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España:27 ~

Restode Europa,otrospaíses:27~ + suplemento

PUBLICACIÓN
Rem Koolhaas .Beatriz Calamina .Martha Stewart .Beth v: Edwards
DELCOLEGIO
DEARQUITECTOS Robert Evren .lñaki Ábalos .José Luis Mateo .Soledad Murillo .José
DECANARIAS Morales. David Cohn .Ole Bouman .Manuel J. Martín. Juan Cruz

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El PARADIGMA DE lA AUTOCONSTRUCCIÓN EN CANARIAS.

Basa tiene, entre los objetivos principales de esta etapa, convocar


un concurso, como aproximación a un tema concreto relaciona-
do con el argumento de cada número, con la finalidad de elabo-
rar una revisión crítica de lo existente y obtener posibles solucio-
.nes al tema planteado. En el número anterior, Canarias turismo y
ficción, se propuso repensar una habitación de hotel.

En este número, el tema escogido ha sido el salón-vivienda, una


tipología residencial de autoconstrucción que ocupa gran parte
del territorio de las islas. Esta tipología ejemplifica, como ningu-
na otra, la forma en que la gente, partiendo de sus necesidades
básicas y con una visión de futuro ligada a la subsistencia, cons-
truye su propia casa. Entre medianeras o aislada, este tipo de vi-
vienda tiene como esquema organizativo: la planta baja que es-
tá destinada a almacén -aunque puede ser empleado para cual-
quier otro uso, por la altura dada y por lo diáfano que se deja el
espacio- y la planta alta, asignada a la vivienda.
Tanto el antropólogo Fernando Estévez como los arquitectos ur-
banistas Joaquín Casariego y José Ángel Domínguez, apoyado
con el reportaje fotográfico de Gunnar Knechtel, nos aportan
su visión del fenómeno, que se complementa con las propuestas
presentadas al concurso.
La redacción de Basa agradece la colaboración del COACanarias
y del Jurado, y la participación de los concursantes.

FOTOGRAFíA
I GUNNARKNECHTEL
E n las zonas rurales -si es que aún Parece entonc~s un contrasentido tomar porque, de no hacerlo ahora, perdere-
FernandoEstévez
existen- algunas de las nuevas en consideración este tipo de edificacio- mos UDimportante apartado de nuestro
edificaciones del tipo salón abajo, nes, consideradas como la negación de acervo cultural. Por otra parte, la arqui-
vivienda arriba, frecuentemente sin en- la arquitectura tradicional en una época tectura popular actual, en su dimensión
foscar, siempre a medio terminar, han en la que ésta se ha convertido en uno sociocultural, es vista como el reflejo del
llegado a convertirse, paralelamente a de los principales recursos de la indus- desarraigo y del divorcio con el entor-
su profusión, en el paradigma del mal tria turística en el medio rural. Pero no no y como expresión de la falta de senti-
gusto para los urbanitas nostálgicos de deja de ser sintomático que la manifies- do de comunidad en las sociedades con-
clase media, en anatema para el ecolo- ta presencia de estas nuevas formas ar- temporáneas. El correlato aquí sería: el
gismo canónigo del desarrollo sosteni- quitectónicas en el paisaje contemporá- estudio de la vivienda y otras construc-
ble y en el sarpullido paisajístico de los neo no parezca interesar a nadie, salvo ciones tradicionales proporcionan más
gestores del turismo rural. Este tipo de como para utilizarlas como ejemplo de y mejores expresiones de la interacción
inmuebles tiene una asombrosa capa- lo hortera. A diferencia del considerable cultura-medioambiente. Así, de modo
cidad para metamorfosearse: los bajos número de trabajos dedicados a la ar- más especifico, la arquitectura popular
pueden ser un salón agrícola en el que quitectura tradicional realizados desde actual no reúne los valores comúnmen-
conviven toda suerte de artilugios y ar- las diferentes perspectivas de las cien- te aceptados para incluirse en el deno-
tefactos colgados de las paredes con un cias sociales y las humanidades, tene- minado patrimonio etnográfico. Por el
merry' y un 4 x 4, o un restaurante con mos un extraordinario vacío en estudios contrario, la arquitectura tradicional es,
una barra de bar a la entrada, detrás el que aborden qué casas se construyen genuinamente, el principal referente de
salón comedor con las paredes revesti- ahora, qué tipo de espacios domésticos ese patrimonio y, por tanto, al que de-
das de cañizo o de madera basta de pi- constituyen, en qué entornos, cómo se ben dirigirse todos los recursos de in-
no y en los que entre las especialida- hacen, con qué materiales, quién las ha- vestigación y protección. Por último, y
des siempre figura carne con papas fri- bita, cómo se distribuyen sus espacios, en lo que puede ser más significativo pa-
tas y ensalada, o un taller de mecánica para qué las usan, o qué relaciones so- ra el sostén del nuevo turismo rural, la
en el que tanto se reparan motocultores, ciales se establecen dentro de ellas. Las arquitectura popular actual es vista co-
jeeps y motos, como se rectifican utilita- causas de este olvido, de este desinte- mo estéticamente fea, de mal gusto, y,
rios, o una venta, un comercio, una fe- rés, son, desde luego, complejas, pero al por añadidura, por sus materiales y for-
rretería... Y arriba siempre la vivien- menos podrían apuntarse algunas. Por mas, es más el reflejo de la importación
da, con su carpintería de aluminio, pero una parte, para los conservadores de la de elementos y estilos foráneos que la
sin rematar para seguir siendo poten- conservación del patrimonio cultural, el expresión de una arquitectura propia y
cialmente arnpliable en función del cre- estudio de la arquitectura rural actual original. La arquitectura tradicional, por
cimiento de la familia. Salón abajo, vi- no es prioritario porque, precisamen- el contrario, por sus materiales, formas
vienda arriba se contrapone así a la con- te, es actual; está ahí, y en cualquier mo- y técnicas constructivas, se la reivindi-
siderada más auténtica y más genuina mento podremos abordarlo. El correla- ca como la singular manifestación de la
vivienda rural tradicional que, en con- to de esta afirmación es: lo urgente es el identidad cultural, y esto es precisamen-
trapartida, concita toda la admiración estudio de las formas tradicionales, ya te lo que le proporciona su alto valor es-
de urbanitas y turistas. que están en peligro de desaparición, tético.

r 110
Ejemplos de la ti-
pología salón-vi-
vienda, tomadas
en Gran Canaria y
Tenerife, con usos
tan dispares en sus
plantas bajas co-
mo taller mecánico,
farmacia-bar, mo-
lino de gofio, pa-
nadería-quiosco
e incluso salón de
banquetes.
Si aceptamos que estos son los argu- el desprecio de la actual, de igual modo beres ancestrales, las casas en las que El salón-vivienda
mentos, siquiera algunos de los más fre- que la reificación y mitificación del cam- ahora viven los que tanto admiramos, se ha convertido
en la arquitectu-
cuentes, que están en el trasfondo del pesinado se sustenta sobre el distancia- porque vivían en nuestra tierra soñada,
ra popular actual,
desinterés por la arquitectura popu- miento social y moral de los actuales ha- en nuestra arcadia rural. Pero son tam- y se contrapone
lar actual, creo que también debemos bitantes de las zonas rurales. bién las casasque, si seguimos despre- a la arquitectu-
aceptar que estos demandan una discu- En uno de los deportes favoritos de los ciándolas porque creemos que no son ra tradicional ru-
sión más en profundidad sobre los pre- ral. La primera se
estudiosos del mundo rural, desespera- auténticas como las tradicionales, lo úni-
considera fea, de
supuestos teóricos e ideológicos que los damente se recogen las memorias de los co que haremos será fracturar la conti- mal gusto, horte-
sustentan. Es evidente que la arquitec- viejos campesinos, porque se mueren y nuidad y la memoria histórica de comu- ra; la segunda se
tura tradicional es socialmente percibi- con ellos se llevan sus memorias. Pero nidades que han habitado esos lugares reivindica desde
da como algo con un extraordinario va- en esta práctica se olvida por comple- posiciones nos-
durante generaciones. Yfinalmente, así,
tálgicas, como
lor cultural. Pero esta percepción debe to la cultura viva de esas gentes; sólo les no haremos sino impedir a los que son manifestación de
ser contextualizada en el marco más ge- hacemos recodar lo que los investigado- los herederos de ese patrimonio arqui- la identidad cul-
neral de la relevancia que las defensas res a priori consideramos como histórica tectónico rural que puedan adaptarlo y tural.
de los patrimonios culturales están te- o culturalmente relevante, interesante transformarlo creativamente, contribu-
njendo en la sociedad contemporánea. o digno de registro etnográfico. Desin- yendo de hecho a que sólo puedan ver-
El revival étnico resultado de las muy di- teresándonos por su vida en el presen- lo, como meros visitantes, en los muchos
ferentes respuestas locales a la globa- te, negándosela, los tratamos, de hecho, museos, parques temáticos y casas rura-
lización y las demandas de la industria como muertos vivientes. No los consi- les que se crean, recrean e inventan pa-
turística proporcionan 2 notables refe- deramos como lo que son, contemporá- ra uso y disfrute de urbanitas y turistas.
rentes para establecer ese marco de re- neos nuestros, sino que los forzamos a Claro que también podemos tener un
ferencia. Pero, más genéricamente, el seguir viviendo en el pasado. En lo que poco de paciencia y esperar unas pocas
auge de los patrimonios culturales ha incluso podría ser calificado de cruel- décadas; veremos cómo un salón abajo
de ser analizado dentro del proceso más dad moral, no les permitimos olvidar' y vivienda arriba se convertirá en la más
complejo de la comercialización de la para seguir viviendo, como todos nece- genuina expresión de la belleza de nues-
nostalgia, que constituye uno de los pi- sariamente hacemos; obligándoles a re- tra arquitectural tradicional.
votes de la actual sociedad de consumo, cordar, a sólo recordar, aceleramos su
de la condición posmoderna. muerte social.
Se podría considerar la explosión del Entonces, debemos sopesar más deteni-
patrimonio, de los patrimonios, como damente desde qué perspectivas estu-
una manifestación de la nostalgia. La diamos, hablamos y valoramos toda esa
nostalgia, en combinación con la rebe- cultura rural. Estudiaremos el pasado
lión contra el presente, ha desatado el per se para congelarlo como patrimonio,
ansia por el pasado. Esto es notorio en o asumiremos un presente, desde luego
el incremento de la sensibilidad estéti- preñado de pasado, pero ciertamente
ca por los signos y por los objetos y ar- híbrido y mestizo. Miraremos al pasado
tefactos que posean una pátina de an- perdido o al pasado que sigue vivo en
tigüedad, por los viejos lugares y edifi- el presente. O, en otros términos, debe-
cios, por la artesanía... y también, por mos decidir qué es más relevante: con-
los alimentos tradicionales, por las viejas servar el pasado de la gente con arre-
recetas, por las cocinas de las abuelas. glo a los criterios de lo académicamen-
Los efectos de la nostalgia, de esta fiebre te pertinente o contribuir a que la gente
necrofílica se dejan sentir, a su vez, en no viva el presente como una disconti-
varios niveles. Por una parte, en una rá- nuidad con su pasado, como un abismo
pida expansión de nuevas empresas de- entre la tradición y la modernidad. Pa-
dicadas a la rehabilitación, restauración ra este objetivo, sin duda es imprescin-
y gestión de lugares y edificios que ten- dible que abandonemos el exotismo, la Fernando Estévez.
Profesor titular de
gan o se les atribuya una pátina de anti- nostalgia, la distinción entre tradiciones
1. La palabra merry se refiere a un motocultor. En Antropología So-
güedad, o bien de otras que redireccio- auténticas e inauténticas y la imposición Tenerife -no estoy seguro que para el resto de cial de laUniversi-
nan capitales, personal y experiencia en de nuestros juicios estéticos a la hora de las islas-, merry deriva de la primera marca de dad de La Laguna.
motocultores -Merry Tyler- que se utilizó en
este sector. Por otra, en la tendencia de valorar las manifestaciones de la cultu- Autor de El Pasado
Tenerife. Se usa para denominar genéricamen-
las autoridades locales a incorporar el en el Presente. Mu-
ra popular. te a estas máquinas. Imagino que esto se debió
seo de Antropología
patrimonio como uno de los pivotes de Salón abajo, vivienda arriba. Sin duda a que, en los inicios del uso generalizado de los
motocultores en las Islas, ésta fue la marca más de Tenerife. OAMC,
sus estrategias turísticas, donde, frente a no son casas exóticas, sin duda no evo- popular. Posteriormente también se ha utilizado Cabildo de Tenerife.
otras iniciativas, las relacionadas con el can nostalgia, sin duda son feas al gusto otra marca como genérico, PIVA. Quizá esta últi- 1003. Comisario de
ma sea más popular ahora. varias exposiciones
patrimonio suelen tener escasa contes- estándar de las clases medias urbanas.
del Museo de An-
tación social. Sin embargo, salón abajo, vivienda arri-
tropología de Tene-
V, así, la alta consideración de la arqui- ba son ahora las casas de los que tanto nfe; Fundación Cé-
tectura rural tradicional se logra sobre apreciamos por ser depositarios de sa- sar Manrique.

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