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Allport- Capítulo XV- Disposiciones Personales.

Unicidad de las disposiciones personales.

No puede haber dos hombres con la misma característica, y esta es una verdad que el estudio de la personalidad debe
aceptar, aunque sea causa de grandes dificultades.

Hablamos de características individuales(o personales) como diferentes de las características comunes, pero aplicando a
ambas el mismo término de característica, ya que existe semejanza entre estos conceptos. Para mayor claridad, no
llamaremos a la unidad individual característica, sino disposición personal (se lo puede llamar también característica
morfológica que significa la morfogénesis interna de cada individuo, es decir, el patrón individual de cada ser).

Mucho de lo que se ha dicho de las características comunes es aplicable a las disposiciones personales, Ambas son
tendencias determinantes amplias (generalizadas). Ambas difieren del mimo modo de los hábitos, actitudes y tipos, la
existencia de ambas se infiere de la presencia de actividades con equivalencia funcional.

Pero también existen diferencias. Las disposiciones personales corresponden y son únicas en una persona determinada.
Por lo general, se necesitan varias palabras para designar una disposición personal y si se diagnostican correctamente,
las disposiciones personales reflejan fielmente la estructura de la personalidad, mientras que las características comunes
son categorías en las que el individuo es introducido a la fuerza.

Si deseamos comparar una persona con otra, el púnico método posible es el estudio en base a las características
comunes. Pero hay una segunda manera, más precisa, de examinar la personalidad: el patrón interno (morfogénesis) de
la vida de un individuo como un producto único de la naturaleza y la sociedad, y esto es a través de las disposiciones
personales.

Interdependencia de las disposiciones.

No es posible escindir un individuo en sus disposiciones personales componentes.

Es muy cierto que nunca podemos ver solamente una d.p (disposición personal) aislada. El continuo flujo de la conducta
emplea simultáneamente toda clase de tendencias determinantes, Consideramos el acto de escribir una carta por
ejemplo. Requiere la convergencia de disposiciones mentales, motivaciones del momento, habilidades, profundas
convicciones, valores personales. La conducta necesita siempre la convergencia de muchas influencias determinantes.
Generalizando el caso, podemos decir, que cuando hacemos una cosa nunca interviene solamente una característica o
una sola d.p.

Por otra parte, es necesario suponer que hay algunas influencias estables y continuas.

La expresión focos de organización representa lo que entendemos por disposición personal, El individuo corriente tiene
ciertos equipos de intereses y calores, cierto modo y maneras de expresión y tal vez uno o dos proyectos, Estas
disposiciones focalizadas pueden ser despertados por una amplia variedad de estímulos y conducir a una amplia
variedad de respuestas equivalentes. Pero los límites entre estos sistemas no son rígidos. Una d.p no se identifica por
límites precisos sino por su cualidad nuclear. Esta cualidad nuclear es algún importante objetico o significado o un estilo
de expresión. Expresan el esfuerzo individual por la supervivencia y el dominio y dan forma a la personalidad.

Consistencia de las Disposiciones.

El principio primario de la conducta es su flujo convergente, por lo tanto, no podemos esperar que las disposiciones sean
totalmente constantes y predecibles. Pero la prueba de que una cualidad es una d.p o una característica común se basa
en la demostración de la repetición de una conducta funcionalmente equivalente. Por ejemplo: un oficial de justicia es
casi siempre decidido, rápido y dominante, pero en un momento queda reducido a una parálisis por la noche, en un
restaurant debido quizás a que está fatigado por su trabajo y se muestra muy diferente a como lo describimos recién.
Decimos por lo tanto que no son enteramente constantes las disposiciones, pero caeríamos en un caos si no lo fueran en
absoluto.
Algunos autores llegan al extremo de declarar que la personalidad carece totalmente de consistencia interior y debe su
uniformidad a la semejanza de las situaciones que se repiten. Diferimos de esta opinión y decimos que es posible que
coexistan en un individuo las disposiciones de conquista y sometimiento por ejemplo, de extraversión e introversión. Ya
que una situación pone en juego una determinada d.p y otra situación hace que entre en acción una d.p distinta. No se
puede negar este hecho.

Por ejemplo. El Dr. D es una persona aseada tanto en su persona como en su escritorio, muy exacto en las notas que
toma para sus lecciones. Conserva muy ordenados y bajo llave objetos de su pertenencia. Tiene además a cargo una
biblioteca, donde es muy de cuidado, mugriento e inclusive se pierden libros. Vemos que hay en él dos disposiciones
opuestas, una de orden y otra de desorden. Situaciones diferentes despiertan disposiciones diferentes. Para explicar
este caso decimos que el Dr. D tiene una disposición cardinal (se explica más adelante) de la que proceden estilos
opuestos. Esta disposición cardinal es el egoísmo, ya que es una persona centrada en sí misma, que no actúa nunca en
beneficio de los intereses de los demás sino solamente pensando en sus propios intereses. Esto lo mueve a querer el
orden para sí y no para los demás.

Concluimos que la constancia de una disposición es cuestión de grado.

Disposición genotípica, disposición fenotípica y seudodisposiciones.

En el caso del Dr. D observamos la presencia simultánea en un mismo individuo de modos de comportamiento
ordenados y negligentes. Esto es una disposición fenotípica, que corresponden a descripciones del “aquí y ahora”. Pero
estas opuestas disposiciones están basadas en una disposición personal más fundamental (genotípica) que identificamos
como egoísmo o la de estar centrado en sí mismo. Cuando buscamos disposiciones más profundas, hablamos de
disposiciones genotípicas

Las seudodisposiciones son errores de inferencia, juicios erróneos resultantes de fijarse solamente en la apariencia del
individuo.

Disposiciones cardinales, centrales y secundarias.

- Disposición cardinal: son disposiciones de significación mayor, es abarcadora y muy destacada. Su influencia se
observa en casi cualquier acto. El individuo es conocido por ella. Esta cualidad ha sido llamada a veces como
rasgo principal, pasión dominante, sentimiento básico como también raíz de una vida. Es raro que una
personalidad posea una sola disposición cardinal.
- Disposición central: Están en el núcleo de la personalidad. Permiten 5 o 9 palabras más descriptivas.
- Disposición secundaria: son las menos destacadas, menos generalizadas, menos consistentes y no aparecen con
frecuencia.

¿Cuántas disposiciones tiene una persona?

Es una respuesta difícil de responder. La conducta como hemos dicho, es un flujo continuo, las disposiciones no se
expresan nunca aisladamente, las personas manifiestan disposiciones contradictorias en situaciones contradictorias,
Además los métodos diagnósticos están muy poco desarrollados como para que podamos hallar esta respuesta.

Cuando la psicología elabore métodos diagnósticos apropiados para describir las líneas generales según la cuales están
organizada una particular personalidad (disposiciones personales), puede resultar que el número de tales focos varíe
normalmente entre cinco y diez. Allport presenta esta sugerencia como una hipótesis, sujeta a una comprobación
científica.

¿Cómo pueden estudiarse las disposiciones personales? (hay varios pero no me pareció importante, leer del texto).

Algunos métodos son:

-Pruebas para la d.p propuestas: siguiendo el método científico, consideramos primeramente el objeto que estudiamos
utilizando el sentido común. Luego, formulamos la hipótesis de que el objeto (en este caso una personalidad dada)
consiste en ciertas disposiciones principales. Después, procediendo científicamente se trata de comprobar
empíricamente la hipótesis, corrigiéndola si es necesario.

-Estudio clínico: los consejeros, consultores y terapeutas formulan juicios de las disposiciones personales de las personas
que examinan. Durante la consulta, su pensamiento está absorbido en la estructura de la personalidad del cliente.
Pensarán en leyes generales que puedan aplicarse a la persona examinada, pero concentrarán su atención en el patrón
personal existente.

Disposiciones personales y motivacionales.

¿Qué relación existe entre las disposiciones personales y las motivaciones?

Allport afirma que la personalidad no está dividida en motivaciones y maneras o modos de dar realización a estas
motivaciones Él dice que todas las tendencias determinantes son dinámicas, es decir, producen conducta, por lo que
puede concluirse, que todas las disposiciones personales tienen algún poder motivacional. Pero se le agrega que existen
diversos grados de dinamismo. Algunas d.p son mucho más motivacionales que otras.

Por ejemplo: el señor X siente el deseo de dar a sus hijos una educación mejor que la recibida por él. El señor X también
tiene la constante disposición e comportarse con cortesía. Decimos que la cortesía es más bien en su naturaleza una
disposición estilística y ser útil para sus hijos es más una disposición motivacional.

El autor Hebb insiste en que el impulso de una tendencia asciende a nivel de organización más elevado y crea un estado
motivacional general difuso a partir del cual la presión integrada desciende de la corteza cerebral al tronco cerebral y
puede traducirse en una acción exterior.

Definición.

Una disposición personal es una estructura neuropsíquica generalizada (peculiar del individuo) que posee la capacidad
de convertir a muchos estímulos en funcionalmente equivalentes y de iniciar y guiar formas consistentes
(equivalentes) de conducta adaptativa y estilística

Resumen.

La denominación características comunes se aplica a complejidades organizadas consideradas comunes o comparables


en una población. Debido a la pertenencia de los individuos a una especie y una cultura en común, podemos buscar
categorías de conducta bastante uniformes.

Las d.p se consideran como las distinciones que se encuentran naturalmente en una persona. Es decir, son las unidades
neuripsíquicas que hallamos en los individuos.

Ambas concepciones tienen su utilidad. Con finalidades comparativas son suficientes las características comunes, Pero
cuando se desea realizar un detallado estudio del individuo es preciso identificar las d.p.

Aunque las características y las disposiciones estabilizan la conducta, no son nunca enteramente consistentes ni
tampoco interdependientes. La adaptación afectiva al mundo requiere flexibilidad, y la entrada en acción de tendencias
determinantes diversas en situaciones diferentes.

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