1 La caridad es universal, no tiene en cuenta ni raza ni color ni religión
2 Hermanos, vamos al hospital a servir a Cristo, remunerador de toda buena obra 3 Llevar en el hábito remiendo sobre remiendo honra mucho al religioso 4 Las obras de caridad corporales son como brasas que inflaman el corazón del hombre en el amor a Dios 5 ¿Cómo voy a practicar la caridad a los enfermos con este hábito nuevo? 6 Prefiero dormir con un dragón antes que con el dinero 7 Obras y caridad es lo que pide de nosotros el mundo actual 8 El tiempo pasa; el bien permanece 9 Cuidado con lo que haces porque Dios espera y no paga cada sábado, es a la hora de la muerte cuando paga 10 Hijo mío, ya que deseas ser religioso, anímate que Dios tendrá compasión de ti y te ayudará en tan hermosa resolución 11 Veo que el diablo te tienta en tu vocación: sé valiente, no dudes, que recibirás consuelo 12 Los designios de Dios son diferentes a los pensamientos de los hombres 13 Sí, ésta [del hábito] es aquella Cruz que mi madre creyó traería la destrucción a mi casa; de ella se ha servido Dios para salvación de muchos y exaltación de su gloria 14 Hermano, considera como una gran ganancia el morir por la caridad 15 Servir a los enfermos y a los pobres, y morir por ellos, es toda mi delicia y todo mi bien 16 A los enfermos se les sirve con caridad, amor, paciencia y humildad 17 La vida se nos da para que cada uno llene su saco de buenas obras 18 Me considero más esclavo de los pobres enfermos que todos los empleados del hospital 19 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, porque vais a la santa viña del hospital 20 Médicos, seguid con buen ánimo, que en el ejercicio de la caridad salvaréis el alma y el cuerpo 21 Todo el que sirve a los enfermos con caridad, cuenta con una esperanza segura de predestinación 22 Deja toda clase de costumbres del siglo y sirve a Dios 23 No me preocupo de lo que veo ni de lo que el mundo tanto aprecia 24 Pueblo mío, pueblo mío de Buquiánico, acuérdate de lo que te he enseñado, porque ya no nos veremos más 25 Cuando volvía de la guerra y traía mucho dinero, lo perdía todo jugando a las cartas 26 La mortificación de la gula es el abecé de la vida espiritual 27 La primera mortificación de la gula se hace observando el horario de la comida 28 La mortificación de la gula facilita la del juicio 29 No merece estar entre los siervos de Dios el que no sabe refrenar la gula 30 Las velas nocturnas en el hospital son nuestros maitines 31 Aunque caigan rayos del cielo, no podrán impedirme que vaya al hospital 32 Se me ha dado esta llaga para que esté siempre entre los enfermos y en los hospitales 33 El Señor me ha dejado las manos sin heridas, para hacer el bien a los pobres 34 Me esfuerzo con las buenas obras para conseguir el trofeo y la corona 35 Hermanos, os agradezco la caridad que me habéis prestado pues, en verdad, mi hermano "asno" [el cuerpo] lo necesitaba 36 Cuando como sufro tres martirios: el pensar que debo comer, el comer y el verme obligado a devolver lo comido (última enfermedad) 37 La peor enfermedad para mí sería: que me mandaran seguir un régimen de vida que me alejase de las obras de caridad 38 Para aprender a hablar bien es necesario aprender a callar 39 La señal del amor a Dios es servirlo con fidelidad y fortaleza, incluso en los momentos de aridez espiritual 40 Deseo dejar mis huesos en esta santa ciudad de Roma, regada por la sangre de tantos mártires 41 Necesito ir a morir a Roma, pues esa es la voluntad de Dios 42 En el respeto que se tiene a los sacerdotes se demuestra el aprecio que se tiene a Dios 43 En los religiosos me parece ver a los ángeles 44 Daría de buen grado mi sangre por la salvación de quienes no creen 45 ¡Calla! ¡Calla hermano, no blasfemes! 46 Cristiano es el que observa los mandamientos 47 Dios es fiel y jamás desampara a sus siervos 48 ¿Creéis, por ventura, que no tendrá Dios medios para mandar talegas de dinero a nuestra puerta? 49 Hombres de poca fe y de menor caridad, ¿por qué no confiáis en Dios? 50 Uno se fía de la Divina Providencia cuando emplea sus fuerzas en ayudar a los pobres 51 No tengo dinero, ved la bolsa vacía a los pies del Crucifijo; rezad y confiad en que el Señor no nos dejará morir de hambre 52 En las dificultades de la fundación de esta plantita [la Orden] se hubiese perdido un "Corazón de León", cuánto más un miserable como yo 53 Dichoso y feliz tú, si continúas sirviendo a los pobres [enfermos] sin dártelas de sabio ni de maestro en los caminos del espíritu 54 El hombre no se mantiene sin la oración 55 Ante cualquier determinación a tomar: hagamos oración 56 En mis necesidades acudo a Dios; El siempre ha escuchado mis plegarias 57 Porque soy pecador recurro a Dios y hago oración 58 Ser cristiano y aún más religioso exige un corazón tan grande como el mundo, para acoger todas las necesidades del prójimo 59 Ahí, en el Santísimo Sacramento, está el verdadero médico 60 El Espíritu Santo es la fuente viva de caridad 61 Eterno Padre, te ruego que por la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Crucificado me perdones y salves esta alma pecadora 62 El Crucifijo ha sido el fundador de la Orden de Ministros de los Enfermos 63 Primero Dios y después esta pierna llagada son los fundadores de la Orden 64 Quiero, en todo lugar y tiempo, seguir siempre a mi amado Señor Crucificado 65 El Crucifijo me ha ayudado y consolado 66 Si la vista del Crucifijo no os basta para alejaros del pecado, no sé qué es lo que os puede bastar 67 Tengo por suma ganancia el sufrir y morir por Cristo 68 En las llagas amorosas del Crucificado he encontrado siempre gracia y misericordia 69 Me refugio en las llagas de Cristo crucificado 70 Toda mi esperanza está basada en el recuerdo de tu Pasión y de tus santas llagas. ¡Oh Señor! 71 En tus manos, ¡oh María!, deposito toda petición de gracias que hago a Dios, y de Ti lo espero 72 ¡Oh Virgen María! Ayudadnos en los peligros 73 Roto y destruido este tabernáculo mortal, conseguiré otro eterno e inmortal 74 Una vida larga no excluye el temor a la muerte 75 Me parece que tengo, en todo momento, la guadaña de la muerte bajo los pies y que el sonido de la trompeta, que llama a juicio divino, resuena continuamente en mis oídos 76 He renunciado al cargo de General para prepararme adecuadamente a mi ya próxima muerte 77 La esperanza en la misericordia divina hace llevadero el paso de la muerte 78 Es preciso colocar en el cielo toda nuestra esperanza y pensamiento 79 No aprecio la vida presente más de un bledo, con tal de que el Señor me conceda un pequeño rincón en el cielo 80 Apreciad la vida; es un tesoro que hay que gastar bien 81 Yo, Camilo, pido prestados a la Orden: el hábito, la camisa y los demás vestidos que llevo encima 82 Cada cual debe cuidar, de un modo especial, las cosas que le han sido confiadas por oficio 83 La mortificación y la renuncia deben ayudarnos a someter el parecer y el juicio propios 84 Donde no hay humildad y obediencia no prospera el ministerio camiliano 85 Donde la observancia de la regla se relaja, hay que reprender antes que a nadie al superior 86 Tened en cuenta que, si no hacéis caso de las reglas os irá mal y os acarrearéis la ira de Dios 87 Los pobres y enfermos a quienes servimos nos harán ver un día el rostro del Señor 88 Hermano mío enfermo, tú eres mi Señor; mi felicidad es servirte 89 Os reís de este enfermo demenciado. ¿Creéis que es basura de la calle? Pues no, es un miembro de Cristo 90 Alabado sea Dios, porque he servido al Señor en este enfermo 91 Servid a los enfermos con entusiasmo y alegría 92 Ningún enfermo es fastidioso 93 ¿Que los pobres son unos bribones?... Bajo los andrajos que llevan se oculta Cristo 94 Hermano [mío enfermo], soy yo quien te agradece la ocasión que me has dado de servirte 95 No pienso en otra cosa ni tengo más amos que los pobres enfermos 96 Los Hermanos enfermeros espirituales, como principal tarea, deben preparar y disponer a los pobres [enfermos] para recibir los sacramentos: Penitencia, Comunión, Unción; y enseñar el catecismo 97 Estas legumbres no están en buen estado; mi conciencia me dice que no se pueden dar a los enfermos 98 Voy de paseo a un jardín cuajado de flores y frutos, cerca del Castillo de Santángel. Voy al Hospital del Santo Espíritu 99 El Espíritu Santo nos llena de su gracia y de méritos en el servicio a los pobres enfermos 100 Hija mía, hazte fuerte que peor huelen los pecados que el hospital 100 En el hospital, es donde el Señor os concede mayor habilidad para adquirir la ciencia, que es un don suyo 101 En ningún sitio se respira mejor aire que aquí en el hospital 102 Apenas pongo los pies en el hospital me siento curado de todos los males 103 Cuando voy hacia el hospital me siento atraído como por un imán 104 Para mí ir cada día al hospital es un derecho y un deber 105 El que los moribundos sean descuidados por los sacerdotes es el mayor inconveniente que puede darse en toda la cristiandad 106 ¿Que tengamos cuidado porque en Milán hay peste? Precisamente por eso vamos allí 107 Es muy poco lo que hago, quisiera tener cien brazos para hacer mucho más 108 Señores, por el amor de Dios acoged a este pobre [enfermo] en vuestro carruaje y llevadlo al hospital 109 Pongamos el pan en manos de los pobres; lo encontraremos de nuevo en manos de Cristo en la eternidad 110 Me sorprendo de que la creatura no ame perfectamente a su Creador 111 Una conversación en la que no se habla del amor de Dios es como un anillo al que le falta el diamante 112 Nunca me he preocupado de mí mismo, sino sólo de la gloria de Dios 113 Nunca se debe presumir de sí mismo, sino dar en todo gloria a Dios 114 El pensar que no todos los hombres aman a Dios me da mucha pena 115 ¡Por qué no puedo impedir todos los pecados de los hombres! 116 Para los religiosos enfermos se puede gastar esto y mucho más [compra de olivas españolas] 117 He sido pecador y no puedo menos de compadecerme de los pecadores 118 Soy el siervo inútil del que se ha servido Dios para fundar esta nueva Orden 119 Ya no soy necesario para el gobierno de la Orden, pues el Señor la ha provisto de sujetos capaces de gobernarla 120 Soy un pobre religioso y un pecador; rogad a Dios que me salve 121 El cristiano sólo debe recordar sus obras buenas cuando se encuentra en dificultad o borrasca; por lo demás nunca debe presumir de sí mismo 122 Un pecador como yo mal puede dar consejos ni advertencias: procure el cumplimiento de los mandamientos; la bendigo 123 Nuestra miseria es muy grande, pero la misericordia de Dios es infinita; yo lo espero todo de ella 124 Todo mi ser se apoya y confía en la misericordia divina 125 No me angustio por nada 126 Señor, ya es hora de encontrarnos 127 La santísima Madre de las Misericordias quiere mostrar al mundo que esta Orden es toda suya 128 Dejemos hacer a Dios y recurramos a la Virgen 129 El religioso no se debe avergonzar del hábito apedazado, sino del hábito pringoso y mugriento 130 Señora, por favor, espere un poco; tenga consideración que pasa este pobre [enfermo] 131 Hijos míos, ¡más alma! ¡Más corazón en las manos! 132 Cada vez que se nombra junto a los moribundos el nombre de Jesús y de María es como disparar una saeta o una piedra a la frente del diablo 133 Puesto que ya no puedo ir al hospital supliré visitando, en casa, a mis queridos hermanos enfermos 134 Haced justicia y castigad a los culpables, analizad bien; proceded vosotros que yo no quiero intervenir 135 Todos, Padres y Hermanos, clérigos y laicos, profesos y novicios debemos servir a los enfermos en los cuidados y necesidades corporales, y exhortarlos a prepararse para recibir los sacramentos; y asimismo confortar a los moribundos 136 Hermanos, no os preocupéis ni de vida ni de muerte, ni de enfermedad ni de salud propias 137 A los enfermos hay que hablarles en voz baja, y con modos que no les molesten 138 Nadie debe entrometerse en las conversaciones de los demás si no lo llaman 139 Al atender nuestro cuerpo debemos observar en todo momento la templanza 140 Cuando suene la campana, dejen todos lo que estén haciendo, incluso una letra comenzada, y acudan a donde son llamados 141 Hermanos, nadie coma ni beba fuera de los tiempos establecidos 142 La limpieza exterior favorece y proporciona la salud del cuerpo 143 Todos cuiden con diligencia el comportamiento de sus sentidos: vista, oído y lengua 144 Los religiosos procuren reconocer a Dios el uno en el otro, como su imagen y semejanza 145 Cada uno evite criticar los hechos y los defectos de los demás 146 El comer, beber, vestir, calzarse y dormir sean como los de los pobres 147 El cuidado moderado en conservar la salud para el servicio de Dios, es laudable 148 Los religiosos, en todas sus acciones, deben manifestar modestia y humildad 149 La cabeza téngase derecha y sin inclinarla a ningún lado 150 Ténganse los ojos controlados, que no giren desordenadamente de una a otra parte 151 No se fijen los ojos en la cara 152 Evitad las arrugas en la frente, para que aparezca la serenidad interior 153 Hermanos, mantened la boca ni demasiado cerrada ni demasiado abierta 154 El aspecto de cada uno exprese jovialidad y alegría, y no tristeza 155 Tenemos que llevar el vestido limpio y bien arreglado 156 Las manos ténganse quietas, en paz 157 El andar sea moderado sin precipitación 158 Hermanos, todos los gestos y movimientos sirvan de edificación 159 Al reír no abrir la boca neciamente 160 Hermanos, nada de extender los brazos, torcer la boca o guiñar los ojos 161 Cada uno procure ser como un perfume, que en todas partes deja buen aroma 162 Hermanos, en casa todo sea como de pobres; excepto para los enfermos y convalecientes 163 Cada uno esté dispuesto y preparado para hacer lo que le manden, aunque le parezca superior a sus fuerzas 164 En la mesa comed lo que os presenten 165 Fuera de casa nunca se coma sin expreso permiso 166 Las penitencias y mortificaciones, sin permiso del Superior, pervierten nuestra vocación 167 Nuestra vocación consiste en dedicar todas las fuerzas espirituales y corporales a la gloria de Dios y salvación de las almas, especialmente las de los enfermos 168 Los nuestros al celebrar la Misa, que no sean tan breves que quiten la devoción, ni tan lentos que aburran a los presentes 169 En la recreación se puede jugar al truco, mazo, ajedrez, tejos y modestamente a la pelota; todos los demás juegos están prohibidos 170 Si practicamos las obras de misericordia, seremos elegidos como senadores del cielo 171 Oh caridad de Dios, que la lengua no puede explicar, ni la mente abarcar. ¡Inunda nuestro corazón! 172 Cuando se ama al prójimo a quien se ve, no es difícil amar a Dios 173 El título de 'Ministro de los Enfermos' se refiere a quien ejerce las obras de misericordia corporales; éstas son camino de salvación 174 Cuando llegue el fin del mundo Dios pedirá, ante todo, si el pobre ha sido alimentado, refrigerado y visitado, antes que otros quehaceres más sutiles 175 Hermanos, si abandonamos el servicio corporal [a los enfermos] languidecerá el servicio espiritual 176 Desearía ser mártir y derramar mi sangre en defensa de la fe 177 Desearía tener mil vidas para ponerlas al servicio de Dios y de la fe 178 Señor, te doy gracias y te bendigo por haberme concedido nacer en el seno de la Santa Iglesia 179 Sed siempre obedientes a la Santa Sede Apostólica 180 Cada vez que vuelvo a Roma encuentro mucho consuelo, por ser esta la cabeza de la Iglesia 181 Creo firmemente todo lo que propone y sostiene la Iglesia Católica 182 Deseo morir como verdadero cristiano católico bajo el signo de la Santa Cruz 183 Me duele no volver a ver más mi pueblo y a su gente que me escucha 184 Quiero que enseñéis en los hospitales: la Profesión de fe, el Padrenuestro, el Avemaría… 185 Haced el bien y huid del pecado 186 Otros religiosos se entregan hasta dar la vida por los infieles, nosotros debemos hacer lo mismo por los no creyentes que vienen al hospital 187 Los hospitales son las indias [misiones] de nuestra Orden 188 En los hospitales podemos convertir a los no creyentes y a los malos cristianos, como hacen otros religiosos en las indias [misiones] 189 Los no creyentes sólo con ver las obras de caridad para con los enfermos se convertirán 190 El ejercicio de nuestro carisma con los enfermos es un medio poderosísimo para la conversión 191 Os exhorto a alejaros del pecado y deseo que todos os salvéis dedicándoos a hacer el bien 192 Soy el mayor pecador del mundo 193¿Cómo es posible que el hombre esté tan falto de juicio y tan cegado por las pasiones, que deje la luz para seguir las tinieblas y abandone la fuente clara para beber agua turbia? 194 ¿Cómo es posible tanta ceguera entre los hombres, que no aceptan la única verdad de esta santa fe? 195 Debemos poner nuestra esperanza en la misericordia de Dios 196 Hermanos, debemos estar dispuestos a derramar mil veces nuestra sangre y a dar mil veces nuestra vida por la fe 197 Me confío a la Pasión de Cristo y a la intercesión de la Virgen María 198 Mi fe se fundamenta en la esperanza en Dios, en la sangre de Cristo y en la confianza en la divina misericordia 199 No hay que desesperar nunca; fíate de la misericordia de Dios 201 Mi madre, siendo infértil, me tuvo a mí en su vejez 202 Cuando mi madre me tuvo eran tan vieja, tan vieja, que los vecinos decían que había parido Santa Isabel 203 ¿A qué esperáis para decir la Misa? Decidla pronto, porque es posible que sea la última para mí 204 El día de la festividad de la Magdalena, estaré a los pies de la Magdalena 205 He venido a dejar mis huesos en Roma; esta es mi Iglesia 206 Parece que estos Padres no piensan en mi sepultura; y lo digo porque no queda más tiempo que mañana 207 Se muere sólo una vez, y me conviene aprovechar el poco tiempo que me queda para tratar con Dios 208 Hermano, sé constante en el deseo ser religioso e ingresar entre nosotros, no hagas caso a otros pensamientos 209 Soy un gran pecador; por las ofensas hechas a Dios merecería mil infiernos 210 Aunque hubiese cometido los mismos pecados que el diablo, por los méritos de Cristo, confío en la misericordia de Dios 211 Aunque he sido un gran pecador, espero salvarme por la misericordia de Dios 212 Quién sabe lo que hará Dios a la muerte de este tizón del infierno que soy. Cuando muera se verá 213 Camilo tiene calzadas las espuelas y espera de un momento a otro la cita para comparecer ante la presencia de Dios 214 Dios me haría una gran misericordia si me perdonara, y me mandara al purgatorio hasta el día del Juicio 215 La Providencia de Dios me librará de toda necesidad 216 Señor, tu sangre me ha de salvar 217 Sirviendo a los pobres aprendo a vivir para morir bien, en gracia de Dios 218 Cuando vayáis a asistir a alguien a bien morir orad; rogad al Señor que, por sus entrañas misericordiosas, se digne salvarlo 219 Rogad por mí, porque voy a morir y he sido un gran pecador 220 Confiad en la Providencia que nunca os fallará en vuestras necesidades 221 El fuego del amor de Dios es capaz de enternecer y derretir el corazón del pecador más obstinado 222 La misericordia de Dios puede salvar a cualquier pecador por malvado que sea 223 Todos los pecados del mundo, comparados con la misericordia de Dios son menos que una gota de agua en el fondo del mar 224 Sed fieles a Dios que nunca os faltará nada 225 Si confiamos en el Señor nunca nos faltará nada 226 Si ejercemos con caridad el servicio a los enfermos, Dios nos tendrá preparado el paraíso 227 El mejor modo de acertar en la salvación eterna es practicar la caridad con los enfermos 228 En mis necesidades confío siempre en la ayuda divina 229 Por la gracia de Dios no tengo el temor que manifiestan los que están cercanos a la muerte 230 Dios proveerá, cuando le plazca 231 En las necesidades temporales confío en la Providencia de Dios 232 Hermano, no pierdas el ánimo, el Señor no dejará de ayudarte 233 Hermanos, Dios que da la tierra roja y blanca a los infieles, es decir el oro y la plata, no dejará de proveer a las necesidades de sus siervos 234 Hijos míos, qué grande es la Providencia de Dios, agradecedle tantos beneficios 235 No dudéis y tened fe en Dios 236 No dudéis de que vuestras oraciones son escuchadas y vuestras necesidades remediadas 237 Confiad en Dios que nunca dejará de ayudar a sus servidores 238 Te doy gracias Señor, porque nunca abandonas a tus siervos 239 Debemos evitar la más mínima sombra de pecado 240 Cuando se puede ofender a Dios, toda cautela es poca 241 Camilo no puede beber turbio 242 Me arrojaría cien veces al fuego antes que cometer un pecado mortal o venial voluntario, o una falta a la observancia 243 Antes que cometer voluntariamente cualquier culpa, por mínima que sea, es preferible sufrir el tormento más grave 244 Desde que Dios me llamó no recuerdo haber cometido ni un solo pecado voluntario 245 Es preferible morir cien veces antes que ofender a Dios 246 Si me encontrara un ángel y junto a él un sacerdote, saludaría primero al sacerdote; dada su dignidad 247 Los sacerdotes son ministros de Cristo y sus auténticos secretarios 248 Los sacerdotes son más dignos de honor que los ángeles 249 ¡No me basta un corazón! Quisiera tener miles de corazones para amarte infinitamente. ¡Oh Dios! 250 Deseo morir por Cristo, o mártir o en el servicio a los apestados 251 Cómo puede ser que la creatura no ame a su Creador 252 Orad por los bienhechores vivos y difuntos, por las almas del purgatorio y por los que están en pecado mortal, por los agonizantes y por las necesidades de la Iglesia 253 En la Misa contemplad la Santísima Pasión de Nuestro Señor 254 Grabad en vuestro corazón la Pasión del Señor que os librará de todo mal 255 Las llagas del Señor son las puertas del paraíso: son lenguas y bocas que piden a Dios misericordia para que nos salvemos 256 Todo lo referente al Culto Divino se ha de manejar con suma reverencia y pulcritud 257 Reverenciad el santísimo Crucifijo 258 Seamos devotos de la Pasión de Nuestro Señor y de su sangre derramada por nosotros 259 La acción de gracias después de la Misa es el tiempo oportuno para pedir los dones de Dios 260 Si Dios me concede, por su misericordia, la salvación, desde el cielo ayudaré más a la Orden que desde la tierra 261 Os pido perdón si os he dado algún mal ejemplo; no ha sido por malicia, sino por ignorancia 262 Los enfermos son nuestros dueños y señores 263 Los enfermos son verdaderos miembros del Cuerpo de Cristo 264 Los enfermos son mis cristos 265 Los enfermos son mis dioses 266 En la enfermedad encomendaos a la Virgen María 267 Si el consuelo de Dios es 'reficere lassum', ¿cómo no lo va a ser para mí cuando ejerzo la caridad? 268 Que todos los pobres puedan recoger y comer libremente las habas de nuestro huerto; que a nadie se le prohíba hacerlo [mientras dure la carestía en Buquiánico) 269 Es imprescindible hacer limosnas 270 Lo que viene de Dios debe volver a Dios dándoselo a los pobres 271 Demos a los pobres que Dios proveerá para nuestra casa 272 En la enfermedad huid del pecado, tened paciencia y confiad en Dios 273 Los enfermos no sólo me pueden mandar, sino que pueden hasta ser exigentes conmigo, como mis verdaderos y legítimos señores que son 274 Los enfermos son mis verdaderos y legítimos señores 275 El principal fin de nuestra Orden, que nos obliga aún en tiempo de peste con voto solemne, es ejercer la caridad con los enfermos y moribundos; ahí se comprueba si somos fervorosos de nuestro instituto 276 Enfermos, soy vuestro sirviente y esclavo, y deseo morir en servicio vuestro 277 No hay que ir a las indias o Japón [misiones] para salvar almas, salvemos las de los enfermos 278 Después de comulgar pedid a Dios la salud del alma y haced propósito de no ofenderlo más, y de cambiar de vida 279 Cuando mullimos la paja de los jergones, tocamos oro verdadero y con él compramos el cielo y la vida eterna 280 Enfermos, perdonadme mis pecados 281 Id con mayor prontitud a los enfermos más pobres y más necesitados 282 La recomendación de las almas en la ciudad es el Mare Magnum de la caridad 283 Quien no tiene caridad es como un pez fuera del agua, [que muere enseguida] 284 Los hospitales son amenos huertos 285 Los enfermos son la pupila y el corazón de Dios 286 Lo que haces a los pobres se lo haces a Dios mismo 287 Mi refrigerio es ayudar y consolar a los pobres enfermos 288 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, porque empleáis la vida en este santo servicio, con las manos metidas en la pasta de la caridad 289 Que la santa caridad reine en vosotros 290 Te encomiendo el patrimonio de Cristo: [los enfermos.] 291 Trabajad alegremente en la viña del Señor, porque trabajáis en beneficio propio 292 Sé diligente en saber enriquecer tu alma mientras tienes tiempo 293 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, si morís por los pobres de Nuestro Señor Jesucristo, porque iréis a gozar de Él eternamente 294 De mí no oiréis otra cosa que caridad 295 Con las obras de caridad convertiremos no sólo a los pecadores obstinados, sino a los infieles 296 La caridad es lo único que nos unirá a Dios 297 Hermanos, que todo vuestro afán sea servir, cuidar y consolar a los pobres enfermos, porque en eso consiste nuestro carisma 298 Hermanos, todas las tareas de casa deben posponerse al servicio de los enfermos y de los pobres 299 Quien entra en nuestra Orden tiene que estar decidido a servir a los enfermos 300 Retened esta sentencia: sirviendo y cuidando a los enfermos, y a los pobres necesitados, profesamos todo nuestro amor al Creador 301 Retened esta sentencia: el que sirve a los enfermos y a los pobres, sirve y cuida a Cristo Nuestro Redentor 302 Nuestro ministerio no hace acepción de personas, cuida y sirve a los pobres y a los ricos 303 Al hacer la cama ahuecad el colchón y calentad bien las sábanas 304 Los enfermos son nuestros amos. Amadlos tiernamente 305 La caridad quiere ser realizada con buen ánimo y corazón generoso 306 Practicad vuestro servicio con ardiente caridad; pues estáis obligados con voto prometido a Dios 307 Hermano enfermo, quiero que sepas que he hecho voto de ser tu siervo 308 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, porque tenéis tan buena ocasión de servir a Dios junto a la cabecera de los enfermos 309 Pobres los que padecen grandemente y no gozan de las ayudas y remedios que yo tengo [en mi enfermedad] 310 Esto son las perlas y joyas que han de coronar a los nuestros en el paraíso 311 Hermano, valora los guantes de oro 312 Quien no tiene caridad es como un cuerpo sin alma 313 Dios ha distinguido a nuestra Orden, sobre todas las demás, al ponernos en las manos su tesoro: la caridad 314 No puedo alcanzar mayor gracia de Dios que la de morir entre los pobres [enfermos] 315 El buen soldado muere en la guerra, el buen marino en el mar y el buen religioso camilo en el hospital 316 Amad a Dios y alejaos no solo de todo pecado, sino de cualquier falta 317 Dad gracias a Dios porque he renunciado al oficio de General y puedo atender con mayor caridad y afecto a los pobres enfermos. 318 Me considero muy feliz por haber renunciado al oficio de General y estoy muy contento de ser un súbdito que obedece 319 Mi mayor alegría sería tener la certeza de que Dios me ha perdonado los pecados 320 Durante veintidós años siempre he mandado; ahora quiero probar la obediencia 321 Ruego al Señor que no abuse de tanta gracia y misericordia como me ha concedido 322 ¿No os parece que la belleza del campo mueve a la oración? 323 Los Padres deben asumir el servicio completo a los pobres enfermos, tanto el espiritual como el corporal 324 En las cuestiones difíciles y arduas recurrid a la oración y al consejo 325 La fundación de la Orden me cuesta muchas lágrimas 326 Mis enfermedades son las misericordias que el Señor me concede 327 Nuestra Orden necesita toda suerte de estudios y ciencias; son necesarios para ayudar al prójimo en su última hora 328 Si los nuestros no son letrados y doctos no podrán ayudar a los moribundos en sus necesidades 329 El tiempo es precioso: practiquemos el bien mientras tenemos tiempo 330 Hay que hacer buenas obras para prepararse a la muerte y conseguir la vida eterna 331 He renunciado al oficio de General para no mandar más 332 Esta Orden la ha hecho Dios y no yo, que soy un tizón del infierno 333 El fundador de la Orden es Dios, yo no soy más que un vil instrumento 334 Hay que ser agradecidos a nuestros bienhechores y orar por ellos 335 No quiero que murmuréis del prójimo ni hagáis juicios temerarios 336 Por agradecimiento a Dios, que tanto nos ha amado, no debemos cometer ni un pecado venial 337 Si queréis agradar a Dios, debéis manteneros en la santa pobreza evangélica 338 No estamos en extrema necesidad, aunque somos religiosos pobres 339 He renunciado al oficio de General para dar ejemplo de obediencia a mis hijos 340 No quiero que le quitéis la fama al prójimo 341 Dad a Dios gloria y alabanza, a los superiores honor y obediencia, y a los bienhechores gratitud y gracia 342 Hermano, examínate a ti mismo, no titubees de acá para allá, observa el fiel de la balanza y verás que faltas en muchas cosas 343 No hagáis otra cosa que lo que dicta la justicia 344 Quiero que se dé a cada uno lo que se debe 345 Por amor a Dios no temáis enfrentaros con las enfermedades contagiosas 346 Los callos de los pies me hacen caminar sobre espinas 347 Los callos de los pies constituyen uno de los más acerbos tormentos de mi cuerpo 348 Los callos de los pies son caricias que me hace Dios 349 Yo por amor a Dios no me preocupo de esta llaga mía 350 Por Dios y por la Orden soportaré lo que sea necesario 351 Dad ese hábito nuevo a quien lo necesite, yo estoy bien con el viejo 352 Tratadme igual que a los demás religiosos: llevaos esas olivas y poned un trozo de pan 353 La castidad es como un vestido tan blanco que la menor mota puede mancharla 354 El buen religioso, cuanto menos halagos busca del mundo más complace al Creador 355 Guardad la castidad con exquisitez 356 He renunciado al oficio de General para obedecer a los superiores y someterme a la voluntad de los demás y no a la mía 357 La humildad es el fundamento de la espiritualidad 358 Si Dios no me hubiese tenido de su mano, hubiese sido el peor de todos los hombres 359 Soy un gran pecador 360 Soy el servidor de todos; el hombre más pequeño y despreciable del mundo 361 He renunciado al oficio de General para poder servir a los Padres y Hermanos con mayor afecto 362 Acudid rápidamente a las casas de los enfermos más pobres y desamparados, para visitarlos y asistirlos en peligro de muerte 363 He sido un soldado de los más desafortunados que existen 364 No merezco que me sostenga la tierra 365 ¡Señoras, qué es eso de besarme la mano! ¡Cuidado con cometer tal error! Soy un pecador 366 ¿Qué creéis que soy? Soy un soldaducho, un mísero pecador 367 Soy un tizón del infierno, un monstruo 368 Soy un gran pecador, un tizón del infierno 369 Enfermos, mandadme lo que queráis; os obedeceré porque soy no sólo vuestro siervo, sino que me he convertido en vuestro esclavo 370 La humildad es el fundamento de todas las virtudes 371 Entre todos los hombres yo soy la hez del mundo 372 Hermanos, estableced el fundamento de la Orden en la humildad y la caridad 373 El religioso debe vestir remiendo sobre remiendo, pero limpio 374 Soy un hombre que no tiene ningún valor 375 Hagamos el bien ahora, que Dios nos lo hará a nosotros 376 Siempre es bueno hacer el bien 377 Sólo el Santísimo Sacramento te puede dar la salud 378 Quiero aprender con los hechos, lo que con palabras he predicado tantas veces sobre la obediencia 379 Obedeced cualquier mínima norma de nuestra Regla, y las buenas usanzas de nuestra Orden 380 El mérito de la obediencia es muy grande 381 Observad "ad unguem" las normas de nuestra Orden 382 El Señor Dios me ha concedido la particular gracia de observar todos mis santos votos 383 La obediencia es la verdadera puerta de la Orden 384 Si el diablo os sugiere un mal pensamiento: cerrad la puerta del corazón, no le dejéis entrar, escupidle a la cara sin contemplaciones 385 Al ir de viaje observad el tiempo dedicado al silencio, como cuando estáis en casa 386 La castidad no se puede ponderar como se merece porque es una virtud de ángeles; es necesario avanzar en ella con santa discreción 387 En la castidad hay que ser escrupuloso, aún en lo mínimo, para conservarla 388 Huid de cualquier mínima ocasión que pueda manchar la castidad 389 Las tentaciones contra la castidad se vencen huyendo 390 La castidad es una virtud angelical; no se puede explicar con palabras cuánto place a Dios 391 Para vencer las tentaciones contra la castidad: trazad la cruz sobre vuestro corazón e invocad los nombres de Jesús y María 392 Huye de las tentaciones con mayor prontitud que de un carbón encendido sobre el pecho 393 Aleja el más mínimo mal pensamiento con la misma prontitud que huyes del veneno de una serpiente 394 Huye de cualquier ocasión que pueda manchar la conciencia 395 La limpieza de corazón hace a los hombres semejantes a los ángeles 396 Mantened la limpieza de corazón 397 Rechaza las tentaciones como un hierro candente en la carne viva 398 Hay que huir de cualquier mínima ocasión de pecado 399 Quien no huye de las tentaciones leves, fácilmente cae en las graves 400 Por un clavo se pierde la herradura, por la herradura el caballo y por el caballo el caballero 401 Guardad la castidad, es el segundo voto que habéis hecho a Dios 402 Observad la castidad sin la más mínima concesión 403 A los religiosos, como pobres que son, cualquier cosa les va bien 404 No es el buen vestido sino las buenas obras las que hacen al buen religioso 405 No soporto que los religiosos tengan en las habitaciones cosas superfluas 406 Hermanos, sigamos las huellas de Cristo en su pobreza evangélica 407 Los pobres son Jesucristo pobre 408 Huid de todo deseo de poseer 409 Quiero que todos tengáis hilo y aguja para remendar 410 El hospital es mi viña, mi jardín 411 La pobreza es mi madre 412 Hermanos, cuando carecemos de algo saboreamos el fruto de la pobreza 413 Mientras viva me preocuparé de animaros a la caridad con los pobres enfermos 414 Dios que favorece a las Órdenes con preciosos carismas, a nosotros nos ha otorgado la mejor parte: la caridad 415 Deseo morir con la palabra caridad en los labios 416 Llamados por Dios a esta Orden que practica la caridad, no debemos envidiar a ninguna otra Orden de las que existen en el mundo 417 El hospital es mi Edén 418 Los hospitales son mi delicia 419 Los hospitales son nuestras nuevas indias [misiones] 420 Los hospitales son parterres olorosos 421 El hospital es nuestro paraíso terrestre 422 El hospital es el paraíso de mi descanso 423 El hospital es un parque donde se huele un agradable perfume 424 Los enfermos son mis amos y yo su esclavo 425 Quien no tiene caridad es como un soldado sin armas 426 He renunciado al oficio de General por mayor humildad 427 No dejaría de servir a los enfermos, aunque poseyera cien mil escudos 428 Hagamos el bien, que iremos al paraíso 429 Si te echan del hospital por la puerta, trata de entrar por la ventana 430 En el día del juicio se nos pedirá cuenta exacta de cómo hemos servido a los enfermos 431 Vivid cristianamente, dejando el pecado, recibiendo los sacramentos y reverenciando y amando a Dios 432 El hospital es una viña por cultivar, aún no la conozco suficientemente 433 He recibido ayudas de mi Santísima Madre que nunca hubiese creído ni esperado 434 Si un religioso enferma, antes de consentir que le falte nada, si es preciso se deben empeñar hasta los vasos sagrados 435 Sed buenos soldados de la milicia de Cristo y luchad con valor 436 De buena gana moriría en medio de la calle por amor a Dios y a los pobres 437 Yo no he hecho jamás algo bueno 438 Todo lo que haces por los enfermos, hazlo con espíritu de caridad 439 Enfermeras, vosotras, cumpliendo con estas obras, no debéis envidiar ni a la misma Reina 440 Lo mismo que los comerciantes hablan siempre de sus intereses, nosotros debemos hablar siempre de las obras de misericordia 441 Los religiosos están obligados a ser todos iguales 442 Los enfermos son mis Señores, mis Cristos 443 Dad a los pobres que Dios os dará a vosotros 444 Con el olor del hospital todo mi ser se siente recreado 445 Servid, consolad y cuidad a los enfermos sin distinción de personas; así lo quiere Dios 446 Donde no hay humildad no hay ninguna otra virtud 447 ¿Que mi bonete está remendado?...Yo soy viejo y todo va bien para los viejos 448 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, porque os ha tocado en suerte el alimento más nutritivo: la caridad para con los enfermos; porque alcanzaréis el cielo 449 Esta llave de mi habitación en el hospital es la prueba de que, de todo corazón y con todo mi anhelo, estoy con los enfermos 450 Esta llave de mi habitación en el hospital es la señal de mi gran amistad con los pobres enfermos 451 Esta llave de mi habitación en el hospital me abrirá el cielo 452 Los pobres enfermos son mis señores absolutos 453 Nos tenemos que avergonzar de llevar nuestro nombre [de Ministros de los Enfermos], si no estamos y vivimos al servicio de los enfermos 454 Tenemos que cuidar a los enfermos como a nuestros reyes y señores 455 Todos nosotros nos debemos a los enfermos 456 El bien se expande por sí mismo 457 La caridad bien hecha y con buen ánimo: persuade, conquista, permanece 458 ¡Más alma en las manos! ¡Más alma! 459 ¡Más corazón! ¡Más afecto materno! 460 Quisiera tener cien manos y mil vidas, para dedicarlos a los enfermos 461¿Qué gozo y honor mayores pueden existir, que presentarme ante el rostro de Dios con los guantes de oro de la caridad? 462 No me queda más que hacer que llenar mi costal de buenas obras y así prepararme para morir 463 La caridad es la medida en la que se manifiestan todas las demás virtudes 464 El hospital es nuestra casa, nuestra verdadera y auténtica morada 465 Hermanos, que no os sorprenda el sueño ni os venza el cansancio cuando os llegue la última llamada de un alma 466 Si un hombre está muriendo, aunque caigan truenos y saetas del cielo, un Ministro de los Enfermos puede y debe correr a asistirlo 467 ¡A la caridad con la caridad! 468 No existe en la vida nada más grande y comprometido que el momento de la muerte 469 Hermanos míos, que no os desarme la guerra que os hace y os hará de continuo el diablo 470 Practicando la caridad uno no se equivoca nunca 471 Dios es más generoso en devolver que nosotros en dar 472 No temáis y sed generosos, porque Dios es fiel y no faltará a su promesa: 'Dad y recibiréis' 473 Me maravillo de que creas que Camilo puede meter mano a los ladrones. Basta con saber que este ha repuesto cada cosa en su lugar y me ha prometido no volver a hacerlo 474 Te ayudo con gusto, por amor a Dios, no por tus títulos y dineros perdidos 475 Tu título más hermoso es el de cristiano, el de hijo de Dios. Y como pobre, el de ser otro Cristo. ¿Qué más puedes desear? 476 La caridad no tiene tiempo libre ni respiro 477 Nadie tiene más derecho que yo, por ser sacerdote, de ocuparse de estos quehaceres, ya que estoy consagrado a servir el cuerpo de Cristo 478 Por amor a Cristo, por su servicio y el de sus miembros enfermos, yo caminaría día y noche; por cualquier otro motivo no daría ni un paso 479 Hermanos, la fórmula de caridad que os propongo es el alma del instituto 480 La caridad nos proporciona todas las bendiciones de Dios, incluso al mismo Dios 481 La Orden se merecerá el derecho a existir por el sacrificio de sus religiosos 482 Nadie creerá en nuestra caridad, si no damos la vida por ella 483 No temáis, Dios es fiel 484 Curad plenamente, evangélicamente; según los términos en que se nos pedirán cuentas en el último día 485 Curando a los enfermos predicáis el Evangelio 486 Las cargas se acomodan caminando 487 Si el enfermo es Cristo, no hay acción alguna exigida por la necesidad de los enfermos que mortifique o humille; servir a Dios es reinar 488 Quien pretende que Dios le pague, no es un hijo sino un siervo 489 Debemos, no sólo servir a los enfermos, sino estar dispuestos a morir por ellos 490 Por la entrañas de Nuestro Señor Jesucristo, que nadie se atreva a cambiar el modo de servir corporal y espiritualmente a los enfermos; continuad como hemos hecho hasta ahora 491 No me gusta la piedad que trepa, por la contemplación y el éxtasis, a las ramas de los árboles; ignorando y olvidando los deberes fundamentales de la caridad 492 Si un enfermo te requiere, corre hacia él; es Jesús mismo que te llama en la persona de quien sufre y muere 493 ¿Se puede ser tan loco, que se dé más crédito a la mentira, a la injusticia y al odio, que a la verdad, la justicia y la caridad? 494 La misericordia de Dios es infinita, y yo lo espero todo de ella 495 La misericordia divina, con milagro patente, ha hecho de mí un instrumento de su misericordia 496 Una sola gota de la sangre de Cristo basta para borrar todos los pecados 497 Pobre de mí si no tuviese en el cielo una Madre tan tierna: María 498 Los cuerpos de los enfermos son templo santo de Dios 499 En el enfermo hay que amar la sagrada humanidad de Cristo 500 Hermanos, purificaos ya que manejáis los vasos sagrados del Señor: los cuerpos de los enfermos 501 Este hábito es viejo, pero también yo soy viejo y a los viejos cualquier cosa les basta 502 Con la obediencia se posee la llave del huerto 503 Poco esfuerzo es, hermanos míos, hacer voto de pobreza a condición de que no falte nada 504 Los enfermos siempre tienen razón 505 La oración más agradable a Dios es practicar la caridad 506 La oración os debe hacer ágiles y veloces en el servicio a los enfermos 507 No soporto hombres lentos, como hechos de plomo, con la excusa de que poseen espíritu de oración 508 Todo acto de caridad es oración que alcanza el corazón mismo de Dios 509 Sumergíos en la piedad de la caridad 510 La caridad es nuestra razón y modo de ser; o somos caridad o no somos nada 511 Ningún ministerio nos une más a Dios que la caridad con los enfermos 512 Atención, no os equivoquéis: yo no soy lo que creéis, ni puedo hacer lo que pensáis. Soy un tizón del infierno 513 Deseo y quiero morir repitiendo: "¡Caridad, caridad!". Otra cosa no sé hacer. Otra cosa no sé decir 514 A Dios, en la caridad 515 Los centros asistenciales benéficos suelen estar asociados, pues todos tienden a la caridad 516 El Señor Dios te guarde 517 La santa pobreza contribuirá a conservar la Orden en el espíritu y la piedad 518 En común sólo podemos poseer, como estable, la casa en que habitamos 519 Nadie poseerá cosa alguna propia, todo será común 520 Nadie se atreva a poseer dinero, excepto el Superior y el administrador 521 Vivimos de limosnas 522 Cada mes se hará para todos, por un Padre espiritual, una exhortación que invite a observar nuestras reglas 523 Se puede dejar la Misa sólo ante una ocupación importante que, en ese momento, se estime más grata al Señor 524 Que las reuniones comunitarias no dejen los hospitales sin presencia alguna de los nuestros 525 Cada ocho días hágase reunión para tratar sobre las necesidades de los enfermos 526 La Orden está obligada a cuidar a los apestados, por parte de los sacerdotes y de los laicos 527 Cada uno considere al otro como si fuese su superior 528 Hay que leer libros que ayuden a los religiosos a ser instruidos en el cuidar y acompañar a los enfermos en sus necesidades 529 Cuando a uno le dan de comer fuera de casa debe comer lo que le ponen delante, aunque sea día de ayuno y abstinencia 530 Que nadie intervenga en los asuntos confiados a otro sin permiso 531 Que nadie se enoje con otro, ni le muestre cara de enfado 532 Entre nosotros no existen penitencias obligatorias 533 Si alguien tiene que corregir a otro, hágalo con caridad, humildad y mansedumbre; demostrando compasión 534 Que nadie se ocupe, sin permiso, de asuntos de otros aunque sean buenos; para poder dedicarse totalmente al servicio de los enfermos 535 Pedid al Señor que os dé la gracia de un afecto materno hacia el prójimo, para que podáis servirlo con total caridad tanto en el alma como en el cuerpo 536 Nuestro carisma consiste en atender a todos los enfermos con el mismo cariño que pone una tierna madre en cuidar a su único hijo enfermo 537 La preocupación por las cosas temporales es un obstáculo al Espíritu y a la caridad para con el prójimo 538 Acompañad a los médicos en su visita, para estar informados de las prescripciones útiles en el servicio a los enfermos 539 A la hora de la comida cuidaos de los enfermos más graves, procurando con diligencia que se alimenten 540 Si algún enfermo no ha comido suficiente, hay que avisar al enfermero o responsable 541 La caridad con los enfermos se ejercerá según nos inspire el Espíritu Santo 542 Mientras los enfermos comen tratad de animarlos a alimentarse, con caridad y palabras amables 543 En el servicio a las necesidades del enfermo, todo se hará con su beneplácito 544 Al aplicar las curas comenzad por los [enfermos] más graves, por los más necesitados 545 Al dar la comida o las medicinas a los enfermos, recordadles pensamientos de ánimo y paciencia 546 Esforzaos en enseñar más con obras que con palabras 547 Manteneos afables con todos los que trabajan en los hospitales 548 Las camas [de los enfermos] hacedlas con diligencia y caridad; cambiando la lencería y la ropa personal cuando sea necesario 549 Si los enfermos necesitan ser levantados en brazos, hágase son la mayor caridad posible 550 Al levantar a los enfermos procurad: no moverlos en exceso, cubrirlos de inmediato, mantenerlos con la cabeza levantada y que no cojan frío 551 Haced las camas a los moribundos sin levantarlos, con diligencia para no fatigarlos 552 Emplead la mayor diligencia posible en ayudar a bien morir a los enfermos desahuciados por la medicina, o que están en agonía 553 Durante las guardias: prestad atención a los más graves, visitadlos con frecuencia, dadles los cuidados prescritos y proporcionadles todo lo necesario 554 Las guardias, día y noche, realizadlas con la mayor caridad y diligencia posible 555 En las guardias, estad atentos a las necesidades espirituales; que nadie muera sin recibir el Óleo Santo 556 Si un enfermo necesita algo, ponte inmediatamente a asistirlo; aunque no sea de tu servicio 557 A quien se le encarga un servicio concreto a los enfermos, procure cumplirlo con toda la caridad y diligencia posibles 558 En las tareas en común cada uno cumpla su parte y no deje de hacerla 559 Los que realizan un servicio, si ven que falta alguien que no murmuren; que piensen que está haciendo otra tarea 560 Mirad al pobre enfermo como a la persona del Señor 561 Nadie debe maltratar a los enfermos con comportamientos inadecuados: ni con palabras inoportunas ni con actitudes indebidas 562 Tratad a los enfermos con mansedumbre y caridad 563 Estad atentos a proporcionar adecuados consejos, para bien morir, a quienes están cercanos a la muerte 564 Todo el tiempo que os sobre de la tarea habitual, empleadlo en otros servicios que necesiten los pobres enfermos en el cuerpo o en el espíritu 565 Si un enfermo necesita ayuda del capellán, avísalo inmediatamente; con consentimiento del interesado 566 Procurad que los enfermos estén bien dispuestos cuando vayan a comulgar 567 Estad continuamente al lado de quien está próximo a morir y procuradle pensamientos espirituales 568 Nadie aconseje a ningún enfermo dejar cosa alguna a nuestra Orden 569 Si algún enfermo del hospital deja algo a la Orden, aunque sea con testamento, entréguese al hospital donde muere 570 Cada uno procure conocer las reglas de memoria; al menos en lo esencial 571 De la observancia de las reglas depende todo el bien de la Orden 572 Cuando un religioso enferme, úsense todos los medios necesarios y que elija dónde quiere estar, si en casa o en el hospital 573 En la enfermedad da buen ejemplo de paciencia y humildad 574 Las tareas de los nuestros estén de tal modo repartidas que no impidan el provecho espiritual 575 El Señor nos encomienda los pobres para que les hagamos el bien 576 Esforcémonos en caminar por la vía de los preceptos del Señor 577 Lo más sorprendente es que Dios se haya servido de mí, gran pecador que merecería mil infiernos, para crear esta nueva Orden 578 Sé amigo de los pobres y da en abundancia en estos tiempos de necesidad, ya que tienes más que suficiente 579 Que el Señor te bendiga para siempre 580 El servicio a los enfermos es el mejor medio para adquirir la perla preciosa de la caridad 581 La caridad nos transforma en Dios y nos limpia de toda mancha de pecado 582 El día de Todos los Santos daremos comienzo a la Asociación de Seglares 583 Confío en que la Asociación de Seglares dará mucha gloria a Dios y será de gran utilidad para la Orden 584 Donde no reina la castidad se abre la puerta a la entrada de otros muchos vicios 585 Nos encomendamos al Señor que nos ayudará en el crecimiento de esta planta 586 Que el Señor te haga santo a ti y también a mí 587 El Señor me conceda la gracia de perseverar 588 El Señor quiere dar viento a la vela de ésta su barquita [la Orden] 589 Que el Señor te bendiga y te haga santo 590 El Señor nos mostrará lo que debemos hacer 591 Bienaventurados los institutos donde reina y florece la virtud de la castidad 592 El Señor da su gracia a aquellos que luchan con diligencia y vigor 593 Quien posee la virtud de la castidad, poseerá también las demás virtudes 594 Salud en Aquel que es nuestra verdadera Salud 595 De todo corazón y con sincero afecto, en Cristo Jesús, os hacemos partícipes de todas nuestras buenas obras 596 Rogamos a Dios para que os ciña con la corona de la gloria en la otra vida 597 Rogamos a Dios para que os colme de toda bendición y gracia en esta vida 598 Nuestro carisma consiste en servir a los pobres enfermos de los hospitales en lo corporal y en lo espiritual, en recomendar las almas de los moribundos de la ciudad y en cuidar a los infecciosos; todo ello por profesión de voto solemne 599 Al que sirve a los enfermos, el Señor le concede abundante gracia en esta vida y la gloria eterna en la otra 600 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, si sabemos apreciar el gran don de nuestro carisma 601 Hermanos, cuando no estoy con vosotros siempre estáis presentes en mis indignas oraciones 602 Hermanos, dentro de la Orden tenemos que alcanzar la amistad del Señor para siempre 603 La Escritura no trata de otra cosa, si no de socorrer y ayudar al prójimo con las obras de caridad corporales y espirituales 604 La voluntad de Dios es que esta planta se extienda por muchas partes para ayudar a miles de almas 605 De cualquier acontecimiento saquemos fruto 606 El Señor no mira tanto las obras como la disposición del corazón 607 El siervo fiel es el que sabe navegar cuando hay tempestad y escollos en el mar, y peligra la barca 608 Nadie será coronado, sino quien ha combatido valientemente por amor al Señor 609 No aprovechar bien el tiempo es una ingratitud hacia el Señor 610 Que el Señor os bendiga y os haga perfectos servidores suyos 611 El Señor te dé la paz 612 El Señor nos haga caminar en la real verdad 613 Saludos a la Sra. Julia y a la Sra. Diana y a sus hermanas 614 Hágase la voluntad de Dios; haz lo que el Señor te inspira 615 Por nuestra pobreza, sólo disponemos de bienes espirituales 616 Hermano, sé el primero en dar buen ejemplo 617 Intenta portarte bien 618 Saludad a todos los amigos 619 Todos, Padres y Hermanos, clérigos y laicos, profesos y novicios tenemos que servir a los enfermos en lo corporal y en lo espiritual 620 Emplea tu talento en ayudar al progreso de esta viña del Señor, la Orden 621 Atended al servicio de los enfermos; para nosotros es más importante que confesar y predicar en las iglesias 622 Si no se sirve bien en los hospitales, no caminaremos correctamente, no seremos creíbles y no aumentarán las vocaciones 623 El religioso debe tener lo necesario; para poder dar mayor gloria de Dios y ser de utilidad al prójimo 624 El religioso no debe ir tras las comodidades superfluas 625 Ruego a nuestro Señor Dios por tu felicidad 626 Que el Señor te conceda toda felicidad 627 Estemos atentos a la perfección y la vida espiritual, a la paz y unión entre todos 628 Busquemos la santidad de vida 629 Saludos a los padres y hermanos y a todos nuestros bienhechores y bienhechoras 630 Sé fiel al Señor y buen pastor de sus ovejas 631 Feliz quien esté preparado cuando llegue la muerte; todo lo demás es pura vanidad 632 Haz servir la inteligencia que el Señor te ha dado 633 El camino del cielo está en cumplir los mandamientos, alejarse de todo pecado mortal y practicar las obras de misericordia con el prójimo 634 No te dejes seducir por el diablo con sus engaños 635 No te olvides de ti; haz el bien para ti ahora que tienes tiempo 636 Haz frecuentes y cuantiosos donativos. Que no te domine la avaricia 637 No hay que dejarse confundir por los asuntos de este mundo engañoso 638 Que Dios te bendiga a ti y a toda tu casa; saluda a cada uno de mi parte: a tu mujer y a todos 639 Que los bienes que tienes te sirvan para alcanzar el cielo, ya que no te llevarás ni un céntimo de aquí 640 Todo lo que des a los pobres por amor a Dios será tuyo, y no lo que dejes en este mundo 641 Todo el infierno envidia la gran obra de caridad que nuestra Orden hace con los pobres 642 Sé prudente y que sepas negociar 643 El Señor te bendiga; reza por mí como hago yo siempre por ti 644 Me encomiendo a Usted y a nuestras bienhechoras 645 Ejercer el ministerio espiritual sin el corporal es ir contra las Bulas 646 Si alguno de los religiosos enferma y hay que trasladarlo, hágase sin reparar en gastos 647 Hermanos, avanzad continuamente y con diligencia en el fervor de la caridad para con los pobres enfermos; recibiréis tal premio que tendréis por bien empleadas las fatigas y trabajos realizados 648 Los enfermos han sido encomendados de un modo especial a nuestro cuidado, por el Señor 649 Que el Señor os dé todo aumento de virtud 650 Si cada día empleáramos mil vidas en servir al Señor, no corresponderíamos ni una mínima parte a la obligación que tenemos con Él 651 Que el Señor os haga felices 652 Ejerce bien tu oficio, con toda diligencia y caridad 653 Saludo a todos en el Señor y en especial a nuestros bienhechores y bienhechoras 654 No os alejéis de las instrucciones que os doy 655 Hermanos, nuestro principal fin es la gloria de Nuestro Señor 656 Si alguien de los nuestros enferma cuídenlo los otros con toda diligencia, y no se repare en gasto alguno necesario para su curación 657 Que el Señor os guíe y conserve en su santa gracia 658 A los enfermos se les sirve, en todo lo que necesiten, con el amor y la sencillez que exige nuestro ministerio 659 Visitad con frecuencia a los enfermos más delicados 660 Tratad a los enfermos con palabras suaves y sencillas, sin levantar demasiado la voz 661 Cuando se esté muy fatigado [en el servicio a los enfermos] es lícito sentarse durante un tiempo 662 No es lícito estar todos juntos durante el trabajo con los enfermos, a no ser para advertir algo sobre los mismos 663 Cada uno cuidará de no dormirse durante la guardia 664 En la visita a los enfermos hay que informar al médico de lo ocurrido y seguir sus instrucciones 665 Terminada la guardia el enfermero dará cuenta de todo lo ocurrido a los enfermos 666 Si un enfermo llama y no está su encargado, cualquiera debe atenderlo inmediatamente 667 Al hacer la cama procurad que los enfermos no se enfríen 668 Antes de meter a alguien en la cama hay que calentarla 669 Si un colchón está mojado se debe cambiar inmediatamente 670 Cuando un enfermo necesita algo de comer lo puede pedir a quien se ocupa de él 671 El carisma obliga a que todo servicio, espiritual o corporal, se haga con el mayor amor y solicitud posibles 672 El servicio completo a los enfermos, día y noche, da gloria a Dios 673 El servicio completo a los enfermos, día y noche, proporciona a cada uno gran provecho espiritual 674 El servicio completo a los enfermos, día y noche, nos da tranquilidad de conciencia en el cumplimiento de nuestro cuarto voto 675 El servicio completo a los enfermos, día y noche, logra la salvación de muchos centenares de miles de almas, al disponer de más tiempo para atenderlos espiritualmente 676 El servicio completo a los enfermos, día y noche, les proporciona mayor atención en lo corporal por disponer de más tiempo 677 El servicio completo a los enfermos, día y noche, mantiene la salud corporal de quienes sirven, por el mucho ejercicio que supone 678 El servicio completo a los enfermos, día y noche, ayuda a quienes sanan a cambiar de vida 679 El servicio completo a los enfermos, día y noche, ofrece buen ejemplo y edificación al mundo 680 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, ayuda a la Orden a la manutención de sus miembros 681 El servicio completo a los enfermos, día y noche, nos proporciona donativos 682 El servicio completo a los enfermos, día y noche, favorece nuestra presencia en las ciudades 683 El servicio completo a los enfermos, día y noche, ayuda al desarrollo de la Orden 684 El servicio completo a los enfermos, día y noche, aumenta las vocaciones 685 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, ayuda a tener vocaciones entre los que viven en el hospital 686 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, ahorra muchos gastos 687 El servicio completo a los enfermos, día y noche, da tranquilidad a nuestras casas para atender otros asuntos 688 El servicio completo a los enfermos, día y noche, prueba a los candidatos antes de pedir el hábito religioso 689 El servicio completo a los enfermos, día y noche, verifica la perfección y santidad de los religiosos profesos 690 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, evita algunos inconvenientes respecto al culto al Señor 691 El servicio completo a los enfermos, día y noche, consigue la recuperación de la salud corporal y espiritual de muchos 692 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, es de gran ayuda para los encargados 693 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, favorece a la Orden en el cuidado de los nuestros cuando están enfermos 694 El servicio completo a los enfermos, día y noche, facilita la apertura de nuevas casas y la benevolencia de los ciudadanos 695 El servicio completo a los enfermos, día y noche, en los hospitales, posibilita que los nuestros puedan conversar con los trabajadores 696 El servicio completo a los enfermos, día y noche, consolida nuestro ministerio y garantiza que no nos desviemos 697 El servicio completo a los enfermos, día y noche, posibilita nuestra presencia en las ciudades pequeñas 698 El servicio completo a los enfermos, día y noche, hace que los responsables de los hospitales tengan necesidad de nosotros 699 El servicio completo a los enfermos, día y noche, ya que no nos dedicamos a predicar, tener coro, confesar en las iglesias ni enseñar, nos lleva a estar activos 700 El servicio completo a los enfermos, día y noche, nos lleva a ejercer nuestro ministerio del modo más perfecto posible 701 El servicio completo a los enfermos, día y noche, debemos realizarlo perfectamente; ya que no estamos obligados a una vida rigurosa de vigilias, ayunos, disciplinas, vestir de saco ni dormir sobre tablas 702 ¡Ay de nosotros si enterramos los talentos de la caridad y la misericordia! 703 Ay del religioso camilo que no camine por el camino real del servicio a los enfermos 704 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, si empleáis bien el talento que el Señor os ha dado trabajando en su santa viña del hospital 705 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, si servís con ardiente caridad y misericordia a los miembros de Cristo 706 Espero que el Señor me conceda la gracia de emplear los pocos días que me quedan en mi nido del santo hospital 707 Llegará la muerte, esta tarde, mañana, cuando Dios quiera 708 ¡Mi nido del santo hospital! 709 Bienaventurado quien está alerta 710 No hay tiempo para dormirse; busquemos santificarnos 711 No hay tiempo que perder, quien pueda salvarse que se salve 712 Te saludo y te expreso mi deseo de verte santo 713 Ay de los Ministros de los Enfermos que entierren los talentos de la caridad y la misericordia 714 Atended al cumplimiento de los Santos Mandamientos 715 Bienaventurado quien hace el bien mientras dispone de tiempo 716 Guardad mis palabras y sacad fruto 717 Hemos nacido y tenemos que morir; lo importante es morir en gracia de Dios 718 La verdadera riqueza no son los bienes heredados, sino huir del pecado y observar los mandamientos 719 Procura que los bienes que posees sean motivo de salvación y no de condenación 720 También tú tienes que morir. No vale decir: "Soy joven"; porque mueren más jóvenes que viejos 721 Cuídate de ser lo que tienes que ser: un buen cristiano 722 La muerte y la vida están en las manos del Señor 723 Sea por siempre bendito el Señor, por tantas gracias como de continuo nos concede 724 Tened preparada ropa para aquellos que llegan sin ella y desnudos 725 El servicio en el hospital nos lo debemos tomar muy a pecho 726 Es necesario un buen Enfermero Responsable; pues como se suele decir, uno vale por mil y mil no valen por uno 727 Pide con toda sencillez, y da las gracias tanto a los que te dan como a los que no 728 Qué importante es un enfermero bueno y competente 729 No hables de lo que no sabes 730 Sacerdotes y Hermanos participarán en las lecciones de teología moral 731 Los que lo necesiten [de entre los nuestros] comiencen a estudiar gramática 732 Fomentemos [entre nosotros] la enseñanza de casos de teología moral 733 Preocupémonos de la verdadera perfección y santidad, porque todo lo demás es mera vanidad y locura 734 Te deseo toda perfección y una vida santa y pura, el resto es mera vanidad y locura 735 Procurad que los pobres enfermos tengan vestidos y pijamas, y zapatillas los que no tienen otro calzado 736 Atendamos a santificarnos y amemos al Señor con todo el corazón 737 Que el Señor te conceda una larga y feliz vida 738 Estoy en mi reino cuando estoy en el hospital 739 El Señor te conceda la salud del alma y la santidad de vida 740 Hermano, el Señor te conceda progresar en este santo servicio, según nuestra vocación 741 Nuestro carisma consiste en servir con perfección a los pobres de los hospitales y a los que agonizan en sus domicilios 742 Acuérdate de tus obligaciones en ello te va la salud del alma 743 Cristo nos examinará cuidadosamente sobre nuestro servicio a los enfermos 744 Desead tener mil vidas para emplearlas en servir: a los pobres en los hospitales y a los moribundos en las casas particulares 745 El fin de nuestro carisma no es confesar en las iglesias ni llenarlas de confesonarios, eso es sólo un poco de corteza. ¡Pobre del que se prodigue en ello! 746 Hermano, no olvides lo que has prometido, con voto, a Dios creador del universo 747 Los superiores tienen que ser como los capitanes, deben estar en primera línea 748 Nuestro carisma es servir a los enfermos. ¡Ay de quien se desvíe de esta verdad! 749 Se debe hacer lo que se pueda para llegar donde se puede 750 Si uno de los nuestros hace milagros pero no tiene caridad, no lo creo en absoluto 751 Que el Señor nos conceda su santa gracia 752 Que nadie se vaya de su lugar de trabajo si antes no avisa a otro que lo supla, para que los enfermos no queden desatendidos 753 Durante la visita del médico, estad todos atentos para lo que se necesite en ese momento 754 Haced las camas con el compañero que os corresponda y de manera adecuada 755 Al que entra de guardia se le informa de lo que queda por hacer en el servicio 756 Nadie dé de comer a los enfermos algo que no tenga el beneplácito del médico 757 No se cambien los enfermos de una cama a otra sin consentimiento del enfermero 758 No se puede tomar nada de otro servicio sin permiso del enfermero 759 Al servir a los enfermos tened mucho cuidado en no hacer ruido, tanto al hablar como al caminar 760 Si algún enfermo se agrava y necesita el Óleo Santo, avísese al sacerdote de guardia 761 En verano hay que hidratar convenientemente a los enfermos 762 Durante la noche revísense frecuentemente las luces de todo el hospital 763 Al cambiar de turno se informa, a quienes entran, de los incidentes sucedidos 764 Dad a los enfermos, a su hora, la comida y los remedios prescritos por el médico 765 Colóquese una señal a la cabecera de los enfermos que padecen diarrea, hidropesía, vómitos o picaduras de insectos 766 Por la mañana infórmese detalladamente al médico de cuanto ha sucedido 767 Se debe tener cerrado el armario donde se guardan los remedios para los enfermos 768 Antes de la comida y la cena de los enfermos, lávenseles las manos; en invierno caliénteseles el agua 769 Cada enfermo cuando come tenga su mesa y su servilleta 770 Hay que preparar a los enfermos cuando van a recibir los Santos Sacramentos 771 Todos los días de precepto se avise a los enfermos para que se preparen a oír Misa 772 Estoy contento de que te hayas casado; lo que hace falta ahora es que guardes la fidelidad que has prometido (a su sobrino Alejandro) 773 Procura vivir como buen cristiano 774 Que el Señor te dé su santa gracia y te la conserve 775 El Señor provee en el presente y proveerá en el futuro 776 No te desanimes que el Señor cuida de sus siervos 777 Deseo verla santa, para que después de una larga vida pueda gozar del sumo bien que todos esperamos 778 Alcancemos la santidad de vida y luego, también, la gloria eterna 779 Caminemos todos con la integridad y la fidelidad que Dios quiere, no enterremos el talento que nos ha puesto en las manos 780 Esta Fundación es enaltecida por Cristo, con el ejemplo de su vida, al curar a los enfermos y sanar toda suerte de dolencia 781 Esta Fundación es muy necesaria para la cristiandad, es totalmente conforme al Santo Evangelio y se ajusta a la doctrina de Cristo 782 Esta Fundación ha sido realizada para gloria de Su Divina Majestad, y para beneficio espiritual y corporal de nuestro prójimo 783 Esta Fundación nuestra es un milagro patente 784 Cada uno se guarde de pretender desviar y alterar nuestro Santo Instituto; es un sacrilegio y ofensa a Dios 785 Dios es el dueño y puede hacer lo que le plazca, y todo está infinitamente bien hecho 786 Hermanos, de esta pobre planta se espera mucha gloria para Dios 787 La mayor gloria de Dios es hacer maravillas sirviéndose de una nulidad como yo 788 El diablo no ha cesado, cesa ni cesará de intentar que la [Orden] sea destruida, anulada y maltratada de un modo o de otro 789 Exhorto a todos, presente y futuros, a 'non plus sapere quam opportet sapere' y caminar según las bulas aprobadas 790 Debemos mantener la pureza de nuestra pobreza con total y fiel cuidado, y con vigor 791 Exhorto a todos a ser defensores del voto de pobreza, y a no consentir que sea mínimamente alterado 792 Nuestra Orden subsistirá en tanto la pobreza se observe 'ad unguem' 793 No hay que dejarse engañar por el diablo, pensando que no se puede vivir sólo de limosnas 794 Con la gracia del Señor no nos faltará lo necesario 795 Nuestra Orden ejerce una caridad tan grande, que el prójimo aún teniendo sólo un pan lo repartirá a medias con nosotros 796 Si cumplimos con nuestro deber tendremos dinero hasta para tirar 797 No hay que fijarse en las otras Órdenes, que no caminan por nuestra senda, porque su ministerio no es común [a Padres y Hermanos] como el nuestro 798 Nuestro ministerio es común y el nombre de Ministros de los Enfermos incluye a todos: Padres y Hermanos 799 Que nadie se atreva a quitar a los Hermanos lo que la Santa Sede les ha concedido 800 Deseo que se funde no sólo en las ciudades grandes o medianas, sino también en las poblaciones pequeñas 801 Exhorto a todos a caminar por la senda del Espíritu, si queremos estar seguros de nuestra salvación 802 Los cómodos y poco entregados destrozan la Orden 803 No quiero que se asuma nunca sólo la asistencia espiritual, sin la corporal 804 Nuestro Instituto reclama hombres perfectos que sepan cumplir la voluntad de Dios 805 El Señor inspire en las mentes de todos, Padres y Hermanos, presentes y futuros, aquello que es para gloria suya 806 Apenas se sepa mi muerte, espero que me aplicarán algunos sufragios más de oraciones y misas pues lo necesito más que otros 807 Envío mil bendiciones a los presentes y a los futuros que, hasta el fin del mundo, serán miembros de esta Orden 808 De parte de Nuestro Señor te mando un millón de bendiciones 809 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, si sentís entusiasmo por vuestro carisma 810 Te encomiendo nuestro Santo Instituto 811 Confío en Dios, que me va a perdonar aunque todas mis confesiones hubiesen sido inválidas 812 Dios puede salvarme sin los sacramentos 813 Me arrepiento desde lo más profundo del alma de haber ofendido a su Divina Majestad 814 Entrego mi cuerpo terreno a la misma tierra de donde procede 815 Preferiría estar muerto que ofender a Dios con un pecado mínimo 816 Ruego a Dios que exija cuentas de mis pecados al diablo que me ha tentado 817 Acepto la divina voluntad cuando sea el momento de dejar este mundo 818 Anhelo cambiar esta incierta vida terrena por la certeza del paraíso, las realidades transitorias por las eternas 819 Anhelo cambiar los deleites mundanos por la gloria del cielo, las vanas esperanzas ilusorias por la seguridad de la salud eterna 820 Concedo el perdón, de todo corazón, a quien me haya injuriado u ofendido, como deseo que Su Divina Majestad haga conmigo 821 Confieso que soportaré con paciencia cualquier adversidad por amor a Dios 822 Deseo los bienes eternos y elijo cambiar todos los amigos por la dulzura de los ángeles, todos los parientes por la compañía de los santos y todas las curiosidades mundanas por la visión del rostro de Dios 823 Entrego al mundo todas las pompas, todas las realidades pasajeras, los placeres mundanos, las esperanzas ilusorias, las cosas, los amigos, los parientes y las vanidades 824 Entrego mi alma y todas sus potencias a mi amado Jesús y a su Santísima Madre 825 Espero salvarme, no por mis méritos, sino por los méritos de la Sangre de Cristo 826 Me arrepiento, desde lo más profundo de mi alma, de todos los pecados que no recuerdo 827 Pido perdón a quienes haya injuriado u ofendido de cualquier modo que sea 828 Declaro a la Virgen María mi Protectora y Abogada 829 Me entrego a Jesús, para que me reciba como al hijo pródigo, y me perdone como a la Magdalena, y me acepte como al buen ladrón 830 Me reconozco en deuda con Dios, pues todo lo que hay en mí es por gracia de Dios y no por mérito mío 831 Pongo mi voluntad en manos de María Virgen, Madre de Dios Omnipotente 832 Pretendo no querer otra cosa que lo que quiera la Reina de los Ángeles 833 Ruego a la Virgen María que, por su clemencia, se digne admitirme bajo su amparo y protección 834 Señor, me doy, me ofrezco y me consagro todo a Vos 835 Señor, os agradezco tantas ayudas, inspiraciones y favores como me habéis concedido y, sobre todo, los sacramentos 836 Me entrego, en alma y cuerpo, a Jesucristo crucificado 837 ¡Ay mísero e infeliz de mí; qué ceguera la mía, no hacer conocido antes a mi Señor! 838 ¡Perdona, Señor, perdona a este gran pecador! 839 ¿Por qué no habré gastado toda mi vida en servir a mi Señor? 840 Que el Señor me ilumine sobre lo que tengo que hacer para su servicio y para salud de mi alma 841 Señor, dame tiempo para hacer penitencia 842 Señor, dame tiempo para poder sacar tanta agua de mis ojos cuanta haga falta para lavar las manchas y torpezas de mis pecados 843 Señor. ¡No más mundo! ¡No más mundo! 844 Reconozco, Señor, que mi vida disoluta no merece ni siquiera encontrar un lugar tranquilo para llorar 845 Señor, quizás quieras que vaya trajinado por el mundo buscando el perdón, tanto como anduve gastándome en vanidad 846 Ya que Dios no me ha querido capuchino ni en este estado de penitencia, en que tanto he deseado vivir y morir, señal de que me quiere aquí al servicio de estos pobres enfermos 847 La fundación de esta 'plantita' [Orden] me ha costado muchas lágrimas y noches enteras de oración 848 La enfermedad propia nos hará buenos maestros en el padecer; así serviremos con mayor caridad y compasión al prójimo enfermo 849 Hermanos, para imitar a Jesucristo en su santa humildad, nos alegramos de poder ser llamados Ministros de los Enfermos 850 Nuestra Orden lleva la Cruz al lado derecho para que se pueda ver mejor; es como una espada cortante y arma ofensiva, para vencer y desterrar el mal 851 Los hospitales son nuestras preciosas indias [misiones] y nuestro hermoso Japón 852 Monseñor, le ruego que no me entretenga más, por el amor de Dios; pues se me pasa la hora de dar este remedio que llevo a un enfermo 853 Monseñor, si por que se niega a darme [trigo] mis pobres mueren de hambre, protesto y me disculpo delante de Dios y os cito ante el tribunal de Cristo al que daréis estrechísima cuenta 854 Hermanos, hay que dedicar un día a Marta y otro a [María] Magdalena 855 Los designios del Señor están ocultos; tal vez quiere que aprendamos muchas cosas a través de la experiencia 856 Como los labradores retiran las azadas viejas y gastadas, pido que me retiren a un rincón a reposar 857 Nolite timere, pusillus grex, vendrá tiempo en que esta pequeña familia [Orden] se esparcirá por todo el mundo 858 Nolite timere, pusillus grex, vendrá tiempo en que este ministerio santificará a muchos de los nuestros 859 Si pensamos en Dios y en sus pobres, Él pensará en nosotros 860 En nuestra Orden no sólo son necesarios sino convenientes toda clase de estudios de filosofía y teología 861 En nuestra Orden son necesarios hombres doctos en todas las ciencias para ayudar en los pueblos y las aldeas cercanos a las grandes ciudades 862 Hermanos, cuanto más doctos seáis mejor conoceréis la joya que tenéis entre las manos, más la amaréis y más la haréis crecer 863 Los nuestros al predicar las obras de piedad serán los primeros en verse obligados a ponerlas en práctica 864 Hermanos, los estudios, predicaciones y confesiones son necesarios en la Orden, pero no en sí, sino como medios para la perfecta consecución de nuestro fin 865 Espero dirigirme en todo y para todo a mis compañeros, y no fiarme más de mi propio sentimiento 866 En todas mis acciones no he tenido nunca otra mira que la gloria de Dios y la ayuda a los pobres 867 Los errores que he podido cometer no procedían de la mala voluntad, sino de no saber más 868 Me encomiendo a vuestras oraciones y sacrificios 869 Os pido perdón por cuantos errores he podido cometer durante el tiempo de mi pasado gobierno 870 Tened un poco de fe en aquél que ha derramado más de una lágrima por el establecimiento de esta planta [Orden] 871 Todos somos frágiles y podemos caer fácilmente, pero pidamos al Señor la gracia de no equivocarnos y de caminar hacia delante en su santo servicio 872 No cambiaría mi estado ni por todo el universo mundo 873 Ruego al Señor, en mis pobres oraciones, que nos liberemos de las deudas 874 Como los juicios de Dios son ocultos, me remito a la santa obediencia 875 Siempre seré fiel a mis superiores y a mi Orden 876 Hermano [mío enfermo]: ¿Tú rogarme a mí? Que Dios te perdone; pues has de saber que me puedes mandar como a tu siervo y esclavo 877 Hermano [mío enfermo], he jurado ser tu esclavo 878 Hermano [mío enfermo], si hiciese falta derretirme por amor tuyo lo haría a gusto 879 Quiera Dios que en la hora de mi muerte me alcance un suspiro o una bendición de estos pobres [enfermos] 880 Mi descanso y refrigerio es el servicio a los enfermos 881 Los hospitales son las minas de oro y piedras preciosas donde podemos hacernos eternamente ricos 882 San Juan, secretario de la Santísima Trinidad, sólo dejó un testamento: la caridad. En ella se basa toda la ley 883 El Señor Dios me dé la gracia de morir con las manos metidas en esta santa pasta de la caridad 884 Una predicación donde no se hable del amor de Dios es como un anillo de oro sin piedra preciosa 885 El hospital es el Mediterráneo, el mar pequeño de la Orden; el servicio en las casas particulares es el Océano, el mar sin fondo y sin fin 886 A los moribundos se les coloca el crucifijo en la cabecera de la cama y no sobre el pecho, para no impedirles la respiración 887 A los moribundos se les da el agua bendita poco a poco y con los dedos de la mano; no se les echa en el rostro, para no asustarlos 888 No se cubra el rostro ni se cierren los ojos a nadie, hasta no asegurarse de que ha muerto 889 A los moribundos se les habla de la esperanza en la divina misericordia y no de sutilezas ni de especulaciones 890 En la habitación del moribundo no se llora ni se ríe, ni se habla de cosas impertinentes, sino que todos oran, aunque sea en silencio 891 Serás medido con la misma medida con que midas a los pobres 892 Si no haces el bien a los pobres tampoco Dios te lo hará a ti 893 Confía en Dios y tira el pan al agua en el río de la vida; dentro de poco lo encontrarás en el mar de la eternidad 894 Conozco un hombre que, por la gracia de Dios, siente las tentaciones contra la castidad como pueda sentirlas esta pared 895 Es más fácil hacer beber a un asno, cuando no tiene sed, que consentir uno en la tentación si no quiere 896 ¿Qué puede hacer el diablo cuando un hombre rechaza los malos pensamientos? 897 Hermano, no tengas vergüenza, también el Señor estuvo en las bodas de Caná de Galilea (a un novicio hermano de la novia) 898 Caminad por el camino real, es decir: haced la voluntad de los demás antes que la vuestra 899 Los nuestros al celebrar la Misa empleen al menos media hora 900 Es suma perfección, mientras haya tiempo, el hacer el bien a los pobres 901 Hay que dejar a Dios por Dios, para contemplarlo no nos faltará tiempo en el paraíso 902 Oro para tener mayores fuerzas en el trabajo y en el ministerio en favor de las almas 903 No es buena la piedad que corta los brazos a la caridad 904 Uno no puede amar a Dios sin amar también a su prójimo, haciéndole el bien 905 ¿Sacerdote y sin rosario? Que Dios te acreciente la reputación 906 Mi cuerpo es un saco de gusanos; es mi "Fray Asno" 907 Hermano, que no te disguste ahora la fatiga, pues te gustará verte sentado en una bienaventurada silla en el cielo 908 Pobres soldados de agua dulce, que naufragan y se ahogan en un vaso de agua [ante cualquier dificultad] 909 Señores, no me he preocupado nunca de mí mismo, sino sólo de la gloria de Dios 910 Hermanos, si en casa hay sólo una castaña, quiero que se trocee y se dé un pedacito a cada uno 911 ¿Para qué sirven las reglas si no se observan? 912 Hay que tener la miel en la boca y la navaja de afeitar en la cintura; la palabra afable y la mano firme 913 Si haces el mal con placer: el placer pasa, el mal permanece. Si haces el bien con esfuerzo: el esfuerzo pasa, el bien permanece 914 Quién me iba a decir, cuando era soldado y hombre de mundo, que me iba a ver un día libre del vicio del juego 915 El alivio que reciben los enfermos son unos laudes tan gratos a los oídos de Dios, como el canto de salmos e himnos 916 Otros religiosos alaban a Dios con el canto y la voz, nosotros con las manos: realizando obras de caridad al prójimo 917 ¡Madre Santísima! Impétrame la gracia de tu Hijo 918 Se encomiendan a mis oraciones, como si yo fuese alguien; y no saben que soy un vil pecador 919 Es necesario orar siempre y no cansarse nunca 920 Ruego al Señor que, en los pocos días que me quedan, desgaste mi cuerpo en el servicio a los pobres enfermos 921 Si fuera posible los hombres no deberían dormir nunca, y fatigarse continuamente por la gloria de Dios 922 El diablo suele ahorcar a los hombres con lazos de seda 923 Alimentemos al Señor en sus pobres; así almacenaremos nuestro saco de harina en el granero del cielo 924 Llegará un tiempo en que Dios enviará sacos de dinero a nuestra Orden 925 Me gustaría estar siempre con vosotros, como no puedo, estaré con mi corazón 926 He sido un gran pecador, jugador y hombre de mala vida 927 Si en el mundo no se encontraran pobres, habría que buscarlos y sacarlos del fondo de la tierra para hacerles el bien 928 ¡Señor, cuánto os debo y cuán agradecido os estoy! 929 Hermanos, alejaos del fango de la tierra y considerad que vais a recibir dentro de vosotros al Señor [sacramentado] 930 Pensad en aquel que nos ha dado el ser, se ha encarnado y muerto por nosotros: Jesucristo 931 Pensad en cuanto habéis recibido en vuestro interior de parte del Señor que ha creado el cielo y la tierra 932 No dudéis si con la vista veis pan, con el tacto tocáis pan y con el gusto sentís pan: son el cuerpo, la sangre y la divinidad de Cristo Hijo de Dios, nacido de María Virgen 933 El cristiano debe esperar su salvación primero por los méritos de Jesucristo y segundo por las buenas obras 934 La divina misericordia no puede ser nunca vencida ni sobrepasada por la maldad del más obstinado de los pecadores existentes 935 Esta vida es como estar en una habitación alquilada [en una posada], donde uno por la noche se aloja y por la mañana se marcha 936 Hermano, a ti que de joven fuiste un buen atleta, ahora que eres viejo, sólo te queda dar un salto mortal desde aquí hasta allá arriba 937 Hermanos, recordad que en el cielo ya no habrá azadas ni palas, sino vida eterna; poned toda vuestra esperanza allá arriba 938 En la otra vida no me ha de tocar más que o eternidad de bienes o eternidad de penas 939 No hay que embarcarse para el viaje de la eternidad sin una buena provisión de pan; esto es, de buenas obras 940 ¿Quién sabe qué será de mí, Señor? ¿Quién sabe si me salvaré? ¡Tu sangre me ha de salvar, Señor! 941 Si los hombres considerasen adecuadamente el paso de la muerte, seguro que no hablarían nunca 942 Me dejaría cortar en mil pedazos antes que cometer un mínimo pecado venial 943 No es presunción desear aventajar, en el amor a Dios, a los ángeles y serafines del cielo 944 Quisiera tener la lengua de S. Pablo para convertir el mundo entero a Dios 945 ¡Señor mío, corazón mío, alma mía! ¿Qué puedo hacer por ti? (a un enfermo) 946 ¿Que si me encuentro bien en el hospital?... Es un paraíso terrestre, prenda del paraíso celeste 947 En el servicio a los enfermos, mientras las manos realizan su tarea, estén atentos: los ojos a que no falte nada, los oídos a escuchar, la lengua a animar, la mente a entender, el corazón a amar y el espíritu a orar 948 Como un cura de pueblo que sólo sabe leer en su misal, también yo sólo sé hablar de caridad 949 Hay que contemplar al Creador en la creatura 950 Sed piadosos y misericordiosos 951 Si eres fervoroso en nuestro ministerio, buena señal, caminas según el corazón de Dios; si eres frío, mala señal, disminuye en ti el amor a Dios 952 La caridad son los mejores estudios y prácticas de piedad del Ministro de los Enfermos, todo lo demás es secundario 953 El Ministro de los Enfermos frío en el servicio a los enfermos, satisfecho sólo por llevar la cruz en el hábito, se parece a un jumento flaco enjaezado con una hermosa y rica gualdrapa 954 El Ministro de los Enfermos frío en el servicio y sin robustez en la caridad, merece ser llorado como se lloran los muertos en nuestros pueblos 955 Hermanos, vayamos a escuchar el Evangelio del proceso de la caridad (Mt. 25) 956 Pero hermano, ¿qué paso de tortuga es el que llevas [camino del hospital]? 957 Es necesario espolear a este jumento de nuestro cuerpo para hacerlo espabilar y caminar 958 La caridad no busca la comodidad 959 ¡Ojalá, Dios quiera que muera entre estos pobres! Así se lo pido 960 No hay en el mundo jardín de flores que me deleite tanto como el olor del hospital 961 Hermano, es mejor que te pongas a mi lado, porque yo soy alto y te haré sombra, y te defenderé del sol 962 Me sabe a pan amargo el ver padecer a los enfermos, miembros del Cuerpo de Cristo 963 Médicos, hay que cuidar a los convalecientes hasta que estén en grado de ganarse el pan 964 Hermanos, habéis sido llamados para ser abogados y defensores del patrimonio y la herencia de Cristo: las almas de los pobres [enfermos] 965 El final de la vida está escondido en la mente de Dios; si queremos adivinarlo nos equivocaremos 966 En nuestro ministerio, valen mucho la presencia vigilante, la paciencia y la perseverancia 967 La mayor persecución y engaño que el diablo hace contra nuestra Orden es: que nos avisen tarde para asistir a los moribundos o que no nos llamen 968 Es gran engaño del diablo pensar que la presencia de los religiosos va a asustar los enfermos, y no más bien a consolarlos y alegrarlos 969 Es más seguro morir pobre y bien en el hospital, que rico y mal en un palacio de príncipes 970 De la fidelidad del perro para con su amo, debería aprender yo a ser fiel a mi Señor 971 La hormiga nos da ejemplo de que nos debemos proveer en esta vida de buenas obras para encontrarlas después en la otra 972 Remiendo sobre remiendo; porque no los buenos vestidos hacen al buen religioso, sino las buenas obras 973 Algunos se glorían de haber hecho voto de pobreza, pero no quieren soportar su peso ni su incomodidad 974 No necesito todo esto: mi hábito se puede remendar aún y el manteo durará tres años más 975 Cuando seáis tentados inmediatamente, sin entreteneros ni un momento, escupid al diablo a la cara 976 Huid las ocasiones de malos pensamientos; ayudaos pensando en la Pasión de Jesucristo 977 Huid las ocasiones de malos pensamientos; dirigíos a Jesucristo, en lo íntimo de vuestro corazón, con amoroso afecto 978 En la castidad no hay que ceder por mínima que sea la tentación, pues la chispa más mínima es capaz de abrasar una gran montaña de paja 979 Yo no daría un paso por ver a una mujer, aunque fuese la mismísima Reina 980 Si me mandan no ir al hospital obedeceré; de lo contrario no sería un religioso, sino una bestia 981 Sí, hágame el mateo nuevo, aunque sea de terciopelo; si así lo dispone la santa obediencia 982 No es el hábito nuevo o el hábito viejo lo que hace bueno al religioso, sino tener el corazón limpio y estar en gracia de Dios 983 No permita Dios que me separe de lo común. Sólo debo ser superior en la virtud, no en las excepciones 984 Sábete que ni tú ni yo somos dignos de ejercer esta caridad, este servicio 985 No se salva quien comienza sino quien persevera. Roguemos para que Dios nos haga perseverar hasta la muerte 986 Doy continuamente gracias a Dios, como autor de todo bien 987 Las personas se acuerdan del bien recibido 988 Hermanos, qué bueno es caminar por la senda hollada de los arrieros: observando los santos preceptos de Dios y ejerciendo las virtudes de la caridad y la humildad 989 Señor, dame la verdadera contrición de mis pecados y perdona a este gran pecador 990 ¡Ay de quien anda distraído sin hacer oración! Se encontrará al caer de la tarde con las manos llenas de moscas y de aire 991 Todo Ministro de los Enfermos, aún estando en su habitación, puede encomendar los moribundos del mundo entero a [Dios], por medio de la oración 992 En mis oraciones no sé andar por las copas de los pinos 993 Hermanos, si en la oración sentís devoción y consuelo de espíritu, dad gracias a Dios; si sentís aridez y sequedad no cejéis, perseverad más nunca 994 Hermanos, si al orar no lográis recogeros: recitad el rosario a la Virgen o mirad la imagen del Crucifijo o, al menos, desechad de la mente los pensamientos vanos y ociosos 995 ¡Oh, si los hermanos que están ya sepultados pudiesen volver al mundo! Qué fervorosos y observantes serían, y cómo amarían a los pobres 996 Señor, purifica mi alma y concédele su antiguo estado de inocencia bautismal 997 Ay de nosotros, si no tuviésemos en el cielo una Abogada tan grande: la Tesorera de todas las Gracias 998 Oigamos la música de las iglesias; también S. Agustín se complacía en ella después de su conversión 999 Nunca será mejor conocida nuestra obra sino en tiempos de calamidades y contagios 1000 A mí me gusta la música que hacen los pobres enfermos en el hospital, cuando llaman 1001 En todos los Años Santos he recibido singulares favores de parte de Dios Nuestro Señor 1002 Cuida que el diablo no te ciegue 1003 Esta es la llave del huerto: huir de todo pecado y también de toda sombra o peligro del mismo 1004 Hermanos, no dudemos; tengamos fe en Dios y en su Madre que nos harán prosperar en todo 1005 Del mismo modo que es imposible sacar dinero de las paredes, lo es intentar sacarlo de mí. Roguemos para que Dios nos lo mande 1006 Conformarse con la vida común es una de las mayores penitencias y de las más gratas a Dios 1007 En la cocina de casa estorba más un pucherito para uno que la olla grande para todos 1008 Camilo sirve a su corpachón lo mejor que puede 1009 El hombre sensato no debe ser como las bestias que comen hasta hartarse; debe comer sólo lo suficiente para su sustento, para gloria de Dios, pero no más 1010 ¡Pobre vida la tuya! Si te quejas de la comida, no mereces estar entre los siervos de Dios 1011 Aunque estéis en la habitación solos, pensad que estáis siempre en la presencia de Dios 1012 Quien no mortifica la gula, que no piense que va a progresar en ninguna otra virtud 1013 No conviene que por uno solo sufran muchos; si yo voy a calentarme, por reverencia todos me ceden su lugar. ¡Calentaos, calentaos vosotros! 1014 Mi cuerpo es un saco de gusanos, un mal jumento 1015 Pensar bien, hablar bien, obrar bien, estas tres cosas hacen llegar al hombre al paraíso, mediante la misericordia divina 1016 ¡Buenos días! Que Dios te conceda el paraíso 1017 Mis caídas ordinarias y no peligrosas del caballo han sido tantas que no recuerdo su número; pero las peligrosas y mortales han sido por lo menos treinta, y siempre me quedaba la pierna llagada bajo la montura 1018 Vayamos por aquí que este es el buen camino 1019 Qué robar, robar... Tendría el pobre hombre necesidad de las gallinas; por eso las habrá tomado, pero no robado 1020 El día lo divido en oración, oficio, Misa, pobres y lectura espiritual 1021 El día me parece un instante 1022 La lectura espiritual es el verdadero manjar del espíritu 1023 Hermano, hermano, no blasfemes porque caerá sobre ti la ira de Dios 1024 ¡Oh hermano! ¿Qué te ha hecho este gran Dios para que tú blasfemes de El? 1025 Dios me conceda ser escuchado 1026 Cuando queráis alguna cosa pedidla como se debe pedir 1027 Dios provee en nuestras necesidades 1028 Que vuestros pensamientos no sean como un fuego de paja 1029 Dios hará nacer, a propósito, hombres que ayuden a esta planta [Orden] 1030 Trabajad bien ahora que tenéis tiempo, sobre todo en favor de los pobres enfermos 1031 Hermano no te puedo curar; ve allá [al Sagrario] y di cinco padrenuestros y cinco avemarías a las llagas del Señor, que es quien te puede sanar 1032 Hermano, confía en el Señor 1033 Antes te mandaré fuera de la Orden que darte permiso para tu pretenciosa inclinación de querer dormir sobre sarmientos 1034 Bienaventurados los Ministros de los Enfermos, porque saboreáis este santo licor celestial: las obras de caridad en los hospitales 1035 Vendido por el Señor como esclavo de los pobres, debo andar ceñido con el aro de hierro (hernia) 1036 Señor, todo cuanto he sido, soy y seré me ha venido y viene de vuestra gracia 1037 Estoy muy contento y agradecido por el don de la fe 1038 Plegue a Dios que muchas almas no se pierdan por culpa del celo amargo de algunos confesores 1039 ¡Camilo morirá como el cisne, cantando siempre: caridad, caridad! 1040 Tened en cuenta que el diablo no duerme 1041 Hermanos, no os debe disgustar el perder el sueño por amor a los moribundos; esos son nuestros maitines 1042 Hermanos, vuestro ministerio es de ángeles; como defensores de los moribundos ellos hablan por vuestros labios y os sugieren lo que debéis decirles 1043 Hostelero, te confío a este enfermo y te adelanto este dinero; si fuere necesario más, ya me conoces, cuando vuelva a pasar por aquí te resarciré de todo 1044 La limpieza exterior manifiesta la limpieza interior 1045 En la fundación de esta planta [Orden], Dios ha hecho todo el bien y yo todo el mal 1046 Siempre doy gracias a Dios como autor de todo bien 1047 Dios me ha concedido la gracia de llamarme a esta su santa viña [Orden] para complacerlo y servirlo 1048 No hay que desviarse ni a derecha ni a izquierda sino caminar derecho, unidos al Creador por medio de la lectura espiritual, la oración y el sacrificio, apoyándonos en la santa humildad 1049 Reloj, corres muy veloz y no me dejas tiempo para trabajar 1050 Estoy tan seguro de este designio, que ni todas las fuerzas del infierno me podrán alejar de él