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Enrique Martí Rubio

ACTIVITAT 2

- Elaborar un mapa d’actors del espai de la política pública, amb indicació dels
interesos, tàctiques i estratègies de cadascun d’ells

Para analizar los diferentes actores que intervienen en estas políticas públicas dirigidas al
sector de los aeropuertos, debemos entender que se trata de un espacio difuso en el que los
diferentes protagonistas se confunden entre ellos.

Concretamente, este documental presenta varios aeropuertos fallidos: Alguaire, Huesca,


Albacete, Ciudad Real, Castellón y Murcia. En todos ellos, observamos como el actor
político-administrativo principal corresponde a la administración pública de cada ciudad.
Pese a que algunos como el de Castellón o Ciudad Real la titularidad es privada, todos ellos
están financiados y promovidos, de una forma u otra, por los estamentos públicos. En este
sentido, se resalta el papel que tiene AENA como empresa pública destinada a gestionar estos
aeropuertos. En cuanto a sus intereses y estrategias, la administración pública, a priori,
pretende promover el turismo en el territorio en el que se ubica el aeropuerto, además de ser
económicamente rentable. Pero, a la luz de los hechos, esto parece no corresponderse con la
realidad. Mediante estrategias basadas en el “amiguismo” y la nula planificación de negocio
y de financiamiento, la administración pública, en todos estos ejemplos, únicamente ha
servido a los intereses de ciertas personalidades (como es el caso de Fabra y “su aeropuerto”),
teniendo que asumir económicamente toda la ciudadanía el déficit de estas infraestructuras.

Respecto a los diferentes grupo-objetivo, se suele señalar como causante de la situación de


falta de infraestructuras aeroportuarias a los gobiernos anteriores de las respectivas ciudades
(como podemos apreciar con el aeropuerto de Albacete, donde PP y PSOE se acusan
constantemente). Es decir, se entra en el juego de atacar directamente la labor del enemigo
político, sin tener en cuenta las necesidades objetivas y reales de cada territorio. Según
argumentará cada gobierno en cuestión, su antecesor no habría promovido estrategias guiadas
a responder a la “urgente necesidad” de construir un aeropuerto para su ciudad. No obstante,
con el paso de los años, como se describe en el documental, se ha demostrado que muchos
de estos aeropuertos eran totalmente innecesarios.
En cuanto al beneficiario final, éste sería la ciudadanía –supuestamente–. Y decimos
supuestamente porque todos estos aeropuertos finalmente parecen haber servido a las
diferentes empresas y/o élites político-económicas que se encargaban de su gestión. Es decir,
mediante la construcción de estos aeropuertos parecía que se buscaba promover el turismo,
el territorio y dotar de valor a la región: en definitiva, beneficiar a la ciudadanía (tanto local
como extranjera). Pero a raíz de continuas investigaciones y documentos (como así lo
muestra el documental) se puede concluir que la mayoría de estos aeropuertos se dirigían
finalmente a determinados sectores pudientes de la sociedad. En cuanto a los intereses de
estos actores, únicamente buscaban beneficios económicos mediante concesiones a
determinadas empresas, con estrategias como la relativa al aeropuerto de Ciudad Real: la
construcción del mismo la llevaban a cabo las mismas empresas de los titulares del
aeropuerto, para posteriormente ingresar todos los beneficios (el objetivo final era vender el
aeropuerto a un jeque por 3.000 millones de euros). Es decir, todo ganancias.

Por lo que respecta a terceros grupos, destacamos a los afectados (promotoras públicas,
demás infraestructuras ligadas al aeropuerto y trabajadores) y a los beneficiarios (compañías
de aerolíneas, aeropuertos colindantes y otros medios de transporte). En primer lugar,
observamos en casos como los de Castellón, Ciudad Real o Aguaire, como son las mismas
promotoras públicas quienes finalmente se han tenido que hacer cargo del déficit de estas
construcciones. Por otro lado, destacamos a otros grupos afectados como las diferentes
infraestructuras ligadas al aeropuerto y los trabajadores, los cuales han visto como la caída
de estos aeropuertos ha comportado un estancamiento en la construcción de los servicios
relacionados al mismo (en el primer caso) y una pérdida de su trabajo (en el segundo caso).
En segundo lugar, apreciamos el extraño caso de las compañías de aerolíneas. Hemos ubicado
este grupo en los beneficiarios puesto que, pese a que en un primer momento parecen haber
perdido pasajeros, no se trataban de aeropuertos con beneficios potenciales, por tanto, y a
raíz de las múltiples subvenciones que han recibido para promocionar estos aeropuertos
deficitarios, parecen haber salido con ganancias. Por otro lado, los aeropuertos colindantes y
los otros medios de transporte (tren, bus) parecen también ubicarse en el grupo de los
beneficiarios, puesto que con la infrautilización de estos aeropuertos, estas opciones serán
mejor vistas por parte de la ciudadanía que viaja a estos territorios.
- Identificar la forma/les formes d’inclusió a la agenda pública 


En estos casos, podemos observar como toda situación social, considerada como
controvertida, es puramente una construcción vinculada con las percepciones y los intereses
de los actores involucrados en ella: en este caso, sobre todo de los representantes políticos y
las empresas que giran alrededor de ellos.

Según estos actores, que son quienes realmente incluyen esta “problemática” en la agenda
pública, la falta de aeropuertos se trata de un problema de grandes magnitudes, que afecta a
mucha gente y que urge tener una solución inmediata. En este proceso de inclusión a la
agenda pública, entran en juego, sobretodo, dos perspectivas. Por un lado, destacamos la
competencia electoral. Los mismos partidos políticos toman la iniciativa de definir este
“problema” de falta de aeropuerto como problema público, el cual afecta a toda la ciudadanía
del territorio (todo esto apoyado claramente por constantes procesos de mediatización) . En
este sentido, los partidos entran una constante batalla electoral donde únicamente se busca el
voto “fácil”, en lugar de centrarse en demandas que realmente pide la ciudadanía. Por otro
lado, destacamos la acción corporativista silenciosa, mediante la cual diferentes grupos de
interés ejercen una gran fuerza sobre el actor político-administrativa en cuestión. Estos
grupos de interés se basan únicamente en defender sus propios intereses gracias a unas fuertes
redes de organización y de influencia.

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