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EPÍSTOLA.
Invitación a la generosidad
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 8, 1-9
Hermanos: Ahora queremos darles a conocer una gracia de Dios con que
fueron favorecidas las Iglesias de Macedonia.
Puedo atestiguar que lo hicieron según sus medios, e incluso por encima
de sus medios; espontáneamente nos recordaban, y con mucha
insistencia, esa iniciativa generosa y ese compartir que es la ayuda a los
santos.
Por eso rogué a Tito que, habiendo él comenzado entre ustedes esta obra
de caridad, la llevara también a cabo.
Salmo Interleccional Sal 33, 16-17. 18-19. 20-21. 22-23. (R.: cf. 20)
Salmo 54, 23, 18, 18 y 19
Arroja sobre el Señor, tus cuidados y él te sustentara. v/. Cuando
invoqué al Señor, oyó mi voz, librándome de los que me asaltan.
R. Recuerda, Señor, tu alianza y no olvides para siempre las vidas de
tus pobres.
Señor, tuyo es el día, tuya también la noche, tú afirmaste la luna y el sol;
fijaste las fronteras de la tierra, formaste el verano y el invierno. R.
Ten presente tu alianza, porque todos los rincones del país están repletos
de violencia. Que el débil no retroceda lleno de confusión, que el pobre y
el oprimido alaben tu Nombre. R.
EVANGELIO
No hacen lo que dicen
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo Jesús habló tanto para el pueblo como para sus
discípulos:
"Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó
Moisés. Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten,
porque ellos enseñan y no practican.
Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las
espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para
moverlas.
Todo lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren esas largas citas de
la Ley que llevan en la frente, y los largos flecos de su manto.
Les gusta ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos
reservados en las sinagogas. Les agrada que los saluden en las plazas y
que la gente los llame Maestro.
Salmo Interleccional Sal 44, 16-17. 18-19. 20-21. 22-23. (R.: cf. 20)
Ahora tú, hija, atiéndeme y escucha: olvida a tu pueblo y la casa de tu
padre, y tu hermosura al rey conquistará. Él es tu Señor:
Ten presente tu alianza, porque todos los rincones del país están repletos
de violencia. Que el débil no retroceda lleno de confusión, que el pobre y
el oprimido alaben tu Nombre. R.
EVANGELIO
Ya viene el esposo, salgan a su encuentro
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: escuchen, pues, lo que
pasará entonces en el Reino de los Cielos. Diez jóvenes salieron con sus
lámparas para salir al encuentro del novio. Cinco de ellas eran
descuidadas y las otras cinco precavidas.
Las descuidadas tomaron sus lámparas como estaban, sin llevar más
aceite consigo. Las precavidas, en cambio, junto con las lámparas,
llevaron sus botellas de aceite.
Mientras fueron a comprar el aceite, llegó el novio; las que estaban listas
entraron con él a la fiesta de las bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron las otras jóvenes y llamaron: "Señor, Señor, ábrenos."
Pero él respondió: "En verdad, se lo digo: no las conozco."
En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay
temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce el amor perfecto.
Amemos, pues, ya que él nos amó primero.
Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame
también a su hermano.
Bendigamos al Señor.
Salmo Interleccional Sal 33, 16-17. 18-19. 20-21. 22-23. (R.: cf. 20)
R. Recuerda, Señor, tu alianza y no olvides para siempre las vidas de
tus pobres.
Señor, tuyo es el día, tuya también la noche, tú afirmaste la luna y el sol;
fijaste las fronteras de la tierra, formaste el verano y el invierno. R.
Ten presente tu alianza, porque todos los rincones del país están repletos
de violencia. Que el débil no retroceda lleno de confusión, que el pobre y
el oprimido alaben tu Nombre. R.
Aleluya. Sal 5, 2.
R. Aleluya, aleluya.
Oye, Señor, mis palabras con tus oídos: escucha mi clamor. Aleluya.
EVANGELIO
No juzguen y no serán juzgados
+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 36-42
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: sean compasivos como es
compasivo el Padre de ustedes.
LECCIÓN.
Yo haré llover pan del cielo
Lectura del libro del Éxodo 15, 27: 16, 1-7.
En aquellos días: llegaron los hijos de Israel a Elim, donde había doce
manantiales de agua y 70 palmeras; y acamparon junto a las aguas. Y
partieron de Elim y toda la multitud de los hijos de Israel vino a parar al
desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí, el día quince después del
mes segundo de la salida de Egipto.
Pero el Señor dijo a Moisés: Pues yo haré que les llueva pan del cielo.
Salga el pueblo y recoja lo que baste para cada día, para probar si se
ajusta o no a mi ley. Más el día sexto prevengan lo que han de reservar y
recojan el doble de lo que solían recoger cada día. Y dijeron Moisés y
Aarón a todos los hijos de Israel: Esta tarde conoceréis que el Señor es
quien los ha sacado de la tierra de Egipto; y mañana verán la gloria del
Señor.
Bendigamos al Señor.
EVANGELIO
Bendito el que viene en el nombre del Señor
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 1-9
En aquel tiempo, Jesús se acercó a Jerusalén y al llegar a Betfagé, al
monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos, diciéndoles: "Vayan al
pueblo que está enfrente, e inmediatamente encontrarán un asna atada,
junto con su cría. Desátenla y tráiganmelos. Y si alguien les dice algo,
respondan: "El Señor los necesita y los va a devolver en seguida".
EPÍSTOLA.
Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 5-11
Hermanos: Entre ustedes tengan la misma actitud del Mesías Jesús: El,
siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su
condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo,
tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así,
hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó
incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que
está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la
rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan
públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Bendigamos al Señor.
Salmo Interleccional Sal 72, 1-2. 26-27. 23-24. (R.: cf. 23b-24)
R. Tomaste mi mano derecha; y me guiaste según tu voluntad.
En verdad bueno es Dios para Israel, el Señor para los de puro corazón.
Por poco mis pies se me extravían, nada faltó para que mis pasos
resbalaran. R.
EVANGELIO
Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo
+ Evangelio de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo según
san Mateo 26, 36-75; 27, 1-60
Jesús ora en el huerto. Su agonía
+ -¿Con que no han podido velar una hora conmigo? Velen y oren para
no caer en la tentación; pues el espíritu es decidido, pero la carne es
débil.
+ -Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu
voluntad.
C. Y viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque tenían los ojos
cargados. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba, repitiendo las
mismas palabras. Luego se acerca a sus discípulos y les dice:
+ -Ya pueden dormir y descansar. Miren, está cerca la hora, y el Hijo del
Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levántense,
vamos! Ya está cerca el que me entrega.
S. -¡Salve Maestro!
S. -Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo
de Dios.
C. Jesús le responde:
+ -Tú lo has dicho. Más aún, yo les digo: Desde ahora verán que el Hijo
del Hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene
sobre las nubes del cielo.
C. Y ellos contestaron:
C. Jesús respondió:
+ -Tú lo dices.
S. -No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho
soñando con Él.
C. Ellos dijeron:
S. -A Barrabás.
C. Contestaron todos:
S. -Que lo crucifiquen.
C. Él dijo:
S. -¡Que lo crucifiquen!
C. Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?. Algunos
de los que estaban por allí, al oírlo, dijeron:
Jueves Santo
CENA DEL SEÑOR
EPÍSTOLA.
Cada vez que comen del pan y beben del cáliz, proclaman la muerte del
Señor
Lectura de primera la carta de San Pablo a los Corintios 11, 20-32
Hermanos: Ustedes, pues, se reúnen, pero ya no es comer la Cena del
Señor, pues cada uno empieza sin más a comer su propia comida, y
mientras uno pasa hambre, el otro se embriaga.
Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están
proclamando la muerte del Señor hasta que venga. Por tanto, el que
come el pan o bebe la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo
y la sangre del Señor.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con
justicia y guías a las naciones de la tierra. R.
La tierra ha dado su fruto: el Señor, nuestro Dios, nos bendice. Que Dios
nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.
EVANGELIO
Los amó hasta el extremo
+ Lectura del santo Evangelio según San Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora
de salir de este mundo para ir al Padre, como había amado a los suyos
que quedaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en el corazón
de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle.
Jesús, por su parte, sabía que el Padre había puesto todas las cosas en
sus manos y que había salido de Dios y que a Dios volvía.
Entonces Pedro le dijo: “Señor, lávame no sólo los pies, sino también las
manos y la cabeza.”
Jesús sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: “No todos ustedes están
limpios.”
Viernes Santo
PASIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR
PRIMERA LECCIÓN.
Quiero misericordia y no sacrificios
Lectura del libro de Oseas 6,1-6
Vengan, volvamos al Señor: Él nos ha desgarrado, pero nos sanará; ha
golpeado, pero vendará nuestras heridas. Después de dos días nos hará
revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia.
¿Qué haré contigo, Efraím? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque el amor de
ustedes es como nube matinal, como el rocío de pronto se disipa. Por eso
los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las
palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. Porque yo quiero
amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos.
Bendigamos al Señor.
SEGUNDA LECCIÓN.
Prescripciones sobre la cena pascual
Lectura del libro de Éxodo 12, 1-11
El Señor dijo a Moisés y a Aarón, en el país de Egipto:
“Este mes será para ustedes el comienzo de los meses, el primero de los
meses del año. Hablen a la comunidad de Israel y díganle: El día décimo
de este mes tome cada uno un cordero por familia, un cordero por casa.
EVANGELIO
Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo
+ Evangelio de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo según
san Juan 18,1-19,42
Prisión de Jesús
C. En aquel tiempo Jesús salió con sus discípulos al otro lado del
torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus
discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se
reunía a menudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la
patrulla y unos guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos entró
allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía
sobre él, se adelantó y les dijo:
C. Le contestaron:
S. -A Jesús el Nazareno.
+ -Yo soy.
S. -A Jesús el Nazareno.
C. Jesús contestó:
+ -Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen marchar a éstos.
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado
del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba
Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
C. Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene que
muera un solo hombre por el pueblo.» Simón Pedro y otro discípulo
seguían a Jesús. Ese discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró
con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó
fuera, a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote,
habló a la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
C. Él dijo:
S. -No lo soy.
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una
bofetada a Jesús, diciendo:
C. Jesús respondió:
S. -No lo soy.
C. Le contestaron:
C. Jesús le contestó:
C. Pilato replicó:
C. Jesús le contestó:
C. Pilato le dijo:
C. Jesús le contestó:
+ -Tú lo dices: Soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al
mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad,
escucha mi voz.
C. Pilato le dijo:
C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S. -Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre ustedes
que por Pascua ponga a uno en libertad. ¿Quieren que le suelte al rey de
los judíos?
C. Volvieron a gritar:
S. -Aquí lo tienen.
S. -¡Crucifícalo, crucifícalo!
S. -Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se
ha declarado Hijo de Dios.
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más y, entrando otra
vez en el Pretorio, dijo a Jesús:
C. Jesús le contestó:
S. -Si sueltas a ése, no eres amigo del César. Todo el que se declara rey
está contra el César.
C. Ellos gritaron:
La Crucifixión
C. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de
la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con
él a otros dos, uno a cada lado, y en medio Jesús. Y Pilato escribió un
letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: JESUS EL
NAZARENO, EL REY DE LOS JUDIOS.
Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde
crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
S. -No escribas «El rey de los judíos», sino «Este ha dicho: Soy rey de los
judíos.
Muerte de Jesús
+ -Tengo sed.
Sepultura de Jesús
Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día
a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este
fue el primer día.
Dios dijo: "Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que
establezca una separación entre ellas". Y así sucedió.
Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él,
de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así
hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.
Dios dijo: "Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el
cielo, y que aparezca el suelo firme". Y así sucedió.
Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios
vio que esto era bueno.
Entonces dijo: "Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla
y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con
su semilla adentro". Y así sucedió.
Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.
Dios dijo: "Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el
día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que
estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra".
Y así sucedió.
Dios hizo que dos grandes astros -el astro mayor para presidir el día y el
menor para presidir la noche- y también hizo las estrellas.
Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día.
Dios dijo: "Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y
que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo".
Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres
vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies
de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno.
Así hubo una tarde y una mañana: este fue el quinto día.
Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado,
reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió.
Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases
de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y
Dios vio que esto era bueno.
Y continuó diciendo: "Yo les doy todas las plantas que producen semilla
sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les
servirán de alimento.
Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los
vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto
verde". Y así sucedió.
Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo
una tarde y una mañana: este fue el sexto día.
Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en
ellos.
El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la
obra que había emprendido.
SEGUNDA PROFECIA
Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado
Lectura del libro del Génesis 5, 32; 6; 7; 8, 1-21
Noé tenía quinientos años cuando fue padre de Sem, Cam y Jafet.
Cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre la tierra y les
nacieron hijas, los hijos de Dios se dieron cuenta de que las hijas de los
hombres eran hermosas, y tomaron por esposas aquellas que les
gustaron.
Noé, sin embargo, se había ganado el cariño de Yavé. Y dijo Dios a Noé:
“He decidido acabar con todos los seres vivos, pues la tierra está llena de
violencia por culpa de ellos, y los voy a suprimir de la tierra.
Meterás en el arca una pareja de todo ser viviente, o sea de todos los
animales para que puedan sobrevivir contigo; tomarás macho y hembra
Procúrate también toda clase de alimentos y almacénalos, pues te
servirán de comida a ti y a ellos.” Y Noé hizo todo lo que lo que Dios le
había mandado. Dios dijo a Noé: “Entra en el Arca, tú y tu familia, pues
tú eres el único justo que he encontrado en esta generación.
Porque dentro de siete días, haré llover sobre la tierra durante cuarenta
días y cuarenta noches, y exterminaré a todos los seres que creé.” Noé
hizo todo lo que el Señor le había ordenado.
Estuvo lloviendo sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. Ese
mismo día Noé entró en el arca con sus hijos Cam, Sem y Jafet, su
esposa y sus nueras, y los animales, Y Yavé cerró la puerta del arca
detrás de Noé.
El diluvio cayó durante cuarenta días sobre la tierra. Crecieron, pues, las
aguas y elevaron el arca muy por encima de la tierra. Las aguas subieron
y crecieron enormemente sobre la tierra, y el arca flotaba sobre las
aguas.
Las aguas iban bajando sobre la tierra. El día diecisiete del séptimo mes,
el arca descansó sobre los montes de Ararat.
Entonces Noé soltó a la paloma, para ver si las aguas se habían retirado
de la superficie de la tierra. Pero la paloma no encontró dónde posarse, y
volvió al arca, pues todavía las aguas cubrían toda la superficie de la
tierra. Noé extendió su brazo, tomó a la paloma y la introdujo en el arca.
Esperó siete días más y de nuevo soltó a la paloma fuera del arca. La
paloma regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de
olivo. Entonces Noé se dio cuenta que las aguas se habían retirado de la
superficie de la tierra. Todavía esperó otros siete días más y soltó a la
paloma, que ya no regresó más al arca.
El día veintisiete del segundo mes, la tierra estaba ya seca. Entonces
Dios habló de esta manera a Noé: “Sal del arca, tú y tu esposa, tus hijos
y tus nueras. Saca también contigo a todos los seres vivientes que tienes
dentro de todas las especies: aves, animales, bestias y reptiles que se
arrastran por el suelo. Que pululen, llenen la tierra y se multipliquen.”
Salió, pues, Noé y con él sus hijos, su esposa y sus nueras. Todos los
animales salvajes y domésticos, todas las aves y todos los reptiles que se
arrastran sobre la tierra, salieron por familias del arca.
TERCERA PROFECIA
El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Lectura del libro del Génesis 22, 1-16
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: ¡Abrahán!
Él respondió: «Aquí me tienes.» Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que
quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en
uno de los montes que yo te indicaré. »Abrahán madrugó, aparejó el asno
y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el
sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la
maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de
su hijo. Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún
hoy «El monte del Señor ve».
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mi
mismo -oráculo del Señor: Por haber hecho esto, por no haberte
reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes
como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus
descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos
los pueblos del mundo se bendecirán, ya que has obedecido mi voz".
CUARTA PROFECIA
Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
Lectura del libro del Éxodo 14, 24-31; 15, 1
En aquellos días, mientras velaban al amanecer, miró el Señor al
campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el
pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las
hizo avanzar pesadamente.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las
aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los
egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor
obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el
Señor y en Moisés, su siervo.
QUINTA PROFECIA
Vengan a mí, y vivirán; sellaré con ustedes alianza perpetua
Lectura del Profeta Isaías 54, 17; 55, 1-11
Esta es la herencia de los servidores del Señor y esta es la justicia ante
Mí, dice el Señor - «Oigan, sedientos todos, acudan por agua, también los
que no tienen dinero: vengan, compren trigo, coman sin pagar vino y
leche de balde. ¿Por qué gastan dinero en lo que no alimenta, y el salario
en lo que no da hartura?
Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos -oráculo
del Señor-. Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más
altos que los suyos, mis planes, que sus planes. Como bajan la lluvia y la
nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de
fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al
que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí
vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.», lo dice el
Señor Todopoderoso.
SEXTA PROFECIA
Camina a la claridad del resplandor del Señor
Lectura del Profeta Baruc 3, 9-38
Escucha, Israel, los mandamientos de vida; presta atención para
aprender a discernir. ¿Por qué, Israel, estás en un país de enemigos y
has envejecido en una tierra extranjera? ¿Por qué te has contaminado
con los muertos, contándote entre los que bajan al Abismo? ¡Tú has
abandonado la fuente de la sabiduría!
Otros más jóvenes han visto la luz y han habitado sobre la tierra, pero no
han conocido el camino de la ciencia, no han comprendido sus senderos.
Tampoco sus hijos la han alcanzado y se han alejado de sus caminos.
Ni siquiera los hijos de Agar, que buscan la ciencia sobre la tierra, ni los
mercaderes de Merrán y de Temán, inventores de fábulas y buscadores
de inteligencia, han conocido el camino de la sabiduría, ni se han
acordado de sus senderos.
Pero no fue a ellos a quienes Dios eligió y les dio el camino de la ciencia;
ellos perecieron por su falta de discernimiento, perecieron por su
insensatez.
SEPTIMA PROFECIA
¡Huesos secos! Les Infundiré espíritu y vivirán
Lectura del Profeta Ezequiel 37, 1-14
En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y con su Espíritu
el Señor me sacó y me colocó e n medio de un valle todo lleno de huesos.
Por eso profetiza y diles: Así dice el Señor: «Yo mismo abriré sus
sepulcros, y los haré salir de sus sepulcros, pueblo mío, y los traeré a la
tierra de Israel. Y cuando abra sus sepulcros y los saque de sus
sepulcros, pueblo mío, sabrán que soy el Señor. Les infundiré mi espíritu
y vivirán; los colocaré en su tierra y sabrán que yo, el Señor, lo digo y lo
hago.» Oráculo del Señor.
OCTAVA PROFECIA
El vástago del Señor será ornamento para los supervivientes
Lectura del Profeta Isaías 4, 1-6
Siete mujeres agarrarán a un hombre, en aquel día, diciendo:
“comeremos nuestro propio pan y nos vestiremos con nuestra ropa, con
tal de llevar tu nombre: ¡borra nuestra afrenta!".
El renuevo del Señor glorificado. Aquél día, el germen del Señor será la
hermosura y la gloria de los sobrevivientes de Israel, y el fruto del país
será su orgullo y su ornato.
“Este mes será para ustedes el comienzo de los meses, el primero de los
meses del año. Hablen a la comunidad de Israel y díganle: El día décimo
de este mes tome cada uno un cordero por familia, un cordero por casa.
DECIMA PROFECIA
Los ninivitas se convirtieron de su mala vida
Lectura del Profeta Jonás 3, 1-10
Vino la palabra del Señor sobre Jonás:
—«Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te
digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una
gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a
entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: —«¡Dentro
de cuarenta días Nínive será destruida!»
UNDECIMA PROFECIA
Sé valiente y firme, porque llevarás a los hijos de Israel a la tierra
prometida
Lectura del libro del Deuteronomio 31, 22-30
Moisés, pues, escribió aquel día este cántico y se lo enseñó a los hijos de
Israel.
Luego dio orden a Josué, hijo de Nun: "Sé valiente y firme, porque tú
llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les tengo prometida, y yo
estaré contigo."
Reúnan junto a mí a todos los ancianos y los oficiales de todas las tribus,
que voy a pronunciar en sus oídos estas palabras, y pediré al cielo y la
tierra que sean testigos contra ellos.
Luego, ante toda la asamblea de Israel, Moisés recitó este cántico hasta
el fin:
DUODECIMA PROFECIA
Los tres muchachos en el horno ardiente
Lectura del libro de Daniel 3, 1-24
El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de treinta metros de alto
y tres de ancho, y la erigió en la llanura de Dura, en la provincia de
Babilonia.
Luego mandó reunir a los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros,
tesoreros, juristas, magistrados y a todos los jefes de provincia, para que
asistieran a la dedicación de la estatua que había erigido el rey
Nabucodonosor.
Por tal motivo, apenas todos los pueblos oyeron el sonido de la trompeta,
el pífano, la cítara, la sambuca, el laúd, la cornamusa y de toda clase de
instrumentos, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron para
adorar la estatua de oro que había erigido el rey Nabucodonosor.
Tú, rey, has ordenado que todo el que oiga el sonido de la trompeta, el
pífano, la cítara, la sambuca, el laúd, la cornamusa y de toda clase de
instrumentos, tiene que postrarse y adorar la estatua de oro; y que todo
el que no se postre para adorarla, debe ser arrojado dentro de un horno
de fuego ardiente.
Pero hay unos judíos, Sadrac, Mesac y Abed Negó, a quienes tú has
encomendado la administración de la provincia de Babilonia: esos
hombres no te han hecho caso, rey; ellos no sirven a tus dioses ni adoran
la estatua de oro que tú has erigido".
Entonces estos tres, con sus mantos, sus calzados, sus gorros y toda su
ropa, fueron atados y arrojados dentro del horno ardiente.
Como la orden del rey era perentoria y el horno estaba muy encendido, la
llamarada mató a los hombres que habían llevado a Sadrac, Mesac y
Abed Negó.
EPÍSTOLA.
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-4
Hermanos: Si han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas de
arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Preocúpense por
las cosas de arriba, no por las de la tierra.
Pues han muerto, y su vida está ahora escondida con Cristo en Dios.
Cuando se manifieste el que es nuestra vida, también ustedes se verán
con él en la gloria.
Bendigamos al Señor.
EVANGELIO
Ha resucitado y va por delante de ustedes a Galilea
El ángel dijo a las mujeres: “Ustedes no tienen por qué temer. Yo sé que
buscan a Jesús, que fue crucificado”.