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Programa
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Anticoagulación
en fibrilación
auricular
¿A quién? ¿Cuándo? ¿Cómo?
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Programa
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DCAP
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Ate r
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nción P
Anticoagulación en
fibrilación auricular
¿A quién? ¿Cuándo? ¿Cómo?
Coordinación
Dr. José María Lobos Bejarano
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Centro de Salud Jazmín, Madrid
Coordinador del Grupo de Trabajo de Enfermedades
Cardiovasculares de la semFYC
Autores
D.ª Sagrario Barrientos Serrano
Enfermera. Centro de Salud V Centenario, San Sebastián
de los Reyes, Madrid
Introducción 5
– Fibrilación auricular e ictus: magnitud del problema 7
– Posibilidades de prevención y objetivos terapéuticos 8
Diagnóstico y evaluación del paciente con fibrilación auricular 11
– Evaluación del paciente con fibrilación auricular 12
– Consecuencias clínicas y complicaciones de la fibrilación auricular 20
– Pronóstico y factores de riesgo embólico 21
Decisiones clave en el tratamiento global de la fibrilación auricular 23
– Manejo de los factores precipitantes de desestabilización
clínica de los pacientes con fibrilación auricular 24
– Terapia para el control de la frecuencia cardiaca 28
– Terapia para el control del ritmo 30
Decisiones clave para el tratamiento anticoagulante 35
– Estratificación del riesgo embólico y hemorrágico del paciente
con fibrilación auricular 35
– Indicación del tratamiento anticoagulante en pacientes
con fibrilación auricular 38
– Fármacos para el tratamiento anticoagulante en
pacientes con fibrilación auricular 41
Decisiones clave para reducir la inercia clínica y mejorar la adherencia
terapéutica 49
– Calidad de la anticoagulación con fármacos antagonistas
de la vitamina K 49
– Inercia 51
– Cómo mejorar la adherencia terapéutica 53
– Autocuidados en relación al tratamiento de la fibrilación auricular 59
Decisiones clave para el itinerario asistencial 67
Introducción
... junto con cardiólogos, neurólogos, internistas o geriatras, y todos los profesionales implicados
en el enorme y cambiante territorio de la anticoagulación.
6 Introducción
Fibrilación auricular e ictus: magnitud del problema
La FA es la arritmia más frecuente y su prevalencia se estima en un 4,4 % de la población adulta
española (figura 1). Su importancia como problema de salud radica en su estrecha relación con
el ictus, que es actualmente en nuestro país la segunda causa de muerte en población general
(primera en la mujer), y supone además la primera causa de discapacidad, asociándose a un
coste sanitario y social muy elevado.
25
20
15
%
10
0
40-49 50-59 60-69 70-79 80+ Global 40+
Hombres Mujeres Total
Tomada de Gómez-Doblas JJ, Muñiz J, Martín JJA, Rodríguez-Roca G, Lobos JM, Awanleh P, et al. Prevalencia
de fibrilación auricular en España. Resultados del estudio OFRECE. Rev Esp Cardiol. 2014;67(4):259-69.
La FA aumenta cinco veces el riesgo de ictus, y al menos uno de cada cuatro ictus se atribuye a esta
arritmia (la proporción aumenta en > 75 años) (figura 2). Los ictus isquémicos asociados a FA son
más letales y producen una mayor discapacidad y necesidad de rehabilitación claramente superiores
a las de otros ictus. Sin embargo, tienen la característica de ser potencialmente prevenibles en un
amplio porcentaje de pacientes con el tratamiento antitrombótico apropiado. Los anticoagulantes
Figura 2. P
royección de la prevalencia de FA en EE.UU.,
años 2000-2050
10
8
6
4
2
0
1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030 2035 2040 2045 2050
Año
Tomada de Go AS, Hylek EM, Phillips KA, Chang Y, Henault LE, Selby JV, et al. Prevalence of diagnosed atrial
fibrillation in adults: national implications or rhythm management and stroke prevention: the AnTicoagulation
and Risk Factors in Atrial Fibrillation (ATRIA) Study. JAMA. 2001;285:2370-5.
Miyasaka Y, Barnes ME, Gersh BJ, Cha SS, Bailey KR, Abhayaratna WP, et al. Secular trends in incidence of atrial
fibrillation in Olmsted County, Minnesota, 1980 to 2000, and implications on the projections for future preva-
lence. Circulation. 2006 Jul 11;114(2):119-25.
8 Introducción
Tabla 1. Fibrilación auricular e ictus en España:
hechos y cifras
4 Suponen uno de cada cuatro ictus (≈ 30.000/año).
4 Doble mortalidad respecto al resto de ictus isquémicos.
4 Mayor tiempo de hospitalización.
4 Más necesidad de rehabilitación.
4Costes más elevados: 13.600 € en costes directos (50 % hospital, 25 %
rehabilitación)*, primer mes.
4 Duplica la discapacidad asociada al ictus y la demencia respecto a otros
ictus.
* Estudio CODICE. ISPOR 2013. Vivancos J. Sociedad Española de Neurología.
La prevención del embolismo en la FA implica inexorablemente que los pacientes reciban el tra-
tamiento antitrombótico apropiado, en la mayoría de los casos anticoagulación oral de manera
indefinida (en ausencia de contraindicaciones), optimizando la calidad de la anticoagulación y
la adherencia terapéutica, así como minimizando el riesgo hemorrágico inherente a este tipo
de tratamiento.
Otros objetivos terapéuticos que no deben ser considerados menores son el control de los sín-
tomas y la prevención del deterioro miocárdico, que deben ser abordados de forma conjunta y
complementaria al objetivo principal.
Bibliografía recomendada
Chugh SS, Havmoeller R, Narayanan K, Singh D, Rienstra M, Benjamin EJ, et al. Worldwide Epidemiology
of Atrial Fibrillation: A Global Burden of Disease 2010 Study. Circulation. 2014 Feb 25;129(8):837-47.
Go AS, Hylek EM, Phillips KA, Chang Y, Henault LE, Selby JV, et al. Prevalence of diagnosed atrial
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AnTicoagulation and Risk Factors in Atrial Fibrillation (ATRIA) Study. JAMA. 2001;285:2370-5.
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Miyasaka Y, Barnes ME, Gersh BJ, Cha SS, Bailey KR, Abhayaratna WP, et al. Secular trends in incidence
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Ruff CT, Giugliano RP, Braunwald E, Hoffman EB, Deenadayalu N, Ezekowitz MD, et al. Comparison of
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meta-analysis of randomised trials. Lancet. 2014;383(9921):955-62.
Los pacientes con FA debutan con frecuencia de forma poco sintomática. Hasta un tercio de ellos
están asintomáticos o presentan síntomas leves e inespecíficos en el momento del diagnóstico.
Sin embargo, cuando es reconocida, lo más probable es que hayan existido episodios previos no
documentados (FA silente) o incluso que se trate de una FA persistente de antigüedad incierta que,
al cursar con nulos o escasos síntomas, no ha motivado la consulta del paciente. Generalmente, en
estos casos son pacientes mayores con FA persistente o permanente, con una frecuencia ventri-
cular controlada, que se diagnostican de forma casual al detectar pulso arrítmico.
Por tanto, se da la paradoja de que esta entidad, cuyo riesgo embólico conlleva a menudo la
indicación de terapia antitrombótica, puede tardar meses e incluso años en diagnosticarse. El
riesgo embólico no es menor en estas formas silentes de FA que en las sintomáticas, lo que
Las palpitaciones son el síntoma clínico más frecuente y característico de la FA, seguidas de la disnea,
el dolor torácico, el presíncope o el síncope (tabla 1). En función de la frecuencia cardiaca (FC) y de
la presencia o no de cardiopatía estructural, el debut puede ser más o menos sintomático, incluso
presentarse como insuficiencia cardiaca (IC) (debut de IC o desestabilización de IC previa) o isquemia
miocárdica aguda. En otras ocasiones (5-10 %), una complicación embolica, como un ictus, un AIT
u otro embolismo sistémico, pueden ser la primera manifestación clínica de la arritmia. Si se ha
presentado síncope, debemos sospechar una enfermedad del seno, una miocardiopatía hipertrófica
o una estenosis aórtica asociada. A mayor gravedad hay más posibilidad de que el paciente pre-
cise atención en un Servicio de Urgencias, que es el otro ámbito clínico donde se realizan muchos
nuevos diagnósticos de esta arritmia. Los pacientes estables en el momento del diagnóstico no es
necesario remitirlos a Urgencias, quizás con la excepción de aquellos en los que puede identificarse
un comienzo reciente (últimas 24-48 horas) y que pueden ser candidatos a cardioversión (figura 1).
Si la arritmia es poco sintomática, el paciente puede tardar semanas (a veces meses) en acudir al
médico. En estos casos, la fecha de inicio de la FA es incierta y se precisaría una anticoagulación
estable (al menos 1 mes) para intentar revertir a ritmo sinusal (RS).
Síntomas típicos de FA
4 Palpitaciones.
4 Dolor torácico:
− Dolor o molestia relacionada con las palpitaciones.
− Angina de pecho.
4 Disnea.
4 Astenia o fatigabilidad.
4 Sensación de mareo/desvanecimiento.
4 Presíncope o síncope.
4 Poliuria.
Moduladores
4 Frecuencia cardiaca (FC).
4 Cardiopatía de base y tipo de cardiopatía.
4 Situación funcional del paciente.
4 Disfunción del nodo sinusal.
Los moduladores pueden actuar modificando los síntomas a través del tiempo.
Por ejemplo, la aparición de cardiopatía isquémica puede provocar dolor torácico isqué-
mico, independientemente del dolor “de las palpitaciones” debido a la FC rápida.
Elaboración propia.
El primer episodio de FA a menudo presenta un curso clínico incierto (figura 1), ya que la evo-
lución de la FA está relacionada con los factores etiológicos y el manejo de la propia arritmia.
En ausencia de cardiopatía estructural, el manejo adecuado de la FA suele resolver el episodio;
en estos casos de FA esporádica, el tratamiento de la causa etiológica evitará la recurrencia. No
Remitir a hospital:
CV farmacológica o
CV eléctrica inmediata Paciente estable o poco sintomático:
(si compromiso no remitir a Urgencias
hemodinámico) Control FC (si ≥ 90-100 lpm):
Anticoagulación
Remitir al cardiólogo
Díaz-Sánchez S, Lobos-Bejarano JM, González-Juanatey JR. Aten Primaria. 2013;45 Supl. 1:18-29.
obstante, la mayoría de las FA suelen recurrir en el tiempo, con un patrón variable en relación
con los factores comentados. Las FA paroxísticas remiten de forma espontánea en menos de 7
días (24-48 horas, por lo general), su sustrato suele ser de naturaleza eléctrica y, por lo general,
asientan en corazones sin cardiopatía estructural; en contraposición, las FA persistentes son aque-
llas que requieren tratamiento cardioversor (eléctrico o farmacológico) para recuperar el RS, y
suele existir alguna cardiopatía estructural, con sobrecargas crónicas de volumen o presión en las
cavidades cardiacas. Las FA permanentes son aquellas de larga evolución (> 1 año) en las que la
cardioversión no ha sido indicada o uno o más intentos para restaurar el RS han fallado (figura 2).
Suelen asociarse a cardiopatías evolucionadas que cursan con dilatación auricular, o ser la conse-
cuencia de múltiples episodios recurrentes y prolongados de FA, ya que la propia FA constituye,
en sí misma, un factor que favorece y perpetúa la FA.
Etiología y comorbilidad
La hipertensión arterial (HTA) se considera actualmente la causa más común de FA, seguida de
la cardiopatía isquémica (tabla 2). En el Registro FIATE, la HTA estaba presente en 3 de cada 4
pacientes. Ahora bien, aunque la HTA esté presente debido a su alta prevalencia en la población,
no siempre esta es la causa de la FA. Puede existir otra causa fundamental (por ejemplo, valvulo-
patía) y simplemente actuar como acompañante y/o contribuir a su mantenimiento. A menudo
encontraremos no solo uno, sino varios posibles factores etiológicos en un mismo paciente: no
es infrecuente que coexista HTA, síndrome de apnea del sueño, diabetes o cardiopatía isqué-
mica. Por tanto, la FA responde en estos casos a un origen multifactorial.
Una proporción significativa de FA se relaciona con la IC (10-40 % según el grado funcional y
la evolución de la IC), enfermedad valvular o miocardiopatía (dilatada, hipertrófica u otras). El
Paroxística
(≤ 48 horas)
Persistente
(> 7 días o necesidad de CV)
Persistente de larga
duración (> 1 año)
Permanente
(aceptada)
Elaboración propia.
Examen físico
Debe realizarse una valoración cardiovascular completa que incluya la presencia de soplos car-
diacos, signos de congestión pulmonar (crepitantes) o sistémica (ingurgitación yugular, edemas,
hepatomegalia), evaluación del pulso, examen neurológico apropiado, signos de enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), etc.
El pulso en la FA es típicamente irregular, con latidos venosos de amplitud variable y variaciones
en la intensidad en el primer ruido cardiaco y en la presión arterial (no sirven muchos aparatos
automáticos).
Pruebas diagnósticas
Electrocardiograma
El diagnóstico de la FA se realiza a través del electrocardiograma (ECG) (tabla 3), que típicamente
muestra ausencia de ondas P, sustituidas por ondas f irregulares, de distinta altura, anchura y fre-
cuencia (generalmente entre 400-600 por minuto), que se conducen parcialmente, según el es-
tado del nodo auriculoventricular (AV), al ventrículo, también de forma no constante, originando
complejos QRS estrechos (salvo que coexista bloqueo completo de rama o preexcitación), con
intervalos R-R netamente irregulares. En general, se puede observar una cierta actividad eléc-
trica auricular rápida en algunas derivaciones, más frecuentemente V1 a V3. La longitud del ciclo
auricular (cuando es visible), es decir, el intervalo entre dos activaciones auriculares, suele ser
variable y < 200 ms (> 300 por minuto) (figura 3).
Tabla 3. M
étodos para la monitorización ECG
actualmente disponibles en la fibrilación
auricular para su detección o evaluación
4 ECG de 12 derivaciones programado o periódico.
4 ECG estándar activado por síntomas.
4 Dispositivos de registro activados por el paciente o activados
automáticamente.
4 Monitorización Holter (24 horas a 7 días).
4 Registros ECG transtelefónicos.
4 Registros a través de dispositivos implantables (pacientes con
desfibrilador automático implantable –DAI–, tratamiento de
resincronización, etc.).
Basada en Atrial Fibrillation management ESC Guidelines 2016.
Elaboración propia.
Prueba de esfuerzo
Además de su indicación más habitual para el diagnóstico de la cardiopatía isquémica, que a me-
nudo está asociada a la FA o puede complicarla, la prueba de esfuerzo puede ser útil para la eva-
luación de pacientes que persisten sintomáticos a pesar del tratamiento aparentemente adecuado
de control de frecuencia (en reposo), ya que su comportamiento puede ser distinto con el ejercicio.
Analítica
Debe realizarse una analítica completa que incluya hormonas tiroideas, hemograma, función
renal y hepática, iones (Na+ y K+) y estudio de coagulación (de cara al tratamiento). La función
hepática debe ser monitorizada (inicialmente una vez al mes) en pacientes con dronedarona.
Radiografía de tórax
La realización de una radiografía de tórax es discutida en la evaluación inicial (no es una prueba
rutinaria), pero puede hacerse siempre que haya sospecha de cardiopatía y/o síntomas o signos
de insuficiencia cardiaca (valorar crecimiento de cavidades, congestión venosa pulmonar, de-
rrame pleural) o datos sugerentes de enfermedad pulmonar crónica, TEP, etc.
Ecocardiograma
La realización de un ecocardiograma en la valoración inicial es una indicación de clase I en las guías
de práctica clínica, con escasas excepciones. El ecocardiograma aporta datos necesarios para des-
cartar o valorar una posible cardiopatía de base, dilatación auricular izquierda, eventual presencia
de trombos y/o bajo flujo en la orejuela (ecocardiograma transesofágico), función ventricular (FEVI),
estado de las válvulas cardiacas, presencia de HVI y grado de la misma, dilatación o hipertrofia de
las cavidades derechas, presión sistólica de la arteria pulmonar, alteraciones de la función contráctil
segmentarias sugerentes de cardiopatía isquémica, posible derrame pericárdico, etc.
La indicación de anticoagulación oral (ACO) se realiza en base a criterios en su mayoría clínicos
y no ecocardiográficos, por lo que no es necesario ni apropiado esperar al ecocardiograma para
iniciar el tratamiento con ACO si está indicado.
Sin embargo, la ecocardiografía puede aportar datos a favor de la anticoagulación del paciente
(presencia de valvulopatía, dilatación importante de la aurícula izquierda, fracción de eyección
Figura 4. P
rincipales complicaciones de la fibrilación
auricular
Estasis/trombosis
Ictus/embolismo
Síntomas clínicos
Hospitalizaciones
Mortalidad
Bibliografía recomendada
Camm AJ, Lip GYH, De Caterina R, Savelieva I, Atar D, Hohnloser SH, et al. 2012 focused update of the
ESC Guidelines for the management of atrial fibrillation: an update of the 2010 ESC Guidelines for the
management of atrial fibrillation. Developed with the special contribution of the European Heart
Rhythm Association. Eur Heart J. 2012;33(21):2719-47.
Fitzmaurice DA, Hobbs FD, Jowett S, Mant J, Murray ET, Holder R, et al. Screening versus routine
practice in detection of atrial fibrillation in patients aged 65 or over: cluster randomised controlled
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(EHRA). Eur Heart J. 2007;28:2803-17.
Lip GY, Nieuwlaat R, Pisters R, Lane DA, Crijns HJ. Refining clinical risk stratification for predicting stroke
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Lip GYH, Tse HF, Lane DA. Atrial fibrillation. Lancet. 2012 Feb 18;379(9816):648-61. doi: 10.1016/S0140-
6736(11)61514-6. Epub 2011 Dec 11.
Lobos JM, Del Castillo JC, Mena A, Alemán JJ, Cabrera A, Pastor A, et al. Características de los pacientes
y manejo terapéutico de la fibrilación auricular en Atención Primaria en España: Estudio FIATE. Med
Clin (Barc). 2013 (en prensa).
Van Weert HCPM. Diagnosing atrial fibrillation in general practice. BMJ. 2007 Aug 25;335(7616):355-6.
Tras el diagnóstico y una adecuada valoración inicial del paciente con fibrilación auricular (FA)
es necesario abordar el manejo terapéutico de los pacientes desde una perspectiva global. Al
principio, además de los profesionales de Atención Primaria (AP), pueden ser varios los especia-
listas que atiendan a los pacientes (Cardiología, Medicina Interna, Neurología, Hematología), por
lo que las decisiones terapéuticas iniciales requerirán de una adecuada coordinación. Además, la
FA es excepcional en pacientes sin factores de riesgo o enfermedades cardiovasculares conco-
mitantes. Esto, junto con la presencia de comorbilidades adicionales, puede condicionar algunas
de estas decisiones. Una vez más, por su accesibilidad y conocimiento en conjunto del paciente,
AP debe jugar un papel clave en el manejo terapéutico global del paciente con FA. Por último,
recordar que la FA es una enfermedad crónica. Con el paso del tiempo, alguna de las decisiones
iniciales puede ser susceptible de ser modificada según cambien las circunstancias del paciente,
y será AP, bien directamente o bien mediante las derivaciones a Atención Especializada nece-
sarias, y siempre contando con la opinión del paciente, quien tendrá que liderar los cambios
oportunos. Los principales objetivos en el tratamiento de la FA son:
Prevención de la principal complicación de la FA: ictus embólico.
Alivio de la sintomatología directamente asociada a la FA y de los síntomas
agravados por la FA de enfermedades concomitantes.
En la figura 1 se muestra el esquema recomendado por las guías de práctica clínica de la
Sociedad Española de Cardiología (SEC) para el manejo terapéutico global del paciente con FA.
El primer paso será conseguir la estabilidad hemodinámica del paciente y controlar los síntomas
agudos graves, situación que puede ser necesaria, sobre todo en la fase inicial del diagnóstico,
pero también en determinados momentos dentro de la historia natural de la FA. Los beta-blo-
queantes son el fármaco de elección para el control agudo de la frecuencia cardiaca (FC) en la
generalidad de los pacientes. En pacientes con insuficiencia cardiaca (IC) aguda, donde otros
Tomada de Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D, Casadei B, et al. 2016 ESC Guidelines for the
management of atrial fibrillation developed in collaboration with EACTS. Eur Heart J. 2016;37:2893-962.
¿Cuáles son los objetivos del tratamiento de los pacientes con FA?
Los objetivos del tratamiento de la FA son la prevención del ictus embólico
y el alivio de la sintomatología relacionada con la FA y de enfermedades
concomitantes agravadas por la FA.
Elaboración propia.
¿Y tomar café?
4 El café, el té, las bebidas de cola y las sustancias estimulantes
en general también son capaces de provocar fibrilación auricular
si la dosis es excesiva, por lo que se debe reducir o moderar su
consumo.
¿Y el tabaco?
4 Algunas de sus sustancias, como la nicotina, tienen un efecto
estimulante y pueden precipitar episodios de fibrilación auricular.
4 Es fundamental dejar de fumar. Además, se reducirá la posibilidad de
que se presenten otras complicaciones cardiovasculares.
Figura 2. F
ármacos para el control de la frecuencia
cardiaca en pacientes con fibrilación auricular
Realice un ecocardiograma (I C)
Elija el tratamiento inicial para el control de la frecuencia (I B) y el
tratamiento combinado cuando sea preciso (IIa C)
Objetivo inicial de frecuencia cardiaca < 110 lpm, evite la bradicardia
Agregue
Agregue un diltiazem,
Agregue Agregue Agregue
bloqueador verapamilo o
digoxina digoxina digoxina
beta un bloqueador
beta
FA: fibrilación auricular; FEVI: fracción de eyección del ventrículo izquierdo; lpm: latidos por minuto.
Tomada de Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D, Casadei B, et al. 2016 ESC Guidelines for the ma-
nagement of atrial fibrillation developed in collaboration with EACTS. Eur Heart J. 2016;37:2893-962.
Inicio del tratamiento a largo plazo del ritmo cardiaco para mejorar
los síntomas en la fibrilación auricular
Bibliografía recomendada
Cutugno CL. Atrial fibrillation: updated management guidelines and nursing implications. Am J Nurs.
2015 May;115(5):26-38.
January CT, Wann LS, Alpert JS, Calkins H, Cigarroa JE, Cleveland JC, et al. 2014 AHA/ACC/HRS
Guideline for the management of patients with atrial fibrillation. Circulation. 2014;130:e199-267.
Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D, Casadei B, et al. 2016 ESC Guidelines for the
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Kirchhof P, Breithardt G, Aliot E, Al Khatib S, Apostolakis S, Auricchio A, et al. Personalized management
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Heart Rhythm association consensus conference. Europace. 2013;15:1540-56.
Van Gelder IC, Groenveld HF, Crijns HJ, Tuininga YS, Alings AM, Hillege HL, et al. Lenient versus strict
rate control in patients with atrial fibrillation. N Engl J Med. 2010;362:1363-73.
El beneficio neto del tratamiento con anticoagulantes orales (ACO) en la fibrilación auricular
(FA) es universal, con la única excepción de los pacientes con FA no valvular y muy bajo riesgo
de ictus. A pesar de ello, algunos estudios han sugerido cierta infrautilización del tratamiento
anticoagulante, unido a un cese prematuro del mismo. Episodios de sangrado, grave o leve,
percepción subjetiva de un “alto riesgo de sangrado” por el tratamiento y, en determinadas
situaciones, la necesidad de monitorización de los antagonistas de la vitamina K (AVK), suelen
ser las razones habituales para ello. Sin embargo, el beneficio del tratamiento anticoagu-
lante excede ampliamente el riesgo de sangrado, incluso en pacientes ancianos, con cierto
deterioro cognitivo, riesgo de caídas o fragilidad; es siempre necesario poner en la balanza
el riesgo frente al beneficio potencial. El tratamiento antiagregante muestra una eficacia no-
tablemente inferior, y no debemos olvidar que su riesgo de sangrado no es menor del que
presentan los ACO.
Otros factores de riesgo menos establecidos incluyen elementos como inestabilidad en los con-
troles del índice internacional normalizado (INR) en pacientes tratados con AVK, antecedentes
de sangrado o anemia, consumo excesivo de alcohol, enfermedad renal crónica o presencia de
biomarcadores elevados, como troponinas o péptido natriurético cerebral (BNP) (podrían ser de
utilidad en determinados pacientes, en especial la elevación de biomarcadores).
Se recomienda la utilización de la escala HAS-BLED para calcular el riesgo hemorrágico del
paciente (tabla 3). El riesgo elevado de sangrado, definido por una puntuación ≥ 3, no supone
Tabla 2. T
asa ajustada de incidencia de ictus de
acuerdo con la puntuación CHA2DS2-VASc
Puntuación Pacientes Tasa Pacientes Tasa
CHA2DS2-VASc n = 7.329 ajustada n = 73.538 ajustada
de ACV de ACV
(%/año)1 (%/año) 2
0 1 0 6.369 0,78
1 422 1,3 8.203 2,01
2 1.230 2,2 12.771 3,71
3 1.730 3,2 17.371 5,92
4 1.718 4 13.887 9,27
5 1.159 6,7 8.942 15,26
6 679 9,8 4.244 19,74
7 294 9,6 1.420 21,5
8 82 6,7 285 22,38
9 14 15,2 46 23,64
1 Lip GY, Nieuwlaat R, Pisters R, Lane D, Crijns H. Refining clinical risk stratification for
predicting stroke in atrial fibrillation using a novel risk factor based approach: the euro
heart survey on atrial fibrillation. Chest. 2010;137(2):263-72.
2 Olesen JB, Lip GY, Hansen ML, Hansen PR, Tolstrup JS, Lindhardsen J, et al. Validation of
risk stratification schemes for predicting stroke and thromboembolism in patients with
atrial fibrillation: nationwide cohort study. BMJ. 2011;342:d124.
No
Iniciar tratamiento
anticoagulante con AVK
Se puede considerar
el uso de oclusión de
la orejuela izquierda en
pacientes con claras
contraindicaciones para ¿FA no valvular y cumple
la anticoagulación (IIb C) criterios para el cambio a
ACOD según el IPT sobre
ACOD1?
Iniciar tratamiento
anticoagulante con ACOD
AVK: antagonistas de la vitamina K; FA: fibrilación auricular; ACOD: anticoagulantes orales de acción directa;
CHA2DS2-VASc: insuficiencia cardiaca congestiva o disfunción ventricular izquierda, hipertensión, edad ≥ 75
años (doble), diabetes, ictus (doble)-enfermedad vascular, edad 65-74 años y sexo (mujer).
1 Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Informe de posicionamiento terapéutico UT_
ACOD/V5/21112016. Criterios y recomendaciones generales para el uso de los anticoagulantes orales directos
(ACOD) en la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular.
Noviembre de 2016.
Adaptado de Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D, Casadei B, et al. 2016 ESC Guidelines for the
management of atrial fibrillation developed in collaboration with EACTS. Eur Heart J. 2016;37:2893-962.
Fibrilación auricular
Sí
FA valvular
0 1 ≥2
Tratamiento con
anticoagulantes orales
Valorar el riesgo de
hemorragia (escala
HAS-BLED)
Tener en cuenta los valores
y preferencias del paciente
Fármacos AVK
Los AVK han sido los primeros anticoagulantes usados en prevención de ictus en pacientes
con FA. Los estudios han demostrado que reducen en dos tercios la incidencia de ictus y en un
cuarto la mortalidad frente a los controles (aspirina o no tratamiento antitrombótico), siendo
los únicos que han mostrado eficacia y seguridad en pacientes con FA y enfermedad valvular
(prótesis valvulares, estenosis mitral moderada-severa). Han sido utilizados durante tiempos
prolongados con eficacia y seguridad en amplios y variados rangos de población. Sus princi-
pales limitaciones son un rango terapéutico estrecho, múltiples interacciones farmacológicas
y alimentarias, amplia variabilidad inter e intraindividual y la necesidad de una monitorización
continua, con frecuentes cambios de dosis.
ACV/embolia 1,72 1,12 (0,65, 0,52-0,81; 1,54 (0,89, 0,73-1,09; para 2,4
sistémica para no inferioridad y no inferioridad,
superioridad, p < 0,001)
p < 0,001)
ACV isquémico 1,22 0,93 (0,76, 0,59-0,97; 1,34 (1,10, 0,88-1,37; 1,42
p = 0,03) p = 0,42)
ACV hemorrágico 0,38 0,10 (0,26, 0,14-0,49; 0,12 (0,31, 0,17-0,56; 0,44
p < 0,001) p < 0,001)
Sangrado mayor 3,61 3,40 (0,94, 0,82-1,08; 2,92 (0,80, 0,70-0,93; 3,45
p = 0,41) p = 0,003)
Muerte por 4,13 3,64 (0,88, 0,77-1,00; 3,75 (0,91, 0,80-1,03; 2,21
cualquier causa p = 0,051) p = 0,13)
Tomado de Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D, Casadei B, et al. 2016 ESC Guidelines for the management of atrial
una mala calidad de la anticoagulación con AVK, bien por incrementar la eficacia y seguridad
del tratamiento anticoagulante en determinadas situaciones clínicas concretas. De manera pa-
ralela, las guías de la ESC también recomiendan la utilización de AVK en exclusiva en pacientes
con enfermedad valvular (grado de recomendación IB), y la utilización de ACOD de manera
preferente en pacientes con deficiente calidad de la anticoagulación (grado de recomendación
2,1 (0,88, 0,75- 1,6 1,27 (0,79, 0,66- 1,8 1,57 (0,87, 0,73- 2,04 (1,13, 0,96-
1,03: para no 0,95; 1,04; 1,34;
inferioridad, p < 0,001 p < 0,001 p = 0,005
p < 0,001, para para no para no para no
superioridad, inferioridad, inferioridad, inferioridad,
p = 0,12) p = 0,01 para p = 0,08 para p = 0,10 para
superioridad) superioridad) superioridad)
1,34 (0,94, 0,75- 1,05 0,97 (0,92, 0,74- 1,25 1,25 (1,00, 0,83- 1,77 (1,41, 1,19-1,67;
1,17; p = 0,581) 1,13; p = 0,42) 1,19; p = 0,97) p < 0,001)
0,26 (0,59, 0,37- 0,47 0,24 (0,51, 0,35- 0,47 0,26 (0,54, 0,38- 0,16 (0,33, 0,22-
0,93; p = 0,024) 0,75; p < 0,001) 0,77; p < 0,001) 0,50; p < 0,001)
3,60 (1,04, 0,90- 3,09 2,13 (0,69, 0,60- 3,43 2,75 (0,80, 0,71- 1,61 (0,47, 0,41-
2,30; p = 0,58) 0,80; p < 0,001) 0,91; p < 0,001) 0,55; p < 0,001)
0,49 (0,67, 0,47- 0,8 0,33 (0,42, 0,30- 0,85 0,39 (0,47, 0,34- 0,26 (0,30, 0,21-
0,93; p = 0,02) 0,58; p < 0,001) 0,63; p < 0,001) 0,43; p < 0,001)
2,00 (1,61, 1,30- 0,86 0,76 (0,89, 0,70- 1,23 1,51 (1,23, 1,02- 0,82 (0,67, 0,53-
1,99; p < 0,001) 1,15; p = 0,37) 1,50; p = 0,03) 0,83; p < 0,001)
0,91 (0,81, 0,63- 0,61 0,53 (0,88, 0,66- 0,75 0,70 (0,94, 0,74- 0,89 (1,19, 0,95-
1,06; p = 0,12) 1,17; p = 0,37) 1,19; p = 0,60) 1,49; p = 0,13)
1,87 (0,85, 0,70- 3,94 3,52 (0,89, 0,80- 4,35 3,99 (0,92, 0,83- 3,80 (0,87, 0,79-
1,02; p = 0,07) 0,99; p = 0,047) 1,01; p = 0,08) 0,96; p = 0,006)
IIbA), junto con aquellos que vayan a iniciar por primera vez un tratamiento anticoagulante
(grado de recomendación IA). Asimismo, en pacientes con enfermedad renal crónica avanzada
(aclaramiento de creatinina < 15 ml/min) o en hemodiálisis solo se recomienda el uso de AVK.
En pacientes con enfermedad renal moderada-grave (aclaramiento de creatinina 15-30 o 30-60
ml/min) pueden utilizarse AVK o dosis reducidas de ACOD.
* Se considera control subóptimo cuando el tiempo en rango terapéutico (TRT) es inferior
al 65 % (método de Rosendaal) o, si no disponible, inferior al 60 % (método directo: % INR
en rango).
Adaptada de Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Informe de
posicionamiento terapéutico UT_ACOD/V5/21112016. Criterios y recomendaciones generales
para el uso de los anticoagulantes orales directos (ACOD) en la prevención del ictus y la
embolia sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular. Noviembre de 2016.
Bibliografía recomendada
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Informe de posicionamiento terapéutico
UT_ACOD/V5/21112016. Criterios y recomendaciones generales para el uso de los anticoagulantes
orales directos (ACOD) en la prevención del ictus y la embolia sistémica en pacientes con fibrilación
auricular no valvular. Noviembre de 2016.
Bueno H, Lobos JM, Murga N, Díaz S. Procesos asistenciales compartidos entre atención primaria y
cardiología. SemFYC ediciones. 2015. ISBN: 978-84-15037-51.
Heidbuchel H, Verhamme P, Alings M, Antz M, Hacke W, Oldgren J, et al. European Heart Rhythm
Association practial guide on the use of new oral anticoagulants in patients with non-valvular atrial
fibrillation. Eurpace. 2013;15:625-51.
January CT, Wann LS, Alpert JS, Calkins H, Cigarroa JE, Cleveland JC, et al. 2014 AHA/ACC/HRS
Guideline for the management of patients with atrial fibrillation. Circulation. 2014;130:e199-267.
Kirchhof P, Benussi S, Kotecha D, Ahlsson A, Atar D, Casadei B, et al. 2016 ESC Guidelines for the
management of atrial fibrillation developed in collaboration with EACTS. Eur Heart J. 2016;37:2893-962.
Ruff CT, Giugliano RP, Braunwald E, Hoffman EB, Deenadayalu N, Ezekowitz MD, et al. Comparison of
the efficacy and safety of new oral anticoagulants with warfarin in patients with atrial fibrillation: a
meta-analysis of randomised trials. Lancet. 2014;383:955-62.
Supervivencia acumulada
0,9 0,8
51 %–60 %
41 %–50 %
31 %–40 %
0,8 ≤ 30 % 0,6
No warfarina
0,7 0,4
0,6 0,2
0 500 1.000 1.500 2.000 0 500 1.000 1.500 2.000
Supervivencia libre de ictus (días) Supervivencia total (días)
Tomada de Morgan CL, McEwan P, Tukiendorf A, Robienson PA, Clemens A, Plumb JM. Warfarin treatment in
patients with atrial fibrillation: observing outcomes associated with varying levels of INR control. Thromb Res.
2009;124:37-41.
Inercia
En el año 2001, Phillips definió la inercia terapéutica como el fallo de los médicos en la iniciación o
intensificación del tratamiento cuando este está indicado. Posteriormente este concepto se am-
plió al de inercia clínica, que incluía, además, la falta de diagnóstico o seguimiento del paciente.
Más recientemente se ha definido también la inercia conceptual, que en su formulación original
se refería a “entender el sentido y significado de las palabras a través de una interpretación tra-
dicional o generalizada que no parece suscitarnos quebrantos”. Es fácil extender esta definición
desde las meras palabras hasta otros ámbitos de la vida, incluyendo el científico o médico.
Durante muchos años, los AVK han sido el único tratamiento anticoagulante del que hemos
dispuesto, y con la estandarización del INR, su uso se ha ido incrementando de manera casi
exponencial. Los AVK presentan unas características, de las que hemos hablado anteriormente,
referidas a su velocidad de acción, predictibilidad de su efecto, rango terapéutico, posibilidad/
necesidad de monitorización, interacciones y existencia de antídoto. Es posible que, con el largo
tiempo de utilización, nos hayamos acostumbrado a dichas características y hayamos termi-
nado por generalizar hacia el tratamiento anticoagulante de la FA lo que son características
particulares de un tratamiento concreto, de tal manera que la aparición de nuevos principios
activos con características totalmente diferentes en muchos aspectos nos ha podido “suscitar
quebrantos” debido a las diferencias sustanciales en cuanto a manejo y seguimiento de los tra-
tamientos. Así, la frecuente y continua monitorización del efecto que es necesaria para los AVK,
con adicionales y frecuentes cambios de dosificación, y que tradicionalmente se consideraba un
inconveniente del tratamiento, ha pasado a ser considerada casi una ventaja, ante la aparición
de fármacos que no necesitan ni pueden ser monitorizados, sin atender a que existe una gran
diferencia entre la “posibilidad de monitorizar” un tratamiento (como en el caso de la hiper-
tensión, la dislipemia, el hipotiroidismo) y la “necesidad de monitorización” propia de los AVK.
Frente a la inercia conceptual, se ha sugerido como solución el cambio conceptual que implica
la “sustitución o modificación de los conceptos que posee un individuo, así como la transforma-
ción de los procesos mediante los que se manejan dichos conceptos”, haciendo así referencia
tanto al proceso que permite el cambio en las ideas como al resultado de dicho cambio. Para
En la tabla 2 se muestran algunas de las medidas que se han propuesto para reducir la inercia
clínica. Posiblemente, los sistemas de alertas informáticas serían los que con más probabilidad
contribuirían a combatir la inercia clínica.
warfarina ha sido detectada como el primer fármaco responsable en términos de toxicidad que
produce más ingresos y atención en urgencias hospitalarias que ningún otro, en una amplísima
serie de mayores de 65 años en EE.UU.
Clásicamente se define la adherencia como “la medida en que la conducta del paciente, en re-
lación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de su estilo de
vida, coincide con las indicaciones dadas por el médico o profesional sanitario”. Esta definición,
aunque correcta, tiende a considerar al paciente como un sujeto pasivo. En la actualidad resulta
más sensato lograr una toma de decisiones participada, en la que el paciente toma su decisión
tras el conocimiento de la enfermedad, las diferentes opciones terapéuticas y la adaptación a
su vida cotidiana.
Existen diferentes formas de incumplimiento y métodos para detectarlo (tabla 3). En Atención
Primaria, los más prácticos y útiles se basan en la entrevista clínica. Es importante no reprender
estas conductas para asegurarnos de que el paciente siempre comunique los incumplimientos
(voluntarios o involuntarios), aunque deberán investigarse las causas y programar acciones co-
rrectivas. Ante pacientes incumplidores, hay que buscar soluciones, como planificar alarmas en
el teléfono o en el reloj, pedir a un familiar que realice un recuerdo o supervisar el tratamiento,
sobre todo a personas mayores. También debe respetar la fecha y hora de los controles progra-
mados. La falta a citas programadas es uno de los primeros datos que puede hacernos sospe-
char la presencia de incumplimiento.
Tipos de incumplimiento
4 Formas de incumplimiento:
– Falta de toma de un fármaco por un paciente.
– No llevarse la prescripción médica tras la consulta.
– No retirar el fármaco de la farmacia.
– No volver a la consulta para retirar nuevas recetas.
– No tomar la dosis diariamente.
– No tomar la dosis recomendada.
– No tomar la medicación a las horas indicadas.
– Cambiar la medicación por otros medicamentos.
4 Patrones de incumplimiento:
– Incumplimiento parcial.
– Vacaciones farmacológicas.
– Efecto de bata blanca.
Causas de incumplimiento
4 Olvido.
4 Temor a los efectos secundarios.
4 Desconocimiento de la enfermedad, desinterés, desidia.
4 Mejoría clínica sintomática.
4 Dosificaciones y horarios complicados.
4 Coste de los medicamentos.
4 Ausencia de sintomatología.
4 Tardanza en el inicio de efectos terapéuticos (genera desconfianza en su
médico).
4 Duda del paciente ante un diagnóstico.
4 Ausencia de buena comunicación con el paciente.
4 “ Tono emocional negativo” en la interacción con el paciente.
Márquez E, Casado JJ, Márquez JJ. Estrategias para mejorar el cumplimiento terapéutico.
FMC. 2001;8:558-73.
Estrategia sanitaria
4 Campañas, programas, etc. Suelen tener cierto impacto, pero deben ser
potenciados por la estrategia individual.
Estrategia individual
4 Medidas educativas:
– Educación sanitaria: su eficacia es controvertida, pero es
imprescindible su realización.
– Informar al paciente sobre la fibrilación y el tratamiento.
– Alianza educativa con el paciente.
4 Medidas asistenciales:
– Fomentar la relación con el paciente: sobre la base del respeto y
compartiendo las decisiones.
– Simplificación de los trámites de citación.
– Utilizar métodos de recordatorio (telefónicos…).
– Implicación de personas clave de la familia.
– Tiempos de espera breves, sobre todo en pacientes de vida laboral
activa.
– Reforzar al paciente.
– Fijar metas periódicas.
– Investigar periódicamente el grado de cumplimiento.
– Incentivar al paciente.
– Llamarlo si no acude a revisión.
4 Medidas farmacológicas:
– Optimización y simplificación del régimen terapéutico.
– Considerar al paciente como un sujeto activo que puede participar en
las decisiones terapéuticas.
– Explicar la pauta con claridad, confirmar que el paciente la ha
entendido.
– Dar la información escrita.
– Retirar medicación superflua.
– Si aparecen efectos secundarios o falta de eficacia, habría que
modificar el esquema terapéutico, aunque cuantos menos cambios,
mejor.
Elaboración propia.
Elaboración propia.
Métodos anticonceptivos
4 Los anticonceptivos orales pueden influir en el grado de
anticoagulación y, en general, puede que tenga que realizarse controles
más frecuentes.
Vacunas
4 La vacuna antigripal debe ser administrada a los pacientes de riesgo.
Para otras vacunas debe consultar con su médico o enfermera. Se
debe evitar la vía intramuscular por el riesgo de producción de
hematomas.
Heridas
4 Las heridas superficiales no representan un problema grave y solo
será necesario hacer presión sobre la herida para que esta deje
de sangrar. Si fuera más grande y no dejara de sangrar, se hará un
vendaje apretado.
4 En caso de que no exista herida y sí un golpe fuerte tras una caída,
debe hacer compresión en la zona con vendaje apretado o aplicar
hielo.
Vacaciones
4 Debe hacerse un control antes de irse, a fin de no tener que interrumpir
las vacaciones. Debe asegurarse de que lleva consigo la medicación
que debe de tomar antes de iniciar las vacaciones.
4 Debe llevar consigo el informe médico y la tarjeta de anticoagulación
e informarse de los centros asistenciales del entorno por si necesitara
asistencia.
Elaboración propia.
Cirugía e intervenciones
4Los pacientes tratados con ACOD que se deban someter a cirugía
o procedimientos invasivos tienen mayor riesgo de hemorragia.
Por tanto, las intervenciones quirúrgicas pueden requerir la
discontinuación temporal.
Olvidos
4Pautados cada 12 horas: tomar inmediatamente, pero solo hasta 6
horas de la próxima dosis. Si la dosis siguiente está más próxima que
la olvidada, no “recuperar” la toma.
4Pautados cada 24 horas: tomar inmediatamente, hasta 12 horas antes
de la próxima dosis, pero no dos comprimidos en el mismo día.
Sobredosis
4Vigilancia hospitalaria.
4Puede considerarse el uso de carbón activado.
4Solo el dabigatrán es dializable.
Elaboración propia.
SÍ NO
Tomada de Bueno H, Lobos JM, Murga N, Díaz S. Procesos asistenciales compartidos entre atención primaria y
cardiología. SemFYC ediciones. 2015. ISBN: 978-84-15037-51.
Figura 2. P
apel de Cardiología en la atención al paciente
con fibrilación auricular
Cardiología
Diagnóstico
Patología cardiaca de base
CONTROL DE LA
CONTROL DEL RITMO Ecocardiograma FRECUENCIA
Anticoagulación
Ablación
Tomada de Bueno H, Lobos JM, Murga N, Díaz S. Procesos asistenciales compartidos entre atención primaria y
cardiología. SemFYC ediciones. 2015. ISBN: 978-84-15037-51.
A partir de aquí, los pacientes con FA son subsidiarios de un seguimiento estrecho que abarca
los dos objetivos fundamentales del tratamiento: control de síntomas y prevención del trom-
boembolismo.
El médico de familia es responsable del control crónico de la gran mayoría de los pacientes,
incluyendo la evolución clínica, control del ritmo y de la frecuencia cardiaca (FC), tratamiento
anticoagulante (cumplimiento, complicaciones, monitorización del índice internacional norma-
lizado –INR– y ajustes de dosis en aquellos pacientes tratados con antagonistas de la vitamina K
En ocasiones, el paciente requiere una supervisión más directa por parte del cardiólogo (pa-
cientes con FA paroxística muy recurrente y/o sintomática, sobre todo si son subsidiarios de
tratamiento antiarrítmico, o aquellos con FA persistente bajo una estrategia de control del ritmo).
En ciertos casos no es posible controlar la respuesta ventricular con fármacos, por lo que se opta
por ablación del nodo auriculoventricular e implante de marcapasos definitivo. Estas opciones
requieren una valoración muy específica de los candidatos, por lo que deben ser realizadas por
el cardiólogo (figura 2).
La monitorización del INR y, en general, el modelo de gestión del control y seguimiento del
paciente anticoagulado ha cambiado en los últimos tiempos de forma muy visible. En la ma-
yoría de las comunidades autónomas se procedió a una descentralización progresiva hacia el
ámbito de Atención Primaria, lo que parece justificado debido a la proximidad, accesibilidad,
disponibilidad de la técnica (coagulómetros portátiles) y conocimiento cercano de la historia
personal y familiar del paciente. Se estima que en torno al 70-75 % de los pacientes anticoa-
gulados en España se siguen crónicamente en Atención Primaria, con un papel central de los
profesionales de enfermería que va más allá de la mera realización de la técnica, y se dirige hacia
Elaboración propia.
Recientemente, ha sido evaluado en más de 2.000 pacientes de todas las comunidades autó-
nomas en España el perfil de los pacientes con FA atendidos en Atención Primaria. La edad pro-
medio está en torno a los 75 años, con predominio de la FA permanente (78 %) sin diferencias
significativas por sexo. Presentan abundantes factores de riesgo (75 % HTA, 30 % obesidad, 26
% diabetes) y comorbilidad frecuente. En torno a un 80 % recibe tratamiento anticoagulante
Tabla 2. A
justes de dosis recomendados para los ACOD
Dabigatrán Rivaroxabán Apixabán Edoxabán
Posología habitual 150 mg/12 h 20 mg/24 h 5 mg/12 h 60 mg/24 h
Ajuste de dosis 110 mg/12 h en: 15 mg/24 h en: 2,5 mg/12 h en 30 mg/24 h en:
• ≥ 80 años. • Aclaramiento de pacientes con al • Aclaramiento de
creatinina menos dos de los creatinina
• 75-79 años
< 50 ml/min. siguientes: < 50 ml/min.
y riesgo
hemorrágico alto. • ≥ 80 años. • Peso corporal
• Aclaramiento de • Peso corporal ≤ 60 kg.
creatinina ≤ 60 kg. • Tratamiento con:
< 50 ml/min. • Creatinina ciclosporina,
• Tratamiento con ≥ 1,5 mg/dl. dronedarona,
verapamilo. • Aclaramiento de eritromicina,
creatinina ketoconazol.
< 30 ml/min.
Contraindicado si < 30 ml/min < 15 ml/min < 15 ml/min < 15 ml/min
el aclaramiento de
creatinina es
Tomada de Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Informe de posicionamiento terapéutico UT_ACOD/V5/21112016.
Criterios y recomendaciones generales para el uso de los anticoagulantes orales directos (ACOD) en la prevención del ictus y la embolia
sistémica en pacientes con fibrilación auricular no valvular. Noviembre de 2016.
Tabla 3. S
eguimiento coordinado entre médicos
y enfermería de AP para pacientes con
fibrilación auricular en tratamiento con
ACOD
Elaboración propia.
Recientemente se ha propuesto esta check-list como recordatorio alfabético sobre las medidas
a incluir en el seguimiento de pacientes anticoagulados con ACOD (tabla 4).
Finalmente, no debe olvidarse el papel que otros especialistas tienen en el manejo de la FA.
Dado que esta es una arritmia muy común en personas de edad avanzada con multimor-
bilidad, médicos de Medicina Interna o Geriatría deben intervenir en el seguimiento de los
pacientes con FA, ya sea que estén hospitalizados, en consultas externas o en urgencias hos-
pitalarias. Su manejo no difiere de lo comentado hasta ahora, siendo más que aconsejable una
buena coordinación entre los distintos niveles para optimizar los recursos y evitar duplicidad
de estudios o revisiones. Como el ictus es la principal complicación de la FA, el neurólogo
debe evaluar siempre esta arritmia tras un evento cerebrovascular isquémico. En pacientes
con ictus, la monitorización sistemática mediante electrocardiograma (ECG) puede identificar
la presencia de FA en uno de cada 20 individuos, un número significativamente mayor que
el que se obtiene mediante un ECG basal. Aunque la aparición de los ACOD ha simplificado
el tratamiento de pacientes complejos, como aquellos con resistencia a dicumarínicos, im-
posibilidad de mantener el INR en rango terapéutico o sangrados con INR en rango, el papel
de los especialistas en Hematología sigue siendo clave en la atención a los pacientes con
anticoagulación difícil.
En la tabla 5 se exponen los criterios de derivación desde AP que con mayor frecuencia po-
demos encontrar en la consulta.