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Alfred Edersheim

USOS \7 COSTUivIBRE�
DE LOS JUDÍOS
en los tiempos de Cristo






editorial die
ÍNDICE

PREFAClO • •. ..• •.. ... . .• •.. • • •• ••• •• • • •• •.• 7


l. Palestina hace dieciocho siglos . . . . . . . . . . . . 23
II. Judíos y gentiles en «la tierra» .. . .. . . . . . . . 35
111. En Galilea en la época de nuestro Señor. . . 51
IV. Viajando por Palestina: Carreteras; meso-
nes, la hospitalidad, los funcionarios de
aduanas, los impuestos, los publicanos 63
V. En Judea . . . . ... . . .. .. . . . . . . . . .. .. . . . . . .. . .. 81
VI. Hogares judíos . . . . . . . . . . . . . . .. _. . . . .. . . . . . .. 107
VII. La crianza de los niños judíos .. . . . . . .. . .. 123
VJIL Temas de estudio: La educación hogareña
en Israel. La educación femenina. Escuelas
elementales. Maestros y disposiciones de
las escuelas . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
IX. Madres, hijas y esposas en Israel . . . . . . . . . 157
X. En la muerte y después de la muerte . . . . . . 1 77
XI. Perspectivas judías acerca de las profesio-
Libros CLIE nes, de los profesionales y de los gremios 197
Galvani, 113 XII. El comercio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . 213
08224 TERRASSA (Barcelona) XIII. Entre el pueblo, y con los fariseos.... . . . . . . 227
XIV. La «fraternidad» de los fariseos . . . . . . . . . 241
USOS Y COSTUMBRES DE LOS JUDÍOS XV. Relación de los fariseos con los saduceos y
Depósito Legal: B-31.748-2003
los esenios, y con el Ev angeJj o de Cristo 25 3
ISBN 84-7645-386-8 XVI. Las sinagogas: Su origen, estructura y dis-
posición externa . .. . . . ... .. . . . . ... 263
Impreso en Tesys S.A., Industria Gráfica XVII. El culto de la sinagoga . . . .. . . . .. . . . . . . . . . 277

Prirued in Spain
5
XVTIL Breve Bosqu jo de la arutgu tneraiura
1- lógica iudta ,.. ... 2�1

APf.:Nn1cE l. Traducción del Tratado Middolh ., de


la Misná 305
Af··. ¡J>lm II Trartuccjór; de ��l��-ci���� .ct·=-· i��;�d·
Babilóni o, Tratado «Beracho h» . 319
PREFACIO

El propósito de este volumen es el mismo que el de mi


anterior libro acerca de. El Templo, su mini te -io y servicia
en los tiempos de Cristo · n ambos ha sido mi mten o
transportar- al lector a la tierra de Palestina en la época de
nuestro Señor y sus apóstoles y mostrarle por a í decírto,
hasta allí donde era posible dentro del alcance d cada libro
la e cena y las person en medio de las que habían tenido
lugar los acontecimientos registrados en la historia del Nuev
Testamento Porque creo yo que en aquella medida en que
nos familíarícemos con su entorno -por así decirlo ver y ú
por-nosotros mismos lo que sucedía e quel entonces entrar
1

en .SJJS ideas, f�iljarizamos_ con sus hébitos, maneras de


pensar sus enseñanz y culta- no sólo llegaremos
comprender muchas de las expresiones y nlnsíones en el
Nuevo Testamento, smo que obtendremos también nuev
evidencias de a · eraeidad de su relato tanto por su fideli datl
I

la imagen de ta rocíedad como conocemo que era y p r


contra: te de us enseñanzas y objetives con los d lo
contemporáneos del e:áor.
Porque el cuidadoso estudio de este período deja esta
onvicción en la mente. que -dicho sea con reverencia--
Jesucristo pertenecía estrictamente a su tiempo¡ y que 1 Nne
vo Te..stamento es, en su narraciones, lenguaje y alusioru
estrictamente ñel al período y circunstancias en qu lo
acontecimientos tienen lugar. Pero en un aspecro .. de mucha
mayor importane .a,. 110 hay similaridad entre Cristo y su
época, <<1 amás hombre alguno» -m de a quena época ni

'
r
posterior- ha hablado como este hombre - jamás hombre ton e más inten , estudio me dedicar · ahora en
alguno vivió ni murió como El i ·namcme� si El era el Hijo , elante,
de D· 'V-d, también e J Hijo efe Dio el Salvador del rnund . Parecía necesario exponer esto, a fin de explicar tanto I
En mi libro sobre. El Templo, su mini terio y servidos he plan de e ste I i bro com I a f nm o - su l arrollo. Sólo añ -
tratado de llev r conmigo lector al Santuario. y hacerle ver diré que aqur e incorporan los re ultados de muchos año
todo lo relacionado con sus instituciones, su acerdocto sus de estudio en los que 1 e aprov c1 iado todas a ayudas a mi
solemnidades. En e te libro he tratado de presentarle la socie- al anee. Podría parecer a ectación dar una lista d los nom-
dad civi I ordtnaria, y hacer que se mezcle con los hombre bres de todas las autoridades consultadas o libros leídos en
y muiere de aquel periodo, que 10� vea en sus negare y l curso d stos estudio . Los mencionadas en las notas
familias, que aprenda de su hábitos y maneras, y que lo iga pie de página constítu en dlo una p queña proporción de 1 s
en su vida ordinaria todo ello e rno ilustración de la historia mismos.
del Nuevo Testamento, y tratando al mismo tiempo de. pre- En .odo ello, mi onstante objeto ha ·-d ilu trru la historia
sentar de manera llana las escena observadas, las enseñanzas del Nuevo Testamento. Incluso el «Indí
Otra ección, y gu1zá la má importan¡ en cuanto 'l · u de Escríturas» al final mostrará en cuántos casos se ha
trascen encía para el cris ianism queda por nacer: seguir el · ntentado. A sí es ero a thelante que estas páginas arrojen
t

progreso del pen amícmo religioso en lo uc r pecta al alguna luz adicional o r el N u vo e tamento, y q
canon de la E critura al Mesta a la ley al pecado y a la ofrezcan renovadas evidencias -para mí de lo más
salvación; describir el carácter de la li cramra teológica y podcrosas=-, y en una nueva dirección el la verdad «d. las
mostrar el estado de las creencias doctrinales en los tiempos osas que entre nosotros han sido ciertísimas». Y ahora solo
de nuestro Señor, E aquí especi lrnente que deberíamos ver queda. al final de estas investigaciones expresar una vez más
tanto la relación en forma como el contra l asi ab Iu1. en mi plena y gozo a. creencia en aquella gran verdad : la que
sustancia entre lo que era el judafsmo n lci tiemp de todo conduce: que CRISTO ES ELFINDELALEY,PA ·
Cristo. y las enseñanzas y el reino de nuestro endito eñor, ITJSTICIA A TODO AQUEL QUE CREE. ,
Pero esto estaba fuera del objeto de este volun en, y pertenece
a una obra de mayor envergadura, de 1 qu cst - libro y el
ant ríer pue n ser considerado en cierto sentido como·
rodios pI"P Iirninare . Por ""lIO allí donde la sociedad ivil L .a lIB rcAAAG-.E, LODE:RSJ 'BRIDPORT.
ba, e rno uccd en tant s cuestiones, en lo teológico y Nc.v '. more. l �76
doctrinal sólo fue posible (, bosquejarlos . dejando estos o
quejo. para ser rellenados más tarde. La total xposíción de
las tiempos d nuestro Señor, en to ias u · acetas-roo tran-
do no sólo quiénes eran aqueüo entre 1 que Jcsucri 'to
movía sino también lo que conocían. pensaban y creían-e-
y ello como el marco, por así dectrío.. en el que ituar como
una imagen la vida de nuestro mismo bcntído Señor ésta
debe ser ahora la obra a la que, c.on toda reverencia en oración
ANÁLISIS O � CO ,TENIDO

1 Palestin« hace dieciocho rigla


Palestina-Su condición actual-Su cnndición e
tiempos de Cristo-e-Sentimientos de los rabinos Jona
tan y Meir acerca de ella- Clima->Productos vegeta-
les y anrmales-c-Pai _je-Ent:1,i' iasmo rellgío · acerca
de Palestina- mor de los raff nos hacia la ierra-
Trato de las escuelas de Babilonia pot parte de los ra-
binos-c-Supersticiones acerca de Palestina-Presente
estado de 1 os senümíentos acerca de en a-Escasez de
reliquias-Extensión de Palestina en nempos de
Cristo-Hahitantes--Opiniones acerca de fas diez tri-
bus-Gobierno-Testamento de Herodes el Gran-
de�Disputas entre .ArqueJao y Herodes Anti.p,as-
Ingresos de Arquelao, de Herodes el Grande y de
Agripa U-Monedas de Palestína-e-Divisién de
Paie tína=Optníone de los judfos acerca de Samaria

_ JmlloN .Y gen:tile.s ea «la tierra»


Límites de Palestina-Opiniones de los rabinos
acerca de la antidad de la tierra y de la impureza del
uelo pagano=-Las tres r erra_. designadas como
Patesuna=Otrendas d dónde eran lfcüas-Pafses
incluidos en Siria-Su 'asímílacíón a/y distinción d
Palestina--Opimoncs judías acerca de los países p.a-
ganos=Claslñcación de los países por Maim6rudes--
Lugares que según los rabinos podían aportar Biccu-

11
rirn y Therumoth=Disürrcioncs entre el pars al este tasas-Ingresos reales-Exacciones romanas�
y a] oeste del Jordán-Preeminencia de la Judea pr 5
Escrúpulo religiosos acerca de ellos-Publicano.. -
pía sobre Oalilea-Anli:oqufa-Las costa. de Tiro y El llamamiento de í. Pag. . . . . . . . . . .
. e Sidón-Milagros. braco allí-Partido · n Palc -
tma en la época de Crisio=Dialcctos=Bxpansíón d I V Bn .Jfldca
helenismo-Divisiones del iudaí mo=Scparacion Judea. cómo se distinguía por encimad Galilca-
ntre los judíos fariseos. v los· paganos=Opiniones Paí aje-Lu_gare recorrido po los peregrinos i-
mutua d judíos v de pagano . Pá . . ..... H. º. ló-Betel-Ramá-El pilar de Raquel-La efel -
El desierto de 1udea-Masada-J · r-có-El Arabá-
. En Galilea n la ép,oca de nuestro Seño« Sentimientos judíos acerca d Judea=-E pecradvas
Distinción entre Galilea y Judea-Redacción de la del Mcsías=Palsos Mesías-Sentimientos de tos ra-
Mísné y del Talmud de Jerusalén desde Tibertas-c- bines acerca de esta cuestién=-Ternas qu ocupaban
Sentimientos de Ios fariseos acerca de Galilea=Ora- la atención de los rabm .-Privi1egio de vivir en J -
ción de ut célebre rabí-El rabí Jannai=Pet uliarida- dea=-Sus límites-Ce area=-Div¡ ion <le Iude _-
des de Galilea->Territorio- istin ién entre 1a AILa La llanura de aron=Antfparrí -Uda-Cbephar
y la Baja Galilea-i-Safcd-c-Paisaje de la Alta ali- Tabi-Jope o Jaffa-Emarís=Belén c6mo se la consi-
ea-La gran ruta caravanera-La feracidad de Gali- deraba en rela i6n con el nacimiento del Me sfas,_,.
Iea=-Cltrdt des, pueblos y población de Galilea-- ígdal Eder-Lo pastores da do conocer el na -i-
Sus industrias-a. azaret=Ciudades célebres de Gali- miento de Cri · to---Jerusatén-Sentimiento rabíni _
lea-Opiniones y dichos de los rabinos acere: con respecto la ciudad-c-Nom te dados a · na-
ella-e- Distinciones teológicas entre Galilea y Judea . · gogns en Jcru alén-c- o pitalidad de sus habí-
=-Carácrer de 1 galílcos-i-El lago de Galilea. Pag, 51 tarrtos=-Berania v Betfagé-Caráct r de los habí tante
de Jeru alén-Sentimicntos judío acer a de la cin-
IV_ Viajando por Potesüna: Carreteras dad-Su poblactón=--El Templo. Pág. .. ... . .•.. 81
mesones, la hospitalidad, los [uncio..
norias de aduanas, ios impuestos, los VL Bogare, judío.·
P'ublica 'OS Distinción entre judíos y gcntilcs-Ciuda es y
Vi úando por Palestina-Grandes vías-Carreteras pu blos d · los judros->-Núm ro de pucblos=-Distin-
secundarias=-Dife ·entes términos para desígnartas-> ción entre aldeas. pueblo y ciudadcs-Aldeas-
C rreteras romanas-Reparación de los cam mos- Apariencia de las iudades=- l portén-> ugares de
. , ehícuh .-Car vanas�Hospitalidad_, Dichos ra- mercad remios-c-Carricter de los judío ·-Apa
bínicos acerca de la hospitalidad=-Rcglas para. los riencia de una ciudad de nochc-c-Ventanas-c-Senti-
anfitrión y I uéspedes=-M one -Polfc.ia mientes judíos acerca de la rcpr scntacioncs de las
ecreta=-Recaudadores de impuestos-Peajes y cosas en el ciclo y n la ticrra=-Opiniones dc1 rabí
Gamalicl-c-El gobierno de indadcs aldcas=-El Sa-

]
,.. - 1 ngua -Etudm de la T -rá o ley-Leyendas acerca
ncdrín toe: l-Po lid· y normas sanuanas=-Paví de a importancia de tos rabinos-Influencia del estu-
meruacióon de las ciudadc: -Estructura de las casas dio exclusiva .de a ley sobre la educación-Enseñan-
Tejados-El carnin de los íciadcs=Extancias para za en elhogan=Manera de enseñar a leer-La escntu ..
visitantes-e-L_ a alerta alrededor d.cl putm-Apo- ra-Los escribas-Uso de las letras iniciales->Falsifi-
entes aHos- · patio inwrior-Mor _u_mri - a vida cación de firmas y de. documento .-Materiales para
amiliar-Rito .· religiosos en fa amilia-s-Ficsras 1 '.t- I eseritura=-La educac ón de las ruñas=Escuel el
miiiarcs-El sábado-La posición de la mujcr=Rela- emenrares=Maesrrescuelas-clnsnucclóon moral
cióon entre los- miembros de una. familia-E. tcrili- intelectual-Reglas para los maestros-El e tudio de
dad-e-Relacione entre padres e hijo -Reverencia l · Mu ná y e la Biblia-Escuelas en las sinagogas-
hacía la edad-El tradícíon Iismo, destructor d i El cuidado de los hijos de los pobres v de lo huéerfa-
e. píritu de reverencia para con los padres Pág. . .. ro 7 no· . Pág. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . l 41

vn La crianza de los niñnos judíos IX .. Madres, hljas y esposas en Israel


Términos para designar las etapa de la primera La posición de la rmner .en J rael- .as sarnas m
Infancia->Diferentes perrodos de la vida según el rab j .1 s de antaño-Ideas rabínicas acerca de 1 creación
Jehudah-Edad en ta que se comenzaba a leer la i de v-a--bas-euatro-mt1d-res-Mifltm1-Débora--�-t.a--
b__l a=---comienzo de la cducae1ón-lnstrucción recibí- mujer de· Mano a-La madre de Samuel-Abigail-
da por el niño en 1a vida y los ritos famfüares---Sc�.. La mujer sabia de Tecoa-Hulda-La Sunamita-e-
I I
tímientos de un niIñ no en el Templo-Parte QU 10- m- Rnt-Ester�La igualdad social de la muJer:-El mi-
nños tomaban en la Cena Pascual=-Solicitud de la ins- nisterio de la mujeres-La pollgamíai Opiníone
I
rruccíon parterna ilustrada en e Libro de Provcrbios-> acerca del divorcio ·en tiempos de Malaquías-No-
Posición de las madres=La rema de assa=-Agur-c- vias=Cuatro razones para el matrimomo---,1.Maza o

���ªt. :
Lcmuel=-Madrcs del nevo Tcstamcnto-Cnanza de Moze?-Cuahdades deseables en una ujer-
T!!n11o�t�e�o-:::=P�e�r;��c�u�c�6�n�re�l:!Jrrr e e�n�l�a�é�
n
o::::c�·--=d:. .: :=-b::. : sn=;r.lf.!:!·:=:-----------��nes-r-abiflieas-para.-la-ereaei6n-de-Eva-der�;-tatio------
miento <le los Macabeos=Jnflucncia de las madres de Adan-B matrimonio una obligación religiosa->
piado as->La infancia de nuestro Señor-Jesús senta- Edad a la que el hombre debiera casarse-i-Prchl: m s
do en el Templo entre los doctores. Pag .... ··· .. 123 de dinero-Desposorios, cómo se constderabarr=Es-
entes de desposorios. o Shitre Erusín=-Conrraros rna-
'7. Temas de estudio. La educación hogareña eit trimoni ales o Chethubah=Dotes=Pormalidade
tsraei.. La educación fem,miJia · Escuelas legales en los esposoríes-> .a ceremoma rnetnmo-
elementales.. MaestroSJ disposiciones de nial-Días de bodas=La semana antes de las bodas
las escuelas de Caná-Aquel marnmomo como Ilustrativo de las
Influencia de la Biblia en la elevación d · la mora- prácticas judías-Fiestas de boda.s--Los amigos del
lidad públi e a,-_ upericrtdad de la. v_ida fam ·· Hi�r ju- no V io--Los hijos de la cámara nupcial-El atavío d
dfa-Conocimienl.9 de la Ley de Di s-Estudm de Jano�vi�E1 velo y la corona de la novi -Las Iáam-

1
14
paras de 1 s bodas=Impcélmenros al matrimonio-- día a este respecto-La combinación del estudio con
Divorcio, por qu� razones se permitía=-Obllgaciones el trabajo manual-El trabajo. cómo es considerado en
vinculan e a marido y mujer-i- Mujeres de1 Nuevo e Antiguo Testamento y en los Apócrifos-Oficio
,_ amerno=-T � o , e umpl afio , Pá . . 57 d los rabíncs=.Sus principio acerca de. lo: oñ io�
e

La Misná acerca del trab.ajo--Semcjanzas y diferen


X . En la muerte y después de la muerte das entre las enseñanzas de los rabinos y la de Cris-
tc=-Enseñanza rabínica sobre la dignidad de] traba-
La muerte del rabí Jochanan ben Saccaí y la del jo-=-Oficios prohibidos por la Misná-Tejedores-
rabí Jehndah el Sanro=-La ensenanza del Evangelio Obreros en et Templo-Tradiciones acerca de los
acerca de. la muerte=-lnñnencia del estado espiritual artesanos de Alejandría=Los gremios de Alejan-
de los padres en sus hijos-La enfermedad, cómo era dría-Los gremios de Palestina-e-Lugares 11arn ados
considerada=-Di ciplina-Leyes rabínicas y reg a- }X) r sus ofidos-Artesanos empleados por ero des el
1

mentaciones para la salud-Médwos-lvledldnas em- Grande para la reconstrucción del Templo-El velo
pJeadas-Duración de la vida-Muerte prematura- �el .. Lugar Sai1tísinu:-Dificultades de los patronos
Muerte sin de· r 11n hijo-903- clases diferentes de , udíos con sus trabaj adores----Smdicatos. Pág. . . . . _. 197
muerte-s-Muerte por boca de Jehová-Personas sobre
las que no tenía poder el ángel de la-muerte-Señales XIL El comercio
en cuanto al momento y manera de la muerte=Erue-
en N afn-i-Ceremorrias
rrami nl.0-------"Funeral del joven
Cambio en las opinio es de los rabinos acerca del
funeraria ·-Sepl!llcros-La resurrección de Cristo-- trabajo manual-Dichos rabínicos ordenando sumí-
Tratamiento de los cnlutados-c-Disrinción entre el sién a las autoridades-Postura judías acerca de co-
mercio-=--Israel no una nación comercial-Palestina
- Onen y el A.vet-El duelo-Aniversarios de fallecí- no apropiada para la prosecución del comercío=Co
mientos=-Bhseñanza de los rabinos acerca del estado
mercío en tiempos de Salomón y de Josafat-lngresos
futuro-Paraíso e infierno-Pecado-Parábolas
rabínicas asemejándo e a la de los ínvitados a l de Salomón-Ataques contra Ia antigüedad del Penta-
teuco refutados----0 íniones rabínicas sobre el comer-
b da--Opmiones doctrinales de los rabinos acerca del
Purgatorio y del Paraíso. Pág. . .. . u.. ...... .. .. ...... .. 177 cío=Personas declaradas ínaptas como test1.gos--
Inscectcres
....,"1� de
· - """-
1-:........, .... P'-'� .t3 y· medí
º""O'"' 1 · . tu8S----:
...1' Precios=Porcenta-
. ...,.
. Perspecti as Judías acerca de las profesiones jes+-Falta de honradez, cómo era considcrada=-Casn-
de loi p,rofesionale y de los gremio bío de opiniones rabínicas acerca del comercio--Los
iudfos de Alejandría-e-Artículo de com.e.rcio--
i Dicho" de la Misná acerca de los oñcíos=-Las opr- Importaciones y-_ exponaciones-Leyes regulando las
ruoncs del rábf Nehorai-Inñuencía del trasfondo profesiones y et comerci0-R.egate�Los. cambís-
judío en la histona evangétíca=-Nuestrc Señor y sus tas=-Leye contra tratos desbonestos--:.Precio de los
discípulos-La dlgnídad del trabajo tal como ha sido cereales-> a usura-Deudores y acreedores-Pren-
expuesta por san Pablo-----El respeto de los rabinos por
das. Pág. � • . . ,, . . . . ... . . .. . ,. • . 21
el trabajo honrado-La superioridad de la posturaju- ,ii •!! ...

7
XIII E1ttrr:. el pueblo, y con tos f'artseos V. elacián de lo fari eos on los saduceos I lo
Los faríseos=-Las oraciones de los fariseos en la esenio , y con el Bvangelio de ,- to ..
calles-La enseñanza rabínica sobre la efica ·ia d la Triunfo de los fariseos sobre los saduceos-' Jn sa-
oración-O do' et, lo fari seo -Lo Chasidim- cerdote saduceo en Ia Fiesta de los Tabcrnéculos-c-
,-e Idos de moda de a.guc.1 ti rnpo-A avio de las da- Posturas doctrín: - de los saduc.eos�Ori en del
mas- I cab 11-, su pemado y omamentación- 11 mbr -etas a las que pertenecían princípalment
Joyas--Lo bordes de los vestido- Los flecos-La los taríseo y los saduceos,.· o esenios-R lación
ilacterias o tephdlin-Ctiándo y dónde _se llevaban- entre sus; opiniones y la retígíón de Zoroastr0--Nun -
Valor e importancia de las filac erías a lo ojo" de los ro de los e enios-Sectario perteneciente a la rama
rabmosv-Leyend rabínica acerca. de Ia ilacte- �f ti�a y ascética del fariseísmo- estirnenta y apa-
rias=-Acusacién d Cri: to contra los. fan eo nencia de lo esenio . . b crvancias religiosas--
.Supen ticíone acerca de las ñlacteríes=Patricnsmn y Voto - reguíacíone impuestas sobre la l -Su
religión de los fariseo -Hismria de la «fraterni- manera de pasar el dfa-Di erencia sem Janz�·entr
dad �us votos y oblí =- aciones=Lo - fariseos como 1 esenismo y el crísñant mo--Conrradicci6n esencial
representantes del erv _ r y del celo r 1 igioso- 11 e trc el Ev ngelío de Cristo y los fariseos saduc o
influencia. Pá . .. . . . . . . . . .. .. .. . . º .. . . . . • .. • .. .. . 227 y esenios. Pág. .... ... .... ... ... , .... ·-· -·· 2- 3

XIV.. Lt1. «fraterntdad>> de los fariseos VI . Las si1zagogas: Su ori.gen, estru 'tura ·
El orden de los fariseos-La conspiración e nrr dispo icién externa -
san Pablo. e plicada-· Absolución de votos-Pare i� La opinión del rabí Jochanan acerca de la ora
d del tarisefsmo oon el ultrarnomanl mo 1,0 ultra- i,ón--La oración en la casa y en la sinagoga-El T 1-
montanos y los jesulras=-Los Nivdalim d lo tiempos mu� de _BabHonia �ace�ca de_ frecuentar la. ina oga--
de Esdras y Nehemías--Los Perushim o fari e .s- Denvacíon del rcrmíno smagoga-EJ Edah . J
-----�li-Gooioo· !1 6 ;tg:g.mos , idim 'v Iali». a
vida cristiana-Política hel nízante d lo ueesores
Kahal-Ori, en e historia de- la sina -E meno º- _
número para constituir una congrega.c16n-Número
de Aleiandro Magno-Insurrección de los Maca- de sinagoga en Jerusalén-c-Situacíén y arquitectura
beos- malgamación de los Chasidim con tos farí de estos edí ficio�La sinagoga en Capemaum=-Juan
s,eos-- · íncipios de los Chasidim-Origen d la fari- 6:25 tc., explicado por la entalladura en el dintel de la
seos-Regulaciones para la T · rumah y diezmo en el sinagog.a-Le:yenda acerca de Elía -El ra í ¡ acerca
tiempo de Juan Hircano--Chabura-de fariseo -0 ·li- de correr a la sinagoga- Igle ia en la casa- - C
gacione de lo C.lzaberim-Grados de Ianseos-Vo- lecras de dinero n la sinagoga=Santidad del edi-
u s vinculando a la «fraternidads-i-Su sistema d ficio-Casas. de oración-La eparación de sexo en
extemalísruo-c-Menosprecio de los rabinos, y de los la sinagoga-Arreglo del interior d la inagog -Los
saduc os por a secta-Antagonismo entre el rollos de la ley en la si nagog -Los asientos en Ia

fariset�smo y el Evange 1·to. Pág .,. .. _J41 sinagoga. Pág. . . .. . . . ... . . .. .. . . . . . . . . . ,. ...... . 26.
·• El culto de la &inagoga pé die
La ínngoga en el Tcmpl -El atrio de i 'I'raducci in del tr< l. do mí ni · Middc.th de la
pavimentadas-El culto del Templo desbancado or Misné, Pág. .., ··- .. .. 305
el d la 'in· goga=Oporumidades da a p r l · m go-
Apéndice.
ga para la cxpar .ión del Evangelio-La 1 wrgia de la
smagega=-E! Juma-Las bcndicio es-La oración Traducción de seleccione. del Talmud Babilónico
después el .Shema-La oración vcspcrtína=Las die- TraJ�do Berachoth. Pag. .. .. ,. . 19
ciocho eulogfas-Lo líder s de la de ·ocione en la
. m g g. �La bcndlcló de los sacerdotes-La acti-
tud atavío J apariencia en la oración-El leccíona-
no=-Número y tiempo de los servicios-e-Los sermo-
ne s=-Cris o en la sinagoga. Pág P· ••• 277

X VIIL 8 re e bo quejo de la antigua titenuura


teológica judía
Designaciones de la sinagoga-El Sanedrín-La
ordenación de los m iembros d 1 Sanedrín-Cualifica-
ciones-Los Chassanim o ministros de la sinagoga-
, l Sheliacb Zibbur-> 1 Gab ei ZedakaJz-El Meiur-
geman-Los Targumim-Los Midrashim�El Libro
de los Jubileos, o Génesis menor-Los escritos pseu-
doepigráficos-Su Iasificaciones-i-La Halachah-
La Haggadah=: o cuatro cánones y las treinta y dos
reglas relación ndo 1· Haggadah con 1a Escritura-El
val numérico de las palabras-La Misná-La Ge-
mara-El Talmud di! Jerusalén y el de Babilonia-
Disposícion de la Misná-L.a Cábala-R laeión
entre Cristo y los hombres de u tiempo. Pág.

..o
1
PALESTINA HACE DIECIOCHO
SIGL.

Hace dieciocho siglos y medio la tierra que ahora yace


desolada+ con sus desnudas y grises colinas mirando a valles
mal o, nada cultivados! con sus osques destruidos sus erra-
za de olivos y vides de vanecídas en po1 o. con su aldea·
sumldas.en.Ia.pobreza.y.en la-suciedad.csus-camines-inse
guros y desiertos su población nativa casi desaparecida .
con ellos .su industria riqueza y poder, presentaba una escena
de belleza, riqueza y actividad casi sin paren el mundo enton-
ces conocido Los rabinos nunca se cansan de cantar sus ala-
banza tanto si su tema es la preeminencia física com lamo-
ral de Palestina, Sucedió una vez, según se encuentra en_ un
de los mas antiguos comentarlos hebreos qu e1 rabí nna-
----------------------------------;;48-e-st-aba-sent-a(!e-bfii _ Bna-hl.-guer-a--rnaeaaa-pe,f ;5ug:-es11�----
diantes, Repentinamente se d10 cuenta de cómo cl maduro

* Téngase: en cuenta la fecha en que fuerryn escritas estas palabras hace-


ciente doce años (en 1876) Desde entonces ha habido la repoblación de
Palestina por los judíos. primero bajo e] dominio turco, y a. partir de 191_ 1
bajo el M.andato Bri�án.ic ··: la independencia del Estado· de Israel {1947)
y la -repoblacíén forestal y la reconversión agrícola da extensas zonas por
parte de los judíos, Isrucl e hoy una nación que. exhibe el ruto de lo_·
intensos. lnbajos de rea.condicionamiento y del ingenio de l esforzados
colonos que durante. décadas- han hecho de. Israel una potenea agrícola.
industrial y comer íal, .{N. del T.]
l · éa e Hamburguer, Reai'-Enc. d. iud1D11h. T. P:Í.2· 816, nota 3'7.

23
r
fruto encima, abriéndose debido a su riqueza, dejaba caer su valles. las tierras altas de Judá, de ccndíendo a ravés de
delícíoso jugo al suelo mi ntras que a poca cístancla la dis- tierras de �astas del Negcv, o p f. del Su ha el gran
t ndída ubre de una cabra se mostraba incapaz de retener la
t�1;1ble d� reno. Y sobre todo, en tamo que durara a bendi-
leehe. �HP aquí ,, exclamó el rabí, al mezclarse: ambas co- 10n de D1 , ._h.aQía paz: y a' undancía Hasta allf donde podf·
rrientes. el cumplimiento literal d - la prcme ·a- "una tierra alcanzar 1, vista pa; taba <<el ganado sobre las rniL colinas»;
que fluye leche y miel ' La tierra de l rael n carece d
1
� , los pastos e taban < -esüdos con rebañ , lo · valles cubierto

ningún ípo de producto argüía el rabí Mr:ir: «corno está. también tod�s de g�no,.· y la tierra, «grandemente ennqu -
escrito . DL 8:9): "ni te. fallará nada en ella" ),, tales decla- 1da c�ncl no de o,ms ·� parecía «gritar de gozo», y «también
raciones no carecían de ju f ñcacíon: porque Palestina com- cantar � Esta po esión, don del cielo al principio, y guardada
bin ba todas las v riedades clímatícas, de de 'la níe del or el cielo todo el tiempo, bien p dfa ene nd .r los más vivos
ermón y el frescor del Líbano ha ta el calor rn derado del entusiasmos.
lago de Galf ea y el tórrido calor tropical del valle del Jordán. .Encontramos , escribe uno de los má erudüos com n-
Por esto no sólo .se encontraban árboles Irutale cereale y tari as rabínicos. apoyando cada aserto en una referencia de
hortalizas conocidos en nuestra latitudes más templadas las Escrituras. «que hay 1', ce osas en posesión exclusiv
jun con los 'de zonas más oleadas sino .arnbién las rara del Santo ¡bendil sea I Nombre]. y que éstas son: {da plata
especias y perfume de las zonas má tórridas. De manera � aro e sa _erdo í � Israel el prim génito, l altar la. prirni-
. ímilar. se dice había en sus agu s todo tipo de pe es cias, el aceite de la unción el tabemncnl de reunión. I ·
mientras que el aire estaba lleno del e aruo de aves de los más monarquía de la casa de David, los sacrificios, la tierra de
vistosos plumajes." Dentro de. un área tan pequeña, el país l rael, y e� ficio de los ancianos». En verdad. por bella qu
debe h_aher sldo singular por su encanto y variedad. En la nera ,la t1 rra · u - . ruuncton con bendiciones esp rituales
ribera orí ntal d. l Jordán se extendían anchas planíci s más elevad s le daba su valor real y mas elevado. « . s s61
les elevados agradable . o que y territorios cerealeros y de en Palestina que e manifiesta la Shekiná». enseñaban Jos
pastos casi ilimitados· en 1a ibera occidental se encontraban rabin?s. �u�ra de�sus sagradas fronteras no er� po ¡ íl.e ud �-
colinas llenas de terrazas, cubiertas de olivos y vides. delei- velacion, Fue ahí que profetas arrebatados vieron sus v1s10-
tosas cañadas por las que pasaban rnurmurantes · rroyo con ne y qu lo salmistas oyercn melooras de himnos celeslia-
f

una belleza como de un país de hadas y con plenitud de vida, P


le �· le tina era la tierra cuya. capital era Jerusalén, y en s
como lrededor d ....l ! go ll· Galilea. En lontananza se. e ucn- m�.s alta.colína nabra como sanruarí · a uel templo de veo
día .. l gran mar, punteado p re,· tendidas velas; aquí e encon- m rnrol Y resplandeciente or , alrededor del que e agolp· ban
L ntas preciosas memorias, sagrado. pensamientos v glorio-
traban lujosas riquezas orno en las antiguas po fone d :a- esp ranzas de gran alcance. No hay religión tan· estricta-
Isacar Manases y Efraín: y allí. más allá de e tas llanuras y
mente local como la de Israel El, agamsmo era ciertamente

2. Dilucidando la legitimidad de un grana de 'Oirnienra en el día de. la 4 J?.. Becl:zakLas r:eferenciw escri,turís!ica son: Hag. 2:8; Éx, 24; 25:2. 8·
.expiaci6o 01"(1(J. 91 b, ha fa el fin -

3. ,quí, naruralmente, son imposibles las J1eferencía.s detalladas: pero 29:.l; 30: 1· Nm. 3:13: 28:2-: Lv.25=23. - :·IS. Jéi.l. f.Refandí Palae"t.
compáreme l_as obra d - .1u namr li:Ha tan ci;ñdadoso y capaz como "'l (e1.L J n O , pág. Vi,
1

e an6. ligo Trist:r,am_ 5. éase .. e.�- Sl discusión e,n Met:h"lui obre Ex .12:

j
la adoracióon de deidades nací}!onales y el iudaíJ..s'rno la de · 1ebranil·,a?a comunidad. fue de
1 sde luego sobr una nueva ba-
j

Jehova, eI Dios de los cielos y del·a:tierra. Pero la deidades s�, pero aun desde dientro de Palestina. Pal stina fue el monté
;_·

nacionales oe lo paganos podían ser transportadas, y. u fn. - Sinar de! r��mi mo1 . Aqu¡ surgió el rn nantu 1 1íe
, Ia Halachalt-

tos adaptados a lo
- 1 s modos extranjeros: . Por 1otra parte, en canto o ey trad1Cl1onaí de 1de1 1do nde fluyó1 en 1corrie1 n
1
l te cada ve.
.1
1
1

u el cristianismo fue desde u mismo pnncípio universal


J 1
n:tás ca:1�a.Io�as; aq ui durantL e- los primeros siglos¡ se cent f,·•

la erudíic�6n. influencia y gobierno det judaísmo· y allí hubie-


-
e n . u carácter y desígrao - las Insrítucioncs religiosas y el culto

en el Pentateuco, e incluso las perspectivas abiertas por lo s 1


ran querido perpetuarlo . Lo primeros intentos de rivalidad
j �1

1.,.11
1 1

profetas eran por lo que a tsrael con C'1.emia; estrictamemc por parte e las esc1 uí. e1 la de erudíJ,cí(o
, n iudf.a en Babiloni

de. Palestina y para Pale tina. So ·· 1e incompati,"°'bles


1 n totalment - 1 fue_[on �gudamen�e resentid o y upnmido .7 Sólo la fuerz
1

') 1
1

con la pérdida permarnente de la tierra. Un Judaísmo extrapa- d� las c1.rcuns ancras Ilevd finalmente a Los rabinos a buscar 1

le. ti ien e, sin sac- e1 rdocio sin altar sm templo, sin sacríñcíos
1
ol��n�e1:1e la seguri�ad y Iíb1 1errad en los antiguos lares
,sin diezmos, s n primicias .sín anos sabátic1o s y del jubileo, 1 de su cautiverio, donde sm u-abas políticas- pudieron darlo

tíene que poner el Pentateuco a un lado. a 1110 . er que como t�ques finales a �� sistema. Fae su 1de,s-1eo de preservar la na- 1

en el cristianismo. todo esto sea cons,í1d1 erado como flore · c1 n Y su erudi ion en Palestina lo que Inspiré sentimientost ,

designadas para madurar a fruto, co mo tipo . eñaland a y 1 1 como. 01) que e ramo1 s a continuació n: <<El mi mo aire d �
1 1 1

cumplido ; des más e evad as. 6 Fuera de la tierra


1 s en. realida
1 1 ni 1
1
Palestina hac� sabio al que lo respira», dijero n los rabinos
El rela�?. bíbltco_de_],as �meras. de- l Parafso regado.por �1-
1
:
---- s1q1 üiera el pueblo 1es ya mits Israel: -a-Ia-vist
1 1 a
;-.-cte�10
1 1 -s -gentiles, J

son judíos; desde su pr pía perspe1 cuva, <d s de la disper


síéon».
1
no �av1l� del _que se dice que «el oro de aquella tierra e
bueno», ,ru_e aplicado a su Edén terrenal, y parafraseado para
1 1

que �ignificara; «no hay sabiduría como 1a de Palestina». Era


1 1

Los rabinos no podían dejar de er eonscílenre - ae esto. 1


1

Porello cuando . iruneditamente d1espuée de la desuucciéon 1de


1 1 1 1 1
1 un dicho que «vivir en Palestina era igual a la observancia
I

Jerusalén oor Tito, emprendieron la tarea de reconstruir su 1 de.todos, los_ m�anuent'!_S». «El que tiene su morada perma
�me 1en Palestina», ensenaba el Talmud «nene la certídum-
-

bre de Ia vid a venideras. «Tres cosas», leemos en arra autorí-


---------------------------------�.a:a « _ - de....Is... ra e por_medt0-d.el�su:fri-m�0� .@&�Ba=-1±,c�,�
. ---
6 N . es éste el lugar par-a explicar qué proponía el rabinismo en hlg.ar de s b d - adi al
los sacrifíciíos, etc, Soy bien consciente de que eljudaísmo moderno
1 1 ímenra
1 1 1

ª 1

� una tr cíonal, Y el mundo venidero», Y no se desva-


d mostrar,
..
con el empleo de pasajes como 1 s! 1s�22� Sil, 51-16, L7· k. n_eci6 este sentím11ento co 1 la desolaeión de u país.. En los
1.11-13; Os. 6:6, que. a la vista de os profetas los sacrificios. y con ellos siglos ·ercem Y cua� de uestra era seguían enseñando: « .''
todas las instituciones rituales del Pentateuco no eran de jmp rtancia que 00017 .en Palesnna está exento de pecado.
permanente. Al lector sin prejuicios ]e parecer:á 1diffc"l comprender
1 1
cóm: f' Lo · · íglos de peregnnaci6n y de cambios· no han hecho
meloso el espmJU partldario podría llegar a lUUlS conclusione- s tan enormes
1 d p S, ji
""
en base s tales premisas.,..1o 1cémo podría siq1uiera imaginarse1 1que los profetas
1 , e a ai:ecer el apa tonado amor hacra esta tierra del corazón
de] pueblo , .111-cluso la superstición se- vuelve aquí patética. Si
1 1
hubieran tenido la intención. mediante sus ensenanzas, no de explicar o
aplicar; sino -de poner a un ladc I ley ran solemnemente promulgada en
s
el · ínaí, Sin embargo. este. artificio n1o es nuevo. Una voz; solnaria aventuroó
ya en el s1glo segundo la. sugerencia de que I e.J culto sacrificial había sido

dado sólo gu- a de ae modo para preservar .a s rael de caer en tiros


pagano,. 1. Véase mi obr a History,o.l lhe Jewlsk Naiion págs. 247,
1 1
m.
LO
el Talmud" ilabfa ya enunciado el rincipio de que· «Todo el Pero es de o mas cierto como o observa un reciente
que sea sepultado en la ncrra de Israel, e como sí estuviera cntor, que ningún Jugar ha podido quedar más barrido d
sepultado bajo el akar», uno de los más antiguos comentarios recuerdos que Paíestin . A11í donde han tenido lugar las más
hebreos" va mucho más lejos. En b a la instrucción de olemnes rransaccíones: donde si sólo pudiéramos conocer-
Jacob y José, y del deseo de lo padres de ser sepultados lo cada.lugar pudiera estar consagrado y rocas y cuevas,
dentro del sagrado país. se argumenta que aquello· que yacen cumbres estar dedicadas a las más sagradas memorias nos
allí serían los primeros sen andar delante del Señor en la encontramos en una ignorancia casi absoluta de las localid -
tierra de los viviente » (Sal 116:9) los pnrneros en resuenas ces exactas. En la misma Jerusalén incluso las característica
de los muertos y en gozar de los días del Mesías. Para no ropográticas, l valle , la depresiones y las colinas, han
privar de so recompensa._ a los piadosos que no _:1-eran eJl cambiado, o aI menos yacen sepultadas bajo las rutnas acu-
privilegio de residir en Palestina_ se_ a�día que Dios haría muladas de los íglo . Casi parece como si el Señor hubiera
vía, y pa ajes subterráneos hacía la Tierra Santa, y que, qu�ri�o hacer ?ºº la tierra lo que hizo Ezequí · con aquella.
cuando e] polvo de ellos llegara a ella el Espíritu del Señor reliquia de Mmsés =-Ia serpiente de· bronce-> cuando I rom-
los levantaría a nueva vida como . sta escrita, (Ez, '37:12-14: ·ió, en pedazos, para que su memoria sagrada no Ia convírtie
«He aquí que yo voy a abrí r vuestros sepulcros, pueblo mío en _opottunidad para la idolatría La disposlcídn ae ta tierra
os haré . bír de v estras epulturas, y os traeré a la tierra y de las aguas, de montes y valles es la misma. Hebrón
de Israel... Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis. y os Belén e monte de los Olivo , azaret, el lago de Genesaret
instalaré ea vuestra tierra » Casi cada oración e himno exhala la tierra de Galilea. siguen ahx: pero todo ha cambiado de
el mismo amor de Palestina, Desde luego, seria imposible forma y �pariencia, y sin ningún lugar definido al que una
por medio de ningún exuacro, comunicar la profundidad de pueda asignarle con certidumbre absoluta · os más sagrado
alguna de estas e egías en las que la sinagoga sigue lamen- aconrecírm. e.nros. A t son acornecímíen os no luPb-ares·,. realí
tando la pérdida de Si6n o expresar el reprimido .anhelo por
1
d ad_e� esptrítuaíe , no alrededores externos, lo que ha
su restauración. 10 Desolado se aferran a su. ruinas y creen recibido ta humanidad en Ja tierra de Palestina,
esperan y oran -1con cuánto ardor' en casi cada oracíon-> < Mientras I el habitaba en Palestina», dice el Talm,ud
por el tíempo que vendrá cuando la tierra, como la_ Sara de de B _ bilonía, ..�-el país era ancho: pero ahora se ha e trech -
tiempos pasados tendrá restaurada . al mandato del Señor. su do». Ha· mucha verdad histérica mbyacíendo en esta curio-
iuventud, belleza v feracidad y en el Mesías Rey ,«&erá RBTCH�nte r�aac?da declaración. Cada ucesivo cambio d.ej_
i.ev antado euem ·. de salvación» 1 para la a de David. más estrechos los, mires de Tierra Santa, Nunca ha llegado
a alcanz��,dcuna manera real la extensión indicad en la pro
8. Cheth. III a. La Té erencia es aquí, curiosamente a Éx. 20:24. �I� mesa original " Abraham (Gn. 15: 1 . , .. y después nfinna a r ,

de ti�a harás para mí> Desde I ueg-0 toda esta página del Talmud es muy ar s h"j. s d l rael (É . 3:31 . A to que mas se acercó fu
característica e interesante. durante el reinado del r�y Dav .. d cuando el poder de Judá
9. Ber. Rabba se extendió hasta el río Eufrates (2 S. 8:3-14). En la actuali-
10. Ver especialmente ía más sublime de estas elegías, la de Juda ha-L · í,
dad el pa , qu_ recibe el n m re de Pale, tina es más pequeno
11. Estas son palabras de una orac ón sacada de uno de los mas antiguos
Iragrnerttos d� fo 1·1urgfajudía1 y repetida, probablemente durarue des mil
�ue en cualquier período precedente, Como en la . tigá.ed d
1

afios. cada día por Cjdii judío. sigue extend iéndo ne de norte a sur «de Dan a Beerse ba» � de

28
..
este a oe te d sde Salean (la m dema Sulkhad) ha ta el gran e1:tre 1.08 grí--e- g- o--,es?» • opreguntaron los judíos, empleando una
mar» e Me'deiterrán o. Su área uperficial e de alrededor d e 1
_ teno a unpr cisión d lenguaje con la que generalmeru
e
''11.100 ilómetros uadrados, con una longitud de entre 225
k
ª
ubnmo quella osas que pretei d mos saber sin aberlas
o,e
y 290 kílome ro . y una- :a--nehura al ur�d e alrededor de 120 1 1
· �ei_te, 1
cuando no pudieron emprender J en "d d ! .1
kilóm tro y de entre 160 y 190 kilómetros al norte. Para pi:edicci n hecha por Cri to ac rea Je su patuda. ,La diez
--e
decirte de una manera más gráfica, la moderna Palesnna es 1�1"
mbu_s e encuentran hasta ahora más allá de1 Eufrate ,y · ,
11

� inmensa m�lllllld que no puede ser estimada mediante


,- -

alrededor de dos vece" la superficie de Gales; es ma pequeña



que Holunda y alre',dedor números · e crib J s efo. con su usual y aurocomplaciente
1
del mimo tamaño que B�lgica.
1

: 1

Además de de las cimas más erevadas s e puede conrernplar ?Jandilocuencrn. P ro acerca de d6t1de e encuentran. nos
casi todo el at ¡ Así ce pequeña era 1a tíerra qne el Señor m ?rma .tan pee _e· mo sus otro on temporáneo . Leem
1 1

scogió compo escenano de los más maravillosos acont eci- . - 1 1


b
a.
� la �ugu_ autoridadjudfa, la i. ná (Sanh. X.�): sLa di
1

míentoos qu jamás tuvieran lugar en la tierra. y de donde B'¡


1 1
1 1 1

tn us JIIIDJIS volve�án, como e ta escrito (DI 29:28): "


1

di pu o que la luz la vida se derramaran por todo el mundo! Jeho� L · !?s,-ha arrojado a otro p s donde hoy están". Coro
uando nu stro bendito Salvador pi só el suelo d p,ates- ª
e� . h 'I , pa 'I no v:u:ive otra . ez, asf ellos se van y
e,
el rabí Akiba, El rabí lieser
tina el país había sufrido ya mucho · cambio-s.. La antigua i"e:lven. Esta e la · e pínion
dvu
-----1.L1 L!.L,..!e!.m:--bilaJ había . a desaparecido· los dos remos de Judá
!..:x...i!-'2,ll C.o�o el era s oscurece y vuelve a tener 1 z, así co
ce:.1)-"-
as.díez.tribuS-• a. las.qu ha ' 001! �eHÜl0-0. eurída · , ere la-
¡·r,,1c-,,,C,n
de I rael ha- bí---deJadode ex.is� y l,as dívérsas oñuna------
an r -

-1
.1UZ
CIOUeS xtranjeras., así como el breve periodo de ab oiuta 1 1 volver a ser! restaurada." 1· 1_,-' 3

independencia nacional. habían terminado. Pero, con Ia ca- E_n los tiempos del nacimiento. de CI sro Palestina e-s-eta-b- ·
racte tica tenacida,- d del Oriente por el pasado, los nombres - �omi�ad� por HeT?de el Grande· esto es- era norninalm nt
: r 1 1

r n s
r-'-

1 1

de las antiguas tribus eguian idemificando algonos de los nn remo independiente, pero como orotectorado de Roma. ·
1 1

,,, - anteríonneore ocupados por•¡ellas (cí.


di triros L M. 4�13,, 15).
1
ª
�uertf de er?,�e-�-e,---o
to e , poco después de comenza
la_ hlsm!l� �vangeI1ca- t�v.-, lugar una nueva, aunqu e te - _
1

' 11a cantidad relativamente pequeña de exiliados habían


,, s 1 ' 1 ' 1 ,-··1

� =a·=�c?in�E==s�d�a s�-iN�
----��l���a�P��al=e�on -
f>: h�e;;m;í:;..a ;·�;º��;h�b;i;a.n;
te;;s;._ �_Jporal, divis1�n �e sus dominio . Los acontecimientos relaci
vn 1

Judío del paísl


consistían bie2 n de aquellos que u auian sr ,u o ados.cca.ello !. ds '·' -mane 'll leRa . para �---
orízínatmenrc dejados en la üerr -,bien de las tribus de Judál:L
-y Benjamín, La c-,o- ntroversia acerca dl-! las diez tribu , que
1
1
1

-s o.. vid on, en


1 lama tanto la atención en nu stros días ya e · taha candente Jesnsalén fue tornada por Nabucodonosor (doctor S
e
1

d if "
l . 'a. ibli . . l s ticias
.·l,? - cal � erature de Kiuo.Tll p
·-arg. 1 73 . Paa
1)
-
e p n
1

e, ti· mpos de nuestro Senñor,' <<,¿,Aca, o va� a ir a los dispersos -:¡

e 1 :
1 o ae L ni .
1

z. 1t
ll '1 l J no
cer�a de ]�� pe gnm ctones de las diez u-ibus véase mi !Jistory of tlie
lewis} ,-,
N_ai_ion. pá_s,. 61�6 · rnmb16n] irr e;:,1ligacione del doetoT W Jff
1 r-1 -

�-P s. . u s .-v-,u-u-e,s
; ._ Lo propenso q 1e on -f
L credu1'd 3-d incluso los erudito
:dtio.s �ud1cos �,cuanto.a la cue.sti,ón delas
: 1 1 1 diez tribus puede 1co- legir.'ie 1

, 2,. No es eés,-1t,e el l1JgM para iscutir esta cuestión. o poeda. haber duda - r-
apéndic1e :a. la.º�:ª Noly land, el rabf Schwa:m. (de Jerusalén) (pá,gs.
rezo able de que hubo u a gran dispersió u n de algrn1as de, estas tribus en
;-- i-- 1

. ,07-4:2- 2. de- la. ecliCJon- a_lemª""n",.,'º) · L, ... mas anttgttas m scnpc10.nes hebr-eu.s
- --
C' " · - • · • • •

muchas direccio:nes. Así e pueden seguir descendientes de las mismas en


�n t:nmea. datan de los anos 6, 30 y 89 de
_I I

r - l nue
1TsItra ,e--rl ,(1Chwolson. Memoirl!l'
1 1

Crimea, donde las fochas en sus se.pul · e uentan OO'S (cla eta del
;-r:J: iio, ,,e] 696 a. .� esto es. ,e-l ,e- xHí de las diez tribu • no el S&a.C., cuando
1
1 1 1
de l'.tÍl.C. de st.. ,P- e.ter burg IX. 1 "'66. ng 1 . '
1

31
3.0
nue tm Señor, registrada en Le, 19· 12 .. 15 27. Si no constitu- rquelao C- egún la historia en la parábola) tomó sangrienta
yen su base histórica si que estaban al menos tan frescos en venganza obre «sus conciudadanos [que] le erre ían y
Ia memoria de los oyentes de Cristo que sus mentes deben enviaron tras él una embajada, diciendo. No queremos u-
haberse vueno lnvoltmtariam nte a 11 .. Herede murió co- " 1a reine sobre nosotros», EI reinado de Arquelao ne dui
mo nabí vivido. cruel y pérfido. Pocos dfas antes de su fin mucho tiempo. Llegaron de Judea quejas nuevas y más inten
volvió- a cambiar otra v z su testamento, y designó Arquc1ao .a . Arquelao fuedepuesto, y Judea fu- anexionada a ta pr �
como su ucesor en r · n _ ; Herodes Aruípa (el Herodes de vincia romana de Siria, p ro con procurador propio. L- _
los evangelios). rcrrarca de Galrlea y de Perca: y Fclip_, ingresos de Arque1ao en tanto que reinó, ascendían a consi
tetrarca de Gaulonitís, Traconite Batanea y Pania -distri- d .rablemem más de 7 millones de denarios· nuales: ros ct
tos los que puede que debamos hac .r referencia posterior- sus hermanos respectivamente., a una rercera y una sexta
rnen . Tan pronto la, cir nsiancías lo permitieron tra 13 pa�e de esta suma. Pero sto no era nada en comparnci6n con
muene dé Herede , despué de L be aplastado una rebe- los ingresos de Herod , e Grande, que a cena· an a la enorme
lión en Jerusalén Arquclao se apresuré a acudir a Roma para .cantídad d� alrededor de 20 millones de denarios y po ·le1io 1-

obtener la conñrmacíon del testamento de su padre Fue de mente de Agripa II que se catcuta como de hasta 15 míllone '"
inmediato seguido por su hermano Herodes Antipas, que en A 1 pen ar n estas cifras, es ne cesa ti o tener presente la gene
ral baratura de la vi da en Palestina e aquellos rernpos, que
un anterior testamento de redes había recibido lo que ahora uede deducirse de la pequeña de las moned en circulació
I

rquelao reclamaba, Y 1 dos no encontraron solo en y a Jo barato del mercado laboral, Ur den ano eq ui alfa -_
orna, Descubrieron allí que ya habían llegado varios de la ciento veintiocho perutatu la moneda judía más pequeña,
familia de Herodes, cada uno de ellos reclamando algo pero Los le tóres del Nuevo Testamento recordaran que el obrero
todos concordaban en que preferían no tener a adíe de su recibía un denario or u trabajo de un día en el campo o 1:
familia como rey y que el país qued ra bajo el domínio de viña (Mt. 22:2), en tanto que el buen samaritano pagó sólo
Ruma; e todo caso preferían a Herede Aruipas antes que dos. denarios por la atención al hendo que d.cjó en la posad
a . rquelao. Cada uno d los hermano - tema, naturalmente (Le, 10:35.
su propio partido intrigando, maniobrando y tratando de in-
fluenciar al emperador Augusto se. incliné desde el pri : ipio
Pero no tamos anticipando. Nuestro principal objeto
en favor de Arquc1ao. Pero la decisión formal Fue pospuesta era explicar la div:i. I n de Palestina en los tiempos del Seño
Polítícameme consistfa de Judea y Samaria baJo procura-
por t n Lempo debido a una nueva insurrección en Judea que
dores romanos: de Galilea Pi rea (al otra lado del Jordán .
fue aplastada - 01 dificultad. Mientras tamo apareció n
sujetas a Herodes Antípas el aseslno de us iel Bautista
Roma una diputación judía, suplicando que ninguno de los
herodianos fuera designado rey. a causa de sus acciones -«aq iella zorra» llena de astucia y crueldad a quien e
infames que denunciaron. pidiendo que se le permití ra Señor. cuand fue enviado a él por pan de Pílato no guido
ellos a los judíos) vivir confonne-a sus propias leye bajo d rrespuesta alguna-i-; y Batanea,. Traconíte y Auranites ba ..
la protección de Roma. Augusto decidió finalmem cumpltr o el dominío del tetrarca Felipe. Se precisaría de dema iado
el testamento de Herodes, pero dando a Arquela ol título de detalles para describir adecuadamente estas ultima pr vín-
emarca en lugar de rey prometiéndole el mayor título si se cías. Será suficí nte decir que .se encontr .ban al nore te,
mostraba merecedor de él (ML 2:22). Al reg e a_ a Judea. que una de su , principal e . . ciudades era Cesárea de Filipo

j_
.
(llamada así por el emp rador de Rom 1
y por J mi mo

Felipe ) donde Pedro hizo su noble confe ··lón7 que consti uyó 1 1 1 1

la roca sobre la que fa iglesia iba a er levantada (Mt. 1 : 1 -, ) 1

Mr 8 :29). Fue la rnuj "r de est Felipe el mejor de: tf odo 1 · 1 1

hijos de Herode la que fue inducida por su cuñado H


1 1
· · crcdes
,-
Antí1pa a abandonar a su marido, y por cuya cau a fue 1

II
decapitado Juan , L l 4:3, etc, Mr. 6: 17: Le. :19). Es co a
1
1 1

Nen sabida que sea adúltera e inr-1cestuosa


unión causó a JJU ÍOOSS.' G GE ENNT
TIILE
ESS E
1

Herodes problema y su frimi nto inmediatos. y que final-


1 1 1
UDÍ EN
LA
1

mente le costó el reino y su destierr·o,- de por vida. «<<<L A TIIERR A


ER A>»>
1

Ésta era la di í sio


ón polftica d Palc ina, Comúnmente s'1e 1 1 1

constituía de Galilea, amarí]a , , Judea y Perca. Apenas si será r

no onsíuderaban a .�Sa.' maria co-


1 1

'
necesarto d elcir que11os1
judíos 1 1
Llegando de iría, habría sido diíi il fijar el Jugar exacto , 1 1

-
mo penenecíeme a la Ti r1 ra Santa,
1 1; r sino
1
: l como una franJ3 de 1
1
d�nde comenza a, decir de los rabínos, «la tierra i>. Los Ií-

territorio extranjer - tal como la designa 1 Talmud hag. 1 1


mu s aunque mencíonados en uatro diferentes documentos-
25 a.- «una franja cutíta», sl ngua» que se interponía entre
1 1
no están 1:13-arcados en na da. que e aproxime a un orden geo1 - 1

---- Galil a y Judea--:-Por-1o�1 1 1


evangelios abemos que-los same- -- gráfico sn gtín fuer giendo_para_su...discuslÓn-teol -

ruanos no eran só1o considerados e'Om


, o 1 1 J
m
I
iles y traños gíca cu_estiones �!�_ale rela�onadas con �los.] Porque para

(ML lO:S · Jn. 4:91 2m. ino qu el mismo téCr,mino san arítano "'1
o rabino lo - Iírnites preci o de Palestina eran principal
era . n insulto ( n. 8:48). , Hay dos tipos de naciones», dice mem _ mt��es�tes hasta d�1nd.e. arectaban a Ia. oblígacíone

el hijo de Sirach (Ecclo, S0:25 6) «que mi corazón abo- o a los prívllegíos de un distrito. Y a este respecto el hech
rrece, y la tercera no es. nación los que e sientan sobre el �e que. �na c1�ad estuviera en manos de paganos tenía una
mome de Samaria y los que moran en re lo fil" stcos, y aquc- influencia decisiva, Así, Jo. alrededores de Ascaíon la mura-
lla.gente lnsen sata que mora en Sí1qucm >. Y Josefo tiene una lla de Cesáarea y la de Acco eran contados dentro de Ios IíIm
1 ' i-
'!.. �
,_I,J7s:."",""U"� d para u-ca "' fusión l ne �i.-----------"�-P"oQ.L:!de_.Ealestina aunque las cíu ace m • mas no.l -
68-S-flffiil-füla - .vierari�-----
Templ , en el enudo de que n ta noche dela Pascua, cuando -n realidad. considerando la cuestión d e ta pe ectíva
era costumbre abrir tas puertas del Templo a mcdi an-o he. un para os ra bm º os Palestina era unplement «, a tierra ..

amarnano había entrado y echad o hue sosen los portales y quedando iodos �os otros países reunido bajo la designacídn
portado el Templo para contaminar la Santa Casa. P · rimpro- 1). En el Talmud ni siquiera aparece una
de ( fuera -de la tierra
1 1
bable que esto parezca. sí que revela los sentimientos de pue ola vez la expresión «Tierra Santa», tan común entre � 0 ,
blo. Por tra p· re. s tiene que admitir. ue los samaritanos
corre pondían con creces con un amargo aborrecimiento y
m nosprecio, Porque en cada pcrf do de acerba. prueba nacio-
nal, los judfo no tenían .enemi os más decididos e impla-
cables que los que pretendía er los únicos y , rdad ros l.I,RRaa�pppooppoorrt;t.,EErr_ .AM leeooggrr. .dduu 'a'allmmuudd,,ppáá-..-.lÓO. .
,fi/i1l.i.ppáá;g..220088 eennNNeeuubbaauueerr. IG
lL ·naappaarereccee lala eexpprreessiióónn ««lala bteierrrrraa ddeeIsIrsraaeel»l»,.
meennttee;; tatammbbi i·n
_ AAss1{mmaayyoorrm
reprc .cmanres del cult y d1C la s e eranzas de I Sr' e .
5
posteriores judíos y In cristianos . ., No precisaba de ta ad - La Mts11á indica. con referencia a ciertas ordenanzas
tres �erra », que pudieran ser igualmente designada _ com
. . . . • . . - . t
eren ue hubi ra podido sugerir una comp rací n con o os
países: porgue para el rabinista Pales 'na no era sólo santa, - alestina, pero a la que se aplicaban iferentes normas ritua-
sino la unica tierra santa, con la absoluta ex .I ion ríe todos l S� La primera com rendía todo aquello de que tomaron
lo otros paíse aunqu cñalaban dentro de sus lfrnitc una posesión los que volvieron de Babilonia en la tierra de Isra l
escara ascendente de diez grados de santidad. su bi ndo desde . hasta Cbezíb l> (a unas tres horas al norte de Acre)· l segun-
el suelo desnudo de. Pale una hasta más amo lugar del da, ·� t? o aquello de 9u -, maron posesión los que subier _
Templo (Ch l. J. 6-9). Pero fuera del tierra» iodo era tinie- - Egipto desde Chezib y ha ta el río (Eufrates) hacia el es
bl s y muen . E1 mi. mo polvo de un pars pagano era impuro y hasta Amaná» (que se supone que es un monte cerca de
Y' contaminaba con u contacto." Era considerado orno un Antioquía de Siria · mientras que la tercera, indicando apa-
sepulcro, o como la putrefacción del muerte. Si un poco de re1:teme�te una cierta delimitación ideal, tenía pmbablement
- oJvo pagano había tocado un ofrenda, tenía que ser quema- la Intencién de marce lo que ( la tierra» hubiera sido. con
da en el acto. Más aún. si por cualquier razón algo de po vo form a la promesa original de Dios, aunque nunca me pose
pagano había entrado en Palestina, no se mezclaba ni podía da en _aquella extensión por Israel," Para nuestro presen
hacerlo con el de «la tierra», sino que permanecía hasta el proposíro naturalmente,, s6To la primera de estas definiciones
fin lo que había sido -impuro- contaminado, y contaminan- debe ser aplicada a «la tierra _ Leemos en Menachoth. Vl .
- o todo aquello a lo que se adhería-. Esto arroja luz al senn- 1: «Cada ofrenda, 7 ea de l congregación o de un indtvídu
pública o privada), puede provenir de la tierra", o desd ,
do comunicado por las in trucclone in b6licas de nuestro
"fu�ra de la . tierra, sea del nuevo producto (del año) o del
Señor a sus discípulo (Mt. 1 O: 14) cuando los envió para que
marcaran los límites del verdadero Israel- el reino de los antiguo producto excepto el omer - a gavilla mecida en I

Pascua y los dos panes (en Pentecostés que puede ser sólo
cielos», que se nabía acercado->: <i Y. i · guno no os recibe, traído del �uevo producto (el del año corriente) . y de aquel
ni ye vuestras palabras, al salrr de aquella casa o ciudad, (que crece) dentro de 'la tierra .
sacudid el polvo de vuestros píes En otra palabras! no sólo
debían abandonar una Lal ciudad o casa. ino que de ía ser
considerada y tratada como pagana, justo como en el caso
similar mencionado en ML 18: 17. Todo contacto con los tales 5_ Sñev, VI. 1� cten. IV. .
d fa ser evitado, y oda : az sacudida. 6,., Las xpresí nes en el origiJial on an os· uras que hacen difícil emi ·
como algunas de las ciudades de Palestina ue erai onside- un juicio muy defimdo. En el te� lo hemos seg nido los- puntos de vis _
radas paganas, estaban rodeadas· por todas partes por lo que expresados por M. N eubaner,
se consideraba rno perteneciente a Israel, 1. Ninguna de las palabras castellanas «sacrificio frenda» o «do-ni,¡. s
corresponden plenamente con el término heb:re.-o Korba»; qua se deriva da
� v�rbo que eJ.1 un modo significa estar cerca, y o no 1- raer cerca. n
el prnner caso, se referiría a las ofrendas mismas. en el segundo a tos
oferentes, como traídos cerca, crayéndoles las ofrendas cer a de Dios Es
, El único, pasaje de la Escnnaa en el q'Ul". se emplea et Larmino es Zac, ul�o. me: parece a mí la explicacíon correcta, tamo ,etimológica com
2!12; o más bicm 2· 16 del original hebreo. teolégicarnente, Abarbsnel combina ambos sentidos en su de inicién de
• LJs :ro!'enmc1as son aqu demasiado numerosas par una rnen ió� �rb�. -
� faL

36
¡ypt

. e Las dos ofrendas IaMisná añade en otro pasaje (Chel.


1 L L da uerra Seria, y fuera d' e la tierra ; y dívide Ia tierra de
1 1 1

I. 6) también lo· Biccurim. o primicias en su estado fresco.


¡1 1 I srael en territorio poseído antes y después del exilio en ta 1 I

aunque de manera inexacta porque estas última � ran tam- que distingue entre EgiptoI , Babilonia Moab y Amón y otras i

biéen- traídas de lo que lo rabinos llamaban '1ria ª que parece tierr s." En la. e stímacióon popular se hacían también otras
habe sido consideradá, en íerto sentido como ínt rmedía · stinciones. A ( el rabí Jo é de Galilea mantenía" que I ,,
entre da tierra y «fuera d la tierra». El téermin aria o Siria Biccurim" no debían ser traídas del otro lado d e1 Jordán
no incluye oto aquel país. sino todas las tierras que según «po rque no era una tierra que fluyera leche y miel . Pero
los rabinos, había sometido David como Mesopotamí1a: . Siria como la ley rabínica a este re pecto difería de la posur ra
Soba, Achlab, ele. Sería demasiado prolijo explicar detalla- 1 1 1 1 1
e )r_presada por el rabíJosée,. debe haberse tratado de una refle- 1 1 1 1

damente las varias ordenanza a l s qu e se asímilab a :_.1 na, iéon


· retrospecnva probablemente tratando de dar cuenta del

y uellas en la que era di tínguida d · la Palestina propia. hecho de que del otro lado del Jordán �-no acudían primicia
1 1 1 1 1

L preponderancia de los deb re y de los privilegios esta an p m el Templo. Otra distinción reivindicada para el paí
cie J1lamente en favor de Siria hasta el punto de que si uno oeste del Jordán nos recuerda enriosamente de los iemore

hubiera podido pasar de su sue o directamente al d Pal, rína, expresados por las dos tribus y media al volver a sus hogares
o haber unido e pos d'e os dos-países .. sin la interposición
1 1 1 después de la primera con quista de Pales t1 ina baj O,Jo v (Jo
1 1 1 1 1
é 4

1 es
de ninguna franja gem-1í 1r la tierra y el polvo d . liria habrían 22:241 25)1 por cuanto d eclaraba qu la tierra al este del Jor-
1 1 1

rlán p. Q ñ"I �1')" e, e,

, erades l'impíos
• eme les -de 1-a-m:i-sma-.Pak:stina-------"-'LLLLI....L,.LU....:ULU.i.l..ll.l..:J-.:la g.ra� deJ bi..do1 a.la.ausencía. del Templo, d el
,,
sílri ío-cons'ítd 1 j
_J
1 1

(Ohol. XVID 7). Así, había alrededor de «la nerra» una


JI que no había sido digna, Finalmente.. la Judea propia preten-
especie de franja interior, consistiendo en aquellos parses que día Ia preemínencia sobre Galilea. como centro del rabinís-
se. suponía habían sido anexionados. por el rey David, y que mo, Quiz.á será bueno decir aquí que a pe ar de la e tríe ·
recibíael nombrede Sarta. Pero había además lo que pudiera uniformidad en todos los puntos príncíp ales Galilea y Jud a
llamarse una franja exterior. , hacia el mundo gentil. que 1 tenían s respectivas costumbres y derechos legales que 1 1

c1 on is fa de Egipto. Babilonia, Amó


¡ 1 n
r y Moab, los países en diferían entre sí en mucI_ hos particulares. ·

los que Israel teníI!,a UD interés especial y que se dírstínguían


1 : 1 1 1 Lo qu e ha sid o hasta ahora explicado en base a tos: escn-
1 1 : 1 ,1

----del- , ' era ·,err-ai �raa �-bl � ,� tiOS rabñJ1lJ·r, .o. gana un.mayor.interé iuandc.Ic .aplícarnos-a,,:,.- 0
_

aportar diezmos y las Therumath. o primicias en un estado e tudio del Nuevo Testamento. Porque ah r podem eo" -

preparado. Naturalmente, ninguna de esca s co ntríbncsones era. prender como aquellos zelotes de Jerusaléen . que hu ieran
realment llevada a Pale tina, sino o bien emplea a por ellos querido imponer sobre el cuello de la Iglesia el yugo de la
pata sus propósitos sagrados, o bien redimidas. lev de Moisés. hicieron referentemente de las florecientes
Maiméonides clasifica todos los países en tres clases, «en
1 1
1 1

lo que respecta a los preceptos relacionados co1 n la tierra »:


1 1 ••

9� Hiteh: Tber.]: 6.
lU, Bicc: J.. 10.
11. Para una pltma, explicaci_(ó)n�'de la distincíén entro Biccurim. y Therumoth
8. Suia enviaba Bicc rim. a Jerusaléen pero no estaba sujeta a se. undos �a.se mi obra sobre El Templa: su ministeri() :, servicios omo eran n

diezmos ni al prod uc to del enarto año de lES plant


I
1 1
bv. 9;24)
1 1

lie,r¡pe de Jesucr•. to.


t
co unidades de Siria la base para sus operaciones . ch. las circunstancias indicadas en el Nuevo Testamento, se
15:1). J ay un especial significado en ello, por cuanto Siria precisa a este respecto d.e una correcta concepción del estado.
constituía una especie de Palestina exterior teniendo una po- e las partes. _ aquf tenemos que prevenirnos frente a un
iclón intermedia entre ella y las tierras paganas, Otra vez, error no poco natural. i uno esperara encontrar dentro de los.
de nu stras indagaciones re ulta que l que los rabinos consi- términos de «la tierra» misma una nacionalidad, una Iengu
deraban corno propiamente la tierra de Israel comenzaba los mismos interese Inclu o la profesión pública de un ·
inrnediatamenteal sur de. Antioqufa. Así la ciudad donde se sola religión se quedaría amargamente desengañado. o se
formó la primera iglesia gentil (Hch. 1 L20 21); donde los trataba meramente de la presencí a de los romanos y de sus
discípulos fueron llamado. primeramente cri tianos (Hch, parudarios de una cantidad más o menos Influyente de co-
11:26)· donde Pablc ejercié duran e tamo tiemp· $U mini te- lonos extranjero in que la misma T1erra Santa era un pa s
río, y de donde comenzó sus viajes misioneros estaba, cosa de razas mezcladas y mu tu amente hostiles de interese di v, -
signiñcanva, justa afuera. de la tierra de Israel. Inmediata- elidas. donde se levantaban templos paganos al lado del fari-
mente al sur se encontraba el país sobre el que los rabinos saísmo más extremo y puntilloso y donde prevalecían abíer-
reclamaban todo el poder. Viajando hacia el sur, el primer iameme ritos y usos paganos. De una manera general esto _
dí trito al que llegaba era el conocido en los evangelios fácilmente comprensible. Porque los que volvieron de Ba · -
como -s la · partes de Ti ro y de Si dén» (Mt 15 �21 . San Mar- Jonia eran elativamente pocos- y es cosa abiertamente cono-
co - describe el dístrito más particularmente (Mr. 7 :24), RV) cída que no ocuparon la tierra en su anterior extensión.
como «los términos de Tiro y de Sidón». Éstos se extendían, Durante el turbulento período que siguió a este regreso, hubo
según Josefo (Guerras de los Judios, Il. 3, 1)., en la época una constante entrada de paganos y se hicieron mcesantes
de nuestro Señor, desde el Mediterraneo hacia el Jordán. F e intentos de introducción y perpetuación de elementos extra-
a estos términos extremos de «ta tierra» a los que e retiro ños, Incluso el lenguaje de I · rael había su rido un cambie
Jesús de los fariseos, cuando ellos. se ofendieron ante su Con el paso del tiempo el antiguo hebreo había cedido todo
oposición al «ciego» rrartícíonalismo de ellos; y aquí Él sanó, el territorio al dialecto arameo, excepto en el culto público
con la palabra de u poder, a la hija de «la mujer can nea». en las eruditas academias de doctores teológicos. Palabras
u a grandeza de fe acó de sus labios unas pal abra de y nombres que aparecen en los evangelios como Raka, Abb
precioso encomio (Mt. 15:28; Mr. 7:29). Era un distrito Golgoth . Gabata Akel-Dama, Bartholomaios Barabba
mayormente pagano donde el Salvador pronunció la palabra Bar-Jesüs, y las varias citas verbales, son todas arameas .. E
sanadora, y dond la mujer no estaba dispuesta a dejar que probabl emente en esta lengua qne se dirigió Pablo a la enfure-
el Mesías d I rael se fuera sin recibir respuesta de Él. Ella · da muchedum bre, d pie en Iaescaleraque Ilevaba del Tem pl
misma era gentil. n verdad no sólo aquel di trito, sino todo a la torre Antonia (Hch. 21.40� 22). Pero junto con el ara-
alred r · el mismo, y más adelante 1 territorio de Felipe, meo hebraico -porqu así designaríamo el lenguaje- l'
era casi totalmente pagano. Más que esto y por extraño que lengua griega había ido abriéndose paso entre el pueblo. _
pueda parecer, alrededor de los distritos en que vivían los misma Misná contiene una muy grande cantidad de palabras·
judíos el país estaba rodeado, por así decirlo por nació- griegas y latinas con sufijos hebreo , mostrando cuán profun-
nalid ades e tranjera y por ultos, ritos y usos pagano . damente habían afectado la ida y las costumbres gentile ·
Para comprender apropiad amente la historia del tiempo y incluso de aquellos qt e tanto la aborrecían y, por deduc-

4

i.O
ó i cuan profundamente deben haber impregnado la soci e· culto. a la diosa fenicia Astartée al antiguo dio sirio del sol
dad judí a en general. ero. además, habla sido durante mucho in 1 1 d l egipcio Amón. ju Lo con el d e loa bien o -
1

tiempo la política de · us gobernante impul ar sisrernatica- cidas d ídades griega ·. mimo puede decirse �te la refi- 1 '1 1

mente tod lo que fuera griego en ideología y sentimiento. • 1


nada Damasco, cuyo terrirorío constituí 1
a .uí f termino e
Se precisó d 1 bstinada de1 c1 i ióon d el Ians: a'1ísmo si n1 o de
1.
1 1 1 1
r:rr.1110 d Palestina.. Pasando del término oriental al occidental
1 1

u tanate mo para impedir u xí1to, y esto puede quizáa expli- de Palestina encontramos que en Tiro , Toíemaida los ri1 ,
car e.:n p rt lo extremoso de u antagonismo centra todo lo frigio , egipcio , fenicios y griegos se h a,cían la competencia
que fuera gennl. Un breve e amen del estado religioso d los en pe �.. de la preeminencia. En l centro de Pale. ti a a pesar

distritos más exteriores del país pued poner to bl a' jo una


1
de ta prer n ·¡6, n de los samaritanos de ser l 1
uní o Ye
· rda-
L

luz más clara. d ros representantes de la re1 igílén d Moisés el mi mo nom


1
En e' extrem nororiental d l tíerra ocupando n p n bre de la capital de ello Sebasté por Samaria, mostraba cuán
1

la ant1 ig. ua posesi:1ón 1 1 ¡


(1 Mana e· , s ene mr1,aban la provín- t talmente helenizada e taba aquella provincia. Herodes tam-

eras P rtenecientes al tetrarca Felip e. (Le. 3.1). Hay muchos , bi n había e n truidc en Samaria un magnítl _ o templo "-

puntos alli que son entraña, br l-es para la memoria cristiana. ugusto: y no puede ha er duda alguna d que prevalecían
Después del exilio estos distritos habían sldo ocupado por
gu
� i .3! qnc
la J.e_ng':lª griega también los ritos griegos y
Idolatrta Otro distrito extremo Decáapolis M 4.25· 1v
nómadas salvajes dcdic dos 1a rapiña. como lo beduinos
1 1

-----de nuestros tiempos-Bstes-vivfau-prineipalments en enormes ·20· :31 . era casi totalmente griego en consti ci n,
cue Vas, dond guardaban sus provisiones, y en caso de ataque
1 Iengua y culto. Era de hecho una federación de diez ciudad
se defendí1a, n a sí mismos y a sus rebaños. Herodes el Grande
1
paganas dentro del t,_ rntorío de sraei, poseyendo un gobierno
y su sucesores los hab ían sometido y establecido emre ellos propior En realidad las mismas e udade - no son - siempre
a una gran cannf'dad de colonos judíos e idumeos �los pr] ime-
1. 1
'
igualmente enumeradas por diferente, s escrito es. 1 señaalare-
ros traídos de Babilonia, bajo el caudillaje d e un tal Zamarí ,
mo. · 1 a s más importante para los lectores del Nuevo Testa-
y atraídos, como los mode1 rno colonos alemanes en zonas <fe
1
1 1 1 mento. Escitópolis la antigua Bet-seáQn (i Jos 17; 11. 16� J e.
'r

Rusia, por la exención de unpue · tos-. P ro la Inmensa m 1�27 1 S. 31.:10- l2. etc. ), erala · unica de estas ciudades qu·
----yoña--de-1 -pueblo- ."'- -sient!e-s,'rie� ��ru - , áFl:}a º
¡
se encontraba al oeste del Jordán_ S - . ontt .
1 1 1
cuarr.o,
os y paganos. En realidad. allí el culto a los antiguos dioses horas al sor de Tiberias. Gadara ta capital d er�a, nos es,,_---

sirios apenas si había dejado paso a los más refinados nto cono�da por Mt 8:2&; Mr. 5:1; Le. 8:26. Por último 1ugar
1 1 1

42
de Grecia. Fne en esto s Jugare donde Pedro hizo aquella no- menci namos como especialmente interesante la ciudad de
obediencia a la advertencia de nuestro Señnor (Mt. 24.15-2 l.
fi ]e confesión d e fe sobre la que; como obre una peña, ría Pella, el lugar al cual huyeron los cristianos de Jerusalén en
1 1 1

edificad la Igles ia, Pero Cesárea de Filipo ·. era originalmente


para escapar a fa suene de la ciudad cuando "rue finalmente.
1 1

B arrías o Panías, 'Una ciudad dedi cada al d: os Pan· y su cambio

de nombre no indicabí a una dirección más hacia-el judaísmo


I sitiada por los romanos. La situación de1 Pella no ha 1
Ldo

por parte de sus habitantes. En realidad allí habfa construido determinada satisfactoriamente, pero probablemente no , e

Herodes el Grand-e un templo dedicado a Augusto. Pero ape-


1 1 1 1
encontraba a mucha distancia de la amígua Jabes'· de Galaad_ 1
1

nas si son necesarios máa · pa rticulares, por cuanto :eci entes


inve tíg\ acíones han sacado a l aluz por todas panes restos del l 2.·. o en Caspari, Chronol. Geogr_ Einl.
amparar la plena discusión 1 1
itL d.
l:.,eb. enJ_ C•• págs_ 87 90.

42
Pe-ro volvamo · a nuestro tema. Por lo que e ha dicho se visible desde mar adentro, Pero, qu .. podía esperarse cuando
verá que quedaban sólo la Galilea y Judea propia e a qo la m..i rna Jerusalén Herodes había edificado nn magnífico
deben buscarse posturas y maneras estrictamente judías. t atro y un anfiteatro, a donde se llevaban gladíadore de m-
Cada una de estas regiones sera descrita deralladamente. Por as parte. · el mundo, y donde se celebraban Juegos con u
ahora será suficiente señalar que la Galilea norenemal o Alta carácter toratm nte amíjudto paganos en su espíritu y renden-
estaba en gran parte habitada por gentiles: fenicio , hi , cia? Josefo Antigüedades. XV� 81 1),. Los avo ritos y cense-
13
árabes y griego 1 de donde le iene el ombre de «Galilea j - ros con los que el monarca se rodeaba eran paganos a111
de los gentiles» (Mt. 4: 15 � Es extraño . cómo prevalecía el donde pudieron él o sus sucesores. levantaron templos paga-
elemento pagano en muchas de estas ciudades con las que no . y en toda ocasión promo ían la expansión de la� ide,. s
estamos familiarizados gracias al Nuevo Testamento. Tibe- griegas. P ro rempre profesaban ser judíos; no estaban dís-
rias .. que dio su nombre a] 'lago era de origen reciente en puestos a enfrentarse a los prejuicios judíos en realid
tiempos de Cristo, habiendo sido constnnda por el. tetrarca como lo muestran la construcción del Templ o, la frecuente
Herodes Antípas (el Herodes. de la historia evangélica) y apelación a Roma en favor de la causa del s judíos cuando
recibió su nombre en honor del emperador Tiberio. Aunque eran cprímidos, y muchos otros he hos. las herodiano hubi -
recibió de �o. fundador muchos pnvllegíos, como casas y tie- ran des ado mantenerse en buenas relacíon e n el partí
rras. para sus babi tantes y exención de ímpuestos mame- . acronalísta o más bien emplearlo en beneficio propio. Y así
níéndose. esto en v or bajo Vespasiano después de la guerra fue expandiéndose e helenismo .. El griego ya era hablado y
Judía Herodes tuvo que coiomzar,Ia a la fuerza. por 1o _que comprendido por todas las clases educadas del pars; era
respectaba a sus pocos moradores rndío?. Porq�.e la localidad
nece ari o para la relación 'Con las autoridades romanas. con
donde la ciudad se levantaba babia sido antiguamente un I s muchos funcionarios civiles y militares y con los extran-
cementerio, y por ello todo el terreno era levítícamente impu- jeros· la «inscripción» en las monedas estaba en gnego, aun
ro (Josefa Antigüedades 2 3). Ast por muy célebre que que para aplacar a los Judíos nmguno de los primeros Hero
haya negado a ser después como la gran y. última sede del de pu se en ellas su imagen," Cosa significativa, fue H redes
Sanedrín judío. fue en su origen principalmente ajena al , grípa 1, el asesino de Santiago y fallido asesino de an P.
judafsmo. Gaza tenía su deidad local· en A. calón se adoraba dro, quien irun du.10 la practica antíjudía de imágene en Ia.
a Astarté: Jope era la loe ali dad en la que, para la época _en monedas. Así iba avanzando por todos los frente el elemento
que Pedro tuvo allí su visión segufan mostrando sobr _. las foráneo. Era inevitable o bien un cambio o bien un enfrenta
rocas de la costa .as marcas de las cadenas con que se decía miento en un futuro no ejano,
que. Andrómeda había sido encadenad cuando Perseo acudió �Y ué del mismo [udaísmo en aquel período? Estaba mi-
a Iíbers rl Ce area era una ciudad esencialmente pagana serablemente dividido aunque no hubiera tenido lugar níngu-
aunque all vivieran muchos judíos y uno us adornos mas na separación exterior, os , anseos y los saduceos sostenían
conspicuos era mm templo dedícado a ugusro levantado
sobr-e un monte enfrente de la boca del puerto, para que fuera
14. La moneda mencionada en M 22·20,.que peesentaba una rimagene
así corno una «ínscripcién» tiene por ello que haber sido bien acuñada
en Roma. � bien del 'tel'rarca Felipe, que fue el primero en introducir 1
una.gen d_e César en m nedas estrieramente judías.
w

principios opuestos y se aborrecran mutuamente: Ios esenios transacciones con lo gentiles, a fin de no darles ninguna
menospreciaban a ambos. Dentro del farisef mo las escuelas ayuda directa o indirecta para sus ritos' y esta prohibicióon se
del Hillel y de Snammai se contradecían entre í en a - cada extendía incluso a las Be tas privadas. corno un cumpleaño •
punto. Pero ambas se unían en su ilimitado meno' precio _ e el díJ a de- regreso de un viaje, ere. En las ocasione.. festiva. fo
que ellos designaban como <<el común de la gentes -lm paganas el judfo piadoso debía evitar. si fuera posibl _ pasar 1

que no ten an una ormacíl.o _ n tradicional y que par ello a bien a través de una. ciudad pagana, y de s de luego evitar todo tip.n
eran incapaces o bien no estaban d1 .puestos a tornar parte en de tratos con tíe · das que estuvieran adornadas. festivamente,
Ias discosjones o a llevar la: carga de las ordenan z a . legate Era ilegítimo para los obreros judíos ayudaren cualquier cos
que constituí _ la prin ípal maten a del tradicionali "IDO--.. que pudiera tener que ver con 1 culto pagano o con el gobíer-
H bía soto un entimiento común a todos ----alms y bajos_., no gentil inc uyéendose en esto. último la edificación de juzga-
ricos y pobres? instruidos y sin lnstrucció on-: cl de intenso un dos Y edí lelos similares. o es necesario explicar en qu
odio a. los extranjeros. Los rudos galileos eran tan «naciona- amp itud ni hasta qué detalle llevaba acabo la prolijidad fari-
tes como los más: puntillosos fariseos; en realidad ·en la m1e- saica todas estas ordenanzas. Sabemos. po el Nuevo Testa-
rra contra Roma dieron el ma or número de soldados y los mento. que entrar en casa de un pagano contaminaba hasta,
más valientes. En todas partes estaban los extranie ros a ta el atardec r Jn. 18:28) y que estaba prohibida toda relaci.6.
vi ta, para ellos eran los impuestos que e exigíl an, los solda- amistosa con los gentiles (Hch. 10:28). ·T n terrible era 'f
ó.os, los tnbunales-de-in1is1llcai.nS'land3-w e gobiemo.En.Jeru= intolerancia que las. mujeres Judías teníru1-- ha_ _,s_ ta prohíbído..
satén se encontraban por encima del Templo como guardia ayudar a. su vecina pagana cuando estuVlera para dar a luz!
n la torre Antonia e incluso tení1.an_ 1 a custodia de las vestíldu' - ( vod. S. , 1 .. No era cosa nueva para san Pablo cuand

ras del sumo sacerdote." por lo que. ante de oficiar era eJ los corintios- preguntaron acerca de a legitimidad dela carne
Templo ¡tenía que solícnarlos siempre al pi curador o a . u ve_ ndída en las carnicerías o servida en un banquete Co

representante! Eran sólo más tolerables, al ser paganos sbler- 10:25! 27, 28). Evidentemente tema en mente la ley rabínic
tos, que los herodianos, que mezclaban el judaísmo con el acerca de ello, mientras que por una parte evitaba la.
pagani�mot y que,, habiendo venido de esclavos extranjeros servidumbre fari aica de la letra y, por la otra. advertía en
se ta an arroga o para si et rema� - :Ma-c::�----------C.CU:1tta-aeviolentaría- .--pro;pi...i}.-conciencia_Jt1-Qfetidet:Ja�_.,u_;;-ul,U..----
Los lectores del Nuevo Te t m nto b n qué separaciéOn ' observador, Porque, egün el rabí Akiba, «la carne q le 1 están i

habían e tablecido los judío fariseos entre ellos mismos y pat ra ser llevada al cu to pagano es Ieg 'lima, pero la que vien e;

los p ganes. Se entenderá fácilmente que todo contacto con de·él está prohi ida, porq e e orno lo sacrificios...., de 1 os

el paganismo toda ayuda a us ritos debiera haber sido


}f muertos» Avod. S. Il._3). Pero La separación Iba mucho más.
prohibido, y que en la relación social e evitaba toda coma- allá de lo que las mentes ordinarias pudieran estar disp est
minací1ó0n levítica surgiendo del uso d. Jo que era «comúun o a aceptar. La leche ordeñada d. una vaca por manos gentile
inmundo», ero e farísaísmo iba mucho más kj o s que esto. Y el pan Y el aceite preparados por ellos podían ser vendido

Tres. días antes de un festival p gano se prolnbtan todas las lo- extranjeros, pero no usados por los israelitas. Desde
ª· luego. nmgun judfo piadoso se hubiera entado a la mesad
1!55, L. pr,ááá.c.tú
ic:'aa cccooom
meeennnzó
m óó dddeee u'Unnnaaa ma
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aa bbbieeennn ino
ooccceeenttteee,,, E
El sssum
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eerrrdddot
tt e un gentil (Hch, 11 ·3 ·. G á. 2: 12) Si un pagano era Invitado
H
Hiiirrrcccaaannno., q.:qqu1.me ed
H ee dddeee B
ddiiifffiiicccóóó lllaaa tttooorrrre Baaariiisss,,, dddep
B pp osiiitéó allíí sssuuu rrr ,ppaj� yyy su
uusss 'hhi
iijjjooosss · ontf-nuan,:n esta prá-·cti'e a,,
a ma casa judía, no podfa ser dejado solo en la estancia pue

7
..
en caso contrario se consideraba q e todos lo - anfcu os a i- cumplir sus demandas en favor de mbo La revelación

menrici os o bebidas en la mesa eran impuros. Si e le- com- �esp�ra� a y revelación ro á inopi nada, de de el punto de

praban útiles de cocina tenían que ser purificados con fuego vista .Judm, _ fue la de la demolición de la pared Intermedl -
o agua· los cuchillos debían ser vueltos a afilar los espetones de separación entre judíos y gentiles quitando la enemista,
calentados al rojo vivo antes de emplearlos, etc. No era d�fa ley, ·�lavándola en su cruz. No había nada análogo a esto:
legítimo arrendar la casa ni el campo. ni vender ganado , ru e pod1a encontrar una sola. in ínuacion ni en la enseñan-
un pagno; cu alquíer artículo que e tuviera relacionado, con el za ni en el espíritu de aquellos tiempos, Bien al revés. Desde.
paganismo, aunque fuera de manera muy indirecta, tenía que l ego. lo más contrapuesto a risco fueron us ti m ·
ser destruido. Así, si una lanzadera de telar había sido hecha
mayor de todas las rnaravillas-c-eel misrerio que había e;ta 01
oc�:�o desde los siglos y generaciones pasadass-c- la fun-
de la madera de un bosque dedicado - · ídolos, cada artículo dación de una lil · ia unive al.
de vestido hecho con ella debía ser destruido: -y si aquellas
p · ezas babfaa sido mezcladas con otras cuya fabricaci n no
pudiera tener ninguna objeción, todas ellas quedaban coma-
minadas y debían ser destruidas,"
Éstas .son sólo unas declaraciones generales para mostrar
los sentimientos dominantes. Seña fácil demostrar cómo
impregnaban todas las relaciones de la vida, Los. paganos,
aunque eran frecuentemente tolerantes, naturalmente orna-
ban represalias. La circuncisión, el reposo sabático el culto
a un Dio - invisible, y Ia abstinencia judía de comer cerdo,
constituían un tema Inacabable de las burlas de, tos paganos,"
Los conquistadores no suelen cuidarse de ocultar .Su menos-
precio por los vencidos especialmente cuando éstos presu-
men de menospreciarlos y odiarlos. A la vista de esto, qué
increíble puede haber parecido la verdad que el Señor Jesu
cristo proclamó entre srael como el objeto de su venida y
reino no el hacer Judíos de loo gen iles, sino de ambos hijos
de un Padre Celestial; no impo era los paganos el yugo e
la ley, sino librar de él a judíos y a gentiles, o más bien, ·a

16. Estos particulares están recogidos del tratado Avodak Sarah. (sobre
cultos jcl:olátrioos) de Ia Misná, aunqu0 aqu.í se ha da.do a. propésite solo
un bosquejo general,
I 7. Para detalles, compárese la bien conocida J valiosa coleccién de Me,ier
{Judaica seu vet ser. praf. de reb. Jud; frag ..
-

Ill
EN GALILEA EN LA ÉPOCA DE
NUESTRO SEÑOR

«Si alguien quiere enriquecers qu a a al norte · -


desea adquirir sabiduría que venga al sur,» Éste era- el dicho
con el que el orgullo rabínico distinguí entre la rique ·
material de · alilea y la supremacía en erudición tradicio
--------------------------------- qy. pretendían-las-aeademías-de la-Judea propia. Per-o:-¡-ay-1--
no pasó mucho tiempo ames que Judea perdiera esta dudo
distinción, y que sus escue as peregrinaran hacia el norte. aca-
bando estableciéndose junto al lago de Genesaret, ¡y en aque-
lla misma ciudad de Tiberias que. antaño. había sido consíde-
rada como inmunda! Ciertamente, fa historia de las naciones
registra el juici de las mi · as;' y e· extrañamente significa
tívo que la colección autoritativa de la ley fradic"ona jud a.
-------------------------------�.eooecicla-oom � l-a-Mi-�-e-1--llan,-ad-o-Tolmud---de--.Jero�a-.-, ,; ----
que forma suco entario palestínense.tsalieran finalmente d -
lo que fue originalmente una ciudad pagan ., construida sobre

l. La historia de las nacicnaes es la Néril.esis de las- naciones» («Die


Waitge chi !hte is t das Wehgerích:» ), escrib · S�ltiller.
2. Hay dos Talrnuds del texto de la Misná: el de Jerusalén y el de Babilonia.
El Talmud d "Babilonia es eensíderablemente más reci ente que el de
Jerusalén y sus tradiciones "'Stán más proflln:damente teñidas de supers-
tieién y errores de iodo tipo. También para propósitos. históricos. 1el Talmt»
de Jerusalén es mucho més valioso Y' de mucha mayor autoridad que el -
1as Esce la Oriwt1,1J- . -

�1
B"� si est? se considera orno un extremo, dos ejemplo .
el empla.zami nto de uno viejos y olvidados epulcros Pe, �. cogiao3 c��,a al az�r� uno de la vida retiglosa, y otro de l
en tanto que ,e - alén y Judea fueron el centro de la erudición
judía no había término de meno spreclo suñcient mente
vida ord�-ana - serviran I?ªTª i1u trar realidad. Apenas si
se podría imaginar un mejor paralcl de la oración del fari
duros para expresar el arrogante desdén con el qu -· un r i-· . ue lo que s1g�e. Lccmo_s en el Talmud (Jer. Ber. IV 2) que
nista normal consideraba a sus correligionarios del norte, _ a un céL�bre rabino, al salir cada ,dfa de la academia oraba en
despreciativas palabras de Natanael '(In. 1:46): t�¿.De Nazaret eswsyimimos: «Te d y las radas oh Señor mi Dios y Dios
puede saílr algo bueno?», uenan a un dicho común d este d mis padre , ue lÚ haya . puesto mi parte entre los que
período: y la reprensión d los fariseos a icodemo (Jn. �nell fil! las esc�elas. y las sinagoga " y no ntre los que van
7:52): «Escudriña y ve que de Galilea nunca he surgido in- .al teatro Y al CffCO. Porque tamo yo como e los trabajamo
gún profeta fue salpicada con la burlona pregunta; <<¿Acaso estamos ex�e�tantt:!s -yo para heredar vida rema, y · lle -
fes tú también galileo?» No se trataba meramente de una pa a u destrución->-. > La otra ilu traci6n tomada también
superiorid d consciente. como la que los «de l ciu ad de na o rara' mica es, si, fuera posible. todavía más ofensí-
como solían er llamado lo habitante de Jerusalén, . e decía va. Re ulta que el rabi Jannai, mientras viaj ba.. conoció a un
ue exhibían comúnmente ante sus «primos del camp > _ h?mbre al qu,e consJder_aba u Igual, Uegó el momento en qu
todo 1 dem 7 mo un desprecio o· cnsrv , expresado a
veces con una zafiedad casi increíble con una ausencia total
de delicadeza · de caridad, pero siempre con mucha y piadosa
dancia =
n�evo amigo lo mv tó a comer y puso delante- de é abun-
,com�da y bebida Pero se habfan suscitado sospe-
chas en el rabi. ornenzó a probar u 11.n ñrrídn s cesrv a
auroañrmacíon. La frase «Dios� te doy gracias porque no s y e� e n preguntas sobre el texto de las Escrituras. sobre
como los demás hombres» (Le. l : 11 parece el aliento �·s�á . inte;P_rc.tacione alegórica y finalmente obre
natural del rabinismo en compañí a de los iletrados, y de todos a�1d:1na talmúdica. ¡Art En ninguno de estos puntos pud
.os que en cons de dos ínferi res in electnales o reíígío- atrstacer al rabí. Tenmnó la. comida, y 1 rabí Jarmai, qu
sos: y la historia parabólica del fariseo y del publicano en e. para aquel entonces i�dudahlemente había expresado todo e
vangelio no es ntada por la ·e pedal condena. de aquella desden Y �eno precio de un rabíni sta nonn al hacia lo ·
oración sino como caracterí rica de todo el espíritu del fari- tle ados pidi: .� su anfitri�n como era u ual, que tomara la
seísmo incluso al acercarse a Dios. «Esta gente que. no cono- copa de bendición y que diera las gracias. Per e e últim
ce. la ley (e to es, la ley tradicional son unos rnaldttos.» Esta estaba ya lo suficienteme te humillado y respondió, con u a
frase era el brusco sumario d la stimacién que tenían l s mezci_a d� deferencia oriental y de rn destía Judía. «Qu
abino de la opinión popular. Llegaba tal grado que lo annm mismo dé la gradas en su propia casa,» «En todo
fariseos hubieran deseado excluirlos no sólo de 1 s re 'acíones caso»_ observó eI rabí, << uedes unirte a rní»: y cuando e
normales sino de la capacidad de dar testimonio. y que inc u- anfitn� hubo expresado su ª:cuerdo, Jannai dijo�" ¡ Un p rr
.so aplicaran al matrímonlo con ellos un pasaje como Dt. ha comido del pan de. Jannail »
_ La historia imparcial. empero, debe registrar un juicio di-
27:21. fer�me, sobre lo� hombres de Galilea que el dictado por lo
rabi� ello incluso en aquello por lo que eran menos-
3. Todo - lo que síen tan curio idad por er hasta cuán lejos: podía llegar preciados por los líderes de Israel . A gnnas de us pecuha-
la soberbia farisaica en su menosprecio de la población rural deberían leer
Pe..1r. 49 a y b.
rídade de de luego se debran a circunstancias territorial ,
1
· 14). En el Talmu d es mencionada con el nom re ele Zefa

La provincia de altlea -cuyo nombre podría tradu i y mencionada como una de as esracrone de señn ales desd
como «circuito», derivándose de un v rbo que igni nea « _ - donde se transmitía la proclamación de la nueva luna, hecha
currir en un círculo))'- comprendía las aruiguas posesiones por el Sanedrín en Jerusalén? y con ella el principio de cad
de cuatro tribus: l. acar, Zabu1. n, Neftalí y A er, Este nombre mes, mediante fogatas de colina en colina por toda la tierra,
aparece ya en eí Antiguo Testamenro �cf. Jos. 20:7· 1 R. Y· 11- y al este del J:ordán. cubriendo la gran distancia hacia los de
2 R. J 5=29; I Cr. :76; y especialmente Is. 9: 1 . .n tiempos la di per Sílé
On,
de Cristo se e tendía hacia el norte a 1 po e áonc de iro La zona montañosa en eí norte de 1·a Alta Galilea exhibf
por un lado y a Siria po · el otro; al m· hmitaba con Samaria, un maravilloso paisaje con un aire foniñ 11cente. 'Es aquíl qu
el monte Carmelo al ce . te! y el dí . tri to de Escit6po! is e· n s da una parte del argumento del Cantar de los: Cantares Cnt.

Decápoli.J al este, mientras que el J rdán y el lago de Gene- 7 5 . Pero sus cuevas y fortalezas así como el terrítorio panta.
saret constitufan el Ifmíte oriental general. Así" considerado. noso, cubierto de ·. añas a lo largo del lago Merorn. daban
lnc uíría nombres a los qne , e unen reminiscencias como ( los refugí a los bandíd s a los proscritos y a lo caudillos rebe �
montes d'e Gí1lboa», donde < Israel y Saúl cayeron · l menan- d s. Algunos de los per onaies má · peligro o · procedían d
dad»: e1 pequeño HermólJn, el Tabor, el Carmeío, - ague gran s tierras altas de Galilea. Algo más al sur cambiaba el paisa-
campo de batalla de Palestina la llanura de Jezreel, Tanto el íe. Al sur dellago Merom donde el llamado puente de Jacob

---- �alrmid-tomg oserg-I.ad.1vid:e1u:nu:eJ:aA1ta_y.l a.Bajailalilea, c:.,.,�1 Jordán� lle.gam·•"', 1 grannna.de.carazanaa.qr e f.


entre las cuales los rabinos interponen el distrito de Tiberías Damasco al este con el gran mercado de Tolemaida.. en J · .
como. la Media Galilea.4 Nos viene al memoria la htstona e sta del Mediterráneo ·Qué agitación presentaba continua
de Zaqueo (Le. 19:4) por I señnal que dan los rabino· para mente esta vía en los tiempos de nuestro Señor y cuánto
distinguir entre la Alta y la BaJa Galilea La primera con:}�len- - oficios y ocupaciones suscitaba! Pasaban durante todo el dt ·
za ani «donde tos sicéomoros dejan de crecer», El sicéomoro hileras de camellos de m111�s-� de asnos" cargados. de riqueza
que es una especie de higuera, no debe ser naturalrnente con- de Orí1e:[l te destinadas al lejano Occidente. o llevando lo
fundido con el nuestro e a un árbol de hoja perenne. Iuíos de Occidente al Iejano Oriente. AqüI se. veíl a a viajeros
----íáeilmeate-de-snoi '· · · l8.;42J� creciendo , , de · d 'ti o: · u íos gri,e.gi r m m r d re del O en-
en el valle de1 Jordán o et! la Baja Galilea hasta la costa: La . La constante relación con los extranjeros, y el estable ·.;._
mención de este árbol puede también servimos para deter- miento de tantos extranjeros a lo largo de una de las grandes
mmar la l o calidad donde e1 Señor pronunció sus palabras en rutas d' 1 mundo. tiene que haberhecho que el mezquino Iana-
Le, 17.,6. Los rabinos mencionan Kefar Hananyah, probable- tismo de Judea fuera casi imposible en Galilea..
mente a moderna Kefr Anan, al noroeste de Safed como el Estamos ahora en la Galilea propia, y apenas si se podrla
prime r lugar en la Alta Galileaª Safed era en verdad una
ciudad asentada sobre un monte»; y puede que estuviera a la
vista del Señor cuando pronunc.ió el Sennón del Monte Mt.
. Véase mi libro sobre. El Tempio: su mini.rlerio y servidos er:, lo épo
de Jesucri to. c.(,pítulo X, apmtado «La nueva lnna», y , apíntlo }(V.
apartado 1 1 :La determinación de Ia nueva luna»

55
e ncebir una región m· fértil o hermosa." Era verdadera- el campo y las viñas y plantaciones frutale todo era actívt . .
mente la tierra donde · ser mojaba en aceite su pie (DL dad. La gran carretera atravesaba Galilea, mrando en ella por
3·24). ¡L n bino se refieren al aceite como fluyendo onde e salva el Jordán mediante el llamado pu nte de
e mo un rf dicen que era rna fácil criar una plantación Jac b tocaba luego !pem u 1

escendía Nazaret y pro-


de olivos en G lilca q e un niñ n Judea! EJ vino, aunque egufa hasta la costa. Esta era una ventaja ue tenía azaret:
no tan abundante orno el aceite era generoso y rico. El trígo que es ab en la carretera del tráfico y relación del mund ·.
recía en abundancia. esp cialrnente en las cercanías de Otra peculiaridad es extrañamente desconocida po tos escri-
Capernaum: también iultivaba el lino. El costo de la vida . re - cristianos. S sabe por los antiguos escritos rabrnlcos'
r· mucho má arate que sn Judea donde se decía que una que Nazaret era una de a estaciones del a erdotes, Todos-
medida co taba tanto corno cinco en 'G m a. Lo frutos · r·-- los sac rdotes estaban repartidos entre veinticuatro órdenes
cían también a fo perfección- y eran probablemente debido uno de los cuales estaba siempre de ervicío en el Templo.
a los celos por parle de los habitantes da Jerusalén que no Ahora bien. los sacerdotes del o.rdenque íba a estar de guardí .
permití ran que fuera vendido en I ciudad durant 1 . festivi- siempre reunían en ciertas ciudades desde as que s
dades, r qu ·. los visitantes no Ilcgs ran a decir: «f : mes dirigían juntos al Temp o; los que no podían ir pasaban J
venido sólo a probar los frutos de Galile .»7 Joscfo se reñ e ana en ayuno y oración por sus hermano . azaret e
al país en términos totalmente arreb tactos. Cuenta no menos m10 de estos centros sacerd tales; así que por allí, cosa sim-
de 40 ciudades y pueblos, y dice que 1 más pequeno tení . bólicamente significativa, pasaban tanto tos que efectuaban
¡no menos d 15.0001,u_itante ! Esto. naturalmente debe se
una gran exageración, ya que haría que el país tuviera una
el tráfico del mundo COIDO los que ervtan
1
en
el Templo.
Hemo hablado de Nazaret: y puede ser interesante echar
población dos veces má d ns que los más densos di trítos una ojeada a o os lugares en Galilea que íe mencionan en
de Inglaterra o Bélgica. Alguien ha comparado a Galilea con el Nuevo Testamento. Junto al lago se, encontraba, ál norte
l di trito rnanu .aetureros de Gran Bretaña, Es:ta compara- "apemaum que era una ciudad grande; cerca de ella estab
ción naturalmente, e de aplicación élo al hecho d vida C razín, tan célebre por su trigo que, si hubiera estado más
acuva, aunque también se Ilevaban acabo vanas a tivídad :. cerca de Jerusalén, habría i o empleado para el Templo;"
industriale =-grandes talleres de cerámica de diferente ti- también Betsaida 10 cuyo nombre, «casa de. peces» indica ·s.
pos, y tinrorertas=-. Desde las alturas de· Galilea el ojo repo- principal actividad. Capemaum .era la estación , . a que Ma- 1

saba obre puertos. U nos de naves mercantes, y sobr 1 ruar teo e sentaba en el banco de. los ..ríburos (ML 9:9". :A.l sur
punteado , n ·�. ne velas. AHi, junto al sta y también de _pemaum e centraba Magd alá , ciudad de los
tierra adentro echaban su humo 1 · hornos donde e haeí
v· drio: a lo largo d 1 gran ruta se moví n las caravanas· n

:· Véase la referencia en Neubauer, pág .. 190.


9. Men.. 5 a.
6. Véase también. generalmente, un interesante anfculo.sobrc · La ferrilídad lO Había dos lugares con cst n mbre uno al este del Jordán Bets d-
de la .antigu Palestina» en fo. re ista Quart,ul)J Statemeru &f tk. fa.le tb: .· Jc li� a Jaque ae hace referencía on Le. 9: 10; Mr. :22; la otra en la costa
Ex.pl(!ralion Fund de juli de l 7 , p:gs. 12 -132 cidental del la.,go de Gamea. [a ciudad natal de André, � de Felipe (J: .
7_ .Pes� s b. 1 ··44), Ver también Mr. 6:45· Mt. n�21· Le. 10:13; Jn. 12:21.
- 11
tintoreros, el hogar de María Magdalena (Mr. 15:40· 16:1; L con creyemtes hebreos. Algunos han ido más allá y han
8:2· In, 20:1 . El Talmud nenciona sus tiendas y sus teje- ncontrado trazas de la general extensión de tales posturas-
durías de lana habla de su gran nqueza, pero se refiere tam en el hecho de que sea introducido un maestro g alileü

bien a la gran corrupción de sus habitantes. 'Tiberias, que Babilonia como proponiendo la ciencia del Merkabah, o la
había ido construida poco antes del tiempo de Cri to, es sóolo docrrínas míJ. sticas relacionadas con la vi ion de Ezequiel d ¡
incidentalmente mencionada en el Nuevo Testamento (Jn, carro divino que ciertamente contenía elementos estrecha-
: l 23; 21: I). En aquel tiempo era una espléndida ciudad mente aproximados a las doctrin fil,.,, cristiana. del Legos, d l

aunque pñncipalmenm de caréacter pagano. cu�os magníficos l. - Tlinid .. d etc, También se han sospechado posiciones trini
edIi'ficio contrastaban con las casas más humildes comunes 'l'a rías en la ignlñ ncación dada al número «tres» por un mae -
enla región. En el extremo meridional del lago se encontraba uo galileo del 1glo te re ro, de esta manera: «Bcnd ito e
Tariquea, la gran pesquería desde donde se exportaba pe ca= ios que ha dado las tres leyes (el Pentateuco los Profetas
do conservado en toneles (Estrabón, XVI. 2·J, Fue allí que. Y los Hagiógrafos) a un puebl consmuldo por tres clase,
durante la gran guerra romana> se 1ibró una espec e de batalla (sacerdotes, levitas y. laicos), por medio de aqucl que era el
naval eme acabó- en una terrible degollina.- enta que los roma- más joven de tres (Miriam.. Aar6n y Moisés I en I dfa tercero
nos no dí1eron cuarte , con 1O- que es lago quedoé ·teñido de Tojo ,e
( le su separación -E , 19:16} , y en el me tercero,» Hav

00111a
sangre de las víJ ctimas, y la ribera quedó pestilente a adema 011·0 dicho de un rabino galileo, referido a la resurree-
---mtusa d sus cadáveres, -Canaá-de-Galílea-er la c.iudatLnatal cidn que, aunque dísra mucbc de.estar. c.lMG p�g_qu€ t€ng,
de Natanael In. 21 :2), donde Cristo llevó a cabo su primer una apli_caci6n cristiana. Finalmente, el MidI"ás aplica 1
milagro . J [I, 2. -11 )�. también fue significativa . en relación ·exp sion «e' pecador quedará en ella preso» (Ec: 7 26) al

con el segundo milagro que se vio allí. en el que el vino nuevo an t· eriormente mencionado rabí J acob, cristiano, o a lo
de reino fue por vez pnmera probado por labios gentiles (Jn. cristianos en general o incluso a Capemaum. con evidente
4 46� 47). Caná estaba a unas tres horas al nomo.reste de re erencia la extensión del cristianismo allíl. , No podemo
Nazaret, Finalmente, Naín era una de las poblaciones más prosegntr aquí este asunto tan mtcrcsante más allá de decir
meridionales de Galilea, no tejos de la antigua Endor, que encontramos indicaciones de que los J 1díos cristianos
-------:.-lin
', -,eiJe: "'« eprendemes, .. inter-e-saffiP.:- qug-p�:H31,-------LilJ.J.�..L..lU te- ntadOJ·Ouroducír u s postur:as-mient,...as-drn.gian��---
.,.,.,1.,.. h'111 hÍ11

_N c.1 n. "'1 1 .... �

resul t. _" Qtie tas reminiscencias judías que hayan sicl o· preser-
r
devociones públicas en la s mago ga, _ meluso de contacto
vadas por-lo rabinos acerca de los primitivos cristianos esté con la sec�a inmoral y heréti ca de: los nicol aftas (Ap. 2: . 5 .
-1-
s e l )..

principalm�nte localizadas alrededor de �ali ea, A f _rene- En verdad lo que sabemos de los galileos nos pre-[parad
mos, en plena edad apostólica, una mención de curaciones para esperar que el evangelio fuera al menos escuchado co
milagrosas efectuadas en nombre de Jesús por un cierto Ja- atención ntre muchos de ellos. No se trata sólo de que G&.-
cob de Chefar Sechanja (en Galilea} oport.ieéndose en una,1o,c._ a- Iilea fu ra la gran escena de la obra y enseñanza de nues tr
sióon uno de los rabinos a un Intento de esta clase, muriendo
el paciente durante la disputa: registros repetidos de d. scus. í¡o-
nes con eruditos cristianos y otras indicaciones de contactos 1l11.. Véase gene�ralmentLee eell eerudiito n <dlmi! M.. Nte!u
o vvoolumen uu l}1au
uu rorr...l,,a GéoJm
raw
phi·:,,::
[ - - -
du Tiailn1 d. PIJE· l 6, etc,
omparar, asimismo erenbourg L' Lftoire :u C D lf
la Géographie de. la Po.k.,cine, págs 3 ?-3 S.
Pero el d · trito de Gal Hea al que 1 mente si mpre vuelve
Señor, y el hogar de sus primeros discípulos y apó tole · e el de alrededor de la íb ra d sL1 lago." Su beíleza, suma-
tampoco que la frecuen e relación con 1 s extrañ s debe ravill a vegetación, sus producto casi tropieale: , u riqueza
haber tendido. -a liminar 1 · trechos prejuicios mientras
o abundancia de población han sido frecuentemente descri -
q - .. m nosprecío de lo. rabini tas conlri�uitia a la pérdida tas. Los rabinos derivan el nombre de Genesaret" bien de un
de ligazón con 1 más estricto fariseísmo smo que tal como
arpa --debido a que los frutos de sus coscas eran tan dulces
nos es descrito su carácter por Josefa e incluso por los rabi . .
nos, parecen haber sido una raza generosa. irnpul _iva y d� mo el son del arpa- a b íen lo e plican como significando
gran corazón -in ensarnente naci nali ta e� el me}or �e�tl- «los jardines de los príncipes» por las hermosas mas
do=-, actrvos, no dados a ocio a especulacic ie 01 � dl�un- jardines a su al ededor, Pero peo amos principalmente no n
clone lógico-teol 6gicas sutiles lno llenos de concienc a y
1
quellos fértiles campos y arboledas, ni en el intenso azul el
serieds d. Lo. rabinos detallan ciertas diferencias teológicas lago encerrado entre colinas ni en las ctivas ciudades J i
entre G a1 nen y Judea. Sin mencionarlas aquí, _ no ab�gam en las blancas velas extendidas sobre sus aguas sino en Aquel
duda alguna al decir que muestran una pieda� práctica más cuyos ies caminaron por sus costas· Aquel que enseñé,
seria, y una vida má _ trícra y meno adhesión a aquellas trabajé y allí tó por nosotros pecadores; que anduvo sobre
distinciones farisaicas qu tan frecuentemente vaciaban la le · us agua y apaciguó t mpesta es, y que incluso tra
de su s ntído. Por o a parte, el Talmud acusa. a los galileos r urreccién ruv ali una entrañable conver ación on s 1 1

de descuidar el trad1ciona1ismo- de aprende de un mae rr rtíscfpulos; sf en Aquel cuya. últimas palabras sobre la tierra
y después de otro (quizá porque sólo tenían raemos ambu- d. has allí nos· llegan con una peculiar significación y apli-
lantes, y no academia permanentes) y de er incapaces de cación. al observar en nuestros días los perturbadores ele-
IIegar Ias alturas de la dts tncíoncs y explicacíores ment s - n el mundo que nos rodea: , ue te va a ti?' Tü,
rabíníc s. Qir · u sangre ar-diente los hacía más bien penden- síguem ¡. (Jn. 11: 2). ·
cleros, y que vivían en un estado crónico de rebe ión contra
Roma son cosas que· abeme... no sólo gracias a Joscfo sino
también por el Nuevo Testamento (Le. 13:2· Hch. 5:37)� Su
hebreo mal pronunciado o más bien la incapacidad que
tenían para pronunciar de manera apropiada las guturales,
eran un constante tema de ingenio y burla, y era tan común
que ha ta los siervo . 1 P" 1 · cío del um sacerdote pu ie- l . · { Nu o Testamento habta tan frecuentemente de la ocupación de los
ron diriwin�
o
a F dr - decirle: De seguro . que tú' también pe e adores e1.1 el lago de Galilea que es 'íntere ante saber u - la pesca e
re- uno d . el os, porque hasta tu manera de hablar te des- e lago era libre para todos. El Talmud m nciona ésta e rno una de la
cubre» (Mt. 2 �:7'3), comentario que, de pasada ilustra el die rdenanzas establecidas por 'osu� ta antigüedad Baba /(ama� 8
b).
hecho de que el lenguaje comúnmente empleado en tiempo 13. El nombre bíblico Chiriner4rh o Cfeinneroth (Quín.ére.t. ni. 34: 11
de Cristo en Palestina er el ar meo. no el griego Joscfodes er otro lugares) es derivado por los rabinos de «harpa» (chinnor)� y su
forma poslbfulica1 genessar'1 es. presentada corno extraída de gener saFin
cribe a los alüeo orno trabaiadorc varoniles y valientes:
1
I

· ardines d. l · · príncipes .. El nombre bíblico es realmente «una cuenca l «m1


e incluso el Taln ud- admite (Jér. heti: IV. 14 qu · e preo cuenco • por lo que diñcilm nte l)Uede deri varse de. la dudad de Genussar.
cupaban más por ,¡ nonor que por el dinero. como sugiere M. Neubauer VeJ:' r r.
l t pág. 25'! y en mros lugares).
IV
VIAJANDO POR PALESTINA�
CARRETER.AS, MESONE , LA
HOSPITALIDAD, LO·'
FlJNCIONARIOS DE ADUANAS,
LOS IMPUESTOS, LOS PUBLICANOS

----------------------------------:1::,:l"a la carretera m-á-s transltada de-Palestina junta-a la qu---


el pub 'cano Leví Mateo esta a entado en °1 banco de lo
tributos públicos cuando nuestro Señor lo llamó a la co u-
nión de1 Evangelio, y luego él hizo aquel gran banquete al
g e invitó a sus compañeros publicanos> para que también
ellos pudieran ver y o' a Aquel en quien él había encontrado
Ia vida y la paz (U. 5:29). Porque aquélla era t única erda-
dera carretera Internacional que atravesaba Palestina; - era
------------------------------�4filnás-una-de-las--gr-aaae-sn[� lcl-eomerei6---mttrtdi-ru-En���
el tiempo acerca del que escribimos se puedr decir, de manera
general, que había seis arterias principales de comercio y
co mícacíon que atravesaban el país, siendo sus principales
puntos Cesar a que era la capital militar, y Jerusalén la
religiosa. Había, en primer lugar, la carretera del _ r que
lleva a de Jerusalén a través de Belén, a ebrén, y de aHí
hacia el oeste a Gaza, y hacia el este a Arabia, desde don-
de también una carreter se dirigía al norte a Damasco. Es
por e ta carretera que imaginamos que san Pablo debió, viajar
cuando se r-ettró a las . oledades de rabia después de u
conversión Gá. 1.17 ). La carretera a Hebron (febe haber
63
p

si<tlo muy frecuentada por sacerdotes y otros peregrinos e dese en S1q , em hací a el este en dirección a Damasco, y al
se dirigían a la ciudad, y por ella pa arfan el padre del B.auti - - ste hacía L:esarea * porque, adem de ser mucho más cort .,
ta y los de Jesús, En segundo lugtu, había la antigua: carretera era evitaba en lo posible por los viajeros judíos; aunque el
a lo largo de la costa marítima desde Egipto hasta Tiro, desde eñor Jesús pasó por esta carretera tanto d irígiéndose (Le.
donde una carretera directa. pero no tan frecuentada iba, por 9;53· 17:11) como volviendo de Jerusalén (Jn. 4:4, 43). L
. esarea de Filipos a Damasco. Pero la carretera e stera mi - carretera que salia de Jerusalén directamente al norte .SJ
ma que tocaba sucesivamente las carreteras e Gaza A ca- dividía también en Gofna. desde donde se dirigia a Díospolís,
Ión, Jamnia, Lida Dios olís Y� ñnalmerue . e area y Tole- 1
y luego a Ccsarea. Pero ordinariamente los viajero judío>,
maida era probablemente la carretera militar más importante ames que pasar por Samaria, preferían afrontar el peligro de·
de la tierra, conectando la capital con 1a sede del procurador los bandidos que los acechaban (Le. !0.30) a lo largo de lá
romano en Cesárea, y manteniendo la plataforma marítima gran.quinta carretera (el Le. 9=1- 28· Mt. 20·17� 29), que iba
y su puerto libres para ht, ccmurucacíén. Esta carr · ter-a de Jeru a1én a Jericó, por Betanía. En Jericó se vadeaba _ 1
bifurcaba en Lidá, dirigiéndose a Jerusalén por dos rutas Jordán, y la carretera e dirigía a Ga1aad y de alli� bien hacia
disnmas, una de ellas por B et: hor6n y la otra por Ernaüs que el sur. o bien hacia el norte de· Perea, desde donde el viaj
era la más larga Fue probablemente por esta carretera que podía dirigirse a Galilea, Se observará que todas esta carre-
la escolta romana condujo a toda. velocidad a san Pablo • H h, teras, comercif¡es o militares, eran, por ast decirlo, judías, y
23 3,1), dejándole los soldados montados en Antfpatri , a unas . alían de o se dirigían a Jerusalén. Pero la sena y gran carre-
veinte millas romanas de Lícja y a unas cincuenta y dos millas. tera, que pa aba por GaUl a, no era en absoluto principal-
romanas de Jerusalén (una milla romana tenla 1479.5 me- mente judía, sino que conectaba el Oriente con el Occidente:
tros . Asf la distancia a Cesárea que le quedaba por cubrir Damasco con Roma. De Damasco se dirigía a través d I
a la caballería al día siguiente era de alred dor de v inríséis Jordán a Capernanm, Tíberías y Naín (donde se encontraba
millas romanas, y todo el camino desde Jerusalén de .setenta con un, carretera que venía directamente de Samaria),
y ocho millas romanas, Esta velocidad de viaje, aunque rípí- Nazaret, y de allí a Tolemaida Así, desde su emplazamiento.
da, no puede ser considerada como exce wa, porque una jor Nazaret estaba en la gran carretera del mundo. Lo- qu
nada normal es contada por el Talmud {Pes. 93 b) como de dijera allí podía igualmente encontrar eco en oda Palestim
cuarenramíllas romanas. Una tercera carretera llevaba desde y ser llevado a las tierras más remotas de Oriente o de
.. erusalén, por Bet-horón y Lída, a Jope, desde donde prose O cídente.
guia junto a co ta b Sta esarea. Ésta fue la carretera que Apenas si es necesario decir que las carreteras que heme ...
Pedro y sus co pañeros toma ..an uando fue llamado a ir mencionado son ólo las que constituían las principales ví ·
predicar el evangelio a Camelio (Hch, 10�23 24 . Fue en de comunicación. Había además una gran cantidad ae carre
Lida, a treinta y dos millas romanas de Jerusalén, que Eneas teras secundarias que atravesaban el país en todas direccio-
fue sanado milagrosamente, y «cerca» de a11 a pocas millas nes. Lo cíerto es que desde los tiempos más tempranos parece
estaba Jope, donde tuvo lugar la resurreccíéú de Tabitá,
Don ás, «Ia gacela» (Hch, 9:32-43). E mnece ario decir
l. En la obra de Conybeare y Howson Llfe and Epistles of St. Paular. pá;.
mncbo acerca de la e uarta gran carretera que. llevaba de Ga-
33 I se indica esta carretera como la tomada por los so,ldados romanos
mea a Jerusalén, directamente a trav s de Samaria bíñrrc m- cuando llevaron a san Pablo. a. Ces tea.
haberse prestado rrruch atención a la facilidad de comuni- las vías püubllcas.
as ramas colgantes de los árboles tenían
cacion a través de la tierra. Incluso en tiempos de Moisés que ser cortadas de manera que pudiera pasar un hombre
leemos. acerca de · el camino real» (Nm. 20:17 19'· 21:22). l n aco en un camello. Una norma similar se. aplicaba a los.
no

En hebreo tenemo ademés de des términos- generales balccne y voíadtzos; tampoco se permitía que oscurecieran
tderecn y oracñy, tres expresiones que indican. respec íva- una cal te. T dos lo que permiueran que se acumularan co a .
mente, una senda pisada o batida (nashiv de nathav, noll ar) n· ].a carretera, o que cay ran de un carro, teman que. cornpe · -

una carretera hecha o trazada tmessiitañn de salal; trazar, sar el daño que pudieran sufrir los viajeros por ello. Y en Ia�

ajustar), y el -i: camíno real l\,, tendo este último evidentemente ciudade ven sus alrededore la normas policiales eran aún
para fines nacion le , y mant nido -a cargo de los fondo s pá-- más estrictas; y aparecen ordenanzas como la obli�aci6n di:
blieos. En tiempos d - los reyes -por ejemplo, t R_ l2:18) e- la elímmacióon, en el plazo de treinta días. de arboles podrid s

Inclu o antes ha ua carreteras dispuestas para carruaje- de muros pelagrosos; no s p día derramar agua obre J
aunque sea difícil creer la afirmació0n
1 e Josefa- ( An.tigii.e- arretera: no se poda echar nada sobre la calle, ni dejar alre-

dades, VTII. 7. 4) de que Salomón hubiera hecho pavimentar dedor materiales de construccíén, 11i vidrios rotos, ni espinos,
las carreteras principales con piedra negra, probablemente junto on otras 1·egJamenraciones para la seguridad y ''salud
7
basalto. Aparentemente se cobra a _p aje en los tiempo ,e
d. pública

Esdras (E d 4:12 20), pero el clero estaba exento de esto Era por estas carreteras que pasaban to viaíeros; poco
cómo ne tod.,os lo -demas ·mpue-stos-(9 .24-)L-bo s- e-amines- a- al-principio. Y- mayermenta-pescgrines--pére- ereeílende gm--
las ciudades de refugio debían ser siempre mantenidos en dualmente en .numero, al i aumentardo el comercio y I �
buen estado (DL 19.3). Segéun el Talmud tenían que tener una relaciones sociales o polír.ti. cas.. Los viajes se hacían a píe en
anchura de cuarenta y ocho pie s (casi quince metros , y pro- asnos o en carruajes (Hch, 8:28), de los que se mencionan
vistas de puentes, y con señ
nalizaciones allí donde las carre- tres clases el carruaje redondo quizá como nuestro calesín
v

ter-a se bifurcaran. el e I ongado, con una forma como de cam a- con baldaquín'' -

Pasando a uempos posteriores los romanos, iomo ería e el carro principalmente para el tran porte de mercancfas-c-,
de esperar, prestaron gran aten ió1 a los modos de comuni- Se entendera que er aquellos días les viajes no eran ni corno ..
cac1 n a av. -s de p · . · a ·, . _·a - · ilitares---fue-roo--{t'�'' ª�-�------cts fáe!ile&-Generillm,em lfrgente �ia:,a,ba--en-eompm f. :;,ii:-----

mentadas y provis as de piedras miliares. Pero los caminos de lo que es un bien conocido ejemplo los grupos festi o
rurales eran príncipalrnente sendas de pezuña El Ta1mud que se dirigían a Jerusaléen, En caso. contrario uno se preps - -
d1stiñgñe entre los camtnos públicos y los privados. Lo ha p ra un viaje casi como i fuera un cambio de residenci _.
primeros debían tener una anchura de veinticuatro pies (a go proveyéndo. de una ucnda, de víveres y de lodo Jo necesario
más de siete metros), y los segundos de seis pies l un me· para .eJ camino. E ra diferente en el ca .o del buhonero amb u
ochenta centímetros). Se añade que para el camino real Y para ame que era bien recibido e-amo amigo en todos los distritos
los caminos tomados por funerales no hay medí da. estable-
e ida (Baba B VI. 7. Las carreteras eran reparadas anual-
mente n la primavera como preparad6n del inicio de l_ as
grandes festividades. Para impedir riesgos no se permitían ... PPPrrriiinnnccciiip
paaalllm
p meeennnttteee rrreeecccooopppiiilllaaadddaaasss dddeee 111 sss tttrrraaatttasdddc
m osssjjjuuurrrlíd'd
diiieeeooosss D
Baaabbbaaa KKKaaam
maaa yyy D
m Daaa a
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las estmcrnras .subterraneas , por protegidas qu , ueran, bajo
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)
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_6 67
--
por los que pasaba. llevando las notícias del día intercam- d la ho�pi�idad1 o al amante cuidado de lo· pobres y enfe -
biando los productos de un di trito por los de otro y. uminís- mo� .sería 1mi:os1ble adoptar un tono más elevado que el de
trando las ültimaas novedades del comercio o de artículos de rabinismo. Así. se declaraba que «la acogida a los vi.ajero.,
u�o. Las cartas eran 610 nviadas por medio de mensajeros ra un asunto tan im portante como la recepción de la She-
especiales o por medro de viajeros. kiná», Esto da un renovado . ruido la amonestacíén de 1'
En tales circunstancias el mandamiento «No os olvidéis ptstola dirigida especialmente a los ñeb1·eos (l.3.2): «N o
de 1· · hosphatídad» tenía un especial significado. Israel e olvidéis de la hospitalidad porque por ella alguno sín aber-
distinguié siempre p r u ho pítalídad; y no sólo la. Biblia lo. hospedaron ángeles » Tratando de es e tero uno de Jo
molo. ra íno ambíen la prescriben eh los términos más más antiguo comentarios rabínicos tiene una glosa muy her,
enérgicos. E"n Jerusalén nadie debía considerar su casa como mesa sobre el SaL ]09: I · � Porque él se pondrá a la diestra
sólo suya propia; y se decía que durante las· festividades die del obre .. » Leemos asf: «Siempre que un pobre acude a
puerta. el Santo, bendito sea . u No bre, esta a su diestra. Si
los peregrinos, nadie carecía de una cordial bienvenida. EL
I

tratado Abotñ (L 5) menciona ésto romo dos- de los tres ro le das limosna. sabe que tú recibir s ecompensa de parte
dichos de Jo é, el hiJO de Joachanan, d Jí rusalén: �· Qu lU 1
de Aquel que está a su díestra.» En otro comentario se die
que el mismo Dios y sus ángeles visitan a los enfermos, ·,
casa esté bien abierta, y qu · lo. pobres ean ijo de tu· a a
mismo. Talmud. c�enta a · ospitalidad entre las cosas cuya
Los lectores de ' ucvo Testamento estarán e pecialmente
interesados en saber que, segun el Talmud (P s. 53 Belfage recompensa se recibe tanto, en e ta vida como en la venidera
y Betanía, lugares que a este respecto evocan tan amantes ·�Sh�.. 127 ·� . _mientr� que en otro pasaje (Sor. 14 a) somo
reminiscencias, eran especialmente célebres: por la hospita- invitados a mutar a Dm� en estos cuatro respectos: El v1stió
� desnudo (Gn. 3.:21)·: E1 visitó a los enfermos (On. 1i8:
lid.ad que daban a los peregrino que acudían a los fes -�o .
1 , •

consoló a los enlutados (Gn, 2-: 11 - y Él enterró a os


En Jerusalén parece qu xistía la co. Lumbre de colgar una muerto (DL 3 :6).
cortina ante la puerta para indicar que había aún ugar para Al tratar acerca de la hospitalidad, 1 s rabino exhiben.
huéspedes. A 'gunos iban tan I jos como para sugerir que comu en tanras relaciones de la vida la mayor ternura y deli-
debiera haber cuatro puertas en cada casa, para dar la bien- cadeza mezclada con una deliciosa cantidad de astuto cono-
enida a los. viajeros que vinieran de cualquier dirección. El
cim� �nto del mundo y un fino sentido del humor. Como regla
anfitrión iba- a recíbír a un huésped que fuera esperado y ta?J,bt�n tr�tan de esto con riq ieza de detalles. Así se pre! -
luego o acompañaba parte de! camino ch _¿1.::�. Los rabís
cribe la m , a manera en q e u anfitrión debe comportarse
dec araban qu l hospitalidad era un mérito tamo y más
ara con sus invitado . Debe mostrarse complacido mientra.
grande que la asistencia temprano por la mañana a 101a acade-
mía.de enseñanza. Difícilmente podrían habe ido ma lej . ,
azasaia a sus ínvitados, debe ervírlos él mismo, debe prome-
e encomio. considerando el val que daban al e tudl _ ter poco y dar m cho, etc. Al mismo tiempo se añadía cáusti
Naturalmente, también aquí l orden rabínico tenía la prefe- eamente: «Con .idera a todos los hombre como si · ueran
rencia· y agasajar hospitalariamente a un sabio. y despedirlo unos bandidos, pero [tratalos corno si cada uno de ellos fuera
con regalos; era declarado tan meri torio como haber ofrecido � !Ilismo rabí Gamaliel! Por otra parre. se establecen tam-
bíén reglas_ de cortesra y gratitud para los huéspedes, «No
los sacrificios diarios tBer: 10.,. b .
Pero ue n haya equívocos. P r lo que respecta al debe,
eches una piedra», se decía «a la fuente de la qu has bebido»
F

¡-_�

(Baba K. 92); o eésta: <, Un huésped justo Jo reconoce todo, «caravanera de Quimam»). En-. e l Talmud su designaciones
y dice: "· uanto queha; c-e- r ha tenido mi anfitrión y todo por on o bien griega o latinas en forma aramea , si (:; ndo una de - -
- 1
1

mi causa. --en tanto que un visitante malvado señnala: 11 ¡Bah. ellas la misma que e. emplea en c. 10.34 deme trando que
que poca solicitud sella l mado!''- Lu go tras enum rar tal Jugares e r·an generalmente p-ro,�í tos por y p ra extran-
Jo poc que ha recibido en la casa concluye sf: HY de. pu¡- é·
-
1
jero _"'4 En tiempos posteriorc eemos también a- c1 erca de os
rrr -
de todo. no fue rhecho para mí S'in- o · ólo por su mujer e hijos"»
- .----------,....
oshpisa =-evtderucmen e proveniente de hosptüuum y e · -
tBer. 58 lJ.3 La v rdad e que mu nos de los dichos en· rcla- denciando su origen-------.---
romano-- como hostelería. pública, don
,-

cióon
- con este tema gu a rdan un p· raleli rno notable con la d e se vendían langostas del desierto, encurtidas en vma
1

1
1
-1.gn
"'

instru C1cienes dadas,, por nu tro flor a su . .j cfpu o íl trít · en · arina o preservada n miel y cerveza de Medi_

1

-
1 1
e
¡T
1

enviarlos a su mi s ión (Le. 10:5-11 y paralelos). Así, primero de Babilonia bebidas egipci ·, y -- i d· ra o vino casero ·
se debía desear el bien. sobre la familia: no se debía ir de casa entre los compañeros. festivos cir-c--ula-b
· an proverbios como
e e sa; s.e d ebía comer lo que se pusiera a 1 a mesa·'" y 1 «comer sin beber es como devor"i;cr la propia sangre» Shab. e-
fi n almerne . e debía partir con una be-ndici-6
1
· ,ni 41 a). y donde se dedicaban a la juerga y los juegos de azar
1

- - -
aplicaba a Ia hospitalí1da-d en
1
Todo es to naturalmente, -
los que gastaban sus oiene viviendo perdidamente. En estos
el seno de las familias panículare . En carretera _ - otuaría , J gare - e d dícaba la policía secreta a son acar la opmíone;
donde había mucha distancia entre las poblaciones o incluso - ; r-
del populacho aprovechando que esta an bebid - . )a 1 1

-----=-=Ia
a ='s-'a=
fu-=-r. .=a's""'-"'d=e--==s""'-cíudade - )__b· bía.kanes
, :o lugares _ .polící debe haber. sido abundantemente empleada, S�.n-
para la acogida de extraños. o mi. rno que los kane-s. actuale . Josefo (Anr. XV, 10 4· los espías acosaban a la gente, tamo
esto-s lugares estaban abierto y generalmente edificados n _ n la dudad como en el campo vigilando sus conversac- iones - ... -

,-
ft rma de cuadro con u-,n gran patio1- cen-,tral para lor s a-rnímaíc
1 , -s
en la Ubre eonñnanz de la rela t6n de amistad. Se dice que

de carga. y tiro, o para los carruajes. mientras que Ia tan- {2 mismo Herode. actuaba (;le esta guisa, y qu se embo caba
1

cías daban a galerías construidas alrededor Naturalmente, en las calles por la noche cubierto de un di fraz para pode-r
esta-s estanc-.ia- s n-,o- estaban amuebladas, ni se esperaba pago
:
-
1
-
o.. o atrapar a to confiados ciudadanos. L a verdad es qu
1 1 1

alguno de parte d 1 viajero, Al mismo tiempo. había general- hubo un tiempo en que la ciudad parece haber estado baj-0
mente.alguno al cuidado del kan� generalmente un e - n�-------ª"-le.v-marcial habicndo�uedadQ-pr-0ml=Jide-. i-ud·a<:fanas---
que, pagándole proveía lo que Juera necesario, de lo gu_ «reunir el o caminar o comer jumo ), , es de suponer que
1 1

cenemos; un ejemplo en la parábola d 1 Buen Samaritano (Le. ha ciendo


1 1 Iie fe nencí1,a
, a celebrar· reuniones publica 1 maní-

10:35). Estos ospedaics son mencionados ya en época tan fes-,taciones o banquetes. La historia registra abundantemente

temprana como la de Moisés (Gn. 42:27� 43:21 Jeremías los qué terribles venganzas seguían a la m e nor s pecha. El
llama � caravanera (41 :17 . V M.) erróne mente traducido relato del Nuevo Testamento de] asesinato de to os los
corno Genru--q- uimam en la Reina-Vaíera (se debería traducir
4 . .En los antiguos Itinerarios Latinos de Palestina, los vi ücs n contad
por mansiones 1[,hospedería para pasar la noche) y nmtaliones {cstac enes
1

3. Abreviado· del Talmud de Jerusalén y del de Babilonia. Véase también de relevos decaballo '1 coméndose entre eínce y ocho relevos por jornada,
B'f!l". 63 b· 64 a1 donde. se dan tJcmplos escriturales de la oondición qm� -. Véase una escena muy gráfica exP.t1csn1 en Delitt-�ch, l1t1ndwerker-l.ef;um
I� h i italidad conll va, W' z }J?;
71
pequeño de Belén (Mt. 2: 16) con la esperanza de de truir balach-s- o ás bien impu to de tierra t · ·,impuesto sobre
entre ellos al real vástago de David. está en perfecta armonía I renta y· 1 patrimonio? . «aduana (impue to obre todo l
con lo qu se conoce de Herodes y de su reinado. Hay una que eran artículos de consumo, o de importación). y . peaJe»,.
e nfirmacio . al menos indirecta d · ta narración en los o Impues o de carretera. Bajo el reinado -de los Ptolomeos la
escritos del Talrnud, como hay evidencia de que· todos lo· concesión de los impuestos parece haber sido otorgada al
re_g · tres genealógicos del Temp o fueron de uruid s p r mejor postor. variando el precio entre ocho y díecíséis talen-
orden d. Herodes, 6 Es éste un hecho um amente notable. Los to , una suma realmente p queña, lo · u permitía a los once-
judío reacci naron con un aborrecirni nto an intenso que Ionaríos de los impuestos de Palestina enriquecerse enor-
fue a ta el extremo de estable er el día de la muerte de memente, y ello a pesar de que tenían que emprar e ·on -
Her des (2 de Shebet; en una fiesta anual en la ue nuo protección armada y 1 . avor de la corte, Durante el
prohibía todo duel .7 dominio sirio los ímpnestos par e n haber consistido et
Pero tanto si se pasaba por la ciudad o por el campo, por tri u tos. derechos sobre la sal. una tercera parte del producto
plácidos caminos vecinales o por la .gran carretera, aparecía de todo lo que se sembraba, y la mitad de frut recogido d
constantemente UD espectáculo y una escena que tienen que los naales, además de a capitación, de los derechos de adua-
haber estado persistiendo ante la aten ion del viajero, y que, na y de un upo incierto de impuesto, llama , «dinero de 1-
i era e lln �r judío. su citarían iempre u mdignacion y coronas 'el aurum coronarium de los romanos), que era
resentímien . Allí donde fuera se encontraba tanto en la ríginalmente un don anual de una corona de oro pero que.
ciudad como en el campo al bien conocido recaudador ex- después ue sustituido por din- ro." Bajo lo herodianos lo
trani ero de impuestos y se encontraba con su insolencia, u ingresos de la corona parecen haberse derivado de las tierras
v .rarona intru i6n y su exacciones. EI hecho de que fuera pertenecientes a la coron , de un impuesto sobre la renta
el ímbo o del dominio extranjero por amargo ue ello fuera sobre e patnmorno de los derechos de aduana por I por
· robablemenre no tenía tan-to que hacer con el acerbo odio tacíon y exportación de . lenes, y por una tasa sobre todo k1
de los rabinistas contra la clase de concesionarios (Moches· que se compraba y vendía públicamente. a lo qu · se debe
y la de recaudadore de impuestos (Gabbai), ambas totalmen- añadir una con íbución sobre - as casas de J rusaíén.
te fuera de fa sociedad judía como por el hecho de que fueran Por pesadas que tengan que haber sido estas exacciones
tan totalmente desvergonzados y carentes de escrúpulos en sobre una población relativamente pobre y principalmen
sus trato . Porque desde su .r tomo de Babilonia los judíos rural, "e refieren ólo a Oi"S impuestos ci iles no a las consri-
deben haber estado aco tu ·ad s a o impuesto extrae- bu, ion religlosas=Pa», mm a, í, no hemos agotado la lista
jeros. En tiempos de Esdra (Esd .. 4: 13. 20·. 724) pagaban al de contribuciones exigida a un judío. P r. ue cada ci dad y
monarca P sa «tributo, impuesto y remas» -m.iddah, belo

6. Hamburguer, Real 11, �. P. n, pág 293; Jost, G scñ. d. .Ju.d. I. pág. 324. Josefo, -Anlig üedade I XIf_. 4: 1,, 3, 4-. .
7. Véase el Meg_ 'aan. o roll de lo ayunos JU 1. Cñ, acerca de esta • Ibid. XII. _; - .
fecha, Derenbourg, Hisr. de Pal., p gs. 164 165· y Gratz. rGe:sch. d. J. m. 10, Cf. mi obra. El Templo: su mini,stet.io y servicio en tiempo de
paa.s 4:.6. 4"7� Je. ucri so ·apítulo A1lX, apartado � Ofrendi de las primlcias»,

7 7
parad mant

'

p rte en producto y en parte en dinero.'? Ademáas, había tasas


comunidad establecía su propio rmpue o

imiento de la sinagoga de las escuelas elementales de los 'Y derecho sobre todas las importacione V ponaciones

baños públicos. p, el sostén de los pobres, para el cuidad que se aplicaban en las andes carreteras públicas y en los
de las carreteras públicas as murallas de la ciudad y su puertos d mar. Había también pontazgos y peaje. y ta a.
puertas, y otras necesidades generare _n Sin embargo, s debe sobre todo lo, que e compraba y vendía _ n la· ciudade .13
admitir que las. autoridades judías repartían esta carga de Ésta , que p demos llamar Jos t1i utos regulares Eran Inde-
ímpo icién cívica . émoda y gentilmente. y qur,e aplicaban al pendientes d cualquier contribución Iorzosa, y del sustento
bien público los ingresos derivados de la mi . ima de un modc ue debiera proveerse al procurador emano y a su familia
escasamente conseguido todaV ta en los países más civiliza- y corte. en Cesárea. Para evitar toda posible pérdida p r.a la
dos. Las disposiciones rabínicas para a educación pública, te:sorería, Qnirino (Cireoio) había llevado a cabo un censo
la saníd a.d y la caridad estaban I en todos lo.s respectos.. mucho regular para constatar·el número de la poblacióon y sus medios

más aid elantadas que la legislación moderna. aunque tarnbiéei de vida. Esto fue un terrible crimen a los ojos de los ra b ino .�
aq lf se cuidaban ello de 110 tomar la gravosas carga que ue recordaron que si el censo del pueblo había sido un peca-
ponfan sobre otros al de iar expresamente exento de í1rnpees- do tan enorme en el pasado el pecado debía ser centuplicado
tos cívico a todos los que se dedicaban al estudio d-e 1 ley. si era hecho por los paganos y para su propios proposíItos
Pero la imposición romana, que gravitaba sobre I rael con Otro agravio se encontraba en el hecho de que el tributo. hasta
peso.ran.gtande, era de nna calidad pmpiar.sístemarica
.i.LLL 'ora dado sólo a Jehová debía ser a ado unem e-
cruel. implacable y absolutamente- indiferente. En general. la radar pagano. ¿E� lícito pagar tributo � César?'»' era una
provínci · del Imperio Romano y lo que de Pale tina· es per dolida pregunta gue muchos israelitas se hacían a f mismos
tenecía, estaban sometidas a dos grandes Impuestos: la capíta- al poner lado por lado la capitación del emperador junto al
e íén o más bien el impuesto sobre la renta) y el ímpuest medio siclo del sanruarío, y el diezmo de su campo viña y
sobre la tierra. Toda la propiedad y todos los ingresos qu plantación frutal. demandada por el recaudador de. impuestos
no cayeran bajo el Impuesto de la nerra quedaban sometidos junto on el que hasta entonces sólo había entregado al Señor
a la capitación lo que. ascendía para Siria y Cñicia, al uno eluso e propósito con e1 que esta: pregunta le fue flecha a
-----por-ciento. ' capitaci.á!b)-�r.ealidad-doble,,..censístíenc.; .M: _=- !atr_apar]o �u.una · �Junici· poli.Ji . �muestrJl C.u�án"" " "'ta"------
....,,C.._. ·n·�" "'-tn
d o d- impue to s obn lo ingresos y ��ina cap,i,t1 ación propia agitación provocaba entre Iosjudtos patriotas; y costó ríos de

siendo e s to wtimo naturalmente. la misma en todos lo s ca. cm sangre antes que fuera no contestada sino silenciada
. aplicada a todas las personas siervos o ibre s ) hasta la eda d Los romanos tenían una manera peculiar de recoger estos

de sesenta y cinco- estando las- mujeres sujetas a ellas desde impuestos, indirecta, no directa lo que mantenía segura la
los doc e-.
1
y los- hombres des-de los catorce, La propiedad de. tesorería fuera cual fuera e daño que 1e hiciera al contribu-
fincas estaba sujeta a un impuesto de un diezmo de todo el yente, mientras que al mismo tiempo le imponía a él todo ,el
grano y un qumlo de1· vino y fruto cosechado, pagado en
l 1. Para DM breve exposic16n de estos nnpuestes· veéase Hambargoer r�f. 12. Sólo África del Norte (aparte de E_gipto) suminsstraba a. Roma¡ pcrvfa
de, impuestos, el suficiente grano para ocho meses, y laciudailde Alejandrfs
1
6, pág, 431
para los cuatr res nte {J ose fo Guerras II. 16:4),
13. CL entre etros. Hsusrath, Neutest Zeilg. l. pág. 1'67� ere.
74,
1
esto de la recaudación. A los senadores y magisiradcs les e e aballero la mismísima persona implic: d: en l�..
aaba prohibido dedicarse a negoc os o comercio· pero el icesiones de lo impuestos. Naturalmente, la compañía
orden más alto. (os equestrtan estaba compuesto principal- asociada de los Publicani en Roma speraba recibir su
mente por grandes capitalistas. Estos caballeros romanos suculentos beneficios; y lo mismo sucedía con los
constituían compañías de capital común, que compra _an en recaudadores de impues os en las provin ia , y aquellos a Jo
pública subasta las aportacioru de una provincia a un precio que en ocasiones estos ült mo subarrendaban Jos impuestos.
fijo generalmente por cinco ano La junpt tenía su pre 1- Todos qu rían g nar dmcro con el pobre pueblo: y el costo
dente, o magister,-.Y sus oflcinas en Roma, Estos eran los ver- de la recaudación, naturalmente. tenía que añadirse a la.
daderos Pubficanl o publicanos que frecuentemente suba- imposición Podemos bien comprender cómo Zaqueo, uno de.
rrendaban .cíertas de las exaccione . Los Publicaní, o S\lS los u · rvisore · de estos recaudadores de irn puestos en e]
arrendatarios. empleaban bien esclavos o bien a algunos de distrito de Jeric que, con su cultivo y exportación de
fas clases inferiores en el país como recaudadores de impues- bálsamo, nene uc habe - dad grande ingre al fi 1COr
tos -lo publicanos del Nuevo Testamemo=, Y 1 resto de di· era en el acto al recordar su vida pasada: «Si en algo be
los impuestos se daban en concesión y se recaudaban de ma- defraudado a alguno.. » Porque nada era rná com ün que el
nera sumían algunos de ellos eran muy one osos y ascendían publicano asignara un valor ficticio a la propi dad o a los
a una tasa ad valorem de dos eces y media y de cinco por · ng- o . Otro truco favorito de ellos era adelantar
ciente, y en artículcs de lujo incluso del doce y medio por impuesto a los que no podían pagar, y luego aplicar un interés.
ciento Los derechos de puerto eran más altos que los de ca- usurero sobre lo que había venido así a transformarse en un
rretera, -y el contrabando o las falsas declaraciones se castiga- deuda privada. La manera sumaria y dura en que estas deudas
ban con 1 confiscación de la mercancía. Así, los publicano eran ejecutadas se ve en _ 1 mismo Nuevo Testamento. En Mt
recaudaban también derechos de irnportacién y exportación: 1 :28 leernos de un acreedor que por la pequeña deuda de
pontazgos, peaje, impuestos urbanos, etc. y i e: pacífico cien denarios toma al deudor por el cuello en plena calle
lo arrastra a la cárce] en vano postrándose a sus pies el pobre
residente. el labrador. el comerciante o ,el fabricame e veía hombre, tem icndo las consecuencias rogándote que tenga
constantemente expuesto a sus exacciones, el vi ajero e
pa iencia y que no le exija de ínrn díato el pleno pago. Cuá!,e,s
caravanero o cl buhonero. e encontraba con su vejatoria pre-
sencia en cada puente por la carretera y a la entrada de las eran estas consecuencias las leem ·, en la mi ma parábola
ciudades. Se tenía que descarg cada bulto, y todo su conte- donde. el re.y amenaza no ólo con vender .. as l.as.
nido abíeno y regi . rado: hasta las · arta eran abi rta · y dcb propiedades de su deudor. sino también al deudor mismo.
haberse precisado de algo más que de la paciencia oriental a su mujer e hijos.. a esclavitud (v. 25). la poca misericordlá
para soportar la insolencia de los recaudadores y para some- que el hombre podía esperar de «el juez» se ve en lo sumario
terse a sus .ft:ialsas acusaciones» al fijar arburariamcruc la del proceso, terminando en encarcelamiento hasta que s ·-
cuota por la tierra o los ingreso . o el valor de la mercancías. pagara <el ültímo cénrimo». lo que se describe en Le. 12·:ss.
etc. Porque ele nada serví. pelar en contra de ellos por cuan- Asf. por mucho que en la Iejana Roma Cicerón pudiera
to os mismos juecc: eran bene f1cíarios directos de los íngre
describir a los Publícani como «la Ilor de los gentílhombres
: porque aquello ante lo� que hubiera debido presentar el-adorno del estado y la fuerza de la eepüblíca» o como <<los
l acusación acerca de esta cuestión pertenecían a la orde más rectos y respetados de los hombres» los rabinos en l�

71'
rp

distante Palestina pueden ser excusados por su Intenso odio 1 1 Un funcionario delos tributos público asíI Iera M teo Lev 1'

comra « os publicanos t aunque llegara al xceso de decla- cuando la voz del Señnor, meándole en Io mas profundo d e
rarlos incapacitado para dar te timorno ant'1e un tribunal. corazóon, lo llamó a una obra bien distinta. Era una,.Jiaravilla

'j
OS, e
judío . o de prohibir re. c.ibí1r sus done caritativ
1 1
1
I_ o incfuso q�e l Santo s dirigiera a uno como él; y ¡ oh ! , en qué

cambia r·dínero procedente de la tesorería de ello (Baba . diferente ton d e los que habían hasta ent nce · caído en su
. l),. de ponerlos a una par no s,O
1 1 ólo cI on las prostitutas y los I
i-do s.- Pero no e trata-óa
C'i
. m ramente de condescendenci a. d
I I 1
1

-1
ama I id,a do de simpatía ru siquiera d e una relación
r
¡ .1
11
d f'am s.
1

gentil s, Ino con los bandidos y los asesinos (Ned. 1 L. 4)

e incluso de d elararios excomulgados.. Incluso se consí1d


, e·-
1 1 li�dad con uno generalmente considerado como un paria 1 1

raba legítimo hacer alsas declaraciones mentir, e inclus - s�c1a1: �ra �a más entrañable relacióon; era la recepc n al

emplear, C.u;alquier tipo de medíos para evitar pagar impue t-o 1


eírculo mtenor: era un llamamiento a la má. elevada y santa
(Ned. 21 b.: 28 a . y alrededor d · lo tiempos de e· risto la o bra le que el .. nñor le ofreció a Leví. Y La activa rrcn ra
1

carga de tales exacciones debe ha -ISe senndo tanto má en la que él . e sentaba para recog r 1 . de ·echos y tributtoo

pesada debido a una gran crisis financiera en el Imperio Ro-


1 1
y novo 1 ver a a co l� lU� ,cer má la familiar cara de Le í exce
mano l1,en el afio 3 3 de nuestra era . , que envolvió a muchos como men.s, ajero de paz trayendo buena nu vas ide- grnanr
1'
1

' 1

en bancarrota, y que no pudo deja.r de tener una influencia 1 1


gozo.

indirecta incluso en la lejana Palestina.


1Fue-fje tales-hombres--met-1e-spre-0iados-galilees-p�sGa�--
dores sin letras, publicanos excoarulgados=- que e engió el

bendito Señor en su Humillación a sus más cercanos seguí . .


dores sus especiales apóstoles! ¡Qué contraste con 1os con-
' pa r�
ceptos farisaicos del Mesías y de su remo l ¡Qu.é e1 cciíóOn 1

mostrar que «no er-a_ c1'on fuerza ni con poder» smo por su

E�íri tu y que Dios había escogido lo bajo y lo menos

redado de
: 1 1
sre mundo para confundir lo pode1 roso! En
I I 1 1

-----v-er-d-aa4Ie este--otr-eGe-ua--,:auBVO --rQbl,sma,..y-d'le-m-á -d:ifú;:il-------------------------------


solución que muchos otros, para los que . uíeren explicarlo·
todo mediant causa�s naturales, Sea lo que sea de la superio-
ridad de la ens'1eñanza de ri t º'para dar cuenn d'¡e SLi ,é i o
ninguna religión pudiera haber estado jamás tan lastrada
como ésta; ninguna causa popularpudiera hab errse presentado
bajo circunstancias. más de1 sventajosas que el Evangelio de
l
• 1 1 1'

Cristo a lo judíoo de Pal estina. - clu So1 d1 e1 sde e ste punto de


1

vista, para el es· udioso de la historia familiarizado


) 1
con la vid
exterior e interior d· e este período no hay otra explíc cí1e, n po
si le del estab le, cimiento d1 el reíno d1 e Cristo que el poder del
1
1..
1 1

, pírrítu Santo. -

7
-
V
EN JUDEA

i Galilea podía Jactarse de la. belleza d. sus paisaje '·


e la eracidad de su ti errar y de ser un centro de vida activa
y la vía de comunicación con el gran mundo fuera de Pales-
tina, Judea ni codiciaba ni envidiaba tales ventajas: Tenía otra
peculiar reivindícacién, Galilea podía ser el atrio exterior,
r Judea era como el santuario interior de. I racl, Cieno
su paisaje era relati amente Inhóspito, sus colinas desnudas
y rocosas, .Y tenía un solitario páramo. Pero por aquellos
monte. de gris, límolita se cernía la agrada historia -casi
se podría decir que el romance y la: religión de Israel-s-. Al
dar la espalda a las lujuriantes riquezas de Galilea. el peregri-
no, inclu oen el sentido más Iitcraí, ascendía conseaneement
hacía Jeru alén, M��s y más subía los montes eternos, ast
que arriba del tod, contemplaba el santuario de u Dio ,
destacándose de todo alrededor, majestuoso en la nívea pur �
za de su mármol y resplandeciente oro, 1 ir d svaneciéndose
gradualmente el rumor de ,a agitada vida, y avanzar haci , l.
o emne quietud y solltud, lo ben onocídos Jugares por los
que iba sucesivamente pa ando deben haberle paree do qu
resonaban e t los ecos de 1a historia de su. pueblo. Primero.
e acercaba a Sito el primer santuario de Ir el. donde, según
la tradición, el arca de 1a alianza había reposado durante 37
año. menos uno. continuación venía Betel, con su sagrad
memorial de la historia patriarcal. Allí . decir de los rabino -
incluso el ángel de Ya muerte uedaba privad-o de .'SU poder.

81
Luego se levantaba la planicie de Ramá, con las alturas en las que expresaba el lamento de Raquel por sus hijos (Mt.
vecinas de Gabaón y Gabaa, alrededor de donde se habían
concentrado tantos acontecimientos en la historia judía. Fue 2:17, 18). b · b
Pero al oeste de estas escenas, donde los montes aJa an
en Ramá que murió Raquel, y fue sepultada.' Sabemos que en terrazas, o más precipitadamente hacia la Sefel�, las ond�-
Jacob puso un pilar sobre su sepulcro. Tal es la reverencia ladas campiñas junto al mar, se llegaba a escenarios de anti"
de los orientales por los lugares de reposo de los personajes guos triunfos. Aquí Josué había perseguido a los reyes del
históricos célebres, que bien podemos creer que es el mismo sur; allá Sansón había descendido contra los filisteos, Y aquí
pilar que, según un testigo ocular, seguía marcando el empla- por largos años se habían entablado combates contra el gran
zamiento en tiempos de nuestro Señor, 2 Enfrente de éste se enemigo de Israel: Filistea. Pasando de allá al sur, más allá
encontraban los sepulcros de Bilha y de Dina.' Hallándose de la capital se encontraba la ciudad real de Belén, Y aún más
a sólo ocho kilómetros de Jerusalén, este pilar era indudable- al sur la ciudad sacerdotal de Hebrón, con sus cuevas, en las
mente bien conocido. Este pilar memorial del dolor y de la que había el más precioso polv� de Is�el. Aquella meseta
vergüenza de Jacob había sido el triste punto de encuentro era el desierto de Judea, que recibía vanos nombres por las
de los cautivos cuando eran llevados presos a Babilonia (Jer, poblaciones que muy distanciadas lo salpícabanr' un páramo
40:1). Hubo una amarga lamentación por parte de los que desolado, por el que pasaba sólo el soli�rio pastor, o el gran
fueron dejados atrás, al ver cómo se daba muerte inmiseri- terrateniente como Nabal, cuyas ovejas pastaban por sus
cumbres y e� sus calladas. Este lugar había sido durante. largo
corde a amigos, parientes y compatriotas, a los viejos y a los tiempo refugio de los proscritos, o de aquellos que, disgus-
enfermos, a los débiles, a las mujeres y a los niños, para que tados con el mundo, se habían retirado de su .':°mpaftí�. Estas
no fueran un estorbo para el regreso del vencedor a la patria. cuevas de limolita habían servido de escondrijo a David Y sus
Pero este pilar de Raquel, dos veces ya memorial del dolor fieles; y muchas bandas habían encontrado. refugio en esta
y vergüenza de Israel, iba a evocar por tercera vez su lamento desolación. También aquí se preparó el Bautista para su obra,
por un cautiverio y degollina adn más amargos, cuando el y en este desierto, en la época que !1?S ocupa, se encontraba
idumeo Herodes masacró a sus niños inocentes, con la espe- el retiro de los esenios, que habían sido traídos a estas sole-
ranza de destruir entre ellos al Rey de Israel y el Reino de dades con una vana esperanza de encontrar la pureza e� la
Israel. Así quedó llena la copa de la anterior esclavitud y separación del mundo y de su contacto. �s allá, hun�1én-
matanza, y se cumplieron las palabras del profeta Jeremías, dose en un misterioso hueco, se extendía la �isa superfi�t� �el
mar Muerto, un memorial perpetuo de D1?s y del JU1C10.
Sobre su orilla occidental se levantaba el castillo al �e He.ro-
des había dado su propio nombre, y más al sur la .foruficac1�n
1. asta me perece a mC. al menos, la inevitable inferencia de 1 s. 10:2, 3, casi inaccesible de Masada, la escena de la última tJ:1gedia
Y Jer. 31:lS. La mayor parte de acritores han concluido, en base a On.
3S:16, 19, que Raquel fue sepultada c:erc:a do Bel6n, pero este pasaje no en la gran guerra judía. Pero desde la agreste desolacíen del
implica esto necesariamente. Bl mú antiguo Comentario Judío (Sifre, ed. mar Muerto había pocas horas de camino a lo que parecía casi
Vienna, pq. 146) sustenta la postura dada lllriba en el texto. M. Neubauer
sugiere que Rlqllel había muerto en Ja posesión de Bfraín, y que había sido
sepulhida en Bel'n. Su hipótesis es ingeniosa, pero f1ntuiosa. 4. Como Tekoa, Engadí, Zif, Maón y Beerseba, que daban sus nombres
2. Libro de lt» Jllbi/40$, CXXXIl. Apud HIJIUl'Q/Ja, N•UJat. Uta, p'3. 26. a distritos en el desierto de Judea.
3. /bid. c. p4g. 34.
83
82
el paraíso terrenal Flanqueada y defendida por cuatro fuertes, Puede ser cierto como lo dice el historiador pagano con
uno a adaIado, se encontraba la importante ciudad (le len 6. respecto a Judea que nadie hubiera podido querer hace una
Herodes había construido sus murallas, su teatro y su guerr� seri� por conseguirla por sr misma," Eljudfü. acepta
anfiteatro; Arquelao su nuevo palacio rodeado de espf n- to bien dispu t, No era Ia riqueza material lo que Je atraía
didos jardines. A través de Jericó p saba el camino de los a1lf unque la riquezas traídas al Templo de de todos los
peregrinos desde Galilea por el que pa ó ue tro m � smo lugares del mundo siempre atrajeron la codicia de los gentí-
Señor (Le. 19:1)· y por ali pa aba también la gran ruta de les. Para e] judío éste era el verdadero hogar d su alma .
cara vana: que , ornunicaba Arabia con Damasco. La ferti- centro de su vida más íntima. el anhelo de u corazón. ·« �·
Iídad de "U tierra era casi proverbial y célebres sus productos m olvido de ti, oh Jerusalén, que mi diestra ea dada .al ol -
tropicales, Sus palmerales y jardines de rosas" pero especial do», cantaban los que se sentaban junto a los. ríos de Babilo-
mente sus balsameras cuya mayor plantación se encontraba
4
nia llorando al recordar Slén, «Mi lengua se pegue a rm
detrás del palacio real eran la tierra de adas del mundo paladar. si de t: no me acordare· si I enalteze a eru alén
antiguo. Pero esto era también sólo una fuente de beneficios como preferente asunto .de mi alegría» (Sal. 137:5 6). Es de
para los odiados extranjero . Roma babia puesto allí un estos salmos de p regrínos de camino como e Sal. l 34 o d
oficina central de recaudación de impuestos y derechos IQs ánti�!j de ascenso.a la santa ciud'ad que aprendemos.
aduaneros, conocida en el Evangelio como el lugar en el que los senunnentos de I rael culminando en aquel rebosamiento
el principal de los publicanos, Zaqueo se había enriquecido. mezclado de oración y aJ abanza cpu el que saludaban a 1a ci -
Jericó, con su comercio general y u tráfico de bál amo, que dad cuando aparecía por primera vez ante u vi . ·
/ .
no era sólo considerado -el más dulce perfume sino también
una medicina importante en Ia antigüedad, era una posesión Porque Jeh vá ha elegido a Sión;
codiciad por todos. Extraños eran los alrededore para tal !_;,a quiso como habitación para sí.
perla. Había la profunda depresión del Arabá, a través de la Este. es para siempre el lugar de mi reposo;
Aquí habitaré porque la he preferido
que serpenteaba el Jordán en cerrados meandro primero con Bendeciré abun�remente su provisíón;
tortuosa impetuosidad. .. luego, aJ irs acercand al mar A sus pobres saciare de pan.
Muerto. como casi indispuesto a dar sus agua a aquella masa Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes
limosa. 5 Los personajes que se podían encontrar en aquell Y sus santos darán. voces de jiibi o
extraña escena : ran peregrinos, sacerdo es e mercian " Allí haré retoñar el poder de Dav 'd;
bandido anacoretas, fanático desenfrenados, y casi se po He dispuesto lámpara a mi ungido.
A sus enemigos vestiré de: confusión
dían oír los sagrados sones del monte del Templo en la Mas sobre él florecerá su corona,
distancia. 6
(Sal. 132: 13-18)

5. Plínio, Historia Natural, VI. 5, 2.


6. ·segün el Talmud de Jerusalén tSucc. V. 3) se oían tres diferentes actea
del ministerio en el Templo hasta en la misma Jericé, y el olor del incíenso 7, Estrabón, Geografta, XVL '2.
quemad podía oler también allí. Apenas será necesarí decir que esto e;ra . Comúnmente - nocidos torno íos Cánticos Graduales.
uno gran exagernc1on.

8
zps

cíen . li 'erales como e pí1ritnal _ el vad esperanzas que


1 11
. e Jerusalén y sus cercanías hasta all donde se contaba den I

Palabras éstas que son verdaderas tanto en sus aplica-


1 11
diendl al cielo o causa ninguna sorpre a que la población '1

e 1

porl cerca de dos mil afio. han rormado y siguen formando


1 1 1 1 1
de su sagrado perímer1.ro creciera en las grandes fiesta hast
1

' 1
parte de'. la ora ión diaria del r el cuando oran: , Haz pronto
11 1
millones entre los cuales se encontraban «varones piadosos
Tú que "el Renuevo de David", tu nervo SUIJa, y exalta T, ú_ procedentes de todas la · naciones bajo el cielo» Hch.. ·:5J.

su cuerno por medio de tu salvación. r>11 ¡A que Israel no o que llegaran ali te oros traído de toda panes del mundo
conozca el cumplirni ente de esta esperanzas y-a concedido 1 1 1
habitado. u Y ello mas y más, mientras que e,n
ñaí tras sen

y ex, presado en Ia acción de gracia s de'l padre del 1 1 1 auti sta: parecía indicar que «e l Fin» se a · ecínaba, En erdad el

illendito el Señor Dios de I rael, porque na vi it ;ld, o y ha lempo de los gent les parecía haber llega, dl. o1 casi a u fin. El
1

efectuado redención para su pueblo wl


1) ha suscíl[ad, una fuerza Mesías. pro_Imetido podna aparecer en cualquier momento, y 1

[lit.et un cuerno] de salvaci:1ón en favor nuestro en ca; sa de


1 1 1 1 «restaurar el reino a Israel . Por las afirmaclone de Josefa'

David u siervo tal como habló desde antiguo por boca de abemos que se recurría a las profecías de Daniel y una rna a
sus santos profetas» (Le. 1 :6�- 70}.1º de la más interesante= - que enrevesada, Iiteratura apocalíp-
ras bendiciones y muchas más, eran no sólo objeto de ca, que data de este periodo, mu estra la gu e babia sido 1
esperanza- sino r alidades tanto para el rabinista como para i· nterpretací)o1 n�-· popularl d e la profecía aún no cumplida, u
I

el judío sin Ietras, Ellas lo decidieron a doblegar bren dispues-


1 1 I I
más antigua'¡s, paráfra -¡ de. as Escritura .• o Targumim exha-
1

, !!llctn n ·uu rrn , rA,

_:t�oul�a�c�e:!. :nr��_.!,b�u.-3Lu��,áY-_],,d�e�o�:le! e! .:!n�a!;!,!,nM,z�.deon LHc.A!A.M!Ll.lla,.�Lil.ll!,.L ........í...sm


el.m
_..,.,.. •• _...... _,._,..u....espírítu.Jndaso1 ....Ios-más grandeI s-his-toriadn-llO----
. ertable· a · ometerse a una demanda y a un trato en contra J aganas notan esta gran expectaci. óon de un inminente imperio 1 1

de lo .cual su naturalez.a se habrfa en otro caso rebelad , y udfo a escala rnu, n.. íal, y atribuyen a ella el origen de fa

a soportar un escarnio y unas persecuciones que habrían que- reb liones contra Roma. N1 siquiera: los alegorizantes
bramado a cualquier otra nacionalidad y aplastado a cualquier ñléosofos judío s.. de .Alejandría quedaron exentos de esta espe- ' 1'

otra religión. Para los. alejados exiliados de la Dispersión, éste 1 1


ranza universal. Fuera de Palestina todas la miradas se·
era el redil. con S'u promesa de un buen pastoreo de v .rdes 1 1
dirigían hada Jud1 ea -y cada grupo de peregrinos al v er
1 1 .1 O·V1

pastos: 1
y de aguas d re oso, Judea era por a í decirlo- u 1 1 1 1 1
· cad1 a hermano viajero en su jornada. pod fa traer nueva
1 1 .__1_ e
[ (

_,,Cam¡ui_Sa t. e_ n -LTu rnplo.en medi 1 • . 1 1


1
J él o omo e l.:i'mLlv&-l,,.JL1.L_
1
F'I,
ombr ose s acontecím ientoS-.-Dentm -d.· i Ia--tim-a;;-1-a-ansiea-a----
1 1 1
121
- _Ji
.Y profecía de la resurrección d elsrael, El más delicioso sueño · ebril de lo que vig1'l a. an lo
acontecí1míentos se - ensi-
de la vi d a un verdadero cielo sobre la tierra, la prenda de la fícaba no pocas veces hasta el delirio y el frenesí. Sólo pnr
profecía en vías de cumplimiento, era estar, aunque fuera sólo
una vez. dentro de sus sagrados patios; estar allí, mezclan-
1 1

11. Sabemos que en el año 62 la contribu i.ón procedente de1 - 1e:stas cnaue
d- o-e entre u adoradore , trayendo ofrenda ,, y a 1,a e munidades extrapa, lestinenses -:-Apamea Laodícea Adramicio y
1

multitud de. sacerdotes mini S'tranco vestidos de blanc o: oír


1 1 1 1 1 1 '1 1 1
PiHgamo- superaban l,1os 240.1000 .de1 naries,
1 ,I

el cántico de los levitas ver e-'1 humo de los sacrí ]icío aseen-
1 1 1 1 )1 12. Por ejemplo Anligll'edade.s,. X. J 1:7.
13. Nada puede ser más interesante e. importante, pero también. más difícil�
que el estudio de. es-ta literatura conocida como· l s escritos
9. Esta es la de im guí1na de la�l - iecie hn ·benfüciMes,: en las oraci nes pseudoepigréfícos, Ahora . · embargo, no es momeme para est
diarias, indagaciones, que deben. ser reservadas para una discusión rn� plena.
10. Cf. Delí11tzsch, Comm ü. d. Sal. IJ pág. · 6 .. 14 Suetonío, Yespaslano, 4� Tácito, Hi.'itoria, V 13.

esta razón podemos ex licar la aparición de tanto falsos lo que provocó el entusiasmo e tremecido de esperanza en
Mesías. · de las multítude que, a pesar de repetidos de enga toda. la nación y que llevó l ·, multitudes al Jordán cuan.do
ños estaban di puestas. a seguir las más improbables procla- un oscuro anacoreta, que ni siquiera íntent6 confirmar .su
maciones.. Ast fu qu · un al T, udas" pudo pe suadir a «una misión con un solo milagro, comenzó a P'1i dicar el a· rep tui-
gran rnulutud del pueblo» a que le iguíera ha. ta la ribera d l miento a l vi ta del remo de Dios que se acercaba. Fue esto
Jordán, con Ia esperanza d · ver otra v z cómo u · agua � lo qu llevo a que lo ojos de todos se posaran en Jesús de
partían milagrosamente como d Iarae de Josué, y que un zaret, a pesar de lo humilde de su origen de sus cricuns-
impostor egipcio pudo .índuciríos a ir al monte de los Olivo rancias. y de sus seguidores y que apartó la atención de a
con I a expectación d ver ca r las murallas de Jerusalén a su gen e incluso_ del T �plo, centrándola en el lejano fago de
mandato." Y tal era la imaginación de1 fanati mo, que mien- ta menospreciada Galilea, Y eso fue lo que abrió todos los
tra os oldado romanos estaban disp niéndose a Incendiar hogares a lo mensajeros que Cristo envio de dos en dos- e
incluso d�pués de la �.ru ifix"ón cada sinagoga a los aposto-.
el Temp o, un fal · p Jeta pudo r unir a 6.000 hombre
les �. predicadoies de Jade . El tftul � ijo del Hom bre» era
mujeres y niños en sus atrios y poníco, para esperar enton . e familiar para los que hab ,an sacado sus ideas acerca del
y allí una milagrosa liberación procedente del cielo." Tampo- . esías d. las bi�n- conocidas páginas de Danie. La popular
co la caída de Jerusalén apagó estas expectauvas has a que 11 ter: tura apocalíptica de aquel período especialmente l Ila-
una matanza más terrible aún en algunos aspectos que n la maco «Li�ro de Enoc», no sólo mantuvo esta designación en
misma caída de Jerusalén, ahogó en angre el último levant - la m�ona P_?Pular sino que se extendía acerca del juicio
miento mesiánico público contra Rom bajo B ir Coqueba.. 18 que El iba a ejecutar sobre los reyes y las naciones _gentiles.. 19
Porque, por muy desviados que estuvieran, por lo que s·e <<Se.ü r, ¿r, tauraras el reino a Israel en este tiempo? » era una
refería a la persona del Cristo y a.l'. carácter de su reino, no pregunta que alfa del mismo corazón de srael. Incluso Juan
en cuanto al hecho o a la época de su venida, ni al carácter el Bautista. en las tinieblas de su solitario confinarmento, no
de Roma. tales pensamiento no podían quedar desarraigado
más que junto con la historia y la religión de Israel El Nuevo
Testamento los sigue, como también el Antiguo¡ tanto cristia-
no: como iudíos lo abrigaban. En el lenguaje de san Pablo. 1�·: Lo siguíeate.puede ser su· ciente por ahora a guisa de muestra. � Y este
H1Jo de ombre a qui-en tú has viste, agitará a Jos reyes y a os poderosos
é ta era � a esperanza. de Ia promesa ... cuyo umplimiento -- -- .:u., , J � "'' • uc;tv�

esperan alcanzar nuestr as t1oce tribus rindiendo culto POn�- ifp_ eme:. lug"�p � a los pod �,. , . , "º e :SUS .nonos, y des•n. gara. . 1 as n-en das ,r._
o e

tantem eme a Dios de día y de nocn >> (Hch, 26"6T 7 Fue esto los p de�"Osos y romperá .e.n �os íos dientes de los pecadores. y Él:

ex.pu sara a ios reyes sus tron . y de sns bnpenos, si e1los no le exaltan
Y al �han a El, ni reconocen con gratitud de d6nde procede el reino que les
ha .. ido confiado, y �I echará de delante. de í la faz de los poderosos, y
les Ileflará la ver�uenza; las tinieblas serán su morada y Ios gusanos su
15. Josel o, Antigiiedades, XX. 5:L Naturalmente é le R nabría sido 'l lecho, Y no �dran esperanzas de .levantarse de sus lechos, debido a que
Teudas de Hechos 5:36, 37, pem tanto el nombre como el m v-·micnto no no exaltan el nombre del Señor de los espíritus ... Y elles seran echados
eran una rareza en Israel en aquel tiempo. de. los hogares de su congregación y de los 'tleles» ibro de Enoc, XLy, .
16. Jose 01 Antigüedades. ·8,:6. 4 5, 6,_8). Unaplenad�cusiónde.esteirnportan'tf imo terna y, ciertamente.
,

de � chas t�as relacionados, tiene que reservarse para una. obra so re.
1
7. J sefo, Guerras, VI. 5:2.
1 • Véase mi Hysro.rv of 1.he Jewish. Nailon; págs. 215-227. J.,¡ vida y lo trempos de nuestro eñor.

89

vaciló ante a person d 1 Mesías sino ante la forma en que re 1:ógico. Donde no es un registro de hecho s y tradtcíones, 1 1 1

parecía fundar su reíno." Él había esperado oír los golpes de la Misná a,es meramente un manual de decislones lecalcs en
aquella hacha que é1 había levantado cayendo sobre el estéeril sus ma e tricta
1

ecuencía lógicas sé o avivad


1

en
1 1

-
árbol, y tuvo que aprender que el secreto má. interior de aquel discusión - - el relato d e eJcmplr,�J oportu n os Toda la en-
reino, no introducido en un terremoto de ira, ra en un torbe- dencia d este f sterna era anüu mesnanica, No que en almas
Ilíno de juíci O, 'Sino exl1 alado en la. voz plácida Y ge-n- n-1 del tan d e votas Y na uralczas tan ardiente no se pudiera ncender
amor y e la mis ricordí1a , , era la aceptación. no la exclusión el ,entusiasmo, sino- que todo s sus estudios e intereses iban

1

s 1
la sanidad. no Ia destrucción. en J - direccí1ó0n opu ta. Adema sabían m ry bien en - n poco
1

En cuanto a los rabinos, los lrderes de la opinión pú Iica poder tes había quedado. y temían perder incluso este poco.
su posición en cuanto al reino era bien diferente. Aunque en El temor de R malo acosaba de continuo. Inclu o cuando
el levantamiento de Bar Coqu. b a l gran rabí Akiba actuó la destrucción de Jcru .aléen los rabinos intentar n Iograr st.l

como el portaestandarte religioso, puede ser onsid rado casi propia segurídad, f su historia posterior mue tr coa un
como una excepción. Su carácter era el de un entusiasta. Y curiosa recurrencta, cho cantes ejemplos de intimidad rabínica
I I

s u historia casi un romance. Peto en general, los rabinos no . s opresore s romanos. El Sanedrín expresó sus más
con su 1 1

se dentíñcaban eoIl las expectatrvas rnesí!énieas po ulares . íntimo. temores cuando durante aquella sesióon secreta 1de1 ci-
Tanto en la historia evangélica como en u s p..ropio escrito s
1 , 1 1

dieron dar muerte a Je ú. por el miedo qu e nían a. que ¡

.apare_ce-no meramente aquella, f>Osich5n-antiespmtuatcontxa se Je permina. cominuar.-Jos,-ron1ano vendrían quitarían


la iglesia que hubiera sido de esperar, sino una frialdad y dis- tanto su Iugar como la nación "Jn. 11 :4.8). Pero ní una mente
tanela con respecto a todos estos movimientos, El rigorismo cándida 1"entre ellos puso en tela de juicio la genuinldad de
legal y la Implacable mojigatería no son fanatismo. Esto últi- u milagros; jrnnguna voz generosa se lcvaruéo para afirmar
n10 es principalmente el impulso de los malínformado el P.rindp10 de la· demandas y del reino del Mes fas aunque '1 1 1

Incluso su. despectivo alejamiento de «esta gente que no hubieran rechazado las de Jesús de Nazaret! La cuestión del
conoce la ley», tratándolos de « makíltos. los demuestra Mesías podía ser suscitada e Olllo un punto especulativo·

incapaces de Wl fanatismo que reconoce como hermano a pudiera er impuesto a la atención del Sanednn; · pero n s
tod quelen-cuy-i _ fue-ge,, m-i!BprutaI-----u-.ataba ��-HR-mt ro pe-FSeaa:--¡1f-á · e ede----- 1
• .•• ,-

,cuáles sean s s otras condic iones. El gran libro d texto del 1 1


que señnale sólo un aspecto de la e stién y éste de tipo

rabinismo ta Mis na es casi totalmente .arnesianico. y se podría extremo, pero meluso a í era caracterfstico que un rabí p -
decir que adogmatíco. El método de los rabino era puramen- 1íera decir que «entre lo días actuales y los días del Mesías
sólo había esta diferencia: la servidumbre de Israel .
tres asuntos len di rimos soli citaban la a tendón de lo
222000... El p-pas ee aaa qqquuueee ssee ha
ss aje aaccceee rreeffeerreenc c ia
a aaannneternio
oo rmeeennnte
ee tttieee ne
ee uuun innnttteeerrrééésss rabmos . Lo que los ocupaba eran el presente y el pasado no
aappoolloogg�éttic
c o ddeella m� a1or imp ppooorrrtttaaannnccciiiaaa... Ningunnnaaa �histtoorria
a qquee n_ nooffuer raaggeennuuiinnaa el futuro -el presente como fijando todas ras determina- 1

hñaaalbmaa -rrregiiissstra
ría aa do
oo lllaaas ddduuudddaaasss dddeee JJJuan
n eeettt-·B
Beauuurííístaa;: eeessspppeeecia
B nnttteee cccuuuaaannndddooo
aal men
cienesJ regale , y el pasado co mo sancionándolo --� La Judea
1 1
1

presentttaaaba
'p aa n l!aaasss vvver
rrdddad
ddeeera
aasss diiiifficu aaddd�.esss qqquuueee llla m
uu ltta misssíiéón dddeee C
m ttooo ssuu ccciiitaba
Criiist
C aa

mente pppooopppuuular:::; yy men
n llla m nnooosss aaaúúúnnn hhhab oo Jlaaa dddeeecl
bbrrríííaaa ssseeeggguiiido ll ar
rraaaciiióóónnn dddeee eeessstttaaasss 1
en m
diff iccualtade
e sm
meeddiiaantte un eenecoom
míioo ccomo eel qquueeeel SSaallva
addoorrpprroon
mumnceiió
é propia era el u ii Jugar donde ,habfa morado la Shekiné
1 1 1 Q, la
,,

aacceerrccaa tierra: donde Jehová había hecho erigir ·u�.. mplo 't a sed d l
dddeee JJJuuu Sanedrín el único lugar en el que se cultivaban la erudición

9
y la verdadera piedad. Todo se juzgaba desde este punto e n as· ciudades septentrionales. En el Nuevo Tesramento se
vista. Judea era «grano, Galilea" paja. y más allá del Jordán hac - una distinción entre Cesárea y la provincia de Judea
tamo». Se de Judea era ser «hebreo de hebreos» Ya se ha (Hcn. 12· 19· 21:lO). Es.to da una do las evidencias indirecta
dicho qué menosprecio tenían los rabinos a Galilea por lo que no sólo de· a !ntima familiaridad del escritor con las post ras
respecta a su lenguaje, modos y descuido de] estudio regular, estríctamente rabínicas smo también de la temprana fecha de
En algunos respectos.. las mismas observancias: legales.. y redacción del Ilbro de lo Hechos. Porque en un período
d.esde Juego as costumbres sociales eran diferentes en Judea postenor se declaró 1a pertenencia de Cesárea a J udea aunque
de Galilea. Sólo en Judea podían ser ordenados los rabinos su puerto quedó e.. chrido de tal privilegio y todo a este y
mediante la imposición de manos; sólo allf podía el Sanedrín oeste del mismo fue declarado «contaminado», Es posible
en sesión solemne declarar y proc1 amar el comienzo de cada que fuera añadida a las ci. rdades de Judea simplemente por
mes del que dependía la disposición del calendario de los él hecho de que residieran allí tantos rabi os afamados. La
festejo . Ju o despu_é� que la tensión de a necesidad iruportancia di Cesarea en relack n con la predicación del
política hubiera expulsado a los rabinos a Galilea, volvieron Evangelio y con la historia de san Pablo y las primitivas y
expresamente a Lida y se precisó de· un fuerte debate antes florecientes iglesias cristianas que atli se estabíecie n da un
que. transfirieran el privilegio de Judea a otras regiones. en e renovado interés a todas las menciones de este lugar. Sólo
iglo tercero de nuestra era (Jer. Sanñ. 1 18). El vino para las procedentes de fuentes judías pueden solicitar aquí nues-
uso del Templo era. traído exclusivamente de Judea, no sólo tra atención. Estaría aquf fuera d lugar describir la impor-
porque era mejor, sino porque su transporte a través de Sama- tancia de Cesárea como sede del poder de Roma o u magni-
ría lo habría contaminado. Y Ia Misná menciona los nombres fico puerto y edificios, o su riqueza e influencia. En los escri-
fas cinco ciudades de donde. _ge cbtesía," Similarmente tos judíos recibe el mismo nombre por el qu� la conocemos,
el acene empleado provenía de Judea. o bien si provenía de aunque en ocasiones se la designa con el nombre de sus:
Perea se � aían a Judea las aceitunas para extraerse su ace· te fortalezas (Migdal Shur .M. Zor M. Nassi), o por su puerto
en Jerusalén. 22 (Migdal Shína) y también una vee porsu antiguo nombre
a pregunta de qué ciudades eran realmente judías e - de la Torre de Estratén. La población estaba formada por una
considerable importancia. por lo que concernía a Ias cuestio- mezcla de judms� griegos, sirios y samantanos, y los tumulto
nes rituales, y ocupaba la intensa atención de los rabinos. No entre ellos fueron la primera señal de I a gran guerra judía,
es. ff cil! fijar los exactos límites de Ia Judea propia hacia e El Talmud la Ilama «la capital de los reyes», Como sede del
noroeste. La Inclusión de la en ta marítima en la provincia poder romano era espec ialmcnte objeto del odio de: los judíos.
d _ Samaria es un común error. Lo cierto es que nunca le era Por ello. · s designada como la· { hrja de Edom -la ciudad
asignada. Según Josefo Guerras de los Judíos If]. - , S) la ce abominación y blasícmí a-» aunque su distrito fuera II a-
t

Judea propia se extendía a lo largo de: la costa marítima hasta mado por su riqueza. · la tierra de vida». Como podría es pe-
egar a Tolemaída o Acco El Talmud parece excluir a me .. rarse, surgieron dificulrades constantes entre las autoridades
judías y romanas en Cesárea, y son acerbas las quejas contra
2L Compárese la d1sc1isi6n en la obra de M> Neubauer Gé.ogr. d11. 1'almuct
la injusticia de los jueces paganos. Podemos comprender con
pág·. B4, etc., y los pasajes talmúdicos allf citados. facilidad que-para un judfo Cesárea era el símbolo de Roma
22. Ver ref anterior, Roma de Edom -¡y Edom debía er destmldal->. De hecho,

en, .u postura Jerusalén , Cesárea no podían realm · nte c-o--_ y norte de Jerusalén, conocido tambiéen como «el monte eal».

existir. E en este sentido que damos cuenta de e te · guierue


1 1
La S felá naruraírnente, es a regióOn' a lo largo de la co: ta.

curioso pasaje: «Si te dicen que Jerusaléen y Cesárea están Todo el resto queda incluido en el téermino (Valle . · penas
ambas en pie, o que ambas están destruidas, no lo creas; pero si erá nece ario xplicar que como nos lo expone el Talmud
�i e dicen que una de- eIla e tá destruida y la otra n pie,
1 1
de Jerusalén é a es meramente una clasificación general,
eréelo � (Gitt. 16 a, - -,- -
Meg. 6 a). E.- intere ante saber que por qu no debe er apremiada con dema iáda insistencia De la

causa d los judíos xtranjeros que residían en Cesárea los once toparquias n que, según Jo efo 25 se dívidfa Jt a. 1 ·
rabino permitían que las principales oraciones fueran pro- rabinos no toman natal aunque alguno s de us nombres han
rumciadas en griego como-lengua vernácula; y que para la podido ser seguidoI e:n escritos talmúdlcos. Estas provincias
I

época del evangelista F-e-1ipe, se llevó a cabo una buena obra estaban indudablemente subdivídidas en distritos o lupar-
p r ri t o entre lo judío , allá residentes, Lo cierto -e que quía , lo mi moque las ciudades lo estaban en b arín
os o hege-
1 escritos judíos contien n una especial mención de centro- monías apare íendo ambo término en e 1 Talmud." Los
versta · allí entre judíos y cristian os. rabinos prohibían la exportación de provísíone proveni nt .
Una. breve recapitulación de Ias menciones judías de cíer- de Palestina incluso a Siria.
tas otras ciudades de Judea tambiéen mencionadas en el Nuevo Viajando desde Cesárea hacia 1 sur nos vemos en la
Te tamento puede ser de utilidad para tener más luz. sobre las llanura de Sarén, cuya belleza y riqueza son tan encomiadas
• 1
1 1

.narracíoaes-sagradas. Fo r- .lo-gensraí, -la Misná dividta-Ia en-la-Sagrada-Eseritura Cnt.. 2: 1 · Is:-35 z.


E'sla.-:tlanura- "e
Judea. propia en tres panes: la montaña la Sefelá, y el valle extiende hasta Lida, don e e une a la de Darom. que s ex-

(Shev. IX. 2 a lo que tenemos que añadir la ciudad de tiende hacia más al sur. Según. las declaraciones d l Sa-g_ rr--
-
23
Jerusalén como distrito aparte. Y aquí tenemos otra notable da Escritura (Is. 65:10) la llanura de Saréon fue siempre
evidencia de la autenticidad del Nuevo Testamento, y espe famosa por sus pastos .. Según el Talmud fa mayor parte de
cialinente de lo escritos de an Lu--c-.as, Sólo uno que estuviera los becer para los sacrifícios procedían de este distrito. El
íntimamente familiarizado con e estado de e , · a s de aquel vino d e Saron era célebre. y para beb er _ consideraba que
tiempo habría distinguido al igual que los rabinos, a Jerusa debía ser mezclado co: un tercio de agua. La llanura era
-----1-én-e �4-strila-separ-ade- , del resto Jud , o------tamhl � ie-n e.id-a-por- l fabrieca...,ió
.L..L.11'V mea· pe------- lV

lo hace san Lucas d manera expresa en varias ocasiones (Le. debe haber ido de calidad mediocre, por cuanto la Misná
5: 11· e· . 1 :8· 10:39)� 24 Cuando los rabinos hacen mención (Baba K. VI 2) al enumerar la proporción de bienes dañados
1 1

de «la montaña � se están refiriendo a un distríto al noreste por lo que un comprador no podía demandar compensación,
asigna no menos de un diez por ciento de rotura para la cerá-
mica de Sarón, En J. r. Sotañn VIIL 3 leemos que el pemuso
para volver de la guerra no se aplicaba a los que hubieran
23. Así en muchos, pasajes. Cf., p.e., Cl1eflt IV. 12. construido casas de ladrillo en Sarén, explicándose que allí
- -1- --

14 Éstas, como las menciones de) Nuevn Te ramenro acerca de · esarea,


han sido señaladas tambiéen por M. Neubauer en su Glo.g.r, du Tal. Es d
desearque las ocasionales inexactitudes, o más bien, comos bemes erratas
do nnpresj.6n en las referencias talrmidicas, fueran corregidas por el erudito 25. Plinio sólo enumera diez. Ct Reiandus (Ect Nuremb.) págs. 130. 13 · .
autor, 26. Véase. acere _ de esto · en general Neu uer. pág. 67' y ss,
el barro era tan malo que las casas tenían que ser reccns- pio por cuanto e taba Maa . Sh. -" 2 a un fácí I día de cami-
truidas al cabo de· siete año . De ahí también la oración anua] no al oesn de Jerusalén. Ciertamente, mo lo explica el
de1 sumo sacerdote en el Día de la Expiación, pidiendo que Talmud, los segundos diezmos (Dt, '4.22· 26:1-2) de Lida n
las casas de los habitant d aron no se conv · rtieran en sus podfan e convertidos en dinero, sino que debían ser ra do.
tumba .:1:, Antipatri« el lugar en el que los soldados de a pie a la ciudad mi ma, a fin de ue «las calles de Jerusalén fuer
dejaron a sanPablo al cuidado de los jinete (Hch. 2:3·:31 1 engalanadas con guirnalda de frutos», El mismo pasaje ítus -
había sido una vez escenario de un acontecimient · muy dife- tra la proximidad de Lida a la ciudad. y l frecuente relacíé
rerae, Porque allí fue que. según la tradición (Yoma 69 a) entre ambas. 28 al decir que as mujeres de Lida mezclaban �
el sacerdocio, bajo Simón el Justo, se había encontrado con masa, ubían a J emsalén, oraban en el Templo y volv an ante
Alejandro Magno e aquella so emne procesión que consi- que lama-a hubiera f rmentado De manera similar, in erí
guió la seguridad del Ternp o En los escrito talmúdicos se ll por los documento , talmúdicos que Lida había sido resí
le da el mismo nombre, que le fue dado p r Herodes en me- dencía de mucho rabinos antes de la de truccién de Jerusa-
moria de su padre Antipater (Antigüedades., XVL 5: 2 .. Pero lén. Después de este acontecimiento, vino a ser la sede de un
también aparece el nombre d , Chefar Zaba, qne posiblemente escuela muy élebre presidida por algunas de las emir encia
fuera el de un� localidad vecma, En Sanh, 94 b leemos que del pensamiento judío. Fu esta escuela la que arrevidamem
Ezequía había colga , un tablón a la entrada del Beth. establ ció la norma de que para evitar la muerte-se podía que-
Midrasb (o colegio) con el aviso de que todo el que no estu- brantar cualquier ordenanza de la ley, on excepción de la
diara la ley debía ser destruido. Po:r ello indagaron desde Dan idolatría. d 1 incesto y del asesina o. P e en Lida, también,
hasta Beerseba, y no hallaron a ninguna persona iletrada, ni que dos hermanos se ofrecieron voluntariamente como víctí-
de Gebath hasta Anti - tri muchacho o muchacha, hombre mas para salvar de la muerte a sus correligionarios, amena
o muJer, que no estuviera totalmente versada en todas fas zados debido .a que se había descubíeno un cadáver cuya
ordenanzas legales acerca de lo limpio e inmundo, muerte se imputaba a los judíos. Suena como un trtste eco
Otra notable ilustración del Nuevo Testamente 1, aporta de los e camios dirigidos · _ . r los «principales sacerdotes»
Lida; la od o Lud del Talmud .. Leemos que como conse- «,e cribas y ancianos» a Jesús en la cruz (Mt. 27:41-43), cuan-
cuencia de las labores de san Pedrn y del milagro obrado d en la ocasión aqui mencionada, él romano, se irígié as a
sobre Enea «todo los que habitaban en Lida y en Sarcn ... los mártires: <<¡Si sois del pueblo de Ananías, Misael y Aza nas,
se convirtieron al Señor» (Hch, 9:35). Labre e mención de que vuestro Di venga, y o s v d mi mano!» (Taan.
Lida dada en esta narración de la labo- del ap6 tol queda 1K 6).
abundantemente confirmada en las menciones talmúdica Pero una cadena de evídencias má interesantes relaciona
aunque. naturalmente, no debemos. esperar que describan la a Uda .con la hl toria e 1 fundación a igle ra, Es en
expansión del cri tíanismo. Podemos creer f cílmente que re ación con Lida y su tríl unal, del que se dice que tenía
Lida tenía u congrega ion d «sarao >> casi desde el princi
2 , Bl erudi o Lighrfoot (Cen-t. Charogr. Mrrh.. praemissa, CXV1) srgu-
mema que con. esto los rabinistas tenían la intención de mostrar que no se
27, V. ase ml vohnnen.so reElTe1t1plo· f;tl ministerío y ervicio , cap. XV,, permitía que ningún daño material desalentara a p · edad de las mu eres de
Cf. también Neubauer, Géogr. du T l. in tocum. . D a.

7
ccoom
mppeteenncciaa ppaaraa ddiiccttaarr sseenntteenncciiaa ddee m nu�ee, ttrroo
muueerrttee, qquuee m
- e 1 , alén muchos rabinos, y de los más célebres, escogr -
bben Madre· Viirgen soon i nttrroducidos en ccieerrt;o
nddittoo SSeeññoor yy laa M a d r e V r g e n n n o d u c i dos e ron Lida como residencia. Pero el segundo siglo fue testigo
0

.. -

ppaa aajjeess ddeell TTaalm unnqu


muudd., au u ce ccoonn uut ooss nnoom dooss eexx
mbbrre. altteerrad c·e1 ur n gran cambio. Los habítantes de Lída son ahora acusa-
1

pprooffees yy bblaasfIeem maam menrittee."Si : e cllaarraaccieenne e· táann, nn , u


dée do soberbia, ig-no- r··a-·n-1c· ia- _
de .. scuído de·- s: u re1igi6n. E
:-, 1 -1-

teterrma
a pprres m
mee, seaa po
o r igIgno
o raan
ncciiaa ddee t·1urrno o ccoonn ee�-
o oo ccoomo M. uirash (Ester 1 1 ) afirma que había diez medidas d -
' 1

ccuuen
·ncciaa ddee aaltteerraaccioonneess ssu
ucceessilva unnddiddaa . yy m
ass,, ccoonnfu meezzccllaann dii-- miseria en el mundo.. Nueve. de ellas pertenecen a Lod, y la
) 1 , 1

ffecrrennteess aaccoonte
e cium
niicennttooss pe
e rrsson o rniaa eevvaannggéélliiccaa;
naas eenn l1aa hhilstto décima al 1 sto del mundo», Lída era el último lugar de Jude
eenttrre oottrra
ass ccoosaass pprreesseenntaann aa: nu
ueesttroo SSeeññoorr ccoomo onnddeennaadd
o cco al que, de pué'. de emigrar a Galilea lo · 1 ;
rabinos recurrían 1'

e€;n!n LUidd'. ·o0 PPeerr nnoo, ppuueedde ddaarrsee nniingunrnaa du


udd · raazzoonnaabblee ddee qquue para J¡jar el comienzo del roe . Dice la leyenda j udfa que all
,t:., acen r eferenci a a· nuesstro becnditto . eñor yy aa suu co
a c e n e f r e n c a a n u e t b o e ño onndden n a ppoorr se· encontraban con el mal de ojo», que causaba o muerte.
uuppuueesstraa bblaass: eemíiaa yy se
edduc
ccciió·n ebbltoo. yy qquuee. innddiiccaa aal
· n ddeell puue Es posible que haya aquí una alusión alegórica. Lo cierto e. 1 1

me nuooss un
ne na eestur·ecchhaa rreela ónn eennttrree itddaa yy laa ffun
acció nddaacciióónn ddeell que en aquel entonces Lida era la sede de una Igler;sia- cristiaj--n-a ,-1-1 1- 1- r: - t :-l

ccriissttia
annis o . :n,i C
s mo r io
Coonnsttittuuyyee uuna cur o s. a ccoonnfirma
acclió
é n dde foa sumamente floreciente, y que hab. fa,- a: l--lí- un 1o- bispo . En verdad.
1- . - - - -,- - r- - r •: ¡� J . :;

s itoorría
thnis ia eevvaang
gééliic
caa qquuee ee ddeessccrriba
a aaqquuíí laa m
muueerrte
e ddee CCrri tto un erudito- e-,sc- ritor judío ha r-e- la--cio-¡n- ado el cambioI d
1
1
e s-1e- ntí- l-,- 1-- ,-:- �I- 1-

la víspera de la Pas a»

ccoom
moo hhaabbieend
doo tteenniiddoo luugar «enn la víspera de la Pas a» nuentos mdíos para con Lod con la. expansió n del crístia- 1 1 1

aa - yayana
doo nnoo , 6ólIoo laa ffeecchhaa ddeell aaccoonnte miieennttoo taal yy ccoom
ecciim moo ss nismo," Lída debe habe s:--i1do1- un- lugarmey bennoso rr
r--
activo-·)-

ddaa eenn llooss eevvaang


geellio
o s ssiinnéépptíicc ss- ssiino m rnoossttrraan_ildQ e =-a=al=-=r-:om=e.ce�
O -uue n �- _ El Tal- mu- -d
1 - - ;- r - -
habla .en exageradcs-ténaíno de- miel-de sus
-------=l10oss rraabbiino
o s nnadaa ssaabbííaan ddee aaqquueelll os
s eessccrrüp
p ulloss yy ddiifiiccul lttade ess dátiles y la Misná (Baba M. IV, 3_ se. refiere a sus mer
34

m e m
meeddiiaanttee looss qque mooddeern
nooss aauuttorres
s ggennttiile
e hhaann ttra
attaaddoo ddee e deres como una cla se ' 1

1 1 ••

demostrar Ja imposibilidad de la condena de Cristo en la no-


9
numerosa, aunque
demostrar se alaba la
no Iaimposibilidad de la condena de Cristo en la no- honradez de los mismos 35
cchhee ppaa ccuuaall.." Yaasse hhaa ddíiccho qquuee,, ddee ppuuéé., ddee la
a desstr
ruucccció
ónn Cerca de. Lílda hac · a el este I e encontraba la. aldea d1
r 1 - 1

Tabi. Podríamos, ser te-.n-- ta- do- s a- de- riv


-- - -- bre
Chefar
-_ r- - -
JI r

de Tabita (Hch, 9:36), si no fuera por el hecho deI que lo


- I
ar de él el nom
: 1 r -- �
1 1 1 • 1

1 1 I
.,
1 1 1
---· -,-'.. ¡
19. El profesor Cassel ha hech� Q un int'"'¡en- t m
-i--
uy ingenioi-:so de xplica--r e-·st, io-·
-·"'r"
- --,- nombres d-_e T
,-.- Í
abí Tabita eran tan comunes en aquellos
1

r - - .r--- - 1 1 1

- rbres :y_-de.s.igní-l�..i on
n- m -- ur · n-,. ¡ie- n·tr c- b," ru·· .·c- hr,.;;:Uar-.ir;a1wna-m
-e-s w ·--e-.,e·�· i!J- aempos en p tina. N.o..ptred- haoo _. ,f1.a alguaa ee�1,-fl_:�---
---� o. ¡,N pod1 ría- rs1e--r qµ-1e- hu--bier-ra- a¡ lg- ún ,- m
-- e- n
' t.o- 'his,-té
orico inc luso paru la Situación de Jope" l moderna Jaffa, donde Pedro V10 fa
- - - r - -
-i 1- .--- .funda I 1- -1- ....-- --- 1 1 1 1 1- • , � -r 1 1-- 1

o -. - - - -.- - -- -
I�-¡
esta afirmaci in? ¿N . podría ser ne la reunión secreta <le 1 principales visión que abrió la puerta de la Iglesia a los I

entíles, Son
ae rdotes y de los fariseos» qne se menciona en Jn. 1L47 hubiera ren1d.o muchos los rabinos mencionados en relacié con Jope, La
lugar n Lida. c.f. vv: 54 .. 55 . ¿Sería allí que Judas «fue y ha·rbl..�. .e n los '1 1 1 !
1 • , · -- -r-'

:-: --- -,-,·¡-: -- 1-I-- 1- ,- ! )- ,-;-¡- ;1- -- ,-.- --,- -


r- J 1- - ---- ,-
principales: sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de e ...rno s_e lo entra.
1 1 1

-s- , .
garfa»? En LfY o a o. h ab f-a buenas raz n ·_ para - ftar Jerusalén en todas
C •• • •• f r,·, ,·
..'. .: º_ I '� '. -- • --

las medidas preliminares en contra de Jesüs; y sabemos que en tanto que


. · 'rI-,e1_¡mp_
lo , e-,g-uía en píe, Lí1 da 1-r
í .:
el tüini,· c lugar fuera de Jerusalén que
er·a-. l_r �. ·. r- ,
1
- :- .

33. eubaner, pág. &O.


1 - :-1-- ·1 -·· ,-�- -,- r·- - -1-1 1 1
pudiera ser considerado una sede del partido rabinista. 34. C heth, IIL a. 1"

31. Todos los pasa_1,es acerca de 1e-•srte_, tema .han sido compuísadcs y nuy
- ..-- .- ,- - - � - - .- ¡-- - 1 -1 r - -- - 1 - 1 1-,.-r--
35. La Misnti discurre acerca de cuanto eneficío puede to-- - �
m-a-rrun me rcader 1 -- - ,-,--

ca,--
1

p,a--z�m ente argum-1entf,ad-,o--s. po- r Bu


-1- ;1- ,- ••r· ¡·-·1 - •
xtorf, Lex. Talm sobre. un ar:licwo, y entro de qué período un ecrnprsdor, que: se considere

. 2.. Véea,··s,e- la- di. s-,cusión acerca de la focha de la crucifixién de nuestro Señor
1 1 1 f
�gaña o, puede devolver SU 'c. o- mpra. Los mercaderes de Lida desde Ine: o
- 1 ,-· ,- ·.- -

--- -,-'br ·- -
en el Apéndi'.ce en mi vohimen so e. Er emplo: .�u ninistena y servicios. o quedan e- n esta discusión bajo una foz demasiado favorable.
' -. -,- ,- ---- 1
-- , -r--J -
1
n 1 1

9
ciudad fue destruida por Vesp siano. Hay en, eJ Midrash. una
ucho pasajes del Tamud 8 y con a misma referencia M-
c�ri.o_ a leyend� acerca d� qu�· Jope n_o fue destruida por el
juea 5�2 .. Pu de, por tamo considera _ � como un tem� .es.ta.-
d11 v10. l,Podna esto ha e sido un mteruo d insinuar Ia
pre�ervaci6o y migrac.ión de hombre a distantes 1ugares de
blccído que, según los padre. judíos, el Mesías. el · de �-º
David deba aceren B lén de Judá. P ro hay un pasaje en
1 tierra? El emplazamiemo exacto de Emaús, para si empre l Mi ná que arroja una luz. tan peculiar .sobre la narración
agrada para no· otros por fa manifestación allí del Salvador evangeli a que ser'. mejor reproducirlo íntegrament·�� �abe�
a los do. disdpulos (Le. 24:13), es asumo de comrovers1a. t 1,os que en ta noche en 1a que nuestr · · lvador .�ac -. el
Globalmeme,_ el peso de la evidencia sgue inchnándose en mensaje de los angelcs vino a agucUos '!u� probablen:ente
favor del emp!azam1cnto ·rradicional? S1 es a I, tuvo una con- todo Belén o en us cercanía eran los umco en «guardar
iderable población judía. aunque haba allí también un v l. . Porque. cerca de Belén en el camino a JeJ11SaJén. hab�-
gua�i�ión romana Su clima y sus. agua eran célebre , como una torre, . on cid a como Migda! Eder la «torre de v igi) a�c!
tam.b1é� �u . r:ca�o� �� ,. e espe ial ímcres hallar que entre de íos rebaños», Era el tugar desde el que los pasto vi 1-
las familias �acri nas Judrns laicas uc tomaban parte: en el aban los rebaños de tínados a los sacrificio e el Templo-
s�rv1c1? musical d 1 Templo habfa o· =-tas de Pegarim y Y esto era t n bien sa bido que si se encontraban animales tan
Ztppanah- que eran deBmaüs, y tambi6n qué los miem ros ístante e Jerusa én como Migdal Edcr, y dentro d aquella
del sacerdocio tendían a los enlaces ma Irnonl ates con a área a ambo. lados, los m achos eran ofrecidos cor o hol
familias de J� ricos he�reo de aquel lugar Er. I. 4 . Gaza,
en cuyo «desierto» canunonFciipe predicó y bautizó al eunu- causro, y Jas hembras como sacrl lelos d_� �a . 39 El � f
J hudah añade: «Si son apropiado para acnncios pascuales,
co etíope contaba con no menos de ocho templo . p. ganos,
entonces son acríñcíos pascuales, siempre y cuando no sea
además de un santuario idolátrico fu ra de Ja iudad.. Sin
má de treinta días antes de Ja fiesta>: (Shekal VH. 4; compa-
embargo, s permitía a los Judíos residir allí, prob blemcnte
a causa de ta importancia de su mercado,
rar también Jer. Kid. 11. 9). Parece profundamente significa-
tivo. casi el cumplimiento de un tipo, que aque�o� pa tore
Sólo qu dan dos nombre que mencionar pero los de más que primeramente oyeron la nuevas del nacimiento del
pr�fundo '!. solemne in. eres, Belén I lugar- donde nuestro · alvador, que pnmero oyeron las labanzas de lo_ ,ángeles
Senor nac 6. y Jerusalén, donde fu crucificado. Es de notar estuvieran v·gil ando rebaños destín dos a ser ofrecí dos �orno
que a respuesta que los miembros del Sanedrín di ron a J
pregunta de Herodes (Ml :.5} es la- misma que aparece en sacrificios en el Templo. Allí estaba el tipo, y aquí la reabdad
En todo tiempo Bel en cstnvo entre «las más pequeñas de
Judá» =-tan pequeña que los rabi,. s ni e refieren a ella dera-
lladamente--. El pequeño mesón del pueblo estab . l_lcno a
rebo .a-r y lo huéspede de Nazaret encontraron refugio soto
36. Los escritores rnodem.os la idenlifi an mayormente con Ia actual
l{j;¡lon}eh., colonia derivan su nombr de la c1rcunstancia de que fue
colonizada por solda, os romanos. EJ teniente Condcr sugiere la actual . Ier. Ber. .TI. da una historia sumamente curiosa relacionada c-00 est�.
Khamo.s� a unos trece kilómetros de. Jerusalén, e.omv e! - mpla.z.runicnro
�Emaus.. 9. -Alilenormente. los que encontraban estos anímales tenían qu� snpl�
3.7, El profe-sor Ro bínson ha pu.bli arlo una descripción "'Umamenle gráfica Je su l)TOpfos medios las necesarias libaciones. Pe:o com� esto n:i�uc R
d'e este cannno del desierto. � algunos a no traer los animal:5 al T, mplo, s�decreLo de_spues_qu et . osro
de }· líbacior es se debfa suplir de la tesorena del Templo (Shek, VU. l ,
100

en el establo �u cuyo pesebre vino a er la cuna del Rey de ría una más pl · na expticación en el hecho de que estos pasto
Israel. Fue aquí que los que cuidaban de los rebaño ac · � res cuidaban de los rebaño" del Templo. Cuando Icemos en
ticiales, dirigidos desde el cielo) hallaron al divino Bebé, y L ,. 2:20 qu _ <do p _ ter regre a ·on gloriñcando y alaban-
signiricauvamente fu r n ello os primeros en verlo en ere r o a Dlo: , el ntido en relación con e l041 paree algo difícil
en El n aaorarle. Pero no es esto todo. Es cuando recor- nasta que n s damo cuenta de que tras haber U vado u
darnos que estos pastore entrarían en el Templo. y allí se rebaños al emplo regrc . . rf na su propios hogares, llevan
encontrarían con los que acudieran para adorar y ofrecer do con e los. gozosos y llenos de gratitud 11\;.c nuevas de a
sacri 1c10s. que percibimos el pleno sentido de 1o que de otra gran alvacién. Finalmente y sin entrar en controversias e
manera habría arecido apenas digno de mención en relación pasaje d la Misná a bado de citar e�il�i - en gran !11.edid,a
con humíl de pastores: « Y después de verlo- di ron a conocer 1 obie Ión en contra de 1 Fecha tradícíonal del naenmcrno
lo que se les había dicho acerca d.e e te nmo. Y todos los que de nuestro S ñor, derivada de- upuesto hecho de que la
lo oyeron, qnedaronmaravillados de o que· e les habfa dicho lluvias de dl iembrc imp dírfan que los rebaños rueran guar-
acerca del niño» (Le. 2:17 8 . Ademas podemos compren- dados toda ta noche «en el campo . Porque en primer lugar
der la maravillosa impre íón en aquellos que se encontraran se trataba de rebaños de camíno a Jerusalén y no pastando
en los patios. del Templo, que mientras escogían sus sacri- regularmente en campo abierto en a_ uel tiempo. Y. en segun-
ficio man de los pa tores acerca de1 pronto cumplimiento d lugar 1a Misná evidentemente contempla el que estebar
de aquellos tipos en lo que ellos habían vi to· oído en aquella así-a campo ab1{}rlu-treinta días antes dgla-Fascua.- sro-es.-
-----ñoctie maravillosa· rcórrio -müititudes curiosas y anhelantes en e· mes. de ehrcro . durante e que a media de precipitación
se reunirían alrededor para discutir asombrarse, y quizá bur- lluviosa es fa más grande del año. •
lar e! ¡Cómo el corazón del «justo y piadoso» vi [o Sim · 6n «Diez medidas de hermosura», dicen los rabinos «h
e alegraría en 'la expectación del ca i umplimiento de las otorgado Dios al mundo, y nueve de. ellas caen en la u�n-
esperanzas y oracíone �de roda una vida! ¡ come la an lana de Jerusalén» -y otra vez-; «Una ciudad cuya fama ha ido
Ana. y lo que Juntamente con ella «esperaban la reden i6 de un extremo de mundo al 01ro.»1t1 Tuya, oh Señor, es J:a
de Israel» levantarían sus cabezas por cuanto su redención grandeza teyo el poder, la gloria y la �u�midad"'» _Esto �· _pli-
se estabaaproximando! Así los�· rores serían.los más efica- ,c-cl.Xal11:ru:d, (.€S- nmsalém .-Eú-OpO:SIGIÓJl- . U-11: -al-· ' g,,._---
ces era os del . estas en el Templo y tanto Simeón como
Ana starfan preparados. para el momento en qu el recién
nacido Salvador fuera presentado en e antuario, Pero .ta.y
4L. emparar aquf los vv, 17, '18, que en tiempo preceden al v. 20. El
todavía otro v rsículo que, como podemos sugerir en ontra- término dí1.1gnorizo. tr ducido (( · eron a t!OJJO r» y l)QT Whal «ul��o
cisroqtu: narro»; no parece qut;!cfar agotado con la idea de una eonversacio
n el grupo en e] establo» o con cu.-). uicra con el que pudieran lle,gar
a encontrarse � en el campo».
40. En Echa R. 12 a .aparece una tradición de que el Mesías debía. nacer 42. La rrecipitación lluviosa media en Jerusalén durante. o�ho_ �.es�
«en el , astillo Arba d Belén de. -Iudá». Caspari (Chrork Geogr. L\nt. ü. asciende. ·a cator e pulgadas en diciembre, traca en en- y di 15el, ea
d. Leb n Jes11,. pá,g. 54) cita esto en conñnn cíén de . ue el actual
0
febrero (B.aTclay. City o[ the Greas Kfng. pág. 428). r. HamburSOO{, .Rea,l
monasterro for " cado cuya. cueva es el Jugar tradicional del rracimiento Ene.
de nuestro Seno , marca � verdadero 1ug . En Oriente esras e evas s 4 . Ber. 38
empleaban frecuentemente como srabloa.

m
dria. que era de ignada <: a pequeña» ,erusa .én era amada ciudad es indudable. que para propo rto · sagrados Betania Y
«1a grande», A uno casi le recuerda el títn1o de «ciudad erer- Beifagé eran considerada corn pertene lentes al cfrcul de"
.aa» dado a-Roma ceamo encontramos a los rabinos rcñrién- J rusalén. Se . uscítan peculiares sensación · cuando e lee.
dese a Jerusalén como la «casa eterna». De manera similar. en stos regí tras judío acerca de Betania y Berfagé IDO·
si un · 10v io com índice que «todos los cammos conducen especialroeme célebres por la hospitalidad que da�an a los
a Roma), había un icho judío que sentenciaba: «todas las peregrinos, porque se evocan las sagradas memonas de l_as
moneda vienen de Jerusalén». No es éste el lugar donde · ianci de nuestro Señor con la sama am ítia de BttcUlla
describir la ciudad en su apariencia y gloria." Pero uno casi v especialmente la de u última visita allí y su regia entrad
siente com si. en tal cue tión, pudiera comprender, si no dar en Jerusalé -.
la plena ap1 baci n a tas maníñ - stas exageracione de lo ·n verdad que se hactan todo los esfuerzos ara hacer
rabinos. En verdad, hay indicaciones de que difícilmente de Jerusalén una erdadera ciudad de d 1 ltc . Su policí y
e peraban que sus afirrnacione fueran tomadas al pie de Ia normas sanitarias eran más perfectas que en cualquier ciudad
erra. Así. cuando se menciona el número de su, sinagogas moderna- las disposiciones eran 'tales que dejaban al pere-
e mo 460 .. 4 , se explica que este ültímo numero es el gríno líbre para dar su corazón y mente a los temas. sagrados.
equivalente numéríco de la palabra <<llena» en Is. l :2 l , Lle- Si despué de todo do . íudadano », "' mo eran llam �d?s,
na e. taba de insticia » • d may r interés saber que en el r . u ta ban algo orgull os y desdeñoso . , era algo se . ciuc · -
'Talmud encontramos una mención expresa de «la Sinagoga dano de Ierushalaimañ como los jerusalemitas pre: erían
de los Alejandrmo » a que se hace referencia en Hch, 6:Y escrtbí el nombre de la ciudad. se constante relación con
=-otra imponanre confirmación i hubiera necesidad de ella, extranjeros les daba un conocimiento de los hombres y del
de la precisión de los relatos de san Lucas-- Se dan relatos mundo. La inteligencia y agudeza d los ··óvene. era tema de
de· hospítalíd d de los moradore de Jerusalén que diff il- admiración para u más tímido y t seos parientes rurale .
mente podemos considerar exagerad s: porque la ciudad no H bfa también una grandeza en su pone, ca i un lujo; y una
era contada como perteneciente a ninguna tribu en panicular· crerta delicadeza tacto y ternura que se mostraban en todos
debía ser considerada igualmente el hogar de todas. Sus casas sus tratos públicos Entre un pueblo cuyo ingenio e inteligen-
no debían ser rri alquiladas ni arrendadas íno libremente · a eran proverbiale , no era po . encemi ser ren?m rad
abierta. a ca.da hermano, no carecían d sitio ninguno de por e ta. cualíd de . En r sumen, era Jerusalén e ideal del
los mcon abte miles que la aturaban en las ocasiones festi- judío, cualquiera que fuera la tlerra de exilio en .qLe residiera,
va Una cortina co gano. dante de la entrada de una casa Sus ricos donaban ornmas para costear la erudición judía
indicaba que ha ia aun siti para huéspedes. Una mesa pu ta para la promoción de la piedad o para el apoyo de la causa
del nte d ella que su despensa estaba a díspo ícion de ellos. nacional. Así, uno de ellos, al ene 1l r lo pre .� s de 1
Y i ra imposible acomodar dentro de las muralla de la acrífieio umamente altos, in reduciría en el atrio del
Jerusalén propia a las inmensas multitudes que acudían a la Templo los animales necesarios, a su cargo) para: posibilitar
el sacrificio para los pobres. O en otra ocasión ofrecería
suministrar al ciudad durante veintiún meses con ciertas
44. Para esto, comparar los dos primeros apítuk>.s e mi volumen sobre
provisiones en su lucha contra Roma. En _ las calles de
El Templo: sa ministerio y servido; . Jeru alén e encontraban hombres de. los ma d1 tante países

. 04 1 5
hablando . odas las lenguas y dialectos conocido . Judfo y
griego oldad s romanos y pueblerinos gal leo • fari eos
, aduce y · ente con blancos ropajes) ocupados merca-
dere y studiante · oe abstr--u--s-ali.'teología e entremezclaban
formando una abigarrada mul-ü- tud en las estrechas callejas de
;

la ciudad de palacios, Pero sobre todo aquello el Templo que


e levantaba por encima de· fa ciudad, parecía arrojar U
som ra y su orla. Cada mañana et triple toque de las trom-
0

v
petas de los sacerdotes despertaba a la ciudad con el llama-
míento a ta oración; cada anochecer el mismo toque cerraba
HOG ES JUDÍOS
el día de trabajo, como con sones del-,- cielo. No impon-aba
adónde uno se volvie-se,-, en--t-o-,d-as partes había edificios santos s puede d · 1r - cno.:seguridad que 1 gran distinción que
a la ¡ a, ahora) con el humo de Ios .sacríñcios levantándose dividía a toda la uhmanídad entre judíos y gentiles no era sol
sobre los patíe o de nuevo con una solemne quietud repo- religiosa. ino tamoíen social. Por muy �ercanas. que estuvie • 1
·r-¡

sando sobr las sagradas cámaras, Era el Toemplo lo que daba ran las ciu .. ades de los paganos a las d I · raeí,-,! p. -o,- rec-u,- entes

, carácter a J rusalén, lo que decidió u suene. ay un y estrecha que fueran las comunícacíones _en��am!Jasyar-
notable pasaje en el Taímudque, rec(!rdando ne d tíem o - ter.nante potlía en' ar eh una ·fü ád o en un pueblo judío
---- al que =-ace referencia es probablemente el mismo año en que m sentirse, por decir O así como en un mundo distinto, El
murió nuestro Señor en la cruz, parece como una involuntaria . - - :- -i - - -
aspecto de las calles- la edificación y dísposíción de las casas
con lrmaclon de la narración evangélica: Cuarenta años antes J
- - 1- -
r= , -¡- --
las normativas umnicipales y religiosas. los modos y usos d
tos - - -- - -- - -- -
de la destrucción del Templo se a. nerón sus puertas por sí ta gente ushábi y manera de hacer, y, por encima de todo,
i
45
mismas, Jochanan el hijo de Saccaí, las reprendió, dícíendo: la vida familiar; estaban en acu ado con a te con lo que se 1 1

<i ¡ Oh Templ ! ¿ or qué ce abres por ti mismo '! i Ah! i Percibo


_ rt - -
podía ver en anos lugares. Por todas partes ha�ía evt d�d a
1 ; JI

que tu fin está cercano, porque está escrito! (Zac, 11: 1 : · Oh de ue la religión no era aquí un mero credo ru un conJunto

----��
-' m��
!::,7��r
U�J
e�- ���Pg����rt�a�&., J. y�cº� �
; �u;m;a�d�·�fu�e�g�o�m�jc�e�d�ro�s�·:»�-----����- ¡, �e1mpre�aw• sreocmresy
¡-
... .lJ

oma · . << · e aqu el ve o del templo se rasgé en do · dominaba sobre acta fa e de a vi


Imaginemos una ciudad o pueblo judío real. - H· ab�ía. mu-
de arriba abajo» (Mt 27:51). - Brendito sea Dios. ello no fue
meramente como anuncio de un juicio enídero, sino para -
chos de ésros porque Palestina tu o íempre una can?dad . --

de de entonces. abrir de par en par a todos el camino al Lugar mucho mayor de ciudades y pueblos ue los que .�u�1e�an
Santí imo. haber sido de esperar por su tamaño, o por las actividades
generalmente agrícola . de su, ci dadanos. Incluso en lo
1 1

tiempos de su primera o . upación bajo J osué enco-n-t1ramos


,-1�
t:
e alrededor de seísciema ciu ade , si podemos juzgar por las
45. Cas.parl sugiere que en. 1 mi�o q� e] sumo sacerdote Aná:".
- ¡ -- ciudades levíticas, con una circunferencia media de· dos m il
añadiéndose al nombre sólo-la sflabaindícande el nombre de Jehová como codos- a cada lado y con una población media de entre do
prefijo.

1.06: Ol
y tres mil habitantes. 1 Pero la cantidad de ciudades y pueblos, otra parte, una mujer podía objetar al cambio. de residencia
así como su populosidad, aumentó mucho en tiempos poste- de una ciudad a un pueblo, debido a que en la.ciudad se podía
riores. Así Josefo (Vida, 45) habla de no menos que doscien- conseguir de todo, y la gente de toda la vecindad se encon-
tas cuarenta poblaciones sólo en Galilea e� sus tiempos. Este traba en las calles y en la plaza del mercad�. .
progreso fue indudablemente debido no sólo al rápido desa- Afinnaciones como ésta darán una cierta idea de �a dife-
rrollo de la sociedad, sino también al amor a la construccíén rencia entre la vida de la ciudad y del campo. Exammemos
que caracterizó a Herodes y su familia, y al que debieron su primero la de la ciudad. Aproximándonos a una de las anti-
origen tantas fortalezas, palacios, templos y ciudades. Tanto guas ciudades fortificadas, llegaríamos a una muralla baja
el Nuevo Testamento como Josefo y los rabinos nos dan tres que protegía un foso. Atravesando este foso, nos veríamos
nombres que pueden traducirse como aldeas, pueblos y ciuda- ante la muralla propia de la ciudad, y ent�ríamos a. través
des, estando estas ültímas rodeadas de murallas, y distin- de un inmenso portón, frecuentemente cubierto de hierro Y
guiéndose además entre las ya fortificadas en tiempos de asegurado por fuertes barras y pernos. Encima de la puerta
Josué y las fortificadas en tiempos posteriores. Un pueblo se levantaba la torre de vigilancia. «Dentro de la puerta» se
podía ser «grande» si tenía una sinagoga, o «pequeño» si encontraba el sombreado retiro donde se sentaban «los
carecía de ella; y la existencia de la sinagoga dependía de que ancianos». Aquí graves ciudadanos discutían �os asuntos
residieran allí al menos diez hombres con los que pudiera públicos o las noticias del día, o llevaban a cabo importantes
negocios. Las puertas se abrían a gran�es plazas � las que
contarse para que hubiera quorum para el culto en la sinagoga convergían las varias calles. Eran el activo escenano de las
(los llamados Batlanin2); porque no se podía celebrar un ser- relaciones y del comercio. Los campesinos se plantaban o
vicio con menor número de varones. Las aldeas no tenían movían por allí, mercando el produc�o de sus campos, arbo-
sinagoga, pero se suponía que sus habitantes acudían al ledas y vaquerías; el mercader extranjero o el buhonero expo-
pueblo más cercano para el mercado de los lunes y de los nían sus mercancías, recomendando las nuevas �odas de
jueves cada semana, cuando se celebrara un servicio para Roma o Alejandría, los últimos lujos del lejano Onente o las
ellos, y cuando también tenía audiencia el sanedrín local obras de artesanía del orfebre y del tr�dor �e Jerusalén,
(Megill. l. 1-3). Una ley muy curiosa (Cheth. 110) dictaba mientras que entre ellos se movía la multitud, �c10sa u �upa-
que un hombre no podía obligar a su mujer a seguirlo si se da, charlando, regateando, de buen humor, e mtercamb1ando
ingeniosidades. Ahora se apartan pa� dar paso respe-
mudaba de un pueblo a una ciudad, o viceversa. La razdn de tuosamente a un fariseo; o su conversación se acab� ante la
ello es que en la ciudad la gente vivía junta, y las casas chocante apariencia de un esenio o de algún sectario -po-
estaban juntas, por lo que había falta de aire fresco y libre lítico o religioso-, mientras que se entreoyen ahog�das �al-
y de huertos, de lo que había abundancia en los pueblos. Por dícíones, pronunciadas por lo.baj�, sigui�ndo a las silenciosas
pisadas del publicano, cuyos ínquíetos OJOS van observándolo
todo para asegurar que nada se escape de las espesas �es
de la red del recaudador de impuestos. Es�s calles. uenen
l. SaalschUtz, Archaeol. d. Hebr. JI. págs. 2SO, 2Sl. todas nombres, generalmente los de los gremi�s u o.fic1os que
2. De «betal», cesar, como lo explica el glosario a Baba B. 82 a: hombres tienen en ellas sus bazares. Porque los gremios siempre se
irreprensibles, q\18 abandonaran su trabajo para darse totalmente a la obra
de la sinagoga. Los tales tenían derecho a ser sustentados con los fondos 109
de la ainqoga.

108

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1

'
'

mantenían agrupados, fuera en la calle o en la sinagoga. En El vigía está arriba en la torre por encima del portón. Ahora
Alejandría, las diferentes profesiones se sentaban en la sina- saldrá la patrulla nocturna para vigilar las calles. Y tampoco
goga agrupadas en gremios; y san Pablo no hubiera tenido 1
es absoluta la oscuridad, porque es usual mantener una luz
dificultad alguna en encontrarse en el bazar de su oficio con ardiendo toda la noche en la casa, y las ventanas (a diferencia
sus correligionarios judíos Aquila y Priscila (Hch. 18:2, 3), de las de las modernas casas orientales) se abren principal-
con quienes poder posar. En estos bazares muchos de los mente sobre la calle y el camino. Estas grandes ventanas reci-
�bajadores se sentaban fuera de sus establecimientos, y, en ben el nombre de tirias, y las más pequenñas,. egipcias. No
1

íntervalos entre su trabajo, intercambiaban saludos o merca- 1

están cubiertas de vidrio, sino con emparrillados y celosías.


ban con los transeóntes. Porque todos en Israel eran henna-
1

En las casas de los ricos, los marcos de las ventanas están


nos, y hay una especie de masonería incluso en el modo de intrincadamente talladas y ricamente recubiertas. Por lo gene-
saludo judío, que siempre incorporaba o bien un reconoci- ral la madera utilizada es la del sicómoro coman, a veces de
mient� del �os de Israel, o un fraternal deseo de paz. Excita- olivo y cedro, y en los palacios incluso de sándalo. El enta-
bles, ímpulsívcs, vivos, ingeniosos, imaginativos; aficiona- blamento está más o menos elaboradamente tallado y orna-
dos a las parábolas, a los dichos lapidarios, a las distinciones mentado. Lo único es que no debía hacerse ninguna represen-
agudas o a los dichos mordaces; reverentes para con Dios y tación de nada en el cielo o en la tierra. Tan profundo era
el hombre, respetuosos en presencia de la edad, entusiastas el sentimiento acerca de esta cuestión que incluso el intento
acerca de la erudición y de las dotes mentales superiores, muy de Pilato para introducir en Jerusalén de noche las efigies de
delicadamente sensibles ante los sentimientos de los otros; César en la punta de los estandartes romanos llevó a unas
celosos, con unas naturalezas orientales intensamente ardien- i
1

escenas en las que los judíos se mostraron dispuestos a morir


tes, listos a que se les excitara cada uno de sus prejuicios por sus convicciones (Josefo, Antigüedades, XVIII. 3, 1); y
apresurados y violentos en sus pasiones, pero fácilmen� 11

apaciguados; así era la abigarrada multitud que se movía por en el palacio de Herodes Antipas en Tiberias fue quemado
allí. Y ahora quizá se oye la voz de un rabí ensenando en por la muchedumbre porque estaba decorado con figuras de
algtln reti� �om�reado -a��ue posterionnente el orgullo animales (Josefo, Ytda; 12). Pero estos puntos de vista extre-
d� la erudición Judía prohibid la profanación del conoci- mistas se apaciguaron, primero ante el tolerante ejemplo de
miento med�ante su divulgación a los «iletrados,._, o, mejor Gamaliel, el maestro de Pablo, que hacía uso de un baño
añn, en un tiempo la presencia del Maestro los retine a todos público aunque estaba adornado con una estatua de Venus,
Y los mantiene fascinados, olvidadizos a la vez de los impul- porque, como decía él, aquella estatua estaba puesta para
sos del hamb� y del paso del tiempo, hasta que, tenninado 1 adorno del baño, y no el baño para adorno de la estatua. Si
e� corto día onental, las estrellas resplandeciendo en el oscuro este argumento nos recuerda que Gamaliel no era extraño al
cielo azul deben haberles recordado a muchos la promesa cristianismo, la declaración de su nieto, de que un ídolo no
hecha a su padre Abraham, cumplida ahora en Uno mayor era nada si su culto había sido rechazado por los paganos (Ab.
que Abraham. Sar. 52), recuerda aún más fuertemente la enseftanza de san
Volvamos a la ciudad al fresco del atardecer para escu- Pablo. Y así llegamos gradualmente a la moderna doctrina
char el delicioso murmullo del pozo o del manantial, mientras ortodoxa, que permite la representación de plantas, animales,
se agolpan alrededor los que no tienen cisternas en sus casas. etc., pero que prohíbe la del sol, de la luna y de las estrellas,
excepto para propósitos de estudio, mientras que, aunque
110
111

-
dudosamente, admite las de hombres e incluso ángeles, siem- municipales, bajo la presidencia de un mayor -los represen-
pre que sea en bajorrelieve, y no en volumen. tantes de los «ancianos»-, una institución tan frecuentemen-
El gobierno de estas ciudades y pueblos era sumamente te mencionada en las Escrituras y profundamente arraigada
estricto. Los representantes de Roma eran principalmente en la sociedad judía. Quizá se haga referencia a ellas en Le.
personal militar, o bien agentes fiscales o polfticos. Tenemos 7:3, como enviadas por el centurión de Capemaum para que
ciertamente un registro de que el general romano Gabinio, intercedieran ante el Señor por él.
alrededor de medio siglo antes de Cristo, dividió Palestina, Lo que podría conocerse como normas policiales y sani-
para propósitos jurídicos, en cinco distritos, cada uno de ellos tarias eran de lo más estricto. Acerca de Cesarea, por ejemplo,
presidido por un concilio (Josefo, AntigUedades, XIV. 5, 4); sabemos que había un sistema regular de alcantarillado que
pero esta disposición tuvo una vida muy breve, e incluso iba al mar, aparentemente similar al de cualquier ciudad mo-
mientras estuvo vigente estos concilios parecen haber sido derna, sólo que más perfecto (Josefo, AntigUedades, XV.
judíos. Luego, cada ciudad tenía su Sanedrín,' el cual consis- 9:6). Lo mismo sucede con respecto a los edificios del Tem-
tía de veintitrés miembros, si la población tenía al menos plo en Jerusalén. Pero en cada ciudad y pueblo se cumplían
ciento veinte hombres, o de tres miembros, si la población estrictamente las normas sanitarias. Los cementerios, las
era menor," Estos sanedristas eran designados directamente curtiderías y todo lo que pudiera ser perjudicial para la salud
por la autoridad suprema, o Oran Sanedrín, «el consejo», en tenía que ser alejado al menos a cincuenta codos fuera de una
Jerusalén, que consistía de setenta y un miembros. Es difícil ciudad.' No se pennitían establecimientos de panaderos y de
fijar los límites del verdadero poder que tenían estos sanedri- tintoreros, ni establos, bajo la vivienda de ninguna persona.
nes en casos criminales. Pero los sanedrines son mencionados Además, se tenía que mantener estrictamente la línea de la
en pasajes como Mt. S:22, 23; 1 O: 17; Mr. 13:9. Naturalmente, calle al edificar, y no se permitía níngün voladizo sobre ella.
todas las causas eclesiásticas y, por así decirlo, las causas Por lo general, las calles eran más anchas que las de las actua-
estrictamente judaicas, y todas las cuestiones religiosas, per- les ciudades orientales. La naturaleza de la tierra, y las cir-
tenecían a su especial competencia. Finalmente, había tam- cunstancias de que tantas ciudades fueran construidas sobre
bién en cada lugar lo que podríamos llamar autoridades montes (al menos en Judea), sería naturalmente ventajoso
desde un punto de vista sanitario. También harfa menos nece-
saria la pavimentación de las calles. Pero sabemos que ciertas
3. El nombre «Sanhcdrinll', o «S,usadriom (traducido «concilioll' en variu
ciudades st estaban pavimentadas. Jerusalén lo estaba con
versiones cuteltanas, y •aanedrlnll' en 01ru), ea indudablemente provenien- piedra blanca (Josefo, AntigUedades, XX, 9:7). Para evitar
te del griego, aunque los rabinos han tratado de parafrasearlo como •Sinll' disputas, no se permitía que los vecinos abrieran ventanas que
(=Sinal) «haderin», los que repiten o explican la ley, o remontar su miraran a los patios o estancias de otros, y tampoco podía
etimología, como siendo «loa que aborr«en hacer acepci6n do persona ser la entrada principal a una tienda a través de un patio
enjucio» (suponimdose que el nombre esti compuesto de los equivalentes
hebreos de lu palabraa ilaliradas).
común a dos o tres viviendas.
4. Últimamente H ha hecho un ingenioso intento do mostrar que el Sanedrín Estas breves descripciones nos pueden ser de ayuda para
de lres miembros no era un lribunal regular, aino sólo drbitros eaoogidos
por lu mismu partea en litigio (véue SchUrer, Nelllest. Zeileg1clt. pfg.
403). Pero el argumento, hasta allí donde intenta demoslrar que esto era S. Véase éstas y similares nonnas principalmente en la Mimd (Baba B. l.
invariablemente uí, no me parece que concuerde con todos los hechos. y n., passim).

112 113
d8!Jl<>s cuen� del �nario de Ja vida en las ciudades judías.
Mirando amba y abaJo de las calles de una ciudad en Galilea para la oración o para la meditación; en este lugar observaría,
o en Judea, las casas � veían diferentes en tamatlo y elegan- esperaría y miraría si se trataba de amigos o enemigos, o có-
cia, desde Ja más sencilla, de entre ocho y diez metros cuadra- mo se preparaba una tormenta, o, como el sacerdote en el ale-
d!)&, hasta las mansiones de los ricos, a veces de dos o más ro del Templo antes del sacrificio matutino, cómo la luz rojiza
piso� em�llecidas con hileras de columnas y aditamentos y dorada del amanecer se extendía a través del horizonte.
arqwtectómc?s. Supongámonos delante de una vivienda de También desde la azotea era fácil prevenirse contra enemi-
la c!ase med.ia, no l� de � patricio. porque está hecha de gos, o llevar a cabo una peligrosa lucha con los que estaban
ladnllo, o quizá de piedra sm labrar, o quizá incluso labrada abajo; y, desde luego, era «en las azoteas» donde se podían
pero no de mánnol, o ni siquiera de piedra tallada; tampoc� decir secretos en voz baja, o, por otra parte, desde donde se
tiene las paredes pintadas de colores tan delicados como el
bennellón, sino sólo encaladas o. quizá, pintadas con un tono podían hacer las más puüblicas proclamaciones de los mismos
neutro. Una �ch� escalinata, a veces de gran precio, lleva (Ml 10:27; Le. 12:3). La estancia de los huéspedes se cons-
desde �1 e-X:tenor directame�te hacia la azotea. que está ligera- truía generalmente en la azotea, a fin de que pudiera entrar
mente mclin�da para permitir que el agua de lluvia pase por y salir con libertad del resto de la familia; y era frecuentemen-
uno� tubos directamente a la cisterna debajo. La azotea está te en la azotea que, en la Fiesta de los Tabernáculos, para
pavimentada con ladrillos. piedra, u otra sustancia dura y frescor y comodidad, se levantaban las enramadas en las que
rodeada por una balaustrada que, segün la ley judía, d�be moraba Israel en memoria de su peregrinación. Cerca de allí
tener una �tura de al menos dos codos (noventa centímetros), se encontraba «el aposento alto». En la azotea, o en el patio
Y lo suficientemente fuerte para soportar el peso de una per- aba--jo, se reunía la familia para conversación, con los árboles
sona. Las nonnas policiales, concebidas con el mismo espíri- arrojando su agradable sombra y con el murmullo de su
tu de prudencia, prohibían los pozos y hoyos descubiertos fuente cayendo gratamente al oído, mientras uno estaba en
las escaleras de mano débiles, las escaleras inseguras, e inclu�
'-- la galería cubierta que corría alrededor y que se abña a los
so los ptl'f!)S peli-g- rosos en una casa. También podía haber
com!ffllcac16n de azotea a azotea, llamada por los rabinos «el apartamentos de la familia.
Si la estancia de los huéspedes, a la que se podía llegar
cammo de las azoteas» (Baba Mez. 88 b). Así, una persona desde fuera sin pasar por la casa, nos recuerda a Eliseo y la
podía ?u.ir, pasando de azotea en azotea, hasta que descendía mujer de Sunem, y la óltima Pascua, en la que el Seftor y sus
e!1 la última casa por las escaleras que conducían a la· calle. discípulos podían ir y salir de ella sin entrar en contacto con
sm te�er que en� en ninguna casa. Es indudable que el Se- nadie en la casa, la galería que iba alrededor del patio debajo
flor hizo referencia a este «camino de las azoteas» en su ad· del techo nos recuerda otra escena muy solemne. Recordamos
vertencia a sus.seguidores (Mt. 24:17; Mr. 13:IS; Le. 17:31), cómo trajeron a aquel «paralítico» cuando no pudieron «acer-
aplicada al dltimo asedio de Jerusalén: «Bl que esté en la car a él a causa de la multitud», y «abrieron un boquete en
azotea, no baje ni entre a llevarse algo de su c-a·sa». Para las el techó encima de donde él estaba», «y por la abertura hecha,
relacion':5 nonnales, la azotea era el lugar más fresco, aireado bajaron la camilla en que yacía el paralítico» (Mr. 2:4; Le.
Y tranquilo. Naturalmente, se empleaba en ocasiones para la 5:19). Sabemos, por muchos pasajes talmúdicos, que los
compaMa hogaretla. Pero era un lugar de retiro preferente rabinos acudían con preferencia al «aposento alto» para tratar
de cuestiones religiosas. Puede haber sido así en este caso; e
114 imposibilitados d--e c- ,o_ nseguir pasar a través de la puerta que

115
llevaba al a�sento alto, los porteadores del paralñíco pue- se podían abrir con llaves desde fuera. El comedor era gene-
den haber abierto un boquete en el tejado. O considerando ralmente espacioso, y a veces era empleado para reuniones.
más probable que la multitud llenaba el patio inferior, mien- Hemos estado describiendo los arreglos y la apariencia de
tras qu� Jesüs se encontraría en la galería que coma alrededor las ciudades y de las moradas en Palestina. Pero no es ninguna
del _patio y a 1� que abrían las varias estancias, es posible que de estas cosas exteriores que da una verdadera imagen de un
abneran el tejado por encima de Él y que hicieran bajar hogar judío. Dentro de él todo era muy singular. De entrada,
len��nte s� carga a los pies de Él y a la vista de todos. Hay el rito de la circuncisión separaba a los judíos de las naciones
un significativo paralelismo, o más bien contraste a esto en que los rodeaban, y los dedicaba a Dios. La oración privada,
una historia rabínica (Moed K. 2S a) que relata có�o cuando
por la mañana y la tarde, santificaba la vida diaria, y la reli-
no se pudo sacar por la puerta la camilla en la que yacía muer-
I I

gión familiar impregnaba el hogar. Antes de cada comida se


to un. célebre maestro. lo subieron a la azotea. y desde allí lavaban y oraban; después de ella «daban gracias». Además,
lo baJaron. pero no de camino a una nueva vida. sino para había lo que se podría designar de manera especial como
sepultarlo. Había además una escalera que llevaba del terrado fiestas familiares. La llegada del sábado santificaba la semana
al patio Y a la casa. Al acercarse a una casa, como lo hacían de trabajo. Debía recibir una bienvenida regia, o con cánticos,
de ordinario los visitantes. desde la calle, se pasaba bien a como un novio; y cada hogar lo observaba como una sazón
través de un gran patio exterior, o bien se entraba directamen- de sagrado reposo y gozo. Cieno. el rabinismo hizo de todo
te al vestíbulo o porche. Aquí se abría la puerta que daba esto una cuestión meramente externa, convirtiéndolo en una
�ntrada � patio interior, que a veces era compartido por va- carga insoportable mediante inacabables normas acerca de lo
nas familias. Un portero abría a los que llamaban al mencio-
nar sus nombres, como hizo Rode con Pedro en la agitada que constituía trabajo y lo que se suponía que causaba go-
noche de su milagrosa liberación de la cárcel (Hch. 12:13, zo, cambiando así de manera absoluta su sagrado carácter.
14). Nuestro Seftor aplica también este conocido hecho de la Con todo, pennanecía la idea fundamental, como una colum-
vida doméstica cuando dice (Ap. 3:20): «He aquí, yo estoy na rota que muestra dónde se había levantado el palacio y
a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, cuáles habían sido sus nobles proporciones. Al volver de la
e�� a é�, y cenare con él, y él conmigo». Atravesando este sinagoga el cabeza de familia la vfspera del sábado, o sob-
patio •!!tenor, se podía llegar a la galería y por ella a las varias bath, la encontraba festivamente adornada, con la lámpara del
estancias: el salón familiar, el recibidor y los donnitorios sabbath ardiendo brillantemente y con la mesa puesta con lo
siendo los más retirados ocupados por las damas, y empleán� más rico que cada familia podfa permitirse, Pero antes bende-
dose. �as. estancias interiores principalmente en invierno. El cía a cada hijo con la bendición de Israel. Y al siguiente atar-
mobillano era �uy semejante al de siempre. consistente en decer, al desvanecerse la luz del sabbath, hacía una solemne
mes�. sofás, Sillas. candeleros y lámparas, variando en su
precio en confonnidad a la posición y riqueza de la familia. «separación» entre el día santo y la semana laboral, y así
Entre los artículos de lujo se pueden mencionar ricos cojines comenzaba una vez más su labor en nombre del Seftor. Y no
para la cabeza y los brazos, ornamentos, y en ocasiones inclu- se olvidaba al extranjero, al pobre, a la viuda ni al huérfano.
so cuadros. Las puertas, que giraban sobre goznes fijados con La plenitud con que se proveía para ellos, cómo cada uno
estacas de madera, se aseguraban con cerrojos de madera, que participaba en lo que no debía ser considerado una carga, sino
un privilegio, y con qué delicadeza se administraba el auxilio
116
-porque todos en Israel eran hermanos y conciudadanos de

117
su Jerusalén- lo saben mejor los que han estudiado detalla- rrezca a su propio hijo?,. puede recordar a nuestras mentes
damente la vida judía, sus ordenanzas y prácticas. 6 el consuelo que la Epístola a los Hebreos ministra a aquellos
Pero esto es también más bien un bosquejo de vida reli- que están sufriendo (He. 12:7): «Si soportáis la disciplina.
giosa que de vida familiar. De entrada, deberíamos decir que Dios os trata como a hijos; ¿qué hijo es aquel a quien el padre
incluso el término hebreo para «mujer», que le había sido da- no díscíplína?»
do en la creación (Gn. 2:23), marcaba a la esposa como com- Hablando de la relación entre padres e hijos. se puede
patlera e igual de su marido («Ishah,., una mujer, de dsh», decir con toda seguridad que níngdn crimen era más severa-
un hombre). Pero es cuando consideramos las relaciones mente denunciado que el quebrantamiento del quinto manda-
entre el hombre y su mujer, entre los hijos y los padres, entre miento [«Honra a tu padre y a tu madre...,. (Hch. 20:12)]. El
los jóvenes y los ancianos, que aparece de modo tan �notable Talmud, con su usual puntillosidad. entra en detalles, cuando
la inmensa diferencia entre el judaísmo y el paganismo. establece como norma que «un hijo está obligado a alimentar
Incluso la relación en la que Dios se presentaba a su pueblo a su padre, a darle de beber, a vestirlo, a protegerlo, a condu-
como el Padre de ellos, daba una peculiar fuerza y condición cirlo dentro y afuera, a lavar su cara, sus manos y sus pies»;
sagrada al vínculo que relacionaba a los padres terrenos con a lo que la Oemara de Jerusalén aftade que un hijo está inc!u-
su descendencia. Aquf debería tenerse presente que, por asf so obligado a mendigar por su padre, ¡aunque aquí también
decirlo, todo el propósito de Israel como nación, con vistas el rabinismo daría preferencia a un padre espiritual por de-
a la aparición del Mesías entre ellos, hacía que para cada casa lante de uno natural, o más bien al que ensena la ley que al
fuera cuestión del mayor interés que no se extinguiera luz propio padre! El estado gen�ral de la socieda�.judía nos
alguna en Israel por falta de sucesión. Así, se aplicaba una muestra a padres vigilando canftosamente a sus hiJos, y � los
expresión como ésta (Jer. 22: 1 O) a aquellos que morían sin hijos devolviendo este cuidado aguantando los inconvemen-
descendencia: «Llorad amargamente por el que se va, porque tes, e incluso las pruebas, originados en los capri�hos de la
no volverá jamás» (Motd K. 27). De manera similar, se decía ancianidad y de la debilidad. Cosas como el descuido de los
que el que no tenía un hijo era como un mueno. Aparecen padres, o la ausencia de una amante consideración por ellos,
en los escritos rabínicos expresiones proverbiales acerca de habrían suscitado un sentimiento de horror en la sociedad
la «relación paternal,. que en su más alta aplicación nos judía. En cuanto a los crímenes contra los padres. que la ley
recuerdan que los escritores del Nuevo Testamento eran de Dios visitaba con la mayor pena, parece felizmente que
judíos. Si en el apasionado tono de la feliz certidumbre acerca eran casi desconocidos. Sin embargo, las ordenanzas
de nuestra seguridad cristiana se nos dice (Ro. 8:33): «¿Quién rabínicas especificaban también las obligaciones de los pa-
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.. dres y limitaban sus poderes. Así, un hijo era considerado
podemos creer que san Pablo estaba familiarizado con un independiente cuando podía ganarse la vida; y aunque la_ hija
dicho como éste: «¿Dará un padre testimonio contra su hijo?» pennanecía bajo la autoridad de su padre hasta su matrimo-
(Abod S. 3). La similar pregunta: «¿Hay un padre que abo- nio, no se podía, cuando era mayor de edad, dar en casa-
miento sin su libre y expreso consentimiento. Un padre podía
6. El lector debe recordar que esto no son m'8 que «bo,quejos». Una plena disciplinar a su hijo, pero sólo cuando era joven, y nunca
elaboracidn de todu estu cuestiones, en sus vuiu relaciones, debe ser hasta el punto de destruir su respeto propio. Pero az�tar a un
reservada para una obra de mayor envergadurL hijo crecido estaba prohibido bajo pena de excomumón; y la

118 119
instrucción apostólica (Bf. 6:4): «Padres, no provoquéis a ira judíos cuando le pidieron a Cristo qué señal les iba a mostrar,
a vuestros hijos», encuentra su correspondencia casi literal en Jn. 2:18; 6:30), mientras que en Dt. 17:10 se les decía sim-
el Talmud (Moed K. 17 a). Propiamente hablando, la ley judía plemente: «Y harás según la sentencia que te indiquen los del
limitaba ciertamente la obligación absoluta de un padre7 a lugar que Jehová escoja», y ello llevaba a la pregunta: «¿Cuál
alimentar, vestir y dar casa a su hijo hasta los seis anos, es, entonces, la diferencia entre un anciano y un profeta?»,
después de lo que podía sólo ser amonestado a ello como a la respuesta era: Un profeta es como un embajador, a quien
uno de los deberes del amor, pero no legalmente obligado se cree en consecuencia de sus credenciales regias; pero un
(Chethub. 49 b; 6S b). En caso de separación de los padres, anciano es aquel en cuya palabra recibís sin demandar tal
la madre se encargaba de las hijas, y el padre de lps hijos; evidencia. Y se instruía que se mostraran las apropiadas
pero éstos podían también ser confiados a la madre si los muestras de respeto hacia la ancianidad, como levantarse en
jueces consideraban que era lo mejor para los hijos. presencia de los mayores, de no ocupar sus asientos, de darles
Unas pocas observaciones en cuanto a la reverencia debi- respuesta con modestia y de asignarles los lugares más
da a la edad concluirán de manera apropiada este breve bos- importantes en las fiestas.
quejo de la vida hogareftajudía. Era un pensamiento hcnnoso Después de haber observado cuán estrictamente vigilaba
-por mucho que algunos duden de su correccíon exe- el rabinismo los deberes mutuos de padres e hijos, será ins-
gética- que así como los trozos de las tablas rotas de la ley tructivo ver cómo al mismo tiempo el tradicionalismo, en su
fueron guardados en el arca, de la misma manera debía ser culto a la letra, destruía en realidad el espíritu de la ley divina.
la ancianidad venerada y cuidada, aunque estuviera quebran- Será suficiente aquí con un ejemplo; y el que seleccionamos
tada de mente o memoria (Ber. 8 b). Ciertamente, el rabi- tiene la doble ventaja de ilustrar una alusión por otra parte
nismo fue a los mismos extremos en este asunto, al recomen- dificil del Nuevo Testamento, y de exhibir las verdaderas
�ar la reverencia por la edad,. aunque se tratara de uno que características del tradicionalismo. Ningún mandamiento po-
ignorara la ley, o de un gentil. Había, sin embargo, diver- día estar más en consonancia con el espíritu y la letra de la
gencias de opinión a este propósito. El pasaje -Lv. 19:32- ley que éste: «El que maldiga a su padre o a su madre, morí-
«delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del rá.» Pero nuestro Seftor acusa claramente al tradicionalismo
anciano», era explicado como refiri6ndose solamente a los de «transgredirlo» (Mt. 15:4-6). La siguiente cita de la Misná
sabios, los llnicos que debían ser considerados como ancia- ilustra curiosamente la justicia de la acusación del Señor: «El
nos. Si el rabí José comparaba a los que aprendían de jóvenes que maldiga a su padre o a su madre no es culpable, a no
con los que comían uvas verdes y bebían vino nuevo, el rabí ser que los maldiga con la mención expresa del nombre de
Jehuda ensenaba: «No mires a los odres, sino a lo que contie- Jehová.» ¡En todo otro caso, los sabios lo declaran inocente!
nen. Hay odres nuevos llenos de vino viejo, y odres viejos Y éste no es en absoluto un caso aislado de perversión rabí-
que no contienen ni vino nuevo» (Ab. IV. 20). También, si nica. En realidad, los sistemas morales de la sinagoga dejan
en Dt. 13:1, 2, y también en 18:21, 22, se instruía a los la misma triste impresión en la mente que su enseñanza
oyentes a probar a un profeta por las senaíes que mostraba doctrinal. Son todos elaboradas cadenas de casuismo moral,
(de lo que se hizo una errónea aplicación por parte de los de lo que no se podría hacer mejor descripción que en las
palabras del Salvador (Mt. 15:6): «Habéis invalidado el
7. Una madre estaba libre de tal obligación legal. mandamiento de Dios por vuestra tradición.»

120 121
VII
LA CRIANZA DE LOS NIÑOS JUDÍOS

La ternura del vínculo que unía a los padres judíos con


sus hijos aparece incluso en la multiplicidad y vividez de las
expresiones con que son designadas las varias etapas de la
infancia en hebreo. Además de ténninos tan generales como
eben» y «bath» (hijo e hija), encontramos no menos de nueve
términos diferentes para expresar cada uno una diferente
etapa de la vida.1 El primero de ellos designa simplemente
al bebé como recién «nacido», el «jeled», o, en fonna femeni-
na, «jaldah», como en Éx. 2:3, 6, 8. Pero el empleo de este
ténnino am>ja una nueva luz al sentido de algunos pasajes
de la Escritura. Así, recordamos que es aplicado a nuestro
Seftor en la profecía de su nacimiento (Is. 9:6): «Porque un
nifto ("jeled", un recién nacido) nos ha nacido, un hijo (''ben")
nos es dado», mientras que en Is. 2:6 su empleo aftade un
nuevo sentido a la acusación: «pactan (o se dan la mano) con
los "jalde", o los ''bebés", de los extranjeros», marcándolos,
por así decirlo, no sólo como los hijos de los ex.traftos, sino
como no santos desde su mismo nacimiento. Compárese
también el uso pictórico, o poético, de la palabra «jeled» en
pasajes como Is. 29:23; 57:4; Jer. 31:20; Ec. 4:13; 1 R. 12:8;
2 R. 2:24; Gn. 62:22; y otros. El siguiente nombre para niflo,
en orden cronológico, es «joneb, literalmente «que mama»,

l. Comparu Hamburguer, Real-Encycl. vol. 1, p4g. 642.

123
empleado a veces en sentido figurado de plantas, como en Jehudah, hijo de Tema, dice: «A los cinco anos, lectura de
Is. 53:2: «Creció como un retoño ("jonek") delante ae él.» la Biblia· a los diez años, aprendizaje de la Misná; a los trece
La palabra «joneb aparece, por ejemplo, en Is. 11 :8 y. en el anos, lig�do a los mandamientos; a los q�ince.anos, el est�dio
Sal. 8:2. Por otra parte, la expresión en este ültimo pasaje, del Talmud; a los dieciocho anos, matrtmomo; a los vemte,
traducida «de los que maman» en la Reina-Valera, marca otra la dedicación a la profesión o a los negocios (la vida activa);
etapa en la existencia del niño, y un paso adicional en la vida a los treinta anos, vigor pleno; a los cuarenta, madurez de
del bebé. Esto se ve en muchos pasajes. Como lo implica esta razón; a los cincuenta, para consejo; a los sesenta, comienzo
palabra, el «olel» está aón «mamando», pero ya no se queda de la ancianidad; a los setenta, edad gris; a los ochenta, ancia-
satisfecho sólo con este alimento, y está «pidiendo pan», nidad avanzada; a los noventa, encorvado; a los cien, como
como en Lm. 4:4: «La lengua del "jonek" se pegó a su paladar si estuviera muerto e ido, y quitado del mundo.» En el pasaje
por la sed; los "olalim" pidieron pan,» Una cuarta designación acabado de citar, se menciona la edad de cinco anos como
representa al niño como «gamul», o «destetado» (Sal. 131:2; cuando se espera que el runo comience a leer la Biblia -natu-
Is. 11 :8; 28:9), de un verbo que primariamente significa ralmente, en el original hebreo-. Pero también había_opinio-
completar, y secundariamente destetar. Como sabemos, el nes encontradas. Por lo general, se consideraba una mstruc-
período de destete entre los hebreos tenía lugar generalmente ción tan temprana como buena sólo en el caso de niños sanos
al final de los dos anos (Chethub. 60), y se celebraba con una y fuertes, mientras que los de una constitución re�lar no
fiesta. Después de esto el amante ojo del progenitor hebreo debían ser mandados a un trabajo regular hasta los seis anos.
parece contemplar al niño mientras éste se aferra a su madre, Hay sentido comün y sana experiencia en este dicho talmú-
como si alineara con ella, de donde proviene la designación dico (Cheth. 50): «Si pones a tu hijo a un estudio regular antes
de «taf» (Est. 3:13: «Los "taf' y mujeres, en un mismo día», de los seis anos, tendrás que correr siempre detrás, y nunca
cf. Jer. 40:7; Ez. 9:6). El sexto período está designado con lo alcanzaras.» Esto hace referencia principalmente al irrepa-
la palabra «elem» (en femenino «almah», como en Is. 7:14, rable dano hecho por una tensión tan temprana sobre la men-
te. Si, por otra parte, llegamos a una amonestación acerca de
de la madre virgen), que denota volverse ñrme y fuerte. comenzar a ensenar al niño cuando tiene tres anos, esto debe
Como sería de esperar, tenemos a continuación al «naar», o hacer referencia a aquella temprana instrucción que consiste
joven, literalmente el que sacude fuera, o que se sacude libe- en ciertos pasajes de las Escrituras, o de pequeñas seccio��s
rándose. Finalmente encontramos al nitlo designado como aisladas y de oraciones, que un padre haría que su htJO
«bachur», o el «maduro»; un joven guerrero, como en Is. repitiera desde sus aftos más tiernos. Como veremos en la se-
31:8; Jer. 15:8; 18:21, etc. Desde luego, los que tan estrecha- cuela seis o siete aftos era la edad en la que un padre de Pales-
mente observaron la vida infantil para dar una designación tina ¡staba obligado legalmente a ocuparse de la instrucción
pictórica a cada etapa progresiva de su existencia tienen que
haber estado profundamente encaritlados con sus niftos. escolar de su hijo.
Hay un pasaje en la Mlsn4 (Aboth, v. 20) que designa y, Pero lo cierto es que habría sido difícil decir cuándo co-
por así decirlo, etiqueta originalmente los diferentes períodos menzaba realmente la instrucción del niño hebreo. Mirando
de la vida en base a sus características. Vale la pena repro- atrás un hombre debe haber tenido el sentimiento de que la
ducirlo, aunque sólo sea a modo de introducción a lo que ensenanza que más valoraba, y podría decirse que la única
que valoraba, se había entremezclado con los ptjmeros pensa-
tendremos que decir acerca de la crianza de los nitlos. El rabí
125
124
mientas del despertar de su consciencia. Antes que el niño Suponiendo que la «Mezuzah» hubiera sido similar a la
pudiera hablar, antes que pudiera casi comprender lo que se actual, habría consistido en un pequeño cuadrado de pergami-
no, plegado longitudinalmente, sobre el que estaban escritos
le ensenaba, por elemental que fuera el lenguaje empleado, estos dos pasajes, con una longitud de veintidós Uneas: Dt.
antes que tomara parte siquiera en los ritos domésticos de la 6:4-9, y 11:13-21. Encerrado en una brillante caja metálica,
recurrente fiesta semanal, o en los de las fiestas anuales, debe y fijado al poste de la puerta, el nifl.o, al ser llevado en brazos,
haberse sentido atraído por la llamada «Mezuzah» que estaba extendería naturalmente sus manos hacia ella; y tanto más
fijada al poste de la puerta de todo apartamento «limpio», i cuando viera al padre y todos los demás, al salir o entrar, tocar
y a la entrada de aquellas casas que estuvieran habitadas reverentemente la caja, y después besarse el dedo, pronun-
exclusivamente por judíos. La «Mezuzah» era una especie de ciando al mismo tiempo una bendición. Porque, desde los
filacteria para la casa, que servía a un propósito similar al de tiempos mas antiguos, la presencia de la «Mezuzah» se rela-
la filacteria para la persona, derivándose ambas de la misma cionaba con la protección divina, aplicándose este versículo
mala comprensión y errónea aplicación de la directiva divina de manera especial: «Jehová guardará tu salida y tu entrada
(Dt. 6:9; 11 :20), tomando literalmente lo que había sido dado desde ahora y para siempre» (Sal. 121:8). En verdad, uno de
para el espíritu. Pero en tanto que concedemos bien dis- los más interesantes antiguos monumentos literarios que
puestos que la antigua práctica judía estaba libre de algunas existen, el «Melchita», un comentario judío sobre el libro de
de las actuales costumbres casi semipaganas,' y, ademas, que Éxodo cuya sustancia es más antigua que la misma Mlsná,
muchas casas de Palestina carecían de ella, puede haber pocas datando de principios del siglo segundo de nuestra era, si no
dudas de que, incluso en tiempos de Cristo, esta «Mezuzah» de antes, razona acerca de la eficacia de la «Mezuzah» en
se encontraría en todas partes donde hubiera una familia que bas7 al hecho de que desde que el ángel destructor pasó por
tuviera alguna inclinación al fariseísmo. Porque, para no encima las puertas de Israel que llevaban la marca del pacto,
hablar de lo que parece una alusión a ello, ya en época tan se debía asignar un valor mucho mas alto a la «Mezuzah»,
temprana como Is. 57:8 sí tenemos el claro testimonio de que incorporaba el nombre del Seftor no menos de diez veces,
Josefo (Antigtledades, IV, 8:13) y de la Misná acerca de su y que debía encontrarse en las moradas de Israel día y noche
empleo (Ber. 111. 3; Megill. J. 8; Moed K. 111. 4; Men. 111. 7, a lo largo de todas sus generaciones. De eso a la mágica
y en esta \lltima cita incluso con adiciones supersticiosas). mística de la «Cábala», e incluso a las modernas supersticio-
nes en cuanto a que si se guardaba polvo o suciedad en un
radi� de un codo de la «Mezuzah» una hueste no menor que
2. La «Mezuzah,,, no se fijaba a ningdn sitio que no fuera «dirolh cavod» trescientos sesenta y cinco demonios acudirían, hay una
-moradas de honra-. Así, no se ponía en casas de bailo, ni de lavado diferencia cuantitativa más que cualitativa.
ni en �tideríu, tintorerías, etc. La «Mezuzah» sólo se ponía en moradas:
no en smagogas. Pero volvamos al tema que nos atañe, Tan pronto como
3. El tratado Masst!cheth Mt!siualt (Kirchheim, Septem libri Talm. parvi el níño tuviera un cierto conocimiento, las oraciones privadas
HierrM. págs. 12-16) no puede ser considerado como una autoridad para y unidas de la familia, y los ritos domésticos, fueran los
los primeros tiempos. Pero incluso el «Sohar» contiene mucho que es poco semanales del sabbath o los de las sazones festivas, harían
mejor que supersticiones paganas acerca de la eficacia de la «Mezuzah,,,,
Bntre las supersticiones tardías acerca de ella estm la escritura del nombre un fuerte impacto en la imaginación del nifl.o. Se celebraba
«Cuso bemuchsu cuso» (que se supone es el del Mgel que guarda a Israel), la «Chanukah», o fiesta de la Dedicación, con su iluminación
la etimología de este nombre, etc.
127
126
1

de cada casa, cuando (en la mayor parte de los casos) en el mánnol y adamados de oro, bajo la azul bóveda celeste, y
primer atardecer se encendería una vela para cada -míembro con tales alrededores, caerían en sus oídos como un son de
de la casa, incrementándose la cantidad cada noche, hasta otro mundo, al que parecerían despertarle los prolongados
que, en el día octavo, era ocho veces la cantidad de vetas del triples toques de las trompetas de plata de los sacerdotes. Y
primero. Luego había el «Purlm», la fiesta de Ester, con la eran realmente sones de otro mundo, porque, .como le expli-
alegría y el jolgorio que provocaba; la fiesta de los Taber- caría su padre, todo lo que veía era confonne al exacto mo-
náculos, cuando también los más jdvenes de la casa tenían delo de cosas celestiales que Dios había mostrado a Moisés
que vivir en la enramada; y, la más grande de las fiestas, la en el monte Sinal; todo lo que oía había sido inspirado por
semana de la Pascua, cuando, habiéndose sacado cuidadosa- Dios, pronunciado por et' mismo Jehová por boca de su siervo
mente toda la levadura, cada bocado de comida, por su dife- David y de los otros dulces cantores de Israel. Más adn, aquel
rencia de la comida ordinariamente empleada, mostrarla al lugar y aquella casa habían sido escogidos por Dios; y en las
níño que aquellos días eran especiales. Desde el momento en espesas tinieblas del Lugar Santísimo -alli a lo lejos, donde
que el nifto era susceptible de recibir instrucción, o, mejor entraba el sumo sacerdote mismo sólo un día en todo el afio,
adn, de tomar parte alguna en los servicios, la impresión se en un vestido de blanco puro, no en los espléndidos vestidos
iría ahondando de día en día. Ciertamente, nadie que hubiera dorados de que estaba generalmente revestido- había esta-
adorado dentro de los atrios de la casa de Jehová en Jerusalén do en el pasado el arca, con las verdaderas tablas de la ley,
podría jamás olvidar las escenas de que había sido testigo, cortadas y talladas por la misma mano de Dios; y entre los
o las palabras que había oído. En medio de aquel maravilloso querubines había estado entronizada en la nube la presencia
y gloríoso edificio, y contemplando su vista desde las terra- visible de Jehová. ¡Verdaderamente, este Templo, con sus
zas, el nifto podría ver con solemne maravilla, no exenta de servicios, era el cielo sobre la tierra!
asombro y temor, cómo la gran multitud de sacerdotes de Tampoco le sería fácil al niño perder la impresión de la
blanco iban activos de un lado para otro, mientras que el primera cena pascual a la que asistiera. Había en sus símbolos
humo del sacrificio se levantaba del altar del holocausto. y servicios cosas que llamaban a todos los sentimientos,
Luego, en medio del silencio de aquella gran multitud, todos incluso si la ley no hubiera ordenado que se diera una plena
calan postrados para adorar en el momento de la ofrenda del instrucción en cuanto a cada parte y rito del servicio, así como
incienso. Después, sobre aquellos escalones que llevaban al acerca del gran acontecimiento que se registraba en aquella
santuario mds interior, los sacerdotes habían levantado las cena. Porque en aquella noche había· nacido Israel como na-
manos y pronunciado sobre el pueblo las palabras de ción, y había sido redimida como la «congregación» del
bendición. Y mientras que se derramaba la libación, el canto Seftor. También entonces, como en un molde, había quedado
de los salmos por parte de los levitas había subido llenando toda su historia futura confonnada para todo tiempo; y alli,
el atrio con su potente volumen; el exquisito agudo de los como en un tipo, se había bosquejado su sentido y relevancia
niftos era sostenido por los ricos graves de los hombres y todo eternos para todos los hombres, y con ello se habla prefigura-
acompafl.ado por la mdsica instrumental. El nifto judío do el propósito de Dios en amor y su obra de gracia. Además,
conocía muchas de estas palabras. Eran los cánticos primeros en una cierta parte del servicio estaba expresamente ordenado
que recordaba, casi su primera lección cuando se aferraba que el más joven en el servicio pascual se levantara y pregun-
como «taf• a su madre. Pero ahora, en estos atrios de blanco tara fonnalmente cuál era el significado de este servicio, y

128 129
en qué se distinguía aquella noche de todas las demds; a lo samente que el espíritu de esta proclamación divina fue lleva-
que el padre debía contestar, relatando, en un lengflaje ade- do a cabo bajo la ley aparece de una comparación de pasajes
cuado a la capacidad de comprensión del nifto, toda la historia como Éx. 12:26; 13:8, 14; Dt. 4:9, 10; 6:7, 20; 11:19; 31:13;
nacional de Israel, desde el llamamiento de Abraham hasta Sal. 78:S, 6. Es innecesario proseguir más en esta cuestión,
la liberación de Egipto y la promulgación de la ley; «y cuanto ni exponer cómo incluso los tratos de Dios con su pueblo eran
mds plenamente lo explique». se añade, «tanto mejor». Bn considerados como la base y el modelo de la relación paterna.
vista de esto, Filón podía decir, sin exageración, que los Pero el libro del Antiguo Testamento que, si fuera apropia-
judíos «eran ya desde sus mismos paftales, incluso antes de damente estudiado, nos daña los mejores atisbos de la vida
aprender las sagradas leyes o las no escritas costumbres, social y familiar bajo la antigua dispensación -nos referimos
enseflados a reconocer a Dios como Padre y como el Hacedor 1
al libro de Proverbios- está tan lleno de amonestaciones
del mundo» (Legat. ad Cajum. sec. 16); y que, dlabiendo acerca de la crianza de los níños, que es suficiente con remitir
sido instruidos en el conocimiento [de las leyes] desde la mds 1

al lector a él de una manera general. Encontrará allí el valor


tierna juventud, llevaban en su alma la imagen de los manda- de tal instrucción, su objeto, en la adquisición de la verdadera
mientos» (ibtd. sec. 31). En el mismo sentido es el testimonio sabiduría en el temor y servicio de Jehová, y la mds vívida
de Josefo, de que «desde su mds temprana consciencia» representación de los peligros de lo contrario, recapitulán-
habían «aprendido las leyes, para tenerlas como grabadas dose la importancia práctica de todo en este aforismo, cierto
sobre el alma» (Contra Api6n, 11. 18); aunque, naturalmente, en todas las edades: «Instruye al niño en su camino, y aun
no podemos creerlo cuando, con su usual grandilocuencia cuando envejezca no se apartará de él» (Pr. 22:6); de lo que
jactanciosa, declara que a la edad de catorce aftos le habían tenemos esta aplicación en el Nuevo Testamento: 4<Criadlos iI.
«consultado» frecuentemente a él «los principales sacerdotes 1

[a los hijos] en la disciplina y amonestación del Señor» 111

y los principales hombres de la ciudad... acerca del preciso (Ef. 6:4). 111

entendimiento de puntos de la ley» (Vida, 2; comparar El libro de Proverbios nos trae ante nosotros otra fase del
también Antigüedades IV, 8:12; Contra Apl6n, 1, 12; 11, 2S). más profundo interés. Contiene la más plena apreciación de
Pero no hay necesidad de tales testimonios. El Antiguo la mujer en su verdadera dignidad, y de su posición e influen-
Testamento, los apócrifos y el Nuevo Testamento, llev4n- cia en la vida familiar. Es cosa bien cierta, como veremos a
donos progresivamente de siglo en siglo, indican la misma continuación, que la obligación de instruir al niño reposaba
solicitud en la crianza de los ni.tlos. Una de las mds antiguq primariamente sobre el padre, y ello tanto por la ley de Dios
narraciones de la Escritura registra que Dios dijo acerca de como por las ordenanzas de los rabinos. Pero incluso la histo-
Abraham: «Yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después ria de los patriarcas preparará al atento lector a encontrar.
de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y especialmente en las primeras etapas de la crianza de los
juicio» (Gn. 18:19), declaraciones que, como podemos sefla- níños, aquella constante influencia de la mujer que en verdad
lar de pasada, implican la distinción entre la simiente de queda implicada en la naturaleza de la relación materna,
Abraham segdn la carne, y segdn el espíritu.• Lo cuidado- siempre y cuando la vida familiar se desenvuelva dentro del
modelo de la Palabra de Dios. Apenas si se pueden concebir
ilustraciones más atractivas de ello que la madre de Samuel
4. V'-o Oehler, Tlutol. d. A. TUI. voL 1, p,¡. 91. y la piadosa mujer de Sunem, anfitriona de Eliseo. Pero el

130 131
-
-
l.
1,

l!bro de Proverbios nos muestra que incluso en los primeros de Agur, el hijo de aquella a quien Massa obedece. Habló el
tiempos de la monarquía hebrea también aparecía �ta carac- 1 hombre a Dios-conmigo -Dios conmigo-, y yo· fuerte

terística de la vida del Antiguo Testamento fuera de los lími- 1


fui.»7 Luego, Pr. 31 incorpora las palabras del hermano real

tes de la Tierra Santa, allí donde los israelitas piadosos tuvíe- de Agur, «las palabras de Lemuel, rey de Massa, con las que
� sus esta�leci.mientos. El tema es tan profundamente
'
su madre le enseñé», Si los mismos nombres de estos prín-
interesante, h1stónca y religiosamente, y quizá tan nuevo para cipes -Agur, «exilio», y Lemuel, «para Dios» o «dedicado
algunos lectores, que se nos podrá permitir una pequeña a Dios»- son significativos de las convicciones de ella, la
digresión. enseñanza de aquella regia madre, tal como se registra en Pr.
Más allá de los límites de Tierra Santa, cerca de Duma 31:2-9, es digna de una «madre en Israel». No es de asom-
se. encontraba el distrito de Massa (On. 2S:14), uno de lo; brarse que el registro de su enseftanza sea seguido de una
onginales centros de los ismaelitas (1 Cr. 1 :30). Por Is. 21: 11 entusiasta descripción de la valía y obra de una mujer piadosa
deducimos que debió estar situado más allá de Seir, esto es, (Pr. 31:10-31), comenzando cada versículo con una letra
al sureste de Palestina, en la Arabia septentrional. Sea que 1
sucesiva del alfabeto hebreo,• como las varias secciones del
los ismaelitas de Massa hubieran llegado al conocimiento de Sal. 119, como para que sus alabanzas pasen por todas las
Jehová, el verdadero Dios; sea que Massa estuviera ocupada letras del lenguaje. 1,

por una colonia judía, que estableciera allí el servicio del Como es de esperar, el espíritu de los libros apócrifos es
Seftor;' sea que por medio de la influencia de emigrantes bien diferente del que aparece en el Antiguo Testamento. Sin
hebreos se hubiera dado un inmenso cambio en lo religioso embargo, un libro como Eclesiástico muestra que incluso en
lo cierto es que los dos 11ltimos capítulos del libro de Prover: tiempos relativamente tardíos y degenerados la crianza piado·
bios nos introducen a la familia real de Massa como profun- sa de los niftos ocupaba un puesto de gran im�rtancia en el
damente imbuida con la religión espiritual del Antiguo Testa- pensamiento religioso. Pero es cuando llegamos al Nuevo
mento, y a la reina madre instruyendo al heredero al trono Testamento que un renovado halo de gloria parece rodear a
en el conocimiento y temor de Jehová.• Y tan es así que la la mujer. Y aquí nuestra atención es dirigida a la influencia
instrucción de la reina de Massa y las palabras de sus'dos re- espiritual de las madres más que de los padres. Ya sin men-
gios hijos son insertadas en el libro de Proverbios como parte cionar a «la madre de los hijos de z.ebedeo», ni a la madre
de !os re�stros inspirados del Antiguo Testamento. Segón la de Juan Marcos, cuyo hogar en Jerusalén parece haber sido
mejor crítica, Pr. 30:1 debería traducirse así: «Las palabras el centro de reunión y el refugio de los primeros discípulos,
y ello en tiempos de la más implacable persecución; ni a «la
señora elegida y a sus hijos», a quienes no sólo san Juan,
5. En bue a 1 Cr. 4:38-43 se infiere una colonizaci6n en aquella direcci6n,
especialmente por parte de la tribu de Simeón. Las proclamaciones de los
profetas (como en Is. 21 y Mi. 1) parecen indicar tambi6n una gran
d�i6n de colonos judíos. Es notable el hecho de que. segdn los 7. O segón ob'a traducción: «Dijo el hombre: Yo busqué diligentemente
escntores medievales judíos y úabes, los distritos de Musa y Duma fueran a Dios, y me he fatigado.» Naturalmente, no es �te el sitio para una
habitados principalmente por judíos (vwe Ritter, Arabkn, pág. 406). discusión crítica; pero podemos decir que hemos seguido les conclusiones
6. �o puede haber dudas de que la palabra traducida «profecía» en las generales adoptadas por un igual por Delituch y Z&:kler, y por Ewald,
v��ones castellanas (Pr. 30:1 y 31:1) es simplemente el nombre de un Hitzig y Bertheau. '

distrito, «Massu. 8. El alfabeto hebreo tiene veintidós letras.


11
li
132 133
J 1

,¡,'

1,

«sino también todos los que han llegado a conocer la verdad» compaflerismo religioso, ni medios de instrucción de ninguna
amaban en la verdad (2 Jn. 1), ni a su hennana similannente clase, ni ejemplos religosos, ni siquiera de parte de su padre;
elegida con sus hijos (v. 13), se le ocuqirán dos ejemplos sino bien al contrario, todo le era hostil a su alrededor. Pero
notables al lector. El primero de éstos presenta un ejemplo había una influencia en acción para el mayor bien, constante,
de lo más conmovedor de la fe, oraciones y labor de amor invariable y de gran poder. Era la de una «madre en Israel»,
de una madre, cuyo wlico paralelo en la historia posterior es Desde el momento en que como «tal» él se afemba a ella,
el de Mónica, la madre de san Agustín. No sabemos cómo e incluso antes de esto, cuando era un «gamul», un «olel» Y
Eunice, la hija de la piadosa Loida, había llegado a casarse un «jonek», Eunice había criado a Timoteo en la admonición
con un pagano,' como tampoco de las circunstancias que pue- y disciplina del Seftor. Citando otra vez el enérgico lenguaje
dan haber llevado originalmente a la familia a establecerse de san Pablo:10 «Desde la infancia sabes las Sagradas Escri-
en Listra (Hch. 16:1; cf. 14:6), lugar en donde no había turas, las cuales te pueden hacer sabio pata salvación por me- e,
siquiera una sinagoga. Así, como mwmo vivían dos o tres dio de la fe que es en Cristo Jestls.»
familias judías en aquella ciudad pagana. Quiz4 Loida y Sabemos por los apócrifos, por Josefo y por el Talmud
Eunice fueran allí las dnicas adoradoras de Jehov4, porque cuáles eran los medios de instrucción en las Escrituras que
ni siquiera leemos de un punto de reunión para la oración, tenía a su alcance una madre piadosa en aquellos tiempos.
como el que había junto al río donde Pablo se encontró con Naturalmente, en una casa como la del padre de TimoteO no
Lidia Pero en estas adversas circunstancias demostnS Eunice, habría filacterias, con las porciones de la Escritura que conte-
la mujer de un griego, ser una a quien era de aplicación en nían. y probablemente no habría «Mezuzahi., aunque, segtln
todo su sentido la alabanza de Lemuel: «Se levantan sus hijos la Misn4 (Ber. ID. 3), este 1lltimo deber vinculaba no sólo a
y la llaman dichosa», y «alábenla en las puertas sus hechos». los hombres sino también a las mujeres. El Talmud de Babi-
Sí, en las puertas de la Nueva Jerusalén. Difícilmente se lonia (Ber. 20 b) da ciertamente una razón muy poco convin-
habría podido hacer una representación más fiel ni más con- cente del porqué de esta 1lltima estipulación. ¿Podría �r que
movedora de un hogar judío piadoso que en estas palabras la ley judía previera casos como los de Eunice y su hiJo, SID
de san Pablo: «Trayendo a la memoria la fe no fingida que decirlo de manera expresa por temor a dar sanción a los
hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu matrimonios mixtos? Sea como fuere, sabemos que en la
época de las persecuciones sirias, justo antes del surghniento
madre Eunice»; y, otra vez: «Desde la infancia sabes las de los Macabeos, era común en Israel la posesión de porcio-
Sagradas Escrituras• (2 Ti. 1:S; 3:15). No había, repito, nes del Antiguo Testamento, o de su totalidad, por parte de
sinagoga alguna en Listra donde Timoteo pudiera haber oído las familias privadas en Israel. Porque en parte estas perse-
cada sábado, y dos veces durante la semana, la lectura de cuciones consistieron en la búsqueda y destrucción de estas
11

Moisés y de los Profetas, y donde haber logrado otro cono-


cimiento religioso; hasta allá donde podamos ver no había ni 11

tO. BJ término griego significa literalmente «un bebé», y así so emplea, Y


ello no sólo por parte de los escritores c1'5icos, sino también en to�s loa
9. El lenguaje del Nuevo Testamento conduce a la inferencia de que el padre �ajes en los que aparece en el Nuevo Testamento, que son loa que 11guen:
de TiJnoteo no sólo era griego de nacimiento, sino que permaneció u{, no Le. 1:41, 44; 2:12, 16¡ 18:15¡ Hch. 7:19; 2 Ti. 3:15, y 2 P. 2:2.
tiendo sólo un gentil, sino que nunca llegó a ser mt mezo podliro judío.
135
134
Escrituras (1 Mac. 1 :57), así como el castigo de sus posee- Nazaret había una sinagoga, a la que, como explicaremos des-
dores (Josefo, AntigUedades XD, .S:4). Naturalmente, durante pués, había probablemente anexa una escuela. En aquella
el período de avivamiento religioso que siguió al triunfo de sinagoga serían leídos Moisés y los Profetas, y, como después
los Macabeos, estas coplas de la Biblia se habrían multipli- lo haría Él mismo (Le. 4:16), se harían discursos o prédicas
cado mucho. No es en absoluto una exageración decir que de vez en cuando. Lo que se ensenaba en estas escuelas sina-
si bien quizá sólo los ricos poseyeran una copia completa del gogales, y con qué métodos, se verá en un siguiente capítulo.
Antiguo Testamento, escrita en pergamino o en papiro egip- Pero, sea que Jesós hubiera asistido a una tal escuela o no,
cio, difícilmente podría encontrarse un hogar piadoso, por su mente estaba tan absolutamente impregnada de las Sagra-
humilde que fuera, que no contara como su mayor tesoro das Escrituras, y estaba tan familiarizado con ellas, que no
alguna porción de la Palabra de Dios, bien los cinco libros podemos dejar de inferir que el hogar de Nazaret poseía una
de la Ley, bien el Salterio, o bien un rollo de uno o más de copia propia de todo el Sagrado Volumen, que desde la más
los profetas. Además, sabemos por el Talmud11 que en un temprana infancia constituyó, por así decirlo, la comida y la
período posterior, y probablemente también en el tiempo de bebida del Dios-Hombre. Más que esto, hay claras evidencias
Cristo, había pequetlos rollos de pergamino especialmente de que estaba familiarizado con el arte de escribir, que en
destinados al uso de los niftos, conteniendo porciones de la aquellos tiempos no era en absoluto tan comdn como el de
Escritura como el «Shema»13 (Dt. 6:4-9; 1 t:13-21; Nm. leer. Las palabras de nuestro Señor, tal como quedan regis-
15:37-41), el «Halle!• (Sal. 113-118), la historia desde ta tradas por san Mateo (Mt 5:18) y por san Lucas (Le. 16:17),
creación hasta el diluvio, y los primeros ocho capítulos del demuestran también que la copia del Antiguo Testamento de
libro de Levítico. Estos medios de instnicción estarían a dis- la que Él citaba no estaba sólo en el hebreo original, sino
posición de Bunice para la ensetlanza de su hijo. escrita además, como nuestras modernas copias, en el llama-
Y esto nos lleva a mencionar, con la debida reverencia. do alfabeto asirio, y no en los antiguos caracteres hebreo-
el otro y mucho más grande ejemplo en el Nuevo Testamento fenicios. Esto se ve en la expresión «ni una jota ni un ganchi-
de influencia materna en Israel. No es otro que el de la madre to» (emSneamente traducido en nuestras versiones castellanas
de nuestro mismo bendito Seftor. En tanto que el hecho de como «una tílde»), y que sólo puede aplicarse a los modernos
que Jesós se sometiera a sus padres, y creciera en sabiduría caracteres hebreos. Pocas dudas puede haber por parte de los
y en gracia ante Dios y ante los hombres, fonna parte del estudiosos cuidadosos y carentes de prejuicios acerca de que
insondable misterio de su voluntaria humillación, la influen- nuestro Seftor ensenó en arameo, y que citaba y empleaba las
cia ejercida sobre su primera educación, especialmente por Sagradas Escrituras en hebreo, quizá a veces traduciéndolas
su madre, parece estar implicada por toda la historia evan- al arameo para su uso popular, 13 aunque algunos eruditos han
gélica. Naturalmente, el suyo era un hogar piadoso; y en
13. Keim (u. .r.), pág. 430, da con justicia Mt. 17:46 como un caso «de la
coloración aramea• del texto hebreo. Citamos a Keim con tanta mejor
11. CompU'ar Herzfeld. Gesclt. d. Volk. Ju. vol. m. J>'g. 267, nota. disposición cuanto que es un intenso oponente a la perspectiva ortodoxa;
12. Bl «Shemu, que recibe ate nombre por su primera palabra, «Sema» aunque su obra ea mucho mú cuidadosa y reverente que otras que se han
(«Oye, Israel»), fonna part.e de lu oraciones regulares, .-r como la 1ecc:i6n publicado 111timamente, en especial en fran�s, y que apenas si se pueden
llamada «Hallel• («alabanza») ataba designada para NI' cantada en cienu luz sin uombro ante la temmdad de sus declaraciones, y sin indignación
oe11iones. moral ante lo que se declara.

136 137
mantenido lo contrario. Es cosa cierta que la Misná (MegiU. doce, sino de trece (Ab. V. 21 ). Por otra parte, la ley rabínica
l. 8) parece admitir la escritura de las Sagradas Escrituras en ordenaba (Yoma, 82 a) que incluso antes de esto, dos, o al
cualquier lenguaje; pero incluso SimecSn, el hijo de Oamaliel menos un ano antes, los muchahos fueran lJevados al Templo
(el maestro de san Pablo), limitaba esta concesión al griego y observaran los ritos festivos. 15 Es indudable que fue en
indud�lemente como deferencia a la LXX, que estaba muy conformidad con esta costumbre universal que Jesús subió en
extendida en su época. Sabemos sin embargo por el Talmud esta ocasión al Templo. Sabemos también que·era la práctica
lo dificil que le era a un rabino defender el estudio o el empleo de los miembros de los varios sanedrines, que en dfas ordi-
del griego, y cudn fácilmente el prejuicio popular se desataba narios se sentaban como jueces desde que terminaba el sacri-
en una condena universal y demoledora del mismo." Esta ficio matutino hasta el tiempo del sacrificio vespertino (Sanh.
misma impresión se desprende no sólo del inmediato cambio 88 b), acudir los sábados y días festivos a «la terraza del
favorable que produjo el empleo del arameo por san Pablo Templo», para allí ensenar y exponer públicamente, habiendo
sobre la enfurecida muchedumbre (Hch. 21 :40), sino también una total libertad para hacer preguntas, discutir, objetar y
por el hecho de que sólo una apelación a las Escrituras He- tomar parte inteligente en estas conferencias. En la ocasión
breas podr{a haber tenido autoridad en la discusión con los de la presencia de Cristo, estas discusiones tendrían lugar,
fariseos y escribas, y que sólo esto daba sentido a las frecuen- como era usual, durante el «Moed Katon», o días festivos
tes apelaciones de Cristo: «�o habéis leído?» (Mt. 12:3; menores, que tenían lugar entre el segundo y último día de
19:4; 21:13, 16, 42; 22:31). la semana de la Pascua. José y María, por otra parte, se habían
Esta familiaridad con las Escrituras en su original hebreo dirigido de vuelta a Nazaret, como era costumbre, en el tercer
desde la más temprana infancia explica también cómo a los día de la semana pascual, mientras que Jesús se quedaba atrás.
doce anos Jesds podía encontrarse «en el Templo sentado en Estas circunstancias explican también por qué su presencia
medio de los maestros, no sólo escuhdndoles, shlo también entre los doctores, aunque muy notable teniendo en cuenta
haciéndoles preguntas» (Le. 2:46). Al explicar esta circuns- su edad, no llamó en el acto la atención general. De hecho,
tancia aparentemente extratla, podemos aprovechar la opor- la única calificación necesaria, por lo que respectaba al nivel
tunidad para corregir un error casi universal. Se cree general- de aprendizaje, era un profundo conocimiento de las Escritu-
mente que, en la ocasión a que se hace referencia, el Salvador ras en hebreo y un entendimiento apropiado de las mismas."
había subido, como «mayor de edad», en el sentido judío de Lo que hemos descrito hasta aquí habrá comunicado al
la expresión, o, para usar los propios ténninos de ellos, como lector que la rama de instrucción. a que apuntaban y que
un «Bar Mizvah», o «hijo del mandamiento», con lo que se
seftalaba el período en que el joven quedaba vinculado por
los deberes y privilegios religiosos, y venía a ser miembro
de la congregación. Pero la edad legal para esto no era de 15. Comparar Altingius, Acad. Dlssen. pág. 336, que es casi el maico
correcto acerca de esta cuestión.
16. Lightfoot (Horae Hebr. in Luc, II. 46) da una perspectiva totalmente
fantasiosa y errónea acerca de esta cuestión. presentando al Salvador como
en realidad enseñando, o al memos calificado para tomar parte en las
14. Bl hecho de que lo1 evangelistas citen tan frecuentemente de Ja LXX discusiones regulares e instrucciones de los rabinos. La nota de Wetstein
no afecta en absoluto al 11gumento de que nuestro Seftor empleó el texto tNo». Test. l. pág. 668) se aproxima más a la perspectiva correcta.
hebreo.
139
138

.J J
deseaban los judíos en tiempos de Cristo era el conocimiento
religioso. Qué era lo que se entendía por esto, y cómo se
impartía, tanto en la familia como en las escuelas póblicas,
debe ser objeto de una investigación especial.

VIII
TEMAS DE ESTUDIO�
LA EDUCACION HOGARENA EN
ISRAEL. LA EDUCACIÓN FEMENINA.
ESCUELAS ELEMENTALES.
MAESTROS Y DISPOSICIONES
DE LAS ESCUELAS
Si fuera a presentarse una descripción fiel de la sociedad
de la antigua Grecia o Roma, no es fácil creer que incluso
los que más se oponen actualmente a la Biblia desearan el
éxito de sus objetivos. Porque esto se puede decir sin temor
a contradicción: que ninguna otra religión más que la de la
Biblia ha demostrado competencia para controlar un estado
avanzado, o incluso en avance, de la civilización. Todo otro
vínculo ha ido pasando sucesivamente y se ha visto sumer-
gido por la creciente marea; y hasta qué profundidad, lo sabe
sólo el estudioso de la historia. Hay dos cosas que son inne-
gables. En el caso del paganismo, cada adelanto en civiliza-
ción ha evidenciado un rebajamiento progresivo de la morali-
dad pública, mostrando siempre las primeras etapas de la vida
nacional un tono mucho más elevado que las llltimas. Al
contrario, la religión de la Biblia (tanto bajo la antigua como
la nueva dispensación) ha ido subiendo progresivamente, si
no de manera uniforme la moral pública, sí siempre el tono
y la norma de la moralidad pública; ha persistido en exhibir
una norma nunca aún lograda, y ha demostrado su poder de
140 141
controlar la vida póblica y social, y de influenciarla y de dos posibilidades: o bien el juicio de Sodoma, o bien la mise-
moldearla. ricordia del Evangelio y la sanidad de la Cruz. 3
Por extrafto que parezca, es estrictamente cierto que, más Cuando pasamos del mundo pagano a los hogares de
allá de los límites de Israel, sería difícilmente posible hablar Israel, incluso el exceso de su exclusividad parece por un
con ninguna propiedad de vida familiar, o siquiera de familia, momento un alivio. Es como si pasáramos de un calor ener-
tal como nosotros entendemos estos ténninos. ¡Es significa- vante y agostador a una estancia en la penumbra, cuyo
tivo que el historiador romano Tácito lo setlale como peculia- agradable frescor nos hace olvidar por un momento que su
oscuridad es excesiva, y que no puede seguir al ir declinando
ridad de los judíos, 1 peculiaridad que sólo compartían con los el día. Y este encerrarse de todo lo exterior, esta exclusividad,
antiguos bdrbaros gennánicos,2 que consideraran un crimen se aplicaba no sólo a lo que concernía a su religión, a su vida
dar muerte a su descendencia! No es éste el lugar para des- social y familiar, sino también a su conocimiento. En los días
cribir la exposición de los niños, o los varios crímenes me- de Cristo, el judío piadoso no tenía otro conocimiento, no lo
diante los que la antigua Orecia y Roma, en los días de su buscaba ni se cuidaba (de hecho, lo denunciaba) excepto el
cultura más refinada, intentaban librarse de lo que considera- de la ley de Dios. De entrada, recuérdese que en el paganis-
ban población superflua. Pocos de los que han aprendido a mo la teología, o, más bien, la mitología, no tenía influencia
admirar la antigüedad clásica tienen una venladera concep- alguna en el pensamiento ni en la vida, sino que se veía lite-
ción de cualquiera de las fases de su vida social, sea de la ralmente sumergida bajo sus olas. En cambio, para el piadoso
posición de la mujer, de la relación de los sexos, de la escla- judío, el conocimiento de Dios lo era todo; y la preparación
vitud, de la educación de los hijos, de su relación con sus para/e impartición de este conocimiento era la suma total y
padres o del estado de la moralidad pdblica. Menos todavía el ñníco objetivo de su educación. Ésta era la vida del alma,
han combinado todas estas características en una sola imagen, y la vida mejor y üníca, a la que todo lo demás, así como la
no meramente la exhibida por los niveles m4s bajos, o entre vida del cuerpo, estaba subordinado, como medio para este
las clases más altas, sino como era plenamente aceptado y fin. Su religión consistía en dos cosas: en el conocimiento de
aprobado por aquellos cuyos nombres han sido transmitidos
a la adm!ración de los siglos como los pensadores, sabios,
poetas, historiadores y estadistas de la antigüedad. Lo cierto
es que a los que vivían en medio de todo ello, la descripción 3. Que no se crea que nos hayamos hecho culpables de la mú ligera
que hace san Pablo del mundo antiguo en los capítulos prime- exag�ci6n. La dificultad aquí es decir la verdad y sin embargo encontrar
t6nninos moderados con que expresarla. Que el cristianismo llegara a
ro y segundo de su Epístola a los Romanos debe haberles arraigar en Wl& sociedad así, a encontrar sus mú brillantes múdres y m'5
parecido divina incluso en su ternura, delicadeza y caridad. verdaderos seguidores en ella, y finahnente llegara a someterla y a
Su plena representación bajo una luz total hubiera sido apenas ll'lnSfonnarla, es un milagro wi grande como el derrumbamiento de la
susceptible de exhibición. Para un mundo así había sólo estas pared intennedia de separación entre los judíos y los gffltiles, o la
transfonnaci6n espiritual de mente y corazón de los judíos desde su
fariseísmo y extcmalismo. En todo caso, para el estudioso de la historia,
l. Tkito, Historia. V, S. Por lo genenJ, su libro quinto es de lo mú pareced este milagro mú grande que 4<Si uno se levante de los muertos•.
interesante, al mostrar la excrafla mezcla de verdad y error y el intenso odio El lector que desee mú detalles acerca del estado del paganismo es remitido
concra la raza judía que exhibían incluso hombres como T6cito. a la admirable obra de D6llinger, Heirknthum u. Jwúnth., p,gs. 679-728.
2. De Gennanla, XIX.
143
142
Dios, que por una serie de inferencias, una de la otra, final- las prohibiciones que se remontan a los tiempos de Tito (So-
mente se resolvía en teología, tal como ellos la entendían¡ y tah, IX. 14), que prohíben ensenar el griego a los hijos. El
el servicio, que consistía otra vez en la fiel observancia de mismo Talmud (Men. 99 b) ofrece una inteligente ilustración
lo que había sido prescrito por Dios, y de obras de caridad de esto cuando, en contestación a la pregunta de un rabino
hacia los hombres: esto dltimo, desde luego, yendo más allá joven, que, por cuanto se conocía toda la «Torá» (la ley), si
de los límites de lo que era estrictamente debido (el Chovoth), se le podría permitir el estudio de la «sabiduría griega», su
pasando a un mérito especial o «jusdcla» �akah). Pero así tfo le recordó las palabras (Jos. 1 :8): «De día y de noche has
como el servicio presuponía conocimiento, la teología era de meditar en él» (esto es, en el libro de la ley). «Ve y consi-
otra vez el fundamento de todo, y también la corona de todo, dera», le dijo el viejo rabino, «cuál es la hora que no sea ni
que confería �l mayor mérito. Esto queda expresado o impli- del dfa ni de la noche, y en ella puedes estudiar sabiduría
cado en pasajes casi ínnumerabíes de los escritos judíos. Uno griega». Ésta era así una fuente de peligro a evitar. Luego,
será suficiente, no sólo porque suena a más racionalista, sino por lo que respecta a las ocupaciones de la vida ordinaria,
porque es repetido hasta el día de hoy en sus oraciones es totalmente cieno que cada judío estaba obligado a aprender
matutinas por cada judío: «Éstas son las cosas de las que un una profesión o un oficio. Pero ello no era para apartarlo de
hombre come el fruto en este mundo, pero cuya posesión4 su estudio; bien al contrario. Se consideraba una profanación
contimla en el mundo venidero: honrar al padre y a la madre, -o al menos así se declaraba-' emplear el conocimiento
las obras piadosas, la actitud pacífica entre el hombre y su con propósitos seculares, fuera de benefico o de honra. Así
semejante, y el estudio de la ley, que equivale a todas ellas» lo decía el gran Hillel (Ab. l. 13): «El que se sirve a sí mismo
(Peah. I. 1). mediante la corona (la "Torá") se marchítara.» A esto el rabí
Y para el judío tal estudio era literalmente «equivalente Sadoc afiadió la advertencia: «No hagas del estudio ni una
a ellas todas». Las circunstancias del tiempo lo obligaban a corona con la que resplandecer, ni una azada con la que
estudiar griego, y quizá también latín, hasta allí donde fuera cavar» -infiriendo la Misná que tales intentos llevarían sólo
necesario para la relación, y a tolerar al menos la traducción a un acortamíento de la vida (Ab. IV. S). Todo debía estar
griega de las Escrituras, y el uso de cualquier lenguaje en las simplemente subordinado al uno y gran objeto: lo uno era del
oraciones diarias del Seham, de las dieciocho bendiciones y tiempo, lo otro de la eternidad; lo uno era del cuerpo, lo otro
de la acción de gracias después de la comida.' Pero la bendi- del alma; 7 y servía sólo para sostener el cuerpo, a fin de dar
ción sacerdotal no se podía pronunciar-ni se podían escribir campo libre al alma en su camino hacia arriba. Cada ciencia
las filacterias ni la Mezuzah- en otra lengua que la hebrea también se sumergía en la teología. Algunas de ellas no eran
(Megil. l. 8; Sotah, VII. 1, 2), en tanto que la ciencia y la tanto ciencias como medios de vida, como la medicina y la
literatura de los paganos eran cosas totalmente prohibidas. Es cirugía; otras eran meras criadas de la teología. La jurispru-
a esto, y no al mero conocimiento del griego -que debe ha·
ber sido casi necesario para la vida diaria-, que se refieren
6. Esto era, en todo caso, lo que se profesaba; es de temer que la práctica
era frecuentemente muy diferente, como lo inferirá el lector del Nuevo
4. La recapitulación, por así decirlo.
S. éstos son los m,a viejos elementos de la liturgia judía. Testamento por Marcos 12:40; Lucas 16:14; 20:47.
7. Hay acerca de esto un pasaje sumamente instructivo en Kidd, IV. 14.

144 145
dencia era en realidad una especie de ley canónica; las mate- mundo, mientras que al primero la vida del mundo venidero
máticas y la astronomía estaban subordinadas a los cálculos (Bab. Mez. 11. 11). Es curioso cómo a este respecto también
del calendario judío; la literatura no existía fuera de la prose- el Catolicismo Romano y el Fariseísmo llegan a los mismos
cución de la teología; y en cuanto a la historia, a la geograft'a resultados últimos. De ello da testimonio este dicho del
o a los estudios naturales, aunque seft.alamos, con referencia famoso rabino que floreció en el siglo trece, y cuya autoridad
a lo \lltimo, una agudeza de observación que frecuentemente es casi absoluta entre los judíos. Lo siguiente es su glosa
conducía a la verdad, nos encontramos asimismo con mucha sobre Dt. 17:11: «Incluso si un rabí te ensena que tu mano
ignorancia, y con muchos burdos errores y fábulas, como para izquierda es la derecha, y la derecha la ízquierda, debes
casi sacudir la fe del estudioso en la fiabilidad de cualquier obedecerle.»
testimonio rabínico. La tercera inferencia que el lector sacará es en cuanto a
De lo que se ha dicho hasta ahora, se podrán hacer tres la influencia que tales puntos de vista deben haber ejercido
inferencias, todas ellas de gran relevancia en el estudio del sobre la educación, tanto en el hogar como en las escuelas.
Nuevo Testamento. Se verá cómo un mero conocimiento de Se trata indudablemente sólo del eco del más antiguo modo
la ley vino a tener un puesto de una importancia tan casi de felicitar a un padre cuando hasta el dfa de hoy los que están
exclusiva que su eficaz prosecución parecía ser casi todo en presentes en la circuncisión, y también el sacerdote cuando
todo. Es también fácil comprender por qué los estudiantes y el primógenito es redimido, pronuncian estas palabras: «Así
maestros de teología gozaban de unos honores tan excep- como este niflo ha sido unido al pacto» (o, segun sea el caso,
cionales (Mt. 23:6, 7; Mr. 12:38, 39¡ Le. 11:43; 20:46). A este «llegado a esta redencíén»), «así sea también con él con
respecto los testimonios de Onquelos, en su traducción para- respecto a la "torá", a la "chuppah"' y a las buenas obras».
frástica de las Escrituras, de los más antiguos «Targumim,. y El deseo marca con un doble énfasis la vida venidera, en
de los dos Talmuds, son no solamente unánimes, sino comparación con la vida presente. Esto concuerda bien con
también de lo más extravagante. No sólo se supone que se el relato de Josefo, que contrasta las festividades paganas al
nacimiento de los hijos con las ceremonias judías por medio
llevan a cabo milagros en testimonio de ciertos rabinos, sino de las que los niños eran desde su misma infancia criados en
que se relata una de estas historias (Bab. Mez. 86 a), como las leyes de Dios (Contra Apión, l. 8, 12; 11. 18, 25, 26).
en una ocasión de una discusión en la academia del cielo, No puede haber dudas de que, en conformidad a la ley de
cuando el Todopoderoso y sus ángeles mantenían opiniones Moisés, la temprana educación del niño recaía en el padre;
diferentes con respecto a un punto especial de la ley, y un eso sin olvidar, naturalmente, que su primera instrucción la
rabino famoso por su conocimiento fue llamado por el ángel recibiría de su madre (Dt. 11: 19, y muchos otros pasajes). Si
de la muerte ¡para que arbitrara en la disputa! Se trata de una el padre no podía dar enseñanza elemental, se empleaba a un
historia demasiado blasfema para descender a detalles, y en extraño para ello. Pasando por alto el período del Antiguo
verdad que el asunto es demasiado amplio para tratarlo en el Testamento, podemos considerar que, en los días de Cristo,
contexto en que nos encontramos. Si tan exaltada era la posi-
ción de un rabino, esta instrucción de la Misná parece conse-
cuente, de que en caso de pérdida, de dificultades o de cauti-
vidad, un maestro debía recibir cuidados antes que un padre, 8. El palio matrimonial, debajo del que tiene lugar la ceremonia
por cuanto al \lltimo debemos sólo nuestra existencia en este matrimonial regular.

147
146
la ensenanza hogarefta solía comenzar cuando el niño tenía La Biblia Hebrea debía comenzarse a los cinco anos, empe-
alrededor de tres anos. Hay razones para creer que, aun antes zando, sin embargo, no por el libro de Génesis, sino por el
de esto, comenzaba aquella cuidadosa instrucción de la me- 1
de Levítico. Y ello no (como sugiere Altingius en su Academ.
moria que ha sido siempre una de las principales caracteñs- ' Dissen. pág. 335) para ensenar al niño su culpa y necesidad
ticas mentales de la nación judía.' Se enseftaban al níño de justificación, sino porque Levítico contenía aquellas orde-
versículos de la Escritura, bendiciones, dichos proverbiales, nanzas que los judíos debían conocer tan pronto como fuera
ete., y se desarrollaban reglas nemónicas para facilitar la posible. La historia de Israel habña sido ya probablemente
retención de lo que se adquiría. Podemos comprender la impartida oralmente. por cuanto se repetía continuamente en
razón de ello por la importancia religiosa que se asignaba a todas las ocasiones festivas, así como en la sinagoga.
la exacta preservacíén de las mismas palabras de la tradicidn. Se ha declarado en un capítulo anterior que la escritura
El Talmud describe el beau ideal de un estudiante cuando lo no era una capacidad tan común como la lectura. Es induda-
compara con tma cisterna bien revocada, que no dejaba esca- ble que los israelitas estaban familiarizados con ella desde el
par una sola gota de agua. En verdad, a decir de la Misná, comienzo de su historia, sea que hubieran adquirido este arte
el que por negligencia «olvida cualquier cosa de su estudio 1
1
en Egipto en general o no. Leemos del grabado de palabras
de la Misná, la Escritura se lo imputa como si hubiera perdido en las piedras preciosas del pectoral del sumo sacerdote, del ll
el derecho a la vida», haciendo referencia a Dt. 4:9 (Ab. III, registro de las varias genealogías de las tribus, etc., en tanto
10). Y así podemos dar cierto crédito incluso a la jactancia que pasajes como los de DL 6:9; 11:20; 24:1, 3 implican que
de Josefo acerca de su «maravillosa memoria» (Vtda, 2). este arte no se encontraba encerrado en el sacerdocio (Nm.
Al ensenar a leer, el alfabeto debía ser impartido dibujan- 5:23), sino que estaba extendido de manera general entre el
�º las letras sobre una lámina, hasta que el nifto se familia· pueblo. Luego se nos habla de copias de la ley (DL 17:18;
28:58, etc.), mientras que en Jos. 10:13 tenemos una referen-
nzara con ellas. Luego, el maestro seflalaría en la copia a leer
con su dedo, o mejor con un estilo, para mantener la atencidn cia a una obra llamada «el libro de Jaser». En Jos. 18:9
del alumno. No se debían usar otros manuscritos que los encontramos la mención de una descripción de Palestina «en
totalmente correctos, por cuanto, como se decía con verdad un libro», y en 24:26 de lo que Josué «escribió en el libro
los errores impresionados sobre una mente joven no � de la ley de Dios». En base a Jue. 8:14 parece que en tiempos
corrigen después con facilidad. Para lograr fluidez, al niflo de Gedeón el arte de escribir estaba bien extendido. Después
se le debía hacer leer en voz alta. Se debía tener un cuidado de esto, aparecen ejemplos tan frecuentes y aplicados a tantas
especial en la eleccidn de un buen lenguaje, con respecto a relaciones, que el lector del Antiguo Testamento no se 11
lo cual, como sabemos, los habitantes de Judea rebasaban con encuentra con ninguna dificultad en el seguimiento del pro-
mucho a los de Galilea, que no séío eran deficientes en cuanto greso del arte. No es éste el lugar para seguir este tema con
a la elegancia de dicción, sino también en su pronunciacidn. mayor extensión, ni para describir los varios materiales 11
empleados en aquel tiempo. ni el modo de escribir. En un
periodo muy posterior la comün mención de «escribas» indi-
9. Om'h'er, Jalar/&. d. Heils, vol. l., pág. 170, propone como curiosa prueba ca una necesidad popular para esta clase. Podemos fácilmente
que se destruyan todas las copias del Talmud, ¡seguro como está de que
cualeaquiera doce rabinos eruditos podrían restaurarlo al pie de la letra de
comprender que la mente oriental se deleitaría escribiendo
memorial enigmáticamente, esto es, dando un sentido a los iniciados

148 149
1
que los lectores normales pasarían por alto, o que, en todo Antes de pasar a explicar cómo eran las escuelas elemen-
caso, dejaría la explicación al ejercicio del ingenio. Parcial- tales, podrá ser adecuado decir, ya de entrada, que los rabinos
mente podemos atribuir a lo mismo la costumbre de designar no aprobaban que se diera la misma cantidad de instrucción
una palabra por su letra inicial. Todo esto fue practicado en a las niñnas que a los níños, De modo más particular, no apro-
época muy temprana, y esta cuestión tiene puntos de gran baban que se dedicaran a estudios legales, en parte porque
interés. Otro asunto merece una atención más seria. Algunos consideraban que la misión y los deberes de la mujer se
encontrarán dificil creer lo general que se había hecho la dirigían en otra dirección, en parte porque los temas no eran
falsificación de finnas y de documentos. Josefo lo menciona siempre adecuados para el otro sexo, en parte debido a la
(Ant. XVI. 10:4), y sabemos que san Pablo se vio obligado relación de familiaridad entre los sexos a la que habrían
a advertir a los tesalonicenses en contra de ello (2 Ts. 2:2), necesariamente llevado tales ocupaciones, y, finalmente
y al menos a adoptar la práctica de firmar cada carta que -¿lo diremos?-, porque los rabinos consideraban la mente
mandaba. Apenas si hay algunos documentos rabínicos anti- femenina como no adaptada para tales investigaciones. Quizá
guos que no hayan sufrido interpolaciones por parte de escri- la cosa más poco amable que decían acerca de esta cuestión
tores posteriores, o, como podríamos decirlo eufemística- era: «las mujeres son de mente ligera», aunque en su fre-
mente, sin ser reescritos y refonnados. En general, no es difi- cuente repetición el dicho casi parece un modo medio jocoso
cil descubrir estas adiciones; aunque la vigilancia y agudeza de cortar una cuestión acerca de la que es desagradable dis-
del erudito crítico son de especial necesidad en esta dirección cutir. Sin embargo, sí existen ejemplos de mujeres con erudi-
para guardarse de inferencias precipitadas y temerarias. Pero, ción rabínica. Y llegamos a saber acerca de cuál era su cono-
sin introducimos en estas cuestiones, puede ser de interés cimiento bíblico y su influencia religiosa no sólo por los
para el lector saber qué materiales de escritura se empleaban rabinos, sino por el Nuevo Testamento. Su asistencia a todas
en los tiempos del Nuevo Testamento. En Egipto parece que las fiestas públicas y domésticas, y en las sinagogas, y la
se empleaba tinta roja; pero parece se¡uro que la tinta men- circunstancia de que ciertas instrucciones y observancias de
cionada en el Nuevo Testamento era negra, tal como lo indica origen rabínico también se les aplicaran, demuestran que,
el término «melan», (2 Co. 3:3; 2 Jn. 12; 3 Jn. 13). Josefo aunque no eruditas en la ley, debe haber habido entre ellas
habla de escribir en letraS de oro (Ant. XII. 2:11); y en la no pocas que, como Loida y Eunice, podían instruir a un ninño
Misná (Meg. U. 2) leemos de colores mezclados, de rojo, de en el conocimiento de las Escrituras, o que, como Priscila,
tintas simpáticas, y de ciertas composiciones químicas. En 3 estuvieran cualificadas para explicar incluso a un Apolos el
Jn. 13 se mencionan plumas de cafla. Las mejores prov�nían camino de Dios con mayor perfección.
de Egipto, y, naturalmente, sería indispensable el uso de un Suponiendo así que un niñno tuviera esta instrucción en el
cortaplumas. El papel (del «papiro» egipcio) se menciona en hogar; supongamos también que se le ensenaran de continuo
2 Jn. 12; el pergamino en 2 Ti. 4:13. De esto dltimo había los mandamientos y las observancias, y, como lo afirma
de tres clases, segun la piel se empleara entera, o bien divi- expresamente el Talmud, que se le alentara a repetir las or�-
dida en una piel exterior e interior. Lo dltimo era lo que se ciones en voz alta, a fin de acostumbrarlo a ello. A los seis
empleaba para la Mezuzah. Las notas breves se escribían aftos sería enviado a la escuela. No a una academia, o «beth
sobre tabletas, que en la Misná (Shab. XU. 4) llevan el mismo hammedrash», a la que asistiría sólo si demostraba tener
nombre que en Le. 1 :63. aptitud y promesa; menos aan al aula de un gran rabí, ni a

ISO 151
las discusiones del Sanedrín, que marcaban una etapa muy desde los seis hasta los siete anos». Podemos añadir en el acto
avanzada de estudios. Aquí hablamos sólo de las escuelas que el Josué a quien se hace referencia aquf es probablemente
primarias o elementales, como las que incluso en tiempos de el sumo sacerdote de aquel nombre que floreció antes de la
nuestro Senor estaban anexas a cada sinagoga del pafs. Pasan- destrucción del templo, y que es indudable que esta organiza-
do por alto las supuestas o verdaderas menciones bíblicas de ción adicional implica al menos la existencia de escuelas
escuelas, y limitando nuestra atención estrictamente al perío- elementales en un período anterior.
do que acaba con la destrucción del Templo, nos encontramos Así, cada lugar donde hubiera veinticinco niftos de una
primeramente con una nota en el Talmud (Bab. B. 21, b) edad apropiada, o, según Maimónides, ciento veinte famillas,
adscribiendo a Esdras una ordenanza de que tantos maestros debía designar a un maestro. No se le permitía ensenar a más
como quisieran podían establecerse en cualquier lugar, y que de alrededor de veinticinco estudiantes en una clase. Si había
los que ya estaban al.U establecidos no podían inmiscuirse con cuarenta, debía emplear a un ayudante; si cincuenta, las auto-
ellos. Es muy posible que esta mención no deba ser tomada ridades de la sinagoga debían designar a dos maestros. Esto
en su sentido literal, sino como indicación de que Esdras y nos ayudará a comprender la afinnación, indudablemente
sus sucesores habían dado gran atención al aliento de las muy exagerada. de que a la destrucción de Jerusalén ha�fa
escuelas y de la educación. No hablamos de las academias no menos de cuatrocientas ochenta escuelas en la metrópolis.
helenizadas que el malvado sumo sacerdote Jasón intentó Por otro pasaje, que adscribe la caída de Jerusalén al descuido
introducir en Jerusalén (2 Mac. 4:12, 13), pon:¡ue eran and- de la educación de los niños, podemos inferir cuál era la
judías en su espíritu, y ello hasta tal punto que los rabinos, importancia que le daba la opinión popular. Pero desde luego,
a fin de «establecer una cerca», prohibieron todos los ejerci- para el judío, la vida infantil era algo peculiannente santa,
cios gimnásticos. La posterior historia y el progreso de las y el deber de llenarla con pensamientos de Dios era especial-
escuelas judías se sigue en el siguiente pasaje del Talmud mente sagrado. Casi parece como si la gente hubiera en
(Bab. B. 21, a): «Si alguien tiene mérito y merece que su general retenido entre ellos el eco de los dichos de nuestro
nombre sea recordado, es Josué, el hijo de Oamaliel. Sin él, Señor, que los ángeles de ellos contemplan el rostro de nues-
la ley habría caldo en el olvido en Israel. Porque ellos solían tro Padre que está en los cielos. De ahí el carácter religioso
reposar en este dicho de la ley (Dt. 11: 19): "Y las enseflaréis." conectado con la educación. El magno objeto del maestro era
Después fue ordenado que se designaran maestros en Jeru- la instrucción moral asf como la intelectual. Guardar a los
salén para la instrucción de los jóvenes, como está escrito (Is. niflos de relaciones con los viciosos; suprimir los sentimien-
2:3): "De Sidn saldrá la ley." Pero incluso así el remedio no tos de amargura, aunque se hubiera hecho un mal a los pro-
fue eficaz, sólo aquellos que tenían padres eran mandados a pios padres; 10 castigar toda verdadera mala acción; no preferir
la escuela, y el resto era descuidado. Por ello se dispuso que a un nifto por encima de otro; más bien mostrar el pecado
se designaran rabinos en cada distrito, y que los muchachos en su aspecto repulsivo que predecir qué castigo conllevarla,
de dieciséis o diecisiete años fueran enviados a sus acade- tanto en este siglo como en el venidero, a fin de no «de- 11
mias. Pero esta institución fracasó, porque cada muchacho
huía cuando era castigado por su maestro. Al final Josué el
hijo de Gamaliel dispuso que en cada provincia y en cada ciu- 10. Hasta el día de hoy hay esta bella oración en la liturgia judía: «Con
respecto a los que maldicen. que mi alma est� callada: sí, quo sea mi alma
dad se designaran maestros, que se encargaran de los chicos como el polvo hacia todos,»

152
salentar» al niño -éstas eran algunas de las normas estable· Ya se ha dicho que en general la escuela funcionaba en

cidas11-. Un maestro nunca debía prometer a un niño algo la sinagoga. Comúnmente, su maestro era el «chazan» o «mi-

que no tuviera la intención de cumplir, no fuera que su mente nístro» (Le. 4:20), expresión por la que no debemos compren-
se familiarizara con la falsedad. Todo lo que pudiera suscitar der un oficio espiritual, sino algo así como un bedel. Este fun-
pensamientos desagradables o indelicados debía ser cuidado- cionario recibía su salario de la congregación; no se le penni-
samente evitado. El maestro no debía perder la paciencia si tfa recibir dinero de sus alumnos, para que no favoreciera a
su alumno no comprendía con facilidad, sino que debía los ricos. Los gastos eran afrontados mediante contribuciones
explicar la lección con más claridad. Podía, y desde luego voluntarias y caritativas; y en caso de deficiencias, los más
debía, castigar cuando era necesario, y, como uno de los rabi- dintinguidos rabinos no dudaban en ir a solicitar ayuda de los
nos lo expresa, tratar al níño como a un joven ternero cuya ricos. El número de horas de instrucción de los más jóvenes
carga se va aumentando a diario. Pero se debía evitar la exce- era limitado. Como el aire cerrado del aula podía resultar
siva severidad; y se cuenta de un maestro que fue despedido perjudicial durante las horas de mayor calor del día, las
de sus funciones precisamente por esta razón. Allí donde fue- lecciones se interrumpían entre las diez de la mañana y las
ra posible, se debía probar con la amabilidad; y si se debía tres de la tarde. Por similares razones, sólo se permitían
aplicar un castigo, el nifto podía ser golpeado con una correa, cuatro horas de instrucción entre el diecisiete de Tamuz hasta
pero nunca con una vara. A los diez el nifto comenzaba el el noveno de Ab (aproximadamente julio y agosto), y los
estudio de la Misná; a los quince debía estar listo para el maestros tenían prohibido castigar a los alumnos durante
estudio del Talmud, que le serla explicado en una academia estos' meses. El mayor honor y distinción iban con el oficio
más avanzada. Si después de tres, o como máximo cinco, de maestro, si era ejercitado dignamente. Se consideraban
anos de enseñanza el nlño no mostraba progresos claros, razones suficientes para el despido de un maestro la carencia
había pocas esperanzas de que llegara a sobresalir. En el de conocimiento o la falta de método en la enseñanza; pero
estudio de la Biblia el alumno debía ir pasando desde el libro siempre se consideraba la experiencia como una mejor califi-
de Levítico al rosto del Pentateuco, de allí a los Profetas, y cación que las meras adquisiciones de saber. No se empleaba
finalmente a los Hagiógrafos. Esta norma estaba de acuerdo a ningún maestro que no estuviera casado. Para desalentar
con el grado de valor que los rabinos le daban a estas díví- rivalidades insanas, y para elevar el estándar educativo gene-
siones de la Biblia." En el caso de los alumnos avanzados, ral, se prohibía que los padres enviaran a sus hijos a otras
el día se repartía de manera que una parte se dedicaba a la escuelas que las de sus propias poblaciones.
Biblia, y dos partes a la Misná y al Talmud. También se Un rasgo muy hermoso era el cuidado que se daba a los
alentaba a cada padre que ensenara a su hijo a nadar. hijos de los pobres y a los huérfanos. En el templo había un
cepillo especial, el «del secreto», para contribuciones que se
aplicaban privadamente para la educación de los hijos de los
11. Las referencias son aquí demasiado numerosa para poderlas dar. Por pobres piadosos. La adopción y crianza de un huérfano era
lo general, comparar Hamburgucr, Real-Ene. vol. 1, pág. 340; mi f/istory considerada como una «obra buena» de cariz especial. Esto
ofthe Jewish Nalion, pág. 298; y el opltsculo de Ehrmann, Deitr. ,,,,.. Guch. nos recuerda la descripción apostólica de «una viuda que en
d. Sclu4len. verdad lo es», como una «que tenga testimonio de buenas
12. La explicación plena de esto debe quedar reservada para una obra de
mayor extensión. obras»; que «ha criado hijos; ... ha practicado la hospitalidad;

1S4 1SS
... ha lavado los pies de los santos; ... ha socorrido a los
afligidos; ... ha estado dedicada a toda buena obra» (1 Ti.
S: 1O). En verdad. los huérfanos estaban encomendados al
cuidado especial de toda la congregación. en lugar de ser
recluidos en asilos de pobres, y las autoridades comunitarias
estaban incluso obligadas a proveer una dote fija para las
huérfanas.
Así era el trasfondo y el ambiente en el que Jesüs de
Nazaret se movió mientras que plantó su tabernáculo entre IX
los hombres.
MADRES, HIJAS Y ESPOSAS
EN ISRAEL

A fin de comprender con precisión la posición de la mujer


en Israel, sólo es necesario examinar con cuidado el Nuevo
Testamento. La imagen de la vida social que se presenta allí
da una visión plena del lugar que tenía en la vida privada y
pdblica. No encontramos aquí aquella separación tan coman
entre los orientales en todo tiempo, sino que la mujer se
mezcla libremente con otros tanto en casa como fuera. En
lugar de adolecer de inferioridad social, asume una parte
influyente y frecuentemente conductora en todos los movi-
mientos, especialmente en los de carácter religioso. Por encí- .
ma de todo, se nos ahorran totalmente aquellos desagradables
detalles de inmoralidades privadas y públicas que tanto abun-
dan en la literatura clásica contemporánea. En Israel la mujer
era pura; el hogar, feliz, y la familia, santificada por una
religión que consistía no sólo en servicios públicos. sino que
entraba en la vida diaria, y que englobaba en su observancia
a cada miembro de la familia. No era así sólo en tiempos del
Nuevo Testamento, sino siempre en Israel. La referencia de
san Pedro a «aquellas santas mujeres» «en otro tiempo» (1
P. 3:5) está totalmente de acuerdo con la visión talmúdica.
En verdad. su cita de Gn. 18:12, y su aplicación: «Como Sara
obedecía a Abraham, llamándole señor», aparece de esta
misma manera en escritos rabínicos (Tanch. 28, 6), donde su

156 157
1',
1

respeto y obediencia son asimismo puestos como ejemplo a su hijo desterrado; y la conducta de una mujer «en su
para sus hijas.' sabiduría» pone fin a la rebelión de Scba. Posteriormente, la
Algunos detalles adicionales pueden ilustrar esta cuestión constante mención de reinas madres, y la frecuente inter-
mejor que los argumentos. La creación de la mujer de la ferencia de ellas en el gobierno, muestra la posición que
11
costilla de Adán recibe este comentario:2 «Es como si Adán tienen. Nombres como el de la profetisa Huida, y la idfiica
hubiera cambiado un jarro de tierra por una preciosa joya.» narración de la sunamita, acuden fácilmente a la memoria.
Esto, aunque el ingenio judío sentenciaba cáusticamente: El tema del libro de Rut es el de la devoción de una mujer;
«Dios ha maldecido a la mujer, pero todo el mundo va tras el de su amor puro y fiel, el tema o la imaginería del Cantar
ella; ha maldecido a la tierra, pero todo el mundo vive de 1 de los Cantares; el de su valor y devoción, la base del libro
ella» Y ningón lector atento de las Escrituras podrá dejar de de Ester, en tanto que su vaUa y virtudes se enumeran en el
senatar la gran reverencia en que eran tenidas «las cuatro último capítulo del libro de Proverbios. Otra vez, en el
madres», como designan los rabinos a Sara, Rebeca, Lea y lenguaje de los profetas, el pueblo de Dios es llamado «la
Raquel, ni la influencia que tuvieron en la historia patriarcal. hija», «la virgen de Sión», «la hija de Jerusalén», «la hija de
Y al seguir adentrándonos en la historia sagrada, Miriam, que Juda», etc.; y la relación de ellos con Dios se compara
originalmente había salvado a Moisés, dirige el cántico de constantemente con la del estado matrimonial. Los mismos
liberación al otro lado del mar, y su influencia, aunque no términos con los que se denomina a la mujer en el Antiguo
siempre para bien, persistió adn hasta después de su muerte Testamento son significativos. Si el hombre es lsh, su mujer
(comparar Mi. 6:4). Luego, «todas las mujeres sabias decora- es lshah, simplemente su igual; si el marido es Gever, el
zón» contribuyeron a levantar el Tabernáculo:' Débora dio gobernante, la mujer es, en su propio dominio, Gevirañ y
liberación, y juzgd Israel: y la piedad de la mujer de Manoa Gevereth, la señora (como sucede frecuentemente en la
es al menos tan destacada, y más inteligente, que la de su historia de Sara y en otros pasajes), o bien la moradora en
marido (Jue. 13:23). Lo mismo sucede con la madre de el hogar (Nevatñ bayith, Sal. 68:12).4 Y no es diferente en
Samuel. En los tiempos de los reyes las alabanzas de las los tiempos del Nuevo Testamento. El ministerio de la mujer
mozas de Israel suscitan los celos de Saól; Abigail sabe cómo a nuestro bendito Señor, y en la Iglesia, ha venido a ser casi
evitar el peligro de la insensatez de su marido; la sabia mujer proverbial. La posición de ella aUí marca realmente no un
de Tecoa es enviada para que induzca al rey a llamar de vuelta progreso sobre, sino un pleno llevar a cabo, la idea del

l. También aparece la siguiente ilustración: Una cierta mujer sabia le dijo


a su hija antes de su boda: «Nifta mía, ponte ante tu marido y sírvele. Si 4. Expresiones similares sonSarah y Shiddah, ambas provenientes de raíces
a�táas como su criada, 61 será tu esclavo, y te honrará como su scflora; pero que significan gobernar. Y no son inconsecuentes con el uso de la palabra
l.,
SI te exaltas contra él, será tu amo, y tá te envilecerás a tus ojos como una Baal, casarse, y Beulah, la casada, de Baal, su señor -así como Sara
de las criadas,,. «llamaba a ;Abraham señor» (1 P. 3:6, siendo la expresión que se usa de
2. Slulb. 23. ella ante Abunelec, On. 20:3, la de Deulah}-. Naturalmente, no se significa
3. Hay una lradición judía de que las mujeres habían contribuido con sus por ello que éstas sean las IÍnicas palabras para denotar a las hembras. Pero
riquezas para el Tabom6culo, pero que rehusaron hacerlo para hacer el las otras, como Balh y Naarah, son o bien simplemente sufijos femeninos,
becerro de oro, cosa que se deduce del relato en tx. 32:2 comparado con o bien, como Bethulah, Levush, Nelu!vah, Almah, Rachetn, descriptivas de
el versículo 3. su estado físico.

158 159

L
Antiguo Testamento; o, para poner la cuestión desde otra perspectivas y los sentimientos religiosos acerca de ello y de
perspectiva, no pedimos más que el que esté familiarizado la monogamia en tiempos de Malaqufas se ve en la patética
con la antigüedad clásica que compare lo que lee de Dorcas, descripción del altar de Dios como cubierto de lágrimas de
o de la madre de Marcos, o de Lidia, de Priscila, de Febe, «la mujer de tu juventud», «la mujer de tu pacto», «tu compa-
ñera» que había sido «repudiada» o «tratada deslealmente»
de Loida o de Eunice, con lo que sabe de las patricias de (Mal. 2:13 hasta el final). Todo elJo está tan hermosamente
Grecia y de Roma en aquel período. parafraseado por los rabinos que lo cítamos:'
Naturalmente, frente a todo esto debe exponerse la permi-
sión de la poligamia, que indudablemente estaba en vigor en «Si la muerte hubiera arrebatado de ti la mujer de tu juventud,
los tiempos de nuestro Señor, y la facilidad con que podía Es como si la ciudad sagrada estuviera profanada,
obtenerse el tUvorclo. Con referencia a ambas cuestiones, sin E incluso el Templo, en tus días de peregrinaje,
embargo, se debe recordar que se trataba de concesiones tem- Abatido, derribado hasta el polvo.
porales a «la dureza» de los corazones de la gente. Porque El hombre que duramente de sí aleja
no sólo deben tenerse en cuenta las circunstancias de los tiem- A su primera mujer cortejada, la amante mujer de su juventud,
pos y el estado moral de la nación judía y de los alrededo- Por él el mismo altar del Señor
res, sino que hubo etapas progresivas en el desarrollo espiri- Lágrimas derrama de amargo dolor.»
tual. Si esto no se hubiera tenido en cuenta, la religión del Siendo que la relación social entre los sexos era casi tan
Antiguo Testamento habría sido innatural e imposible. Sea sin restricciones como entre nosotros, hasta allí donde era
suficiente que «al principio no fue así», y que no debía ser congruente con las formas orientales, era natural, evidente-
así tampoco al fin, marcando de este modo el período inter- mente, que los jóvenes eligieran personalmente a sus novias.
medio el progreso gradual desde la perfección de la idea hasta De esto la Escritura nos ofrece abundantes evidencias. Pero
la perfección de su realización. Además, es imposible leer el en todo caso la mujer, en cuestión de desposorios o de matri-
Antiguo Testamento, y añn más el Nuevo, sin recibir de él monio, debía dar su libre y expreso consentimiento, sin el que
la convicción de que la poligamia no era la nonna, sino la cualquier unión era inválida. Las Jovencitas, a partir de los
rara excepción, por lo que concernía al pueblo en general. doce aftos y un día, podían ser desposadas o entregadas por
Aunque la práctica con referencia al divorcio era desde luego su padre. En tal caso, sin embargo, tenían después derecho
más libre, incluso los rabinos la rodearon de tantas salva- a insistir en el divorcio. Naturalmente, no se quiere con ello
guardas que, de hecho, tiene que haber sido, en muchos casos, pretender que la mujer llegó a su plena posición hasta bajo
de dificil consecución. Por lo general, toda la tendencia de el Nuevo Testamento. Pero con esto se repite lo que se puede
la legislación mosaica, e incluso de manera más explícita la decir de prácticamente casi cada estado y relación social. Pero
de las posteriores ordenanzas rabínicas, iba en dirección del es de manera muy señalada cuán profundamente el espíritu
reconocimiento de los derechos de la mujer, con una escrupu-
losidad que alcanzaba incluso a la esclava judía, y con una
delicadeza que protegía sus más profundos sentimientos.
S. Segán la elegante versi6n poética del doctor Sachs (Stimmen vom Jordan
Desde luego, estamos justificados en decir que en los casos u. Euphrat. p4g. 347). Seleccionamos esta descripción poética del amor
de disputa de la ley generalmente se inclinaba a su lado. Del judío y del respeto por la mujer de entre las muchas que se pudieran dar.
divorcio hablaremos postcrionnente. Pero cuáles fueran las
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-1

1
1

del Antiguo Testamento, que es esencialmente el del Nuevo, Mucho de lo que se dice en 1 Corintios 7 acerca del estado
había penetrado a este respecto la vida de Israel. La adver- matrimonial encuentra paralelos en los escritos talmúdicos.
tencia de san Pablo (2 Co. 6:14) acerca de «no unirse en yugo Uno puede ser mencionado, como explicativo de la expresión
desigual», lo que es una aplicación alegórica de Lv. 19:19; (versículo 14): «Pues de otra manera vuestros t:uJos serían
Dt. 22:10, encuentra hasta cierto punto su contrapartida en inmundos, mientras que ahora son santos.� Precisamente la
los escritos rabínicos místícos," donde este dltímo pasaje misma distinción era la que hacían los rabinos con respecto
citado es aplicado de manera expresa a matrimonios espiri- a los prosélitos, cuyos hijos, si eran nacidos antes de la con-
tualmentre desiguales. La amonestación de 1 Co. 7:39 a ca- versión al judaísmo, eran considerados «inmundos», Y si des-
sarse «sólo en el Señor» recuerda muchas advertencias rabí- pués como habiendo nacido «en santidad», sólo que entre los ••
nicas similares, de las que seleccionaremos las más notables. judí�s ambos padres debían profesar el judaísmo, mientras
Los hombres, se nos dice,7 se casan por una de cuatro razones: que san Pablo argumenta en dirección opuesta y con respecto
por pasión, riqueza, honor o la gloria de Dios. En cuanto al a una santidad muy diferente de aquella que podta obtenerse
primer tipo de matrimonio, la descendencia puede esperarse mediante una ceremonia meramente externa.
que sean hijos «tercos y rebeldes», como podemos inferir de Algunos detalles adicionales, tomados casi al azar, nos
la sección que se refiere a los tales siguiendo la de Dt, 21: 11. darán unos vislumbres de la vida hogareftajudfa y de las pers-
Con respecto a los matrimonios por dinero, debemos apren- pectivas coetáneas. No era infrecuente, aunque irrespetuosa,
der una lección de los hijos de Blí, que trataron de enrique- la agudeza de que con dos formas del mis�o v�rbo, que sona-
cerse de esta manera, pero de cuya posteridad se dijo (1 S. ban casi exactas, se expresaran expenencias totalmente
2:36) que «vendrá a postrarse por una moneda de plata y un opuestas de la vida matrimonial. Era cosa usual preguntarle
a un hombre recién casado: «¿Maza o Moze1» -«halla» o
bocado de pan». De los casamientos por motivos sociales, «he hallado,._, apareciendo la primera expresión en Pr.
honor e influencia, el rey Joram ofrecía una advertencia, el 18:22, y la segunda en Ec. 7:26. Un sentimiento muy distinto
que vino a ser yerno del rey Acab, porque aquel monarca tuvo es éste que se expresa en el Talmud (Yeb. 62 b; S�nh. 7� b),
setenta hijos, mientras que al morir, su viuda Atalla, «se cuya similaridad con Bf. 5:28 se reconocerá de inmediato:
levantó y destruyó toda la descendencia real» (2 R. 11:1). «El que ama a su mujer como a su P�_PiO cuerpo l� honra
Pero es muy distinto en el caso del matrimorúo «en nombre más que a su propio cuerpo, cría a sus h1Jos en el c�mmo �c-
del cielo». La descendencia de él serán hijos que «preservarán to, y los conduce a una edad madura -de él la Escntura dice:
a Israel». De hecho, las referencias rabínicas a casarse «en "Sabrás que hay paz en tu tienda" (Job 5:24)»-. De todas
nombre del cielo» o «por el nombre de Dios» -en Dios y las cualidades más deseadas en una mujer destacaban la gen-
por Dios- son tan frecuentes y enfáticas, que las expresio- tileza y la modestia. Y lo cierto es que las pendencias, chis-
nes empleadas por san Pablo deben haberle sido familiares. mear por la calle y una conducta inmodesta en público er.an
razones suficientes para el divorcio. Naturalmente, l�s mujc-
res judías nunca hubieran intentado «ensenar» en la sinagoga,
donde ocupaban un puesto separado del de los hom�rcs,
porque los estudios rabínicos, por mucho valor que tuvieran
6. La referencia algo similar a Lv. 19:19 en Phllo. de Cnal. Princ. (ed. para el sexo masculino, no se aprobaban en el caso de las
n.
Prancof.) pq1. 730, 731, mencionada en Wetatein. Nov. Tut. pq. 193,
no parece lo suficientemente paralela para citarla.
7. Yalkut sobre DL 21:15. 163

162

. ..
mujeres. Sin embargo, esta instrucción de san Pablo (1 Ti. a la naturaleza meritoria de la dedicación del hombre a la ley,
2:12): «Porque no permito a la mujer ensenar, ni ejercer es propuesta de manera expresa, y las mujeres son por ello
dominio sobre el hombre», encuentra un cierto paralelo en mismo amonestadas a alentar a sus maridos en tales estudios.
el dicho rab(nico: «Todo aquel que pennila·que su mujer le Podemos comprender cómo, antes de la venida del Me-
gobierne, cuando llame, nadie le respondera.» sías, el matrimonio debiera haber sido considerado como una
Es por razones similares que los rabinos arguyen que es obligación religiosa. Muchos pasajes de la Escritura eran al
el hombre el que tiene que ir en busca de la mujer, y no la menos citados para sustentar esta idea. Por lo general, se
mujer en busca del hombre, sólo que la razón que dan para esperaba que un joven se casara (según Maimónides) a los
ello suena a extraña. El hombre, dicen, fue formado de la tie- dieciséis o diecisiete, mientras que la edad de veinte puede
rra, y la mujer de la costilla del hombre; por cito, al tratar ser el límite máximo aceptado, a no ser que el estudio absor-
de encontrar una esposa, ¡el hombre busca simplemente lo biera hasta tal punto su atención como para no dejar tiempo
que había perdido! Esta fonnación del hombre del blando para los deberes de la vida de casado. Sin embargo, se consi-
barro, y de la mujer del duro hueso, servía también para ííus- deraba como mejor incluso descuidar los estudios que que·
trar por qué el hombre es mucho más susceptible de concilia· darse soltero. Pero las necesidades económicas por causa de
clón que la mujer. De manera similar, se observaba, Dios no la mujer y de los hijos eran cosa temida. Se emplea la misma
había formado a la mujer de la cabeza, para que no fuera a comparación con referencia a ello que la que emplea nuestro
enorgullecerse; ni del ojo, para que no fuera concupiscente; Señor para una «ofensa» muy diferente: la cometida en contra
ni del oído, para que no fuera curiosa; ni de la boca, para que de los «pequeñítos» (Le. 17:2). Estas ansiedades eran llama-
no fuera charlatana; ni del corazón, para que no fuera celosa; das por los rabinos «una piedra de molino alrededor del
ni de la mano, para que no fuera codiciosa; ni del pie, para cuello» (Kidd. 29 b). En realidad, la expresión parece haberse
que no fuera entrometida; sino de la costilla, que estaba síem- hecho proverbial, como tantas otras que se empican en el
pre cubierta. La modestia, por tanto, era una cualidad prima- Nuevo Testamento.
ria. Era indudablemente en celosa consideración de esto que Leemos en el Evangelio que, cuando la madre Virgen
las mujeres tenían cerrado el paso a los estudios rabínicos; estaba «desposada con José, antes de que viviesen juntos se
y se cuenta una historia para mostrar cómo incluso la más halló que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. José su
sabia de las mujeres, Beruria, fue por ello llevada al borde marido, como era justo, y no quería denunciarla, resolvió
de un peligro extremo. No es fácil explicar por qué a las muje- dejarla secretamente» (Mt. 1:18, 19). La narración implica
res se las dispensaba de todas las· obligaciones positivas una distinción entre desposorio y matrimonio -estando José
(mandamientos, pero no de prohibiciones) que no eran de en aquel tiempo desposado, pero no realmente casado con la
práctica general (Kidd. l. 7, 8), sino dependiendo de ciertos madre Virgen-. Incluso en el Antiguo Testamento se hace
períodos de tiempo (como llevar las filacterias, ete.), y de una distinción entre desposorio y matrimonio. Lo primero
ciertas oraciones, a no ser que se deba a que la mujer fuera quedaba señalado por el presente de desposorio (o Mohar,
considerada como no su propia dueña, sino sujeta a otros, o Gn. 34:12; Éx. 22:17; t S. 18:25), que el padre, sin embargo,
bien porque el marido y la mujer fueran considerados como dispensaría en ciertas circunstancias. Desde el momento de
uno, por lo que sus méritos y oraciones se aplicaran asimismo su desposorio, la mujer era tratada como si estuviera real-
a ella. En verdad, esta postura, al menos por lo que respecta mente casada. La unión no podía ser disuelta, excepto por un

164 165
divorcio formal; la infidelidad era considerada adulterio; y la el resto de Judea se cuidaban mucho más del dinero- las
propiedad de la mujer venía a posesión de su desposado, a viudas teman derecho a residir en la casa de su marido, que
no ser que renunciara expresamente a ella (Kidd. IX. 1). Pero quedaba a su disposición.
incluso en este caso él era el heredero natural. Es imposible Por otra parte, un padre estaba obligado a proveer una dote
entrar aquí en los varios detalles legales, como, por ejemplo, (nedan, nedanjah) para su hija en proporción a su posición
acerca de la propiedad o del dinero que viniera a ser posesión social; y una segunda hija podía demandar una parte igual a
de una mujer después del desposorio o del casamiento. La la de la hija mayor, o una décima parte de toda la propiedad
ley lo adjudicaba al marido, pero con muchas restricciones inmobiliaria. En caso de la muerte del padre, los hijos, que
y con una infinita delicadeza para con la mujer, como si conforme a la ley judía eran los ünícos herederos, estaban
renuente a dar validez a tos derechos del más fuerte (Kldd. obligados a mantener a sus hermanas, incluso si ello los lleva-
VIII. 1, etc.). Por la Misná (Bab. B. X. 4) sabemos también ba a depender de la caridad püblica, y a dotar a cada una con
que había formales Shttre Erustn, o escrituras de desposorio, una décima parte de lo que hubiera quedado. La dote, bien
redactadas por las autoridades (y costeadas por el novio). en dinero, en propiedad o en joyas, era especificada en el con-
Estas escrituras estipulaban las obligaciones mutuas, la dote trato matrimonial, y realmente pertenecía a la esposa, que-
y todos los demás puntos acerca de lo que las partes habían dando el marido obligado a añadir a ella otra mitad, si consis-
expresado su acuerdo. Las Shltre Erusln eran diferentes del tía en dinero o valores financieros; y si se trataba de joyas,
normal Chethubah (literalmente, escrito), o contrato matri- etc., a asignarle a ella cuatro quintas partes de su valor. En
monial, sin el que los rabinos consideraban un matrimonio caso de separación (no de divorcio) él estaba obligado a pro-
meramente un concubinato legalizado (Cheth. V. 1). El veerla de alimento en cantidad suficiente, y a readmitirla a
Chethubah estipulaba un arreglo de al menos doscientos su mesa en la víspera del sábado. Una esposa tenía derecho
denarios por una doncella, y de cien denarios por una viuda, a una décima parte de su dote para adornos. Si un padre entre-
mientras que el consejo sacerdotal de Jerusalén fijó cuatro- gaba a su hija sin ninguna declaración expresa acerca de su
cientos denarios por una hija de un sacerdote. Naturalmente, dote, estaba obligado a darle al menos cincuenta sus; y si se
estas sumas indican sólo el mtnlmo legal, y podían ser aumen- había estipulado de manera expresa que no iba a tener dote
tadas indefinidamente a voluntad, aunque difieren las opinio- alguna, se indicaba delicadamente que el novio debía, antes
nes acerca de si se podían demandar legalmente grandes can- del matrimonio, darle lo suficiente para el necesario ajuar.
tidades si el asunto no iba más allá del desposorio. La forma Una huérfana debía recibir una dote de al menos cincuenta
actualmente empleada entre los judíos expone que el novio sus de las autoridades comunitarias. Un marido no podía
se casa con su novia «conforme a la ley de Moisés y de obligar a su mujer a dejar la Tierra Santa ni la ciudad de
Israel»; que promete «complacerla, honrarla, sustentarla y Jerusalén, ni cambiar la residencia en una ciudad por una
cuidarla, tal como es la manera de los hombres de Israel», residencia rural, o viceversa, ni una casa buena por otra casa
aftadiendo a ello el consentimiento de la mujer, siendo el mala. Éstas son sólo unas pocas de las estipulaciones que
documento firmado por dos testigos. Con toda probabilidad, muestran cuán cuidadosamente la ley protegía los intereses
ésta era sustancialmente la forma en los tiempos antiguos. En de las mujeres. Entrar en más detalles nos llevaría más allá
Jerusalén y en Galilea -donde se decía que los hombres en del tema que nos ocupa. Todo esto quedaba sustancialmente
su elección se fijaban en «un buen grado•, mientras que en establecido en los desposorios, que, por lo menos en Judea,

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parecen haberse celebrado con una fiesta. La 1lnica razón predicó el primer sermón sobre «el Cordero de Dios que quita
válida para la disolución del vínculo así fonnado era una el pecado del mundo». El sábado (v. 35), el segundo sermón
infracción real de estas disposiciones, o un fraude declarado. de Juan sobre el mismo texto; la consiguiente conversión de
En cualquier otro caso, como ya se ha señalado, se precisaba san Juan y de san Andrés, y el llamamiento de san Pedro. El
de un divorcio fonnal. domingo (v. 43), nuestro mismo Señor predicó su primer
Según la ley rabínica, se precisaba de ciertas formalidades sermón mesiánico, llamando a Felipe y a Natanael. El «tercer
para que unos desposorios fueran legalmente válidos. Éstas día» después de esto, esto es, el miércoles, tuvo lugar la boda
consistían en entregar a la mujer, bien directamente, bien por en Caná de Galilea. La significación de estas fechas, cuando
medio de mensajeros, una moneda, por pequefta que fuera, se comparen, con las de la semana en la Pasión de nuestro
o bien una cana,' siempre que en cada caso se afinnara expre- Señor, será suficientemente evidente.
samente delante de testigos que el hombre tenía la intención Pero esto no es todo lo que puede aprenderse en base al
de tomar a la mujer como su mujer. El matrimonio seguía relato de la boda en Caná. Naturalmente, se celebró una
después de un intervalo más largo o más corto, pero cuyos «fiesta de bodas», como en todas estas ocasiones. Por esta
límites estaban fijados por la ley. La ceremonia misma con- razón, los casamientos no se celebraban ni en sábado ni en
sistía en conducir a la novia a la casa del novio, con ciertas el día anterior a él, ni después de él, para que no peligrara
fonnalidades, datando la mayor parte de ellas de tiempos muy el reposo sabático. Tampoco era legítimo contraer matrimo-
remotos. El casamiento con una moza se celebraba comdn- nio en ninguna de las tres fiestas anuales, a fin de que, como
mente un miércoles por la tarde, lo que dejaba los primeros lo decían los rabinos, «no se mezclara un gozo (el matrimo-
días de la semana para su preparación, y posibilitaba al mari- nial) con otro (el de la fiesta)». Como se consideraba un deber
do, si tenía alguna acusación acerca de la anterior castidad dar placer a la pareja de recién casados, la alegría a veces
de la novia, presentar una queja inmediata ante el Sanedrín llegaba a más de lo que los rabinos más estrictos aprobaban.
local, que tenía sesión cada jueves. Por otra parte, el matri- Por ello, se dice de uno que para inducir a la seriedad, rompió
monio con una viuda se celebraba la tarde del jueves, lo que un recipiente de gran valor, de alrededor de 750 denarios; de
dejaba tres días de la semana para «gozarse con ella». Esta otro, que en la boda de su hijo rompió un costoso vaso; y de
circunstancia nos posibilita, con una cierta certidumbre, dilu- un tercero que, al pedírsele que cantara, exclamó: ¡Ay de
cidar la fecha de los acontecimientos que precedieron a la nosotros, porque todos debemos morir! Porque, tal como se
boda de Caná. Infiriendo por los fcstejos dados que se trataba añade (Berd. 31 a): «Le está prohibido al hombre que su boca
del casamiento de una moza, y que por ello habría tenido se llene de risa en este mundo (o dispensación), como está
lugar en miércoles, tenemos la siguiente sucesión de aconte- escrito: "entonces se llenó de risa nuestra boca, y nuestra
cimientos: En Jueves (comenzando como cada dfa judío con lengua de cántico". ¿Cuándo ha de ser esto? En aquel tiempo
el atardecer anterior), testimonio del Bautista a la represen- en que "ellos cantarán entre los gentiles, el Señor ha hecho
tación del Sanedrín que venía de Jerusalén. El viernes (Jn. grandes cosas por ellos".»
1 :29), «vio [Juan] a Jcsüs que venía a él, y significativamente Se debe mencionar que en la boda de Caná no se hace
mención de «los amigos del novio», o, como diríamos noso-
8. Había asimismo un tercer modo de desposorio -meramente por
tros, los acompaftantes del novio. Ello era en estricto acuerdo
cohabitación-, pero era intensamente desaprobado por los rabinos. con la costumbre judía, porque los amigos del novio era

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J
l '•

cos�mbre en J�ea, pero no en Galilea (Cheth. 25 a). Esto cial (Ab. de R. Nathan IV y XII.). Según otro antiguo comen-
arroja luz también sobre la localidad en la que se pronun- tario rabínico (Ber. R. VIII), el mismo Dios Todopoderoso 1
11
ciaron las palabras de Jn. 3:29, en donde se menciona al tomó la copa de bendición y pronunció la bendición, mientras
«amigo del novio». Pero esta expresión es bien diferente de que Miguel y Gabriel actuaban como los «amigos del novio»
la de «los hijos de la cámara nupcial», que aparece en Mt. para nuestros primeros padres cuando se casaron en el
9:lS, donde la escena vuelve a estar en Galilea. Este ténnino paraíso.
«hijos de la cámara nupcial», es simplemente una traducció� Con tal «bendición», precedida por una breve fórmula con
del ténnino rabínico ebene Chuppah», y significa los invi- !
i
la que la novia era entregada a su marido (Tobit 7:13),
tados a la �a. En Judea había, en cada boda, dos compafle- comenzaban los festejos nupciales.9 Y así la pareja eran lle- 1
ros !' «amigos del novio», uno para el novio y otro para la vados a la cámara nupcial (Cheder) y al lecho nupcial (Chup-
n�v1a. Antes de la bo_da, actuaban como una especie de me- pah).1º La novia iba con el cabello suelto. De ordinario, se
diadores entre la pareJa; en la boda misma ofrecían presentes ordenaba de la manera más estricta que las mujeres tuvieran
servían a la novia y al novio, y los acompaflaban a la cámar� !
la cabeza y el cabello cuidadosamente cubiertos. Esto puede
nupcial, siendo tambíén, por así decirlo, garantes de la !
arrojar luz sobre el debatido pasaje de 1 Co. 11:1-10. Tene-
castidad virginal de la novia. Por ello, cuando san Pablo les mos que tener en mente que el apóstol arguye ahí con judíos,

dice los corintios (2 co. 11 :2): «Porque os celo con celo y ello sobre su propio terreno, convenciéndolos mediante una

de Dios¡ pues os he desposado con un solo esposo, para pre- referencia a sus propias posiciones, costumbres y leyendas
acerca de la propiedad de la práctica que él ordena. Desde I!
sentaros como una virgen pura a Cristo», habla, por así
decirlo, en el carácter de un compaflero o «amigo del novio», este punto de vista no podía ponerse en tela de juicio la
que había actuado como tal en la unión espiritual de Cristo propiedad de que la mujer se «cubriera» la cabeza. En verdad, 11

con la iglesia en Corinto. Y sabemos que era especialmente lo opuesto, a un judío, Je habría indicado inmodestia. Existía IL

el deber �el. «amigo del novio» presentarle su novia así. De ciertamente la costumbre de que a una mujer acusada de adul- 11
manera similar era ta�bién su deber, después de la boda, terio se le «rapara» el cabello, empleando al mismo tiempo 11

m�tener buenos términos entre la pareja, y de manera más esta fórmula: «Por cuanto te has apartado de la manera de
particular defender la buena fama de la novia contra toda actuar de las hijas de Israel, que van con la cabeza cubierta;
imputación. Puede ser de interés para algunos saber que esta ...por ello ha recaído sobre ti lo que tó has escogido.» Esto
costumbre se remontaba también a la más alta autoridad. Así explica los versículos S y 6. La expresión «poder» o «auto-
en la unión espiritual de Israel con Dios, se habla de Moisé� ridad», aplicada en el versículo 10 a la cabeza de la mujer, 11
como «el. amigo del novio» que lleva a la novia a ól (Éx. parece referirse a esta cubierta, indicando, como lo hacía, que
estaba bajo la autoridad del marido, mientras que la muy 1
19: 17), mientras que Jehová, como el novio, se encuentra con
M
su congregación en el Sinaí (Sal. 68:7¡ Pirke di R. El. 41). u
Y en algunos escritos místicos Dios es descrito como actuan- 9. Es, por decir poco, dudoso que la fonna rabmica de esta bendición y
do como «el amigo del novio» cuando nuestros primeros la del desposorio daten de los tiempos más remotos. Aunque es muy bella.
padres se encontraron en Edón. Hay un toque de poesía en parece demasiado elaborada para esto.
la ap!i�ación de Ez. 28:13 a aquella escena, cuando los ánge- 10. La distinción queda marcada en JI. 2: 16; la Chuppah es también
les dmgfan el coro, y prepararon y observaron el lecho nup- mencionada en el Sal. 19:5.
'

170 171

'"

. ....
dificil adición «por causa de los ángeles» puede ser �na
nío, pueden ser de interés algunos puntos adicionales. Las
alusión a la presencia de los ángeles, y a la bien conocida restricciones matrimoniales mencionadas en la Biblia son
concepción judaica (basada, indudablemente, en la verdad) suficientemente conocidas. A éstas los rabinos añadieron
de que aquellos ángeles pudieran sentirse agraviados u otras, que han quedado dispuestas bajo dos encabezamientos,
ofendidos por nuestra conducta y llevaran las tristes nuevas extendiendo más las leyes de parentesco (hasta sus grados
ante el trono de Dios, o también que haga referencia a la secundarios), y con el propósito de guardar la moralidad. Las
antiquísima creencia judía de que los malos espíritus conse- primeras se extendían sobre toda la línea de relaciones prohi-
guían el poder sobre una mujer que fuera con la cabeza bidas, en el caso de líneas directas, y a una relación lejana
descubierta. en un grado cuando la línea se hacía indirecta, como, por
La costumbre de un velo nupcial, bien para la novia sólo, ejemplo, con la mujer de un tío materno, o con la madrastra
o bien extendido sobre la pareja, provenía de tiempos anti- de una esposa. En la categoría de salvaguardas a la moralidad
guos. Fue prohibida por un tiempo por los rabinos tras la podríamos incluir prohibiciones como la de que una divor-
destrucción de Jerusalén. Aún más antigua era la costumbre ciada no podía casarse con su seductor, ni un hombre con una
de portar coronas (Cnt. 3:11; Is. 61:10; Ez. 16:12), que fue mujer a la que hubiera llevado la carta de repudio, o en cuyo
también prohibida tras la última guerra judía. Duran� la caso hubiera prestado testimonio; estaba prohibido el matri-
procesión nupcial, se llevaban ramas de palmera y de mtrto monio de los que no estuvieran en su sana mente, o que estu-
delante de la pareja, se echaban granos o dinero, y la proce- vieran embriagados; o el de menores, o bajo fraude, etc. Un
sión iba precedida de müsíca, procesión en la que se esperaba viudo tenía que esperar tres fiestas, y una viuda, tres meses,
que todos los que se encontraran con ella se unieran, como antes de volverse a casar, o si estaba embarazada o amaman-
deber religioso." La parábola de las Diez Vírgenes, que, con taba, dos años. Una mujer no podía casarse por tercera vez:
sus lámparas, estaban a la espera del novio (Mt. 25:1), está no podía celebrarse ninguna boda dentro de los treinta días
basada en la costumbre judía, porque, según las autoridades siguientes a la muerte de un pariente próximo, ni en sábado,
rabínicas, era frecuente el empleo de estas lámparas portadas ni en día de fiesta, etc. Es innecesario hablar aquí del
sobre estacas, en tanto que diez es la cantidad siempre men- casamiento con el hermano de un difunto marido, porque,
cionada en relación con solemnidades póblicas. 12 Los festejos aunque la Misná dedica a ello todo un tratado (Yebamoth),
de las bodas duraban generalmente una semana, pero los días y era evidentemente costumbre en tiempos de Cristo (Mr.
nupciales se extendían hasta un mes completo, 13 12:19, etc.), la práctica se consideraba relacionada con la
Habiendo entrado así de lleno en la cuestión del matrimo- posesión territorial de Palestina, y cesó con la destrucción de
la nación judía (Bechar. I. 7). Un sacerdote debía indagar en
la ascendencia legal de su esposa (hasta cuatro grados),
11. v,ase mi artículo sobre «Marriage» [matrimonio] en Bible Educator excepto si el padre de la novia era un sacerdote en servicio
de Cassell, vol. IV, págs. 267-270.
12. Segim el rabí Simón (sobre Chel. Il. 8) era una costumbre oriental que o miembro del Sanedrín. La novia del sumo sacerdote debía
cuando la novia era conducida a su futuro hogar, «llevaban delante del ser una moza no más allá de seis mes desde su pubertad.
grupo alrededor de diez» Jámparu de ésta$. La fatal facilidad con la que se podía obtener el divorcio,
13. La práctica de llamar «navia» a la mujer durante el primer ai\o de su y su frecuencia, aparecen en la pregunta que los fariseos le
casamiento está probablemente basada en Dt, 24:S. hicieron a Cristo: «¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer
172 173
por cualquier causa?»14 (Mt. 19:3), y aan más en el asombro quiera de ambos cónyuges hubiera caído en herejías o dejado
con el que los discípulos oyeron la réplica del Salvador (v. de profesar el judaísmo. Pero incluso ahí había las últimas
1 O). Aquella respuesta era de alcance mucho más amplio que salvaguardas al peligro de una general anarquía, como la obli-
la enseñanza inicial de nuestro Seftor en el Sennón del Monte gación de pagarle su parte a la mujer, y una cantidad de minu-
(Mt. S:32).15 A esta ültíma ningún judío hubiera podido hacer ciosas ordenanzas acerca de la carla de divorcio fonnal sin
ninguna objeción, aunque su moralidad hubiera parecido la que níngdn divorcio era legal, 111 y que tenía que ser escrita
elevada más allá de la más alta norma, que· estaba represen- en términos explícitos, y entregada a la mujer misma en pre-
tada en este caso por la escuela de Shammai, mientras que sencia de dos testigos, etc.
la de Hillel, y aún más la de Akiva, presentaban el extremo Según la ley judía había cuatro obligaciones que la mujer
opuesto más' inferior. Pero en su contestación a los fariseos, tenía para con su marido, y diez que lo vinculaban a él. De
las últimas, tres son mencionadas en Éx. 21 :9, 1 O; las otras
nuestro Seflor situó toda la cuestión en unos ténninos que
incluso el más estricto shammaíta habña rehusado aceptar. siete incluyen su establecimiento, tratamiento médico en caso
Porque el límite superior al que habría llevado hubiera sido de enfennedad, redención del cautiverio, un funeral respe-
el de limitar la causa de divorcio a «alguna cosa vergonzosa» table, provisión en su casa todo el tiempo que estuviera enviu-
(Dt. 24:1), por lo cual hubiera probablemente entendido no
dada y no se le hubiera pagado su dote, su sustento por sus
sólo un quebrantamiento del voto matrimonial, sino también hijas hasta que ellas se casaran, y la provisión que sus hijos
de la ley y de los usos de la tierra. De hecho, sabemos que debían compartir, además de recibir su propia parte de la
incluía todo tipo de impropiedad, como presentarse con los herencia de su padre, de aquello que le había sido dado a ella.
cabellos sueltos, callejear, hablar con familiaridad con los Las obligaciones de la mujer eran que todas sus ganancias
hombres, maltratar a los padres de su marido en presencia de debían pertenecer a su marido, también lo que le viniera a
este ültímo, alborotar, esto es, «dirigirse a su marido con voz ella tras su matrimonio por herencia; que el marido tuviera
tan fuerte que los vecinos pudieran oírla en la casa vecina» el usufructo de su dote, y de todas las ganancias mediante
(Chethub. VII. 6), una reputación mala en general, o el descu- ella. siempre y cuando él la administrara, en cuyo caso, sin
brimiento de fraude antes del matrimonio. Por otra parte, la embargo, él era también responsable de toda pérdida en que
mujer podía insistir en el divorcio si su marido era leproso, se incurriera; y que se le considerara como heredero legítimo
o afectado de pólipos, o dedicado a una actividad sucia o de ella.17
desagradable, como la de curtidor o calderero. Uno de los Cómo era la familia entre los piadosos en Israel, cuán ele-
casos en los que el divorcio era obligatorio era cuando cual- vado era su tono, cuán amante su ambiente o cuán verdadera-
mente devotas sus madres e hijas, aparece suficientemente
claro en la historia evangélica, en el libro de los Hechos, y
14. Se ha propuesto también esta otra lectura: .iPor cada ofensL» Esto
concordaría desde luego mejor con el espíritu de los fariseos que la lectura 16. Los judíos sostienen que una mujer «es desligada por la ley de su
que da nuestro tat,u rer:4pt,u. marido» sólo por una de dos cosas: por la muerte o por una carta de
15. Lu ordenanzas rabmicaa limitaban huta tal punto la loy de Moisés divorcio. De ahí la mención de Ro. 7:2, 3.
con respecto a una ad1lltera, que el juicio y el castigo 1610 podrían haberse 17. aste no ea el lugar para entrar en los detalle, legales, plenamente
dado muy raramente. Pero no podemos entrar ahora en estas leyes y considerados por los rabinos.
distinciones.
175
174
en menciones en las cartas apostólicas. Las mujeres como la
madre Virgen, o Elisabet, o Ana, o aquellas que tuvieron el
privilegio de ministrar al Señor, o que, tras su muerte, cui-
daron y velaron su sagrado cuerpo, no pudieron haber estado
aisladas en Palesdna; encontramos a sus hermanas en Dorcas,
Lidia, Febe y aquellas mujeres que san Pablo menciona en
Fil. 4:3, y cuyas vidas delinea en sus epístolas a Timoteo y X
a Tito. Esposas como Priscila, madres como las de los hijos
de 7.ebedeo, o de Marcos, o como la «dama elegida» de san EN LA MUERTE Y DESPUÉS
Juan, o como Laida y Eunice, deben haber mantenido pura DE LA MUERTE
y dulce la atmósfera moral, y haber irradiado una preciosa
luz en sus hogares y sobre la sociedad, corrompida como esta- Difícilmente se puede dibujar una imagen más patética
ba hasta el fondo bajo la influencia del paganismo. Aprende- que la del moribundo rabí Jochanan ben Saccai, aquella «luz
mos por la historia de Timoteo qué y ccSmo enseftaban en sus de Israel» inmediatamente antes y después de la destrucción
hogares, y ello incluso bajo las más desventajosas circuns- del Templo, y durante dos aftos presidente del Sanedrín.
tancias exteriores. Y aunque a este respecto es indudable que Leemos en el Talmud (Ber. 28 b) que cuando sus discípulos
carecían de muchas de las oportunidades de que nosotros acudieron a verle en su lecho de muerte, prorrumpió en llanto.
gozamos, había una grata práctica de religión familiar, que Ante las atónitas preguntas de ellos acerca de por qué él, «la
iba más allá de las oraciones prescritas, y que les posibilitaba luz de Israel, la columna derecha del Templo, y su potente
ensenar a sus hijos desde los anos más tiernos a entretejer la martillo», traicionaba tales sentimientos de temor, él contes-
Palabra de Dios con su devoción y vida diaria. Porque era tó: «Si yo tuviera que comparecer ahora ante un rey terrenal,
usual ensenar a un nifto algdn versículo de la Sagrada Escri- que vive hoy y muere mañana, cuya ira y cuyas cadenas no
tura comenzando o tenninando con precisamente las mismas son eternas, y cuya sentencia de muerte no es siquiera a
letras que su nombre hebreo, y el nifto insertaba a diario este muerte eterna. que puede ser aplacado con argumentos, o
texto natal o promesa guardiana en sus oraciones. 11 Estas quizá sobornado con dinero, temblaría y lloraría; ¡con cuánta
palabras guardianas, familiares a su mente desde sus aftos más razón lo hago cuando estoy a punto de comparecer ante
más tiernos, y hecho querido a su corazón por los recuerdos el Rey de reyes, el Santo, bendito sea Él, que vive y perma-
más tiernos, se quedarían con el joven en las tentaciones de nece para siempre, y cuyas cadenas son cadenas para siempre,
la vida, y volverían en el recuerdo entre el fragor de la batalla y cuya sentencia de muerte mata para siempre, a quien no
en la vida adulta. En verdad, bien se podía decir de los niftos puedo aplacar con palabras ni sobornar con dinero! Y no sólo
judíos así criados, instruidos y enseftados: «Mirad que no esto, sino que se abren ante mí dos caminos, uno al paraíso,
menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que y el otro al infierno, y no sé cuál de ambos caminos deberé
sus ángeles en los cielos están viendo siempre el rostro de tomar, si al paraíso o al infierno: ¿cómo, por tanto, no derra-
mi Padre que está en los clelos,» maré tagrímas?» Al lado de esto podemos poner el dicho
opuesto del rabí Jehudah, llamado el santo, que, al morir,
18. Kol Kore, por R. Bl. Soloweycyk, pág. 184. Comparar Taan. 9, a. levantó sus dos manos al cielo, ¡declarando que ninguno de

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1
aquellos diez dedos había quebrantado la ley de Dios! Sería ción por el pecado. Pero nos encontramos también con decla-
dificil decir cuál de estas dos actitudes es más contraria a la raciones que nos recuerdan la enseftanza en He. 12:5, 9. De
luz y a la libertad del Evangelio, si la absoluta desesperanza hecho, la cita apostólica de Pr. 3:15 se hace con exactamente
del primero o la aparente presunción del segundo. el mismo propósito en el Talmud (Ber. 5 a), pero con un espí-
Y, con todo, estos dichos nos recuerdan algo que aparece ritu muy distinto, como aparecerá en el 'siguiente sumario.
en el Evangelio. Porque tambidn en él leemos acerca de dos Parece que dos de los rabinos estaban en desacuer�o con res-
caminos -el que va al paraíso, y el que lleva a la destruc- pecto a qué era «la disciplina del amor», manteniendo uno,
ción--, y de temer no a los que pueden destruir el cuerpo, en base al Sal. 94:12, que era de tal tipo que no impedía que
sino más bien a Aquel que, después de haber destruido el un hombre estudiara, infiriendo el otro por el Sal. 66:20 que
cuerpo, tiene poder de arrojar al infierno. Y tampoco era la era de tal tipo que no obstaculizaba la ora�ió�. �na autoridad
certeza de san Esteban, de Santiago o de san Pablo menos superior decidió que ambas clases eran «d1sc1plma de amor»,
confiada que la de Jehuda, llamado el santo, aunque expre- respondiendo al mismo tiempo a la cita del Sal. 94 propo-
sada de una manera muy diferente y descansando sobre una niendo su lectura no como «lo instruyes», sino «nos instruyes
base totalmente distinta. Nunca son las voces de los rabinos en tu ley». Pero que la ley ensena que la d�sciplina es de gran
más discordantes, y sus proclamaciones más contradictorias ventaja puede inferirse de esta manera: S1, según Éx. 21:26,
o poco satisfactorias, que con vistas a los grandes problemas 27 un esclavo obtenía la libertad debido al castigo que le
de la humanidad: el pecado, la enfermedad, la muerte y el había infligido su amo -un castigo que le afectaba sólo a
uno de sus miembros-, ¿cuánto más efectuarán aquellos
más allá. Con toda verdad expresó san Pablo, enseñado a los castigos que purifican todo el cuerpo del hombre?. Además,
pies de Gamaliel en todas las tradiciones y sabiduría de los como nos lo recuerda otro rabí, el «pacto» es mencionado en
padres, la más íntima convicción de cada rabinista cristiano, relación con la sal (Lv. 2:13), y también en relación con la
de que es sólo nuestro Salvador Jesucristo que «sacó a luz disciplina (DL 28:58). «Tal como es el pacto�, mencionado
la vida y la inmortaJidad por medio del evangelio» (2 Ti. en relación con la sal, que da sabor a la comida, así es «el
1:10). pacto» mencionado en relación con la disciplina, mediante la
Cuando los discípulos le preguntaron a nuestro Seflor, con que se purifican todos los pecados de un hombre. En verdad,
respecto al «ciego de nacimiento»: «Rabí, ¿quién pecó, éste como dice un tercer rabí: «Tres buenos dones ha dado el
o sus padres, para que haya nacido cíego?» (Jn. 9:1, 2), nos Santo-¡bendito sea Él!- a Israel, y cada uno de ellos sólo
damos cuenta de una manera vívida que estamos oyendo una mediante sufrimientos: la ley, la tierra de Israel, y el mundo
pregunta estrictamente judía. Era del tipo de las que se podían venídero.» La ley, según Sal. 94:12; la tierra, según Dt. 8:5,
suscitar, y expresaba con precisión la creencia judía. Era doc- lo que va inmediatamente seguido por el versículo 7, y el
trina común que los hijos se beneficiaban o sufrían en confor- mundo venidero, según Pr. 6:23.
midad al estado espiritual de sus padres. Pero ellos también Como sucede con la mayor parte de otras cuestiones, l�s
mantenían que un nifto no nacido podía contraer culpa, por rabinos eran precisos y estrictos observantes de las leyes sani-
cuanto la Yezer ha-ra, o mala disposición que estaba presente tarias y sus normas estaban frecuentemente muy por delante
desde su más antigua formación, podía incluso entonces ser de I� prácticas modernas. Por mu�has. alusiones e� �l Anti·
llevada a la actividad por circunstancias externas. Y la enfcr- guo Testamento inferimos que la ciencia de la medícína, que
medad era considerada por igual como el castigo y la expía-
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178
1

prescripciones consistían en simples o en composiciones,


era practicada con una relativa gran perfección en Egipto, empleándose mucho más los vegetales que los minerales. Las
donde cada enfenncclad tenía su propio especialista, era tam- compresas de agua fría, el empleo externo e interno del aceite
bién cultivada en Israel. Así, el pecado de Asa, al confiar y del vino, los baños (medicados y de otro tipo), y una cierta
excesivamente en los médicos terrenos, es especialmente re- dieta, eran remedios especialmente indicados en ciertas en-
probado (2 Cr. 16:12). En los tiempos del Nuevo Testamento fennedades. La leche de cabra y las gachas de cebada se reco-
leemos acerca de la mujer que había gastado toda su hacien- mendaban en todas las enfermedades acompañadas por con-
da, y sufrido mucho a manos de los médicos (Mr. S:26), sunción. Los cirujanos judíos parecen haber incluso conocido
mientras que parece haber sido populanncnte conocido el cómo operar cataratas.
empleo de ciertos remedios, como el aceite y el vino, para Generalmente, se esperaba que la vida fuera dilatada, y
el tratamiento de las heridas (Le. 10:34). San Lucas era la muerte era considerada por un igual como el castigo y la
«médico• (Col. 4:14); y entre los funcionarios del Templo expiación del pecado. Morir antes de los cincuenta era consi-
habla un médíco cuyo deber era asistir al sacerdocio que, al derado ser cortado; antes de los cincuenta y dos, morir la
ministrar descalzos, deben haber tenido una especial suscep- muerte de Samucl el profeta; a los sesenta, se consideraba
tiblltdad a ciertas enfenncdades. Los rabinos ordenaban que como muerte a manos del cielo; a los setenta, la muerte de
cada ciudad tenía que tener al menos un médico, que estu- un anciano; y a los ochenta, como la de la fortaleza. La muerte
viera también capacitado para la cirujfa, o bien un medíco y prematura era considerada como Ja caída de un fruto no ma-
un cirujano. Algunos de los mismos rabinos se dedicaban a duro, o como la extinción de una vela. Partir sin tener un hijo
la medicina, y al menos en teoría cada profesional de la era morir, y de otro modo era dormir. Esto üítimo se consi- I•

medicina debía poseer su licencia para ello. Emplear a un deraba haber sido el caso de David; lo primero, de Joab. Si
hereje o a un hebreo cristiano estaba especialmente prohibi- una persona había acabado su tarea, su muerte era conside-
do, aunque sí se podía llamar a un pagano en caso necesario. rada la muerte de los justos, que era reunido con sus padres.
Pero, a pesar de su patronazgo de esta ciencia, también apare- La tradición (Ber. 8 a) infería, por un peculiar modo de exé-
cen unos dichos cáusticos. «M6dico, cdrate a ti mismo» es gesis, por una palabra en el Sal. 62:12, que había 903 clases
verdaderamente un proverbio judío; «no vivas en una ciudad de muerte. La peor de ellas era la angina, que se comparaba
donde el que manda sea un médíco» -se dedicará a los asun- con arrancar un hilo de una pieza de lana; mientras que la
tos püblícos y descuidará a sus pacientes-; «el mejor de los fonna más dulce y gentil, que se comparaba con sacar un
médicos se merece la Gehena» -por su mal tratamiento de cabello de la leche, era llamada «muerte con un beso». Esta
unos y descuido de otros-. Sería prolijo entrar a considerar última designación se originaba en Nm. 33:38 y Dt. 34:5,
los remedios prescritos en aquellos tiempos, aunque, para donde se dice, respectivamente, que Aarón y Moisés murie-
juzgar por lo que se aconseja en tales casos, no es para ron «confonne al dicho de Jchova» -literalmente, «por la
boca de Jehová»--. Se decía que sobre seis personas el ángel
asombrarse que la pobre mujer en el evangelio no fuera en de la muerte1 no había tenido poder: sobre Abraham, Isaac 11
absoluto ayudada, sino que más bien hubiera empeorado en 11

manos de ellos (Mr. S:26). Los medios recomendados eran l. Es a propósito que no entramos en las posturas rabínicas acerca del ¡¡
«ángel de ta muerte». El Talmud Babilónico, sin embargo, tiene un curioso
bien generalmente higiénicos -y a este respecto los hebreos pasaje acerca de ungir los ojos de los moribundos con aceite.
contrastan favorabJemente incluso con nosouos- o pura-
mente medicinales, o bien simpatétícos, y hasta mágicos. Las
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y Jacob, por cuanto ellos habían visto su obra totalmente wliversalmente reconocido entre los judíos. El gran doctor
acabada; y sobre Miriam. Aarón y Moisés, que habían muerto judío Maimónides mantiene que este deber toma precedencia
con «el beso de Díos». Si la muerte prematura era el castigo sobre todas las demás buenas obras, y el Talmud llega tan
del pecado. los justos morían porque otros debían entrar en lejos como para afinnar que el que visite a los enfennos
su obra -Josué en la de Moisós. Salomón en la de David, liberará su alma de la Gehena (Ned. 40 a). Por ello mismo.
etc.-. Pero cuando llegaba el momento de la muerte. cual- un rabí. que estaba considerando el sentido de la expresión
quier cosa podía servir para su aplicación; o para expresarlo «En pos de Jehová vuestro Dios andaréis» (Dt. 13:4), llega
en lenguaje rabínico: «Oh señor, todos éstos son tus siervos»; a la conclusión de que se refiere a imitar lo que leemos de
porque «allí adonde un hombre debía ir, allí sus pies lo sus acciones en la Escritura. Así, Dios había vestido a los des-
llevarían». nudos (On. 3:21), y también deberíamos hacerlo nosotros;
También se señalaban ciertos signos en cuanto al tiempo visitó a los enfennos (On. 18:1); consoló a los enlutados (On.
y modo de morir. A la muerte repentina se la llamaba «ser 25:11) y sepultó a los muertos (Dt 35:6), dejándonos en todo
tragado»; a la muerte después de un día de enfennedad, la ello un ejemplo para que siguiéramos sus pisadas (Sota 14
de rechazo; despuós de dos días, la de desesperación; después a). Era posiblemente para alentar en el cumplimiento de este
de cuatro días, la de reprensión; después de cinco días, una deber o bien con referencia a los buenos efectos de la simpa-
muerte natural. De modo similar, se observaba cuidadosa- tía sobre los enfennos, que se nos dice que todo el que visita
mente la posición del moribundo. Morir con una feliz sonrisa a un enfenno le quita una sexagésima parte de sus sufrimien-
o al menos con una cara serena o mirando arriba. era un buen tos (Ned. 39 b). Y no debía detenerse ahí el servicio del amor;
presagio; mirar abajo, parecer perturbado, llorar, o incluso porque. como hemos visto, el enterramiento de los muertos
volverse hacia la pared, eran malas señales, ª Al recuperarse era un deber tan urgente como la visitación de los enfe�os.
de una enfenncdad se demandaba que se hicieran especiales Al pasar la procesión funeral. se esperaba.de cada. uno, sr le
acciones de gracias. Había una curiosa superstición (Ber. SS era posible, que se uniera a ella. Los rabinos apltcaban Pr.
b) de que si alguien anunciaba su cnfcnncdad en el primer 14:32 y 19:17 a la observancia de esta instrucción, y Pr. 17:S
día en que aparecía, ello podía tender a empeorarlo, y que a su descuido (Ber. 18 a). De manera similar, se mostraba
sólo al segundo día debían hacerse oraciones por él. Final- toda reverencia hacia los restos de los muertos, y los sepul-
mente, con respecto a esto podemos mencionar, posiblemente cros se guardaban de todo tipo de profanación, e incluso de
echando luz sobre la práctica a que hace referencia Santiago conversaciones ligeras.
(Stg. 5:14), que existía la costumbre de ungir a los enfcnnos La sepultura seguía tan pronto como fuera posible tras la
con una mezcla de aceite, vino y agua, cuya preparación se muerte (Mt 9:23; Hch. S:6, 10; 8:2), e indudablemente en
pennitía incluso en sábado (Jer. Ber. 11. 2). parte debido a razones sanitarias. Sin embargo, si había razo-
Cuando nuestro Scnor mencionó la visitación de los enfer- nes especiales (Hch. 9:37, 39), o en el caso de p�dres, podía
mos entre las evidencias de aquella religión que soportaría transcurrir un período hasta de días. Los preparativos para el
el peso del día del juicio (ML 25:36), apelaba a un principio sepultamiento de nuestro señor, mencionados en los evan-
gelios -el ungüento con vistas a su sepultura (Mt 2�:12),
las especias y ungüentos (Le. 23:56), la mezcla de mirra Y
2. Un rela10 de la manera de «p0ncr en orden la cuu (2 S. 17:23: 2 R. áloes-, encuentran su conñrmacíón literal en lo que nos
20:1) nos llevaría mú an, de nuestro presente objetivo.

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cuentan los rabinos de las costumbres de aquel período (Ber. costumbre visitar los sepulcros (Jn. 11:31), en parte para
53 a). Hubo un tiempo en que los excesivos gastos relacio- llorar y en parte para orar. Era ilícito comer o beber, leer, o
nados con los funerales se hicieron tan pesados que envolvían incluso andar irreverentemente entre ellos. La cremación era
en serias dificultades a los pobres, que.no querían hacer me- denunciada como una práctica puramente pagana, contraria
nos que sus vecinos. Esta insensatez se extendía no sólo a a todo el espíritu de las enseñanzas del Antiguo Testamento.
los ritos funerarios, al uso de quemar especias ante el sepul- Segundo, sabemos que, como en Nafn, el cuerpo era general·
c!O, � al depósito. de dinero y objetos valiosos en el sepulcro, mente portado sobre una camilla o en un ataód abierto, cam-
smo mcluso al luJo en los lienzos para envolver el cuerpo del biándose frecuentemente los porteadores para dar oportuni-
muerto. Al final el rabí Gamaliel introdujo una reforma muy dad a muchos en una obra considerada meritoria. Los sepul-
necesaria, dejando instrucciones de que a él se le sepultara cros en los campos o en terreno abierto eran frecuentemente
en sencillas vestiduras de lino. Como reconocimiento de esto señalados con pilares memoriales. Los niños de menos de un
se vacía una copa en su memoria en las comidas funerarias mes eran llevados a enterrar por sus madres; los de menos
hasta el día de hoy. Su nieto llegó a limitar el ndmero de de doce meses eran llevados sobre una camilla. Finalmente,
vestimentas funerarias a un vestido. El vestido funerario se el orden en que la procesión parece haber salido de Nafn con-
hace con el lino más barato, y lleva el nombre de (Tachrlchln) cuerda exactamente con lo que sabemos de los usos de aquel
«envolturas», o bien «vestido de viaje». Actualmente es tiempo y lugar. Fue fuera de la puerta que el Señor, con sus
siempre blanco, pero anteriormente se podía elegir cualquier discípulos, se encontró con el triste grupo. S� hubiera si�o en
color, de lo que tenemos algunos curiosos ejemplos. Así, un Judea, las plaftideras y los plaftideros profesionales �ub1�ran
rabí no quería ser ente1T&do de blanco, para no parecer que precedido, junto con los müsícos, el ataúd; en Galilea 1�an
estab� feli�, ni de negro, para no parecer que se dolía, sino detrás. Primero venían las mujeres, porque, como lo explica
de roJo; mientras que otro ordenó un vestido blanco, para un antiguo comentario judío, la mujer, que introdujo la muer-
mostrar que no estaba avergonzado de sus obras; ¡y un tercero
mandó que �e incluyeran los zapatos, las medias y un bastón, te en nuestro mundo, debiera encabezar la procesión funera-
para estar lasto para la resurrección! Como lo sabemos por ria. Entre ellas nuestro Seftor reconoció en el acto a la.madre
el evangelio, el cuerpo era envuelto en «vendas de lino», y viuda, cuyo üníco tesoro debía quedar oculto para s1�mp�
su rostro envuelto en un sudario (Jn. 11 :44; 20:S, 7). de ella. Detrás de la camilla mortuoria seguía, en obed1en�1a
Habiendo si�o el cuerpo adecuadamente preparado, se a la ley y costumbre judía, «un grupo considerable de la cm-
dad», Al ver el dolor de ella el Hijo del Hombre fue movido
efectuaban los ntos funerarios tal como se describen en los a compasión; la presencia de la muerte ponía su �eman�a.�-
evangelios. Por el relato de ta procesión funeraria en Naín, bre el poder del Hijo de Dios. Fue a ella sola a quien Él dm.gió
que el Seflor de la vida detuvo (Le. 7:11-15), se pueden la palabra, diciéndole lo que en f�rma de pre�nta le diría
aprender muchos detalles interesantes. Primero, los sepulcros a la mujer que lloraría ante su propio sepulcro, ignorante del
se encontraban siempre juera de las ciudades (ML 8:28; 27:7, hecho de que la muerte había sido sorbida con victori.a, Y
52, 53; Jn. 11:30, 31). No se permitía pasar por en medio de diciéndole lo que sigue diciéndonos ahora desde el cielo:
ellos ni cursos de agua ni caminos pdblicos, ni que pastaran «¡No üoresl» No mandó a la procesión que se detuviera, pero
allí las ovejas. Leemos acerca de sepulcros pabllcos y pri- al tocar la camilla mortuoria, los que llevaban al muerto en
vados, estos llltimos principalmente en huertos y cuevas. Era ella se detuvieron. Fue un espectáculo maravilloso el que se

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1

1
v�o fuera de las 1>1:1ertas de Naín. El Rabí y sus discípulos de- «a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica
bieran haberse urudo reverentemente a la procesión; en lugar blanca» (Mr. 16:4, S). De manera similar, explica los aconte-
de ello, la detuvieron. Una palabra de poder penetró dentro cimientos que se registran sucesivamente en Jn. 20: 1-12,
de las compuertas del Hades, y volvió a fluir la corriente de cómo María Magdalena, «siendo aün oscuro». había ido al
la vida. «Entonces el muerto se incorporó y comenzó a ha- sepulcro, esperando en todos los sentidos que viniera la luz,
blan. -pero no se nos dice qud palabras de asombro-. Debe pero incluso a tientas vio que la piedra había sido quitada,
haber sido como un repentino despertar, que no deja en la y se fue corriendo a decirle a los discípulos que alguien, pen-
consciencia ni la más mínima traza del sueño, Sus palabras saba ella, había quitado al Senñor del sepulcro. Si sabía del
no serían de aquel mundo, sino de éste, aunque sabía que sellado de aquella piedra y de la guardia romana, debe haber
1 •

había estado al otro lado, haciendo que su resplandeciente luz tenido el sentimiento de que el odio humano quería privarles
hiciera parecer oscuro el resplandor del sol sobre la tierra, de a su amor incluso del sagrado cuerpo de su Seftor. Y, sin em-
manera que la vida después debe haberle parecido como estar bargo, en medio de todo ello, los corazones de los discípulos
sentado sobre la camilla mortuoria, y los rostros y voces de deben haber atesorado esperanzas que apenas si osaban
la vida como los de la multitud que le seguía hacia su confesarse a sí mismos. Porque aquellos otros dos discípulos, i,
sepulcro. 11

Ante el sepulcro, de camino al cual la procesión se detenía testigos de todas sus obras en la uerra, compañeros de su
vituperio en le palacio de Caifás, estaban esperando también
en repetidas ocasiones, en las que se hacían ocasionalmente que rompiera el día -pero en casa, no como ella ante el
breves alocuciones, se hacía una oración funeraria. Si el se- sepulcro.- Y ahora, «coman los dos juntos». Pero aquella
pulcro estaba en un cementerio pdblico, debía al menos haber maftana, tan cercana a la de la traición, «el otro discípulo
una separación de medio metro entre cada dunniente. Las corrió más aprisa que Pedro». La gris luz de la temprana
cuevas, o sepulcros tallados en la roca, consistían en una ante- primavera había desgarrado la pesada corona de nubes y
cámara en la que se depositaba la camilla mortuoria, y en una niebla, y un resplandor rojizo y dorado tenía el borde del hori-
cueva interior, o más bien inferior, en la que se depositaban zonte. El huerto estaba silencioso, y el aire matutino agitaba
los cuerpos, en posición yacente, en nichos. Segun el Talmud, los árboles que en la negra noche habían parecido montar
estas moradas de los muertos tenían generalmente una guardia sobre los muertos, al entrar Juan por la desguarnecida
longitud de 1,80 metros, una anchura de 2,75 metros, y unos entrada, al lado de la cual se encontraba «la piedra desmesu-
3 metros de altura. Había nichos para ocho cuerpos: tres a radamente grande» que había sido quitada, y «agachándose»
cada lado de la entrada, y dos enfrente de ella. En sepulcros para mirar dentro de la cueva interior, «vio los lienzos coloca-
más grandes cabían trece cuerpos. La entrada a los sepulcros dos en el suelo». «Luego llegó Simón Pedro», no para
estaba cerrada por una gran piedra o por una puerta (Mt esperarse en la cueva exterior, sino para entrar en el sepulcro
27:66; Mr. 15:46; In. 11:38, 39). Esta estructura de los sepul- mismo, seguido allí entonces por Juan. Porque aquel sepulcro
cros explicará algunos de los puntos relacionados con la
sepultura de nuestro Seftor, cómo las mujeres, al llegar tem- vacío no era un lugar para mirar, sino para entrar en él y creer.
prano ante la cueva, quedaron atónitas al ver la «gran piedra» . Aquella maflana había sido testigo de muchas maravillas, de
«removida de la puerta del sepulcro», y entonces, cuando maravillas que llevaron a la Magdalena a anhelar otras
entraron en la cueva exterior, quedaron atemorizadas al ver mayores, por la maravilla de las maravillas, el mismo Seftor.
Y no se vio desengaftada. Aquel que ónicamente podía dar
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plena respuesta a sus preguntas, y secar sus lágrimas, se generalmente, es de un palmo de longitud. En el caso de los
dirigió primero a ella, que tanto había amado. padres nunca se vuelve a coser; pero en el caso de otros, se
Así también cumplió nuestro mismo bendito Señor de una zurce al día trigésimo. Inmediatamente después de que el
manera totalmente verdadera aquello sobre lo que ponían cuerpo es sacado de la casa se ponen patas arriba todas las
tanto el acento la ley y la tradición judías: consolar a los doli- sillas y sofás, y los enlutados se sientan (excepto en sábado,
dos en su aflicción (comparar Stg. 1:27). En verdad, dice la y en viernes sólo por una hora) en el suelo o en banquetas
tradición que había en el Templo una puerta especial por la bajas. Se hacía aquí una triple distinción. El duelo profundo
que entraban los enlutados, para que todos los que los encon- debía durar siete días, de los que los primeros tres eran de
traran pudieran cumplir este deber de amor. Había la costum- «llanto». Durante estos siete días estaba prohibido, entre otras
bre, que merece una imitación general, de que los enlutados cosas, lavarse, ungirse, ponerse calzado, estudiar o dedicarse
no debían ser atormentados con palabras, sino que todos a cualquier negocio. Después de ello seguía un duelo más
observaran silencio hasta que ellos se dirigieran a alguien. ligero de treinta días. Los hijos debían llevar duelo por sus
Después, para evitar observaciones carentes de sentido, se padres por un ano entero; y durante once meses (para no
fijó una fónnula según la que, en la sinagoga el que dirigía implicar que tenían que quedarse un afio entero en el purga-
las devociones, y en la casa alguno determinado, comenzaba torio) debían recitar la «oración por el muerto». Esto último,
preguntando: «Indaga las razones de la lamentación», ante lo sin embargo, no contiene ninguna intercesión por el difunto.
cual uno de los presentes, si era posible un rabí, respondía: También debía observarse el aniversario del día de la muerte.
«Dios es un Juez justo», lo que significaba que t1 había toma- Un apóstata de la fe judía no debía ser lamentado; al contra-
do a un pariente próximo. Luego, en la sinagoga, se pronun- rio se debía vestir de blanco el día de su muerte, y se debían
ciaba una fónnula normativa fija de consolación, mientras ha�r otras exhibiciones de gozo. Es bien sabido bajo qué
que en la casa seguían amables expresiones de consolación. excepcionales circunstancias se permitía a los sacerdotes y
Los rabinos dislinguen entre el Onen y el Avel -el entris- al sumo sacerdote lamentar a los muertos (Lv. 21:10, 11; 1·
tecido o sufriente, y el abatido, que se marchita, desolado-; 4). En el caso del sumo sacerdote, era usual decirle: «¡Qué
la primera expresión se aplicaba sólo al día del funeral, y la seamos nosotros tu expiacíén!» («Suframos nosotros lo que
dltima al periodo que seguía. Se sostenía que la ley de Dios debiera haber caído sobre ti»), a lo que él replicaba: «Sed
sólo prescribía lamentación para el primer día, que era el de benditos del cielo» (Sanh. 11. 1). Se señala que esta forma de
la muerte y sepultura (Lv. 22:4, 6), mientras que el otro perío- dirigirse al sumo sacerdote tenía el designio de indicar la
do más largo de duelo que seguía era ordenado por los ancia- grandeza del afecto de ellos; y el erudito Otho sugiere (uxic.
nos. En tanto que el cuerpo del muerto estuviera presente en Rabb., pág. 343) que esto puede haber estado en la mente del
la casa, estaba prohibido comer carne o beber vino, ponerse apóstol cuando hubiera deseado ser él mismo Anathema por
las filacterias o dedicarse al estudio. Todos los alimentos causa de sus hermanos (Ro. 9:3). Al volver del entierro, los
necesarios tenían que ser preparados fuera de la casa, y no amigos o vecinos preparaban una comida para los. deud?s del
debían consumirse, si era posible, en presencia del muerto. difunto, consistiendo en pan, huevos duros y lentejas, alimen-
El primer deber era rasgarse las vestiduras, lo que podía tos redondos y rústicos; redondos como la vida, que va
hacerse con una o más de las prendas interíorcs, pero no con rodando hacia la muerte. Se traían y servían en platos de barro
la prenda exterior. El desgarro se hace de pie y delante; cocido. Por otra parte, los amigos de los enlutados

188 189
l�
participaban de una comida funeraria en la que no debían antes que el mundo fuera hecho», leemos allí: «Dios creó la
vaciarse más de diez copas -dos antes de la comida, cinco Ley y la Gehena, y el Huerto del Edén. Hizo el Huerto del
durante ella, y tres después (Jer. Ber. 111. 1)-. En nuestros Edén para los justos, para que comieran de sus frutos y se
tiempos el deber religioso de asistir a los moribundos, a los deleitaran en ellos, porque en este mundo habían guardado
muertos y a los deudos es efectuado por una especial «santa los mandamientos de la ley. Pero para los malvados preparó
hermandad», como se llama, a la que se unen muchos de los la Gehena, que es como una afilada y destructora espada de
más religiosos judíos por causa de la obra piadosa a la que dos filos. Puso dentro de ella chispas de fuego y carbones
ello los dedica. ardiendo, para castigar a los malvados en el mundo venidero,
Aftadimos lo siguiente, que puede ser interesante. Se per- porque no habían observado los mandamientos de la ley en
mite de modo expreso (Jer. Ber. 111. 1) ir más allá de los lími- este mundo. Porque la ley es el árbol de la vida. El que la
tes sabáticos, en sábado y festividades, y hacer todos los observe vivirá y subsistirá como el árbol de la vida.»' Se
deberes necesarios para los muertos. Esto arroja considerable suponía que el paraíso y el infierno estaban contiguos, sepa-
luz sobre el relato evangélico acerca de los oficios rendidos rados sólo -se decía quizá alegóricamente- por un palmo
al cuerpo de Jesós en la víspera de la Pascua. Los principales de distancia. Pero aunque podemos encontrar aquí algún li-
ritos del duelo eran, desde luego, interrumpidos en los sába- gero parecido a la localización de la historia del rico y de
dos y fiestas, y uno de los registros hebreos no bíblicos más Lázaro (Le. 16:25, 26), sdlo los familiarizados con el pensa-
interesante, y quizá el más antiguo, el Megillath Taanlth, o miento teológico de aquel tiempo pueden juzgar plenamente
rollo de ayunos, menciona un numero de otros días en los que la infinita diferencia que existe entre la histora en el Evange-
estaba prohibido el ayuno, siendo aniversarios de ocasiones lio y las imágenes que se dan en la literatura coetánea. Testigo
gozosas. La Misná (Moed K. 111. S-9) contiene un mlmero de de ello es el capítulo 22 del libro de Enoc, que, como muchos
nonnas y de limitaciones acerca de las observancias del duelo otros pasajes provenientes de escritos pseudoepigráficos y
en fiestas grandes y menores, que no citamos por tener poco rabínicos, ha sido mutilado y mal citado con propósitos
interés, excepto en cuanto a la casuística rabínica. La pérdida hostiles al cristianismo.4 Los rabinos parecen haber creído en
de esclavos no debía ser lamentada. una multiplicidad de cielos, manteniendo la mayor parte de
Pero, ¿qué después de la muerte y en el juicio? ¿Y qué ellos que había siete, así como también que había siete
de aquello que introdujo la muerte, y que le da un sentido departamentos en el paraíso, y otros tantos en el infierno.
tan tcnible a ella y al juicio, el pecado? Sería ocioso y sólo
penoso aquí detallar los varios y enfrentados dichos de los 3. Otros dichos rabínicos dicen que existían siete cosas antes del mwulo:
la ley, el arrepentimiento, el paraíso, el infierno, el trono de Dios, el nombre
rabinos, algunos de los cuales, al menos, pueden admitir una del Mesías, y el Templo. Al mismo tiempo, el lector observará que la cita
interpretación alegórica. Sólo se sumarizará brevemente del Targwn que se da en el texto intenta una interpretación aleg6rica, y por
aquello que pueda ser tltiJ para el estudioso del Nuevo Testa- ello racionalista, de la nazraci6n de Gn. 3:24.
mento. Tanto el Talmud (Pes. S4. a; Ned. 39 b) como el 4. Debemos aprovechar esta oportunidad para referimos a un libro que ha
servido de fuente principal para alg�os escritores, y que ha sido aceptado
Targum ensenan que el paraíso y el infierno fueron creados demasiadas veces con des(;uido como una autoridad absoluta por pane de
antes que este mundo. Una cita del Targum de Jerusalén (so- aquellos que debieran haber comprobado por sí mismos la exactitud de las
bre On. 3:24) lo demostrará suficientemente, y además exhi- citu. Aludimos a G.fr6rer, Guch. d. Urchrlst., donde el pasaje de Enoc
birá la comente general de la enseñanza judía. «Dos mil anos xxn está, desde luego, mal citado.

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Parece que se sostenla también la doctrina de la preexistencia 1


de los justos estaba, naturalmente, bien concorde con la de
de las almas de toda la humanidad antes de su aparición sobre los fariseos. De hecho, también ellos contendían que los san-
la tierra, e incluso la doctrina de la migración de las almas, tos difuntos eran llamados «vivientes» en las Escrituras (Ber.
ambas, sin embargo, probablemente como ideas principal- 18 a).5 De manera similar, también era su doctrina (Ber. 17
mente especulativas, introducidas procedentes de fuentes a, y en varios otros pasajes), aunque no mantenida de uná
extranjeras, no judías. fonna plenamente coherente, la que era de nuestro Señor (Mt.
Pero todas dstas son cuestiones preliminares y externas, 22:30), que «en el mundo venidero no hay ni comida ni bebi-
que s61o tocan de una manera indirecta los grandes problemas da, ni feracidad ni aumento, ni oficio ni negocio, ni envidia
del alma humana acerca del pecado y de la salvación. Y aquí ni aborrecimiento, ni pendencias: sino que los justos se sien-
podemos, en este lugar, sólo afinnar que cuanto más profunda tan con sus coronas en sus cabezas. y se gozan en el esplendor
e intensa es nuestra conviccidn de que el lenguaje, el trasfon- de la Shekinah, como está escrito: "vieron a Dios, y comieron
do y toda la atmósfera del Nuevo Testamento eran los de Pa- y bebieron" (Éx. 24:11)». Lo que sigue es tan similar en for-
lestina en el tiempo en que nuestro Seftor pis6 su tierra, tanto ma, pero tan diferente en espíritu a la parábola de los convida-
mds asombroso aparece el contraste entre la enseftanza dos a las bodas y a aquel sin el vestido de bodas (Mt. 22:1-
doctrinal de Cristo y de sus apdstoles y el de los rabinos. Por 14), que lo citamos íntegramente: «El rabí Jochanan, hijo de
lo general, se puede decir que la ensenanza del Nuevo Testa- Saccai, propuso una parábola. Un cierto rey preparó un ban-
mento con respecto al pecado original y sus consecuencias quete, al que invitó a sus siervos, sin no obstante fijar el
no halla analogía en los escritos rabínicos de aquel período. tiempo para ello. Los que entre ellos eran sabios se adornaron,
En cuanto al modo de salvación, la doctrina de los rabinos y se sentaron a la puerta del palacio real, razonando así:
puede ser ampliamente resumida bajo la designación de justi- ¿Puede haber carencia de algo en el palacio del rey? Pero los
cia por medio de las obras. que entre ellos eran insensatos se fueron a su trabajo, dicien-
En vista de esto hay, hablando en sentido estricto, una
do: ¿Hay nunca una fiesta sin trabajo? Repentinamente, el rey
inconsecuencia lógica en la intensidad con que los rabinos llamó a sus siervos al banquete. Los sabios aparecieron ador-
insisten en un arrepentimiento universal e inmediato, y en la nados, pero los insensatos escuálidos. Entonces el rey se re-
necesidad de la confesión del pecado y de la preparación para gocijó por los sabios, pero se airó mucho contra los insen-
otro mundo. Porque un paraíso en el que se pudiera entrar satos, y dijo: Los que se han adornado se sentarán, comerán
por los propios mérttos, y que sin embargo debe ser buscado S. Quisiera aquí citar mi artículo sobre «Sickness and Death>f {Enfermedad
por todos por medio del arrepentimiento y medios similares, y Muerte], en Tlil! Bibk Eductllor, vol. IV, págs 330-333. En Sarih. 90 b,
o que sólo puede ser obtenido pasando a través de una especie 91 a y b, tenemos unu dilatadas argumentaciones en las que se demuestran
de purgatorio, constituye una acusación moral no poco im- las doctrinas de la inmortalidad y de la resurrección en controversia,
principalmente contra los saduceos, pero tambi,n contra los paganos, en
portante contra la religión del rabinismo. Pero estas inconse- base a la ley, a los profetas y a los hagiógrafos. Los pasajes citados son
cuencias pueden ser saludadas como llevando a la sinagoga, (en M�lchita. ax. lS: 1, que se traduce «Entonces Moisés cantarú ): Dt. 4:4;
11:21; 31:6; 32:39; Nm. lS:31; 18:28; :éx. 6:4¡ 15:1; Is. 26:19; 52:8; Cnt. ,,
en otra dirección, más cerca de la verdad bíblica. En verdad,
llegamos ocasionalmente a mucho que también aparece, aun- 7:9; Sal. 72:16; 84:7 (haci6ndose el tiempo en esta cita. como en otras,
futuro). Razonamientos similares acerca de esta cuestión se encuentran en
que en un contexto muy diferente, en el Nuevo Testamento. Abod. S. 18 a; Pes. 68 a; Sanh. 92 b¡ y en muchos de los Mid.rtuhim,
Así, la enseftanza de nuestro Seftor acerca de la inmortalidad
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y beberán y serán dichosos; pero los que no se han adornado por las obras y el estudio de la ley son la clave más cie!111
se pondrán aparte y lo contemplarán, como está escrito en Is. del cielo. Hay una especie de purgación, si no de purgaf?n?,
65:13.• Una parábola algo similar, pero auün más judía en su tras la muerte. Algunos parecen haber mantenido la amqur-
fonna dogmática, es la siguiente: «El asunto [del mundo lación de los malvados. Tomando las más amplias Y genero-
venidero] es semejante a un rey terrenal que entregó las ropas sas posturas de los rabinos, parecen poder recapitul8;fSC así:
reales al cuidado de sus siervos. Los sabios las doblaron y Todo Israel tendrá parte en el mundo venidero; los piadosos
guardaron en los guardarropas, pero los descuidados se las entre los gentiles también tendrán parte en él. Sólo los perfec-
pusieron, y se dedicaron a trabajar con ellas puestas. Después tamente justos entran en el acto en el paraíso. Todo el resto
de ciertos días el rey les pidió que le devolvieran las ropas. pasa a través de un período de p�rificación y de perfeccio-
Los sabios se las devolvieron tal como estaban, es decir, aán namiento, que varía en su duración �sta un año. Pero los
limpias; los insensatos también las devolvieron tal como notorios violadores de la ley, y especialmente los apóstata�
estaban, es decir, ensuciadas. Entonces el rey se regocijó con de la fe judía, y los herejes, no tienen esperanza algun�, m
los sabios, pero se airó mucho con los siervos descuidados, aquí ni en el más �á. Ésta es la �tima palabra que la sina-
y les dijo a los sabios: Guardad las ropas en la tesorería, e goga tiene que decir a la humanidad.
id a casa en paz. Pero a los descuidados les mandó que dieran
No es esto lo que nos ensena el Mesías, el Rey de los
las ropas para que las lavaran, y que ellos mismos fueran ju s
echados a la cárcel, como está escrito de los cuerpos de los díos. Si aprendemo nuestra perdi�ión, aprendemos tam-
justos en Is. 57:2: 1 S. 25:29, pero de los cuerpos de los bién que «el Hijo del Hombre ha v�md.o.a buscar y a salvar
lo que se había perdido». Nuestra 1usttc1a �s la que Él nos
injustos en Is. 48:22; 57:21 y en 1 S. 25:29.• Del mismo otorga gratuitamente, Aquel que «fue hendo por nuestras
tratado (Shab 152 a) podemos, como conclusión, citar lo transgresiones, molido por nuestros pecados», «por sus llagas
siguiente: «El rabí Eliei.er dijo: Arrepiéntete en el día antes fuimos nosotros curados». La ley que obedecemos es la que
que mueras. Sus discípulos le preguntaron: ¿Puede alguien Él ha puesto en nuestros corazones, .�r la que venimos a ser
saber la hora de su muerte? El contestó: Por ello que se templos del Espíritu Santo. «Nos VlSltó un amanecer de .sol
arrepienta hoy, no sea que muera mañana,» desde lo alto» por la misericordia amante de nuestro Dios.
Las citas acerca de éstas y otras consideraciones sobre te· El Evangelio ha sacado a la luz la vida y la inmortalidad,
mas relacionados podrían llevamos más allá de nuestro pre- porque sabemos en quién hemos crerdo; y «el perfecto amor
sente propósito. Pero la segunda de las parábolas anterior- echa fuera el temor». Ni siquiera los problemas de la enfe.r-
mente citadas indica la dirección de las conclusiones finales medad, del dolor, del sufrimiento y de la muerte quedan sin
a las que llegó el rabinismo. No se trata, como en el Evange- ser observados. «Por la noche nos visita el llanto, pero a la
lio, de perdón y paz, sino de trabajo con la «posibilidad» de mañana viene la alegría.» Las lágrimas de la noche del mundo
recompensa. En cuanto al «más allá de la muerte», el paraíso, cuelgan como gotas de rocío sobre la flor y el árbol, para res-
el infierno, la resurrección y el juicio, las voces son más plandecer como diamantes en el sol de la mañana, Porque �n
discordantes que nunca, las opiniones más antiescriturísticas, y aquella noche de noches Cristo mezcló el sudor del trabaJo
las descripciones más repelentemente fantasiosas. No es éste y del dolor humanos con la preciosa sangre de su agonía, e
el lugar para examinar a fondo las posturas doctrinales de los hizo que cayera sobre la tierra como dul�e bálsamo para sanar
rabinos, o intentar clasificarlas y seguirlas. La justicia sus heridas, suavizar sus dolores y quitar su muerte.

194 195
1.1

.1 XI 11

PERSPECTIVAS JUDÍAS ACERCA DE


LAS PROFESIONES, DE LOS
PROFESIONALES Y DE LOS GREMIOS

Leemos en la Misná (Kidd. IV. 14) lo que sigue: «Dijo


el rabí Meir: Que un hombre ensene siempre a su hijo un on ñ-
cio ligero y limpio; y que ore a Aquel cuyas son la abundancia
y las riquezas; porque no hay oficio que no tenga tanto pobre-
za como riqueza, ni la pobreza proviene del oficio, ni la rique-
za, sino todo conforme a los merecimientos de cada uno. El
rabí Simeón, hijo de Eleazar, dijo: ¿Has visto tú alguna vez
una bestia o un ave que tenga un oficio? Y sin embargo son
alimentados, y ello sin cuidado lleno de ansiedad. Y si es así
con ellos, que son creados sólo para servirme, ¿no debo yo
esperar ser alimentado sin un ansioso cuidado, que he sido
creado para servir a mi Hacedor? Sólo que si he sido malo
en mis acciones, pierdo el derecho a ser sustentado. 1 Dijo
Abba Gurjan de Zadjan, en nombre de Abba Gurja: Que nadie
eñe a su hijo para ser conductor de asnos, ni camellero, ni
barbero, ni marinero, ni pastor, ni buhonero; porque sus
ocupaciones son las de ladrones. En su nombre, <.lijo rabí
Jehudah: Los conductores de asnos son generalmente
malvados; los camelleros generalmente honrados; los mari-

l. El Talmud de Jerusalén sobre esta Misn, más bien dai\a su belleza por
los detalles.

197
neros generalmente piadosos; el mejor entre los médicos nuestro Señor se hubiera valido así del mejor pensamiento
merece la Gehena, y el más honrado de los carniceros es com- y de los más elevados sentimientos en Israel; por asf decirlo,
pañero de Amalee. Dijo el rabi Nchorai: Yo dejo a un lado pulimentó el diamante y lo hizo resplandecer, al levantarlo
todo oficio de este mundo, y nada le enseno a mi hijo más a la luz del reino de Dios. Porque ahí también es cierto que
que la Torá;1 porque el hombre come de su fruto en este el Salvador no vino en ningún sentido a «destruir» sino a
mundo (por así decirlo, vive sobre la tierra con el interés), «establecer la ley». Todo alrededor de la escena de su
mientras que el capital queda intacto para el mundo venidero. ministerio terrenal la atmósfera es judía� todo lo que era puro,
Pero lo sobrante en cada oficio (u ocupación mundana) no verdadero y bueno en la vida, enseftanza y dichos de la nación
es asf. Porque si alguien cae enfenno, o llega a la ancianidad lo hizo suyo propio. En cada página de los Evangelios llega-
o en problemas (disciplina), y no puede ya mantenerse con mos a aquello que parece suscitar ecos de voces judías; dichos
su trabajo, ¡he aquí, muere de hambre! Pero la Torá no es que nos recuerdan de lo que hemos oído entre los sabios de
así, porque preserva al hombre del mal en la juventud, y en Israel. Y es precisamente como debiéramos haber �sperado,
la vejez le da tanto un más allá como una esperanzada espera y lo que da una confümaci�n no pequefta de la fia�il1dad de
por ella. ¿ Y qué dice ella de la juventud? "Los que esperan estas narraciones como registro de lo que había tenido lugar.
en el Setlor renovarán su fortaleza". ¿ Y qué de la vejez? No es una escena extrafta en la que se nos introduce aquí;
"Dardn aün fruto en su ancianidad". Y esto es lo que fue dicho ni estamos tampoco entre actores extraños; ni es el trasfondo
de nuestro padre Abraham: "Y Abraham era viejo, y Jehová extraño. Por todo esto tenemos una imagen vital del período,
bendijo a Abraham en todas las cosas". Pero vemos que nues- en la que reconocemos a los oradores por los bosquejos que
tro padre Abraham guardó toda la Torá -toda ella, incluso de ellos se dibujan en otros lugares, y con cuya fonna de
lo que no había sido adn dado-, como se dice: Porque Abra- hablar estamos familiarizados por la literatura contempo-
ham obedeció mi voz, y mantuvo mi encargo, mis manda- ránea. Los evangelios no podían dejar a un lado el elem�to
mientos, mis estatutos y mis leyes.» judío, ni lo podían excluir. De otra mane� no ha�r1an sido
Si esta cita ha sido larga, demostrará ser Instructiva en fieles a su período, ni al pueblo, ni a los escn!ores, ru a aquella
ley de crecimiento y de desarrollo que siempre marc� el
muchos respectos; porque no sólo constituye un especimen progreso del reino de Dios. Sólo en un respecto todo es dife-
favorable de la enseftalll.a de la Misná, sino que da un atisbo rente. Los evangelios son principalmente judíos en su. fonna,
de los principios, del tipo de razonamiento y de las posturas pero mayonnente antijudíos en su esencia: s�� el regi�tro de
de los rabinos. De entrada, el dicho del rabi Simcón -que, la manifestación en medio de Israel del H1Jo de Dios, el
sin embargo, se debe recordar que fue pronunciado casi un Salvador del mundo, como el «Rey de los Judíos».'
siglo después que nuestro Senor estuvo en la tierra- nos Esta influencia del trasfondo judío sobre las circunstancias
recuerda sus propias palabras (Mt. 6:26): «Mirad las aves del de la historia evangélica tiene una gran importancia. Nos es
cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y de ayuda para damos cuenta de lo que había sido la vida judía
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mu-
cho más que ellas?» Serla un pensamiento delicioso que
3. El desarrollo y prueba de esto debe quedar para una obra que trate
plenamente de la vida y tiempos de nuestro Seftor.
2. La ley de Dios.
199
198
en los tiempos de Cristo, y para comprender lo que pudieran su propia gloria, ni cortejando la autoridad, como los rabinos.
parecer peculiaridades en la narración del evangelio. Así, ¿Qué, pues? Éste es el bosquejo que se dibuja de la vida en
para centramos en el tema de este capítulo, comprendemos Tesalónica, de manera que cada uno de los que lo habían
ahora cómo tantos de los discípulos y seguidores del Seftor conocido tenía que reconocerlo: de lo más amante, como una
se ganaban la vida con algún oficio; cómo en el mismo espí- madre que cría, que cuida a sus propios hijo�, y en su ternura
ritu el mismo Seftor condescendió a tomar el oficio de su dispuesto a impartir no sólo el Evangelio de Dios, sino su
padre adoptivo; y cómo el mayor de sus apóstoles se ganó propia vida. Y, con todo, sin blandenguería ni sentimenta-
siempre el pan con el trabajo de sus manos, probablemente lidad; todo es una rígida y genuina realidad; y el mismo predi-
siguiendo, como el Señor Jesüs, el oficio de su padre. Porque cador está «trabajando noche y dfa» porque no quería ser una
era un principio que frecuentemente se exponía que si era carga para ninguno de ellos mientras que les predicaba �l
Evangelio de Dios (1 Ts. 2:9). «Noche y día», un trabajo
posible «no se debía dejar el oficio del padre» -muy proba- duro, inacabable, poco interesante, ¡que algunos pudieran
blemente no meramente por consideraciones mundanas, sino haber denunciado o menospreciado como secular! Pero para
debido a que podía aprenderse en la casa; quizá incluso por Pablo no existía esta miserable distinción, invención como
consideraciones de respeto a los padres-. Y lo que Pablo es de la moderna superficialidad. Porque para el espiritual
practicaba a este respecto, también lo predicaba. En ninguna nada hay secular, y para el secular nada es espiritual. Trabajar
parte se expone con más claridad la dignidad del trabajo y noche y día, y luego, como su reposo, gozo y premio, predicar
la varonil independencia de una actividad honrada que en sus en público y en privado las inescrutables riquezas de Cristo,
Epístolas. En Corinto, su primera actividad parece haber sido que lo había redimido con su preciosa sangre. Y así su
buscar un trabajo (Hch. 18:3); y durante su vida constante- predicación, aunque una de sus principales cargas parece
mente se privó de su derecho de ser sustentado por la Iglesia, haber sido la segunda venida del Señor, no estaba en absoluto
considerando que era su gran «galardón» «presentar calculada para hacer de sus oyentes unos ensoñadores
gratuitamente el evangelio de Cristo» (1 Co. 9:18). Y citando apocalípticos, que se dedicaran a discutir enrevesados puntos
su apasionado lenguaje, hubiera preferido morir de un trabajo y visiones del futuro mientras que descuidaban deberes
intenso antes de que nadie le privara de esta su «jactancia». presentes como por debajo de ellos, en un nivel inferior. Hay
Y así actualmente en Éfeso «estas manos» servían no sólo un son de honrada independencia, de una sana y varonil
a sus propias necesidades, sino también a los que estaban con piedad, de abnegada devoción a Cristo, y también de una vida
él; y ello por la doble razón de sustentar a los débiles, y de
seguir al Maestro, aunque fuera «de lejos», y de entrar en este práctica de santidad, en esta amonestación (1 Ts. 4:� 1, 12):
gozo suyo: «Más bienaventurada cosa es dar que recibir» «Que os esforcéis afanosamente por tener tranquilidad, y
(Hch. 20:34, 35). Por así decirlo, hace bien al corazón, cuan- ocuparos en vuestros propios asuntos» (cada uno par sí
mismo, sin mezclarse en los asuntos de otros), «y trabajar con
do se entra en contacto con aquella Iglesia que parecía más vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin
en peligro de una ensoñada contemplación, y de especula- de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera,
ciones poco prácticas, si no peligrosas, acerca del futuro, oír y no tengáis necesidad de nadies" (sed independientes de
qué tono varonil y ferviente prevalecía también allí. ¡Aquí te-
nemos al mismo predicador! No un adulador de hombres,
sino siervo de Dios; no halagador, ni codicioso, ni buscando 4. Así literalmente.

201
200
todos los h��bres). Y, cosa muy significativa, esta llana y como algo degradante e incompatible además con el pleno
pntctica religión es puesta en conjunción inmediata con Ja ejercicio de los privilegios de un ciudadano. Los romanos que
esperanza de la resurrección y de la segunda venida de no sólo se entregaban al soborno por sus votos sino que
nuestro S�r (versículos 13-18). La misma amonestación: esperaban ser sustentados a cargo de los fondos póblicos, no
«�e trabaJando sosegadamente. coman su propio pan», se se rebajaban a la contaminación del trabajo. Los judíos tenían
repite otra vez, sólo que con un lenguaje más severo, en la otro objetivo en la vida, otro orgullo y otra ambición. Es difi-
segunda Eplstola a los Tesalonicenses, recordándoles en esto cil dar una idea de los aparentes contrastes que convergían
su propio ejemplo, y de sus instrucciones cuando estaba con en ellos. De lo más aristocrático y exclusivista, menosprecia-
ellos, que si «alguno no quiere trabajar, tampoco coma» tivos del mero clamor de la plebe, pero al mismo tiempo de
reprendiendo al mismo tiempo con severidad a «algunos qu� lo más demócratas y liberales; respetuosos de la ley, y con
están andando desordenadamente, que no estm en absoluto la mayor deferencia a la autoridad y al rango, y sin embargo
ocupados, excepto que se ocupan en las cosas de los demás», s con esta prevalente convicción en el fondo de que todo Israel
Ahora bien, no pretendemos, desde luego, encontrar un eran hermanos, y que como tales se encontraban precisa-
ª.
paralelo san Pablo entre siquiera los mejores y más nobles
de los rabinos. �ero Saulo de Tarso era judío, no meramente mente al mismo nivel, surgiendo las eventuales diferencias
instruido a los pies del gran Oamaliel, «aquel sol en Israel» sólo de esto: de que la masa no vivía la verdadera vocación
sino también profundamente imbuido del espíritu y usos ju� de Israel ni era consciente de cómo debía ser alcanzada, esto
díos; hasta tal punta que mucho después, cuando está escri- es, mediante la dedicación teórica y práctica a la ley, en
biendo acerca de los más profundos misterios del cristianis- comparación con lo cual todo lo demás era secundario y
mo, detectamos una y otra vez expresiones que nos recuerda carente de importancia.
de algo que aparece en el más temprano registro de aquella Pero esta combinación del estudio con la honrada activi-
doctrina judía secreta, que era sólo comunicada a los más dad manual, lo uno para sustentar lo otro, no había sido siem-
selectos de los selectos sabios.• Y este mismo amor al trabajo pre igualmente honrada en Israel. Distinguimos aquf tres
�nrado, este mismo espíritu de varonil independencia y el períodos. La ley de Moisés evidentemente reconocía la digni-
mismo hom>r a traficar con la ley, y a emplearla bien «como dad del trabajo, y este espíritu del Antiguo Testamento apare-
corona o como azada», era cienamente una característica de ció en los mejores tiempos de la nación judía. El libro de
los meJoi:es rabinos. También bien diferente a este respecto Proverbios, que contiene tantos bosquejos de lo que había
-tan aleJados como lo eran los fines de sus vidas- eran los sido un feliz y santo hogar en Israel, está lleno de encomio
sentimientos de Israel de los de los gentiles alrededor. Los a la industria doméstica. Pero los apócrifos, especialmente
filósofos de Grecia y Roma denunciaban el trabajo manual Eclesiástico (38:24-31), suenan con un tono muy diferente.
Analizando todos los oficios, uno por uno, se hace la menos-
preciativa pregunta: ¿Cómo este o aquel profesional «puede
alcanzar sabiduría»? Esta «Sabiduría de Jesds el Hijo de
S. He inten� aquí. reproducir el juego de palabra& en el original.
6. Nos refenJn?• al �bro Je.zirah. Bs curioso que nunca se haya seftllado Sirach» data de alrededor de dos siglos antes de nuestra era.
esto. Lu coincidenc1u no tienen Ju¡ar en lo sustancial, sino en modo• de No hubiera sido posible haber escrito, en la eépoca de Cristo
expreaicSn. o después, en tales términos acerca de «el carpintero y artesa-
no», de aquellos «que cortan y graban sellos», del «herrero»
202
203
·¡,
111
1
1

o del «alfarero», ni haber dicho de ellos: «No serán buscados Busca un oficio junto con el estudio divino que t11 amas.
en consejo póblico ni se sentarán altos en la congregación; «¡Cuánto ama los oficios el Hacedor del mundol» es otro
no se sentarán en el estrado de jueces ni entenderán la senten- dicho. Aquí hay otros: «No hay nadie cuyo oficio Dios no
cia de juicio: no pueden declarar justicia y juicio; y no serán lo adorne de belleza». «Aunque hubiera siete aftos de hambre,
hallados donde se pronuncian parábolas» (Eclo. 38:33). Por· nunca llegará a la puerta de uno con oñcío.» «No hay oficio
que, de hecho, y con pocas excepciones, todas las autoridades al que tanto la pobreza como la riqueza n? vayan unidas; por- 1,i

rabínicas principales trabajan en alguna actividad, hasta que que nada hay más pobre, ni nada más neo, que un oñcío,» 1 .,

vino a ser una moda dedicarse a una labor física dura, de ma- «Ningón oficio desaparecerá nunca del mundo. Dichoso
1

nera que un rabí llevaba cada día su propia silla a la academia, aquel cuyo maestro lo ha criado en un buen oficio; ay de aquel ll
mientras que otros arrastraban pesadas vigas o trabajaban en que ha sido introducido en uno malo.s" Quizá éstos sean lf
cosas similares. 7 Sin recargar estas páginas con nombres, vale dichos rabínicos comparativamente tardíos. Pero volvamos a
la pena mencionar, quizá como ejemplo extremo, que en una la Misná misma, y especialmente a aquel tratado que profesa
ocasión un hombre fue realmente llamado de su oficio como incluir la sabiduría y los dichos de los padres (Aboth). She-
cortador de piedra para asumir el cargo de sumo sacerdote. maajah, el maestro de Hillel, tiene este cínico dicho (Ab. l.
Desde luego, ello tuvo lugar en tiempos de revolución. Los 10), que quizá fuera el resultado de su experiencia: «Ama el
sumos sacerdotes bajo la dinastía herodiana presentan un trabajo, odia el rabinato, y no apremies el ser conocido por
trágico interés, por su relevancia en cuanto al estado y suerte parte de los que están en el poder,» Las posturas del mismo
de la nación. Pero el gran Hillel era tallador de madera, y su gran Hillel han sido citadas en un capítulo anterior. El rabí
rival Shammai, carpintero; y entre los célebres rabinos de Gamaliel, hijo de Jehudá el Nasi, dijo (Ab. U. 2): «Bueno es
el estudio de la ley, si va acompañado de una ocupación secu-
tiempos posteriores encontramos a zapateros, sastres, carpin- lar; dedicarse a ambas cosas es mantenerse alejado del peca·
teros, alpargateros, herreros, alfareros, albaffiles, etc.; en re- do; mientras que el estudio que no está combinado con el
sumen, gente de todos los oficios. Y no se avergonzaban de trabajo debe al final ser interrumpido. y sólo trae pecado
su trabajo manual. Así, se registra de uno de ellos que tenía consígo.» El rabí Eleazar, hijo de Asarjah, dice, entre otras
la costumbre de dirigirse a sus estudiantes desde un barril cosas: «Donde no hay sustento (literalmente, comida, harina)
hecho por él, que llevaba a diario a la academia. secular, no hay estudio de la ley; y donde no hay estudio de
Y difícilmente podemos asombramos de esto, por cuanto la ley, el sustento mundano carece de valor» (Ab. 111. 21).
era un principio rabínico que «todo aquel que no le ensena Vale la pena aftadir lo que sigue de inmediato en la Misná. IJ1
un oficio a su hijo hace lo mismo que si le ensenara a ser
un bandido» (Kldd. 29). El Midrash da esta curiosa paráfrasis
de Ec. 9:9: «He aquí, la vida con la mujer que tó amas»:• Su parecido al símil acerca de la roca y de la edificación sobre
ella, empleada por nuestro Señor (Mt. 7:24; Le. 6:47), es tan
notable, que lo citamos como ilustración de anteriores obser-
vaciones acerca de esta cuestión. Leemos lo siguiente:
7. Comparar el hermoso tratado del profesor Delitzsch. Jfld.
•1
Handwerürle"-n rur 'üil Jes« (pág. 75), al que quisiéramos aquí en
general reconocer nuestra obligación.
8. Aaí litenlmente en hebreo. 9. Comparar Harnburguer, Real. Encycl. pág. 497, donde estos dichos son
compulsados. 1,

204
205
segundo lugar. en el cristianismo nunca se presenta una
«Aquel cuyo conocimiento sobrepasa a sus obras, ¿a quién alternativa como entre mucho conocimiento y pocas obras,
es parecido? Es como un árbol con muchas ramas pero con por una parte, y por otra poco conocimiento y muchas obras,
pocas rafees, y viene el viento. y desarraiga el árbol, y lo sino que en el cristianismo la diferencia vital reside entre
arroja sobre su rostro. como se dice (Jer. 17:6)... Pero aquel obras y carencia de obras; entre vida absoluta y muerte
cuyas obras sobrepasan a su conocimiento, ¿a quién es seme- absoluta; dependiendo todo de ello, si uno ha cavado hasta
jante? A un árbol cuyas ramas son pocas, pero sus raíces mu- llegar al fundamento adecuado, y si ha edificado sobre la roca
chas, e incluso si todos los vientos del mundo vinieran y ba- que es Cristo, o si ha tratado de edificar las paredes de su
tieran contra un tal árbol, no podrían moverlo de su sitio vida sin tal fundamento. Así, la misma similaridad del dicho
como está escrito (Jer. 17:8).i. Hemos dado este dicho en� en su forma rabínica expone con la mayor claridad la esencial
forma más antigua. Incluso así, debería tenerse en cuenta que diferencia y enfrentamiento espiritual existentes entre el
data de después de la· destrucción de Jerusalén. Aparece en rabinismo, incluso en su forma más pura, y la enseflanza de
una forma adn más tardía en el Talmud de Babilonia (Sanh. nuestro Setl.or.
99 a). Pero lo que es más notable es que también aparece en La cuestión de la relación entre las mejores enseflanzas
otra obra, y en una forma casi idéntica a la que tiene en el de los sabios judíos y algunos de los dichos de nuestro Seftor
Nuevo Testamento, hasta allí donde se trata del símil de la es de una importancia tan vital que esta digresión no parecerá
edificación. En esta fonna es atribuido a un rabí que es fuera de lugar. Pueden ser ahora apropiadas algunas citas adi-
estigmatizado como apóstata, y como el tipo de la apostasía, cionales tocantes a la dignidad del trabajo. El Talmud tiene
y que, como tal, murió bajo el anatema La inferencia parece una hermosa Haggadah que cuenta cómo, cuando Adán oyó
ser que, si no profesó alguna forma de cristianismo, había al esta sentencia de su Hacedor: «Espinos y cardos te produ-
menos derivado este dicho de su relación con los cristianos. 10 cirái., prorrumpió en llanto. «¡Qué!», exclamó; «Seflor del
Pero, aparte de esto, hay dos cosas que quedan claras al com- mundo, ¿tengo así que comer del mismo pesebre que el
parar el dicho en su forma rabínica y en su fonna cristiana. asno?» Pero cuando oyó las palabras adicionales: «Con el su-
Primero, en la parábola empleada por nuestro Setlor, todo es dor de tu rostro comerás el pan», su corazón quedó consolado.
referido a Él; y la esencial diferencia depende en llltimo tér- Porque ahí reside (a decir de los rabinos) la dignidad del
mino de nuestra relación con Él. La comparación aquí no trabajo: que el hombre no está forzado a, ni es inconsciente
tiene lugar entre mucho estudio y pocas obras, o poco cono- de, su trabajo; sino que en tanto 'que viene a ser el siervo del
cimiento talmúdico y muchas obras. sino entre acudir a Él suelo, consigue de él el precioso fruto de la dorada cosecha.
y oír estos dichos de Él, y luego ponerlos por obra o no. En Y así, aunque la labor pueda ser dura, y el resultado dudoso,
como cuando Israel se encontró en la orilla del mar Rojo, sin
embargo un milagro dividirá también estas aguas. Y sin
embargo la dignidad del trabajo es grande en sí misma: refleja
10. Elisha ben Abujja, llamado Acher, «el otro», debido a su apostuía. La honra; alimenta y nutre al que se dedica a él. Por esta razón
historia de este rabí e,, en suma. profundamente interesante. Sólo podemos también castigaba la ley con una quíntuple restitución el robo
hacemoa esta pregunta: ¿Se trataba de un cristiano, o meramente de un de un buey, y sólo con una cuádruple el robo de una oveja;
caído en el gnosticismo? Esto \Utimo es lo que nos pmece mú probable.
Sus errores son atribuidos por los judíos a su estudio de la CábalL
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porque lo primero era lo que empleaba el hombre para es humilde, su vida queda acortada por un año,» Este otro
trabajar.11 dicho, de un tipo similar, nos recuerda la estimación que tie-
Ciertamente san Pablo hablaba también como judío al nen los escoceses de -o más bien su poco respeto hacia-
amonestar a los efesios (Bf. 4:28): «El que hurtaba, ya no los tejedores: «Hasta un tejedor es seftor en su propia casa.»
hurte más, sino que trabaje, haciendo con sus manos lo que Y ello no sólo en su propia opinión, sino también en la de
es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece su mujer. Porque tal como lo dice el proverbio rabínico,
necesidad.» «Haz un día de trabajo del sábado: pero no de- «aunque un hombre fuera sólo un peinador de lana, su mujer
pendas de la gente», era un dicho rabínico (Pes. 112). «De- lo llamaría a la puerta de la casa, y se sentaría a su lado»;
suella animales al lado del camino», leemos, «y cobra por tan orgullosa se siente de él. Quizá a la vista de los rabinos
ello, ¡pero no digas, soy un sacerdote; soy un hombre distin- había algo de orgullo femenino en esta consideración por el
guido, y el trabajo es algo a lo que no estoy dispuesto!» y crédito de su marido, porque dicen que «aunque un hombre
hasta el día de hoy el com11n proverbío judío dice: «El trabajo tuviera sólo el tamano de una honniga, su mujer intentaría
no es ninguna cherpah (desgracia)»; o también: «Melachah que se sentara entre los grandes».
es berachah (el trabajo es bendición).» Con tales perspecti- Por lo general, se expresan las siguiente sanas posturas en
vas, podemos comprender lo universales que eran las actíví- el Talmud (Ber. 17 a). «El rabí de Jabnc dijo: Soy simple-
da�es industriosas en los tiempos de nuestro Seftor. Aunque mente un ser como mi prójimo. Él trabaja en el campo, y yo
e! indudablemente cierto, como lo expresa el provelbio rabí- en la ciudad. Los dos nos levantamos temprano para acudir
ruco, que cada uno tiene la peor opinión de su propio oficio al trabajo; y no hay causa para que uno se ponga por encima
s�n embargo la opinión pllblica asignaba un valor distinto � del otro. No pienses que el uno hace más que el otro; porque 1

diferentes oficios. Algunos eran evitados debido a lo desa- se nos ha ensenado que hay tanto mérito en hacer lo pequeño
¡rada�les que eran, como el de curtidor, tintorero y minero. como lo que es grande, siempre que el corazón esté en buen
La Misná establece como un principio que un hombre no estado,» Y así se cuenta una historia de cómo uno que cavaba 1

debía ensenar a su hijo un oficio que demandase una cons- cisternas y hacía baños (para la purificación) se acercó al gran '(
tante relación con el otro sexo (Kldd. IV. 14). Éstos incluirían, rabí Jochanan con las palabras: «Yo soy tan grande hombre
entre otros, el de Joyero, fabricante de molinos de mano como tú»; por cuanto, en su propia esfera, él servía las necesi-
perfumista, y tejedor. Este tlltimo oficio parece haber estad� dades de la comunidad tanto como el más erudito maestro
�xpuesto a tan!Os problemas como si los tejedores de aquel de Israel. En el mismo espíritu otro rabí amonestó a una es-
tiempo se hubieran vJsto obligados a servir a una modema tricta diligencia, porque en un sentido todo trabajo, por hu-
Y s�fisticada dama. B1 dicho era: «Un tejedor debe ser milde que fuera, era realmente trabajo para Dios. No se pue-
humilde, o su vida quedará aconada por la excomunión»; esto
es, debe someterse a cualquier cosa para vivir. O, como lo den abrigar dudas de que el profesional judío que trabajara
decía un coman proverbio (Ab. S. 26 a): «Si un tejedor no con tal espíritu seña a la vez feliz y capaz.
Tiene que haber sido un gran privilegio estar dedicado en
cualquier trabajo relacionado con el Templo. Se mantenía a
una gran cantidad de trabajadores constantemente empleados
11. Todos '8toa IOR dJchoa rabínico,. Comparar lu refaenciu en T� allí, preparando lo necesario para el servicio. Quizá fuera sólo
Spriichw. "· R•rwri.,., p4g. 263.
un punto de celos de los de Jerusalén contra los alejandrinos
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lo que llevó a tradiciones rabínicas como la de que cuando constante actividad. Cuando se reedificó el Templo, no �e-
los alejandrinos intentaron componer el incienso para el Tem- nos de dieciocho mil personas fueron empleadas en v8!1�
plo, la columna de humo no ascendió recta del todo; cuando actividades, involucrando algunas de ellas una gran pencia
repararon el gran mortero en el que se molía el incienso, y artística. Incluso antes de esto, se díce'que Herodes el Grande
también el gran címbalo con el que se daba la seftal para co- empleó una gran cantidad de los más experimentados art�sa·
menzar el servicio musical del Templo, en cada caso su tra- nos para ensenar a los mil sacerdotes que..debían construir el
bajo tuvo que ser deshecho por trabajadores de Jerusalén, a santuario mismo. Porque en la construcción de aquella sec-
fin de conseguir la mezcla adecuada o evocar los anteriores ción del Templo no se e!llplearon �ai�os. Co!11� sabemos, no
dulces sones. Pero no se puede negar, sin embargo, y a pesar se empleó ni martillo, ru hacha, ru cmcel, ru ninguna herra-
de los prejuicios palestinos, que había excelentes artesanos mienta de hierro dentro del recinto sagrado. La razón de ello
judíos en Alejandría; y abundancia de ellos también, como se explica en la Misná cuando describe cómo todas las piedras
sabemos por su organización en gremios en la gran sinagoga. para el altar fueron excavadas de la tierra virge�, sin emp�ear-
Cualquier artesano pobre sólo tenía que acudir a su gremio, se ninguna herramienta de hierro en su prepracíón; «El hierro
y era sustentado hasta que encontrara empleo. Se nos infonna es creado para cortar la vida del hombre; pero el altar para
que el gremio de caldereros tenía allí, como emblema, un de- dilatarla. Por ello, no es propio emplear aquello que acorta
lantal de cuero; y cuando sus miembros iban al exterior, so- para aquello que prolonga» (Mldd. Ill. 4). Los que conocen
la magnificencia y el esplendor de aquella cas� santa s�r�
lían llevarse consigo una cama que podfa desmontarse. En los que mejor podrán juzgar cuál debe hatx:r sido la pencia
Jerusalén, donde este gremio estaba organizado bajo su Rab- que sus varias partes tienen que haber precisado. Puede ser
ban, o jefe, poseía una sinagoga y cementerio propios. 12 Pero de interés un caso debido a su relación con el más solemne
los artesanos palestinos, aunque se apoyaban entre sí, no hecho de la historia del Nuevo Testamento. Leemos en la
tenían gremios exclusivos, siendo que el principio de «liber- Misná (Shek. VIII. 5): «El rabí Sime�?· el hijo de.Oamaliel,
tad de trabajo» prevalecía entre ellos. Los bazares y las calles dijo en nombre del rabí Simeón, el hijo del (antenor) Sagán
llevaban sus nombres. Los artesanos de Jerusalén se dístín- (asistente del sumo sacerdote): El velo (del Lugar San�simo)
guían especialmente por sus dotes artísticas. Todo un valle, era de un palmo de grosor, y tejido con sete�ta.Y dos plle.gues
el de Tirope6n, estaba ocupado por industrias de derivados retorcidos; cada pliegue consistía de vemucuatro hilos»
de la leche; de ahí su nombre de «valle de los queseros». (según el Talmud, seis hilos de cada uno de los cuatro colo�
Hasta en Is. 7:3 leemos de «el campo de los bataneros», que del Templo: blanco, escarlata, azul y oro). «Tenía una longi-
se encontraba «al extremo del acueducto de arriba en el cami- tud de cuarenta codos, y veinte de anchura (18 por 9 metros),
no» de Jope. Hay en el Talmud todo un conjunto de dichos y hecho de ochenta y dos miríadas» (el significado de esto
expresamente designado como «los proverbios de los en la Misná no está claro). «Se hacían dos de estos velos cada
bataneros». ano, y se precisaba de trescientos s�cerdotes para sumer�ir
Por su amor a la edificación y al esplendor, los príncipes uno» (antes de su uso). Estas declaraciones, naturalmente, tie-
herodianos deben haber mantenido a muchos artesanos en nen que ser consideradas como «m1meros redondos», pero
son muy interesantes para ayudamos a damos cuenta no sólo
cómo fue rasgado el gran velo del Templo cuando el Señor

211
210
de aquel Templo murió en la cruz, sino también cómo este
acontecimiento pudo haber sido ocultado de la masa de la
población.
Pasando a otro tema. es curioso constatar en cuántos res-
pectos no ha habido un verdadero cambio de tiempos y cír-
cunstancias. Los antiguos patronos judíos que empleaban
obreros parecen haber tenido los mismos problemas de que XII
tanto se quejan muchos en nuestros propios tiempos. Tene-
mos a este fin una enfática advertencia: que nos cuidemos de EL COMERCIO
comer pan fino y de dar pan negro a los obreros o siervos¡
que no durmamos sobre plumas, y demos sacos de paja a los
otros, y más especialmente si se trata de correligionarios, El notable cambio que hemos observado en.tas postu�
porque, se atlade, ¡quien obtiene un esclavo hebreo tiene en de las autoridades judías, desde un menosprecio al trabaJo
61 su amo! Bs posible que algo de esto estuviera en la mente manual hasta casi una afectación por él, desde luego no pudo
de san Pablo cuando escribió este tan necesario precepto (1
Ti. 6:1, 2): «Todos los que estm bajo el yugo como esclavos, ser arbitrario. Pero como aquí no podemos observar ningún
tengan a sus propios amos por dignos de todo honor, para que motivo religioso, podemos sólo explicarlo como debido a la
no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que alteración de las circunstaneias sociales y políticas. En tanto
tengan amos creyentes. no los tengan en menos por ser her-
manos, sino sfrvanles mejor, por cuanto son creyentes y
amados los que se benefician de su buen servícío,» Pero real-
y poseyera su propia tierra. la dedicación ��tan«:
que el pueblo fuera, al menos nominalmente, independiente
a '1:11 o�-
cío señalaría probablemente a una clase social 1nfenor. ímpli-
mente no hay nada «nuevo bajo el sol,., Bn las asociaciones cando una preocupación bien voluntaria, bien fo�ada� en las
de muleteros y de marineros aparece algo como las estipula- cosas de este mundo que perecen con el uso. La situación era
ciones de una mutualidad de seguros, que se comprometía a diferente al estar Judea en manos de extraños. Entonces el
reemplazat un animal o una nave que se hubiera perdido por honrado trabajo ofrecía el medio, y el \inico medio, de una
causas ajenas a la negligencia de parte del duefto. Y podemos independencia varonil. La dedicación al trabajo sólo en l� su-
incluso seguir este mismo espíritu de gremialismo el) el ficiente para conseguir este resultado, de «no_tener neces!dad
de nadie», de poder mantener la cabeza erguida 3!1te �i�os
expreso permiso que da el Talmud (Bab. B. 9) a los profesio- y enemigos, de dar a Dios el sacrificio moral de la mclina�ión
nales para que se combinen para trabajar sólo uno o dos días natural, de la fuerza y del tiempo. a fin de ��er darse �1bre e
a la semana para poder dar suficiente empleo a todos los independientemente al estudio de la ley d1vi�, constituía
profesionales en un lugar. Cerramos con otra cita en el mismo una noble resolución. Y llevaba con ella su propia recom�n-
sentido, que servirá también para ilustrar el modo peculiar de sa. Si por una parte se consideraba saludable la alte�ación
comentario rabínico sobre las palabras de la Escritura: "No de la labor física y mental, por la otra, y éste había sido el
hace daflo a su vecino" -¡esto se refiere a un artesano no principal propósito, nunca habían sido los hombres más fran-
interfiriendo con la actividad de otrol» cos para expresar sus posturas, más despreocupados en cu:m-
to a las meras personalidades o en cuanto a las consecuencias,
212 213

L._----�------------------------------------------------
• 1

más independientes en pensamiento y palabra que estos rabi- negocios, que con tanta frecuencia ha sido h�ha objeto de
nos. Podemos comprender el agostador escarnio de san Judas escarnio contra Israel, seftala a otro estado social y a una te·
(Jud. 16) para con aquellos que se dedican a «adular a las rrible necesidad social. Cuando Israel fue dispersado por
personas», literalmente, «admirando rostros» -expresión unidades cientos o incluso miles, pero siendo at1n una míse-
mediante la que la LXX traduce el «respeto:. o «considera- ra, vencida, débil y errante minoría entre las na�iones de la '
cíén» de personas (el nasa panlm) que se menciona en Lv. tierra -evitada, pisoteada y a merced de las pasiones papu- ,:
19:tS; Dl. 10:17; Job 13:10; Pr. 18:5, y muchos otros pasa- lares- no le quedaba ninguna otra salida que la d� ded1c8!5e
jes-. También a este respecto, como en tantas ocasiones, san al comercio. Incluso si un judío con talento se hub1�ra podido 1,

Pablo escribía como un verdadero judío al decir (Oá. 2:6): identificar con los intereses de los gentiles, ¿le hubiera estado
«Pero de parte de los que parecían ser algo (lo que eran enton- abierta la vida pública, no digamos que en los mismos, sino
ces nada me importa; Dios no hace acepción de personas)... » en cualesquiera términos? O, descendiendo otro peldaño,
La Misná, desde luego, no nos infonna de manera expresa
¿podrían los profesionales judíos haber competido con los
acerca de cómo tuvo lugar el cambio a que nos hemos refe- demás, excepto en aquellos oficios que fueran peculiannente
suyos? ¿Se les habría pennitido en1!81' en los regis�s? Ade-
rido en el sentimiento pdblico. Pero hay una multitud de indi- más les era necesario para su propia defensa --casi para su
caciones para conducimos en ciertas breves y cáusticas sen- mi�a existencia- que lograran influencia. Y en sus cir-
tencias que serían inexplicables, a no ser que sean leídas a cunstancias la influencia sólo podía ser lograda mediante la
la luz de la historia de aquella época. Así, como se ha dicho posesión de la riqueza, y el ónico camino abierto para ello
en el anterior capítulo, Shemaajah amonestaba: «Ama el era el comercio. . .
trabajo, odia el rabinato, y no apremies el ser conocido por No puede haber duda alguna de que, en el propósito dívi-
parte de los que están en el poder,» De manera similar, no Israel no estaba seftalado para ser una nación comercial.
L� muchas restricciones impuestas a la relación entre los
Avataljon advertía a los sabios que fueran cuidadosos en sus judíos y los gentiles que .la ley de �oisés .presenta en todo
palabras, por temor a incurrir en el destierro para sí mismos lugar hubieran sido suficientes para impedirlo. Luego había
y para sus seguidores (Ab. l. 10, 11). Y el rabí Oamalicl II una prohibición expresa de tomar interés en los prést�os
decía ((l. 3): «Ten cuidado con los poderes establecidos, (Lv. 25:36, 37), lo que hubiera imposibilitado las tr�acc10-
porque ellos sólo buscan relación con las personas para la nes comerciales, aunque fuera relajada con referencia a los
propia ventaja de ellos. Se muestran como si te amaran, cuan- que vivían fuera de los límites de Palestina (Dt. 23:20). Lue-
do les conviene, pero en la hora de la necesidad no estm al go, la ley del año sabático y la del ju�ileo hab�an provo�do
lado de nadie.» En la misma categoría de dichos para los un parón sobre todo tipo de comercio extendido. Y la ttei:ra
tiempos podemos colocar éste del rabí Matithja: «Da a cada no era apropiada en absoluto para las demandas del comercio.
uno un saludo de paz, y prefiere ser cola de león que cabeza Cierto es que poseía una amplia costa marítima, fueran cuales
de zorro.» Es innecesario multiplicar las citas de este tipo,
1

fueran las capacidades naturales de sus puertos. Pero toda la


todas ellas expresivas de un intenso deseo de una honorable costa, con los puertos de Jope, Jamneh, Ascalón, Gaza Y Acco
independencia por medio del esfuerzo personal. o Tolemaida, pennaneció, a excepción �e. breves períodos, en
Las posturas rabínicas con respecto al comercio eran bien
posesión de los filisteos y de los íenícíos. Incluso cuando
diferentes que las que tenían con respecto a los oficios, como
veremos de inmediato. De hecho, la general adopción de los 215

214

.... Al
Herodes el Grande edificd el noble puerto de Cesarea, fue exterior fracasó rotundamente: «Porque [las naves] se rom-
casi exclusivamente empleado por extranjeros (Josefo, Gue- pieron en Bzyón-géber» (1 R. 22:48; 2 Cr. 20:36, 37), y poco
rras, m. 9:1). Y toda la historia de Israel� Palestina seflala después el puerto de Bzyón-géber volvió de nuevo a ser
a lo mismo. Sólo en una ocasión, durante el reinado de Salo- posesión de Edom (2 R. 8:20). .
món, encontramos algo semejante a un intento de dedicarse Con esto termina la historia bíblica del comercio Judío en
a empresas mercantiles a gran escala. La re�rencia a «los Palestina en el sentido estricto del ténnino. Pero nuestra refe-
mercaderes del rey• (1 R. 10:28, 29; 2 Cr. 1:16), que impor- rencia a lo que puede recibir el nombre de indicaciones escri-
taban caballos y tejidos de lino, ha sido considerada como turales en contra de la prosecución del comercio nos conduce
indicativa de la existencia de una especie de real compaftía a un tema relacionado para el que, aunque desde luego es una
de comercio, o de un monopolio real. Una inferencia alin más digresión, pedimos atención, debido a su gran importancia.
curiosa podría casi llevamos a describir a Salomón como el Los más superficialmente familiarizados con la modem� con-
primer gran «Proteccionista». Las expresiones en 1 R. 10:1.5 troversia teológica son conscientes de que ciertos opositores
seflalan a los derechos pagados por los imponadores al por a la Biblia han dirigido sus ataques especialmente contra la
menor y al por mayor, indicando las palabras, literalmente antigüedad del Pentateuco, aunque no han concordado aún
traducidas, una fuente de ingresos por las contribuciones «de entre sí acerca de qué partes del Pentateuco fueron esc�tas
los mercaderes y del tráfico de los comerciantes»; estas dos por diferentes autores, ni por cuántos, ni por quiénes, m en
qué tiempos, ni cuándo, ni por quién fueron finalmente re�o-
palabras seftalan en su derivación al comercio internacional gidas en un libro. Ahora bien, lo que es nuestra contención
y distinguiendo probablemente entre al por menor y al po; acerca de esto es que la legislación del Pentateuco ofrece evi-
mayor.1 Aquí podemos observar que además de estos dere- dencias de su redacción antes de que el pueblo estuviera asen-
chos y los tributos de reyes «protegidos» (1 R. 9:15), los tado en Palestina. Llegamos a esta conclusión de la siguiente
ingresos de Salomón son descritos (l R. 10:14) como ascen- manera: Supongamos un código de leyes e institucione� que
diendo, en todo caso, a la enonne suma de seiscientos sesenta fuera recopilado por un legislador práctico -porque es indu-
y seis talentos de oro anuales2 [alrededor de 22 toneladas de dable que las tales existían en Israel-; mantenemos, enton-
este precioso metal]. Parte de ello puede haber provenido del ces, que níngün legislador humano hubiera promulgado asun-
comercio internacional del rey. Porque sabemos (1 R. 9:26, tos para una nación asentada como las que encontramos en
etc.; 2 Cr. 8: 17, etc.) que el rey Salomón construyó una flota el Pentateuco. El mundo ha visto muchas constítucíones espe-
en Ezyón-géber, en el mar Rojo, puerto que David había culativas de la sociedad preparadas por filósofos y teóricos,
conquistado. Esta flota comerciaba con Ofir, en sociedad con desde Platón a Rousseau y Owen. Ninguna de éstas hubiera
los fenicios. Pero como esta tendencia de la política del rey sido apropiada, y ni aun posible, para un estado social esta-
Salomón era opuesta al propósito divino, no fue duradera. El blecido. Pero níngün filósofo hubiera siquiera imaginado ni
posterior intento del rey Josafat de reaviviar el comercio pensado en leyes como algunas de las esti�uladas en el P�nta-
teuco, Seleccionando sólo unas pocas, casi al azar, que piense
el lector acerca de aplicar, por ejemplo a Inglaterra, estipula-
1. Vwe Leyrer. en Heno¡, R�I-Ecycl. V., p4g. 509; 'I Keil, Commentary, ciones como la de que todos los varones debían aparecer tres
sobre este pasaJc, veces al afio en el lugar que el Señor escogiera, o aquellas
2. La Vulgata traduce «Cada afio».
217
216
¡,

relacionadas con los años sabáticos y del jubileo, o aquellas sos-; ni se encuentra "más allá del mar" -esto es, no se
que regulan las esquinas de los campos, o las que prohiben encontrará entre comerciantes ni mercaderes» (Er. SS a). Aún
cobrar intereses, o las relacionadas con las ciudades levíticas. más atinadas son las estipulaciones de la ley judía con res-
Y que entonces uno se pregunte seriamente: ¿Podrían estas pecto a los que prestaban dinero por interés o tomaban usura. 11
instituciones haber sido propuestas o introducidas por un «Los siguientes», leemos en Rosh Hash. l. 8, «están incapaci- 11
11

legislador en tiempos de David, o de Bzequías, o de Esdras? tados para dar testimonio: el que juega con los dados (un 11
Cuanto más pensamos en el espíritu y en los detalles de la jugador); el que presta con usura; el que amaestra palomas u
(bien para apuestas, bien como reclamos); los que comercian 11
legislación mosaica, tanto más intensa se hace nuestra con- en productos del ano séptimo, y los esclavos». Aún más pun-
111

vicción de que estas leyes e instituciones sólo hubieran podi- zante es esto, que casi nos recuerda la glosa rabínica: «Del
do ser introducidas antes que el pueblo se estableciera real- calumniador dice Dios: "No hay lugar en el mundo para él
mente en la tiem. Hasta donde podamos saber, esta lfnea y para Mí"»-- «El usurero saca a mordiscos un trozo de un
argume�tal no ha sido propuesta antes; y sin embargo parece hombre, porque le quita lo que no le ha dado» (Bah. Mez.
necesano que nuestros oponentes afronten esta dificultad 60 b). Se pueden citar unos cuantos dichos similares a conti-
preliminar y, pensamos, insuperable, para su teoría, antes que nuación: «Dijo el rabí Meir: Sé parco (haciendo poco) en
se nos pueda pedir que consideremos sus objeciones críticas. negocios, pero activo en la Torá» (Ab. IV. 2). Entre las cua-
Pero volvamos a nuestro tema. Pasando desde los tiempos renta y ocho cualificaciones para asimilar la Torá, se mencio-
bíblicos, o al memos desde los tiempos del Antiguo Testa- na «poco negocio» (VI. 6). Finalmente, tenemos lo siguiente
mento, a los tiempos posteriores, nos encontramos con que de Híllel, concluyendo con un noble dicho, digno de ser pre-
el antiguo sentimiento popular en Palestina acerca de la cues- servado para todos los tiempos y en todos los idiomas: «El
tión del comercio seguía en pie. Por una vez Josefo expresa que se dedica mucho a los negocios no puede llegar a ser sa-
aquí correctamente la opinión de sus compatriotas. «En cuan- to a bio; y en un lugar en él no hay hombres, lucha tú por ser un
nosotros mismos», escribe él (Contra Apidn, l. 12), «ni habitamos bombre,»
en un país marítimo, ni nos deleitamos en merca- 1
dear, ni en Se habrá quizá observado que, con las cambiantes circuns-
mezclamos con otros hombres, como es la conse- tancias del pueblo, las opiniones en cuanto al comercio
cuencia de ello; sino que las ciudades en que vivimos est*l sufrieron también un lento proceso de modificación, siendo
alejadas del mar, y teniendo un país feraz para nuestra mora- ahora el principal objeto restringir tales ocupaciones, y espe-
da. nos afanamos en cultivar esto sólo». No diferían de esto cialmente regularlas en confonnidad a la religión. Las inspec-
las opiniones de los rabinos. Sabemos la poca estima que ciones de pesos y medidas son relativamente recientes en
tenían las autoridades judías por los buhoneros. Pero incluso nuestro propio país. Los rabinos, en esto como en muchos
el comercio no era considerado mucho más favorablemente. otros aspectos, estaban ahí mucho tiempo antes que nosotros.
Se ha dicho rectamente que «en los sesenta y tres tratados Designaron inspectores regulares, el deber de los cuales era
de los que se compone el Talmud, difícilmente se encuentra ir de mercado en mercado, y más que esto, fijar los actuales
una palabra honrosa para el comercio, pero muchas que precios de mercado (Baba B. 88). Los precios de cada produc-
indican los peligros de hacer dinero». «La sabidrurías, dice to eran en ültímo ténnino detenninados por cada comunidad.
el rabí Jochanan en explicación de Dt. 30:12, "no está en el Pocos mercaderes se someterían a la inteñerencia con lo que
cielo" -es decir, no se encuentra con los que son orgullo-
219
218
se llama la ley de la ofena y la demanda. Pero las leyes talmü- se ha visto, el comercio serla una necesidad, y, de �cho, el
dicas contra la compra de grano y su retirada del mercado, gran recurso para su existencia. Si esto se puede decir de to·
especialmente en tiempos de escasez, son sumamente estric- dos los judíos de la dispersión, se aplica especialmente a
tas. De manera similar, se prohibía elevar artificialmente los aquella comunidad que era la más rica e Influyente entre
precios, especialmente de los productos alimenticios. Se con· ellos: los judíos de Alejandría: . . .
sideraba un engafto cargar un margen superior al dieciséis por Pocas fases, incluso en la siempre camblante �1stona del
ciento. En general, algunos mantenían que en Palestina nadie pueblo judío, son más exirañas, de ínter� más vanad� o más
debía sacar provecho de los artículos necesarios para la vida. patéticas que las relacionadas con los Judíos d� AleJandrla.
El engafto en el comercio era considerado como merecedor La emigración de los judíos a Egipto comenzó mclu� �tes
del cautiverio babilónico. Naturalmente, aquel acontecímien-
de mayor castigo que una violación de algunos de los otros to hizo que los números aumentaran mucho, y después debido
mandamientos morales. Porque esto dltimo, se decía, podía al asesinato de· Gedalías: Pero el verdadero éxodo comenzó
rectificarse con el arrepentimiento. Pero el que engallaba en bajo Alejandro Magno. Aquel monarca concedió a los judíos
el comercio no defraudaba meramente a una o a varias perso- de Alejandría los mismos derechos de que gozaban sus habi-
nas, sino a todo el mundo, ¿y cómo podía esto nunca ser tantes griegos, y por ello se vieron en el rango de l.as clases
rectificado? Y todos eran amonestados a recordar que «Dios privilegiadas. Desde entonces su ndmero e influencia fueron
castiga incluso a1H donde el ojo de un juez terreno no puede aumentando bajo sucesivos gobernantes. Los encontramos
penetrar».' mandando ejércitos egipcios, influenciando profundamente
Nos hemos referido a una modificación gradual de las el pensamiento y las investigaciones egipcias, i�pregnánd�lo
posturas rabínicas con las cambiantes circunstancias de la en parte con la traducción de las Sagradas Escnturas al gne-
nación. Esto probablemente se pone más claramente de mani- go. No tenemos espacio aquí para referimos al llamado Tem-
fiesto en el consejo del Talmud (Baba M. 42) de dividir el plo de Onías en Lcontopolis, que rivalizaba con el de .Jerusa-
dinero propio en tres partes: dedicar una a la compra de tierra, lén y a la magnificencia de la gran sinagoga en AleJandrfa.
invertir la segunda en mercancía, y guardar la tercera a No' se puede dudar de que en la providencia de Dios la
disposición como líquido. Pero había siempre esta consola- presencia de tantos judíos en Alejandría, y la influencia que
ción, que Rab enumeraba entre las bendiciones del mundo ejercieron en lo intelectual, tenían el propósito de ayudar a
venidero: que en él no habría comercio (Ber. 17 a). Y por la difusión del Evangelio de Cristo por el mundo educado de
lo que a este mundo concernía, el consejo era dedicarse al habla y pensamiento griegos. Para esto fue de gran ayuda la
comercio, a fin de que con los beneficios se pudiera ayudar traducción griega del Antiguo Testamento. Y, humanamente
a los sabios a dedicarse a sus intereses, así como Sabua, uno hablando habría sido difícilmente posible sin ella. En
de los tres hombres ricos de Jerusalén, había asistido al gran tiempos de Filón, el número de judíos en Egipto era no �fe·
Hillel. De lo que se ha dicio, se inferirá que los puntos de rior al millón. En Alejandría ocupaban dos de los cinco
vista expresados con respecto a los judíos de Palestina, e barrios de la ciudad, que eran llamados con las cinco letras
incluso de Babilonia, no se aplicaban a los de «la dispersión» del alfabeto. Vivían bajo gobernantes propios, casi en �n
entre las varias naciones de los gentiles. Para ellos, como ya estado de plena independencia. A ellos pertenecía el bamo
Delta, en la costa. La supervisión de la navegación, tanto por
3. Comparar Hamburguer, Real-Encycl. p4g. 494.
221
220
mar como fluvial, les había sido entregada plenamente a su eran algunos de los artículos de importación. Por otra parte,
las exportaciones de Palestina consistían en productos como
cuidado. De hecho, el gran comercio de exportación, espe-, trigo, aceite, bálsamo, miel, higos, etc., siendo el valor de las
cialmente de cereales -y EgiptO era el granero del mundo- exportaciones y de las importaciones casi igual. y la balanza
estaba totalmente en sus manos. El aprovisionamiento de de pagos, si la había, en favor de Palestina.
Italia y del mundo era el negocio de los judíos. Es una curiosa Con respecto a las leyes regulando el comercio, eran tan
circunstancia, ilustrativa de lo poco que cambia la historia del minuciosas que casi nos recuerdan las observaciones del Sal-
�undo, que �urante los problemas en Roma los banqueros vador acerca de la puntillosidad farisaica. Varios tratados de
Judíos de AleJandrfa pudieron, por medio de sus correspon- la Misná van llenos de determinaciones acerca de estas cues-
sales, obtener noticias más temprano y más de fiar que nadie tiones. «El polvo de las balanzas» es estrictamente una idea
acerca de la situación política.' Esto hizo posible que se y frase judía. La ley iba hasta tan lejos como para detenninar
declararan oportunamente a favor de César y de Octavio, y que un vendedor al por mayor debía limpiar las medidas que
que consiguieran los plenos resultados políticos y financieros usaba una vez al mes, y un vendedor al por menor dos veces
consiguientes a tal política, de la misma manera que las gran- a la semana; que todos los pesos debían ser lavados una vez
des casas bancarias judías al comienzo de este siglo5 pudieron a la semana, y las balanzas limpiadas cada vez que se hubie-
aprovecharse de manera similar de la recepción de noticias ran empleado. Para tener una certeza total, el vendedor tenía
más frescas y fiables que las que podía obtener el ptlblico que dar algo más de una onza de más por cada diez libras,
general. si el artículo era un fluido, o media, si se trataba de sólidos
. Pero ningtln bosquejo del comercio entre los antiguos (Baba B. V. 10, 11). Aquí tenemos algunas de las principales
Judíos, por breve que sea, sería completo sin unos comenta-
rios adicionales tanto acerca de la naturaleza del comercio ordenanzas relacionadas con el comercio:' Un compromiso
que s� hacía como de las nonnas legales que lo regían. El no se consideraba cerrado hasta que ambas partes hubieran
negocio del buhonero, naturalmente, se restringía al inter- tomado posesión de sus respectivas propiedades. Pero cuando
cambio de los productos de un distrito por los de otro, a la uno de ellos hubiera recibido el dinero, se consideraba des-
compraventa de artículos nacionales o a la introducción de honroso y pecaminoso que el otro se echara atrás. En caso
l� d�timas noved�des del extranjero para aquellos que en los de un margen excesivo, o mayor que el lícito, el comprador
distritos rural� mte�taban s.eguir la moda y deseaban tenía derecho a devolver el artículo o a reclamar la devolu-
artícul�s de luJo. Las tmportactones del extranjero eran, con ción del exceso, siempre que no lo solicitara después de un
excepción de madera y metales, principalmente de artículos intervalo mayor del necesario para mostrar los artículos a otro
d� Ju)o, Pesc�do de �spana, manzanas de Creta, queso de
Bítínla; lente�as, .alu�ias y calabazas de Egipto y Grecia; mercader o a un pariente. De manera similar, también el
platos �e Babllo�1a, vino de Italia, cerveza de Media, vasijas vendedor estaba protegido. Los cambistas tenían pennitido
domésticas de Sldón, cestas de Egipto, vestidos de la India aplicar un descuento fijo por monedas pequeñas, o devolverlo
sandalias de Laodicea, camisas de Cilicia, velos de Arabia: dentro de un período fijo, si estaban -por debajo del peso al
que las hubieran tomado. A un mercader no se le podía apre-

4. Hausrath, Nelllest. bitg. vol. I, pág. S7.


S. Esto es. comienzos del siglo xix. (N. tkl T.) 6. Vwe mi History o/ the Jewlsla Na1ion, p,g. 305, etc.

222 223
miar a que citara el precio más bajo, a no ser que el indagador Igualmente estrictas eran las normas que afectaban al
quisiera realmente comprar; tampoco se le podía nunca recor- deudor y al acreedor. Los adelantos eran conseguidos legal-
dar un sobrecargo excesivo anterior para inducirlo a rebajar mente mediante documentos legales, extendidos a cargo del
sus precios. Los artículos de diferentes calidades no podían deudor y finnados por testigos, acerca de cuyas finnas se dan
mezclarse, aunque los artículos aftadidos fueran de mayor va- minuciosas instrucciones. Para prevenir errores, la suma pres·
lor. Para proteccidn del pdblico, se prohibía a los agricultores tada se marcaba en la parte superior, así como en el cuerpo
vender en Palestina vino mezclado con agua, excepto en luga- del documento. No se tomaba una persona como garantía de
res donde ésta fuera la costumbre conocida. Un rabí llegd a otra una vez que el préstamo hubiera sido efectivamente con-
censurar a los mercaderes que daban pequeftos presentes a cluido. En referencia a los intereses (que entre los romanos
los nitl.os a fin de atraer a sus padres como clientes. Es dificil se calculaban mensualmente), con respecto a prendas, y en
imaginar lo que hubieran dicho de la moderna práctica de dar el trato con los deudores insolventes, jamás se ha igualado
descuentos a los criados. Todos estaban de acuerdo en repro- la suavidad de la ley judía. Era legítimo, bajo ciertas restríc-
bar como engafto todo intento de dar una mejor apariencia clones, tomar una prenda, y en caso de impago venderla; pero
a un artículo expuesto para la venta. Las compras de cereal la vestimenta, la cama, el arado y todos los artículos necesa-
no podían efectuarse hasta que se hubiera fijado el precio rios para la preparación de la comida quedaban exceptuados.
general del mercado. De manera similar, era ilegítimo, bajo cualquier circunstan-
Pero más allá de esto, se consideraba que todo tipo de es- cia, tomar una prenda de una viuda o vender lo que le perte-
peculación era semejante a la usura. Con la delicadeza carac- necía a ella. Éstas son sólo algunas de las estipulaciones por
terística de la ley rabínica, los acreedores tenían expresamen- las que no sólo se guardaban los intereses de todas las partes,
te prohibido emplear nada perteneciente a un deudor sin pa- sino que también se trataba de dar un tono religioso más ele-
gar por ello, enviarlo aun recado, o incluso aceptar un presen- vado a la vida ordinaria. Los que están familiarizados con el
te de alguien que hubiera solicitado un adelanto. Tan puntillo- estado de cosas en las naciones circundantes, y con las crueles
sos eran los rabinos en evitar la apariencia de usura, que una exacciones de la ley romana, apreciarán mejor también la
mujer que tomaba prestada una hogaza de pan de su vecina diferencia a este respecto entre Israel y los gentiles. Cuanto
debía fijar su valor entonces, ¡no fuera que un repentino enca- más se estudia el cddigo rabínico, tanto mayor será nuestra
recimiento de la harina hiciera que la hogaza devuelta valiera admiración de sus provisiones, caracterizadas como lo están
más que la prestada! Si una casa o un campo eran alquilados, por la sabiduña, la amabilidad y la delicadeza, que, nos aven-
se podía cobrar algo más si no se pagaba el dinero por turamos a decir, van muy por encima de ninguna legislación
adelantado, pero no en caso de una compra. Se consideraba moderna. No era sólo la historia del pasado, los presentes
como una especie de especulación impropia prometerle a un privilegios y la esperanza relacionada con las promesas lo que
mercader la mitad de los beneficios de las ventas que hiciera, o apegaba a un judío a su pueblo, sino también la familia y la
adelantarle dinero, y luego dejarle la mitad de los beneficios de vida social y pllblica que encontraba entre sus hennanos. Sólo
sus transacciones. En ambos casos, se pensaba, el merca- der una cosa faltaba-pero ésta era, ¡ay!, «la cosa necesarías=-,
estarla expuesto a más tentación. Por la ley tenla sólo Porque, en palabras de san Pablo (Ro. 10:2), «yo les doy testi-
derecho a una comisión y a una compensación por el tiempo monio de que tienen celo de Dios, pero no según el perfecto
y esfuerzo dedicados. conocimiento».

224 225
XIII
ENTRE EL PUEBLO, Y CON
LOS FARISEOS

Hubiera sido dificil ir lejos tanto por Galilea como por


Judea sin entrar en contacto con un peculiar y notable tipo
de individuo, diferente de todos los que le rodeaban, y que
en el acto llamaría la atención. Así era el fariseo. Halagado
o temido, evitado o adulado, considerado con reverencia o
ridiculizado, era igualmente un poder en todas partes, tanto
eclesiástica como políticamente, como perteneciente a la fra-
ternidad más influyente, más celosa y más estrechamente
relacionada, y que en la prosecución de sus fines no ahomba
ni tiempo ni esfuerzos, no temía a níngün peligro ni evitaba
las consecuencias. Por familiar que suene el nombre a los lec-
tores del Nuevo Testamento y a los estudiosos de la historia
judía, no hay tema acerca del que se tengan conceptos más
inexactos y carentes de rigor que acerca del fariseísmo, ni
ninguno que, rectamente entendido, dé una mejor indicacidn
del estado del judaísmo en tiempos de nuestro Señor, o que
ilustre mejor sus palabras y sus acciones. Contemplemos pri-
mero al fariseo mientras que con aparente calma se mueve
en medio de la multitud, que o bien le abre paso respetuosa-
mente, o bien lo mira con curiosidad.
Es probable que no hubiera ninguna ciudad ni pueblo
habitado por los judíos que careciera de fariseos, aunque es
natural que se reunieran preferentemente alrededor de Jerusa-
lén con su Templo; y lo que, quizá, debe haber sido más

227
querido para el corazón de un fariseo genuino: sus cuatro- menos acerca de su identidad. Su porte de autosatisfaccidn,
cientas ochenta sinagogas, sus sanedrines (grandes y peque- o bien de aparente modestia u ostentosamente manso, lo trai-
flos), y sus escuelas y academias. No sería dificil reconocer cionaría, incluso con independencia de su altanería hacia los
al tal. �dando detrás de_ él lo más probable era que pronto demás, de su evitación de todo contacto con personas o cosas
se detuviera para pronunciar sus oraciones prescritas. Si había que él consideraba impuras, y de sus extravagantes exhibicio-
llegado el tiempo fijado para ellas, se detendría en medio del nes religiosas. Estamos, naturalmente, refiriéndonos a la cla-
camino, recitaría quizá una sección de las oraciones se ade- se, o más bien al partido, como tal, y a sus tendencias, y no
lantaría, recitaría otra sección, y así, hasta que, po; mucbo a todos los individuos que lo componían. Además, había, co-
que se pudiera estar indeciso acerca de otras cosas, no pudiera mo veremos, varios grados entre ellos, desde el más humilde
h�ber duda de ningdn tipo acerca de lo conspicuo de su devo- fariseo, que era simplemente miembro de la fraternidad, sólo
cíen en el mercado o en las esquinas de las calles. Allí se iniciado en el más bajo escalón, o quizá incluso un novicio,
quedaría de pie, como le enseflaba la ley tradicional pondría hasta el más avanzado chastd, o «pietista». Este ültímo, por
los pies bien juntos, arreglaría su cuerpo y vestime�ta. y se
inclinaría tanto «que cada vértebra de su espalda se quedaría ejemplo, presentaría cada día una ofrenda por la culpa, en
separada», o al menos hasta que «la piel sobre su corazón caso de que hubiera cometido alguna ofensa de la que tuviera
cayera en pliegues» (Ber. 28 b). El obrero dejarla caer sus dudas. Los extremos a los que llegaba la puntillosidad de esta
herramientas, el mozo de cuerda su carga; si alguien tenía ya clase, en la observancia de las leyes de la pureza levítica,
un pie en el estribo, lo sacaría. Había llegado la hora, y no pueden colegirse de un rabí que no quería pennitir que su hijo
se podía dejar que nada le interrumpiera o perturbara. La se quedara en la estancia mientras él estaba en manos del
misma salutación de un rey, se afinnaba, debía quedar sin cirujano, para que no se contaminara con el contacto del
respuesta; incluso si una serpiente se enroscaba alrededor del miembro amputado, que, naturalmente, estaría por ello mis-
talón, no se debía prestar atención a ello. Y no eran sólo las mo muerto. Otro chasld iba hasta tal punto en su celo en la
ocasiones prescritas para la oración las que así demandaban observancia del sábado que no quería reconstruir su casa
sus devociones. Al entrar en un pueblo, y al dejarlo, debía porque había pensado acerca de ello en sábado; y era incluso
pronunciar al menos una o dos bendiciones; lo mismo al pasar considerado por algunos cosa impropia confiar una carta a
por una fortificación, al afrontar cualquier peligro, al encon- un gentil, [por si acaso fuera a entregarla en un día santo!
trarse con cualquier cosa nueva, extrafta, hennosa o inespe- Éstos son casos reales, pero en absoluto extremos. Porque un
rada. Y cuanto mds tiempo orara, tanto mejor. En opip.ión de rabí contemporáneo de los apóstoles se vio realmente obliga-
los r:abinos esto tenía una doble ventaja: porque «la mucha do a denunciar, como incompatibles con la pennanencia de
oración será seguramente oída», y «la oración prolija prolon- la sociedad, las fantasías de los llamados «Chasid Shoteh»,
ga la vida». Al mismo tiempo, como cada oración empezaba o pietistas memos. Lo que se significaba por esto se verá de
Y tenninaba con una bendición del Nombre Divino, había un casos como ¡el de rehusar salvar a una mujer de ahogarse por
especial mérito religioso en el mero ndmero, y un centenar miedo a tocar una hembra, o de esperar a quitarse las filacte-
de «bendiciones» pronunciadas en un día era una especie de rias antes de extender una mano para rescatar a un níño de
medida de gran piedad. · ahogarse en el agua!
Pero al ver a un fariseo cara a cara podía aón dudarse Los lectores del Nuevo Testamento recordarán que la
vestimenta misma de los fariseos difería de la de los demás.
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Por sencillo que sea el atavío de los orientales, no se debe bierto. El cinto, que era ceftido más abajo que en el caso de
creer que en aquellos tiempos no se distinguieran tanto, si no los hombres era frecuentemente de un tejido muy costoso Y
más, el rango, la riqueza y el lujo que en nuestros días. Es recamado �n piedras preciosas. Las sandalias eran sencilla-
indudable que el refinado griego, el cortesano herodiano, el mente suelas de cuero atadas a los pies; pero las damas
rico saduceo, así como muchas de las damas patrocinadoras llevaban también costosas zapatillas, algunas veces bordadas,
de los fariseos (Josefo, Antlgtüdades, XVII. 2:4), habrían o adornadas con piedras preciosas, y hechas de tal manera
sido fáciles de reconocer. En todo caso, los escritos judíos que la presión del pie emitía un delicado perfume. Es cosa
nos dan tales descripciones de su atavío que casi podemos bien sabida que los perfumes y ungüentos estaban muy en
transponamos en la imaginación a la sociedad selecta de Ti- boga, y que a menudo eran muy caros (Mt. 26:7).. Los un-
berias, Cesárea, Jerusalén, o entre los de «la dispersión» que güentos eran preparados con aceite y perfumes nacionales �
residían en Alejandría o en las ricas ciudades de Babilonia. extranjeros, guardándose los más caros en costosos n:c1-
pientes de alabastro. Sin embargo, la actividad del pe�m1sta
Parece que en total se precisaba de dieciocho prendas para era considerada con menosprecio, no sólo entre los Judíos,
totalizar un atavío elegante. El material, color y corte distin- sino también entre las naciones. No obstante, en la sociedad
guían al que lo vestía. Mientras que los pobres empleaban el en general la unción iba combinada con el lavamiento, como
manto exterior como cubierta para la noche, los ricos lleva- tendente a la comodidad y al refrescamiento. Se ungían la
ban vestidos del blanco más fino, con bordados, o incluso cabeza, la barba, la frente y el rostro, e incluso las guirnaldas
vestidos de p11rpura. con cintos de seda ricamente ornamen- que se llevaban en las fiestas. Pero el lujo iba mucho más
tados. Era alrededor de esta vestidura exterior que se llevaban allá de esto. Algunas damas empleaban cosméticos, pintándo-
«los flecos» que los fariseos «alargaban» (Mt. 23:.5). A éstos se las mejillas y emtegreciéndose las cejas con una _mezcla
nos referiremos más adelante. Por el momento seguiremos de antimonio, zinc y aceite. El cabello, �ue era considerado
con nuestra descripción. La prenda interior iba hasta los un punto principal de la belleza, era objeto de un cuidado
talones. El tocado consistía en un sombrero puntiagudo, o en especial. Los jóvenes lo llevaban largo; pero en lo� ho�bres
una especie de turbante, de material más o menos exquisito, hubiera sido considerado como una señal de afcminamíento
y cuidadosamente anollado, cuyos extremos frecuentemente (1 Co. 11:14). La barba era cuidadosamente recortada, ungida
colgaban graciosamente por detrás. Los guantes se emplea- y perfumada. A los esclavos no se les permitía llevar barba.
ban generalmente sólo como protección. En cuanto a las Las muchachas campesinas se recogían el cabello con un
damas, además de las diferencias de vestido, la antigua acusa- sencillo nudo; pero las judías elegantes se lo rizaban y
ción de Isaías (3:16-24) en contra de las hijas de Jerusalén trenzaban adornando las trenzas con adornos de oro Y perlas.
podría ser repetida con un décuplo énfasis en los tiempos del El color f;vorito era una especie de pardo rojizo, para produ-
Nuevo Testamento. Leemos acerca de tres clases de velos. cir el cual se tenía el cabello, o bien se esparcía en él polvo
Los árabes caían desde la cabeza, dejando a su portadora libre de oro. Leemos incluso acerca de pelucas (Shab. VI. 3), así
para verlo todo a su alrededor. El velo era una especie de como también que en Judea se llevaban dientes postizos.
mantilla, echado graciosamente alrededor de toda la persona Desde luego, como a este respecto tampoco no hay nada. nue-
y cubriendo la cabeza; mientras que los egipcios se parecían vo bajo el sol, tampoco nos sorprende e�contrar r_nenc10ncs
al velo de las orientales actuales, cubriendo el pecho, el cue- de agujas de cabello y de elegantes peinetas, m leer que
llo, la barbilla y el rostro, y dejando sólo los ojos al descu-
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algunos esnobs judíos iban regulannente a que les arreglaran a su hennosa poseedora a caminar �on pasos I>C9Uefl.os y
el cabello. Sin embargo, el negocio de peluquero no era consi- afectados. Si a esto añadimos las aguJas de oro y diamantes,
derado como muy respetable, al igual que el de perfumista. 1 y decimos que nuestra descripción se basa estrictamente en
En cuanto a los adornos, los caballeros llévaban generalmente fuentes coetáneas, el lector tendrá alguna idea de la apariencia
un sello, bien en el dedo anular, bien colgando del cuello. de la sociedad elegante. i • • • •

Algunos de ellos llevaban también brazaletes por encima de El bosquejo que se acaba de dar será de cierta utilidad s1
la muñeca (generalmente en el brazo derecho), hechos de nos es de ayuda para ser más plenamente conscientes del con-
traste que presentaba con todo ello la apariencia de� fariseo.
marfil, oro o piedras preciosas. Naturalmente, las damas ele- Sea que fuera rígidamente severo, suavemente gentil o celo-
gantes se adornaban de manera similar, af'ladiendo a los bra- samente fervoroso, evitaría cuidadosamente todo contacto
zaletes anillos para los dedos, anillas en los tobillos, aros en con uno que no perteneciera a la fraternidad, o incluso con
l�. nariz, pendientes, hermosos tocados, collares, cadenas y aquellos que ocuparan en ella un grado inferior, como vere-
d1Jes. Como puede ser de interés general, aftadimos unas des-
cripciones. El pendiente era o bien sencillo, o bien tenía inser- mos más adelante. Seña también reconocible por su misma
tados una gota, un colgante o una campanita. El aro de la vestimenta. Porque, en palabras de nuestro Seftor, los fariseos
nariz, que la ley tradicional mandaba que debía ser quitado «ensanchaban sus filacterias» y "<alargaban los flecos de sus
en sábado, colgaba graciosamente sobre el labio superior, mantos». Esta última observancia, al menos por lo que ataftía
pero de modo que no estorbara el saludo con una amistad a llevar franjas memoriales en los bordes de los vestidos (no
privilegiada. Se llevaban dos clases de collares: uno ajustado, el agrandamiento conspiculo de estas franjas), se apoyaba
y el otro, frecuentemente consistiendo de piedras preciosas realmente en una ordenanaa divina (Nm. 15:37; Dt. 22:12).
o perlas, colgando sobre el pecho, a menudo hasta tan abajo En la Escritura se prescribe que estas franjas deben ser azules,
el color simbólico del pacto; pero la Misná admite también
como el cinto. La dama elegante llevaría dos o tres cadenas, que sean blancas (Men. IV. 1). No se hace frecuente referen-
con las que iban botellitas de perfume y varios ornamentos, cia a ellas en el Nuevo Testamento (Mt. 9:20; 14:36; 23:S;
incluso «amuletos» paganos. Del tocado, que a veces se le- Mr. 6:56; Le. 8:44). Como ya se ha dicho, se llevaban en el
vantaba como una torre, o que iba arrollado en graciosas espi- borde de la vestidura exterior, práctica que indudablemente
rales serpentinas, descendían pendientes de oro. Las anillas era seguida por todo israelita piadoso. Posterionnente, el mis-
de los tobillos estaban hechas de tal manera que al andar ticismo judío descubrió en estos fleco� del borde p�fundas
sonaran como campanillas. Algunas veces las anillas de los referencias a la fonna en que la Sheklnd se envolvió e� la
dos tobillos estaban encandenadas entre sí, lo que obligaría creación, y llamaba la atención de cada israelita al hecho de
que si leemos en Nm. 15:39 (en hebreo): «Miraréis sobre él
y recordaréis», este cambio d� gén�ro. (porque la �alabra
l. Bl erudito Ughtfoot (Hora,: Hi!br. p4gs. 498 y 1081) haexpruado dudu hebrea para «flecos» es femenino) indicaba: «que s! tá lo
acerca de si el nombre «Magdalena» debe ser traducido «de Magdalb o haces así, es lo mismo que si vieras el trono de la Glona, que
•la peluquera». Hemos seftalado en un capítulo anterior que los habitantes es como azul». Y así creyéndolo, el piadoso judío se cubría
de Magdalt se dedicaban a e.stas y similares ocupaciones. Pero los puajea
rabínicos a los que se refiere Lightfoot no son satisfactorios, por cuanto
es1'n evidentemente dictados por un mimo especial en contra de Cristo y 2. Comparar mi History of the Jewish Nailon. p4gs. 315-318,
del cristianismo.
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232
la cabeza con esta misteriosa prenda con flecos, en marcado das con ella, son tan características de este partido, que añadí-
contraste co� l� cual san Pablo declara, en cambio, que todas remos unos cuantos particulares más acerca de ello.
estas. supersticiosas prácticas son deshonrosas (1 Co. 11:4).' Las «tephillin» se llevaban en el brazo izquierdo, hacia el
S1 la práctica de llevar bordes con flecos tenía autoridad corazón, y en la frente. Consistían -en una descripción apro-
escritura!, estamos bien convencidos de que no se podía decir ximada-, en unas cápsulas que contenían, en pergamino (y
lo mismo de las llamadas «filacterias». La observancia surgió en la de la cabeza, en cuatro _pergaminos diferentes), estos
de una interpretación literal de Éx. 13:9, que no está justíñ- cuatro pasajes de la Escritura: Ex. 13:1-10; 13:11-16; Dt. 6:4-
cada ni siquiera por la posterior instrucción de Dt. 6:8. Esto 9 y 11:13-21. Las cápsulas eran atadas con correas de cuero
se ve incluso en su repetición en Dt. 11: 18, donde se indica negro, alrededor del brazo y de la mano (siete veces alrc.dcdor
d� inmediato el sentido y propósito espiritual de la ínsnuc- del primero y tres veces alrededor de la segunda), o bien se
c1ón, y en la comparación de expresiones similares, que evi- colocaban en la frente de una manera prescrita y mística-
dentemente no podían ser tomadas literalmente, como Pr. 3:3; mente significativa. Su portador no podía pasar desaper-
6:21; 7:3; Cnt 8:6; Is. 49:16. B1 mismo ténnino empleado cibido. Pero con respecto a su valor e importancia a los ojos
por los rabinos para las filacterias, «tephillin», filetes de de los tabinas, sería imposible exagerarlos. Eran tan reveren-
oración, tiene un origen relativamente reciente, por cuanto no ciadas como las Escrituras, y, lo mismo que ellas, podían ser
aparece en el Antiguo Testamento hebreo. Los samaritanos rescatadas de las llamas en día de sábado, aunque no podían
no las reconocían como de obligación mosaica, como tampo- ser llevadas en aquel día porque ¡constituían una «carga»! Se
co lo admiten los judíos karaítas, y hay, por lo que nos parece decía que Moisés había recibido la ley acerca de su obser-
a nosotros! evidencia suficiente de que en tiempos de Cristo vancia de parte de Dios en el monte Sinaí; que las «tephillin»
las filactenas no eran de uso universal, ni siquiera por parte eran más sagradas que la placa de oro en la frente del sumo
de los sacerdotes mientras oficiaban en el Templo. Aunque sacerdote, por cuanto esta dltima inscripción tenía sólo una
las palabras de nuestro Seftor parecen sólo condenar de un vez el nombre de Jehová, en tanto que la escritura en el
modo expreso el ensanchamiento de las filacterias, con pro- interior de las «tephillin» lo contenía nada menos que vein-
pósitos de ostentación religiosa, es düícil creer que Él mismo titrés veces; que el mandamiento de llevarlas igualaba a todos
las llevara. En todo caso, en tanto que un israelita ordinario los otros mandamientos juntos, y otras extravagancias sími-
sólo se las pondría para la oración o en ocasiones solemnes, lares.' Hasta qué punto podía llegar la profanidad de los
los miembros de la fraternidad farisaica las llevaban todo el rabinos a este respecto se ve por la circunstancia de que supo-
día. La práctica misma, y las posturas y ordenanzas relaciona-

4. No podemos recomendar nada mejor, para 101 que hayan oído que las
ensei\llJIZI.I del Nuevo Testamento se dcrivm de Ju de los rabinos, que
3. � pñc�ca de los modernos judíos ea algo diferente de la de liempo1 comparar los repulsivos detalles acerca de esta �lión, así CO!flO las
anllgUos. �m entrar en detalles, es suficiente aquí decir que llevm debajo relacionadas con la oración, en Der. 23 a a 25 b; o bien que estudien sus
de aus vestidos un pequei'lo cuadrado, con flecos, llamado el pequeilo taUilla interpretaciones de sueños, o detalles, como Der. 62 a b. A los que se les
(de «�al», �ar sombra encima, o cubrir), o el «arbah canphoth» (cuatro ha dicho que Hillol pudiera ser comparado con Josós, les recomendamos
«esqwnu»), nuentru que durante la oración se envuelven en el gran tallitls, la lectura de lo que a veces ocupaba la enseñanza del gnn rabí judío, por
el llamado manto de oraci6n. ejemplo en Bu. 23 a.

234 235
ruan al mismo Dios llevando filacterias (Ber. 6 a). Este hecho mandamiento de Dios» a fin de «aferrarse a las tradiciones
lo deducían de Is. 62:8, donde «la mano derecha» por la que de los hombres» (Mr. 7:7, 8).
Jehová jura se supone que hace referencia a la ley, segén la Antes de apartamos de este tema, puede que sea conve-
ültíma cláusula de Dt. 33:2, mientras que la expresión «fuerza niente explicar el significado del término griego «filacterias»
de su brazo» se aplicaba a las «tephillin», por cuanto el tér- para estas «tephillin», e ilustrar la aptitud del ténnino. Se ad-
mino «fuerza» aparece en el Sal. 29: 11 en relación con el mite hoy día casi universalmente que el verdadero significado
pueblo de Dios, y era a su vez explicado con referencia a Dt. de las filacterias es equivalente al de amuletos o talismanes.
28:10. Porque da fuerza» del pueblo de Dios (Sal. 29:11) es Y como tales los rabinistas realmente los consideraban y tra-
lo que haría a todos temer a Israel (Dt. 28:10); y esto dltimo taban, por mucho que negaran toda relación con las posturas
se debería a ver que Israel era «llamado por el nombre de paganas. Con relación a esto no vamos a entrar en el desagra-
Jehová», siendo �sible esta demostración ocular por medio dable tema de sus supersticiones paganas, como las que
de las «tephíllín». Ésta era la evidencia que el tradicionalismo trataban de dónde encontrar, cómo detectar y por qué medios
aportaba en favor de una proposición tan monstruosa. librarse de los malos espíritus, o cómo conjurar la presencia
Lo anterior puede ser dtil como muestra a la vez de la de demonios -tal como se indican en el Talmud-. Conside-
exégesis rabínica y de sus inferencias teológicas. Será tam- rando el estado de la civilización en aquel tiempo, y la general
bién de ayuda para comprender cómo en un sistema así po- prevalencia de la superstición, no debiéramos quizá sorpren-
drían echarse a un lado las objeciones indeseadas, que surgie- demos por todo esto, si no fuera por las pretensiones que
ran del sentido llano de las Escrituras, exaltando las interpre- hacían los rabinos a la autoridad divina y por el terrible con-
taciones de los hombres por encima de las enseflanzas de la traste evidente entre sus enseñanzas, y no diremos ya la del
Biblia. Esto nos lleva directamente a la acusación de nuestro Nuevo Testamento, sino la del Antiguo. Con referencia a las
Seftor en contra de los fariseos (Mr. 7:13) de que «anulaban «filacterias», incluso el lenguaje de Josefa (AntigUedades,
la Palabra de Dios» con su «tradición». Este hecho, tan terri- IV. 8:13) tiene un regusto de creencia en su eficacia mágica,
ble como es, quizá no quede más claramente patente en nin- aunque en esta cuestión él es fiel a sí mismo, mostrándonos,
guna otra ocasión que en relación con estas mismísimas al mismo tiempo, que ciertas posturas de gratitud estaban ya
«tephillín». Leemos en la Misná (Sanh. XI. 3) literalmente en boga en su época. Porque, al escribir acerca de las filacte-
lo que sigue: «Es más digno de castigo actuar en contra de rias, que, mantiene él, los judíos llevaban como recuerdo de
las palabras de los escribas que en contra de las Escrituras. su anterior liberación, observa 61 que la expresión de su grati-
Si alguien fuera a decir: "No existe cosa alguna como los tud «servía no sólo a guisa de agradecimíento por el pasado,
tephillin, a fin de actuar en contra de las palabras de la Escri- sino también a guisa de invitación de futuros favores». Se
tura, no debe ser tratado como un rebelde." Pero si dijera: podrían citar muchos ejemplos de las ideas mágicas que
"Hay cinco divisiones en los filetes de oración" [en lugar de seguían a estos «amuletos», pero las siguientes serán sufi-
las cuatro en las de la frente, como ensenaban los rabinos], cientes. Se dice que cuando un cierto rabí abandonó la
a fin de afladir a las palabras de los escribas, es culpable.»
Desde luego, difícilmente podría encontrarse un ejemplo más audiencia de un cierto rey, le dio la espalda al monarca. Por
sen.alado de «ensenar como doctrinas los mandamientos de esta razón los cortesanos habrían dado muerte al rabí, pero
hombres», e incluso. en base a ellos mismos, de «dejar el se detuvieron al ver que las correas de sus «tephíllin» resplan-
decían como bandas de fuego a su alrededor, con lo que se
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verificó la promesa en Dt. 28:10 (Jer. Ber. V. 1). En verdad, estancias superiores en las fiestas, y de los principales
se afinna de manera expresa en un antiguo Targum judío asientos en las sinagogas, y saludos en los mercados, y el ser
(sobre Cnt. 8:3) que las «tephillin» impedían a todos los llamados por los hombres rabí, rabí («mi grande, mi gran-
demonios hostiles hacer dallo a ningdn israelita. des), en lo que tanto se deleitaban sus corazones.
Lo dicho hasta ahora preparará en cierta medida al lector En verdad, representaban mayonnente, en uno u otro gra-
para investigar la historia e influencia de los fariseos en los do �e su orden, lo que de fervor y celo religioso quedaba en
tiempos de Cristo. Se debe mantener presente que el patriotis- la tierra. El nombre de ellos -probablemente no elegido por
mo y la religión se combinaron por un igual para elevarlos ellos mismos al principio- había venido a ser para algunos
en la estimación popular. Lo que hizo de Palestina una tierra w_i refrán oprobioso, y para otros un nombre de partido. Y
separada y dis�ta de las naciones paganas alrededor, entre tristemente hablan decaído de su tendencia original, al menos
las que las familias gobernantes hubieran querido asimilarlos en la mayor parte de los casos. No eran necesariamente «es-
fue aquel �lemento judfo que los fariseos representaban. � críbas» ni «doctores de la ley», ni siquiera «maestros de la
mismo ongen como partido se remontaba a la gran lucha ley». Tampoco se trataba de una secta en el sentido usual del
nacional que había liberado el suelo de Palestina del dominio término. Pero sí que eran una fraternidad, que consistía de
sirio. A su vez los farieos habían dejado a aquellos Macabeos varios grados, para la que había un noviciado regular, y que
a los que habían primero dado su apoyo, y afrontaron la per- estaba ligada por unos votos y unas obligaciones especiales.
secución y la muerte cuando los descendientes de los Maca- Esta fraternidad era, por así decirlo, hereditaria; de manera
beos cayeron en la pompa mundana y en las formas de hacer que san Pablo podía referirse en verdad a sí mismo como «fa-
grie�as, y quisieron combinar la corona regia de David con riseo de fariseos» �fariseo hijo de fariseos»-. Es suficien-
l� matra sumosacerdotal. Y ahora, fuera quien fuera que sin- temente conocido que sus principios generales llegaron a ser
tiera temor de Herodes y su familia, los fariseos al menos no los dominantes, y que ellos dieron su distintividad tanto a la
iban a contemporizar ni a comprometer sus principios. ¿No enseflanza como a la práctica de la sinagoga. Pero lo
eran ellos los representantes de la ley de Dios, no sólo de la tremendo de la influencia que deben haber tenido se verá
dada a Israel en el monte Sinaí, sino de aquellas ordenanzas mejor en el simple hecho, que aparentemente ha sido muy
más secretas que fueron sólo oralmente comunicadas a pasado por alto, de sus nameros increíblemente exiguos.
Moisés, en explicación de/y adición a la Ley? Si ellos habfan Segtin Josefo (Ant. XVII. 2, 4), el número de la fraternidad
hecho «una valla» alrededor de la ley, era sólo con vistas a ascendía en tiempos de Herodes sólo a alrededor de �s1eis mil
1 1

la segun.dad de Israel, y para su mejor separación de todo lo miembros. Pero [esta minoría inconsiderable pudo confonnar
que era impuro, así como de los gentiles. En cuanto a ellos el judaísmo en su molde, y para un tan gran mal dar su
mismos, estaban obligados por votos y obligaciones de la dirección definitiva a la nación! De cierto que los impulsos
clase más estricta. Sus tratos con el mundo exterior a su fra- de un movimiento así deben haber alcanzado el mismo cora-
ternidad, sus ocupaciones, sus prácticas, su porte, su mismo zón de la vida religiosa judía. Los que éstos fueran y cómo
vestido y apariencia entre aquella abigarrada multitud, bien afectaron a toda la comunidad, es un asunto que merece y
descuidada, alegre y helenizada, o bien autocondenada por demanda no un mero examen de pasada, sino una atención
una práctica en triste discordancia con la profesión y princi- especial y cuidadosa.
pios judfos que pretendían, les ganarían la distinción de las

238 239
XIV
LA «FRATERNIDAD» DE LOS
FARISEOS

Para considerar el estado de la sociedad religiosa en


tiempos de nuestro Senñor, se debe tener siempre en mente el
hecho de que los fariseos eran una «orden» regular, y que
había muchas de estas «fraternidades» en gran medida deri-
vadas de los originales fariseos. Porque el Nuevo Testamento
simplemente nos transporta entre escenas y actores coetá-
neos, dando por supuesto, por así decirlo, el estado de cosas
entonces existente. Pero el hecho al que se hace referencia
explica muchas circunstancias aparentemente extrañas, y
arroja una nueva luz sobre todo. Asf, si -para escoger una
ilustración- nos preguntamos cómo pudieron encontrarse
tan poco después como la maftana después de la larga discu-
sión en el Sanedrín, que tiene que haber ocupado una parte
considerable del día, «más de cuarenta hombres» que «trama-
ron un complot» bajo un anatema de no comer ni beber «hasta
que hubiesen dado muerte a Pablo» (Hch. 23:12, 21), y más
aún, si nos preguntamos cómo tal «complot» o «conjura-
ción», que, por su misma naturaleza, debía ser guardada
como un profundo secreto, pudo ser conocido por «el hijo de
la hermana de Pablo» (v. 16), las circunstancias del caso dan
una explicación suficiente. Los fariseos eran profesamente
una «Chabura», esto es, una fraternidad o «corporación»
-y ellos, o algunas de sus fraternidades asociadas, podrían

241
dar el personal adecuado para tal «banda», para los que este viva!» Pero mientras que comprendemos así la cond�cta de
«voto» adicional no seña nada nuevo ni extrafto, y, por asesí- los fariseos, tampoco debemos sentir ninguna aprensión por
no que sonara, sólo parecería un cumplimiento adicional de las consecuencias para aquellos «más de cuarenta hombres»
los principios de su «orden,._, Además, por cuanto la esposa por su temerario voto. El Talmud de Jerusalén (Avod. Sar.
y todos los hijos de un «chaber», o miembro, eran lpso facto 40 a) nos da aquf la siguiente curiosa ilustración que casi
miembros de la «Chabura», y el padre de Pablo había sido parece un comentario: «Si un. hombre hece.un vo� de abste-
un «fariseo» (v. 6) la hennana de Pablo también perteneceña, nerse de comida, ¡ay de él s1 come, y ay de él sr no co�el
por su nacimiento, a la fraternidad, incluso con índependen- Si come peca contra su voto; si no come, peca contra su vida.
cia de la probabilidad de que, scgdn los principios del partido, ¿Qué debe entonces hacer él? Que se presente delante de "los
se hubiera casado en el seno de una familia farisea. Y tam- sabios", y ellos le absolverán de su voto.» E� relación co!l
poco tenemos que asombramos de que la rabia de todo el todo este asunto es una coincidencia muy curiosa. por decir
«orden» contra Pablo hubiera llegado a un extremo que el lo mínimo, que en la misma época en que el partido tomó
celo judío ordinario podía apenas explicar. El día antes, la esta acción contra san Pablo, o inmediatamente después, fue-
excitación de la discusión en el Sanedñn había ocupado su ran promulgadas tres nuevas normas por Simeón, el hijo de
atención, y en cierta medida la había apartado de Pablo. La Gamaliel (el maestro de Pablo), que se ajustañan de manera
observación apolog6tica que se hizo entonces (v. 9): «¿Qu6, exacta al caso de san Pablo. La primera de ellas ordenaba que
si un espíritu le ha hablado, o un ángel? ¡No luchemos contra en el futuro los hijos de un «Chaber» no lo serían necesaria-
Dios!», viniendo inmediatamente después de la observación mente, sino que ellos mismos precisarían de una esP4:Cial re-
(v. 8) de que los saduceos decían «que no hay... ni ángel ni cepción en el «orden»; la se�nda, que deberla ��1derarse
espíritu», puede indicar que los fariseos estaban tan ansiosos la conducta anterior del candidato antes de admitirlo en la
por una victoria dogmática sobre sus oponentes como para fraternidad; mientras que la tercera ordenaba que ��alquier
estar dispuestos a echar el escudo de la «fraternidad» sobre miembro que hubiera dejado el «orden», o que se hiciera pu-
uno de sus profesos miembros. Pero con la noche vinieron blicano, nunca podía volver a ser recibido.
otros pensamientos más calculadores. Bien estaba defender Tres palabras de sentido moderno, que últimamente se han
a uno de su orden en contra de los saduceos, pero era into- hecho excesivamente familiares, probablemente nos serán de
lerable tener a tal miembro en la fraternidad. Apenas si se más ayuda para comprender todo el estad? de cosas que unas
podía concebir un mayor ultraje sobre cada principio y voto explicaciones más prolijas. Están relacionadas con aquel
--sobre la misma razón de ser de la «Chabura»- que la sistema eclesiástico que en tantos respectos parece la contra·
conducta de san Pablo y aquellas posturas por las que 61 partida del rabinismo. El ultramontanismo es una direc�ión
abogaba. Incluso considerándolo como un simple israelita, la del pensamiento religioso. Los ultramontanos son � parti�o.
multitud que llenaba el Templo sólo había podido ser refre- Y los jesuitas constituyen no sólo su mayor expresión, smo
que constituyen un «orden» que, originándose en un aviva-
nada por los paganos, el día antes, de llevar a cabo la vengan- miento del espíritu del papado, dan �rig�n a _los ultramon!,8-
za sumaria sobre él de «mucne por apalizamiento del rebel- nos como partido, y, en la más amplia d1fus1ón de sus pnn-
de». ¡Cuánto más verdaderamente era ésta la convicción del cipios, al ultramontanismo como tendencia. Bien, todo esto
partido, y no meramente el clamor de un populacho excitado: se aplica igualmente a los fariseos y al fariseísmo. Para com-
«¡Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que
243
242
«Chasidim», se resolvieron a ser «Nivdalim», o «separados
pletar la analogía, el orden de tos jesuitas consiste también de todas las inmundicias del paganismo» alrededor. Lo pri-
de cuatro grados,1 cosa curiosa, ¡el ndmero exacto de los de mero representaba, por as{ decirlo, lo positivo en su religión,
la fraternidad de «los fariseos»! Como el orden de los jesui- y lo segundo lo negativo. Es sumamente interesante señalar
tas, e� de los fariseos se originó en un periodo de una gran cómo el anterior fariseo (o «separados) Pablo tuvo esto a la
reacción religiosa. Ellos mismos se deleitaban en remontar vista al presentar la vida del cristiano como la del verdadero
su historia hasta la época de Esdras, y puede que hubiera una «chasid» y por tanto «Nivdal» -en oposición a los fariseos
verdad sustancial, si bien no literal, en sus pretensiones.
Porque leemos en E:id. 6:21; 9:1; 10:11 y Neh. 9:2 acerca de del externalismo- en pasajes como 2 Co. 6:14-7:1, tenni-
los «Nivdalim», o aquellos que se habían «separado» «de las nando su amonestación a limpiarnos «de toda contamínacíén"
inmundicias de los gentiles», mientras que en Neh. 10:29 de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor
encontramos que entraron en una solemne protesta y jura- de Dios». Y así la anterior vida y pensamiento de san Pablo
mento, con unos votos y obligaciones definidos. Y es cosa parecen haberle servido como el tipo de realidades espiri-
cierta qu� la palabra aramea «Perishuth» también significa tuales de su nuevo estado.'
«separación», y que los «Perushim», o fariseos, de la Misná Dos puntos en la historia judía atraen aquí nuestra especial
son, por lo que respecta al significado del término, «los sepa- atención, sin intentar desentrañar la red algo enrevesada de
rados» o los «Nivdalim» de su periodo. Pero aunque podían acontecimientos. El primero es el periodo inmediatamente
de esta manera, no sólo lingüística sino históricamente, re- después de Alejandro Magno. Uno de los objetivos del impe-
montar sus orígenes a aquellos que se habían «separado» en rio que había fundado era helenizar el mundo; y este propó-
los tiempos de Esdras y Nehemías, no eran sus sucesores en sito fue totalmente proseguido por sus sucesores. Por ello,
espíritu; y la diferencia entre las designaciones «Nivdalim» encontramos un círculo de ciudades griegas surgiendo a lo
Y «Perushim» seftala también a la mayor diferencia interna largo de la costa. desde Anthedon y Gaza al sur, y hacia el
posible, aunque pueda haber venido a ser así gradualmente norte a Tiro y Seleucia, y hacia el este a Damasco, Gadara,
en el curso del desarrollo histórico. Todo esto quedará más Pella y Filadelfia, rodeando completamente la tierra de Israel.
clarificado a continuación. Así el movimiento fue avanzando hacia el interior, tomando
En tiempos de Esdras, como ya se ha señalado, hubo un cabezas de puente en Galilea y Samaria, y suscitando un par-
gran avivamiento religioso entre aquellos que habían regre- tido con una creciente influencia y mayores números entre
sado a la tierra de sus padres. La profesión que había de anti- el pueblo. Fue ast' bajo estas circunstancias que los
guo caracterizado sólo a individuos en Israel (Sal. 30:4;
31 :23; 37:28) fue ahora asumida por el pueblo del pacto como
un todo: vinieron a ser los «Chasidim» o «piadosos». Como 2. La palabra griega para «inmundicia» aparece sólo en este pasaje, pero
el verbo del que se deriva parece tener una alusión ceremonial en los tres
l. Cuando se hace referencia a los cuatro grados en el orden de los jesuitas pasajes en que se emplea: 1 Co. 8:7; Ap. 3:4; 14:4.
se hace referencia a los que se profe.san. Estamos naturalmente al tanto d� 3. Si san Pablo fue originalmente un fariseo, los relatos dados por la
los llamados «pro/essi trium votorum», de los que nada concreto se sabe tradición mú antigua (Eusebio, Hlst, Ecl. II. 23), comparados con los de
�eaJJ:nente en el mundo exterior, y a los que podemos considerar como «los Josefo (AntigiJedades XX, 9: 1). casi nos llevarían a creer que Santiago era
Jesuitas secretos», Y de los «coadjutores» laicos y cl�rigos, cuyos servicios un «Chasid». Tanto mú significativo serla entonces el papel que tuvo al
y votos son temporales. remover el yugo de la ley de los conversos gentiles (Hch. lS:13-21).

244 24S
«Chasidim» como partido se levantaron para detener el to- cipación, o aplicando ténninos posteriores a circunstancias
rrente que amenazaba con abrumar por un igual la religión anteriores, porque no pueden abrigarse muchas dudas de que
y la nacionalidad de Israel. Pronto vino el verdadero enfrenta- los esenios, a los que nombra al mismo tiempo, no tenían
miento, y con él el segundo gran período de la historia del entonces una existencia organizada. Sin poner en tela de
judaísmo. Alejandro Magno había muerto en julio del 323 juicio, para emplear un término moderno, que la «tendencia»
a.c. Alrededor de un siglo y medio después, los «Chasidim» existía en tiempos de Jonatán,4 podernos seftalar a un aconte-
se habían reunido alrededor de los Macabeos por el Dios de cimiento detenninado con el que se relaciona el origen de «la
Israel y por Israel. Pero el celo de los Macabeos pronto dejó fraternidad» de los fariseos. Sabemos por escritos judíos que
paso a las ambiciones y proyectos mundanos. Cuando estos en tiempos de Hircano se estableció una comisión para inda-
lideres unieron en su persona la dignidad sumosacerdotal con gar por toda la tierra acerca de como era observada la ley
la regia, el partido de los «Chasidim» no sólo los abandonó, divina de las contribuciones religiosas por parte del pueblo. 5
sino que se pasó a una oposición activa Les exigieron que El resultado de ello fue que en tanto que la «therumah»,6 u
abandonaran el sumo sacerdocio, y se mostraron dispuestos «ofrenda mecida» sacerdotal, era dada con regularidad, no se
a sufrir el martirio, como sucedió con muchos de ellos, por pagaban ni el primer diezmo, el levítico, ni el llamado
sus convicciones manifiestas. Desde entonces, los «Chasi· «segundo», o «diezmo de los pobres», como la ley ordenaba.
dim» del primer tipo desaparecen como clase. Ya habían Pero tal transgresión involucraba pecado mortal, por cuanto
dejado su lugar como partido a los fariseos, los modernos implicaba el uso personal de lo que realmente pertenecía al
«Nivdalim», y cuando volvemos a encontrarlos son sólo un Señor, Fue entonces que se tomaron las siguientes disposicio-
mú elevado orden o rama de los fariseos, habiéndose trans· nes. Todo lo que «la gente del campo» (am ha-aretz) vendi�ra
fonnado «los piadosos» de antano, por asl decirlo, en «pietis- debía ser considerado «dcmai» -una palabra que se denva
tas». La IJ'adicidn (Mtn. 40) distingue expresamente entre del griego para «pueblo», revelando así el tiempo de su intro-
«los primeros Cbasidim» (harishonim) de «los posteriores» ducción, pero realmente implicando que era «dudoso» que
(acheronim). Es indudable que son algunos de sus principios, hubiera sido diezmado-. En tales casos el comprador tenía
aunque tetlidos con una coloración posterior, los que son que considerar que la «therumah» y «el diezmo de los po-
transmitidos como características de los «chasid» en dichos bres» se debían aún en el momento de la compra. Por otra
de la Misná como: «Lo que es mío es tuyo, y lo que es tuyo
permanece asimismo tuyo» (P. Ab. V. 10); «Dificil de airar,
pero fácil de reconcilian. (11); «Dando limosna, e induciendo
a otros a hacer lo mismo» (13); «Yendo a la casa de estudio, 4. Como prueba do esto, se puedo decir que antes do la institución formal
y al mismo tiempo haciendo buenas obras» (14). del «orden», el rabí José, hijo de Joezer, declaró «!111'1undos• todos. los
La más antigua mención de los fariseos tiene lugar en la vasos de vidrio extranjeros, y el mismo suelo de las tierras de los gentiles,
época de los Macabeos. Como «fraternidad» los encontramos «separando» así a Israel de toda posible relación con los gentiles•
.5 Puede que Josefo haga referencia a los decretos entonces promulgados
por primera vez bajo el gobierno de Juan Hircano, el cuarto por Hircano (AnligUedades XUI. 10:6), cuando se refiere a su «abolición»
delos Macabeos desde Matatías (13S-10S LC.); aunque Jose- después que Hircano rompiera con el partido fariseo.
fo habla de ellos ya dos reinados antes, en tiempos de Jonatán 6. No puedo entrar aquí en explicaciones de la «lh�ah•, pero debo
remitir al lector a mi libro sobre El Templo y sus servuuos, capitulo XIX.
(AntlgUedada, XIII, S:9). Puede que lo haya hecho por and-
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246
parte, los fariseos constituyeron una «Chabura», o fraterni- varios grados. Se mencionan cuatro grados en seguimiento
dad, en la que cada miembro, «Chaber», o «compañero», se de un creciente rigor en la «purificación,.. Llevaría mucho
comprometía a pagar estos diezmos antes de su uso o venta. tiempo explicar esta cuádruple gradación en sus detalles. Será
Cada «Chaber» era considerado un «neeman» o «acredi- suficiente con decir que, generalmente hablando, un miembro
tado», siendo sus productos comprados y vendidos libremen- del primer grado era llamado un «Chaber- o «Ben hache..
te por el resto de los «Chaberim».7 Naturalmente. la carga de neseth», «hijo de unión», un fariseo ordinario; los otros tres
gastos adicionales que esto involucraba para c�da uno que no grados eran agrupados bajo el nombre genérico de «Teha-
fuera «chaben. era muy grande, por cuanto tenía que pagar roth» (purificaciones). Estos dltimos eran probablemente. los
«therumah» y diezmo sobre todo lo que compraba o usaba, «Chasidim» del período posterior. Bl «Chaber», o fanseo
mientras que e\ fariseo que compraba de otro fariseo estaba ordinario, sólo se obligaba al diezmo y a la evitación de toda
libre. Uno no puede dejar de sospechar que esto, en relación impureza levítica. Los grados más altos, por otra parte, hacían
con normas similares, que gravitaban muy pesadamente so- votos crecíentemente estrictos. Cualquiera podía ingresar en
bre la masa popular, mientras que dejaban «al fariseo» incó- «el orden» si hacía, ante tres miembros, el solemne voto �e
lume, puede subyacer en la acusación de nuestro Seftor (Mt. observar las obligaciones de la fratemidad. Pero era necesario
23:4): «Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen un noviciado de un afio (que fue después abreviado). La mu..
sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo jer o la viuda de un «Chaber», y sus hijos, eran considerados
quieren moverlas.» como miembros de la fraternidad. Los que entraran en la
Pero el riguroso cumplimiento de los diezmos era sólo una familia de un «fariseo» tenían que solicitar la admisión al
parte de las obligaciones de un «Chaben.. La otra parte con- «orden». Las obligaciones generales de un «Chaber» para con
sisUa en una sumisión igualmente rigurosa a todas las leyes los que estaban «fuera» de la fraternidad eran las siguientes:
de la pureza levítica tal como entonces se entendían. Y las No debía ni comprar ni vender nada al mismo. ni en estado
varias cuestiones en cuanto a lo que era, o a lo que hacfa sólido ni líquido; no debía ni comer a su mesa (por cuanto
«llmpíc», dividía al eorden» de los fariseos en miembros d� podría con ello participar de lo que no habla sido diezmado),
ni admitirlo a la suya, a no ser que se hubiera puesto los
vestidos de un «Chaber» (por cuanto los suyos pudieran haber
7. Es a disgusto que disiento de una autoridad como el can6nigo Lightfoot. contraído contaminación); tampoco debía ir a ningún' sepul-
Pero no puedo considerar la referencia a Niddah, 33 b, en su admirable cro; no debía dar «therurnah» ni diezmos a ningún sacerdote
ensayo sobre los esenios (Cotnm#l,lary on tia« Epistle to tha Colbasians, que no fuera miembro de la fraternidad; ni hacer nad� en
pág. 130), como concluyente en cuanto al hecho de que lDl saduceo e presencia de un «am ha..aretz», o no «Cha�ni,, q�e suscitara
incluso un samaritano, pudiera ser un «Chaber». Naturalmente, hay �a temas relacionados con las leyes de la puríñcacíon, etc. En
aplicación general del ténnino «Chabel» a cualquier clase de asociación.
un período posterior se aftadieron otras ordenanzas a éstas,
Pero todo el pasaje Nitldah, 33 b, que se origina en una discusión acerca en parte de carácter ascético. Pero lo que es especialmente
de la comida sobre la que el rabi Papah se muestra muy reacio a entrar, destacable es que no sólo se precisara de un noviciado para
expone que ni el ténnino «samaritano• ni tampoco el de «Chaber» pueden
ser apemiados en su sentido primario. En todo caso, la deolaraci6n de que,
los grados más elevados, similar al de entrada al orden, sino
bajo ciertas circunstancias, «todo Israel debe ser considerado Chaberim», que, así como la vestidura de un no «Chabe� contaminaba
seña decisiva de que no se debe atribuir valor hist.6rico a las expresiones
del rabí Papah.
249
248
a un «Chaberi. del primer grado, así la de éste contaminaba llegarían a someter al mismo globo del sol a sus purificacio-
al del segundo grado, y así sucesivamente.• nes». Por otra parte, se citan oraciones casi epicúreas entre
Para recapitular, la fraternidad de los fariseos estaba liga- sus pronunciamientos, como: «Apresúrate, come y bebe, por-
da por �tos dos votos: el del diezmo, y el que trataba de las que el mundo en que estamos es como una fiesta de bodas»;
paríñcacíones. Como aquí se suscitarían las cuestiones más «Si posees algo, alégrate con ello; porque no hay placeres
variadas en la práctica, y que ciertamente no recibían debajo de la tierra, y la muerte no da respiro... Los hombres
respuesta en la ley de Moisés, se hicieron necesarias las «tra- · son como las flores del campo; algunos florecen, mientras
dícíones», que se suponía que explicaban y suplementaban que otros se marchitan.»
la ley de Dios. De hecho, los rabinos hablan de ellas en este «¡Como las flores del campo!» ¡Qué lejos están de éstas
sentido, y las describen como «una valla» alrededor de Israel las enseñanzas que estas palabras nos recuerdan de otro Rabí
y de su ley. Que estas tradiciones debían remontarse a comu- a quien ellos rechazaron! Y cuando de las palabras de ellos
nicaciones orales dadas a Moisés en el monte Sinaí, y también pasamos al reino que Él vino a fundar, podemos comprender
deducidas por ingeniosos métodos del texto de la Escritura, claramente el esencial antagonismo de naturaleza entre am-
era simplemente una necesidad del caso. El resultado fue un bas cosas. Desde luego, ha sido una añrmacíon temeraria
sistema puramente externo, que a menudo contravenía el pretender relacionar en fonna alguna el origen de las caracte-
espíritu de aquellas mismas ordenanzas cuya letra era servil- rísticas del cristianismo con los rabinos. Y, sin embargo,
mente adorada. Hasta qué punto llevaba frecuentemente a la cuando traemos la imagen del fariseísmo tal como aparece
hipocresía aparece en los escritos rabínicos casi tanto como en los escritos rabínicos al lado del bosquejo que nos da el
en el Nuevo Testamento. Podemos comprender cómo estos Seflor de lo mismo, nos llama la atención no sólo la semejan-
«gulas ciegos» constituían frecuentemente un problema tan za vital, sino la selección de características distintivas del
grande para su propio partido como para otros. «La plaga del fariseísmo presentada en sus reprensiones. En verdad, podría-
f�sefsmo» era una expresión no infrecuente, y esta plaga mos casi seguir .la historia del fariseísmo en los pasajes del
religiosa es puesta al mismo nivel que «un pietista memo, un Nuevo Testamento. El «diezmo de la menta, del eneldo y del
pecador astuto, y una mujer farisea» como constituyendo «los comino», junto con su descuido de las cosas más importantes
problemas de la vida» (Sot. ID. 4). «¿Nos detendremos a de la ley, y «la purificación» de lo exterior, estas dos
explicar las opiniones de los fariseos?», pregunta un rabí, con obligaciones de los fariseos, «valladas», como lo estaban, por
un supremo desd6n por «el orden» como tal. «Es una tra- 1Dl tradicionalismo que anulaba el espíritu de la ley, y que
dición entre los fariseos», leemos (Ab. de R. Nathan, S), se manifestaba en una burda hipocresía y jactancia religiosa,
«atomientarse en este mundo, y sin embargo no ganarán nada ¿no es precisamente lo que acabamos de seguir en la historia
en el venidero». Los saduceos sugerían que «los fariseos del «orden»?

8. SI imposible reproducir aquí los puajes talnn1clicos que dan evidencia


de ello. P� lu dol obli¡aci�ea de «hacer puro» y de «diezmar», juruo
con la cluificaci6n de los fanseos en varios grados, son cuestiones a que
se hace mferencia incluso en la Misn4 (Chag. 11. S, 6, y Demai n. 2, 3).
2SO 251
l
11

1 XV
RELACIÓN DE LOS FARISEOS CON
LOS SADUCEOS Y LOS ESENIOS, Y
CON EL EVANGELIO DE CRISTO

Al echar una mirada retrospectiva del fariseísmo tal como


lo hemos descrito, hay un dicho de nuestro Senñor que a prime-
ra vista parece casi imposible de entender. Pero es claro y
enfático. «Así, que todo lo que os digan que guardéis, guar-
dadlo y hacedlo» (Mt. 23:3). Pero si los primeros discípulos
no debían romper en el acto y para siempre con la comunidad
judía, esta instrucción era totalmente necesaria. Porque, aun-
que los fariseos eran sólo un «orden», el fariseísmo, como
el moderno ultramontanismo, no sólo había llegado a ser la
principal dirección del pensamiento teológico, sino que sus
principios eran solemnemente proclamados, y en base a ellos
se actuaba universalmente, y esto 11ltimo incluso por parte de
sus opositores, los saduceos. Un saduceo en el Templo o en
el estrado de un tribunal se vería obligado a actuar y a decidir
exactamente como si fuera fariseo. No se debía ello a que el
partido no hubiera tratado de llevar sus peculiares ideas a una
posición predominante. Pero se vieron batidos en toda regla,
y se dice que ellos mismos destruyeron los libros de las orde-
nanzas saduceas, que habían redactado en el pasado. ¡ Y los
fariseos celebraban cada victoria dogmática con una fiesta!
El que es quizá el más antiguo libro hebreo postbíblílco, el
«Megillath Taanith», o «rollo de los ayunos», es princi-
palmente un calendario fariseo de autoglorificación, en el que

253
los aniversarios de las victorias dogmáticas son proclamados Nos hemos referido a sólo unas pocas de las diferencias
días en los que se prohibe el ayuno, e incluso a veces el duelo. de ritual entre las posturas de los saduceos y de las de los
Así, fueran cuales fueren las posturas dogmáticas de los fariseos. El principio esencial de ellos residía en esto: que los
sadu�s, y po! !ll�cho que pudieran, cuando les era posible, saduceos hubieran querido seguir la simple letra de la ley, sin
permítírse prenneios personales, sin embargo ambos parti- hacer ni más ni menos, tanto si las consecuencias de ello era
dos, en el desempefto de cargos oficiales, actuaban como fari- la toma de decisiones más severas o más livianas. Este mismo
seos. Y desde luego que se vigilaban celosamente. cuando principio lo aplicaban a sus concepciones jurídicas y doctri-
un sumo sacerdote saduceo, en la Fiesta de lQs Tabernáculos, nales. Nos llevaría mucho espacio explicar lo primero. Pero
derramó el agua en el suelo en lugar de echarla en el embudo el lector comprenderá cómo esta literalidad los llevaría, como
de plata del altar, apenas si escapó con vida. a pesar de que nonna, a tomar unas decisiones judiciales (o más bien sus
era un rey macabeo, y. a partir de entonces resonó siempre proposiciones en cuanto a ellas) mucho más estrictas que las
el clamor desde todos los rincones del Templo: «Levanta la de los fariseos, mediante una rígida aplicación literal del prin-
mano», al ejecutar el sacerdote cada año esta parte del servi- cipio de «ojo por ojo; diente por diente». Lo mismo sucede
cio. Los saduceos sostenían que en el Día de la Expiación con respecto a las leyes de la purificación, y con las que re-
d sumo sacerdote debería encender el incienso antes de entrar glamentaban la herencia. Los puntos de vista doctrinales de
materialmente en el Lugar Santísimo. Como ello era contrario los saduceos son sufientemente conocidos por el Nuevo Tes-
a la posición de los fariseos, éstos se tomaban cuidado de tamento. Es bien cierto que en su oposición a los puntos de
comprometerlo con un juramento en el sentido de que obser- vista saduceos, como la no existencia de otro mundo y la
varía sus costumbres rituales antes de pennitirle oficiar en resunección, los fariseos alteraron la anterior fórmula del
absoluto. En vano aducían los saduceos que los sacrificios Templo para que dijera: «Bendito sea Dios de mundo a mun-
diarios no debían ir a cargo de la tesorería póblica, sino de do,. (de generación en generación; o «por los siglos de los
co?tribuciones especiales. Tuvieron que someterse, y además siglos»), para mostrar que después de la presente vida había
ururse en una especie de fiesta baja que la jubilosa mayoría otra de bienaventuranza y castigo, de gozo y dolor. Pero el
inscribió en su calendario para perpetuar la memoria de la Talmud declara expresamente que el verdadero principio de
decisión. Los fariseos mantenían que el tiempo entre Pascua los saduceos no era que no hubiera resurrección, sino que no
y Pentecostés debía ser contado desde el segundo día de la podía ser demostrado por medio de la Torá, o de la Ley. De
fiesta; los saduceos insislfan en que la cuenta debía comenzar ahí había, naturalmente, un paso muy pequefl.o a la negación
con el «sábado» literal después del día festivo. 1 Pero, a pesar integral de la doctrina; y es indudable que así fuera por parte
de los argumentos, los saduceos tenían que unirse a la proce- de la inmensa mayoría del partido. Pero aquC nos encontra-
sión solemne cuando ésta salía por la tarde de la fiesta para mos otra vez con el principio de ellos de una literalidad estric-
ir a cortar la «primera gavilla», y contar Pentecostés como ta, que subyacía incluso en el más extremo de sus errores,
lo hacían sus oponentes. Este principio era totalmente necesario para su misma
existencia. Hemos seguido a los fariseos no sólo hasta un
período definido, sino a un acontecimiento especial; y hemos
podido explicar a la perfección el nombre de ellos como dos
1. Remito, aquí, 11 lector que quiera m'5 detalles acerca de los relatos de
las fiestas y servicios en el Templo, a mi libro El Templo. separados». No que opinemos que se lo habían dado ellos a

254 2SS
sí mismos, porque ninsuna secta o partido adopta nunca un tores de la justicia? Este origen del nombre no sería en abso-
nombre; todos pretenden no precisar de un título distintivo luto inconsecuente con los últimos intentos del partido de
porque sólo ellos representan genuina y fielmente a la verdad remontar su historia bien al sumo sacerdote Sadoc, o a uno
misma. Pero cuando fueron llamados fariseos, es indudable de los padres del tradicionalismo judío, cuyo lema ellos adop-
que los «Chaberim» aceptaron benignamente la designación taran de manera ostentosa. La historia registra no pocos casos
popular. Era para ellos, a guisa de ilustración, lo que el nom- similares de intentos de remontar el origen de un partido
bre «Puritanos• fue para un partido muy diferente y opuesto religioso. Sea como sea, podemos comprender cómo los par-
en la Iglesia. Pero el nombre «saduceo• es tan oscuro como tidarios de las opiniones saduceas pertenecían principalmente
el mismo origen del partido. Intentemos am>jar algo de luz al partido rico, lujoso y aristocrático, incluyendo a las fami-
sobre ambas cosas, sólo con la premisa de que las comunes lias sacerdotales ricas, mientras que, según el testimonio de
derivaciones de su nombre, tanto si del sumo sacerdote Sadoc Josefa, que es corroborado por el Nuevo Testamento, las ma-
corno si de un rabí llamado Sadoc, cuyo principio fundamen- sas populares, y especialmente las mujeres, veneraban y apo-
tal de no buscar recompensa en la religión ellos hubieran mal- yaban al partido farisaico. Así, el «orden» de los «Chaberim»
entendido y malaplicado, o de la palabra hebrea «zaddildm», vino a ser gradualmente un partido popular, como los ultra-
los justos, son todas insatisfactorias, aunque puedan sin em- montanos. Finalmente, como por su naturaleza el farisefsmo
bargo contener elementos de verdad. dependía de la sabiduría tradicional, ésta vino a ser no sólo
No puede dudarse que la «secta» de los saduceos se ori- la dirección dominante del estudio teológico judío, sino que
ginó como reacción en contra de los fariseos. Si éstos atladie- el «Chaber» poco a poco se combinó con el rabí, con el
ron a la ley sus propias glosas, interpretaciones y tradiciones, «sabío» o «discípulo de los sabios», mientras que el no «Cha-
los saduceos tomaron su posición sobre la letra lisa y llana ber», o «am ha-aretz», venía a ser la designación de la igno-
de la ley. No estaban dispuestos a aceptar ninguna de las adi- rancia de la sabiduría tradicional, y del descuido de sus orde-
ciones y supererogaciones; no estaban dispuestos a ser justos nanzas. Éste fue especialmente el caso cuando la disolución
en demasía. Para ellos era suficiente practicar «zedalcah», «la de la nación judía hizo casi imposibles las obligaciones de
justicia». Podemos comprender cómo este shlbbolet de ellos la «fraternidad». Bajo estas circunstancias cambiadas, el vie-
llegó a ser, en boca de la gente, el apodo del partido, algunos jo fariseo histórico sería con frecuencia un inconveniente no
empleándolo irónicamente, y otros con aprobación. Al cabo pequefto para los líderes del partido, como sucede frecuen-
de un tiempo es indudable que el partido lo aceptaría benigna- temente con los adherentes y seguidores originales de una
mente, como los fariseos habían aceptado también su desig- secta en la que el progreso irresistible del tiempo necesaria-
nación. Así, por ahora estarnos de acuerdo con la derivación mente ha producido cambios.
del título de los saduceos de «zaddikim». Pero, ¿a qué se debe El curso de nuestras investigaciones ha evidenciado que
ni los fariseos ni los saduceos eran una secta en el sentido
el cambio, gramaticalmente inexplicable, de «zaddíkím» a de separarse del Templo o de la sinagoga; y también que los
«zaddukim»? ¿No podría deberse a que la simple pero signi- judfos como tales no estaban divididos entre fariseos y
ficativa alteración de una letra se hubiera originado en sus saduceos. El pequeño número de profesores fariseos (seis
oponentes, como si hubieran dicho: «¿Vosotros ''zaddikim"?
No, sino más bien "zaddukim"», del arameo «zadu» (desola- mil) en tiempos de Herodes, las descripciones del Nuevo
ción), significando que no eran sustentadores, sino destruc- Testamento e incluso la curiosa circunstancia de que Filón

256 257
nunca mencione el nombre de «fariseo», confinnan el resul- sociedad ni en su culto, y -como nonna general- abste-
tado de nuestras indagaciones históricas, de que los fariseos niéndose del matrimonio, pronto se extinguieron. Los escritos
fueron primero un «orden» que dieron nombre a un partido, rabínicos aluden a una buena cantidad de lo que podría bien
y que finalmente representaron una tendencia del pensa- describirse como sectarios, todos ellos perteneciendo de una
miento teológico. El Nuevo Testamento no habla más que de manera más o menos clara a la rama mística y ascética del
estos dos partidos. Pero Josefo y Filón hacen mención de los fariseísmo. Aquí mencionamos primero a los «Vathikin», o
«esenios». Va más allá de nuestro objeto describir sus prin- «fuertes», que hacían sus oraciones con el más temprano
cipios y prácticas, o siquiera considerar la compleja cuestión amanecer; en segundo lugar, los «Toble Shachñth»: o «bau-
del origen de su nombre. Por su propia naturaleza, este parti- tistas matutinos», que se hallaban antes de la oración de la
do no ejerció una gran influencia, y tuvo poca duración. Pare- mañana, a fin de pronunciar el Nombre Divino sólo en estado
cen haber combinado una especie de fariseísmo exacerbado puro: en tercer lugar, los «Kehala Kadisha», o «�anta congre-
con posiciones e incluso prácticas devocionales derivadas del gación», que pasaban un tercio del día en oración, un tercio
misticismo oriental, y más particulannente de la religión me- en estudio, y un tercio en trabajo; en cuarto lugar, los «Ba-
dopersa. El hecho de que el objetivo principal de todas sus naim», o «edificadores», que, además de buscar la mayor pu-
instituciones era alcanzar una mayor pureza puede ser consi- reza, se ocupaban en estudios místicos acerca de Dios y el
derado como evidencia de lo primero. Lo dltimo se hace evi- mundo; en quinto lugar, los «Zenuim», o «píos secretos», que
dente con el cuidadoso estudio de sus concepciones, tal como además mantenían sus doctrinas y escritos secretos; en sexto
lugar, los «Nekije hadaath», «hombres de una mente pu�,
nos han sido preservadas, y de su comparación con el sistema que eran realmente separatistas de sus hermanos; en séptimo
de Zoroastro. Y hay abundantes indicaciones de que «Palesti- lugar, los «Chashaim», o «misteriosos»; y, en último lugar,
na estaba rodeada de influencias persas». 2
Como secta, los esenios nunca llegaron a más de cuatro los «Assiim», «ayudadores» o «sanadores», que profesaban
mil; y como vivían aparte del resto, ni mezclándose en su poseer la correcta pronunciación del sagrado Nombre de
Jehová, con todo lo que ello implicaba.' .
Si en cualquiera de las ciudades de Judea uno se hubiera
encontrado con la extraña aparición de un hombre totalmente
vestido de blanco, con unas sandalias y ropas que quizá de-
2. Can6nigo Li¡htfoot, Commentary on Colossian.r, pfg. 151. La magiab'al
considenci6n del profesor LighLfoot acerca de loa esenios, tul repleta de mostraban ser viejas, pero que estaban escrupulosamente lim-
la m4a a61ida erudición y tan serena en su juiciosa recapitulación, puede pias, este hombre era un esenio. Los transeüntes se detendrí�
decirse que cui ha abierto una nueva era en el estudio de la secta de loa un momento y lo observarían con una mezcla de reveren�1a
esenios, sadndolo de lu especulaciones a menudo desaúrenadu e y curiosidad. Porque raras veces se los veía por las poblacio-
introduciátdolo en el campo de la investigación histórica. No entra dentro nes, fueran ciudades o aldeas, habiéndose separado la comu-
de loa propósitos de este libro ni considerar de una manera científica lu
postmu doclrinales de los fariseos y saduceos, ni enlr&r en lu de los
esenios. Bsto debe reservarse para otra ocasión. Pero, a la vista de loa
resultados del profesor Lightfoot, se me pennitiri referinne, no sin 3. Comparar Hamburguer, Real-Ene. fUr Blbel u. Talmud, vol. �· p4g. 173.
aalisfaccidn, a la circunstancia de que yo había llegado a unu conclusiones
Hegesipo (en Eusebio, Historia Eclesidstica. ll) habla de síete sectas
algo similares a tu auyu en mi History o/ th4 Jewisla Nailon. Váse mi
hebreas; pero su información es evidentemente de segunda mano.
tratamiento de los esenios y smnario de ta Cdbala, pqs. 433-461.

2S8 259
nidad del resto del pueblo, y habiendo establecido su residen- se dedicaban a una conversación seria, pero en un tono tan
cia en lugares desiertos. especialmente en las cercanías del quedo que no fueran oídos fuera. Los jóvenes servían. A cada
mar Muei_10; y el carácter del «orden» en su ascetismo y nega- uno se le daba pan y sal, y también otro plato; a los ancianos
ción propia, así como en su pureza, era universalmente cono- se les pennitía el condimento del hisopo y el lujo del agua
cido. Por muy estrictamente que observaran el sábado to caliente. Después de la comida se quitaban la ropa y volvían
hacían en sus propias sinagogas; y aunque enviaban ddnes al trabajo hasta el atardecer, cuando tenía lugar otra comida
al altar, ni a�ist(an al Templo �i of�cían sacrificios, en parte en coman, seguida por himnos y danzas de carácter místico,
porque consideraban que sus disposicíones no tenían una pu· para simbolizar el estado de mente arrebatado y extático.
reza lev!tic� suficiente, y en parte porque llegaron a consíde- Es innecesario proseguir más este tema. Lo que se ha di-
rar su propia mesa como un altar, y sus comidas comunes cho -con independencia de su separación del mundo, de su
co�o un sacrificio. Constituían un «orden» bajo los más puntillosa observancia sabática y de sus posturas acerca de
estrictos votos, pronunciados bajo terribles juramentos, y la purificación; la oposición que mostraban a los sacrificios,
estaban sujetos a la más rigurosa disciplina. Los miembros y especialmente su rechazo de la doctrina de la resurrec..
(\e este «orden» se abstenían de vino, de came y de aceite, cidn- es ya suficiente para demostrar que no tuvieron
Y la mayor parte de ellos también del matrimonio. Practi- relación con el origen del cristianismo.
caban la comunidad de bienes; estaban comprometidos a la Las declaraciones de este tipo son a la vez asombrosas
pobreza, a la castidad y a la obediencia a sus superiores. Se para el sereno estudioso de la historia, y penosas para el cris-
ordenaba la pureza moral, especialmente con respecto a decir tiano. Pero no puede haber dudas acerca de que entre estas
la verdad. Estaba prohibido tomar un juramento, y también sectas místicas se preservaban creencias acerca del Ser Diví-
tener esclavos. El orden tenía cuatro grados; el contacto con no, del Mesías y de su reino, y de doctrina relacionadas con
uno de un grado inferior siempre contaminaba al de un grado ello, que después aparecieron en la llamada «tradición secre-
superior. El noviciado duraba dos aftas, aunque al final del ta» de la sinagoga, y que, como derivadas del estudio de los
primero el candidato era aceptado a una comunión más estre.. escritos de los profetas, contienen maravillosos ecos de la
cha. El . gobierno estaba. en manos de los «ancianos». que verdad cristiana. Pero acerca de esta cuestión no podemos
tenían el poder de admisión y de expulsión -siendo esto tratar ahora,'
'últi�o casi eq�ivalcnte a muerte por inanición, por cuanto el ¡Cristo y el Evangelio entre fariseos, saduceos y esenios!
esenio estaba ligado por un terrible juramento a no asociarse Podemos ahora contemplar la escena y comprender las mu-
con otros . Su día comenzaba con la salida del sol cuando tuas relaciones. Las comunidades existentes, las tendencias
acudían a la oración. Antes de esto, no se podía habla; de nada religiosas, el espíritu de la época, desde luego no ofrecían un
secular. Después de la oración, se dedicaban a tareas agríco- punto al que aferrarse, sino sólo una total y absoluta oposi..
las -porque no tenían pennitido guardar manadas ni reba-
flos o a obras de caridad, especialmente a la curación de
enfennos. A las once se bañaban, se cambiaban los vestidos
Y se reunían entonces para la comida comün, Un sacerdote 4. Acerca del tema de los eseníos, su origen. naturaleza, doctrinas, y las
daba una oracidn al comenzarla y después al terminarla. Se alegaciones de su relación con el origen del cristianismo. véase «Qumrán,.,
en Vila-Bscuain, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado (CU� Terrassa
sentaban en orden de edad y de dignidad; los más ancianos 198.S), págs. 975-988. (N. del T.)

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ción esencial al reino de los cielos. El «preparador del cami-
no» no podía resultar atrayente para ninguno de ellos; su voz
sólo clamaba «en el desierto». Mucho más atrás del origen
de los fariseos, saduceos y esenios, tenía que seftalar de vuelta
a la original consagración pascual de Israel como aquello que
ahora iba a ser exhibido en su realidad: «He aquí el Cordero
de Dios, que quita el pecado del mundo.» Si el primer gran XVI
milagro del cristianismo fue el derribo de la pared intennedia
de separacidn, el segundo -quizá hubiéramos debido poner- LAS SINAGOGAS:
lo primero, para ver el simbolismo de los dos milagros en SU ORIGEN, ESTRUCTURA Y
Caná- era que no encontró nada análogo en las comW1idades DISPOSICIÓN EXTERNA
religiosas alrededor, nada consonante con ella, absolutamente
ningdn tallo en el que injertar la nueva planta, sino que fue
literalmente «como raíz de tierra seca», acerca de la que tanto Era un hermoso dicho del rabí Jochanan (Jer. Ber. V. 1)
el fariseo como el saduceo y el esenio dirían: «No hay apa- que aquel que ora en su casa la rodea y fortifica, por así decir-
riencia en él, ni hermosura como para que le miremos, ni lo, con un muro de hierro. Sin embargo, parece contradicho
atractivo como para que nos deleitemos en él.i. de inmediato por lo que sigue a continuación. Porque se dice
que esto sólo es cierto cuando un hombre está solo, pero que
donde hay una comunidad, la oración debe ser hecha en la
sinagoga. Podemos comprender fácilmente cómo, después de
la destrucción del Templo y el cese de su culto simbólico,
el excesivo valor que se daba a la mera asistencia a la sinago-
ga crecería rápidamente en la estimación pública, hasta que
sobrepasara todos los límites de la moderación y de la razón.
Así, se aplicaron a ello dichos escriturales como Is. 55:6;
66:20 y Sal. 82: 1. El Talmud de Babilonia va incluso más
lejos. Ali{ se nos dice (Ber. 6 a) que la oración que ofrezca
un hombre solo tiene efectos apropiados si se ofrece en la
sinagoga; que si un individuo, acostumbrado a frecuentar ca-
da día la sinagoga, deja de ir una vez, Dios le pedirá cuenta
por ello; que si el Eterno ve a menos de diez personas reuni-
das, se enciende su ira, como está escrito en Is. 50:2 (Ber.
6 b); que si una persona tiene una sinagoga en su propia
ciudad. y no acude a ella para la oración, debe ser llamado
un vecino malvado, y atrae el exilio tanto sobre sí mismo co-
mo sobre sus hijos, como está escrito en Jer. 12:4; mientras

263
262
que, por otra parte, la práctica de acudir temprano a la sinago- término �kahal» sólo para denotar a Israel como un todo,
ga daría longevidad a las personas (Ber. 8 a). Echando a un mientras que el término «zíbbur», por ejemplo, se emplea por
lado estas extravagancias, no puede ponerse en duda, sin em- un igual para iglesias y para la Iglesia, esto es, para denotar
bargo, que mucho antes del período talmúdico la institución, congregaciones individuales, y para la Iglesia como un todo.
de la sinagoga se había extendido, no sólo entre los judíos El origen de la sinagoga se pierde en la oscuridad de la
de Palestina, sino también entre los de la dispersión, y que tradición. Naturalmente, como sucede con tantas ínstitucío-
se sentía como una creciente necesidad, tanto por causas nes, los rabinos la remontan a los patriarcas. As(, tanto el
internas como externas. Targum de Jonatán como el Targum de Jerusalén presentan
Los lectores del Nuevo Testamento saben que en los a Jacob como asistente a la sinagoga, y a Rebeca acudiendo
tiempos de nuestro Señor había sinagogas por toda la tierra; a ella para recibir consejo cuando sintió dentro de ella la inna-
que en ellas Moisés habfa sido leído «desde generaciones tural lucha entre sus dos hijos. No hay razón para considerar
antiguas» (Hch. 15:21); que estaban bajo el gobierno de cier- en serio estas afinnaciones. Porque cuando en 2 R. 22:8 lee-
tas �u!oridades, que asimismo ejercían la disciplina; que los mos acerca de que «el libro de la ley» fue descubierto por
se�1c1os establl!1 regulados de una manera definida, aunque Safán el escriba en «la casa de Jehová», ello implica que
existía mucha libertad, y que parte de ellos consístre en la durante el reinado del rey Josías no podían haber existido
lectura de los profetas, lo que iba generalmente seguido por sinagogas en la tierra, por cuanto su principal objeto era ase-
una «exhortación» (Hch. 13:15) o un discurso (Le. 4:17). La gurar la lectura semanal -y naturalmente la preservación-,
p�abra «sinagoga• se deriva del griego, naturalmente, y sig- de los libros de Moisés (Hch. 15:21). Nuestra versión Reina-
mfica «reunión congregada. -para propósitos religiosos-. Valera, desde luego, traduce el Sal. 74:8 «han quemado todas
Los términos rabínicos correspondientes, «chenisah», «che- las sinagogas de Dios en la tierra». Pero hay buenas razones
neseth», ctc., «zibbur», «vaad» y «kahab, pueden ser gene- para poner en tela de juicio esta traducción, e incluso en caso
ralmente tomados como equivalentes. Pero es interesante de admitirla, no resolvería la cuestión acerca de cuál fue el
seftalar que tanto el Antiguo Testamento como los rabinos tiempo verdadero en que se originaron las sinagogas. Por otra
dan matices distintivos, bien conocidos en el moderno debate parte, no hay ninguna traza de culto sinagogal ni en la ley
teológico. Empezando con el Antiguo Testamento, se em- ni en los profetas; y esto, por sí mismo, debiera ser decisivo
plean dos térmínos para denotar a Israel como congregación: al contemplar la importancia de la cuestión. Además, se pue-
«edah» y «kahal», de los que el primero parece referirse prin- de decir que no había lugar para tales reuniones bajo la dis-
cipalmente a Israel en su organización externa como con- pensación del Antiguo Testamento. En él todo el culto era
gregación -lo que los modernos de$ignarían como la Iglesia típico, siendo los servicios sacri ficiales la manera. en que
visible-, mientras que «kahal» indica más bien su relación Israel se allegaba a Dios, y constituyendo la vía por la que
interior o espiritual. Incluso Ja LXX parece haber preservado Él comunicaba la bendición a su pueblo. Las reuniones para
esta distinción. La palabra «edah» aparece ciento treinta la oración y comunión con el Padre pertenecen, por lo que
veces, y siempre es traducida «sinagoga» en la LXX, nunca respecta a la Iglesia como un todo, a la dispensación del
como «ecclesla» (iglesia); en cambio, «kahal» se traduce en Espíritu Santo. Queda dentro de este principio general que
setenta lugares como «ecclesía», y sólo en treinta y siete cuando fueron suscitados hombres llenos del Espíritu de Dios
como «sinagoga». De manera similar, la Misná emplea el en ciertas ocasiones, los que anhelaban un mayor conocí-

264 265
miento y más estrecha comunión con el senor se reunieran Ninguna ciudad, ni tampoco una aldea, si tenía tan sólo
alrededor de ellos en los sábados y lunas nuevas como la diez hombres que pudieran o quisieran darse totalmente a las
piadosa mujer de Sunem recurría a Bliseo (2 R. 4:23), y como cosas divinas,' dejaba de tener una o más sinagogas. Si se pre-
otros indudablemente solían hacer si tenían a su alcance a los gunta por qué se fijaba así el m1mero diez como el más peque-
«profetas» o a sus discípulos. Pero el estado de cosas vino no que podía constituir una congregación, la contestación era
a ser muy diferente durante el cautiverio de Babilonia. Priva- que, segun Nm. 14:27, la «malvada congregación» consistía
dos de los servicios del Templo, vino a ser necesario algiln de los espías que habían traído un infonne negativo, y que
tipo de reunión religiosa, para que el pueblo no cayera en un eran diez, después de restar de ellos, naturalmente, a Josué
paganismo práctico, un peligro que desde luego, y a pesar de y a Caleb. Las ciudades grandes tenían varias sinagogas, y
1� amonestaciones de los profetas y de la perspectiva de la algunas de ellas muchas. Por Hch. 6:9 sabemos que así era
liberación anunciada, no fue totalmente evitado. La institu- en Jerusalén, encontrando también en la tradición una refe-
ción de las sinagogas parecía necesaria y deseable también rencia a la sinagoga de «los alejandrinos», a cuya clase de
con vistas a la preservación del vínculo nacional que conecta- judíos debe haber pertenecido Esteban por su nacimiento o
ba a Israel. además de su continuada existencia religiosa. De educación, principalmente en base a lo cual debió dirigirse
hecho, el lector atento de los libros de Esdras y Nehemfas a ellos. Los rabinos dicen que en la época de la destrucción
descubrirá en el período posterior al regreso de Babilonia los de Jerusalén aquella ciudad tenía no menos de 480 sinagogas,
i�cl�s de la sinagoga. Sólo que atln muy rudimentaria, y o como mínimo 460. A no ser que el m1mero 480 fuera deter-
pnnc1palmente con el propósito de insuuir a aquellos que minado simplemente como un múltiplo de números simbóli-
habían regraado ignorantes y semipaganos; pero constituyó cos (4 x 10 x 12), o con un propósito místico semejante, sería,
� punto de p�da. Luego vino el tiempo de la terrible opre- naturalmente, una crasa exageración. Pero un extrafto que
sión Y persecuciones de parte de Siria. y la rebelión de los entrara en una ciudad o en un pueblo no encontraría dificil
Mac.abeos. Podemos comprender cdmo bajo tales circuns- hallar la sinagoga. Si no tenía, como nuestras iglesias, una
tancias se irfa desanollando la institución de la sinagoga, torre como señalando a los hombres al cielo, al menos se
asumiendo gradualmente las proporciones y el significado seleccionaba para ella el punto más elevado de la población,
que despu6s al�. Porque se d�be tener presente que en para simbolizar que sus actividades sobrepasaban a todas las
aquella proporadn en que se perdió de vista el sentido espi- demás, y en recuerdo del dicho profético de que la casa del
ritual de los servicios del Templo y que el judaísmo vino a Señor sería exaltada «sobre los collados» (Is. 2:2). Si no se
ser un asunto de ordenanzas externas, de sutiles distinciones podía lograr este emplazamiento, se trataba de situarla «en
Y de discusión lógica, la sinagoga crecería en importancia. las esquinas de las calles» o en la entrada de las principales
Y asr vino a suceder que en tiempos de Cristo no había ningu- plazas, en seguimiento de lo que era considerado como una
na colonia de judíos en el extranjero sin una o más sinagogas instrucción significativa en Pr. 1:21. Es posible que nuestro
siendo la de Alejandría, de la que ambos Talmudes habl� Senor tuviera esto presente también cuando se refirió a aque-
� un lenguaje tan exagerado, especialmente hermosa. llos que gustan de orar «en pie en las sinagogas y en las esqui-
mientras que había una espesa red de ellas en Palestina. Es
sdlo a estas dltimas a las que podemos por ahora dar nuestra
atención. l. Los llamados «Batlanim». El sentido exacto del �ino ha auscitado
muchas discusiones eruditas.
266
267
nas de las plazas» (Mt. 6:S). siendo una práctica muy comdn de la antigua Capemaum había sido .des�noci�o hasta tiem-
en aquellos tiempos orar al entrar en una sinagoga. Pero si pos relativamente recientes. Pero su 1dentificac16n con lamo·
no se podía conseguir ningdn lugar destacado, se debía al me-
nos plantar un asta sobre el tejado; que fuera más alta que dema Tell Hum es ahora tan satisfactoria que pocos e�tarlan
la casa más alta. Una ciudad en la que la sinagoga estuviera dispuestos a ponerla en tela de juicio. Lo que es más mtere-
sante, las mismas ruinas de aquella sinagoga que el buen cen-
más baja que las otras moradas era considerada como en peli- turión había edificado han sido exhumadas; y, como para
gro de destrucción. hacer imposible toda duda, su arquitectura es evidenteme�te
Acerca de la arquitectura de las sinagogas ordinarias, la del período herodiano.' Y aquí aparece una confirmación
podemos tener una idea correcta de las mismas no sólo por incidental pero total de la narración del evangelio. Recorda-
las más antiguas adn existentes, sino también gracias a las mos cómo, antes, el Seftor había multiplicado, con su palabi:a
recientes excavaciones en Palestina. En su interior eran sim- de bendición, la escasa provisión de ellos, traída, quizá acci-
plemente edificios rectangulares o redondos, con un peristi- dentalmente, por un muchacho en toda la multitud de cinco
lo simple o doble, y más o menos adornado con tallas. Por mil que se habían agolpado para escuchar al �eftor, d� manera
fuera tenían generalmente alglln símbolo sagrado tallado en que hubo suficiente no sólo para sus necesidades, sano para
los dinteles, por lo general el candelero de siete brazos, o que cada uno de los apóstoles llenara su espuerta con los
quizá el vaso de maná.ª Hay un ejemplo notable del empleo fragmentos sobrantes de lo que el Salvador había dispensado.
de este dltimo emblema, demasiado importante para que lo Aquel día de provisión milagrosa había sido seguido �r una
pasemos por alto. En Capemaum, «la ciudad del Señer» (Mt. noche de una liberación igualmente maravillosa. Sus discípu-
9:1), había sólo una sinagoga: la edificada a expensas del los estaban cruzando el lago, y se vieron ahora azotados por
piadoso centurión. Porque aunque las antiguas traducciones una de aquellas frecuentes tormentas que tan a menudo se
(RV y RVR) traducen así el encomio de los ancianos judíos: abaten sobre él desde los montes. En el acto, y para su
«nos edificó una sinagoga» (Le. 7:S), el original tiene el perplejidad, vieron al Maestro caminando sobre el mar Y
artículo detenninado, bien traducido en la RVR77: «Nos ha aproximándose a la barca. Al caer la l�z de la l�a sobre
edificado la sinagoga», lo mismo que inferimos que en Naza- aquella bien conocida fonna, y al aproxam�e, am>Jando su
ret había sólo una sinagoga (Mt. 13:54). El emplazamiento sombra creciente sobre las aguas que, obedientes, sostenían
sus pies, temieron. Era una visión marav!llosa, casi d�ma-
siado maravillosa para creer que fuera realidad, y demasiado
2. «Del tabem.:ulo en el que eataba el arca en Sil6, desde la !!poca de Josu6 atemorizadora para soportarla si lo fuera. Y, así, parece que
huta la de Samuel, no quedan, naturalmente. ningunos vestigios. Pero en lo dudaron antes de recibirlo en la barca.' Pero su voz Y
la cumbre de una loma enconlramos los restos de lo que fue una sinagoga presencia pronto les tranquilizaron, y Él entró en la barca, «la
judía, empleada desp� como iglesia, y posterionnente como mezquita.
Bn el dintel sobre el portal, entre dos guirnaldas de flores, se ve la talla
do un vaso, con la forma de una "1fora romana. Se parece tanto al tipo
convencional del «vaso de man» que so ve en monedas y en lu nsinu 3. Seffalado por el canónigo Williams, el erudito autor de Tu Hol'j Cily.
de la sinagoga en Capemaum, que indudablemente fonnaba parte del Vi!ase TM Bib/e, os 11/ustrated by Modern Science a/ldTra11el,· Papers read.
edificio original. No es improbable la conjetura de que la sinagoga fuera before tM Church Congress at Dublin (1868), págs. 31, 32.
edificada en el sagrado emplazamiento que durante tantas generaclonea 4. &ta es, al menos, la impresión comunicada a mi mente por Jn. 6:21,
constituyó el centro del culto judío». (/'hose Holy Field.r.) en comparación con los versículos 19 y 20.

269
268
cual llegó en seguida a la tierra adonde íban», Aquella tierra ca de su constructor, el buen centurión: «Las ricas y elabora-
era la ribera de Capemaum. El siguiente día rompió con la das. tallas en. las co1:11isas y entablan:iientos, de columnas y
usual calma y belleza de la primavera en el lago. Ya se veían capiteles y nachos, siguen dando testimonio del espíritu con
blancas velas extendidas sobre sus plácidas aguas, denun- que el generoso militar romano hizo esta ofrenda.» En cuanto
ciando la llegada de muchos desde la otra ribera del lago que, al pri!1Cipal de esta misma sinagoga, sabemos que se trataba
echando en falta al «Profeta•, a quien, con el característico de Jaíro, cuyo clamor angustiado y lleno de fe hizo ir a Jesús
entusiasmo de los habitantes de aquel distrito, hubieran a su. casa para pronunciar sus palabras dadoras de vida,
«Tabta cumf», sobre aquella hija única, justo traspasando el
querido hacer rey, ahora seguían a través del lago. No tuvie- umbral de la pubertad, que yacía muerta en aquelJa cámara
ron dificultad para encontrarlo «en su ciudad», la ciudad de n:iientra� que la multitud en la calle y los plañideros profe�
Pedro y de Andrés (Mr. 1 :21, 29). Pero ninguna casa ordi· síonaíes hacían lamentaciones estridentes y discordantes.
naria habría dado cabida a toda la multitud que ahora se agol- H�ta �h.í en. cuanto al aspecto externo de las sinagogas.
paba en tomo a Él. AsC que imaginamos que la multitud se Su
dirigió a la sinagoga. De camino a ella, suponemos, tuvie- disposición mtcma parece haber seguido las líneas del
Te i
ron lugar las preguntas y respuestas que encontramos en Jn.
6:2.5-28. Ahora habían llegado a la entrada de la sinagoga; mplo, o q�izá incluso del Tabernáculo. Al menos, la s na-
y el siguiente discurso fue pronunciado por el Seftor en la goga más antigua que aún está en pie, la de los judíos cirenai-
�s. en la isla de Gerbe, tiene, según la descripción de un
m l i
sinagoga misma. como se nos dice de modo expreso en el isionero -e doctor Ewald- una disposición tripart ta, se-
gón el modelo del At�o. del Lugar Santo y del Lugar Santísi-
versículo .59: «Estas cosas les dijo en la sinagoga, enseftando mo. � en todas las smagogas la sección del edificio con el
en Capemaum.» Pero lo que es tan destacable es que se ha espacio a su alrededor que se reserva a las mujeres representa
descubierto el mismo dintel de esta sinagoga, y que el emble- el Patio de las Mujeres, en tanto que el lugar má� interior y
ma que se halla en él tiene una referencia tan estrecha con elevado, con el _arca detrás, �nteniendo los rollos de ta Ley,
la pregunta que los judíos le hicieron a Jest1s que casi nos representa al mismo santuano. A su vez, la sinagoga parece
los podemos imaginar seftalando arriba con el dedo cuando h_aber �id_o adoptada como el modelo de las más antiguas igle-
entraban en la sinagoga, y diciendo: «Nuestros padres comie- s!as cnst1�nas. Por e�lo, no sólo la estructura de la «basílica».
ron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo smo el. mismo. término «bema», ha quedado incorporado al
les dio a comer. (Jn. 6:31). Porque, en palabras del canónigo len8';1aJe rabínico.' Y así es como hubiera sido de esperar,
co�stdei:ando que los más antiguos cristianos eran de nacio-
Williams, «el dintel yaciendo en medio de las ruinas de la nalidad Judía, y que el paganismo no podfa ofrecer tipo para
sinagoga del buen centurión tiene una talla representando el el culto cristiano. Volviendo a nuestro tema, por lo que res- 1
vaso de maná. Lo que es más destacable es que este dintel pectaba a los adoradores, se consideraba un error orar detrás ¡ 1

está ornamentado además con una cenefa de hojas de vid y de un� s�agoga sin volver el rostro hacia ella; y se cuenta
racimos de uvas, otro emblema del misterio acerca del que una historia (Ber. 6 b) acerca de E1ías apareciendo en fonna
el Seftor habló tanto en esta sinagoga». de mercader árabe, y castigando a uno que se habfa hecho
Antes de abandonar este tema tan interesante, podemos
poner al lado del Maestro, por ase decirlo, a los dos represen- t:,Ste tema es considerado plenamente por Vitringa, Synag. págs. 444-
tantes de su Iglesia, a un gentil y a un judío, ambos relacio-
nados con esta sinagoga. Dice así el canónigo.Williams acer-
271
270
culpable de este pecado. «Td estás en pie delante de tu Scftor así que comprendemos la expresión apostólica de «la iglesia
como si hubiera dos Poderes (o Dioses]», dijo el supuesto enla casa» (Ro. 16:3, S; 1 Co. 16:19; Col. 4:15; Flm. 2), como
árabe; y con estas palabras «desenvainó su espada, y lo ma- implicando que en éstos y otros casos se había separado una
tó». Una idea adn más curiosa prevalecía, de que era preciso estancia en una casa privada, en la que los cristianos se reu-
avanzar la distancia de al menos «dos puertas» dentro de una nían con regularidad para su culto. Las sinagogas eran consa-
sinagoga antes de disponerse para la oración, lo que se gradas mediante oración, aunque, incluso asf, no se conside-
justificaba con referencia a Pr. 8:34 (Ber. 8 a). La inferencia raba completada la ceremonia hasta que alguien hubiera ofre-
es peculiar, pero no más que la de algunos modernos críticos, cido las oraciones ordinarias, aunque se tratara de un extraño
y ciertamente no más extrana que la del mismo Talmud, que, que estuviera de paso. Se ordenaban nonnas de decoro a los
en una página precedente, cuando se refiere a la precisa du- asistentes a la sinagoga análogas a las que estaban en vigor
ración de la ira del Todopoderoso, concluye que la üníca per- en el Templo. Se prescriben la decencia y la limpieza en el
sona en saberlo exactamente había sido Bataam, ¡por cuanto vestido, el silencio y la reverencia en el pone, con detalles
se escribe acerca de él (Nm. 24:16) que «conocra la ciencia y distinciones casi fatigantes. Las colectas sólo debían ha-
del Altísimo»! Otra instrucción dada por el Talmud era la de cerse para los pobres o para la redención de los cautivos. Si
abandonar la sinagoga con pasos lentos, pero entrar en eUa el 'edificio estaba en una peligrosa condición de ruina, la
tan rapídamente como fuera posible, por cuanto estaba escrito sinagoga podía ser derribada, siempre y cuando se edificara
(Os. 6:3, tal como los rabinos arreglaban este versículo): otra tan rápido como fuera posible en su lugar. Pero, con todo
«persigamos conocer al Señor». El rabí Seira nos dice cómo, ello, permanecía la santidad del lugar, y las ruinas de una
en un tiempo, se había quedado escandalizado al ver a los sinagoga no podían convenirse en un lugar de duelo, ni ser
rabinos corriendo en sábado -cuando se ordenaba el reposo empleadas como lugar de paso, ni se podían tender ropas ni
corporal- para asistir a un sermón; pero que, cuando com- redes ni frutos para secar. El principio de la santidad se
prendió cómo se aplicaba Os. 11: 1 O a la enseñanza de la Hala- aplicaba, naturalmente, a todos los usos análogos a los que
chah, él mismo se unió a la carrera de ellos. Y así concluye pudieran haber sido puestas tales ruinas. El dinero recogido
el rabí Seira, algo cáusticamente a nuestro parecer: «La re- para la reconstrucción de una sinagoga podía usarse, en caso
compensa de un discurso es el apresuramiento» con el que de necesidad absoluta, para otros propósitos de la congrega-
el pueblo acude a él, sin importar, por lo que parece, si entra- ción. Pero si se habían comprado piedras, vigas, etc., para el
ban para oírlo o si había nada en el discurso que valiera la edificio, no se podían volver a vender, sino que eran conside-
pena de ser oído. radas corno dedicadas. La sinagoga de una ciudad era consi-
Como norma, las sinagogas eran edificadas a cargo de la derada absolutamente incnajenabJc; las de los pueblos podían
congregación, aunque quizá con la ayuda de vecinos ricos. ser enajenadas bajo la dirección del Sanedrín local, siempre
A veces, como sabemos, eran levantadas a cargo de personas que el local no fuera después a ser empleado como baño
privadas, lo que se suponía que involucraba un especial mé- público, lavandería, curtídería o estanque. El dinero conse-
rito. En otros casos, más particularmente cuando el numero guido con la venta debía ser dedicado a algo más sagrado que
de judíos era pequeño, se ponla aparte una gran estancia en la mera piedra y mortero de una sinagoga: digamos que para
una casa privada con este propósito. Esto también sucedía en la compra del arca donde se guardaban las copias de la ley.
la Iglesia primitiva, como deducimos de Hch. 2:46: S:42. Es Diferentes de las sinagogas, aunque dedicados a propósitos
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semejantes, eran los llamados «oratorios» o «lugares de ora- mente elevación}- se levantaba en medio del «bema» Y
ción» (Hch. 16:13). Por lo general se hallaban fuera de las delante del «Arca». Esta tlltima, que ocupaba el lugar más
ciudades, y cerca de agua corriente o del mar (Josefo, Anti· interior de la sinagoga, se correspondía, como ya hemos indi-
gaedades, XIV. 10:23), para facilitar los lavamientos rituales cado, con el Lugar Santísimo en el Templo, y constituía su
relacionados con la oración (Filón, 11. S3S). parte más importante. Se llamaba el «aron» (arca), el «tevah»,
La separación de sexos, que se observaba incluso en el o «tevutha» (cofre, como aquel en que Noé y Moisés fueron
Templo en tiempos de Cristo, era estrictamente observada en salvados), o el «hechal» (templecillo). En realidad, se trataba u1
las sinagogas, haciéendose tal división por medio de una parti- de un armario o cofre en el que se depositaban los rollos de
ción en fonna de tabique con rejas, y a la que había un acceso
separado. Esta práctica parece estar simplemente acorde con
la ley. Esta «arca» era hecha movible (Taan. n. 1, 2), fin ª.
de transportarla en ocasiones públicas de ayuno y oración,
las maneras y usos'oríentales de pensar. Pero los rabinos, que 1
para llevarla a la calle o plaza del mercado donde l� gente
buscan una justificación cscritural para cada disposición, por se congregaba. En ocasiones había un segundo armano para
trivial que sea, encuentran en este caso su justificación en los rollos de los profetas, donde asimismo se depositaban los
Zac. 12:11-14, donde «las mujeres» son mencionadas cinco rollos fuera de uso o dañados de la Ley. Delante del arca
veces como «por sí» en su lamentación en oración. La colgaba el «vílon» (evelum», velo), en imitación del que
sinagoga estaba dispuesta de tal manera que, al entrar en ella, había delante del Lugar Santo. Por encima se colgaba el «ner
los adoradores tuvieran et rostro dirigido hacia Jerusalén, no olam», o lámpara siempre encendida, y cerca de ella se en-
teniendo la mera «orientación», como ahora se llama, signi- contraba el candelabro de ocho brazos, que se encendía
ficado alguno en el culto judío. Más allá de la mitad de la durante los ocho días de la fiesta de la dedicación del Templo
sinagoga se levantaba el estrado, o «bema», como se le llama- (Jn. 10:22) o Fiesta de las Luces. La práctica de encender ve-
ba en tiempos antiguos, o «almmeor», como se conoce en la las y lámparas, no sólo para su uso, sino en honor del día o
actualidad. Los que eran llamados allí para leer subían por de la fiesta, no es desconocida en las sinagogas. Naturalmen-
el lado más cercano y descendían por el más alejado a sus te es imposible detenninar, con respecto a ésta y a otras prác-
asientos en la sinagoga. Sobre este «bema» había un púlpito, ti�as cuál era la costumbre exacta en los tiempos de nuestro
o más bien un atril, el «migdal ez», «torre de madera» de Nch. Seft�r. aunque el lector puede inferir cuántas y qué prácticas 11'1
¡¡,
8:4, desde donde se leían las porciones prescristas de la ley especiales pueden haberse ido introduciendo gradualmente.
y de los profetas, y se pronunciaban los discursos. El lector Nos llevaría más allá de nuestro actual propósito describir las
estaba de pie; el predicador estaba sentado. Así vemos (Le. varias direcciones a ser observadas en el proceso de copia de
4:20) que, después de la lectura de una sección del profeta los rollos de la sinagoga, que incorporaban los cinco libros ••
lsaías, nuestro Seftor, «enrollando el volumen, lo devolvió al de Moisés, o detallar lo que podía hacerlos inseivi�les para
asistente, y se sentó», antes de pronunciar su discurso en la su empleo. Los rabinos mencionan no menos d� vemte cau-
sinagoga de Nazaret. La oración se hacía también de pie, sas. Actualmente, la vitela, sobre la que se escnbe el Pel'!ta-
aunque en el Templo los adoradores se postraban, práctica teuco, es fijada a dos arrolladores, y al leerse cada porción
que se mantiene en algunas de las más solemnes ocasiones. de la ley, se desenrolla del arrollador de la derecha y se arrolla
El pólpito o atril -«migdal» (torre), «chisse» y «churseja» en el de la izquierda. El rollo mismo era envuelto en una
(silla o trono), o «pergulah» (del latín «pergula., probable· envoltura de lino o de pano ( «mitpachoth»), y era luego colo-

274 275
cado en un «estuche» («tik», el griego «theke»). Todos estos
artículos estm ya mencionados en la Misná. Las prácticas
posteriores no tienen por qué ocupar nuestra atención aquí.
Por 'llltimo, se debiera señalar que al principio la gente proba-
blemente estaba de pie en la sinagoga, o se sentaba en el
suelo. Pero al alargarse más los servicios, se tuvieron que
proveer asientos. La congregación se sentaba de cara al arca. XVII
Por otra parte, «los gobernantes de la sinagoga», los rabinos,
los fariseos distinguidos, y otros que buscaban la honra de EL CULTO DE LA SINAGOGA
los hombres, demandaban «los primeros asientos», que eran
puestos con la espalda al arca, y de cara a los adoradores. Una de las más difíciles cuestiones de la historia judía es
Estos asientos, que tienen el mismo nombre que en el Nuevo la que se relaciona con la existencia de una sinagoga dentro
Testamento, eran objeto de una especial ambición (Mt. 23:6), del Templo. No se puede poner en duda que existía tal «sina-
y el rango, la dignidad o la antigüedad daban derecho a un goga», y que este lugar de reunión estaba en «el vestíbulo
rabí o a otros hombres influyentes a esta prioridad. Nuestro de piedras talladas», en la esquina suroricntal del atrio de los
Seftor se refiere expresamente a ello (Mt. 23:6) como una de sacerdotes, ante el claro testimonio de testigos coetáneos.
las manifestaciones características de la soberbia farisaica. Se Considerando que «el vestíbulo de piedras talladas» era tam-
hace evidente que el mismo espíritu y práctica se había intro- bién el lugar de reunión del gran Sanedrín, � 9ue una parte
ducido en algunas de las primitivas iglesias por la advertencia de sus ocupaciones era no sólo la toma de decisiones legales,
de Santiago (Stg. 2:2, 3) en contra de una anticristiana «acep- sino también discursos y disquisiciones teológicas, podría-
ción de personas», que asignaría un puesto superior en las
«sinagogas» de los cristianos al mero poseedor de «ropa mos sentimos inducidos a conjeturar que el término «sinago-
espléndida» o al ponador de «anillo de oro». ga» había sido empleado en su sentido más amplio, por cuan-
Hasta aquí hemos descrito principabnente la disposición to estos edificios eran generalmente empleados por todo el
externa de las sinagogas. Pero ahora será necesario pasar, por país con este doble propósito, además de para el culto. De
muy rápidamente que sea, a bosquejar sus varios usos, el cul- las conferencias y discusiones teológicas en el Templo tene-
to en ella, y sus oficiales, la mayor parte de los cuales son mos un ejemplo en la ocasión en que nuestro Señor fue halla-
mencionados en diversos pasajes del Nuevo Testamento. do por sus padres «sentado en medio de los maestros, no sólo
escuchándolos, sino también haciéndoles preguntas» (Le.
2:46). Y difícilmente puede dudarse de que esto también
explica cómo los escribas Y. los fariseos podían «ir a Él» tan
frecuentemente mientras El ensenaba en el Templo, con
preguntas difíciles y pérfidas, hasta aquella observación
acerca de la naturaleza del Mesías, con la que finalmente los
calló: «Pues si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?»
(Mt. 22:45). Pero con referencia a la llamada «sinagoga del
Templo» hay esta dificultad: que ciertas oraciones y ciertos
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ritos parecen haber estado conectados con ella, y que no obs- siánica contra el poder de Roma- en lugar del verdadero
tante no constituían parte de los servicios regulares del Tem- Hijo del Padre, que verdaderamente habría «restaurado el rei-
plo, y que no obstante fueron de uno u otro modo injertados no a Israel». Y, sin embargo, no había nada en el culto mis-
sobre ellos. Por ello, sólo podemos llegar a la conclusión de mo de la sinagoga que hubiera podido impedir al Señor, o
que el creciente cambio en las perspectivas teológicas de a sus apóstoles y primeros seguidores, asistir a él hasta que
Israel, antes y alrededor de la época de Cristo, hizo que los llegó el tiempo de la definitiva separación. Los lectores del
servicios del Templo solos parecieran insuficientes. Los Nuevo Testamento saben cuántas preciosas oportunidades les
elementos simbólicos y típicos que constituían la vida y el proveyó para dar a conocer el Evangelio. Sus servicios eran,
centro del culto del Templo habían perdido su sentido espiri- desde luego, singulannentc elásticos. Porque el principal
tual y atractivo para la mayoría de aquella generación, y su objetivo de la sinagoga era la instrucción del pueblo. La mis-
puesto estaba quedando ocupado por la llamada enseftanza ma idea de.su institución, antes de y en tiempos de Esdras,
y por las prácticas externas. Así, la adoración de la letra tomó explica y comunica esto, y es confirmado por el testimonio
el lugar de la del espíritu, e Israel se vio abocado al recha- de Josefo (Contra Apl6n, 11. 17). Pero quizá el lector ordi-
zamiento de Cnsto por el fariseísmo. La sinagoga tomó el nario del Nuevo Testamento haya dejado de observar cuán
puesto del Templo, y lo empequetleció, incluso dentro de sus prominentemente es expuesto este elemento de la sinagoga
propios muros, con una incongruente mezcla de un culto de en la historia evangélica. No obstante, la palabra «enseñanza»
ordenación humana con los ritos típicos ordenados por Dios se emplea tan frecuentemente en relación con la presencia de
para el santuario. Así, bien lejos de ser la «sinagoga del nuestro Señor en la sinagoga, que su lección es evidente
Templo» el modelo de las que se encontraban por el pafs, (véanse Mt 4:23; Mr. 1:21; 6:2; Le. 4:15; 6:6; 13:10; Jn.
como algunos escritores mantienen, nos parece más bien de 6:59; 18:20). La parte de «enseñanza» en el servicio consistía
origen posterior, y que tomó muchos ritos de las sinagogas principalmente en la lectura de una sección de la ley, a la que
del país, en las que la gente se había acostumbrado a ellos.' acompañaba la lectura de una sección de los profetas, y un
Este tema tiene un interés superior al meramente histórico. sermón o discurso. Naturalmente, el elemento litúrgico nun-
Porque la presencia de una sinagoga dentro del Templo, o, ca hubiera podido estar ausente en estos servicios, y pronto
más bien, como preferimos expresarlo, la adición del culto adquirió una considerable importancia. Consistía de oración
sinagoga! al del Templo, es tristemente emblemática. Es, por y de la recitación de la bendición aarónica (Nm. 6:24-26) por
así decirlo, una de aquellas proclamaciones terriblemente los sacerdotes, esto es, no naturalmente por los rabinos, que
simbólicas (por vía de la acción) con que Israel, inconsciente- eran meramente maestros o doctores, sino por descendientes
mente, pronunció su propia condenación, tal como lo fue la lineales de la casa de Aarón. No había servicio de «alabanza»
de «Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos», o en las sinagogas.
el clamor por la liberación de Barrabás (el hijo del padre), El culto público2 comenzaba en ocasiones ordinarias con
que había sido condenado por «sedición» y «homicidio»
-indudablemente en relación con una rebelión pscudome-
2, Nuestra descripción se aplica aquí al culto de la antigua sinagoga. no
de la moderna; y hemos pensado que lo mejor sorfa limitamos al testimonio
l. Esto es 1ustancialmcntc admitido por Herzfcld, G•a:11. d. Volka Fu,. de la Mimá, para evitar el peligro de introducir prácticas de un período
vol. ID. p6g1. 131, 132. posterior.
278 279
el llamado «Shema», que era precedido por la mañana y por de la creación. Bendito sea el Seftor nuestro Dios por la gloria
la tarde por dos «bendiciones», y sucedido en la maftana por de la obra de sus manos y por las lumbreras Iluminadoras que
una y en la tarde por dos bendiciones; lo segundo era, estric- Él ha hecho para su alabanza. ¡Selahl Bendito sea el Seflor
tamente hablando. una oración vespertina. El «Shcma» era nuestro Dios, que ha fonnado las lumbreras.»>
una especie de «credo», compuesto de estos tres pasajes de 11. «Con gran amor nos has amado 'N, oh Scftor nuestro
la Escritura: Dt. 6:4-9; 11:13-21; Nm. 15:37-41. Recibía su Dios, y con una piedad rebosante has tenido Tú piedad de
nombre de la palabra inicial «Shemai.: «Oye, Israel», en Dt. nosotros, nuestro Padre y nuestro Rey. Por causa de nuestros
6:4. Vemos por la Misná (Ber. J. 3) que esta parte del servicio padres que confiaron en Ti, y 'N les enseñaste los estatutos
existía ya antes de los tiempos de nuestro Seftor; y se nos dice de la vida, ten misericordia de nosotros y enséñanos. Ilumina
(Ber. 111. 3) que todos los varones estaban obligados a repetir nuestros ojos en tu ley: haz que nuestros corazones se adhíe-
este credo dos veces al d(a, estando exentos de esta obligación ran a tus mandamientos; une nuestros corazones en amor y
los niños y los esclavos, as( como las mujeres. No puede temor de tu nombre, y no seremos avergonzados por los si-
haber duda alguna razonable en cuanto a esta cuestión. por glos de los siglos. Porque Tll eres un Dios que preparas sal-
cuanto la Misná menciona expresamente las tres secciones vación, y a nosotros nos has escogido de entre todas las nacio-
escriturales del «Shema», el numero de bendiciones antes y nes y lenguas. y en verdad nos has traído cercanos a tu gran
después de ella. e incluso las palabras iniciales de la bendi- nombre -¡Selah!- para que amantemente te alabemos a Ti
ción final (Ber. 11. 2; l. 4; Tamid, V. 1). Tenemos aquí, por y a tu unicidad. Bendito sea el Senor que en amor escogió
tanto. ciertas oraciones que nuestro Señor mismo no sólo ha- a su pueblo Israel.s"
bía oído, sino en que Él debe haber tomado parte -y hasta Después de esto venía el «Shema». La Misná da la si·
qué punto se verá en la secuela. Estas oraciones siguen exis- guiente hermosa explicacíén del orden en que están dispues-
tiendo en la sinagoga, aunque con adiciones posteriores, que, tas las porciones de la Escritura de que se compone (Ber.
felizmente, no es difícil eliminar. Antes de transcribirlas, se 11. 2). La sección Dt. 6:4-9 se dice que precede a la de
puede citar como marca del valor que se les daba que era Hci- 11: 13-21, a fin de que «tomemos sobre nosotros el yugo del
to decir ésta y las otras oraciones diarias -a las que nos refe- reino de los ciclos, y sólo después el yugo de los manda-
riremos después- y «las gracias por la comida», no sólo en mientos». Luego, DL 11:13-21 precede a Nm. 15:37-41 por-
hebreo, sino en cualquier otro lenguaje, a fin de asegurar un que lo primero se aplica, por así decirlo, tanto al día como
entendimiento general del servicio (Sotah, VII. 1). Al mismo a la noche; y el ültimo sólo al día. El lector no podrá dejar
tiempo, se emplean expresiones que nos llevan a suponer que de observar la luz que la enseñanza de la Misná aporta a la
en tanto que estaban fijas las fonnas litórgicas relacionadas invitación llena de gracia de nuestro Seftor: «Venid a mf todos
con el «Shcma», había variaciones locales, en el sentido de
11
alargamiento o abreviación (Ber. l. 4). Lo que sigue son las
«bendiciones» antes del «Shema», en su fonna original: 3. Esta «bendición,., mientras que reconoce al Creador, tiene una referencia
l. «Bendito seas Tll. oh Señor, Rey del mundo, que fonnas tan frecuente a Dios en relación con las «lumbreras», que parece como una
la luz y creas las tinieblas, que haces la paz y lo creas todo; confesión de Israel en contra de las idolatrías de Babilonia. Esta 111

circunstancia nos puede servir de ayuda para fijar el tiempo de su origen.


que, en misericordia das luz a la tierra y a los que en ella 4. Esto tiene la peculiar apariencia de una acción de gracias do Israel como
moran, y en tu bondad. día a día y cada día renuevas las obras el pueblo del pacto de Dios.

280 281
Tú nuestra protección a nuestro alrededor; guárdanos del
los que estáis fatigados y cargados. y yo os haré descansar. enemigo. de la pestilencia, de la espada, del hambre y de la
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy aflicción. Mantén a Satanás alejado de delante y de detrás
manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vues- nuestro, y escóndcnos bajo la sombra de tus alas, porque Tlí
tras almas; porque mi yugo es cómodo, y mi carga ligera» eres un Dios que nos ayudas y liberas; y Tú, oh Dios, eres
(Mt. 11 :28-30). Estas palabras deben haber tenido en verdad un Rey lleno de gracia y misericordia. ¡Guarda Tlí nuestra
una significación especial para los que recordaban la lección salida y nuestra entrada, para vida y paz, desde ahora y para
rabínica en cuanto a la relación entre el reino de los ciclos síemprels"
Y.los mandamientos, y comprenderían ahora cómo por la ve- El «Shema» y las «bendiciones» que lo acompaftaban
ruda del .senor tomarían sobre sí primero «el yugo del reino parecen haber sido pronunciados en la sinagoga ante el atril,
de los cielos». y luego el de «los mandamientos». encon- mientras que para la siguiente serie de oraciones el que dirigía
trando este «y1,1go fácil» y la «carga ligera». las devociones se adelantaba y se ponía delante del «arca».
La oración tras el «Shema» era como sigue:' De ahí la expresión «subir delante del arca». para dirigir en
«Cierto es que Td eres Jehová nuestro Dios y el Dios de oración. Esta diferencia de posición parece implicada en
nuestros padres, nuestro Rey y el Rey de nuestros padres. muchos pasajes de la Misná (especialmente en Megillah, IV),
nuestro Salvador y el Salvador de nuestros padres. nuestro que hace la distinción entre decir el «Shema» y «subir delante
�ador, la Roca de nuestra salvación, nuestro Auxilio y del arca». Las oraciones ofrecidas delante del arca consistían
Libertador. Tu nombre es eterno, y no hay Dios junto a Ti. en las llamadas dieciocho eulogías. o bendiciones. y consti-
Un nuevo cántico cantaron a tu Nombre los que fueron liber- tuían la «tephílíah», o suplicación. en el sentido riguroso del
tados, junto a la orilla; juntos ellos te alabaron y reconocieron ténnino. Estas dieciocho � más bien en la actualidad dieci-
como Rey, diciendo: ¡Jehová reinará sin fin! ¡Bendito sea el nueve- eulog(as son de varias fechas. siendo las más anti-
Scftor que salva a Israell» guas las tres primeras, y las tres intimas. No puede haber nin-
Las posturas antisaduccas expresadas en esta oración no guna duda razonable de que éstas se decían en el culto de las
de)arán de ser o�tvadas por el estudioso de aquel período, sinagogas cuando nuestro Señor estaba en la tierra. A conti-
mientras que también quedará impresionado por lo apropiada nuación, cronológicamente. vienen las eulogfas IV. V, VI,
que es y por su belleza. La oración especial de la tarde no VIII. IX y XVI. La eulogía VII, que en su actual posición
es tan antigua como las tres acabadas de citar. Pero como
aparece en la Mi�ná, y es tan apropiada y sencilla, la repro- parece algo incongruente, data de un período de gran calami-
ducimos como sigue: dad nacional, quizá de ta época de Pompeyo. Las otras eulo-
«¡Oh Seftor nuestro Dios! Haznos yacer en paz. y vuél- gt'as. y algunas inserciones en las más antiguas bendiciones.
venos a levantar a la vida, ¡oh nuestro Rey! Extiende sobre fueron aftadidas tras la caída de la nación judía, dirigiéndose
nosotros el tabernáculo de tu paz; fortaléccnos delante de Ti la eulogía XII de manera especial en contra de los primeros
en tu buen consejo, y líbranos por causa de tu nombre. Sé conversos judíos al cristianismo. Con toda probabilidad.
había sido costumbre originalmente insertar oraciones de

6. A esta oración se hizo una adición en una fecha posterior. Globalmente,


S. En la forma que aq,uí 10 da ca mú antigua que incluso la orKi6n a que comparar Zunz. Gollesd. Vortr. plig. 367, cte.
se hace referencia en la Mi.sn, (Bu. B. 2).

282 283
composición privada entre las (actuales) tres primeras y las Es imposible no sentir la solemnidad de estas oraciones.
tres últimas eulogías; y de esas oraciones fueron fonnulán- Respiran ellas las más profundas esperanzas de Israel en un
dose gradualmente las posteriores eulogías. En todo caso, sencillo y escritural lenguaje. Pero ¿quién puede plenamente
sabemos que en los sábados y en otras ocasiones festivas sólo ver su sagrada pertinencia al ser pronunciadas no sólo en la
se repetían las tres primeras y las tres llltimas eulogías. Así Presencia del Señor Jesucristo, sino por los mismos labios
había lugar para las repeticiones inacabables .Y para las del que era Él mismo la respuesta a ellas?
«prolongadas oraciones» que el Señor condenó (Mr. 12:40; Las tres eulogfas finales eran como sigue:
Le. 20:47). Además, se debe tener presente que tanto al entrar
como al abandonar la sinagoga era usual ofrecer oración, y XVII. �Agrádate en tu gracia, oh Jehová nuestro Dios, en
tu pueblo Israel y en sus oraciones. Acepta los holocaustos
que era un dicho rabínico corriente que «la oración prolija
prolonga la vida». Pero como tenemos la seguridad de que de Israel, y sus oraciones, con tu benevolencia: y que los ser-
los sábados, cuando nuestro Señor asistía a las sinagogas en vicios de tu pueblo Israel sean siempre aceptables delante de
Nazaret y Capcmaum, se repetían las primeras y \lllimas tres Ti. Y, ¡oh, que nuestros ojos puedan verlo cuando Tó te vuel-
eulogías, las reproducimos a continuación: vas en misericordia hacia Sión! ¡Bendito seas Tt1, oh Jehová,
l. «Bendito sea el Señor nuestro Dios y el Dios de nuestros qtJe restauras su Shekiná a Sión!»
padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de XVIII. «Te alabamos, por cuanto Tú eres Jehová nuestro
Jacob; el Dios grande, poderoso y terrible; el Dios Altísimo, Dios, y el Dios de nuestros padres, para siempre jamás. Tt1
que muestra misericordia y bondad, que crea todas las cosas, eres la Roca de nuestra vida, el Escudo de nuestra salvación,
que recuerda las promesas en gracia a los padres, y trae un de generación en generación. Te loamos y declaramos tu
Salvador a los hijos de sus hijos, por causa de su propio alabanza por nuestras vidas que están guardadas dentro de tu
nombre, en amor. ¡Oh Rey, Ayudador, Salvador y Escudo! mano, y por nuestras almas que son encomendadas a Ti, y
Bendito eres Tt1, oh Jehová, el Escudo de Abraham,» por tus maravillas que están con nosotros cada día, y tus
11. «Tó, oh Señor, eres poderoso para siempre; Tt1, que maravillosos hechos y tu bondad, que son en todas las
vivificas a los muertos, eres poderoso para salvar. Bn tu sazones: atardecer, maflana y mediodía. Tt1, lleno de gracia,
misericordia Tt1 preservas a los vivientes; Tú vivificas a los cuyas compasiones nunca se acaban; Tó lleno de piedad, cuya
muertos; en tu abundante misericordia Tll levantas a los que gracia nunca cesa -¡para siempre ponemos en Ti nuestra
caen, y sanas a los que están enfennos, y desligas a los enca- confianza! ¡Y por todo esto, oh nuestro Rey, sea tu nombre
denados, y cumples tu palabra fiel a aquellos que duennen bendecido y exaltado para siempre jamás! Y todo ser viviente
en el polvo. ¿Quién como Tt1, Seftor de fortaleza, y quién te bendiga -Selah- y alabe tu Nombre en verdad, oh Dios,
puede compararse contigo, que das muerte y das la vida, y nuestra Salvación y nuestra ayuda. Bendito seas Tó, Jehová;
haces que venga la salvación? Y fiel eres Tll para dar vida tu nombre es el lleno de gracia, a quien se debe toda
a los muertos. ¡Bendito seas Tll, Jehová, que vivificas a los alebanza.»
muertosl» XIX.7 «Oh, otorga gran paz sobre tu pueblo Israel, para
111. «Tó eres santo, y tu Nombre es santo; Y. los santos te
alaban a Ti cada día. ¡Selah! ¡Bendito seas Tó, Jehová Dios,
el Santo!» 7, Damos esla eulogía en su forma más breve, como se emplea actualmente
en la oración vespertina.
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285
siempre; porque Td eres Rey y Seftor de toda paz, y es bueno cinco intersticios; y a esto se atribuye un sentido místico.
delante de tus ojos bendecir a tu pueblo Israel con alabanza Posterionnente se desarrolló la superstición de prohibir mirar
en todo tiempo y en cada hora. Bendito eres 'N, Jehová, que a las manos de los sacerdotes, como involucrando un peligro
ñsico. Pero la Misná ya ordena que los sacerdotes que tuvie-
bendice a su pueblo Israel con paz.»
ran �chas en su� �anos, o los dedos teñidos, no deben pro-
Otro hecho, que hasta ahora. por lo que sabemos, no ha nunciar la bendicíon, para que no atrajeran la atención del
recibido atención, debe ser mencionado aquf. Y da a las ora- pueblo. De la actitud que se debía observar en la oración no
ciones acabadas de mencionar un interés nuevo y casi sin es éste el momento de hablar detalladamente. Será suficiente
paralelo. Según la Misn4 (Megtllah, IV. S), se esperaba de co� decir que el cuerpo era totalmente doblado, pero se tenía
la persona que leía en la sinagoga la porción de los profetas cuidado en nunca hacer parecer que el servicio hubiera sido
que pronunciara también el «Shema>t-, y que ofreciera las gravoso. Uno de los rabinos nos dice que, con este objeto a
oraciones que acabamos de citar. Sigue de ello que, con toda la vista, él se doblaba como una rama, mientras que, al volver-
probabilidad, nuestro Scftor mismo dirigió las devociones en
la sinag()ga de Nazaret en aquel sábado que leyó la porción se a levantar, lo hacía como una serpiente... ¡comenzando por
de las profecías de Isaís que en aquel día «se había cumplido la cabeza! Cualquiera que fuera designado por los gobernan-
en sus oídos» (cf. Le. 4:16-21, ver margen RVR77). Y no es tes de la congregación podía pronunciar las oraciones, excep-
posible resistirse a la impresión de lo especialmente apropia- to un menor. Esto, sin embargo, se aplica sólo al «Shema».
das que hubieran sido para esta ocasión las palabras de estas Las eulogías, o «tephñlah» propias, así como la bendición
oraciones, en particular las de las euloglas 11 y XVII. sacerdotal, no podían ser pronunciadas por los que no estu-
�as. �raciones e�an dirigidas. o repetidas en voz alta por vieran vestidos apropiadamente, ni por los que estuvieran tan
un índívíduo especialmente designado para la ocasión, res- �iegos que no pudieran distinguir la luz del día. Si cualquiera
pondiendo la congregación con un «Amén,.. El servicio 1ntro�ucía en sus oraciones posturas heréticas, o que fueran
litdrgico concluía con la bendición sacerdotal (Nm. 6:23, 24) consideradas tales, era parado de inmediato; y si se había
pronunciada por los descendientes de Aarón. En caso de que cometido cualquier impropiedad. era excomulgado durante
no estuviera presente ninguno de ellos, «el legado de la con.. una semana. Una de las cuestiones más interesantes y espino-
gregacíén», como era llamado el que dirigía las devociones. sas s� relaciona �on ciertas maneras de vestir y de porte, y
repetía las palabras de las Escrituras en su contexto. Al dar con ciertas expresiones empleadas en la oración, que la Misná
la bendición, los sacerdotes elevaban sus manos hasta los (Megillah, IV. 8, 9) declara ser bien señaí de herejía o como
hombros (Sotah, VII. 6); en el Templo. hasta la frente. Por indicativa, de que a aquel hombre no debfa permitírsele diri-
ello, este rito era designado con la expresión «el levanta· gir 1�� oraciones en la sinagoga. Puede que algunas de estas
miento de las manos»." Segdn la práctica actual, los dedos precisiones se refieran no sólo a ciertos «herejes» judíos, sino
de las dos manos se unen y separan de tal manera que fonnen !ambién a los primeros cristianos judíos. Si es así, puede que
indiquen ciertas peculiaridades que les fueran popularmente
atribuidas.'
8. El apcSstol puede haber tenido esto en mente cuando, al dirigir el orden
del ministerio pdblico, habló de �los hombres... levantando manos santas,
sin U:ª ni contiend» (1 Ti. 2:8). En todo caso, la expresión es precisamente 9. La Gemara (Ber. 33 b, 34 a) aftade poco a nuestto entendimiento de
la rrusma que la empleada por los rabinos. esta importante cuestión.

286 287
De los servicios hasta ahora senalados, los mds impor- La sección que describía el pecado de Rubén, y la que daba
tantes eran la repetición de las eulogías y la bendición sacer- un segundo relato del pecado del becerro de oro, eran leídas,
dotal. Lo que seguía ahora era considerado como igualmente pero no interpretadas; las que relataban la bendición
solemne, si no aón más. Ya se ha scftalado que el principal sacerdotal, y las del pecado de David y Amón, ni se leían ni
objeto de la sinagoga era la enseñanza de la ley. Actualmente se interpretaban. La lectura de la ley iba seguida de una
el Pentateuco es dividido a este propósito en cincuenta y cua- lección de los profetas. Actualmente existt un leccionario
tro secciones, de las que una es leída en cada sucesivo sábado regular, en el que estas lecciones se seleccionan de fonna que
del ano, comenzando inmediatamente a continuación de la sean apropiadas para las secciones de la ley designadas para
Fiesta de los Tabernáculos. Pero antiguamente el leccionario, el día. Esta disposición ha sido remontada hasta la época de
al menos en Palestina, parece haber estado dispuesto de ma- las persecuciones sirias, cuando todas las copias de la ley
nera diferente, y el Pentateuco dividido de tal manera que su fueron buscadas·para ser destruidas, y se supone que las auto"
lectura ocupara tres anos, o, segón algunos, tres aftos y medio ridades judías seleccionaron porciones de los profetas para
(medio período sabático).'º La sección para el dfa era subdi- reemplazar las de la ley que no podían ser presentadas en
vldída de modo que cada sábado al menos siete personas eran póblico. Pero es evidente que si las medidas persecutorias
llamadas a leer una sección cada una, que no debía consis- hubieran sido aplicadas rigurosamente, los sagrados rollos de
tir de menos que tres versículos. El primer lector comenzaba los profetas no hubieran escapado a la persecución más que
-y el llltlmo tcmtinaba- con una bendición. Como el he- los de la ley. Además, es bien seguro que no existía un
breo había dado paso al arameo, un •meturgeman», o intér- leccionario de los profetas como el actualmente en uso en
prete, estaba al lado del lector y traducía versículo a versículo época de nuestro Señor, y ni siquiera cuando la Misná fue
al vernáculo. Bra usual tener servicios en las sinagogas no recopilada. Parece haberse dejado una considerable libertad
sólo los sábados y días festivos, sino también en los días se- a los individuos; y la expresión empleada por san Lucas con
gundo y quinto de la semana (lunes y jueves). cuando los referencia a nuestro Señor en la sinagoga en Capemaum (Le.
campesinos acudían al mercado y cuando también el Sane- 4: 17): «Él desenrolló el volumen y encontró el lugar donde
drín tenía audiencia para la resolución de causas menores. En estaba escrito». describe con gran precisión el estado de
estos servicios de entre semana sólo se llamaba a tres perso- cosas. Porque en base al Megillah IV. 4 inferimos que en la
nas para leer la ley: el día de luna nueva y en los días interme- lectura de los profetas era Ucito pasar por alto uno o más
dios de una semana festiva, cuatro; en días de fiesta, cuando versículos, siempre que no hubiera pausa entre la lectura y
se lefa también una sección de los profetas, cinco; y en el ora la traducción del «meturgeman». Porque aquí se empleaban
de la Expiación, seis. Incluso a un menor se le permitia leer, también los servicios de un «meturgeman»; sólo que éste no
y, si estaba calificudo para ello, actuar como «meturgeman». traducía, como en la lectura de la ley, versículo a versículo,
sino después de cada tres versículos. Bs un hecho notable que
los rabinos excluyan de la lectura pdbllca la sección en las
profecías de Ezequiel que describe •el carro y las ruedas».
t O. Por estas raz.onca no puedo adoptar las posturas e inferenciu tan El rabí Elieser habría excluido también la de Ez. 16:2.
capumcntc expuestas por Basil Coopor en sus IJ'l(culos sobre .cThe
Synagogue» [La Sinagoga) en Sunday at llom, para 1876, por inlm'Csantes La lectura de los profetas iba frecuentemente seguida de
que sean. un sermón o discurso, con el que concluía el servicio. El pre-

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d1cad0r era llamado «darshan», y su discurso un «derashah»
(homilía, sennón de «darash», preguntar, inquirir o discurrir).
Cuando el discurso era una erudita disertación teológica
-especialmente en academias- no era pronunciado direc-
tamente ante el pueblo, sino susurrado al oído de un «amora»,
u orador, que explicaba a la multitud en un lenguaje popular
los pesados dichos que el rabí le había comunicado a él sucin- XVIII
tamente. Por otra parte, un scnnón de carácter más popular
era llamado un «meamar», literalmente un «discurso, o plá-
tica». Estas pláticas serían bien exposiciones rabínicas de la BREVE BOSQUEJO DE LA ANTIG,UA
Escritura, bien discusiones doctrinales, en las que se haría una LITERATURA TEOLOGICA JUDIA
apelación a la tradición y a la autoridad de cienos grandes
maestros. Porque se establecía como un principio (Eduj. l. 3)
que «cada uno está ligado a ensenar en el mismo lenguaje Las diversas disposiciones de la sinagoga, tal como se han
de su maestro». En vista de esta doble realidad, podemos en descrito, combinaban de una manera notable la fijeza del
cíerta medida comprender la profunda impresión que produ- orden con la libenad individual. Tanto las sazones como la
cían las palabras de nuestro Seflor, incluso en aquellos que duración de los servicios públicos, su orden, las oraciones a
pennanecieron sin quedar influenciados por ellas. La sustan- ofrecer y las porciones de la ley que dcbfan ser leídas esta_ba
cia de sus discursos era muy diferente de lo que ellos jamás todo detenninado de antemano. Por otra parte, entre las die-
habían oído o concebido posible. Parecían como abrir un nue- ciocho «bendiciones» pronunciadas en los días ordinarios y
vo mundo de pensamiento, esperanza, deber y consolación. las siete que se repetían en los sábados, se podfan intercalar
No es de asombrarse que incluso en la menospreciativa Naza- oraciones libres; la selección de los profetas. con la que con-
ret «todos hablaban bien de Él, y maravillados de las palabras cluía la lectura pública, la «Haphtarah» (de «patar», «�o-
de gracia que salían de su boca», ni que la misma guardia cluír»), parece haber sido dejada originalmente a la elección
del Templo enviada a arrestarlo quedara abnimada, y que ante individual mientras que la detenninación de quién debía leer
o dirigir las oraciones, o dirigirse al pueblo, estaba en m3!1�s
el consejo sdlo pudieran dar esta razón de su extratla negli- de «los principales de la sinagoga» (Hch. 13:15). Estos últi-
gencia en el cumplimiento de la misión que les ha�ían enco- mos, que eran probablemente también los miembros del .sa-
mendado: «¡Jamás hombre alguno ha hablado como este nedrín local, estaban naturalmente encargados de �upcrv1sar
hombre!» (Jn. 7:46). De manera similar, también la fonna de la conducta en el culto público, así como el gobierno Y la
su ensetlaza era totalmente diferente de la constante apelación disciplina de las sinagogas. Eran hombres entendidos en la
de los rabinos a la mera tradición; parecía venir de manera ley y de buena reputación, a los que designaba la voz popular,
tan novedosa y directa del cielo, como las aguas vivientes del pero que eran separados de W1a manera regular mediante «la
Espíritu Santo, que «la gente se quedaba atónita de su imposición de manos», o la «Semichah», que era cfcct�ad_a
doctrina; porque les ensenaba como quien tiene autoridad, y por al menos tres que hubieran sido ellos mismos constítuí-
no como los escribas» (ML 7:28, 29). dos. y por lo cual el candidato �ibía el título de Rabí. Y era
declarado cualificado para administrar la ley (Sanh. 13 b). Se

290 291
suponía que la Majestad Divina estaba en medio de cada sino una función, hace que este punto de vista sea insosteni-
Sanedrín, en base a lo cual incluso aquel que consistiera sólo ble. Además, en tal caso la expresión griega correspondiente
de tres miembros podía ser designado como «Elohim». Quizá habría sido más bien «apóstol» que «ángel de la Iglesia». Sin
esto se haya dado como explicación y aplicación del Sal. embargo, es posible que el escritor de la Epístola a los He-
82:6: «Yo dije, vosotros sois dioses [Elohim] y todos voso- breos pueda hacer referencia a ello cuando designa al Señor
tros hijos del Altísimo.» ' Jesüs como «el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra pro-
Las cualificaciones especiales para el oficio de sancdrista fesión» (He. 3:1). Además de estos funcionarios, leemos tam-
que se mencionan en los escritos rabínicos, son tales que no; bién de «Oebaei Zedakah», 1 o recolectores de la caridad, a
recuerdan .tas ínsuuccloees de san Pablo a Timotco (1 Ti. 3: 1- los que el Talmud (B. Bathra, 8 b) les aplica la promesa, me-
I O). Un �embro del Sanedrín debe ser sabio, modesto, teme- diante un juego de palabras, de que «serán como las estrellas
roso de Dios, veraz, no codicioso de ganancias deshonestas por los siglos de los siglos» (Dn. 12:3), por cuanto conducen
d�o a la hospitalidad, amable, no jugador, ni usurero, ni de� a muchos a la «justicia». Las limosnas eran recogidas a inter-
dicado a mercadear con el producto del ano sabático ni entre- valos regulares cada semana, bien en dinero, bien en víveres.
g�o a jue�os ilícitos (Sanh. 111. 3). Eran llamad�s «Seke-
mm», «anCJanos» (Le. 7:3), «Mcmunim», «gobernantes» Al menos se empleaban dos personas en la recolecta, y tres
(Mr. 5:22), «Pamasin», «alimentadores, supervisores, pasto- en la distribución de la caridad, a fin de evitar la sospecha
res del rebaños (Hch. 20:28; l P. S:2), y «Manhigci», «con- de deshonestidad o de pareialidad. Muchos piensan que estos
ductores» (He. 13:73). Estaban bajo la presidencia y gobierno recolectores de caridad, que debían ser «hombres de buena
supremo de un «Arehisunagogos», o «Rosh-ha-Chenescth» reputación, y fieles», fueron el modelo para el diaconado en
«cabeza de la sinagoga» (Yom. VII. 1; Sot. VII. 7), que a ve� la Iglesia primitiva. Pero la analogía apenas si se mantiene;
ces. parece haber ejercido una autoridad total. Esta desig- y tampoco se empleaban tales recolectores en todas las
nación aparece frecuentemente en el Nuevo Testamento (Mt. sinagogas.
9:18; Mr: 5:3.S, 36, 38: Le. 8:41, 49; 13:14; Hch. 18:8, 17). Al describir la conducción del culto público, se ha hecho
Las funciones inferiores de la sinagoga estaban a cargo del referencia al «meturgeman», que traducía al habla vernácula
«chassan», o «ministro» (Le. 4:20). Pero con el transcurso del lo que se leía en las Escrituras Hebreas, y también al «dar-
tiempo los «cassanim» vinieron a combinar sus deberes origi- shan», que exponía las Escrituras o bien la ley tradicional en
nales con el de maestrescuela; y actualmente conducen tanto un discurso, pronunciado después de la lectura de la «Haphta-
el canto como las devociones de la sinagoga. Este deber no rah», o sección de los profetas. Estos dos ténninos habrán
�caía oril!nalmente sobre . ninguna persona detcnninada, sugerido nombres, que siguen apareciendo en escritos sobre
smo cualquiera que fuera designado para aquella ocasión para cuestiones judías, y pueden llevamos lógicamente a unas
ac�ar como «Sheliach Zibbur», o «legado de la congre-
gac1cSn». La mayor parte de los escritores modernos han ima- observaciones acerca de la teología judía en la época de nues-
ginado.que .la e�prcsión «'!tgel de la Iglesia», en las epístolas tro Señor, La obra del «mcturgeman»2 fue perpetuada en el
a l� siete 1gles1as en el libro de Apocalipsis, se usó como Targum, y la del «darshan» en el Midrash. Así, en su sentido
alusión a esta antigua disposición de la sinagoga. Pero el primario el Targum quería ser una traducción de las Escritu-
hecho de que el «Shcliach Zibbur» no representaba un oficio,
l. «Zedekah• significa rectitud, pero también se emplea para «su caridad•.
292 2. De ahí tambim el ténnino «dragom"1• o «1n1jam"1•.

293
ras al arameo vernáculo. Naturahnente, tales traducciones pu- sante que éstos, de los puntos de vista de los antiguos fariseos,
dieran ser bien literales, o bien más o menos parafrásticas. y de sus interpretaciones escriturales. Algunos de los padres
Cada Targum representarla también, de manera natural, las se refieren a una obra llamada «Génesis Menor», o el «Libro
especiales perspectivas del traductor, y serta de interés al de los Jubileos». Este libro se había perdido para la literatura
ofrecer una indicación de las ideas que entonci,s prevalecían, teológica, hasta que fue redescubierto en nuestro siglo, aun-
y de la manera en que se entendían las Escrituras. Pero que no en el original hebreo, y ni siquiera en su traducción
algunos Targumim son más parafrásticos que otros, y llegan primaria, o griega, sino en una traducción etióptica de esta
a ser, desde luego, una especie de comentario, mc,strándonos óltima. Esta obra, que indudablemente data de la era de nues-
cuál era la teología popular de aquel entonces. Hablando tro Seftor cubre el mismo período que el primer libro de Moi-
estrictamente, no tenemos realmente ningún Targum que date sés de d�nde le viene el nombre de «Génesis Menor-. Da
de los tiempos de nuestro Seftor, y ni siquiera del primer siglo la �arración bíblica desde la creación del mundo hasta la insti-
de nuestra era. Pero no puede abrigarse ninguna duda de que tución de la Pascua, en el espíritu en el que lo contemplarla
este Targum existió, aunque se haya perdido. Con todo, los el judaísmo de aquel período. Las adiciones legendarias, las
Targumim que han sido preservados, aunque cotejados y ideas rabínicas expresadas, son las que uno esperaría encon-
habiendo recibido su fonna presente en períodos posteriores, trar en una obra así. Uno de los principales intereses del escri-
contienen mucho que data del período del Templo e incluso tor parece haber sido la cronología del libro de Génesis, que
anterior. Mencionándolos en orden de antigüedad relativa, intenta fijar. Todos los acontecimientos son registrados si-
tenemos el Targum de Onquelos, sobre los cinco libros de guiendo períodos de jubileos de c�arenta y nuev� años, de
Moi�s; el Targum de Jonatán, sobre los profetas (incluyendo donde le viene el nombre de el «Libro de los Jubileos» a la
Josué, Jueces, y los libros de Samuel y Reyes). El llamado obra. Estos «Jubileos» vuelven a ser dispuestos en «sema-
(o pseudo) Jonatán sobre el Pentateuco, y el Targum de Jeru- nas», cada una de siete anos (un día por afio); y los aconte-
salén, que es sólo un fragmento. Probablemente estos dos cimientos son calificados como habiendo tenido lugar en un
dltimos tuvieran el propósito de suplementar al Targum cieno mes de un cierto ano de una cierta «semana» de aftos,
Onquelos. Críticas posteriores han echado dudas sobre la de un cierto período «Jubilar-. Otra tendencia del libro,. que,
existencia de una persona como Onquelos. Quienquiera que sin embargo, tiene en común con todas las producciones
f\¡era el autor, este Targum data probablemente del siglo ter- similares, es seguir todas las instituciones posteriores hasta
cero, y el de Jonatm sobre los profetas, del cuano. el período patriarcal.3
En algunos respectos, más interesantes que los Targumim Además de estas obras, nos ha sido preservada otra fiase
son los Midrashim, de los que poseemos tres, datando proba- de literatura teológica, alrededor de la que se ha dado recien-
blemente, en su fonna actual, del siglo primero o segundo temente una gran cantidad de seria controversia. La mayoría
de nuestra era, pero incorporando mucho material de mayor de los lectores, naturalmente, saben acerca de los libros Apó-
antigüedad. Éstos son, mencionándolos otra vez en el orden
de su antigüedad: �siphra» (el libro), un comentario sobre 3. Awique el «Libro de los Jubileosi. parece mú probablem�te de
Levítico; «Siphrb, un comentario sobre Nümcros y Deutero- paternidad Carisea, los puntos de vista q� se expresan en '1 n.o son a�empre
nomio; y «Mechiltha., un comentario sobre ciertas porciones de los fariseos. Así, se niega la resurrección, aunque se mantiene la mmor-
de éxodo. Pero tenemos incluso un monumehto más intere- talidad de} almL

295
294
crifos; pero las obras a que nos referimos son las que reciben aquella época y las del Nuevo Testamento.• Porque cada ra-
el nombre de «escritos ¡Rudoepigráficos•. Su temática pue- ma y depanamento del estudio sagrado, cuanto más cuidado-
de ser descrita como tratando principalmente de las profecías samente y cuanto más diligente e imparcialmente sean prose-
aón incumplidas; y se expresa en un lenguaje e imaginería guidos, sólo ofrecen renovado testimonio de aquella verdad
tomados, entre otros, del libro de Daniel. De hecho, parecen que entre nosotros, y sobre las bases más finnes y seguras,
intentos de imitar ciertas porciones de aquella profecía, sólo ha sido ciertísima.
que su panorámica es en ocasiones mú amplia. Esta clase Sería un error, sin embargo, suponer que las �piniones
de literatura es mú abundante que lo que pudieran haber rabínicas, por extravagantes que sean con frecu�nc1a, se pro-
esperado los no familiarizados con aquel período. Pero cuan- pusieran con independencia de las Esc�tur_as. �1en al c�ntra-
do recordamos la agitación de aquellos tiempos, las febriles río, cada ordenanza tradicional, cada ínstítucíén rabCmca, e
expectativas de una liberación que se avecinaba y la peculiar incluso cada leyenda y cada dicho, eran de una u otra fo�a
mentalidad e instrucción de los que escribieron estas obras, forzadas sobre el texto del Antiguo Testamento. Para explicar
esto, incluso con la mayor brevedad, es necesario decir que
apenas si parecen más numerosas, y quid no más extra- en general se distingue el tradicionalismo judío entre la
vagantes, que un cieno tipo de literatura profética, que «Halachah» y la «Haggadah». La «Halachah» (de «�alach»,
abundó entre nosoU'Os no hace mucho, y que fue suscitada «andar») indica las detenninaciones legales establecidas que
por el temor a Napoleón o por onos acontecimientos políti- constituían la «ley oral», o «Thorah shebcal peh», Nada �d�a
cos. Y parecen tener, al menos para nosotros, una semejanza alterarse aquí, ni se dejaba libertad alguna al maestro 1�d1-
esencial a aquel tipo de producciones, sólo con la diferencia vidual, excepto por vía de explicación e ilustración. El ob�eto
de que el expositor oriental de profecía adn no cumplida, a de la «Halachah» era explicar de manera detallada, y aplicar
a todos los casos posibles, los principios establecido� en la
diferencia del oriental, asume más el lenguaje de un profeta ley de Moisés; así como también rodearla, por así �ectrlo, de
que el de un comentarista, y reviste sus opiniones de un len- «una valla», a fin de imposibilitar transgresiones. involunta-
guaje emblemático místico. En general, este tipo de literatura rias. La «Halachah» no sólo tenca la misma autoridad que la
puede clasificarse en griega y hebrea, segdn que los escritores ley de Moisés, sino que, al ser expositiva, era en c!ertos res-
fueran judíos egipcios (helenistas) o palestinos. Existen con- pectos aún más estimada. En verdad, hablando estnctamente,
siderables dificultades respecto a la fecha precisa de estos era considerada como igualmente que el Pentateuco la revela-
escritos, acerca de si son anteriores o posteriores a la época ción de Dios a Moisés, considerándose sólo que la fonna o
de Cristo. Estas dificultades, naturalmente, se multiplican manera de revelar había sido diferente, habiéndose registrado
cuando se trata de fijar el período preciso en que cada una la primera por escrito, y la otra habi6ndose transmitid� �ral-
de estas obras fue redactada. Sin embargo, las recientes inves- mcnte. Según la tradición, Mois6s explicó la ley tradicional
tigaciones histcSricas han llevado a un gran acuerdo acerca de
las cuestiones generales. Sin referimos al empleo que los
oponentes al cristianismo han intentado hacer recientemente
de estos libros, se puede decir con certidumbre que su estudio 4. Esta cuestión, tan interesante e importante. ea de las que deben ser
especialmente reservadas para su pleno desarrollo en una obra de mayor
apropiado e interpretación serdn aun de gran ayuda, no sólo envergadura.
para mojar luz sobre el perCodo, sino para mostrar las esen-
ciales diferencias entre la enseftanza de los hombres de 297

296
sucesivamente a Aarón, a los hijos de éste, a los setenta ancia- cuatro cánones fueron gradualmente agrandados hasta treinta
nos, Y al pueblo, teniéndose cuidado en que cada clase la oye- y dos reglas, que daban rienda suelta a todo tipo de fantasía.
ra cuatro veces (Maimónides, Prefacio a Seraim J a) El Asf, una de estas normas, la «Gematrfa» (geometría, cálcu-
Talmud mismo intenta demostrar que toda la ley t�dicio�al lo), pennitía al intérprete hallar el valor numérico de las letras
a�! como los. escritos de los profetas y los hagiógrafos, habla� en una palabra, siendo que las letras hebreas, como las roma-
sido comu.mcados a Moisés, citando Éx. 24:12: «Te daré nas, eran asimismo numerales, y poner en-su lugar una o más
tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para palabras cuyo valor numérico fuera el mismo que el de la pa-
enseñaríes.» «Las "tablas de piedra"», argumenta el rabí Levl
(Be�. 5 a), «son los diez mandamientos; la "ley" es la ley
labra sustituida. Así, si en Nm. 12: 1 leemos que Moisés esta-
ba casado con una «mujer euope» (en el original, «Cushilh»).
escnta (en el Pentateuco); los "mandamientos" son la Misná·
"que he escrito" hace referencia a los profetas y a los hagió: Onquelos pone en lugar de esto, por «gematría», las palabras
grafos, mientras que las palabras "para enseftarles" seftalan «de bello aspecto» siendo el valor numérico tanto de Cushith
como «de bello aspecto» de 736. Con esta sustitución se eli-
a la Oemara. Mediante esto vemos que todo esto le fue dado minó al mismo tiempo la idea objecionable de que Moisés
a Moisés en el Sinaf.»
se hubiera casado con una etíope. De manera similar, la Mis-
Si as! era la «Halachah», no es tan fácil definir los límites ná mantiene que los que amaban a Dios heredarían cada uno
de la «Haggadah». El término, que se deriva del verbo 310 mundos, siendo 310 el valor numérico6 de la palabra
«higgid», «discurrir acerca de», «expJicar», cubre todo lo que «heredad» («Yesh») en Pr. 8:21. Por otra parte, los cánones
no posefa la autoridad de las estrictas detcnninacJones lega- para la deducción de una «Halachah» en base al texto de las
les. Era le�end.a, o historia, o moral, o exposición, o díscu-
sión� o aplicación; en resumen, todo lo que la fantas(a o la Escrituras eran mucho más estrictos y lógicos. Siete de estas
�redilección de un maestro decidiera hacerla, de manera que reglas se adscriben a Hillel, que fueron posterionnente
siempre podrfa de una u otra fonna conectarla con Ja Escritura ampliadas a trece.' Pocas objeciones pueden hacerse a las
o con una «Halachah». Para este propósito eran necesarias mismas, pero, desafortunadamente, su aplicación práctica era
unas nonnas concretas para preservar si no de la extravagan- generalmente casi tan fantasiosa, y desde luego igualmente
cia, sf de un absoluto absurdo. Originalmente, habla cuatro errónea, que en el caso de la «Hagaddah».
de estos cánones para relacionar la «Haggadah» con la Escri- Es probable que la mayor parte de lectores desee conocer
tura. Con��y�ndo, siguiendo la manera favorita de los judfos, algo más de aquellas «tradiciones• a las que el Señor tan fre-
las letras m1c1ales, estos cuatro cánones eran designados con cuentemente se refcrfa en sus enseñanzas, Tenemos que dis-
la palabra «Pardes»' (Paraíso). Eran: 1. Determinar el sentido tinguir aqut, en primer Jugar, entre la Misná y la Gemara. La
llano de un pasaje (el «Pcshat»); 2. Tomar las letras aisladas primera era, por así decirlo, el texto, y la ültíma su comentario
de una p�labra coi_no indicación o enteras; 3. El «Dcrush», o extendido. Al mismo tiempo, la Misná contenía una buena
�xpo�1c1ón prá.c11ca de un pasaje; y 4. Encontrar el «Sod»
(m1steno) o senado mfstico de un versículo o palabra. Estos
6. Compárese Ofr6rcr, Jahrh. d. lleils, I, pág. 244, etc.
7. Quedaría más allá del alcance de este libro explicar estos «middoth• o
5. Naturalmente, lu vocales no cst&n marcadas eg hebreo. «mediciones• e ilustrarlas mediante ejemplos. Los interesados en esta
cuestión son remitidos a la plena discusión acerca de ta exégesis rabínica
en mi obra 1/istory of the Jewlsh Na1ion, págs. 570-SSO.
298
299
parte de comentario, y mucho que no es ni detenninación que el segundo. Ninguna de ambas Oemaras, tal como las
legal ni su discusión; mientras que la Oemara. por otra parte, poseemos actualmente, está completa. Esto es, hay Tratados
contiene también lo que llamaríamos «texto». La palabra en la Misná para los que no tenemos Ocmara, tanto en el
Misná (del verbo «shanah») significa «repetición», refirién- Talmud de Jerusalén como en el de Babilonia. Finalmente,
dose el término a la supuesta repetición de la ley tradicional, el Talmud de Babilonia tiene un tamaño más de cuatro veces
que ha sido descrita más arriba. La Oemara, como lo muestra mayor que el de Jerusalén. Es evidente.que éste no e� el lugar
la misma palabra, significa «discusión», e incorpora las dis- para dar incluso el más breve bosquejo de.l contem�o �e la
cusiones, opiniones y dichos de los rabinos acerca de, ---0 Misná.' Será suficiente con decir que consiste de seis bbros
con respecto a- la Misná. Por ello, el texto de la Misná es («sedarim», «órdenes»), que están subdivididos en Tra!ados
siempre dado en las páginas del Talmud, que reproducen («Massichtthoth»), y éstos a� vez� capítulos (�Pera�1m»),
aquellas discusiones del parlamento o academia teológica y en detcnninaciones o tradícíones simples («M1shna1oth»).
judía, lo que constituye la Ocmara. Las autoridades que apa- Al citar la Misná es costumbre mencionar no el Libro (o
recen en la Misná y en la Oemara cubren el período entre los «Seder») sino el especial Tratado, el Perek (o capítulo), Y la
anos 180 a.c. hasta el 430 d.C. (en el Talmud de Babilonia). Misriá. Los nombres de estos Tratados (no los de los libros)
La Misná es, naturalmente, la obra más antigua, y data, en dan una idea suficiente de su contenido, que cubren todos l�s
su presente forma y como recopilación escrita, de fines del casos concebibles, y casi los inconcebibles, con abundancia
de discusión sobre ello. En total, la Misná contiene sesenta
siglo segundo de nuestra era. Su contenido está constituido y tres Tratados, consistentes en 525 capítulos y 4.187
principalmente por «Halachah», habiendo sólo un Tratado (el
Aboth) que no es «Halachah» en absoluto, y otro (acerca de «Mishnaioth».
Hay todavía otra rama de la teología judía q�e es e� algu-
las dimensiones del Templo) en el que aparece raramente. nos respectos la más interesante para el estudioso cnsuano.
Pero estos dos Tratados son del mayor valor e interés históri- No puede dudarse que prevalecía en tiempos de nuestro Se-
co. Por otra parte, hay trece Tratados enteros en la Misná que ftor una serie de doctrinas y especulaciones que eran man-
no tienen «Haggadah» en absoluto, y otros veintidós en los tenidas en secreto frente a la multitud, e incluso se escondían
que es de infrecuente aparición. Mucha parte de la Misná de· a los estudiosos ordinarios, probablemente por temor a que
be ser considerada como datando de antes de/y especialmente fueran conducidos a la herejía. Esta clase de estudio tiene el
del tiempo de Cristo, y su importancia para la elucidación del nombre general de «Cábala», y, tal como lo implica el tér-
Nuevo Testamento es grande, aunque demanda un empleo mino (de «kabal», «recibir», o «transmitir de mano a rnano»),
muyjuicioso. La Oemara. o libro de discusiones sobre la Mis- representa las tradiciones espirituales transmitidas desde los
ná, constituye los dos Talmudes, el de Jerusalén y el de Babi· tiempos más antiguos, aunque mezcladas con .muchos. el<:-
lonia. El primero recibe este nombre por cuanto es el produc- mentes foráneos y espúreos. La «Cábala» giraba pnnci-
to de las academias palestinas, mientras que el segundo pro-
viene de la escuela babilónica. La finalización del Talmud de
Jerusalén, o palestino («Talmud»= doctrina, conocimiento),
data de mediados del siglo cuarto de nuestra era, y el de 8. En el Apéndice I se da como espccimcn una tra�ucción de WlO de los
Tratados de la Misná, y en el Apéndice U, traducciones de extractos del
Babilonia de mediados del siglo sexto. Apenas será necesario
Talmud de Babilonia.
decir que el primero tiene un valor histórico mucho mayor
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300
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palmente alrededor de la historia de la creación y del misterio cierto que tuvo que hacerlo para ser un verdadero hombre de
de la Presencia y del Reino de Dios en el mundo, como se aquel período-, y a la vez ser un hombre tan totalmente no
simboliza en 1a visión del carro y de las ruedas (Ez. 1 ). Mucho de aquel tiempo como para ser menospreciado, rechazado y
de lo que se encuentra en los escritos cabalísticos se aproxima entregado a la muerte por los ciegos guías de sus ciegos com-
tanto a las más elevadas verdades del cristianismo que, a patriotas. Si Él hubiera descartado del todo aquel período en
pesar de los errores, supersticiones e insensateces que van que Él vivió; si no se hubiera valido de todo lo que en aquel
mezclados con ellas, no podemos dejar de reconocer la conti- tiempo era verdadero o pudiera ser útil, no habría sido de él
nuación y restos de aquellos hechos más profundos de la reve- -no el verdadero hombre Cristo Jesds-. Si no hubiera
lación divina, que deben haber constituido la sustancia de la seguido identificándose con sus perspectivas y esperanzas, o
encabezado sus movimientos, no habría sido el Cristo, el Hijo
enseñanza profcfüca bajo el Antiguo Testamento, y que ha- del Dios viviente, el prometido Libertador del pecado y de
bían sido comprendidos, o al menos esperados, por parte de la culpa,'
aquellos que estaban bajo la conducción del Espíritu Santo. Y así podemos también percibir la razón de la esencial
Si ahora, al finalizar estos bosquejos de la vida judía, nos enemistad contra Cristo por parte de los fariseos y de los
preguntamos qué pudiera haberse esperado en cuanto a la escribas. No se trataba de que fuera un Maestro nuevo y extra-
relación entre Cristo y los hombres y la religión de su tiempo,
la respuesta no será dificil. Desde luego, en un respecto, Cris- ño, sino que vino como el Cristo. La oposición que le presen-
to no podría haber sido extraflo a su tiempo, o su enseñanza taron no fue a sus enseñanzas; se trataba de una contrariedad
no habría encontrado respuesta, y desde luego habría sido de principios vitales. «La luz vino al mundo, y los hombres
enteramente ininteligible para sus contemporáneos. Tampoco amaron más las tinieblas que la luz.» Por estrechamente rela-
se dirigió a ellos como a extraños al pacto, como sí lo eran cionados que estuvieran, el judaísmo farisaico de aquel perío-
los gentiles. Su misión fue en todos los respectos la continua- do y del actual se encuentran en el polo opuesto de la religión
ción, desarrollo y el cumplimiento del Antiguo Testamento. de Cristo, tanto por lo que respecta a la necesidad del hombre
Pero Él eliminó la carga sobreimpuesta del tradicionalismo· como a los propósitos del amor de Dios y los privilegios de
descartó el extcmalismo, el fonnalismo y la justicia por l� sus hijos. Había una verdad que -nos vemos obligados a
obras, que casi había llegado a borrar las verdades espirituales admitir de mala gana- apenas si encontró ningún para-
del Antiguo Testamento, y puesto en su lugar el culto de la lelismo concebible en la enseñanza del rabinismo: la del Me-
letra. Los grandes hechos espirituales que involucraba el sías sufriente. Desde luego, había indicaciones, porque cier-
Ant�guo Testamento los expuso Él en todo su resplandor y tos pasajes de las profecías de Isaías no podían ser totalmente
sentido; la cnseftanza típica de aquella dispensación la vino ignorados ni distorsionados, ni siquiera mediante el ingenio
Él a exponer y a cumplir; y sus profecías las cumplió Él tanto rabínico, así como tampoco podía eliminarse la doctrina del
con referencia a Israel como aJ mundo. Y asr fue que en Él sufrimiento vicario y de la sustitución de la enseñanza
todo lo que estaba en el Antiguo Testamento, de verdad práctica de confesión de los pecados sobre los sacrificios,
camino y vida, vino a ser el «Sf y el Amén». Así, podcmo� cuando el oferente ponía las manos sobre el sacrificio y le
comprender cómo, por una parte, el Señor pudo valerse de
todos los elementos espirituales en su entorno, adoptando los 9. La plena discusión de un tema de tan gran importancia en lodos sus
dichos, parábolas, ideas y costumbres de aquel período -de aspectos exigiría una obra separada.

302 303
transfería su culpa. Pero el judaísmo, excepto en el caso de
los pocos, no vio en todo esto aquello üníco a lo que podía
seftalar como su verdadero significado: «El Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.»
Y ahora, después de todos los siglos transcurridos, y de
haber sido llevado de nación en nación el feliz mensaje del
Evangelio, mientras que Israel sigue en tas tinieblas de su APÉNDICE I TRADUCCIÓN
incredulidad y en la miseria de su errónea esperanza, parece-
mos damos cuenta con mayor fuerza que «el. pueblo que
andaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que moraban DEL TRATAQO
en tierra de sombra de muerte les ha comenzado a brillar la «MIDDOTH» DE LA MISNA
luz». Sí: « Un nifto nos es nacido, un hijo nos es dado, y et
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre: Admi-
rable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz» El Middoth es el décimo tratado del Seder V. (Kodashim)
(Is. 9:2, 6). Porque ciertamente «Dios no ha desechado a su de la Misná. No tiene Gemara ni en el Talmud de Jerusalén
pueblo, al cual conoció de antemano», sino que «todo Israel ni en el de Babilonia. En el primero está ausente la totalidad
será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, del Seder V; en el segundo, sólo aparecen dos y medio de
que apartará de Jacob la ímpíedad» (Ro. 11 :2, 26). «Ouarda, los Tratados (medio Tamid, Middoth y KiMim). Middoth
¿que! hay de la noche? Ouarda, ¿qué hay de la noche? El contiene Halachah sólo en los siguientes pasajes: l. 2, 3, 9;
guarda respondió: La manana viene, y después la noche» (Is. JI. 2, 3, 4, 5; 111. 3, 5, 8; IV. 2, S; V. 3, 4. Por toda la Misná
21:1 t, 12). se mencionan los nombres de 128 sabios. De los menciona-
dos en este Tratado, casi todos ellos fueron testigos de la
destrucción del Templo.
PEREK I
t. Los sacerdotes montan guardia en el Templo en tres
lugares: en la casa Avtinas, en la casa Nitsuts y en la casa
de Moked; y los levitas en veintidn lugares: S en las cinco
puertas que conducen al Templo (el monte de la Casa), 4 �n
las cuatro esquinas interiores, S en las cinco puertas del atno,
4 en las cuatro esquinas exteriores. y 1 en la cámara de las
ofrendas, y 1 en la cámara del velo, y 1 detrás del Lugar
Santísimo (la Casa de la Expiación).
2. El capitán del Templo (el hombre del monte del
Templo) visitaba a cada guarda, y antorchas ardiendo eran
llevadas delante de él. Y a cada guarda que no estaba de pie,
305
304
el capítán del Templo le decía: «La paz sea eontígo.» Si y las cabezas de las vigas' separaban entre lo santo y lo no
observaba que estaba donnido, lo goJpeaba con su vara, y santo. ¿Y para qué se empleaban? La del suroeste era la cáma-
tenía autoridad para quemar su vestido. Y ellos decían: ra de la ofrenda; la del sureste, la cámara del pan de la propo-
«¿Cuál es el ruido (voz) en el atrio?» «Es el ruido de un levita
que está siendo azotado, y sus vestidos encendidos, porque sición; al noroeste, allí los Hasmoneos depositaron las piedras
se dunnió durante su guardía.» El rabí Eliezer, el hijo de del altar que había contaminado el rey de Javán; al noroeste,
Jacob, dijo: «En una ocasión encontraron al hennano de mi desde allí se iba a la casa de bafto.
madre dunniendo, y quemaron su vesudo,» 7. Había dos portones al Beth Mokcd: uno se abría al Ch�l,
3. Había cinco portones que daban paso al recinto del el otro al atrio. Dice el rabí Jchudah: «El que se abría al atno
Templo (monte del Templo): las dos puertas de Huida desde tenía una puertecilla por la que entraban para explorar el
el sur, que servían de entrada y de salida; Kipponos, desde patio.»
el oeste: Tadi, desde el norte, que no se empleaba para nada; 8. El Beth Mokcd tenía arcos, y era una gran casa rodeada
por extensiones (quizá terrazas] de piedra, y los ancianos de
la puerta oriental, sobre la que habla una representación de la casa de sus padres donnían aquí, y las llaves del atrio �n
la ciudad de Susa, y por ella salía el sumo sacerdote, y todos sus manos; y los sacerdotes jóvenes, cada uno con su coJín
los que lo asistían, para quemar la vaca alazana en el monte sobre el suelo (quizá su vestido).
de los Olivos. 9. Y había un lugar allí, de un codo por un codo, y una
4. Había siete portones en el atrio: tres al norte, tres al sur, losa de mármol, y una anilla que estaba unida a ella, y la
y uno al este. El del sur era el portón de quemar; después de cadena con las llaves colgadas de ella. Cuando llegaba el
él, el portón de los primogénitos; en tercer lugar, el portón momento de cerrar, él levantaba la losa por la anilla, y sacaba
del agua. Al este estaba el portón de Nicanor, y a él pertene- las llaves de la cadena, y el sacerdote cerraba las puertas
cían dos cámaras, una a la derecha y una a la izquierda, la desde dentro, y el levita tenía que donnir afuera. Cuando
primera la cámara de Fineés, el guardarropas, y la otra la había tenninado de cerrar, devolvía las llaves a la cadena, Y
cámara de los que hacían la ofrenda de tortas.1 la losa a su sitio; y ponía su cojín sobre ella, y allí donnía.
S. Y el del norte era el portón Nitsuts, que tenía la fonna Si le sobrevenía un accidente a alguno de ellos, salía fuera,
de una Exhedra, y se había construido una Aliyah encima; y y tenía que ir por la escalera de caracol4 que iba debajo de
los sacerdotes montaban guardia encima, y los levitas debajo, la casa, y había luces encendidas a cada lado, hasta que
y tenía una puerta al Chtl. Despuc!s venía el portón de la llegaba a la casa de baño. El rabí Eliezcr, el hijo de Jacob,
ofrenda; en tercer lugar el Beth Molced. dijo: «Por la escalera de caracol pasaba debajo del Chel, Y
6. Y había cuatro estancias en el Bclh Moked, como salía fuera y tenía que atravesar el Tadi.»
pequeftas cámaras con lcchos2 que se abrían a una estancia
para la comida; dos en el lugar santo y dos en lo no santo,

1. Para la ofrenda dilria del sumo sac«doto.


2. En el original: Kaitunolh (evidentemente el griego kbitlJn) abri6ndose
sobre un Teraklin. evidentemente el Trlcliniwn. 3. RosM Paspassin.
4. Mesibbah, literalmente, aquello que va alrededor.

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la pared al oriente, de manera que el sacerdote que quemaba
PEREK II la vaca alazana. de pie sobre la cumbre del monte de los
1. El recinto del Templo (el monte del Templo) tenla SOO Olivos, y dirigiéndose para mirar, veía a !ravés de la entrada
codos por SOO codos; era más grande al sur; después mds del satuario, en el momento en que rociaba la sansn:.
grande al este; luego al norte. y lo más pequefto al oeste. El s. El patio de las mujeres tenía 135 codos de longitud .Y
lugar donde había más medida había también más servicio. 135 de anchura, y había cuatro cámaras ch las cuatro esqui-
2. Todos los que entraban en el recinto del Templo entra- nas cada una de ellas de 40 codos cuadrados, y no estaban
ban por la derecha. y giraban y saUan por la izquierda. excep- tejadas. Y así es como se había dispuesto que fueran, como
to aquellos a los que algo' les había sucedido. que giraban se dice: «y luego me sacó al atrio exterior, y me hizo pas�r
a la izquierda. «¿Qué te duele que te vuelves a la izquierda?,. por los cuatro rincones del atrio; y en cada �ncó� del atno
«Porque estoy enlutado». «¡Que el que mora en esta casa te habfa un patio.· En los cuatro rincones del atno panos hume-
dé consolacíénl» «Porque estoy excomulgado.» «¡Que el que ando»...6 Se dice, estaban «humeando», y ello debido a que
mora en esta casa mueva sus corazones para que te res- no tenían tejado. ¿Y para qué servían? La del sureste era la
tauren!» Así el rabí Meir. BI rabí José le dice a él: «Esto haría cámara de los nazareos, donde los nazareos lavaban s�s
como si ellos hubieran transgredido contra él en juicio; m4s ofrendas de paces, y cortaban su cabello, y lo echaban debajo
bien: "Que el que mora en esta casa ponga en tu corazón que del pote. La del noreste era la cámara de la tena, donde los
sacerdotes que estaban descalificados escogían la made�a. Y
td des oído a las palabras de tus hennanos. y que ellos te cada palo en el que encontraran un gusano no era apropiado
restauren".» para el altar. La del noroeste er:3 la cáma� de los lep�sos.
3. Más lejos se encontraba el Sorag, de diez palmos de La del suroeste, dijo el rabí Ehczcr. el h1Jo de Jacob. «He
altura. Y allí había trece brechas que había hecho el rey de olvidado para qué servra.» Abba Shaul dijo: «Allí ponían el
Javán. Lo restauraron y fortalecieron, y decretaron hacia ellas vino y el aceite; era llamada la cámara de la casa de
trece cortesías [en memoria]. Más adentro del Chcl, diez Sehamanyah.» Y el muro estaba al principio �ivelad�, Y lo
codos; y había allí doce pcldaftos; cada pcldafto tenla medio rodearon de una galería, de manera que las mujeres m1!3ban
codo de altura, y la extensión medio codo, excepto los que desde arriba y los hombres desde abajo, con el propósito de
estaban ante el porche. Todos los pórticos que estaban altr que no se entremezclaran. Y quince pcldaftos subían desde
tenían puertas, excepto la del porche. Todos los portones que allí al Atrio de Israel, como los quince grados en los salmos
estaban allí tenían dinteles, excepto el del portón Tadi, que [los Cánticos Graduales en los Salmos]. Sobre éstos esta�an
tenía dos piedras reposando, ésta en el lomo de la otra. Todos los levitas cantando los cánticos. No eran rectangulares, smo
los portones que estaban anr eran renovados para que fueran redondeados. como el arco de una sustancia redondeada.
con oro, excepto el portón de Nicanor, porque sobre ellas se 6. y había cámaras debajo' del Atrio de Israel, y se abrían
obró un milagro, y algunos dicen, porque el bronce res- sobre el Atrio de las Mujeres. AllC los levitas guardaban sus
arpas y salterios. y sus címbalos, y todos sus ins�mentos
plandecía. musicales. El Atrio de Israel tenía 135 codos de longitud por
4. Todas las paredes que estaban aquí eran altas, excepto

5. Así literalmente (Davar). Naturalmente, no la misma expresión que en 6. Ez. 46:21, 22.
l. 9.
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11 de anchura, y, de manera similar, el Atrio de los Sacerdo- Pero cuando los hijos del Cautiverio subieron, le aftadieron
tes tenla 13S de longitud por 11 de anchura, y las cabezas 4 codos al sur y 4 al oeste como una gamma, porque se dice:
de las vigas dividían entre el Atrio de Israel y el Atrio de los «Y Ariel será de 12 codos de longitud por 12 de anchura,
Sacerdotes. El rabí Eliezer, el hijo de Jacob, dijo: «Había una cuadrado,»? Esto no significa que tuviera sólo 12 �r 12, por
grada, de un codo de altura, y sobre ella estaba colocado el cuanto se añade: «En las cuatro esquinas del mismo, para
Duchan, y sobre él había tres peldaftos, cada uno de medio ensenar que medía desde el medio 12 codos en cada
codo. Por ello, el Atrio de los Sacerdotes era 2 1/lcodos más díreccíon.» Y una línea escarlata lo ceñía en medio para sepa-
alto que el de Israel. Todo el atrio tenía 187 codos de longitud rar entre los rociamientos de sangre superior e inferior. Y la
y t 3S de anchura. Ali( se hacían trece reverencias. Abbá José, base iba alrededor de todo el lado del norte y del oeste, pero
el Hijo de Chanan, dijo: «Hacia los trece portones.» Los era estrechado un codo al sur y al este.
meridionales eran: más cerca del oeste, el portón superior, 2. En la esquina suroccidental había dos aperturas, como
luego el portón de quemar, el portón de los primogénitos, y pequeños orificios nasales, y la sangre, derramada sobre la
el portón del agua. ¿Y por qué tenía el nombre de portón del base al oeste1 y sobre la base hacia el sur, descendía a través
agua? Porque por él entraban la jarra de agua para derramar de ellas, y se mezclaba en el canal, fluyendo hacia el torrente
para la «Fiesta de los Tabemáculos». El rabí Eliezer, el hijo de Cedrón.
de Jacob, dijo: «Y por ahí las aguas fluían, con la dirección 3. Abajo en el pavimento, en aquel rincón, había un lu�ar,
de salir debajo del umbral del Templo.» Y enfrente de ellos de un codo por un codo, con una �oseta de �ánnol, y un!da
al norte estaban: (más cerca al oeste) el portón de Jeconlas, a ella había una anilla, y aquí baJaban hacia la alcantanlla
el portón de la ofrenda, el portón de las mujeres, y el portón para limpiarla. Y había una subida en pendiente hacia el sur
del cántico. ¿Y por qué se le llamaba el portón de JeconCas? del altar, de 32 codos de longitud por 16 de anchura, y tenía
Porque fue por él que salió Jeconías hacia el cautiverio. El un hoyo en su lado occidental, en el que ponían ofrendas por
del este era el portón de Nicanor, y tenla dos ponillos. uno el pecado de aves que estaban contaminadas.
4. Tanto las piedras de la subida en pendiente como las
a su derecha y otro a su izquierda. Y habla dos [portones) del altar provenían del valle de Belh Cherem. Y ellos cavaron
al oeste; no tenían nombre.
por debajo del suelo virgen, y sacaron de allf piedras no
PEREK III dañadas (enteras), sobre las que no se había levantado hierro,
porque el hierro lo contamina todo con su contacto, y t><;>r ara�
1. El altar tenla 32 por 32 [codos]. Hacia arriba 1 codo, ñarío. Una de las piedras fue aranada: quedó contaminada,
y estrechamiento 1 codo: esto era la base. Quedan 30 P.)r 30. pero el resto era lícito emplearlas. Y las blanqueaban dos ve-
Hacia arriba S, y estrechamiento de un codo: esto era el cir- ces por ano, una vez por la Pascua y una vez por la Fiesta
cuito. Quedan 28 por 28. El lugar de los cuernos, un codo de los Tabernáculos; y el Santuario una vez por la Pascua.
a este lado y un codo a aquel lado. Quedan 26 por 26. El lugar El rabí' dice: «En la víspera de cada sábado lo blanqueaban
para que andaran los sacerdotes, un codo a este lado y un codo con un pano, debido a los rociamientos con sangre.» No lo
a aquel lado. Quedan 24 por 24: el lugar donde se ponía el enyesaban con una paleta de hierro, para que no fuera conta-
sacrificio. El rabí José dijo: «Al principio era sólo de 28 por 7. Bz. 43:16, «Ariel• a el león de Dios = el altar.
28; aunque se contraía y subía, confonnc a esta medida, hasta 8. El rabí, esto es, el rabl Jehudah el Santo.
que quedaba el lugar para poner los sacrificios: 20 por 20.
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minado con su contacto. Porque el hierro es creado para acor- Jedaías y a Hen hijo de Sofon{as, como memorial en el templo
tar los días del hombre, y el altar es creado para prolongar de Jehová.»n Había una vid de oro de pie !rente a la entrada
al Santuario, suspendida sobre las vigas amba. Cada �no que
los días del hombre, por ello no es recto que aquello que corta hacía un voto de una hoja, de una baya o de un racimo, lo
sea levantado sobre aquello que la alarga. nevaba y allí lo colgaba. El rabí Eliezer, el hijo del rabí
S. Y había anillas al norte del altar: seis hileras, cada una Sadoc, dijo: «Sucedió (que tuvieron que quitarla} Y para ello
de cuatro; pero algunos dicen, cuatro hileras, cada una de seis; se designaron 300 sacerdotes.s"
y en éstas inmolaban los santos sacrificios. La casa (sitio} de
la inmolación estaba al norte del altar. Y había ocho cortos PEREK IV
pilares' y cuadrados de cedro sobre la parte superior de ellos,
y garfios de hierro unidos a ellos, y había tres hileras sobre 1. La entrada al Santuario era de 20 codos de altura, Y de
cada uno de ellos, sobre los que colgaban, y desollaban sobre 10 codos de anchura, y tenía cuatro puertas [dos puertas
mesas de mánnol que estaban entre los pilares.
plegadizas]: dos adentro y dos afuera, como se dice:
santuario y el Lugar Santísimo tení�n dos puertas.» Las
el !Y
6. Y la pila estaba entre el porche y el altar, e inclinado puertas exteriores se abrían hacla el mterior del portal, para
�ás cerca hacia el sur. Entre el porche y el altar había 22 eo- cubrir el grosor de la muralla, y las puertas interiores se abrían
dos, y· 12 peldaftos allí, cada peldaño de medio codo de altura,
y su extensión de un codo --un codo, un codo, y luego una hacia dentro hacia la casa, para cubrir detrás las puertas.
extensión de tres (codos); y un codo, un codo, y luego Porque toda la casa estaba cubierta de oro, excepto detrás de
las puertas. Dijo el rabí Jehudah: «Ellas [ambos pares de
una extensión de tres; y el superior, un codo, un codo, y una puertas] estaban dentro de la entrada, y eran como
extensión de cuatro (codos). El rabí Jchudah dijo: «El supe-
rior un codo, un codo, y una extensión de cinco (codos),» Azteramtta,'4 y se plegaban hacia atrás -éstas 2 112 codos,
y aquéllas 2 112 codos-. Medio codo el poste de la puerta
7. El portal que llevaba al porche tenía 40 codos de altura
desde esta [esquina], y medio codo el poste de la .puerta de
y 20 de anchura, y había cinco vigas de fresno sobre la parte aquélla, y así se dice: "Y las puertas tenían dos hoJas por �n
superior de ella; la más baja sobresalía sobre el portal, un co- igual, dos hojas giratorias: dos para la una puerta, y dos hoJas
do a éste y un codo a aquel lado; la que estaba encima de
ella sobresalía sobre un codo a aquel lado; la que estaba enci- para la otra">"
2. y el gran portón tenía dos portillos, uno al norte y uno
ma de ella sobrealía sobre un codo sobre éste y un codo sobre al sur. Por el del sur 'nadie pasó jamás; y a ello se refiere
aquel lado; resulta que la más superior [tenía] 30 codos, y claramente Ezequiel, como está escrito: «Es� p�ena estará
entre cada una de ellas había un arbotante de piedras. cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella nmgun hombre,
8. Y se fijaron soportes de cedro desde el muro del Santua-
rio hasta el muro del porche, para que no se abombaran; y
se fijaron cadenas de oro en el tejado del porche, y por ellas 11. Zac. 6:14.
subían los sacerdotes jóvenes, para mirar las coronas, como 12. Para quitarla o para limpiarla.
13. Ez. 41:23. . . .
está escrito:10 «Las coronas servirán a Helem, a Tobías, a 14. El tmmino, que parece no haber sido entcnd!do del ro�o m en tiempos
tabnádicos, 111 a-aducido así por Jost: hoja retorcida, y dcnvado de strephiJ.
9. Nannasin, evidentemente el griego ntlllM.
10. Malteraoth sul Mi/aA-Malterah o Ammalrcra, del griego melalhron; 15. Ez. 41:24.
MilaA, del griego mella. 313
312
I�
1
1

porque J��ová Dios de Israel entro por ella; estará, por tanto, y se volvía el rostro hacia el sur, y se iba a todo lo largo del
cerrada» Él tomaba la l�ave, y abría el portillo, y entraba lado occidental hasta que llegaba al sur. Se llegaba al sur, y
en la pequefta cámara (atrio), y desde la pequefta camara al se volvía el rostro hacia el oeste, y se iba a lo largo del lado 11

Santuario. El rabí Jehudah dijo: «:él caminaba a lo largo del del sur, hasta que se llegaba a la entrada de la Aliyah; porque
grosor de la muralla, 1 1 hasta que se encontraba de pie entre la entrada a la Aliyah se abña hacia el sur, y en la entrada
'
los dos portones, y abría el exterior desde dentro, y el interior a la Aliyah había dos vigas de cedro, por las cuales subían
desde fuera» al tejado de la Aliyah, y las cabezas de las vigas1 dividían
3. Y ha�ía allí treinta y ocho pcqueftas cámaras +-quínce en la Aliyah entre el Lugar Santo y el Santísimo. Y había
ª! norte, qumce al sur, y ocho al oeste-. Al none y al sur escotillas que se abñan en la Aliyah hacia el Lugar Santísimo,
cinco.sobre, la parte superior de cinco, y cinco sobre su pa� por las que bajaban a los obreros en espuertas, para que no
supenor; Y al �ste tres en la parte superior de tres, y dos en disfrutaran sus ojos con la visión del Lugar Santísimo.
la parte supenor de ellas. Y cada una de ellas tenía tres 6. Y el Santuario era de 100 por 100, por 100 de altura:
entradas, una a la pequena cámara a la derecha y una a la el fundamento sdlido de 6 codos. y la altura sobre ella de 40
pequefta cámara a la izquierda, y una a la pequ°cna cámara codos; 1 codo, rollo decorado; 2 codos, el lugar para el derra-
de arriba. Y en la esquina noroccidental había cinco entradas mamiento de agua: 1 codo de cubierta y l codo de pavimento,
una a la �uefta cámara a la derecha, y otra a la pequen� y la altura de la Aliyah de 40 codos, y 1 codo de obra de rollo,
camara arriba, y otra a la escalera de caracol, y otra al portillo y 2 codos el lugar para el derramamiento, y 1 codo de cubier-
Y otra al Santuario. • ta, y 1 codo de pavimento, y 3 codos de balaustrada, y 1 codo
4. Y la (cámara) mds inferior tenla 5 codos, y el tejado de espantapájaros. El rabí Jehudah dijo: «El espantapájaros
(exte1.15idn), 6; la intennedia (cámara) 6, y el tejado 7; y el no se contaba en la medida, pero la balaustrada era de 4
supcnor 7, como se dice: «La cámara de abajo tenlas codos codos,»
de anchura, la intenncdia de 6 codos de anchura, y la tercera 7. Desde el este al oeste 100 codos -la pared del porche
�e 7 codos de anchura, porque hizo disminuciones en la
11 S, y el porche 11; la pared del Santuario 6, y su espacio
casa alrededor por fuera, para no empotrar [las vigas] interior 40 codos, l codo la pared intennedia, y 20 codos el
dentro de las paredes de la casa.»" Lugar Santísimo; la pared del Santuario 6, y la pequefta
. S. Y la escalera de caracol subía desde la esquina nor- cámara 6, y la pared de la pequefta cámara S-. Desde el norte
onental hasta la esquina noroccidental, por la cual subían a hasta el sur 70 codos -la pared de la escalera de caracol S,
los tejados de las cámaras. Se subía por la escalera de caracol y la escalera de caracol 3, la pared de la pcquefta cámara 5,
con el rostro hacia el oeste, y se subía todo a lo largo del lado y la pequefta cámara 6, la pared del Santuario 6, y su espacio
del norte, hasta que se llegaba al oeste. Se llegaba al oeste, interior de 20 codos, la pared del Santuario 6, y la peguena
cámara 6, y la pared de la pequeña cámara S. y el lugar para
el descenso del agua 3 codos, y la pared S codos-. El porche
16. Bz. 44:2. sobresalla más allá de ello, 15 codos desde el norte y 15 codos
17. Sin embargo, aJ,unoa suponen que u reriere a una apecie de puo desde el sur, y se llamaba la casa de los cuchillos sacrificiales,
travá del muro. •
18. 1 R. 6:6.
19. RosM PtUptWút.
314
31S
---- ----"-- ......
porque alU guardaban los cuchillos. Y el Santuario era estre- olvidado para qué scrvía.» Abba Shaul dijo: «Era la cámara
cho por detrás y ancho por delante, y como un león, como del sumo sacerdote, y quedaba detrás de las otras dos, y un
se dice: f<0h Ariel, el león de Dios, la ciudad en que moró tejado se extendía sobre las tres (tenían un tejado común). La
David. ,.:ao De la manera en que el león es estrecho por detrás cámara de la cautividad: en ella se encontraba un pozo que
y ancho por delante, así también es el Santuario estrecho por
habían cavado los de la cautividad, y se puso una rueda sobre
detrás y ancho por delante. ella, y de allC proveían agua para todo el atrio. La cámara de
las «piedras labradas»: allí se sentaba el gran Sanedrín de
PEREK V Israel, y juzgaba al sacerdocio. Y el sacerdote en quien se
1. Todo el atrio tenía 187 codos de longitud por 135 codos hallara razón de descalificación era vestido de negro, y velado
de anchura. Desde el este al oeste, 187: el lugar para que de negro, y salía, y tenía que irse. Y si no se encontraba en
pisara Israel 11 codos; el lugar para que pisaran los sacerdotes él descalificación, era vestido de blanco, y velado en blanco,
11 codos; el altar 32; entre el porche y el altar 22 codos; el y entraba y servía con sus hermanos los sacerdotes. Y hacían
Santuario 100 codos; y 11 codos detrás de la casa de día de fiesta, porque no se había encontrado descalificación
Expiación. en la simiente de Aarón el sacerdote, y decían así: «Bendito
2. Desde el norte hasta el sur 135 codos; el altar y el sea Dios," bendito sea Él, que no se ha encontrado descali-
circuito 62; desde el altar hasta las anillas 8 codos; el lugar ficación en la simiente de Aaron, y bendito sea El que ha
de las anillas 24 codos; desde las anillas hasta las mesas 4; escogido a Aarón y a sus hijos, para que estén de pie para
desde las mesas a los pilares 4; desde los pilares al muro del servir delante de la faz del Señor en la Santísima Casa»
atrio 8 codos; y el resto entre el circuito y el muro, y el lugar
de los pilares.
3. Había seis estancias en el atrio: tres al norte y tres al
sur. Las del norte: la cámara de la sal, la cámara Parvah, la
cámara de los que lavaban. La cámara de la sal: allí ponían
sal a la ofrenda. La cámara de Parvah: allí salaban las pieles
de los santos sacrificios, y sobre el tejado estaba la casa de
bafto del sumo sacerdote en el Día de la Expiación. La cámara
de los que lavaban, donde lavaban las entrañas de las cosas
santas, y de allf una escalera de caracol subía al tejado de la
casa de Parvah,
4. Las del sur: la cámara de madera, la cámara de la
cautividad, la cámara de las «piedras labradas», La cámara
de madera -dijo rabí Eliezer, el hijo de Jacob-: f<ffe

20. Is. 29:1. 21. La expresión aquí es Mafwm. literalmente «el Jugar», en el mismo
sentido en que Filón empica topos.
316
317
APÉNDICE II
TRADUCCIÓN DE SELECCIONES DEL
TALMUD BABILÓNICQ� TRATADO
«BERACHOTH�

Berachoth es el primer Tratado del primer Seder (Seratm,


que consiste de once Tratados). Contiene nueve Perakim, que
explican sucesivamente los deberes, las excepciones. la pos-
tura y las controversias con respecto a la oración. El Tratado
existe tanto en el Talmud de Jerusalén como en el de Babilo-
nia. El gran Maimónides redactó a modo de prefacio del
Seder Seraim una Introducción General, que presenta una
visión global del talmudismo, y explica lo que es de la mayor
importancia para el estudioso. Sin embargo, a pesar de su vas-
ta erudición y autoridad, se han documentado vacíos e
inexactitudes en su Introducción.
Misná.-¿A partir de qué hora se recita el «Shema»1 al
atardecer? Desde la hora en que los sacerdotes entraban a
comer de su therumah2 hasta el final de la primera vigilia de
la noche.' Éstas son las palabras del rabí Eliezer. Pero los
sabios dicen: Hasta la medianoche. El rabí Gamaliel dice:
Hasta que se levante la columna de la mañana (el alba). Su-
cedió que sus hijos volvieron de un banquete. Le dijeron: «No

1. La bien eonocída oración que oomienza con «Oye, Israel.»


2. La ofrenda elevada dada a los sacerdotes, que la comían en el Templo.
3. Los judíos dividían la noche en tres vigiliu.

319
hemos recitado el "Shcma",,. Él les dijo: «Si la columna de qué me dé una señal, viendo que es día? Pero indica el final
la maftana no ha subido, estáis obligados a recltarío.» Y no de la primera vigilia nocturna y el comienzo de la ültíma
sólo han dicho esto, sino que, siempre que los sabios han vigilia nocturna, y el medio de la vigilia nocturna intennedia.
dicho «hasta la medianoche», su mandamiento se aplica hasta Y si t1.Í quieres, te diré que se refiere en todo al final de las
que se levanta la columna de la mañana, La combustión de vigilias nocturnas. Y si tú dices, la última no lo necesita, ¿qué
la grasa y de los miembros (de los sacrificios) es lícita hasta se consigue con ello? La lectura del «Shema» para el que
que se levante la columna de la mañanar' y asr todo lo que duenne en una casa oscura, y que no conoce el tiempo para
debe ser comido en el mismo día (en el que ha sido ofrecido) decir el «Shema» cuando se debe, a fin de que, cuando la
se puede comer hasta que se levante la columna de la maftana. mujer habla con su marido y el bebé toma el pecho de la
Si es asf, ¿por qué dicen los sabios «hasta medianoche»? A madre, él pueda levantarse y recitar la oración.
fin de impedir que se cometa transgresión. El rabí Isaac, el hijo de Samuel, dice, en el nombre de Rab:
Gemara. -Fol. 3 a. Hasta el fin de la vigilia de la no- «La noche tiene tres vigilias, y en cada una de estas vigilias
che.- ¿Qué quiere decir con esto el rabf Eliezcl? Si significa el Santo, bendito sea su Nombre, se sienta y ruge como un
que la noche tiene tres vigilias, diría que hasta cuatro horas; y león, y dice: "Ay de los hijos, porque debido a sus pecados
si significa que la noche tiene cuatro vigilias, diría que hasta he dejado asolada mi casa, y quemado mi templo, y los he
cuatro horas. En verdad, significa que la noche tiene tres vigi- esparcido entre las naciones del mundo",»
lias, pero indica por la expresión que hay vigilias de noche Tenemos esta doctrina: Dijo el rabí José: «En una ocasión
en el ciclo, como hay vigilias de noche en la tierra. Porque estaba yo viajando, y entré en una de las ruinas de Jerusalén
para orar. Entonces llegó Elías -sea su memoria para bien-
tenemos esta doctrina: El rabf Eliezer dice: Hay tres vigilias Y me esperó a la puerta hasta que hube concluido mi oración.
nocturnas en la noche, y en cada una de estas vigilias noctur- Después de acabar yo mi oración, me dijo: "Paz sea a ti, rabí";
nas el Santo, bendito sea su Nombre, se sienta y ruge como y yo le dije a él: "Paz a ti, rabí, y mi maestro". Y él me dijo:
un león. Porque está escrito (Jeremías 25:30): «Jehová ruginl "Hijo mío, ¿por qué entraste en esta ruina?" Le dije: "Para
desde lo alto, desde la morada de su santidad hará salir su orar". Y él me dijo: "Podías haber orado en el camino". Y
voz; rugiendo n.aginl por causa de su morada.»' Las seftales yo le dije: ''Tenía miedo que los que pasaran por el camino
de esto son como siguen: En la primera vigilia nocturna el pudieran interrumpinne". El me dijo: "Debieras haber hecho
asno rebuzna, en la segunda los perros ladran, en la tercera una oración corta". Aquel dfa aprendí de él tres cosas. Apren-
el bebé toma el pecho de su mad,;e, y la mujer habla a su ma- dí que no se debe entrar en una ruina, y aprendí que se puede
rido. ¿Cómo las indica el rabí Bliezer'l ¿Indica asf él el co.. orar en un camino, y aprendí que el que ora en un camino
mienzo de la vigilia nocturna? Para el comíenzo de la primera puede orar una corta oración. También me dijo: "Hijo mío,
vigilia nocturna ¿qué necesidad hay de una seftal pan ello, ¿qué voz has oído tú en la ruina?" Y le dije: "He oído el 'Bath
viendo que es noche? ¿O se refiere al final de la vigilia Kol'/ que sonaba como el arrullo de una paloma, y que decía:
nocturna? Para el final de la última vigilia nocturna, ¿para
4. Esto es, pueden ser dojadu pua consumirse en el altar dosde el tiempo
del sacrificio del atardecer huta entonces.
S. Así literalmente en hebreo. 6. Literalmente «Voz Hijai. -la voz del cielo.

320 321
'Ay de los hijos, porque debido a sus pecados he dejado Pero ¿qué base tiene el rabí? El rabí Serika dijo que el rabí
asolada mi casa, y quemado mi templo, y los he esparcido Ami dijo, que había dicho el rabí Josué, el hijo de Lev{: En
entre las naciones del mundo."' Y él me dijo: "Por tu vida, un lugar se dice (Sal. 119:62): «A la medianoche me levan-
y por la vida de tu cabeza, no fue entonces s6lo que la voz taré para darte gracias a Ti, por tus justos juicios.» Y en otro
lo dijo, sino que tres veces cada día lo dice; y no sólo esto, lugar se dice (versículo 148): «Mis ojos se anticipan a las
sino también en el momento en que Israel entra en la casa vigilias de la noche.» ¿Cómo es esto? Debido. a que la n�che
de oración y en la casa de estudio, y cuando dicen: 'Bendito tiene cuatro vigilias. ¿Y el rabí Nathan? Él lo mterpreta igual
sea su gran Nombre'; entonces el Santo, bendito sea su Nom- que el rabí Josué. Porque tenemos esta enseftanza: El rabí
bre, mueve su cabeza, y dice: 'Feliz es el rey a quien así Josué dice: «Hasta tres horas (adentro del día se puede decir
alaban en su casa.' ¿Qué le queda al padre que ha echado a el "Shema"); porque ésta es la manera de los reyes. de
sus hijos al cautiverio?; y ay de los hijos que han sido echados levantarse t� horas (después del amanecer). Seis horas de
de la mesa de su padre."» la noche (desde medianoche hasta el amanecer hay seis horas)
Los rabinos enseftan: Por tres razones no se debe entrar y dos de día hacen juntas dos vigilias de la noche» (cada una
en una ruina. Debido a la sospecha," y debido a la caída (de de ellas de cuatro horas). El rabí Ashi dice: «Una vigilia
la pared), y debido a los malos espíritus. Debido a la sospecha nocturna y media pudieran también ser llamadas vigilias
-¿no es suficiente en razón de la caída? (¿No habría sido nccmrnas.s"
esto aun razón suficiente?) Fol. 3 b. No si es reciente.• Pero El rabí Serika también dijo que el rabí Ami dijo. que el
¿no serta suficiente por razón de los malos espíritus? No rabí Josué, el hijo de Levf, dijo: «No debes hablar ante los
cuando hay dos.' Si hay dos, ¿no cesa la razón de sospecha? muertos nada sino las palabras de los muertos.s El rabí Aba,
No si los dos son insolentes... el hijo de Cahana, dijo: «Ellos no dicen esto excepto con refe-
Los rabinos enscflaban: La noche tiene cuatro vigilias. rencia a las palabras de la ley {porque todos están obligados
Éstas son las palabras del rabí (Jehudah el Santo). El rabí a tomar parte en tal conversación); pero en.cuanto a conversa-
Nathan dice: Tres. ¿Cuál es la razón del rabí Nathan? Porque ción ordinaria no importa» Y algunos dicen: Rabí Aba, el
está escrito (Jue. 7:19): «Llegaron, pues, Gedeón y los cien hijo de Cahana, dijo: «No dicen esto meramente con respecto
hombres que le acompatlaban, al extremo del campamento. a las palabras de la Escritura, sino mucho más también con
al principio de la vigilia medía» Ensenaba: «No hay media, a respecto a la conversación ordinaria.» .
no ser que haya una antes y una despuds de ella. Y el rab{:10 Y David se levantó a medianoche (como antes se ha cita-
¿Cuál es el significado de "media"?» (Él contestó) «Uno de do). ¿No se levantó en la sobretarde?; porque está escrito
los medios entre los medíos,» A lo que el rabí Nathan: ¿Está (versículo 147): «Me anticipo a la aurora, y clamo.»¿Y cómo
escrito: «La media de las medias»? Está sólo escrito la media. sabemos que esta hora anterior a la aurora era la de la
sobretarde? Porque está escrito (Pr. 7:9): «A la tarde del dfa,
cuando ya oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche,»
7. De pecado secreto. El rabí Oshja dijo que el rabí Acha había dicho: Así habló
8. Si ha venido a ser hecha una ruina 1610 recientemente, por cuanto no
habría peligros inmediatos.
9. Debido a que hay dos, no tienen que temer a los malos espíritus. 11. Todo esto se da para establecer la postura del rab{ Nathan, de que hay
10. aste es el reto del rabí Nath1n al rabí Jchudah. sólo tres vigilias en la noche.

322 323
David: «Nunca ha pasado la mitad de la noche sobre mí en vuestras manos en el ejército (haced guerras de conquista)".
sueño.» El rabí Seira dijo: «Hasta la mitad de la noche él De inmediato tomaban consejo con Ahitófel, y meditaban
donnía como un caballo; desde aquel tiempo y en adelante acerca de ello en el Sanedrín, e inquirían del Urim y del
se fortalecía como un leén,» El rabí Ashi dijo: «Hasta la mitad Tumím.» El rabí José dijo: «¿Qué otra cosa podría significar
de la noche se ocupaba con las palabras de la ley; desde esta Escritura (1 Cr. 27:34): "Después de Ahitófel estaba
entonces y en adelante con salmos e hímnos.» Y la oscuridad Benajahl1 el hijo de Joyadá (la lectura es aquí diferente de
es la del atardecer. ¿No hay también oscuridad de la maftana? la de nuestro texto), y Abiatar: y el general del ejército del
Como está escrito (1 S. 30:17): «Y los hirió David desde rey era Joab". ;Ahitófel era el consejero, y así se dice (2 S.
aquella mañana hasta la tarde del día síguíente,» ¿No es así, 16:23): "Y el consejo que daba Ahitófel en aquellos días, era
desde el de la mañana hasta el de la sobretarde? No, desde como si se consultara la palabra de Dios". Benajahlí, el hijo
la sobretarde otra vez a la sobretarde. Si así fuera, habría es- de Joyadá, esto es el Sanedrm," y Abiatar, éstos son el Urim
crito: «Desde el ocaso hasta el ocaso», o bien, «desde la so- y el Tumim. Y así se dice (2 S. 20:23): "Y Benaías, el hijo
bretarde hasta la sobretarde». También dijo Raba: «Hay dos de Joyadá, estaba sobre los cereteos y sobre los peleteos". ¿Y
ocasos, el ocaso de la noche, y luego viene la mañana, y el por qué se llamaba el nombre de ellos cereteos y peleteos?
ocaso del día, y luego viene la noche.» Y David, ¿cdmo sabía Cereteos, porque eran breves de palabras, y peleteos, porque
cuándo era la medianoche, por cuanto Moisés nuestro maes- eran maravillosos en sus palabras. 13 Y después de éstos estaba
tro no lo sabía? Porque está escrito (Éx. 11:4): «Alrededor Joab, el general del rey.» El rabí Isaac, el hijo de ldi, dijo:
de la medianoche yo saldré por en medio de Egipto.» ¿Por «Algunos dicen, ¿qué otra cosa14 significa la Escritura (Sal.
qué es «alrededor de la medianoche»? Si se debiera decir que 57:8): "Levántate, mi gloria; despertad, salterio y arpa; yo
el Santo, bendito sea su Nombre, le dijo «alrededor de la mi- mismo despertaré la mañana"?» El rabí Seria dijo: «Moisés
tad», ¿pued� haber dudas algunas en el cielo? Pero Él le dijo conocía (la hora de la medianoche), y así también David la
a él «a medianoche». Entonces él vino y dijo «alrededor de conoció. Pero si David la conocía, ¿para qué estaba el arpa?
medianoche» (esto es, Moisés lo dijo porque no sabía exac- Para despertarlo de su sueno. Y si Moisés la sabía, ¿por qué
tamente cuándo era la medianoche). Por ello, estaba inseguro; tuvo que decir, "alrededor de medianoche"? Moisés pensó,
y David, ¿lo habría sabido? David tenía una señal, porque el quizás, que los astrónomos de Faraón pudieran equivocarse,
rabí Acha, el hijo de Bisna, dijo que el rabí Simeón, el pia- y luego decir: "Moisés es un embustero". Porque el Maestro
doso, habla dicho: «Un aipa colgaba sobre la cama de David, dice: "Ensena a tu lengua a decir: No lo sé; quizá crean que
y cuando llegaba la medianoche, se levantaba el aquilón, y estás inventando y seas apresado.» El rabí Ashi dijo: «Fue
soplaba sobre ella, y sonaba sola. De inmediato se levantaba en la medianoche del decimotercero, después de la cual ama-
y estudiaba la Torá hasta que se levantaba la columna de la nece el decimocuarto»; y así Moisés dijo a Israel: «El Santo,
maflana. Tan pronto como se levantaba la columna de la ma-
ftana, los sabios de Israel comparecían ante él. Ellos le decían:
"¡Nuestro Señor, oh rey! Tu pueblo Israel precisa ser apoya- 12. Del que se supone que era el jefe.
do". Él les decía: "Apoyaos vosotros unos a otros". Ellos le 13. Aquí hay nuevamente Wl juego de palabras.
decían: "Un manojo no da satisfacción a un león, y un hoyo 14. Refiriéndose de nuevo al dicho del rabí Simeón, el piadoso, mencionado
no se llena con su propia tierra". Él les decía: "Id y extended en la página anterior.

324 325
bendito sea su Nombre, dice: "Matlana. alrededor de la me- El rabí Chija, después de haber tenninado sus .oraciones,
dianoche. como ahora, saldré yo en medio de Egipto".» dijo así: •Que te plazca a Ti, oh Seftor nuestro Dios, que tu
Fol. 16 b. El rabíEleazar dijo: «¿Qué es lo que está escrito Torá sea nuestra labor, y que nuestros corazones no desfallez-
(Sal. 63:4): "Así te bendeciré mientras yo viva; levantaré mis can y que nuestros ojos no se oscurezcan,»
manos en tu Nombre"? "Te bendeciré mientras yo viva": esto Rab después de haber acabado sus oraciones. habló así:
es la recitación del "Shema". "Levantaré mis manos en tu «Que � plazca, oh Seftor nuestro Dios, damos �na vida p�-
Nombre": esto es la oración -y así lo hace, de él dice la longada, una vida de paz, una vida de bien! una vida de bendi-
Escritura: "Mi alma quedará satisfecha como con tuétano y ción, una vida de nutrición, una vida de vigorosa fuerza, una
grosura". Y no sólo esto. sino que hereda dos mundos -éste, vida en la que haya temor al pecado, una vida en la que no
y el venidero, como está escrito: "Y mi boca te alabará con haya ni vergüenza ni confusión, una vida de riquezas Y de
labios de gozos" .»15 honra, una vida en la que haya entre nosotros el amor de la
Bl rabí Bleazar, después de haber acabado su oración. Tor4 y el temor del cielo, una vida en la que 'N cumpl� en
habló así: •Que te plazca. oh Seftor nuestro Dios. querer hacer nosotros todos los deseos de nuestros corazones para bíen.»
morar en nuestra suene amor y hermandad. paz y amistad, El rabí, después de haber acabado sus ?racion�s, habló así:
y aumenta nuestra posesión con discípulos, y alegra nuestro «Que te plazca a Ti, oh Seftor nuestro Dios, y Dios de nues-
fin con una feliz postrimería, y con esperanza, y pon nuestra tros padres, preservamos del pecador ins?lente y del pecado
parte en el Paraíso. Ordénanos en feliz comunión. y con la insolente del hombre malo y del mal accidente, de los malos
inclinacidn para bien en este mundo, para que podamos le· impulsos: del mal campanero, de un mal vecino, de Satanás
vantarnos y encontrar nuestros COl'87.0nes en el temor de tu el destructor, de un juicio severo, y de un oponente severo,
Nombre, y que el deseo de nuestras almas pueda venir ante tanto si es hijo del pacto como si no lo es,» Y esto, aunque
Ti para bien.»16 los oficiales estaban alrededor del rabí," .
Bl rabí Jochanan, después de haber acabado su oración, El rabí Saphra. después de haber acabado sus ?raciones,
habló asr: «Que te plazca. oh Seftor nuestro Dios, mirar a habló así: «Que te plazca a Ti, oh Señor nuest� D!�s, po�er
nuestra vergüenza y ver nuestros dolores. y que t11 te revistas paz entre la familia arriba (los ángeles) y en la famllla ab�Jo.
de misericordia. y que Tl1 te cubras con tu poder, y que T11 y entre los estudiosos que se ocupan de tu Torá, tanto sr �e
te revistas con tu gracia. y que 1\1 te ciftas de favor. que venza dedican a ella por ella misma como si no; y �n referencia
delante de Ti la medida de tu bondad y de tu condeseen- a los que se dedican a ella pero no por ella �1sma, que te
dencía,» plazca a Ti que se dediquen a ella por ella mtsma.» .
El rabí Seira, después de haber acabado sus oraciones, El rabí Alejandro, después de haber acabad� su oración,
habló así: «Que te plazca a Ti. oh Seftor nuestro Dios, que habló así: 4<Que te plazca, oh Señor nu�stro Dt?S: ponemos
no pequemos, y que no seamos avergonzados, y no seamos en una esquina de luz y no en una esq�ma de tiniebla,. Y no
confundidos delante de nuestros padres.» dejes que nuestro corazón desfallezca m que nuestros OJOS se

lS. lndic4ndose los dos mundos con el plural.


16. &ta y lu siguientes son oraciones nocturnu. 17. No se detuvo de orar en este sentido por la presencia de ellos.

326 327
oscurezcan.» Pero algunos dicen que fue Rab quien hizo esta y mi sangre han disminuido, sea como si yo las hubiera ofre-
oración, y que el rabí Alejandro, después de haber orado, cido sobre el altar, y sé misericordioso hacia mí.»
habló así: «Senor de los mundos, es manifiesto y conocido El rabí Jochanan, cuando hubo acabado el libro de Job.
delante de Ti que nuestro placer es hacer lo que a Ti te agrada habló así: «El fin de un hombre es morir, y el fin de un animal
Y ¿quién lo estorba? La levadura en la masa del horno, y ei es ser inmolado, y todos están destinados a la muerte. Bendito
servicio del dominio extranjero. Que te plazca liberamos de el que ha crecido en la Torá, y trabaja para tener un espíritu
sus manos, para que podamos volver a hacer las leyes de tu quedo para con su Creador, y que ha crecido a la edad adulta
beneplácito con un corazón perfecto,» con un buen nombre y que ha partido de este mundo con un
Raba, cuando hubo acabado su oración, habló así: «Seftor, buen nombre. Y de él dice Salomón (Be. 7:1): "Mejor es el
hasta que fui creado nada era, y ahora que soy creado, soy buen nombre que el buen perfume; y mejor el dfa de la muerte
como si no hubiera sido creado. Polvo soy en la vida, ¿y que el día del nacímíento".»
c�to más cuando haya muerto? He aquí, estoy delante de Era usual en la boca del rabí Meir: «Aprende con todo tu
Ti como vaso lleno de vergüenza y de confusión. Que te plaz- corazón y con toda tu alma, a ñn de conocer mis caminos,
ca, oh Setlor nuestro Dios, que pueda no más pecar, y lo que y para crecer al lado de los portones de mi Torá. Ouarda mi
he pecado delante de Ti, bórralo en tu gran misericordia, pero Torá en tu corazón, y que mi temor esté delante de tus ojos.
no por medio de castigos y de malignas enfennedades.» B Ouarda tu boca de todo pecado. y Umpiate y santiffcate de
igual fue la confesión de Rab Hamnuna el Menor en el Día toda transgresión y pecado, y yo estaré contigo en cada
de la Expiación. lugar,»
Mar, el hijo de Rabina, cuando hubo acabado su oración, Fol. SS a. El rabí Chisda dijo: «Cada sueno carece de s!g-
habló así: «Seflor, guarda nuestras lenguas del mal, y nuestros nificado, pero no si se ha ayunado (acerca de él).» También
labios de hablar falsamente. Y para los que maldicen mi alma, el rabí Chisda dijo: «Un sueno que no es interpretado es como
que esté yo quedo, y que mi alma sea como el polvo hacia una carta que no es leída,» También el rabí Chisda dijo: «Ni
todos. Abre mi corazón a tu ley, y que mi alma siga en pos hay un buen sueno en el que todo venga a cumplirse, ni un
de tus mandamientos, y líbrame de mal accidente, de la mala mal sueno en que todo venga a suceder,» También dijo el rabí
disposición, y de una mala mujer, y de todo mal que se levan- Chisda: «Un mal sueno es mejor que un buen sueño.» Tam-
te para entrar en el mundo. Y todos los que piensan mal contra bién el rabí Chisda dijo: «Un mal sueno, su mal es suficiente;
m�, destruye velozmente su consejo, y haz vanos sus persa- un buen sueno, su placer es suñcíente,» El rabí José dijo: �Un
míentos, Que te plazca que las palabras de mi boca y que la buen sueno, incluso el gozo en mí lo anula.»11 El rabí Ch�sda
meditación de mi corazón sean aceptas delante de Ti, oh dijo también: «Un mal sueno es más pesado que un castigo,
Senor, mi fonaleza y mi Redentor.» porque está escrito (Ec. 3: 14): "Y lo hace Dios, para que de-
El rabí Sheisheth, cuando hubo ayunado, dijo. después de lante de él teman los hombres".» Y Rabbah, el nieto de Cha-
haber acabado su oración: «Seftor del mundo, es evidente nah, dijo que dijo el rabí Jochanan: «Esto se refiere a un mal
delante de Ti, que en el tiempo en que el Santuario estaba sueno. (Jer. 23:28): "El profeta que tenga un sueño, cuente
en pie, un hombre pecaba, y traía una ofnmda, y nada ofrecían
de ella más que su grosura y su sangre, y él era perdonado.
Y ahora que yo he pennanecido en ayuno, y que mi grosura 18. Este rabí era ciego.

328 329
el sueno; y el que tenga mi palabra, cuente mi palabra verda- danza; desataste mi sayal, y me ceftiste de alegría.» Luego
dera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice Jehová". (Jer. 31: 13): ((Entonces la virgen se alegrará en la danza, los
Pero, ¿qué tienen que ver el trigo y la paja con un suetlo?• jóvenes y los viejos juntamente; pues cambiaré su llanto en
Pero, dice el rabí Jochanan, en nombre Be rabí Simeón, hijo gozo, y así. Luego (Dt 23:S): «Mas no quiso Jehová tu Dios
de loche: «Así como el trigo sólo no es posible sin la paja, oír a Balaam; y Jehová tu Dios te cambió la maldición en ben-
asf un sueno no es posible sin cosas falsas.» El rabí Berachiah dición», Y. así. «Tres liberaciones», como está escrito (Sal.
dijo: «Un sueno, incluso si se cumple una parte del mismo, SS:18): «El redimirá en paz mi alma de la guem contra mí»,
no se cumple toda su totalidad. ¿De dónde tenemos esto? De y así; (Is. 35:10): «Y los redimidos de Jehová volverán», y
José, porque .está escrito (On. 37:9): "Y he aquí el sol y la así; (1 S. 14:45): ((Entonces el pueblo dijo a Sadl: ¿Ha de
luna". etc. Y en aquel tiempo su madre ya no estaba.» El rabí morir Jonatán, el que ha hecho esta gran salvación en Israel?»
Levf dijo: «Que espere el hombre siempre un buen sueno «Tres veces paz», como est4 escrito (Is. S7: 19): «Produciré
aunque sea por veintidós anos. ¿Y eso por qué? Por José por: fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo
que está escrito (On. 37:2): "Estas son las generacion� de Jehová, etc.; (1 Cr. 12:18): «El Espíritu vino sobre Amasay»,
Jacob. José tenía diecisiete anos", y así. Y est4 escrito (On. y así; (1 S. 25:6): «Y decidle así al que vive: Sea paz a ti,
41 :46): "Y José tenía treinta anos de edad cuando fue presen- y paz a tu familia», y así.
tado delante de Faraón", y así. ¿Cuántos van de diecisiete a Ameimer, y Mar Sutra, y el rabí Ashi, estaban sentados
treinta? Trece. Y siete anos de abundancia y dos de hambre juntos. Dijeron: «Ojalá que alguien diera algo que no hubiera
nos lleva a veintidós.» sido oído por su compañero.s Entonces comenzó uno entre
El rabí Huna dijo: «A un buen hombre no se le muestra ellos, diciendo: ((Si alguno ha visto un sueno, y no sabe lo
un buen sueno, y a un mal hombre no se le muestra un mal que ha visto, póngase ante los sacerdotes de su tiempo, míen·
sueno. Tenemos esta doctrina: En todos sus anos David no tras ellos extienden sus manos (en bendición), y que diga así:
vio un buen sueno, y en todos sus anos Ahitófel no vio un "Señor del mundo, tuyo soy, y tuyos son mis sueñes, He
mal sueno. Pero, con todo, está escrito (Sal. 91:10): ''No te sonado un sueno, y no conozco lo que es, si lo he sonado por
sobrevendrá ningün mal.,",. mí mismo, o si mis compañeros lo han soñado de mí, o si
El rabí Huna, el hijo de Ami, dijo que había dicho el rabí yo he sonado de otros. Si son buenos (suenos), conflnnalos,
Jochanan: «El que haya visto un sueno y su alma esté angus- y fortalécelos, como los suenos de José; y si necesitan sani-
tiada, que acuda y lo interprete delante de ti.» ¿Que lo inter- dad, sánalos, como las aguas de Mará por mano de Moisés,
prete? Pero el rabí Chisda dijo: «Uri sueno que no es interpie- nuestro maestro, y como a Miriam de su lepra, y como a Bze·
tado es como una carta no letda.» Pero ciertamente (quiero quías de su enfermedad, y como las aguas de Jericó a manos
decir), que le dé una buena interpretación delante de ti. m de Elíseo. Y como Td has cambiado a bendición la maldición
convoca a tres, y les dice: «Tengo un buen sueño.» Y le dicen de Balaam, el malvado, así convierte mis suenos por mí para
ellos a él: «He aquí, es bueno, y será bueno. Que el Misericor- bíen", Y que termine con los sacerdotes, para que la congre-
dioso lo vuelva en bien. Siete veces sea decretado sobre ti gación diga: "Amén". Y si no, que diga así: "Poderoso en las
desde el cielo que sea bueno, y será bueno.» Entonces ellos alturas, T11 que moras en poder, Tú eres paz, y tu nombre es
dicen tres cambios, y tres liberaciones, y tres veces «Paz». paz. Que te plazca dispensamos paz".» El siguiente comenzó,
Tres cambios (Sal. 30: 11): «Has cambiado mi lamento en una y dijo: «Si cualquiera entra en una ciudad, y teme el mal de

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ojo. que ponga el pulgar de la mano derecha en la izquierda, falsedades".» No hay dudas aquí -porque lo primero es me-
y el pulgar de la mano izquierda en la derecha. y que diga diante un ángel, y lo segundo por un mal espíritu.
así: «Yo, fulano de tal, el hijo de mengano de cual, desciendo El rabí Bisna, hijo de Sabda, dijo que dijo el rabí Akiva
de la simiente de José, sobre quien el mal de ojo no tenía que el rabí Panda había dicho que dijo el rabí Nahum que
poder, como está escrito (On. 49:22): "Rama fructífera es había dicho el rabí Birim en nombre de un anciano -¿y quién
José, rama fructífera junto a una fuente"», y así. No se debe es éste?-. El rabí Banah: «Había veinticuatro intérpretes de
leer «junto a una fuente» sino «trascendiendo al ojo». 19 El rabí suenos en Jerusalén. Una vez soñé un sueño, y fui delante
José, el hijo del rabí Chaninah, dijo: «De esto (On. 48:16): de todos ellos, y lo que el uno me interpretaba el otro no me
"y multiplíquense en gran manera" (como peces).20 Como lo interpretaba, y sin embargo todo me fue cumplido, a fin
peces, que moran en las aguas, son cubiertas por ellas, y de cumplir lo que está escrito: "Todos los suenos van según
ningún mal tiene poder sobre ellos, de la misma manera la la boca". Pero ¿es esto Escritura, "todos los suefl.os van segén
simiente de José. ningón mal de ojo tiene poder sobre ella. la boca?"» Sí, y ello según el rabí Elasar. Porque el rabí Elasar
Pero si tiene miedo de su propio mal ojo, que mire sobre la dijo: «¿De dónde viene esto, que todos los suenos van segün
parte i7.quierda de su naríz.» Y el tercero comenzó y dijo: «Si la boca?» Porque se dice (Gn. 41: 13): «Y aconteció que como
cualquiera está enfenno, que no lo dé a conocer el primer día, él nos lo interpretó. así fue.» Rabá dijo: «Pero esto sólo, si
para que no empeore su suerte. Pero después de esto y en lo interpreta conforme al contenido del suefl.o, como está
adelante, que lo dé a conocer. Así fue con Raba cuando estu- escrito (Gn. 41: 12: 11Y declaró a cada uno conforme a su sue-
vo enfenno. No lo hizo saber el primer día. Desde entonces ño"; (On. 40:16): "Viendo el jefe de los panaderos que había
y en adelante, le dijo a su siervo: "Sal fuera y grita: Raba está interpretado para bíen".» «¿Cómo lo supo? El rabí Elasar
enfenno; el que tenga piedad de mí, que pid� por piedad por
mi, y el que me aborrezca. que se regocije sobre mí".» Y está dijo: «Esto ensena que cada uno de ellos vio el suefl.o y la
escrito (Pr. 24: 17, 18): «Cuando caiga tu enemigo, no te rego- interpretación del sueno de su compañero, »
cijes, y cuando tropiece, no se alegre tu corazón; no sea que El rabí Jochanan dijo: «Si uno se levanta, y viene un verso
Jehová lo mire, y le desagrade. y aparte de sobre él su enojo.» a su boca, he aquí que esto es como una pequeña profecía».
Samuel, cuando hubo visto un mal sue.flo, dijo (Zac. 10:2): Y el rabí Jochanan dijo: «Tres suenos son cumplidos: un sue-
<KPorque las imágenes han hablado vanidad, y los adivinos no matutino, un sueno que un compaflero ha soñado, y un
han visto mentira, han hablado sueños vanos,» Y cuando vio sueno que es interpretado en medio del sueño» (o por un sue-
un buen sueno, dijo: «¿Y debieran verdaderamente los sueflos flo). Y algunos dicen asimismo, un suefto que es repetido, co-
hablar falsedad siendo que está escrito (Nm. 12:6): "en sue- mo se dice (Gn. 41:32): «Y al suceder el sueno dos veces»,
tlos hablaré con él"?» Raba preguntó: «Está escrito: "En un así. El rabí Samuel, el hijo de Nachmeni, dijo: Dijo el rabí
suetlo hablaré con él"; y está escrito: "Y los. suenos hablan Jonatán: «Nada más es mostrado a un hombre que lo que está
en los pensamientos de su corazón» Porque se dice (Dn.
2:29): «Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamien-
tos.» Y si quieres. te diré: de esto (Dn. 2:30): «Para que
19. Hay aquí un juego de palabras.
entiendas los pensamientos de tu corazón,» Raba dijo: «1'11
20. Otro juego de palabru. puedes conocerlo, porque no se le muestra a un hombre ni

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una.palmera de oro ni un elefante pasando por el ojo de una dianls.» Él le dijo: «Vi dos cabezas de col.» él le dijo: «Dos
aguJa.»... cajas en los oídos tragants.» Raba prosiguió aquel dfa. y
Folio 56 a. El hijo de Hedja era un intérprete de suetlos. estuvo sentado en la academia todo el día. Luego vio a dos
Si al�e? �e daba una recompensa, interpretaba sus suenos ciegos que se peleaban. Entonces Raba fue a separarlos, y
para.bien, SI no �e daba recompensa, los interpretaba para mal. golpearon a Raba dos veces: se levantaron para golpearlo otra
AbaJe y Raba vieron un sueno. Abaje le dio una susa y Raba vez, y les dijo: «Alto, sólo he visto dos,»
�o le dio nada. Le dijeron: «Leímos en los suenos (Dt.' 28:31): Al final Raba fue y le dio una recompensa. Le dijo: «Vi
Tu buey será degollado delante de ti", ete,» A Raba le dijo: caer la parcd,» Él le dijo: «Obtendrás propiedades sin lími-
«Tu negocio se irá a la ruina, y no tendrás deseos de comer tes,» Le dijo: «Vi el palacio de Abaje, que caía y su polvo
debido a la aflicción de tu corazón.» A Abaje le dijo: «Tu me cubría» Le dijo: «Abaje morirá, y su silla vendrá a ti.»
negocio se extenderá, y no tendrás deseos de comer debido Le dijo: «Vi que mi propio palacio caía, y que entonces venía
al gow que embargará a tu corazón.» Le dijeron ellos a �l: todo el mundo y se llevaban todo ladrillo a ladrillo.» Le dijo:
«Leímos (v. 41): "Engendrarás hijos e hijas", y así. A Raba «Tu enseftanza se esparcirá por todo el mundo,» Le dijo: « Vi
le dijo: �Serán llevados al cautiverio.» A Abaje le dijo: «Tus que mi cabeza era panida y que mi cerebro salía.» Le dijo:
hijos e hijas serán muchos, y por ello tus hijas se casantn fuera «La lana de tu cojín saldrá.» Le dijo: «Leí el Hallel egipcio
de la tierra, por lo que te parecerá a ti como si hubieran sido en el suenño,» Le dijo: «Se harán milagros para ti.» Fue con
llevadas cautivas.» «Leímos (v. 32): "Tus hijos e hijas serán él a bordo de una nave. Le dijo: «A un hombre para quien
dados a otro pueblo".» A Abaje le dijo: «Tus hijos e hijas se harán milagros, ¿de qué le sirve esto?» Al ascender, le cayó
serán muchos. Tu dirás, a tus parientes (td te casarás con un libro encima. Raba lo encontró, y vio que estaba escrito
�nos), pero ella (tu mujer) dirá: a sus parientes, y ella te en él: «Todos los suenos van següun la boca.» Él le dijo:
inducint, para que los dé a los parientes de ella; que son como «Malvado, de ti dependía, y me has afligido mucho. Todo te
o�. nac1íé0n,» A Raba le dijo: «Tu mujer morirá, y los hijos lo perdono, excepto acerca de la hija del rabí Chisda (que era
e h1Jas de ella quedanln bajo la mano de otra esposa.» Porque su mujer). Que sea la voluntad (de Dios), que este hombre
dijo Raba que había dicho el rabí Jeremías el hijo de Aba, sea entregado en manos del gobierno, que no tendrá piedad
qu��abía dicho Rav: «�Q�é es lo que está �crito: ''Tus hijos de eél-.» El dijo: «¿Qué haré? Porque está ordenado que la
e hiJas daré a otra nación ? Esto es, la mujer del padre (la maldición de un sabio, incluso si viene sin causa, se cumplirá.
madrastra)». «Leímos en suenos (Ec. 9:7): "Ve, come tu pan ¡Cuánto más con Raba, que me ha juzgado justamente.» Dijo:
con gezo".» A Abaje le dijo: «Tu negocio se extenderá, y td «Me iré y emigraré, porque el maestro dijo: "el exilio expía
comerás y beberás, y leerás el verso en el gozo de tu cora- el pecado".» Se levantó para emigrar a los romanos. Fue y
zón.» A Raba le dijo: «Tu negocio será arruinado td matarás se sentó a la puerta del principal tesorero del rey. El principal
pero no comerás ni beberás, y leer4s para cons�larte.»... ' tesorero vio un sueno. Le dijo: «Vi un sueno, que una aguja
Al final �aba fue a solas a él. Le dijo: «He visto que la entraba en mi dedo.» Él le dijo: «Dame una susa»; pero él
puerta intenor de la casa ha caldo.» Éi le dijo: «Tu mujer
morird.» Él le dijo: «Vi que mis muelas Y. mis dientes calan.» no le dio nada, y por ello no le dijo nada a Él. Él le dijo: « Vi
Él le dijo: «Tus hijos e hijas morirán.» El le dijo: «Vi a dos que caía un gusano sobre toda mi mano.» él le dijo: «Un
palomas que hulan volando.» Él le dijo: «A dos mujeres repu- gusano ha venido a todos los vestidos» (del rey). Oyeron esto
en casa del rey, y trajeron al principal tesorero, para darle
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muerte. Él·le dijo a él: «l)>or qué yo? Que sea ttafdo quien
lo sabía y nada dijo.» Trajeron al hijo de Hedja. Él le dijo:
«A causa de tu susa se han estropeado los vestidos del rey.»
Ellos ataron dos cedros con cuerdas, y ataron un pie a un
cedro, y el otro pie al otro cedro, y dejaron ir las cuerdas,
con lo que su cabeza se partió; porque cada cedro retrocedió
y se puso en su lugar, y él quedó partido, y cayó en dos trozos.
[Y así prosisue la interpretación de suenos otras dos y
media páginas tamafto folio. Estos tres extractos de muestra
serdn suficientes para dar ejemplos de lo indiferente, de lo
bueno y de lo absurdo que constituye el Talmud. Constituyen
prueba de la necesidad de discriminación, y de cuán rápida-
mente el Talmud, como un todo, puede ser bien asaltado por
sus enemigos, o indebidamente exaltado por medio de una
juiciosa elección de pasajes.]

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