, esto ha hecho que aparezcan plagas de insectos, como la procesionaria del
pino (5IBVNFUPQPFB QJUZPDBNQB; Recuadro 17), en sitios nunca antes afectados
(Battisti, 2008). El insecto ha logrado un alto desempeño y poca mortalidad debido a la
desaparición de sus enemigos naturales en sus nuevas áreas de distribución y la existencia

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de especies hospederas nuevas o usuales. En las Montañas Atlas se han dado ataques
severos de orugas de procesionaria en bosques de cedro. Este caso merece una especial
atención por las implicaciones que pudiera tener en el manejo de los bosques y las
plantaciones forestales en Europa, así como en los árboles ornamentales. El cambio en la
provisión de alimento para las especies de la fauna cambiará también la distribución de las
especies, estimulando a algunas poblaciones y reprimiendo a otras. La disminución de
caribús o renos 3BOHJGFSUBSBOEVT en partes de la región boreal norte es consistente
con las predicciones sobre los impactos del cambio climático en la provisión de alimento
(Vors y Boyce, 2009);( Recuadro 25). 4.3 CONFLICTOS EN LA INTERFAZ SERES
HUMANOS–FAUNA SILVESTRE–GANADO La resolución de conflictos entre la fauna
silvestre y los humanos que comparten una misma área es un tema clave en el manejo de
los recursos naturales y la vida silvestre. Las situaciones conflictivas se han acentuado en
las últimas décadas al aumentar la densidad de las poblaciones humanas y la usurpación
de hábitats silvestres por parte de dichos pobladores (FAO, 2004; Lamarque FU BM2009).
Las economías locales y los usos de la tierra son tradicionalmente los principales factores
que provocan conflictos, particularmente en las comunidades rurales con economías de
subsistencia. Donde se establecen plantaciones a gran escala, desaparecen la mayoría de
las especies pero continúan los conflictos fauna silvestrehumanos a lo largo de cualquier
hábitat natural sobreviviente. Los conflictos son comunes en todas las áreas donde
coexisten poblaciones humanas y silvestres y donde se comparten recursos limitados. El
cambio climático incide indirectamente en la intensidad y frecuencia de tales conflictos al
modificar los ambientes y su productividad y al favorecer algunas especies que causan
problemas a los humanos. Lo anterior junto con el aumento de la densidad de las
poblaciones humanas agrava los conflictos en todo el mundo (Recuadros 2, 3 y 10). Los
conflictos son aun más serios donde la ganadería y la agricultura son importantes para el
sustento de las familias rurales. En las comunidades rurales de los países en desarrollo, la
competencia con los animales salvajes por los recursos naturales es intensa y la gente es
más vulnerable a las pérdidas económicas. Las sequías severas hacen que disminuya la
productividad de los recursos naturales y además están asociadas con un considerable
incremento de los conflictos fauna silvestre-humanos (Lamarque FU BM 2009). de la fauna
están ocupadas ahora por poblaciones humanas que han crecido exponencialmente.
Debido a las condiciones climáticas cambiantes, los animales salvajes se trasladan a esas
áreas y estallan los conflictos. La consecuencia normal es la muerte del animal. Los
humanos Considerando las tasas de crecimiento de las poblaciones humanas, las

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tendencias del cambio climático y el incremento en la demanda por recursos y por acceso
a la tierra, es claro que los conflictos fauna silvestre-humanos continuarán en el futuro. En
África, las áreas tradicionales de migración y dispersión también invaden las reservas
silvestres en busca de recursos naturales –por lo general, forraje para el ganado con lo que
se acrecientan los conflictos entre animales domésticos y salvajes. Uno de los impactos
fundamentales de estos cambios es la amenaza a la conectividad entre poblaciones
silvestres. Por ejemplo, el Parque Nacional Nairobi sobrevive a la sombra de la ciudad
capital de Kenia, con una población saludable de grandes mamíferos pero solo porque está
interconectado con otros hábitats adecuados, como el Área de Conservación Kitengela y
las llanuras de Athi-Kapiti. Sin embargo, la creciente presión agrícola está poniendo en
riesgo la conectividad. Ya se han iniciado negociaciones para asegurar que los corredores
silvestres se mantengan abiertos, pero las presiones son cada vez mayores. La mitigación
de conflictos entre seres humanos y animales exige de intervenciones en diferentes niveles,
desde lo institucional hasta lo local y personal. Los animales domésticos no pueden ser
dejados solos y deben ser protegidos mediante cercas y otras medidas eficientes. En los
tiempos de mayores presiones por los recursos limitados, la capacidad de las comunidades
rurales locales para coexistir con la vida silvestre se podría reducir sustancialmente
(Dickman, 2008). Por lo general, las pérdidas por ataques de carnívoros son menores que
las causadas por otros factores, incluyendo la mortalidad natural de los animales
domésticos. Sin embargo, la percepción del daño es mayor que la pérdida misma –
particularmente cuando la gente está bajo presión por otros factores como los cambios en
su ambiente(Dickman, 2008). Las temperaturas más calientes reducen la productividad de
la vegetación en ambientes semiáridos; en estas áreas la fauna silvestre compite con los
animales domésticos por agua y comida. En el norte de Kenia, las sequías más largas y
frecuentes han devastado con las poblaciones de ganado de pastoreo en las últimas
décadas, aumentando la presión por los limitados recursos disponibles, los cuales tienen
que ser compartidos con la fauna silvestre.

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Anexos

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ANEXO 1: JIARAFA

ANEXO 2: CHITAS

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ANEXO 3: LORO GRIS

ANEXO 4: VAQUITA MARINA

75
ANEXO 5: ABEJAS

ANEXO 6: OSO POLAR

76
ANEXO 7: CANGUROS

ANEXO 8: OSO PANDA

77
ANEXO 9: MARIPOSA MONARCA

ANEXO 10: PERRO SALVAJE AFRICANO

78
ANEXO 11: ELEFANTE ASIATICO

ANEXO 12: AJOLOTE

79
ANEXO 13: LEOPARDO DE AMUR

ANEXO 14: RINOCERONTE NEGRO

80
ANEXO 15: HURÓN DE PATAS NEGRAS

ANEXO 16: BALLENA AZUL

81
ANEXO 17: PANDA GIGANTE

ANEXO 18: MONO BONOBO

82
ANEXO 19: ELEFANTE BORNEO DE PIGMEO

ANEXO 20: ZAOLA

ANEXO 21: LEOPARDO DE NIEVE

83
ANEXO 22: MONO ARAÑA

ANEXO 23: TIGRE

84
ANEXO 24: BALLENAS DE ALETAS

Anexo 25: pingüino de galápagos

85
ANEXO 26: LEÓN MARINO DE GALAPAGOS

86
ANEXO 27: DELFÍN DEL RÍO GANGUES

ANEXO 28: PEZ NAPOLEON

ANEXO 29: TORTUGA LAÚD

87
ANEXO 30: GORILA DE MONTAÑA

ANEXO 31: ORANGUTÁN

88
ANEXO 32: CAMELLO BACTRIANO

ANEXO 33: LOBO MEXICANO

89
ANEXO 34: OSO POLAR

ANEXO 35: ALGUNOS ANIMALES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

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ANEXO 36: EL ESTADO DE CONSERVACIÓN

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