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I.

INTRODUCCIÓN

El proceso de la madurez es complejo, por eso vamos a dividir el proceso de


crecimiento en tres partes. Estos grados pueden hallarse tanto en el terreno
espiritual como en el físico de la vida. De hecho el aspecto físico es un claro ejemplo
de lo que ocurre en lo espiritual.

1. El Dominio físico

Vamos a considera el crecimiento físico en las siguientes etapas:

a) Cuando eras alimentado por otros.—Cuando naciste eras alimentado por otros,
puesto que tú no podías hacerlo. Eras dependiente del cuidado de otros, de tus padres.
Te alimentaban con leche y comida blanda, fácil de ser digerida por un niño.
b) Cuando te alimentabas a ti mismo.— Luego, entraste en una etapa nueva en la vida
en la que empezaste a valerte por ti mismo. En este tiempo empezaste a comer
alimentos más fuertes. Pudiste dejar la clase de comida blanda para empezar a la
comida sólida. Este proceso continúa durante toda la vida.
c) Cuando das de comer a otros.— La siguiente etapa es en la que serás tú quien dé de
comer a otros, sea como padre o como adulto, y el ciclo comenzará de nuevo, ya no
para ti, sino para tus hijos.

Desde luego, tu capacidad para ayudar a otros dependerá en gran manera de lo bien
que hayas aprendido a cuidarte a ti mismo. Si tú haces un mal papel en prepararte a ti
mismo para la vida, sin duda harás un mal papel en ayudar a otros.

2. El dominio espiritual

Las tres categorías de tu desarrollo físico fácilmente pueden aplicarse en el dominio


espiritual. No llegas a ser creyente maduro en el mismo momento de tu conversión.
Tienes que crecer a través de estas etapas definidas.
a) Cuando eras alimentados por otros (1 P. 2:2). Cuando creíste en Cristo viniste a
estar bajo el cuidado de otros que te enseñaban las verdades bíblicas fundamentales.
Los pastores, maestros de Escuela Dominical y tus padres, fueron enseñándote
verdades fundamentales y sencillas acerca de ti mismo, acerca de otros, de Cristo, de
la vida, de la Biblia y Dios. Mientras crecías en la vida cristiana te han ido dando
alimento espiritual apropiado a tu desarrollo (He. 5:13).
b) Cuando te alimentas a ti mismo.— Esta es la próxima etapa de tu crecimiento. Esto
acontece cuando te encargas de alimentarte a ti mismo espiritualmente. Comienzas a
aprender, por cuenta propia, algunas de las cosas más profundas de Dios, de Cristo y
de la vida espiritual. Durante este proceso estarás desarrollando destreza en
alimentarte. Sin embargo no presumas de que un cristiano puede llegar al punto de que
no necesite que otros le proporcionen alimento espiritual (He. 5:14).
c) Cuando das de comer a otros.—Esta es la meta final de cada creyente en Cristo,
llegar a ser un testimonio positivo y eficaz. Esta es la etapa cuando tratas de ayudar a
otros en su vida espiritual. Naturalmente, el testificar del cristiano consiste
mayormente en compartir con otros lo que Cristo ha hecho por ti (Col. 1:27; Mt. 28:19-
20).

3. Señal de madurez

Podrías creer que el tiempo de madurez espiritual es cuando empiezas a tratar de


ayudar a otros a crecer espiritualmente. Sin embargo es cuando empiezas a dar pasos
firmes, y tomar decisiones serias de alimentarte a ti mismo que demostrarás madurez.
Puede ser que llegues a intentar ayudar a otros sin que antes hayas conseguido
alimentarte a ti mismo espiritualmente. Esto te llevará a un orgullo espiritual que nada
tiene que ver con la madurez (Le. 18:9-14).

La medida de tu madurez espiritual depende de cuán bien has\tratado de desarrollar


tu propia vida espiritual. Si no has tratado de crecer como creyente, entonces no
estás en posición de ayudar a otros (1 Tes. 5:8).

II. EL PROBLEMA EN CORINTO (1 COR 3:1,2)


La primera carta que escribió Pablo a los Corintios, es una carta de enojo, sátira,
reprensión, corrección e instrucción. Está dirigida a una iglesia que se había negado a
crecer, y se jactaban de ser muy espirituales.
1. Todavía niños (3:1,2)
Esta es la acusación que Pablo les hace, que ellos "todavía eran niños" en Cristo (1
Cor. 3:1; 13:11; 14:20; 16:13), a los cuales no les podía hablar de las verdades
profundas de Dios debiendo ser ellos ya hombres maduros (Ef. 4:13).

 La palabra usada para niño (nepios, nhvpio), literalmente significa "sin el poder
del habla", y denota un niño pequeño. Pero lo interesante de esta palabra es que
se refiere a niño pero no de edad, o sea a adultos.

 Todos sabemos que el ser niño no es malo, o sea ser cristiano recién
convertido, pero una infancia prolongada es lamentable, y la falta de desarrollo
es deplorable.

 No obstante aquellos a los que Pablo escribía no eran cristianos nuevos. Ya


había pasado bastante tiempo para que éstos se mantuviesen sobre sus propios
pies. En verdad, ya era tiempo para que estos cristianos se estuviesen
ocupando en la edificación de los demás creyentes.
 Pero, ¿qué es lo que había pasado? Muy sencillo, ellos habían descuidado el
alimentarse a sí mismos. No se habían desarrollado más allá de la primera etapa
de su vida espiritual (1 Cor. 3:2; He. 5:12). Se habían acomodado y como
consecuencia se habían paralizado en su crecimiento.

2. El sentido de Pablo

"Niños en Cristo". Estas palabras no fueron dadas como un cumplido. Escribirles esto
era lo mismo que tocarles el amor propio, pues loscorintios se jactaban de sus dones
espirituales (1 Cor. 12:1-3) y de sus adelantos, llegando incluso a criticar la predicación
de Pablo como de sencilla (1 Cor. 4:1-4)
Hay niños que no pueden crecer por causa de malformaciones mentales y físicas. Esta
es una situación trágica, sin embargo no podemos culpar a la persona por ello.
Pero hay niños que no crecen espiritualmente porque no quieren. No han aprovechado
las oportunidades para fortalecer sus propias vidas espirituales. En este caso la culpa
cae sobre el individuo que se ha negado a crecer.

III. EXAMEN A LA MADUREZ DE LOS CORINTIOS


Como venimos diciendo el problema principal en la iglesia de Corinto es que se han
negado a crecer. Vamos a examinar detenidamente la madurez de estos creyentes.
1. El uso de tres términos
Para definir los tres términos, Pablo usa dos palabras: Carnal y espiritual. Si
conseguimos entender estos dos términos podremos llegar al corazón del mensaje de
Pablo.
a). Espiritual, (pneumatikos, pneumatikov). Pablo no pudo hablar a los corintios como a
espirituales (1 Cor. 3:1). La persona espiritual es aquella que camina en el Espíritu y
que muestra en sus propios caminos el fruto del Espíritu. (Gl 5.16; 5.25; Ef. 5:18).
Según las Escrituras, el estado "espiritual" del alma es normal para el creyente, pero
no todos los creyentes llegan a este estado, ni siempre se mantiene una vez se ha
llegado a él.
> Al estado espiritual se llega por diligencia en la Palabra de Dios y en la oración; se
mantiene por la obediencia y el juicio de uno mismo. Los que son guiados por el Espíritu
son espirituales pero, naturalmente, la espiritualidad no es una condición fija ni
absoluta, sino que admite crecimiento; el crecimiento en "la gracia y el conocimiento
de nuestro Señor Jesucristo " (2 P 3.18) es evidencia 6
de la verdadera espiritualidad.
Así el apóstol, sugiere un contraste entre este estado espiritual y el del recién nacido
en Cristo, esto es, el del hombre que debido a la inmadurez e inexperiencia no ha
alcanzado aún la espiritualidad (1 Co 3.1-3).
> Fue el deseo de Pablo que los corintios fuesen espirituales.
> Ser espirituales conduciría a la madurez. En 1 Cor. 3:5-7, Pablo delineó ciertos pasos
hacia la madurez espiritual, que los veremos más adelante.
b). Carnal (sarkikos, sarkiko) — "Porque aún sois carnales " (1 Cor. 3:3). Esta es una
palabra muy fuerte para describir la condición de un cristiano. Significa posesión de la
naturaleza de la carne, es decir bajo el mando de los apetitos animales, sensual,
gobernados por la naturaleza humana, siendo excitado por ella, depravación, (1 P 2.11:
"carnal") y no por el Espíritu de Dios, con la idea de ausencia de espiritualidad.
Veamos otros pasajes para tener más luz acerca del sentido "carnal"
> Romanos 8:7.— La mente carnal es enemistad contra Dios
> Romanos 7:14.— El carnal es vendido al pecado
> Calatas 5:19-21; 6:8.— La manifestación de las obras de la carne
> 1 Juan 3:6,9.— El que práctica el pecado es carnal.
c). Hombre (anthropos, a[nqrwpo). Este es un término usado especialmente por el
apóstol Pablo y hace referencia a las prácticas de la humanidad caí da (1 Co3.3). O sea
actuar como un inconverso(l Cor. 2:14).
Ahora bien, puede ser que pensemos que Pablo está acusando a los corintios de no ser
creyentes, pero esto no es así. Ellos estaban obrando como "no espirituales", vivían
como si el Espíritu de Dios no les hubiera regenerado. Sin embargo, en el primer
capítulo Pablo habla a los santificado en Cristo Jesús, llamados a ser santos (1:2)
> Parémonos un momento y hagámonos esta pregunta: Basándome en mi propia
experiencia, ¿es posible que un cristiano viva de una manera no cristiana? En otras
palabras, la inmadurez quiere decir que uno retrocede a prácticas que son
completamente no espirituales.
2. Debían ser maduros (1:4-9)
Cuando estudiamos cuidadosamente a los cristianos en Corinto, nos damos cuenta de
su carnalidad, sin embargo nos sorprende que teniendo lo que tenían llegasen a este
punto.
> Los dones espirituales. Los corintios tenían todos los dones, hasta el punto que no les
faltaba nada en ningún don (1 Cor. 1:7).
> Dones espirituales nunca es sinónimo de espiritualidad.
> El conocimiento. Los cristianos en Corinto eran creyentes que tenían conocimiento.
Eran grandes admiradores de la sabiduría y la erudición. Pablo les amonesta sobre
esto (1 Cor. 1 y 2).
> La enseñanza. Los corintios tuvieron la mejor enseñanza, así como los mejores
maestros (1 Cor. 2:12-13).
De modo que los corintios poseían todos los dones, estaban bien enseñados en las
Escrituras, y tenían los mejores maestros. Sin embargo, y a pesar de todo ello, eran
carnales y niños. No habían aplicado a sus vidas todo cuanto poseían y habían
aprendido.
Entonces, ¿por qué son tan inmaduros? ¿Cuáles son los síntomas de la inmadurez?
3. Síntomas de la inmadurez espiritual (1:10-12; 3:4)
Pablo se ocupa ahora del caso específico de su pecado, ya que los corintios se negaban
a reconocer su pecado.
a). Egoísmo.— Un síntoma muy común en la inmadurez es el egoísmo. Los niños son
egoístas. Sus primeras palabras son: "yo, mío". De igual manera ocurre con los niños
espirituales, tengan la edad que tengan.
Los corintios hacían un uso incorrecto de sus libertades cristianas sin pensar e lo que
ello podía acarrear a otros (1 Cor. 8:9, 11-13). > Se denunciaban entre ellos ante los
tribunales de los incrédulos porque se sentían defraudados (1 Cor. 6:1-8).
> Se atiborraban de comida durante las cenas mientras que sus hermanos más pobres
pasaban hambre (1 Cor. 11:21), y bebían hasta emborracharse sin pensar en las
consecuencias.
> Eran ignorantes en lo concerniente al uso adecuado de los dones espirituales. No es
que fuesen ignorantes en cuanto a los dones ya que los tenían todos, pero sí acerca del
lugar que debían ocupar y el propósito (1 Cor. 12:4; 14:12).
El egoísmo encierra todos los aspectos y las manifestaciones de la vida vividos por uno
mismo.
Nada es bello si nace de la rivalidad; ni es noble si nace del orgullo (John Riskin 1819-
1900)
1. Orgullo. Es ese espíritu de superioridad debido a mi éxito, mis conocimientos, mi
aspecto físico, mis talentos. Es espíritu de independencia Sal. 7:5; Is. 10:13; 28:1).
2. Deseo de la alabanza del hombre. Esto es el deseo de hacer que otros se fijen en
mí; el deseo de sobresalir por encima de los demás; llamar la atención a mi mismo en la
conversación (Jer. 9:24).
3. Enojo e impaciencia. A nuestro ego le es muy fácil perder la paciencia y enojarse
con rapidez.
\ Muchas veces sale el genio al que solemos llamar "nervios"; un espíritu que se siente
herido por poca cosa; resentimiento; tomar represalias cuando otro nos lleva la
contraria; deseo de hablar mal y en un momento de enfado soltar comentarios
acalorados (Prv. 25:23; 2 Cor. 12:20).
4. Terquedad. Es el espíritu testarudo que no quiere aceptar consejos ni reprensión,
aún sabiendo que son para bien.
> Expresiones bruscas, ásperas y sarcásticas; un carácter que no está dispuesto a
ceder para nadie; un espíritu mandón y criticón; buscar los defectos de los demás;
quejarse; un espíritu malhumorado; un espíritu que se hace siempre de rogar o
demandar (Sal. 32:9). 5. Envidia. La envidia carcome la vida espiritual.
> Cuando alguien tiene más talentos que nosotros; no nos gusta escuchar que se elogia
a otros; es más fácil hablar de los defectos que de las virtudes; nos comparamos con
otros (Pr. 27:4; Stg. 4:2).
6. Amargura. Es un veneno que contamina a muchos. Es la expresión del egoísmo (Dt.
29:14; He. 12:15).
7. Calumnia. Del griego diabolos (1 Ti. 3:11). La calumnia es cuando decimos algo de
otra persona a otros con la intención de hacer daño (Pr. 10:18; Lv. 6:4; Sal. 15).
8. Mentira. Un decepción intencionada es mentir; cuando decimos las verdades a
medías mentimos; cuando engañamos para alterar un descuento a nuestro favor;
cuando mentimos estamos defraudando (Pr. 12:22).
9. Hipocresía. Muchas veces confesamos el pecado no pensando dejarlo; tapamos
nuestros propios fallos y pecados intentando dar una mejor impresión; exageramos la
verdad (Mt. 7:6)
10. Apatía. La falta de preocupación por las almas perdidas; indiferencia por las cosas
del Señor; falta de poder con Dios (Ap. 3:15-16).
> El egoísmo es un claro síntoma que evidencia la falta de madurez en el creyente.
b). Las divisiones.— La iglesia en Corinto estaba dividida en grupos hostiles y
contenciosos (1:10-13). La gente, e incluso los cristianos, tienen la costumbre de
esconder sus pecados en ropaje de apariencia muy digna.
> Los corintios no querían reconocer sus pecados de antipatía y celos entre sí, y se
reunían en grupos usando nombres de dirigentes famosos.
> Unos seguían a Apolos, tal vez atraídos por su filosofía y retórica, ya que era un
cristiano griego, talentoso, quien había venido a Corinto siguiendo la obra de Pablo
(Hch. 18:24-28). Era "varón elocuente, poderoso en las Escrituras... de espíritu
fervoroso" (Hch 18.27s). > Los que seguían a Pedro, lo hacían tal vez por considerarle
como el mayor de los apóstoles, o quizás porque él todavía se inclinaba a favor de las
formas y el ceremonialismo judío (Gá. 2:12-14).
> Otros seguían a Pablo, porque le reconocían como su padre espiritual y fundador de
la obra.
> Y había un cuarto grupo que decían que eran "de Cristo", los cuales defendían su
punto de vista diciendo que ellos no se habían sometido a maestros humanos, sino que
basaban su fe en las palabras de Cristo mismo, tal como ellos las interpretaban (1:12).
Este grupo nos deja confusos.
> ¿Por qué no estaban todos a favor de Cristo?
> ¿Fue acaso que este grupo quería elevarse por encima de los demás intentando
acabar con las peleas?
> ¿Fue este grupo tan santurrón como los demás?
Pablo explica por qué estaban divididos: tenían sus ojos puestos en los hombres en
lugar de tenerlos fijos en Cristo (Jer. 17:5). Confiaban en la sabiduría de hombres
(2.5); se gloriaban en las obras de hombres (3.21); y comparaban un siervo con otro y
se jactaban respecto a hombres (4.6).
> Las divisiones entre los creyentes son evidencia de falta de madurez (Ro. 16:17-18;
Ti. 3:10,11; Jud. 19)
c). La crítica.—Este era otro síntoma de la inmadurez espiritual. Esta congregación
despreciaba a Pablo, a pesar de que algunos decían ser de Pablo, porque pensaban que
era mejor que ellos y les aventajada en lo espiritual (1 Cor. 4:3).
> Una crítica maliciosa, despectiva, es señal de inmadurez espiritual (Ro. 14:10-13; Stg.
4:11-12).
d). Tolerancia al pecado.— Otro de los síntomas de la inmadurez espiritual la
tolerancia del pecado. La sensibilidad hacia el pecado se había cauterizado. Lo que
antes les repelía, ahora ya no les afectaba (1 Cor. 5:1-6; Stg. 4:16)
> La tolerancia del pecado es evidencia de inmadurez espiritual. ¿Qué es Estas son las
evidencias manifiestas de la falta de madurez. Todavía ellos eran niños en Cristo. Eran
carnales, no espirituales; eran cristianos inmaduros. Se habían negado a crecer.
> ¿Cuan a menudo se cometen los pecados más grandes en nombre de la religión?
¿Cuántas veces has visto suceder esto? ¿Cuántas veces lo has hecho tú?
> En momento de celos e ira, ¿has acusado tú a otro hermano de pretender ser lo que
él no es? Tal vez tu acusación fue acertada pero, ¿este hecho disculpa tu actitud?
¿Cómo podemos vencer tales señales de declive en nuestras vidas, y crecer hacia la
madurez cristiana?
No digas, es que yo soy así y este es mi carácter. Dios cambia el carácter.
IV. EL CAMINO HACIA LA MADUREZ CRISTIANA (1 COR. 3:5-8)
Es evidente que Pablo era hombre de inmensa paciencia. Muchos pastores se habrían
dado por vencidos ante una situación como esta, pero Pablo guía a estos hermanos
cuidadosamente para sacarles de su infantilismo.
1. Reconocer que somos Colaboradores (3:5-9a)
Todos ellos eran colaboradores de una misma causa, así Pablo describe al ministro
como un agricultor que trabaja en el campo.
> La semilla es la Palabra de Dios (véase Mt 13:1 ss) y los corazones de las personas
son los diferentes tipos de terrenos.
> La iglesia local es un "huerto espiritual" donde el pastor actúa como el agricultor
(3:9).
En cualquier hacienda se necesitan muchos obreros diferentes. Uno prepara el
terreno; otro planta la semilla; un tercero quita la hierba; y un cuarto cosecha. Pero
todos tienen parte en la cosecha y cada uno recibe su paga. "¡Qué insensato es
comparar un trabajador con el otro, todos trabajamos juntos!
> Pablo plantó la semilla al fundar la iglesia de Corinto (Hch. 18:4-11)
> Apolos vino luego y la regó con su predicación y ministerio (Hch. 19:1), pero
solamente Dios puede dar la cosecha.
"Colaboradores " debe ser siempre nuestro lema y motivación. Debemos tener cuidado
de que el terreno de nuestros corazones no se endurezca o enfríe, y sea incapaz de
recibir la semilla de la Palabra de Dios.
2. Reconocer el Fundamento, Cristo (3:9b-ll)
No hay otro fundamento, ni puede ser puesto otro fundamento que no sea Cristo
mismo (1 Cor. 3:11), el cual es la piedra angular del edificio (1 P.
2:4-6).
Cristo es nuestra roca, el fundamento sobre el que debemos edificar porque sobre él
quedó grabada la fecha de nuestra salvación que tuvo su comienzo en el Calvario y la
resurrección.
Así, pues, la historia del edificio está escrita en sus manos, sus pies, y su corazón y las
recompensas eternas serán entregadas según las inscripciones que El lleva (Col. 3:23-
24).
3. Cuidar el Proceso de Edificación (3:12-15)
En este punto es donde habían fracasado los corintios, y Pablo lanza una respuesta
austera. Pablo utiliza seis ejemplos para describir los materiales del edificio de una
vida (1 Cor. 3:12).
No podemos asegurar exactamente lo que estaba en la mente de Pablo cuando
menciona estos materiales.
> Algunos piensan que se refería a las verdades y las falsas doctrinas.
> Otros creen que se está haciendo referencia a personas, unas de valor y otras sin él.
> Aún otros opinan que está haciendo referencia a los frutos morales y espirituales
(Ro. 7:4; Fil. 4:17; 2 Jn. 2:8; Col. 1:10).
Según la Biblia todo lo que el hombre sembrare, eso es lo que va a segar (Gá. 6:7). Po
consiguiente puede entenderse perfectamente que el apóstol Pablo se está refiriendo
al fruto que se está produciendo (Jn. 15).
a). Edificación digna.— Hay tres elementos que son mencionados: Oro, plata y piedras
preciosas los cuales son materiales que no pueden ser destruidos por el fuego.
De lo que está tratando el Señor aquí es de aquellas cosas que se edifican que son
perdurables, que son para siempre, que pasarán a la eternidad.
Oro, en la Biblia este metal hace referencia a la realeza, lo que es divino. Esto nos
habla de reconocer a Dios como nuestro Señor y rey, dando el lugar que le
corresponde en nuestras vidas (Mt. 6:33; Fil. 3:7-9; Ro. 14:8).
> A algunos les gustaría aceptar a Jesús como Salvador, pero negarle los derechos del
trono como Señor.
Cuando entregamos nuestra vida al Señor en sumisión y consagración (Ro. 12:1-2),
nuestra edificación es digna porque es en el Señor (1 Cor. 1:31; 2 Cor. 10:17-18; 11:30).
> Es el Señor que concede los dones a sus siervos y los equipa para el servicio (Ef.
4:11,12; Ro. 12:6-8) para que lleven fruto.
> Es Dios, como Señor, que protege, provee, y sostiene a sus siervos (Hch. 23:11; 2 Ti.
4:17) para que sean fieles.
> Es el Señor quien libra a sus siervos de todo mal (2 Ti. 4:18) para que vivan en
santidad.
> Es el Señor quien dirige el servicio de sus siervos abriendo puertas o cerrándolas (2
Cor. 2:12; Hch. 16:6) para que vivan en dependencia.
Plata, es el metal que hace referencia a la redención, al rescate (Ex. 30:12; 38:25).
Esto nos habla de testimonio. Así como hemos sido rescatados por la sangre de Cristo
(1 P. 1:18), debemos manifestar esta verdad al mundo incrédulo.
> Esto es santidad práctica, viviendo lo que creemos (2 Cor. 1:2), siendo ejemplos para
otros.
Piedras preciosas, nos habla de hermosura, belleza. El sumo sacerdote llevaba sobre
su pecho un pectoral con doce piedraspreciosas (Ex. 28:15-20), las cuales llevaban
gravados en cada una de ellas el nombre de cada una de las doce tribus de Israel (Ex.
28:21).
> Es significativo que estas piedras estuviesen sobre el pecho del sumo sacerdote, las
cuales representan a las almas.
Esto nos habla de guiar a otros, de enseñarles a amar a Cristo y servirle, siendo
exhortados por nuestro propio testimonio y vida (1 Cor. 11:1; Fil. 3:17).
> Estas son las cosas que un cristiano que crece debe buscar para su vida.
b). Edificación mundana.— Los otros tres materiales son: Madera, heno y hojarasca.
Son materiales que serían consumidos rápidamente por el fuego.
Madera, habla de orgullo, del trabajo que se realiza para el Señor en nuestras propias
fuerzas sin oración ni valor (Dn. 4:20-23), no teniendo a Cristo como Señor de
nuestras vidas (oro).
Heno, hace referencia a la hierva seca (Is. 40:8) y habla de las habilidades humanas
sin amor, dirigidas por el egoísmo y la vanagloria, dando un testimonio ineficaz.
Hojarasca, pelusa o paja muy menuda que se desprende del grano en la trilla. En la
Biblia casi siempre se utiliza en lenguaje figurado, sin valor (Sal. 1:4), débil (Os. 13:3),
sin resistencia contra las pruebas (Is. 4:4-14) y ruina (Is. 41:15). Es símbolo de la
breve duración de las cosas, y nos habla de una vida que se pierde sin sentido, que tan
solo mira por si mismo y no lleva ningún fruto.
> Estos representan costumbres y características que no contribuyen al crecimiento
cristiano.
> Parecería que un creyente sabría cuando está edificando su vida sobre principios
imperfectos.
> La verdad es que lo sabemos la mayoría de nosotros.
> Sin embargo, damos poco pensamiento a cómo nuestras vidas se miden a los ojos de
Dios. > Somos tardos en examinar las consecuencias que son el resultado natural de los
que siguen las sendas falsas.
La verdad es que todas estas cosas las sabemos la mayoría de nosotros, y sin embargo,
damos poca atención a cómo nuestras vidas se miden a los ojos de Dios.
c). La Prueba.— Pablo hizo una advertencia muy seria que tal vez los corintios habían
rehusado considerar. Y es que Pablo les advierte que Dios iba a probar sus obras como
cristianos. Aquellas obras que fuesen dignas, permanecerían, mas aquellas que fuesen
falsas serían quemadas (1 Cor. 3:13-15). Pero veamos:
> ¿Qué estaba dando a entender Pablo en estos versículos?
> ¿Qué clase de recompensa tenía Pablo en mente?
> ¿A qué clase de fuego se refería?
Estas son preguntas que tú mismo debes considerar. Para ello estudia el capítulo tres.
Ante el tribunal de Cristo (2 Cor. 5:10), cada hijo de Dios un día será juzgado de
acuerdo con las obras que haya hecho desde su conversión hasta su muerte. El uso de
los dones espirituales que Dios a dado a cada uno será juzgado de acuerdo con los
principios establecidos en la parábola de los talentos (Mt. 25:14-30).
Pablo dejó clara una cosa: Dios no se proponía destruir al cristiano que vivía una vida
falsa; pero tampoco se proponía honrar la vida imperfecta de un cristiano (1 Cor. 3:15).
> Podemos ver este cuadro: Un hombre que escapa de su casa que está en llamas. Este
hombre escapa pero para poder contemplar la pérdida de todas las posesiones de su
vida.
No nos gusta pensar en la vida cristiana de esta manera. Nos gusta pensar en Dios
como contento cuando somos buenos y como que mirase a otro lado cuando hacemos lo
malo. Pero esta es la inmadurez de los corintios al pensar así acerca de Dios.
> Teniendo en mente todo lo que hemos visto, pregúntate:
> ¿Con qué estoy edificando mi vida cristiana?
> ¿Con oro, plata y piedras preciosas?
> ¿Hay en tu personalidad cosas que se podrían catalogar como madera, paja y
hojarasca?
> ¿Cuánto de tu vida aguantaría la prueba de fuego de Dios?
4. La meta, la Morada de Dios (1 Cor. 3:16-17)
No todo era negativo en la enseñanza de Pablo. El no quiso dejar a los corintios con una
sensación negativa, sino que les dio la razón más alta para edificar una estructura
digna sobre el fundamento de Cristo. Las vidas de ellos habían de ser templos en los
cuales moraría Dios mismo.
Los creyentes debemos ser templos vivos. Dios, en la persona de Cristo, mora en
nuestros corazones (1 Cor. 3:16). Así, no hagamos como los corintios que profanaban
ese templo (1 Cor. 3:17).
La palabra templo significa santuario, habitación. La iglesia es templo, santuario de
Dios (1 Cor. 12:27; Ro. 12:5).
Los corintios, como cuerpo de Cristo, formaban un edificio, un templo de Dios. De esta
manera la falta de santidad por alguno de los miembros es una violación al templo.
Los que destruyen el templo con aquellos que vienen con falsas doctrinas, los que no
están edificando sino que atacan el fundamento.
V. LOS RESULTADOS DE LA MADUREZ ESPIRITUAL
Podemos mencionar cuatro áreas donde se manifiesta la madurez espiritual en el
creyente que edifica una vida digna.
1. Carácter (Gá. 5:22-23).
Esto es lo que produce el fruto del Espíritu.
> Juan 14:23 - Amor y fe son principalmente de Dios.
> Efesios 4:2 - Paciencia y benignidad tienen que ver con nuestrotrato a los demás.
> Juan 15:11- Bondad, gozo, paz, mansedumbre, templanza, estos cinco son para
nosotros. Estas son las cosas que nosotros vamos a disfrutar.
2. La fe; madurez (2 P. 1:5-8).
Esto requiere esfuerzo y requiere trabajo (v.5)
> 1 Corintios 8:1-3- Los resultados de la fe son virtud y conocimiento. Esto nos habla
de equilibrio.
> Virtud: moralidad recta, santidad, llevada a la acción.
> Conocimiento: entendimiento de las verdades bíblicas.
> La virtud y el conocimiento van ha producir un cambio en nuestro carácter en cuanto
a nuestras reacciones.
> 2 Timoteo 1:7 - Templanza o dominio propio. Esto es tener control sobre los apetitos
de la carne.
> Muchas veces decimos: "no pude evitarlo, el diablo me hizo que lo hiciera". Esto es
una reacción sin madurez.
> Romanos 5:3-5 - La paciencia y la piedad es ver las cosas como Dios las ve, desde
arriba.
> Nuestras acciones no muestran lo que está realmente en nuestro corazón; son
nuestras reacciones las que demuestran lo que tenemos en nuestro corazón.
> 1 Juan 4:17- Afecto fraternal y amor, esto es actuar y reaccionar de la misma
manera que Dios.
> En muchas ocasiones Dios permite que vengan a nuestras vidas adversidades:
cansancio, desengaños, falta de medios, problemas por todos lados, etc (Stg. 1:2-3).
Es entonces cuando Dios nos dice: ¿cómo vas a reaccionar ante estas cosas? Es en
estos momentos en que nosotros medimos nuestra madurez.
3. El uso de los bienes (FU. 4:15-17).
Pablo aquí está en la prisión y recibía regalos de fuera de la prisión. Los hermanos de
la iglesia de Filipos fueron prudentes en llevar un libro de cuentas, no sólo de lo
material, sino también de lo espiritual.
4. Las almas (Ro. 1:13).
Aquí el fruto es gente. El apóstol Pablo tuvo fruto de almas a través de todo el
imperio romano. El fue a lugares donde nadie había ido antes, pero aún no había ido a
Roma. Dice que cuando vaya espera también tener fruto.
> Juan 1:45-46 - El 80% de las personas que son salvas en este mundo son a través de
sus amigos. El resto lo son por otros medios.
5.) La oración; respuestas (Jn. 15:16).
Cristo dice que nos ha escogido para que vayamos y produzcamos fruto. Cuando esto
sucede Dios responde a las oraciones.
Estas son las cosas que un cristiano que crece debe buscar para su vida.
VI EL PROPOSITO DE LA MADUREZ ESPIRITUAL (1 COR. 3:18-23)
Después de todo el desafío dado por Pablo, ahora se propone a pintar un cuadro de las
condiciones que manifiestan esa madurez.
/. No se piense demasiado en sí mismo (3:18-20)
Se tiene un concepto correcto de si mismo. Pablo pinta un cuadro de una iglesia donde
ningún hombre se elevaba más alto que otro; donde cada uno reconocía su propia
insuficiencia y necesidad de Dios (1 Cor. 3:18-20; Ro. 12:3-5).
> Esto lleva a exhortarnos unos a otros, pensando en cómo poder ayudar a los
hermanos a crecer y madurar en Cristo (He. 3:13).
2. No se piense demasiado en ningún hombre (3:21-22a)
Se tiene un concepto correcto de los demás. Amonestó acera del peligro de ensalzar a
cualquier hombre, sea Pedro, sea Apolos, o sea aún Pablo mismo (3:21-22).
> Todos somos colaboradores, o sea todos somos "famosos" ¿Qué es 3. Todos los
cristianos pertenecen a Dios (3:22b-23)
Se tiene un concepto correcto de Dios. Pablo concluye tratando de reunir a todos los
grupos en el lazo único que la iglesia había de ser. Pablo trató de enseñarlo al decir que
todos pertenecían a Cristo, luego entonces todos se pertenecían los unos a los otros, y
si Cristo pertenecía a Dios, no podía haber ningún otro grupo por separado.
¡Este es el lazo hermoso que une a la iglesia!
Vil. CONCLUSIÓN
Al empezar nuestro estudio hablábamos de crecimiento, de madurez, de estar
preparado para alimentar a otros, siendo capaces primero de alimentarnos a nosotros
mismos. Hemos visto que es a través de una edificación digna en sumisión y entrega a
Dios que podremos avanzar en el crecimiento.
El autor de Hebreos, dirigiéndose a sus oyentes, dejó clara una cosa, que debían ser
ya maestros, pero por su inmadurez aún no lo eran (He. 5:12-14).
Pero la inmadurez se manifiesta mucho más ampliamente en el trato con los hermanos,
en actitudes, celos, iras, contiendas, etc (St. 4:1-2).
Recordemos que estamos viendo una iglesia del primer siglo, pero hay una pregunta
muy importante para nosotros:
¿Reconocerías que mucho de tu inmadurez como cristiano se muestra en tu trato con
los hermanos cristianos? Si la respuesta es sí, entonces tu progreso hacia la madurez
espiritual debe empezar por esta área, tomando en serio el proceso de edificación.
CUESTIONARIO
1. ¿Entiendes claramente los procesos de crecimiento expresados en la
Introducción?_____¿Cuáles son?
1.
2. 3.
2. Explica lo siguiente: "La madurez no es lo que haces, sino lo que eres".
3. ¿Qué quiere decir "niños en Cristo" en 1 Corintios 3?
¿Qué quiere decir "cristiano carnal"?
4. ¿Cómo se manifestó la inmadurez entre los corintios?
5. ¿Cuál es el proceso de edificación?
6. ¿Qué es una edificación digna?
7. ¿Qué es una edificación mundana?
8. ¿Cuales son los resultados de la madurez espiritual? 1.
2.
3-4.
9. Un día Dios pedirá cuentas ¿qué pasará con aquellos que no han edificado
dignamente?
10. ¿Has entendido lo que es la madurez espiritual? ¿Te has propuesto crecer y ser
maduro? Si has tomado alguna decisión, te has propuesto cambiar algo en tu vida, o te
has marcado una meta, escríbelo a continuación y ponió en oración delante del Señor
para que te de fuerzas para cumplirlo.

Avancemos hacia la madurez espiritual


11 de octubre, 2012

“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a

enseñar cuales son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que
tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.

Pero el alimento sólido es para los que HAN ALCANZADO MADUREZ, para los que por el uso tienen
los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” (Hebreos 5:12, 14)

Por un lado la madurez es para que no seamos engañados por falsas doctrinas, maestros y profetas, y por el

otro lado es para poder crecer y madurar en la vida espiritual; tener un carácter probado y llegar a ser más
como Jesús.

En el texto vemos que los que son MADUROS tienen sus sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.

El escritor de Hebreos les estaba diciendo que tenia que darles leche y no vianda sólida, pues aún no la

podían soportar. Le regañó a la iglesia diciendo que ya era tiempo de que fueran maestros y todavía eran
alumnos, siempre aprendiendo y nunca llegando a PONER en PRÁCTICA lo aprendido. Porque, después de
tanto tiempo de haber sido creyentes, deberían ser ya maestros de la palabra, sin embargo aún requerían que

alguien les diera de nuevo el biberón de leche pues eran INEXPERTOS en ella. Habían tenido tantas
oportunidades durante muchos años que, para entonces, deberían haber avanzado a la madurez.

El escritor de los Hebreos explica también que la única manera de avanzar hacia la madurez es mediante la

práctica y por el entrenamiento constante. Nuestros sentidos espirituales se desarrollan a través del uso. Esto

no sucede automáticamente, sino que requiere disciplina. Cuando estos sentidos no son usados, volvemos a
nuestra infancia espiritual y necesitamos oír nuevamente los primeros rudimentos de la doctrina de Cristo.

Dios ha puesto ministros verdaderos en su cuerpo: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros con
un fin:

“Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por

estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que

siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.” (Efesios

4:14)

Si no estamos creciendo y madurando, esta será la consecuencia: seremos niños, “fluctuantes, llevados por

doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error.”

Quiero hacerte una pregunta: ¿Estás avanzando hacia la madurez? Dios quiere que crezcamos y maduremos.

CRISTIANOS CARNALES - SEÑAL DE INMADUREZ ESPIRITUAL

“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a
niños en Cristo.

Os di a beber leche, y no vianda; porque aun no erais capaces, ni sois capaces todavía,

Porque aun sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?” (1ª Corintios 3:1-4)

Pablo llama a la iglesia de Corinto, “carnales” como “niños en Cristo”, inmaduros, pues había entre ellos

divisiones y celos. La palabra “carnal” aquí es “Sarkinoi” en el griego, y viene de la palabra “Sarx”. Pablo se
esta refiriendo a la naturaleza humana pecaminosa apartada de Dios.
Pablo no quiso decir que no eran cristianos, sino que su COMPORTAMIENTO era parecido a los del mundo,

al HOMBRE NO REGENERADO, y que eran motivados por instintos naturales. Permitieron que la vieja

naturaleza, el viejo hombre, predominara en ellos y actuaban como niños, no como cristianos maduros llenos
del Espíritu Santo.

La carnalidad no se debe meramente al poco tiempo que se lleve convertido, sino a no dejar que la Palabra

nos limpie, discipline, instruya y nos transforme. Se puede clasificar la carnalidad en dos áreas: Uno, por ser

novato, inmaduro, y recién convertido. El otro, por no haber obedecido al Espíritu Santo y no haber puesto la

vieja naturaleza bajo sumisión. Tanto, los DESEOS CARNALES del cuerpo, como las REACCIONES y

actitudes de la vieja naturaleza, se tienen que poner bajo el control del Espíritu Santo. Si no crucifico la carne,
voy a contristar al Espíritu Santo y no voy a crecer a la madurez espiritual que Dios tiene planeada para mí.

1. SEÑAL DE MADUREZ ESPIRITUAL – CAPACIDAD DE ENSEÑAR A OTROS,


HACER DISCÍPULOS Y GANAR ALMAS

“Por tanto, id, y HACED DISCÍPULOS a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo;

ENSEÑÁNDOLES que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:19-20)

Con el crecimiento y madurez espiritual, debe venir la capacidad de enseñar a otros, por lo menos las

verdades básicas del Evangelio. Por lo tanto, cada cristiano que desde hace unos meses conoce el Evangelio

debe poder instruir a otros y ser efectivo en el evangelismo personal. En mi caso personal, cuando apenas

había pasado un mes desde que fui bautizado con el Espíritu Santo, ya estaba predicando a los inconversos y
trayendo almas al Señor.

El crecimiento espiritual debe ser un proceso en el que caminamos hacia la perfección o la madurez, no

teniendo que escuchar el Evangelio domingo tras domingo sin la capacidad de traer ni un alma a Cristo. En el

sistema religioso que tenemos de “buffet libre”, los nuevos creyentes generalmente no son discipulados, y

algunos como niños malcriados crecen haciendo lo que se les antoja, con berrinches celos y divisiones, hasta
el final de sus vidas.

Por este motivo insisto tanto en las cuatro estaciones de la iglesia; siendo indispensable la segunda, que es la

del discipulado. Se hacen discípulos bajo condiciones controladas en las que se enseña la obediencia, y las

costumbres del viejo hombre son corregidas. Hay una gran diferencia entre niños criados en la calle sin
supervisión y niños criados en una familia sana donde hay amor y parámetros bien definidos. Como tenemos
la obligación moral y divina de educar a nuestros hijos naturales, así también tenemos la obligación de hacer
discípulos según las enseñanzas de Jesucristo.

2. SEÑAL DE MADUREZ ESPIRITUAL – DISCIPLINA Y DOMINIO PROPIO

Otra característica de madurez espiritual es el dominio propio en la vida del creyente. Controlando sus
apetitos, emociones, pasiones y palabras.

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2ª

Timoteo 1:7)

“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud,

conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad…”

(2ª Pedro 1:5-6)

La plenitud del Espíritu Santo produce en el creyente el dominio propio o la auto-disciplina. Pablo escribiendo

a Timoteo dijo disciplínate a ti mismo para la piedad (1ª Timoteo 4:7-8). El propósito de la autodisciplina o el

dominio propio es en primer lugar glorificar a Dios; en segundo lugar dar buen testimonio y no ofender la

conciencia de otros más débiles y en tercer lugar que crezcamos fuertes espiritualmente y no ser

descalificados. Pablo hablando a los Corintios habla de la disciplina cristiana y la compara con los que
entrenan y compiten en deportes:

“Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que
se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre.

Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire.

Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo
quede descalificado.” (1ª Corintios 9-27)

La posibilidad de ser descalificado es algo real y debemos tenerlo muy en cuenta. El dominio propio además

de la obra del Espíritu Santo, es el resultado de una vida disciplinada. Significa “capacidad del carácter para

controlar los impulsos, en especial los que apartan de una meta ardua o inclinan a un goce inmediato” o

“poner bajo sumisión, disciplina, amansar, subyugar” y en cuanto a la lengua, frenar. (Santiago 1:26). Aun en

cosas lícitas, donde nadie puede llamarnos la atención, es necesario la auto disciplina para que podamos
crecer espiritualmente y ganar credibilidad en nuestro testimonio.

“Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero

yo no me dejaré dominar por ninguna.” (1ª Corintios 6:12)


El que no domina la carne verá difícil vencer el mundo y al diablo. El dominio propio en cuanto al apetito es

honrar a Dios con el cuerpo, pues al deshonrar el cuerpo uno peca contra Dios. Cualquier área de nuestra

vida donde no hay disciplina o que no esté sujeta al señorío de Cristo puede desbocarse y dominarnos. A esto

llama el apóstol Pablo, “pasiones desordenadas”. La glotonería que produce obesidad mórbida, el tabaco, el

exceso de alcohol, la adición al café y a los dulces, deseos sexuales desordenados, dañan el cuerpo y pueden
dar lugar a ataduras.

El propósito del dominio propio es fortalecernos espiritualmente para poder vencer el pecado y la influencia

negativa del mundo; poder huir de la corrupción que hay en el mundo y de las concupiscencias. San Pablo

dijo: “Huid de la fornicación.” Huid de las pasiones juveniles. Para poder huir de un peligro, tenemos que estar

en forma para correr. Para pelear la buena batalla de la fe tenemos que ser disciplinados (“disciplínate para la

piedad). Parte de esa disciplina empieza por despojarnos de los pesos y cosas innecesarios que impiden
nuestra carrera.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,

despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que

tenemos por delante.” (Hebreos 12:1)

El que no se disciplina en las cosas lícitas (las comidas, el gasto de dinero, el sexo, etc.) no tendrá fuerza para

resistir lo que es ilícito. El que alimenta la naturaleza carnal en un área será débil en otra. El que no domina la

carne en un área, da lugar a ser vencido en otra. La amistad con el mundo en cosas que no son en sí pecado,

puede debilitarnos en cuanto a resistir al amor al dinero y los placeres. La ociosidad y la abundancia de cosas

materiales debilitan el espíritu, combaten contra él, adormecen la conciencia y produce sordera ante la voz de
Dios. El que se rinde a un pecado pequeño da lugar a uno más grande.

Toda hierba mala crece y ahoga la palabra. Un tigre, aunque parece un gatito cuando nace, tiene la capacidad

de devorar al dueño cuando crece. Una serpiente camuflada tiene el poder de atacar y envenenar al que anda

descuidado y descalzo. Lo que es pequeño hoy, será más grande mañana. Si te rindes hoy a alguna cosa
legítima, que no edifica; la misma te hará caer mañana.

Si malgastas hoy, tomarás prestado mañana. El dinero que derrochas hoy, te faltará mañana. Descuidar tu

salud en la juventud, te costará caro en la vejez. El que no se prepara en tiempo de paz, no estará preparado
en tiempo de guerra. La Biblia nos amonesta a que “aprovechemos bien el tiempo”:

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos.”(Efesios 5:15-16)
La forma de poder aprovechar el tiempo es ser llenos del Espíritu y el Consolador nos guiará cada día hacia lo
que debemos hacer; con quién tenemos que hablar y como evitar las “minas” escondidas.

3. SEÑAL DE MADUREZ – REVELACIÓN Y ENTENDIMIENTO DE LAS COSAS


ESPIRITUALES

“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios.

Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en é?
Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu que proviene de Dios, para que
sepamos lo que Dios nos ha concedido”. (1ª Corintios 2:10-12)

Pablo aquí utiliza una analogía humana para revelar algo espiritual. Al igual que hay sentimientos tan

personales, experiencias que son tan íntimas que solamente los conoce la persona; en cuanto a la vida

espiritual, hay cosas tan íntimas y profundas, que solamente el Espíritu Santo conoce acerca de Dios. Pero lo
maravilloso es que Dios nos ha dado Su Espíritu para que podamos entender las cosas que nos pertenecen.

Pablo luego distingue dos tipos de personas: los «psuchikos» y los «pneumatikoi».

1. «Psuchikos» viene de «psuche», que en griego es traducido muchas veces como el alma pero no en su

sentido real. El hombre que sólo tiene «psuche» (hombre «almado, con alma», natural) es incapaz de

comprender las cosas de Dios; le son locura: Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu

de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. (1ª
Corintios 2:14).

El hombre «psuchikos» es carnal. Es aquel que vive como si no existiera nada fuera de lo natural y material.

Vive para satisfacer sus deseos naturales y suplir sus necesidades físicas; este hombre no puede conocer ni

recibir el Espíritu de Dios, pues no es consciente de su existencia. Intenta apagar sus inquietudes tratando de
llenarse con lo natural, lo carnal; como hizo Esaú cuando vendió su primogenitura por un potaje de lentejas.

2. «Pneumatikoi» viene de «pneuma», que es la palabra griega para «espíritu». Uno que es «pneumatikos»,

es el hombre regenerado en quien habita y obra el Espíritu Santo. Es el hombre sensible al Espíritu, y que es

guiado por el Espíritu. Habiendo recibido el Espíritu Santo puede entender las cosas de Dios cuando para el
incrédulo son necedad.
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura,

y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1ª Corintios 2:14)

4. SEÑAL DE MADUREZ – CAPACIDAD DE GUARDAR LA UNIDAD DEL


ESPÍRITU Y VIVIR EN PAZ LOS UNOS CON LOS OTROS, NO EN
CONTIENDAS Y DISENSIONES

Como miembros del Cuerpo de Cristo debemos buscar la unidad que el Espíritu Santo quiere proveer y andar

dignos de la soberana vocación, con amor, y humildad, guardando la unidad del Espíritu en el vínculo de la
paz.

“Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” (Efesios 4:3)

Si decimos que tenemos paz con Dios, ¿por qué será tan difícil lograr la paz entre nosotros? Nosotros no

podemos crear esta unidad pero sí debemos guardarla. Pablo quiso decir en este versículo, que nuestra

prioridad debe ser la de guardar la paz entre nosotros, para que la unidad del Espíritu pueda continuar

gobernando. Sin la unidad del Espíritu, no hay bendición ni crecimiento; además, si contristamos al Espíritu,
perdemos el gozo y la paz.

Los conflictos dañan a la unidad del Espíritu. Aquí es donde debemos practicar el guardar la unidad en el
vínculo de la paz, estimulándonos al amor.

Las causas de las contiendas entre cristianos son diversas, pero básicamente las Escrituras lo resumen en

una cosa: La inmadurez espiritual y emocional, lo que Pablo llama, “carnalidad”. Por mucho que insistamos en

que somos llenos del Espíritu y que tenemos los dones en operación, si hay contiendas y disensiones somos
carnales y andamos como personas naturales, no como hombres transformados.

Debe ser un objetivo personal para cada cristiano el procurar cada día no ofender ni el permitirse ser ofendido.

La forma de lograr esto es tener la mente y el Espíritu de Cristo, con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. (Efesios 4:2)

¿Cómo se puede destruir la obra de Dios? Pablo lo dice en Romanos 14:20: No destruyas la obra de Dios por

causa de la comida. Desgraciadamente, los que no aprecian la dádiva de la presencia de Dios, pueden

destruir la obra de Dios por cosas insignificantes. Pablo quiso que vieran lo ridículo que era destruir la obra de
Dios por discusiones necias y de poca importancia acerca de comidas y bebidas.

¿Cómo podemos llegar a esta meta de la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto? No hay solución fácil, ni sencilla, pues mientras Dios en su misericordia tenga que utilizar a
personas defectuosas e inmaduras tendremos esta situación. La solución está en cómo nos consideramos a

nosotros mismos en comparación con otros. Si con humildad estimamos cada uno a los demás como

superiores a nosotros mismos, hemos dado un golpe mortal al ego y a la vanagloria. No buscando cada uno lo

suyo, sino deseando que su hermano sea honrado. Aceptemos que si ponemos tropiezo delante del hermano
ofendemos al Señor y contristamos al Espíritu.

Entonces ¿Cómo conseguir la paz y cómo vivir sin tensiones? Si conocemos las causas y las señalamos

como faltas, solamente hemos hecho un diagnostico, pero aún nos falta la solución. Si pudiéramos darnos

cuenta de los daños que las discusiones causan, tomaríamos en serio el propósito de buscar y seguir la paz.

El camino de la paz, es un camino de disciplina diaria donde debemos despojarnos de todos los hábitos del

viejo hombre y vestirnos del nuevo, creado a la imagen de Cristo. Se trata de marcarnos un propósito fijo de
frenar la lengua, o de otro modo nuestra religión es vana y falsas nuestras pretensiones de santidad.

La guerra espiritual se vence cuando hay una unidad real entre nosotros. Cualquier fisura da lugar a los

ataques del enemigo. Cristo oró que seamos uno como Él y el Padre son uno, y esa debe ser nuestra meta.

Cuando leemos la Biblia debemos examinarnos y ver que área de nuestra vida no está acorde con lo que el

Señor nos dice en su Palabra y tener la humildad de cambiar. La Biblia dice que no dejemos que el sol se

ponga sobre nuestro enojo, ni demos lugar al diablo. Esto debe motivarnos a obedecer la voz de Dios y poner

en práctica sus mandamientos. El amor cubre una multitud de pecados, el orgullo y la soberbia los descubren.
Tengamos la mente de Cristo en casa también.

Vivir en amor y armonía es un reto muy grande. Es la prueba de nuestro cristianismo y nuestra madurez
espiritual. Sólo personas espiritualmente maduras pueden pasar por alto las faltas de otros.

5. SEÑAL DE MADUREZ – CRECIMIENTO EN LA GRACIA DE DIOS Y EL


CONOCIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO A LA ESTATURA DE
CRISTO

“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea la

gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (2ª Pedro 3:18)

Si crecemos en la gracia de Dios, también creceremos en el conocimiento de Jesucristo. No puede existir lo


uno sin lo otro.

David Wilkerson en una de sus cartas lo presenta así:

“Una pregunta ha estado en mi mente en las últimas semanas. Creo que es una pregunta que todo creyente
sincero debe hacerse continuamente: ¿Estoy creciendo en la gracia?
Para mí, la gracia es el poder del Espíritu Santo que nos hace ser más como Jesús. Por lo tanto, crecer en la
gracia significa aumentar en la semejanza de Cristo a través del poder inmerecido del Espíritu de Dios.

Después de todo tu estudio, oración y aprendizaje, ¿estas volviéndote más como Jesús? ¿Eres más

compasivo, manso, perdonador de lo que fuiste hace un año? O, ¿tu crecimiento se ha estancado? ¿Te has
conformado a un nivel de crecimiento?

Aquí tienes una manera para saber si estás creciendo en la gracia: Dios ha sido misericordioso contigo--Así

que, ¿eres misericordioso con los demás? Si no estás seguro, hazte esta pregunta: ¿Cómo respondes a las

heridas que otros te hacen? ¿Eres amable y gentil? O, ¿te enojas y te amargas? ¿Eres paciente y
comprensivo o irritable y argumentativo?

Quiero dirigirme especialmente a los lectores que están involucrados en el ministerio -- pastores, ancianos,

laicos; todos los que han sido escogidos por Dios para llevar una vida ejemplar delante de otros. Creo que la

pregunta del momento para todos nosotros es esta: ¿En qué dirección estoy yendo? ¿Estoy creciendo en la
gracia en mi llamado? - O, ¿me estoy volviendo menos considerado?

Da una mirada honesta a tu vida desde el año pasado. Piensa en todas las pruebas que has atravesado -- en

tu hogar, en los esfuerzos de tu ministerio, en tu trabajo. Muchos de mis amigos en puestos de liderazgo
cristiano me dicen que el año pasado enfrentaron las pruebas mas intensas de sus vidas.

¿Puedes decir honestamente que has reaccionado ante todos tus problemas con fe, gracia, amor y

misericordia? ¿Has aprendido a través de todos los problemas a ser más bondadoso, paciente, gentil y

apacible? O ¿tienes que admitir, como yo, que has reaccionado con momentos de ira, palabras duras y de
autocompasión -- reacciones que han causado una tensión intensa y noches de insomnio?

Todos deberíamos preguntarnos: ¿He reaccionado a mis críticos y enemigos con compasión, amor,

misericordia y perdón? O, ¿he reaccionado con cólera, indignación y autojustificación? ¿Tuve que demostrar

que llevaba la razón y que ellos estaban equivocados? ¿Cuantas heridas he causado en otros mientras
trataba de demostrarles cuan herido, mal entendido, y tergiversado estaba?

¿Era más importante para mí mantener mi necesidad de llevar la razón que humillarme y dar la otra mejilla?

¿Reaccioné hiriendo y resentido, cuando debí ser sanador y reconciliador? Nuestro crecimiento se estanca
cuando reaccionamos infantilmente a las heridas que otros nos hacen.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena, para la necesaria edificación. A fin
de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios. (Efesios 4:29-30).
Pablo nos está diciendo tres cosas importantes sobre las palabras que nosotros hablamos: 1. Tenemos que

usar nuestras palabras para edificar al pueblo de Dios. 2. Tenemos que usar nuestras palabras para ministrar
la gracia a otros. 3. Es posible contristar al Espíritu Santo con nuestras palabras.

Como ministro del Evangelio, he querido desesperadamente mantenerme en el favor y bendición de Dios. Y,

una vez en mi ministerio, le rogué al Señor que me mostrara cómo le podía bendecir y agradar mejor. El
Espíritu Santo puso dos cosas en mi corazón:

eseos de la carne.
sación sea digna de Cristo.

He visto a cristianos comunes volverse poderosos en Dios, simplemente pidiéndole al Espíritu de Dios que

limpie su conversación diaria. Una vez esta gente amaba alimentarse de chismes, pero ahora les duele

simplemente escucharlos. Ya no lo escucharás regañando, criticando o desgarrando a otros. Ahora lo único

que les escuchas hablar son palabras edificantes. Hablan el lenguaje de una amorosa amabilidad del bien,
edificantes, cosas de la gracia. Para mí, estas personas se han convertido en gigantes espirituales también.

Así que, examina tu vida cuidadosamente. Y recuerda estas definiciones: la gracia es el poder del Espíritu

Santo para hacernos más como Jesús. Y creciendo en la gracia es crecer en el parecido de Cristo a través del

poder de Espíritu. Finalmente mantente haciéndote esta pregunta: ¿Me estoy pareciendo mas a Jesús,
confiando en el poder del Espíritu Santo?”

David Wilkerson ¿Estas creciendo en la gracia? 14 de Agosto, 2000.

http://www.worldchallenge.org/es/node/3493

Ten por cierto que Dios te está llevando a la madurez. Nuestra meta es llegar a la estatura de Cristo.

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón

perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” (Efesios 4:13)

Todo cambio comienza con la renovación de la mente. Si presentamos nuestros cuerpos a Dios en sacrificio

vivo, y no nos conformamos al mundo, podemos ir siendo renovados por la Palabra de Dios e ir desechando
los malos hábitos y buenas excusas que nos tienen atados.

No habrá cambio, ni progreso hasta que tengamos un deseo fuerte de ser transformados y probar cual es la
buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Amen.
Guiando nuestros miembros hacia la madurez en Cristo
AÑO 4 | Nº 46 | EDICIÓN Julio 2009 Para guiar nuestra congregación a la madurez espiritual es
neces...

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Cuidado Pastoral
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http://www.revistalafuente.com/2009/08/guiando-nuestros-miembros-hacia-la.html

AÑO 4 | Nº 46 | EDICIÓN Julio 2009


Para guiar nuestra congregación a la madurez espiritual es necesario reflexionar y definir las
características de un cristiano maduro, como también de uno inmaduro.
Por lo general en nuestras iglesias latinoamericanas se pone un énfasis desmedido en la
conversión, en el nuevo nacimiento, y se descuida todo el proceso siguiente. Por esto hay tantos
cristianos que no crecen, no colaboran, simplemente “calientan bancos” en los templos. Y es por
esto que hay tantos cristianos que siguen arrastrando pecados y costumbres de la vida vieja como
el orgullo, el resentimiento, los chismes, la desobediencia, la falta de sujeción al Señor y a la
congregación, la pereza para servir y muchas otras. Esto indica que hace falta una clara visión de lo
que es la “madurez espiritual” o la “madurez en Cristo”.

¿Qué entienden tus miembros por “madurez espiritual”?


Un alto porcentaje de cristianos, líderes y pastores tienen dificultades de definir el concepto de
“madurez espiritual”. Así lo revela una investigación realizada en EE.UU. por Barna Group (1). A
continuación un resumen de los principales resultados de esta encuesta:
- La mayoría de los cristianos encuestados igualaron la madurez espiritual con obedecer reglas. El
81% están de acuerdo que gozar de buena salud espiritual significa “tratar de seguir las reglas
descritas en la Biblia”.
- Entre los cristianos que visitan regularmente la iglesia, se pidió que definieran el significado de un
“discípulo de Cristo espiritualmente maduro”. La mitad respondieron que no estaban seguro como
responder y tampoco conocían como su iglesia define este término. Entre los que dieron
respuestas sustanciales, las mas comunes fueron tener un relación con Jesús (16%), practicar
disciplinas espirituales como la oración y el estudio bíblico (9%), vivir de acuerdo a la Biblia (8%),
ser obedientes (8%), estar involucrados en la iglesia (7%), y estar preocupado por otros (6%).
- La investigación también demuestra desafíos para el liderazgo pastoral: 9 de 10 pastores dicen
que la falta de madurez espiritual es el mayor problema que está enfrentado el país. Por otro lado
una minoría de pastores dice que la inmadurez es un problema en su propia iglesia.
- Una minoría de las iglesias encuestadas tienen una definición escrita expresando lo que se espera
de personas espiritualmente maduras.
- Otro desafío es que muchos pastores favorecen las actividades en vez de perspectivas o
actitudes, cuando se refieren a la madurez espiritual.
- Las medidas para evaluar a personas espirituales los pastores incluyen la practica de disciplinas
espirituales (19%), involucramiento en las actividades de la iglesia (15%), testificando a otros
(15%), una relación con Jesús (14%), preocuparse por otros (14%), aplicando la Biblia a la vida
(12%), estar dispuesto a crecer espiritualmente (12%) y tener conocimientos de las escrituras (9%).
- Una de las razones de que muchas iglesias tienen dificultades con hacer discípulos puede
relacionarse a la falta de claridad que muchos pastores tienen a textos bíblicos que tratan el tema
de la proceso de la madurez espiritual. Cuando se pidió identificar los textos bíblicos mas
importantes que definen la madurez espiritual, la mayoría de los líderes dieron respuestas
genéricas como “toda la Biblia”. Esta fue la respuesta de un tercio, 17% dijo “los evangelios”, 15%
dijo “el nuevo testamento” y 10% dijo las “cartas de Pablo”. Un quinto de los pastores
mencionaron pasajes bíblicos específicos como Galatas 5, Juan 3,16, Efesio 4, Mateo 28, Romanos
12,1-2.

Esta investigación, aunque no fue realizada en Latinoamérica debe llevarnos cómo lideres y
pastores a reflexionar acerca de nuestro entendimiento de la “madurez espiritual”. Si queremos
llevar nuestros miembros a la madurez en Cristo, es necesario bajar este concepto a la realidad de
la vida de todos los días y respondernos a nosotros mismos estas preguntas:
- ¿Cuál es mi concepto personal de un cristiano maduro? ¿Cómo visualizo una persona
espiritualmente madura?
- ¿Cuál fue el significado de un cristiano maduro que mis padres o mis lideres en el pasado me
heredaron?
- ¿De acuerdo a la tradición de mi iglesia, que es un cristiano maduro?
- ¿Cuáles textos bíblicos se refieren al proceso y a la madurez espiritual?
- ¿Cuáles cosas debe reflejar una persona espiritualmente madura?

La madurez espiritual es nuestra meta.


La meta final de Dios es llevarnos a ser perfectos o maduros. La palabra perfecto es la palabra
griega “telio” que significa maduro, completo, terminado. La palabra perfecto no significa sin
defectos, sino uno que es maduro.
“Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que están en los cielos es perfecto” Mateo
5:48.
Dios no está tan interesado en nuestra comodidad, está más interesado en nuestra madurez
espiritual (2). El propósito de Dios es llevarnos a la madurez, a la “estatura de su Hijo
Jesucristo”,como dice en Efesios 4,13 o a la “imagen de su Hijo Jesucristo”, como nos dice
Romanos 8,29.

La madurez espiritual es un proceso constante


Nadie se vuelve adulto de la noche a la mañana. Madurar requiere tiempo y una serie de
circunstancias o experiencias a lo largo de ese tiempo. Las circunstancias nos dan lecciones y las
lecciones, si las aprendemos nos hacen madurar. Sin embargo, no toda persona adulta o vieja ha
aprendido las lecciones de la vida. No todos los creyentes viejos son espirituales, porque no todos
aprenden las lecciones que Dios nos quiere dar.

La madurez espiritual es un proceso constante que comienza cuando una persona acepta a
Jesucristo como su Salvador. Cuando el cristiano nace de nuevo para vivir "en Cristo" recibe todo
lo necesario para iniciar el proceso de crecimiento espiritual. El apóstol Pablo dijo que el
crecimiento espiritual es un proceso continuo:

“(12)No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante
esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. (13) Hermanos, no pienso
que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y
esforzándome por alcanzar lo que está delante, (14) sigo avanzando hacia la meta para ganar el
premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.” Filipenses 3:12-14.

El mismo apóstol Pablo no lo había alcanzado, aún así continuamente prosiguió a la meta.

Definiendo la madurez espiritual


Efesios 4, 13, Romanos 8,29 nos dicen que la madurez espiritual es crecer a la imagen o la estatura
de Cristo. ¿Pero que significa esto? El diccionario hispanoamericano de la misión define madurez
así: “La persona madura es aquella que vive en armonía consigo misma porque ha encontrado su
lugar frente a Dios, frente al prójimo y frente a la Creación, y ha logrado un equilibrio corporal,
intelectual, volitivo, afectivo, social y espiritual.” Felix Ortiz define a un creyente maduro en su
libro “Claves para un ministerio bíblico, fuerte y en crecimiento” así: “La persona madura en Cristo
Jesús es aquella que da evidencia en su vida de las siguientes características: Oración, Biblia,
Evangelización, Espíritu Santo, Mayordomía, Ministerio, Iglesia, Amor y Obediencia”. Para avanzar
en una definición de “madurez espiritual” debemos determinar lo que es la “no madurez” o la
inmadurez espiritual:

Definiendo la inmadurez espiritual


La Biblia nos ofrece varios textos dónde encontramos descripciones claras y exactas de un
cristiano inmaduro. De aquí podemos deducir características claras que nos ayuda a definir la
inmadurez espiritual, también para nuestras congregaciones:

“(1) Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros,
apenas niños en Cristo. (2) Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden
todavía, (3) pues aún son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán
inmaduros? ¿Acaso no se están comportando según criterios meramente humanos? (4) Cuando
uno afirma: «Yo sigo a Pablo», y otro: «Yo sigo a Apolos», ¿no es porque están actuando con
criterios humanos?” 1 Corintios 3:1-4.

“En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva
a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan
leche en vez de alimento sólido.13 El que sólo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de
justicia; es como un niño de pecho.14 En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los
que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de
percepción espiritual.” Hebreos 5: 12-15
Estos textos nos dicen que un creyente inmaduro es una persona problemática, con criterios
humanos, una persona que no comparte/testifica la verdad y una persona que no distingue entre
lo bueno y lo malo.

La madurez del cristiano se hace visible en las crisis.


Esta es la parte mas difícil de entender para el cristiano en general. Porque tenemos que sufrir
para crecer. ¿No existen otras formas de crecer espiritualmente? Crecemos espiritualmente si
quedamos “en Cristo”, obedeciendo sus mandamientos y manteniéndonos cerca de Èl. Pero
cuando estamos bien, no buscamos su presencia y su cercanía. Recién cuando entramos en una
crisis y en sufrimiento, entonces buscamos nuevamente un encuentro con Jesús. La mayoría de los
cristianos viven en un constante acercamiento y alejamiento de Cristo y así se mantienen
inmaduros, no entren en un proceso de crecimiento constante. La Biblia nos exhorta a leer la
palabra, a la oración y a la comunión con otros creyentes. Si el cristiano no decide crecer “en
Cristo” va a quedar un inmaduro espiritual. Se requiere de un compromiso intencional para
mantener una vida en constante crecimiento espiritual.

Las crisis y los sufrimientos de la vida revelan nuestra madurez, quebrantan nuestro orgullo y nos
mantiene humildes, nos motiva a acercarnos a Dios, perfecciona la obra de Dios en nuestras vidas
y nos llevan lleva a la reflexión personal.

Job es un ejemplo de una persona espiritualmente no solamente madura, sino con una estabilidad
emocional tan fuerte que reconoce a Dios como el Dios del universo en el momento de mayor
sufrimiento de su vida: “Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de
tus planes. … Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, … De oídas había
oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos.” Job 42.
Como pastores es necesario dedicar tiempo a pastorear a los hermanos que están en situaciones
de crisis y buscar conjuntamente el sentido de estos sufrimiento.

Las características de una persona espiritualmente madura.


Galatas 5,22 es uno de los textos mas claros que mencionan los signos o los frutos que obtiene un
cristiano espiritualmente maduro. A continuación algunas características de cristianos maduros en
las tres relaciones mas importantes de la vida de un cristiano maduro: a) con Dios, c) con la iglesia
y los hermanos, y c) con incrédulos.

Con Dios
Un cristiano maduro busca la comunión con Cristo, el cristiano inmaduro no tiene tiempo para
Dios, la Biblia y la oración. Un cristiano maduro ve todo lo que sucede desde la perspectiva de
Dios, un cristiano inmaduro responsabiliza a Dios de todo lo que sucede.

Con la Iglesia.
Un cristiano maduro busca la comunión con cristianos, el cristiano inmaduro no conoce la
aceptación y el perdón que surge de la comunión entre creyentes. El cristiano maduro es una
agente de paz en la iglesia, una cristiano inmaduro lleva a conflictos y divisiones. Un cristiano
maduro tiene su lugar/ministerio en la iglesia, un cristiano inmaduro no tiene ministerio y visita
irregularmente las reuniones de la iglesia. Un cristiano maduro planea su vida entorno a la palabra
y a la iglesia, un cristiano inmaduro planea su vida entorno al dinero y a su profesión. El cristiano
maduro quiere trabajar y servir por la iglesia, el cristiano inmaduro espera ser entretenido por el
liderazgo de la iglesia.
Con Incrédulos.
Un cristiano maduro invita constantemente a nuevas personas a la iglesia, el cristiano inmaduro
prefiere sumergirse en su círculo de amigos y no tener comunión con nuevos. El cristiano maduro
ve a cada incrédulo como un potencial misionero y futuro líder para Dios, el cristiano inmaduro ve
a cada incrédulo como un potencial problema en su vida, al que hay que discipular y hacer crecer.

Guiando la congregación hacia la madurez espiritual.


El crecimiento de una iglesia no viene por si solo. Las herramientas del crecimiento eclesial son los
líderes elegidos para dirigir la iglesia. Dios quiere utilizar al Pastor y al Conseja de la iglesia para
llevar la iglesia hacia la madurez y la multiplicación. A continuación algunos consejos para poner
en marcha el crecimiento de la iglesia.

- La madurez en Cristo es un concepto al que debemos dar un contenido claro y concreto, de lo


contrario no será más que una bonita frase espiritual, pero carente de todo sentido y valor. Por
eso es necesario, redactar una declaración de “madurez espiritual”, que cada persona (también los
niños) entienda y puedan memorizar. Presenta esta declaración al Consejo de la iglesia para luego
enseñarla a la iglesia. Es recomendable predicar mensualmente un domingo acerca de la “madurez
espiritual”.
- Elabora un programa de crecimiento eclesial del cuál el consejo puede responsabilizarse. El
programa debe ser simple pero suficientemente amplio para que abarque a todos los miembros. Si
no tienes una lista de tus miembros, no sabrás quienes son los creyentes comprometidos. Inicia
entonces con una lista de todos tus miembros.
- Teniendo esta lista de miembros, divide todos tus miembros en tres categorías que serían a) los
obreros, luego b) los comprometidos y finalmente c) los calienta bancos (mejor elige otro nombre
para este grupo). Con el grupo A trata de expandir/multiplicar la iglesia, con el grupo B trata de
organizar las responsabilidades dentro de la iglesia y al grupo C capacita para pasar al grupo B. Así
mismo que el grupo B madure, para pasar al grupo A. Un miembro que no sirve en la iglesia,
tampoco no sirve afuera de la iglesia.

Conclusión
Si nuestra meta como pastores es llevar a los hijos de Dios a la madurez espiritual o la madurez en
Cristo, es necesario que definamos con simplicidad, pero con claridad el significado, el precio y el
beneficio de una vida madura. Nuestra responsabilidad como pastores es dar a cada creyente la
oportunidad y el conocimiento de crecer hacia la imagen de Cristo.

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