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Dora

Presentación del padecimiento

Hace a la elección del paciente como una apuesta a analizante, como apto para el dispositivo analítico. ¿En qué se basa esta
decisión? El ensayo previo, o entrevistas preliminares, permiten detectar las coordenadas del padecimiento del paciente: a
saber, respuestas ante lo insoportable, que circulan por inhibición, síntoma, angustia, pasaje al acto y acting out. Si la clínica
psicoanalítica son las razones que da el analista en el campo freudiano, debe justificar porqué ofrece el dispositivo o no.

- ¿Cómo llega Dora a la consulta y como responde Freud? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Quién consulta?
Para empezar, Dora no busca tratamiento. Es llevada, por segunda vez, ante Freud, por el padre. Éste había también estado en
tratamiento con él, pero no psicoanalítico.
Se puede pensar que la reacción del padre es provocada por una preocupación: su hija presenta una actitud querellante,
acusadora, de reclamo, sumado a ciertos síntomas que datan de su infancia (disnea, tos, afonía, migrañas). El episodio que
precipita la consulta es el actingo out donde Dora deja una carta entreviendo la posibilidad de un suicidio, “se despedía de ellos
porque no podía soportar la vida”. Si bien el padre supuso que no era una amenaza en serio quedó impresionado y tras un
intercambio de palabras con ella, Dora sufrió un primer ataque de pérdida del conocimiento, lo cual determinó que debía
ponerse bajo tratamiento. Todo intento de consultar a un nuevo médico en el pasado provocaba su resistencia (agujereamiento
del saber médico). No entra en consulta a través de una transferencia de supuesto saber en Freud, ello se ubica mas que nada
del lado del padre. Dora disfrutaba de los continuos fracasos que la medicina arremetía para explicar sus síntomas. A Freud
acudió movida por la palabra autoritativa del padre. La demanda de éste se formula “ procure usted ponerla en buen camino” y
del lado de ella, hacerse creer sobre la veracidad de sus planteos (ella como objeto de intercambio entre su padre y el señor K)
“Los signos principales de su enfermedad eran una desazón y una alteración del carácter. Era evidente que no estaba satisfecha
consigo misma ni con los suyos, enfrentada hostilmente a su padre, y no se entendía con su madre, que quería atraerla a las
tareas domésticas. Buscaba evitar el trato social.”
En una primera oportunidad, a los 16 años, tras pocas consultas con Freud, los síntomas cedieron y no se alcanzó a iniciar el
tratamiento. Dadas las circunstancias, Dora no era un buen caso para ofrecer análisis.

¿Por qué lo ofrece?


Freud lee en ella una demanda indirecta: se dividía ante su padecimiento, en una relación de insatisfacción. Interpreta en este
acting out un llamado al Otro, más allá de los síntomas.
Ofrece el dispositivo porque ubica allí que hay un “penar de más..” en el sentido de que, el síntoma, como solución/elección, no
es el más adecuado, y que hay otras formas de satisfacción.

- Hipótesis diagnóstica
Para Freud el caso de Dora es el de una histeria consumada.
Freud ubica como condiciones psíquicas de la histeria: trauma psíquico- conflicto de los afectos- conmoción de la esfera sexual.
Particularmente en Dora, se ubica un historial sintomático infantil: sucesivos síntomas corporales asociados a circunstancias con
su padre. Ella estaba apegada a él con particular ternura y éste se acrecentó por las numerosas y graves enfermedades que el
padre padeció desde que ella cumplió el sexto año de vida.
- Disnea: aparece por primera vez a los 8 años el síntoma de la disnea, que luego se vuelve permanente, en la forma de un
surmenage tras una excursión por las montañas.
- Migraña
- Tos nerviosa con catarro
- Afonía
- Cuadro de apendicitis

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Iniciación del tratamiento

- Condiciones para el inicio del análisis.


Posición de Freud: Mientras el padre tomaba por ciertas la palabras del señor K, respecto a la ilusión de Dora sobre su propuesta
amorosa, ella reaccionaba perjudicada por esa mentira y su descrédito. Freud no se ubica en la misma posición y aloja su relato.
No la toma por mentirosa o fabuladora.

En el desarrollo del historial clínico no se ubica la formulación explicita de la regla fundamental. Aún así, se evidencia su
cumplimiento en el trabajo de Freud por favorecer las asociaciones de Dora. Por ejemplo, los esclarecimientos se agruparon en
torno a dos sueños, desde donde surgió una trama de interpretaciones y recuerdos.
Ejemplo I:
Luego de contar el primer sueño, y que Freud le dijera que comunicase lo que se le ocurría sobre él, ella dice “Se me ocurre algo
pero no puede venir al caso”. Freud responde “No importa, siga usted”.
Ejemplo II:
Intervención de Freud: Cuando comuniqué a Dora que yo debía suponer que su inclinación hacia el padre había tenido, ya en
época temprana, el carácter de un enamoramiento, ella me dio su habitual respuesta: “No me acuerdo de eso”. Pero acto
seguido me informó de algo análogo acerca de una prima de 7 años, en la que a menudo ella veía reflejada su propia infancia:
después de que una primita viera una pelea entre sus padres, le dijo a Dora “no puedes imaginarte cuánto odio a esa persona (su
mamá) y si alguna vez se muere me casaré con papá” Estoy habituado a ver en tales ocurrencias que presentan algo acorde con
el contenido de lo que yo he aseverado al paciente, una confirmación que viene del ICC.
Freud concluye que este amor revivido desde lo infantil hacia el padre, es una vía para protegerse de su reciente amor por el
señor K.
Ejemplo III
Asociación humo, serie psíquica padre/sr.K/Freud.

- Rectificación subjetiva
La rectificación subjetiva no es una intervención del analista, sino un efecto discursivo que requiere mas de una intervención. Es
la misma puesta en juego de la regla fundamental la que causa la división subjetiva. Detrás de los reproches dirigidos a otras
personas suelen esconderse autorreproches, surgiere Freud a su paciente Dora. Sus asociaciones posteriores muestran que Dora
acepta la invitación, relatando su colaboración bastante activa en las circunstancias que llevaron al desencadenamiento reciente
de sus síntomas histéricos. De la inocencia reivindicativa con que se presentaba inicialmente pasa a la confesión de su
complicidad en la actualización de sus síntomas. Pero no acepta la invitación analítica declarando su implicación con
responsabilidad plena, sino, mas modestamente, cumpliendo con la regla analítica, aportando asociaciones que evidencian la
división que su síntoma conlleva (ese contrasentido característico de subirse la pollera con una mano, y bajársela con la otra)
En el análisis de lo que se trata es volver a situar las coordenadas del conflicto para que pueda elegir otras cosas o elegir de otro
modo.
En este caso, no podemos hablar de rectificación subjetiva, porque no se cumple efectivamente la condición previa: la
destitución subjetiva del analista.
En los casos clásicos, como Dora o HR, no resulta tan evidente que el paciente exija tal destitución del analista. Este se ha
instalado como tal en el momento en que el paciente comienza su juego asociativo. Ha mostrado soportar durante un tiempo las
asociaciones transferenciales que lo involucran como objeto. Pero el análisis se interrumpe cuando los prejuicios del analista lo
demoran demasiado tiempo en una posición del sujeto obstaculizando el despliegue de la transferencia en el trabajo analítico.
Por ejemplo, que una chica debería amar al señor K y no a otra mujer, y menos a la señora K.
En estos casos clásicos los análisis comienzan fácilmente y se mantienen durante un tiempo a condición de que el analista no
insista demasiado en interpretaciones basadas en sus prejuicios que el analizante rechaza rompiendo el lazo psicoanalítico.

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Intervención de Freud
 Dos reproches a su padre:

- Acomodar la realidad para no ser obstaculizada su relación con la señora K.

“Toda vez que en el tratamiento psicoanalítico se ubica una serie de reproches dirigidos a otras personas hacen sospechar la
existencia de una serie de autorreproches de idéntico contenido. Es una manera de protegerse de un autorreproche dirigiéndolo
a otra persona. (…) Los autorreproches que Dora dirigía a su padre son de este caso. Tenía razón en que su padre no quería
aclararse la conducta del señor K hacia su hija, para no ser molestado en su relación con la señora K. pero ella había hecho lo
mismo, se había vuelto cómplice de esa relación. Solo desde la aventura en el lago databa su claridad sobre eso y sus reclamos al
padre. Todos los años anteriores había hecho lo posible para encubrir las relaciones del padre con la señora K.”

- Usar sus enfermedades para sacar ventaja


Dora había observado de la señora K cuan provechosamente pueden usarse las enfermedades. Asi también que su padre creaba
las enfermedades como pretexto y las explotaba como un recurso.
El principal objetivo de su enfermedad actual era ganarse la compasión del padre y apartarlo de la señora K.
Intervención de Freud ¿A quién copia usted en esto?
Ejemplo Dora acusa un nuevo síntoma, dolor de panza. Freud interviene planteando que allí hay un decir que no es del yo. Sus
propios dolores la identificaban con su prima, y conseguían el propósito de no asistir a la formalización del noviazgo de una
prima.

- Reproche por el “catarro vaginal” de la madre y el propio: es un autorreproche por su masturbación infantil.

- Reproche hacia la gobernanta- “no la trataba bien por interés a ella, sino por interés hacia el padre”: lo mismo que
Dora hace con los hijos del matrimonio K

Transferencia
Respeto a las dos vertientes de la transferencia, la suposición de saber se encuentra más del lado del padre de Dora, quien
confiaba en Freud para “encaminar” a su hija. Dora particularmente se encargaba por el contrario de impotentizar el saber
médico, tras repetitivas consultas.
Esta cara no agota la transferencia. En su vertiente real, el paciente repite y actúa con el analista sus clisé inconscientes. Para ello
tomamos el análisis de primer sueño.

Análisis del primer sueño


La importancia de este sueño es que fue un sueño repetitivo que se actualiza en la cura. Su análisis pone de manifiesto la
transferencia en juego. Algo en el tratamiento fue una coordenada de repetición para que este sueño reapareciera en él. Si
vuelve a tener este sueño en la cura ¿De qué se está defendiendo en ella?

“En una casa hay un incendio, mi padre está frente a mi cama y me despierta. Me visto con rapidez. Mamá pretende todavía
salvar su alhajero, pero papá dice: No quiero que yo y mis dos hijos nos quememos a causa de tu alhajero. Descendemos de prisa
por las escaleras y una vez abajo me despierto.”

El sueño se produjo durane tres noches seguidas en L, donde ocurrió la escena del lago. Aparece como una reacción a esa
vivencia y se repite hasta que finalmente abandona el sitio. El designio que porta es “no tendré tranquilidad, no pdré dormir
tranquila, hasta que esté fuera de la casa”. Ella temía el ingreso del Sr. K a sus aposentos.

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El sueño se repite porque responde a un designio, a un propósito más allá de contenido manifiesto, que periste hasta que se lo
ejecuta.
Se trata entonces de reestablecer las coordenadas para obtener la respuesta de frente a qué se repite. Necesita defenderse,
pero de qué?
Freud interpreta “usted no solo temìa de él, sino de sí misma, de caer en la tentación”, esto confirmaría la intensidad de su amor
por el Sr. K. En el sueño refresca su viejo amor por su padre (el salvador que la rescata en el contenido manifiesto) a fin de
protegerse de su amor por K.
A su vez, lo vincula con la vivencia infantil de mojar la cama, masturbacion infantil, oposicion agua/fuego, y con ello finaliza la
interpretacion.
La sesión siguiente, Dora comenta que “se había olvidado de mencionar que todas las veces tras despertar había sentido olor a
humo”. El humo armonizaba muy bien con el fuego, pero además señalaba que el sueño tenñia una perticular relacion conmigo,
pues cuando ella aseveraba que tras esto o aquello no habia nada escondido, yo solía decirle “donde hay humo, hay fuego”.
Pero Dora hizo una objeción a esta interpretación exclusivamente personal: el señor K y su papá eran fumadores apasionados
como también yo lo era.
Recogiendo los indicios que hacen probable una transferencia sobre mi, porque yo también soy fumador, llego a esta opinión: un
día se le ocurrió, probablemente durante la sesión, que desearía ser besada por mi. Esta fue la ocasión que la llevó a repetir el
sueño de advertencia y a formarse el designio de abandonar la cura.

Lo que se ubica tras el análisis del sueño, cumplimiento de la regla fundamental mediante, es la posición en la que Dora ubica
Freud, armando una serie de tres objetos padre/sr. K/Freud. El sueño evidencia un modo de defenderse del deseo y una
satisfacción, en este caso, oral. Es Dora quien se ofrece como objeto oral, a ser besada, ante el hombre seductor. Pero luego, se
sustrae de la escena. En transferencia se ubica como advertencia de sus intenciones de abandonar la cura, y repetir, su modo de
satisfaccion habitual. Deja al hombre impotentizado.

Freud pensó la transferencia, pero no pudo intervenir a tiempo corriendose de ese lugar de seductor, y terminó confirmando un
modo de satisfaccion fantasmático que se actualizaba y repetía en el análisis. Ella lo dejó a él en el momento en que esperaba
hacer un avance en el tratamiento. Esta es la cara repetitiva de la transferencia, no como suposición de saber, sino como
actuación de un modo de relación ICC. Se actúa algo en que aquí y ahora de la terapia. No solo se trae en sueños o se recuerda,
sino que se repite.

Síntoma
El motivo para enfermar es en todos los casos el propósito de obtener una ganancia. En toda contracción de una neurosis debe
reconocerse una ganancia primaria: el enfermarse ahorra ante todo una operación psíquica, se presenta como la solución
económicamente mas cómoda en caso de conflicto psíquico por mas que la mayoría de las veces después resulte una salida
inadecuada. Esta parte de la ganancia primaria de la enfermedad puede llamarse interna, psicológica, y es constante.
Después cuando el yo comienza a servirse de ese síntoma en un intento de integrarlo a su organización, aparece como ganancia
secundaria, que al mismo tiempo fija el síntoma a la vida anímica.

Clínica del síntoma: tres preguntas.


- Cómo se presenta el síntoma?
- Cómo se posiciona el sujeto respecto del padecimiento?
- Cómo se ubica el analista?
En el análisis no importa tanto lo que objetivamente sucede, lo acontecido, sino lo que dice respecto de lo que le pasa. La clínica
del psicoanálisis es una clínica del decir, y no de la mirada. Eso que dice habla de la división subjetiva.

RECORRIDO DEL SÍNTOMA


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1- Egosintonía del síntoma
Operatoria del análisis: intenta desimplicar al yo del síntoma, para implicarlo en su decir. El sujeto se implica en el síntoma a
través de su beneficio, de su ganancia secundaria, y este síntoma no es reconocido como tal, sino que funciona al servicio
del yo. Le es armónico. Desimplicarlo del yo es alterar ese beneficio y mostrar que éste implica demasiado esfuerzo y que se
puede buscar algo menos padeciente. Es una apuesta a la modificiación de la satisfacción del síntoma.
El síntoma no es un problema, “algo a solucionar”,ya que él viene al psiquimos como solución. Es en si mismo una respuesta
a un conflicto, e implica una elección. (enfermar para no elegir)

2- Pregunta ( $ )
Algo del síntoma comienza a hacer signo Luego se asociará con una suposición de saber, el suponer que eso “tiene un
sentido”. Es una apuesta al ICC como SABER NO SABIDO.

3- Enigma

4- Síntoma analítico
Es el síntoma dirigido al analista, se enlaza a la transferencia. Se pone en acto con el analista, en una transferencia del tipo
de objeto libidinal (no de suposición de saber)

COORDENADAS DEL SINTOMA

 ASCO, ALUCINACION SENSORIAL EN LA PARTE SUPERIOR DEL CUERPO Y FOBIA A LAS PAREJAS EN TIERNO COLOQUIO.
El síntoma del asco es el primero con el que Freud opera. La escena del beso le es útil a modo confirmatorio: así obtiene las dos
escenas del tiempo del trauma. (Hasta que Freud no encontró esta escena, no habilitó el despliegue del discurso de Dora,
contrariando la doble cara de la regla fudamental “asociacion libre/atención parejamente flotante”)

A su vez, se mezcla el prejuicio de Freud en su polémica definición de la histeria como un trastorno en la esfera de los afectos:
para él, Dora debería haber sentido placer excitatorio, en lugar de rechazo (y consecuente asco)
El asco es un síntoma paradigmático del tipo clínico histérico: no debe ser tomado en forma objetiva, sino en relación a la
posición de Dora respecto del deseo del Otro. ESTE SÍNTOMA TIENE VALOR DIAGNÓSTICO, CONFIRMA QUE LA POSICIÓN DE
DORA ES UNA HISTERIA.

3 síntomas producto de la escena del beso de los 14 años (ubicada como traumática)
Durante el apasionado abrazo ella no sintió meramente el beso sobre sus labios, sino la presión del miembro erecto contra su
vientre. Esta percepción repelente para ella fue eliminada en el recuerdo, fue reprimida y sustituida por la inocente sensación de
la presión en el tórax.

Lo que Freud señala, respecto de esta primera escena, es que se ha producido un desplazamiento de la sensación: en lugar de la
sensación genital le sobreviene el asco.

También dejó otra secuela: una alucinación sensorial que va a estar conceptualizada como una formación del inconsciente, como
un retorno de lo reprimido.

Lo que se reprime es la presión del miembro erecto contra su vientre, y lo que tenemos en lugar de la presión del pene son el
asco y la presión en el pecho. Es un desplazamiento de la parte inferior a la parte superior del cuerpo. Es lo que se llama una
conversión, que en lugar de producirse sobre el cuerpo lo hace en lo sensitivo. Tanto el asco como la presión en el pecho son
productos del divorcio del monto de afecto y la representación. Es decir, que el afecto se desplaza a una inocente presión en el
tórax.

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Por último, si se aleja de los hombres en tierno coloquio es porque no quiere volver a presenciar esa situación (fobia destinada a
protegerla).

Síntoma del asco  el asco corresponde al síntoma de represión de la zona erógena de los labios, mal acostumbrada en Dora
por un chupeteo infantil (precondición somática) En lugar de la sensación genital que en tales circunstancias una muchacha sana
no habría dejado de sentir, le sobreviene la sensación de displacer propia de la mucosa del tramo de entrada del aparato
digestivo, vale decir, el asco. Un trastorno de los afectos produce un desplazamiento de zona, de inferior a superior, genital a
oral.

Horror a los hombres en tierno coloquio Obedece al mecanismo de una fobia destinada a protegerla contra una revivencia de
la percepción reprimida: a saber, el contacto contra su vientre del miembro erecto del señora K en el abrazo.
La medida protectora se relaciona con el primer sueño, sueño que se repite durante su estancia en la casa que compartía con los
K. Es un sueño que marca un designio: no estaré tranquila mientras permanezca en esta casa. En transferencia, el sueño es
actualizado, ubicando a Freud dentro de la serie de objetos de los cuales ella debe protegerse, y anunciando su futura huida del
tratamiento.

 TOS Y AFONIA
- Pre-condición somática: excitación de la zona oral (chupeteadora)
- Solicitación somática: tos real, cosquilleo en la garganta.
- Fantasía sexual: fellatio (luego Lacan corrige) Sexo oral entre el padre y la Sra. K
- Identificación a rasgos del objeto amado y odiado. PADRE OBJETO AMADO: toma de él su enfermedad pulmonar y
mantiene el lazo libidinal, padre impotente, sin recursos. OBJETOS ODIADOS, LAS DOS MUJERES AMADAS POR EL
PADRE: Con la MADRE, el “catarro” y flujo vaginal + celos. “mi padre nos contagió a las dos”. Con la SRA. K: Tomar su
ligar en la fantasía sexual de fellatio con el padre y tomar su lugar con el Sr. K y ser mejor esposa para él.
- Deseo Icc: amor al padre y al Sr. K
Afonía  Cuando el amado estaba lejos, ella renunciaba a hablar, el hacerlo había perdido valor, pues no podía hablar con él. Se
comportaba en forma opuesta a la señora K, que utilizaba sus enfermedades para excusarse de sus labores matrimoniales:
enfermaba cuando él aparecía. Dora, por el contrario, sanaba a su regreso.
SÍNTOMA EGODISTÓNICO, no porque el yo se queje, sino porque implica un penar de más en pos de una satisfacción.

Este síntoma indica las coordenadas de la división subjetiva de Dora. No porque moleste al yo sino porque es causa de esa
división. Presentifica como Dora se posiciona ante el deseo, es un representante del deseo. Es una posición deseante a distancia.
En este caso, puede desear en ausencia (deseo fálico sobre la falta). Desea al Sr. K únicamente cuando éste se encuentra lejos.
Recupera la voz cuando está presente.
La cuestiona por el uso que hace de su enfermedad, para chantajear.

Tos  Este síntoma ejemplifica como el trabajo de análisis se produce por la asociación libre y no por una
invención/interpretación arbitraria del analista.

1- Freud ubica que cada vez que Dora dirigía acusaciones contra el padre, tosía continuamente. Por lo tanto tuvo que
pensar que ese síntoma tenía un significado referido al padre.
2- Freud conceptualmente requiere de al menos una fantasía sexual como componente del síntoma. “ Por lo menos uno de
los significados de un síntoma corresponde a la figuración de una fantasía sexual”. Dónde y cómo la ubica?

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Cuando insistió Dora en que la señora K amaba a su padre porque era un “hombre de recursos”, Freud notó en el modo
en que ella lo expresaba, que estaba dando a entender otra cosa, justamente, lo contrario, que el padre era un hombre
“sin recursos…genitales. Impotente”.
Confrontada ante la contradiccion (que ellos sostenían una vulgar relación, y que el padre era impotente, por ende,
incapaz de sacarle provecho), Dora responde que ella sabía que había mas de una manera de satisfacción sexual.
Intepreta el deseo del padre en términos orales.
“Cuando le pregunté si aludía al uso de otros órganos que los genitales para el comercio sexual, me dijo que si, y yo pude
proseguir, sin duda, pensaba en aquellas partes del cuerpo que en ella se encontraban en estado de irritación: garganta
y cavidad bucal.”

Con su tos espasmódica respondía al estímulo de un cosquilleo en la garganta, ella se representaba una situación de
satisfacción sexual oral entre las dos personas cuyo vínculo amoroso la ocupaban tan de contínuo.
El deseo del padre es interpretado en términos orales, cuestión que la transferencia ya había anticipado cuando Freud
era ubicado en la serie psíquica como objeto oral, por el humor (fumador/beso)
La tos desapareció poco después de que Freud le brindara este esclarecimiento.

TANTO LA TOS COMO LA AFONIA MARCAN CIERTO CIRCUITO EN LA POSICIÓN DE DORA RESPECTO A SU DESEO DONDE DORA SE
INTERESA MAS POR EL DESEO DEL OTRO, SU PADRE (POR LA SEÑORA K COMO OBJETO DE SU DESEO), QUE POR EL DESEO QUE
ELLA CAUSA: SOLO PUEDE DESEAR AL SEÑOR K EN SU AUSENCIA, CUANDO ESTÁ LEJOS.
ESTA ES LA POSICION HISTERICA FRENTE AL DESEO. SOLO PUEDE RELACIONARSE CON EL DESEO DEL OTRO A CONDICION DE QUE
ESE DESEO NO LA TOQUE, POR PROCURACION.

Las coordenadas subjetivas son las coordenadas de división que hablan de la posición de Dora frente al deseo. Queda dividida
entre VÍCTIMA/CÓMPLICE. Se queja de algo en lo que no se reconoce, se queja del deseo del padre, pero no ve que está
implicada en eso.

ENFERMEDAD ACTUAL
“No había duda que ella tenía en vista un fin que esperaba alcanzar mediante su enfermedad: hacer que el padre se alejase de la
señora K. Mediante ruegos y argumentos, no lo lograba, y quizás esperaba alcanzarlo causando espanto al padre mediante la
carta de despedida, despertando su compasión mediante los ataques de desmayo, y , sin nada de eso servía, al menos se
vengaría de él. Bien sabía cuánto apego le tenía él y que le acudían lágrimas a los ojos cuando le preguntaban por el estado de
su hija. Yo estaba planamente convencido de que habría sanado enseguida si el padre le hubiera declarado que sacrificaba a la
señora K en bien de su salud.(…) Pero si el padre no cedía, yo debía estar preparado: ella no habría de renunciar tan fácilmente a
su enfermedad” PADECER DE MÁS. SÍNTOMAS POR LOS CUALES DE HECHO SE CONSULTA.

Hombre de las Ratas

Presentación del padecimiento


Texto de Mazzuca.
División subjetiva: criminal-hofrat
Ha tenido síntomas toda la vida, ¿qué empieza a fallar?

- ¿Cómo llega Paul a la consulta y como responde Freud? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Quién consulta?
Paul es un joven que se encuentra haciendo maniobras militares, al igual que lo hizo su padre.
De formación universitaria, se presenta ante Freud indicando que padece de representaciones obsesivas, ya desde su infancia,
pero con peculiar intensidad desde hace 4 años. El contenido principal de su padecer son unos temores de que les suceda algo a

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dos personas a quienes ama mucho: su padre y una dama a quien admira. Además dece sentir impulsos obsesivos (por ejemplo
a cortarse el cuello) y producir prohibiciones referidas aún a cosas indiferentes.
Dice que la lucha contra esas ideas a impedido que termine su carrera.
Tiene un amigo a quien respeta extraordinariamente y acude a él siempre que lo asedia un impulso criminal. Le pregunta a él si
no lo desprecia como delincuente. Su amigo lo apoya diciendo que es un hombre intachable.
Antes que este amigo, dice que otra persona ejerció sobre él parecido influjo. Un estudiante mayor que él que lo hacía sentir un
genio. Este estudiante fue luego un preceptor hogareño. Dice que éste modificó su conducta, rebajándolo como a un idiota y
que sólo se había acercado a él porque se interesaba en una de sus hermanas.
El motivo de consulta era pedir a Freud un certificado para devolver las 3,80 coronas para que “no ocurriera nada malo”. Pero
finalmente no se lo pide, sino que pide ser liberado de sus representaciones obsesivas.
“Pero conmigo no se podía ni hablar de aquel certificado. Muy razonable, sólo pidió ser liberado de sus representaciones
obsesivas”.
Algo de su modo de resolver sus ideas obsesivas fracasó, dejó de funcionar y lo llevó a que él pidiera tratamiento, “ser liberado
de sus representaciones obsesivas”.
Ante estas ideas que se le presentaban, él hablaba con un amigo quien lo “disculpaba” de sus ideas obsesivas.
Muchas veces no es el síntoma en sí el motivo de la consulta, sino que este se debe al fracaso de la defensa, en este caso, el
reaseguro narcisista del amigo quien le decía que era un hombre intachable.
Prosigue en su relato y cuenta que sus relaciones sexuales son raras y a intervalos irregulares. Las prostitutas le dan asco, su vida
sexual ha sido en general pobre, que el onanismo desempeñó un ínfimo papel a los 16, 17 años. Afirma que su potencia es
normal y que su primer coito fue a los 26.
Ante esto, Freud, retoma este asco por las prostitutas. La descripción que Paul hace mostraría una seualidad conflictiva,
inhibida. La sexualidad es un indicador clínico, lo que importa es su posición frente a ella, su rechazo.

Lo que decide el inicio del tratamiento para Freud es la lectura que pude hacer sobre la posición del HR frente a esas ideas. No
importa el texto sino la posición que toma frente a este Paul.
Ser un criminal/hombre intachable, un genio/idiota, ser un analizante ideal/temor a que freud le pegue nos habla de las
coordenadas subjetivas de Paul, de sus coordenadas de división que se ponen en juego desde la primera sesión .

C/Sesión N° 0 – El Neurótico
Se produce en un tiempo anterior al encuentro con el analista. Es el momento en que el HR lee el texto de Freud La
psicopatología de la vida cotidiana. Solo puede ser reconstruido a partir de la sesión N° 1. Él se reconoce en aquellos “raros
enlaces de palabras” que encuentra en la letra de Freud.
Es el tiempo del neurótico, con sintomatología típicamente obsesiva, que había llegado hasta la conformación de un delirio
(devolver- no devolver- la deuda –no deuda). La solución a la que llegaría para este delirio es la de hacerse extender un
certificado de enfermo por parte de un médico para hacer posible lo imposible, devolver la (no) deuda, a alguien a quien nunca
le debió. De allí lo necesario del síntoma, fuertemente situado en el terreno de las exigencias superyoicas del “deber” y de la
búsqueda de una solución: hacerse reconocer por el Otro como deudor y neurótico.
Sin embargo, ubicamos allí una primera cesión de goce cuyo efecto es causar el deseo, ceder parte del goce del padecimiento
en virtud de un deseo de saber.

Otra cuestión a resaltar en este tiempo 0 es la constelación familiar del neurótico, un determinismo ICC que precede a la
situación analítica pero que al mismo tiempo involucra lo que habrá de ser la relación transferencial. Se trata de los significantes
CRIMINAL y HOFRAT, cuya influencia es anterior al comienzo del tratamiento propiamente dicho. Provienen de su infancia, de
aquella invocación del Otro que hace al determinismo del ser del sujeto “Tú serás un gran hombre (hofrat) o un gran criminal”.
Criminal comanda las exigencias narcisistas que pueden atribuirse al Super Yo, y se lo encuentra fácilmente en el discurso del
sujeto formando parte del texto de su síntoma principal. El segundo, hofrat, comanda las exigencias narcisistas atribuibles al
Ideal del Yo (el título que se le otorga a prominentes médicos, abogados, y profesores)

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Estos significantes evidencian la división subjetiva del Hombre de las Ratas. La neurosis es el resultado de la permanencia en la
vacilación entre uno y otro término, el conflicto mismo como signo de la división y de la no realización subjetiva.

Por último en este tiempo, cabe destacar que Freud también queda atrapado por esos significantes, como el Otro de la
transferencia. Hofrat por el nombre de Freud y su prestigio como psicoanalista. Criminal, porque el Hombre de las Ratas lo
supone hermano de un asesino que portaba el mismo apellido.

Son esos dos significantes y sus variaciones los que marcan el camino y la dirección de la cura del paciente, en la medida en que
representan al sujeto del análisis.

S1 S2 HOFRAT CRIMINAL
$ H.R.

Respuesta de Freud: SILENCIO OPERATIVO. Hace suponer un comienzo para el acto analítico. “pero conmigo no se podía ni
hablar de aquel certificado”.

C/Sesión N°1 -El paciente


Puede considerarse la única entrevista preliminar de Freud para con el H.R, donde se dedica a examinar su demanda.
El neurótico devenido en paciente usa la palabra como vehículo de transmisión de una información acerca de su padecimiento.
No son los enunciados de su discurso lo que cuenta, sino lo que tras ellos queda evocado y resonando en la medida precisa en
que dicho discurso se configura “hacia” pero fundamentalmente “desde” el lugar de su interlocutor.
El paciente pasa a informar sobre su vida sexual con un grado de detalle que sorprende a Freud, quien interroga al paciente en
lugar de quedarse hipnotizado por el objeto que el neurótico le ofrece. Esta intervención de Freud permite “rectificar” el
discurso del paciente y dirigirlo hacia la puerta de entrada del análisis. Lo invita con su acto a dejar de ser paciente para
convertirse en analizante. Es esa intervención la que revela la verdad del sujeto de la enunciación en su maniobra neurótica para
ubicarse en el lugar del Otro. El H.R. intenta hacerse reconocer por el padre del psicoanálisis como el paciente ideal. Es decir,
intenta hacerse amar por el Otro mediante la maniobra de darle lo que supuestamente quiere, satisfaciendo lo que él establece
como su demanda. En ese punto comenzará el trabajo de análisis propiamente dicho.

En la sesión siguiente y luego de acordar cuestiones relativas al tiempo y al pago de las sesiones, enuncia la regla fundamental
que sostendrá el trabajo de quien se habrá convertido en analizante.

C/Sesión N° 2- El analizante
Freud inicia la sesión planteando la regla fundamental, agregando una consideración sobre la condición bajo la cual se ejercerá
esa regla en este caso particular: es el paciente quien debe elegir con qué material iniciará su discurso en cada encuentro. Lo
cual es relevante siendo que el H.R. había enfermado por no poder elegir.
Es asi que a segundos de haber comenzado se hace presente el significante criminal. Vemos aparecer entonces una primera
polaridad que nombra y divide el ser moral del obsesivo. El síntoma lo tacha de criminal, mientras que la imagen que obtiene del
semejante (su amigo de confianza- el preceptor en su adolescencia) lo reconoce como un hombre moralmente intachable.

Iniciación del tratamiento

 Regla fundamental
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Paul comienza su primer sesión hablando sobre su vida sexual ya que pensaba que eso era lo que Freud quería. Pero Freud no lo
complace, sino que le pregunta porqué le cuenta todo eso a él. Este momento podríamos pensarlo como una entrevista
preliminar. Esta intervención permite el despliegue de las preguntas: porqué me cuenta esto amí, quién soy yo, quién habla,
desde dónde lo cuenta? Aquí se ubica algo de la división subjetiva. Paul quería ser amado como un paciente ideal. Esto le
permite situar al hombre de las ratas respecto a la demanda, como cumpliendo una demanda y rechazando, reduciendo el
deseo del A, de Freud a una demanda. A la sesión siguiente Freud enuncia la regla fundamental: “lo
comprometo a la única condición de la cura: la de decir todo cuanto se le pase por la cabeza aunque le resulte desagradable,
aunque le parezca nimio, o que no viene al caso o es disparatado, y lo dejo escoger el tema con el cual quiere inaugurar sus
comunicaciones”. También vemos el cumplimiento de la regla en
otras intervenciones de Freud.
- En la segunda sesión, Paúl se introduce en análisis haciendo referencia al gran temor obsesivo, este vinculado a la escena de
las maniobras militares en x, en donde en una de las marchas pierde sus anteojos, continua la sesión haciendo referencia a los
castigos del capitán cruel, el cual este le despierta una gran angustia, manifestando que este amaba la crueldad.
En un momento Paul le relata a Freud que el Capitán cruel había leído con respecto a los castigos corporales que se utilizaban
en oriente. En ese momento Paul no puede continuar con su relato se pone de pie y ruega que se lo disipara de los detalles del
hecho.
En ese preciso momento Freud hace una intervención: refiere que él no tiene inclinación alguna por la crueldad, y que por cierto
no le gusta martirizarlo, pero que naturalmente no puede regalarle nada sobre lo cual yo no posea poder de disposición. “Lo
mismo podía pedirme que le regalara dos cometas”. E introduce el tema de la resistencia, siendo que Freud, al comienzo de la
sesión, le había presentado el concepto de la resistencia, cuando Paul refiere que tiene que superar algo de si para comunicar
sus vivencias. La idea de Freud es permitir la continuidad en el discurso.
- En la Cuarta sesión, Freud es que recibe al paciente con la siguiente pregunta: ¿Cómo proseguirá hoy usted?
Freud con la introducción de una pregunta abierta permite al paciente que pueda introducirse en la tarea analítica y poder
desplegar la asociación libre, regla fundamental para la cura la misma permite que se pueda producir la manifestación del
inconsciente, aquí se introduce en la comprensión de la cura.

 Rectificación subjetiva
Algo se cede en cada sesión analítica. La rectificación subjetiva es un cambio en la posición del sujeto frente a los significantes.
Una pregunta que se abre en el sujeto respecto de lo que le pasa. Eso que habla se vuelve pregunta, extraño para él.
El sujeto pasa del estado neurótico al estado analizante, aparece la pregunta, la posición del sujeto no es la misma respecto de lo
que le pasa.
Es el cumplimiento mismo de la regla fundamental lo que lleva e implica a la destitución subjetiva, condición de la rectificación
subjetiva. La rectificación subjetiva no es una intervención del
analista, sino un efecto discursivo que requiere mas de una intervención. Es la misma puesta en juego de la regla fundamental la
que causa la división subjetiva.
Para lograr convocar en el tratamiento analítico al sujeto analizante, ese que no es el yo, lo primero no es que se haga cargo de
lo que le pasa, sino más bien romper su implicación en la conducta sintomática, que eso le haga ruido, que lo experimento
como ajeno, extraño.
Paul llega al análisis hablando con total ajenidad de sus representaciones obsesivas. La rectificación subjetivá
tendrá que ver con que advierta al síntoma como un padecimiento opaco, un pensamiento que le ordena compulsivamente
“tienes que devolver las 3,80 coronas”. Y que ese síntoma tiene una causa, que en algo lo concierne. Esa opacidad expresa el ser
del sujeto dividido, un sujeto que no se reconoce en eso.
La clínica del psicoanálisis es una clínica del decir. En el análisis no importa tanto lo que pasa sino lo que se dice respecto de lo
que pasa. La rectificación subjetiva tine que ver con recuperar cierto extrañamiento de un padecimiento, desimplicar al sujeto
del síntoma para implicarlo en su decir.

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En este sentido, en la resolución del delirio de las 3,80 coronas, Freud ubica nuevamente las coordenadas la división subjetiva
del HR.
Plantea que Paul debió saber desde un inicio que la deuda la tenía con la empleada del correo, y que todas las maniobras que
implementó fue para no encontrarse con ella, poruqe él estaba identificado con su padre muerto, y revive el conflicto de tener
que elegir entre dos mujeres, la rica y la pobre, al igual que aquel.

Resolución del delirio de las 3,80 coronas


En la tercera sesión, Paul continúa con el relato de sus empeños por cumplir el juramento de la devolución de las 3,80 coronas
hasta que finalmente se decide a viajar hasta Viena, buscar a su amigo allí y exponerle el caso.
“El amigo se hizo cruces de que todavía pudiera dudar de si era una representación obsesiva, lo tranquilizó por esa noche, de
suerte que durmió muy bien, y a la mañana siguiente lo acompañó al correo para devolver las 3,80 coronas…a la dirección de la
estafeta postal, ahí mismo donde había llegado el paquete con los quevedos.
Esta última comunicación me proporcionó el punto de apoyo para desenredar las desfiguraciones de su relato. Si él, llamado
a la reflexión por su amigo, no envió la pequeña suma al teniente primero A ni al teniente primero B, sino directamente a la
estafeta postal, era fuerza que supiera, y lo supiera ya antes de partir de viaje, que no era otra que la empleada del correo su
acreedora del reembolso.
En efecto, se averiguó que lo había sabido ya antes del reclamo del capitán y de su propio juramento, pues ahora se acordaba de
que algunas horas antes del encuentro con el capitán cruel tuvo oportunidad de presentarse a otro capitán, quien le comunicó la
verdadera situación.”

De allí le viene a Freud el indicio de que Paul desde un principio se había impuesto un juramento basado en una falsa premisa.
¿De dónde parte entonces esta intención de pagar una deuda que no es?
Freud plantea que el primer enigma era en relación a los dos dichos del Capitán cruel que se ponían en juego en Paúl. Uno de
ellos hacía referencia, al cuento sobre las ratas, es decir las torturas que se utilizaban en oriente, y el otro a la reclamación de
devolver el dinero al teniente primero A. Estas provocaron una reacción patológica, ya que entraron en conexión con el
inconsciente de Paul, en donde se encontraba en una identificación con el padre que también fue militar y solía contar muchas
cosas de su época de soldado.
Una vez el padre había perdido una pequeña suma de dinero jugando a los naipes, y un camarada pago la deuda por él. Una vez
abandonado el servicio militar, buscó al camarada para devolverle el dinero y nunca más lo encontró.
Las palabras del Capitán: “Tienes que devolver las 3,80 coronas al teniente primero A.” le sonó como alusión de la deuda impaga
de su padre.
La identificación con su padre se refuerza cuando la empleada de la estafeta postal en Z pagó el rembolso por sus lentes, debido
que aquí esa joven había nacido una competidora a su amada, como le había sucedido a su padre en su matrimonio.
Además el castigo de las ratas despierta en Paul el erotismo anal, debido a que en su infancia había tenido parásitos
produciéndole un estimulo constante. Así las ratas llegaron al significado del dinero (tantos florines, tantas ratas) permitiendo
ser un puente por medio del lenguaje en donde se pudo trasponer todo el complejo de los intereses monetarios del padre.
Las ratas después se convirtieron en hijos. La dama a quien admiraba por tantos años de la cual no podía decidirse casarse con
ella, estaba condenada a no poder tener hijos producto de una operación y extirpación de ambos ovarios. Y se le ponía en juego
a Paul el amor que tenia por los niños, principal razones de sus vacilaciones.

Transferencia

En el historial del H.R. pueden distinguirse claramente dos caras de la transferencia: una de orden simbólico, en la suposición de
un saber al analista, cuando el paciente se encuentra con el texto de Freud y se reconoce en esos “raros enlaces de palabras”;
otra, de carácter más real, ubica al psicoanalista en la serie de los objetos libidinales, la puesta en acto de su realidad sexual ICC.
En este caso, la resistencia se sirve de la transferencia, deteniendo las asociaciones. El paciente no recuerda, sino que actúa.

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Ejemplos:
- “Al preguntarle yo qué lo motivó a situar en el primer plano las noticias sobre su vida sexual, responde que es
aquello que él sabe sobre mis doctrinas. No ha leído nada de mis escritos, salvo que hojeando un libro mío halló el
esclarecimiento de unos raros enlaces de palabras; y tanto le hicieron acordar estos a sus propios trabajos de
pensamiento con sus ideas que se resolvió a confiarse a mi”
- A relatarle el tormento de las ratas, se dirige a Freud como “Sr. Capitán”. Le supone al analista el mismo goce sádico
que el del personaje cuyo relato despertó su complejo paterno. “(…) al final de esta segunda sesión se comportó
como atolondrado y confundido. Me dio repetidas veces el trato de “señor Capitán”, probablemente porque al
comienzo de la sesión le había señalado que yo no era cruel como el Capitán N., ni tenía el propósito de martirizarlo
innecesariamente.”

- Sueño con la hija de Freud. Es un sueño en respuesta a una intervención de Freud “Usted enfermó por el plan
matrimonial de su madre”, que entraría en conflicto con la falta paterna, él eligió a la mujer rica por sobre su amada
pobre. La intervención fue negada desde el yo, pero confirmada por este sueño: Freud lo quiere como yerno (le
propone un plan matrimonial). La hija en lugar de ojos tiene materia fecal. El texto dice “no me casaría con ella por
sus lindos ojos, sino por su dinero”. Le supone al analista una fortuna.
“Como bien se entiende, mi esclarecimiento no halló al comienzo aceptación alguna del paciente. Dejo no poder
representarse semejante efecto del plan matrimonial; este en su momento no le produjo la menor impresión. Pero en la
ulterior trayectoria de la cura se vio forzado, por un curioso camino, a convencerse de que mi conjetura era correcta. Con
ayuda de una fantasía de transferencia vivenció como nuevo y presente lo que había olvidado del pasado, o lo que solo
inconscientemente había discurrido en él. (…) había designado como mi hija a una muchacha con quien se topó en la
escalera de mi casa. Ella excitó su complacencia, e imaginó que yo era tan amable con él y le tenía tan inaudita paciencia
sólo porque lo deseaba para yerno, a raíz de lo cual elevó la riqueza y nobleza de mi casa hasta el nivel que tenía por
arquetipo. Pero contra esa tentación nregó en su interior el no extinguido amor por su dama. Después que hubimos
vencido una serie de las mas severas resistencias y los mas enojosos insultos, no pudo sustraerse del efecto convincente
que producía la plena analogía entre la transferencia fantaseada y la realidad objetiva de entonces. Uno de sus sueños
de este período: “El ve ante sí a mi hija, pero tiene dos emplastos de excremento en lugar de ojos”.

En este material del ICC encontramos, tanto la identificación al padre, como la transferencia a Freud, ubicado en la misma línea
de sus objetos, y confirmando su interpretación.

- El H.R. se convenció de su ambivalencia al padre únicamente tras experimentar ese mismo sentimiento en relación a
Freud: lo admira y trata con respeto, pero al mismo tiempo lo insulta y teme ser golpeado por él.
La repetición termina cuando él puede aceptar estas mociones de sentimiento reprimidas.
“Solo por el doloroso camino de la transferencia pudo adquirir el convencimiento de que su relación con el padre
exigía real y efectivamente aquel complemento inconsciente. Pronto le sucedió, en sus sueños, fantasías diurnas y
ocurrencias, insultarme a mi y a los míos de la manera mas grosera y cochina, no obstante de su conducta
deliberada me testimoniaba siempre el mayor respeto. Durante la comunicación de sus insultos, su comportamiento
era el de un desesperado. “¿Cómo es posible, profesor, que usted se deje insultar por un tipo puerco, por un perdido
como yo? Usted tiene que echarme fuera, no merezco otra cosa”. Y al hablar así solía levantarse del diván y pasearse
por la habitación. (…) Pronto el mismo descubrió la explicación mas certera: se sustraía de mi proximidad por
angustia a que yo le pegara”

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