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Traduction de RICHARD HOFSTADTER Masavz Caso. LA TRADICION POLITICA NORTEAMERICANA Y los hombres que la formaron Brélogo de Cnnstormen Lasct Ba FONDO DE CULTURA ECONOMICA 208 HERBERT HOOVER Y LA CRISIS DEL INDIVIDUALISMO Bu ammbas ocasiones supe desde antes de hablar que nuestro pucbla no crceria aque podiers ocorsie aqui un meaoscabo de la libertad, Y sin embargo estos cua lap aflos han demostrado que esas advertenciat fueron demasiado revervadas, demasiado caueless iGuin frustrante debe de haber sido para Hoover dase cuenta que sus predicciones se confirmaban en forma asombrosa, y sin embargo descubrir tuna y otra vez que ya nadie las escuchaba realmente! Provisamente esta con fesién la hizo ante una convencién euyo programa politico habia capitulado bbisicamente a los programas internos de Roosevelt. zCémo era posible que ‘a gran tradicién norteamericana se acercara a i fin porque Ia gente no de- un vocero de Ja antigua fe? ;Cémo era posible que recha- jamente una salvacién que estaba tan claramente a la vista, tan corea de su alednce? Si esto Megara a pasar, Herbert Hoover por lo me- fos se habia ganado su absolucién. Habfa tratado de conducir a la. nacién fuera de la selva, de regreso a las comodidades y esplendores del Antig Régimen. Les habia hecho advertencias, y ellos las habian rechazado. Quiz, después de todo, era el espiritu de Ia gente el que carecia de una slider fundamental. + XIL FRANKLIN D, ROOSEVELT: FL PATRICIO COMO OPORTUNISTA BB pais necesita y, sino me equivoco en cuanto 2 sm compe- ramento, exige una experimentacion sudse y peritnte. Es de sentide comin tomar un método y probar oj fall, hay ‘gue reconocerlo Francamente y probar otro métode, Pero sobre todo, hay que inteatar alg. Prawrity D, Roosrerae 1 EN UNA ocasida, durante les primeres atios del gobierno de Wilson, Eleanor Roosevelt sa esposo, entonces secretario asstente de Marira, almorzaban con Henry Adams, Roosevelt hablaba con toda sinceridad sobre un tema oficial que le preocupaba, cuando sx anciana anfitrién se volvié hacia él ficramente: “Joven, yo he vivido en esta casa muchos afies, y he visto a los eupantes de esa Casa Blanca que esti al otto lado de Ia plaza ir y venir, y nada de lo que ustedes, los funcionarios menores, 0 los ocupantes de. esa casa puedan hacer afectard Ia historia del mundo mucko tiempo.” La ironia desmedida de Adams no habia sido lanzada al azar pero, aun- que la influencia de los grandes hombres generalmente s¢ exagera, deberos reconocerle a Roosevelt por lo menes una influencia marginal sobre el curso de la historia. Ninguna personalidad ha expresado el pensamiento popular norteamericano en forma tan clara y exclusiva, En la era progressta, Theo dore Roosevelt, Wilson, Bryan y La Follette se dividieron el liderato de la reforma nacional. En la era del New Deal, un solo hombre monopolizé este liderato, y sa muerte dejé al liberalismo’ norteamericano desmoralizado y casi indefense, En el fondo del New Deal no habia una filosoffa, sino un temperament La esencia de este temperamento era Ia confianza de Rossevelt de que incluso evando se encontraba en un territorio desconocida no pedia equivor sare, no podia cometer errores graves, Desde el punto de vista de un téeni- co en econoniia esta seguridad a veces parecia absurda, por ejemplo cuando ceché para atrés la cabera, se 1i6 y les dijo aun grupo de semadores partida- tos de Ja plata: “Ya experimenté con el oro y fue un fracas, ¢por qué no hhe de experimentar un poco con la plata?” A pesar de eso, habia una espe- cie de sabiduria instintva bajo Ia apariencia atolondrada do sus métodes. Cuando Hlegé al poder, la gente habia visto que todo se paralizaba peligross- mente. La gente deseaba experimentacién, actividad, ensayos 7 errores, cual= quier cosa que Je trasmitiera Ia sensacién de movimiento 7 novedad. Al 299 300 FRANKLIN D. ROOSEVELT: EL. PATRICIO COMO OPORTUNISTA principio de su candidatura, y sin preocuparse por la tradicién y la forma lidad, Roosevelt vol6 2 la convencién postuladora de 1932, y le divigié personalmente la palabra en vez de esperar durante semanas en la pose Aacostumbrada de ignorancia ceremonial. Fue un acto trivial en st mismo, al piblico una impresién de vigor y originalidad que Roosevelt que se desvaneciera. Aunque, como ya veremos, Roosevelt se hhabia criado creyendo en una filosofia social y econémica similar a la de Hoover, logré comunicar inmediatamente que tenfa el temperamento opes- to. Cuando Hoover dijo ineptamente que silo era necesario restaurar Ja. con- flanza, la nacién se 216 amargamente. Cuando Roosevelt dijo: “Lo ‘que debe inspiramos temor es el temor mismo", que exencialmente era la ‘misma idea trillada y cierta a medias, la nacién se emocioné, Hoover habia ccarecido de movimiento; Roosevelt carecfa de diteceién, Pero su capacidad de crecimiento, 0 por lo menos de cambio, era enorme. La flexibilidad era al mismo tiempo su fuerza y su deblidad. Donde Hover habia sido remoto yy abstracto, un doctrinario que erefa en pricipios fijos y se movia cautelo- samente en la atmésfera enrarecida de Ia clase directiva, Rooevelt era cf lido, personal, concreto ¢ impulsivo. Hoover a menudo era reservado con Jos colaboradores que apreciaba, Roosevelt podia decir “mi viejo amigo” en fonce idiomas. No le interesaba mucho Ia gente en abstracto, pero tenia u agudo conocimiento instintivo del sentimiento popular. Como en gran parte estaba satisfecho de seguir la opinién piblica, era eapaz de darle exe im- pulso adicional necesario del liderato que puede transformar lor deseos en ppoliticas. Hoover nunea fue capaz de trannitir a las masae una imagen clara de lo que estaba tratando de hacer; Roosevelt 2 menudo fue capar de suge- tir una linea de conducta clara y enérgica cuando de hecho no tenia ninguna, Raymond Moley relata una instructiva anéedota sobre las relaciones de Roasevelt con Hoover en el interin entre la cleccién de Roosevelt y si toma de posesién. Se habia arreglado una conferencia entre lot dos hombres para hablar de Ia continuidad de la politica en el espinoso asunto de las deudas extranjeras. Roosevelt, poco informado sobre los hechos, lev a Moley para que lo asesorara, y también Tlevé varias tarjetitas en la mano como recorda- torios de las preguntas que deseaba hacerle a Hoover. Este hablé durante algin tiempo, revelande tun dominio de todas las facetas de la cuestién que Impresioné profurdamente al profesor Moley. El grado de informacién de fos dos hombres contrastaba con sus modales. Hoover, francamente descon certado por esta reunién con el hombre que lo habia derrotado en la cam- paiia, estaba timido e incémedo y tenia los ojos fijos en el dibujo de la alfombra del Salén Rojo. Roosevelt estaba relajado, informal y cordial. El hhecho de que estaba operando en terra incognita no patecia molestarlo en To absolute Los admiradores de Rocsevelt, cuyas mentes estaban fijas en la imagen de un padre sabio y benévolo, lo han retratado como un ardiente vefortna- FRANKLIN D, ROOSEVELT: EL PATRICIO COMO OPORTUNISTA 301 dor socal y algunas veces como un plaifcador magia. Sus eros, ex1- tinando friamente el hecho de que sis medidas habla ido tugiendo paso 3 paso, estudiando Ta forma. fortita en que se adiinstraron muchas woes } descabreron cuin poco habia tendo que ver realmente con muchos de sus "vogrs”, han legade al conclsin epuesia de que sa éxito foe puramen te aecidenta, como sicede com cera proporcin de los tos diparadon al tvar que legan a dar en el blanco, Rs cierto, tiene que ser certo, que hay Gna vista desproporcion entre In extatura petonal de Rocuevdt yi leyen- da, pero no todo lo que sucede en una forma forteta ex neceatamcnte wn hcdente, Durante su periods presdencisl, In nacién se enfrentS 4 una Situneién completamente desconocida para la cial no servian come ula ins flowin tradcinalesscepiadas combnmente. Era inevitable passe pot tina época de tropiezs y silt del paso a duras penas.Sélo un lider com un temperamento experimental pudo Raber hecho posible el New Deal “Ademis, Roowvelt era un intrimento piblico de la mls delicada recep- tiedad. Aunqoe su mente no. profundizae, tenia una gran amplitid, Ba tin pail informal de coraaén edlido, odba.desluionar ala gente y Te fgradaba el papel de amigo. generoso, Serta. que sion gran. némero. de gente dewaba algo inestamente, era importante que se le dea alguna aa Tlaccidn, y no permit que lor dogmas econdmicos o los precedentes pall: Scr lo initian a ti defo pret rs mn jen sus métodos intensamente personales y los resultados que produjerom. Casi do se ctaba onganizando el socorre en las primeraselapas del New Dea Slguien le hizo notar que muchos pintores competentes extaban en la pobre- ray desesperados. Ahora bien, Roosevelt no era aficionado a la pinta, le interesaban tay” poco les artsy los escritoes como. grupo, no tenia teoras preconcebidas sobre la responsibililad del Estado por ht prosperidad fe la cultura; pero su decién de ayudar a lox arts fue iimediata y or pontinea.“ZPor qué no2", contents. “Son sezes bumanos. ‘Tiewen que vii. Imagine que lo unico. que saben acer cr pinta, y seguramente ba. de haber algin lugar pdbico en donde se deen sus piotaras” Yast lx pine tores fueron ineluidos en los beneicon de la ew. Fnalzent, bajo la ws, fl socorro ve ctongs también alo mec, alas ailarinas, alos actres, esr tores¢ historiadores © indiso a lee estudiantes que estaba tatando do fie nancies edeaci6n univeitaria, Se protepié a una genera de artistas intclcctuales durante un pesodo dilly éxor egaron a tar Bigados al New Dea! y a sentir devocion por el Iiveralisma de Rooievelt 2 James y Sara Delano Roosevelt, les padres de Franklin, nos recuerdan alos personajes secundarios de las novelas de Edith Wharton, que proporciona-

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