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El Albergue San Juan de Dios es una

institución sin fines de lucro dirigido


por los Hermanos de la Orden
Hospitalaria San Juan de Dios, nace
en el año 1986 en Quito-Ecuador, el
sector del Tejar bajo el precepto de
acoger a personas de escasos
recursos, brindar apoyo integral y
digno.

Desde el año 2002 está localizado en el Sector


de San Diego donde acoge día a día a más de
250 personas necesitadas, abandonadas, con
capacidades distintas, que acuden a nosotros
por: alojamiento, alimentación, agua caliente,
medicinas y atención médica. Las personas
que acuden al Albergue por ayuda, son
atendidas, gracias a personas e instituciones públicas y privadas, que, siendo conscientes de
la labor social del Alberge, hacen realidad el milagro de la multiplicación de los panes.

Al momento en el Albergue existen tres grupos:


el primero son nuestros Internos, un grupo
compuesto de 50 personas sin referentes
familiares, con capacidades distintas y con
enfermedades mentales, por tal motivo viven en
este lugar de manera permanente donde
cuentan con especialistas que brindan las
atenciones necesarias.
El segundo grupo son “Años dorados” que lo integran 35 adultos mayores que acuden a este
centro de 8:00 am a 13:00, durante este tiempo realizan múltiples actividades lúdicas y
terapéuticas orientadas a mantenerlos activos y saludables.

El tercer grupo está compuesto personas mayores de


edad de escasos recursos, compuesto en su mayoría
por migrantes nacionales y extranjeros; este grupo
rodea las 250 personas a quienes el Albergue ofrece
alojamiento temporal y alimentación.

El afán de mantener la atención digna para


todos quienes acuden al Albergue, además del
servicio de alojamiento y alimentación,
nuestros usuarios cuentan con atención médica
y de enfermería; terapia física, psicopedagógica
y ocupacional. Mediante el trabajo
mancomunado con instituciones externas se
llevan a cabo terapias complementarias como el huerto orgánico, musicoterapia, y terapia
asistida con animales.

Es importante destacar que el número de beneficiados se incrementa día a día, por lo que
requerimos de mayores recursos para poder cubrir estas nuevas necesidades. Con el fin de
mantener las puertas abiertas de este centro misionero y para continuar acogiendo en forma
digna e integral, a los más pobres y enfermos de nuestro País y continuar con a esta “Obra
de todos”, a favor de los más necesitados la orden mantiene trabajo activo en la búsqueda
de recursos y actividades que aseguren el sustento de esta gran obra.

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