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MANUAL
Poliomielitis
(Parálisis infantil, poliomielitis anterior
aguda, polio)
Por Mary T. Caserta, MD, Professor of Pediatrics, Division of
Infectious Diseases, University of Rochester School of
Medicine and Dentistry; Attending Physician, Golisano
Children’s Hospital at Strong, University of Rochester Medical
Center
La poliomielitis es una infección aguda causada por un poliovirus (un enterovirus). Puede
manifestarse con una enfermedad motora inespecífica, a veces con meningitis aséptica sin
parálisis (poliomielitis no parálitica) y, con menor frecuencia, con debilidad flácida de varios
grupos musculares (poliomielitis paralítica). El diagnóstico es clínico, aunque pueden
solicitarse pruebas de laboratorio. El tratamiento consiste en medidas de sostén.
Hay 3 serotipos de poliovirus. El tipo 1 es el más paralitógeno y suele ser la causa más
frecuente de las epidemias. Los seres humanos son el único huésped natural. La infección es
muy contagiosa por contacto directo. Las infecciones asintomáticas y menores son más
frecuentes que las formas paralíticas, con una relación ≥ 60:1, y son la fuente principal de
diseminación de la enfermedad.
Fisiopatología
El virus ingresa por vía fecal-oral o respiratoria, para luego penetrar en los tejidos linfoides del
tubo digestivo. A continuación, se produce una viremia primaria (menor), con diseminación
del virus al sistema reticuloendotelial. Hasta este punto, la infección puede contenerse, pero si
avanza, el virus puede multiplicarse en forma adicional y causar una viremia secundaria de
varios días de duración, que conduce al desarrollo de los síntomas y a la generación de
anticuerpos.
Embarazo
El poliovirus puede aislarse de las fauces y las heces durante el período de incubación, y
después del comienzo de los síntomas persiste 1 o 2 semanas en las fauces y ≥ 3 a 6 semanas
en las heces; la transmisión suele ocurrir por la vía fecal-oral y respiratoria.
Perlas y errores
Signos y síntomas
La mayor parte (70 a 75%) de las infecciones no produce síntomas. La enfermedad
sintomatica se clasifica como
Poliomielitis abortiva
Poliomielitis menor
Las manifestaciones más frecuentes son una meningitis aséptica, mialgias profundas,
hiperestesias, parestesias y, durante la mielitis activa, retención urinaria y espasmos
musculares. El paciente puede presentar parálisis flácida asimétrica, que progresa durante 2 o
3 días. En ocasiones, predominan los signos de encefalitis.
La disfagia, la regurgitación nasal y la voz nasal suelen ser los signos más tempranos del
compromiso bulbar, pero algunos pacientes pueden presentar una parálisis faríngea, con
incapacidad de controlar las secreciones bucales. Al igual que la parálisis muscular
esquelética, el compromiso bulbar puede agravarse durante 2 o 3 días y, en algunos
pacientes, puede afectar los centros respiratorio y circulatorio en el tronco del encéfalo y
comprometer la función respiratoria. Con escasa frecuencia, cuando se ven afectados el
diafragma o los músculos intercostales, se produce una insuficiencia respiratoria.
Diagnóstico
Punción lumbar
Las claves epidemiológicas (p. ej., antecedentes de inmunización, viajes recientes, edad,
estación del año) pueden ser útiles para sugerir la causa. Dado que la identificación de
poliovirus u otro enterovirus como causa de la parálisis flácida aguda es importante para la
salud pública, en todos los casos debe solicitarse cultivo viral en muestras de hisopado de
fauces, heces y LCR y RT-PCR en el LCR y la sangre. También deben usarse pruebas serológicas
para identificar poliovirus, otros enterovirus y el virus del Nilo occidental.
Pronóstico
En las poliomielitis no paralíticas, la recuperación es completa.
En las poliomielitis paralíticas, alrededor de dos terceras partes de los pacientes presentan
una debilidad residual permanente. La parálisis bulbar tiene más probabilidades de resolver
que la parálisis periférica. La tasa de mortalidad oscila entre 4 y 6%, pero aumenta hasta 10 a
20% en los adultos y en los pacientes con enfermedad bulbar.
Tratamiento
Tratamiento de apoyo
Durante la mielitis activa puede ser necesaria la implementación de precauciones para evitar
las complicaciones del reposo en cama (p. ej., trombosis venosa profunda, atelectasias,
infecciones urinarias) y la inmovilidad prolongada (contracturas). La insuficiencia respiratoria
puede requerir asistencia respiratoria mecánica. La asistencia respiratoria mecánica o la
parálisis bulbar exigen medidas intensivas de limpieza pulmonar.
Prevención
Todos los lactantes y los niños deben recibir la vacunación antipoliomielítica. La American
Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) recomienda la vacunación a
los 2, 4 y entre los 6 y los 18 meses, con una dosis de refuerzo entre los 4 y los 6 años (ver
Cronograma de vacunación recomendado para los 0-6 años de edad). La vacunación durante
la infancia produce inmunidad en > 95% de los individuos vacunados.
La vacuna Salk a virus inactivados (IPV) se prefiere a la vacuna antipoliomielítica oral Sabin
(OPV) a virus vivos atenuados, que provoca 1 caso de poliomielitis paralítica cada 2.400.000
dosis, por lo que ya no se indica en los Estados Unidos. La administración de IPV no produjo
efectos adversos graves. Como parte de la Iniciativa Global de Erradicación de la Polio, todos
los países han de poner en práctica programas rutinarios de vacunación IPV antes de finales
de 2016.
Los adultos no se vacunan en forma sistemática. Los adultos no inmunizados que viajan a
áreas endémicas deben recibir la vacunación primaria con IPV, que incluye 2 dosis separadas
por 4 a 8 semanas y una tercera dosis entre 6 y 12 meses más tarde. Debe administrarse al
menos 1 dosis antes del viaje. Los adultos inmunizados que viajan a áreas endémicas o
epidémicas deben recibir 1 dosis de IPV. Los pacientes inmunodeficientes y sus contactos no
deben recibir la vacuna OPV.
Conceptos clave
La mayoría de las infecciones por poliovirus son asintomáticas o causan enfermedad
leve inespecífica o meningitis aséptica sin parálisis; < 1% de los pacientes desarrolla el
síndrome clásico de debilidad flácida (poliomielitis paralítica).
Debe solicitarse cultivo viral en muestras de hisopado de fauces, heces y LCR y RT-PCR
en el LCR y la sangre.
Todos los recién nacidos y los niños deben ser vacunados, pero los adultos no son
vacunados como rutina a menos que presenten un riesgo aumentado (p. ej., debido a un
viaje o a su ocupación).
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