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7.1 Concepto
A pesar del rechazo social generalizado, estos sistemas de tratamiento ofrecen ventajas
innegables como una gran reducción de masa y volumen de los residuos y la posibilidad de
recuperar energía.
No obstante, también hay que considerar sus inconvenientes, motivo del alto rechazo social:
(a) formación de emisiones indeseables (gaseosas y sólidas),
(b) necesidad de instalaciones complejas y caras (es necesario disponer de equipos para
recuperar la energía y controlar las emisiones) y
(c) no son aplicables a residuos con un alto contenido de humedad.
La incineración de residuos tiene por objetivo no solo una máxima reducción del volumen,
sino también la recuperación del calor que se genera. En este sentido, es interesante conocer
la capacidad de generar calor del residuo para diseñar los equipos de recuperación de calor.
La capacidad de generar calor por parte de un combustible (en nuestro caso el residuo) se
describe mediante el Poder Calorífico Superior (PCS) y el Poder Calorífico Inferior (PCI), que
se definen de la siguiente manera:
PCI = PCS – c × M
Donde las unidades del PCI y PCS son cal/gr., M son los gr. de agua que contiene el residuo
más el agua que se forma y c es el calor latente de cambio de estado, líquido-vapor, del agua
(577 cal g-L).
7.2.3 Emisiones Gaseosas
En la figura 7.1 se muestra un esquema del proceso de combustión en una incineradora. Tal
como se puede ver, esta consta de las siguientes partes:
(i) Recepción y almacenaje de los residuos,
(ii) Horno de combustión,
(iii) Generación de vapor y energía,
(iv) Depuración de gases y
(v) Evacuación de cenizas y escorias.
Los elementos de que consta un horno de combustión son los siguientes (Figura 7.2):
Los equipos de control de las emisiones son uno de los elementos más importantes y que
implican una mayor inversión en una incineradora.
Los límites de emisiones son cada vez más estrictos, fruto de los avances en sistemas
analíticos y en los equipos de control, lo que en los últimos años ha obligado a realizar
inversiones constantes en renovación de los equipos de control.
Los equipos más habituales para el control de las emisiones se recogen en la tabla 7.1
Tabla 7.1.- Equipos para el control de emisiones en incineradoras.
Existen diversos tipos de hornos de incineración. Los más comunes son los de rejilla fija, de
lecho móvil y giratorio.
En este proceso, los residuos son lanzados sobre una rejilla fija, donde son quemados. El
aire es introducido desde arriba de la rejilla de modo que se minimiza el arrastre de las
cenizas. Las cenizas y la escoria resultantes de la quema caen por los orificios de la rejilla a
un cenicero, de donde son retiradas mecánicamente o por vía húmeda.
Para garantizar el exceso de oxigeno necesario para la completa combustión de los residuos
y de los gases, el flujo de aire es obtenido por un extractor colocado antes de la chimenea.
(Ver figura 7.3)
El aire de combustión del horno es suministrado por dos sopladores, uno para forzar la
admisión de aire entre los residuos (aire bajo fuego) y otro que fuerza la introducción de aire
por encima de los residuos (aire sobre fuego).
Las cenizas y escorias oriundas de la quema de los residuos son descargadas continuamente
dentro de un pozo situado debajo del horno. En el pozo, las cenizas y escorias calientes son
retiradas mecánicamente o por vía húmeda. (Figura 7.4)
A pesar de servir para destruir térmicamente los residuos infecciosos, los hornos giratorios
son más utilizados para quemar residuos industriales peligrosos. Son incineradores
cilíndricos, con un diámetro de unos cuatro metros y largo de hasta cuatro veces el diámetro,
montados con una pequeña inclinación respecto al plano horizontal.
La entrada está en el extremo más elevado, por el lado opuesto al de los quemadores,
obligando a los residuos a moverse lentamente hacia abajo debido a la rotación del cilindro.
Los gases generados pasan a una cámara secundaria de quema, donde están instalados los
quemadores de líquidos y gases. El flujo de los gases resultantes de la quema es dirigido a
los intercambiadores de calor y a los equipos lavadores.
7.3 Pirolisis
Los hornos pirolíticos son muy utilizados en el tratamiento de los residuos de servicios de
salud, donde el poder calorífico de los residuos mantiene una determinada temperatura de
proceso.
Existen modelos de cámara simple, donde la temperatura está en el rango de los 1 000°C, y
de cámaras múltiples, con temperaturas de entre 600 y 800°C en la cámara primaria, y entre
1 000 y 1 200°C en la cámara secundaria.
Figura 7.6.- Horno pirolítico
Observar que ni la incineración, ni la pirolisis resuelven por completo el problema del destino
final de los residuos de establecimientos de salud, y que es necesario proveer una
disposición final adecuada para las cenizas y el lodo resultante del tratamiento de los gases.
7.4 Microondas
En este proceso los residuos son triturados, humedecidos con vapor a 150°C y colocados
continuamente en un horno de microondas, en el que hay un dispositivo para revolver y
transportar la masa, de modo que todo el material reciba uniformemente la radiación de
microondas.