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1.- ANTECEDENTES.-
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expresa la voluntad soberana del pueblo.4 La institución se hizo innecesaria en la
Inglaterra del siglo XVIII, luego de la “gloriosa revolución” de 1688-1689, pues el
objetivo de separar del cargo a la autoridad acusada con un impeachment, se
lograba de modo más eficaz y menos sangriento, con los mecanismos
parlamentarios de la moción de censura. Sin embargo, el hecho de que los
parlamentarios no sean objeto de acusación constitucional no es sinónimo de
irresponsabilidad, ni una excepción absoluta al principio de control y de
responsabilidad de un Estado de Derecho, pues sus actos sólo quedan protegidos
en ejercicio de su función; “pero subsiste la responsabilidad personal, en todos sus
órdenes, en cuanto a los actos que queden fuera del ámbito de tal beneficio y,
lógicamente, en los que quepan en la esfera de su actividad privada,” 5 como indica
la regulación constitucional del instituto de la inviolabilidad de opinión de los
parlamentarios.
Desde Inglaterra la institución pasó a sus colonias en Norteamérica.
La Constitución de Estados Unidos la contempla en el párrafo 7 de la Sección III, de
su Artículo Primero.6 De allí pasó a incorporarse en el ordenamiento constitucional
de Chile en la Constitución liberal de 1828,7 luego en la Carta Política autoritaria de
1833,8 adoptándose el sentido de la Constitución de Estados Unidos en su reforma
4 Cf. Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ed. Jurídica de Chile,
Santiago, 2000, Tomo VI, pp. 125, 129 y 130.
5 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 130.
6 El Párrafo 7, de la Sección III, del artículo 1° de la Constitución de Estados Unidos de
Norteamérica dispone: “En los casos de responsabilidades oficiales, el alcance de la sentencia no
irá más allá de la destitución del cargo y la inhabilitación para ocupar y disfrutar cualquier empleo
honorífico, de confianza o remunerado, de los Estados Unidos; pero el individuo condenado quedará
sujeto, no obstante, a que se le acuse, enjuicie u castigue con arreglo a derecho”. Toinet, Marie-
France: El sistema político de los Estados Unidos. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1994,
trad. Glenn Amado Gallardo Jordán, p. 482.
7 El artículo 47 de la Constitución de 1828 disponía al efecto: “Art. 47. Son atribuciones
exclusivas de la Cámara de Diputados: 1° Proponer las leyes relativas a impuestos y contribuciones,
tomando en consideración las modificaciones con que el Senado las devuelva. 2° Conocer a petición
de parte, o proposición de alguno de sus miembros, sobre las acusaciones contra el Presidente y
Vice-presidente de la República, Ministros, miembros de ambas Cámaras y de la Corte Suprema de
justicia, por delitos de traición, malversación de fondos públicos, infracción de la Constitución, y
violación de los derechos individuales; declarar si hay lugar a la formación de causa, y en caso de
haberlo, formalizar la acusación ante el Senado.” A su vez, el artículo 48 de la Constitución liberal
de 1828 disponía: “Art. 48. Es atribución exclusiva del Senado: Abrir juicio público a los acusados
por la Cámara de Diputados, y pronunciar sentencia con la concurrencia, a lo menos, de las dos
terceras partes de votos”. Valencia Avaria, Luis: Anales de la República. Ed. Andrés Bello,
Santiago, Chile, 1986, p. 159.
8 El artículo 38 de la Constitución de 1833 disponía: “Son atribuciones exclusivas de la Cámara
de Diputados: (…) 2ª Acusar ante el Senado, cuando hallare por conveniente hacer efectiva la
responsabilidad de los siguientes funcionarios:
A los Ministros de Despacho y a los Consejeros de Estado en la forma, y por los crímenes
señalados en los artículos 92, 93, 94, 9596, 97 y 107.
A los generales de un Ejército o Armada por haber comprometido gravemente la seguridad
y el honor de la Nación; y en la misma forma que a los Ministros de Despacho y Consejeros de
Estado.
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de 1874,9 que se prolonga a través de la Constitución de 1925 y la de 1980.
En consecuencia, el artículo 52 de la Constitución Política de 1980 al
regular las atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados, junto con la
fiscalización de los actos del gobierno (N° 1 del citado artículo 52), regula también
la atribución de la Cámara que consiste en declarar si han o no lugar las
acusaciones que no menos de diez ni más de veinte diputados formulen contra las
autoridades y por las causales que enumera taxativamente el número 2) del referido
artículo 52.
En términos generales, la acusación constitucional está configurada
en tres momentos o etapas. Las dos primeras etapas se cumplen en la Cámara de
Diputados y la tercera en el Senado. La primera etapa corresponde a la formulación
de la acusación que deben realizar no menos de diez ni más de veinte diputados; la
segunda etapa corresponde la declaración de admisibilidad o no de la acusación
que debe declarar la Cámara de Diputados y la tercera etapa corresponde al
conocimiento y resolución de la acusación por parte del Senado.
Se trata, pues, de un instituto de justicia política, como señala Zúñiga
Urbina, “entender la acusación en juicio político como un instituto de justicia política,
permite dar cuenta de su doble naturaleza: jurisdiccional y política, y de una
evolución histórica, asociada a instituciones torales del Estado de Derecho: el
Parlamento y la responsabilidad (…) Nuestra tesis es que estamos ante una
aparente responsabilidad penal y que en realidad el instituto de la acusación
constitucional nos sitúa ante una responsabilidad constitucional”.10 Tocqueville, en
el contexto estadounidense, precisó que se entiende por juicio político “el fallo que
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pronuncia un cuerpo político momentáneamente revestido del derecho de juzgar”.11
La acusación constitucional se encuentra regulada en el citado número
2) del artículo 52 de la Constitución Política y en el N° 1 de su artículo 53; en el
Título IV “Tramitación de las acusaciones constitucionales”, que comprende los
artículos 37 a 52 de la Ley N° 18.918, orgánica constitucional del Congreso
Nacional; en los artículos 304 a 313 del Reglamento de la Cámara de Diputados y
en los artículos 189 a 197 del Reglamento del Senado.
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el mando”.13
En segundo lugar, los actos realizados por el Presidente en su
administración deben haber comprometido, puesto en peligro o expuesto
“gravemente” el honor o la seguridad de la Nación, esto es, de un modo grave o
importante. Con la exigencia que conlleva este adverbio de modo se excluye de la
acusación actos triviales o que no revisten la gravedad o importancia requerida para
configurar la causal.
En tercer lugar, la referencia al honor de la Nación debe entenderse
tanto en un sentido subjetivo, esto es, el comprensible orgullo de la comunidad
nacional respecto de sí misma y de su imagen ante las demás naciones, como en
un sentido objetivo, esto es, el reconocimiento internacional de los rasgos que
caracterizan a una Nación.
Finalmente, la “seguridad de la Nación” exige que la acción objeto de
la acusación ponga en peligro o riesgo dicho bien jurídico, esto es, la seguridad de
la comunidad nacional, como señala Molina Guaita “aquí puede tratarse tanto de la
seguridad externa como de la interna”,14 que el inciso segundo del artículo 24 de la
Constitución establece dentro de sus atribuciones genéricas al declarar “su
autoridad se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden
público en el interior y la seguridad externa de la República”.
13 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 138.
14 Molina Guaita, Hernán: Derecho Constitucional. Ob. cit., p. 420.
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ser acusado es durante el ejercicio de su mandato y hasta seis meses después de
cesado en el cargo. En el caso de las demás autoridades la acusación debe hacerse
también durante el ejercicio del cargo; pero sólo hasta tres meses después de
expirado éste. Además, en los seis meses siguientes a la expiración del cargo, el
Presidente de la República no podrá ausentarse del país sin acuerdo de la Cámara
de Diputados, no pudiendo ausentarse en caso alguno si la acusación ya estuviere
aprobada por la Cámara, esto último según dispone el inciso antepenúltimo de la
norma citada, para todas las autoridades que pueden ser acusadas.
En segundo lugar, el penúltimo inciso de la disposición referida ordena
que “para declarar que ha lugar la acusación en contra del Presidente de la
República se necesitará el voto de la mayoría de los diputados en ejercicio”. En
cambio, para declarar que ha lugar la acusación contra las demás autoridades se
requiere solamente la mayoría de los diputados presentes, según dispone el inciso
final del artículo 52 de la Constitución.
En tercer lugar, desde el momento mismo en que la Cámara de
Diputados declare que ha lugar a la acusación contra las demás autoridades,
excluido el Presidente de la República, éstas quedan suspendidas en sus funciones.
Lo que no ocurre con el Presidente de la República.
En cuarto lugar, en el Senado el quórum exigido para declarar la
culpabilidad del Presidente de la República es de los dos tercios de los senadores
en ejercicio, y sólo por la mayoría de los senadores en ejercicio en los demás casos.
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se ha estimado que “se presenta una incongruencia manifiesta, dada la
concentración del poder en el Jefe del Estado y la entera subordinación de los
Ministros al Presidente, que se accione contra aquéllos, cuando ha de presumirse
que sus actos han sido efectuados por inspiración, orden y, en todo caso, bajo la
responsabilidad del Presidente”.15 En este sentido, con razón, Silva Bascuñán
previene que “un sentido realista debiera llevar a la renuncia de todo afán de utilizar
la acusación constitucional como instrumento para modificar el sentido de la
Constitución Política amparado en el presidencialismo”.16
Las causales que autorizan la formulación de una acusación
constitucional en contra de los Ministros de Estado se encuentran taxativamente
señaladas en la letra b) del número 2) del artículo 52 de la Constitución Política de
la República en los siguientes términos:
“Son atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados: (…) 2)
Declarar si han o no lugar las acusaciones que no menos de diez ni más de veinte
de sus miembros formulen en contra de las siguientes personas: (…) b) De los
Ministros de Estado, por haber comprometido gravemente el honor o la seguridad
de la Nación, por infringir la Constitución o las leyes o haber dejado éstas sin
ejecución, y por los delitos de traición, concusión, malversación de fondos públicos
y soborno (…)”
Las referidas causales que autorizan la acusación constitucional en
contra de los Ministros de Estado se tratarán en los apartados siguientes.
15 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 212.
16 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 213.
17 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ed. Jurídica de Chile,
Santiago, 2000, Tomo VI, p. 145.
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al honor o la seguridad de la Nación, nos remitimos a lo señalado anteriormente, en
el análisis de la misma causal aplicada al Presidente de la República.
18 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 148.
19 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 151.
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medio, si de ello resultare daño o entorpecimiento para el servicio u objeto en que
debían emplearse, y con la misma en su grado mínimo, si no resultare daño o
entorpecimiento.” Finalmente, el artículo 239 del citado Código ordena: “El
empleado público que en las operaciones en que interviniere por razón de su cargo,
defraudare o consintiere que se defraude al Estado, a las municipalidades o a los
establecimientos públicos de instrucción o de beneficencia, sea originándoles
pérdida o privándoles de un lucro legítimo, incurrirá en la pena de presidio menor
en sus grados medio a máximo. En aquellos casos en que el monto de lo defraudado
excediere de cuarenta unidades tributarias mensuales, el juez podrá aumentar en
un grado la pena señalada en el inciso anterior. Si la defraudación excediere de
cuatrocientas unidades tributarias mensuales se aplicará la pena de presidio mayor
en su grado mínimo. En todo caso, se aplicarán las penas de multa del diez al
cincuenta por ciento del perjuicio causado e inhabilitación absoluta temporal para
cargos, empleos u oficios públicos en sus grados medio a máximo.”
20 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 151.
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funcionario público en provecho propio. Se encuentra tipificada, v. gr., en los
artículos 157 y 241 del Código Penal.21 El artículo 157 citado dispone: “Todo
empleado público que sin un decreto de autoridad competente, deducido de la ley
que autoriza la exacción de una contribución o de un servicio personal, los exigiere
bajo cualquier pretexto, será penado con inhabilitación absoluta temporal para
cargos y oficios públicos en cualesquiera de sus grados y multa de once a veinte
unidades tributarias mensuales. Si la exacción de la contribución o servicio personal
se hiciere con ánimo de lucro, el empleado culpable será sancionado conforme a lo
dispuesto en los párrafos 2 u 8 del Título IX, según corresponda.” A su vez, el
artículo 241 del Código Penal previene: “El empleado público que directa o
indirectamente exigiere mayores derechos de los que le están señalados por razón
de su cargo, o un beneficio económico para sí o un tercero para ejecutar o por haber
ejecutado un acto propio de su cargo en razón del cual no le están señalados
derechos, será sancionado con inhabilitación absoluta temporal para cargos u
oficios públicos en cualquiera de sus grados y multa del duplo al cuádruplo de los
derechos o del beneficio obtenido.”
En tercer lugar, se contempla el delito de malversación de fondos
públicos, que se encuentra ubicado en el Título V del Libro II del Código Penal, cuyo
epígrafe es “De los crímenes y simples delitos cometidos por empleados públicos
en el desempeño de sus cargos”. Se trata de delitos contra la probidad.22 Se
encuentra tipificado en los artículos 233 a 238 del Código Penal, que contemplan
diversas figuras delictivas, tales como sustracción de fondos (artículos 233 –forma
dolosa- y 234 –forma culposa- del Código Penal); distracción de fondos (artículo
235 del Código Penal); aplicación pública diferente (artículo 236 del Código Penal),
que “propiamente corresponde al concepto clásico de la malversación como
‘inversión indebida”,23 y negativa de un pago o entrega (artículo 237 del Código
Penal).
En cuarto lugar, el delito de soborno, es contemplado en el Código
Penal chileno como una forma de cohecho activo,24 sancionada en los artículos 248,
249 y 250 del Código Penal. El Diccionario de la real Academia de la lengua
española define la voz “sobornar” como “corromper a alguien con dádivas para
conseguir de él algo”.
21 Cf. Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p.
152.
22 Cf. Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Parte especial. Ed. Jurídica de Chile, Santiago,
2004, reimpresión 3ª edición, Tomo IV, p. 236.
23 Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Parte especial. Ob. cit., Tomo IV, p. 244.
24 Etcheberry, Alfredo: Derecho Penal. Parte especial. Ob. cit., Tomo IV, p. 252.
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4.- CAUSAL QUE AUTORIZA LA ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL CONTRA
LOS MAGISTRADOS DE LOS TRIBUNALES SUPERIORES DE JUSTICIA Y EL
CONTRALOR GENERAL DE LA REPÚBLICA.-
25 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 160.
26 Molina Guaita, Hernán: Derecho Constitucional. Ob. cit., p. 422. En el mismo sentido, cf.,
Roldán, Alcibíades: Elementos de Derecho Constitucional de Chile. Imprenta Litografía Barcelona,
Santiago-Valparaíso, 1917, p. 358, nota 1.
27 Molina Guaita, Hernán: Derecho Constitucional. Ob. cit., p. 422.
28 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 164.
29 Hunneus, Jorge: La Constitución ante el Congreso. Tomo I, Anexo 9, pp. 466 y siguientes,
citado por Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 165.
11
prevaricación, en los términos previstos en el artículo de la Constitución Política
(interpretación amplia), Silva Bascuñán estima la procedencia de la causal “notable
abandono de deberes” en este caso, a partir del cambio de naturaleza del juicio
político en Chile en 1874. Desde entonces, estima que “no hay contradicción alguna
(…) en sostener, por un lado, que incluso los magistrados de los Tribunales
Superiores, como los demás funcionarios judiciales, por los delitos que menciona el
art. 84 [actualmente el artículo 79 de la Constitución Política], sólo pueden ser
castigados del modo y forma que determina la ley, y en afirmar, por otro, que los
más altos jueces pueden ser acusados por esos mismos delitos, desde que
constituyen, por su naturaleza, infracción de los más graves deberes funcionarios,
ya que aún condenados en el juicio político serán juzgados en la misma forma, por
semejantes procedimientos e iguales órganos, que los demás magistrados…”30
30 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, pp. 174-
175.
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traición, sedición, malversación de fondos públicos y concusión”.31 Respecto de la
causal conformada por infracción a la Constitución, se advierte que, como en el caso
de los Ministros de Estado, no se exige cierta entidad, importancia o gravedad de la
infracción para que la acusación proceda, por lo que corresponde remitirse a lo
dicho entonces.
Respecto a los delitos que conforman la causal, se reiteran, como en
el caso de los Ministros de Estado, los delitos de traición, malversación de fondos
públicos y concusión, por lo que corresponde también remitirse a lo dicho en dicho
apartado. Sin embargo, se agrega aquí el delito de sedición, que se configura como
alzamiento en armas contra la autoridad constituida, regulado en el Código Penal
como delitos contra la seguridad interior del Estado.
Dado el carácter dependiente del Presidente de la República de los
intendentes y gobernadores, en su calidad de órganos administrativamente
desconcentrados, procede la misma crítica planteada respecto de los Ministros de
Estado.
31 Se trata de los territorios especiales creados por la Ley N° 20.193, de 2007, correspondientes
a Isla de Pascua y al archipiélago Juan Fernández.
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que informe si procede o no la acusación.” El artículo 305 del Reglamento de la
Cámara de Diputados dispone que “dicha Comisión estará facultada para sesionar
simultáneamente con la Cámara, de conformidad con lo dispuesto en la letra b) del
artículo 225”.
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circunstancia de haber sido notificado de acuerdo con el artículo 39, el afectado se
entenderá citado de pleno derecho a todas las sesiones que celebre la Cámara.”
A su vez, el artículo 43 de la Ley N° 18.918 contempla la posibilidad
de que el acusado suscite una cuestión previa de inconstitucionalidad de la
acusación, pues según dispone la norma citada, antes de que la Cámara inicie el
debate, “sólo el afectado podrá deducir, de palabra o por escrito, la cuestión previa
de que la acusación no cumple con los requisitos que la Constitución Política
señala”.
“Deducida la cuestión previa, la Cámara la resolverá por mayoría de
los diputados presentes, después de oír a los diputados miembros de la comisión
informante”.
“Si la Cámara acogiere la cuestión previa, la acusación se tendrá por
no interpuesta. Si la desechare, no podrá renovarse la discusión sobre la
improcedencia de la acusación y nadie podrá insistir en ella.”
El debate sobre la acusación se contempla en el artículo 44 de la Ley
N° 18.918, en los siguientes términos: “Desechada la cuestión previa o si ésta no
se hubiere deducido, la sala de la Cámara de Diputados procederá del siguiente
modo:
a) si el informe de la comisión recomendare aprobar la acusación, se dará la
palabra al diputado que la mayoría de la comisión haya designado para sostenerla,
y después se oirá al afectado, si estuviere presente, o se leerá la defensa escrita
que haya enviado, y
b) si el informe de la comisión recomendare rechazar la acusación, se dará la
palabra a un diputado que la sostenga y después podrá contestar el afectado o, si
éste no lo hiciere, un diputado partidario de que se deseche.”
La ley N° 18.918, en su artículo 45, reconoce tanto al afectado, como
al diputado informante de la comisión, el derecho para rectificar hechos antes del
término del debate.
El artículo 46 de la Ley N° 18.918 dispone que “en la última sesión que
celebre la Cámara para conocer de la acusación, se votará su admisibilidad”.
“La referida sesión sólo podrá levantarse si se desecha la acusación o
si ésta se acepta…” Por su parte, la Constitución Política dispone en el inciso final
de su artículo 52, que para declarar que ha lugar a la acusación se requiere la
mayoría de los diputados presentes.
En caso de que se admita la acusación, la Cámara de Diputados
nombrará una comisión de tres diputados para que la formalice y prosiga ante el
Senado. En efecto, el artículo 46 citado dispone en su inciso final que “aprobada la
acusación, la Cámara de Diputados deberá comunicar este hecho al Senado y al
afectado, dentro de las veinticuatro horas siguientes de concluida la sesión a que
se refiere este artículo. Del oficio correspondiente se dará cuenta en la sesión más
próxima que celebre el Senado”.
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En perspectiva crítica, se ha señalado que el citado artículo 46 de la
Ley N° 18.918, al disponer que “en la última sesión que celebre la Cámara para
conocer de la acusación, se votará su admisibilidad”, incurre en una impropiedad
“puesto que ‘admitir’, según el Diccionario, importa ‘recibir o dar entrada a algo’, en
tanto que, en el fondo, mediante la decisión que acepta la acusación, la Cámara la
hace suya, para que más adelante se pronuncie el Senado en cuanto a su
fundamento sustancial. La admisibilidad, entre tanto, incide en la esfera de aquello
que es previo al ejercicio mismo de la facultad material o sustantiva confiada a la
definición de la Cámara, la cual ha de resolver si está o no conforme con la
acusación, en el supuesto de que sea realmente admisible, es decir, simplemente
si la acepta o la rechaza.”32
32 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 191.
33 Harrington, Benjamin: Vida constitucional de los Estados Unidos. Doubleday, Page &
Company, Nueva York, 1919, trad. Toribio Esquivel Oregón, p. 115.
16
correlativa de la autoridad competente de admitir su dimisión ante ella o de
removerlo por cualquier causa mediante acto puramente administrativo”.34
34 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 194.
35 El artículo 192 del Reglamento del Senado dispone: “El Senado tomará conocimiento de la
acusación por medio de la relación que hará el Secretario”. A su vez, en su artículo 193 ordena:
“Terminada la relación de que trata el artículo 192, formalizarán la acusación los Diputados miembros
de la Comisión Especial, quienes podrán dividir entre sí las materias o aspectos que ella comprenda.
Si no concurren los Diputados acusadores, se tendrá por formalización el oficio de la Cámara de
Diputados”.
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acusación se votará en la sesión especial siguiente.”36
El artículo 51 de la Ley N° 18.918 establece una importante norma de
procedimiento al señalar que “cada capítulo de la acusación se votará por separado.
Se entenderá por capítulo el conjunto de los hechos específicos que, a juicio de la
Cámara de Diputados, constituyan cada uno de los delitos, infracciones o abusos
de poder que, según la Constitución Política, autorizan para interponerla.” El artículo
196 del Reglamento del Senado, que reproduce la disposición citada, agrega: “En
todo caso, el Senado deberá fallar dentro de los treinta días siguientes al fijado para
comenzar a tratar la acusación”.
El N° 1 del artículo 53 de la Constitución dispone que “el Senado
resolverá como jurado y se limitará a declarar si el acusado es o no culpable del
delito, infracción o abuso de poder que se le imputa.” Que el Senado conozca
como jurado significa conocimiento en conciencia, esto es, “leal y honradamente,
en conciencia, según su leal saber y entender, la solidez de la acusación, debiendo
corresponder la decisión, por lo tanto, al concepto íntimo que se haya formado en
cuanto a su seriedad y fundamento”.37 Asimismo, dispone que la declaración de
culpabilidad deberá ser pronunciada en el caso de los Ministros de Estado por la
mayoría de los senadores en ejercicio. El artículo 52 de la Ley N° 18.918 dispone
que “el resultado de la votación se comunicará al acusado, a la Cámara de
Diputados y, según corresponda, al Presidente de la República, a la Corte Suprema
o al Contralor General de la República. Sin perjuicio de lo anterior, y para los efectos
del proceso a que haya lugar, se remitirán todos los antecedentes al tribunal
ordinario competente.”
36 El artículo 195 del Reglamento del Senado dispone: “Los Diputados miembros de la
Comisión Especial dispondrán, en conjunto, hasta de media hora para replicar. El acusado podrá
duplicar por igual tiempo, cumplido lo cual el Presidente anunciará que la acusación se votará al
iniciarse el Orden del Día de la sesión especial siguiente”
37 Silva Bascuñán, Alejandro: Tratado de Derecho Constitucional. Ob. cit., Tomo VI, p. 197.
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sólo pueden ser indultados por el Congreso”.
Finalmente, el citado artículo 53 de la Constitución establece que el
funcionario declarado culpable será juzgado de acuerdo a las leyes por el tribunal
competente, tanto para la aplicación de la pena señalada al delito, si lo hubiere,
cuanto para hacer efectiva la responsabilidad civil por los daños y perjuicios
causados al Estado o a particulares. En la fundada opinión de Silva Bascuñán,
desde la reforma constitucional de 1874 a la Carta Política de 1833, “el juez ‘no
puede desconocer los hechos ni su relación con el funcionario declarado culpable’,
pero el Tribunal es libre para determinar si configura o no un delito penal, que es
distinto a la expresión delito utilizada por el constituyente”.38
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para designios públicos y con la libertad de apreciación típica de actuaciones de
esta índole”.41
Bibliografía.-
41 Cea Egaña, José Luis: Derecho Constitucional chileno. Ob. cit., Tomo III, p. 336.
20
12.- Zúñiga Urbina, Francisco: “Acusación en juicio político: notas sobre la
justicia política”, en Revista de Derecho, U. C., Santiago de Chile, 1993, vol. 20 N°
2 y 3, Tomo II, pp. 719-721.
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