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Francisco Javier Vázquez Tostado

UNIDAD 3. DURKHEIM. LOS HECHOS SOCIALES Y LA DETERMINACIÓN


SOCIAL
La tesis de Durkheim se basa en dos puntos clave en sus trabajos, por un lado, que la sociedad
tiene la característica que puede estudiarse con un enfoque científico y, por el otro, que el
individuo está totalmente influenciado por el contexto social. Y con esto parte para afirmar
que lo social no está en el individuo sino en la relación entre los individuos, es decir, que en
la medida que haya interacción es como los individuos forman lo social y llega a la conclusión
de que el individuo es parte del todo pero sin ese todo el individuo no es nada.
La idea de Durkheim acerca de la sociología tiene un fundamento muy fuerte en los trabajos
de August Comte donde criticaba que, a pesar de haber dado los inicios de lo que hoy
conocemos por sociología, se quedaba corto con sus afirmaciones y le cuestionaba la no
estricta separación de la filosofía, de un lado, donde Durkheim proponía que la sociología se
enfocara más hacia el estudio empírico del contexto social. Además, también la separa del
enfoque de la psicología ya que la sociología no ve los hechos a nivel personal sino a nivel
colectivo como una conciencia pública.
Después de hacer esta separación o distinción entre esas ramas, establecía que el objeto de la
sociología debía estudiar los fenómenos como hechos sociales, es decir, que estos estudios
debían ser con carácter externo de los individuos, de sus relaciones, valores y normas que los
regulan; proponía ver a los hechos sociales como cosas. En su trabajo referente a los hechos
sociales Las reglas del método sociológico, es donde introduce el término de hechos sociales
como los “modos de actuar, de pensar y de sentir que presentan la propiedad notable de que
existen fuera de las conciencias individuales […] están dotados de un poder imperativo y
coercitivo en virtud de la cual se imponen a él, lo quiera o no” (Durkheim, 2000, p.39).
Los hechos sociales son fenómenos exteriores a las conciencias individuales, lo que hace que
se dé sentido como individuos son las relaciones ya que no nacemos sociales sino que nos
hacemos sociales con base en esas relaciones, lo que nos distingue de los animales es eso, la
interacción y la construcción de relaciones que de otra forma solo seríamos seres que siguen
instintos. De aquí se parte la idea de la dualidad del hombre, el cuerpo y el alma, la primera
se refiere a la parte fisiológica que tiene que ver con los deseos, pasiones, instintos y la
segunda se concibe como el lado social, es decir, las reglas y la moral las cuales se construyen
por la interacción y de este modo se establece la conciencia que se impone de manera
colectiva.
Los trabajos desarrollados por Durkheim hacen fuertes críticas hacia las teorías individuales
porque estas se inclinan a explicar al individuo como un ser que actúa con base en sus
intereses y en donde Durkheim hace hincapié en que la conciencia colectiva se impone a
estos, hace que el contexto se naturalice, aunque hay aquellos que se resistan a seguir la
“línea”, la moral social ejercerá una coerción o sanción para regular la conducta y el orden
social. La moralidad es uno de los temas centrales de Durkheim y él rescata o ve que esta se
sustenta en tres puntos básicos: a) la moral debe ser autónoma, con el simple hecho de que
los actos individuales deben ser asumidos con responsabilidad por parte de cada individuo;
b) la disciplina es indispensable en cuanto al actuar en sociedad, para él no se pueden cometer
inmoralidades porque serán sancionados por el colectivo y, c) todas las acciones deben estar
apegadas a la sociedad que es la fuente de la moralidad, la sociedad como parte del individuo
mismo.
Cuando Durkheim desarrolla una de sus más destacadas obras, La división del trabajo social,
se refiere a las relaciones entre los individuos y la sociedad pero en el plano moderno. Lo
que le preocupaba era la crisis moral que se enfrentaba en ese tiempo producida por el
aumento de la diferenciación social a través especialización de la división social del trabajo
y que las personas solo pensaban en sí mismas y no en el colectivo. Las diferentes tareas
propiciando que él sentía que esto se debía Expansión del individualismo Los valores
comunes iban desapareciendo a raíz de que había. La mayor aportación de esta obra fue
mostrar que los individuos no se mantienen unidos como sociedad por las semejanzas que
comparten sino que por esa drástica división del trabajo y reducción de grupos especializados
hace que dependan unos de otros, es decir, que haya una interdependencia entre ellos.
Debido a este cambio de las relaciones en la sociedad surge un fenómeno llamado solidaridad
social que explica que a pesar de esos cambios en las relaciones la sociedad se mantiene
unida y cómo los individuos se ven como parte de ese todo. Antes de la revolución industrial,
las actividades reunían a los individuos en un esquema simple, donde las relaciones eran de
carácter primario ya que todos realizaban las mismas tareas de manera general, compartían
responsabilidades similares bajo un régimen autoritario inflexible en el que los roles sociales
estaban establecidos –normas interiorizadas– y para aquellos que no seguían el orden social
había coerción por parte del grupo con castigos ejemplares, fue lo que Durkheim denominó
solidaridad mecánica.
Por otro lado está la solidaridad orgánica, que Durkheim la concibe como la interdependencia
entre los unos y los otros basada en la división del trabajo, con esto no solo asume esa
interdependencia entre los individuos sino de los grupos, las instituciones y la estructura de
las sociedades. Además, en este tipo de solidaridad, la conciencia colectiva está limitada a
los grupos particulares y le da una gran importancia al individuo ya que la especialización de
las actividades que estos se desarrollan juega un papel muy importante en la formación de
los subgrupos los cuales tienen una función muy específica en la sociedad.
A la hora de marcar las diferencias entre ambas solidaridades, Durkheim se basa en el tema
del derecho, donde afirma que en la sociedad mecánica el castigo al desorden social era
represivo, es decir, se aplicaban correctivos ejemplares por parte del líder para que los demás
siguieran las reglas ya establecidas; en cambio en la solidaridad orgánica, las sanciones
estaban enfocadas a subsanar los danos causados y, en caso de haber castigo, era basado en
el derecho restitutivo, para que aquel que cometía el acto, no afectara el orden social y se
reincorporara de nueva cuenta a la sociedad.
Pasando a otro contexto sobre Durkheim, El Suicidio es uno sus trabajos orientado al estudio
del fenómeno como un hecho social y no como las causas internas que orillan al individuo a
cometer dicho acto, según él, ese enfoque era tarea de la psicología. A él, lo que realmente
le interesaba conocer de este eran las causas del por qué una sociedad tenía tasas más altas
que otras sobre este fenómeno. El trabajo lo inició con descubrimientos que estaban
orientados al clima, la raza y la zona geográfica que padecían ciertas sociedades ya que su
interpretación, desde la perspectiva sociológica, se basaba en la relación de la información
que recopilaba, pero se dio cuenta que realmente eso no era lo que influía en la raíz del
problema, sino los factures sociales que ocasionan el suicidio como fenómeno social. Aquí
vemos cómo establece un método basado en las comparaciones de ciertas sociedades en las
que estaba presente el suicidio, y llega a la construcción de que no existe el suicidio en general
sino tres vertientes de él –el suicidio egoísta, el suicidio altruista y el suicidio anómico. Para
el desarrollo de esta obra, Durkheim se apoya en la estadística para contextualizar y
fundamentar su existencia en lo general con lo que Giner (2001, pp. 236) sostiene que el “uso
correcto de los datos pueden generar una explicación sociológicamente interesante” sumado
con la hipótesis de su teoría.

REFERENCIAS
Giner, Salvador (2001). Teoría sociológica clásica. Barcelona: Ariel. Capítulo 9.
Durkheim, Emile (2000). Las reglas del método sociológico. México. Colofón. Capítulos I
y II.
Durkheim, Émile (1976). Educación como socialización. Salamanca: Sígueme. Capítulo I,
apartado 1 (El dualismo...); capítulo II, apartado 4.
Durkheim, Emile (1994). El suicidio. México: Ediciones Coyoacán. Introducción; Libro
segundo: capítulos I, II y III.
Giddens, Anthony (2006). Capitalismo y la moderna teoría social. Barcelona: Idea Books.
Capítulo V.
Durkheim, Emile (2007). La división del trabajo social. México: Colofón. Introducción,
Capítulos I, II y III.

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