El liderazgo es el arte o proceso de influir en las personas para que contribuyan con disposición

y entusiasmo a las metas del grupo, y para él se requiere de seguidores. Hay varios enfoques
en el estudio del liderazgo, desde el de las características hasta el de contingencia. Uno de
ellos se centra en tres estilos: autocrático, democrático o participativo, y liberal. La cuadrícula
gerencial identifica dos dimensiones: interés por la producción e interés por las personas; con
base en estas dimensiones se identifican cuatro estilos extremos y un estilo intermedio. El
liderazgo también puede considerarse como un continuo que va desde un gerente con gran
libertad y subordinados con muy poca en uno de sus extremos, hasta un gerente con muy poca
libertad y subordinados con mucha en el otro. Otro enfoque más en el liderazgo, desarrollado
sobre el supuesto de que los líderes son el producto de situaciones determinadas, se enfoca en
el estudio de las situaciones. El enfoque de contingencia de Fiedler considera la posición de
poder del líder, la estructura de las tareas y las relaciones entre el líder y los miembros del
grupo; su conclusión es que no existe un mejor estilo de liderazgo y que los gerentes pueden
ser exitosos si se los coloca en las situaciones apropiadas. El enfoque ruta-meta en el liderazgo
sugiere que los líderes más eficaces ayudan a sus subordinados a alcanzar tanto las metas de la
empresa como las personales. Los líderes transaccionales aclaran las funciones y tareas,
establecen una estructura y ayudan a los seguidores a lograr los objetivos. Los líderes
transformacionales expresan claramente una visión, inspiran a otros y transforman la
organización. Los conceptos de liderazgo transformacional y carismático son similares.

En los dedos de nuestras manos, se encuentran los cinco poderes del éxito humano. Los
cuales son el poder de la voz, poder de la imaginación, el poder de la alianza, el poder
del compromiso y el poder de la contribución, Los cuales se asocian con cada uno de los
dedos.

El pulgar, que sirve para pedir una cola esta ligado a la comunicación y representa el
poder de la voz .Por muy buena que sea una idea, un método, un concepto, éste no tiene
vida si no es articulado. Moss Kanter afirma que más que organizaciones de
aprendizaje, lo que más necesitamos es organizaciones de educación, donde la voz de
quienes más saben o están preparados se traduzca en el vehículo para facultar a cada vez
más personas en las competencias claves del País.

El índice, dedo que se levanta para pedir la palabra, representa el poder de la

imaginación, ya que al levantar el índice se esta listo para compartir una idea. Las
personas que con su imaginación vislumbren un presente y un futuro diferente, más
rápido, más efectivo, más rentable y más placentero, serán las que estarán guiando las
acciones de liderazgo en el siglo XXI.
El dedo corazón, que esta en el medio de la mano, es el que sirve para retribuir y tiene
que ver con la inteligencia espiritual y su influencia en el ámbito laboral. Moss Kanter
comenta que cada vez más empresas, cooperativas, países e instituciones de diversos
tipos, están realizando acciones sociales de retribución a las comunidades con las cuales
interactúan.

La idea es que las personas, desarrollen un sentido de conexión con la gente, que eleve
el espíritu y las motivaciones. En nuestro País, tal postura se empezará a implementar
en las Universidades con el servicio comunitario que deben empezar a realizar los
estudiantes.

Dedo anular, es donde se coloca el anillo del matrimonio, el cual representa el poder del
compromiso. La lealtad, hacia las ideas, el trabajo, es necesaria para el éxito de una
empresa ó un País. Esto tiene que ver con el sentido de identidad. La lealtad es una
ventaja competitiva para cualquier Líder.

Por ultimo el meñique, que unido a otras manos, permite hacer la “liga”, representa el
poder de la asociación. Cada vez surge en mayor cantidad y rapidez las alianzas entre
personas, empresas, cooperativas y entre países. Lo hacen buscando potenciar sus
diferencias, aprovechar la creatividad, el talento, las acciones, la fuerza que cada uno
posea. Para lograr un mundo más justo y equitativo.

Hoy en una Venezuela como la nuestra, que se perfila hacia un modelo socialista del
siglo XXI, el usar estos poderes puede marcar la diferencia en la gestión de las
relaciones personales, familiares, vecinales, organizacionales y entre países.

Además de crear un impacto en los indicadores claves de nuestro desarrollo, como son
la salud, educación, seguridad e infraestructura.