Вы находитесь на странице: 1из 23

La performatividad de las Políticas Públicas:

Modalidades de interacción e interpelación entre


Estado, sociedad e indígenas en el proceso de
ejecución de una política pública indigenista
(2006-2017)

The performativity of Public Policies:


Modalities of interaction and interpellation between State, society and
indigenous in the process of execution of an Indian public policy
(2006-2017)

Por Samanta Guiñazú*


Fecha de Recepción: 01 de junio de 2017.
Fecha de Aceptación: 02 de septiembre de 2017.

RESUMEN de interacción Estado-sociedad propuesto


El artículo de investigación contextualiza la discursiva y prácticamente desde los gobier-
sanción de la Ley Nacional de “Emergencia nos kirchneristas (2003-2015). Desde esta
Territorial Indígena” Nº 26.160/2006 y su perspectiva, se atiende a las particularidades
programa de relevamiento (ReTeCI) como de las diferentes modalidades de participa-
parte del conjunto de políticas indigenis- ción e involucramiento desarrolladas en el
tas participativas ideadas, formalizadas y proceso de conformación de esta política
ejecutadas desde el marco habilitado para pública. Además, analiza y contempla la
la participación ciudadana en general. Este dimensión sociocultural de formaciones y
particular tipo de políticas fueron fomenta- procesos sociales, económicos y políticos,
das y resignificadas por un modo específico considerando los diferentes condiciona-

* Licenciada y Doctora en Antropología Social por la Universidad de Buenos Aires y Diplomada Su-
perior en Organizaciones de la Sociedad Civil por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
Sede Argentina. Correo electrónico: guinazusamanta@gmail.com

Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

145
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

mientos temporales/espaciales puestos en of relationship between state, society and


juego en y por distintos procesos y entrama- indigenous. It also presents and analyzes the
dos sociales. También, introduce diferentes notion of citizen participation, inquiring
modalidades de gestión pública focalizando about the limits and possibilities embodied
en las matrices de relacionamiento entre in the enunciation and planning of public
Estado, sociedad e indígenas. También pre- policies in these terms, highlighting the
senta y analiza la noción de participación forms of state interpellation to the participa-
ciudadana, indagando acerca de los límites ting actors. In this way, citizen participation
y posibilidades que encarna la enunciación will be related to indigenous participation,
y la planificación de políticas públicas en understanding it as a field of practical and
estos términos, destacando las formas de in- symbolic tension in which at least two re-
terpelación estatal a los actores participan- readings of the concept of participation have
tes. En este recorrido, la participación ciu- taken place.
dadana se la relaciona con la participación Keywords: Public Policies, Participation,
indígena, entendiéndola como un campo de Interpellation, Performativity.
tensión práctico y simbólico en el cual se
han producido al menos dos relecturas del Introducción
concepto de participación. Este artículo de investigación propone
Palabras clave: Políticas Públicas, Partici- un análisis de la sanción de la Ley Nacio-
pación, Interpelación, Performatividad. nal de “Emergencia Territorial” Indígena
Nº 26.160 sancionada en el año 2006 y su
ABSTRACT programa de relevamiento (ReTeCI)1 como
In this article I will contextualize the sanction parte del conjunto de políticas indigenis-
of the National Law of “Territorial Emergen- tas participativas ideadas, formalizadas y
cy” No. 26,160/2006 and its survey program ejecutadas desde el marco habilitado para
(ReTeCI) as part of the set of participatory la participación ciudadana en general. Este
indigenist policies devised, formalized and análisis forma parte de nuestra investigación
executed from the framework enabled for doctoral, la cual se ha nutrido del trabajo
citizen participation in general. This parti- de campo llevado a cabo durante el perio-
cular type of politics was fomented and re- do 2011-2017. En dicho periodo, hemos
signified by a specific mode of state-society realizado observación participante, análisis
interaction proposed discursively and prac- discursivo de las normativas vigentes y co-
tically from the kirchneristas governments
(2003-2015). From this perspective, I will
attend to the particularities of the different 1 Este programa propone el relevamiento técni-
modalities of participation and involvement co, jurídico y catastral de las tierras ocupadas
developed in the process of shaping this pu- por comunidades indígenas en todo el territo-
blic policy. Also, analyzes and contemplates rio nacional. Esta actividad se prevé durante
the sociocultural dimension of social, econo- el plazo de vigencia de la Ley, la cual –luego
mic and political formations and processes, de dos prórrogas consecutivas– está en vigen-
considering the different temporal / spatial cia hasta noviembre de 2017. Al momento de
conditions that are at stake in and through revisión final de este artículo de investigación
different social processes and structures. In (septiembre de 2017), se discute en el sena-
addition, it introduces different modalities do la posibilidad de una nueva prórroga para
of public management focusing on matrices continuar las tareas de relevamiento.
146
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

municaciones estatales respecto de la pro- nes se pregunta: ¿qué de los contextos en


blemática indígena, entrevistas a miembros los cuales esas políticas se manifiestan lleva
de las agencias estatales intervinientes en la a que materialicen de esa forma concreta?
aplicación de la Ley 26.160 y su relevamien- A partir de esta pregunta que busca indagar
to, a técnicos encargados de su ejecución, a en los contextos de producción y sanción de
representantes indígenas y a miembros de las diferentes normativas, contextualizaremos y
comunidades a relevar. Este trabajo ha sido analizaremos los mencionados instrumen-
articulado con nuestra propia experiencia tos como políticas públicas participativas,
laboral como miembro del equipo técnico con el objetivo de exponer diferentes atra-
encargado de ejecutar el relevamiento en la vesamientos políticos, ideológicos y sociales
provincia argentina de Rio Negro durante el propios de la época en la que han surgido.
periodo 2009-2012. Esta entrada inicial al análisis de las
A partir de lo anterior, problemati- normativas cobra utilidad para comprender
zaremos a lo largo de este artículo de in- cómo el contexto de surgimiento de esta
vestigación, lo que hemos planteado en política pública ha afectado las formas de
el título como “la performatividad de ejecución (la práctica concreta) del ReTeCI.
las Políticas Públicas”, aludiendo con tal En este sentido, entendemos que historizar
performatividad al poder del discurso para los diferentes contextos (políticos, sociales y
producir y promover aquello que está enun- económicos) previos a la sanción de la Ley, a
ciando. De este modo, proponemos ini- la vez que profundizar en su contexto de eje-
ciar este análisis con un recorrido por las cución (2006-2015) habilita la exposición
diferentes modalidades de gestión pública y el reconocimiento de discursos particula-
y sus correspondientes categorías de inter- res, marcas textuales, disputas y tensiones
pelación a los diferentes actores de la socie- que atravesaron el proceso de su práctica de
dad, a fines de reflexionar en torno a los relevamiento.
modos en que estas formas y categorías, en A la luz de la perspectiva propuesta, y
tanto discursos, crean realidades sociocul- retomando lo expuesto por Grimson y Bida-
turales. En este sentido, retomamos una lí- seca (2013), entendemos que en cada con-
nea foucaultiana para comprender que esta texto político y social puede reconstruirse
performatividad del lenguaje da cuenta de una lógica histórica particular que orienta
una tecnología, de un dispositivo de poder, las relaciones entre las partes que conforman
tanto social como político. la sociedad y que, a la vez, configura los lími-
Comenzaremos el análisis de la Ley tes y posibilidades de acción de la sociedad
26.160 y del Relevamiento Territorial de en general o de una parte de ella. Con lo
Comunidades Indígenas (en adelante, Re- anterior, referimos a la existencia de confi-
TeCI) presentando ambos instrumentos guraciones culturales que dan cuenta de un
como políticas públicas enmarcadas en la determinado espacio social en el cual exis-
noción de “participación”, entendida como ten tanto lenguajes y códigos compartidos,
un modelo de gestión particular. Esta pers- como horizontes instituidos de lo posible y
pectiva habilita a delinear las implicancias y lógicas sedimentadas del conflicto (Grim-
supuestos subyacentes a esta caracterización son, 2011; Grimson y Bidaseca, 2013). Estas
del ReTeCI. Como punto de partida, intro- configuraciones actúan como “lentes” con
duciremos un cuestionamiento abierto por los cuales pueden leerse más adecuadamente
Briones (2007) al respecto de las políticas de ciertos procesos. Según los autores, dichas
identidad. Para este tipo de políticas, Brio- configuraciones operan en diferentes escalas

147
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

en donde hay una relación específica entre relacionamiento a través de diferentes ins-
las partes y el todo, porque hay una lógica de tancias de interacción en la producción de
interrelación de las partes, y principalmente políticas públicas.
porque hay una frontera que instituye el sen- Para llevar adelante esta tarea, señalare-
tido. Desde esta perspectiva, se entiende que mos que, al referir a la relación entre Estado
la configuración es histórica y que su histo- y sociedad, referimos puntualmente a la re-
ricidad implica que los posibles e imposibles lación entre Estado, por un lado, y la de-
cambian, cambiando también la configura- nominada “sociedad civil”, por el otro lado.
ción misma. En este sentido, la conceptualización de la
A partir de esta idea de posibles e im- “sociedad civil” es de larga data y exceptuan-
posibles cambiantes, nos abocaremos a la do algunos ejes comunes, no existe comple-
tarea de presentar las diferentes formas que to acuerdo en torno a qué se hace referen-
ha tomado la relación entre el Estado y la cia cuando se utiliza dicho concepto. Para
sociedad en las últimas décadas en la Argen- aportar claridad en torno al uso que aquí
tina. En esta dirección, el objetivo es expo- realizo del mismo, retomaremos algunos de
ner las formas en las que se ha interpelado los acuerdos construidos desde el Área de
a la sociedad civil y a sus organizaciones, Estado y Políticas Públicas de FLACSO Ar-
principalmente para el diseño, la elabora- gentina, útiles para contextualizar y analizar
ción y/o ejecución de políticas públicas. el proceso de producción y ejecución de po-
Más allá de las discusiones generales que líticas públicas. A su vez, estos acuerdos son
surgen en torno a esta cuestión, el hilo con- de utilidad para el análisis de las formas de
ductor dentro de este recorrido será el de interpelación y participación de diferentes
exponer las diferentes formas en las que se sectores de la sociedad en dicho proceso en
han relacionado Estado y pueblos indígenas las últimas décadas.
en el contexto de elaboración y ejecución de Con el retorno de la democracia en la
políticas públicas indigenistas, focalizando Argentina, comenzaron a delinearse dife-
hacia el final en el contexto de sanción de rentes concepciones de la sociedad civil y su
la Ley 26.160. accionar que relacionaban su resurgimiento,
luego de una ausencia en los periodos de
1. Matrices de relacionamiento gobiernos de facto, como contraposición al
Estado-sociedad en las Políticas Estado. Es decir que se comenzó a ubicar a
Públicas y sus efectos en las formas la sociedad civil en contra del Estado repre-
de habilitación de agencias indígenas sivo, y con pretensiones de autonomía fren-
Las formas de relacionamiento entre Es- te al Estado y la sociedad política (De Piero,
tado y sociedad han ido mutando a través 2005). Tal como lo exponen diferentes in-
de los diferentes contextos históricos, po- vestigadores (De Piero y Gradin, 2015; Ruiz
líticos y sociales. Por la amplitud que esta del Ferrier, 2010; De Piero, 2005 y García
relación misma presenta, existen numero- Delgado, 2015), el concepto de sociedad ci-
sos y disímiles ejes desde los cuales iniciar vil cobró central importancia cerca de fines
su análisis. Atendiendo a esta complejidad, del siglo pasado por ser una época paradóji-
proponemos un recorte orientado a indagar camente signada por la ausencia de proyec-
en los contextos de producción de políticas tos populares transformadores, la crisis de
públicas en general y políticas indigenistas las ideologías hegemónicas del siglo XX, el
(como el ReTeCI) en particular. Desde esta individualismo y la amenaza de un crecien-
perspectiva, abordaremos la cuestión del te dualismo social. No obstante, De Piero

148
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

(2005; 2013) expone que es posible que esta realidad actual. Pero que, a la vez, es un pro-
contradicción o paradoja no fuera más que yecto político que tiene por objetivo la inter-
aparente, constituyendo dicha emergencia vención y transformación de la realidad de
de la temática de la sociedad civil, una espe- esa sociedad. De esta manera, nos acercamos
cie de respuesta a esta nueva dinámica. a una característica fundamental y de cen-
Desde una postura similar, García tral importancia para el entendimiento de la
Canclini (1995) argumenta que, en este sociedad civil: cuando se utiliza esta concep-
contexto de incertidumbres y paradojas, ción, se está frente a un concepto relacional.
la sociedad civil se convierte en una nueva En este sentido, Schedler (1996) expone que
“fuente de certezas”. Las certezas a las que “su fuerza, su forma, sus espacios de acción,
hace referencia el autor tienen que ver con todo ello queda vinculado con la actua-
la valoración que recae sobre la sociedad ci- ción del Estado. Quien habla de sociedad
vil cuando es entendida como un espacio civil, también tiene que hablar del Estado”
de articulación con posibilidad de generar (Schedler, 1996: 238). La centralidad de este
soluciones a diversos conflictos sociales o enfoque relacional radica en la explicitación
incluso individuales. No obstante, el autor y habilitación de cuestionamientos en torno
agrega que este es un concepto totalizador a qué tensiones y qué disputas están en juego
cuya finalidad apunta a la negación de las en esa relacionalidad y, a su vez, cuáles son
diferencias y particularidades de las voces los canales en los que se desarrollan las in-
que circulan por las naciones (García Can- teracciones entre Estado y sociedad (o entre
clini, 1995). Es decir que, en los múltiples Estado e indígenas), y qué formas específicas
usos y concepciones que circulan en torno a se pautan para ese relacionamiento.
qué es y cuál es el papel de la sociedad civil, Entonces, expuestas estas aproxima-
lejos de estar frente a una “fórmula mágica”, ciones en torno a qué nos referimos con el
estamos frente a una “fórmula vacía” (Le- concepto de sociedad civil, retomamos el
chner, 2002). Una fórmula que es invocada postulado inicial de que los modos de re-
en los discursos políticos, en las fundamen- lacionamiento entre Estado y sociedad civil
taciones de políticas, planes, programas y se ven afectados por los contextos políticos,
proyectos2 que operan en los diferentes ni- económicos y sociales. Así, presentamos un
veles estatales, como una categoría devenida recorrido por las diferentes matrices de re-
en “recurso simbólico” (Briones, 2007). lacionamiento que permitirán dilucidar las
A fines de aproximarnos al entendimien- mutaciones en las categorías de interpela-
to de la categoría de sociedad civil, reto- ción estatal a diferentes sectores de la socie-
maremos la lectura que Martínez Nogueira dad civil. Entre estos sectores, focalizamos
(2001; 2003) realiza de Gramsci, para ma- en los modos de interpelación a los indíge-
nifestar que este es un concepto complejo y nas y a los profesionales intervinientes en la
sofisticado que resulta útil para entender la ejecución de políticas indigenistas.

a. Matriz Estado céntrica: la


sociedad civil como “receptora”
2 Estos términos son utilizados aquí de manera
indiferenciada, ya que aluden todos ellos “a la
de Políticas Públicas
expresión de una voluntad de gobierno que Con anterioridad a la década del ´90, en la
orienta la acción institucional en pos de los Argentina, existía una matriz de relaciona-
bienes y servicios a brindar” (Bernazza, Longo miento entre Estado y sociedad entendida
y Comotto, 2015). como “Estado-céntrica” (Oszlak, 1999;
149
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

García Delgado, 2003 y 2006). Desde esta CSP). Como respuesta a las diferentes mo-
matriz, las políticas públicas en general y vilizaciones y reclamos indígenas de esta dé-
las políticas sociales en particular estaban cada, la cuestión indígena comienza a ganar
signadas por una forma universalista o cua- espacio y penetrar en la agenda política.
si universalista, empuñadas y gestionadas
desde el nivel nacional o centralizado de go- b. Matriz asistencialista-participativa:
bierno. De esta manera, las políticas sociales la sociedad como “gestora”
tenían un formato verticalista y centralizado Con la llegada de los años ´90, comienza a
que por lo general desconocía las particu- abandonarse la antigua matriz Estado-cén-
laridades de los lugares donde se aplicaba trica, dando lugar a nuevas formas de rela-
dicha política. Esta modalidad, se conoce cionamiento entre el Estado y la sociedad
en los contextos de ejecución como “progra- que tuvieron como característica principal
mas enlatados”. Esta expresión es utilizada la incorporación de instancias sub-nacio-
en ámbitos estatales de gestión de políticas nales y de nuevos actores (Oszlak, 2000;
para dar cuenta de aquellos planes o progra- Rofman y Foglia, 2015). Este nuevo modo
mas que se formulan de manera centraliza- de relacionamiento se repitió también en las
da a nivel nacional, y que luego se intentan políticas sociales que, con el advenimiento
aplicar a niveles locales, sin posibilidad de del neoliberalismo, comenzaron a transi-
modificación para atender a las particulari- tar un proceso de desuniversalización y de
dades de cada caso. En general, tienden a asistencialización (Andrenacci y Repetto,
ser homogeneizadores, reproductores de la 2006). Proceso que, en líneas generales,
dicotomía “centro-periferia” y demuestran consistió en la progresiva desregulación del
un alto grado de desconocimiento de par- mercado de trabajo y el posterior alejamien-
te de quienes lo idearon sobre las diferen- to del Estado en este sector. Como exponen
cias y particularidades de cada provincia y diferentes investigadores (García Delgado,
localidad. 2015; Rofman y Foglia, 2015) al profundi-
En este contexto, previo a los ´90, la zarse las reformas propuestas por el neolibe-
sociedad no participaba en el proceso de ralismo, las políticas sociales centrales fue-
conformación de políticas públicas y, por ron aquellas asistencialistas, que tenían por
ende, las mismas eran aplicadas sin consul- objetivo la atención y la disminución de los
ta, intercambio o interacción con la socie- efectos producidos por esa restructuración
dad. Es decir, que la sociedad era vista sólo económica.
como receptora de las políticas universales y En el marco de estas políticas asisten-
centralizadas. Sólo en algunas cuestiones es- cialistas, otra noción comienza a ser clave:
pecíficas como la problemática indígena, sus esta es la de focalización. Principalmente
organizaciones o representantes eran interpe- la focalización se asoció a la necesidad de
lados desde la figura del “referente”. En este identificación de los sectores en “extrema
marco, dicho modo de interpelación respon- pobreza”, diferenciándolos del sector más
día al interés de que estos referentes orien- amplio de personas “con necesidades básicas
taran al Estado sobre qué cuestiones reque- insatisfechas”. Este protagonismo cobrado
rían ser atendidas. En este sentido y durante por la noción de focalización comienza a ser
este contexto, la problemática indígena era compartido con la noción de “participación
atendida de manera secundaria, y no como ciudadana”, funcionando la necesidad de fo-
una política pública definida como una cues- calización como una especie de motor de este
tión socialmente problematizada (en adelante, tipo de participación. Es decir que a raíz de
150
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

la preocupación estatal por la identificación a penetrar en nuevos momentos del proceso


de aquellas personas que se encontraban con de conformación de políticas públicas. Es
mayor grado de necesidades dentro del gran decir que la sociedad civil comenzó a ocupar
panorama de necesitados del país, aumentó y disputar roles y espacios en los momentos
la escucha a diferentes organizaciones socia- de gestión de los diferentes planes y progra-
les, a la vez que se produjo una apertura de mas. No obstante, esta participación de los
espacios de intervención de la sociedad y sus sectores locales en la implementación de las
organizaciones para la gestión de los diferen- políticas, aún en este momento las etapas de
tes planes, programas y proyectos. diseño y planificación, continuaron centrali-
En este punto se advierte una diferencia zados en el Estado nacional o provincial en
significativa respecto del contexto anterior. algunos casos.
En los ´80, hemos mencionado un contex- Entonces, si las políticas universales de
to de implementación de políticas públicas décadas anteriores se apoyaban en una es-
centralizadas que, salvo algunas excepciones, tructura vertical y centralizada, en este nue-
no contaron con participación de organiza- vo contexto, se produjo una ampliación del
ciones o representantes de la sociedad civil. marco institucional por la incorporación de
En el contexto instaurado en los años ´90, otros actores que, al menos discursivamente,
la necesidad de focalizar las políticas públi- sostenían cierto interés e inclinación hacia
cas llevó no sólo a fomentar la participación, la horizontalidad de las políticas públicas.
sino también a abrir nuevas modalidades de Así, esta matriz de relación Estado-sociedad
la misma en la implementación de esas po- adopta la denominación de asistencialista-
líticas públicas, amparadas bajo diferentes participativa (García Delgado y De Piero,
supuestos. Entre estos supuestos remarca- 2001) y emergió como producto de la rees-
mos aquel que concibe que la sociedad civil tructuración neoliberal. Desde este contexto
a través de sus organizaciones y referentes en el cual se multiplicaron los programas
ayudarían a delimitar a las poblaciones ob- asistenciales, se fomentó la convocatoria de
jetivo, gracias a su gran inserción social y diferentes actores sociales para su interven-
territorial. En este sentido, las políticas de ción directa en el proceso de gestión de po-
regulación y de universalización del periodo líticas públicas. De esta manera, se provocó
anterior se reconvirtieron a programas asis- una ampliación del marco institucional de
tenciales y focalizados. Esta reconversión gestión de las políticas públicas, en el cual
tuvo un doble efecto en el relacionamiento la sociedad comenzó a formar parte, de una
entre el Estado y la sociedad permitiendo manera constante pero con ciertas restriccio-
la incorporación del capital privado en la nes de acción, principalmente en el marco de
provisión de bienes y servicios sociales y fa- ejecución de programas sociales. Al respecto,
cilitando la participación a otros sectores y Rofman y Foglia (2015:47) mencionan que:
actores de la sociedad.
estas modalidades de interacción entre la so-
En este marco, la des-universalización de
ciedad y el Estado se presentaban, como ex-
las políticas públicas, conllevó a la necesi-
presión principal de la participación ciudada-
dad de participación también de instancias
na configurando así un marco interpretativo
municipales y provinciales que contribuye-
que definía al sistema de política social como
ran a la focalización de las políticas, por ser
un conjunto de programas compensatorios, y
referentes estatales con conocimiento de la
asimilaba la noción de ciudadanía con la de
realidad social del territorio. En este contex-
sociedad civil organizada.
to, la participación de la sociedad comienza

151
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

En este sentido, la selección e incorporación ren que se diga, qué disputas están en juego
de asociaciones comunitarias en instancias y a través de qué canales debe conducirse ese
de participación en la estructura estatal, fun- “decir algo”. De esta manera, más allá de las
cionaron como agentes de descentralización limitaciones que presentan las diferentes for-
de las políticas (Manzano, 2004). Esta des- mas y categorías de interpelación estatal, se
centralización buscaba dar una respuesta que torna necesario alejarse de las dicotomías entre
no requiriera inversiones económicas (por dominación y resistencia, para dar lugar y vi-
ejemplo, el pago de sueldos a “técnicos” esta- sibilizar las diferentes formas en que la agencia
tales). Es decir, era concebida como una so- indígena se ha expresado y expresa en estos
lución menos costosa para las intervenciones contextos.
estatales en un contexto de pobreza y exclu-
sión (Castel, 1997). Dentro de este panora- c. La crisis del 2001: inflexión en la
ma de la política social de la década del ´90, relación entre el Estado y la sociedad
las políticas indigenistas también se vieron Un nuevo cambio en los modos de relaciona-
influenciadas por esta forma de relaciona- miento entre Estado y sociedad tuvo lugar en
miento. En este punto, las organizaciones y el año 2001 a raíz de la crisis política, econó-
representantes indígenas fueron interpelados mica y social que explotó en diciembre de ese
desde un nuevo rol: como gestores o consul- año. Tal como lo exponen Lazzari, Rodríguez
tores (Briones, Cañuqueo, Kropff, Leuman, y Papazian (2015: 59), esta crisis generó entre
2007). Esta forma de interpelación no fue otras consecuencias “una interpelación nacio-
solamente estatal, sino que operó también en nalista en clave estatal posneoliberal”, la cual
los diversos programas con financiamientos ha promovido dispares mecanismos de partici-
provenientes de ONG u Organismo Multi- pación y auto-responsabilización en el marco
laterales de Desarrollo (en adelante, OMD). de la gestión de las relaciones sociales, afectado
De esta manera, los indígenas comenzaron a por “una extendida crisis moral (económica,
participar gestionando y siendo consultados política y cultural)” (2015: 59).
por diferentes programas sociales. Al respec- Durante estos años de crisis, surgieron ex-
to de esta forma de interpelación, retoma- presiones autónomas desde la ciudadanía que
remos la lectura que Briones, Cañuqueo, posteriormente se articularon en demandas y
Kropff y Leuman (2007) realizan de Rose exigencias frente a la situación de emergencia.
(1997) para explicitar que: Algunas de las cuales llegaron incluso a redi-
el lenguaje de los derechos habilita que los ciu- rigir sus propuestas hacia la intervención en
dadanos representados se narren a sí mismos la reorientación de las acciones estatales y sus
como individuos autónomos que cuestionan políticas. Es decir que se produjo una recon-
anteriores relaciones tutelares por ser degra- figuración parcial del modelo de participa-
dantes para su autonomía, y exigen poder decir ción expuesto para la década anterior. Según
algo respecto a las decisiones que afectaban sus lo exponen Rofman y Foglia (2015) esta re-
vidas (Briones, Cañuqueo, Kropff y Leuman, configuración fue parcial porque se mantuvo
2007: 268). el entramado institucional que ubicaba a las
organizaciones de base territorial como eslabo-
Este “poder decir algo”, resulta sugerente para nes últimos del proceso de gestión de los pro-
examinar cuáles son las verdaderas posibili- gramas sociales. A la vez que sólo se reconfi-
dades de habla de los participantes dentro de guró el formato de las políticas que apuntaron
este contexto. Es decir, qué es lo que se puede a desarrollar el trabajo y la trama económica
decir, lo que se quiere decir, lo que otros quie- barrial, en vez de distribuir prestaciones asis-
152
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

tencialistas. Además de lo anterior, la genera- En primer lugar, se abandonó la idea de fo-


ción de articulaciones territoriales fortaleció a calización de las políticas para dar lugar a la
agrupaciones y dirigentes populares compro- noción de masificación. Esta idea de masifi-
metidos políticamente. cación se relacionó a la creación de progra-
En este periodo, comenzaron a tomar mas amplios que abarcaron diferentes pro-
mayor centralidad los mencionados con- blemáticas como temas vinculados con el
ceptos de participación y auto-responsabili- empleo formal e informal, la atención de las
zación, los cuales se vieron reflejados en los cuestiones alimentarias, la promoción de la
diferentes procesos de conformación y eje- familia, el microcrédito y la economía social
cución de políticas públicas. En este sentido, y la inclusión de los jóvenes y adolescentes
y retomando la relación de estos contextos (De Piero y Gradin, 2015). Estos programas
diferenciales con la cuestión indígena, ve- buscaban ampliar la cantidad de sectores so-
mos que en este marco se articuló un indi- ciales a los que estaban destinados con an-
genismo de “necesidad y urgencia” (Lenton terioridad. En segundo lugar, este giro tam-
y Lorenzetti, 2005) que terminó por conso- bién se evidenció en la atención de nuevas
lidarse con la sanción de la política pública problemáticas que pasaron a ser cuestiones
objeto de este artículo de investigación. Es socialmente problematizadas como el desa-
decir que esta política pública se gestó con el rrollo productivo, la promoción del desa-
objetivo de atender a cuestiones socialmente rrollo local y el consumo, entre otros. Tal
problematizadas. Entre ellas, la escasez de te- como lo exponen Cortes y Kessler (2013),
rritorios para las comunidades indígenas, los si bien a lo largo de los tres periodos pre-
desalojos y situaciones de violencia vivencia- sidenciales kirchneristas continuaron siendo
das por entonces y, siguiendo a las autoras, desplegados programas asistenciales y enla-
el avance de los frentes extractivistas y de tados, uno de los cambios más significativos
la agroindustria. Entonces, participación y fue el evidenciado en el núcleo de la política
auto-responsabilización, se tornan centrales social, que a nivel nacional se reorientó para
en las políticas sociales y en las políticas in- superar esos viejos formatos. Sumado a lo
digenistas, también, principalmente relacio- anterior, se adoptaron también mecanismos
nadas al objetivo de hacer frente a un Estado participativos para los programas de promo-
ausente e incapaz de resolver estas proble- ción del trabajo auto-gestionado, en progra-
máticas sin la participación y asistencia de mas de seguridad, programas de defensa de
diferentes actores y organizaciones al Estado. derechos, convocando y articulando para
Además de lo anterior, la desconfianza gene- esto con organizaciones de la sociedad civil
ralizada desde la sociedad sobre el accionar (Rofman y Foglia, 2015).
estatal funcionó como motor del involucra- No obstante, estas reorientaciones y el
miento y participación, a modo de monito- aumento de la participación de la sociedad
reo, garantía o revisión de su accionar. durante los primeros años de gobierno kir-
chnerista, dentro de las políticas y programas
d. Matriz de “interacción” la misma siguió estando en la estructura de
entre el Estado y la sociedad gestión de las políticas sociales. Estas polí-
Luego de la asunción presidencial de Nés- ticas siguieron organizándose en base a una
tor Kirchner en 2003 en la Argentina, las estructura de articulación multi-actoral,
políticas públicas y principalmente las polí- pero principalmente en el nivel local de im-
ticas sociales tuvieron un nuevo giro que se plementación. Esta forma de trabajo multi-
materializó en diferentes reconfiguraciones. actoral, tomó diversas formas según los di-

153
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

ferentes contextos y estructuras locales. Esta también ha sido interpelado a participar


multiplicidad de experiencias se agrupa, en de las políticas indigenistas. Como abor-
general, bajo el rótulo de participación ciu- daremos en las líneas que siguen, esta par-
dadana, siendo este un concepto que alude ticipación en políticas públicas se relaciona
a los diferentes modos en que los ciudada- con la adecuación que las instituciones y
nos son interpelados para formar parte de los agencias estatales realizaran a las normativas
procesos de gestión de políticas públicas. vigentes para que se garantizara y fomenta-
En este punto, la participación de la so- ra la participación indígena en las políticas
ciedad comienza a penetrar en instancias de que los involucran. Es decir que la garantía
proyección, de propuesta y de planificación de participación indígena, a diferencia de
de políticas, planes y programas. Como se la participación ciudadana en general, está
desprende del análisis de la letra de diferen- reconocida constitucionalmente. A su vez,
tes normativas y programas estatales y de la es necesario remarcar que estas formas de
observación de su práctica, diferentes figuras participación y los modos de interpelación
comienzan a aparecer en escena: asistentes estatal son producto del accionar de la agen-
técnicos, monitores, cuidadores, coordina- cia indígena y de sus demandas y no derivan
dores, representantes, etcétera. Estas figuras sólo de una voluntad política de ampliación
se articulan, a su vez, en diferentes fórmulas de interlocutores.
para el diálogo y la participación (Bernaz- A la luz de todo lo expuesto hasta aquí, la
za, Longo y Comotto, 2015) como foros, Ley 26.160 y al ReTeCI deben ser analizados
asambleas, mesas de concertación, grupos y entendidos como políticas públicas parti-
de trabajo, redes de gestión asociada, entre cipativas, inmersas en un particular modelo
otros. Es decir que, en este nuevo marco, las de gestión estatal. Además, estas políticas
formas de interpelación estatal a la sociedad indigenistas participativas tienen la particu-
vuelven a modificarse, a la vez que comien- laridad de contar con financiamiento estatal
zan a institucionalizarse nuevos espacios de para su ejecución. Al respecto, mencionare-
interpelación e interacción de la sociedad mos que además de las formas conceptuales
con el Estado. Esta institucionalización de de interpelación mencionadas anteriormen-
la matriz de interacción entre Estado y so- te, para el caso de las políticas indigenistas,
ciedad comienza a materializarse en ámbitos se suma aquí la figura o rol del “asistente
nacionales, pero principalmente en ámbitos cultural” o “asistente técnico”, con el objeti-
provinciales y locales. En este sentido, reto- vo de asistir a los profesionales no indígenas
maremos un aspecto central presentado para intervinientes en las cuestiones que refieren a
la década del ´90, aunque esta vez relacio- la su cultura.
nado a un proceso de institucionalización Recapitulando lo expuesto hasta el mo-
de la participación: la regulación de parte mento, entendemos que masificación, interac-
de las instituciones estatales que establecen ción, institucionalización, asistencia/acompa-
los canales y mecanismos de ejercicio de la ñamiento al Estado y participación ciudadana
participación. fueron los conceptos clave de este periodo del
Así como diferentes sectores de la so- pasado reciente. Estos conceptos se reflejaron
ciedad comenzaron a ser interpelados y han en los discursos políticos, en los textos de las
ganado espacios hacia el interior del aparato diferentes normativas y en las metodologías
estatal para participar de diferentes maneras de trabajo y planificación en terreno, durante
en las etapas de conformación de algunas los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina
políticas sociales, el movimiento indígena Fernández.

154
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

2. Participación Ciudadana: esta intencionalidad gubernamental de pro-


definiciones, supuestos y riesgos fundizar su interacción con la sociedad civil y
de absorber sus demandas y exigencias, desde
Como hemos mencionado anteriormente, en
diferentes agencias estatales se ha promovido
la última década, la noción de participación
la inclusión social y el desarrollo local creando
ha sido redefinida (Cardarelli y Rosenfeld,
instancias de “participación ciudadana”. A la
2002; Arroyo, 2009). Ya en 2004, desde el
vez, se buscó la institucionalización de estas
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación
instancias de involucramiento y participación,
(MDSN) se profundizaron los cuestionamien-
para obtener resultados concretos en el diseño,
tos al paradigma neoliberal para posicionarse,
en la proyección y ejecución de políticas so-
según lo expuso dicho ministerio en su sitio
ciales de la sociedad civil en su conjunto (De
WEB y en diversos instrumentos de divulga-
Piero, 2005; García Delgado, 2003).
ción, “en un camino diametralmente opues-
Para ordenar el análisis propuesto, intro-
to”. De esta manera, se retornaron categorías
duciremos una definición orientadora del
de análisis como “Estado fuerte”, “participa-
concepto de participación ciudadana, a fin de
ción”, “organización”, “políticas integrales”,
proceder luego a indagar en algunas de sus
entre otras, que pasaron a ser distintivas del
particularidades e implicancias. Entonces,
periodo kirchnerista (2003-2015).
entendemos que la noción de participación
Desde estas perspectivas, el Ministerio
ciudadana es amplia, e incluye una gran di-
de Desarrollo Social comenzó a pensar inte-
versidad de modalidades de intervención de
gralmente al territorio nacional a partir de
los ciudadanos en los procesos de conforma-
la propuesta de formar una “Red Federal de
ción y ejecución de políticas públicas. Desde
Políticas Sociales”, cuyos objetivos fueron,
esta perspectiva, a través de la conceptualiza-
entre otros, hacer más eficiente la atención de
ción de la participación ciudadana se busca
emergencias, promover la integración social,
contemplar la heterogeneidad del universo
e impulsar el desarrollo y los lazos comuni-
de actores sociales, tanto como la variedad de
tarios fortaleciendo procesos asociativos, par-
campos de política en las diferentes instancias
ticipativos e interinstitucionales (Ministerio
de desarrollo de una política pública.
de Desarrollo Social de la Nación, 2007). En
A partir de esta definición orientadora,
este contexto, desde el gobierno nacional de
entendemos que a la vez que se reconoce la
Néstor Kirchner, se manifestó la importan-
heterogeneidad de aquellos sectores de la so-
cia y necesidad de una mayor articulación y
ciedad civil interpelados por este concepto, se
profundización de la relación entre el Estado
produce una homogeneización de las formas
y la sociedad civil. En esta configuración del
y canales validados para regularizar o norma-
modelo de desarrollo, se establecieron con-
lizar esa participación. En relación a lo ante-
juntos de actores predominantes, sin dejar
rior, introduciremos algunas reflexiones sobre
de lado tensiones y conflictos que moldearon
las implicancias de la participación ciudada-
la relación con el Estado. Al respecto, García
na, desnaturalizando y visibilizando algunos
Delgado (2003) expone que en cada país de
supuestos subyacentes a ella, los cuales se en-
la región latinoamericana diferentes colectivos
cuentran arraigados en lo que Briones (2007)
sociales encabezaron múltiples procesos de
distingue como un “sentido común cívico”.
movilización social y de acrecentamiento de
A continuación, introduciremos un lista-
la participación política en sociedades signa-
do de particularidades, supuestos e idealiza-
das por la crisis de representación y de legi-
ciones en torno a la participación ciudadana,
timación que acompañó la crisis del modelo
el cual ha sido elaborado luego del análisis de
neoliberal. Es decir que, en consonancia con
155
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

la implementación de diferentes políticas, pla- tado3. Por ejemplo, una metodología común
nes y programas enunciados en estos términos es la rotación de roles (moderación, propuesta
participativos. Lo anterior ha sido relacionado de temas y tiempos disponibles, realización de
con el análisis de materiales de divulgación, actas, etcétera), en los espacios de reunión y
informes de gestión, entrevistas a diferentes trabajo. No obstante, esta metodología, por lo
funcionarios y empleados estatales, instruc- general, la palabra de la persona que detenta el
tivos de aplicación, y con diferentes aportes poder o, en este caso, el representante estatal
teóricos. suele tener mayor validez. En efecto, frecuen-
El primer supuesto erigido alrededor de temente los argumentos relacionados al presu-
esta noción y de las prácticas participativas su- puesto, a los tiempos de rendición, etcétera,
pone una idea de ampliación de la esfera pú- operan explícita o implícitamente en las opi-
blica, a la vez que también supone una amplia- niones del resto de los participantes. Ejemplos
ción de la ciudadanía, a través de la apertura de estas situaciones se manifiestan en la prácti-
e intervención de la sociedad en parte de las ca cotidiana estatal.
decisiones públicas que los afectan. Por el cuarto supuesto, entendemos que
El segundo supuesto, supone a la partici- la participación ciudadana pareciera disponer
pación ciudadana como una instancia supe- (por lo menos a simple vista) de mayor legiti-
radora de las limitaciones de la democracia midad que otras instancias de representación,
representativa. Es decir que se supone que a ya que es vista como una forma genuina para
través de las diferentes instancias de partici- la expresión de los puntos de vistas de diferen-
pación ciudadana se habilitan espacios para tes sectores de la sociedad. Este supuesto de
la expresión de intereses de los sectores menos genuina representación encuentra sustento en
poderosos. Esto se evidencia en la reiterada ex-
presión, en los fundamentos de los diferentes
proyectos y programas, de crear políticas pú-
3 Retomaremos las características o dificultades
blicas “de abajo hacia arriba”.
que por lo general afloran en los “trabajos de
El tercer supuesto, consiste en el ideal de
gestión”, las cuales ya hemos analizado en otra
horizontalidad. Respecto a este supuesto en-
oportunidad (Guiñazu, 2016): presupuesto
tendemos que en términos de prácticas políti-
acotado; tiempos escasos para trabajo en “te-
cas y de gestión, lo que se busca es abandonar
rreno” y producción, interpretación y elabora-
los modelos de gestión jerárquicos, para adop-
ción de resultados; necesidad de presentación
tar modelos más horizontales y coordinados
de resultados estandarizados; corresponden-
entre los diferentes actores involucrados. En las
cia con las agendas y tiempos institucionales
dinámicas de trabajo participativas observadas
y/o políticos; y atención de emergentes que
y analizadas, hemos advertido que, si bien esta
dificultan la concreción de lo planificado en
búsqueda de horizontalidad es enunciada y
tiempo y forma. Estas características contri-
puede estar guiando las formas de trabajo que
buyen a que, más allá de la voluntad explíci-
se denominan “en territorio”, finalmente la
ta de las instituciones y de los profesionales
disparidad de jerarquías termina aflorando de
intervinientes en generar y profundizar las
igual manera por algunas de las características
instancias y formas de intercambio, la realiza-
que tiene el desempeño profesional en el Es-
ción de capacitaciones internas, etcétera”, en
ocasiones, la dinámica estatal excede estas vo-
luntades, y si de apurar procesos de trata, por
lo general, las directivas operan en detrimento
de las voces de aquellos que “participan”.
156
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

la conjeturada escasez de mediación entre Es- nes4 de políticas, planes y programas estatales.
tado y sociedad, de manera tal que se evitaría Este supuesto se relaciona a la creencia en la
la ambigüedad de los intereses de la sociedad transparencia y honestidad de la sociedad y sus
(Perelmiter, 2007). organizaciones.
Una cuestión se torna central aquí y es Entonces, con esta introducción de las
la de la representación. Con ello hacemos idealizaciones y supuestos que operan en las
referencia a repensar los medios y las formas enunciaciones sobre la participación ciudada-
mediante las cuales se convoca a los represen- na, o simplemente sobre la “participación” de
tantes. Es decir, a quiénes se convoca, cómo y la sociedad en el Estado y el desarrollo de sus
de qué manera se los convoca, y principalmen- políticas públicas, se entiende que esta partici-
te cómo afectan las formas que adquiere esta pación estaría implicando cierto “control” de
convocatoria a los espacios de participación. parte de la sociedad sobre las problemáticas
En las diferentes experiencias transitadas en públicas (De Piero, 2005). Pero, este discurso
gestión de políticas públicas, hemos observa- que presenta el lado beneficioso y amigable de
do que estas convocatorias suelen restringirse la participación disimula algunas limitaciones
a aquellas organizaciones o representantes que y eventuales peligros de la misma y que, hasta
están con mayor cercanía al Estado. Es decir aquí, hemos mencionado sólo de modo sutil.
que, si bien discursivamente las convocatorias Por ejemplo, en estas prácticas de convocato-
son abiertas, desde las dependencias estatales se ria, participación e interacción entre Estado y
decide a quiénes convocar, o con quiénes tener sociedad, se visualizan tanto la intención de
mayor insistencia para la participación y con normalización estatal, como el encauzamiento
quiénes no. En relación al supuesto anterior, de las formas de exigencia, acción y presión
encuentro aquel otro que idealiza a las organi- al Estado. Referimos también a los peligros
zaciones de la sociedad civil al considerar que de la auto-responsabilización que recae sobre
estas mantienen un fuerte compromiso con los actores participantes en torno a los resul-
la sociedad en general. Un compromiso que tados, posibles errores de ejecución, demoras
no se encontraría “contaminado” por intere- en los desembolsos por falta de acuerdos y por
ses políticos, estatales o sindicales, es decir que rendiciones de fondos que no se ajusten a los
se concibe a la sociedad civil como separada estándares estatales. Incluso, como ejemplos
de los vicios y estructuras políticas y estatales. de estos peligros, mencionaremos que en la
Cuando esta separación deja de ser evidente ejecución de diferentes programas y puntual-
comienzan a recaer sospechas de clientelismo, mente del ReTeCI, hemos observado que lue-
cooptación, compra, etcétera, sobre quienes go de una seguidilla de experiencias fallidas en
participan. las tareas de rendición, de presupuestos, o de
En sexto lugar, mencionaremos aquel su- aquellas que implican la continuidad o desem-
puesto en torno al mejoramiento de la ges-
tión estatal, a través de la contribución de la
sociedad en la reforma estatal con el objetivo
4 En las “fundamentaciones” que aquí men-
de mejorar su desempeño, incrementar su efi-
cionamos, se evidencian acciones de “copiar
ciencia y principalmente, aportar transparen-
y pegar” entre diferentes PPyP. Estas acciones
cia a la acción estatal. Estos argumentos están
están demostrando la necesidad de exponer
vigentes y son retomados principalmente por
un discurso políticamente correcto de modo
ONG, por organismos multilaterales de crédi-
de desempeño y ejecución de PPyP que, por
tos y son reproducidos en las fundamentacio-
lo general, no se corresponde tanto en la prác-
tica concreta de esos instrumentos.
157
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

bolsos de dinero, se acuerda su realización por ción, presentaremos y describiremos la letra


parte del técnico o representante estatal, dejan- de la Ley, el ReTeCI y sus prácticas para dar
do de rotar esos roles. Entonces, nuevamente cuenta de la presencia en estas normativas de
más allá de la idea de horizontalidad, vuelve la mencionada lógica de gestión estatal. Esta
a haber cierta centralización o verticalidad de lógica puede ser advertida en los diferentes
tareas en el Estado porque los riesgos de auto- procesos de descentralización y de focaliza-
responsabilizarse son altos. Sobre todo cuando ción previstos, a la vez que en las instancias de
el discurso estatal frente a estas fallas pasa a participación contempladas para su ejecución
responsabilizar a las instancias participativas. y en los efectos de auto-responsabilización en
Con todo lo expuesto hasta el momen- torno a los resultados alcanzados.
to, entendemos que estos ámbitos de parti-
cipación ciudadana son ámbitos de acción y 3.1. La letra de la Ley 26.160
participación que en gran medida están regu- Impulsada desde el Ministerio de Desarrollo
lados, controlados y a la vez, aceptados esta- Social, el 1º de noviembre del año 2006, se
talmente. Es decir, hay un estilo prescriptivo sanciona la Ley de Emergencia Territorial, en
de las formas de participación que no logra relación a los territorios de los pueblos origi-
corresponderse con los discursos de búsqueda narios. Esta Ley fue promulgada el 23 de no-
y generación de “políticas públicas hechas de viembre del mismo año. En su Artículo 1º de-
abajo hacia arriba”, o con la idea de “co-cons- clara: “la emergencia en materia de posesión y
trucción” de políticas, o con los supuestos de propiedad de las tierras que tradicionalmente
horizontalidad, etcétera. Todas estas frases en- ocupan las comunidades indígenas originarias
comilladas sobrevienen, entonces, en fórmulas del país” (Ley Nacional 26.160, Art. 1º). Ade-
repetidas en las letras de diferentes PPyP. No más, en su Artículo Nº 2, la Ley suspende los
obstante, estas limitaciones o peligros, serán desalojos de las comunidades indígenas. Esta
mayores o menores según de qué manera esos declaración de emergencia territorial y la sub-
espacios sean transitados. Es decir, depen- siguiente suspensión de los desalojos, fueron
diendo del posicionamiento y compromiso de los puntapiés iniciales necesarios para estable-
quiénes ocupan los roles de representantes de cer un freno ante los atropellos, desalojos y he-
las organizaciones de la sociedad tanto como chos de violencia sufridos por las comunida-
de quiénes ocupan los diferentes roles estata- des indígenas en todo el país. Como sumatoria
les. Un posicionamiento que, de todos modos, a este freno, se estableció en el Artículo 3º, la
remite nuevamente a la mencionada cuestión necesidad de conocer la realidad socio/terri-
de la auto-responsabilización, como vía de es- torial actual de las comunidades originarias
cape a las coerciones y prescripciones estatales. de todo el país. Para cumplir con este interés
cognoscitivo, la Ley ordenó la realización de
3. El ReTeCI como Política un relevamiento de alcance nacional, estable-
Pública Participativa ciendo un dispositivo de relevamiento y cuan-
En el apartado anterior, hemos expuesto los tificación de las comunidades originarias, a la
diferentes modos de relación entre Estado y vez que establece un cambio significativo en
sociedad operantes en las últimas décadas, a relación a las políticas indigenistas anteriores.
fines de contextualizar el contexto en el cual Este cambio tiene que ver con la designación
se gesta a la Ley 26.160 y su relevamiento, en- de un presupuesto con financiamiento propio
marcando sus postulados, prácticas y formas para llevar a cabo el relevamiento propuesto.
de ejecución en aquellos procedimientos de las De esta manera, comenzaba a delinearse
políticas públicas participativas. A continua- esta política pública que en su letra y norma-

158
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

tiva establecía sólo algunos pocos lineamien- dos al INAI y en instancias de intercambio
tos, utilizando para ello nociones ambiguas con el personal del INAI.
o sin definición concreta que generaron dis- En algunos casos, las autoridades provin-
cusiones en torno a las formas a través de las ciales se negaron a iniciar el diálogo con el INAI
cuales llevar a cabo el relevamiento propuesto para establecer las modalidades de ejecución,
y, principalmente, en torno a sus limitaciones manifestando desinterés y descompromiso por
y alcances. Esta es una Ley que, debido a su atender a la cuestión indígena provincial. Las
carácter de orden público, cuenta con obliga- provincias que se negaron a ejecutar el ReTeCI
toriedad de cumplimiento en todo el territorio son mayormente aquellas que presentaban un
nacional. Para llevar a cabo la ejecución de esta alto grado de conflictividad y enfrentamiento
política, el Consejo de Participación Indígena con las comunidades originarias. Por este mo-
(en adelante, CPI) y el Instituto Nacional de tivo, muchas de estas comunidades se movi-
Asuntos Indígenas (en adelante, INAI) dieron lizaron, exigiendo e ideando alternativas para
forma al programa nacional de Relevamiento poder dar cumplimiento al ReTeCI. Entre es-
Territorial de Comunidades Indígenas (ReTe- tas alternativas se destaca la solicitud de una
CI). Atendiendo a un objetivo de descentrali- ejecución centralizada, es decir, una ejecución
zación, se previó la conformación de Unida- que ante la falta de conformación de un ETO
des Ejecutoras Provinciales (en adelante, UP), provincial, sea realizada por un equipo técni-
integradas tanto por representantes del Poder co del INAI. Ejemplos de esta modalidad se
Ejecutivo provincial, como de las comunida- encuentran en comunidades en las provincias
des originarias, y por un Equipo Técnico Ope- argentinas de Neuquén, Formosa, Misiones y
rativo (en adelante, ETO). Entonces, más allá San Luis, entre otras.
del alcance nacional establecido para esta Ley, Esta figura de ejecución centralizada se
y atendiendo al objetivo de descentralización, presentó también en otras provincias, pero
cada provincia tenía las facultades para iniciar impulsadas por motivos diferentes. Para el
el relevamiento de manera independiente. caso de Córdoba se debió a la escasa cantidad
Esta modalidad de ejecución generó contras- de comunidades registradas, lo cual según se
tes e inconvenientes en relación al inicio del expone en los informes de gestión “no justifi-
relevamiento. Incluso, acercándose el inicial ca la convocatoria y financiación de un ETO
plazo de finalización establecido de vigencia provincial”. En otros casos, las provincias
de la Ley, una cantidad considerable de pro- acordaron con el INAI la ejecución centraliza-
vincias aún no había presentado ningún tipo da de todo el relevamiento provincial. Así fue
de resultado de ejecución. Atendiendo a este en los casos de Catamarca, Salta, Entre Ríos,
dispar contexto se dispuso la primera prórroga San Juan, La Pampa y Tierra del Fuego. Para el
de la Ley, tanto para dar continuidad (y finali- caso de La Rioja, como no se disponían de da-
zación) a los relevamientos ya iniciados, como tos de comunidades registradas en el Registro
para darle inicio en aquellas provincias que Nacional de Comunidades Indígenas (RENA-
aún no lo habían comenzado. Esta dinámica CI), se demoró el inicio hasta que se estable-
diferencial entre provincias se debió a los dis- ciera un proceso de organización comunitaria.
pares contextos políticos, sociales y económi- Según se ha explicitado en reuniones de
cos provinciales. Agruparemos aquí, en líneas técnicos del INAI y ETOs provinciales para
generales, las principales motivaciones que socializar el estado de situación de la Ley, al-
derivaron en la inejecución o demoras en el gunas provincias que habían iniciado el rele-
ReTeCI, según se expuso en los informes de vamiento, revelaron una ejecución “indebida
gestión de las diferentes provincias presenta- y arbitraria”, debido a que el proceso se rea-

159
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

lizó “repartiendo los papeles y cuestionarios Diferentes versiones del programa se pu-
en las comunidades y apurándolas a que los sieron a consideración de los representantes
entreguen completos lo antes posible”5. Ante indígenas nucleados en el Consejo de Partici-
este escenario, se dispuso la intervención del pación Indígena (CPI), y finalmente, fue en
equipo centralizado del INAI, con el fin de el marco del Segundo Encuentro Nacional
monitorear la correcta ejecución del ReTeCI. del CPI, ocurrido en marzo del 2007, que se
Para el caso de Mendoza, se registró que aprobó la versión final del ReTeCI, luego de
la negativa provincial para dar inicio a la eje- jornadas de trabajo en las cuales se expusie-
cución del ReTeCI se debía a la incoherencia ron, evaluaron y debatieron los procedimien-
o incompatibilidad con otras leyes vigentes o tos técnicos y la metodología para la imple-
en ejecución. Por último, algunas otras pro- mentación del relevamiento. En este marco
vincias, como el caso de Rio Negro, habían de consulta y trabajo conjunto entre Estado,
llegado a esta fecha de finalización con algunas representantes indígenas y comunidades, acor-
pocas comunidades relevadas, y otras Carpetas daron cuestiones centrales para la forma que
Técnicas en proceso. tomó el programa de relevamiento. Por un
lado, se acordó la mencionada conformación
3.2. La ordenación del ReTeCI: de ETOs provinciales para ejecutar el ReTeCI.
objetivos, límites y alcances Por otro lado, se acordó la articulación de este
Las provincias argentinas que dieron inicio al programa con el programa de Fortalecimiento
relevamiento lo hicieron siguiendo los linea- Comunitario (PFC)6 y la reglamentación de la
mientos establecidos por el INAI en sus ins- Ley 26.160.
tructivos y en las instancias de capacitación Resueltas y reglamentadas las formas del
inicial. Atendiendo a ellos, se dio inicio a un ReTeCI, desde el INAI se estableció y se plas-
relevamiento informativo que, más allá de lo mó en el Manual del relevamiento que uno de
que se expone en la reglamentación de la Ley, sus principales intereses es garantizar el reco-
hasta el momento, no brinda garantía de re- nocimiento de la posesión y propiedad comu-
conocimiento de la propiedad del territorio a nitaria que tradicionalmente ocupan las co-
la comunidad que lo habita y construye coti-
dianamente. En efecto, un problema común
entre las comunidades originarias del país es el 6 Resolución del INAI 235/04, la cual especi-
acceso al territorio. Esta problemática territo- fica que su objetivo es acompañar a las Co-
rial se manifiesta de diferentes maneras como, munidades Indígenas en todas las acciones
por ejemplo, en la imposibilidad de recupe- tendientes a consolidar la posesión de la tierra
ración y reconocimiento de sus territorios, y que ocupan, con el objetivo de alcanzar la
también, por los múltiples conflictos y proce- Propiedad Comunitaria de las mismas. Con
sos de desalojo que enfrentan las comunidades ese fin, el INAI subsidia a las Comunidades
a partir de sus acciones políticas territoriales. para afrontar las erogaciones económicas que
El ReTeCI es uno de los mecanismos especí- acarrean las labores profesionales ejercidas en:
ficos destinados desde el Estado nacional, a Acciones y/o defensas judiciales, asesoramien-
través del INAI, a la atención de esta proble- to jurídico/contable, talleres de capacitación
mática territorial. legal, ejecución de mensuras, intervención de
escribanos, antropólogos y otros profesiona-
les. Este programa comparte el mismo espíri-
tu de la Ley; debido a ello se complementan y
5 Fuente: Informe de Gestión INAI. se articulan.
160
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

munidades indígenas. Además, se manifiesta y planificación de su ejecución provincial. A


también el interés en la promoción de la parti- partir de lo anterior y retomando el recorrido
cipación indígena en la elaboración, ejecución inicial por los diferentes contextos y configu-
y seguimiento de los proyectos que deriven del raciones de relacionamiento entre Estado y so-
Programa, en el marco del CPI. ciedad, por el concepto de participación ciu-
Entonces, según quedó definido en el dadana, y por la presentación del contexto de
mencionado instructivo, el objetivo central conformación del ReTeCI, profundizaremos
del ReTeCI es realizar el “relevamiento técni- a continuación en la noción de participación
co, jurídico y catastral de la situación dominial indígena. Esta profundización se torna nece-
de las tierras ocupadas por las comunidades saria ya que como hemos adelantado anterior-
indígenas”. De acuerdo a la Ley, las tierras mente la participación indígena presenta par-
a relevar, debían cumplir con el requisito de ticularidades y especificidades respecto de la
estar ocupadas de forma “actual, tradicional y participación ciudadana, principalmente por
pública”. En contraste con la generalidad de estar garantizada constitucionalmente. En este
este objetivo, se enumeran y detallan doce ob- sentido, hemos expuesto que, en el contexto
jetivos específicos, que establecen, entre otras reciente, se ha manifestado una pretensión de
cuestiones, la necesidad de actualización de la inclusión, participación e institucionalización
información sobre de los pueblos y comunida- de las instancias participativas. Lo anterior se
des indígenas con y sin personería jurídica; la evidencia en diferentes discursos públicos del
formación de conciencia social en relación a pasado gobierno kirchnerista por medio de los
los alcances de la Ley; relevar la organización que se abarcó a diferentes colectivos y orga-
comunitaria, los aspectos socio-productivos y nizaciones sociales, entre los cuales encontra-
de recursos naturales; verificar la ocupación mos al movimiento indígena. Así, en el sitio
de las familias asentadas en los territorios de- WEB del Ministerio de Desarrollo Social de
limitados; relevar los antecedentes de las his- la Nación, se exponía que desde el año 2003
torias, tenencias y ocupaciones de tierras, y su el gobierno de Néstor Kirchner estableció
correspondiente representación cartográfica; como “política de Estado” la participación de
circunscribir los territorios en conflicto para los pueblos originarios, con el fin de “entablar
ser abordados por el PFC, para lograr el título un diálogo intercultural que posibilite la cons-
comunitario; y la identificación de territorios trucción conjunta de políticas públicas”.
susceptibles de ser abordados para su regula- Atendiendo a estos lineamientos, el or-
ción dominial. ganismo encargado de los asuntos indígenas
(INAI) exponía reiteradamente en sus funda-
3.3. La Participación Indígena mentos, programas y líneas de trabajo que su
en la ejecución del ReTeCI: principal propósito era el de asegurar el ejerci-
una doble relectura del cio pleno de los derechos de las comunidades
concepto de participación y pueblos indígenas argentinos, garantizando
En el acápite anterior, hemos presentado a la el cumplimiento de lo establecido constitu-
Ley 26.160 y al ReTeCI como políticas públi- cionalmente. A la vez, se comprometía con
cas “participativas”, debido a las particularida- la “atención y apoyo a la población originaria
des que estos instrumentos presentaron desde existente en el país, propiciando su defensa y
su conformación, en términos de involucra- desarrollo, su plena participación en el pro-
miento, convocatoria, participación y decisión ceso socioeconómico y cultural de la Nación,
de las organizaciones y comunidades indíge- respetando sus propios valores culturales y su
nas en el proceso de elaboración del ReTeCI cosmovisión” (Gacetillas de difusión, INAI,

161
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

2009). Además, se expone que entre sus accio- Con el correr de los años dentro de este
nes permanentes está el interés en el impulso modelo de relacionamiento, algunas políti-
de la participación de las comunidades en el cas públicas han comenzado a trascender y
diseño y gestión de “las políticas de Estado apuntalar otros tipos de participación en su
que las involucran, respetando sus formas de interior, que coexistieron y coexisten en la
organización tradicionales”. En coherencia actualidad. En este sentido, la política públi-
con estas expresiones inclusivas y participa- ca que aquí analizamos es una de ellas y ha
tivas, su política presupuestaria institucional marcado grandes diferencias con las políticas
manifestaba como prioridad la promoción de indigenistas anteriores por varios motivos.
la organización y participación indígena en los Primero, por fomentar la participación en la
temas que afectan a las comunidades. etapa de diseño del programa de relevamiento.
En este contexto, tal como se expone en Segundo, por contar con financiamiento para
los documentos de política presupuestaria de la efectiva participación de indígenas en el
este instituto en los últimos años, entre sus proceso de ejecución. Y, tercero, por la poste-
objetivos específicos se encuentra aquel que rior reorientación del programa atendiendo a
busca el fortalecimiento de las instancias or- reclamos indígenas que se originaron en parte,
ganizacionales y de participación “a través de como resultado de esa experiencia participati-
la promoción del Consejo de Participación va en la ejecución del ReTeCI. Entonces, en
Indígena (CPI) y del Encuentro Nacional de este punto, nos interesa retomar las implican-
Organizaciones Territoriales de los Pueblos cias, posibilidades y limitaciones que hemos
Originarios (ENOTPO)”. Según se argumen- expuesto para la participación ciudadana, para
ta desde este Instituto, de esta manera se busca indagar y analizar cómo estas se manifiestan
respaldar y reforzar “las asambleas elecciona- en las políticas indigenistas a través de las in-
rias para garantizar la representación genuina vocaciones de “participación indígena”. Por lo
de las autoridades elegidas democráticamente, tanto, pasaré a exponer lo que presento como
quienes llevarán la voz de las comunidades una doble relectura del concepto de partici-
a las asambleas nacionales, incidiendo en la pación ocurrido en el marco del ReTeCI. La
agenda de los órganos de representación y en primera relectura a la que hacemos referencia
la participación en la formulación de políti- trastoca los supuestos de despolitización de la
cas de Estado” (Política Presupuestaria, INAI, participación y del compromiso de quienes
2007). Como puede observarse en estos pasa- participan. En este sentido, desde el inicio de
jes seleccionados de diferentes documentos del la ejecución del ReTeCI en el año 2009 se han
INAI, desde el Estado nacional se manifiesta producido dos grandes modificaciones. Por un
el interés de interactuar con los indígenas y de lado, se ha modificado el eje de convocatoria
fomentar su participación en las políticas pú- e interpelación estatal para la participación. Es
blicas que les competen a través de la creación decir que, comenzó a interpelarse a los parti-
de diferentes instancias estatalmente legítimas cipantes desde su compromiso político, fuera
de participación. Como ya lo hemos expuesto, este partidario, o no. Y, por otro lado, quienes
de esta manera, se regulan y normalizan los participaban del ReTeCI como referentes in-
modos y canales de interacción y participa- dígenas, asistentes o técnicos, comenzaron a
ción. Aunque la aceptación de participación explicitar sus posicionamientos políticos. Por
de parte de los indígenas en estas instancias lo tanto, entendemos que estas modificaciones
no implican pasividad o sumisión, sino otras dan cuenta de una politización de la partici-
formas de ejercicio de la agencia política. pación. No obstante, esta relectura o en otras
palabras esta participación politizada en el de-

162
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

venir de la práctica del ReTeCI, se enfrentó a de los ideales de no cooptación, compra, con-
una paradoja en los discursos y prácticas esta- taminación, de neutralidad, etcétera. En este
tales: aquella que, por un lado, interpelaba a sentido, comienzan a reemplazarse las enun-
las organizaciones indígenas y representantes ciaciones de separación del Estado por aque-
desde su politicidad, mientras que se regula- llas que empiezan a dar cuenta que, al menos
ban las formas de esa participación y se gene- en esta política pública, los indígenas partici-
raban ámbitos separados para discusiones de pantes son parte del Estado.
temas políticos o de temas técnicos. De esta En los siguientes fragmentos de entrevis-
manera, regresamos una vez más a la cuestión tas realizadas a diferentes militantes indígenas,
de la prescripción de la participación y a cuáles puede notarse cómo más allá de las enuncia-
son las formas politizadas aceptables y hasta ciones participativas, en el devenir de la prác-
donde tienen habilitada su penetración. tica del ReTeCI, se experimentaron trabas de
La segunda relectura es aquella que se diferente índole (de voluntad, de presupuesto,
relaciona con los supuestos de necesaria se- de convocatoria, de tiempos, entre otras) para
paración de la sociedad civil del Estado y sus hacer efectiva esa participación intraestatal o
estructuras. En este sentido, se producen cam- ese trabajo en el Estado. Al respecto, un mi-
bios en las formas de participación en las que litante indígena de la Zona Andina comenta
la relación entre indígenas y Estado ya no pue- que su participación “no duró mucho” debido
de ser vista como interacción, sino que más a que: “al final toda esa cosa que pensaba si no
bien pasa a ser una participación intraestatal. te dejan actuar no sirve de nada, querés viajar
Una participación que se da en las mismas no hay plata, querés moverte no hay camio-
instituciones del Estado y con financiamiento neta, siempre las tienen los mismos y siempre
estatal no sólo para las actividades de ejecu- todas las trabas que te puedas imaginar, así
ción de la política pública, sino también para que después me fui” (militante indígena, Zona
pago de salarios de estos nuevos participan- Andina). Es decir que, más allá de la apertura
tes. Es decir que, al penetrar la participación para la participación, existen limitaciones de
dentro de todos los pasos de conformación acción y presupuestos que no garantizan los
de una política pública, se han diseñado po- alcances de esa participación. En una línea
líticas –como el ReTeCI– en las que se han similar al fragmento anterior, el segmento
exigido, disputado y obtenido espacios de par- que sigue refleja cómo el ideal participativo,
ticipación dentro de los esquemas de trabajo. en ocasiones, no se expresa en las prácticas
De este modo, y para complejizar el mismo o contenidos elaborados: “y yo me pregunto
término de participación, deberíamos hablar entonces… ¿la participación indígena dónde
en estos casos de una apertura del trabajo en el está? ¿Para qué sirve? Todas las propuestas que
Estado hacia nuevos actores, como los propios tenemos de participación, no pueden imple-
indígenas. Esto a su vez, nos lleva a otro punto mentarse por siempre escusas diferentes” (mi-
importante que tiene que ver con la simulta- litante indígena, Zona Andina, 2011). En este
neidad o superposición de roles. Por ejemplo, sentido, pareciera que más allá de la apertura
estos participantes indígenas devienen en re- discursiva y estructural para la participación,
ferentes, técnicos, políticos y beneficiarios a la muchas veces las propuestas indígenas no son
vez de los efectos y resultados de esa política tenidas en cuenta7. No obstante, lejos de re-
pública. Entonces, en esta nueva modalidad
de participación intraestatal, se disputa aquel
supuesto de necesaria separación del Estado
7 Es decir que, en ocasiones, la estructura bu-
y la sociedad, que posibilitaba la mantención
rocrática, los tiempos y presupuestos acota-
163
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

nunciar a estos espacios, ante estas situaciones ral y en las políticas indigenistas en particular.
y comentarios que tuvieron lugar de forma Desde esta perspectiva, hemos encuadrado a
reiterada, los indígenas participantes comen- las dos normativas como políticas públicas
zaron a interpelar también a los técnicos de participativas que responden a un objetivo y
diferentes disciplinas que se desenvolvían en a un modo particular de interacción entre el
las áreas de trabajo del Equipo Técnico. Esta Estado y la sociedad.
interpelación buscaba articular esa participa- En este sentido, hemos presentado dis-
ción y posibilitar la visibilidad de sus propues- cusiones que si bien han excedido al caso de
tas, haciéndolas llegar por otros canales como análisis, han sido de utilidad para la identi-
la voz de los técnicos. ficación, reconocimiento y comprensión de
Hemos expuesto hasta aquí, los cambios categorías (como por ejemplo, participación
en las configuraciones de relacionamiento en- ciudadana, participación indígena, etcétera),
tre Estado y sociedad, y las repercusiones de roles (técnicos, asistentes, etcétera), supuestos
estas modificaciones en las formas de inter- (neutralidad, transparencia, horizontalidad,
pelación estatal a los diferentes actores de la etcétera) y disputas (limitaciones, efectiva par-
sociedad. Con este recorrido, ha sido nuestro ticipación, auto-responsabilización, politiza-
propósito exponer que las formas adquiridas ción, etcétera) presentes en los instructivos de
por la ejecución del ReTeCI estuvieron per- ejecución del ReTeCI y en los discursos de sus
meadas y condicionadas por estas formas am- técnicos y participantes.
pliadas de relacionamiento. No obstante, re- Finalmente, hemos puntualizado en las
marcaremos que la mencionada participación nociones de participación ciudadana y partici-
intraestatal no sólo da cuenta de una voluntad pación indígena como construcciones discur-
estatal de articulación. Esta forma de partici- sivas y como campos prácticos y simbólicos
pación intraestatal es resultado del accionar de que prescriben formas a través de las cuales
la agencia indígena que ha sabido tensionar y se digita el relacionamiento entre Estado y
disputar espacios de participación y ha desple- sociedad, o entre Estado e indígenas. Mien-
gado diferentes agentividades, con el objetivo tras que, a la vez, hemos explicitado que estas
de moldear las formas de relacionamiento y construcciones discursivas y sus prescripciones
reconocimiento propuestas estatalmente. se orientan al encauzamiento y normalización
de los resultados, disputas y tensiones que se
Conclusiones producen con y desde esta participación. Estos
En este artículo de investigación nos hemos intentos de normalización y prescripción para
propuesto presentar la Ley 26.160 y su pro- el modo de ejecución de esta política pública
grama de Relevamiento, enmarcándolos desde han encontrado tensiones, disputas y resigni-
discusiones más amplias en torno a las formas ficaciones por parte de la agencia indígena.
de relacionamiento entre Estado y sociedad Una agencia que lejos de aceptar pasivamente
que influyen en las políticas públicas en gene- formas y requisitos ha moldeado el curso del
reconocimiento estatal. Además, han exigido
que la invocación a su participación en la eje-
cución de esta política no sea una repetición
dos, la aparición de emergentes, el ajuste a las
discursiva propia de una modalidad de gestión,
agendas políticas, etcétera, son factores que
sino que la misma dé cuenta de que la partici-
afectan y constriñen las reales posibilidades
pación indígena tiene especificidades respecto
de participación y de incorporación de los
de la participación ciudadana como, por ejem-
aportes surgidos en el trabajo colaborativo
plo, estar garantizada constitucionalmente.
producto de esas instancias participativas.
164
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

Referencias bibliográficas De Piero, S. (2005). Organizaciones de la Sociedad


Civil: tensiones de una agenda en construcción.
Andrenacci, L. y Repetto, F. (2006). Universalis-
Buenos Aires: Paidós.
mo, ciudadanía y Estado en la política social
De Piero, S. (2013). Debates sobre la Sociedad
latinoamericana. Washington DC: Institu-
Civil en América Latina. Tesis Doctoral. Tesis
to Interamericano para el Desarrollo Social
de Diplomatura en Organizaciones de la Socie-
(INDES).
dad Civil. Buenos Aires: FLACSO.
Arroyo, D. (2009). Políticas Sociales: Ideas para
De Piero, S. & Gradin, A. (2015). La sociedad
un debate necesario. Buenos Aires: La Crujía
civil “desorganizada”: protestas y oposición en
Ediciones.
la sociedad civil a los gobiernos kirchneristas
Bernazza, C.; Longo, G. y Comotto, S. (2015).
(dossier). Buenos Aires: FLACSO.
Evaluando en clave pública: guía de instrumen-
Fernández, V. R. y García Puente, M. J. (2013).
tos e indicadores para la medición de capacida-
Estado, producción y desarrollo. Las capaci-
des estatales. Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
dades nodales en una perspectiva latinoame-
res: Programa Gestión del Conocimiento del
ricana. Revista Estado y Políticas Públicas. Año
Área Estado y Políticas Públicas - FLACSO
I, Núm. 1, 19-46.
Argentina. 

García Delgado, D. (1994). Estado y Sociedad: la
Briones, C. (Ed). (2005). Cartografías Argentinas.
nueva relación a partir del cambio estructural.
Políticas indigenistas y formaciones provinciales
Buenos Aires: FLACSO - Tesis Grupo Edito-
de alteridad. Buenos Aires: Antropofagia.
rial Norma.
Briones, C. (2007). Reconocimientos y políticas
García Delgado, D. (2003). Estado-nación y la
respecto del derecho de los Pueblos Indígenas
crisis del modelo. El estrecho sendero. Buenos
a sus tierras/territorios en Argentina: un ba-
Aires: Norma
lance. En A. Ramos (Ed.) Constituições nacio-
García Delgado, D. (2006). Hacia un nuevo mo-
nais e povos indígenas. Brasilia: En prensa.
delo de desarrollo. Transformación y repro-
Briones, C.; Cañuqueo, L.; Kropff, L. y Leuman,
ducción en el posneoliberalismo. Documentos
M. (2007). Escenas del multiculturalismo
y aportes en administración pública y gestión
neoliberal. Una proyección desde el sur. En
estatal. Vol. 1, Núm. 7, 119-152.
A. Grimson (Comp.). Cultura y Neoliberalis-
García Delgado, D. (2010). Crisis Global, De-
mo (pp. 265-299). Buenos Aires: CLACSO.
sarrollo e Inserción. Un nuevo escenario
Cardarelli, G. & Rosenfeld, M. (2002). La gestión
para los Emergentes. En D. García Delgado
asociada: una utopía realista. Buenos Aires:
(Comp.). Rol del Estado y Desarrollo produc-
UNQ.
tivo- inclusivo. Ideas para el Bicentenario (pp.
Cortés, R. & Kessler, G. (2003). Intervenciones so-
29-44). Buenos Aires: CICCUS-FLACSO.
ciales y acción comunitaria. Informe sobre situa-
García Delgado, D. & De Piero, S. (2001). Ar-
ción de población empobrecida de la comunidad
ticulación y relación Estado-organizaciones de
judía, Nueva York, American Joint Distribution
la sociedad civil. Modelos y prácticas en la Ar-
Committee. 2004: Informe sobre la situación de
gentina de las reformas de segunda generación.
beneficiarios de planes asistenciales de institucio-
Buenos Aires: Convenio Facultad Latinoame-
nes comunitarias. Inédito.
ricana de Ciencias Sociales y Centro Nacional
Cortés, R. & Kessler, G. (2013). Políticas, ideas y
Organizaciones de la Comunidad. Buenos
expertos en la cuestión social de la Argentina
Aires.
democrática (1983-2012). Revista de Indias.
García Delgado, D. & Nosetto, L. (2006). El de-
Vol. 73, Núm. 257, 239-264.
sarrollo en un contexto post neoliberal. Buenos
Aires: Ediciones CICCUS-FLACSO.

165
Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”

García Delgado, D. & Ruiz del Ferrier, C. Manzano, V. 2004. Tradiciones asociativas, polí-
(Comps.). (2015). Estado y Desarrollo Inclu- ticas estatales y modalidades de acción colec-
sivo en la Multipolaridad. Desafíos y Políticas tiva: análisis de una organización piquetera.
Públicas. Buenos Aires: Programa Gestión del Intersecciones en antropología. Vol. 5, 153-166.
Conocimiento del Área Estado y Políticas Pú- Oszlak, O. (1999). De menor a mejor. El desafío
blicas – FLACSO. de la segunda reforma del Estado. Nueva So-
García Canclini, N., et. al. (1996). Culturas en ciedad. Vol. 160, 81-100.
globalización América Latina, Europa, Estados Oszlak, O. (2000). Estado y Sociedad: las nue-
Unidos: libre comercio e integración. Caracas: vas reglas de juego? Buenos Aires: Centro de
CLACSO. Estudios Avanzados, Oficina de Publicaciones
Gramsci, A. (1971). Selections from the Pris- del CBC, Universidad de Buenos Aires.
on Notebooks. New York: International Oszlak, O. (2006). Burocracia estatal: política y
Publishers.
 políticas públicas. Revista Postdata, Núm. 11,
Gramsci, A. (2004). Antología. Buenos Aires: Si- 11-56.
glo XXI. Oszlak, O. (2009). Implementación participativa
Greenwood, D. (2000). De la observación a la de políticas públicas: aportes a la construc-
investigación-acción participativa: una visión ción de un marco analítico. En A. Belmonte,
crítica de las prácticas antropológicas. Revista et. al. Construyendo confianza. Hacia un nuevo
de Antropología social. 9: 27-49. vínculo entre Estado y Sociedad Civil. Buenos
Gimson, A. (2011). Los límites de la cultura. Críti- Aires: Volumen II, CIPPEC y Subsecretaría
cas de las teorías de la identidad. Buenos Aires: para la Reforma Institucional y Fortaleci-
Línea Imaginaria. miento de la Democracia, Jefatura de Gabi-
Gimson, A. (2013). Introducción. A. Grimson nete de Ministros, Presidencia de la Nación.
y K. Bidaseca (Comps.). Hegemonía cultu- Perelmiter, L. (2007). ¿Es posible la debilidad
ral y políticas de la diferencia. Buenos Aires: estatal?
Notas de investigación en torno de la
CLACSO. construcción del Estado en política social. Pa-
Guiñazu, S. (2016). La práctica antropológica peles de trabajo. Revista electrónica del Instituto
en la gestión de procesos y problemáticas de Altos Estudios Sociales de la Universidad Na-
sociales: supuestos, reflexiones y desafíos. cional de General San Martín. Año 1, Núm. 2.
Revista Estudios de Antropología Social, CAS- Quintar, A., Cravino, C., & González Carvajal, L.
IDES. Vol. 1, Nueva Serie. ISSN (en línea): (2009). Debates en torno a la participación.
2314-3274. Discutiendo algunos sentidos y prácticas par-
Hengstenberg, P., Kohut, K., Maihold, G. (2002). ticipativas en la Ciudad de Buenos Aires. Po-
Estado y “sociedad civil” en América Latina. nencia presentada en el XXVII CONGRESO
En busca de un nuevo equilibrio. Desarrollo y DE ALAS. Buenos Aires.
Cooperación. Núm. 1, 8-11. Rofman, A. & Foglia, C. (2015). La participa-
Lechner, N. (1993). Los nuevos perfiles de la políti- ción ciudadana local en la historia argentina
ca: un bosquejo. Santiago de Chile: FLACSO reciente (de los ’90 a la actualidad): Asisten-
Chile. cia, movilización, institucionalización. Revista
Lechner, N. (1995). Perfiles latinoamericanos: Re- Estado y Políticas Públicas. Año III, Núm. 5,
vista de la Facultad Latinoamericana de Cien- 41-61.
cias Sociales, Sede México. Núm 7, 149-178. Ruiz del Ferrier, C. (2010). Desarrollo económico,
Lechner, N. (2002). Los nuevos perfiles de la polí- políticas públicas y planificación en el media-
tica. Un bosquejo. Nueva Sociedad. 180-181, no plazo. En Rol del Estado y desarrollo produc-
263-279.

166
Revista Estado y Políticas Públicas Nº 9. octubre de 2017 - abril de 2018. ISSN 2310-550X, pp. 145-167

tivo-inclusivo. Ideas para el Bicentenario (pp.


65-67). Buenos Aires: CICCUS-FLACSO.
Ruiz del Ferrier, C. & Tirenni, J. (2007). La po-
lítica social en la Argentina: ¿Hacia una es-
trategia socio-productiva? En Foro Federal de
Investigadores y Docentes. La Universidad y la
Economía Social en el Desarrollo Local (pp.
195-207). Buenos Aires: MDS.
Schavelzon, S. (2010). La antropología del Estado,
su lugar y algunas problemáticas. Buenos Ai-
res: PUBLICAR-En Antropología y Ciencias
Sociales.
Shore, C. (2010). La antropología y el estudio de
la política pública: reflexiones sobre la “for-
mulación” de las políticas. Antípoda. Vol. 10,
21-49.
Shore, C. & Wright, S.
(1997). Policy. A new field
of anthropology. En C. Shore y S. Wright
(Eds.). Anthropology of policy. Critical perspec-
tives on governance and power (pp 3-39). Lon-
dres & Nueva York: Routledge.

167

Вам также может понравиться