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Índice

Introducción 1

La Constitución 2

Su concepto 3

La constitución en vigor 4

Su estructura 5

Sus antecedentes históricos-políticos y su legalidad 6

Su supremacía 7

Su inviolabilidad 8

Procedimientos para su modificación 9

Diversos Medios para el control de la constitucionalidad 10

Conclusiones 11

Bibliografía 12
Introducción

La constitución de 1917, es la consolidación del Estado Mexicano como Nación, su origen se remonta a los
ideales que perseguía Miguel Hidalgo desde el 16 de septiembre de 1810, quien pugnaba por abolir la
esclavitud y expresaba sus francas ideas de igualdad política, a su muerte continuo Ignacio López de Rayón
quien elaboro un proyecto bajo el nombre “Elementos Constitucionales”, este documento sirvió a Morelos
para que en 1813 en el Congreso de Anáhuac se presentara la declaración de Independencia con el documento
“Sentimientos de la Nación” que prohíbe la esclavitud y la existencia de castas, posteriormente en 1814 se
presento la Constitución de Apatzingán que reconocía su carácter de provisional, hasta que la representación
nacional dictara la Constitución permanente de la nación, esta Constitución ya tenía un esquema clásico de la
constituciones modernas, contenía principios políticos, derechos fundamentales, informaba ya el principio de
soberanía popular, entendiéndola como la facultad de dictar leyes y establecer una forma de gobierno, con el
Plan de Iguala el 28 de septiembre de 1821 se proclama la Independencia de la Nueva España, terminando con
300 años de dominación española.

El México independiente tenía poca experiencia en lo político y naturalmente pocas instituciones de derecho
público, carecía de capacidad cívica y de organización constitucional, se reconocía como una monarquía
moderada.

La constitución federal de 1824, se presento tras la revuelta de Santa Anna quien obligo a abdicar a Iturbide y
adopto un sistema de gobierno republicano y federal que exigían las provincias, esta modificación se atribuye
a Ramos Arizpe, formalizándose así La Republica Mexicana, naciendo el concepto de gobierno ejecutivo,
legislativo y judicial.

En los años siguientes no se llegaba a un acuerdo, y con las leyes anticlericales presentadas por Valentín
Gómez Farías y la ambición de poder de Santa Anna se desconoció la constitución de 1824 y se promulgo la
nueva constitución de 1836, caracterizada por un estado centralista, llamo a los estados departamentos,
estableció la nacionalidad y derechos y obligaciones de los ciudadanos mexicanos, división del poder
legislativo en la cámara de diputados y cámara de

senadores, el poder ejecutivo en manos de un solo individuo que elegiría el senado, la Alta corte de Justicia y
la cámara de diputados.
Las Bases orgánicas de 1843, fueron el resultado de conflictos de interés entre los diferentes congresos y Santa
Anna, quien finalmente sustituye al congreso con la “Junta Nacional Legislativa” y toma la presidencia de la
República.

El acta de Reforma de 1847, reunió nuevamente al congreso y tomando el cuerpo constitucional de 1824, se
suprimió la Vicepresidencia, se reconocen los derechos del hombre, la República se encuentra en paz tras el
destierro de Santa Anna.

La Constitución Federal de 1857, se repiten las revueltas contra el gobierno, Santa Anna es llamado de su
destierro por Alamán para ejercer una dictadura por un año, con la muerte de Alamán el pueblo se revela ante
la presencia de Santa Anna quien es desterrado por Ignacio Comonfort, quien expide la ley Juárez suprimiendo
los fueros eclesiástico y militar.

Se reúne el séptimo congreso constituyente y el 5 de febrero de 1857 se promulga la Constitución, en la cual


fueron suprimidos los fueros eclesiásticos.

Comomfort considera que con la constitución de 1857 no era posible gobernar, por lo que con el Plan de
Tacubaya la deroga, la razón de esta ingobernabilidad es el hecho de de dejar al poder ejecutivo en manos del
legislativo, por lo que se implementa el sufragio, lo que se convierte en un error al permitir la reelección.
Constitución de 1917.

El pueblo ya no es indiferente a la vida política del País, por lo que el 20 de noviembre de 1910, Francisco I
Madero inicia la Revolución y obliga a Porfirio Díaz a renunciar, Francisco y Madero toma la presidencia,
pero es traicionado por el Gral Victoriano Huerta, Venustiano Carranza inicia una rebelión contra el gobierno
consiguiendo el triunfo y convocando a un Nuevo Congreso Constituyente, para que finalmente el 5 de febrero
de 1917 se promulgue la Constitución de 1917.

La Constitución
Su concepto
Entendemos por Constitución, siguiendo también en este aspecto los conceptos del doctor Tena Ramírez a la
"Ley Suprema del País, que expedida por el poder constituyente en ejercicio de la soberanía, tiene por objeto
organizar los poderes públicos circunscribiéndolos en esfera de competencia y proteger frente a aquéllos,
ciertos derechos del hombre".

Este concepto de Constitución, de un ordenamiento jurídico que al organizar al Estado y reconocer


determinados derechos del hombre, establece un sistema de protección a esos derechos, es de reciente
aparición y propio de los Estados modernos. Ninguno de los grandes Estados de la antigüedad conoció de un
orden como el contenido en las constituciones modernas. En Grecia se entendía por Constitución el conjunto
de principios jurídicos que designaban a los órganos supremos del Estado, los modos de su creación, la
relación entre éstos y su situación respecto al Estado.

Un gran paso hacia el moderno orden constitucional, fue la aparición del concepto de Ley Fundamental, a la
que se proveyó de una fuerza superior a las restantes y superior también al propio rey, al constituir una
limitación a su poder. La ley fundamental tenía una jerarquía superior a las leyes ordinarias y no podía
tocarse tan fácilmente como éstas.

La Constitución moderna, aparece cuando los Estados de la Unión Norteamericana adoptan su propia
Constitución con el antecedente muy directo de las Cartas de Privilegios otorgadas por el rey de Inglaterra,
que nace con la idea del pacto social y contiene ya una declaración de derechos, paralela a un catálogo de
libertades humanas y a una serie de limitaciones puestas en beneficio de los hombres frente al Estado.

Las constituciones desde el punto de vista jurídico, se clasifican en cuatro grandes grupos:

Constituciones escritas. Las que están codificadas en un solo documento en el que se inserta su contenido
en una forma ordenada y sistemática.

Constituciones consuetudinarias. Las que emanan de la costumbre y su articulado no está sistemáticamente


ordenado ni dividido por capítulos, correspondientes cada uno de ellos a una materia, sin que lo anterior
quiera decir que no estén en manera alguna expresadas en forma escrita. La Constitución inglesa, es ejemplo
clásico de éstas y lo que le otorga su carácter de consuetudinaria, es la carencia de un documento único en el
cual se encuentren plasmados los principios de la estructuración fundamental del Estado.
Constituciones rígidas. Las que para su reforma o adición precisan de un órgano especial distinto al
legislativo ordinario y de un procedimiento también especial, distinto al empleado normalmente para el
proceso legislativo ordinario.

Constitución flexible. Es la que para su modificación, al contrario de la anterior, no precisa ni de un órgano


especial ni de un procedimiento especial. El Parlamento de la Legislación inglesa, órgano legislativo ordinario,
está facultado para modificar la Constitución.

Nuestra Constitución actualmente en vigor, pertenece al grupo de las escritas y de las rígidas. Lo primero,
porque está contenida en un código único separado por capítulos y los capítulos por materias; su articulado
está sistemáticamente ordenado, a cada capítulo corresponde el contenido de una materia. La forman nueve
apartados que respectivamente se refieren: El Primero a las Garantías Individuales, a los Mexicanos, a los
Ciudadanos y a los Extranjeros; el Segundo, que trata de la Soberanía Nacional, de la Forma de Gobierno y de
las Partes Integrantes de la Federación y del Territorio Nacional; el Tercero que se refiere a la Di visión de
Poderes y a las normas que rigen a cada uno de éstos; el Cuarto, relativo a las Responsabilidades de los Fun-
cionarios Públicos, el Quinto a los Estados de la Federación, el Sexto, normativo del Trabajo y la Previsión
Social, el Séptimo a prevenciones Generales, el Octavo a la Reforma Constitucional y el Noveno a la
Inviolabilidad de la Constitución. Es rígida porque al admitir su modificación, establece además el órgano u
órganos facultados para ello que son distintos al órgano legislativo ordinario. La función legislativa, ordinaria -
mente corresponde al Congreso de la Unión en materia federal y a las legislaturas de los Estados en materia
común, para poder modificar la Constitución, de acuerdo con su artículo 135 se precisa la concurrencia en el
proceso legislativo, tanto del Congreso de la Unión como de las legislaturas de los Estados.

El espíritu de nuestro Legislador Constituyente, al implantar el anterior sistema, pretendió apartarlo de la


sencillez que para su elaboración tiene el proceso legislativo ordinario, sin embargo, no obstante lo anterior,
nuestra Constitución ha tenido más de 310 reformas.

La Constitución en vigor
a) Su estructura
Nuestra actual Constitución Política, firmada en la ciudad de Querétaro el 31 de enero de 1917, promulgada el
5 de febrero de ese ano y en vigor a partir del primero de mayo siguiente, como todas las constituciones
escritas y rígidas consta principalmente de dos partes, la dogmática y la orgánica.

La parte dogmática está contenida en sus 29 primeros artículos, que plasman en sus normas los derechos de
la persona tanto física como moral, a manera de protegerla tanto en su aspecto individual como en su carácter
de integrante de un grupo social.

El reconocimiento de estos derechos y su protección lia sido ^motivo de inquietante interés, desde el cura
Hidalgo, Rayón, Morelos y todas nuestras legislaciones, pero fue hasta la Constitución de 1857 cuando se
reconocieron en una forma sistemática y ordenada. La Constitución Federalista de 18?4 sin contener un
capítulo especial a este respecto, bajo el rubro de 'Reglas Generales a que se sujetará en todos los Estados la
Administración de Justicia", reconocía ciertos derechos del hombre y de la persona, con su correlativa
"limitación" a las autoridades para el respeto de aquéllos, la prohibición de aplicar penas trascendentes, la
confiscación de bienes y la no retroactividad de la ley, son ejemplos de lo anterior; fue en la Constitución
Política de 1857 en donde sistemática y ordenadamente aparecen reconocidos en capítulo especial los derechos
del hombre, inspirados en el constitucionalismo anglosajón y en el individualismo liberal francés,, al declarar:
El pueblo mexicano reconoce que los derechos del hombre son la base y el objeto de las instituciones sociales.

Los derechos del hombre, reconocido por nuestra Constitución en vigor, podemos clasificarlos'" en cuatro
grupos:

A) De igualdad. Este principio está reconocido en el artículo primero que se refiere al otorgamiento del
goce de los derechos ahí consagrados, a todas las personas físicas o morales, el 2, que prohibe las clases
sociales y en particular la esclavitud, el 12, que condena la concesión de títulos de nobleza, prerrogativas y
honores hereditarios, y el 13, que se refiere a la supresión de leyes privativas, tribunales especiales y fueros.
B) De libertad. Reconocidos en los artículos 3, referente a la educación pública, 4 a la igualdad del
hombre y de la mujer, frente a la ley, 5 al trabajo, el 6 a la libre expresión de las ideas, el 7, a la libertad de
imprenta, el 8, al derecho de petición, el 9, al derecho de libre asociación, el 10, a la portación de armas, el 11,
a la estancia y traslación, el 24, al culto religioso, el 25 a la actual economía nacional y el 28, a la prohibición
de los monopolios, al comercio y a la industria.
C) De propiedad. En este grupo se localiza el artículo 27 en sus diversas expresiones: limitación del
poder público frente a los intereses patrimoniales del hombre, concepto de pequeña propiedad, el patrimonio
de la familia y el derecho de indemnización en caso de expropiación.

D) De la seguridad pública. El artículo 14, que prohíbe la retroactividad de las leyes, otorga el derecho
de audiencia y la exacta aplicación de la ley en materias penal y civil, el 15, que norma las disposiciones
relativas a la extradición, el 16, que reconoce el respeto a los derechos protectores de la persona, de la familia,
del domicilio, etc., el 17, referido a las deudas civiles, a la forma de impartir justicia y al carácter gratuito de
ella, los artículos 18, 19, 20, 21 y 23, que otorgan derechos a los procesados en el orden criminal y a los reos
sentenciados- y el 22, que prohíbe determinadas penas, el 26 al sistema de planeación del Desarrollo Nacional,
y el 29 referido a las normas relativas a suspensión de garantías.
La otra parte, la orgánica, se refiere a la estructura del Estado, a la organización de las autoridades que lo
componen y a la competencia que a cada una de ellas corresponde. En nuestra Constitución, su Título Tercero
cumple tal cometido. De su artículo 39 al 107, norma la organización y competencia de los Poderes Federales
que completa con su Título Cuarto, referido a la responsabilidad de los funcionarios públicos.

La supremacía y la rigidez de la Constitución dan garantía de conservación a los artículos que la forman y los
protege respecto a las autoridades ordinarias con las formalidades que la propia Constitución establece para su
reforma o adición. Por estas razones incluye en su texto algunos artículos que por su contenido no
corresponden ni a la parte orgánica ni a la dogmática; el 27, el 128 y el 130, que son triunfos de partido, son
ejemplos de ello.

La nacionalidad, la ciudadanía y la extranjería, normadas por los capítulos II, III y IV del Título Primero,
fueron incluidas en la Constitución por su importancia nacional.

El Título Quinto señala determinadas prohibiciones o impone ciertas obligaciones de hacer a los Estados
miembros de Ia Federación. Con estos preceptos y con el Capítulo Geográfico, completa nuestra legislación
constitucional la organización del sistema federal adoptado como forma de gobierno.
Por último, en sus artículos 39, 40, 41, 133, 135 y 135 que se refieren respectivamente a la soberanía popular
á la forma de gobierno, a la supremacía de la Constitución, a la manera de su reforma y a su inviolabilidad,
establece la normatividad de su superestructura constitucional.

Sus antecedentes histérico-políticos y su legalidad

El 5 de febrero de 1917, en Querétaro, fue promulgada la Constitución actualmente en vigor. Esta


Constitución, ahora respetada por las autoridades e invocada por los particulares para protección de sus
derechos, no siempre fue reconocida por todos. Al entrar en vigor, se alegaron diversas razones para impugnar
su legalidad: que nació violando el derecho que consagraba la Constitución del 57; que a! Congreso
Constituyente que le dio nacimiento, sólo se permitió el acceso a representantes de la facción carrancista, y por
último, que no se respetó el texto del Plan de

Guadalupe que pugnaba por restablecer la vigencia de la Constitución del cincuenta y siete y no por derogarla
o abrogarla.

De los tres argumentos que hemos enunciado, el primero es el que reviste mayor importancia.

La Constitución de 1857 establecía en su artículo 128 el principio de su inviolabilidad, la que no admitía ni por
medio pacífico ni por medio violento. Decía el precepto: Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun
cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público se
establezca un gobierno contrario- a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su
libertad se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieran
expedido, serán juzgados, así los que hubieran figurado en el gobierno emanado de la rebelión como los que
hubieran cooperado a ésta.

Si la Constitución de 1857 en el referido artículo establecía el principio de su inviolabilidad y si la de 1917,


que la reemplazó nació violando el referido precepto, nos toca analizar la validez o invalidez que tenga esta
Constitución.

En el año de 1913 se gestó un movimiento armado en contra del gobierno legítimamente establecido de don
Francisco I. Madero. Esta rebelión, conocida como el "Cuartelazo de la Ciudadela", fue secundada a pocos
días de iniciada en la capital de la República, por el general Victoriano Huerta, entonces jefe de las fuerzas
leales a Madero. Lo traicionó y posteriormente lo mandó aprehender en unión de su Vice presidente, don José
María Pino Suárez, para luego obligarlos a renunciar. Madero fue sustituido en su cargo de Presidente, de
acuerdo con lo establecido por la Constitución del cincuenta y siete, por el Secretario de Relaciones quien
designó para ocupar esta última vacante a Victoriano Huerta y después renunció a la Presidencia para que
fuera ocupada por el propio Victoriano Huerta. Tal farsa fue secundada por casi todos los legisladores al
Congreso y por casi todos los gobernadores, quienes ocultaron en su silencio y en su indiferencia, la protesta
que debieron haber elevado por tal acto legal, pero inmoral.

Huerta asumía la Presidencia de la República con una investidura que constitucionalmente debía considerarse
normal, de tal manera que no podemos llamar a su gobierno un gobierno de usurpación; llegó al cargo de
Presidente de la República agotando el frío procedimiento jurídico, pero violando el más elemental principio
de moral. Sus actos fueron jurídicamente correctos, pero incorrectos en función a la moral. Hacía nacer la
justificación moral a la revolución.

El movimiento iniciado por Venustiano Carranza, en un principio enarboló el estandarte de la


constitucionalidad. No pensó en modificar, ni mucho menos en abrogar la Constitución de 1857. Su
propósito era restaurar su vigencia, razón por la que adoptó el nombre de constitu-cionalista. Más tarde
rectificaba su camino y al lograr en Querétaro la expedición de la Constitución de 1917, culminaba su
movimiento en un verdadera y auténtica revolución.

El movimiento de Venustiano Carranza entabla una lucha con la ley que había sabido con habilidad encubrir
una traición, pero no servía para satisfacer las necesidades sociales del pueblo mexicano, que captó el
fondo inmoral de la maniobra y tuvo que colocarse en la disyuntiva de resignarse a la inmoralidad o de
violar el derecho positivo en función de la moral, haciendo nacer así el derecho moral a la revolución.
Con el triunfo del movimiento de Carranza y la expedición de la Constitución de 1917, se derogó el derecho
que ya no era aplicable a las necesidades político-sociales del pueblo. Se dio nacimiento a un nuevo orden
jurídico que se iniciaba con la promulgación de la Constitución de 1917.

Hasta antes de organizarse constitucionalmente el movimiento revolucionario, desde el punto de vista


jurídico no era otra cosa que la permanente violación a un derecho existente. Al expedirse la nueva
Constitución, efectivamente nacía viciada, nacía violando esc derecho positivo contenido en la
Constitución que derogaba.

A partir de entonces, se iniciaba una etapa diversa a las anteriores, en la que una fuerza de hecho, la
revolución triunfante, gobernaba bajo normas de derecho.

Su supremacía

Entendida la Constitución como el conjunto de normas que expresan directa e indirectamente las aspiraciones
y tendencias del pueblo, original titular de la soberanía debe tener una característica que la coloque por sí,
ante si, frente a los hombres y frente a los gobernantes, en un plano de superioridad. La Constitución es la ley
suprema del país, y como tal garantiza su seguridad a la respetabilidad que le es debida. La Constitución,
como ley fundamental, es superior a toda la legislación de un Estado. Sobre ella o contra ella, no puede
subsistir ni ley, ni acto de autoridad o de particulares.

La supremacía de nuestra Constitución está determinada por dos circunstancias; que el poder constituyente de
donde emanó es diferente a los poderes constituidos y que es rígida.

En efecto, el poder constituyente, órgano de donde emanó la Constitución y los poderes constituidos,
autoridades creadas por aquél, están perfectamente diferenciados cronológicamente y por sus funciones. El
poder constituyente precede en cuanto al tiempo a los poderes constituidos; éstos existen cuando aquél
desaparece. Sus funciones también están claramente diferenciadas: el poder constituyente sólo expide la ley,
la Constitución, pero no gobierna. Crea los poderes constituidos, hecho lo cual desaparece. Los poderes
constituidos, órganos creados por aquél, no tienen por sí facultades para alterar, crear o modificar el texto
Constitucional. Sus funciones sólo son de gobierno.
La rigidez de la Constitución es otro factor determi- ■ nante de su supremacía; gracias a ella, a su
rigidez, ningún poder constituido puede tocar la Constitución. Una constitución rígida es naturalmente superior
a todos los poderes constituidos.

Los principios doctrinarios antes mencionados concurren en la organización constitucional de nuestro


Estado. Efectivamente, la Constitución actualmente en vigor, fue producto de un poder constituyente, el de
Querétaro de 1917, que en su obra,^ la Constitución, dio vida y organización a los poderes constituidos,
dotándoles de facultades expresamente limitadas para su ejercicio. Cumplida su misión, desapareció. En su
lugar surgieron los "poderes constituidos", que sólo tienen facultades de gobierno y no de alteración o
modificación de la Constitución.

No obstante lo anterior, que le da a la Constitución por el sistema adoptado su característica de supremacía,


la nuestra quiso determinarla expresamente en su articulado, según puede verse del texto de sus preceptos
41, 128 y 133' El 41 establece: "El pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de la Unión, en los
casos de la competencia de éstos y por los de los Estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los
términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de los Esta-
dos, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del pacto Federal." El 128, que impone.
"Todo funcionario público, sin excepción alguna, antes de toma posesión de su encargo, prestará la
protesta de la Constitución y las leyes que de ella emanen. Y, por último, el 133 que prescribe: "Esta
Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que están de
acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República con aprobación del
Senado,, serán la ley suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha
Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las
constituciones o leyes de los Estados.

En nuestro Estado la Constitución es la ley suprema del país, a la que deben estar subordinadas todas las
leyes secundarias, las que siempre deberán guardar, sin contravenirlas, las disposiciones de la propia
Constitución.

Su inviolabilidad
Además de la característica de supremacía que acompaña a nuestra Constitución, está también la de su
inviolabilidad, que es congruente con la prohibición de un derecho de resistencia del pueblo frente al poder
político, al que niega toda posibilidad jurídica de resistir por medios violentos a la vigencia del derecho que
consagra. Tal se deduce del texto de su artículo 136, que establece: Esta Constitución no perderá su fuerza y
vigor, aun cuando, por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que se establezca un gobierno
contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad se restablecerá su
observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieran expedido, serán juzgados, así los
que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado a ésta.

Procedimiento para su modificación

Frente a la verdad no objetada de que el derecho debe cambiar de acuerdo con las necesidades y para el
bienestar del pueblo que es razón de su existencia, el constitucional no hace excepción, y en su artículo 135
reconoce la posibilidad de su modificación.4

Del precepto indicado la Constitución sí puede ser alterada en su texto y que tal alteración puede ser por
"adiciones" o por "reformas". Adicionar significa agregar algo a lo ya existente, sin alteración de lo anterior y
reformar, bien puede ser la supresión de un precepto o su sustitución por otro, que altere en parte al anterior o
totalmente lo modifique.

El procedimiento es distinto al que se sigue de acuerdo con el proceso legislativo normal, para la elaboración
de una ley ordinaria. El quorum para la discusión y aprobación de una ley ordinaria, generalmente se integra
con más de la mitad de los miembros electos de la Cámara de Diputados y más de las dos terceras partes de los
designados para la de Senadores. En el caso de alteración de la Constitución, se precisa un quorum de más de
las dos terceras partes de ambas Cámaras. Para la modificación de la Constitución, se re quiere la aprobación
cuando menos de las dos terceras partes de los legisladores presentes en la sesión de que se trate; supera así la
exigencia, de más de la mitad requerida para la aprobación de una ley ordinaria.

Congruentemente con los principios que informaron al pacto federal, impone nuestra Constitución para las
Legislaturas de los Estados, el derecho, correlativo a la obligación de ejercerlo, de participar en la
modificación de su texto con su aceptación o rechazo.
El órgano que en las condiciones apuntadas está facultado para modificar la Constitución, no es ni el Congreso
Constituyente que le dio vida y que al hacerlo desapareció, ni el órgano legislativo ordinario que fue creado
por aquél. Es un órgano nuevo, formado por el Congreso de la Unión, Cámara de Diputados y Senadores, y las
Legislaturas de los Estados, poderes legislativos ordinarios de cada una de las entidades federales, al que el
doctor Tena Ramírez denomina como Poder Constituyente Permanente, porque en alguna forma participa de
la función soberana que el pueblo otorgó al Congreso Constituyente, puesto que puede tocar su obra, que fue
precisamente

la Constitución y porque lo sobrevive. El Congreso Constituyente de Querétaro, al expedir la Constitución de


1917, desapareció como tal. En su lugar quedaron los poderes constituidos. La función del Congreso de la
Unión y las Legislaturas de los Estados, en su actividad de modificación al texto constitucional, es
potencialmente permanente. Existe en cuanto la necesidad se presenta.

Diversos medios para el control de la constitucionalidad

Como norma entendemos una regla de conducta de observancia obligatoria. El orden jurídico, conjunto de
normas de conducta, en general postula deberes o derechos que siempre tienen respectivamente un obligado a
su cumplimiento o un beneficiario, ya sea gobernado, ya gobernante. Estos deberes pueden ser positivos,
obligaciones de dar o de hacer o negativos, obligaciones de abstención.

El Derecho Constitucional como todo orden jurídico, lleva paralela a su vigencia, su pretensión de
cumplimiento; sin embargo, al desempeñarse como en efecto se desempeña, en el gran mundo del deber, es
posible la violación de sus nor mas por aquéllos a quienes van dirigidas. La propia Constitución proporciona
los medios para impedir su violación, o llegada ésta, para volver las cosas al estado que debieron ocupar antes
de la infracción.

En sus inicios, nuestro régimen constitucional tuvo como inmediata mira la protección de los derechos del
hombre frente a las posibles violaciones del poder público, pero en la actualidad está debidamente protegido
en todo su contenido, por medio del control de la constitucionalidad que el licenciado Ignacio Burgoa define
como "el procedimiento legal para la nulificación de actos de autoridad y leyes que sean contrarias a la
Constitución" y del que el mundo del derecho, nos ha mostrado dos formas o sistemas para reali zarlo, uno por
órgano político y otro por órgano jurisdiccional.
El control a través de órgano político, que se inicia con una petición de inconstitucionalidad de un órgano
estatal o de un grupo de funcionarios, generalmente implica la creación de un órgano distinto al de los tres
poderes conocidos de ejecutivo, legislativo y judicial, como el "Supremo

Poder Conservador" creado por la Constitución Centralista de 1836. sin que esto signifique que no en
ocasiones, se deposite esta función en alguno de esos tres poderes tradicionales.

El procedimiento de control constitucional ante órgano político, no tiene carácter contencioso, se contrae a un
análisis del hecho presuntamente violatorio de la Constitución, que concluye con la declaración de si es o no
violatorio, en una opinión que no tiene ni puede tener el carácter de sentencia.

Es un sistema de control casi abandonado en la actualidad y en México totalmente. La experiencia ha


demostrado que puede ocasionar pugnas o conflictos entre las distintas autoridades, con el consecuente
desequilibrio entre los poderes del Estado.

El otro sistema de control de la constitucionalidad, es el ventilado ante órgano jurisdiccional, por virtud del
cual se obliga a las autoridades, en beneficio de los particulares, a la observancia de la norma violada o a
evitar actos de autoridad que pudieran entrañar tal violación. Es competente para conocer de él en nuestro
régimen jurídico actual, el Poder Judicial Federal, a través de algunas de las autoridades que lo forman, como
son la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Tribunales Colegiados y los Juzgados de Distrito, por
medio del juicio de amparo.

Conclusiones

Fue promulgada por el Congreso Constituyente el 5 de febrero de 1917, en la ciudad de Querétaro, siendo el general
Venustiano Carranza el primer Presidente Constitucional del país. Su texto es la consagración de muchos postulados
sociales de la Revolución Mexicana.
La Constitución de 1917 es una aportación de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo universal, dado que
fue la primera constitución de la historia que incluye derechos sociales, dos años antes que la Constitución alemana de
Weimar (1919).

La promulgación de la Constitución de 1917 es el resultado directo de la Revolución Mexicana; esta Constitución


tomó como base fundamental la Constitución de 1857. En este texto quedan plasmadas muchas de las ideas que
motivaron la Revolución, destacando un marcado contenido social y de fortalecimiento del Estado.

La Constitución Mexicana vigente está conformada por dos partes: la dogmática y la orgánica.

En la primera, quedan consignadas las Garantías Individuales y se reconocen derechos y libertades sociales:

 Derecho a la Libertad, aboliendo la esclavitud y otorgando Libertad a cualquier individuo dentro del
Territorio Nacional.
 Derecho a la libre expresión, asociación y tránsito, libertades esenciales de la nación mexicana.
 Derecho a la educación, siendo ésta otorgada por el Estado de manera laica y gratuita.
 Derecho a la posesión de armas de fuego para seguridad y legítima defensa.
 Derecho de huelga y organización de los trabajadores en sindicatos.
 Derecho a la libre profesión de cultos.
 Jornada máxima de 8 horas de trabajo.
 Derecho al trabajo digno y socialmente útil

La parte orgánica corresponde a la división de los Poderes de la Unión y el funcionamiento fundamental de las
instituciones del Estado, estableciendo:

o Una forma de gobierno mexicano como una república federal, representativa y popular.
o Que los Poderes de la Unión están divididos en Ejecutivo ( Presidencia de la República ), Legislativo (
Honorable Congreso de la Unión ) y Judicial (Suprema Corte de Justicia de la Nación ).
o Que la reelección del presidente queda prohibida.
o La creación del Municipio libre.
o La reforma agraria.
Se define el proyecto revolucionario y se fundan las instituciones con las que se arma el pueblo de un instrumento
jurídico de transformación que hace realidad un sistema que asegura la aplicación a las reformas sociales, pero
respetando las garantías individuales.

En este sentido, tendremos que preguntarnos si ese proyecto político sigue vigente o es un mito, si es compatible con la
sociedad que tenemos hoy o la que queremos tener.
Si nuestros problemas son de naturaleza distinta, habría que abandonar el mito y plasmar nuestra transición en una
nueva Constitución. Pero antes de esa transformación, debemos ponernos de acuerdo en qué es lo que tenemos y qué
es lo que queremos conservar.

El proyecto de reformas a la Constitución de 1857 que Carranza entregó al Constituyente en la sesión inaugural del 1
diciembre de 1916 contenía todas las reformas políticas indispensables para cimentar las instituciones que encauzarían
al país al progreso, la libertad y el derecho. Éste consistía en conservar el espíritu liberal de la Constitución de 1857,
pero añadiendo las reformas sociales que la Revolución ya había conquistado.

La República federal, democrática y laica quedó definida entonces, se mantuvo y se fortaleció en la Constitución de
1917 actualmente en vigor, incluso con sus modificaciones.

Hasta hace poco tiempo pensamos que el Estado laico era una cuestión ya zanjada por la historia, pero hoy de nueva
cuenta hay quienes pretenden hacerlo retroceder para imponer creencias religiosas a la vida de la nación, los
conservadores del siglo XIX tienen sus herederos en el siglo XXI.

Bibliografía

Libro: Notas de Derecho constitucional y administrativo


Autor: Enrique Pérez de León
Editorial: Porrúa

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