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“Y no quiso su padre, y dijo: Lo sé, hijo mío lo sé, también él será un pueblo, y también

el será grande; pero su hermano menor será más grande que él, y de su descendencia
vendrán la totalidad de las naciones.” Br (Gn) 48:19
Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim

Medellín 5046747 , (+57) 300 5416694


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Asirí 14 del 6018 / 22 de Diciembre 2018

1 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Parashat # 12
Vayejí – Y vivió
Lectura de la Toráh
Bereshít (Gn) 47:28-50:26
▪ Kohén (pastor) 47:28-48:7
▪ Leví 48:8-16
▪ Sh’lishi (tercero) 48:17-49:4
▪ Reví (cuarto) 49:5-15
▪ Jamishí (quinto) 49:16-26
▪ Shishí (sexto) 49:27-50:3
▪ Shevií (séptimo) 50:4-13
▪ Maftir (ultimo en leer) 50:14-26

Lectura de la Haftarah (de los Neviím)


Malakím (R) 2:1-12
Lectura de la Brit Ha Jadasháh
1 Yahujanán (Jn) 3:18-24

Parashat 12 Vayejí
Bereshít (Gn) 47:28-50:26
28 Y Yaaqób vivió en la tierra de Mitzrayim diecisiete años; y fue el tiempo de Yaaqób los años de su
vida, ciento cuarenta y siete años.
29 Y llegaron los momentos para morir a Yisraél, y llamó a su hijo Yoséf, y le dijo: Si ahora he hallado
favor en tus ojos, pon ahora tu mano debajo de mis genitales, y haréis conmigo bondad y verdad. Por
favor no me sepultes en Mitzrayim.
30 Y cuando Yazca con mis padres, me llevarás de Mitzrayim y me sepultarás en sus sepulcros. Y dijo:
Yo haré conforme a tu palabra.
31 Y dijo: Júrame. Y le juró. Y se inclinó Yisraél sobre la cabecera del lecho.
48 1 Y sucedió después de estas cosas dijeron a Yoséf: He aquí, tu padre está enfermo. Y tomó con él
a sus dos hijos, a Menashéh y a Efrayim.
2 E informaron a Yaaqób, y dijeron: He aquí, tu hijo Yoséf viene a ti. Y se esforzó Yisraél, y se sentó
sobre el lecho,
3 y Yaaqób dijo a Yoséf: El Elohím Shadái me apareció en Luz en la tierra de Kenáan, y me bendijo,
4 y me dijo: He aquí te multiplicaré, y te aumentaré, y te pondré por congregación de pueblos; y daré
esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad eterna.
5 Y ahora dos hijos te nacieron en tierra de Mitzrayim, antes que viniese a ti a Mitzrayim, ellos son
míos; Efrayim y Menashéh, como Reubén y Shimón serán míos.
6 Y tu descendencia que dé a luz después de ellos, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán
llamados por sus heredades.

2 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


7 Y cuando yo venía de Padán murió Rajél junto a mí en tierra de Kenáan, en el camino, cuando estaba
a cierta distancia para llegar a la tierra de Efratáh; y la sepulté allí en el camino de Efrat, que es Beit
Léjem.
8 Y vio Yisraél a los hijos de Yoséf, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
9 Y Yoséf dijo a su padre: Estos son los hijos que me dio Elohím aquí. Y dijo: Acércalos ahora a mí, y
les bendeciré.
10 Y los ojos de Yisraél estaban agravados por la vejez, no podía ver. Y los acercó hacia él, y los besó
y los abrazó.
11 E Yisraél dijo a Yoséf: No pensé ver tu rostro, y he aquí, Elohím me dejo ver también a tu
descendencia.
12 Y Yoséf los sacó de entre sus rodillas, e inclinó su rostro a tierra.
13 Y Yoséf tomó a los dos, a Efrayim a su derecha, de la izquierda de Yisraél, y a Menashéh a su
izquierda, derecha de Yisraél; y se acercó a él.
14 Y extendió Yisraél su derecha, y la puso sobre la cabeza de Efrayim, y él era el menor, y puso su
izquierda sobre la cabeza de Menashéh, de adrede puso su mano, aunque Menashéh era el primogénito.
15 Y bendijo a Yoséf, y dijo: El Elohím con quien caminaron mis padres delante de Abraham y
Yitzjaq, el Elohím, el pastor mío desde que existo hasta este momento.
16 El mensajero que me rescató de todo mal, bendiga a los jóvenes; y sea declarado por ellos mi
nombre, y el nombre de mis padres Abraham y Yitzjaq, y proliferen multiplicándose en medio de la
tierra.
17 Y Yoséf vio que su padre ponía su mano derecha sobre la cabeza de Efrayim, y se disgustó a sus
ojos; y asió la mano de su padre, para apartarla de sobre la cabeza de Efrayim, sobre la cabeza de
Menashéh.
18 Y Yoséf dijo a su padre: No es así, mi padre, porque este es el primogénito; pon tu derecha sobre su
cabeza.
19 Y no quiso su padre, y dijo: Lo sé, hijo mío lo sé, también él será un pueblo, y también el será
grande; pero su hermano menor será más grande que él, y de su descendencia vendrán la totalidad de
las naciones.
20 Y les bendijo en aquel momento, diciendo: Como tú, será bendita Yisraél diciendo: Te ponga
Elohím como a Efrayim y como a Menashéh, y puso a Efrayim delante de Menashéh.
21 E Yisraél dijo a Yoséf: He aquí, muero y Elohím estará con vosotros y vosotros volveréis a la tierra
de vuestros padres.
22 Y yo te he dado una parte más sobre tus hermanos, que tomé de la mano del Amorí con mi espada y
con mi arco.
49 1 Y llamó Yaaqób a sus hijos, y les dijo: Juntaos, y os declararé lo que acontecerá con vosotros al
final de los tiempos.
2 Juntaos y oigan, hijos de Yaaqób, y oiréis a Yisraél vuestro padre.
3 Reubén, mi primogénito, tú eres mi fuerza, y el primero de mi vigor; superior en majestad, y superior
en poder.
4 Bullente como las aguas, no sobresaldrás, porque subiste al lecho de tu padre; por cuanto envileciste
mi lecho, subiendo.
5 Shimón y Leví hermanos; armas de violencia, ellos son para talar.
6 En su consejo no entre mi aliento, en su asamblea no se junte mi honra. Porque en su ira asesinaron a
hombres, y en su voluntad desjarretaron toros.
7 Maldita su ira, que es fuerte; y su furor, porque es duro. Serán divididos en Yaaqób, y serán
esparcidos en Yisraél.

3 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


8 Tu Yahudáh, te alabarán tus hermanos; por tu mano en la cerviz de tus enemigos; se inclinarán a ti
los hijos de tu padre.
9 Cachorro de león, es Yahudáh; de la presa hijo mío te levantaste, se encorvó, se agazapó como león,
y como león: ¿Quién lo levantará?
10 No será quitado el cetro de Yahudáh, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shilóh; y a él
obedecerán los pueblos.
11 Uncirá a la vid su pollino, y la vid a la cepa de la vid los hijos de su asna, lavará en vino su vestido,
y con sangre de uvas su manto.
12 Rojizo los ojos de vino, y los dientes blanco de la leche.
13 Zebulún: En el puerto de los mares residirá; y él será por puerto de naves, y su extremo será hasta
Tzión.
14 Yisaskár: Asno huesudo; que se recuesta entre los apriscos.
15 y vio que el reposo era bueno, y la tierra ciertamente hermosa; y bajó su hombro para cargar, y
servirá por tributo.
16 Dan: Juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Yisraél.
17 Será Dan una serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo,
y hace caer su jinete hacia atrás.
18 Esperará la liberación de Yahweh.
19 Gad: Los ejércitos le asaltarán; y él atacará la retaguardia.
20 De Asher su hogaza es sustanciosa, y él dará manjares al rey.
21 Naftalí: Cierva suelta, el dará dichos hermosos.
22 Yoséf: Hijo fructífero, hijo fructífero es sobre la fuente, las hijas caminarán sobre el muro.
23 Y le amargaron, y asaetearon, y le aborrecieron los arqueros.
24 Y permaneció con fuerza su arco, y se fortalecieron los brazos por sus manos, por las manos del
poderoso de Yaaqób, por el nombre del pastor, la roca de Yisraél.
25 Por el Elohím de tu padre, tu ayuda, y el Shadái, te bendiga con las bendiciones de shamáyim de
arriba, con bendiciones del abismo que reposan abajo, las bendiciones de pechos y del vientre.
26 Las bendiciones de tu padre, superen sobre las bendiciones de los progenitores; hasta el término de
los collados eternos, serán a la cabeza de Yoséf, y a la coronilla apartada de sus hermanos.
27 Binyamín: Es lobo que arrebata en la mañana, comerá la presa, y a la tarde repartirá el botín.
28 Todas estas son las doce tribus de Yisraél, y esto es lo que les habló su padre, y los bendijo; a cada
uno cuando les bendijo con su bendición, a ellos.
29 Y les mandó, y dijo: Yo seré reunido a mi pueblo. Sepúltame con mis padres entre la cueva que está
en el campo de Efrón el Jití,
30 en la cueva que es el campo de Makpeláh, que está en frente de Mamré en tierra de Kenáan, el cual
compró Abraham el campo de Efrón el Jití por posesión de sepultura.
31 Allí sepultaron a Abraham y a Saráh su esposa; allí sepultaron a Yitzjaq y a Ribqáh su esposa; y allí
sepulté a Leáh.
32 La compra del campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Jet.
33 Y acabó Yaaqób de ordenar a sus hijos, y encogió sus pies entre el lecho, y expiró, y fue reunido a
su pueblo.
50 1 Y Yoséf se echó sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y le besó.
2 Y mandó Yoséf a sus siervos los médicos a embalsamar a su padre; y embalsamaron los médicos a
Yisraél.
3 Y le cumplieron cuarenta jornadas, porque así se cumplen las jornadas de los embalsamados, y lo
lloraron en Mitzrayim setenta jornadas.

4 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


4 Y pasadas las jornadas de su llanto, habló Yoséf a la casa de Paróh, diciendo: Si ahora, he hallado el
favor a vuestros ojos, habléis por favor a oídos de Paróh, diciendo:
5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí, yo moriré, en mi sepulcro que cavé para mí en la tierra de
Kenáan, allí me sepultarás; y ahora, subiré por favor y sepultaré a mi padre, y volveré.
6 Y Paróh dijo: Sube, y sepulta a tu padre, como te hizo jurar.
7 Y subió Yoséf a sepultar a su padre; y subieron con él todos los siervos de Paróh, los ancianos de su
casa, y todos los ancianos de la tierra de Mitzrayim,
8 y toda la casa de Yoséf, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de
Góshen los niños, y sus ovejas y sus vacas.
9 Y subió con él, tanto los carros como la caballería, y fue un escuadrón inmenso.
10 Y llegaron hasta la era del Atád, que está al otro lado del Yardén, y endecharon allí con grande
lamentación y mucha tristeza; e hizo por su padre lamento por siete jornadas.
11 Y vieron los moradores de la tierra de los Kenaaní, que el lamento era en Atád, y dijeron: Este es un
lamento grave de Mitzrayim; por tanto fue llamado allí Abel Mitzrayim, que está al otro lado del
Yardén.
12 Y sus hijos hicieron, con él, como les mandó.
13 Y le llevaron sus hijos a la tierra de Kenáan, y le sepultaron en la cueva del campo de Makpeláh,
que compró Abraham el campo, por posesión de sepultura de Efrón el Jití, frente de Mamré.
14 Y volvió Yoséf a Mitzrayim, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él para sepultar a su
padre, después de sepultar a su padre.
15 Y vieron los hermanos de Yoséf cuando había muerto su padre, y dijeron: Quizá nos aborrezca
Yoséf, y haga volver, devolviendo a nosotros todo el mal que nosotros le pagamos.
16 Y mandaron a Yoséf, diciendo: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:
17 Así diréis a Yoséf: Por favor acepte ahora la rebelión de tus hermanos y sus faltas al blanco, porque
mal te pagamos; y ahora, acepte por favor la rebelión de los siervos del Eloheí de tu padre. Y lloró
Yoséf cuando hablaban con él.
18 Y fueron también sus hermanos y se inclinaron delante de él, y dijeron: He aquí tus siervos.
19 Y Yoséf les dijo: No temáis, porque; ¿Acaso yo estoy en lugar de Elohím?
20 Y vosotros pensasteis mal contra mí, pero Elohím lo encaminó para bien, para hacer como en este
momento, dar vida a mucho pueblo.
21 Y ahora, no temáis; yo os sustentaré y a vuestros niños. Y les consoló, y les habló a su corazón.
22 Y Yoséf residió en Mitzrayim, él y la casa de su padre; y vivió Yoséf ciento diez años.
23 Y Yoséf vio los hijos de Efrayim hasta la tercera; también los hijos de Makír el hijo de Menashéh
fueron criados sobre las rodillas de Yoséf.
24 Y Yoséf dijo a sus hermanos: Yo muero; Elohím visitará y os protegerá, y vosotros subiréis de esta
tierra a la tierra que juró a Abraham, a Yitzjaq y A Yaaqób.
25 Y Yoséf hizo jurar a los hijos de Yisraél, diciendo: Elohím visitará y os protegerá, y subiréis mis
huesos de aquí.
26 Y murió Yoséf hijo de ciento diez años; y le embalsamaron, y le pusieron en un ataúd en Mitzrayim.

1 Yahujanán (Jn) 3:18-24


1 Yhj (Jn) 3:18 Mis hijos, no amemos en expresiones de labios y en respuestas de la
lengua, sino con obras de la mano en el camino de la verdad.

5 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


19 Y en esto reconocemos que nosotros somos de la fuente de la verdad, y acontecerá
que nuestro corazón estará firme delante de él;
20 si nuestro corazón nos condena, mayor es Elohím que nuestro corazón, y el
comprende todo.
21 Amados, si nuestro corazón no nos condena, seguro esta nuestro corazón delante de
Elohím.
22 Y todo lo que pidamos lo recibiremos de su mano, porque guardamos sus
mandamientos, y hacemos lo agradable a sus ojos.
23 Y este es su mandamiento para que creamos en el nombre de su hijo Yashua el
Mashíaj, y para que cada uno ame a su prójimo como lo ha mandado.
24 Y el que guarda sus mandamientos, depende de él y él reside así también en él. Y en
esto reconocemos que él reside en nosotros, por el Rúaj que nos dio a nosotros.

Es un antónimo del título de esta Parashat; lo que le sucedió a Yaaqób después de estar
en Mitzrayim por 17 años de vivir en la tierra de Góshen.

Mut morir, matar. Este verbo se encuentra en todas las lenguas semíticas
(incluyendo en arameo que se encuentra en la Tanák) desde los tiempos más tempranos
y también en Mitzrayim. Hay unos 850 casos del verbo en hebreo en el Tanák. En
esencia, mut significa perder la vida. El término se refiere a muerte física, tanto de
hombres como de animales. En Br (Gn) 5:5 se relata que Adám vivió novecientos
treinta años, y murió. Yaaqób explica a Esáv que los más tiernos de su ganado podrían
morir si se les apuraban 33:13. En un caso este verbo se usa también para referirse a la
cepa de un árbol Iy (Job) 14:8. De vez en cuando, mut se aplica metafóricamente a la
tierra Br (Gn) 47:19) o a la sabiduría Iy (Job) 12:2. Además, tenemos una expresión
única hiperbólica que dice que el corazón de Nabal había muerto dentro de él, como una
manera de decir que se sentía sobrecogido por un gran temor Shm (1 Sm) 25:37. En el
radical intensivo del verbo, esta raíz se refiere al golpe que se imparte a alguien que está
a punto de morir. Abimélek, cuando una piedra de molino destrozo su cabeza, pidió a su
escudero que lo matara Shf (Jue) 9:54. Es más usual el radical causativo de este verbo
que puede significar causar la muerte o matar. Elohím causa muerte y da vida Dv (Dt)
32:39. Por lo general, en estos casos el sujeto y el predicado de las acciones son
hombres, aunque hay excepciones como cuando los flistím personifican el arca del
testimonio; quieren deshacerse de él para que no los mate Shm (1 Sm) 5:11. Otra
excepción: los animales pueden ser causantes de muerte Shm (Ex) 21:29. En fin, el
término describe el acto de matar en su sentido más amplio, incluso durante conflictos
bélicos y al cumplir sentencias de ejecución Yh (Jos) 10:26. Elohím sin duda es el
árbitro final de la vida y la muerte Dv (Dt) 32:39. Esta idea se destaca con particular
claridad en el relato de la creación, donde Elohím dice al hombre que de cierto morirá si
come del árbol del cocimiento del bien y del mal prohibida Br (Gn) 2:17 primera
6 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
mención del vocablo. Al parecer, la muerte no existía antes de esto. En el diálogo entre
la serpiente y Javáh (Eva), esta asocia la desobediencia con la muerte Br (Gn) 3:3). La
serpiente repitió las palabras divinas, contradiciéndolas Br (Gn) 3:4). Cuando Adám y
Javáh comieron del árbol prohibido, les sobrevino, a ellos y a sus descendientes, la
muerte física Rm (Ro) 5:12. Y como consecuencia sintieron vergüenza e intentaron
cubrir su desnudez Br (Gn) 3:7). El errar y/o la presencia de muerte requiere que se
cubra, pero la provisión humana no es suficiente; por tanto, Elohím ofrece su vestidura
con la palabra de redención Br (Gn) 3:15) y en forma tipológica, les cubrió con pieles de
animales Br (Gn) 3:21.

Desde cierto punto de vista la muerte resulta algo muy natural: “Está establecido para
los hombres que mueran una sola vez” Ib (He) 9:27. Puede ser aceptada sin rebeldía:

“Vamos también nosotros, para que muramos con él” Yhj (Jn) 11:16. Desde otro punto
de vista resulta algo sumamente antinatural. Es la paga del fallar Rm (Ro) 6.23), y en ese
sentido debe ser tenido. Ambas perspectivas aparecen en la tanák, y ninguna de las dos
debe ser pasada por alto.

Muerte física

La muerte parece ser necesaria para cuerpos como los nuestros. El deterioro físico y la
eventual disolución final son inevitables. No obstante, la Tanák habla de la muerte como
consecuencia del Errar. Elohím le dijo a Adám: El yom que de él comieres, ciertamente
morirás Br (Gn) 2:17. Shaúl nos dice que el errar entró en el mundo por un hombre, y
por el errar la muerte Rm (Ro) 5:12), y también que la paga del errar es la muerte Rm
(Ro) 6:23. Pero cuando examinamos más detenidamente el asunto, vemos que Adám no
murió físicamente el mismo yom en que desobedeció a Elohím. En Rm (Ro) 5 y 6 Shaúl
contrasta la muerte que sobrevino a consecuencia del pecado de Adám con la vida que
Mashíaj ha traído a los hombres. Ahora bien, la posesión de la vida permanente no anula
la muerte física. Lo que se infiere de todo esto es que la muerte que es consecuencia del
errar va más allá de la muerte del cuerpo.

Pero a este pensamiento debemos agregar el otro de que los pasajes de las Escrituras que
vinculan al errar y la muerte no modifican el concepto de la muerte. Dichos pasajes no
nos revelan otra cosa que no sea el significado usual de la palabra. Quizá debamos
entender que la mortalidad es el resultado del errar de Adám, y que el castigo incluye
tanto el aspecto físico como en el Rúaj.

7 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Parecería mejor considerar que la muerte es algo que comprende al hombre completo. El
hombre no muere como cuerpo sino que muere como hombre, con la totalidad de su ser.
Y la Tanák no hace una distinción neta entre los dos aspectos. Por lo tanto, la muerte
física constituye tanto símbolo como expresión adecuados de aquella muerte más
profunda que es consecuencia inevitable del errar, con la que forma una sola unidad.

Muerte como la separación del aliento del cuerpo y del hombre con Elohím.

Esta muerte es un castigo de Elohím. Es la separación del aliento del cuerpo y el Rúaj
que está en el hombre que vuelve a Elohím; por lo tanto podemos afirmar que es una
separación del cuerpo del aliento, del hombre con Elohím. Ya hemos observado que Rm
(Ro) 6:23 describe a la muerte como la paga del fallar. Es decir la recompensa que
merece el que erra. Shaúl puede hablar de ciertos hombres que erraron; pues el dice que
conocen el juicio de Elohím, que los que practican tales cosas son dignos de muerte Rm
(Ro) 1:32.

Es el juicio de Elohím lo que está a la base de la referencia que hace Yahujanán al


pecado de muerte Yhj (1 Jn) 5:16. Esta constituye una verdad muy importante, pues
nos permite apreciar cuán grande es el horror de la muerte.

A la vez, paradójicamente, nos proporciona esperanza.

El hombre no ha quedado atrapado en una red tejida por la ciega fatalidad, habiendo una
vez cometido el errar, no hay nada que se pueda hacer para remediarlo. Elohím está por
encima de todas las cosas, y si bien ha decretado que la muerte es la paga del errar,
también ha resuelto dar vida permanente a los que erran la Toráh, por medio de la puerta
que es nuestro Mashíaj Yashua que nos lleva al Padre para que de esta manera
guardemos su Toráh.

En la Brit Ha Jadasháh (N.T) a veces destaca las serias consecuencias del errar haciendo
referencia a la segunda muerte Yhd (Jud) 12; Jz (Ap) 2:11, etc. Esta es una expresión
rabínica que significa perdición eterna. Debe entenderse en el mismo sentido que los
pasajes en los que Yashua habla del fuego permanente preparado para ha Satán y sus
Malakím Mt 25:41, el castigo permanente en contraposición a la vida permanente, Mt
25:46, y otros pasajes similares. El estado final del hombre que es castigado se describe
de varias maneras, tales como muerte, castigo, perdición, etc.

Pero es igualmente obvio que, según describe la Tanák, se trata de un estado que debe
mirarse con horror.

8 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


A veces se objeta que esto no contradice con la descripción de Elohím como un Elohím
de amor; cuando se mira el amor de una forma humana y con sentimientos por la forma
de pensar, no se puede ver lo que el amor de Yahweh es; pero cuando se observa la
palabra de Yahweh encontramos que el amor es un castigo al que recibe por hijo; lo que
indica que el amor es corrección. En este sentido, hay aquí una revelación, el amor
puede ser quitar la vida de alguien en medio de los impíos lo que manifiesta el amor.
Pero al menos se puede decir que la objeción, en la forma en que se la presenta
continuamente, pierde de vista el hecho de que la muerte es un estado a la vez que un
hecho. El ocuparse de la carne es muerte, escribe Shaúl Rm (Ro) 8:6. No dice que el
ocuparse de la carne ha de producir la muerte; dice que es muerte, y agrega que los
pensamientos del carnal son enemistad contra Elohím, porque no se sujeta a la Toráh
de Elohím, ni tampoco puede. La misma verdad se expresa de una manera distinta
cuando Yahujanán dice: El que no ama permanece en muerte Yhj (1 Jn) 3:14. Cuando
entendemos la verdad de que la muerte es un estado, nos damos cuenta de la
imposibilidad de que el impenitente se salve, pues para ese hombre la liberación sería
una contradicción. Para ser libre, el hombre debe pasar de muerte a vida Yhj (Jn) 5:24.

Victoria sobre la muerte

En las Escrituras se enfrenta a la muerte como se enfrenta toda la realidad, pero el


interés principal gira en torno a la vida, y la muerte se trata en forma más o menos
incidental, como aquello de lo cual se salva a los hombres. Mashíaj obedeció ser
perfeccionado para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
esto es, al adversario de nuestros alientos Ib (He) 2:14. El poder de ha Satán siempre se
considera como sujeto al dominio de Elohím Iy (Job) 2:6; Lq 12:5, etc.
De ningún modo tiene a la muerte sujeta a su arbitrio en forma absoluta, aunque esta,
que es la negación de la vida, es su esfera natural. Mashíaj vino para poner fin a la
muerte. Como indica el pasaje de Ib (hebreos), fue por medio de la muerte que derrotó a
Ha Satán. Fue por medio de la muerte que quitó nuestro pecado. Porque en cuanto
murió, al pecado murió una vez por todos Rm (Ro) 6.10). Aparte de Mashíaj, la muerte
es el enemigo supremo, el símbolo de nuestra separación de Elohím, el horror definitivo.
Pero Mashíaj se ha valido de la muerte para librar a los hombres de ella. Murió a fin de
que los hombres pudieran vivir. Llama la atención el hecho de que la Brit Ha Jadasháh
(N.T) pueda decir que los creyentes duermen en lugar de decir que mueren por ejemplo
1 Ts 4:14. Yashua cargó con todo el horror de la muerte, por cuyo motivo para los que
están en Mashíaj la muerte ha sido transformada de tal forma que no es más que un
descanso.

9 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Hasta dónde alcanza la victoria que Mashíaj ganó sobre la muerte lo indica su
resurrección. Mashíaj, siendo levantado de los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él Rm (Ro) 6:9.

El levantamiento de entre los muertos es el gran acontecimiento triunfal, y la gran nota


de victoria en todo la Brit Ha Jadasháh tiene su origen allí.
Mashíaj es el Autor de la vida Mf (Hch) 3:15,
Señor así de los muertos como de los que viven Rm (Ro) 14:9,
La palabra de vida Yhj (1 Jn) 1:1.
Su victoria sobre la muerte es completa, y esa victoria está a disposición de su pueblo.
La destrucción de la muerte es cosa segura 1 Qr 15:26, 54; Jz (Ap) 21:4.
La segunda muerte no tiene ninguna potestad sobre el creyente Jz (Ap) 2:11; 20:6.

De acuerdo con a esto, la Brit Ha Jadasháh nos dice que la vida perpetua no es la
inmortalidad del aliento, sino espera la función del levantamiento del cuerpo de entre los
muertos. (No hay forma más gráfica de ilustrar el carácter definitivo y completo de la
derrota de la muerte).

No solamente existe un futuro de esplendor, sino que hay un presente de esplendor. El


creyente ya ha pasado de muerte a vida Yhj (Jn) 5:24; Yhj (1 Jn) 3:14. Está libre de la
toráh del pecado y de la muerte Rm (Ro) 8:2. La muerte no lo puede separar de Elohím
Rm (Ro) 8:38. Yashua dijo: El que guarda mi palabra, nunca verá muerte Yhj (Jn) 8:51.
Tales palabras no niegan la realidad de la muerte biológica; más bien nos encaminan
hacia la verdad de que la muerte de Yashua significa que el creyente ha salido
completamente de aquel estado que es la muerte como la separación de la vida
permanente que nos da Yahweh a través de su hijo Yashua, para descansar cuando
muere en el lugar del seno de Abraham y espera el levantamiento de su cuerpo para ser
como Mashíaj con un cuerpo completo lleno de esplendor. Ha sido introducido en un
nuevo estado, que ha sido muy aptamente caracterizado como la vida. En su momento
atravesará la puerta que llamamos la muerte, pero el aguijón ha sido extraído. La muerte
de Yashua representa la victoria sobre la muerte para sus seguidores.

Br (Gn) 47:27-31 Finalmente, llegó el tiempo en que Yisraél debía morir. Yisraél,
príncipe de Elohím, tuvo poder sobre el Malák y prevaleció, pero de todos modos debía
morir. Yoséf le dio Léjem para que no muriera de hambre pero eso no le garantizaba el
no morir de viejo o por enfermedad. Murió gradualmente; su vela se fue quemando
paulatinamente hasta el cabo, de modo que viera acercarse el tiempo. Ventajoso es ver
que la muerte se acerca antes que la sintamos para ser impulsados a hacer, con todas
nuestras fuerzas, lo que nuestras manos encuentren para hacer. Sin embargo, la muerte
no está lejos de ninguno de nosotros. Al ver que se acercaba su yom, la preocupación de
10 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Yaaqób era su entierro; no la pompa de éste sino ser sepultado en Kenáan, porque era
la tierra prometida. Era tipo del cielo, la patria mejor, que claramente dijo esperar, Ib
(He) 11:14. Nada ayudará mejor a hacer más cómodo el lecho de muerte que la
perspectiva cierta del reposo en la Yerushaláyim de arriba. Hecho esto, Yisraél se apoyó
en la cabecera de la cama, alabo a Elohím, como se explica, ver Ib (He) 11:21, y
agradeció por todos sus favores; en debilidad se apoyó por sí mismo y expresó su
disposición a dejar el mundo. Aun quienes vivieron de la provisión de Yoséf, y hasta
Yaaqób, que le era tan querido, debían morir. Pero Mashíaj Yashua nos da el Léjem
verdadero para que podamos comer y vivir por siempre. Cuando nos acerquemos a la
muerte vayamos a Él y rindámonos y quien nos sostuvo durante la vida, nos saldrá al
encuentro y nos hará entrega de la salvación a la vida permanente con Yahweh en
shamáyim.

Br (Gn) 48:1-7 El lecho de muerte del creyente con las oraciones y consejos del hombre
moribunda es adecuado para impresionar seriamente a los jóvenes, a los dados a los
placeres, y los prósperos: haremos bien en ir con los hijos en tales ocasiones, si puede
hacerse apropiadamente. Si le place a Yahweh es muy deseable que nuestro testimonio
de moribundo se refiera a su verdad, a su fidelidad y a lo placentero de sus caminos, una
palabra de inspiración para el futuro de nuestras generaciones. Uno debiera desear vivir
así, como para dar fuerza y peso a nuestras exhortaciones en el lecho de muerte. Todo
Yahudí verdadero es bendecido en su muerte, pero no todos se van igualmente llenos de
haber dado su bendición a su generación que es para el tiempo, la tarea que cumplirán.

Yaaqób adoptó a los dos hijos de Yoséf. Que ellos no sucedan a su padre en su poder y
grandeza en Mitzrayim, sino que triunfen en el marco de la herencia de la palabra hecha
a Abraham. Así, pues, el viejo padre moribundo enseña a estos jóvenes a que se unan
como el pueblo de Elohím. Los nombra para que cada uno sea cabeza de una tribu.
Yaaqób hará que Efrayim y Menashéh sepan que ellos serán grandes y cumplirán en su
tiempo lo que su padre les declara para la posteridad; que será el esplendor del
surgimiento de Efrayim como el hermano mayor de entre las naciones.

Br (Gn) 48:8-22 Los dos hijos de Yoséf ahora son parte del propósito de Elohím. Yoséf
dice: Ellos son mis hijos, los que Elohím me ha dado. Yaaqób dice: Elohím me ha
mostrado tu simiente. Las palabras son doblemente para nosotros cuando las vemos
venir de la mano de Elohím. Él no sólo evita nuestros temores sino que excede nuestras
esperanzas.
Yaaqób menciona el cuidado que Elohím tuvo con él todos sus yamím. En su tiempo
había tenido una buena cantidad de dificultades, pero Elohím le evitó el mal de sus
problemas. Ahora que está muriendo se mira a sí mismo como redimido de sus errores y
sus pesares para siempre.
11 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Al bendecir a los hijos de Yoséf, Yaaqób intercambia sus manos. Yoséf está dispuesto a
mantener a su primogénito, y pudo haber removido las manos de su padre. Pero Yaaqób
actuó no por error ni por afecto parcial a uno más que al otro; pero sí a través de una
palabra de inspiración por el Rúaj de Elohím que estaba en él, y por el consejo de
Elohím.

Elohím, está bendiciendo a su pueblo, le da más a uno que a otro, más regalos y
comodidades, y más de las cosas buenas de la vida. Usualmente le da más a aquellos con
menos posibilidades de recibir y de quien tiene Jésed (bondad). Él escoge las cosas
débiles del mundo; levanta al pobre del polvo.
¡Qué pobres son aquellos que no tienen riquezas sino las de este mundo! ¡Qué miserable
es el lecho de muerte para aquellos que no tienen un buen fundamento de esperanza,
pero sí terribles aprensiones de maldad, y nada más que maldad para siempre!

Br (Gn) 49:1-2 Todos los hijos de Yaaqób estaban vivos en ese momento. Su llamado
que los hizo reunirse fue un precepto para que ellos se unieran en amor y no se
mezclaran con los de Mitzrayim; y predijo que no iban a separarse como lo hicieran los
hijos de Abraham y de Yitzjaq, sino que todos debían formar un solo pueblo.
No vamos a considerar este discurso como expresión de sentimientos particulares de
afecto, resentimiento o parcialidad, sino como lenguaje del Rúaj Ha Qodésh que declara
el propósito de Elohím respecto del carácter, las circunstancias y la situación de las
tribus que descendían de los hijos de Yaaqób y que puede identificarse en sus historias.

Br (Gn) 49:8-12 El nombre de Yahudáh significa alabanza a Yahweh. Elohím era


alabado por su causa, Perék 29:35, alabado por él y alabado en él; por tanto, sus
hermanos le alabarán. Yahudáh será una tribu fuerte y valiente. Yahudáh es comparado,
con un león enfurecido y rugiente, como el león que disfruta la satisfacción de su fuerza
y éxito; esto es ser verdaderamente grande. Yahudáh será la tribu real, la tribu de la cual
vendrá el Mashíaj Príncipe. Shiló que viene de la raíz shalah literalmente lo que hace
que algo tenga éxito, o lo que hará prosperar una cosa, esa Simiente prometida en quien
la tierra será bendecida, vendrá de Yahudáh. Así, pues, el moribundo Yaaqób vio, de
lejos, el yom de Mashíaj y eso le fue consuelo y sostén en su lecho de muerte. Hasta la
venida de Mashíaj, Yahudáh poseyó autoridad.
Mucho de lo que aquí se dice de Yahudáh, debe aplicarse a nuestro Señor Yashua. En Él
hay abundancia de todo lo que alimenta y refresca el aliento y que mantiene y alegra la
vida de Elohím. Él es la vid verdadera; el vino es el símbolo señalado por su sangre,
derramada en favor de los que errar la toráh y aplicada por la firmeza; y todas las
bendiciones de su palabra son vida abundante, sin dinero y sin precio, a lo cual es
bienvenida todo aliento sedienta, Ysh (Is) 55:1.
12 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Br (Gn) 49:22-27 La bendición de Yoséf es más grande que la de los hermanos. Lo que
dice Yaaqób de él es historia y palabra de inspiración.

Yoséf llegó a ser el pastor de Yisraél para cuidar de su padre y de su familia, y la roca de
Yisraél, su fundamento y firme soporte. En esto, como en muchas otras cosas, Yoséf fue
un notable tipo del Buen Pastor.

Yaaqób bendijo a todos sus hijos pero especialmente a Yoséf, “que fue apartado de sus
hermanos”. No sólo separado en Mitzrayim sino, por poseer una eminente dignidad y
por ser más apartado por Elohím.
Se dice de Benjamín que arrebatará como lobo. Yaaqób fue guiado por el Rúaj; de lo
contrario, hubiera hablado más de su amado hijo Binyamín. Tocante a él solamente
prevé y predice que su posteridad será una tribu guerrera, fuerte y osada, y que se
enriquecerá con los despojos de sus enemigos; que serán activos. El rey Shaúl y el
Sh’liaj Shaúl eran de esta tribu, Rm (Ro) 11:1; Fil 3:5; en el amanecer de su yom,
devoró la presa como perseguidor, pero en el repartió el botín como el hermano que
sería cuidado por su hermano Yahudáh; él compartió las bendiciones del León de
Yahudáh y participó en sus victorias.

Br (Gn) 49:28-33 Yaaqób bendijo a cada uno conforme a las bendiciones que Elohím
tenía como objetivo otorgarles en tiempos posteriores.
Habló del lugar de su sepultura desde un principio de la identidad y firmeza en las
palabras de Elohím, de que Kenáan sería la heredad de su simiente en el momento
debido. Cuando hubo terminado sus bendiciones y sus encargos y, por tanto, su
testimonio, se concentró en su tarea de morir. Encogió los pies en la cama, no sólo como
uno que pacientemente se somete al golpe, sino como quien alegremente se acomoda
para descansar, ahora que estaba agotado. Entregó libremente su Rúaj en la mano de
Elohím, el Padre de los Rujót. Si el pueblo de Elohím es nuestro pueblo, la muerte nos
reunirá con ellos. Bajo el cuidado del Pastor de Yisraél, nada nos faltará para el cuerpo o
el aliento. Permaneceremos firmes hasta que esté terminada nuestra obra; entonces,
expiraremos nuestros alientos en las manos de Aquel cuya liberación hemos esperado,
partiremos en shalóm y dejaremos tras nosotros una bendición para nuestros hijos.

Br (Gn) 50:1-6 Aunque los parientes y amistades justos que guardan la toráh y tiene el
testimonio de Yashua hayan vivido hasta una edad bien avanzada y estemos confiados
de que se han ido a shamáyim, podemos sentir la pérdida y respetar su recuerdo
llorándolos.

13 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


El aliento que se fue está fuera del alcance de toda muestra de nuestro afecto pero es
apropiado mostrar respeto al cuerpo, del cual esperamos en el yom señalado el
levantamiento lleno de esplendor, pero que de acuerdo a la toráh debe ser sepultado.
Así, pues, Yoséf mostró su firmeza en Elohím y su amor por su padre. Mandó que el
cuerpo fuera embalsamado o envuelto con especias para preservarlo. Vea cuán viles son
nuestros cuerpos cuando el aliento los ha abandonado: se pone en muy poco tiempo
fétido y desagradable.

Br (Gn) 50:15-21 Diversos son los motivos que pudieron hacer que los hijos de Yaaqób
siguieran en Mitzrayim, a pesar de la visión que Abraham tuvo de su esclavitud allá.
Juzgando a Yoséf con el temperamento general de la naturaleza humana, pensaron que
ahora él se vengaría de los que lo habían odiado y dañado sin causa. No siendo capaces
de resistir ni de huir, intentaron ablandarlo humillándose. Le suplicaron como siervos
del Elohím de Yaaqób. Yoséf se sintió muy afectado al ver el cumplimiento total de lo
que vio mientras dormía. Les manda que no le teman a él sino a Elohím; que se humillen
ante el Señor y busquen el perdón de Elohím. Les garantiza su propia bondad para con
ellos. Véase que Rúaj tan excelente tenía Yoséf y aprendamos de él a devolver bien por
mal. Él los consoló y, para disipar todos sus temores, les habló amablemente. Los Rúaj
quebrantados deben ser curados y animados. No sólo debemos hacer el bien a quienes
amamos y perdonamos; también debemos hablarles bondadosamente.

Br (Gn) 50:22-26 Al honrar a su padre, Yoséf tuvo yamím largos en la tierra que, por el
presente, Elohím le había dado. Cuando vio que se acercaba su muerte, consoló a sus
hermanos con la seguridad del regreso de ellos a Kenáan en el debido momento.
Debemos consolarnos unos a otros con las mismas consolaciones con que hemos sido
consolados por Elohím y animarlos a descansar en las palabras que son nuestro apoyo.
Como una confesión de su propia firmeza y una confirmación de la de ellos, les encarga
que no dejen sin enterrar sus restos hasta el yom glorioso en que ellos se establezcan en
la tierra prometida. Así, pues, Yoséf por emunáh en la palabra sobre la tierra de Kenáan,
dio mandamiento acerca de sus huesos. Esto iba a mantener viva la expectativa de ellos
en cuanto a una pronta salida de Mitzrayim y a tener a Kenáan presente en forma
continua. Además, esto uniría a la posteridad de Yoséf con sus hermanos.

La muerte, como también la vida de este eminente hombre de Elohím, hijo de Yaaqób
fue verdaderamente excelente; ambas nos dan una firme exhortación de perseverancia en
el servicio de Elohím.

¡Cuán bendecido empezar temprano en la carrera y en el trabajo del reino de Shamáyim


para la restauración en el tiempo del fin, seguir firme y terminar la carrera con gozo!

14 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Esto que hizo Yoséf, nosotros también podemos hacer. Hasta cuando los dolores de la
muerte estén sobre nosotros, si hemos confiado en quien confiaron nuestros padres, los
Neviím y los Sh’liajím, no temamos decir:

Mi carne y mi corazón desfallecen, mas la roca de mi corazón y mi porción


es Elohím para siempre.

Y decir con seguridad:


Th 118:17 No moriré, sino que viviré, y contare las obras de Yah

La Bendición

‫ ָּב ַרְך‬barak; raíz primaria; por implicación. Bendecir a Elohím (como acto de
alabanza), y (viceversa) al hombre (como beneficio); también (por eufemismo) maldecir
(a Elohím, o al rey, como traición): bendecir con abundancia, dar bendición, loar,
dichoso, proferir, saludar.

También es desear un bien a otro, felicitarle por un bien, agradecerle un favor.


Entre los hombres: Es el acto por el cual un hombre felicita a otro por un bien
conseguido, éxito o por alcanzar un logro.
De Elohím al hombre: Bendice al hombre dándole fecundidad, éxito, prosperidad,
cambiando su naturaleza al otorgarle un nombre nuevo con destino; colmándolo de
bendiciones, haciéndolo canal de bendición.

A. La raíz de esta palabra se encuentra en otras lenguas semíticas, las cuales, como la
hebrea, lo usan con mayor frecuencia con referencia a un Elohím.
Existen también paralelos del vocablo en egipcio. Barak aparece unas 330 veces en la
Tanák, comenzando por Br (Gn) 1:22 Y Elohím los bendijo, diciendo: Fructificad y
multiplicaos.

Las primeras palabras que Elohím dirige al hombre comienza de la misma manera: Y
los bendijo Elohím, y les dijo: Fructificad y multiplicaos Br (Gn) 1:28. De esta
manera se demuestra que toda la creación es bendecida por Elohím para su continua
existencia y multiplicación Th (Sal) 104:27-30 Todos ellos esperan en ti, para que les
des la comida a su tiempo.
28
Tú les das y ellos recogen; abres tu mano y se sacian de bien.
29
Escondes tu rostro, se turban; les quitas el rúaj de ellos, dejan de ser y vuelven al
polvo.

15 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


30
Envías tu Rúaj, son creados y renuevas la faz de la tierra.

Barak se usa otra vez en relación al género humano, y a la pareja como tal hombre y
hembra en Br (Gn) 5:2, al principio de la historia de los hombres de emunáh, y de nuevo
después del diluvio para la multiplicación de la especia humana del hombre sobre la
tierra solo es por la bendición de Yahweh en Br (Gn) 9:1 Bendijo Elohím a Nóaj y a sus
hijos, y les dijo: Fructificad, multiplicaos y llenad la tierra.

El elemento central del pacto de Elohím con Abram es: Te bendeciré… y serás
bendición. Bendeciré a los que te bendijeren… y a ti bendecirán todas las
familias de la tierra
Br (Gn) 12:2-3 Y hare de ti una nación grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre
y serás de bendición. Bendeciré al que te bendijere y al que te maldiga maldeciré y a ti
bendecirán todas las familias de la tierra. Esta bendición sobre las naciones se repite
en Br (Gn) 18:18; 22:18; y 28:14; Br (Gn) 26:4; Yr (Jer) 4:2.

En todos estos casos, la bendición de Elohím se dirige a Abraham y a su descendencia.

Elohím, ya sea en forma directa o a través de sus representantes, aparece más de 100
veces como el sujeto de este verbo.

La bendición a la tribu de Leví está basada en esta orden:


Así bendeciréis a los hijos de Yisraél… Yahweh te bendiga… y pondrán mi
nombre sobre los hijos de Yisraél, y yo los bendeciré Bm (Nm) 6:23-27.

Se usa la forma pasiva de barak cuando Malkí-Tzedéq pronuncia la bendición de Elohím


sobre Abram: Bendito sea Abram del Elohím Altísimo Br (Gn) 14:19.

Bendito por Yahweh mi Elohím sea Shem Br (Gn) 9:26 es una expresión de alabanza.

Bendito sea el Elohím Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano Br (Gn) 14:20 es
alabanza con acción de gratitud.

Tener o pedir bendición no es tan solo pedir por las riquezas materiales Yaaqób le dijo al
malák bendíceme y el malák le dio un nombre nuevo que indica la bendición para
cambio de destino, su naturaleza, autoridad y servicio; todo es sucedió cuando el malák
le dio su nombre Yisraél Br (Gn) 32:26-28

16 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


Una forma común de saludarse era: Bendito seas tú de Yahweh 1 Shm (S) 15:13;
Rut 2:4.
Shaúl salió a recibir [a Samuel], para bendecirle 1 Shm (S) 13:10.

B. Nombre berakáh ְ‫ הכָ ָרב‬bendición. La forma del radical de esta palabra se encuentra
en las lenguas semíticas del noroeste y del sur de la región semítica. Se usa
conjuntamente con el verbo barak bendecir 71 veces en el Tanák. El término aparece
con mayor frecuencia en Bereshít (Génesis) y en Devarím (Deuteronomio).

La primera vez es el caso de la bendición de Elohím sobre Abram: Y haré de ti una


nación grande y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición [berakáh]
Br (Gn) 12:2).
Cuando la expresa el hombre, «bendición» es un deseo o una súplica en pro de
bendición futura: Y [Elohím] te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia
contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Elohím dio a Abraham Br (Gn)
28:4). Esto se refiere a la «bendición» que los padres antes de morir solían pronunciar
sobre los hijos de Yisraél. La «bendición» de Yaaqób a las tribus Br (Gn) 49) y la
«bendición» de Moshéh Dv (Dt) 33:1 son otros ejemplos bien conocidos de este hecho.

Bendición era lo contrario a maldición (qelalah): Quizá me palpará mi padre, y me


tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición Br (Gn) 27:12).
Una forma concreta de presentar una bendición es mediante un regalo. Por ejemplo:
Acepta, te ruego, el regalo que te he traído, pues Elohím me ha favorecido y todo lo que
hay aquí es mío. E insistió hasta que Esáv lo tomó (Br (Gn) 33:11.

La bendición dirigida a Elohím es una expresión de alabanza y gratitud, como en el caso


siguiente: Levantaos, bendecid a Yahweh vuestro Elohím desde la eternidad hasta la
eternidad; y bendígase el nombre tuyo, esplendoroso y alto sobre toda bendición y
alabanza Nj (Neh) 9:5.

La bendición del Señor descansa sobre quienes le son fieles y oyen y guardan sus
mandamientos: Dv (Dt) 11:27 La bendición, si oyereis los mandamientos de Yahweh
vuestro Elohím, que yo os prescribo hoy;
Dv (Dt) 28:1 Acontecerá que si oyendo oyes la voz de Yahweh, tu Elohím, para guardar
y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Yahweh, tu
Elohím, te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.

Su bendición es el resultado de:

17 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim


El limpio de manos y puro de corazón -Justicia Th (Sal) 24:5,
Residir los hermanos juntos -Vida Th (Sal) 133:3,
La orden de edificar casa para Yahweh -perpetuidad 2 Shm (Sm) 7:29.
De estar a salvo de los enemigos -Liberación Th (Sal) 3:8 De Yahweh es la liberación;
sobre su pueblo sea tu bendición.

La «bendición» es como lluvia o rocío en el tiempo futuro: Y daré bendición a ellas y a


los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de
bendición serán Yj (Ez) 34:26.

El Señor envía su «bendición» en la comunión de los Qadósh: Como el rocío de Jermón,


que desciende sobre los montes de Tzión; porque allí envía Yahweh bendición, y vida
permanente Th (Sal) 133:3.

La bendición no vendrá solo por hacer una declaración de padres a hijos, de Yahweh a
su pueblo o a los hombres; es en verdad el resultado a la obediencia a su palabra a sus
órdenes a ser apartados del mundo de sus obras de todo lo que dice la toráh.

Los millonarios, los hombres ricos de este siglo y durante todas las épocas de la historia
de la humanidad han desechado la palabra, ellos no tienen necesidades económicas y
esto se confunde con bendición. Ej. El rico epulón y Eleazar
Cuando los hombres de Yahweh y que sirven se llenan de riquezas y no las usan todas
para ser anunciada su toráh; la bendición que Yahweh da será para apartarlo del servicio
y ser esclavo del dinero, en esto punto las riquezas ahogara la palabra y esta se hará
infructuosa, sin fruto.

Bendición es tener a Yahweh, caminar con él, escuchar su voz, tener temor para
obedecer cada palabra y la dirección que nos da, tener bendición es tener a Yahweh y si
lo tenemos a él lo tenemos todo; él es nuestro padre el dueño de shamáyim y ha áretz.

Bendición no es lo que perece sino lo que permanece, es lo inconmovible.

Bendición no es un título universitario eso es un logro que Yahweh le permitió,


bendición es conocer la toráh que permanece para siempre no se acaba no se extingue no
pasa de modelo no es inadecuada es la misma ayer hoy y siempre Haleluyáh

Los hombres con títulos y los tengo, no los salvara el yom de juicio y muchos de los que
tienen títulos por no darlos a la obra y su servicio se perderán con todo y títulos y si el
conocimiento que ellos tiene no lo utilizan para su obra será para ellos causa del juicio el
yom de Yahweh.
18 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim
Tener la bendición es poder ser de vida para muchos, que nuestras palabras sanen,
levanten, amonesten e instruyan eso es ser de bendición.

Sh´liaj
Yoshua Ben Efrayim

19 <Sh´liaj Yoshua Ben Efrayim

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