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Algunas reflexiones
sobre el Poder.
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Daniel Estulin (Vilna, Lituania; 29 de agosto de 1966) es un escritor, investigador y orador ruso. Hijo de
padre científico y madre pianista, trabajó como agente de contraespionaje del Servicio Federal de
Seguridad (FSB), la agencia de inteligencia rusa. Habla ruso, inglés y español. Como investigador ha
centrado sus estudios en torno al Club Bilderberg (fuente Wikipedia).
Ver artículo: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-10-01/las-6-estrategias-de-los-
ricos-para-reducir-la-poblacion-y-conservar-su-estatus_34781/
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Obvias, por otra parte, pues no deja de ser un “periodista mediático algo excéntrico”, con un pasado -y
no se sabe si “presente”- en los servicios de espionaje rusos.
claramente insuficientes para un esclarecimiento estratégico respecto de la
naturaleza del Poder.
Otra cuestión, mucho más grave, son las tesis conspirativistas claramente
idealistas –conspiranoia- que se basan directamente en especulaciones,
algunas de ellas, por irreales, cuasi infantiles, como la determinación
conspirativa de las estelas de los aviones, ciertas corrientes anti-vacunas, el
aterrizaje del hombre en la Luna, e incluso, las de carácter “histórico”, como la
conspiración étnica como la judeo-masónica, o más genéricamente, el pueblo
judío como raza malvada que domina el mundo3. Es la institución, no la raza,
ni la “personalidad”, ni el genio, ni la maldad o bondad4. Es la institución, la
que oprime, no sus miembros5.
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Una cuestión es que en determinadas instituciones financieras y de poder económico exista una
presencia histórica de la “tradición” de familias de origen judío, y otra cosa bien diferente es que por ese
hecho, esas instituciones seas “perversas”. Lo son, ya estén controladas por judíos, palestinos, rusos,
chinos, o jamaicanos.
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Otra de estas majaderías se centran en el discurso sobre si Stalin, o Hitler, Pol Pot, Kim Il Sung, o Fidel,
realmente obedecían a no se sabe que conspiración mundial, o simplemente estaban locos. Es bastante
más simple que eso, es la dinámica histórica del Poder y del Estado la que sitúa en funciones relevantes
a gente ambiciosa y ávidas de poder, como personajes que bien pueden ser los que conocemos, u otros
completamente diferentes, pero que se comportarían de forma muy similar.
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Como los asistentes del Club Bildenberg, que hace difícilmente creíble su importancia real con la
presencia de invitados españoles del nivel del rey Juan Carlos, Rodrigo Rato, Esperanza Aguirre, Jordi
Pujol o Albert Rivera, entre otras “eminencias conspirativistas”.
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En su tema Gimme tha Power, dice Molotov:
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Hay muchísima literatura conspiranoia que mucho ingenuo se cree, y mucho político utiliza, como los
famosos Protocolos de los sabios de Sion, donde la conjura judía alcanza niveles planetarios, muy
difundidos por cierto en la extrema derecha europea, e incluso entre el fanatismo islamista.
sociedades urbanas agrarias y ganaderas desarrolladas en el territorio
denominado “Creciente Fértil” de Oriente Medio hace aproximadamente 9.000
años. Desde el momento en que existe una estructura de poder militar
permanente capaz sojuzgar a su propia población, como a disputar la
hegemonía territorial con fuerzas militares rivales, podemos afirmar que existe
el Estado. Dos son los elementos de conciencia que se desarrollan a partir de
estas condiciones: la vanidad y la ambición, como aliados inseparables del
elemento subjetivo del ejercicio del poder. Solamente con el desarrollo de la
conciencia moral, que tiene su origen básicamente en la Grecia Clásica, el ser
humano viene siendo capaz de oponer otros criterios filosóficos capaces de
contrarrestar las tendencias ególatras de los hombres con posibilidades del
ejercicio del poder.
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Jouvenel, Bertrand de. El Poder. Historia natural de su crecimiento. Editora Nacional. Madrid 1956.
Imprescindible texto para comprender la verdadera naturaleza del Poder.
esencialmente, en los estados mayores de los grandes ejércitos9. Es ahí, y no
en individuos u organismos más o menos públicos e internacionales
financieros o políticos donde reside la esencia del Poder real. Pero no
únicamente ahí, es una trama muy compleja en que la unilateralidad se paga
con la ignorancia. Cierto que el poder real reside –en esencia- en el monopolio
de la violencia militar-policial por parte de los Estados nación, pero estaríamos
fallando si no entendiéramos cual es la naturaleza de la estratificación social
en los Estados nación actuales. Por ejemplo, el caso más emblemático, que es
EEUU, primera, hoy todavía, potencia militar mundial. Aquí se da un
verdadero Triángulo de Poder formado por el orden económico, el orden político
y el orden militar, todos forman parte de la estructura de Poder Real del
Estado, y está cada uno de ellos constituido por entramados burocráticos
jerarquizados interdependientes, pero vinculados los tres poderes por mil
formas de interrelación, y las decisiones militares se adoptan teniendo en
cuenta el orden político; es decir, cómo éstas van a afectar a la población que
“ostenta” la soberanía nacional” y, a su vez, el orden económico, el cómo
sirven igualmente a los intereses económicos imperialistas.
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Hay varios textos, ensayos bastante enjundiosos, que explican en profundidad este conjunto complejo
de relaciones, que es dónde se sitúa el poder real: Einsenhower, Dwight D. Cruzada en Europa. Inédita
ediciones. Barcelona 2007. Kissinger, Henry. Orden Mundial. Ed. Debate, Barcelona, 2015. Stonor
Saunders, Francés. La CIA y la guerra fría cultural. Ed. Debate. Madrid 2001. Y sobre todo, Carroll, James.
La casa de la guerra. El Pentágono es quien manda. Ed. Crítica. Barcelona. 2006.
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Texto esencial para comprender esto, es el ensayo Milles, Wright C. La elite del poder. Ed. Fondo de
Cultura Económica. México. Ed. 2001.
El análisis del marxismo sobre el Estado, muy insuficiente, por economicista y determinista, reduce la
estructura de clases a vínculos económicos: burguesía-proletariado, esto es, en función de la relación
con la propiedad de los medios productivos. Por esa razón, la afirmación de Engels de que “el Estado no
es otra cosa que una máquina de opresión de una clase por otra”, supone claramente una errónea e
insuficiente comprensión sobre la naturaleza del Estado, no es una máquina de opresión de una clase
sobre otra, sino que se trata de un estrato o capa de individuos situados en la cúpula de las instituciones
del poder militar, político y económico, una elite, y no se constituye en el curso del desarrollo
capitalista, es claramente anterior, con el fortalecimiento y expansión del Estado.
antiautoritarias, cuando no en fantasías de “ciencia ficción”, alejan la mirada
del verdadero núcleo duro del Poder, y hace imposible que se pueda establecer
una estrategia correcta que sitúe como blanco de la revolución a ese duro
entramado de violencia organizada burocráticamente, con máscara
democrática, que es el actual omnipresente Estado nación imperialista