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* Licenciada y Doctora en Antropología Social por la Universidad de Buenos Aires y Diplomada Su-
perior en Organizaciones de la Sociedad Civil por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
Sede Argentina. Correo electrónico: guinazusamanta@gmail.com
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en donde hay una relación específica entre relacionamiento a través de diferentes ins-
las partes y el todo, porque hay una lógica de tancias de interacción en la producción de
interrelación de las partes, y principalmente políticas públicas.
porque hay una frontera que instituye el sen- Para llevar adelante esta tarea, señalare-
tido. Desde esta perspectiva, se entiende que mos que, al referir a la relación entre Estado
la configuración es histórica y que su histo- y sociedad, referimos puntualmente a la re-
ricidad implica que los posibles e imposibles lación entre Estado, por un lado, y la de-
cambian, cambiando también la configura- nominada “sociedad civil”, por el otro lado.
ción misma. En este sentido, la conceptualización de la
A partir de esta idea de posibles e im- “sociedad civil” es de larga data y exceptuan-
posibles cambiantes, nos abocaremos a la do algunos ejes comunes, no existe comple-
tarea de presentar las diferentes formas que to acuerdo en torno a qué se hace referen-
ha tomado la relación entre el Estado y la cia cuando se utiliza dicho concepto. Para
sociedad en las últimas décadas en la Argen- aportar claridad en torno al uso que aquí
tina. En esta dirección, el objetivo es expo- realizo del mismo, retomaremos algunos de
ner las formas en las que se ha interpelado los acuerdos construidos desde el Área de
a la sociedad civil y a sus organizaciones, Estado y Políticas Públicas de FLACSO Ar-
principalmente para el diseño, la elabora- gentina, útiles para contextualizar y analizar
ción y/o ejecución de políticas públicas. el proceso de producción y ejecución de po-
Más allá de las discusiones generales que líticas públicas. A su vez, estos acuerdos son
surgen en torno a esta cuestión, el hilo con- de utilidad para el análisis de las formas de
ductor dentro de este recorrido será el de interpelación y participación de diferentes
exponer las diferentes formas en las que se sectores de la sociedad en dicho proceso en
han relacionado Estado y pueblos indígenas las últimas décadas.
en el contexto de elaboración y ejecución de Con el retorno de la democracia en la
políticas públicas indigenistas, focalizando Argentina, comenzaron a delinearse dife-
hacia el final en el contexto de sanción de rentes concepciones de la sociedad civil y su
la Ley 26.160. accionar que relacionaban su resurgimiento,
luego de una ausencia en los periodos de
1. Matrices de relacionamiento gobiernos de facto, como contraposición al
Estado-sociedad en las Políticas Estado. Es decir que se comenzó a ubicar a
Públicas y sus efectos en las formas la sociedad civil en contra del Estado repre-
de habilitación de agencias indígenas sivo, y con pretensiones de autonomía fren-
Las formas de relacionamiento entre Es- te al Estado y la sociedad política (De Piero,
tado y sociedad han ido mutando a través 2005). Tal como lo exponen diferentes in-
de los diferentes contextos históricos, po- vestigadores (De Piero y Gradin, 2015; Ruiz
líticos y sociales. Por la amplitud que esta del Ferrier, 2010; De Piero, 2005 y García
relación misma presenta, existen numero- Delgado, 2015), el concepto de sociedad ci-
sos y disímiles ejes desde los cuales iniciar vil cobró central importancia cerca de fines
su análisis. Atendiendo a esta complejidad, del siglo pasado por ser una época paradóji-
proponemos un recorte orientado a indagar camente signada por la ausencia de proyec-
en los contextos de producción de políticas tos populares transformadores, la crisis de
públicas en general y políticas indigenistas las ideologías hegemónicas del siglo XX, el
(como el ReTeCI) en particular. Desde esta individualismo y la amenaza de un crecien-
perspectiva, abordaremos la cuestión del te dualismo social. No obstante, De Piero
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(2005; 2013) expone que es posible que esta realidad actual. Pero que, a la vez, es un pro-
contradicción o paradoja no fuera más que yecto político que tiene por objetivo la inter-
aparente, constituyendo dicha emergencia vención y transformación de la realidad de
de la temática de la sociedad civil, una espe- esa sociedad. De esta manera, nos acercamos
cie de respuesta a esta nueva dinámica. a una característica fundamental y de cen-
Desde una postura similar, García tral importancia para el entendimiento de la
Canclini (1995) argumenta que, en este sociedad civil: cuando se utiliza esta concep-
contexto de incertidumbres y paradojas, ción, se está frente a un concepto relacional.
la sociedad civil se convierte en una nueva En este sentido, Schedler (1996) expone que
“fuente de certezas”. Las certezas a las que “su fuerza, su forma, sus espacios de acción,
hace referencia el autor tienen que ver con todo ello queda vinculado con la actua-
la valoración que recae sobre la sociedad ci- ción del Estado. Quien habla de sociedad
vil cuando es entendida como un espacio civil, también tiene que hablar del Estado”
de articulación con posibilidad de generar (Schedler, 1996: 238). La centralidad de este
soluciones a diversos conflictos sociales o enfoque relacional radica en la explicitación
incluso individuales. No obstante, el autor y habilitación de cuestionamientos en torno
agrega que este es un concepto totalizador a qué tensiones y qué disputas están en juego
cuya finalidad apunta a la negación de las en esa relacionalidad y, a su vez, cuáles son
diferencias y particularidades de las voces los canales en los que se desarrollan las in-
que circulan por las naciones (García Can- teracciones entre Estado y sociedad (o entre
clini, 1995). Es decir que, en los múltiples Estado e indígenas), y qué formas específicas
usos y concepciones que circulan en torno a se pautan para ese relacionamiento.
qué es y cuál es el papel de la sociedad civil, Entonces, expuestas estas aproxima-
lejos de estar frente a una “fórmula mágica”, ciones en torno a qué nos referimos con el
estamos frente a una “fórmula vacía” (Le- concepto de sociedad civil, retomamos el
chner, 2002). Una fórmula que es invocada postulado inicial de que los modos de re-
en los discursos políticos, en las fundamen- lacionamiento entre Estado y sociedad civil
taciones de políticas, planes, programas y se ven afectados por los contextos políticos,
proyectos2 que operan en los diferentes ni- económicos y sociales. Así, presentamos un
veles estatales, como una categoría devenida recorrido por las diferentes matrices de re-
en “recurso simbólico” (Briones, 2007). lacionamiento que permitirán dilucidar las
A fines de aproximarnos al entendimien- mutaciones en las categorías de interpela-
to de la categoría de sociedad civil, reto- ción estatal a diferentes sectores de la socie-
maremos la lectura que Martínez Nogueira dad civil. Entre estos sectores, focalizamos
(2001; 2003) realiza de Gramsci, para ma- en los modos de interpelación a los indíge-
nifestar que este es un concepto complejo y nas y a los profesionales intervinientes en la
sofisticado que resulta útil para entender la ejecución de políticas indigenistas.
García Delgado, 2003 y 2006). Desde esta CSP). Como respuesta a las diferentes mo-
matriz, las políticas públicas en general y vilizaciones y reclamos indígenas de esta dé-
las políticas sociales en particular estaban cada, la cuestión indígena comienza a ganar
signadas por una forma universalista o cua- espacio y penetrar en la agenda política.
si universalista, empuñadas y gestionadas
desde el nivel nacional o centralizado de go- b. Matriz asistencialista-participativa:
bierno. De esta manera, las políticas sociales la sociedad como “gestora”
tenían un formato verticalista y centralizado Con la llegada de los años ´90, comienza a
que por lo general desconocía las particu- abandonarse la antigua matriz Estado-cén-
laridades de los lugares donde se aplicaba trica, dando lugar a nuevas formas de rela-
dicha política. Esta modalidad, se conoce cionamiento entre el Estado y la sociedad
en los contextos de ejecución como “progra- que tuvieron como característica principal
mas enlatados”. Esta expresión es utilizada la incorporación de instancias sub-nacio-
en ámbitos estatales de gestión de políticas nales y de nuevos actores (Oszlak, 2000;
para dar cuenta de aquellos planes o progra- Rofman y Foglia, 2015). Este nuevo modo
mas que se formulan de manera centraliza- de relacionamiento se repitió también en las
da a nivel nacional, y que luego se intentan políticas sociales que, con el advenimiento
aplicar a niveles locales, sin posibilidad de del neoliberalismo, comenzaron a transi-
modificación para atender a las particulari- tar un proceso de desuniversalización y de
dades de cada caso. En general, tienden a asistencialización (Andrenacci y Repetto,
ser homogeneizadores, reproductores de la 2006). Proceso que, en líneas generales,
dicotomía “centro-periferia” y demuestran consistió en la progresiva desregulación del
un alto grado de desconocimiento de par- mercado de trabajo y el posterior alejamien-
te de quienes lo idearon sobre las diferen- to del Estado en este sector. Como exponen
cias y particularidades de cada provincia y diferentes investigadores (García Delgado,
localidad. 2015; Rofman y Foglia, 2015) al profundi-
En este contexto, previo a los ´90, la zarse las reformas propuestas por el neolibe-
sociedad no participaba en el proceso de ralismo, las políticas sociales centrales fue-
conformación de políticas públicas y, por ron aquellas asistencialistas, que tenían por
ende, las mismas eran aplicadas sin consul- objetivo la atención y la disminución de los
ta, intercambio o interacción con la socie- efectos producidos por esa restructuración
dad. Es decir, que la sociedad era vista sólo económica.
como receptora de las políticas universales y En el marco de estas políticas asisten-
centralizadas. Sólo en algunas cuestiones es- cialistas, otra noción comienza a ser clave:
pecíficas como la problemática indígena, sus esta es la de focalización. Principalmente
organizaciones o representantes eran interpe- la focalización se asoció a la necesidad de
lados desde la figura del “referente”. En este identificación de los sectores en “extrema
marco, dicho modo de interpelación respon- pobreza”, diferenciándolos del sector más
día al interés de que estos referentes orien- amplio de personas “con necesidades básicas
taran al Estado sobre qué cuestiones reque- insatisfechas”. Este protagonismo cobrado
rían ser atendidas. En este sentido y durante por la noción de focalización comienza a ser
este contexto, la problemática indígena era compartido con la noción de “participación
atendida de manera secundaria, y no como ciudadana”, funcionando la necesidad de fo-
una política pública definida como una cues- calización como una especie de motor de este
tión socialmente problematizada (en adelante, tipo de participación. Es decir que a raíz de
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En este sentido, la selección e incorporación ren que se diga, qué disputas están en juego
de asociaciones comunitarias en instancias y a través de qué canales debe conducirse ese
de participación en la estructura estatal, fun- “decir algo”. De esta manera, más allá de las
cionaron como agentes de descentralización limitaciones que presentan las diferentes for-
de las políticas (Manzano, 2004). Esta des- mas y categorías de interpelación estatal, se
centralización buscaba dar una respuesta que torna necesario alejarse de las dicotomías entre
no requiriera inversiones económicas (por dominación y resistencia, para dar lugar y vi-
ejemplo, el pago de sueldos a “técnicos” esta- sibilizar las diferentes formas en que la agencia
tales). Es decir, era concebida como una so- indígena se ha expresado y expresa en estos
lución menos costosa para las intervenciones contextos.
estatales en un contexto de pobreza y exclu-
sión (Castel, 1997). Dentro de este panora- c. La crisis del 2001: inflexión en la
ma de la política social de la década del ´90, relación entre el Estado y la sociedad
las políticas indigenistas también se vieron Un nuevo cambio en los modos de relaciona-
influenciadas por esta forma de relaciona- miento entre Estado y sociedad tuvo lugar en
miento. En este punto, las organizaciones y el año 2001 a raíz de la crisis política, econó-
representantes indígenas fueron interpelados mica y social que explotó en diciembre de ese
desde un nuevo rol: como gestores o consul- año. Tal como lo exponen Lazzari, Rodríguez
tores (Briones, Cañuqueo, Kropff, Leuman, y Papazian (2015: 59), esta crisis generó entre
2007). Esta forma de interpelación no fue otras consecuencias “una interpelación nacio-
solamente estatal, sino que operó también en nalista en clave estatal posneoliberal”, la cual
los diversos programas con financiamientos ha promovido dispares mecanismos de partici-
provenientes de ONG u Organismo Multi- pación y auto-responsabilización en el marco
laterales de Desarrollo (en adelante, OMD). de la gestión de las relaciones sociales, afectado
De esta manera, los indígenas comenzaron a por “una extendida crisis moral (económica,
participar gestionando y siendo consultados política y cultural)” (2015: 59).
por diferentes programas sociales. Al respec- Durante estos años de crisis, surgieron ex-
to de esta forma de interpelación, retoma- presiones autónomas desde la ciudadanía que
remos la lectura que Briones, Cañuqueo, posteriormente se articularon en demandas y
Kropff y Leuman (2007) realizan de Rose exigencias frente a la situación de emergencia.
(1997) para explicitar que: Algunas de las cuales llegaron incluso a redi-
el lenguaje de los derechos habilita que los ciu- rigir sus propuestas hacia la intervención en
dadanos representados se narren a sí mismos la reorientación de las acciones estatales y sus
como individuos autónomos que cuestionan políticas. Es decir que se produjo una recon-
anteriores relaciones tutelares por ser degra- figuración parcial del modelo de participa-
dantes para su autonomía, y exigen poder decir ción expuesto para la década anterior. Según
algo respecto a las decisiones que afectaban sus lo exponen Rofman y Foglia (2015) esta re-
vidas (Briones, Cañuqueo, Kropff y Leuman, configuración fue parcial porque se mantuvo
2007: 268). el entramado institucional que ubicaba a las
organizaciones de base territorial como eslabo-
Este “poder decir algo”, resulta sugerente para nes últimos del proceso de gestión de los pro-
examinar cuáles son las verdaderas posibili- gramas sociales. A la vez que sólo se reconfi-
dades de habla de los participantes dentro de guró el formato de las políticas que apuntaron
este contexto. Es decir, qué es lo que se puede a desarrollar el trabajo y la trama económica
decir, lo que se quiere decir, lo que otros quie- barrial, en vez de distribuir prestaciones asis-
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la implementación de diferentes políticas, pla- tado3. Por ejemplo, una metodología común
nes y programas enunciados en estos términos es la rotación de roles (moderación, propuesta
participativos. Lo anterior ha sido relacionado de temas y tiempos disponibles, realización de
con el análisis de materiales de divulgación, actas, etcétera), en los espacios de reunión y
informes de gestión, entrevistas a diferentes trabajo. No obstante, esta metodología, por lo
funcionarios y empleados estatales, instruc- general, la palabra de la persona que detenta el
tivos de aplicación, y con diferentes aportes poder o, en este caso, el representante estatal
teóricos. suele tener mayor validez. En efecto, frecuen-
El primer supuesto erigido alrededor de temente los argumentos relacionados al presu-
esta noción y de las prácticas participativas su- puesto, a los tiempos de rendición, etcétera,
pone una idea de ampliación de la esfera pú- operan explícita o implícitamente en las opi-
blica, a la vez que también supone una amplia- niones del resto de los participantes. Ejemplos
ción de la ciudadanía, a través de la apertura de estas situaciones se manifiestan en la prácti-
e intervención de la sociedad en parte de las ca cotidiana estatal.
decisiones públicas que los afectan. Por el cuarto supuesto, entendemos que
El segundo supuesto, supone a la partici- la participación ciudadana pareciera disponer
pación ciudadana como una instancia supe- (por lo menos a simple vista) de mayor legiti-
radora de las limitaciones de la democracia midad que otras instancias de representación,
representativa. Es decir que se supone que a ya que es vista como una forma genuina para
través de las diferentes instancias de partici- la expresión de los puntos de vistas de diferen-
pación ciudadana se habilitan espacios para tes sectores de la sociedad. Este supuesto de
la expresión de intereses de los sectores menos genuina representación encuentra sustento en
poderosos. Esto se evidencia en la reiterada ex-
presión, en los fundamentos de los diferentes
proyectos y programas, de crear políticas pú-
3 Retomaremos las características o dificultades
blicas “de abajo hacia arriba”.
que por lo general afloran en los “trabajos de
El tercer supuesto, consiste en el ideal de
gestión”, las cuales ya hemos analizado en otra
horizontalidad. Respecto a este supuesto en-
oportunidad (Guiñazu, 2016): presupuesto
tendemos que en términos de prácticas políti-
acotado; tiempos escasos para trabajo en “te-
cas y de gestión, lo que se busca es abandonar
rreno” y producción, interpretación y elabora-
los modelos de gestión jerárquicos, para adop-
ción de resultados; necesidad de presentación
tar modelos más horizontales y coordinados
de resultados estandarizados; corresponden-
entre los diferentes actores involucrados. En las
cia con las agendas y tiempos institucionales
dinámicas de trabajo participativas observadas
y/o políticos; y atención de emergentes que
y analizadas, hemos advertido que, si bien esta
dificultan la concreción de lo planificado en
búsqueda de horizontalidad es enunciada y
tiempo y forma. Estas características contri-
puede estar guiando las formas de trabajo que
buyen a que, más allá de la voluntad explíci-
se denominan “en territorio”, finalmente la
ta de las instituciones y de los profesionales
disparidad de jerarquías termina aflorando de
intervinientes en generar y profundizar las
igual manera por algunas de las características
instancias y formas de intercambio, la realiza-
que tiene el desempeño profesional en el Es-
ción de capacitaciones internas, etcétera”, en
ocasiones, la dinámica estatal excede estas vo-
luntades, y si de apurar procesos de trata, por
lo general, las directivas operan en detrimento
de las voces de aquellos que “participan”.
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la conjeturada escasez de mediación entre Es- nes4 de políticas, planes y programas estatales.
tado y sociedad, de manera tal que se evitaría Este supuesto se relaciona a la creencia en la
la ambigüedad de los intereses de la sociedad transparencia y honestidad de la sociedad y sus
(Perelmiter, 2007). organizaciones.
Una cuestión se torna central aquí y es Entonces, con esta introducción de las
la de la representación. Con ello hacemos idealizaciones y supuestos que operan en las
referencia a repensar los medios y las formas enunciaciones sobre la participación ciudada-
mediante las cuales se convoca a los represen- na, o simplemente sobre la “participación” de
tantes. Es decir, a quiénes se convoca, cómo y la sociedad en el Estado y el desarrollo de sus
de qué manera se los convoca, y principalmen- políticas públicas, se entiende que esta partici-
te cómo afectan las formas que adquiere esta pación estaría implicando cierto “control” de
convocatoria a los espacios de participación. parte de la sociedad sobre las problemáticas
En las diferentes experiencias transitadas en públicas (De Piero, 2005). Pero, este discurso
gestión de políticas públicas, hemos observa- que presenta el lado beneficioso y amigable de
do que estas convocatorias suelen restringirse la participación disimula algunas limitaciones
a aquellas organizaciones o representantes que y eventuales peligros de la misma y que, hasta
están con mayor cercanía al Estado. Es decir aquí, hemos mencionado sólo de modo sutil.
que, si bien discursivamente las convocatorias Por ejemplo, en estas prácticas de convocato-
son abiertas, desde las dependencias estatales se ria, participación e interacción entre Estado y
decide a quiénes convocar, o con quiénes tener sociedad, se visualizan tanto la intención de
mayor insistencia para la participación y con normalización estatal, como el encauzamiento
quiénes no. En relación al supuesto anterior, de las formas de exigencia, acción y presión
encuentro aquel otro que idealiza a las organi- al Estado. Referimos también a los peligros
zaciones de la sociedad civil al considerar que de la auto-responsabilización que recae sobre
estas mantienen un fuerte compromiso con los actores participantes en torno a los resul-
la sociedad en general. Un compromiso que tados, posibles errores de ejecución, demoras
no se encontraría “contaminado” por intere- en los desembolsos por falta de acuerdos y por
ses políticos, estatales o sindicales, es decir que rendiciones de fondos que no se ajusten a los
se concibe a la sociedad civil como separada estándares estatales. Incluso, como ejemplos
de los vicios y estructuras políticas y estatales. de estos peligros, mencionaremos que en la
Cuando esta separación deja de ser evidente ejecución de diferentes programas y puntual-
comienzan a recaer sospechas de clientelismo, mente del ReTeCI, hemos observado que lue-
cooptación, compra, etcétera, sobre quienes go de una seguidilla de experiencias fallidas en
participan. las tareas de rendición, de presupuestos, o de
En sexto lugar, mencionaremos aquel su- aquellas que implican la continuidad o desem-
puesto en torno al mejoramiento de la ges-
tión estatal, a través de la contribución de la
sociedad en la reforma estatal con el objetivo
4 En las “fundamentaciones” que aquí men-
de mejorar su desempeño, incrementar su efi-
cionamos, se evidencian acciones de “copiar
ciencia y principalmente, aportar transparen-
y pegar” entre diferentes PPyP. Estas acciones
cia a la acción estatal. Estos argumentos están
están demostrando la necesidad de exponer
vigentes y son retomados principalmente por
un discurso políticamente correcto de modo
ONG, por organismos multilaterales de crédi-
de desempeño y ejecución de PPyP que, por
tos y son reproducidos en las fundamentacio-
lo general, no se corresponde tanto en la prác-
tica concreta de esos instrumentos.
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tiva establecía sólo algunos pocos lineamien- dos al INAI y en instancias de intercambio
tos, utilizando para ello nociones ambiguas con el personal del INAI.
o sin definición concreta que generaron dis- En algunos casos, las autoridades provin-
cusiones en torno a las formas a través de las ciales se negaron a iniciar el diálogo con el INAI
cuales llevar a cabo el relevamiento propuesto para establecer las modalidades de ejecución,
y, principalmente, en torno a sus limitaciones manifestando desinterés y descompromiso por
y alcances. Esta es una Ley que, debido a su atender a la cuestión indígena provincial. Las
carácter de orden público, cuenta con obliga- provincias que se negaron a ejecutar el ReTeCI
toriedad de cumplimiento en todo el territorio son mayormente aquellas que presentaban un
nacional. Para llevar a cabo la ejecución de esta alto grado de conflictividad y enfrentamiento
política, el Consejo de Participación Indígena con las comunidades originarias. Por este mo-
(en adelante, CPI) y el Instituto Nacional de tivo, muchas de estas comunidades se movi-
Asuntos Indígenas (en adelante, INAI) dieron lizaron, exigiendo e ideando alternativas para
forma al programa nacional de Relevamiento poder dar cumplimiento al ReTeCI. Entre es-
Territorial de Comunidades Indígenas (ReTe- tas alternativas se destaca la solicitud de una
CI). Atendiendo a un objetivo de descentrali- ejecución centralizada, es decir, una ejecución
zación, se previó la conformación de Unida- que ante la falta de conformación de un ETO
des Ejecutoras Provinciales (en adelante, UP), provincial, sea realizada por un equipo técni-
integradas tanto por representantes del Poder co del INAI. Ejemplos de esta modalidad se
Ejecutivo provincial, como de las comunida- encuentran en comunidades en las provincias
des originarias, y por un Equipo Técnico Ope- argentinas de Neuquén, Formosa, Misiones y
rativo (en adelante, ETO). Entonces, más allá San Luis, entre otras.
del alcance nacional establecido para esta Ley, Esta figura de ejecución centralizada se
y atendiendo al objetivo de descentralización, presentó también en otras provincias, pero
cada provincia tenía las facultades para iniciar impulsadas por motivos diferentes. Para el
el relevamiento de manera independiente. caso de Córdoba se debió a la escasa cantidad
Esta modalidad de ejecución generó contras- de comunidades registradas, lo cual según se
tes e inconvenientes en relación al inicio del expone en los informes de gestión “no justifi-
relevamiento. Incluso, acercándose el inicial ca la convocatoria y financiación de un ETO
plazo de finalización establecido de vigencia provincial”. En otros casos, las provincias
de la Ley, una cantidad considerable de pro- acordaron con el INAI la ejecución centraliza-
vincias aún no había presentado ningún tipo da de todo el relevamiento provincial. Así fue
de resultado de ejecución. Atendiendo a este en los casos de Catamarca, Salta, Entre Ríos,
dispar contexto se dispuso la primera prórroga San Juan, La Pampa y Tierra del Fuego. Para el
de la Ley, tanto para dar continuidad (y finali- caso de La Rioja, como no se disponían de da-
zación) a los relevamientos ya iniciados, como tos de comunidades registradas en el Registro
para darle inicio en aquellas provincias que Nacional de Comunidades Indígenas (RENA-
aún no lo habían comenzado. Esta dinámica CI), se demoró el inicio hasta que se estable-
diferencial entre provincias se debió a los dis- ciera un proceso de organización comunitaria.
pares contextos políticos, sociales y económi- Según se ha explicitado en reuniones de
cos provinciales. Agruparemos aquí, en líneas técnicos del INAI y ETOs provinciales para
generales, las principales motivaciones que socializar el estado de situación de la Ley, al-
derivaron en la inejecución o demoras en el gunas provincias que habían iniciado el rele-
ReTeCI, según se expuso en los informes de vamiento, revelaron una ejecución “indebida
gestión de las diferentes provincias presenta- y arbitraria”, debido a que el proceso se rea-
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lizó “repartiendo los papeles y cuestionarios Diferentes versiones del programa se pu-
en las comunidades y apurándolas a que los sieron a consideración de los representantes
entreguen completos lo antes posible”5. Ante indígenas nucleados en el Consejo de Partici-
este escenario, se dispuso la intervención del pación Indígena (CPI), y finalmente, fue en
equipo centralizado del INAI, con el fin de el marco del Segundo Encuentro Nacional
monitorear la correcta ejecución del ReTeCI. del CPI, ocurrido en marzo del 2007, que se
Para el caso de Mendoza, se registró que aprobó la versión final del ReTeCI, luego de
la negativa provincial para dar inicio a la eje- jornadas de trabajo en las cuales se expusie-
cución del ReTeCI se debía a la incoherencia ron, evaluaron y debatieron los procedimien-
o incompatibilidad con otras leyes vigentes o tos técnicos y la metodología para la imple-
en ejecución. Por último, algunas otras pro- mentación del relevamiento. En este marco
vincias, como el caso de Rio Negro, habían de consulta y trabajo conjunto entre Estado,
llegado a esta fecha de finalización con algunas representantes indígenas y comunidades, acor-
pocas comunidades relevadas, y otras Carpetas daron cuestiones centrales para la forma que
Técnicas en proceso. tomó el programa de relevamiento. Por un
lado, se acordó la mencionada conformación
3.2. La ordenación del ReTeCI: de ETOs provinciales para ejecutar el ReTeCI.
objetivos, límites y alcances Por otro lado, se acordó la articulación de este
Las provincias argentinas que dieron inicio al programa con el programa de Fortalecimiento
relevamiento lo hicieron siguiendo los linea- Comunitario (PFC)6 y la reglamentación de la
mientos establecidos por el INAI en sus ins- Ley 26.160.
tructivos y en las instancias de capacitación Resueltas y reglamentadas las formas del
inicial. Atendiendo a ellos, se dio inicio a un ReTeCI, desde el INAI se estableció y se plas-
relevamiento informativo que, más allá de lo mó en el Manual del relevamiento que uno de
que se expone en la reglamentación de la Ley, sus principales intereses es garantizar el reco-
hasta el momento, no brinda garantía de re- nocimiento de la posesión y propiedad comu-
conocimiento de la propiedad del territorio a nitaria que tradicionalmente ocupan las co-
la comunidad que lo habita y construye coti-
dianamente. En efecto, un problema común
entre las comunidades originarias del país es el 6 Resolución del INAI 235/04, la cual especi-
acceso al territorio. Esta problemática territo- fica que su objetivo es acompañar a las Co-
rial se manifiesta de diferentes maneras como, munidades Indígenas en todas las acciones
por ejemplo, en la imposibilidad de recupe- tendientes a consolidar la posesión de la tierra
ración y reconocimiento de sus territorios, y que ocupan, con el objetivo de alcanzar la
también, por los múltiples conflictos y proce- Propiedad Comunitaria de las mismas. Con
sos de desalojo que enfrentan las comunidades ese fin, el INAI subsidia a las Comunidades
a partir de sus acciones políticas territoriales. para afrontar las erogaciones económicas que
El ReTeCI es uno de los mecanismos especí- acarrean las labores profesionales ejercidas en:
ficos destinados desde el Estado nacional, a Acciones y/o defensas judiciales, asesoramien-
través del INAI, a la atención de esta proble- to jurídico/contable, talleres de capacitación
mática territorial. legal, ejecución de mensuras, intervención de
escribanos, antropólogos y otros profesiona-
les. Este programa comparte el mismo espíri-
tu de la Ley; debido a ello se complementan y
5 Fuente: Informe de Gestión INAI. se articulan.
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2009). Además, se expone que entre sus accio- Con el correr de los años dentro de este
nes permanentes está el interés en el impulso modelo de relacionamiento, algunas políti-
de la participación de las comunidades en el cas públicas han comenzado a trascender y
diseño y gestión de “las políticas de Estado apuntalar otros tipos de participación en su
que las involucran, respetando sus formas de interior, que coexistieron y coexisten en la
organización tradicionales”. En coherencia actualidad. En este sentido, la política públi-
con estas expresiones inclusivas y participa- ca que aquí analizamos es una de ellas y ha
tivas, su política presupuestaria institucional marcado grandes diferencias con las políticas
manifestaba como prioridad la promoción de indigenistas anteriores por varios motivos.
la organización y participación indígena en los Primero, por fomentar la participación en la
temas que afectan a las comunidades. etapa de diseño del programa de relevamiento.
En este contexto, tal como se expone en Segundo, por contar con financiamiento para
los documentos de política presupuestaria de la efectiva participación de indígenas en el
este instituto en los últimos años, entre sus proceso de ejecución. Y, tercero, por la poste-
objetivos específicos se encuentra aquel que rior reorientación del programa atendiendo a
busca el fortalecimiento de las instancias or- reclamos indígenas que se originaron en parte,
ganizacionales y de participación “a través de como resultado de esa experiencia participati-
la promoción del Consejo de Participación va en la ejecución del ReTeCI. Entonces, en
Indígena (CPI) y del Encuentro Nacional de este punto, nos interesa retomar las implican-
Organizaciones Territoriales de los Pueblos cias, posibilidades y limitaciones que hemos
Originarios (ENOTPO)”. Según se argumen- expuesto para la participación ciudadana, para
ta desde este Instituto, de esta manera se busca indagar y analizar cómo estas se manifiestan
respaldar y reforzar “las asambleas elecciona- en las políticas indigenistas a través de las in-
rias para garantizar la representación genuina vocaciones de “participación indígena”. Por lo
de las autoridades elegidas democráticamente, tanto, pasaré a exponer lo que presento como
quienes llevarán la voz de las comunidades una doble relectura del concepto de partici-
a las asambleas nacionales, incidiendo en la pación ocurrido en el marco del ReTeCI. La
agenda de los órganos de representación y en primera relectura a la que hacemos referencia
la participación en la formulación de políti- trastoca los supuestos de despolitización de la
cas de Estado” (Política Presupuestaria, INAI, participación y del compromiso de quienes
2007). Como puede observarse en estos pasa- participan. En este sentido, desde el inicio de
jes seleccionados de diferentes documentos del la ejecución del ReTeCI en el año 2009 se han
INAI, desde el Estado nacional se manifiesta producido dos grandes modificaciones. Por un
el interés de interactuar con los indígenas y de lado, se ha modificado el eje de convocatoria
fomentar su participación en las políticas pú- e interpelación estatal para la participación. Es
blicas que les competen a través de la creación decir que, comenzó a interpelarse a los parti-
de diferentes instancias estatalmente legítimas cipantes desde su compromiso político, fuera
de participación. Como ya lo hemos expuesto, este partidario, o no. Y, por otro lado, quienes
de esta manera, se regulan y normalizan los participaban del ReTeCI como referentes in-
modos y canales de interacción y participa- dígenas, asistentes o técnicos, comenzaron a
ción. Aunque la aceptación de participación explicitar sus posicionamientos políticos. Por
de parte de los indígenas en estas instancias lo tanto, entendemos que estas modificaciones
no implican pasividad o sumisión, sino otras dan cuenta de una politización de la partici-
formas de ejercicio de la agencia política. pación. No obstante, esta relectura o en otras
palabras esta participación politizada en el de-
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venir de la práctica del ReTeCI, se enfrentó a de los ideales de no cooptación, compra, con-
una paradoja en los discursos y prácticas esta- taminación, de neutralidad, etcétera. En este
tales: aquella que, por un lado, interpelaba a sentido, comienzan a reemplazarse las enun-
las organizaciones indígenas y representantes ciaciones de separación del Estado por aque-
desde su politicidad, mientras que se regula- llas que empiezan a dar cuenta que, al menos
ban las formas de esa participación y se gene- en esta política pública, los indígenas partici-
raban ámbitos separados para discusiones de pantes son parte del Estado.
temas políticos o de temas técnicos. De esta En los siguientes fragmentos de entrevis-
manera, regresamos una vez más a la cuestión tas realizadas a diferentes militantes indígenas,
de la prescripción de la participación y a cuáles puede notarse cómo más allá de las enuncia-
son las formas politizadas aceptables y hasta ciones participativas, en el devenir de la prác-
donde tienen habilitada su penetración. tica del ReTeCI, se experimentaron trabas de
La segunda relectura es aquella que se diferente índole (de voluntad, de presupuesto,
relaciona con los supuestos de necesaria se- de convocatoria, de tiempos, entre otras) para
paración de la sociedad civil del Estado y sus hacer efectiva esa participación intraestatal o
estructuras. En este sentido, se producen cam- ese trabajo en el Estado. Al respecto, un mi-
bios en las formas de participación en las que litante indígena de la Zona Andina comenta
la relación entre indígenas y Estado ya no pue- que su participación “no duró mucho” debido
de ser vista como interacción, sino que más a que: “al final toda esa cosa que pensaba si no
bien pasa a ser una participación intraestatal. te dejan actuar no sirve de nada, querés viajar
Una participación que se da en las mismas no hay plata, querés moverte no hay camio-
instituciones del Estado y con financiamiento neta, siempre las tienen los mismos y siempre
estatal no sólo para las actividades de ejecu- todas las trabas que te puedas imaginar, así
ción de la política pública, sino también para que después me fui” (militante indígena, Zona
pago de salarios de estos nuevos participan- Andina). Es decir que, más allá de la apertura
tes. Es decir que, al penetrar la participación para la participación, existen limitaciones de
dentro de todos los pasos de conformación acción y presupuestos que no garantizan los
de una política pública, se han diseñado po- alcances de esa participación. En una línea
líticas –como el ReTeCI– en las que se han similar al fragmento anterior, el segmento
exigido, disputado y obtenido espacios de par- que sigue refleja cómo el ideal participativo,
ticipación dentro de los esquemas de trabajo. en ocasiones, no se expresa en las prácticas
De este modo, y para complejizar el mismo o contenidos elaborados: “y yo me pregunto
término de participación, deberíamos hablar entonces… ¿la participación indígena dónde
en estos casos de una apertura del trabajo en el está? ¿Para qué sirve? Todas las propuestas que
Estado hacia nuevos actores, como los propios tenemos de participación, no pueden imple-
indígenas. Esto a su vez, nos lleva a otro punto mentarse por siempre escusas diferentes” (mi-
importante que tiene que ver con la simulta- litante indígena, Zona Andina, 2011). En este
neidad o superposición de roles. Por ejemplo, sentido, pareciera que más allá de la apertura
estos participantes indígenas devienen en re- discursiva y estructural para la participación,
ferentes, técnicos, políticos y beneficiarios a la muchas veces las propuestas indígenas no son
vez de los efectos y resultados de esa política tenidas en cuenta7. No obstante, lejos de re-
pública. Entonces, en esta nueva modalidad
de participación intraestatal, se disputa aquel
supuesto de necesaria separación del Estado
7 Es decir que, en ocasiones, la estructura bu-
y la sociedad, que posibilitaba la mantención
rocrática, los tiempos y presupuestos acota-
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Samanta Guiñazú “La performatividad de las Políticas Públicas”
nunciar a estos espacios, ante estas situaciones ral y en las políticas indigenistas en particular.
y comentarios que tuvieron lugar de forma Desde esta perspectiva, hemos encuadrado a
reiterada, los indígenas participantes comen- las dos normativas como políticas públicas
zaron a interpelar también a los técnicos de participativas que responden a un objetivo y
diferentes disciplinas que se desenvolvían en a un modo particular de interacción entre el
las áreas de trabajo del Equipo Técnico. Esta Estado y la sociedad.
interpelación buscaba articular esa participa- En este sentido, hemos presentado dis-
ción y posibilitar la visibilidad de sus propues- cusiones que si bien han excedido al caso de
tas, haciéndolas llegar por otros canales como análisis, han sido de utilidad para la identi-
la voz de los técnicos. ficación, reconocimiento y comprensión de
Hemos expuesto hasta aquí, los cambios categorías (como por ejemplo, participación
en las configuraciones de relacionamiento en- ciudadana, participación indígena, etcétera),
tre Estado y sociedad, y las repercusiones de roles (técnicos, asistentes, etcétera), supuestos
estas modificaciones en las formas de inter- (neutralidad, transparencia, horizontalidad,
pelación estatal a los diferentes actores de la etcétera) y disputas (limitaciones, efectiva par-
sociedad. Con este recorrido, ha sido nuestro ticipación, auto-responsabilización, politiza-
propósito exponer que las formas adquiridas ción, etcétera) presentes en los instructivos de
por la ejecución del ReTeCI estuvieron per- ejecución del ReTeCI y en los discursos de sus
meadas y condicionadas por estas formas am- técnicos y participantes.
pliadas de relacionamiento. No obstante, re- Finalmente, hemos puntualizado en las
marcaremos que la mencionada participación nociones de participación ciudadana y partici-
intraestatal no sólo da cuenta de una voluntad pación indígena como construcciones discur-
estatal de articulación. Esta forma de partici- sivas y como campos prácticos y simbólicos
pación intraestatal es resultado del accionar de que prescriben formas a través de las cuales
la agencia indígena que ha sabido tensionar y se digita el relacionamiento entre Estado y
disputar espacios de participación y ha desple- sociedad, o entre Estado e indígenas. Mien-
gado diferentes agentividades, con el objetivo tras que, a la vez, hemos explicitado que estas
de moldear las formas de relacionamiento y construcciones discursivas y sus prescripciones
reconocimiento propuestas estatalmente. se orientan al encauzamiento y normalización
de los resultados, disputas y tensiones que se
Conclusiones producen con y desde esta participación. Estos
En este artículo de investigación nos hemos intentos de normalización y prescripción para
propuesto presentar la Ley 26.160 y su pro- el modo de ejecución de esta política pública
grama de Relevamiento, enmarcándolos desde han encontrado tensiones, disputas y resigni-
discusiones más amplias en torno a las formas ficaciones por parte de la agencia indígena.
de relacionamiento entre Estado y sociedad Una agencia que lejos de aceptar pasivamente
que influyen en las políticas públicas en gene- formas y requisitos ha moldeado el curso del
reconocimiento estatal. Además, han exigido
que la invocación a su participación en la eje-
cución de esta política no sea una repetición
dos, la aparición de emergentes, el ajuste a las
discursiva propia de una modalidad de gestión,
agendas políticas, etcétera, son factores que
sino que la misma dé cuenta de que la partici-
afectan y constriñen las reales posibilidades
pación indígena tiene especificidades respecto
de participación y de incorporación de los
de la participación ciudadana como, por ejem-
aportes surgidos en el trabajo colaborativo
plo, estar garantizada constitucionalmente.
producto de esas instancias participativas.
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