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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

MISIÓN

Generar, difundir y preservar conocimientos científicos, tecnológicos,


humanísticos y saberes culturales de forma crítica, creativa y para la
innovación social, a través de las funciones de formación, investigación y
vinculación con la sociedad, fortaleciendo profesional y éticamente el
talento de la nación y la promoción del buen vivir, en el marco de la
sustentabilidad, la justicia y la paz.

VISIÓN

Ser una institución de Educación Superior con liderazgo prospectivo


nacional e internacional en el campo de sus dominios científicos,
tecnológicos y humanísticos; comprometidos con la democracia cognitiva,
el diálogo de saberes, el desarrollo sustentable y la innovación social.

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MISIÓN
La Facultad Piloto de Odontología de la Universidad de Guayaquil,
es un centro de educación superior con alto grado de excelencia
académica e interdisciplinaria en salud, que a través de la docencia,
investigación, prácticas pre-profesionales y vinculación con la
comunidad, se encarga de la formación integral de profesionales
con alta capacidad científica y humanista para la resolución de los
problemas de salud buco dental, coordinando programas de salud,
para mejorar la calidad de vida de la sociedad.

VISIÓN
La Facultad de Odontología de la Universidad de Guayaquil, será
la Institución líder en la formación de estudiantes con
conocimientos específicos del sistema estomatognático y su
relación con el resto del organismo, a través de la capacitación
permanente mediante programas de educación continua,
postgrados, investigación y extensión, con responsabilidad en la
prevención, promoción, protección de la salud y resolución de los
problemas que allí se presenten, con valores éticos, morales y de
alto compromiso social.

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD PILOTO DE ODONTOLOGÍA

PERFIL DE INGRESO

El Postulante que desee vincularse con la carrera de Odontología deberá ser


bachiller en ciencias y haber aprobado el examen del Senecyt, poseer Un
alto compromiso con el trabajo social y trabajo en equipo, deberá tener una
buena compresión del comportamiento humano en diversas situaciones Y
contextos, capacidad para desarrollar pensamiento crítico Y constructivo,
disposición para el conocimiento personal, el desarrollo humano y
sensibilidad frente a las necesidades psicosociales de los demás, amabilidad,
psicomotriz fina y equilibrio emocional.

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PERFIL DE EGRESO
 El odontólogo de la Universidad de Guayaquil, posee una formación
científica, tecnológica y humanista, posee competencias para promover la
salud, prevenir, diagnosticar y resolver enfermedades bucomaxilofaciales
prevalentes en la población fomentando cultura a través de programas de
vinculación en sus zonas de influencia.
 Practica valores morales y la ética profesional, utiliza pensamiento lógico,
crítico, creativo y propositivo para analizar problemas sociales y toma de
decisiones pertinentes al área estomatoglógica de manera proactiva,
ejerciendo liderazgo, aplicando normativas legales, de bioseguridad,
medioambientales y de ergonomía en la práctica odontológica.
 Domina el idioma extranjero (inglés técnico) habilidades, destrezas de
materiales y equipos odontológicos utilizando técnicas clínicas quirúrgicas
sobre tejidos duros y blandos de la cavidad bucal restableciendo la función
y estética de los pacientes.
 Conoce y comprende la epidemiología, etiología, diagnóstico diferencial,
patogénesis de las alteraciones del complejo oro _facial, realiza
evaluación diagnóstica, planifica y trata de manera integral a pacientes
requiriendo el consentimiento informado.
 Previene y maneja adecuadamente las emergencias médicas y
odontológicas así como controla el dolor y ansiedad en pacientes
utilizando fármacos requeridos.
 Identifica adecuadamente las alteraciones periodentales y aplica terapia
requerida, sustituye la morfología a las piezas dentarias afectadas
utilizando materiales de última generación y la funcionalidad
 En el campo laboral: trabajan en forma independiente, mediante consultas
de atención, según la especialidad escogida. También se desempeñan en
empresas, centros de salud, MSP, compañías de seguros, clínicas
odontológicas y servicios públicos de salud. La investigación clínica y
docencia son otras alternativas de acción.

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PERFIL PROFESIONAL

La carrera de Odontología de la Universidad de Guayaquil, forma


ODONTOLOGOS, como profesionales de tercer nivel, con conocimiento
de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las complicaciones y afecciones
del sistema estomatognático, mediante el empleo de instrumento y equipos
odontológicos modernos, que les permite ofrecer a sus pacientes salud bucal
integral.

El Odontólogo es un profesional competente para actuar en el complejo Bio-


psico-social de niños, adolescentes, adultos, discapacitados, pacientes en
riesgos y mujeres embarazadas en la rehabilitación y mantenimiento de la salud
bucal, basado en la evidencia científica.

El Odontólogo es un profesional consciente de su responsabilidad ante la


sociedad por lo cual aplica conceptos de bioseguridad, ética y profesionalismo
para lograr el buen vivir de la comunidad.

El Odontólogo es un profesional con capacidad de administrar y dirigir equipos


multidisciplinario de salud, utilizando la tecnología e innovación.

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1. CRITERIOS QUE DETERMINAN ÉXITO EN LA TERAPIA
ENDODÓNTICA

Desde el punto de vista de un paciente, un tratamiento endodóntico exitoso


consiste en la ausencia de síntomas y que la pieza dental tratada esté estética y
funcionalmente en su boca, sin embargo, la literatura endodóntica propone
evaluar el éxito del tratamiento mediante otros parámetros: sintomático,
radiográfico e histológico. No obstante gran parte de los estudios evalúan el éxito
mediante parámetros sintomáticos y radiográficos.

El éxito sintomático es aquel en el cual el paciente no experimenta molestias en


la pieza tratada endodónticamente a pesar del tiempo transcurrido, quizá años,
desde que se efectuó el tratamiento. Este cuadro es engañoso porque puede
existir alguna lesión periapical crónica asintomática, como por ejemplo una
periodontitis apical crónica.

El éxito radiográfico se caracteriza por la falta de formación y/o desaparición


radiográfica de lesiones periapicales después del tratamiento de conductos y la
ausencia de sintomatología. Aunque a menudo las lesiones perirradiculares no
son visibles en las radiografías. Es importante considerar que la evaluación
radiográfica postoperatoria por sí sola no es un parámetro objetivo y completo
para analizar la calidad del tratamiento endodóntico. El éxito histológico en
humanos es casi imposible de constatar debido a que no puede ser valorado por
razones éticas, solo se puede evaluar cuando se diagnostica un fracaso y se
practica una cirugía endodóntica removiendo parte de la raíz y los tejidos que la
rodean. La utilización de cadáveres humanos para investigación de éxito o
fracaso endodóntico parece ser una alternativa ética aceptable aunque, en
muchas ocasiones presenta limitantes de información sobre el tratamiento
realizado. La utilización de animales en estudios de investigación ayuda a este
tipo de valoración.

Es posible afirmar que un tratamiento endodóntico exitoso debe reunir algunas


condiciones como:

1. Permanencia de la pieza dental funcionando en la boca del paciente.

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2. Ausencia radiográfica de lesiones periapicales.

3. Lograr y facilitar la reparación o regeneración de los tejidos periapicales y que


estos vuelvan a un estado histológico normal.

4. Evitar el desarrollo de un proceso patológico.

5. Estimular la formación de una barrera biológica.

Permanencia de la pieza dental funcionando en la boca del paciente

La restitución de la función completa de la pieza dentaria en el aparato


masticatorio, es una condición que excede el mero marco de la sola permanencia
de la misma. A pesar de que la curación de la enfermedad es el mayor objetivo
de la terapia endodóntica, los pacientes son autónomos para establecer
objetivos menos exigentes como la prevención o eliminación de los síntomas o
la simple continuidad del diente en la boca. Un estudio reciente confirma que
sobre casi 1.500.000 de tratamientos endodónticos realizados sin cirugía un 97%
obtuvo de éxito funcional. El criterio empleado para evaluar el éxito y el fracaso
en endodoncia es más riguroso que el empleado para evaluar el de los implantes
dentales. Cuando se evalúa la supervivencia (tiempo de permanencia en boca,
en función, con o sin lesión periapical) el porcentaje de éxito es igual o mejor que
el resultado a largo tiempo de implantes.

Ausencia radiográfica de lesiones periapicales

El éxito en endodoncia debe estar asociado a un estado periapical, que visualice


una imagen radiográfica carente de evidencia patológica asociada o que
demuestre una lesión en vía de resolución. También entran dentro del éxito
funcional lesiones que si bien no han cicatrizado, son controladas por el
organismo.

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Facilitar la reparación o regeneración histológica de los tejidos
periapicales

Aun cuando se practique el tratamiento endodóntico en una pulpa sana (puede


ser el caso de un tratamiento por razones protésicas), con una instrumentación
dentro de los límites del conducto dentinario, la extirpación del tejido pulpar y los
procedimientos de instrumentación, irrigación y obturación pueden provocar una
respuesta inflamatoria de los tejidos periapicales. Se considera que las lesiones
periapicales son el resultado de una respuesta inflamatoria local mediada por
células inflamatorias y una variedad de factores, incluyendo la citosinas. En
presencia de estas lesiones, no solo el hueso se encuentra sometido a procesos
de reabsorción, sino también el cemento y la dentina apicales. Por lo tanto
debemos encaminar el tratamiento endodóntico hacia la completa reparación o
regeneración periapical, mediante la eliminación del mayor número de factores
que propician y mantienen estos estados inflamatorios procurando un buen
desbridamiento del o los conductos radiculares, una correcta irrigación, tratando
que la medicación intraconducto, cuando fuese necesaria, cree un ambiente
favorable para la reparación periapical y una obturación radicular del conducto
instrumentado que evite la filtración de los elementos periapicales al interior del
mismo.

El paso de elementos extraños al periápice como gutapercha o cemento sellador


puede ser un obstáculo para lograr la reparación. Aunque los fracasos que se
dan por este motivo estan más vinculados al tiempo de observación que a la
sobreobturación. Los cementos son tóxicos cuando están en contacto con los
tejidos y producen una leve, moderada o grave respuesta de cuerpo extraño e
inflamación.

La gutapercha, si bien es considerada como un material inerte, puede actuar


como hapteno al producir una respuesta de hipersensibilidad. En general ambas
reacciones son poco frecuentes. Por todos estos motivos es importante
conservar la instrumentación y los materiales de obturación dentro de los límites
del conducto radicular. Aunque las sobreobturaciones que comúnmente se
observan y realizan en la clínica se reabsorben con el tiempo.

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Evitar el desarrollo de una lesión patológica periapical

El desarrollo de un proceso patológico apical posterior al tratamiento de


conductos está relacionado a factores diversos como:

1. Falla del sellado apical.

2. Instrumentación apical insuficiente.

3. Productos microbianos

4. Presencia de microorganismos

5. Filtración coronaria.

6. Presencia de materiales extraños en los tejidos periapicales.

Falla del sellado apical

Una terapia endodóntica exitosa requiere la obturación completa del sistema de


conductos con biomateriales no irritantes ya que la mayoría de las fallas son
causadas por un sellado incompleto del conducto radicular. Por lo tanto es
necesario utilizar materiales y técnicas de obturación capaces de producir una
barrera lo más hermética posible entre el sistema de conductos y los tejidos
perirradiculares. El material más utilizado hasta la fecha es la gutapercha
acompañada de un cemento sellador. Recientemente salió al mercado el Resilon
(Resilon Res, Madison, CT, EUA), material a base de resinas con una
consistencia similar a la gutapercha y que se utiliza con un cemento resinoso
Epiphany (Pentron, Wallingford, CT, EUA) como sellador. Este potencial
adhesivo ofrecería la ventaja de prevenir la microfiltración microbiana. Los
estudios realizados aún no son concluyentes, pues mientras se asegura que se
produce un buen sellado apical, también se ha demostrado que el material sufre
una biodegradación por enzimas salivales y microbianas, por lo que es
aconsejable realizar más estudios acerca de los beneficios a largo plazo de este
material de obturación.

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Filtración coronaria

El inadecuado sellado coronario es un factor que influye en la contaminación y/o


recontaminación de un conducto radicular. Lamentablemente todos los
materiales de obturación temporaria filtran y la falta de una restauración definitiva
conlleva al fracaso del tratamiento endodóntico. El potencial de fracaso asociado
a la contaminación microbiana del espacio del conducto radicular por los fluidos
bucales ha sido demostrado. Es importante destacar que cuando un tratamiento
endodóntico está bien realizado, la filtración microbiana, en general, se limita
sólo al tercio coronario del conducto radicular, aún en presencia de caries,
fractura o pérdida de la restauración. Lamentablemente, con frecuencia, el éxito
endodóntico es acompañado por un fracaso odontológico. Por todos estos
motivos es importante la rehabilitación postendodóntica adecuada de la pieza lo
más pronto posible. También las maniobras de restauración deben considerar
esta contaminación microbiana en el pronóstico de éxito a largo plazo del
tratamiento odontológico. El profesional debe concienciar al paciente sobre la
necesidad de efectuarse la restauración definitiva lo antes posible, pues es parte
del tratamiento y no sólo la desaparición de los síntomas dolorosos.
Instrumentación apical insuficiente Los microorganismos remanentes dentro del
sistema de conductos radiculares son un factor significativo como causa de
fracaso del tratamiento endodóntico, de igual manera los restos pulpares y restos
de barro dentinario contaminado contribuyen de manera importante en la
formación de estados patológicos periapicales que conducen al fracaso del
tratamiento. Lamentablemente el tercio apical del conducto radicular es más
difícil de instrumentar debido a la presencia de istmos, fisuras y depresiones, por
esto la instrumentación apical suficiente y eficiente debe tener un lugar
preponderante durante nuestro tratamiento.

La utilización de limas especialmente diseñadas para la conformación apical del


conducto radicular constituyen una herramienta valiosa para lograr nuestro
objetivo. La presencia de conductos laterales suscita controversias, pues el rol
que juegan en el pronóstico de éxito o fracaso después de la terapia endodóntica
no está definido claramente, al constituir una vía de intercambio con los tejidos
periodontales. Con una adecuada preparación del conducto principal se obtienen
buenos resultados, aun así existen casos de fracaso ante la presencia de un

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conducto lateral, por lo que habrá que establecer una estrategia de limpieza
química, pues es difícil acceder a ellos, aunque mecánicamente a veces se
pueda lograr.

Presencia de microorganismos

La persistencia de la infección es la causa principal del fracaso de conductos


obturados pues los microorganismos pueden permanecer dentro de los túbulos
dentinarios, en lagunas del cemento radicular, en las foraminas apicales y en las
lesiones periapicales. Incluso en muchas lesiones patológicas periapicales un
gran número de microorganismos persisten a pesar de haber recibido
medicación intraconducto.

La microflora endodóntica es abundante con diferentes tipos de


microorganismos inclusive diferenciados en el tercio apical del conducto
radicular y asociados a lesiones perirradiculares, cuya presencia sugiere que
podrían ser la causa de las mismas. También existe una correlación entre la
persistencia de la infección microbiana en el conducto radicular y la presencia de
una rarefacción perirradicular preoperatorio en los fracasos endodónticos. La
mayoría de los cambios que se producen en el tejido pulpar y periapical son de
origen microbiano y deben ser tratados como lesiones infecciosas. El clínico
debe priorizar su esfuerzo en la eliminación de los microorganismos mediante la
instrumentación, la irrigación y la medicación intraconducto. Existe una
controversia entre terminar el tratamiento en una o varias citas. Sin embargo, la
flora microbiana localizada en áreas inaccesibles del sistema de conductos no
puede ser removida eficazmente mediante los sistemas de instrumentación e
irrigación actuales, lo que demuestra la importancia de la medicación
intraconducto con la finalidad de reducir la microbiota intrarradicular. Es
importante remarcar el tiempo necesario para que esta medicación ejerza su
acción.

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Productos microbianos

La presencia de microorganismos en del sistema de conductos y en los tejidos


periapicales implica productos metabólicos de desecho y elementos no vitales
de células microbianas como los lipopolisacáridos comúnmente llamados
endotoxinas. La fagocitosis de las bacterias por los macrófagos libera estas
endotoxinas, que poseen una gran toxicidad, induciendo a la activación de
elementos inflamatorios como prostaglandinas, leucotrienos, factor activador de
plaquetas, complemento 3ª y 5ª e interleucina I. Esto causa un incremento en la
permeabilidad vascular, marginación de neutrófilos, quimiotaxis de neutrófilos,
liberación de colagenasa, activación de linfocitos, producción de Macrophage
Inflammatory Protein (MIP)-1α y MIP-1β y muchos otros efectos biológicos en los
que se incluye la reabsorción ósea y formación de lesiones periapicales. Debido
a sus efectos, es imprescindible detoxificar los lipopolisacaridos presentes en los
conductos radiculares y tejidos periapicales por medio de su degradación. Las
soluciones alcalinas, así como la Clorhexidina y el Hipoclorito de sodio
contribuyen a este efecto, lo que nos lleva de nuevo a entender la necesidad de
una buena irrigación hasta el tercio apical con alguna de estas substancias y la
medicación intraconducto con pastas alcalinas a base de Hidróxido de Calcio
para lograr evitar los efectos nocivos de las endotoxinas.

Presencia de materiales extraños en los tejidos periapicales

Todos los materiales de obturación, presentes en los tejidos periapicales, son


reconocidos como un cuerpo extraño para el organismo y generaran una primera
reacción orgánica al tratar de fagocitar ese material, incluso algunos pueden
provocar genotoxicidad por daño al DNA. Durante la fagocitosis, los macrófagos
liberan mediadores celulares, esenciales para la comunicación intercelular como
son las citosinas, favoreciendo el proceso inflamatorio. Muchas veces estos
materiales permanecen años en los tejidos periapicales manteniendo un proceso
de descombro o simplemente son encapsulados

Estimular la formación de una barrera biológica

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El mejor sellador de los forámenes y foraminas accesorias apicales es el
cemento radicular. Es completamente biológico y compatible con el organismo,
y es razonable encaminar nuestros esfuerzos a la estimulación e inducción de
los tejidos periapicales para la formación de cemento u osteocemento. Ha sido
demostrado que la utilización de hidróxido de calcio es capaz de inducir la
formación de tejidos duros mediante la disociación de los iones hidroxilo y calcio,
en donde el ión calcio modula los niveles de fosfatasa alcalina, osteopontina,
osteocalcina y proteínas morfogenéticas óseas induciendo a la formación de
estos tejidos. Por lo tanto una medicación intraconducto a base de hidróxido de
calcio aumentaría las probabilidades de obtener un sellado biológico que
complemente el objetivo de la obturación radicular. También debemos
considerar que el sellado tridimensional perfecto es una utopía y los materiales
de obturación utilizados deberían poseer suficiente actividad antimicrobiana
como para prevenir la infiltración y proliferación microbiana en el espacio pulpar.
El ideal del sellado hermético ha sido modificado a favor de un sellado
antimicrobiano.

2. INDICADORES CLÍNICOS Y RADIOGRÁFICOS DEL FRACASO


ENDODÓNTICO

Los métodos tradicionales para evaluar el éxito de una terapia endodóntica


involucran el examen clínico y el uso de radiografías de control. En algún
momento, después de terminada la terapia endodóntica, se toma una radiografía
a la pieza dentaria, y es comparada con otras radiografías tomadas durante el
tratamiento.

Fracaso en el tratamiento de endodoncia se define como el tratamiento que no


cumplió con el objetivo trazado o le faltó para alcanzar el nivel deseado. Desde
el punto de vista biológico, el fracaso endodóntico está asociado con el proceso
inflamatorio en la estructura de soporte perirradicular del diente.

Los términos de éxito y fracaso pueden definirse rápidamente por ser


significativos, desafortunadamente una clara definición y acuerdo de lo que

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constituye un fracaso luego del tratamiento endodóntico no existe entre los
endodoncistas. Algunas veces, las fallas del tratamiento se producen a pesar de
la adherencia rígida a los principios básicos del mismo. De esta manera, el rol
del huésped se asoma como la variable más importante en el éxito o fracaso de
la terapia endodóntica.

Los fracasos endodónticos frecuentemente observados se relacionan con varios


factores, la manutención o desarrollo de infecciones se asocia frecuentemente a
las fallas en los procedimientos operatorios que se originan en procesos
patológicos o que resultan de traumatismos dentarios. Son varios los aspectos a
analizar, pero un aspecto fundamental y predominante que lleva al fracaso
endodóntico es la presencia de microorganismos. En la literatura, de acuerdo a
reportes epidemiológicos, la incidencia o frecuencia de fracaso se encuentra
entre un 25 a 40%.

Los clínicos generalmente creen que errores en el procedimiento endondóntico


como sobreobturación, sobreextención, fractura de instrumentos y otros son las
causas directas al fracaso del tratamiento endodóntico. Sin embargo, los errores
en el procedimiento por si mismos no exponen los resultados del tratamiento a
menos que esté presente una infección.

Los porcentajes de éxito y fracaso varían mucho dependiendo del estado pulpar,
si hay presencia de lesiones periapicales, así como si se trata de un
retratamiento y si este es quirúrgico o no quirúrgico, realizaron estudios en los
cuales se ven los porcentajes de éxito de acuerdo a estos factores.

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Criterios clínicos

 Ausencia de dolor
 Desaparición de la inflamación
 Desaparición de la fístula que existía antes del tratamiento
 Permanecia del diente funcional y firme en su alveolo.
 Inexistencia de destrucción de tejidos con periodonto normal a la
exploración clínica.
El terapeuta puede utilizar los siguientes parámetros para ubicar al paciente en
una de tres categorías:

1. Éxito clínico:

a. Sin dolor a la percusión o palpación.

b. Movilidad normal.

c. Sin trayectos fistulosos o patología periodontal asociada.

d. Función dental

e. Sin signos de infección o inflamación

f. Ninguna prueba de molestia subjetiva

2. Duda clínica:

a. Síntomas vagos esporádicos, a menudo no reproducibles.

b. Sensación de presión o plenitud.

c. Molestia de grado leve después de la percusión, palpación o tras masticar.

d. Molestia al aplicar presión lingual.

e. Sinusitis en cuya cercanía hay un diente tratado endodóncicamente.

f. Necesidad ocasional de analgésicos para aliviar un malestar mínimo

3. Fracaso clínico:

a. Persistencia de síntomas subjetivos.

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b. Fístula e hinchazón recurrente.

c. Malestar previsible a la percusión o palpación.

d. Signos de fracturas radiculares irreparables.

e. Movilidad excesiva o deterioro periodontal progresivo.

f. Incapacidad para masticar con el diente.

Evaluación radiográfica

Las radiografías periapicales pueden revelar la presencia de un espacio entre la


preparación y el material de obturación; la radiografía es aún una de las más
importantes ayudas disponibles para el diagnóstico que realiza el endodoncista,
pero su interpretación ha sido cuestionada. Las radiografías de casos
considerados como satisfactorios, desde el punto de vista clínico muestran
obturaciones hasta y aún más allá del ápice radiográfico. Quizás la aplicación de
criterios de diagnóstico precisos y la práctica extensiva con estos criterios,
llevarían a resultados de mayor efectividad en la interpretación radiográfica.

La evaluación radiográfica se considera imprescindible, pero no definitiva en la


determinación del éxito y fracaso del tratamiento de conductos. La valoración
radiográfica aislada puede permitir que una patología que se exprese
únicamente por la clínica pase advertida.

La evaluación radiográfica de los procedimientos de conductos radiculares y los


tejidos perirradiculares depende en gran medida de la evaluación e
interpretación subjetiva.

Enfoca la evaluación radiográfica e incluye los siguientes aspectos: o Se debería


apreciar un aspecto radiográfico de un sistema de conductos radiculares bien
obturados, en la cual la obturación del conducto llegue lo más cerca que pueda
a la constricción apical de cada conducto. Se debe evitar la sobreobturación, la
infraobturación, en presencia de conductos abiertos, escalones y perforaciones.
Si al momento de la obturación el espacio del ligamento periodontal se encuentra
normal entonces en las posteriores pruebas radiográficas postoperatorias debe
mantenerse inalterado o si el área radiolúcida disminuye de tamaño o se engrosa

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y el diente no presenta síntomas se considera que la curación es incompleta. Se
indica en este caso a hacer un seguimiento con controles radiográficos y
digitales. Si un diente demuestra radiolucidez perirradicular preoperatoria
entonces las imágenes radiográficas y digitales deberían mostrar en los
seguimientos idealmente, una lámina dura intacta y un ligamento periodontal
normal alrededor de las raíces en observación, o La curación del hueso
perirradicular puede producirse sin reformación del espacio del ligamento
periodontal normal.

No se recomienda juzgar el resultado con base en solo los criterios radiográficos,


ya que es preciso integrar los resultados clínicos en el proceso de toma de
decisiones. No obstante, el clínico puede apoyarse en directrices específicas
para esclarecer el proceso de evaluación y ofrecer criterios radiográficos para la
evaluación postoperatoria de los dientes. La AAE ha publicado los objetivos del
tratamiento en su Clinical Guide to Endodontics, estos criterios se pueden
clasificar en tres categorías:

1. Éxito Radiográfico:

a. Espacio del ligamento periodontal normal a ligeramente espeso (< 1 mm).

b. Eliminación de radiolucideces previas.

c. Lámina dura normal con relación de los dientes.

d. Ausencia de reabsorción.

e. Obturación densa tridimensional del espacio del conducto visible dentro de los
límites del espacio raíz conducto, extendiéndose a la unión cementodentinaria
(aproximadamente 1 mm del ápice anatómico).

2. Duda Radiográfica:

a. Incremento del espacio del ligamento periodontal (< 2 mm).

b. Área radiotransparente de extensión semejante o ligera evidencia de


reparación.

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c. Engrosamiento irregular de la lámina dura, en relación con los dientes
adyacentes.

d. Vacíos en la densidad de la obturación endodóntica, particularmente en el


tercio apical del conducto.

e. Extensión del material de obturación más allá del ápice anatómico.

2. Fracaso Radiográfico:

a. Incremento de la amplitud del espacio del ligamento periodontal (> 2 mm).

b. Falta de reparación ósea con una rarefacción perirradicular o aumento de


tamaño de las radiolucideces.

c. Falta de formación de lámina dura nueva.

d. Presencia de radiotransparencias óseas en áreas periapicales donde


anteriormente no existían, además de radiotransparencias laterales.

e. Espacio del conducto visible, evidencia que no está obturado o representa


vacíos significativos en la obturación del canal.

f. Excesiva sobreextensión del material de obturación con vacíos evidentes en el


tercio apical del conducto.

g. Evidencia clara de reabsorción progresiva.

Las radiografías o las imágenes por radiografía digital deben tener una buena
calidad con una distorsión mínima. Las angulaciones, verticales y horizontales,
deben ser constantes y ofrecer una buena representación de la anatomía
radicular y configuración del conducto.

En lo ideal, la valoración y el examen de revisión deben llevarse a cabo durante


un mínimo de cuatro años, sobre todo en casos dudosos.

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3. ERRORES Y COMPLICACIONES QUE PUEDAN LLEVAR AL
FRACASO ENDODÓNTICO

El instrumento ya no llega a la longitud de trabajo.

Causas: Bloqueo del conducto con debris dentinario, materiales de restauración,


torundas de algodón, puntas de papel o instrumento fracturado.

Prevención:

1. Toda la caries y tejidos dentales no soportados así como restauraciones


defectuosas deben ser removidos antes de realizar el acceso a cámara
pulpar.

2. Las paredes del acceso deben ser divergentes hacia oclusal.

3. Mantener puntos de referencia anatómicos externos constantes.

4. Usar topes que no resbalen y colocados en ángulo recto con respecto al


instrumento.

5. Precurvar todos los instrumentos.

6. Observar continuamente los topes que se aproximen a la referencia


anatómica.

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7. Es preferible utilizar topes con señal direccional de la curvatura del
conducto.

8. Al verificar la posición del instrumento con radiografía, usar ángulos


radiográficos constantes.

9. Siempre mantener la forma preoperatoria original del conducto al limpiar


y ampliar el conducto.

10. Usar irrigación copiosa y recapitulación durante los procedimientos.

11. Siempre usar tamaños de limas secuencialmente.

12. La excesiva presión o rotación de los instrumentos en cualquier sentido


debe ser evitada.

13. Nunca usar instrumentos en conductos secos.

14. Colocar una buena curación temporal.

Solución:

Si el bloqueo es por material de curación o debris dentinario, se escoge una lima


delgada pero firme como una número 15 para pasar el bloqueo. Se le hace una
curvatura a 45 grados en los últimos 3 o 4 mm. y se rota para encontrar un
espacio entre las partículas y el conducto. Una vez localizado el espacio con
ligeros movimientos de vaivén seguir hasta que la punta del instrumento
atraviese el obstáculo. No se retire la lima hasta confirmar radiográficamente la
longitud deseada y limar circunferencialmente para remover el tapón.

Si el bloqueo no puede ser pasado, se cambiará la longitud de trabajo


oclusalmente al bloqueo y se obtura revisando periódicamente la evolución del
tratamiento. La técnica de obturación será preferiblemente de soludifusión. Si
existe sintomatología, deberá turnarse a alternativas quirúrgicas.

Escalones

Irregularidad artificial creada en la superficie lateral del conducto que hace que
el instrumento ya no pueda llegar al ápice del conducto.

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Causa: Inserción de instrumentos rectos (no precurvados) con excesiva presión
apical.

Prevención:

1. Precurvar los últimos 3 o 4 mm. de la lima.

2. No forzar la lima apicalmente.

3. Una vez colocada la lima a la longitud de trabajo usarla con movimientos


cortos de limado (1 a 3 mm de amplitud de entrada y salida)

4. Utilizar las limas secuencialmente.

5. Usar copiosa irrigación con hipoclorito de sodio u otros lubricantes.

Solución: Es la misma que para el bloqueo por debris dentinario.

Fractura de instrumentos dentro del conducto radicular.

Causas:

La causa más común es el uso inadecuado de los instrumentos radiculares.

Prevención:

A. Los instrumentos deben ser desechados y reemplazados cuando:

1. Se detecten fallas como áreas brillantes o como aplastamientos en los


filos.

2. El uso excesivo ha causado dobleces excesivos o arrugamientos.

3. Ha sido necesario una curvatura excesiva.

4. Se ha producido una curvatura accidental durante el uso.

5. La lima se anguló en lugar de curvarse.

6. Se nota corrosión en el instrumento.

7. Los instrumentos para condensación tienen puntas defectuosas o han


sido excesivamente calentados.

B. Usar abundante irrigación


21
C. Ejercer limado circunferencial corto 1 a 3 mm de entrada - salida de la lima,
sin rotarla en ningún sentido.

D. Usar limas hedstrom sólo para terminar las paredes del conducto, una vez
ampliado.
E. No avanzar demasiado rápido en el cambio de instrumentos o saltárselos en
su numeración.

Solución (Gutmann, 127)

1. Uso de excavadores, exploradores.

2. Uso de limas hedstrom. Más útiles para remover puntas de plata que para
instrumentos separados.

3. Pinzas especializadas. Steiglitz, fórceps Peet Splinter, etc.

4. Estuche de instrumentos Masserann (erróneamente denominado


Massermann en muchos artículos). Fabricado por MicroMega, Francia,
contiene una serie de trépanos y dos series de extractores tubulares. Su
uso consiste en que primero se talla un espacio alrededor del instrumento
de unos 2 mm en su extremo coronal para que el extractor pueda atraparlo
y removerlo.

5. Remoción ultrasónica. El aparato ENAC (Osada Electric Co.) tiene


suficiente energía para recuperar fragmentos metálicos. Si se usa en
combinación con el extractor de Massermann puede ser más efectivo.

Modificar la anatomía original del conducto rasgando el foramen.

Es decir, transponer o transportar la porción apical del conducto, "enderezando"


un conducto curvo en el tercio apical.

Causas:

1. No utilizar limas precurvadas.

2. Rotación de limas en conductos curvos.

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3. Uso de instrumentos muy grandes en conductos curvos.

Prevención:

Evitar las causas.

Solución:

Cuando exista una rasgadura pero sin perforación evidente cualquier técnica de
obturación puede utilizarse aunque son preferibles las técnicas que utilizan
gutapercha reblandecida. En caso de sospechar perforación, usar un sellador
con hidróxido de calcio.

Adelgazamiento excesivo o perforación lateral del conducto.

Causa:

Instrumentación excesiva en tercio medio más frecuente en molares.

Prevención:

1. Limado anticurvatura.

2. Uso de limas pequeñas y secuenciales.

3. Evitar uso de instrumentos muy amplios así como rotatorios (Peeso,


Gates, etc.)

4. Uso exagerado de limas hedstrom.

Diagnóstico:

Con puntas de papel secar el conducto y observar si existe hemorragia, y si ésta


es lateral o apical y su extensión.

Solución:

Si se detecta perforación, evitar la contaminación y obturar el conducto


inmediatamente, preferentemente con sellador con hidróxido de calcio.

Pronóstico:

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El pronóstico es mejor cuando la perforación es hacia hueso, por lo que mientras
más cervical sea, peor será el pronóstico puesto que fácilmente habrá
contaminación y destrucción periodontal.

Sobreinstrumentación (instrumentación más allá del forámen apical)

Consecuencias:

1. Pérdida de la constricción natural (CDC) abriendo el forámen.

2. Aumento en la posibilidad de sobreobturación.

3. Pérdida de sellado correcto apical.

4. Dolor y aumento en el tiempo de cicatrización.

Diagnóstico:

Hemorragia apical evidente con o sin molestias del paciente.

Prevención:

1. Usar buenas radiografías diagnósticas.

2. Determinación exacta de la localización del forámen.

3. Utilización de puntos de referencia externos constantes.

4. Usar topes estables perpendiculares al instrumento.

5. Mantener todos los instrumentos dentro del conducto radicular.

6. Reducción oclusal antes de conductometría.

7. Verificación periódica de la longitud de trabajo con radiografías.

8. Atención a los detalles durante los procedimientos.

9. Probar la integridad del tope apical natural (CDC) con puntas de papel.

Solución:

1. Determinar una nueva longitud de trabajo dentro del conducto 1 o 2 mm antes


del ápice radiográfico.

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2. Instrumentar dos o tres instrumentos en la nueva longitud.

3. Si es posible obturar el forámen apical con limalla dentinaria.

Complicaciones ocasionadas por la infiltración accidental con una


solución de hipoclorito de sodio

El objetivo principal de la endodoncia es la correcta desinfección de los


conductos radiculares antes de la obturación de los mismos. El hipoclorito de
sodio NaOCl es un irrigante con adecuadas propiedades que contribuye a un
efectivo debridamiento quimiomecánico. Actúa como lubricante para la
instrumentación, neutraliza los productos tóxicos, tiene acción disolvente y
detergente.

La solución de NaOCl está disponible en diferentes concentraciones (0.5% al


5.25%). Estudios han demostrado que las capacidades antibacterianas y
disolventes de una solución de NaOCl al 5.25% disminuyen cuando la misma es
diluída, al mismo tiempo se reducen sus efectos tóxicos. Un irrigante ideal sería
aquel que tenga efectos antibacterianos máximos y toxicidad mínima. El NaOCl
no reúne estas condiciones.

Se han reportado diferentes orígenes de accidentes con el empleo terapéutico


del NaOCl como:

 la extrusión hacia los tejidos periodontales a través del foramen apical o


de perforaciones,

 la infiltración directa a los tejidos blandos por confundir la solución con


drogas anestésicas

 inyección dentro del seno maxilar

 salpicadura a nivel ocular

 aplicación intravenosa durante un procedimiento de hemodiálisis

Las complicaciones y hallazgos clínicos registrados en estos accidentes fueron:

 gusto a cloro

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 sensación de quemadura

 dolor severo

 marcado edema de rápido desarrollo

 hemorragias

 hematomas

 necrosis

 úlceras

 parestesia

 alteraciones oculares

 cicatrices contráctiles

 trismus

 infección secundaria y abscesos

 Barbas reportó un caso de hemorragia cerebral fatal por estimulación del


V par craneal y dolor provocado por el NaOCl durante la terapia
endodóntica.

El NaOCl es altamente caústico con un pH de entre 11 y 12.9 lo que explica el


daño severo que produce a nivel tisular. Estudios in vitro, han demostrado una
extrema citotoxicidad, causada primariamente por la oxidación de proteínas; se
han reportado una marcada injuria celular en células endoteliales y fibroblastos,
e inhibición de la migración de neutrófilos. En modelos in vivo en animales, se
observó el desarrollo de una inflamación moderada a severa y una reacción a
cuerpo extraño.

Si el uso del NaOCl ocasiona complicaciones, es importante avisar al paciente


la causa de su afección e instaurar rápidas medidas profilácticas y un adecuado
tratamiento, evitando el retraso del comienzo de las mismas.

Se ha establecido un protocolo de tratamiento que incluye:

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1. tratar de succionar el exceso de solución que haya quedado a nivel tisular
y/o diluirlo mediante lavados con solución salina fisiológica

2. iniciar una terapia paliativa y protectiva mediante la administración de

1. analgésicos para el control del dolor (3 a 7 días)

2. antiinflamatorios para el control del edema (2 a 3 días)

3. antibioticoterapia de profilaxis para evitar infecciones secundaria o


terapéutica para controlar la posible diseminación de la infección
existente (7 a 10 días)

3. explicar al paciente las posibles complicaciones y el probable tiempo de


recuperación

4. la fisioterapia consistirá en la aplicación de frío local durante las primeras


6 u 8 horas, procediendo luego a la realización de buches con agua tibia
y sal para mejorar la cicatrización.

5. control posoperatorio riguroso, debiéndose hospitalizar al paciente si sus


signos vitales se encuentran alterados

6. de ser necesario debridamiento quirúrgico de los tejidos necrosados, que


permitirá el drenaje y la realización de lavados

7. evaluar la restaurabilidad y pronóstico del diente involucrado, antes de


decidir su extracción como estrategia de tratamiento frente al daño
provocado por el NaOCl

Para la prevención de las complicaciones es necesario cumplir con una serie de


pautas:

1. Utilizar aislamiento absoluto siempre

2. La aguja de irrigación debe entrar holgadamente en el conducto y debe


quedar hasta 2 a 3 mm cortos, con respecto a la longitud de trabajo

3. Irrigar lentamente, sin ejercer excesiva presión

4. No utilizar NaOCl en casos clínicos riesgosos: ápices inmaduros,


resorciones patológicas, perforaciones accidentales

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5. Tener precaución en los pacientes que manifiestan alergia a los productos
de limpieza clorados

6. En caso de cargar los cartuchos anestésicos con solución de NaOCl, con


la finalidad de facilitar la irrigación de los conductos radiculares por el
grosor mínimo que presentan las agujas desechables tipo carpule, los
mismos deben estar correctamente identificados.

4. RETRATAMIENTO ENDODÓNTICO

El retratamiento de conductos debe ser siempre la primera opción terapéutica


para solucionar un fracaso endodóntico. Consiste en la eliminación del relleno
presente, la nueva limpieza y conformación de los conductos, así como la
identificación y corrección de la causa del fracaso del tratamiento previo (de ser
posible). Los conductos vuelven a ser rellenados y sellados, con el fin de realizar
posteriormente un seguimiento radiográfico para valorar la evolución (Guerrero,

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2006). De acuerdo con Lima (2009), los fracasos endodónticos pueden atribuirse
a la infección bacteriana como resultado de omisiones en la limpieza,
instrumentación y obturación, por eventos iatrogénicos o reinfección del sistema
de conductos radiculares cuando se pierde el sellado coronario después de la
culminación del tratamiento del conducto radicular. Independientemente de la
etiología, la sumatoria de todas las causas es la infiltración y contaminación
bacteriana.

Remoción de los materiales obturadores

Generalmente son la gutapercha, materiales con sus respetivos dispensadores,


conos de pasta y rellenos para pasta.

Remoción de la gutapercha:

Su dificultad varía dependiendo de la longitud, diámetro transversal y curvatura


del conducto. Es inicialmente removida del conducto en el tercio cervical,
después del tercio medio y finalmente del apical, de forma progresiva para
impedir acceso de irritantes hacia la región apical. Según Lenchner (1989), las
técnicas incluyen limas rotatorias, instrumentos ultrasónicos, calentamiento,
limas manuales con calor o soluciones químicas.

1. Remoción rotatoria

Es el método más eficiente para remover la gutapercha. Un sistema innovador


es el ProTaper Retreatment Kit, con tres instrumentos de NiTi con diámetro y
angulación variados. Este método debe utilizarse con cautela en conductos muy
instrumentados; no son seleccionados para remover la gutapercha en los
conductos que no los lubrican pasivamente. La remoción rápida de la gutapercha
facilita la entrada de solventes hacia el interior de los conductos y la limpieza e
instrumentación subsiguientes.

2. Remoción ultrasónica

Al ser un instrumento energizado, produce calor que termoplastifica la


gutapercha. Se disloca la gutapercha coronalmente hacia la cámara pulpar, de
donde puede ser removida más tarde.

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3. Remoción por calentamiento

pueden utilizarse para termoplastificar y remover "pedazos" de gutapercha de


los conductos. Su capacidad se limita en conductos sin instrumentación previa o
conductos muy curvos, pero sí funciona en aquellos que son amplios. Se activa
el instrumento hasta ruborizarlo, se coloca en la porción más cervical de la
gutapercha, el termoconductor es desactivado y en la medida que se enfría,
endurece una porción de gutapercha en su punta activa; finalmente, se retira y
remueve la porción adherida de gutapercha (p. ej. EJ. Calamus Pack, Denstply
Maillefer).

4. Remoción por calentamiento e instrumentación

Implica la utilización de calor y limas Hedstroem (tamaños 35, 40, 45). Un


instrumento calentado se coloca en la gutapercha e inmediatamente se retira con
el fin de plastificar el material; luego, se selecciona una lima Hedstoem y es
introducida rápida y delicadamente en la masa termoplastificada; cuando la
gutapercha se enfría se adhiere a las láminas de la lima. Es una buena técnica
para conductos en los que la gutapercha se extiende más allá del foramen. Una
técnica de remoción química se utiliza conjuntamente con el fin de remover
gutapercha residual y cemento que queden atrapados.

5. Remoción con solución química y limas

Es la técnica indicada en conductos pequeños o los más curvos. El reactor de


selección es el cloroformo; se inicia llenando con este la cámara pulpar y se
selecciona una lima K de tamaño adecuado, entonces se introduce gentilmente
en la gutapercha reblandecida. Una irrigación frecuente con cloroformo junto con
este movimiento crean un espacio inicial suficiente para el uso seriado de limas
mayores. La remoción debe ser progresiva, y siempre todo resto de gutapercha
o cemento debe eliminarse.

6. Remoción química y con conos de papel

El conducto es irrigado con cloroformo y la solución absorbida y removida con


conos de papel de tamaño apropiado. Según Altshul et al., secar los conductos
que están llenos de solvente con conos de papel es un proceso conocido como
wicking y siempre constituye la etapa final en la remoción de la gutapercha. El

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proceso se repite el tiempo en que fuera visiblemente productivo. Cuando se
finalice este proceso, se introduce una cánula de irrigación y el solvente
(cloroformo) es irrigado y aspirado de forma pasiva y repetida, con una
turbulencia vigorosa de vaivén. Después del procedimiento de wicking con
cloroformo, se debe irrigar con alcohol isopropílico al 70%, así se mejora la
eficiencia del hipoclorito de sodio en los procedimientos subsiguientes.

Manejo de los obstáculos del conducto

Instrumentación excesiva hasta un desplazamiento de la terminación apical del


conducto que resulta imposible superar.

Considerar que en los milímetros apicales se deposita barro dentinario infectado,


que al no irrigarse con frecuencia da lugar a enfermedad persistente.

Presión excesiva durante la instrumentación.

Longitud de trabajo corta.

No confirmar con frecuencia la permeabilidad apical durante la instrumentación.

Formación de escalones por instrumentos de punta activa sin precurvar.

Acabado del retratamiento

Después de conseguir el acceso al tercio apical, se deben encontrar los


conductos omitidos utilizando magnificación y técnicas de microexcavación, y se
debe tener un conocimiento preciso de la anatomía del conducto. Es importante
recordar la utilización de técnicas de desinfección del conducto después de
finalizar su limpieza y conformación.

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BIBLIOGRAFÍA:

El éxito en endodoncia - R. Hilú1, F. Balandrano Pinal:


http://www.medlinedental.es/pdf-doc/ENDO/v27-3-7.pdf

http://www.carlosboveda.com/Odontologosfolder/odontoinvitadoold/odontoinvita
do_33.htm

UNIDAD 15: ACCIDENTES Y COMPLICACIONES EN ENDODONCIA


http://www.iztacala.unam.mx/rrivas/accidentes3.html

Casos clínicos: retratamiento endodóntico – Odontóloga ULACIT:


http://www.ulacit.ac.cr/files/revista/articulos/esp/resumen/32_3445.aguilarrojasw
.barzunaulloam.pdf

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